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Cartografía de los

micromachismos: dinámicas
y violencia simbólica
Dykinson eBook

ISBN: 978-84-1377-311-7
Editores
Juan Carlos Suárez Villegas
Natalia Martínez Pérez
Paola Panarese
Coordinadora editorial
Eva Hernández Martínez
1
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Foto de la portada: Eva Hernández Martínez

Madrid, 2020

ISBN: 978-84-1377-311-7

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http://www.dykinson.com
Cartografía de los
micromachismos:
dinámicas y violencia
simbólica

Editores
Juan Carlos Suárez Villegas
Natalia Martínez Pérez
Paola Panarese
Coordinadora editorial
Eva Hernández Martínez
Contenidos
PRÓLOGO… ix

CAPÍTULO 1. Diagnóstico de la esfera pública... 1

Lourdes Royo Naranjo, Susana García Bujalance y Antonio Vargas Yáñez


El poder como objeto del deseo. El problema de la autolegitimación en el caso de las
mujeres… 3

David Santamaría Cid de León


Poder y ética de dominación en el espacio público a través de la masculinización del
discurso político… 16

Diana Paola Garcés Amaya


Estereotipos y silencios. Evaluación de solicitudes de asilo por persecuciones de género
en España… 35

Tatiana Marisel Pizarro


Representaciones sobre el trabajo femenino en la política pública. El caso Ellas Hacen
(2013-2019)… 55

Enrique Ruiz Gros


Discriminación laboral de las mujeres transgénero… 76

Moisés Mañas Olmo y Blas González Alba


Narrativas de personas con discapacidad intelectual: imagen social, identidad y
micromachismos… 89

CAPÍTULO 2. Lenguaje y poder... 103

Eugenia Fernández Martín


Análisis de las percepciones del alumnado universitario sobre micromachismos en el
lenguaje… 105

Ígor Rodríguez Iglesias


La fundamentación lingüística del lenguaje inclusivo ante el masculino genérico.
Designación potencial, significado y consecuencias sociales… 116
Marta Pérez Adroher
Feminismo y Psicoanálisis ¿Qué dicen los psicoanalistas del micromachismo?... 135

Olga Koreneva Antonova, María Presentación Aguilera Crespillo y María Pilgún


Micromachismos en la enseñanza de alemán, árabe y ruso para estudios de Traducción
e Interpretación… 160

Jon San vicente Eguiguren, Rosana Peris Pichastor y Sonia Agut Nieto
Explorando el “velo del lenguaje” en la construcción identitaria y las relaciones entre
hombres homosexuales… 171

CAPÍTULO 3. La educación en la palestra... 189

Antonio Nadal Masegosa


Análisis de género y micromachismo en revistas de educación de reconocido prestigio… 192

Virginia Alcaraz Rodríguez


Estereotipos de género y micromachismos en educación física. Revisión sistemática…
206

Lucía Gloria Vázquez Rodríguez, Francisco José García Ramos y Álvaro Sánchez
Gómez
Género, medios de comunicación y TIC: propuestas para la investigación, la educación
y la capacitación docente… 218

Antonio Nadal Masegosa y Lourdes Aranda


Análisis de la educación y cambio social: feminización sin feminismo… 241

Nereida Cea
Revisión bibliográfica y líneas de investigación en los estudios de género… 256

CAPÍTULO 4. Estrategias de aprendizaje... 267

Sonia Reverter
Comprender para transformar. Teoría y práctica en acción contra los micromachismos…
269

Ana María De la Torre Sierra


Influencia de la edad y el género en la formación de conceptos emocionales en el
alumnado de Educación Primaria… 280
Antonio Nadal Masegosa y Lourdes Aranda
Análisis de la mujer en la Historia de la Educación en la España Contemporánea… 293

Sergio Nava Lara


Micromachismos en la educación pública de México. La voz desde dentro… 308

CAPÍTULO 5. Desmontando la violencia sexual... 327

Maite Carretero Sanjuan e Irene de Lamo Velado


Pasado, presente y futuro de los delitos de agresión y abuso sexual. Una aproximación
legislativa… 327

Sandra Milena Parra Barrera y María del Mar Sánchez Fuentes


Marco jurídico de la violencia sexual: consentimiento sexual y riesgo de victimización
secundaria en Colombia… 351

Tabita Aija Silva Moreira, Cristina Herrero Villoria, Antonia Picornell Lucas,
María Carmen Patino Alonso e llana Lemos de Paiva
Colonización, racismo y explotación sexual de mujeres y niñas en España: variables
engarzadas a un mismo fin… 365

Gloria Margarita Gurrola Peña, Oscar Armando Esparza del Villar, Patricia
Balcázar Nava y Priscila Montañez Alvarado
Justificación de la violencia por hombres agresores… 382

María Encarnación Quesada Herrera y María Cristina Fuentes Lara


Acoso sexual callejero. Estudio de caso en los centros educativos de Granada… 400

CAPÍTULO 6. Violencia de género vs. Violencia simbólica… 421

Nieves Moyano Muñoz y Reina Granados de Haro


Consentimiento sexual, concepto y evaluación: marco introductorio… 423

Carmen Lledó Rando


Control Coercitivo, el comienzo de la violencia de género… 434

Brenda Rodríguez Aguilar y Germán Benito Bernáldez Jaimes


Micromachismos observados en las sobrevivientes de feminicidio… 453
José María García de Diego
Formas latentes y manifiestas de violencia contra las mujeres en el parto… 469

Pilar Iglesias Aparicio


(Micro)violencias y pandemia COVID-19… 486

CAPÍTULO 7. De relaciones y afectos... 503

Estrella Fátima Rueda Aguilar


Dependencia emocional y autoestima en adultos jóvenes universitarios… 50

Esther Mena Rodríguez, Lourdes Aranda y María Inmaculada Jiménez Perona


Análisis de las asimetrías de género en las relaciones de parejas. Un estudio piloto… 523

Julia María Díaz Calvarro


La invisibilidad de los modelos de familia no tradicional como sujetos de protección en
materia fiscal… 535

Viviana Castellanos Suárez


Feo, fuerte y formal: alternativas ante los estereotipos de masculinidad… 553

Belén Blázquez Vilaplana y Francisco Javier Alarcón González


Teletrabajar no es conciliar: análisis con perspectiva de género de los micro machismos
aceptados en nuestra nueva realidad… 566

Raúl Arriaga Ortiz


Nichos de género y conductas de pareja micromachistas hacia mujeres “vestidas”/
trans en Tuxtla Gutiérrez Chiapas, México… 582

CAPÍTULO 8. Redes sociales y cultura popular... 601

Lucía Rodríguez Olay


¿Es Harry Potter un estereotipo machista?... 603

Lidia Santiago Calahorro


Educar en igualdad a través del rap… 617

Antonio Nadal Masegosa y Eugenia Fernández Martín


Análisis didáctico-pedagógico de género en los vídeos tendencia de Youtube. Reggaeton
y micromachismo… 632
Susana Guerrero Salazar
Micromachismos en las portadas de los diarios deportivos españoles: las imágenes de
las deportistas… 646

Marta Roqueta Fernàndez


Desmontando el monopolio masculino blanco en los medios catalanes:
#OnSónLesDones… 661

Taiana Catharino
Redes online: empoderamento e misoginia… 679

CAPÍTULO 9. Representaciones en la pequeña y la gran


pantalla… 697

José Luis Valhondo Crego


“Lo personal es político”: gestión dramatúrgica de la identidad de género en el cine de
Arte y Ensayo… 699

Narce Dalia Ruiz Guzmán


Narrativas estudiantiles con mirada femenina… 712

Esther Pérez Nieto


Cine para una genealogía de las mujeres. Rasgos ensayísticos en las películas de Virginia
G. del Pino, Tatiana Huezo y Carolina Astudillo… 725

Nerea Cuenca Orellana y Natalia Martínez Pérez


Entre la sobreprotección masculina y la autonomía femenina: Kate Pearson en This Is
Us… 742

José Luis Valhondo Crego


Series de televisión, performatividad de género y paradigma 4E: la masculinidad en
Black Mirror… 758

Carlos Alberto Leal Reyes


La representación de las mujeres en el cine slasher: aproximaciones interseccionales… 771

CAPÍTULO 10. Mujeres autoras, mujeres protagonistas… 793

Esperanza de Julios Costas


Arqueología del feminismo: Olympe de Gouges y su lucha en favor de las mujeres… 795
Ana Pérez Porras
La manipulación del cuerpo femenino, maternidad e infidelidad en Return to Wuthering
Heights (1977), de Anna L’ Estrange… 806

Gloria Luque Moya


¡Reforma (kaejo)! Una interpretación filosófica sobre la nueva mujer en la obra de Kim
Ilyeop… 818

Sónia de Sá
A sujeição da mulher em Normal People: de Wollstonecraft a Rooney… 831

Diana Ibarra Soto


Entre las risas de Lisístrata y las lágrimas de Antígona, expectativas de lo que debe ser
una mujer protagonista… 845

Antonia Víñez Sánchez


Divinización y aniquilación: el destino de la donna en Guido Guinizzelli… 864

Milica Lilic
De micromachismos a acoso sexual en la novela testimonial sobre el “caso Nevenka” de
Juan José Millás… 876
Prólogo

Mandatos de género y la dinámica en la construcción de la identidad

Para avanzar en igualdad resulta necesario hacerlo en dos direcciones distintas


y en sentido diverso entre hombres y mujeres, pues el valor de lo humano está tanto
en las formas privadas de vida como en la vida social y profesional. Ambas constitu-
yen esferas complementarias, las dos caras de una misma moneda. Sería un proyecto
fallido e incompleto considerar que sólo las mujeres deben recorrer el camino de los
derechos, como si fuese una licencia alcanzada por los hombres que ellas reivindican
también para ganarse su autonomía. ¿Quiénes se ocupan de las responsabilidades?
¿No son los hombres quienes deberían procurar alcanzar la igualdad con las mujeres?
¿Por qué cuando hablamos de igualdad parece que se sugiere que hay que alcanzar
los objetivos alcanzados por ellos? La lógica de los derechos, de esas facultades que
supuestamente autorizan a hacer o dejar de tomar decisiones o mantener ciertas con-
ductas y acciones.

Un espacio de libertad individual o un espacio de reconocimiento social, que


parecía sólo reservado para ellos que parecían los únicos protagonistas de las revolu-
ciones y la modernidad, olvidando a las mujeres que lo hicieron junto a ellos. Pero el
patriarcado mantenía la convicción de la minoría de edad de la mujer, el denominado
sexo débil, destinado a aliviar las cuitas del guerrero social. Una división de la socie-
dad que confinaba, ahora que hablamos del coronavirus, a las mujeres a la privacidad,
en su doble sentido de estar ocultada del espacio público, y carente de facultades
(derechos) para poder gestionar sus propios intereses.

Los tiempos han cambiado. Cierto. Y la legislación ha consagrado la igualdad


de las mujeres, pero esta igualdad queda ensombrecida cuando ser mujer significa
encontrar obstáculos reales para hacer efectivos tales derechos. Pues no son las leyes
las que deben cambiar, sino las personas. Y no se puede vigilar a cada persona para
que cumpla las normas, sobre todo cuando apela no sólo a conductas específicas, sino
a las convicciones que deben acompañar a la convivencia con las otras personas. Se
requiere prevenir antes que curar. Evitar convertir al Derecho en el saco roto de todos
los fracasos sociales. Se precisa más educación y ética que leyes. Pero sólo cuando se
valora la igualdad se disfruta de ella, no asumiéndola como una restricción arbitraria.

ix
Se trata de reconocer una condición que dignifica a la persona. Concederle la mayor
dimensión a sus posibilidades vitales y hacerlo sólo porque es una persona que nece-
sita desarrollarse, como una planta. Pero para eso es necesario contar con una atmós-
fera social que propicie ese crecimiento. Hay que superar el lenguaje de los conceptos
formales de derechos, obligaciones y atender al sentido de la vida, como el espejo en
el que apreciar los avances acerca de nuestra calidad humana.

La igualdad implica el respeto a nuestra diversidad, sin marcar a las personas


bajo el género, construcción social que debe abolirse. Nos desborda no sólo la reali-
dad exterior que nos circunda, sino también esa otra realidad interior en la que ex-
perimentamos cambios, ideas y creatividad con las que queremos descubrir quiénes
somos. No debe la sociedad decirnos de antemano qué debemos ser y hacer, sino qué
hemos de lograr al conformar nuestra identidad de manera dinámica en un proyecto
a la vez de libertad y de interdependencia común.

Ahí está el error (y el horror) confinar a categorías. Si nos parece limitante


una situación como la de la covid, sólo tendríamos que imaginar qué supone vivir
toda la vida bajo imágenes impuestas, roles de género y roles sociales e imposiciones
culturales de qué significa ser lo que dice mi imagen, mi cuerpo o mi posición en una
familia, como si sólo fuese eso que ven de mí. Y lo peor es que hasta puedo recibir elo-
gios que vienen a reforzar esa imagen (o funciones) y no hacerlo o no hacerlo como se
espera que lo haga se estima como una falta de responsabilidad. De ahí la importancia
de hablar de micromachismo, como aquellas fuerzas invisibilizadas (siguiendo con el
símil de la pandemia de nuestro tiempo) que nos acechan en identidades rígidas que
impiden reconocer la pluralidad de identidades que nos habitan, que dialogan entre
ellas y adoptan diversas expresiones en distintos contextos. Esta constricción de la
identidad, impuesto por el funcionamiento social, alcanza un nivel moral, psicológico
y social. Quién creo ser determina qué entiendo que está bien o mal, sobre qué valores
anclo mi sentido vital. Y esa dimensión condicionará mis relaciones y aspiraciones,
de lo que resultará que quien soy dependerá de los modelos de trajes disponibles en
cada sociedad con los que podré cubrir mi identidad.

Igualdad significa conciliar, y no sólo por una cuestión social, de compartir ta-
reas, sino también por una cuestión más profunda, vital, de descubrir mis distintas
partes como persona, para salir de ese confinamiento. Pero eso no debería quedar
referido sólo a la dicotomía privado/público marcada por el patriarcado, en la que
pudiera parecer que quienes han ocupado el espacio privado son a quienes le toca sa-
lir. Pues también viven en confinamiento quienes no aprendieron a disfrutar de otras

x
parcelas que concierne a las formas de vida con sus hijos o hijas, asumir responsabi-
lidades en la tarea común, o que podría asumir labores distintas a las marcadas por
la sociedad patriarcal. Es el confinamiento autoimpuesto del que nadie le impide salir
y campar por otras expresiones que se dijeron ser de mujeres equivocadamente. Nos
corresponde a todas las personas. Curiosamente, esas otras expresiones son aprecia-
das ahora en este modelo de sociedad capitalista, estrechamente unido al patriarca-
do, y se representan bajo la denominación de calidad de vida.

Algunos ejemplos ilustran cómo llevamos en nuestra mirada un cristal discri-


minatorio que nos hace apreciar las acciones de las mujeres y los hombres con distinto
rasero. Así, cuando una funcionaria realiza en su trabajo alguna gestión familiar, será
probable que escuchemos la recriminación de alguien que diga que no debe realizar
tales tareas cuando está en su trabajo. Evidentemente, esta situación no le ocurrirá a
un hombre, pues cuando ellos van al trabajo no llevan consigo ningún tipo de preocu-
pación por las gestiones familiares. En cambio, las mujeres, en su doble jornada, de-
ben hacerlo con frecuencia, pues sus labores de cuidados no cesan ni siquiera cuando
están trabajando. Sus dependencias cruzan espacios y horarios, mientras que para los
hombres éstos están separados y diferenciados, como corresponde a la lógica de un
sujeto independiente y autónomo. Por otro lado, cuando una mujer realiza algún tipo
de gestión de esta naturaleza se generaliza, y la actitud de una mujer se interpreta
como si fuera la de todas ellas, como si la propia naturaleza de dicha “incompetencia”
para lo público radicara en su condición de ser mujer. Como hemos dicho más arriba,
se tiende a considerarlas doblemente responsables, de su actividad pública y privada.
Ellas deben demostrar su competencia; en cambio a ellos se le presupone.

Otro claro ejemplo de cómo la desigualdad perdura en nuestra mirada es la


consideración que hacemos de “las actividades” privadas como si fueran actividades
“no valoradas”, es decir, carentes de valor, además de actividades fuera del espacio pú-
blico, no sujetas a las transacciones económicas. Un ejemplo simple e insignificante:
Si cogemos un taxi aceptaremos que es un servicio que tiene un coste, que se trata del
trabajo de alguien que se gana la vida con esa actividad. En cambio, si este servicio
viene realizado por nuestra madre o nuestro padre, parece que no cuesta nada. Se
trata de una ilustración que puede considerarse absurda, pero, si caemos en la cuenta
que la vida de las mujeres está totalmente ocupada de este tipo de trabajo, advertire-
mos cómo su vida es una vida “privada”, en el sentido de que parece no ser reconocida
en su contribución a la sociedad. Su actividad, por intensa que sea, no adquiere el
estatus de profesional. Son “sus labores” o, en términos más cínicos, directamente se
les convierte en “ama de casa”. Ya al menos manda en algo, aunque sea en algo priva-

xi
do de valor. La dinámica de las relaciones de dominación se expresa en el ejercicio de
nominar y entender el significado de cada situación desde la mirada de quien ostenta
el poder.

Frente a este título de “ama” (dueña) de la casa, en relación con los hombres se
escucha hablar de si mi “marido” (compañero) me ayuda, como si fuera el voluntario
de una ONG masculina que de vez en cuando colabora con dichas tareas. El siguiente
paso en este discurso micromachista es la representación del hombre manazas en el
hogar, en una especie de incompetencia innata que le ha privado de aprender cual-
quier tarea doméstica por fácil que sea. Estaríamos ante una de las metamorfosis co-
tidianas más sorprendentes, pues la presumida inteligencia masculina parece conver-
tirse en estupidez doméstica.

En el fondo, existe una presunción cultural fuertemente arraigada a los roles de


género: hacer lo que hacen las mujeres convierte a los hombres en seres inferiores.
La feminización del hombre es un modo de ofensa social. De hecho, incluso el insulto
se agrava cuando se dice en femenino o cuando se le exhibe con indumentaria feme-
nina en público es una manera de ridiculizarle en su masculinidad. Por eso, muchos
hombres, aun asumiendo sus responsabilidades domésticas, les quitan importancia
porque eso le restaría valor en su proyección social. Intentan pasar de puntillas so-
bre la actividad como una colaboración que parece impuesta. La igualdad de género
hay que pensarla desde esta doble vía de recuperación de los valores y los espacios
femeninos por parte de las mujeres. Se trata de encontrar un equilibrio entre la esfera
pública y la esfera privada. Por eso, hay que abogar por las personas que integren los
valores humanos que hasta ahora habían sido catalogados por las convenciones pa-
triarcales como de “masculino” y “femenino”, como dos elencos de posibilidades an-
tagónicas entre las que se debía de optar para definir la identidad social. Las mujeres
han avanzado en esos espacios y roles “de hombre”, y les toca ahora a ellos avanzar en
esas cualidades y espacios asociados a las mujeres. Deben ser corresponsables, deben
asumir las responsabilidades domésticas.

Los derechos no deben plantearse como reivindicaciones individuales (indivi-


dualistas) para alcanzar aspiraciones personales sin que parezca que a nadie le toca
pensar en el proyecto común. La responsabilidad compartida rompe la lógica de una
convivencia de sujetos autónomos y reivindica valores comunes que forman parte del
bienestar de cada cual. La lógica de la pertenencia no puede ser meramente formal;
requiere participar en tareas que no son retributivas en términos económicos pero
que reportan un beneficio humano en términos de convivencia. La lógica del mercado

xii
no puede seguir siendo el referente del éxito. La identidad del hombre no se define
por su capacidad de depredador social para abastecer a su familia, ni la de la mujer
basada en el sacrificio como forma de afirmación.

El hecho de presuponer “valor” (público) al hombre sólo por serlo le sitúa ante
un sentimiento ambiguo ante sus opciones de compartir su tiempo y sus intereses con
la vida familiar. Cuando lo hace se convierte en objeto de película cómica o de anun-
cios que quieren ilustrar más las virtudes del producto que del padre: comidas que se
preparan de manera mágica, asumiendo así el mismo rol que la madre pero dejando
claro su figura de padre. Es por ello que las tareas del hombre en el hogar son consi-
deradas una “ayuda”, un gesto de voluntariedad solidario, y no como un trabajo que se
ha de compartir por igual. En cambio, el padre sí aparece en el espacio doméstico en
ratos de esparcimiento nocturno, tras finalizar el día, como elemento de seguridad, y
acompaña a sus hijos en aquellas actividades que requieren la instrucción y el ingenio
tecnológico de papá: ayudar a construir coches y barcos o artefactos tecnológicos que
le permiten compartir con sus hijos ratos de diversión “inteligentes”.

Esta distinción de las funciones del “padre” y de “la madre” se basaba en la pre-
sunción patriarcal de que el hombre se caracterizaba por su uso de la razón, mientras
que la mujer quedaba relegada al plano de los sentimientos. Esta capacidad racional
suponía más aptitudes para las tareas intelectuales y una ocupación del espacio pú-
blico como voz y representante de su familia (la típica figura del cabeza de familia),
mientras que las mujeres administraban el espacio doméstico. Esta diferencia res-
pondía a su vez a la idea de superioridad de la actividad pública, en la que supuesta-
mente se ejercita la razón o actividades intelectuales, frente al inferior valor atribuido
a las tareas domésticas y, por tanto, privada per se de consideración social. Lo privado
se concebía así como un espacio de dominación de cada hombre en su pequeño feudo
familiar, siendo él la única voz autorizada para pronunciarse hacia el exterior sobre
los intereses de sus miembros.

Esta injusta división de espacios y responsabilidades parecía justificada por


el hecho de que, mientras el trabajo fuera de casa es retribuido, aquel otro realizado
en casa es gratuito (privado de valor y de visibilidad). Y no olvidemos que “el dinero”
como medio de liberación social ha marcado la diferencia entre la independencia del
hombre, empresario familiar, y el “sometimiento” de muchas mujeres, como proleta-
ria no retribuida cuya recompensa se hallaba en la felicidad de su familia y los afectos
de su marido. Y esta contingencia del reparto social se antojaba posteriormente como
un motivo fundado para justificar las diferencias de responsabilidades.

xiii
El micromachismo en los discursos mediáticos

Los medios de comunicación son educadores permanentes de la opinión pú-


blica. Comunicar es educar. Tanto los contenidos como las formas constituyen un
caudal simbólico del imaginario social en que se miran la ciudadanía para legitimar
sus pautas de conductas. Por esta razón, la igualdad entre los hombres y las mujeres
debe ser un horizonte ético que ha de inspirar las propuestas comunicativas. Educar
es saber comunicar en valores; por eso, la reflexión ética es el núcleo de cualquier
proyecto de alfabetización mediática. A este respecto, la igualdad de género debe ser
uno de los asuntos a los que se debe prestar especial atención, pues existen formas de
discriminación comunicativa que pasan desapercibidas. De forma más sutil emergen
nuevas formas de dominación que muestran cierta tolerancia con la igualdad en los
papeles (formal) pero que no aceptan la igualdad de funciones (material) entre los
hombres y las mujeres. A esta apariencia aterciopelada del patriarcado se le ha de-
nominado micromachismo, pues no discute la igualdad, sino que más bien opta por
ridiculizarla como si fuese un orden de los roles sociales contra natura. Por tanto, el
machismo acepta que la mujer ocupe el espacio público si puede ser con los criterios
exigidos de belleza femenina y la competitividad masculina, es decir, que sea mujer y
a la vez independiente, según el modelo masculino y, por supuesto, en una posición
subordinada al hombre. Sin embargo, las mujeres que adoptan esta decisión deben
ser conscientes de que no le exime de su responsabilidad doméstica y/o maternal, a
menos que como mujer independiente pueda contratar a otra que pueda realizarla y
así llevar una vida similar a la de sus compañeros varones.

El micromachismo no acepta que los hombres deban recorrer el camino inver-


so y asumir sus responsabilidades en el ámbito doméstico. Los hombres colaboran,
echan una mano, asisten en momentos especiales de necesidad, pero no asumen el
trabajo doméstico como parte de su responsabilidad. Resulta especialmente ridículo
decir que mi “marido me ayuda”. Por tanto, el micromachismo consistiría en estrate-
gias más sutiles con las que se pretende recordar la vigencia de un orden “natural” en
las relaciones de dominación entre hombres y mujeres.

De los discursos aceptados a la violencia invisibilizada

A pesar de la creciente atención a la violencia contra la mujer y la multiplica-


ción de normas y códigos éticos nacionales e internacionales, la narrativa periodística
de la violencia de género en los medios de comunicación reproduce en muchos países
mitos y estereotipos sexistas potencialmente peligrosos. El riesgo de una representa-

xiv
ción desequilibrada y distorsionada de las relaciones de género radica no solo en las
formas de sexismo más explícitas y evidentes, sino también en las sutiles e impercep-
tibles, que sitúan la autoridad de los hombres por encima de la de las mujeres (Boni-
no, 1991), legitimando una jerarquía de poder que justifica y favorece la violencia.

El psicólogo argentino Luis Bonino Méndez habla al respecto del micromachis-


mo, refiriéndose a actitudes y comportamientos sutilmente masculinos, que muchas
veces pasan desapercibidos, porque cubren la realidad de manera imperceptible, son
asimilados y compartidos por hombres y mujeres y van de la mano de la lógica del
patriarcado. El micromachismo de Bonino se refiere sobre todo a las relaciones de
pareja, que generan diferentes tipos de actitudes y comportamientos sutilmente mas-
culinos, como el micromachismo utilitario, enmascarado, de crisis y coercitivo. El pri-
mero se refiere a la atribución de las tareas de cuidados domiciliarios a las mujeres,
apelando a su “mayor capacidad” para planchar, lavar, cuidar y cocinar. El microma-
chismo enmascarado se manifiesta con actitudes y comportamientos como los silen-
cios, el desconocimiento de la mujer como tal, el uso de la comunicación paternalista
y la ironía denigrante hacia el género femenino, que se basan en la devaluación del
rol de la mujer en la sociedad. El micromachismo de crisis ocurre cuando una mujer
aumenta su poder y un hombre intenta mantener el control y se manifiesta con actitu-
des de falso apoyo, distanciamiento emocional, negación, victimización y resistencia
pasiva. Finalmente, el micromachismo coercitivo incluye actitudes y comportamien-
tos de sutil presión moral, psicológica o económica de los hombres sobre las mujeres,
como, por ejemplo, sentarse a la cabecera de la mesa a la hora de cenar o en el mejor
sillón del salón o manejar el mando a distancia cuando se ve la televisión.

Además, de nuevo en relación con el concepto de micromachismo de Bonino, el


prefijo “micro” se refiere a pequeñas actitudes y comportamientos dominados por los
hombres o a pequeños contextos de acción. En realidad, no es tanto su tamaño lo que
es relevante en la definición del fenómeno, ni podemos hablar de pequeñas acciones,
sino de actitudes y comportamientos caracterizados por el mimetismo, la naturalidad
aparente, la difusión y la recurrencia. De ahí la preferencia por una expresión que
parece más correcta, como la del sutil chovinismo, útil para enfatizar la naturaleza
poco visible del fenómeno, más que la referencia al reducido tamaño de las acciones
o contextos de acción. Sin embargo, la idea de machismo se limita al énfasis en el
predominio del hombre sobre la mujer. A partir de la percepción de una diferencia
biológica innata entre hombre y mujer, la menor fuerza física femenina, el chovinismo
masculino establece una jerarquía entre hombres y mujeres, en la que las mujeres son
consideradas “naturalmente” inferiores también a nivel intelectual, social y político.

xv
El chovinismo masculino es, por tanto, una forma de sexismo. Sin embargo, este es un
término más amplio y comprensivo que incluye cualquier forma de discriminación
basada en el género.

Glick y Fiske (1996) también hablan de sexismo pero, como Bonino, se ocupan
principalmente de la relación entre hombres y mujeres, que consideran única. Para
estos autores no existen otros grupos cuya interdependencia se caracterice por di-
ferencias históricas de poder combinadas con un estrecho grado de intimidad física
y psicológica. De hecho, los hombres, de estatus superior, necesitan mujeres para la
gratificación sexual, para la reproducción y el crecimiento de la descendencia. De ahí
un sexismo benevolente y hostil. El sexismo hostil corresponde a la definición clásica
de prejuicio y consiste en una abierta hostilidad hacia las mujeres, su devaluación en
función de su género y la consiguiente discriminación en todos los ámbitos de la vida
social. En cmabio, el sexismo benevolente consiste en una visión estereotipada de
la mujer, que despierta comportamientos prosociales y la búsqueda de la intimidad,
pero que, no obstante, está vinculada al estereotipo tradicional altamente discrimina-
torio del dominio masculino en la vida social. El sexismo benevolente está muy cerca
del micromachismo de Bonino: comparte su perspectiva psicológica, y se refiere a
actitudes y comportamientos eminentemente masculinos.

Nuestra perspectiva teórica, por tanto, se acerca más al concepto de violen-


cia simbólica de Bourdieu, es decir, aquellas formas de violencia ejercidas no sólo a
través de la acción física, sino con la imposición de roles sociales, de categorías cog-
nitivas, de estructuras mentales a través de las que se percibe y se piensa el mundo,
desde sujetos dominantes hasta sujetos dominados. Se trata, por tanto, de una violen-
cia sutil e invisible, ejercida con el consentimiento inconsciente de quien la padece y
que esconde las relaciones de poder subyacentes. El primero es el proceso mediante
el cual se produce la reproducción cultural y la naturalización de determinados com-
portamientos y valores. El segundo es el proceso por el cual las relaciones simbóli-
cas tienen efectos directos sobre el cuerpo de los sujetos sociales. Sólo la educación
puede prevenir el sexismo y la violencia machista, pues se trata de abolir el género,
y escapar de sus roles y mandatos, los cuales nos autoimponen un confinamiento a
nuestra manera de ser, sentir y vivir.

xvi
Referencias

Bonino, L. (1991). Micromachismos: La violencia invisible en la pareja. Barcelona: Pai-


dós.

Bourdieu, P. (2000). La dominación masculina. Barcelona: Anagrama.

Glick, P. & Fiske, S.T. (1996). The ambivalent sexism inventory: Differentiating hostile
and benevolent sexism. Journal of Personality and Social Psychology, 70, no. 3, pp. 491-
512.

Los editores

xvii
CAPÍTULO 1
Diagnóstico
de la esfera pública
El poder como objeto del deseo. El problema de la
autolegitimación en el caso de las mujeres

Lourdes Royo Naranjo


Universidad de Sevilla
lroyo@us.es

Susana García Bujalance


Universidad de Málaga
sgbujalance@uma.es

Antonio Vargas Yáñez


Universidad de Málaga
antoniovy@uma.es

Resumen

A lo largo de las cuatro últimas décadas hemos asistido a la generalización de la


presencia de la mujer en profesiones que hasta ahora les habían estado vetadas. De
este modo, aunque su presencia no sea aún mayoritaria, hoy resulta familiar
encontrar mujeres conductoras de transporte público y de mercancías, en el ejército,
o en las áreas de informática e ingenierías. Sin embargo, y aunque todavía será
necesario que pase más tiempo para que se produzca un equilibrio entre ambos
sexos, ya se puede hablar de la normalización social de la presencia de las mujeres
en estos ámbitos profesionales. Lo que sí resulta más difícil es encontrar mujeres
que ejerzan el poder de forma plena y consciente. En muchos casos las mujeres que
llegan a puestos de responsabilidad suelen hacerlo con una cierta sensación de
extrañamiento. Cada vez está más aceptado socialmente que haya mujeres que
hayan alcanzado el éxito por su capacidad y buen hacer profesional, pero resulta

3
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

conflictivo aprobar que aspiren y disfruten de su ejercicio y ostentación.


Probablemente esta situación se vincula con la histórica dependencia económica
femenina. Aunque el número de mujeres que ha alcanzado un nivel económico
elevado es cada vez mayor, son pocas las ocasiones en que éstas explicitan su deseo
de ganarlo. Que haya mujeres cuya vocación sea la de alcanzar y ejercer el poder se
percibe como algo agresivo y por tanto opuesto a su naturaleza, mientras que en el
caso de los hombres se considera una característica de fortaleza y legítima ambición.
Lo que subyace en el inconsciente colectivo es que las mujeres están legitimadas
para esforzarse, pero no para ejercer el poder. Esta investigación profundiza sobre
los problemas que las mujeres tienen a la hora de reconocerse como aspirantes al
poder en la esfera pública por el propio hecho de querer ejercerlo y representarlo
en la Sociedad.

Palabras clave

Género, mujer, trabajo, poder, historia.

1. Introducción

A lo largo de las cuatro últimas décadas hemos asistido a la generalización


del acceso de la mujer a profesiones que hasta ahora les habían sido vetadas. Aunque
su presencia no sea aún mayoritaria, hoy resulta familiar encontrar mujeres en el
ejército o en áreas claramente técnicas o científicas. No obstante, la igualdad efectiva
entre hombres y mujeres continúa siendo más un objetivo que una realidad a nivel
mundial.

Esta investigación profundiza sobre los problemas que las mujeres tienen a
la hora de reconocerse como aspirantes al poder en la esfera pública por el propio
hecho de querer ejercerlo y representarlo socialmente. Subyace en el inconsciente
colectivo que las mujeres están legitimadas para esforzarse, pero no para ejercer el
poder, por lo que cuando esta situación aparece, un amplio número de mujeres
asumen una serie de conflictos con los que luchar y avanzar para alcanzar su

4
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

propósito. En este campo de análisis aparece la construcción de las subjetividades


del género, esto es, conflictos entre subjetividades creadas como masculinas y
femeninas y barreras que frenan nuestras expectativas de identidad y relación con
las que creemos, limitando por tanto nuestro potencial de entendimiento y
encuentro (Cerri, 2010).

A pesar de la inexistencia de trabajos científicos que reflejen de manera


directa dichos postulados, la delicada relación histórica que une a las mujeres con el
poder refleja en cierta manera un espacio de trabajo todavía muy inexplorado en la
literatura científica y nuestra aproximación se presenta como un discurso en
construcción, en el que evidenciamos, por una parte, muchas carencias en cuanto a
estudios sobre la materia y, por otro lado, mucho trabajo todavía por hacer.

2. Metodología de análisis para un estudio formal de las mujeres y el poder

Metodológicamente y como punto partida, hemos elaborado un estado de la


cuestión que relaciona la figura de la mujer con el poder, donde los estudios sobre
mujer y psicología, antropología y filosofía reconocen desde estas áreas de
conocimiento diferentes aspectos clave. A este respecto es importante resaltar cómo
a partir de los años ochenta, se introduce en las investigaciones el concepto de
género como categoría de análisis social (Arjun, 2001). Estos estudios (Strathern,
1980; Collier y Rosaldo, 1981; Goodale, 1980; Mathieu, 1985, Scott, 1986; Moore,
1991) nos permiten, en primer lugar, mostrar las desigualdades reales entre las
mujeres en función de los múltiples contextos socio-históricos, y en segundo lugar
demuestran que en todas las sociedades existen mecanismos de construcción
cultural que, según la pertenencia sexual, determinan los roles y los estatus sociales
de los individuos. De esta manera, a partir del hecho biológico cada sociedad
construye un sistema cultural que define lo que tiene que hacer cada sexo, cómo
tiene que hacerlo, lo que no puede hacer y, en base a esta regulación de roles, sitúa
los individuos en una escala valorativa.

La introducción de la mujer en el ámbito laboral, el cambio de rol en la


sociedad o el acceso a la Educación Superior motivarán que la mujer se incorpore

5
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

paulatinamente a escenas culturales y sociales hasta ahora masculinizadas o


sencillamente vetadas. En este camino, las recientes investigaciones científicas
ofrecen porcentajes reveladores para el análisis de un panorama donde la presencia
de la mujer sigue siendo muy escasa, sobre todo en determinadas áreas de
conocimiento y escalones piramidales. La búsqueda histórica de referentes
femeninos y la visibilización de un modelo que represente este cambio para la mujer,
así como la necesidad de reafirmarlo, constituye el segundo paso de la investigación
que presentamos, teniendo como contexto español un período concreto del S. XX.

La consulta de los informes publicados por el Ministerio de Educación y


Ciencia en los últimos años o los anuarios publicados por la ONU-Mujeres, vienen a
resaltar dicha quiebra y desigual presencia hombres-mujeres. Los espacios más
relevantes corresponden a las que en cierta manera visibilizan estereotipos firmes
de poder y representatividad: la cultura, la educación, la ciencia y la política se
priorizan como ámbitos mayoritariamente masculinizados donde el poder sigue
siendo protagonizado con desigualdades muy marcadas.

En muchos casos las mujeres que llegan a puestos de responsabilidad suelen


hacerlo con cierta sensación de extrañamiento, siendo difícil encontrar ejemplos de
mujeres que ejerzan el poder de forma plena y consciente además de dar pruebas
públicas de su rol. Dicha situación pudiera vincularse históricamente con la
independencia económica femenina, siendo un dato evidente reconocer cómo a
pesar de que el número de mujeres que ha alcanzado un nivel económico elevado es
cada vez mayor, son pocas las ocasiones en que éstas explicitan su aspiración, pues
ellas mismas perciben dicha actitud como algo agresivo y opuesto a su naturaleza,
mientras que en el caso de los hombres se considera una característica de fortaleza
y legítima ambición.

3. La incorporación de la mujer al mercado de trabajo y su visibilidad en los


escenarios de poder

El acceso de la mujer al mercado de trabajo no siguió una progresión


uniforme o lineal en el contexto nacional, constituyendo un camino donde la

6
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

visibilidad y la presencia de la mujer era en muchos casos rechazada. Tal y como


defiende Nuño (2010), desde el último tercio del siglo XIX a la actualidad, esta
progresiva incorporación al escenario laboral diferenció tres etapas significativas:
La primera (1877-1940) estuvo marcada por la paulatina retirada de las mujeres del
mercado laboral como consecuencia de la resistencia social femenina al trabajo
extra-doméstico. El período de la guerra civil española (1936-1939) interrumpió
transitoriamente las condiciones laborales de las mujeres fuera del hogar,
visibilizándose su trabajo productivo en talleres y hospitales. “Con objeto de cubrir
las vacantes en la industria de los varones movilizados en la guerra, se promocionó
una incorporación temporal de las mujeres al sector industrial” (García Nieto, 1991,
p. 51). Sin embargo, al finalizar la contienda, las mujeres fueron expulsadas del
trabajo fabril y el régimen franquista impuso un férreo modelo de división sexual
del trabajo, articulado sobre el ideal decimonónico de mujer madre y esposa. Así, el
Fuero del Trabajo de 9 de marzo de 1938 establecía como “garantías de orden
defensivo y humanitario” la prohibición del trabajo nocturno de las mujeres y niños,
y el compromiso del Estado de “libertar a la mujer casada del taller y de la fábrica”.

El estudio de las funciones de género, en este momento concreto de la


historia, describe quién hace qué, dónde, cómo y cuándo; Estas funciones permiten
determinar la manera como era repartido el trabajo y la autoridad en esa época, lo
cual define considerablemente el proceso inmediatamente posterior de incursión de
la mujer al ámbito laboral. De esta manera, la segunda etapa (1940-1981) supuso
una moderada y progresiva incorporación de la mujer al trabajo asalariado,
especialmente a partir de los años sesenta, como consecuencia de los cambios
culturales, económicos y legales que tuvieron lugar en la sociedad española. En este
período, se produce un fuerte incremento del sector servicios. No obstante, persiste
la segregación ocupacional, la discriminación salarial y la consideración social del
trabajo de las mujeres como una ayuda familiar previa al matrimonio. Por último,
podríamos definir una tercera etapa que llega hasta nuestros días, caracterizada por
la incorporación masiva de las mujeres al mercado de trabajo en un escenario donde
al mismo tiempo se suceden y se adaptan cambios legales y derechos laborales. En
esta etapa se transforma el perfil profesional de la actividad femenina y se
incrementa la cualificación y la diversificación de los empleos ocupados por

7
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

mujeres. En un contexto más reciente, el acceso al trabajo significa la presencia de


las mujeres en el mundo social, no sólo de una forma testimonial o marginal, sino en
el núcleo motor de los cambios económicos, políticos, culturales y sociales.

4. El papel de la mujer en la cultura española del S.XX

A pesar de todo, y teniendo en cuenta el momento en el que nos encontramos,


todavía queda mucho trabajo por hacer, y no podemos únicamente identificarnos
con la exclamación que nos regaló Emilia Pardo Bazán en 1916: “Lo difícil que es
para nosotras todo, hace más valioso cualquier pequeño triunfo” (Bravo 1973, p.
295). Se experimenta un sentimiento que nos habla de certezas firmes, de la
constancia por conseguir proyectos y deseos, y por lograr un mundo más justo para
las mujeres. La socióloga María Ángeles Durán lo expresó en 1982 subrayando la
intensa dedicación exigida y la imprescindible actitud de no cansarse: “No fue un
proceso natural, sino una batalla que todavía no ha concluido”. Una reflexión que a
día de hoy mantiene por completo toda su vigencia, pues en determinados trabajos
continúa siendo destacada la infrarepresentación de las mujeres en categorías de
mayor rango y representatividad, en los órganos de gobierno y en los escenarios de
poder.

Retroceder en la historia, se convierte en un ejercicio obligado para deshacer


algunos pasos andados, releer aspectos y reescribir contenidos. El papel
desempeñado por la mujer en el diseño y construcción de la sociedad moderna
quedó a principios del S.XX reducido casi exclusivamente al ámbito estrictamente
familiar1. El reparto sexual del trabajo recluía a la mujer en el espacio doméstico,
dedicada a la maternidad y al cuidado y dependiente del hombre; y a él se le asignaba
el espacio del trabajo público dedicado a la producción y ejerciendo la autoridad.

1 Irene Meler, en el capítulo sobre la familia, antecedentes históricos y perspectivas futuras, en


Género y Familia. Poder, amor y sexualidad en la construcción de la subjetividad, expone con
amplitud y rigor una revisión sobre la evolución de la familia a lo largo de la historia, enfocada desde
el punto de vista de género.

8
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

Progresivamente, la mujer irá asumiendo otros roles en el ámbito público tras las
reivindicaciones llevadas a cabo para conseguir avanzar en las conquistas que los
hombres iban adquiriendo de acuerdo con la propia evolución del mundo. Si bien es
cierto, es importante destacar que el papel de la mujer en cada una de las sociedades
depende de muchos factores que condicionan su vida, como son la cultura, las
tradiciones, la religión, etc. Así, las mujeres de los países desarrollados se han ido
incorporando al desarrollo de sus países como consecuencia de una búsqueda y un
anhelo constante para obtener espacios de igualdad, manteniendo el respeto a la
diversidad.

De esta manera suele haber una corresponsabilidad entre una mejor


situación de la mujer en países desarrollados frente a una situación de mayor
discriminación en los países en vías de desarrollo. En este camino, el estudio de la
imagen de la mujer en el S.XX constituye para nuestro trabajo un factor
imprescindible de análisis. Su representación a lo largo de la historia, así como el
papel que ha ejercido en la creación de clichés, estereotipos, cambios de rol y
expectativas generadas, simbolizan un punto de inflexión para entender
determinados aspectos psicológicos y de comportamiento que necesitaremos
conocer para interpretar futuras conductas en la relación mujeres y poder.

En la misma medida, el acceso a la Universidad supuso para la mujer la


entrada al mundo socio-cultural con pleno derecho; los datos estadísticos vienen a
confirmar que hoy en día hay más universitarias que universitarios pero al mismo
tiempo se reflejan notables desigualdades de género cuando se trata de la
promoción profesional y la participación en el ámbito académico de toma de
decisiones. Como se muestra en el informe She Figures (Comisión Europea, 2016),
en 2013, en la EU-28, las mujeres representaban sólo el 21% del total de las
personas investigadoras de alto nivel (grado A, incluye catedráticas y profesoras
eméritas) –frente al 79% de hombres–, mostrando un progreso muy limitado en
comparación con 2007 (18%). Además, las mujeres son cada vez menos
representadas a medida que suben las etapas de una carrera académica. En el nivel
de grado C (ayudante y contratado/a doctor/a), la diferencia con los hombres se
situaba en 10 puntos porcentuales (45% de mujeres y 55% de hombres en el año
2013), mientras que en el grado A alcanzaba los 58 puntos porcentuales. En el caso

9
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

de las universidades públicas españolas solo un 21% son catedráticas de


universidad.

En casi todos los países estudiados el fenómeno se repite con mayor o menor
intensidad (Bonawitz y Andel, 2009; Guil, 2008). Los diagnósticos internacionales
ahondan en el contraste de la desigualdad y comprueban la discriminación. Esta
segregación vertical continúa observándose de forma aún más notable en los
órganos de gobierno unipersonales de universidades, donde la mayor brecha de
género continúa estando en el cargo de máximo nivel, las rectoras, pese a que
avanzan al 8% del total en el caso de las universidades públicas (estaban en el 2%
en 2015). En el panorama internacional los datos ofrecidos en el año 2015
demuestran que el 21,6% de las plazas de cátedra en universidades públicas estaban
ocupadas por mujeres y el 78,4% por hombres. Pese a que el 39,6% del Personal
Docente e Investigador (PDI) lo ocupaban mujeres (MECD, 2016). En España, la
situación no muestra grandes diferencias con respecto.

Este fenómeno por el que las mujeres no acceden a los puestos más altos de
las pirámides profesionales se denomina “techo de cristal”2. Morrison, White y Van
Velsor (1987) lo definieron como la barrera que se interpone en la parte alta de la
carrera laboral de las mujeres y que normalmente es invisible para la gran mayoría
del personal, está acotada a las categorías más altas y es sólida, por cuanto las
mujeres no la pueden traspasar. Tradicionalmente el estudio de este fenómeno se
ha centrado en el ámbito empresarial privado, pero no es exclusivo de éste. Así pues,
el estudio publicado en El Global Gender Gap Report 2018 del Foro Económico
Mundial indicaría que son mujeres el 22% de las personas profesionales dedicadas
a la inteligencia artificial en el mundo, y respecto a la realidad española, el estudio
Women in Business 2018 de Grant Thorton señalaría que en nuestro país solo hay un
27% de mujeres ocupando cargos de elevada dirección.

2 La expresión “Glass ceiling barriers” apareció por primera vez en un artículo del Wall Street
Journal en 1986 en los Estados Unidos.

10
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

En cuanto al personal investigador las cifras mejoran levemente el porcentaje


de mujeres en la Administración Pública (48%) y en las Universidades (43%).
Concretamente, las estadísticas oficiales que visibilizan la participación de las
mujeres en la ciencia demuestran que todavía es muy escasa la presencia en los
cargos de gobierno de Universidades y Organismos Públicos de Investigación
(OPIs); manteniendo el techo de cristal en la carrera investigadora, puesto que no
representan apenas el 21% de mujeres en las cátedras de universidad o del 25%
entre el profesorado de investigación3.

Con todo, podemos señalar que, desde una perspectiva multidisciplinar, los
estudios de género han generado una serie de conocimientos que dan cuenta de las
razones históricas, sociales, económicas, políticas y simbólicas que fundamentan la
desigualdad entre hombres y mujeres a lo largo de la historia más reciente. De esta
manera, el discurso con respecto a la imagen de la mujer en el S.XX evidenció en un
momento concreto, una importante transformación consecuencia de los diversos
cambios culturales imperantes a nivel internacional. Esta reflexión nos permite
marcar la atención precisamente en el papel que cumple la cultura como impulsora
y facilitadora del desarrollo que, a su vez, puede contribuir al empoderamiento de
las mujeres y lograr la igualdad de género. Así, la cultura y el género tienen que
considerarse conjuntamente debido a que la cultura forma parte de la dinámica de
género, y el género forma parte de la experiencia sociocultural.

“La cultura no es un patrimonio fijo, sino vivo, abierto a las influencias y al


diálogo, que permite una adaptación serena a las transformaciones del mundo”
(Audrey Azolay, directora general de la UNESCO).

https://www.ciencia.gob.es/stfls/MICINN/Ministerio/FICHEROS/UMYC/Cientificas_cifras_2017.pdf.
Consultado el 4/10/2020.

11
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

5. Mujeres y poder, una extraña relación. Diagnóstico y causas

A pesar de que se puede hablar de cierta normalización social para la


presencia de las mujeres en casi todos los ámbitos profesionales, todavía será
necesario que pase más tiempo para que se produzca un equilibrio entre ambos
sexos en cuestión de poder. A este respecto, cada vez está más aceptado socialmente
la existencia de mujeres que han alcanzado el éxito por su capacidad y buen hacer
profesional, pero resulta conflictivo aprobar que aspiren y disfruten de su ejercicio
y ostentación. Tal y como señala Mary Beard (2018), los mecanismos que silencian
a las mujeres, se niegan a tomarlas en serio y las aíslan de los centros de poder. Estas
circunstancias marcan profundamente aspectos que tienen que ver con la psicología
o el psicoanálisis y que se traducen en la repetición de conductas e interpretación
de roles.

Dichos comportamientos se traducen bajo el prisma del psicoanálisis como


frenos o barreras difíciles de romper, y al mismo tiempo se interpretan como claves
de conducta, en nuestro caso útiles para la lectura que establecemos de las mujeres
y su relación con el poder. De esta manera podríamos leer en la historia la existencia
de “barreras sociales” que han caracterizado un contexto de discriminación
histórica para la mujer, donde se produce una socialización diferenciada atendiendo
al sexo de las personas. Es en este contexto donde tiene lugar una educación basada
en estereotipos y roles de género (Blahopoulou, Bosch y Ferrer, 2011) que se
reproducen y se transmiten de generación en generación de un modo sutil, y, a
veces, inconsciente. Se trata por tanto de la perpetuación y herencia de una sociedad
patriarcal con una cultura machista dominante (Montané y Pessoa, 2012), donde
todo se realiza desde una visión androcéntrica.

De manera paralela, atendemos a la existencia de “barreras cognitivo-


emocionales”, en las que se incluyen aquellos factores que son interiorizados por las
mujeres. Lo que éstas piensan, valoran y sienten, junto con la sensación de culpa
(Guil, 2005, 2007; Pérez, 2003) y los problemas de autoimagen y autoestima.
Inseguridades que las llevarían a desarrollar una especie de autorestricción a la hora
de asumir cargos de responsabilidad (Tomás y Guillamón, 2009). De este modo, la

12
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

perseverancia y la tenacidad son considerados por las propias mujeres aspectos


fundamentales para el éxito.

6. Conclusiones

El resultado que se obtiene de la revisión de las publicaciones más relevantes


en torno a la visibilidad de la mujer en el ámbito del poder en áreas científicas,
culturales, políticas o educativas es un amplio listado de causas a distintos niveles
(personal, familiar, organizacional y social) que obstaculizan el ascenso de las
mujeres, y obligan a seguir reforzando la visibilidad y el trabajo tanto en al campo
de la investigación como en el fomento de temas de género y mujer.

Consideramos necesario aportar desde nuestras áreas de conocimiento la


visibilizacion de la mujer en los puestos representativos de poder, evidenciando
cambios, tanto en los resultados como en el propio lenguaje, manifestando con ello
situaciones completamente normalizadas y asumidas. Subrayamos también la
importancia que adquiere en nuestro discurso el uso del lenguaje no sexista como
eje prioritario y el empoderamiento de la mujer en la sociedad que nos ocupa.

Debemos promover un entorno cultural a favor de la igualdad de género y


fomentar la participación de las mujeres en la toma de decisiones, en la política, en
la ciencia y en la tecnología, en la economía y en todas las esferas de desarrollo
cultural. Un esfuerzo que con el tiempo dará una mayor visibilidad a la relación
mujer-poder para las generaciones futuras, donde los modelos culturales no
impongan barreras que frenen esta relación y se correspondan con el cambio
necesario al que aspiramos.

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15
Poder y ética de dominación en el espacio público a través de la
masculinización del discurso político

David Santamaría Cid de León


Tecnológico de Monterrey
david.santamaria@materia14.com

Resumen

A partir del desarrollo histórico de las sociedades y por medio de la imposición de


la fuerza en labores de supervivencia, los espacios públicos han sido ocupados
principalmente por hombres y eso ha supuesto un ejercicio de la administración
pública sustentada en el poder y en una ética del dominio. Estas características
derivadas de la ocupación de las labores públicas por quienes tienen uso de la fuerza
han resultado en la masculinización de la función pública. Con el antecedente de una
construcción de sistema internacional, marcado por elementos de poder y dominio,
retórica de enfrentamiento y belicosidad, asociados a una visión masculina de
poder, se presenta un análisis de las intervenciones de diversos actores políticos
locales de México, que ofrece una perspectiva sobre la masculinización del espacio
público nacional. El lenguaje de los actores políticos analizados deja poco espacio a
la participación desde la ética del cuidado, a la inclusión de mujeres que no ejerzan
el poder desde esta visión masculina de la administración pública, y atribuye
responsabilidades de cuidado únicamente a mujeres en espacios privados. El
escenario político actual sigue sin dar cabida a la participación efectiva de mujeres,
a su voz en el diálogo y a una visión de estado con valores atribuidos a la
feminización. Se ha limitado a cuotas de participación, pero en el lenguaje y la acción,
la tendencia sigue siendo la de un ambiente masculinizado, de poder y dominio. Es
necesario reconstruir la esfera pública desde una perspectiva no masculinizada para
incorporar el cuidado efectivo.

16
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

Palabras clave

Lenguaje, poder, cuidado, dominación, diálogo.

1. Introducción

El espacio público como lo postula Habermas (1999) construido desde la


visión de una democracia deliberativa, requiere el punto de encuentro entre las
necesidades individuales y las colectivas. Habermas plantea que no se trata de
conciliar un conjunto de individualidades que comparten el espacio y que impiden
la integración en un cuerpo social, pero tampoco de volver la vista únicamente al
interés colectivo que borra la individualidad de las personas. En la democracia
deliberativa, en cambio, aunque bien reconocida como un planteamiento ideal que
ha de servir como guía, más que un reflejo de la realidad (Agulló, 2014), el filósofo
alemán expone la necesidad del diálogo entre pares para vincular las necesidades,
encontrar la convergencia, construir un sentido colectivo de las mismas, y
posteriormente institucionalizar las conclusiones alcanzadas como organismo
social a través de los medios establecidos para ejercer el poder público.

El problema con este planteamiento idealista gira alrededor de lo que se


reconoce como espacio público. Para Habermas es la esfera compartida por los
individuos, a la cual llevan su visión individual a encontrarse con la de otros
(Habermas, 1999). Sin embargo, Hannah Arendt ya criticaba esto al contraste con la
realidad. Arendt planteaba que el espacio público no es uno en que se hacen
presentes las voces diversas de la sociedad, y que más bien es una aspiración no
alcanzada al borrarse la individualidad mediante mecanismos que uniforman el
sentir colectivo en el espacio social (González y Kohn, 2005). A Arendt le preocupaba
especialmente que el poder se ejercía mediante la masificación de los individuos en
el espacio social, creando una barrera que impedía llevar las necesidades y
situaciones del espacio privado al espacio público, y por ende, el llamado espacio
público es en realidad uno en que se ejercen voluntades de poder con intereses
individuales de los actores políticos en turno.

17
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Si bien, Arendt plantea el poder como una concertación dialogada, hablar de


poder ya involucra una asimetría en las estructuras sociales, se supone deberían ser
espacios de encuentro desde la equidad (Camargo Castillo, 2017). El poder es un
acto de crueldad que apunta a la dominacion del otro, es en efecto, una imposición
de condiciones que les son favorables a unos a costa de otros. El ejercicio del poder
implica una negación de acceso a las mismas oportunidades a quienes no cumplan
las características asociadas al grupo que domina. El espacio público entonces,
involucra en la realidad el ejercicio del poder para borrar la diversidad a través de
la masificación que denuncia Arendt, pero siempre con la intención de perpetuar
una estructura que favorece a quienes ya la dominan (Rojas Rodríguez, 2017).

Camargo Castillo (2017) plantea que este poder en el espacio público está
marcado por una ética de dominación. Las condiciones que permiten obtener los
máximos beneficios a unos, se sustentan en la concepción de un espacio competido
en que por lógica racional no se puede tener lo que otro ya tiene, de modo que la
forma de sobrevivir es teniendo siempre más que el otro, o antes que el otro. Desde
luego esta visión competitiva construye barreras a la entrada para el diálogo, pues
involucra el reconocimiento del otro como rival y la concepción tácita de que la
cooperación es un mecanismo de resta conjunta para los involucrados.

Karen Mingst (2016) sostiene que la concepción del sistema internacional


gira alrededor del poder en defensa del interés nacional desde la percepción del
paradigma realista. Esta perspectiva, explica, ve el sistema como una constante
tensión entre los diversos actores por el control del poder que garantice la
supervivencia del estado frente a otros. Esto representa, por supuesto, asumir que
en el espacio público macro, el otro es un abstracto que se identifica precisamente
como un rival y escucharlo para la concertación de intereses comunes inicia bajo la
sospecha del posible abuso y no bajo la visión de una cooperación de mutuo
beneficio en un ganar-ganar.

Esto se refuerza en el planteamiento de Mario González Castañeda (2020),


cuando explica la dinámica que ha seguido en el espacio público la relación entre
actores estatales. González Castañeda expone la cooperación como un mecanismo
que principalmente se ejerce en los estados no dominantes del escenario

18
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

internacional. Es el reflejo a nivel sistema de las estructuras que se desarrollan en la


sociedad de los individuos desde el espacio privado. La cooperación ocurre
únicamente en aquellos que no son favorecidos frente a quien ostenta el poder, y
siempre como respuesta ante la dominación.

Igualmente, en la sociedad micro de los individuos, la cooperación surge de


los grupos excluidos del poder. Los grupos marginados saben que en la dinámica de
dominación no alcanzan el nivel necesario de fuerza para competir, y se sienten
oprimidos por aquellos que están en uso de poder. Por tanto, surgen acciones
colectivas que enfocan hacia las necesidades compartidas de una comunidad,
cooperan porque no tienen interés en dominar al otro sino en unirse para subsanar
necesidades de manera conjunta. Son grupos locales que responden a la asimetría a
que son sometidos, y principalmente se encabeza por adultos que no cuentan con
medios de dominación o por mujeres (García Lirios et al, 2016). En este sentido, la
visión del estado y de los actores que controlan el espacio público es pesimista, y se
fundamenta en la dominación de unos sobre otros, el control de la fuerza legítima
para determinar desde el abuso discrecional lo que se puede y no con la vida
individual, para marcar la deshumanización de quien es dominado y supeditarse al
ejercicio del poder (Vázquez González et al, 2016).

La dominación de unos sobre otros se ejerce mediante el control del espacio


privado, paradójicamente sustentado en un paradigma liberal (Rojas Rodríguez,
2019). Bajo el estandarte del respeto a las libertades individuales, quienes ejercen
el poder en el espacio público desarrollan mecanismos por medio de los cuales las
asimetrías que nacen en el espacio privado por la existencia del poder y la
dominación en el mismo son invisibilizadas y negadas en el debate público. Se
atribuye un carácter libertario a tales condiciones de dominación y se evita su
politización, por tanto y derivado de esto, el espacio público y la forma en que se
politiza en el mismo, reproduce las mismas dinámicas que marca la vida cotidiana
en los espacios privados.

Las sociedades modernas han sido construidas a partir del poder y la


dominación. El desarrollo histórico de las mismas se deriva de la violencia ejercida
en las primeras acciones socializadas de supervivencia, y por tanto al nacer lo

19
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

público, quienes lo controlaron fueron los dueños de la fuerza. En efecto, eso signficó
la exclusión de las mujeres de los asuntos públicos (Rojas Rodríguez, 2017). Si bien
es cierto que no ha existido la supervivencia sin el cuidado, la primera se asoció
únicamente el ejercicio legítimo de la fuerza, y esta se justificó frente a las amenazas.
Sin embargo, al legitimar la fuerza como símbolo de control de la supervivencia, en
los espacios privados se generó la asignación de roles en función de la presencia de
tal fuerza. Así, los hombres se erigieron como los individuos con el poder.

La necesidad constante, construida, o percibida desde la realidad, de


protegerse ante la amenaza a la supervivencia, ha justificado desde entonces la
fuerza como la principal manifestación para garantizar la protección de los espacios.
En el espacio privado, la dicotomía entre cuidado y poder se resolvió con la
asignación de roles, los hombres con mayor fuerza toman el poder, y las mujeres se
asocian entonces con labores menos agresivas (Camargo Castillo, 2017). La
amenaza de agresiones que pongan en riesgo la estabilidad del espacio privado,
luego del espacio social, y finalmente del espacio público, significaron entonces una
construcción idealizada de los protectores de la sociedad. Los dueños de la fuerza, y
por tanto los que son percibidos como responsables y garantes de la protección,
construyen sociedades en que la guerra y la violencia se vinculan con tal protección,
y esta a su vez siempre vinculada con la condición de ser hombre. Esto es la mística
de la masculinidad.

La mística de la masculinidad involucra que ser hombre significa manifestar


fuerza y protección. Significa asumir que la violencia no solamente se justifica, sino
se desea como mecanismo de protección. El poder pertenece a los hombres, y los
hombres que tienen poder deben defenderlo del otro, y tal defensa no se logra con
los cuidados asociados a la mujer, sino por medio de la dominación (Rojas
Rodríguez, 2017). Esta asociación de poder con la mística de la masculinidad permea
incluso en el ejercicio de actividades que nacen por su vínculo con la guerra, y que
después aún lejanas en el tiempo a ella, siguen asumiéndose como la máxima
expresión de competitividad. Los deportes son no solamente una actividad de
desarrollo físico en beneficio de la salud, sino en su origen una forma de preparar a
los ciudadanos, que claro son en las sociedades antiguas solamente hombres, para
la guerra en caso de necesidad. El deporte, sobre todo el de combate o contacto,

20
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

involucra competir con otros, ser mejor, ser más fuerte, tener más voluntad, y más
carácter, involucra dominar al otro, y todo eso derivado de la mística de la
masculinidad (García Galindo y Rivera Gómez, 2017). La mística de la masculinidad
como eje de las actividades pública significa que de facto, los individuos que no
cuentan con ella son excluidos del espacio público. Quienes no responden a ella,
encuentran muchas más barreras para representar las necesidades colectivas, para
ejercer la administración pública y para iniciar un diálogo que integra las voces
diversas de la sociedad. En términos concretos, la mística de la masculinidad en el
espacio público deja fuera por completo a las mujeres, o en completa desventaja al
requerir que presenten un ser “masculino”, es decir, que ejerzan el poder desde la
misma ética de dominación que sus pares hombres.

Esta es la construcción de un sistema que se sostiene en una estructura de


dominación patriarcal. Es el hombre mejor que el otro el que ejerce el poder y
domina no solo a los demás aspirantes, sino también los asuntos públicos. De esta
forma la visión para la acción política no puede surgir desde la ética del cuidado o el
diálogo, desde lo que se ve como femenino. El poder político se ejerce desde la
mística de la masculinidad para vencer, para subsistir y para dominar. La visión de
proyectos políticos no obedece necesariamente al bien colectivo o público como
prioridad, sino de manera tangencial desde la confrontación con un adversario.

A través de distintas intervenciones de actores políticos en el espacio público,


se hace un análisis de discurso para estudiar los elementos asociados a la mística de
la masculinidad. Este análisis tiene como finalidad dar visibilidad a la forma en que
a través del lenguaje usado en el discurso político, se puede percibir la ética de
dominación que impera en el espacio público. La intención es cuestionar lo
conveniente de mantener proyectos políticos exclusivos y excluyentes que se
sustentan en la mística de la masculinidad, y proponer una visión desde la ética del
cuidado, para acercarse al bienestar de las sociedades.

21
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

2. Metodología

Desde la perspectiva del análisis del discurso, se seleccionaron


intervenciones de diferentes actores políticos en diversos momentos públicos de
2019 y 2020. Las intervenciones fueron transcritas y se analizó el lenguaje utilizado
desde la dimensión temática del discurso oral (Calsamiglia y Tusón, 1999).

Para tal fin, se utilizaron intervenciones que fueran presentadas


expresamente en espacios públicos, y que fueron de acceso abierto, informes de
gobierno, conferencias de prensa, cápsulas divulgativas de labores, de parte de
gobernantes, secretarios de estado, y legisladores. En este capítulo se incluyen seis
ejemplos de intervención, analizadas desde las categorías de: lenguaje bélico,
lenguaje competitivo, legitimación de la violencia y crueldad. Este análisis se
construyó partiendo de características previamente planteadas y asociadas a la
mística de la masculinidad, y el trabajo se centró en la identificación de estos
elementos, como la dimensión temática del discurso, en participaciones orales
monogestionadas, de acuerdo con lo que sugieren Calsamiglia y Tusón (1999) para
este tipo de análisis.

La esencia de este trabajo es de carácter etnográfico, pues busca identificar


los rasgos compartidos del ejercicio de poder que reflejan una cultura construida en
la sociedad a través del uso cotidiano de lenguaje en las dinámicas monologales.

3. Objetivo

El objetivo del presente trabajo fue entonces identificar los rasgos de la


mística de la masculinidad asociada a la ética de dominación en el lenguaje utilizado
en el discurso político del escenario nacional mexicano. Con esto, se pretende
responder ¿de qué manera la masculinización del lenguaje en el discurso político
refleja un ejercicio del poder que fundamentalmente excluye a las mujeres del
espacio público o condiciona su participación a su propia masculinización de poder?.

22
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

4. Desarrollo

La presentación de los resultados se realiza con una breve introducción del


contexto del actor político que incluye su papel en el espacio público como parte de
la autoridad. Posteriormente se presenta la transcripción de su intervención pública
monogestionada, asociada a un motivo que se establece en el contexto, y se hace la
exposición de las razones por las que se identifica la intervención por su dimensión
temática como un reflejo discursivo de mística de masculinidad, a través de la
categoría de esta en que se ubica.

4.1. El secretario

Manuel es secretario de salud en una entidad del noreste mexicano. Está


asociado a un gobierno sin afiliación a ningún partido político, aunque con
antecedentes de centro-izquierda. La percepción sobre su entidad ya involucra una
serie de conductas que se asocian a la mística de la masculinidad, a un machismo
constante y a dinámicas sociales que fortalecen estructuras sustentadas en la
asignación de roles de género. Durante la crisis de la pandemia de COVID-19, han
sido rutinarias las conferencias de prensa en que se presentan los datos más
recientes, así como las recomendaciones de cuidados ante la misma. El fragmento
que se analiza dice:

Hoy en nuestro estado reportamos 477 pacientes con COVID, 31 fallecimientos,


hemos realizado más de 200,000 pruebas. Quiero aclarar que somos el estado que
más ha hecho pruebas del país, solamente nos gana por el número de población
la Ciudad de México y vamos a seguir haciendo pruebas a las personas que tienen
síntomas.

En inicio, la naturaleza de estas conferencias puede asociarse a una ética del


cuidado. La intención de transparentar la información y de aclarar los
procedimientos de salud pública pueden entenderse de esa forma, sin embargo, en
este fragmento se pueden encontrar frases puntuales que reflejan el uso del lenguaje
desde la mística de la masculinidad. Cuando se menciona que son “el estado que más
ha hecho pruebas” es presencia de lenguaje competitivo, y se complementa al
mencionar de manera clara “solamente nos gana por el número de población la

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CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Ciudad de México”. A través de esas dos frases la intervención toma una nota de
competencia ante otro, no presente y cuya necesidad de asumirse como rival
responde a poco más que la comparativa en sí. En un asunto de salud pública la
comparativa solamente parte de la noción de ser mejor que el otro, expresando con
lenguaje competitivo el carácter de mística masculina que se ejerce en el espacio
público con el único objetivo de presentar como el mejor.

4.2. El senador

Samuel es senador de la república, como representante de una entidad del


noreste mexicano. Pertenece a un partido político progresista, cuyo proyecto
económico es de corte neoliberal, pero cuyas inclinaciones morales son de apertura
y pluralidad. De la misma manera que el ejemplo anterior, Samuel pertenece a una
entidad asociada a estereotipos machistas y en general a una ética de trabajo bajo la
cual subyacen mecanismos de dominación como claves para el éxito. En esta cultura,
la mística de la masculinidad es fundamental para la percepción de tal éxito al ser
constante el elemento de competitividad entre las personas. El actor políticio en
cuestión pretende al momento de hacerse este capítulo, contender por la titularidad
del poder ejecutivo estatal en el proceso electoral de 2021, y en su estrategia de
comunicación hacia la población se encuentra una cápsula publicitaria de la cual se
desprende el siguiente fragmento transcrito:

Trabajar y trabajar como siempre, enfrentar a los corruptos, seguir peleando


para que a Nuevo León le regresen lo justo de todo el dinero que le mandamos a
la Federación, seguí donando mi sueldo, combatí a los que nos contaminan y hoy
por hoy soy el senador más productivo del estado. ¿qué es lo que he hecho como
senador de la república? Defender a nuevo león como nadie lo ha defendido.

La intervención comienza de manera directa con una frase asociada a la


cultura del trabajo, atractiva en la entidad que representa, para seguir con dos frases
categorizadas como lenguaje competitivo y lengua bélico de manera respectiva.
Cuando menciona “enfrentar a los corruptos” no hace alusión a otro concreto, a
situaciones específicas que merezcan tal calificación, y más bien opta por la
construcción de una rivalidad hacia una otredad abstracta personificada
únicamente por el atributo indeseable a que hace mención (la corrupción), sin que

24
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

sepamos exactamente a quiénes se refiere. Esto refleja la mística masculina a través


de ser mejor que el otro, independientemente de quién sea ese otro, o si necesita ser
una construcción abstracta para justificar la confrontación. Seguido de eso, el uso
específico de la palabra “pelear” cuando refiere a la relación de la entidad con la
Federación respecto al pacto federal de reparto de recursos recaudados por
tributación. Destaca, por supuesto, la elección de lengua bélico para plantear el
status de una relación que se fundamenta en un pacto, es decir, en una teórica
cooperación. Más adelante, elige “combatí a los que nos contaminan” para hablar
por medio de lenguaje bélico, de la confrontación violenta, sobre un asunto que en
realidad se asocia al cuidado. Para temas de medio ambientales la necesidad se
presenta desde el cuidado de este, sin embargo, el senador elige una confrontación
con los responsables como la otredad rival ante la cual se enfrenta. Y finalmente
cierra con “soy el senador más productivo de Nuevo León”, lenguaje competitivo que
destaca en su posicionamiento de el mejor que el resto, un elemento central de la
mística masculina, principalmente porque tal aseveración excluye la realidad de que
los escaños del Senado se logran a través de fórmula, es decir de la cooperación con
personas del mismo partido. En este caso particular, la compañera de Samuel es una
mujer que queda de facto derrotada en el lenguaje empleado por el senador,
jerarquizando el papel de ambos representantes, y estableciendo un ejercicio de
poder que hace invisible a su compañera.

4.3. El gobernador

Francisco es gobernador de una entidad del noreste mexicano, aunque no la


misma que los dos casos anteriores. Pertenece a un partido político de derechas,
típicamente conservador en México. En el caso de Francisco hay matices que bien
vale tomar en cuenta para su intervención. Su aparición en el espacio público es una
presentación de proyecto nuevo para combatir la inseguridad pública y la violencia
rampante en la entidad que administra. A continuación el fragmento transcrito que
se analiza:

Tierra de oportunidades y crecimiento en los que somos más, muchos más la gente
buena y bien nacida que quiere a esta tierra, los violentos, los violentos tienen y
tendrán la enérgica respuesta del estado, decidido a hacer valer el uso legítimo de

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CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

la fuerza que le corresponde de acuerdo a la ley y respeto a los derechos humanos.


(…) hemos pasado de los dichos a los hechos, de ninguna manera bajaremos la
guardia, seguiremos actuando con firmeza y determinación, aquí no habrá tregua
para aquellos que dañen a nuestro estado y nuestra gente, aquí no habrá
concesiones. Para aquellos que trastoquen la tranquilidad de las familias (…), a
los delincuentes les decimos que en (…) violar la ley y atentar contra la paz de
nuestro estado poniendo en riesgo la seguridad de nuestra gente tendrá un
respuesta inmediata y enérgica por parte del gobierno del estado.

El tema central de la intervención es la inseguridad, y eso, por supuesto


constituye razón para justificar el uso del monopolio legítimo de la violencia que
recae en la autoridad estatal. Sin embargo, el análisis es acerca del uso del lenguaje
para comunicar el posicionamiento frente a la situación. El gobernador elige la
construcción de una otredad abstracta que es rival y que amenaza la supervivencia,
presenta una división social que implica forzosamente la idea de una dominación
necesaria sobre el otro cuando plantea “somos más la gente buena y bien nacida”,
“los violentos tendrán la enérgica respuesta del estado”. En ambos casos, las frases
se categorizan como lenguaje bélico por su referencia directa a una amenaza
violenta y por tanto a una respuesta de la misma naturaleza. Si bien, cuando
menciona “de ninguna manera bajaremos la guardia” podría considerarse un lugar
común abstracto, también es cierto que responde a la mística de la masculinidad en
el poder como una tensión constante de voluntades en que uno doblega a otro para
establecer el dominio. De la misma manera, cuando expresa “aquí no habrá tregua”
y “aquí no habrá concesiones”, es lenguaje bélico que borra la posibilidad de
considerar contextos sociales, la humanización del perpetrador para comprender
las dinámicas que producen su elección, y la preferencia por la dominación sobre
ellos como un otro que amenaza. Finalmente, el conjunto entero de frases se
encamina hacia legitimar la intervención violenta del estado como una necesidad
para responder a la circunstancia, y se hace al matizar el lenguaje bélico con “de
acuerdo a la ley y los derechos humanos” y de igual forma con la reafirmación de
que a quien se enfrente es porque “viola la ley”. De nuevo, no se cuestiona la verdad
legal de sus aportaciones, sino la elección del lenguaje para transmitir un mensaje
cuyo diálogo no se establece con la audiencia que debe ser cuidada, sino con la que
debe ser dominada.

26
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

4.4. El opositor

Ricardo fue candidato a la presidencia de la república, firme opositor de las


ideas que propone y defiende el actual presidente, dirigente del partido político más
lejano de la corriente presidencial en cuanto a ideología, empresario y académico de
formación. Su partido político es de tendencia conservadora, con ideología de
derechas. El fragmento analizado es de una cápsula divulgativa sobre su regreso al
espacio público que incorpora reflexiones sobre la actual gestión presidencial:

Y es que el desastre con el gobierno de López Obrador es evidente. Ve la economía,


aún antes de la pandemia del Coronavirus, México tuvo su peor desempeño en una
década. Ve la inseguridad, el número de homicidios con datos del propio gobierno
es el más alto desde que existen registros, hace más de 20 años. Ve la corrupción,
con este cuento de que el presidente es honesto, la corrupción se tolera en el
círculo cercano de López Obrador. Y ve el manejo de la pandemia, frente a la peor
crisis de salud y económica de nuestra generación, el manejo ha sido un desastre.
(…) No basta con cuestionar al presidente, tenemos que demostrar que nosotros
lo podemos hacer mejor. (…) Siendo muy realista, sé que es muy probable que el
Gobierno intensifique los ataques en mi contra, tal y como lo hizo el gobierno
anterior, pero eso es lo de menos, ¿sabes por qué? Porque los ataques contra mí
no se comparan con lo que te están haciendo a ti.

En el discurso del opositor, destaca de inicio su uso de lenguaje desde la


crueldad para calificar en términos de desastre la gestión del presidente. La
crueldad, explicada por Camargo Castillo (2017) como la destrucción del otro
mediante la descalificación, la confrontación y una ética violenta. En el discurso, dos
veces se refiere a la gestión como desastre. De la misma manera, el lenguaje
competitivo se presenta cuando caracteriza de manera inversa la propiedad desde
lo abstracto (los anteriores gobiernos en términos genéricos y generales) para
descalificar a la otredad que es el gobierno actual (“tuvo su peor desempeño en una
década”, “es el peor desde que se tienen registros”). De la misma manera, la mística
de lo masculino se apuntala en el discurso cuando presenta de manera directa, no
una propuesta de cuidado sino una de dominación sobre la gestión actual (“tenemos
que demostrar que nosotros lo podemos hacer mejor”), y al plantear nuevamente
desde el lenguaje competitivo “sé que es probable que el Gobierno intensifique los

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CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

ataques en mi contra”, estableciendo que la dinámica de los actores políticos gira


alrededor de la confrontación para dominar al otro, y no desde la cooperación ni el
cuidado de las personas que se han excluido.

4.5. El estadista

Andrés es presidente de la república, de inclinación progresista dentro de la


izquierda mexicana, con una larga trayectoria en el sistem político mexicano, y
gobernante en el pasado de entidades tanto en el sur del país, como en el centro. La
intervención que se toma para este análisis corresponde a su primer informe de
gobierno como presidente del país:

Los conservadores que se oponen a cualquier cambio verdadero y están nerviosos


o incluso fuera de quicio, sin embargo, no han podido constituir y esto lo
celebramos, y toco madera, para que no se pueda crear un grupo o una facción
con la fuerza de los reaccionarios de otros tiempos, además, además lo digo con
respeto, no quiero que se entienda como un acto de prepotencia ni una burla, es
lo que estoy percibiendo, están moralmente derrotados. (…) Están moralmente
derrotados porque no han tenido oportunidad de establecer un paralelo entre la
nueva realidad y el último periodo neoliberal caracterizado por la prostitución y
el oprobio que se ha convertido en una de las épocas más vergonzosas en la
historia de México. Si seguimos actuando en forma ética y aplicando con voluntad
firme la política de moralizar la vida pública, nada ni nadie podrá detener la
aplicación del principio supremo de la soberanía del pueblo y el interés nacional
se impondrá a los hombres ambiciosos seducidos por el falso brillo de lo material
y lo mezquino.

En su discurso, los elementos presentes de la mística de la masculinidad en


el poder se presentan de diversa índole. Como lenguaje competitivo, el presidente
caracteriza a la oposición como un rival con quien mantiene un enfrentamiento
constante, al mencionar a sus miembros como “moralmente derrotados” y al
recalcar que “nada ni nadie podrá detener la aplicación del principio supremo de
soberanía”; la elección del lenguaje es siempre la de dominación sobre quienes
forman la oposición a su presidencia y carece en esta intervención de elementos que
involucren la diversidad de voces en un diálogo de iguales. Adicional a esto, emplea
la categoría de crueldad de la mística de lo masculino para alimentar la idea de

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CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

confrontación con la otredad opositora, cuando les descalifica como “están


nerviosos o fuera de quicio”. Esta elección de lenguaje atribuye la disidencia a
inestabilidad emocional, un elemento que además históricamente ha sido recurso
de la mística masculina para descalificar la intervención de las mujeres en los
espacios públicos, aduciendo a que el dominio de las emociones es propio de los
hombres con poder y quienes no cuentan con ello no pueden ejercer la
administración de lo publico. Más adelante les descalifica otra vez desde la crueldad
al expresar que “el periodo neoliberal caracterizado por la prostitución y el
oprobio”. De nuevo, no es solamente la descalificación hacia el rival construido en el
imaginario, sino la elección de lenguaje que involucra de manera directa una
analogía con una práctica que históricamente ha sido de las mujeres a raíz de la
asignación de roles de género y del poder y dominación con que se mantiene la
violencia sexual. El comparar la prostitución, un oficio que las sociedades
patriarcales han propiciado por medio de la dominación de la mujer aún en su
propio espacio privado, con la práctica de la administración pública de los
opositores, es un reflejo de la mística de la masculinidad que subyace en las
dinámicas de confrontación y dominación del espacio público.

4.6. La jefa de gobierno

Claudia es jefa de gobierno de una entidad en el centro de México. De


corriente progresista dentro de la izquierda mexicana, su caso destaca y es elegido
por ser mujer en una de las entidades con mayor peso específico en la economía y
política nacional. La finalidad de analizar su intervención en último lugar, es
destacar la presencia de los rasgos de mística de la masculinidad en el ejercicio del
poder en el espacio público, aún cuando se trata de mujeres. Más adelante, en el
apartado de conclusiones se presenta la reflexión final sobre esta situación. En su
intervención dice:

No, nuestros programas no pretenden hacer clientela, nuestros programas hacen


derechos sociales, esa es la gran diferencia, se acabó el neoliberalismo. (…)
Nosotros no simulamos y tampoco hablamos con hipocresía, estamos convencidos
de que debe erradicarse la violencia de género, cuando en su momento se hablaba
del viejerío, muchos se quedaron callados.

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CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

El caso analizado destaca porque refleja la subordinación de una visión a otra


para el acceso a la función público, el recorrido del cuidado hacia el poder. En su
discurso, primero rescata la mención de programas sociales que dentro de su
proyecto “no pretenden hacer clientela, nuestros programas hacen derechos
sociales” para enseguida hacer un contraste con la caracterización del rival “esa es
la diferencia, se acabó el neoliberalismo”. El contraste de posturas ideológicas no es
algo natural, sino que ocurre desde la perspectiva de la competencia, y esta es una
constante de la mística de la masculinidad para el ejercicio del poder. De la misma
manera, enlaza dos frases que encarnan esta dicotomía en la mujer con poder
“nosotros no simulamos y tampoco hablamos con hipocresía”, reflejo de lenguaje de
competencia enfocada a posicionarse como el mejor frente a la otredad rival,
seguido de “estamos convencidos de que debe erradicarse la violencia de género”,
frase que expresa el reconocimiento de una problemática derivada de la estructura
patriarcal y que nace desde una perspectiva de cuidado por el otro. Esta
concatenación de perspectivas opuestas es un reflejo de lo que representa para las
mujeres su lugar en el espacio público, un acceso que es limitado a la aceptación de
las reglas del juego patriarcal, acceso ganado, no aceptado, y siempre desde la visión
del poder, es decir desde la acción que responde a la mística de lo masculino. No
obstante, la jefa de gobierno elige en su lenguaje manifestarse en términos que
lingüísticamente son de un plural neutro. Más adelante en conclusiones se ofrece
una reflexión final al respecto.

5. Conclusiones

A través de las intervenciones analizadas se puede obtener una visión sobre


la dinámica de la acción política en México. El espacio público es cerrado a
individuos que ejercen la administración desde la ética de la dominación asociada a
la mística de la masculinidad. En otras palabras, la estructura patriarcal de México,
implica que el ejercicio de lo público solamente se abre a los hombres, o a quienes
actúan como hombres, siempre entendiendo esto como una construcción de género.
El discurso político de los actores aquí presentados, permite ver cómo el lenguaje
expresa un trasfondo de espacio público que gira alrededor de la dominación desde

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CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

la masculinidad. En ese sentido, destaca que en su discurso, la jefa de gobierno que


se analiza en este capítulo se refiere hacia sí desde el plural neutro. Esto no tendría
mayor relevancia si se limitara al “nosotros”, pero sí tiene cuando refiere que
“estamos convencidos”, ya que el plural neutro en efecto se vuelve un masculino que
niega su propia condición de mujer. Lo que esto quiere decir es que desde estos
rasgos del lenguaje se observa que el espacio público para las mujeres depende del
poder que manifiesten, y en la práctica eso representa la masculinización de su ser
en la acción política. Desde luego no es una elección libre, es una consecuencia de la
estructura patriarcal que constituye el andamiaje del espacio público en la práctica.

De origen, esto representa que las mujeres no tienen el mismo acceso a la


función pública porque su visión no se asocia a la de la mística de masculinidad
necesario para “proteger” el espacio público. Una visión que apunte a cuidar, y no a
proteger, no es recibida porque su concepción se asocia a la feminización del espacio
privado, es decir a todo lo que tiene sentido únicamente en el hogar, y realizado por
las mujeres.

Resulta difícil, por tanto, creer que una función pública pueda reconocer las
necesidades diversas de los miembros de la sociedad en marginalidad, pues los
asume como faltos de fuerza, y por tanto como excluidos del espacio público. En
términos llanos, significa a decir que solamente la visión de quienes tienen la fuerza
para llegar al poder es la que vale porque precisamente tienen la fuerza para
competir, dominar, proteger y subsistir, sin la necesidad de depender. La
dependencia en realidad es cooperación, pero como se feminiza la cooperación, se
percibe como debilidad y por tanto se excluye del espacio público. Desde luego,
quienes más sufren esta exclusión son las mujeres, pues llevan de nacimiento la
asignación de roles de la estructura patriarcal que les atribuye características
vedadas para la función pública. Esto es falso, pues la ética del cuidado del otro debe
ser cultivada, no es innata, y por tanto, es por un lado inaceptable que se excluya a
las mujeres del espacio público porque se asume que únicamente tienen esta
perspectiva, y por el otro también es inaceptable que se rechace su desarrollo en los
hombres que aspiran a la función pública.

31
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Mayra Rojas Rodríguez (2017) habla de la necesidad de reconocer en primer


lugar la relación de poder que ocurre en el espacio privado y que subordina por la
fuerza a la mujer, para luego negarle por tanto su lugar en el espacio público. Si no
se reconoce esta dinámica en lo privado, y se sigue renunciado a la politización de
ello, el espacio público será vedado a las mujeres y a toda acción que no sea
“masculina”.

Javier Camargo Castillo (2017) presenta la necesidad de “feminizar” lo


público, entendido desde el contraste de dominación-cuidado. Presenta una
perspectiva desde la ética del cuidado para constuir culturas de paz que
comprendan que la cooperación, y no la dominación son las que permiten el
desarrollo individual y colectivo. En esos términos, el espacio público de Habermas,
se construye con la incorporación de voces que son excluidas, para reconocer la
validez de su posición en la sociedad y que ofrecen la posibilidad de entender lo
público como un espacio al cual no tienen acceso y en el que quienes no tienen poder,
son dominados, como ofrecen los estudios situados (Vázquez González et al, 2016).
La solución gira alrededor de la cooperación que viene del cuidado por el otro
(García Lirios et al, 2016), y esta se produce a partir del reconocimiento de la
situación de dominación desde lo privado como plantea Rojas Rodríguez, y el trabajo
desde esa perspectiva dominada tradicionalmente que expone Camargo Castillo, por
medio de estrategias dialógicas que desde la base, es decir la educación básica,
puedan hacer visible la pluralidad y la equidad de las voces como sugiere el trabajo
de Juan Manuel Fernández Cárdenas (2014).

Referencias

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34
Estereotipos y silencios. Evaluación de solicitudes de asilo por
persecuciones de género en España

Diana Paola Garcés Amaya


Universidad de Granada
dpgarcesa@correo.ugr.es

Resumen

A pesar de la incorporación de interpretaciones más progresistas y garantistas


dentro de las legislaciones domésticas para reconocer las persecuciones por
motivos de género y de orientación sexual como motivos de asilo en el sentido de la
Convención de Ginebra, siguen existiendo barreras que limitan el derecho de asilo
para las mujeres que huyen de sus países de origen. El androcentrismo jurídico
(Miguel Juan, 2014), junto con el régimen de securitización y cierre de fronteras en
el Norte geopolítico como expresiones estructurales (Fassin, 2001), se suman al
carácter discrecional de los procesos de evaluación de las solicitudes que afecta
desproporcionadamente a las mujeres solicitantes.

El presente capítulo propone analizar las barreras relacionadas con el


reconocimiento del derecho de asilo en el marco de las prácticas burocráticas de las
autoridades que deciden sobre este, identificando estereotipos y prejuicios sexistas,
heteronormativos y racistas sobre las mujeres del tercer mundo así como silencios e
invisibilizaciones que en definitiva confluyen como parte de estructuras
androcéntricas y coloniales. A partir del examen del caso español y de un análisis
temático interpretativo de las sentencias de la Audiencia Nacional y el Tribunal
Supremo que tratan solicitudes por motivos de género, se concluye que el proceso
de etiquetamiento que tiene lugar en la evaluación de las solicitudes, termina por
encapsular a las mujeres solicitantes en las figuras contradictorias de víctima y de
sospechosa.

351
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Palabras clave

Asilo, persecuciones de género, estereotipos, orientalismo, discrecionalidad.

1. Introducción

La Convención de Ginebra relativa a las personas refugiadas ha sido sometida


a un proceso de reconceptualización y reinterpretación en la comunidad
internacional, adaptándose a las nuevas realidades y debates más contemporáneos.
Al mismo tiempo, tanto la reglamentación de la Unión Europea1 como las políticas
de asilo nacionales han venido incorporando cambios de corte más progresista con
relación al reconocimiento de las persecuciones de género 2 y las experiencias de las
mujeres e identidades disidentes de la heteronormatividad.

En el contexto español, los primeros casos empezaron a ser reconocidos a


través de sentencias que habían tenido una interpretación garantista de la
Convención, En estos casos, se trataba de persecuciones relacionadas con
matrimonios forzados y mutilación genital femenina y se referían a mujeres
provenientes de Nigeria (STS 3827/2006, STS 277/2008 y STS 2676/2008). Sin
embargo, Con la Ley 12/2009, finalmente, se incluye el motivo de género y de
orientación sexual de forma explícita en el ordenamiento jurídico respondiendo,
además, a la normativa de la Unión Europea en materia de la Política Común de Asilo,
considerado la introducción de las persecuciones de género como parte de las
persecuciones por pertenecer a un “grupo social” en los términos de la Convención
de Ginebra.

1 En la directiva 2011/95/UE del Parlamento Europeo y del Consejo incluyó a la identidad de


género y la orientación sexual dentro del motivo de persecución “pertenencia a un determinado
grupo social”.

2 La importancia del concepto de “persecución” radica en que de acuerdo con su definición se


establece si los elementos por los cuales se huye del país de origen pueden o no ser reconocidos desde
el Estatuto de Refugiados.

362
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

A pesar de este reconocimiento en el orden legal, siguen existiendo barreras


que limitan reconocer el derecho de asilo. Dentro del orden estructural los aportes
feministas han llamado la atención sobre la existencia del derecho androcéntrico en
la medida en que, tanto el retrato del sujeto refugiado como la noción de
“persecución, han sido interpretados desde el punto de vista masculino (Mopo
Kobanda, 2006; Merino, 2008; Miguel Juan, 2014). Sumado a ello, otros trabajos de
orden sociológico han hecho énfasis en que la existencia de un régimen de la
securitización y de cierre de fronteras expone las consecuencias de la reducción
significativa de las posibilidades de entrada legal a los países del Norte geopolítico
(Fassin, 2001; De Genova, 2010). Esto, sin lugar a dudas, afecta fundamentalmente
a la situación de las demandantes de asilo, como lo ha resaltado Merino: “las formas
de restricción de entrada de los solicitantes de asilo se establecen mediante
determinadas exigencias para la entrada regular en un país” (2010, p. 5).

Al abordar el análisis sobre las barreras concretas, y en donde se sitúa este


estudio, es posible llamar la atención sobre la cultura institucional de incredulidad
existente (Hass y Shuman, 2019) y la permanencia de estereotipos racistas y de
género, los cuales ponen en evidencia las representaciones culturales que poseen
quienes intervienen en el proceso de evaluación de la credibilidad de las solicitudes
de asilo.

A partir del análisis de las sentencias de segunda instancia, insisto en que el


proceso de evaluación de las solicitudes de asilo debe leerse desde dos miradas: una
perspectiva que dé cuenta de los procesos de racialización y subalternización a las
que se enfrentan inmigrantes, refugiados/as y solicitantes de asilo ello porque en
contexto de cierre de fronteras, y compartiendo la apreciación de Hass y Shuman,
quienes solicitan asilo son producidos como sujetos sospechosos por estos mismos
regímenes donde demandan protección (Hass y Shuman, 2019, p. 4). Sumado a una
perspectiva de género ya que, como se mostrará, los argumentos para denegar el
derecho de asilo (o alguna otra forma de protección internacional) evidencian el
predominio de interpretaciones estereotipadas sobre las mujeres solicitantes de
asilo, sus experiencias y comunidades de origen, que por un lado, podrían ser
asimilables a las formas tradicionales en las que las autoridades judiciales se han
pronunciado frente a las violencias de género y, por otro lado, recuperan ansiedades

373
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

coloniales y orientalistas con las que se nombran y ubican de forma arbitraria a las
“mujeres del tercer mundo” (Razack, 2004; Mohanty, 1989).

A través de esta perspectiva interseccional, sostengo que las políticas


migratorias como de asilo no solo hacen parte de las medidas instrumentales para
controlar la migración económica (Fassin y Rechtman, 2009, p. 256), también
intervienen en la creación de fronteras de género y sexualidad que se entrelazan con
procesos de racialización, por lo tanto, intervienen en la producción de formas de
exclusión y de los lugares de la “no- pertenencia” (Yuval-Davis, 1997; Yurdakul y
Korteweg, 2016).

En lo que sigue a continuación, expongo los elementos de análisis teóricos


que tendré en cuenta, seguido de la metodología utilizada para desarrollar el análisis
propuesto y, finalmente, me detengo a exponer los hallazgos en relación con los
tipos de estereotipos presentes en las sentencias objeto de estudio en lo que
concierne al perfil y el comportamiento de las solicitantes. Por último, se presentan
las conclusiones.

2. Objetivo

El presente artículo pretende ofrecer una visión crítica del derecho de asilo y
el reconocimiento de las persecuciones de género en el marco del ordenamiento
jurídico y legal español. Se plantea analizar las barreras relacionadas con el
reconocimiento del derecho de asilo en el marco de las prácticas burocráticas de las
autoridades involucradas, identificando estereotipos y prejuicios sexistas,
heteronormativos y racistas sobre las mujeres del tercer mundo así como silencios e
invisibilizaciones que en definitiva confluyen como parte de estructuras
androcéntricas y coloniales. Para estos fines, me pregunto por las idealizaciones
específicas de las autoridades que intervienen en la decisión sobre el asilo, cómo
estas influyen en la manera en que la victimización sobre las mujeres del Sur global
que buscan asilo es construida en el marco del proceso de evaluación de la solicitud.

38
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

3. El lugar de la discrecionalidad en el procedimiento de asilo

En el plano de lo concreto y atendiendo a lo que ocurre en el procedimiento


de evaluación de las solicitudes, es evidente que la discrecionalidad toma lugar en la
medida en que los relatos se ven condicionados como consecuencia del carácter
mismo de las persecuciones de género, las dificultades que enfrentan las mujeres
para probar sus victimizaciones, las particularidades de las experiencias
traumáticas, los hechos vividos, los contextos de huida y del desplazamiento
forzado, así como la estructura jerárquica de escucha que representa el
procedimiento de asilo (Bassel, 2017). Por lo anterior y cuando se trata de valorar
unas circunstancias “particulares” y “precisas” del caso que fundamentan el motivo
de la persecución, siguen existiendo elementos en los que solo queda lugar al
ejercicio de interpretación.

Así, la verosimilitud como la credibilidad son valoraciones que terminan


quedando en el plano de lo subjetivo; cómo lo explica Arenas “en la verosimilitud
del relato las autoridades ya sea administrativas o judiciales gozan de auténticos
poderes discrecionales dada la imprecisión de su objeto” (2007, p. 57). La existencia
de este poder discrecional da lugar a estereotipos, prejuicios, marcos mentales y
valoraciones, así que los elementos que aparentemente son externos al proceso
estrictamente jurídico, terminan modulando y siendo determinantes a la hora de
evaluar el caso (Ruiz, 2013). No obstante, las decisiones de las autoridades del
Ministerio del Interior como de la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo gozan
de un poder prescriptivo ya que producen consecuencias materiales sobre la vida
de las solicitantes, además representan la voz y la ideología del Estado (Sayad,
1999). Entonces, como sostiene Arenas, la discrecionalidad, aunque no
necesariamente deba ser negativa, “es posible afirmar que rara vez es usada de
forma «positiva», esto es, en favor del demandante, y ello por lo que respecta al
actual paradigma de contención de flujos migratorios” (Arenas, 2007, p. 59).

39
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

4. Estereotipo y estigma como categorías centrales

Trataré el concepto de estereotipo como una “preconcepción generalizada


que surge al adscribir a las personas ciertos atributos o roles en razón de su
aparente pertenencia a un determinado grupo social” (Cossio y Orozco, 2014, p.
249). Es decir, se trata de un proceso de etiquetamiento en el que un individuo se
incluye dentro de una categoría o grupo social del cual es percibido/a como
integrante. Además, este grupo social se construye como “diferente” en base a unos
elementos que supuestamente le caracterizan, sin embargo, su pretendida
“diferencia” se convierte, asimismo, en subalternidad. Existe la posibilidad de que
estas etiquetas se basen en estereotipaciones negativas y opresivas cuando se
imponen sobre un grupo y le exigen ciertas marcas identitarias (Arena, 2016), y, de
otro lado, cuando operan para minar el estatus, el poder social y político (Link y
Phelan, 2001). En este sentido, los estereotipos no son meros elementos calificativos
ni actos aislados de discriminación, sino que están inmersos en la
multidimensionalidad de las relaciones de opresión.

Los estudios feministas jurídicos han hecho hincapié en que los estereotipos
de género han sido entendidos como una vulneración a los derechos humanos y
como una forma de discriminación (Cook y Cusack, 2010). Asimismo, han servido
tanto para simplificar y homogeneizar el entendimiento de la realidad como para
naturalizar las desigualdades. En cuanto al Derecho se trata, y a pesar de su
pretendida objetividad, se han puesto en evidencia los componentes simbólicos e
ideológicos sobre los cuales se cimienta, en tanto que se encuentra inmerso en las
relaciones sociales, de manera que las autoridades jurisdiccionales como
operadoras del Derecho pueden apoyarse en estereotipos normativos y
prescriptivos de la cultura en la que fueron socializadas que les conducen a una
determinada forma de interpretación de las normas.

5. Metodología

Esta investigación se basa en un análisis temático interpretativo, y siguiendo


las propuestas de Boyatzis (1998) y Díaz (2018) al respecto, examino las sentencias

406
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

emitidas por la Audiencia Nacional (en adelante SAN) y el Tribunal Supremo (en
adelante STS) en el decenio 2009-2019 que se ocupan de resolver recursos
interpuestos por solicitantes de asilo en contra de las resoluciones del Ministerio del
Interior cuando se ha denegado el derecho de asilo o cuando la solicitud se ha
inadmitido a trámite, y que tratan persecuciones de género y de orientación sexual.

El corpus de análisis fue construido a través del banco de datos de Consejo


General del Poder Judicial. Se utilizaron ecuaciones de búsqueda para depurar las
sentencias concernientes al asilo y a las persecuciones de género (violencias de
género, mutilación genital, matrimonio forzado, violencia sexual, violencia
doméstica –familiar–, aborto –forzado–, orientación sexual, violación). Luego, se
procedió con el ejercicio de codificación y sistematización mediante temáticas y
subtemáticas previstas con anterioridad y emergentes, estas refirieron a
estereotipos, prejuicios y expectativas sobre las mujeres solicitantes y las
violencias/ persecuciones vividas. Me concentré en el perfil (edad, situación
profesional, clase social, proveniencia, religión), en la actitud (pasividad/actividad)
y en general, en las ideas preconcebidas de cómo operan las violencias de género
que las mujeres relatan, a tendiendo asimismo a los argumentos que sustentan las
decisiones de cada autoridad interviniente. Lo anterior, lo contextualicé desde un
marco discursivo y desde la interseccionalidad de los regímenes de género y los
procesos de racionalización al que se enfrentan las “mujeres del tercer mundo” a
partir de documentos legales e informes del ministerio del Interior, ONG’s y fuentes
segundarias.

6. Estereotipos prescriptivos en relación con el perfil: La edad como


elemento inverosímil

En un primer grupo de estereotipos, se pueden identificar aquellos


relacionados con la edad a la que, según las autoridades jurisdiccionales deberían
tener lugar tipos específicos de violencia, con ello me refiero a la mutilación genital
femenina (MGF) y los matrimonios forzados que guardan especial importancia

417
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

porque se tratan como “violencias culturales” (externas a Europa)3. Ocurre entonces


que las mujeres mayores de edad tendrían baja probabilidad de experimentar estos
tipos de violencias o que se encuentren en una situación de vulnerabilidad, ya que,
dada su edad, están en condiciones de evitarla. sin embargo, no se evalúa el riesgo
que estas violencias representan.

Es el caso de la SAN 3185/2010 sobre MGF en la que el ministerio del Interior


manifestó que “estamos ante una mujer adulta, muy alejada de la niñez que es la
época en que normalmente se produce la ablación. Según informa ACNUR
normalmente la mutilación genital femenina se realiza a personas de menos de 15
años” confirmando la inadmisión a trámite (SAN 1005/2009, SAN 6109/2009, SAN
21 2009, SAN 3185/2010, SAN 4503/2015 son casos similares), no tomando en
cuenta la numerosa jurisprudencia que ya se ha pronunciado específicamente frente
a este respecto4. En el caso referenciado, la Audiencia Nacional corrigió las
resoluciones de Ministerio, argumentando que dicha práctica pone en riesgo la salud
de la solicitante y que en ningún momento se trata de una práctica que afecta
exclusivamente a niñas menores de 14 años, lo que hace a los relatos creíbles y
verosímiles desde este punto de vista.

En la SAN 2056/2015 sobre matrimonio forzado, la Audiencia Nacional


estableció que “en el caso de la solicitante estamos hablando de una mujer con 18
años de edad al ocurrir los hechos, y por lo tanto con capacidad y criterio suficiente
como para además de oponerse, poder huir caso de ser cierto, en busca de
protección por parte de sus autoridades u ONGs”, esta apreciación se utilizó como
uno de los motivos desestimatorios de la solicitud. Algo similar ocurrió en los casos
SAN 4587 2012, SAN 1738 2014, SAN 4503/2015, en ellos las autoridades tienden
a descartar los casos en los que se manifiesta el riesgo de matrimonio forzado como

3 Ver al respecto el trabajo de Montoya y Rolandsen (2013) The othering of domestic violence:
The E.U and cultural framings of violence against women. Social Politics: International Studies in
Gender, State & Society, 20 (4), Pp. 534–557.

4 STS de 10 de octubre de 2006 -RC 6597/2003, SSTS de 7 de julio de 2005 -RC 2107/2002 -, y 8
de julio de 2008 -RC 2316/2005, SAN 23 de junio de 2010 apelación 176/2010).

428
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

“inverosímiles” y “poco creíbles” pero sin evaluar el daño que significa. las mismas
solicitantes manifestaron en sus relatos la existencia de violencia íntima a la que
estaban expuestas en el marco de estos matrimonios forzados. Solamente en uno de
los casos estudiados y que trata del riesgo de matrimonio forzado tras el
sometimiento a la MGF (STS 2781/2009), el Tribunal Supremo reconoció los
reportes psicológicos presentados durante la demanda en los que se enfatizaba los
riesgos de volver a su país pero que no fueron suficientemente tenidos en cuenta
por el Ministerio de Interior y la Audiencia Nacional. Como decisión final, se autorizó
la permanencia en España por razones humanitarias.

Respecto a estos dos tipos de violencias, resulta claro cómo la noción de


víctima se basa en la construcción del sujeto normativo niñas en riesgo como figura
por excelencia de la alteridad. Dentro de los imaginarios construidos desde
Occidente, las niñas son el sujeto vulnerable que se construye a partir de la
racialización de estas violencias, tratándose, en este caso, de estereotipos de
carácter prescriptivo; en donde se exige “una cierta forma de comportarse, o bien,
un estándar de apariencia, a fin de que los individuos se ajusten a las normas
asociadas a su grupo, o bien, a las normas del grupo dominante (asimilación)”
(Timmer, 2015, p. 258).

No obstante, esta lectura basada en compresiones culturalmente limitadas


(Jordan y Morrissey, 2013), corre el riesgo de invisibilizar las múltiples
manifestaciones y contextos en los que se da la práctica y sus significaciones, además
de otro tipo de victimizaciones y persecuciones a los que las jóvenes y mujeres están
expuestas. Es este desconocimiento y ceguera sobre cómo se presentan estas
violencias y cómo se construyen las relaciones de género en otros contextos, lo que
finalmente impacta en la evaluación de credibilidad como en la toma de decisiones.
Al respecto, los estudios de Stern (1997) y de Okeke et alt. (2012), sobre diferentes
contextos en África, así como los relatos de mayoría de los documentos analizados
coinciden en que la MGF y el matrimonio forzado se practican no solo en niñas,
también en jóvenes, adultas, viudas, divorciadas y casadas, siendo relevante el dato
de que la MGF tienen una prevalencia del 41% en mujeres adultas. Además, ambas
se presentan como un continuum junto con la violencia íntima, en algunas ocasiones
con la persecución por orientación sexual y como un mecanismo para corregir

439
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

conductas tras cuestionar normas de género, a lo que se suma la inacción de las


instituciones, el temor y desconfianza de las mujeres en estas.

7. Estereotipos que asignan roles: la profesión y la clase social

Junto con la edad de la solicitante, la profesión, la clase social o una serie de


elementos circunstanciales del relato son evaluados bajo la lupa de la credibilidad,
y siempre terminan en detrimento de la demanda de asilo. Por ejemplo, en el caso
de violencia íntima que trata la SAN 614/2019, tanto el Ministerio del Interior como
la Audiencia Nacional no encontraron lógico que la solicitante teniendo estudios
universitarios y una profesión no hubiese acudido a las autoridades para solicitar
ayuda y denunciar los hechos, ni antes ni después de separarse de su expareja, esta
apreciación junto con el argumento sobre la tardanza en depositar la solicitud y que
llevó a la duda de su necesidad real de protección, conllevó a negar el asilo.

También se examina un supuesto “grado” de vulnerabilidad, como en el caso


STS 5927/2011, en el que la solicitante denuncia los malos tratos y la violencia
intima que vive de parte de su marido. Su caso fue puesto en comparación con lo que
las autoridades consideraron como una generalidad: “lo que sucede a muchas
mujeres argelinas” en donde las mujeres se encuentran ante la incomprensión de las
familias y la exclusión total de la sociedad. La profesión de peluquera y el apoyo que
la actora recibía de parte de un conocido, la excluyeron de riesgo, estimando que “la
solicitante no se encontraba en una situación de extrema vulnerabilidad e
indefensión”. En función de ello, el Ministerio negó la admisión a trámite y en
segunda instancia, tanto la Audiencia Nacional como el Tribunal Supremo, negaron
el reconocimiento de asilo. No obstante, este recurso recibe un voto particular de la
magistrada, quien efectivamente evalúa la continua exposición a los malos tratos y
las consecuencias físicas y psicológicas que la llevaron a tomar la decisión de huir.

En la SAN 231/2017 incluso, las autoridades estiman que las madres solteras
en un contexto como el de Marruecos se ven expuestas a la marginalidad, sin
embargo, excluye de esta situación a la solicitante, asumiendo que a la edad de 25
años ya se encuentra en condiciones de contar con independencia económica. Lo

4410
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

cierto es que la situación de vulnerabilidad a la que se ven expuestas las madres


solteras es una realidad no exclusiva del contexto marroquí, los estudios feministas
la han denominado como tipo de violencia de género (Milanich, 2019). Sumado a
ello, el agravante en el caso específico de esta solicitante es que en la legislación
marroquí persigue y castiga las relaciones extramatrimoniales (lo que la Audiencia
Nacional califica de “hipócrita” porque “no es aplicada”) y es justamente esto junto
con la presión familiar que provocan la huida.

En el caso de la STS 1436/2012 las autoridades intervinientes resaltan como


motivo de inverosimilitud que el perfil de la solicitante, teniendo estudios de
bachillerato y preparándose para entrar a la universidad “no responde al perfil de
una joven víctima de las tradiciones según los parámetros musulmanes más
ancestrales”, sumado a este argumento, se pone en duda la credibilidad de su relato
en relación con las agresiones de las que fue víctima como consecuencia del
cuestionamiento a las normas de género. Las autoridades se concentran en minar
esta supuesta apariencia de “victimización” que la solicitante pretendía evocar: “La
peticionaria se nos presenta como una joven absolutamente subyugada y dominada
por un hermano brutal, que ejerce de cabeza de familia con el beneplácito del padre
ausente, que no acepta que las mujeres contravengan lo más mínimo el rol que las
costumbres ancestrales le tienen asignado”, con lo que las autoridades concluyeron
que su perfil se contrapone con el de una típica mujer argelina vulnerable aunque
en su relato haya manifestado repetidas agresiones de parte de su hermano como
mecanismo de control por cuestionar normas de género.

En los casos presentados, se identifican estereotipos que asignan roles;


“nociones acerca de los roles o comportamientos apropiados respecto de las
personas que pertenecen a un determinado grupo” (Timmer, 2015, p. 257). En estas
interpretaciones, la “religión” o “tradición” musulmana terminan representándose
como una unidad monolítica, unitaria y estática, según la representación de la
jurisdicción, “constituyen un grupo identificable puramente con base en sus
dependencias compartidas” (Mohanty, 1989), entonces existe una fijación del
“sentido común” de cómo son las “mujeres musulmanas” y las “niñas víctimas MGF”,
ello como un tropo históricamente utilizado para trazar las fronteras entre Europa
y lo no-europeo. En estos casos, por supuesto, la “diferencia cultural” se convierte

4511
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

en el en un dato ampliamente aceptado tanto para “victimizar” como para excluir a


quienes se “alejan” de esta representación y sobre quienes pesa la “sospecha”. La
cuestión es que privilegiar esta lectura supuso invisibilizar las particularidades de
la violencia patriarcal, la exposición a malos tratos de manera sistemática, la
experiencia de situaciones traumáticas, la desprotección y la omisión a la debida
diligencia del Estado, todo lo cual involucra experiencias más complejas que
sobrepasan el determinismo cultural.

8. Estereotipos que asignan roles: comportamientos apropiados de una


solicitante de asilo

Dentro del material estudiado, se denota que las autoridades han asumido
ciertas características y comportamientos sobre como deberían actuar las mujeres
durante su proceso de solicitud, así, el mérito del asilo se encuentra en “parecer” y
“performar” unos roles que se creen más acordes con la idealización de la figura de
víctima producida por las propias autoridades a través de la cultura institucional
que permiten comprender cómo la violencia tiene un eje estructural 5. Estas
idealizaciones oscilan incluso de manera paradójica entre una presunción de
pasividad y otra, de actividad. Con esto me refiero a que generalmente se espera que
las solicitantes asuman un rol y una posición de víctimas pasivas, pero al mismo
tiempo, se cuestiona que las solicitantes no tengan la iniciativa de denunciar y hacer
pública sus experiencias puesto que, en el marco de esta estructura jerárquica en la
que se evalúa la credibilidad, no resulta evidente que la sujeta sienta temor por su
vida.

5 Al respecto el dictamen de la CEDAW/C/46/D/18/2008 sobre el Karen Tayag Vertido Vs


Filipinas, puede ilustrar en específico la existencia de estereotipos y prejuicios de género en casos de
violación. Aunque no tratan sobre el contexto de asilo resulta ilustrativo.

4612
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

8.1 La pasividad puesta en la mira de la sospecha

Con respecto a la pasividad, los jueces se han referido insistentemente en que


los hechos narrados no constituyen una persecución justamente cuando no se acude
a las autoridades del país de origen para denunciar los hechos narrados. Esto se
explica por la jurisprudencia que se aplica6 en algunos casos, en la que, de manera
limitada y poco garantista, se entiende que la función del asilo es subsidiaria a la
protección del Estado. En específico, en los casos que tratan violencias íntimas como
lo son las SAN 377/2009 y SAN 3358/2014, resultó llamativo para la instrucción del
Ministerio del Interior que las solicitantes no denunciaran a sus parejas por
violencia íntima, siendo que estos ocupaban posiciones de poder al interior del
ejército y la comunidad. Allí, la institución omitió evaluar el riesgo a represalias que
pudiese haber implicado que las mujeres denunciaran. Además, resulta una
generalidad que las actoras no se acerquen a las instituciones, por la desconfianza
como por el temor que caracteriza justamente las violencias de género, sin embargo,
este argumento se presenta para desestimar la solicitud.

En los casos de MGF y matrimonios forzados, las autoridades consideran que,


si las prácticas son penalizadas en los países de origen, no se justifica la inexistencia
de denuncia, pero, como lo plantea SAN 3258/2011, ante la indagación de la
autoridad sobre el motivo por el cual no denunció ante las autoridades de Nigeria,
la solicitante responde que existe un ambiente de naturalización, así como de
impunidad lo que le hizo retractarse de acudir a la institucionalidad.

Asimismo, las solicitudes pierden credibilidad cuando las actoras no han


solicitado asilo en países de tránsito y que han sido signatarios de la Convención de
Ginebra, como sucede en la gran mayoría de casos de mujeres y jóvenes
provenientes de África Occidental como en SAN 4246/2011, SAN 3105/2012, SAN
3044/ 2013, SAN 4675/ 2014, SAN 4866/2016, SAN 1798/ 2019, STS 124/2016. La
Unión Europea7 ha establecido estándares de países seguros, que, no obstante, no

6 STS Sala 3ª, sec. 5ª, de 29 de febrero de 2008, rec. 6596/2004.

7 La Directiva 2013/32/UE establece el concepto de “país seguro”.

4713
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

necesariamente evalúan los riesgos de formas de discriminación y violencia de


género de acuerdo a estructuras de poder específicas de cada país.

Otro elemento importante sobre el que se basan las autoridades es el tiempo


que tarda la actora, tanto en huir de la violencia, como el tiempo transcurrido
durante el tránsito, así como el momento en el que se realiza la solicitud en España.
Por ejemplo, en el caso SAN 583/ 2016 la autoridad cuestiona que haya tardado 6
meses en decidir huir de Camerún luego de que sus familiares conociesen su
orientación sexual, o STS 2781/2009 y SAN 3089/ 2011 en donde la autoridad
manifiesta que es inimaginable que la actora, sabiendo de la existencia de un
matrimonio forzado, no reaccionara a la situación y no haya huido con premura. En
referencia a la tardanza en presentar la solicitud en España, los casos son números,
y cuando se les ha preguntado a las mujeres, estás manifiestan su desconocimiento
o su temor a ser capturadas dada su situación irregular.

Otro grupo corresponde a la supuesta pasividad que identifican las


autoridades frente a la propia violencia que experimentan las solicitantes. En la SAN
699/2010 se juzga la inexistencia de un “intento de emancipación” respecto de su
tutor para hacer frente al matrimonio forzado, y en la SAN 1343/2009 la Audiencia
Nacional no encontró su relato verosímil ni congruente ya que ésta no se explica
cómo, si la mujer conocía que sus padres ya habían acordado el matrimonio y que le
practicarían la mutilación genital, esta no escapó antes del mismo.

Con lo anterior, se puede identificar que las instituciones no toman en cuenta


las condiciones en las que se genera la violencia de género y de lo que implica
experimentar y estar expuesta continuamente a ella. Es más, cuando hablamos de
violencias basadas en género, hay que tener en cuenta, como apuntan Shuman y
Brohmer, que “lo que las solicitantes declaren y cómo lo declaran es parte de reglas
culturalmente impuestas, tabúes y expectativas sobre el género y prácticas sexuales
son culturalmente específicas, el proceso de asilo encuentra estas diferencias con
cada caso de violencia de género” (2014, p. 941). Así pues, no solo existe la dificultad
de hablar de experiencias propias cuando se trata del ámbito de la intimidad, sino
que también nos encontramos ante regímenes de género y sistemas culturales en
donde la vergüenza, la humillación y el honor construyen las subjetividades,

4814
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

también los silencios de la institucionalidad y la sociedad, lo que evidentemente va


a permear y atravesar los relatos. En este caso en particular, existe una falacia en
asumir que quien experimenta violencia va a actuar de manera “racional” frente a
ella y frente a su agresor, así que allí se juzga a la víctima por no escapar, pero no se
toman en cuenta las condiciones en las que se encontraba, el contexto social
inmediato, la continuidad de las amenazas, la inoperatividad de la institucional de
su país de origen para proteger, y la situación socioeconómica como psicológica.

8.2 La iniciativa y actividad de las solicitantes como problemática

En los casos siguientes, la apreciación de las autoridades se basa sobre una


cultura de la sospecha (Hass y Shuman, 2019), y donde ciertos comportamientos o
acciones que realizan las solicitantes se conciben como una estrategia intensional
para añadir dramatismo a los relatos y causar empatía. Así que, contrario a lo
anteriormente señalado, aquí se juzga la “actividad”. Esto se presenta, en los casos
en los que las actoras incluyen, con posterioridad a la primera entrevista, nueva
información y nuevos hechos de las victimizaciones y persecuciones sufridas, en
especial, estos se tratan de hechos relacionados con violencia sexual o trata de seres
humanos, como en el caso SAN 4503/2015, SAN 4675/2014, STS 2781/2009.

Igualmente, en casos como el que presenta la SAN 332/2019 la autoridad no


estableció la existencia de la persecución porque encontró como suficiente que la
solicitante hubiese realizado las denuncias en su país de origen y hubiese obtenido
el divorcio y la custodia de sus hijas, lo que se estimó como alcanzar un "grado de
autonomía" contraponiéndose a “la figura de una mujer totalmente controlada y
sometida a su marido”. Pero lo cierto es que existe un silenciamiento sobre su
conversión religiosa, la vulnerabilidad que supone devenir madre soltera en un
contexto como lo es el iraní y de cómo esta situación complejiza su experiencia como
mujer siendo que las agresiones ejercidas por su expareja no cesaron incluso con
posterioridad al divorcio.

El caso de la STS 5927/2011 es por lo demás llamativo, no solo el relato es


hallado poco creíble y sospechoso porque ante un relato de violencia intima la
autoridad encontró una suerte de relato prototípico: “en Melilla (y solo en Melilla)

4915
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

las mujeres argelinas siempre alegan lo mismo: son casadas a la fuerza, su marido
es drogadicto, las maltratan, las fuerzan, se tienen que prostituir o conseguir dinero,
su familia las rechaza”, su actitud dispuesta a denunciar y a hacer pública su
experiencia ante la presencia masculina resultó controvertir la imagen de
“víctimas” que las autoridades tienen:

Llama la atención que las mujeres argelinas relaten a la policía, nada más llegar
de su país (en este caso en apenas un mes), este tipo de problemas íntimos,
procediendo como proceden de una cultura donde o bien estas situaciones son
aceptadas y asumidas por las mujeres o se trata de problemas domésticos de los
que no se habla, y menos aún delante de un hombre policía en un país extranjero.

Para las autoridades resulta inconcebible que este grupo de mujeres, siendo
“verdaderas solicitantes de asilo” (mujeres provenientes del sur global), pueda ir a
la universidad, tener cierto grado de autonomía respecto de la autoridad masculina
en su grupo familiar, así como hablar de las violencias sobre su cuerpo y su vida, y
al mismo tiempo, ser perseguidas por razones de género y por tanto ser
legítimamente refugiadas. Cuestionar los límites de noción esencialista de “victima”
y la noción de “vulnerabilidad” que tradicionalmente acompañaba la intervención de la
administración y los discursos públicos sobre “las mujeres del tercermundo”
(Mohanty, 1988) sitúa a la solicitudes como fraudulentas y a las mujeres, como
sospechosas al querer sacar provecho del régimen del asilo y de otro lado, termina
por invisibilizar el lugar de las mujeres como actoras políticas, reduciéndolas a
víctimas pasivas (Brocard y Lamine, 2007).

9. Conclusiones

Los casos de mujeres que solicitan asilo por motivos de violencias de género
se han visto particularmente afectados por esta lógica discrecional y las formas de
evaluación de la credibilidad. En este sentido, la autoridad administrativa y
jurisdiccional asumen que el mérito del asilo se encuentra en “parecer” y
“performar” unos roles que se creen más acordes con la idealización de lo que
debería ser una “buena” solicitante de asilo, sin embargo, esta sujeta se construye
sobre la base de nociones orientalistas y racistas sobre las mujeres del tercer mundo.

5016
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

La creación de este retrato arbitrario se basa en patrones socioculturales que


discriminan aún más al ocultar la existencia de la violencia y de las persecuciones
de género. A través de este retrato, se somete a juicio el perfil y el comportamiento
de las mujeres, su aparente pasividad o actividad, resultando sospechoso que ellas
salgan de estos marcos mentales rígidos con los que las autoridades evalúan las
solicitudes y en consecuencia terminan socavando la credibilidad de la solicitante.
Al respecto, Bohmer y Shuman (2014) han explicado que las autoridades introducen
intervienen en los procesos de evaluación de la credibilidad sus propias
expectativas y suposiciones frente a las solicitantes de asilo, en donde las mujeres
musulmanas o provenientes de países musulmanes y de África occidental, son
consideradas como victimas pasivas al mismo tiempo que amenazas activas
(Narkowicz y Pędziwiatr, 2017).

Además, la administración de la movilidad y permanencia de personas


dentro de las fronteras nacionales se refleja en las altas cifras denegatorias y, es en
donde los estereotipos y silencios frente a las violencias basadas en género están
presentes en las evaluaciones de credibilidad y juegan un papel en la construcción
de la otredad como amenaza. Así, pensemos entonces que el asilo no atañe
exclusivamente al humanitarismo y la responsabilidad internacional de los Estados
de proteger no-nacionales, con éste, el Estado tiene además la potestad de decidir
quien tiene permiso a permanecer en suelo español. Entonces, como lo menciona,
Lutz: “los criterios de exclusión o inclusión en Europa suelen basarse en
estereotipos y concepciones de género racializadas” (2010, p. 35), así que, estas
construcciones orientalistas, racializadas y generizadas que se identificaron en las
sentencias, intervienen en la construcción de los límites entre los refugiados/as
merecedores/as e inmigrantes ilegales, como manifestación del régimen de cierre de
fronteras al cual asistimos.

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54
Representaciones sobre el trabajo femenino en la política
pública. El caso Ellas Hacen (2013-2019)

Tatiana Marisel Pizarro


CONICET- IISE
tatianamariselpizarro@gmail.com

Resumen

Con este capítulo se pretende presentar la evolución del concepto trabajo en la


política social argentina “Ellas hacen” –que fomentaba la creación de cooperativas
de mujeres trabajadoras para alcanzar su autonomía económica– hasta su
unificación en el programa “Hacemos Futuro Juntas” –que instaba al desarrollo
personal–. Para realizar este análisis fue preciso hacer un recorrido por las gestiones
gubernamentales de Cristina Fernández de Kirchner (2011-2015) y de Mauricio
Macri (2015-2019). De este modo, se problematizó en la manera en que esta política
fue (re)definiendo al trabajo desde un pretendido enfoque de género, siendo que, en
la evolución de ésta, en su diseño y su práctica omitían problemáticas relacionadas
al mismo. En tal sentido, fue preciso articularse a la perspectiva de los estudios de
género a las políticas públicas. En este aspecto es en el que se manifiesta la
importancia de este manuscrito, ya que se expone cómo el Estado exceptúa las
singularidades de las mujeres en este tipo de medidas, lo que ayudaría a ahondar
más aún las inequidades entre los géneros.

Palabras clave

Mujeres, Estado, Políticas sociales, Feminización de la pobreza, Cooperativas de


mujeres.

55
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

1. El viraje de las políticas públicas

Durante los primeros quince años del siglo XXI, los programas de ajuste
estructural enraizados en América Latina cambiaron el rumbo que tenían las
políticas sociales hasta entonces, lo que hizo que el Estado dejara de ser el
responsable de los mecanismos redistributivos que beneficiasen a todos/as los/as
ciudadanos/as para segmentar su atención en grupos y proyectos particulares.

En el caso de América Latina, se impulsaron los Programas de Transferencias


Condicionadas de ingreso (PTC) como la principal forma de intervención de los
gobiernos para atender a la población en situación de pobreza, mediante la garantía
de cierto nivel básico –en general mínimo– de ingresos monetarios (Rodríguez
Enríquez, 2011). A raíz de los PTC, el paternalismo estatal determinó que la mejor
forma de atenuar las situaciones de pobreza era la de satisfacer las necesidades
básicas de la población en situación de vulnerabilidad socioeconómica a través de
transferencias monetarias focalizadas y condicionadas1. En este sentido, se planteó
la necesidad de tener un enfoque operativo2 que facilitase la observación de
políticas públicas (Subirats, 2000). Esto resultó de gran interés para observar,
analizar y describir la manera en que se encuentra presente el trabajo en el
Programa Ellas Hacen y su posterior devenir en el Programa Hacemos Futuro Juntas.
Se considera a esta medida como icónica, ya que fue gestada en Argentina durante
la década kirchnerista (2003-2015), momento histórico en el que se establecieron
distintas políticas sociales que se construyeron sobre tres ejes: inclusión,
universalidad y solidaridad.

1 El porqué de los programas de este tipo está dado en “la equidad de la eficiencia”, en lo que se

efectivizan los escasos recursos públicos invirtiéndolos donde es más relevante y necesaria su acción,
lo que lleva a los gobiernos a reducir su gasto público general con el incremento a su vez del apoyo
social.

2 De este enfoque se desprendan siete componentes claves: la solución de un problema público,


la existencia de grupos-objetivo en el origen del problema, una coherencia institucional, la existencia
de diversas decisiones, un programa de intervenciones, el papel clave de los actores públicos y,
finalmente, una naturaleza más o menos obligatoria de las decisiones y actividades, debido a que las
formas de acción son tanto coercitivas como incentivadoras.

56
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

Ellas Hacen surgió como una forma de acompañar a las mujeres en la


terminalidad de sus estudios –primarios y secundarios–, en el inicio de éstos en
otros niveles –terciarios o universitarios–, junto a la posibilidad formarse en oficios
y crear cooperativas de trabajo. De este modo, adquiere especial interés
problematizar sobre el modo en que se ha (re)definido al trabajo en esta política
pública y su evolución a través de las distintas gestiones gubernamentales y así
poder observar cómo repercutieron las modificaciones en las principales
beneficiarias: mujeres en situaciones de vulnerabilidad social.

En Latinoamérica, la orientación que tuvieron las políticas sociales


desarrolladas en el último cuarto del siglo XX y el primero del siglo XXI, muestra la
focalización en determinados grupos sociales como única estrategia posible para
alcanzar progresivamente la universalización de la satisfacción de las necesidades
básicas (Franco, R., 1996).

Con la implementación de estas medidas se impulsó a una especie de


metamorfosis de la práctica estatal que pretendía la existencia de un equilibrio fiscal,
una merma del gasto público y, con esto, mostrar una eficacia en la gestión. Esto se
debió a que en los años en los que se hicieron reformas estructurales promercado
mutaron drásticamente las maneras de organización y funcionamiento de orden
estatal (Acuña, C., 2011). Lo que hizo que entraran en juego organismos
multilaterales dadores de recomendaciones que, más allá de la contextualización
físico-temporal situada, propusieron modificaciones en las estructuras estatales3 y
de las políticas sociales implementadas –o a implementar–.
Con relación a esto, en Argentina, durante los gobiernos de Néstor Kirchner
(2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2011 y 2011-2015), con el fin de cumplir
con el Derecho Familiar de Inclusión Social, se instituyó el Plan Jefes y Jefas de
Hogares desocupados. El público objetivo de esta medida fue, tal como su nombre lo
indica, los/as jefes/as de hogares desocupados/as con hijos/as menores de 18 años

3Para observar -y analizar- estos cambios también es preciso tomar en consideración elementos
como el Estado -en cuanto a sus competencias-, la acción -en relación con la intención de ser un acto
específico- y la intervención -su capacidad de actuar con el objetivo de cambiar el estado de las cosas
dentro de una sociedad-.

57
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

o discapacitados/as. En simultáneo, se instituyó el Programa Familias, cuyo


propósito era el de contribuir con el desarrollo de los/as niños/as tanto en el
sistema educativo, como en el sanitario; de este modo, a través de esta medida se
pretendía evitar situaciones de exclusión en todas aquellas familias4 que se
encontrasen en condiciones de vulnerabilidad social.

Como complemento, se puso en acción el Programa Emergencia Alimentaria


(PEA) para la población que se encontrase en contextos frágiles, ya que se percibían
grados de riesgo en el sostenimiento de su subsistencia, por lo que se disponía la
provisión de alimentos y otros productos que permitiesen atender necesidades
básicas. En este contexto, se implementó también el Programa Emergencia Sanitaria
(PES), mediante el cual se garantizaba la provisión de medicamentos y diversos
insumos de uso asistencial y hospitalario; al igual que el abastecimiento de
Medicamentos Genéricos para la Atención Primaria de la Salud (Bertranou, F.,
2011).

En general, estos Programas de Transferencias Condicionadas de ingreso


(PTC) tuvieron como foco el bienestar de niños y niñas, por lo que las receptoras del
beneficio fueron las mujeres de estos hogares, ya que se presumía que eran ellas las
que velan por la prosperidad de sus hijos e hijas (Bertranau, F., 2011). En este punto
es imprescindible subrayar que el hecho de que estos programas tuvieron como
destinatarias a las mujeres no los transformaba en políticas con perspectiva de
género.

Otro punto para tener en cuenta fueron las nuevas demandas de


acompañamiento estatal, frente a situaciones que a simple vista parecían no
resolverse en el marco de la disputa distributiva y que interpelaron al Estado en su
capacidad de ofrecer abordajes adecuados y suficientes. Esto se debió a que se
abordaron diversos escenarios que combinaron las múltiples consecuencias de

4 Respecto a esto, Bertranou (2011) explica que el IDH -Índice de Desarrollo Humano- permitía
otorgar subsidios –sujetos a contraprestaciones familiares en salud y escolaridad– a familias en
situación de pobreza con hijos menores de 19 años y embarazadas que no reciban ayuda económica
del Estado ni asignaciones familiares.

58
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

encontrarse con “posiciones sociales hostiles y humillantes, desde las cuales no se


regresa vía mejoramiento macroeconómico” (Catini, A; Barchetta, J. y Gómez, A.,
2011, p. 32).

Un punto importante por mencionar es que los PTC no toman en


consideración aspectos naturalizados como la distribución desigual del trabajo de
cuidado y no remunerado por el género. Al contrario, cuando se les otorga la
titularidad a las mujeres, ésta suele ser concedida en su carácter de cuidadora, sin
que se incluyan en los componentes del programa aspectos que permitan -o
promuevan- una redistribución del trabajo remunerado y no remunerado en el
interior de los hogares. En definitiva, hay una ausencia de mecanismos de
participación de la voz de las personas beneficiarias y de identificación y atención
de las demandas específicas de las mujeres. En tal sentido es interesante observar
cómo estas diferencias construidas –y jerarquizadas– socialmente, permiten
presentar a las relaciones de género como relaciones de poder, en las que los
varones tienen un acceso directo a éste; mientras que, en el caso de las mujeres, se
encuentra limitado. Esto se debe a que tanto hombres como mujeres viven el poder
de un modo distinto, lo que también establece las propias identidades genéricas en
función a estas relaciones; situación que se repite cuando se hace la distinción entre
lo público y lo privado5, lo femenino y lo masculino. Por esto, es importante realizar
un análisis que amplíe la visión de lo político6, al enmarcar aspectos que aborden
temas que se ubican dentro de aquello que es invisible, privado e íntimo.

5 “La división público-privado es una dimensión clave en la conceptualización de las principales

estructuras que contribuyen a mantener y reproducir la desigualdad de género, tales como la


organización del trabajo, la intimidad y la ciudadanía. Estas estructuras interconectadas están
formadas por normas, valores, instituciones y organizaciones que reproducen la desigualdad de
género en cada una de estas tres esferas” (Verloo y Lombardo, 2007, p. 28).
6 Para realizar esta afirmación, me apoyo en la postura de Kate Millet, quien planteó en su obra

Política sexual (1969) que “lo personal es político”, al referirse a la política como un cúmulo de
estrategias que también pretende mantener un sistema de dominación patriarcal en ámbitos
“privados” como la familia y la sexualidad. Asimismo, eso personal alude a movilizar a las mujeres en
colectivo al trasladar lo privado al ámbito de público interés en términos de luchas.

59
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

2. La ciudadanía de las mujeres

En pleno siglo XXI, las diferencias existentes entre las realidades de los
varones y las mujeres siguen siendo lacerantes en términos de inequidad7. La
desigualdad puede observarse en distintos ámbitos: los escasos puestos de
liderazgos ocupados por mujeres8, los menores registros de la presencia femenina
en el mercado de trabajo formal directamente relacionados con la llamada
feminización de la pobreza9, etcétera. Esta situación también es trasladable a la
esfera privada del hogar, en la que la desigualdad está enraizada en la distribución
inequitativa de las tareas domésticas y de cuidado, arraigadas en estructuras que
señalan que son responsabilidad de las mujeres, sólo por su género.

La condición social de la mujer en la actualidad no la ha ubicado muy lejos


del modelo patriarcal imperante, a quien se le asigna aún un perfil obligatorio por
su naturaleza femenina con una serie de actividades de cuidado de los miembros del
grupo. Este trabajo no remunerado parece estar bajo un manto de invisibilidad en
el reconocimiento del ámbito económico por la concepción errónea de sólo
pertenecer al carácter privado de las relaciones familiares (Antonopoulos et al,
2007, p. 243).

A propósito de esto, es oportuno preguntarnos y analizar cómo las


identidades de género –y la interpretación de éstas– son aún las determinantes en
la construcción social y discursiva tanto en aspectos culturales, económicos y
políticos, como es el caso de su inclusión en las políticas sociales. En otras palabras,

7 En referencia a esto, Marcela Lagarde señala que “el mundo contemporáneo se caracteriza por

una organización social de géneros y por una cultura sexista que expresa y recrea la opresión de las
mujeres y de todas las personas que son diferentes del paradigma social, cultural y político de lo
masculino. Se caracteriza, asimismo, por un sistema político, público y privado, de dominio de
hombres sobre mujeres” (1996, p.410)
8 En la Argentina, la participación de las mujeres en las cúpulas empresariales es del 15% (Perfil,

2019)
9 En el primer semestre de 2018, el 37% de las personas de la población urbana cubierta por la

Encuesta Permanente de Hogares (EPH), vivían en hogares donde se identifica a una mujer como la
jefa de hogar. Sin embargo, esas personas representaban casi 41% en los hogares que se encontraban
debajo de la línea de pobreza. El porcentaje de personas debajo de la línea de pobreza en hogares con
jefa mujer era de casi 30% mientras que en los hogares donde se identifica a un hombre como jefe
ese porcentaje era de alrededor de 26%”. (González Rozada, M., 2019)

60
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

la transformación de esta situación depende de la desnaturalización de lo público-


privado que rige también en estas políticas (Phillips, 1998).

Alcanzar la igualdad involucra el desmitificar los constructos discursivos que


pregonan a los varones como los únicos capaces de resolver asuntos políticos; por
lo que, es preciso no sólo erradicar estas naturalizaciones, sino que las mismas
políticas tengan entre sus objetivos dispositivos que lo realicen (Nott y Kylie, 2000).
Para esto, es preciso mencionar a la transversalización de género como mecanismo
que permita acometer contra las desigualdades políticas, económicas, sociales que
tengan como factor de influencia a los géneros. Esto conllevaría a que el Estado
ponga el foco en los procesos de creación y aplicación de las políticas sociales desde
una perspectiva de género.

La llamada ciudadanía de las mujeres ha sido desarrollada en contraposición


al concepto universal de ciudadanía planteado por varones, para ellos mismos y que
excluye a las mujeres. Por décadas, han sido las distintas agrupaciones feministas
las que se han opuesto y luchado contra esa masculinización que sufren las mujeres
ante la necesidad de ganar más derechos y espacios dentro de un sistema patriarcal
–la Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo, la IV Conferencia Mundial
sobre la Mujer, son ejemplos claves de las exposiciones sobre esta situación–.

En esta línea, la politóloga Mary Dietz (2001) plantea que el eje de los
cuestionamientos de las feministas debe estar focalizado en quién y cómo se toman
las decisiones; interpelar y comprender a la ciudadanía como un bien en sí mismo y
como un proceso continuo –en el que es casi imperativa la incorporación activa de
la mujer en el mundo público–. Esta última –aunque escasa y a fuerza de leyes de
cupo en el caso del ámbito político– ha permitido que muchas constituciones
latinoamericanas incluyeran la diversidad junto con la igualdad legal, real, social y
de género (Bareiro y Soto, 2016).

En este sentido, esta particularidad que otorga la igualdad debe ser tomada
con cautela. La ausencia implícita de ésta en el mito de las oportunidades equitativas
nos deja ver aquellos supuestos que niegan la realidad de las inequidades
relacionadas a la discriminación sexual, los estereotipos y la subordinación de las

61
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

mujeres –tanto en ámbitos privados como el hogar como en públicos como el


mercado laboral– (Dietz, 2001).

En conjunción a esta postura, la Estrategia de Montevideo para la


Implementación de la Agenda Regional de Género en el Marco del Desarrollo
Sostenible hacia 2030 (2016) de la CEPAL, plantea que el ejercicio pleno de la
ciudadanía femenina estará dado no sólo cuando las mujeres se incorporen
activamente a la denominada vida pública, sino cuando puedan contribuir como
ciudadanas de pleno derecho. Esto podrá lograrse una vez que las distintas formas
de representación política postulen una concepción de desarrollo que incluya a lo
privado y no soslaye las diferencias de género.

Tal como expresa la filósofa feminista Nancy Fraser (1997), el Estado en su


papel de intérprete de necesidades da por sentado ciertas significaciones del rol de
los agentes en la reproducción social y asumen lo justo y adecuado para ellos. En
esta línea, los economistas Rania Antonopoulos y Francisco Cos-Montiel, –con su
interpretación sociopolítica del desarrollo como proceso cultural, político y
económico–, analizan esta situación desde la perspectiva de las desigualdades entre
mujeres y hombres derivadas de la división sexual del trabajo. Respecto a éstas,
plantean que no son cuestionadas, sino que se las comprende como resultado de una
organización natural de las funciones sociales. De hecho, exponen que las políticas
sociales son formuladas de acuerdo con el modelo de familia nuclear, en el que la
mujer toma un rol pasivo dentro de ese desarrollo, debido a que no se la ve más allá
de su papel reproductivo y de cuidadora (Antonopoulos et al., 2007, p. 234).

Ante este análisis, María Elena Valenzuela y Claudia Mora (2009), presentan
a la mujer como un sujeto que convive –o sobrevive– dentro de una pobreza
cualitativa y cuantitativamente distinta a la de los hombres. Es que aún, a principios
del siglo XXI, los Estados latinoamericanos siguen siendo caracterizados por su
naturaleza patriarcal –según la extensión de la noción beauvariana de éste–. Es por
esto por lo que se señala al Estado como una institución que (re)produce múltiples
dominaciones y discriminaciones de las sociedades latinoamericanas -en especial,
aquellas referidas al género- (Bareiro, 1997, p. 3).

62
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

El Estado es la institución que cuenta con el poder para que la sociedad


cumpla lo que disponen sus dirigentes. Históricamente, bajo sus diversas formas,
han sido las mujeres quienes han estado en situaciones de subordinación, en las que
el poder era ejercido sobre ellas. En este punto es en el que radica la desigualdad
mencionada, en la existencia de privilegios que los diversos colectivos tienen en la
sociedad y el Estado; en otras palabras, en la comunidad política (Bareiro, 1997).

A pesar del paso del tiempo, esta inequidad poco cambió para las mujeres en
función a su rol dentro de la sociedad. De hecho, la antropóloga María Carolina Feitó
(2004) plantea que, si se hace un paralelismo entre “una determinada concepción
de la historia de la humanidad, de las relaciones entre hombre y la naturaleza,
asumiendo al mismo tiempo un modelo implícito de sociedad considerado como
universalmente válido y deseable”, se puede inferir que muy lejos está la mujer de
alcanzar eso que es “válido y deseable” (p. 5). En otras palabras, esa ciudadanía
plena. En conjunción a esto, el concepto de ciudadanía refiere al derecho que tienen
las sociedades de intervenir en el poder político y, en simultáneo, a ser intervenidas
(Bareiro, 1997).

En este sentido, es preciso traer a colación a la postura de la feminista


Chandra Mohanty, respecto al modo en que es construida la mujer como un
compuesto cultural e ideológico mediante distintos discursos de representación
sobre cómo son las mujeres reales –con sus propias historias–. Es en este punto en
el que la autora pone especial énfasis en aquellos discursos que “colonizan de forma
discursiva las heterogeneidades materiales e históricas de las vidas de las mujeres
en el Tercer Mundo” (Mohanty, 2008, p.11). Aún así, es importante que en lo
relacionado al ámbito laboral se tenga en consideración que “incrementar la
participación laboral no debería, sin embargo, ocurrir a todo costo, ni especialmente
a costo de las propias mujeres o de las nuevas generaciones. Promover la
participación laboral femenina supone reorganizar el orden social, especialmente
cuando este no ha sido estructurado considerando la participación laboral
femenina” (Cardenas Tomažič, A. y Hein, K., 2018, p. 167).

63
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

3. Ellas Hacen

Durante la primera gestión presidencial de Cristina Fernández, a través del


Ministerio de Desarrollo Social de la Nación se creó el Programa Ingreso Social con
trabajo Argentina Trabaja bajo la Resolución 2476-2010. En el artículo 5 se
especifica que la marca registrada Argentina Trabaja es de uso común a los
programas del Plan Nacional de Desarrollo local y economía social Manos a la obra.
Éste se implementó a partir de 2009.

Estuvo compuesto por diversos programas que tenían como eje el desarrollar
la economía social y ahondar en estrategias territoriales. Dentro de éste, en 2013,
durante la segunda gestión presidencial de Cristina Fernández, se gesta el Programa
Ellas hacen. En marzo de 2013, se incorpora al Programa Ingreso Social con Trabajo
bajo la Resolución N°2176/13 del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

El Ellas Hacen fue una política con pretendido enfoque de género que estuvo
pensada para aquellas mujeres que se encontrasen en situación de vulnerabilidad
socioeconómica y/o eran víctimas de violencia de género. Hasta 2015, las
beneficiarias de Ellas Hacen eran 78.377 (Jefatura de Gabinete de Ministros, 2016).

El programa estuvo destinado a la creación de cooperativas por parte de


mujeres, con el objetivo de mejorar las condiciones urbanas de los barrios en los que
residían. De este modo, a través de esta política, se propuso favorecer tanto a las
beneficiarias como a los/as demás habitantes de los asentamientos en los que las
mujeres focalizaban su labor, al poder cumplir con el derecho a una vivienda digna10
para todos y todas.

Con relación a esto, el trabajo realizado por las beneficiarias del Ellas Hacen
abarcaba desde el reacondicionamiento de lugares públicos –pintura de plazas,
limpieza y arreglo de veredas, mantenimiento de espacios verdes, etcétera– a
construcciones de hogares y su mantenimiento. Para hacerlo, las mujeres debían

10
Derecho detallado en el Artículo 14 bis de la Constitución Nacional Argentina y numerosos tratados
internacionales.

64
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

capacitarse en diversos oficios y asistir a talleres que les permitiese alcanzar una
mirada empoderadora –economía social, perspectiva de género, etcétera– junto con
la posibilidad de terminar sus estudios mediante el Programa FinEs11.

A través del Ellas Hacen se ingresó a las mujeres beneficiarias a una economía
formal, mediante un pago mensual con prestaciones básicas12 como obra social y la
realización de registros contributivos para el acceso futuro al sistema previsional a
través de un monotributo social13.

Mediante este programa, se buscó la generación de empleo a través de


organizaciones asociativas-cooperativas-fomentadas y avaladas por el Gobierno, la
terminalidad educativa a través del programa FinEs14 y la asistencia en situaciones
de violencia de género (Rodríguez Enríquez, C. y Pautassi, L., 2014). Aquellas
beneficiarias del programa percibían los mismos “incentivos de inclusión social” que
los/as titulares del Programa Ingreso Social con trabajo-Argentina Trabaja
(Arcidiácono, P. y Bermúdez, A., 2018). Al respecto, es importante contextualizar
que “en 2016, el monto máximo a cobrar es de 2.840 pesos, muy por debajo del
salario mínimo vital y móvil en Argentina, de 6.060 pesos” (Arcidiácono, P. y
Bermúdez, A., 2018, p. 4). Con el Ellas hacen, se pretendía que las mujeres pudiesen
fortalecer su autoestima y su autonomía económica a través del estudio, el trabajo
en organizaciones asociativas –espacio en el que se generaba compañerismo con
mujeres que vivieron situaciones similares– y la posibilidad de conciliar las tareas
reproductivas de su hogar con las actividades previstas por el programa
(Arcidiácono, P. y Bermúdez, A., 2018).

11 Plan destinado a jóvenes y adultos que deseen completar la educación primaria y secundaria.
12 Además, a las cooperativistas se le brindan equipamientos según la labor que realizan y seguros

de vida personales y ante tercero a modo de prevención de alguna eventualidad. El monto


correspondiente corre por parte del programa.
13 Es una categoría tributaria permanente, creada con el objeto de facilitar y promover la

incorporación a la economía formal de aquellas personas en situación de vulnerabilidad que han


estado históricamente excluidas de los sistemas impositivos y de los circuitos económicos.
14 Resolución N° 2176/13.

65
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

3.1. Mujeres y cooperativas

El Programa Ellas Hacen introdujo al concepto de cooperativas como un


factor totalmente novedoso en las políticas destinadas a mujeres. La medida
proponía la creación de cooperativas por parte de las beneficiarias como posibilidad
de un trabajo autogestivo futuro. Para esto, se les brindaba distintas capacitaciones
vinculadas a oficios y a la culminación de niveles educativos incompletos. De este
modo, ya no sólo se debía cumplir con ciertos requisitos para la obtención de los
beneficios como en los PTC, sino que se proponía una transferencia de ingresos por
la realización de trabajos y obtención de capacitaciones.

Como se mencionó previamente, el Ellas Hacen se gestó en el interior del


Programa Ingreso Social con trabajo Argentina Trabaja. El punto clave de esta
medida fue la formación de cooperativas laborales, creadas con el aval del Estado.
Éstas debían centrarse en el mejoramiento de infraestructura elemental de
municipios y comunas por parte de las mujeres beneficiarias del programa que
habitaba la zona. En este sentido, el programa se gestaba diferencialmente según el
área de acción, ya que, en muchos casos, éste resultaba ser una herramienta para
mermar los índices de desocupación e informalidad (Arcidiácono, P. y Bermúdez, A.,
2018).

Es necesario aclarar que el Ellas Hacen se focalizaba en un grupo específico:


mujeres en situación de vulnerabilidad socioeconómica y/o que estuvieran pasando
–o vivieron– situaciones de violencia. De este modo, se le agregaba la posibilidad de
brindarles herramientas de contención psicológica –se dictaban talleres cuyo eje era
la problemática– y laborales –se fomentaba la formación de capital humano–. Este
punto es fundamental, ya que se presentó a la política como una medida singular
que tomaba en cuenta las realidades de las mujeres en vulnerabilidad; pero, en
simultáneo, no se les brindó soluciones ante la imposibilidad de conciliar la
conformación de la cooperativa y las responsabilidades en el ámbito privado del
hogar. Es decir, por un lado, se les otorgaba capacitación en diversos oficios, en
economía social y la posibilidad de culminar con sus estudios; mientras que, por el
otro lado, se perpetuaban las desigualdades al haber una distribución inequitativa

66
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

de las labores de cuidado y reproductivas en los hogares, provocándose una


sobrecarga laboral y de responsabilidades naturalizadas por el género.

En este sentido, hay investigaciones que demostraron que la participación de


las mujeres en la armado de cooperativas es beneficioso por poder formarse para
participar en el mercado laboral formal y la posibilidad de conciliar con sus labores
de cuidado, debido a que la organización está dada en función de las circunstancias
de cada una debido a las particularidades autogestivas que estos grupos tienen (OIT-
PNUD, 2009). Este punto es clave debido a los altos índices de desocupación
femenina -sin mencionar la subocupación o la presencia en el mercado laboral a
través de la informalidad- que, a su vez, les ocasiona peripecias para ingresar al
sistema de seguridad social.

En detalle de los datos preliminares obtenidos de la primera fase del Ellas


Hacen, el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación detalla que, en el contexto del
Programa Ingreso Social con Trabajo, la participación de las mujeres ha sido
levemente mayor que la de los hombres, con un 54,25% por parte de las
beneficiarias y un 45,75 los varones. A través de las capacitaciones en liderazgo y
economía social, el programa procuró el quiebre con algunos preceptos instaurados
como estereotipos masculinos con relación a los campos laborales en los que se
pueden desempeñar las mujeres. Con estos cambios intrínsecos de la política se
intentó generar una mutación en las estructuras socioculturales que determinan
tareas y trabajos específicos en función al género. De hecho, las capacitaciones
brindadas abarcaban desde aspectos básicos de economía social a herramientas
para defenderse ante situaciones de violencia de género.

3.2. Talleres de formación

La asistencia a los ciclos de formación era obligatoria por parte de las mujeres
a las que alcanzaba la medida. Cada taller era financiado por el Estado nacional y
trataba de conservar la estructura de la educación formal, efectuándose mediante el
Plan FinEs. Éste estuvo destinado no sólo a las beneficiarias del Ellas Hacen, sino a
toda aquella persona –jóvenes y adultos sin límite de edad– que desease culminar
sus estudios y que no pudo hacerlo por diversas razones.

67
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

La cursada consistía en el dictado semanal –dos veces por semana– de


materias de contenidos básicos de la currícula educativa nacional, formación que
variaba según el nivel que se tuviese, con la posibilidad de su extensión hasta por
seis años. Además, en el caso del Ellas Hacen, a las mujeres se les brindó contenidos
referidos a los ejes inherentes del cooperativismo. De este modo, el propósito no era
sólo inculcar lo pautado en cada cátedra, sino también el presentar al conocimiento
como herramienta de cambio; es decir, saberes que les permitan modificar sus
realidades.

De hecho, se instauró el Programa Promotores para el Cambio Social,


mediante el que se pretendía fomentar la organización y la intervención de distintos
actores para el desarrollo de políticas de corte comunitario implementadas por el
Ministerio de Desarrollo Social en las distintas comunas. En este sentido, a las
cooperativistas que recién se inician en este campo se les brindó a través de este
programa “la posibilidad de acompañamiento a través de asistencia técnica y
contable para el aumento de sus capacidades como cooperativa de trabajo vinculada
a servicios de construcción; considerando esta fase como orientada a generar
mayores condiciones para alcanzar la meta de autogestión en el mercado laboral”
(Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, 2014).

Frente a lo que expresamos en el apartado anterior, el Ellas Hacen pretendía


romper los estereotipos de género con la creación de cooperativas de trabajo por
parte de mujeres, pero la medida sólo manifestó esta ruptura en el desarrollo de las
capacitaciones, no en el diseño del programa, ya que no tuvo en cuenta las
singularidades de la división desigual del trabajo reproductivo en los hogares. Otro
punto para señalar es que, en referencia al tipo de capacitaciones seleccionadas por
las mujeres, la mayor parte de las beneficiarias del Ellas Hacen optaba por aquellas
relacionadas al cuidado y tareas feminizadas –atención a adultos mayores, diseño
de indumentaria, servicios de limpieza, cocina, entre otros– (Ministerio de
Desarrollo Social de la Nación, 2014). Aún así, más allá del tipo de contenidos
seleccionados, lo que se pretendió fue formar capital humano femenino que
facilitara la inclusión al mercado laboral y la posibilidad de gestar un autoempleo.

De hecho, tal como lo manifiesta el Ministerio de Desarrollo de la Nación,

68
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

la experiencia nos ha mostrado la sinergia de la formación integral para la


superación de situaciones de vulnerabilidad extrema y el empoderamiento que
ello genera, como ciudadanas en un mundo de derechos y responsabilidades en
las cuales poder desplegar sus capacidades. Lo hasta aquí expuesto ha permitido
delimitar una línea estratégica específica para la inclusión de mujeres en
situación de extrema vulnerabilidad socio ocupacional, la cual será reconocida
como ELLAS HACEN (Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, 2014).

3.3. Manos a la cooperativa

Una vez que avanzó la capacitación –ésta es continua–, las mujeres debían
iniciar con el proceso de formación de la cooperativa propiamente dicha. Ya con los
conocimientos asimilados, debían diseñar un proyecto en función a las necesidades
que su comuna requiriese. Para esto, las integrantes de la cooperativa en formación
debían vivir en un rango próximo o, en el caso de que su proyecto tuviese un objetivo
específico – servicios de comida, diseño de indumentaria, etcétera- podían no
cumplir con el requisito de proximidad territorial. Una vez que terminasen con el
armado de la cooperativa, cada una de ellas recibía un kit de materiales para echar
a andar la misma –en muchos casos, los/as capacitadores/as continuaban
supervisando las actividades–.

Tal como se mencionó previamente, el Ellas Hacen se encontraba enmarcado


en el Programa Argentina Trabaja, por lo que el monto de dinero recibido era similar
al resto de los beneficiarios. Éste consistía en un básico de $1200, al que se le sumaba
el presentismo –$800– y un plus por la productividad –$600–. De esta manera, se
establecía un rígido control en el cumplimiento de la asistencia y del trabajo durante
la totalidad de la jornada. Este aspecto es interesante, ya que puede observarse que
no se tuvieron en cuenta las particularidades de las mujeres que eran madres o
tenían personas a su cargo, por lo que no podían ausentarse de las capacitaciones
por los imprevistos que suelen ocurrir ante las tareas reproductivas y de cuidado.
Tal como se mencionó a lo largo del artículo, otro punto a tener en consideración es
que muchas de las mujeres del programa eran víctimas de violencia de género, por
lo que tampoco podía suponerse la existencia del cuidado por parte de los
progenitores de sus hijos/as. Lo que ocasionaba que estas mujeres desarrollasen
distintos mecanismos para cumplir con las exigencias del programa o bien, no

69
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

cumplirlas en su totalidad, lo que ocasionaba que no pudiesen cobrar el ítem de


presentismo o productividad y sólo se valían del monto básico.

De este modo, el Estado a pesar de resaltar que dicha política tiene una
perspectiva de género, podemos decir que, en el diseño del programa, no la dejó
asentada. De hecho, la modificación respecto al Argentina Trabaja fue sólo designar
como público objetivo a mujeres en situación de vulnerabilidad social y/o
económica y que hayan atravesado por episodios de violencia de género. Es decir,
no se tuvieron en cuenta las particularidades de este grupo poblacional, sólo se
concertó como una medida que sirvió como herramienta para la inserción laboral
con eje en la solidaridad colectiva a través de la formación de cooperativas de
trabajo comunitarias.

Además, otro punto para tener en cuenta es que estas agrupaciones laborales
no se diferenciaban de otras en función a sus requisitos para el funcionamiento
como tales. Es decir, se les exigía a mujeres –que en muchos casos no habían
terminado un ciclo básico de formación– el cumplimiento de una tramitación que
requiere algo más que una capacitación en principios de cooperativismo, lo que
implicaba un esfuerzo mayor por parte de las beneficiarias del Ellas Hacen y más
aún si se pretendía que esta iniciativa fuese sostenible en el tiempo.

4. Del Ellas Hacen al Hacemos futuro

En 2015, con el inicio de la gestión de Cambiemos15, se pausaron a aquellas


políticas que tuvieran al cooperativismo como eje, así como a cualquier tipo de
actividad comunitaria respaldada por el Estado. Es importante mencionar que, al
finalizar la gestión de Cristina Fernández en diciembre de 2015, 81.151 mujeres se
encontraban trabajando en aproximadamente 2.900 cooperativas (Ministerio de
Desarrollo Social de la Nación, 2016). Con el cambio de la gestión, el programa pasa

15 Cambiemos es un partido político argentino inscripto para competir en las elecciones


nacionales del año 2015. Bajo este nombre se realizó una coalición entre la Unión Cívica Radical,
Coalición Cívica Ari, entre otros. Mauricio Macri fue quien presidía el partido y quien ganó las
elecciones del periodo 2015-2019.

70
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

a denominarse Ellas hacen – Nuevo enfoque, cuyo propósito principal se redujo sólo
a brindar facilidades para finalizar los estudios primarios o secundarios, según
correspondiese.

A principios de 2018, durante la presidencia de Mauricio Macri, se unifica


bajo el nombre “Hacemos futuro” al Plan Argentina Trabaja, Ellas hacen y Desde el
barrio. Este nuevo programa estuvo a cargo de la Subsecretaría de Políticas
Integradoras de la Secretaría de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social
de la Nación16. De este modo, se establece como objetivo general del programa
“empoderar a las personas o poblaciones en riesgo o situación de vulnerabilidad
social, que promuevan su progresiva autonomía económica a través de la
terminalidad educativa y cursos y prácticas de formación integral que potencien sus
posibilidades de inserción laboral e integración social”17. Más allá del cambio de
denominación y de su unificación con otros programas, las modificaciones también
abarcaron las capacitaciones brindadas a los/as beneficiarios/as. Ya no se les
capacitaba colectivamente en oficios o formación de cooperativas, sino que los
contenidos tomaron un carácter individualista, con influencias de la autoayuda y
tips de autosuperación.

Es así como se renombra al Ellas Hacen como subprograma Hacemos futuro


juntas, cuyo primer objetivo es “Establecer la estrategia y las herramientas
necesarias para la implementación de la línea programa Ellas Hacen”18, pero sin
determinar objetivos propios19 que fomenten una perspectiva de género
desarrolladora y superadora a la política antecesora20.

16 Resolución de la Secretaría de Economía Social N° 151, Art. 2, República Argentina, 2018.


17 Resolución del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, N°96, Art. 2, República Argentina,
2018.
18 Resolución del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación N° 1274 -E, Anexo V, República

Argentina, 2017.
19 Resolución 1274-E/2017 del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, República Argentina,

2017.
20 Resolución N°2176/13 del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, República Argentina,

2017.

71
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

De este modo, ya no sólo se desdibujó ese pretendido enfoque de género que


tenía el Programa Ellas Hacen, sino que con esta unificación de políticas se
invisibilizó por completo a la mujer, sus particularidades y la posibilidad de salir de
contextos de violencia física y psicológica. Es decir, se disiparon los espacios de
contención y crecimiento de mujeres que pensaron que podrían contar con el
respaldo de un Estado que había empezado a visibilizarlas, a valorarlas.

En tanto, el Programa Hacemos Futuro expresa a la transferencia de ingreso


como un subsidio personal por capacitación, que, a su vez, permite el acceso al
Monotributo Social y seguro (Arcidiácono, P. y Bermúdez, A., 2018, p. 4). En cuanto
a la diferenciación, más allá de su denominación, los objetivos del programa son muy
similares, ya que se pretende que mediante la finalización de los ciclos curriculares
básicos –a través del Plan FinEs–, se alcance cierta autonomía económica al lograrse
una posibilidad de acceder al mercado laboral. En caso de la obtención de un trabajo
formal, las/os titulares continúan siendo parte del programa, pero con la cesación
de pago del subsidio por un año.

Al dar por finalizado al Programa Ellas Hacen se continuó con la lógica


patriarcal en la que las mujeres son invisibilizadas a través de la generalización,
mediante la que se pretende encuadrarlas en requisitos que no tienen en
consideración las singularidades del cuidado y tareas reproductivas que ellas
realizan, entre otros factores. De hecho, son estas singularidades las que las ha
mantenido alejadas -muchas veces, excluidas- del mercado laboral y de un posible
acceso al sistema de seguridad social.

5. Consideraciones finales

El Programa Ellas Hacen permitió poner discusión el papel de las mujeres por
parte del Estado, al vérselas sólo como madres y cuidadoras, pero sin tomar en
cuenta las peripecias que estos roles conllevan. Esta política surgió como respuesta
a la presencia intermitente de las mujeres en el mercado laboral formal, la
subocupación femenina, las situaciones de pobreza en hogares en los que, en
muchos casos, el trabajo precarizado de la mujer era el único sustento.

72
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

De este modo, el Ellas Hacen permitió la formación de capital humano a


través de la terminalidad educativa y la formación en oficios, que en un futuro les
permitiría proyectar la creación de cooperativas de trabajo autogestionadas por las
beneficiarias. A pesar de las buenas intenciones del programa, podemos considerar
que, aún teniendo el apoyo estatal, les resultaba muy dificultoso a las mujeres ser
autogestoras sin tener la formación densa y definida que este tipo de proyectos
requiere.

Otro aspecto a tener en cuenta es que, a pesar de ser una política con
perspectiva de género, se les exigía a sus beneficiarias el cumplimiento de ítems
como presentismo y/o producción, sin tomar en consideración factores como el
cuidado de personas a su cargo. De hecho, ésta es una gran falla por parte del Estado
argentino, que carece de servicios de cuidado gratuitos para madres que deseen
desempeñarse laboralmente y no pueden hacerlo por no tener esta posibilidad. El
Programa Ellas Hacen hubiese sido una política con enfoque de género si este tipo
de servicio hubiese estado en el diseño de la misma medida, ya que es un punto clave
para lograr el desarrollo de la autonomía femenina.

En definitiva, el Programa Ellas Hacen fue una política icónica en Argentina,


que dejó en manifiesto la mirada patriarcal que el Estado tuvo en su diseño y
desarrollo, a pesar de sus buenas intenciones. Es claro que el Estado aún no
comprende las esencialidades del enfoque de género en las políticas sociales. Éstas
van mucho más allá de incluir a las mujeres en la denominación de los programas,
implica observar sus vulnerabilidades, acompañarlas y visibilizarlas. Sólo así se
podrán modificar las situaciones de desigualdad, que muchas veces también son
reproducidas por el mismo Estado.

Referencias

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73
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

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Subirats, J. (2000). Análisis de Políticas públicas y eficacia de la administración.


Ministerio para las administraciones públicas: Madrid.

75
Discriminación laboral de las mujeres transgénero

Enrique Ruiz Gros


Universitat de València
enruiz_2@hotmail.com

Resumen

Ser una mujer transgénero puede ser una situación muy difícil, no todas las familias
lo aceptan y la sociedad tiende a ser tolerante únicamente de palabra. En el ámbito
laboral, el rechazo puede ser aún mayor: sufren más exclusión laboral y muchas
veces se ven constantemente expuestas a preguntas referidas a su identidad sexual
y de género. Se propone aquí una breve introducción al conocimiento de las
situaciones de discriminación sufridas por estas mujeres y el análisis de algunas
propuestas de solución.

Palabras clave

Mujeres transgénero, derechos fundamentales, discriminación, empleo,


heteronormatividad.

1. Introducción

Pese a ser reconocido como uno de los países más igualitarios y más
avanzados en cuanto a regulación y protección de los derechos del colectivo LGTBI+,
en España la exclusión laboral de las mujeres transgénero es una temática que hasta
ahora prácticamente no ha recibido la atención que merece desde las instancias
públicas ni desde la investigación. A duras penas encontraremos políticas
específicas para este colectivo y los estudios se centran en la situación de mujeres

76
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

transgénero dedicadas a la prostitución y otros servicios sexuales, sin abordar las


dificultades para acceder al mundo laboral en condiciones de igualdad con el resto
de personas.

Ante este vacío, y a raíz del anuncio de un congreso de micromachismos en


la Universidad de Sevilla, se planteó la necesidad de analizar las dificultades
laborales de las mujeres transgénero, quienes deben soportar peores condiciones,
con el propósito de avanzar en el conocimiento sobre su situación en relación a su
inserción laboral.

El presente texto persigue fundamentalmente dos objetivos. En primer lugar,


determinar los factores que inciden en las mujeres transgénero e identificar los
sectores que se encuentran en una situación más vulnerable en relación al ámbito
laboral. En segundo lugar, ofrecer una estrategia de intervención para lograr una
solución.

Antes de entrar en materia, será necesario aclarar la terminología utilizada.


Se consideran personas cis a las que aceptan plenamente el género asignado al
nacer, (sexo y género masculino / sexo y género femenino). En consecuencia, las
mujeres transgénero objeto de este texto son las que viven en un género que no es
el asignado al nacer, independientemente de si han llevado a cabo o no
modificaciones corporales o han cambiado la mención legal de sexo en su
documentación. A lo largo de todo el texto, cuando se haga referencia a las mujeres
transgénero se usará el género con el que se identifican y no el de origen. Por lo
tanto, la población aquí analizada serán las personas que han nacido en un cuerpo
masculino y viven como mujeres.

2. Ser mujer transgénero en una sociedad heteronormativa

La idea heteronormativa impone las categorías de hombre masculino y mujer


femenina, que se convierten en la primera norma cultural que adquirimos, puesto
que, en sentido estricto, no nacemos con un género. (Bustamante Roa y Garrido-
Carrasco. 2019). En ese sentido, Simone de Beauvoir, en su libro El segundo sexo,
plantea la noción de “devenir”: no se nace mujer, se llega a serlo. Y afirma —sobre la

77
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

base de un estudio histórico— que es el patriarcado, como sistema de dominación


hacia las mujeres, lo que las instituye socialmente.

“La mujer […] es exclusivamente definida en su relación con el hombre. La


asimetría de ambas categorías, varón y hembra, se manifiesta en la constitución
unilateral de los mitos sexuales. A veces se dice “el sexo” para designar a la mujer
[…] La representación del mundo, como el mundo mismo, es operación de los
hombres; ellos lo describen desde el punto de vista que les es propio y que
confunden con la verdad absoluta.” (De Beauvoir, 2005).

De Beauvoir rechaza las asignaciones biologicistas y rechaza la supuesta


existencia de “lo femenino” como un hecho esencialista, afirmando el carácter
cultural y social de esa definición (Sánchez, 2008). A partir de esa línea de trabajo,
el feminismo de la diferencia planteará la relación entre sexo y género, asociando el
primero a la cuestión biológica y el segundo, al ámbito de las diferencias culturales.
La identidad de género es el sentido interno que cada persona tiene de ser hombre
o mujer. Esto es generalmente comunicado al resto de gente a través de la expresión
de género, la cual se concreta en la ropa, el corte de pelo, los gestos y otros.

Las personas transgénero han formado parte de todas las culturas y las
sociedades a lo largo de la historia de la humanidad y, pese a que nuestras
sociedades han ido incorporando la diversidad sexual mediante la adopción de
instrumentos internacionales que instan a los Estados a implementar medidas de
protección del derecho a la identidad sexual, se constata, que las personas
transgénero sufren profundas discriminaciones, expresadas fundamentalmente en
tres ámbitos: educativo, laboral y sanitario. Esto es el resultado de una concepción
normativa del género, es decir, a parámetros heteronormativos.

En definitiva: asistimos a una negación de la dignidad humana como


principio inherente de los derechos humanos (Op. Cit. Bustamante Roa y Garrido-
Carrasco. 2019), de modo que quien rechace el género socialmente asignado en su
nacimiento es susceptible de padecer algún tipo de trastorno, reforzando uno de los
principios básicos del sistema sexo/género, en el que debe existir una estrecha
relación entre la identificación del género de la persona y sus caracteres sexuales,

78
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

favoreciendo el control social y marginando la existencia de quienes rechazan


identificarse con lo normativo (Mas-Grau, 2014).

3. Situación legal de las personas transgénero

Como puede verse en el mapa inferior, un buen número de países acepta el


cambio legal de identidad sin que sea necesario recurrir a la cirugía. Otro grupo
importante es el que no impide el cambio legal para las personas trans, pero no se
conforma con la opinión de la persona, sino que exige el sometimiento a una cirugía
que convierta en irreversible la transformación (resulta paradójico el caso de
Estados Unidos, donde se dan ambas circunstancias, dependiendo del Estado de
residencia). Finalmente, encontramos un tercer gran grupo, correspondiente a
aquellos países que niegan cualquier forma de reconocimiento de una percepción
de género diferente a la que vaya asociada al sexo de nacimiento.

Cambio legal de identidad sin someterse a cirugía


Cambio legal de identidad tras someterse a cirugía
No se admite el cambio legal de identidad
Desconocido / ambiguo

Imagen 1. Leyes relativas a la expresión de identidad de género. Fuente: Wikimedia


Commons.

79
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En el caso español, los artículos 9.2 y 14 de la Constitución consagran y


protegen la igualdad de toda la ciudadanía, sin distinción alguna. En el ámbito
laboral, el artículo 4.2.c del Estatuto de los Trabajadores establece que los
trabajadores y trabajadoras no pueden sufrir discriminación directa o indirecta para
el ejercicio de un empleo por, entre otras, razones de sexo u orientación sexual.

El artículo 14.i del Estatuto Básico del Empleado Público establece como
derecho individual del empleado o empleada pública el rechazo de la discriminación
por razones muy similares a las recogidas en el Estatuto de los Trabajadores,
destacando una vez más las relacionadas con el sexo o la orientación sexual, así
como cualquier otra circunstancia de índole personal o social.

Sin embargo, no debemos caer en la tentación de considerar que en España


los derechos de las personas trans están suficientemente protegidos, pues a día de
hoy no se ha aprobado en las Cortes ninguna ley de carácter estatal y específica que
garantice el respeto de las personas trans en el acceso a su centro de trabajo y en él
mientras realizan su proceso de transición.

A esto hay que añadir que, pese a encontrarnos ante de uno de los colectivos
más discriminados, e incluso excluidos del mercado laboral español, tampoco existe
ningún plan dirigido a lograr su inserción laboral a nivel estatal, siendo muy pocos
los que se encuentran activos a nivel local o autonómico.

Solo la Ley 3/2007, de 15 de marzo, reguladora de la rectificación registral


de la mención relativa al sexo de las personas, regula de forma específica la manera
de realizar el cambio de nombre y sexo legal de las personas trans una vez iniciado
el proceso de transición.

A nivel autonómico existe un mayor dinamismo, pudiendo encontrar una


legislación más amplia que, de manera específica o como parte del colectivo LGTBI+,
protege a las personas trans y en algunos casos les reconoce derechos:

- Andalucía: Ley 2/2014, de 8 de julio, integral para la no discriminación por


motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las
personas transexuales de Andalucía.

80
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

- Canarias: Ley Canaria, aprobada el 23 de octubre de 2014, de no


discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de
los derechos de las personas transexuales.

- Cataluña: Ley 11/2014, de 10 de octubre, para garantizar los derechos de


lesbianas, gais, bisexuales, transgéneros e intersexuales y para erradicar la
homofobia, la bifobia y la transfobia de Cataluña.

- Comunidad Valenciana: Ley 23/2018, de 29 de noviembre, de igualdad de las


personas LGTBI. No contempla ningún apartado de medidas concretas en el
ámbito laboral, pudiendo entenderse inscritas a lo largo de todo su
articulado.

- Galicia: Ley 2/2014, de 14 de abril, por la igualdad de trato y la no


discriminación de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales e intersexuales en
Galicia.

- Navarra: Ley Foral 12/2009, de 19 de noviembre, de no discriminación por


motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las
personas transexuales de Navarra.

- País Vasco: Ley del Gobierno Vasco, aprobada el 28 de junio de 2012, de no


discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de
los derechos de las personas transexuales.

El Estado autonómico lo componen, actualmente, diecisiete autonomías, pero


solo siete de ellas han desarrollado una normativa específica para las personas del
colectivo LGTBI+ en sus territorios (y en fechas bastante recientes), lo que da
muestra de las dificultades existentes todavía respecto al reconocimiento y
garantías de los derechos de estas personas.

81
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

4. Discriminación laboral de las mujeres transgénero (causas y


consecuencias)

El ámbito laboral es especialmente relevante en las vidas de las mujeres


transgénero por tres motivos: el primero, porque es uno de los ámbitos vividos
como más problemáticos. El segundo, porque trabajar es necesario para obtener los
recursos que permiten una vida autónoma, algo especialmente relevante para
mujeres que pueden verse privadas del apoyo de su entorno y que pueden necesitar
afrontar los gastos de intervenciones quirúrgicas para modificar su cuerpo y
adaptarlo completamente a su identidad. El tercero, porque más allá de lo material,
el reconocimiento de la identidad por parte de los compañeros de trabajo es clave
en el bienestar de las mujeres transgénero. (Op. Cit. Coll y Missé. 2018), pues el
carácter a menudo hostil del entorno laboral provoca que muchas mujeres
transgénero condicionen su transición o la retrasen.

En el imaginario social las mujeres transgénero no figuran ocupando empleos


estables y con salarios dignos o teniendo acceso a estudios universitarios. Al
contrario se las considera destinadas al trabajo sexual, ser bailarinas o dedicarse al
estilismo. Si analizamos sus empleos, ciertamente gran parte de las mujeres
transgénero se ganan la vida en esas profesiones, pero esto es solo una realidad a
medias, pues esta situación en gran medida se debe a la discriminación laboral y
educativa que sufren.

“No, lo siento, es que nosotros no trabajamos con este colectivo… Los clientes y
los trabajadores se podrían sentir incómodos”. Esta respuesta, o algunas muy
parecidas son las que denuncia en el diario Catalunya Plural, Francisca Salinas,
técnica de inserción laboral de la ONG Médicos del Mundo, al ofrecer a las empresas
un currículum de una mujer transgénero. (Pons, È. 2020). El resultado: Muchas son
directamente descartadas y las que tienen la suerte de recibir una llamada para una
entrevista son sometidas a cuestiones que no tienen nada que ver con sus
habilidades profesionales.

El colectivo trans es uno de los que tiene más dificultades a la hora de acceder
a un trabajo. el porcentaje de exclusión laboral en las personas trans se sitúa en

82
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

torno un 60%. Otros estudios apuntan, incluso, a un 80%. Esta situación se ceba
especialmente con las mujeres transgénero, pues el hecho de ser visiblemente trans
es un factor determinante para acceder a una oferta laboral. Como explican Gerard
Coll Planas y Miquel Missé en su informe Identificación de los factores de inserción
laboral de las personas trans: Exploración del caso de la ciudad de Barcelona, para los
hombres trans resulta más sencillo pasar como invisibles, lo que da como resultado
que no sufran tanta discriminación, en un fenómeno que recibe el nombre de
passing (Op. Cit. Coll y Missé. 2018). Pero no todas las personas pueden conseguir
este passing. Las personas trans visibles (por la apariencia, la voz o porque no han
modificado su documentación) están expuestas a discriminación al entrar en
procesos de búsqueda de empleo. En este sentido, las personas entrevistadas,
especialmente las mujeres trans, explican que se encuentran muchos obstáculos en
los procesos de selección: aunque hayan escogido su currículum, al citarlas a la
entrevista se las excluye directamente si son visiblemente trans o si no tienen la
documentación cambiada. (Coll y Missé. 2018)

Las personas que pasan desapercibidas físicamente, que tienen la


documentación cambiada y que deciden guardar silencio tienen menos problemas
de inserción laboral que las personas que son visibles. Como consecuencia de las
características corporales y efectos de los tratamientos médicos, a las mujeres trans
les suele costar más pasar desapercibidas e invisibilizar su trayectoria. Esto se debe
en parte a la misma estructura y forma corporal (voz, altura, tamaño de las manos,
la nuez del cuello...) y a que la terapia hormonal suele tener menos efecto en las
mujeres trans que en los hombres trans (Coll y Missé. 2018).

Las mujeres transgénero tienen, generalmente, contratos de corta duración,


de jornada parcial y de baja calificación. Además, muchas de las tareas a las que
pueden optar están muy feminizadas y con frecuencia no son desarrolladas de cara
al público, contribuyendo a una mayor invisibilidad de estas mujeres. Si la gente no
ve mujeres transgénero trabajando de manera cotidiana, no serán capaces de
normalizarlo. (Op. Cit. Pons, È. 2020).

La falta de referentes también es un problema. No hay mujeres transgénero


en la política ni ocupando puestos de relevancia en empresas, mucho menos si son

83
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

de grandes capitales, así que ver a una mujer transgénero desempeñando su trabajo
se convierte en algo casi exótico, cuando debería ser tan normal como ver el
desempeño laboral propio o de cualquiera de los compañeros de trabajo. La
discriminación laboral de las mujeres transgénero puede ser comparada con los
micromachismos: es latente, pero pasa desapercibida. Esta discriminaciones
provoca que muchas mujeres acaben renunciando a su puesto de trabajo y algunas,
debido a la falta de oportunidades laborales y los gastos para mantener su
autonomía o mantener sus tratamientos, deciden ejercer la prostitución.

Las formas más comunes de discriminación laboral hacia las mujeres


transgénero son las siguientes:

1. Dificultades en el acceso al mercado laboral. Es frecuente que una mujer


transgénero deba afrontar mayores obstáculos en su acceso o
permanencia en el mercado laboral, como las que no hayan podido
realizar su rectificación registral de sexo (la normativa vigente exige un
mínimo de dos años de seguimiento del tratamiento clínico de
reasignación de sexo para concederla), las que, pese a haber modificado
los datos personales de nombre y mención de sexo en su documentación
legal, puedan sufrir discriminación por cualquier rasgo físico que pueda
revelar su sexo de nacimiento, o las que deciden abandonar la formación
reglada hartas de soportar el acoso escolar al que se ven sometidas.

2. Acoso laboral en el puesto de trabajo. Para las mujeres transgénero esta


situación se agrava porque en su caso subyace siempre la discriminación
por razón de identidad de género. Las situaciones más frecuentes son: la
negativa a reconocer su identidad de género (utilización incorrecta del
género, llamar a la persona por el nombre recogido en su DNI, problemas
para usar con normalidad los vestuarios o baños adecuados a su
identidad sexual cuando su uso está dividido por sexos o la obligación de
usar un determinado uniforme de trabajo), comentarios denigrantes,
imposición de la movilidad funcional (apartarla de la atención al público),
discriminación salarial respecto a los compañeros con los que comparte

84
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

categoría profesional y restricción o negación de derechos laborales


reconocidos en la legislación o en el convenio colectivo.

3. Adopción de medidas disciplinarias, sanciones o despidos por parte de la


dirección de la empresa, aun cuando se trata de una decisión ilegal que
casi con toda seguridad cualquier tribunal de justicia invalidará. Esta
situación resulta especialmente habitual en la enseñanza, donde los
derechos de una docente transgénero a expresar libremente su identidad
chocan frontalmente con la decisión discriminatoria de la dirección del
centro y con las pretensiones de otros colectivos implicados
(generalmente el de padres y madres) que presionan para que la docente
sea expulsada.

Lamentablemente, pese a estos y otros muchos ejemplos de la discriminación


laboral existente, la situación de precariedad social existente conlleva el
desincentivo a la formulación de demandas judiciales en defensa de sus derechos
laborales.

5. La receta de la solución: intervención multidisciplinar, acompañamiento y


sensibilización para erradicar esta discriminación

La erradicación de la discriminación social en el ámbito laboral depende de


la adopción de un conjunto de medidas que, necesariamente, debe combinar el
énfasis en la protección legal frente a las actitudes o decisiones discriminatorias
(provengan de la dirección de la empresa o de los propios compañeros) con la
sensibilización social sobre la problemática en cuestión dentro de los centros de
trabajo (entendiendo que nos encontramos ante un problema que tiene su origen en
los prejuicios sociales difundidos en nuestro entorno cultural). A continuación,
esbozamos algunas propuestas para erradicar la transfobia en el entorno
profesional:

1. Diseño de un itinerario personalizado, prestando especial atención a las


mujeres que se ven abocadas a ejercer la prostitución y otros trabajos de baja

85
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

cualificación, ofreciendo alternativas de empleo y formación cualificada no


feminizada.

2. Mayor vigilancia por parte de los representantes de los trabajadores


(Comités de empresa o delegados de personal, secciones y delegados
sindicales), en aras de un mejor cumplimiento de la normativa laboral sobre
discriminación social.

3. Campañas de sensibilización social destinadas a terminar con la


hegemonía de la heteronormatividad y del cisgénero.

4. Implementación de políticas activas por las Administraciones Públicas y


los agentes sociales para erradicar la discriminación laboral que sufren las
mujeres transgénero por razón de su identidad. Adopción de posibles
medidas de discriminación positiva.

6. Promover la afiliación sindical, entendiendo que los sindicatos son un


instrumento imprescindible para la defensa de los derechos laborales y de
protección jurídica frente a posibles actuaciones discriminatorias por parte
de la empresa.

86
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

Imagen 2. Esquema principales relaciones entre las ideas y conceptos. Fuente: elaboración
propia.

Referencias

Anderson, Charles y Johnson (2003). The impressive psychology paper.


Chicago. Lucerne Publishing.

BOE.es - Documento BOE-A-2015-11430. (2015, 23 octubre).


https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2015-11430.

87
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

BOE.es - Documento BOE-A-2015-11719. (2015, 30 octubre).


https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2015-11719.

Bustamante Roa, M.A., Garrido-Carrasco, C. (2019) “Discriminación hacia personas


transgénero: desafíos para un trabajo social en Derechos Humanos”. Intervención.
Revista de Trabajo Social de la Universidad Alberto Hurtado. Nº 9(1). Páginas 79-
98.

De Beauvoir, S. (2005). El segundo sexo. Buenos Aires. Sudamericana.

Pons, È. (2020, 10 enero). Trabajar siendo mujer trans: «O trabajamos de prostitutas


o encima de un escenario, y esto debe terminar ya». Catalunya Plural.
https://catalunyaplural.cat/es/trabajar-siendo-mujer-trans-o-trabajamos-de-
prostitutas-o-encima-de-un-escenario-y-esto-debe-terminar-ya/ Último acceso el
12 de septiembre de 2020.

Sánchez, C. (2008). “Genealogía de la vindicación”. En Beltrán y Maquieira (eds.).


Feminismos. Debates teóricos contemporáneos. Madrid. Alianza.

Smith, M. (2001). Writing a successful paper. The Trey Research Monthly, 53, 149-
150.

Wikimedia Commons. Leyes relativas a la expresión de identidad de género.


Disponible en:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Laws_concerning_gender_identity-
expression_by_country_or_territory.svg#filehistory Último acceso el 12 de
septiembre de 2020.

88
Narrativas de personas con discapacidad intelectual: imagen
social, identidad y micromachismos

Moisés Mañas Olmo


Universidad de Málaga
moisés@uma.es

Blas González Alba


Universidad de Málaga
blas@uma.es

Resumen

En este texto, presentamos parte de los resultados de una investigación más amplia1
desarrollada en la universidad de Málaga durante los cursos 2015-2019 y que se
enmarca dentro del paradigma narrativo-biográfico (Denzin y Lincoln, 1998;
González, Mañas y Cortés, 2017; Lincoln y Guba, 1985; Mañas, González y Cortés,
2020; Rivas, 2007). Esta metodología nos ha permitido entender y acercarnos a los
relatos de tres mujeres con discapacidad intelectual2, en cuyos discursos, aparecen
y quedan asumidos posicionamientos sociales, familiares y escolares, que reflejan
connotaciones machistas y micromachistas (Bonino, 2004; Uría, 2017) que, al
mismo tiempo, evidencian una construcción identitaria marcada por la cosificación,

1(Tesis doctoral) Mañas, M. (En curso). Resiliencia y discapacidad intelectual en entornos


residenciales desde las Historias de vida. Universidad de Málaga.

2 En este caso, hablaremos de personas con discapacidad intelectual (PCDI).

89
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

la deslegitimización y la desvirtuación excluyente como personas y su anulación


identitaria como mujeres.

Palabras clave

Micromachismos, imagen social de la discapacidad, identidad, PCDI, narrativas.

1. Introducción

A pesar de los avances sociales, políticos, laborales y educativos alcanzados


por las sociedades occidentales a lo largo de las últimas décadas en materia de
igualdad de género, continuamos inmersos en un contexto social y cultural en el que
las mujeres experimentan situaciones y escenarios de violencia estructural (La
Parra y Tortosa, 2003) y simbólica (Bourdieu, 1999). Esta realidad, que se
manifiesta de un modo más explícito en mujeres con discapacidad y genera una
doble discriminación (Fernández, 2018), nos interpela a explorar las conductas
machistas y micromachistas experimentadas por esta población, pues estas
actitudes y acciones violentas hacia este colectivo se han convertido en un problema
endémico, estructural y macrosocial.

En este capítulo, rescatamos historias de mujeres con DI que muestran


relaciones sociales apoyadas sobre sesgos machistas, pues las relaciones sociales de
mujeres con DI suelen ser asimétricas, más si cabe las relaciones de pareja en las
que se produce un usufructo sexual (MSPSI, 2011), del hombre que se sitúa como
una figura de poder, sobre la mujer que es considerada débil, inferior, manejable y
despreciada (Uría, 2017).

Para ello nos apoyamos en la perspectiva narrativa-biográfica (Lincoln y


Guba, 1985; Denzin y Lincoln, 1994, Rivas, 2007; González, Mañas y Cortés, 2017;
Mañas, González y Cortés, 2020), y presentamos los relatos de tres mujeres
diagnosticadas con DI (Miriam, Teresa y Carmen), y las consecuencias personales
(emocionales, cognitivas, sociales, etc.) que han generado las experiencias de acoso
escolar, desprecio, ostracismo y dejadez por parte de sus familiares.

90
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

2. Género, discapacidad y micromachismo

Las conductas micromachistas se pueden definir como acciones violentas de


baja intensidad (Benalcázar y Venegas, 2017) que “impregnan los comportamientos
masculinos en lo cotidiano” (Bonino, 1998, p. 4) y que se transmiten cultural y
socialmente de un modo implícito y explícito. Como nos recuerda Bonino (1999),
podemos encontrar comportamientos micromachistas de carácter utilitario (no
participación del hombre en tareas domésticas, aprovechamiento de la capacidad
femenina…), encubierto (Desautorización, paternalismo, manipulación
emocional…), coercitivo (intimidación, control, insistencia…) o de crisis
(hipercontrol, resistencia pasiva, victimismo…). Estas microacciones de proyección
privada y pública tienen un carácter dicotómico que se expresa en tareas de cuidado
para el género femenino (Alberdi, 1999) y en tareas complementarias y mejor
valoradas socialmente para el masculino (abastecimiento del hogar, producción y
acumulación de bienes, etc.) (Cobo, 2000; Sau, 1998).

Nos encontramos con acciones de violencia estructural, sustentadas en


tradiciones machistas construidas históricamente y que generan conductas y
discursos de género hegemónicos (Connel, 1995) e injusticia social (Tortosa, 2003)
hacia las mujeres, y que para el colectivo de mujeres con DI supone una doble
segregación (García y Suárez, 2017; Shum, Conde y Portillo, 2003). Así mismo, esta
doble condición las sitúa en una posición de mayor vulnerabilidad a experimentar
cualquier tipo de abuso (COCEMFE, 20133; Guitiérrez-Bermejo, 2017; Santin 2012),
y limita la posibilidad de que, en el caso de que se produzca, se denuncie, pues el
desconocimiento de haber experimentado una situación de agresión y/o abuso
sexual, la falta de autonomía para denunciar, las limitaciones físicas, el miedo a
perder el vínculo afectivo con su entorno o la falta de credibilidad percibida en sus
testimonios (Henry, Ridley, Perry y Crane, 2011), son factores que condicionan la
baja tasa de denunciadas de abusos en PCD (Conserjería para la Igualdad y el

3 Para más información consultar el monográfico 'Dona amb discapacitat. Doble discriminació',
publicado por el Observatori de Discapacitat Física (ODF) de la Confederación Española de Personas
con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE).

91
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Bienestar Social, 2016). Es decir, asistimos a una realidad que, no siendo nueva,
sigue permaneciendo invisible (Shum, Conde y Portillo, 2003), negada (Westcott y
Cross,1996) y que continúa deslegitimando los testimonios de las mujeres con DI
víctimas de abuso (Henry, Ridley, Perry y Crane, 2011; Gutiérrez-Bermejo, 2017;
Peled, Iarocci y Connolly, 2004), aumentando la discriminación social y el
sufrimiento de este colectivo (Edeka, 2019).

Los datos recabados por diferentes organismos e instituciones señalan que


en España residen 4,8 millones de personas con discapacidad, es decir, el 9% de la
población española (CERMI, 2018; OED, 2018, 2020), de los cuales 1.495.106 son
mujeres, y 542.574 son mujeres con discapacidad intelectual (IMSERSO, 2017). Al
mismo tiempo, centrando la mirada en el estudio desarrollado por CIMOP y el
Ministerio de Sanidad, política social e igualdad (MSPSI) (2011), se observa que los
informantes consultados plantean una realidad diferente y más amplia, sobre el tipo
de agresión (verbal, física-sexual, física-coercitiva, de control, etc.) y sujeto (parejas,
cuidadores, educadores, amigos, etc.) que comete abuso sobre este colectivo.

Al hilo de lo anterior, y según la información aportada por el Consejo general


del poder judicial y el Ministerio de Sanidad (2013), las mujeres con discapacidad
van perdiendo la posición igualitaria frente a la mujer sin discapacidad. Este informe
recoge que la proporción de mujeres casadas con discapacidad y sin discapacidad es
de 0,85 en favor de estas últimas, y que la probabilidad de que las primeras estén
casadas es de un 15 % menor que su homónimo sin discapacidad.

3. Metodología

En esta investigación, nos hemos apoyado en los principios de la


investigación inclusiva (II) (Nind y Vinha, 2014; Parrilla y Sierra, 2015; Strnadová y
Walmsley, 2018); desde la que entendemos la investigación con PCD como un
proceso de devolución de la veracidad a la persona (Granados, Alvarado y Carmona,
2016), a través de principios éticos investigadores y de respeto de los derechos y
dignidad de las mujeres investigadas (Lacono, 2006; McDonald y Kidney, 2012).

92
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

Al mismo tiempo, y como comentamos al principio del texto, esta


investigación descansa sobre el paradigma biográfico-narrativo (Cortés, 2013;
González, 2018; Mañas, González y Cortés, 2020; Rivas, 2007), el cual nos permite
acercarnos a las mujeres protagonistas de esta historia a través de sus relatos,
discursos e historias de vida con el objetivo de:

- Recuperar los relatos de vida mujeres con discapacidad intelectual,


centrando la mirada en experiencias catalogadas de machistas o
micromachistas.

- Analizar los discursos con el propósito de profundizar en las


dimensiones sociales, escolares y educativas que han contribuido y/o
permitido que estas situaciones se produzcan.

Para el desarrollo de este trabajo, hemos usado un muestreo intencional


(Portney y Watkins, 1993) que nos ha permitido focalizar en la experiencia concreta
de estas mujeres (Guba, 1981). En base a esto, en la investigación han participado
tres mujeres de un total de 1234 personas con DI institucionalizadas.

Tabla 1.

Teresa: 45 años, 14 años viviendo institucionalizada después de las variadas denuncias interpuesta
a sus familiares por presuntos abusos sexuales y malos tratos.
Miriam: 33 años, madre de una niña de siete años, seis años institucionalizada debido a la
situación familiar que vivía en su hogar, la mala relación con su marido y las condiciones
en las que vivían.
Carmen: 27 años, ocho años viviendo en instituciones después de la denuncia interpuesta
por los asuntos sociales debido a los malos tratos de su padre adoptivo.

Fuente: elaboración propia.

4Es importante matizar que la primera selección se hizo para la investigación doctoral sobre la
que gira esta publicación, en la que se seleccionaron cinco personas, de esta primera selección se
pasó a una segunda selección de tres mujeres, en base a los criterios que se exponen.

93
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Para la elección de estas participantes tuvimos en cuenta una serie de


criterios concretos (Goetz y Lecompte 1988): (1) ser PCDI, (2) capacidad lingüística
y comprensiva demostradas5, (4) tener disponibilidad y voluntariedad, y (5) haber
mostrado evidencias en sus relatos de haber experimentado situaciones de violencia
de género, micromachismo, etc.

Durante los meses de febrero a mayo de 2020 se desarrolló el proceso de


recogida de la información, comenzando con las entrevistas biográficas, de las que,
en primer lugar, se desarrolló una entrevista semi-estructuradas con ausencia de
dirección (Flick, 2004), con una duración de unos 25 minutos aproximadamente. El
objetivo de esta primera etapa ha sido generar un clima confianza con las mujeres
entrevistadas y generar conversaciones cortas con las que no saturar a las
participantes (Tøssebro, 1992).

En segundo lugar, cuando percibimos un clima de relajación y


compenetración entre entrevistador y entrevistadas, comenzamos con las
entrevistas focalizadas (Merton y Kendall, 1946), de las cuales desarrollamos tres
entrevistas con cada una de las participantes; tratando de buscar una visión más
concreta sobre el tema en cuestión.

Bajo estos principios se procedió a informar a las protagonistas sobre la


posibilidad de abandonar la investigación si era necesario, sobre su anonimato, la
posibilidad de escuchar las grabaciones de las entrevistas y, después del proceso de
transcripción y tratamiento de la información, se les presentó un documento que
resumía todo esto, para que ellas pudieran leerlos, por si veían la necesidad de
modificar algo.

5Información que nos venía dada por los informes de cada uno de ellos, que se nos ofreció en el
centro y de los primeros contactos.

94
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

4. Procesos, resultados y discusiones

En los relatos que exponemos a continuación, podemos vislumbrar violencia


machista, control coercitivo y otra serie de actuaciones hacia Miriam, Carmen y
Teresa, amparados en relaciones de poder dominantes bajo la condición de mujer
con DI, estigmatizando sus cualidades como débiles, menos válidas y haciéndolas
más dependientes y sumisas a las condiciones familiares (cuidado de los niños,
hogar, etc.)

Ese día, mi marido, me dejó sola en el hospital con mi niña; se fue al bar, y luego
entendí que yo tenía que saber hacer eso sola, y lo hice. Así que bien, me encontré
bien al hacerlo (Carmen).

Quiero tener mis niños, porque he aprendido a cuidar mucho de ellos y hacerlo. Es
lo que he hecho en mi casa siempre, cuidar de mis hermanos y se me da muy bien,
por eso quiero hacerlo (Miriam).

En estos discursos encontramos comportamientos micromachistas de


carácter utilitario (Bonino, 1999), en los que el marido o los padres delegan en ellas
las tareas de cuidado. En este caso, las propias protagonistas han generado
mecanismos de evasión de esta realidad machista, amparándose bajo discursos
personales que mucho tienen que ver con el crecimiento personal y el
empoderamiento –me encontré bien al hacerlo-, -se me da muy bien-, pero que , desde
una perspectiva de género, parecen acordes al marianismo6 (Díaz-Guerrero, 2007),
bajo lo cual el hombre tendría potestad de castigar a la mujer cuando se desvíe de
sus quehaceres impuestos (De la Rubia y Ramos, 2016).

Esa ilusión de sentirse bien con ellas mismas, con lo que les sucede,
independientemente del contexto es debida a un sesgo de confirmación7 (Klayman

6 Representa el culto a la superioridad femenina, en semejanza a una divinidad, el cual produce


un movimiento de aceptación de todo lo que le sucede y de la imagen social que se proyecta sobre
esta. Por lo tanto, la mujer hace caso a todo lo que le viene impuesto como algo natural.

7Tendencia a favorecer, creer e incluso recorder todo aquello que confirma nuestras creencias y
pensamientos ya aprendidos y asumidos.

95
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

y Ha, 1987) amparado en una ilusión idílica de lo que es la pareja, la familia o las
relaciones en el hogar. Este sesgo las ha acompañado durante años, el cual les ha
hecho entender la realidad de forma diferente a la que podemos entenderla
nosotros.

Los micromachismos que se producen en su familia también suceden en la


escuela, amparados en una imagen social de la discapacidad y de las mujeres que es
represiva y dominante.

En el cole siempre me ponían la primera porque decían que era muy lenta y que
no prestaba atención y que, encima, era mujer. Allí siempre se reían cuando yo
hablaba, el profe no hacía nada; era como que les daba la razón. Yo creo que
pensaba lo mismo que los demás (Miriam).

En casa siempre he sufrido malos tratos con mis hermanos y mis padres. Me tenían
todo el día haciendo tareas de la casa, como si fuera su criada, me pegaban y todo.
Ellos compinchados entre ellos, tranquilitos y yo haciendo de todo (Teresa).

Desde sus relatos, vemos diferentes formas de abuso, arraigados en


relaciones sociales, tanto familiares como escolares, de poder, asociadas con actos
violentos; en el caso de Miriam, encubiertos con dinámicas escolares que esconden
una discriminación estructural asentada sobre un contexto represivo, impasible e
inamovible. En el caso de Teresa, asentados en formas de micromachismo utilitario
y coercitivo (Bonino, 1999) que atenazan su desarrollo tanto cognitivo, como
emocional y social como persona, que, como presentamos a continuación, es
extensible a las demás protagonistas.

Mis padres me obligaban a hacer las cosas de la casa, mientras ellos hablaban o
veían la tele; decían que era lo que me había tocado y no podía protestar (Miriam).

En mi casa era yo la que hacía la compra, normal era la mujer de la casa. Después
por la tarde, siempre me quedaba en la casa, haciendo la comida, cuidando de la
niña (Carmen).

96
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

En concordancia con lo expuesto por el Centre for disease control and


prevention 8 (2006) estas situaciones de violencia invisible no suceden de forma
aislada, sino que coexisten con otras formas de violencia explícita, tanto física como
verbal.

Cuando nos les hacía caso me castigaban en el cuarto o me pegaba con el cinturón
y me decía que no saliera del cuarto hasta que cambiara de opinión (Miriam).

Pensamos que esta violencia en el hogar es la repercusión de una visión sobre


la mujer que lleva consigo ideales, estereotipos y visionarios sociales que, en algunos
casos, son difíciles de alcanzar (De Miguel, 2008), máxime si son mujeres con DI.
Como resultado esta incapacidad genera actos de violencia masculina que
subordinan a la mujer con el objetivo de mantener el status de poder y dominancia
del hombre sobre la mujer.

Todas estas situaciones de violencia, dominación y sumisión provocaron que


las protagonistas se vieran inmersas en una lucha personal contra esa acumulación
de llamadas (Butler, 2002) como mujeres y/o como PCD, que acabaron generando
su asunción ante esta su realidad.

Al final entendí que eso era lo que mejor sabía hacer, limpiar, hacer
comidas, hacer las camas y cuidar de mi sobrina pequeña (Teresa).

Finalmente, nos encontramos con una proyección personal que las empodera
ante las circunstancias y potencia estrategias con las que tratar de contrarrestar y
mejorar su autoestima (Crocker, Blaine y Luhtanen, 1993) en un ejercicio de re-
acción (Cortés, 2013) contra lo que ya había venido estipulado.

Ahora ya no quiero esa vida que ellos me presentaron; me gustaría encontrar una
pareja, casarme y montar una familia. En un futuro me veo viviendo en el piso
tutelado (Carmen).

8 Center for disease control and prevention.

97
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Tengo algunas dificultades, pero no tanto como ellos dicen. Creo que al estudiar
un curso normal me cuesta más y que si no presto atención no me entero, pero no
lo que dice mi madre de que no se nada, ni de que las mujeres tenemos que estar
en casa siempre. Además, no entiendo por qué por ser mujer voy a tener que hacer
esas cosas (Miriam).

Ahora, estoy intentando que la cosa cambie. Debo crecer como persona y salir de
todo esto (Teresa).

5. Conclusiones

En esta investigación hemos presentado las historias de Carmen, Miriam y


Teresa, tres mujeres cuyas experiencias sociales, familiares y escolares han estado
transversalmente vinculadas por conductas micromachistas (aprovechamiento de
la capacidad femenina, manipulación emocional, etc.) que han configurado una
identidad particular a razón de unos parámetros y expectativas socioculturalmente
establecidas, por la condición inseparable de ser mujer con discapacidad.

Desde nuestro posicionamiento como investigadores, defendemos las


identidades, como formas particulares, pero, a su vez, inherentes a las agrupaciones
sociales, siendo estas una representación de la sociedad; es decir una necesidad
individual y la afirmación de la necesidad colectiva (Morales, Paez, Deschamps y
Worchel, 1996).

Sobre el texto, hemos presentado a estas identidades como construcciones


culturales, interactivas, cambiantes y contextualmente dependientes, que han
generado en las protagonistas una forma concreta de estar y actuar en el mundo.

Al hilo de esto, podemos decir que la identidad femenina, unida con ese
carácter social que comentábamos, se ha encontrado vinculada, a lo largo de la
historia, a la función reproductora (Shum y Conde, 2009); aspecto este, por el cual a
las mujeres con discapacidad se las ha excluido como no capaces en el imaginario
colectivo.

98
CAPÍTULO 1 . DIAGNóSTICO DE LA ESFERA PúBLICA

Esto nos hace pensar en las tres protagonistas, y en cómo el género y la


condición de discapacidad, siendo elementos constituyentes (Instituto de la Mujer
(MTAS, 2001), se habían convertido en un lastre que arrastraron durante décadas,
como resultados de una imagen social mermada, tanto en la condición de
discapacidad, como sobre el hecho de ser mujer, generando una forma concreta de
pensar y sentir que, aunque las ha limitado en su desarrollo (social, cognitivo,
emocional, etc.), ha formado parte de sus vidas, las ha construido y les ha hecho ser
ellas mismas.

Al final de estas historias que hemos presentado, nos encontramos con una
transformación hacia historias de superación, de cambio y de posibilidad, en la que
las protagonistas se presentan como nuevas actrices sociales desde las que hacer
perceptible este mismo cambio al resto del mundo, representando un halo de
esperanza en ese intento de ruptura social hegemónica (Connel, 1995) y de doble
segregación (García y Suárez, 2017; Shum, Conde y Portillo, 2003) que habían
vivido.

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CAPÍTULO 2
Lenguaje y poder
Análisis de las percepciones del alumnado universitario sobre
micromachismos en el lenguaje

Eugenia Fernández Martín


Universidad de Málaga

eugeniaf@uma.es

Resumen

Hoy en día la utilización de micromachismos en el lenguaje, es un hecho que se da de


manera habitual en la sociedad en la que vivimos, incluso, siendo a veces utilizados sin
tener conciencia de ello. En este sentido, es primordial la concienciación desde la
educación, específicamente poniendo el foco de interés en los profesionales de la
educación en su formación inicial en la universidad. Esto motiva la realización del
presente estudio en el que se pretende conocer y analizar las percepciones de
micromachismos en el lenguaje por parte estudiantado de educación superior. Se
realizó un estudio de casos a estudiantado novel del Grado de Educación Primaria de
la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga (España),
aplicándose las estrategias de grupo focal de discusión y cuestionario no
estandarizado de aplicación individualizada, administrado en dos fases. Los
resultados del estudio muestran la imperceptibilidad del estudiantado de contenido
micromachista en determinadas frases, así como la predisposición al uso de las
mismas en el lenguaje habitual de los participantes. Ahora bien, es concluyente el
hecho de que la inclusión de grupos dialógicos en un contexto formal de enseñanza y
aprendizaje, favorecen la concienciación y mejoran la percepción de micromachismos
en el lenguaje cotidiano de este alumnado, lo que puede generar una influencia directa

105
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

en la calidad y mejora de la formación inicial –y futuro desarrollo de la labor docente y


educativa– del alumnado.

Palabras clave

Género, estudiante universitario, proceso de enseñanza, proceso de aprendizaje,


micromachismos.

1. Introducción

Actualmente el uso cotidiano de micromachismos conductuales, actitudinales o


de lenguaje es un hecho que puede pasar desapercibido en la sociedad en general
(Lázaro, 2020; Benalcázar-Luna, y Venegas, 2015; Reyes, Fierro, y Montes de Oca,
2019; Barranco, 2015), este hecho se agrava cuando parte de agentes educativos
como los profesionales de la educación. Ante esto, cobra especial importancia la
formación inicial universitaria de los mismos respecto a la sensibilización y
percepción de micromachismos.

La sociedad actual convive con el sexismo y la invisibilización del género


femenino de manera constante y casi inadvertida (Fernández Martín, 2019), este
fenómeno se refleja incluso en el sistema educativo, tanto en libros de texto, e. g.
Relación de autores, hecho por la mano del hombre, etc., como en las frases de los
docentes, e. g. ¡A ver, niños! ¡Silencio todos! manifestándose incluso, desde hace
décadas, en los currícula (Harding, 1996) tanto de manera abierta como oculta.

El (micro) machismo se nutre de una “desigualdad de género” que subyace en


los contextos sociales donde nos desenvolvemos, y no en una genética
predeterminada biológicamente (Fernández Martín, 2019; Shenk, 2011; Ovejero,
2003). Por ello, es fundamental el papel del sistema educativo en general, y de los
profesionales de la educación en particular, ya que éstos tienen la responsabilidad y

106
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

compromiso moral (Fullan et al., 2015) de prevenir y subsanar la discriminación de


género, y son las personas garantes de establecer ambientes y contextos sin exclusión,
que proporcionen oportunidades de desarrollo personal a todas las personas
implicadas en el proceso educativo (López Melero, 2018), así como una sociedad culta
y educada para advertir y corregir todo tipo de injusticias (Torres Santomé, 2017), y
en definitiva, una sociedad que respete la dignidad de la persona (Nussbaum, 2001).

Así pues, es en la formación inicial universitaria donde estos profesionales de


la educación deben formarse y concienciarse a cerca de estas formas de
discriminación sexista como es el machismo, y de manera más sibilina e insidiosa, los
micromachismos que se ven reflejados en el habitual lenguaje verbal –y no verbal– de
la sociedad en general, a veces tan nocivo, dañino y peligroso como en el caso de los
abiertos actos y comportamientos de declarado contenido sexista, machista y
misógino.

Por ello, surge la necesidad de realizar este estudio, de carácter social y


educativo, para dar respuesta a los interrogantes dirigidos a conocer, analizar y
profundizar en las percepciones del alumnado universitario acerca de
micromachismos en el lenguaje cotidiano.

2. Metodología

Para tal fin, se diseñó un estudio de tipo cualitativo, de corte interpretativo


(Duque y Aristizábal, 2019; Rodríguez, 2019; Bermúdez, 2016) ya que se pretende
estudiar una realidad social (Núñez Moscoso, 2017; Chavarría, 2011; Flick, 2009;
Ugalde y Balbastre, 2013; Rodríguez, 2019; Duque y Aristizábal, 2019).
Específicamente, se realizó un estudio de casos de carácter intrínseco (Simons, 2011)
debido a la delimitación del contexto de estudio.

- Participantes. Se seleccionó una muestra intencional atendiendo a criterios


de accesibilidad de un N= 58 estudiantes universitarios el Grado de

107
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Educación Primaria de la Facultad de Ciencias de la Educación de la


Universidad de Málaga (España). Concretamente, alumnado del primer
curso. Con una distribución por género de 36 alumnas y 22 alumnos, y
edades comprendidas entre 18 y 23 años.

- Instrumentos. Las estrategias de recogida de información de este estudio


fueron grupo focal de discusión y análisis de cuestionario individualizado,
de respuesta mixta, administrado antes y después de la implementación de
las sesiones con el grupo focal de discusión. Lo que procede a analizarse
con más detenimiento a continuación.

- Cuestionario. Se aplicó un cuestionario no estandarizado, de aplicación


individualizada, y no estructurado para una recogida de datos abierta, se
diseñó de respuesta mixta —abierta y cerrada— para la obtención de
información acotada como edad, género, etc., así como preguntas
referentes al foco de estudio. Aplicada y realizada vía virtual.

- Grupo focal de discusión. Se realizó la estrategia de grupo focal de


discusión, donde se inició la conversación con el grupo participante, a
partir de las respuestas del cuestionario no estandarizado. Tras ello, en
sesiones posteriores con el grupo, se continuó la intervención con los
mismos participantes añadiendo frases como e.g. ¿y si te refirieras a una
mujer en lugar de a un hombre?, ¿y si te refirieras a un niño en lugar de a una
niña?, etc. Las sesiones con el grupo focal de discusión se realizaron en un
aula física de la Facultad de Ciencias de la Educación, con una organización
circular del espacio.

- Procedimiento. El desarrollo de este estudio se realizó durante el principio


del primer cuatrimestre del primer curso académico del grado de
Educación Primaria, realizándose una primera administración del
cuestionario (tipo pre-test) previa a las sesiones con el grupo focal de
discusión, y posteriormente a dichas sesiones, se realizó la misma encuesta

108
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

(tipo post-test), para registrar y comparar los posibles cambos


actitudinales y perceptivos producidos en el alumnado. Esta recogida de
datos, proporcionó información que fue analizada no solo al finalizar el
proceso, sino además, durante toda la recogida de información.

- Análisis de datos. Se realizaron las técnicas específicas para el análisis de


datos procedentes de estudios de carácter cualitativos, como son la
organización, codificación, y consecutivamente, la categorización de
evidencias. Con posterioridad a estos análisis, para garantizar una mayor
fiabilidad y validez en este tipo de investigación (Okuda y Gómez, 2005), se
realizó la estrategia de triangulación, y se finalizó con la técnica de
saturación de información.

3. Objetivos

El objetivo principal de este estudio se enfoca a conocer, analizar y profundizar


en las percepciones del alumnado universitario acerca de micromachismos en el
lenguaje cotidiano.

De este objetivo principal se desprenden los siguientes objetivos específicos:

- Conocer y analizar la percepción a priori de micromachismos en el


lenguaje en el alumnado universitario novel.

- Profundizar y comprender la evolución de esta percepción de


micromachismos en el estudiantado en educación superior.

4. Resultados

Se encontraron evidencias significativas sobre el uso de micromachismos en el


lenguaje cotidiano en gran parte del alumnado participante, sin que percibieran carga

109
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

machista en ello. Ahora bien, se evidenció una mayor concienciación de


micromachismos en el lenguaje después de realizar la intervención con el grupo focal
de discusión.

Estos hallazgos se exponen especificados y desglosados a continuación:

- Percepción a priori de micromachismos en el lenguaje cotidiano por el


alumnado participante.

Según los datos aportados por los participantes de este estudio a través del
cuestionario no estandarizado de sondeo preliminar, existen expresiones comunes
que no fueron percibidas, en mayor o menor medida, como frases con contenido
sexista o machista (Tabla 1) en el uso del lenguaje, según el alumnado participante,
como las que figuran a continuación.

Tabla 1. Algunas frases con contenido (micro)machista utilizadas en este estudio

¿Tu marido te ayuda en casa?


Qué hombre más “apañado”, le hace la compra a su mujer.
Es que lo que tú quieres no es un hombre, sino un esclavo que te friegue, te
cocine,…
¿El bebé es niño o niña?, para saber de que color comprarle la ropita.
Aquí tiene la cuenta, caballero (y en la mesa hay también una mujer).
¡A quién se le ocurre ir por la noche sola y con esa falda tan corta!
Pertenezco al sindicato a alumnos.
Gritas como una niña.

Fuente: Extracto del cuestionario de sondeo preliminar no estandarizado de elaboración


propia.

A tenor de estas evidencias, y puesto en común los resultados en el grupo focal


de discusión, se corrobora que gran parte del alumnado participante, no percibe que
haya (micro)machismo en este tipo de lenguaje en algunas de las oraciones
anteriormente expuestas.

110
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

Yo por decir “alumnos”, no soy machista, cuando lo digo, me refiero a alumnos y


alumnas. (Grupo focal de discusión, alumno del grado de educación primaria,
2020).

Es que el genérico en español, es en masculino. (Grupo focal de discusión, alumno


del grado de educación primaria, 2020).

Es que si lo dices descontextualizado suena mal (Frase machista), pero no me


refería a “eso”. (Grupo focal de discusión, alumno del grado de educación primaria,
2020).

Yo no considero micromachismo a comprarle a mi sobrinita una bici rosa. (Grupo


focal de discusión, alumna del grado de educación primaria, 2020).

(…) Decir “niños”, en vez de “los niños y las niñas”, es por economía del lenguaje…
(Grupo focal de discusión, alumno del grado de educación primaria, 2020).

- Evolución de la percepción del estudiantado participante a cerca del uso de


micromachismos en el lenguaje cotidiano.

En posteriores sesiones con el grupo focal, donde se hicieron intervenciones


para incentivar la reflexión, se aprecia claramente una evolución en cuanto a la
percepción del estudiantado ante los indicios de sexismo y machismo en el lenguaje.

No pasa nada por comprarle algo rosa a tu sobrina, pero, ¿y si en vez de sobrina
fuese sobrino? (…) (Grupo focal de discusión, alumna del grado de educación
primaria, 2020).

(…) Ahora me doy cuenta de esas cosas, yo no consideraba un micromachismo decir


“los niños”, y en realidad, es verdad que se excluyen a las niñas. (Grupo focal de
discusión, alumna del grado de educación primaria, 2020).

Yo alguna vez he dicho “…” (frase machista) pero ya no lo volvería a decir, he visto
que es muy machista decir algo así. (Grupo focal de discusión, alumno del grado de
educación primaria, 2020).

111
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En este sentido, según los datos aportados en el cuestionario no estandarizado,


administrado a posteiori, existe una mayor concienciación por parte del estudiantado
participante en cuanto a la detección de frases y conductas con contenido relativo a
(micro)machismos en el lenguaje. Concretamente, esta vez, el 100% del alumnado
encuestado detectó estas oraciones como machistas tras las posteriores sesiones
dialógicas grupales sobre el tema en cuestión. Es decir, en este caso, todo el alumnado
declaró percibir la carga machista en susodichas frases.

5. Discusión y conclusiones

La importancia de detectar cualquier tipo de micromachismo (Lázaro, 2020;


Benalcázar-Luna, y Venegas, 2015; Reyes, Fierro, y Montes de Oca, 2019; Barranco,
2015) en la sociedad actual, es una responsabilidad que atañe especialmente a los
profesionales de la educación, sobre todo en su formación inicial. En este sentido, las
ventajas de un correcto aprendizaje grupal, cooperativo (Arias, 2017) y dialógico
(López Melero, 2018) puede incidir en la formación de importantes destrezas
profesionales, éticas y morales en el contexto educativo.

En el presente estudio se concluye que la inclusión de grupos dialógicos


centrados en la temática en cuestión, conciencian y mejoran la percepción, por parte
de este alumnado, de indicios de micromachismos en el lenguaje habitual, lo que
puede influir directamente en la calidad y optimización de la formación inicial
universitaria de los futuros profesionales de la educación.

Ahora bien, en cuanto a las limitaciones del estudio, se corre el riesgo de que
los resultados finales se deban a una conformidad social por parte de una minoría del
alumnado que pueda seguir pensando que ciertas conductas o lenguajes no
representan (micro)machismo, a pesar de serlo. En cualquier caso, la concienciación
social que ha generado el diálogo dentro del grupo, ha ofrecido nuevas perspectivas y
consideraciones a los participantes sobre el tema a tratar.

112
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

Asimismo, en esta investigación se evidencia la necesidad de implementar el


aprendizaje social, cooperativo y dialógico para la concienciación de importantes
aspectos educativos y sociales, como la percepción de micromachismos abordado en
este estudio, en un contexto formal de enseñanza y aprendizaje. Por tanto, se muestra
la necesidad de la adecuación de nuevas y mejoradas metodologías docentes en
contextos educativos donde se le de prioridad a la formación en valores de un
alumnado competente, educado y justo en el desarrollo de su futura profesión.

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CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

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115
La fundamentación lingüística del lenguaje inclusivo ante el
masculino genérico. Designación potencial, significado y
consecuencias sociales

Ígor Rodríguez Iglesias


Universidad de Málaga
iriglesias@uma.es

Resumen

Este capítulo trata sobre la fundamentación lingüística del genérico inclusivo. Para
esto, se parte de la evidencia particularizando una generalidad. Centro primero mi
atención en cómo las universidades usan el masculino genérico en sus documentos,
contraviniendo sus propias normativas. Esta contribución institucional a la
representación del mundo patriarcal y a las prácticas patriarcales es interpretada
como una resistencia ante los reclamos de los feminismos. La justicia social y
epistémica es tachada desde instituciones como la RAE de ignorancia lingüística.
Aquí defiendo, con fundamentos lingüísticos, la legitimidad de etiquetas lingüísticas
como “alumnxs” o “alumnes”, partiendo de un supuesto –comprobado al interior del
propio estructuralismo– de que la lengua es forma y no sustancia.

Palabras clave

Género, comunicación, masculino genérico, lenguaje inclusivo, Micromachismos.

116
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

1. Introducción

En este capítulo no voy establecer un debate sobre el estado de la cuestión,


dando cuenta de testimonios en contra y favor sobre el uso, cuestión que ya se ha
llevado a cabo en numerosas ocasiones (Guerrero Salazar, 2020; Medina Guerra,
2002). Lo que sí voy a exponer aquí, con fundamentos de lingüística general,
aplicados a la llamada lengua española, una discusión sobre la fundamentación
lingüística del lenguaje inclusivo, deteniéndome en los mecanismos operantes, al
interior del sistema de la lengua, del genérico incluyente y del masculino genérico y
sus relaciones con el ámbito comunicativo para, finalmente, apuntar a las
consecuencias sociales.

Para lograr este objetivo dividiré mi exposición en varias partes: una primera
parte en la que muestra eso que damos en llamar la evidencia y las respuestas que
desde posiciones académicas se han dado, sin que suponga una nómina exhaustiva,
solo ilustrativa, pues, como se han indicado más arriba, nuestro objetivo no es
repetir el trabajo ya realizado por otras compañeras, sino aportar un nuevo
contenido: un análisis lingüístico con perspectiva de género. Una segunda parte,
ocupará el grueso del capítulo realizando una indagación al interior de ciertas
palabras ilustrativas, extraídas de la referida evidencia, los datos empíricos,
sometidos a un análisis morfonológico, morfológico-semántico y conceptual. Junto
al mismo serán aclaradas las cuestiones de carácter epistemológico, así como la
problematización de las mismas. En este sentido, la tercera y última parte, al margen
de la conclusión final, incluirá instrumentos conceptuales y terminológicos que
permitirán estudiar lo designativo y conceptual respecto del privilegio sexual y
otros elementos de carácter social que entran en juego en la realidad objetivada para
su estudio.

2. Particularizar la generalidad experiencial de la opresión

Partir de la experiencia es esencial y este tipo de modo de entender la ciencia,


de manera comprometida (Fals Borda, 1987), descolonizando y despatriarcalizando
los conocimientos (Curiel y Galindo, 2015), requiere poner también bajo el

117
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

“sospechómetro”, es decir, “bajo sospecha” (Dussel, 1974, p. 182), la propia


posicionalidad social, el propio privilegio ostentado. No es un acto de retirarse y
guardar silencio, pero tampoco es un acto de imponer una voz, la mía, por razón de
la posicionalidad de poder que implica el privilegio de ser varón heterosexual y
profesor universitario. No podemos ocultar este hecho, por honestidad académica y
científica, cuestión que rige jurídicamente el ordenamiento estatutario de mi propia
universidad (BOJA), pero tampoco esto debiera servir para deslegitimar desde
posicionalidades que aquí se denuncian y enfrentan, como “ciencia guerrillera”
(Varsasky, 1969), que implica un compromiso social con la justicia social y
epistémica y las personas oprimidas. Así como “no puede haber un discurso de la
descolonización, una teoría de la descolonización, sin una práctica descolonizadora”
(Rivera Cusicanqui, 2006 p. 7), tampoco puede haber un discurso
despatriarcalizador, una teoría de la despatriarcalización, sin una práctica
despratriarcalizadora. La experiencia, la práctica discursiva y no discursiva
cotidianas, serán de especial importancia en este documento.

De entre todas las prácticas, he querido llamar la atención sobre un uso


discursivo y lingüístico muy común en nuestros espacios universitarios, lugares
institucionales que despliegan un conjunto de normas y reglas, algunas de las cuales
buscan atajar situaciones de desigualdad, a partir del conocimiento y
reconocimiento de que tales situaciones existen no solo en la realidad
extrauniversitaria, sino en los mismos campus de las universidades. Normalmente,
estas normas y reglas hacen referencia a la convivencia y a protocolos frente a
situaciones de desigualdad por causa de género, que son incumplidos
deliberadamente por las propias instituciones en muchos aspectos de entre los que
destacaré uno: el lingüístico y, en concreto, el del lenguaje inclusivo, a favor de un
masculino genérico institucionalizado a partir del despliegue de toda una
maquinaria discursiva institucional académica frente a una suerte de
recomendaciones jurídicamente inoperantes.

El uso de la palabra alumno o, en plural, alumnos en las indicaciones


administrativas y docentes referidas a la totalidad del alumnado universitario es
una práctica común que denota una resistencia patriarcal efectiva que actualiza una
relación de fuerzas patente en todos los órdenes sociales, a la que no escapa la

118
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

propia universidad, de un lado, por no estar en un vacío social y, de otro, en el ámbito


de sus responsabilidades frente a las opresiones sociales, dados los principios y
funciones de cualquier institución universitaria, por no incorporar
institucionalmente a su reglamento efectivo (es decir, de obligado cumplimiento) un
análisis cuidado sobre las consecuencias de usos genéricos, es decir, sobre cómo
contribuye con sus discursos a un orden social que estos comportan (Martín Rojo,
1997).

Como particularización de esta generalidad (Dell Hymes, 1964), mostraré


algunas imágenes de las páginas webs de las universidades, sin obviar la
documentación normativa vinculante en forma de guías docentes y reglamentos de
Trabajos de Fin de Grado, entre otros:

Imagen 1. Dos pantallazos superpuestos de una universidad pública del Estado


español con uso de masculino genérico en “sección de alumnos” y “zona de alumnos”.

Imagen 2. Dos pantallazos de las webs de dos universidades públicas diferentes del Estado
español con uso de “Área de Alumnos” y “Alumnos matriculados” y “estudiantes. De los
cuales”.

119
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Imagen 3. Tres pantallazos de tres universidades privadas y pública del Estado español
con uso de masculino genérico en “alumnos”, “secretaría de alumnos”, “nuevos alumnos”,
“servicios alumno” y “secretarías de alumnos”·

Imagen 4. Pantallazo de un reglamento de Trabajo Fin de Grado (TFG) con uso de


masculino genérico en “el alumno” y “los estudiantes”.

Este uso muy generalizado y soportado institucionalmente se contrapone a


las recomendaciones de estas mismas instituciones sobre el uso de etiquetas léxicas
genéricas frente a usos morfológicos inclusivos bastante problemáticos, a la luz del
tira y afloja entre quienes se aferran al uso tradicional del masculino genérico y
quienes denunciamos la reproducción de un orden patriarcal y la invisibilización de
grupos de personas frente a la visibilización siempre patente del espectro social
masculino.

Dado que ante estas últimas consideraciones se suelen contraponer


argumentos que se hacen pasar por lingüísticos, considero que es una necesidad
contestarlas y enfrentarlas (teoría y acción, como hemos visto con Rivera
Cusicanqui), desde la justicia social y epistémica, en el ámbito de los principios y
funciones que rige la normativa, arriba referida, de la universidad en la que me
desempeño como profesor e investigador, como se puede comprobar en esta
imagen, destacando, de entre sus funciones, el artículo 3.f y, de entre sus principios,
el artículo 4.1 y 4.3, referentes a la igualdad, justicia, diversidad o a la honestidad
académica y científica.

120
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

Imagen 5. Pantallazo de los Estatutos de la Universidad de Málaga recogido en el Boletín


Oficial de la Junta de Andalucía.

Principios y funciones similares rigen, en verdad, el ordenamiento jurídico


de todas las universidades públicas del Estado español, así que, junto a la necesidad
social, nuestro quehacer es una obligación ética, científica y académica. Véase este
otro reglamento, de mi anterior universidad:

Imagen 6. Pantallazo de los Estatutos de la Universidad de Huelva recogidos en el Boletín


Oficial del Estado (español).

Y, en virtud, también de este articulado, especialmente de los puntos 2.1 y


2.2.f, nos vemos no solo en un ámbito de fundamentación científica, sino de

121
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

cumplimiento y no cumplimiento de la normativa más elemental, que al tiempo es


la que, como la Carta de los Derechos Humanos o la Constitución –en este caso,
española-, garantiza jurídicamente la protección de los abusos de poder por parte
quienes tradicional y socialmente ostentan (ostentamos, en tanto soy varón) un
privilegio social de primer orden. A la contestación científica me dedicaré en la parte
que sigue.

3. Fundamentación lingüística del lenguaje inclusivo

Para defender una fundamentación lingüística del lenguaje inclusivo, debo


discutir algunos de los principios que explícita o implícitamente se encuentran en
las argumentaciones que defienden el masculino genérico, cuyos discursos están
muy extendidos no por su fundamentación en sí, sino por comportar el referido
orden social (Martín Rojo, 1997), reproduciendo relaciones de desigualdad (Pujolar,
2012), y por ser discursos hegemónicos. Esto es, tales discursos son puestos a
circular e inculcados en el sistema escolar, “consagrando el uso dominante como
único legítimo, por el solo hecho de inculcarlo” (Bourdieu, 1985, pp. 33-34).

Así, al igual que la escuela tiene “une fonction politique et idéologique


d’inculcation de l’idéologie bourgeoise” (Baudelot y Establet, 1972, p. 269), este
tipo de opresión no se puede y debe deslindar de la ideología patriarcal, con la que
se imbrica (Davis, 1981). Aquí el término interseccionalidad (Crenshaw, 1991), para
considerar estas y otras opresiones presentes en esta institución social y, en general,
todas, es más que operativo.

Tal entramado al tiempo discursivo, al tiempo ideológico (en el sentido de


representación social), así como político, debe ser considerado con relación a la
hegemonía descrita por A. Gramsci (1999), que podemos poner a dialogar con otras
autorías citadas ya (Bourdieu, 1985; Crenshaw, 1991) y otras que destacamos con
especial interés (Lorde, 1984; Freire, 2005): se hace pasar un interés particular de
grupo por interés general a través del control de los medios de producción de los
discursos y de los medios de producción de su circulación.

122
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

Los usos específicos que hemos visto, como algunas de las argumentaciones
al interior de las universidades, explicitadas en libros de autorías particulares (como
es común en nuestro quehacer académico), encuentran en la Real Academia
Española muchos de los sustentos argumentativos, citando únicamente a la RAE, sin
tener presentes, las referencias (nunca citadas) que los textos de esta academia usan
para sustentar a su vez sus argumentos. Tan problemático es que aquellos textos
sólo se apoyen en lo que dice la RAE, porque la RAE lo dice –prolongando la línea
ideológica de la tradición gramatical respecto de la auctoritas–, como no identificar
y/o acudir a las fuentes originales para, al menos, comprobar si es exactamente esto
o aquello lo que tales fuentes conciben.

Igual que queda invisibilizada en su explicación la autoría también las


condiciones sociales de producción de esos conocimientos de tales autorías, que
tienen además unas trayectorias individuales e intradisciplinares específicas, que
no se pueden dejar de atender, pues la ciencia no es una mera fotografía de la
realidad, sino una continua búsqueda de instrumentos conceptuales y
metodológicos para interpretar la realidad (lo que requiere continuada reflexividad
conceptual y metodológica; cf. Pérez Milans, 2019; Codó, Patiño y Unamuno, 2012).
Los conocimientos, por tanto, están situados (Haraway, 1988).

Se llega al caso de que la RAE en sus obras cite otros libros suyos para apoyar
sus argumentos, a pesar de que algunas explicaciones usen conceptos de Trubetzkoy
(1939) y concepciones, al respecto, de Jakobson y Halle (1956), discutidas por
Malmberg (1975, p. 99), como el del binarismo, aplicado ciegamente de la fonología
a la morfología y, muy concretamente, a la cuestión del género. Esa
retroalimentación de la RAE de sus propios argumentos, sin cita a ninguna autoría
base, se puede ver con claridad en su reciente obra Glosario de términos gramaticales
(RAE, 2019), precisamente en lo que respecta a las entradas marcado y masculino
genérico, donde se indica que las referencias son la Nueva Gramática de la Lengua
Española y la Gramática Descriptiva de la Lengua Española (RAE, 2019, pp. 168-169).

Esos argumentos pueden sintentizarse en afirmaciones de este tipo: el


término marcado es el femenino, porque en español masculino se usa para lo
masculino como tal y para lo masculino y lo femenino (ibíd.).

123
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Un ejemplo de todo esto para legitimar su defensa del masculino genérico y


deslegitimar las explicaciones contrarias al mismo, se encuentra en el Informe de la
Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas (2020, p. 38),
donde no se referencia, con relación a la tricotomía sistema/norma/habla a Coseriu
(1967), autor de la misma, ni se indica que tanto sistema como norma son
“abstracciones que se elaboran sobre la base de la actividad lingüística concreta, en
relación con los modelos que ella utiliza” (Coseriu, 1967, p. 95). Tales modelos
parecen estar más referidos a la norma, de la que dice que se trata de “estructuras
[…] normales y tradicionales en la comunidad” (p. 94) y que “contiene sólo lo que en
el hablar concreto es repetición de modelos anteriores” (p. 95), pues del sistema viene
a decir ahí Coseriu que

contiene solo lo que en la norma es forma indispensable, oposición funcional,


habiéndose eliminado por la nueva operación abstractiva todo lo que en la norma
es simple costumbre, simple tradición constante, elemento común en todo el
hablar de la comunidad considerada, pero sin valor funcional […], inesencial por
lo que atañe a las oposiciones significativas fundamentales […]. Es decir, que, al
pasar de la norma al sistema, se elimina todo lo que es ‘variante facultativa’
normal o ‘variante combinatoria’, conservándose solo lo que es ‘funcionalmente
pertinente’” (p. 96).

En definitiva, que la lengua se constituye en el hablar y se formaliza en un


conjunto de oposiciones funcionales, por lo que habría que considerar como un
hecho de habla (entendidos en términos comunicativos, concretos y dinámicos) y no
de lengua (entendida esta en términos sistemáticos, abstractos y estáticos, propio
de un análisis funcional) (cf. Casas, 2003, p. 559), según vamos a desarrollar a
continuación, muchas de las cuestiones del génerico lingüístico, de carácter
designativo algunas de ellas.

La lingüística estructuralista había distinguido, efectivamente, lo que es


sistemático de lo que es comunicativo y, entre lo que es comunicativo, lo que es
interaccional de lo que no, con el objeto de dilucidar los tipos de contenido
semántico de las unidades lingüísticas: significado de sentido y, con relación a estas
dos unidades (uno, estrictamente lingüística: sistemática, abstracta y estática; la
segunda, comunicativa, concreta y dinámica), lo que es referencia en el hic et nunc

124
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

de la comunicación por parte del/la hablante (en virtud de la función representativa


o referencial identificada por K. Bühler, 1934) y lo que aquí llamaré por ahora –por
mantener el paralelismo terminológico– referencia abstracta del propio contenido
lingüístico –es decir, del significado. Estas dos referencias –una comunicativa
interaccional y la otra comunicativa no interaccional– fueron denominadas
terminológicamente por Coseriu como designación real y designación potencial, de
modo respectivo (Coseriu, 1978), resolviendo la cuestión planteada por Lyons
(1977), con respecto a la distinción única de sentido, referencia y significado, sin esa
imprescindible delimitación couseriana que permite describir cómo el significado
designa –y formaliza– y cómo el sentido referencia (o denota, si se atiende a la
dicotomía connotación-denotación del lógico decimonónico J. S. Mill, que tomaron
las gramáticas escolares haciendo pasar la denotación asociada al significado; Casas
ha matizado y correlacionado bien esta cuestión: connotación es equivalente al
sentido y denotación a la referencia de Lyons y a la designación real de Coseriu)
(Casas, 2002; Coseriu, 1978).

Es importante poner de relieve cómo estamos en un terreno de relaciones de


fuerzas académico, donde lo no científico se impone en auctoritas como científico
denostando y ridiculizando a un buen número de investigadorxs de las
universidades de todas partes del mundo, incluyendo las del Estado español, que no
solo ponen sobre la mesa una Razón no indolente –parafraseando a Boaventura de
Sousa Santos (2000)–, sino que ponen de relieve que aquí, en el citado terreno de
lucha de lo académico no estamos solo ante una dicotomía ‘no científico’/’científico’,
sino ‘injusticia’/’justicia’ (tanto social como epistémica). En virtud de esto considero
necesario aplicar los hallazgos de tal lingüística general a la lengua española, con
objeto de determinar si, como dice la RAE, estamos haciendo algo similar a la
“experiencia banal” de Pangloss, respecto del giro del sol o el discurrir de los ríos,
como sugiere la RAE (2020, p. 49).

En el análisis debemos considerar brevemente otras cuestiones de carácter


teórico. Lo sistemático, para la lingüística, producto de una tradición, se ha explicado
conforme a la noción de signo lingüístico, que ha adquirido entidad de unidad
lingüística como tal al interior del estructuralismo, es decir, abstracto, sistemático y
estático, de donde las frases del preestructuralista F. de Saussure “la lengua es forma

125
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

y no sustancia” (Saussure, 1916) –forma en tanto lo formalizado, el sistema– y el


desarrollo de tal concepción –rastreable en la tradición gramatical, como se puede
ver en la Minerva de El Broncese– hasta sus últimas consecuencias por la Escuela de
Praga y la Glosemática. El máximo representante de esta última escuela danesa, L.
Hjelmslev (1943), es claro en esto: el signo lingüístico es solo la forma, ya del
contenido (significado), ya de la expresión (que vendrían a ser los fonemas –
cenemas en su concepción– y no los sonidos). Es decir, que la materialidad de
contenido y expresión –la sustancia– no es la lengua como tal, lo que explica que a
[sápo] y [θápo] subyazca la misma unidad funcional –de donde [s] y [θ] son alófonos,
en terminología de B. L. Whorf (1938/1956)– o variantes facultativas, en la de
Trubetztoky (1939). Esto pone muy de relieve que las consideraciones
raciolingüísticas contra el andaluz, por ejemplo, o, más generalmente, sobre el ceceo
y otros hechos fonéticos, léxicos, etc., no castellanocéntricos, pertenecen al ámbito
de las ideologías lingüísticas y –por tanto– de las representaciones sociales, no de
descripciones sobre el funcionamiento de la lengua y, muchos menos, del
funcionamiento intralingüístico como tal.

En este sentido, es importante observar cómo soluciones de sustancia o


materiales, tanto por escrito, como “alumnxs” o, por escrito o hablado, como
“alumnes”, son señaladas por las ideologías lingüísticas que aquí llamaré pro RAE
(por la filiación de sus argumentaciones a las de aquellas o por su coincidencia, aun
manteniendo posiciones críticas contra esta institución) como dislates sinsentido
producto de ignorancias (cf. RAE, 2020). Sin embargo, si la lengua es forma y no
sustancia y a la sustancia subyacen unidades funcionales, de esto se desprende que
la sustancia material fónica (los sonidos o, en su defecto, las letras) no constituye un
hecho de lengua, por lo que habrá que observar, con relación a la lengua per se, qué
subyace a lo materializado (si es que subyace algo) y de subyacer en el sistema qué
designa, es decir, qué del espectro designativo como conocimiento del mundo o
representación del mismo es formalizado en el mismo sistema y qué posibilidades
expresivas (de carácter material, decimos) pueden estar implicadas.

126
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

3.1 El signo lingüístico y “alumnes” y “alumnxs”

Creo que, por motivos de clarificación, debemos ver todo esto en un análisis
gráfico:

Imagen 7. Ilustración de elaboración propia.

Si tenemos en cuenta la palabra escrita “alumnxs” o hablada o escrita


“alumnes”, observaremos que subyacen unidades funcionales, al interior del sistema
de la lengua, tanto desde un punto de vista fonológico como desde un punto de vista
tanto morfológico-semántico como léxico semántico.

Si atendemos al significado y lo entendemos en el sentido estructuralista y


funcional, pues es en el sentido en que están expresadas normalmente las
explicaciones morfológicas y fonológicas –incluyendo, pues, conceptos como
oposición privativa (y en relación con esta, término marcado) o neutralización–,
diremos que es un valor semántico formalizado intralingüísticamente en oposición
a otros valores semánticos formalizados intralingüísticamente (Casas, 2002).

Coseriu, de nuevo, nos ofrece una tipología del significado, distinguiendo


entre el léxico y el gramatical. Dentro de este, entre el instrumental, el categorial, el
estructural y el óntico, que Báez San José dejará fuera (2000), con argumentos que
nos convencen y que no vienen al caso aquí. Como estamos considerando sólo el
significado morfológico de género, solo podemos considerar aquí y ahora –además,
por motivos de espacio– el instrumental, sin obviar la correlación entre estos
significados gramaticales (el instrumental –tipo de significado morfológico– frente

127
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

al categorial –tipo de palabra– y el estructural –respecto de la correlación entre lo


paradigmático y lo sintagmático), como así tampoco, los diferentes significados
gramaticales de carácter instrumental entre sí, como el género respecto del número,
precisamente en virtud del significado estructural o sintagmático y del categorial,
pues estamos ante un sustantivo y no ante un verbo, por ejemplo (cf. Coseriu, 2016,
pp. 66-75; 1978, pp. 136-137; 1978, pp. 208-209; y 1977, pp. 248-249). Está
presente, como fundamentación semántica estructural, la distinción conceptual de
significado y concepto, de K. Baldinger (1957) y K. Heger (1966), frente a las
disquisiciones nocionales de las concepciones triangulares de Ullman (1951), Ogden
y Richards (1923) o la escolástica (cf. Rodríguez-Iglesias, 2019; Casas 2002).

Dado los morfos “e” o “x”, que aquí, siguiendo con la terminología del referido
Whorf, son alomorfos (variantes comunicativas de), a tales unidades de lo
comunicativo, concreto y dinámico subyace un morfema (cuyo plano de la forma de
la expresión es fonológicamente un fonema). El plano del contenido de dicho
morfema (unidad sistemática, abstracta y estática) es el del significado
instrumental, pero también el estructural, que correlaciona –como se ha dicho- este
significado con el categorial, uniendo así morfema y léxico. En atención exclusiva al
significado instrumental, el que subyace es el de género, un tipo de significado
abstracto, que solo puede ser dilucidado en virtud no solo de su formalización, es
decir, de que haya formalizado género, sino de su designación, como función
representativa de carácter designativo del signo lingüístico formalizado. Si tenemos
en cuenta el significado léxico, como el qué de la aprehensión del mundo,
formalizada lingüísticamente, al decir de Coseriu (1978, 2016), la designación
potencial es todo el espectro social.

Lo diremos de otro modo: cualquier persona que lea alumnxs o lea o escuche
alumnes no deja de entender lingüísticamente. Algunas personas manifiestan
reticencias y negaciones, pero son de otro ámbito –ideologías lingüísticas, pero
también culturales, sociales y ontológicas, manifestadas en todo el entramado
patriarcal-, sin que esto suponga que no sepan que esas palabras remiten a todo el
alumnado. Y esto mismo podría decirse de “todxs”, “todes”, “niñxs”, “niñes”, etc. Es
decir, que estamos ante unidades comunicativas alomórficas, en el caso de “e” y “x”,
consideradas entre sí. Esto resuelve el género como significado, pero, como hemos

128
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

indicado pone el foco, por un lado, sobre el masculino y el femenino como


problemas, respecto de un análisis que supedita sustancia a forma de modo
intrínseco y de forma binaria. Otra cuestión, por otro lado, es que la designación
potencial finalmente haya formalizado, a partir de representar prácticas discursivas
sociocognitivamente, un tercer tipo de significado, el genérico –si se considera a este
como tal-, en variación lingüística al interior del sistema de la lengua, con
designaciones específicas respecto de la realidad social (formalizada
instrumentalmente en cuanto al número, el tiempo, el modo, el aspecto, incluso
categorialmente, etc.), donde la neutralización –posible en el sistema de la lengua–
finalmente permita, como, de hecho, permite, neutralizar masculino como tal con
genérico –siendo este la aloforma–, al formalizar, producto de referencias
continuadas, una representación del mundo patriarcal. Y he aquí un nuevo problema
que consideramos en el ámbito de la variación gramatical, al interior del sistema de
la lengua, pues no podría decirse –al menos, eso defiendo aquí– que son las
materialidades fónicas las que designan o representan, pues por sí solas carecen de
contenido. Subyacente el significado, este es el que designa. Asociado a esto no
habría que confundir estas unidades fonéticas con respecto a la designación y la
representación del mundo que retroalimenta, como representación/conocimiento
(al tiempo reconocimiento) del mundo, con el carácter indexical o indicial
(Silverstein, 2003; cf. indicios de contextualización de Gumperz, 1982) de tales
unidades, que generan representaciones ideológicas en el ámbito de la
identificación por parte de las personas que escuchan (cf. Rodríguez-Iglesias, 2015)
y de la construcción social de las personas (Goffman, 1959; Berger y Luckmann,
2003), pero que, siendo un problema sociolingüístico, funciona en otro plano,
aunque totalmente vinculado al problema de la representación ideológica y la
reproducción de las relaciones de desigualdad, dominación y opresión.

4. Conclusión

Desde el punto de vista social, lo relevante aquí son las repercusiones sobre
las personas, repercusiones en el ámbito de la violencia simbólica y la reproducción

129
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

de las estructuras patriarcales, respecto del uso del masculino genérico frente al uso
de un genérico que no invisibilice a ninguna persona ni a ningún grupo humano.

En este breve espacio, hemos querido explicar una cuestión clara pero que
esconde tras de sí cuestiones muy complejas, pues el uso conceptual y terminológico
con el que se suelen negar los reclamos de justicia epistémica y social son
pervertidos por su invisibilización. Puede que con esto sea duro, al expresarlo así,
pero, al igual que se mediocriza en educación para mediocrizar laboralmente,
mediocrizar las explicaciones lingüísticas medriocriza las soluciones. Porque
inobservando las complejidades no solo de las ciencias lingüísticas, sino de otras
ciencias sociales, como la psicología social, la sociología, la antropología, la ciencia
política, etc., y al interior de estas el pensamiento crítico, incluyendo los diferentes
feminismos (así como otros saberes no académicos, experienciales, que no es lo
mismo que banal, en contestación al texto referido de la RAE), estaremos dejando
de atender a que parte de esas complejidades o forman parte de las herramientas
del amo, de las que habla Lorde, o son una apropiación que finalmente constituye
una suerte de teoría de la acción opresiva.

Esto implica que, en conjunto (y no digo en paralelo, porque parece situar


todo esto al margen de) con la acción social de los colectivos y movimientos sociales,
debe haber un trabajo académico sesudo de arqueología del saber (Foucault), de
descolonización y despatriarcalización, que supone también atender a los conceptos
que se usan con relación no a como son usados desde ciertas instituciones de poder,
sino a cómo fueron concebidos y con relación a qué y por quiénes (las condiciones
sociales de producción del conocimiento). Esta atención a tales conceptos no es de
carácter obediencial, sino intención descriptiva, de un lado, y contestataria por otro,
observada e identificada la opresión a la que se contribuye con prácticas discursivas,
elecciones lingüísticas y otros elementos asociados.

130
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

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134
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

Feminismo y Psicoanálisis.
¿Qué dicen los psicoanalistas del micromachismo?

Marta Pérez Adroher

Universidad Complutense de Madrid


Martpe30@ucm.es

Resumen

El término micromachismo está articulado a partir de una filosofía política


feminista. Esta realidad implica que su lógica teórica está orientada a la denuncia de
cualquier tipo de sometimiento machista con el fin de conquistar la igualdad de trato
entre las personas y la emancipación de la mujer. Las bases conceptuales de esta
noción ponen en cuestión, entre otras temáticas, el patriarcado, los estereotipos de
género y el lenguaje sexista. A continuación, se presenta el psicoanálisis como una
teoría capaz de dialogar con las bases conceptuales del micromachismo, de explicar
los fundamentos psicológicos que explican el origen de este rechazo y violencia
contra lo femenino, así como una praxis subversiva capaz de cultivar un camino
emancipatorio a los sujetos.

Palabras clave

Feminismo, psicoanálisis, mujer, emancipación, micromachismo

1. Introducción

El feminismo es un movimiento social que se inicia de forma irregular a


finales del siglo XVIII y que tiene como principio fundamental la conquista de la

135
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

igualdad de derechos y de trato del hombre y la mujer1. La política de los feminismos


es revolucionaria, ya que cuestiona las bases antropológicas sobre las que están
asentadas estructuralmente las sociedades con el objetivo de cambiarlas. Esta causa
ha promovido la transformación y el cese, en alguno de los casos, de distintas formas
de opresión, dominación y explotación de las mujeres como grupo o colectivo
humano. En la actualidad queda todavía camino por recorrer. Es un espejismo
pensar que esta igualdad de trato se ha conquistado en España. Sin embargo, se
afirma que en occidente las reivindicaciones feministas se configuran como un
objetivo de la agenda de muchos partidos políticos, siendo la posición de la mujer
un indicador que mide el nivel de bienestar y progreso de una sociedad.

Es bien sabido que el pensamiento feminista es plural y complejo, es decir, no


atiende a una lógica filosófica de forma exclusiva. Su carácter plural se debe a que,
más allá de los cambios históricos, es sensible a discursos de distintos colectivos y
de movimientos políticos. Por esta razón se habla, de los feminismos para enfatizar
y acoger su diversidad. Esta realidad lejos de ser una limitación es una riqueza
conceptual a la que interrogar, si queremos investigar sus presupuestos.

El psicoanálisis y las teorías feministas son dos campos de saber distintos.


Esto implica que no pueden ser integrados el uno con el otro. No obstante, sí pueden
interrogarse mutuamente e incluso ocupar un papel protagonista de manera
recíproca. Por ejemplo, es un hecho histórico el lugar que dio Freud a las mujeres
diagnosticadas de histeria en su época. Presumiblemente fue el primer clínico en dar
voz y credibilidad a sus discursos, contribuyendo en consecuencia a la liberación
femenina.

1 Antes de avanzar en nuestros aportes teóricos, es fundamental aclarar que, para el psicoanálisis lacaniano,

hablar de mujer no implica necesariamente un sujeto hembra. Lacan en su teoría separa la condición anatómica
con el desarrollo de posicionamientos masculinos y/o femeninos, en la línea de los planteamientos que proponía
Simone de Beauvoir.

136
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

Al respecto, resulta estimulante advertir que las reivindicaciones teóricas del


feminismo que sustentan la noción de micromachismo, al participar de una política
revolucionaria, pueden ir un paso por delante de cualquier otra teoría, en este caso
psicológica. Empero, el psicoanálisis necesita tiempo y estudio para realizar
conclusiones prácticas y/o empíricas a los cambios que muchas veces proponen.
Estos cambios pueden ser desde nuestra postura acertados y en otras no serlo.

El trabajo que a continuación se presenta es un diálogo entre la lógica teórica


que está a la base del feminismo que denuncia la noción de micromachismo (Bonino,
1995) y el psicoanálisis. Atreverse a pensar esta relación permite a ambos campos
cuestionarse y avanzar en sus bases conceptuales. Además, resulta interesante a
nivel académico puesto que, por parte de muchas teorías feministas se han
malinterpretado los aportes del psicoanálisis, favoreciendo el distanciamiento y los
malentendidos entre ambas disciplinas.

2. Metodología

La investigación cualitativa en psicoanálisis está centrada sobre todo en la


clínica, concretamente en el análisis singular de cada caso (n=1). Sin embargo, la
investigación también puede ser teórica, fruto de la investigación conceptual de
fenómenos relativos al ser humano estudiados por otras especialidades y/o de
realidades culturales que se dan en el seno de nuestras sociedades. De esta forma,
se propone el psicoanálisis como método de investigación y herramienta de
pensamiento permeable y competente para dialogar con el feminismo con el fin de
cuestionar e impulsar su desarrollo teórico.

3. Objetivos

En primer lugar, realizaremos un breve repaso sobre la historia del


movimiento feminista para contextualizar la lógica teórica en la que se asienta la
noción de micromachismo. En segundo lugar, presentaremos distintas reflexiones
psicoanalíticas que permiten contextualizar ambos saberes y su posible diálogo. En

137
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

tercer lugar, operaremos con el psicoanálisis para analizar las reivindicaciones


feministas que están en la base de la noción de micromachismo.

4. Contexto General: breve historia del movimiento feminista

La historia del feminismo es mundial. No obstante, su desarrollo ha sido y es


irregular, porque depende del país y de las condiciones en las que se encuentre. El
feminismo en occidente se remonta a tres siglos atrás, desde las primeras
reivindicaciones que se dieron en el seno de las tertulias ilustradas francesas, al
sufragismo iniciado por EE. UU., a la reforma educativa española liderada por figuras
como Emilia Pardo Bazán y Rosalía de Castro, hasta llegar a causas más actuales
tales como la lucha contra la violencia, la brecha salarial, etc.

La Primera Ola comienza con el feminismo ilustrado, data del siglo XVIII y se
extiende hasta mediados del siglo XIX. Durante este período se gestan varios
argumentos del feminismo fruto, entre otros hechos históricos, de la Revolución
Francesa y la falta de reconocimiento de la mujer en la Declaración de Derechos del
Hombre y del Ciudadano. Esta realidad empuja a las mujeres de la época,
encabezadas por Olympe de Gouges, a luchar por sus derechos y libertades,
formalizando así una causa que comienza a obtener resultados tiempo después. Aun
así, esta semilla de igualdad va creciendo en la conciencia colectiva, y se comienzan
a escuchar en las tertulias, argumentos que ponen en tela de juicio la idea de
superioridad natural del hombre y los privilegios de los que gozaba frente a la mujer.

La Segunda Ola comienza a mediados del XIX y se extiende hasta la década de


los cincuenta del siglo XX. Viene impulsada por la segunda revolución industrial y
los rápidos cambios políticos y económicos que suceden.

La reivindicación esencial de las mujeres en este período es el derecho a voto


universal, como único camino real para cambiar el lugar sociopolítico que tenían en
los países. El texto que da comienzo al movimiento sufragista es la Declaración de
Sentimientos de Seneca Falls en Estados Unidos, organizado por Lucretia Mott y
Elizabeth Cady Stanton en 1848. En él se denuncian las restricciones a las que se

138
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

hallaban sometidas las mujeres, pidiendo igualdad de derechos a toda la raza


humana, al ser idéntica en cuanto a capacidad y responsabilidad.

Las americanas Elizabeth Cady Stanton y Susan B. Anthony, fundaron en


1868, la Asociación Nacional pro-Sufragio para la Mujer y, tan solo un año después
Wyoming se convirtió en el primer estado que reconoció el derecho al voto de las
mujeres. Las sufragistas se reunían para debatir no solo por su derecho al voto
universal, si no también para lograr otros objetivos, entre ellos; el acceso a los
estudios superiores y a todas las profesiones, compartir la patria potestad de los
hijos, la denuncia de que el marido fuera el administrador de los bienes conyugales,
igual salario para igual trabajo, etc.

Como se señalaba con anterioridad, este momento histórico es convulso a


nivel político y comienza a estudiarse el feminismo junto con otros movimientos. El
socialismo surge como otra voz más a ser escuchada por el feminismo, cuando
previamente habían sido atendidas otras filosofías políticas más ilustradas,
conservadoras, etc. El socialismo es una corriente de pensamiento que ha tenido
especialmente en cuenta la situación de las mujeres a la hora de analizar y proyectar
la sociedad. Esto no significa que sea feminista, sino que, hasta entonces no habían
existido proyectos políticos igualitarios tan potentes como para tratar de tener en
cuenta a la mitad de la humanidad (De miguel, 2011). A mediados del XIX comienza
a imponerse particularmente el socialismo de inspiración marxista que ofrece una
nueva explicación a la opresión de las mujeres y propone su emancipación a partir
de la independencia económica. El feminismo marxista insistía en las diferencias de
clase que separaban a las mujeres, dando como resultado el enfrentamiento entre
las obreras y las llamadas sufragistas, que pertenecían en numero mayor a círculos
de poder de la sociedad. Sin embargo, y a pesar de estos enfrentamientos, las
feministas socialistas eran conscientes de que su causa no era prioritaria en sus
partidos en los que estaban, que eran liderados generalmente por varones. Clara
Zetkin, fue la primera en dirigir la revista femenina Die Gliechhteit (Igualdad) y
organizar por primera vez la Conferencia Internacional de Mujeres en 1907. A partir
de este momento, comienzan a organizarse también de forma independiente a los
hombres.

139
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Esta lucha de clases entra a su vez en colisión con el fin de la segunda guerra
mundial, y el intento por parte de la sociedad de que las mujeres volvieran a
ocuparse del hogar y abandonasen los trabajos para los que habían sido llamadas
durante el periodo bélico. Este pulso moral se produce a partir de un conglomerado
de discursos y presupuestos tradicionales acerca de la feminidad y el destino más
elevado al que podían aspirar las mujeres. Betty Friedan llama a este fenómeno
Mística de la feminidad y publica un libro en 1963 donde justamente trata este
“malestar de las mujeres que no tiene nombre”. Este síntoma que las aquejaba era el
resultado de un dilema ético que las contrariaba; por una parte, observaban el
progreso de la sociedad occidental, y por otra veían la falta de correspondencia en
su posición sociopolítica respecto del varón. Esto las conflictuaba y no sabían como
colocarse entre lo que se esperaba socialmente de ellas y lo que ellas mismas
deseaban y querían.

Betty Friedan funda una de las organizaciones feministas más poderosas en


EE. UU., y se convierte en la máxima representante del feminismo liberal. El
feminismo liberal entiende que el problema principal de las mujeres es su exclusión
de la esfera pública, e insistían en reformas relacionadas con su inclusión en el
mercado laboral. La influencia del feminismo radical empujó a las más jóvenes de
este movimiento a adscribirse a pensamientos asociados a la izquierda.

Durante estos años Simone de Beauvoir publica su conocido ensayo el


segundo sexo. Este libro supone un antes y un después en la teoría feminista, pues es
el primer estudio filosófico sobre la mujer y su condición. Simone reflexiona en
torno a la pregunta ¿Qué es una mujer? Si bien este interrogante apunta
directamente al ser y presume así una visión esencialista, la autora en su ensayo
responde de forma existencialista. El existencialismo es una corriente filosófica que
parte de la idea de que “la existencia precede la esencia”. Esto es lo que le lleva a
argumentar que la mujer no nace, se hace “no se nace mujer, una llega a serlo”. Desde
esta perspectiva la autora reflexiona sobre las condiciones en las que las mujeres se
desarrollan, y sin negar las diferencias con los hombres, investiga en que momento
se convierten en una jerarquía (Vinolo, 2019). Esta jerarquía encuentra su
explicación en el peso de la cultura, pues la mujer padece de una red de

140
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

significaciones que el varón no, y que se basa en una estructura que lleva siglos
instalada, el patriarcado.

Simone de Beauvoir encuentra la solución a este dilema a partir de su teoría


de la libertad. Ella plantea que existen grados de libertad a conquistar sujetos a
condiciones particulares, siendo para las mujeres más costoso, por estar expuestas
a un mayor nivel de sometimiento. La conquista de la libertad es indisoluble en su
plano público y privado, ella define el feminismo como “una manera de vivir
individualmente y de luchar colectivamente”. En el plano político su causa
emancipatoria está centrada en luchar contra la red de significaciones que
fenomenológicamente hacen que la mujer esté en posición de sumisión frente al
hombre.

Estas ideas abrieron La tercera Ola o feminismo contemporáneo. Llegaron a


su vez con el florecimiento en Europa de conciencias progresistas derivadas del
mayo del 68. Las nuevas generaciones de feministas radicales se distinguen por su
carácter contracultural, dicho de otro modo, no estaban tan interesadas en políticas
reformistas como el feminismo liberal, sino más bien en forjar nuevas formas de
vida. La corriente de feminismo radical se caracteriza por su lucha contra el
patriarcado como modelo social, por considerarlo sexista, racista, clasista e
imperialista. Con el lema “lo personal es político” comienzan a poner sobre la mesa
cuestiones que hasta ahora eran propias de la esfera privada. Sus reivindicaciones
han ido en la línea de lidiar a favor de la libertad individual y sexual de la mujer, la
ley del divorcio, el uso libre de los anticonceptivos, la legalización del aborto, o la
lucha contra la violencia.

El activismo de las feministas radicales ha revolucionado la teoría política,


pues analizan y cuestionan las relaciones de poder que estructuran la familia y la
sexualidad. Su activismo ha sido fuerte y en ocasiones lúcido. Dentro de esta
corriente existen dos grupos; las llamadas feministas que entienden que el sistema
de opresión es ejercido sobre ellas por la dominación del varón, y las políticas, que
consideran que los varones son víctimas también del sistema y enfatizan el no
enfrentamiento con éstos.

141
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Una de las aportaciones más significativas del feminismo radical la constituye


los llamados grupos de autoconciencia que consisten en despertar el juicio latente
de las mujeres frente a la propia opresión sentida y así propiciar una
reinterpretación sobre las cuestiones que afectan a su vida íntima y sus relaciones
con los demás. De forma paralela, en los años setenta se desarrolla en EE. UU. y
posteriormente en Europa el llamado feminismo de la diferencia, esta tendencia
lucha, a diferencia de sus antecesoras que quieren superar los géneros, por
afianzarse en la diferencia y en la creación de otro modelo social.

El feminismo de los ochenta se diversifica y se multiplican sus aportaciones.


En términos generales esta corriente feminista se centra en criticar el uso monolítico
de la categoría mujer, y aparecen con fuerza el discurso anti-estereotipos. Esta
implosión nace de la mano de movimientos como el Queer auspiciado por la famosa
Judith Butler, LGTB, de liberación sexual, etc.

El reconocimiento a favor de la diversidad de género ha conllevado un


activismo plural que ha luchado con más fuerza por escuchar otras cuestiones y
condiciones que hasta ahora no habían sido atendidas como son la raza, etnia,
preferencia sexual; etc. En especial ha sido notable la aportación realizada por
mujeres negras. Judith Butler reflexiona con lucidez sobre la lucha activista a
perseguir por parte de la sociedad contra la violencia en general:

El feminismo ha afrontado siempre la violencia contra las mujeres sexual y no


sexual, lo cual debería servir de base para una alianza con estos otros
movimientos, ya que la violencia fóbica contra los cuerpos es parte de lo que une
el activismo antihomofóbico, antirracista, feminista, trans, intersexual (Butler, J.
2006 p.24).

Este nuevo contexto social ha llevado al proyecto feminista a replantearse


nuevos retos, entre otros; resolver la dificultad que existe en el momento en el que
comienzan a establecer generalizaciones o universales sobre la mujer.

De esta manera han comenzado a entender que el activismo radica, en


primer lugar, por impulsar en las mujeres un proyecto emancipatorio propio que
sea singular, liberación que necesariamente implicaría efectos, como diría Beauvoir,
en la vida pública. Celia Amorós (1985) señala esta misma idea cuando postula que

142
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

este proyecto pasa por la capacidad de cada sujeto de constituirse así mismo en sus
distintas posiciones, siendo estas las que deben funcionar de alguna manera para
cambiar el sistema (p. 322).

5. La noción de micromachismo

La noción de micromachismo (Bonino, 1995) es un término que encuentra su


origen en la teoría de Foucault y Bourdieu, y se entiende como una forma de
violencia machista suave o apenas imperceptible, que suele estar legitimada por el
entorno social, a diferencia de otro tipo de violencias condenadas habitualmente, y
que se pone de manifiesto en actitudes de imposición, control o dominio sobre la
pareja. Es un concepto que ha generado mucha controversia, pues se asienta en las
bases de una filosofía política feminista que hasta ahora hemos descrito brevemente
desde el movimiento nacido en la tercera ola conocido como feminismo radical. La
lógica teórica del termino micromachismo está articulada bajo el mismo lema “lo
personal es político” y persigue la denuncia social de cualquier acto considerado
machista. Además, apoya la emancipación de la mujer por la vía de la igualdad que
propone Simone de Beauvoir y por el trabajo terapéutico de la autoconciencia. Sus
bases conceptuales apoyan la lucha contra el patriarcado, contra los estereotipos de
género, contra cualquier forma de violencia; haciendo énfasis en la violencia
invisible, y contra el lenguaje sexista.

6. Reflexiones sobre lo femenino desde el Psicoanálisis

El psicoanálisis es una teoría psicológica y filosófica del ser humano con una
ética singular. La ética del psicoanálisis empuja permanentemente a los
psicoanalistas a ser valientes y a no ceder en su escucha del inconsciente. Esto
significa que son profesionales entrenados para descubrir realidades nuevas sobre
los individuos y las sociedades que hasta entonces se desconocían, y cuestionar
verdades que se consideran universales. Se afirma que, sólo en la medida en la que
los psicoanalistas se comprometan con su labor de indagar las formas de enfermar
actuales, el modo en el que se subjetivizan los individuos, y los cambios culturales,
su técnica y sus aportes conceptuales avanzan.

143
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

A continuación, se realizan tres breves aportes psicoanalíticos titulados: la


posición femenina, la violencia contra lo femenino y el rechazo a lo femenino.
Nuestra idea es que, a partir de estas cuestiones, podamos dialogar con la noción de
micromachismo y sus reivindicaciones feministas.

6.1. La posición femenina

Lacan en las fórmulas de la sexuación (1972) introduce dos modos de


funcionamiento en los que un ser hablante puede estructurarse respecto al falo: la
posición masculina y la posición femenina. Es una investigación que realiza por vía
filosófica de la lógica y no de la anatomía. Explica cómo el falo en su origen se
constituye en razón al deseo del Otro, luego se puede afirmar que la posición sexual
esta estrechamente ligada al deseo del Otro.

El falo es el símbolo de poder en la relación2 y la cara visible del deseo. Para


Lacan toda relación se caracteriza por un poder o deseo fálico en disputa. En
consecuencia, las relaciones se traducen en posiciones de poder que luchan por
hegemonizar el deseo que está en juego; relaciones de padres con hijos, trabajadores
con empleados, relaciones de pareja, etc.

Lacan, en el Seminario 5, va a plantear así que las relaciones entre los sexos
van a girar alrededor del ser el falo o tener el falo. Si uno se coloca como el falo
siempre, lo lógico es que no admita ser suplantado por otro. Ninguna relación es
posible si las dos partes aspiran a serlo de forma rígida. La alternativa también pasa
por tener el falo, que cede la función fálica al otro, pero ejerce esa misma función
desplazada por medio de la posesión del deseo del otro.

En nuestra cultura las posiciones o roles masculino y femenino son asignados


respectivamente a ser y tener el falo. Los varones asumen el falo como una identidad
propia, mientras que las mujeres aceptan que su papel es tenerlo, lo que les confiere

2 Lacan explica las relaciones de poder apoyándose en la lectura que Kojève hizo de la dialéctica
del amo y del esclavo de la Fenomenología del Espíritu de Hegel.

144
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

un poder característico, posesivo y castrador: tú lo eres, pero eso solo es posible


conmigo, por consiguiente, nunca está claro en manos de quién está el deseo.

Naturalmente, en una relación los individuos de distinto género pueden


ocupar el lugar del ser o tener el falo indistintamente. La expectativa saludable es
que puedan dialectizarse las posiciones; que alguien sea el falo para que el otro
pueda tenerlo y, viceversa, uno tenga el falo que el otro quiere ser. Estas posiciones
afectan al modo en el que hacemos jugar nuestro deseo en consonancia con el deseo
del otro y permiten pensar la relación amorosa en términos de flexibilidad donde
los lugares del amante y el amado pueden intercambiarse.

Un sujeto en posición masculina goza fálicamente apuntando al otro como


objeto de su deseo. En el caso de la posición femenina, en tanto no toda fálica, navega
en ser el objeto de deseo del otro y el mundo infinito de significantes del deseo del
Otro. Esta enseñanza permite esclarecer la estructura de una persona ubicada en
una posición femenina y su consentimiento gozoso a ocupar el lugar de objeto de
deseo. Esto en la relación sexual permite a ambos partenaires obtener una
satisfacción de acuerdo con su fantasía, fantasía que está dentro del marco de una
relación donde pueden jugar a ocupar el lugar de objeto.

Esto no tiene por qué significar que la persona que esté posicionada del lado
femenino se quede fijada todo el tiempo al lugar de objeto de goce del otro. Es decir,
puede existir esta flexibilidad, pasando de ocupar el lugar de objeto, al lugar de
sujeto de la relación. Dicho de otro modo, no se trata de una patología, se trata de
una puesta en acto de una escena fantasmática, donde el sujeto mismo puede ocupar
la posición de objeto y gozar de ella, como abandonar esa posición.

La experiencia clínica demuestra que hay personas que están más o menos
fijados a sus roles, incluso intercambiar sus posiciones en el acto sexual disfrutar.
Además, puede existir una clara paradoja entre la asunción de roles en la vida
pública e íntima. Es así como se pueden encontrar ejemplos de lo más variados,
hombres o mujeres que se muestran decididos y en aparente control de las
situaciones sociales y sin embargo tener claras preferencias a ser dominados en el
terreno sexual, y viceversa. La clave radica en la capacidad de maniobra que tengan

145
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

los sujetos para pasar posicionarse como objetos en la escena fantasmática a sujetos
en la relación y en flexibilizarse respecto de la función fálica.

Las relaciones en que ambas partes se empeñan por asignarse la función


fálica son dramáticas. Así es cómo advertimos que hay hombres o mujeres que ante
una situación de abuso o maltrato respondan y reaccionen más rápido que otros que
encuentran más obstáculos para separarse. Igual que cuando ambas partes se
escamotean porque no soportan el terror que les inspira quedar en manos del deseo
del otro. Por ejemplo, parejas que se niegan a adoptar, tener un hijo, cambiar de casa
o separarse.

Hasta ahora se ha podido observar cómo el funcionamiento masculino y


femenino se regía por el falo. Lacan en Las fórmulas de la sexuación (1972) estudia
la duplicidad del goce femenino tanto en su relación con el falo, como más allá de él.

El posicionamiento masculino se articula por entero bajo el funcionamiento


fálico. La lógica fálica se rige por el universal “todo”, entendiendo que ha de haber
una excepción “todos los hombres se rigen por lo fálico salvo uno”. Gracias a la
excepción de ese uno es cómo puede fundarse el universal, en otras palabras, la
exclusión es lo que funda la existencia. En este caso el hombre que quedaría fuera y
que es la excepción corresponde al mito freudiano del padre de la horda primitiva.

En el caso del posicionamiento femenino, Lacan revierte la ignorancia


freudiana de dejar a la mujer fuera de lo fálico y la ubica en una duplicidad3 de goces
“ella no está por fuera de la función fálica, pero no está toda en ella” (Lacan, 1981: p.
90). Miller (2006) en el comentario que hace sobre la posición femenina explica:

[…] no hay "todas las mujeres'', no hay universal femenino, no hay la mujer. […] El
no-todo de Lacan se despliega, por el contrario, en un universo infinito, y está

3 Esta duplicidad, a nuestro juicio, también sería susceptible de ser investigada del lado del hombre. Dejemos

esta nota para futuras investigaciones.

146
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

construido según el modelo intuicionista de una secuencia de elecciones: se


acentúa la imposibilidad de decir la universalidad del predicado (p. 203).

El funcionamiento femenino se rige entonces por un particular negativo: la


lógica del no-todo. Esto significa que el goce en la posición femenina no se gobierna
exclusivamente por la función fálica, luego no puede existir un “para todos” siendo
entonces singular. El no-todo implica que no puede formarse un conjunto cerrado, a
diferencia de la posición masculina. Ha de entenderse en un sin limite, “es un no-
todo de inconsistencia y no de incompletud” (Miller 2008, p.298). La gran
contribución por tanto es que, en ese lugar abierto, no existe el Otro. Esto significa
que no hay referente en el lugar de Todo. En suma, que no hay nadie que pueda decir
que es la mujer en mayúsculas. Lacan en esta apuesta sale del binarismo del falo a
otro terreno que no plantea orden simbólico. Por esta razón el goce no es en este
sentido falo céntrico.

6.2. La violencia contra lo femenino

La violencia es un fenómeno social que se manifiesta en acto y que puede


dirigirse a uno mismo, a un otro, o a objetos. Este acto es, en definitiva, una respuesta
fallida a un conflicto y que se vincula a la tensión inherente de la persona por el
hecho de vivir en sociedad.

Freud tuvo la genialidad de identificar la pulsión de muerte en los pacientes


veteranos de guerra cuando, después de un trauma, desarrollan actitudes
destructivas. Esto le hizo caer en la cuenta de que los individuos, aún en contexto
terapéutico, no siempre buscan su bien y se empeñan en el mal, quedándose fijadas
en conductas poco saludables; de riesgo, consumo de tóxicos, etc. Reconocer esta
tendencia del ser humano y en consecuencia de la sociedad entera, es el primer paso
para actuar y ver cómo reconducir, para limitar su poder destructivo.

[…] el psicoanálisis ha llegado a la conclusión de que los impulsos primitivos,


salvajes y malignos de la humanidad no han desaparecido en ninguno de sus
individuos, sino que persisten en lo inconsciente […] y esperan las ocasiones
propicias para desarrollar su actividad (Freud, 1914: p. 302).

147
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

La violencia necesita encontrar un destino. Cuando una persona cortocircuita


y comete un acto violento es debido a que se le escapa algo de lo real. El camino
clínico plantea que pueden existir múltiples salidas; o bien actuar la violencia o bien
localizar lo indecible del goce para separarse de él. La labor del clínico pasa por
reconducir ese goce y ayudar a que el sujeto por su parte pueda elegir lo que hace
con él. Ahora bien, habrá que diagnosticar a qué tipo de sujeto tenemos enfrente y
valorar qué se puede hacer en cada caso.

Tal y como se ha estudiado, la violencia en muchas ocasiones encuentra su


destino en el rechazo a la posición femenina, por representar la falta en ser
constitutivo y ser representante del no-todo.

El psicoanálisis entiende que la violencia contra la mujer no es patrimonio


del género (De Francisco, 2019), tal y como se ha advertido previamente, aunque en
cualquier caso es mayor estadísticamente el número de casos de violencia
perpetrados de hombres a mujeres. Por eso hemos considerado más acertado titular
este epígrafe la violencia contra lo femenino, al ser una cuestión relativa a la posición
psíquica. Esto significa que la violencia contra lo femenino que defiende el
psicoanálisis puede ser ejercida de un hombre a una mujer, de una mujer a un
hombre, de una mujer a una mujer, de un hombre a un hombre, etc.

La experiencia clínica demuestra que en el maltrato a la pareja lo que está en


juego es la destrucción de toda posición de sujeto en privilegio de la posición de
objeto. El maltratador para sostener su realidad psíquica necesita tratar a su pareja
como objeto degradado. Esto le previene de la angustia propia del acto sexual. Por
esta razón necesita agredir para recuperar su deseo. Lo más dramático es que esta
respuesta de aniquilación del otro conduce también a su propia desaparición.

En los casos donde el maltrato aparece de forma continuada se puede


advertir de la presencia de una patología grave, donde la persona que maltrata
encuentra en la respuesta violenta una salida que la protege de esa dificultad. Tal y
como describe Ubieto (2015) en su artículo Violencia y psicoanálisis:

Esa dificultad tiene que ver con una idea fantasmática sobre su posible
desaparición o anulación como sujeto, una idea que no por inconsciente opera

148
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

menos (más bien al contrario), y que toma la forma imaginaria de una falta de
valor, de un poder disminuido, de una potencia que desfallecería, de una falta de
reconocimiento, de un sentimiento íntimo de sentirse “en menos”. Es por eso que
para protegerse de ese temor proyectan esa desaparición y esa impotencia en la
pareja: son ellas las que no saben, ni pueden hacer las cosas bien y son por tanto
objeto de desprecio como deshechos.

6.3. El rechazo a lo femenino

Realizar un tratamiento psicoanalítico es en cierta medida, como dice Lacan,


decir sí a la feminidad: “Se le puede hacer renunciar a ese rechazo a la feminidad que
afecta al ser hablante, y no simplemente al hombre” (Miller, 2011, clase del 4 de
febrero). Este aporte lacaniano encuentra su origen en un texto del mismo Freud
que realizó al final de su vida titulado Análisis terminable e interminable (1937).

En el texto el autor indaga, con el respaldo de la clínica, la diferencia de los


sexos. Él busca dar respuesta a las siguientes preguntas: ¿Qué impide a un hombre
o a una mujer feminizarse? O, dicho de otro modo, ¿por qué hay mujeres que optan
por masculinizarse o hombres que se aferran a su masculinidad?

Freud indaga el ser hombre y mujer referido al falo, tener y no tenerlo y los
efectos psíquicos que esto suponía4. De ahí explica el sentimiento de rivalidad o
inferioridad de un hombre contra otro, y la envidia del pene en la mujer. Pero al final
de su obra llega a la conclusión de que para ambos sexos emerge “el rechazo a lo
femenino” (De Francisco, 2019).

El rechazo a lo femenino es así un fenómeno observable social e


individualmente y lleva siglos instalado en la historia. Freud investiga en la clínica,
igual que Simone de Beauvoir, en qué momento esta diferencia supone una fuente
de sometimiento, de complejo o de rechazo. En efecto, descubre que justamente esta
desautorización a la feminidad, más incluso que la pulsión de muerte es un

4 A diferencia de como hemos visto en las fórmulas de la sexuación lacaniana. Donde ambos
sujetos están relacionados al falo, de diferente forma y en las lógicas del ser y el tener.

149
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

impedimento psicológico en el que los pacientes muchas veces se quedan atrapados


y no pueden avanzar:

Difícil es decir si en una cura analítica hemos logrado dominar este factor, y
cuándo lo hemos logrado. Nos consolamos con la seguridad de haber ofrecido al
analizado toda la incitación posible para reexaminar y variar su actitud frente a
él (Freud, 1937. p. 254).

Freud empieza a dilucidar que la explicación está ligada a que el paciente,


para aceptar dicha posición femenina, debe necesariamente aceptar de la falta y
participar de la lógica del no-todo.

El repudio a lo femenino se entiende entonces como aquello que rechaza el


sujeto por ser imposible de simbolizar. Esto implica poner en cuestión un saber
absoluto y hacer existir la lógica de lo singular, que se resiste a cualquier tipo de
imperialismo. Este imperialismo o patriarcado concierne en ir más allá del padre y
de los referentes fijos que conforman la neurosis de cada uno.

Es así como Lacan plantea, en el Seminario Aún, que asumir el goce no fálico
sitúa del lado femenino a los seres hablantes. Esto implica a nivel práctico que el
sujeto acepte que no sabe más que lo que siente, y que eso es algo que no puede
dotarse de significación, pues toda significación es fálica.

En suma, un análisis permite obtener alguna solución con lo que no hay y esto
conlleva una nueva escritura. Aceptar el no-todo implica asumir los vacíos del
inconsciente implica necesariamente que no existe un programa de goce universal,
sino que cada uno nos encontramos ante la diferencia absoluta y esto nos coloca a
todos en el mismo plano de igualdad. Además, implica que, sea lo que sea el sujeto,
con independencia del género, orientación etc., nadie se libra de lo real, de lo
imposible.

El tratamiento psicoanalítico en este sentido, pasa de la impotencia a asumir


la imposibilidad, cuestión bastante liberadora. Lacan se detiene mucho en su
enseñanza al transmitir este mensaje. Al respecto es común escuchar la fórmula que
dicta que “no hay relación sexual”, la cual significa que no existe complementariedad
o proporción sexual perfecta, a lo que podemos añadir “no todo se puede entender”,

150
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

“no todo podemos ser”, “no existe la sociedad perfecta” “no existe la identidad
plena”.

En conclusión, decir sí a la feminidad es aceptar lo real. Este proyecto nos


emancipa social y psíquicamente; nos hace sentirnos libres en nuestra singularidad,
porque cualquier sujeto frente a lo absoluto, ni es, ni tiene.

7. Diálogo entre la filosofía política del término micromachismo y el


psicoanálisis.

Ahora bien, después de haber realizado este breve recorrido por los aportes
del psicoanálisis, dialogaremos con las reivindicaciones feministas que están a la
base de la lógica teórica del micromachismo. En este trabajo buscamos reflexionar
y plantear ciertos interrogantes sobre su base conceptual y su política
emancipatoria. El fin que perseguimos es ofrecer lucidez para que esta causa no se
aleje de su proyecto igualitario.

7.1. La lucha contra el patriarcado

El patriarcado es un sistema de poder que lleva años instalado, y es un


ejemplo de que el poder es inherente a cualquier estructura social.

Aunque la idea de cuestionar el poder, en este caso el poder patriarcal, es


fundamental para cultivar un proyecto igualitario, no debemos pensar que el camino
pasa por derrocarlo, o que la supuesta felicidad llega tras su derrota. Esta
equivocación fue justamente la que llevó a la izquierda a convertir un proyecto
igualitario en un infierno político.

Pensar en erradicar el poder es apostar por erradicar lo imposible. Ahora


bien, habrá que pensar que podemos hacer como sociedad para que esto cambie.
Existen al respecto varias cuestiones que se pueden estudiar para futuras
investigaciones.

¿Pueden existir comunidades que se rijan por otro tipo de estructura quizás
matriarcal como plantea en sus estudios Bachofen (1992)? Este tipo de tesis es la
que apoya el feminismo de la diferencia.

151
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

¿Es el psicoanálisis una teoría patriarcal por ser producto de su época? De ser
así ¿Se puede pensar el psicoanálisis fuera de esa lógica?

Entendiendo que toda sociedad debe organizarse a partir de una ley que la
funde, y que la profesión de gobernar un país es de naturaleza imposible, como
señalaba Freud ¿Realmente puede existir una forma de poder alternativa?

7.2. La lucha contra la erradicación de la violencia machista

La violencia como fenómeno humano no se va a erradicar, esto no significa


que no debamos luchar contra ella. Por esta razón se considera que hay que prestar
especial atención a la política del concepto micromachismo pues puede suceder que,
al tener puesta la mirada en esa violencia sea ciega a la posibilidad de detectar y
actuar frente a otro tipo de violencias ocultas (Ubieto, 2019).

Al respecto señalábamos la importancia desde el psicoanálisis de entender


que el rechazo a lo femenino es inherente a ambos sexos. Quizás sea más acertado
hablar de la violencia contra lo femenino, por incluir en esta enunciación otros
maltratos a nivel sociológico: de una mujer o un hombre, de una mujer a una mujer,
de un hombre a un hombre, etc. Dicho esto, es evidente que a nivel estadístico existe
una presencia mucho mayor del maltrato del hombre a la mujer.

La igualdad de trato que promueve el psicoanálisis debe ser entendida como


la aceptación de la diferencia del otro. Desde el psicoanálisis se considera igualitario
o sano que las relaciones de amor se dialecticen, esto quiere decir, que no sean
posicionamientos fijos y que el amante pueda pasar al lugar del amado y viceversa.
Esto advierte al micromachismo de no convertir la igualdad en un ideal activista que
acabe siendo violento en si mismo, pues la clave de la salud mental radicaría en el
equilibrio.

Se ha explicado en el apartado de la violencia contra lo femenino el perfil


psicológico de las personas que padecen un problema grave de violencia y maltratan
a sus parejas desubjetivizandolas. También se puede entender que existen otro tipo
de personas que, sin llegar a ese grado de violencia, puedan ser al mismo tiempo

152
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

sujetos agresivos con problemas subjetivos para contemplar la alteridad, teniendo


claras dificultades para participar de una relación sana.

Se recuerda la diferencia que existe entre este tipo de perfiles psicológicos y


el resto de las subjetividades que pueden estar estructuradas de tal modo que
disfruten e incluso alternen las posiciones de objeto y sujeto en la relación con el
otro. Esto quiere decir por ejemplo que “disfrutar de que te sometan en el marco de
una relación sexual” no te convierte en una o un masoquista y al que lo ejecuta en
un machista.

7.3. La lucha a favor de la emancipación de la mujer

El psicoanálisis comparte con el feminismo el estudio psicológico y filosófico


sobre la mujer. Incluso hay que añadir que ambos campos de saber se configuran
como prácticas emancipatorias, sin embargo, mientras el feminismo busca liberar a
la mujer de su sometimiento a partir de la conquista de la igualdad de derechos, trato
y oportunidades, el psicoanálisis busca liberar a las personas con independencia del
género de su malestar a partir del tratamiento del síntoma.

El tipo de emancipación que promueve el psicoanálisis es un proyecto que


ayuda a un sujeto durante el tratamiento a no rechazar “lo femenino” y hacia la
asunción de la lógica del no–todo, esto es, pasar de sentirse impotente a asumir lo
imposible de la vida. Ante lo imposible todos somos iguales.

7.4. La lucha en contra de los estereotipos de género

Se reconoce en el feminismo de los ochenta que atraviesa la noción de


micromachismo su deseo de romper contra los estereotipos de género y también
porque no, contra el binarismo.

La causa feminista y la lucha contra los estereotipos no puede tener como fin
pensar que, tras la derrota del binarismo, se va a poder lograr una identidad plena
(De francisco, 2019). Esto quiere decir, tal y como planteaba Lacan, que cualquier
sujeto va a mantener siempre una relación conflictiva con la sexualidad, pues remite
a un imposible de simbolizar. En suma, con independencia de lo que sea cada uno,
nadie se libra de su propia división subjetiva.

153
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

El psicoanálisis entiende que cada sujeto en definitiva es una minoría sexual,


pues cada uno se ha estructurado fantasmáticamente de forma singular. En suma, se
apoya un proyecto que defienda lo singular, asumiendo al mismo tiempo lo
imposible de la sexualidad. Se advierte así en no caer en el espejismo de pensar que
se puede llegar a una libertad y o a liberación sexual total, a partir de la lucha contra
los estereotipos.

7.5. La lucha a favor del lenguaje inclusivo

La lucha por el lenguaje inclusivo es una reivindicación que plantea también


la noción de micromachismo y que parte de la hipótesis de la relatividad lingüística,
la cual plantea que el lenguaje refleja y preserva estructuras sociales que influyen
en el modo de percibir la realidad (Parks & Roberton, 1998). La política inclusiva
está en la línea de neutralizar o feminizar el lenguaje (Braun et, al. 2005). Esto
implica la utilización de formas gramaticales neutras que, particularmente en
castellano, es difícil de hacer, ya que es un lenguaje que tanto la gramática, como los
sustantivos llevan género. Por esta razón ha sido especialmente recomendado para
otras lenguas (Hellinger & Bußmann, 2001).

La feminización involucra incluir explícitamente femenino y masculino. Lo


que ha sucedido en el último tiempo es que las personas que no se sienten
identificadas binariamente y desafían esta idea de que sólo hay dos géneros
(Richards et al., 2016), ponen en duda las bases y el nuevo rumbo que debiera seguir
este proyecto a favor de la inclusión. Estas identidades apoyan el uso de @, la x o
la e, y pretenden reemplazar el masculino genérico. El psicoanálisis apuesta por esta
propuesta que denuncian los micromachismos asumiendo al mismo tiempo que
existe un límite en la posibilidad de nombrar todo. El lenguaje no es capaz de
nombrar a todos los sujetos, ya que por estructura no es inclusivo. Siguiendo este
argumento lo que resulta fundamental es llegar a un acuerdo asumiendo que, debe
ponerse freno a la idea de que exista un proyecto lingüístico capaz de abarcarlo todo
(Alemán, 2019).

La teoría psicoanalítica debe estar abierta del mismo modo a replantearse


ciertas cuestiones relativas a sus conceptos. Por ejemplo, cuestionar ¿porque
hablamos de posicionamiento masculino y femenino, y no de lógicas de

154
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

estructuración? Esto mismo puede suceder con el debate teórico sobre la utilización
de los términos función materna y paterna. ¿Se puede hablar en lugar de ello de
funciones de contención e interdicción, sostén y corte, fusión y separación?

7.6. La lucha a favor de cuentos igualitarios y en contra de los cuentos


sexistas.

Esta causa parte de la hipótesis del micromachismo de que puede existir un


efecto automático entre la lectura de cuentos considerados sexistas y la asunción de
roles y realización efectiva de actitudes machistas (Ubieto, 2019). El psicoanálisis
plantea que no existe un efecto automático. Los seres humanos no copiamos de
forma automática la realidad que vemos. Leer caperucita no te convierte en un lobo
feroz, como tampoco jugar al GTA te convierte en un sádico o delincuente (Ubieto,
2019). La cuestión es mucho más compleja y se apoya en la tesis del inconsciente.
Los seres humanos necesitamos tramitar los conflictos que comportan la violencia
de existir. Al respecto cualquier cuento puede cumplir la función de ayudar a las
personas a comprender su realidad, a elaborar ciertos interrogantes sobre la
sexualidad, la muerte, la rivalidad, las pérdidas, los conflictos, en definitiva,
cuestiones relativas a los deseos que les angustian (Ubieto, 2019). Presuponer el
significado inconsciente que tiene cada historia para los niños es una equivocación
de tipo moralizante y dogmática:

“...el significado más profundo de este tipo de cuentos será ́ distinto para cada
persona, e incluso para la misma persona en diferentes momentos de su vida.
Asimismo, el niño obtendrá ́ un significado distinto de la misma historia según sus
intereses y necesidades del momento” (Bettelheim, 1975: p. 20).

En definitiva, no sabemos porque un niño elige un u otro cuento. La solución


pasa por acompañarlos en su lectura ofreciendo una interpretación de esa ficción,
que les ayude a elaborar un saber conectado a su angustia (Ubieto, 2019).

Por esta razón el psicoanálisis no apoya la censura y sí apoya la creación de


nuevas ficciones culturales literarias que puedan ayudar a las nuevas subjetividades
de esta época. Esto, tal y como decía Freud (1906), permite liberar y tramitar
tensiones en el interior de nuestra alma:

155
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

El goce genuino de la obra poética proviene de la liberación de tensiones en el


interior de nuestra alma […] el poeta nos habilita para gozar en lo sucesivo sin
remordimiento ni vergüenza alguna, de nuestras propias fantasías. (p.135).

8. Conclusiones

Concluimos en términos generales que la lucha feminista del micromachismo


no debe convertirse en ninguno de los casos en una guerra de unos contra otros, en
este caso de mujeres contra hombres, pues sería un gran error (De Francisco, 2019).
Hemos demostrado que un sujeto, con independencia del sexo, puede estar
posicionado de una u otra forma respecto a la lógica masculina y femenina. Al mismo
tiempo hemos dilucidado que todas las personas podemos ser violentas y que, al
estar atravesadas por la lógica fálica “rechazamos lo femenino”, por ser una cuestión
que remite al no-todo. Esta conclusión en primer lugar debe apelar a todo sujeto a
la responsabilidad. En este caso a la responsabilidad de reflexionar sobre aquello
que rechaza de si mismo y/o del otro (De Francisco, 2019), sobre la detección y
condena de las reacciones violentas, así como la eventualidad de reconocer cuando
hemos sido victimas, sin quedarnos fijadas en esta posición, pues promoveríamos
un lugar de objeto pasivo y no de sujeto activo frente a lo que nos pasa.

Por último, debe promover una política que defienda la igualdad de los
sujetos en su singularidad y diferencia. La lógica femenina es en sí misma inclusiva
y tiende a acoger en su proyecto, tal y como plantea Butler, otras subjetividades que
son rechazadas fóbicamente por la sociedad, como ha sido históricamente la mujer
rechazada por los hombres.

Además, esto implica que la lógica del feminismo es contraria a la lógica


masculina que busca universales. Se advierte el problema ético en el que pueden
incurrir las personas en el uso del concepto micromachismo pensando que el
camino emancipatorio de la mujer pasa por adscribirse a una moral colectiva
repitiendo aquello mismo que acusa. Es fundamental que en este camino
emancipatoria se mantenga la distancia con el ideal, para que el sujeto pueda
relanzar su propio deseo y no quede pegado a un imperativo que acabe suplantando
un tipo de sometimiento por otro.

156
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

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159
Micromachismos en la enseñanza de alemán, árabe y ruso para
estudios de Traducción e Interpretación

Olga Koreneva Antonova


Universidad Pablo de Olavide
okorant@upo.es

María Presentación Aguilera Crespillo


Universidad de Málaga
presiaguilera@uma.es

María Pilgún
Instituto Lingüístico de la Academia de las Ciencias de Rusia
pilgunm@yandex.ru

Resumen

La enseñanza de lenguas extranjeras y la carrera de Traducción e Interpretación no


solo comprende la adquisición de habilidades lingüísticas, sino también la
transmisión de las nociones culturales de una nueva lengua. Las convicciones
lingüísticas típicas de una lengua determinada revelan las estructuras y bases
sociales propias de su cultura. Un traductor o intérprete debe reconocer, por
ejemplo, las posibles distinciones en la posición y el trato diferente hacia el hombre
y la mujer y ser consciente de ello. El progreso hacia la igualdad de género va a ritmo
diferente en cada país reflejándose en la lengua. Situaciones vividas a veces en otras
culturas, discrepan con la realidad lingüística conocida por el alumno en la propia
cultura y pueden causar conflictos a la hora de desempeñar su labor de traductor o
intérprete. El presente estudio comparativo de los rasgos sexistas a nivel sintáctico

160
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

y la presencia de los micromachismos en la fraseología de las lenguas alemana, rusa


y árabe demuestra la necesidad de la enseñanza de las lenguas extranjeras con la
perspectiva de género dentro de la carrera de Traducción e Interpretación. Este
enfoque sensibiliza a los alumnos hacia el tema de desigualdad de género y les ayuda
a avanzar hacia la construcción de una sociedad más justa a nivel global. Como
embajador de la paz y mediador intercultural el traductor o intérprete juega un
papel importante en la promoción de las ideas más progresistas y del lenguaje
inclusivo en las culturas donde la mujer todavía sufre más desigualdad.

Palabras clave

Estudios de Traducción/Interpretación, sexismo lingüístico, ruso, árabe, alemán.

1. Introducción

Como es bien sabido, el aprendizaje de una lengua extranjera no solo consiste


en la adquisición del conocimiento de la gramática y del vocabulario necesario, sino
va de la mano con la adquisición del conocimiento cultural y social de la lengua en
cuestión. Una lengua codifica el conocimiento, los valores, las creencias y la
percepción del mundo de sus hablantes. El conocimiento de la situación que rodea
el discurso garantiza el éxito de la comunicación multilingüe. El trabajo de un
traductor o intérprete se basa en un discurso, ya sea hablado o escrito, inserto en su
contexto, ya que lo que les da el significado a las palabras. Este hecho deposita una
gran responsabilidad sobre los docentes de las carreras universitarias de
Traducción e Interpretación que deben ser capaces de transmitir esa necesidad de
conocer la cultura de la lengua de trabajo.

Es cierto que la lengua refleja nuestros pensamientos. Además, hace tiempo


existen las teorías de que los individuos interpretan el mundo también a través de
las formas gramaticales de sus lenguas (Adegbite 2017, entre otros). Lo mismo es
aplicable al tema de las diferentes posiciones sociales de hombres y mujeres, que es
un tema muy importante hoy día dentro del marco de la protección de los Derechos
Humanos. Las convicciones lingüísticas típicas de una lengua determinada revelan
las estructuras y bases sociales propias de su cultura. Así, un traductor o intérprete

161
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

debe reconocer, por ejemplo, las posibles distinciones en la posición y el trato


diferente hacia el hombre y la mujer y ser consciente de ello. El progreso hacia la
igualdad de género va a ritmo diferente en cada país y eso se refleja también en la
lengua. Situaciones vividas a veces en otras culturas, discrepan con la realidad
lingüística conocida por el alumno en la propia cultura y pueden causar conflictos a
la hora de desempeñar su labor de traductor o intérprete.

El presente estudio comparativo de los rasgos sexistas a nivel sintáctico y la


presencia de los micromachismos en la fraseología de las lenguas alemana, rusa y
árabe demuestra la necesidad de la enseñanza de las lenguas extranjeras con la
perspectiva de género dentro de la carrera de Traducción e Interpretación. Este
enfoque facilita el reconocimiento de los posibles micromachismos codificados en
diferentes lenguas, sensibiliza a los alumnos hacia el tema de desigualdad de género
y les ayuda a avanzar hacia la construcción de una sociedad más justa a nivel global.
Estamos convencidas de que, siendo el traductor o intérprete un embajador de la
paz y mediador intercultural (Collados Aís & Fernández Sánchez 2001, García Luque
2009, Hale 2010), mediante su trabajo juega un papel importante en la promoción
de las ideas más progresistas en las culturas donde la mujer todavía sufre más
desigualdad y en el avance del lenguaje inclusivo.

2. Orígenes y rasgos destacados de las lenguas de estudio

Para el presente estudio de la presencia del sexismo y de micromachismos en


la lengua, se ha decidido, por un lado, comparar dos lenguas de la misma familia
indoeuropea, pero de sus distintas ramas: germánica (alemán) y rusa (eslava). Por
otro lado, se ha pretendido hacer una comparativa con una lengua más lejana para
ambas – con la lengua árabe, que pertenece a la rama semítica meridional de la
familia afroasiática. Como base de la comparativa entre ellas, se utiliza la lengua
española, que también pertenece a la familia indoeuropea, pero a la rama de las
lenguas romances. Dada la elevada distancia geográfica entre las lenguas de la
familia indoeuropea y la afroasiática, por una parte, y el mayor progreso del
movimiento feminista en el mundo occidental, se esperaba detectar bastantes
diferencias en cuanto a la posición social de la mujer, en el sentido más desfavorable

162
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

y reflejado en las lenguas de estudio. Para la comprobación de esta hipótesis, y para


abarcar no solo el nivel léxico, sino también la cultura lingüística, se decidió hacer
un análisis conciso de esos rasgos a nivel tanto sintáctico como fraseológico de las
lenguas mencionadas.

3. Resultados del estudio de la presencia del sexismo y de micromachismos


en las lenguas alemana, rusa y árabe

3.1. Presencia de rasgos sexistas a nivel sintáctico

Si bien podemos partir de la versión lingüística estándar en los casos del


español, alemán y ruso, la lengua árabe ofrece rasgos diferentes si se habla, por
ejemplo, en el Magreb o en Oriente Medio. La lengua y la cultura árabe muestran
rasgos muy concretos con respecto a las diferencias que existen entre hombres y
mujeres. Sin embargo, habría que hacer un estudio detallado para distinguir entre
los países, dado que existen rasgos diferenciadores entre mujeres de diversos países
islámicos, incluso entre mujeres de un mismo país, donde conviven, como en el caso
de Egipto, las poblaciones cristianas coptas y musulmanas, cada una de ella con su
propia idiosincrasia y costumbres. Para acotar el estudio de esta lengua en concreto,
primordialmente los ejemplos que se han usado proceden del árabe estándar o al-
Fusha ‫الفصحى‬, aunque algunos sean también del uso dialectal.

Mientras se sabe bastante del movimiento feminista en Europa y sus avances


que saltan a la vista, tales como el lenguaje inclusivo, no se conoce mucho su
trayectoria en los países árabes. Así, por dar un ejemplo, en muchos países árabes
se pueden ver en el tranvía o incluso en la red de ferrocarriles, que hay un vagón
específico para mujeres ‫ عربة للنساء‬y el resto para hombres. Desde la perspectiva
occidental podría resultar discriminatorio, desde el prisma árabe, de respeto. En la
práctica, y por cuestiones típicamente culturales, resulta bastante cómodo, dado que
el piropo ‫إطراء‬, que por desgracia puede llegar a pasar al acoso, sigue muy vivo en
gran parte de la sociedad árabe. Como otro ejemplo de diferencias culturales
destacables de la posición social y de derechos de hombres y mujeres en Arabia
Saudita llama la atención el hecho de que, según la ley islámica, ‫شريعة إسالمية‬, las

163
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

mujeres tienen derecho a la mitad de la herencia que los hombres en una familia.
Por otro lado, existe la diferente percepción del machismo desde el punto de vista
de una mujer árabe en nuestro mundo occidental. Resulta curioso el planteamiento
de Fatema Mernissi (2001, p. 237), cuando afirma que en el occidente también existe
una especie de harén “El harén en Occidente”: «¡Gracias, Alá, por ahorrarme la
tiranía del harén de la talla treinta y ocho!»

También resulta llamativo que en la actualidad aún no exista un acuerdo


claro sobre la palabra que se pueda usar en árabe para referirse al género. Los más
conservadores hasta niegan el concepto de “género” en las sociedades árabes por
considerarlo un invento occidental (Badran, 2009, p. 317), aunque sin duda es un
debate vivo que crea tendencia mediante el uso. En árabe se usa la raíz ‫جنس‬, para
hacer referencia a todo lo relativo al sexo. Este tema sigue siendo un tabú y resulta
más hermético o menos en los diversos países árabes (El Feki, 2013, p. 97).

Para acuñar este nuevo concepto en árabe se han propuesto diversas formas
derivadas de la raíz ‫جنس‬, como por ejemplo ‫( االجتماعي الجنس‬sexo social), que fue
rechazado según Badran (2009, p. 312) por sus connotaciones pudorosas. Otras
expresiones que se han usado para expresar género son ‫ الجنس نوع‬o ‫ نوع االجتماعي‬o
‫( الجنوسة‬Mahbashi, 2016). En algunos países se ha optado por el préstamo directo del
inglés gender presentándolo en su grafía árabe ‫جندر‬. Lo mismo se puede decir de las
lenguas alemana y rusa, donde también se aplica los derivados de la palabra inglesa
gender: gendergerechte Sprache (o geschlechtgerecht) en el sentido del lenguaje no
sexista o гендерное равенство (igualdad de género) en ruso.

Al mismo tiempo, las cuatro lenguas en las que nos hemos basado resultaron
ser lenguas de género. A pesar de que en la lengua rusa no existen los artículos (sus
funciones asumen las terminaciones de los sustantivos), en las tres lenguas
indoeuropeas del estudio existen tres géneros (el/der, la/die, lo/das), incluyendo el
neutro (aunque usado en español en menor medida), mientras que en árabe se
distingue gramaticalmente el masculino y el femenino. A diferencia de otros
idiomas, el artículo determinante en árabe ‫ أل‬-no hace distinción entre el masculino
y el femenino, ni tampoco de número.

164
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

Pero también, curiosamente, aparece la forma del dual, para expresar por
ejemplo ellos, ‫هما‬, y vosotros ‫أنتما‬. Algunas palabras, incluso, tienen un sentido de
género neutral, como: personas, individuos y seres humanos ‫ أشخاص إنسان‬،‫أفراد‬. Al
nivel sintáctico llaman la atención los siguientes rasgos: los sustantivos y adjetivos
concuerdan en género y número en árabe, español y en ruso, pero también en
alemán, cuando los adjetivos acompañan al sustantivo, en el rol de adverbio son
iguales tanto para femenino como masculino: pequeño ‫صغير‬/ pequeña ‫صغيرة‬,
маленький (m)/ маленькая (f), klein / klein (pero kleiner Mann (m) /kleine Frau (f)).

Llama la atención la concordancia en el plural de algunos adjetivos de seres


animados en árabe. Habitualmente los adjetivos concuerdan con el sustantivo al que
acompañan en género, número y caso, si hacen referencia a un ser racional, salvo en
algunas excepciones en las que concuerda en femenino singular si se trata de un
colectivo que suprime la individualidad de las personas que lo forman (Cowan,
2005). Por ejemplo- Uds/Sie/вы vs. al árabe, donde al dirigirse a un hombre se
utiliza la palabra ‫( أنت‬aanta) y ‫( أنت‬aanti) para una mujer.

Resulta llamativo que el género femenino emerge en los pronombres


personales en la lengua árabe, donde en singular, la 2ª persona tiene formas
masculinas y femeninas (2ª tú: (m( ‫أنت‬, (f) ‫)أنت‬, pero la 1ª persona no. Ese rasgo falta
en las demás lenguas de estudio, donde no se hace distinción alguna y el género
femenino se funde con el masculino: tú/du/ты.

Igual que en español, también los plurales en la lengua árabe distingue entre
el masculino ‫( هم‬ellos) y femenino ‫( هن‬ellas), mientras que en las lenguas rusa y
alemana ese no es el caso. El plural de la 3ª persona es igual tanto para el género
femenino como masculino: sie/они, coincidiendo, incluso la forma sie en alemán con
el pronombre personal ella en la 2ª persona singular. Al mismo tiempo, el artículo
die de los plurales coincide con el artículo femenino en singular, dando más
visibilidad a este género.

No obstante, detectamos en ruso que el género femenino vuelve a


identificarse en los verbos, incluso en la 1ª persona, donde la conjugación del verbo,
por ejemplo, deber, sería distinto para hombre y mujer, mientras que el español y
alemán no hace distinción alguna: yo debo/ich muss: я должен (m) / я должна (f).

165
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Lo mismo pasa con los verbos en el pasado que deben ir concordándose con el
género: yo fui/ich bin gegangen - я пошел (m) / я пошла (f). También los verbos en
árabe marcan la forma de desinencia femenina, y se enuncia en tercera persona
masculina del singular del pasado y del presente (no existe el infinitivo): ‫يَد ُخل – دَ َخ َل‬.
Como se ve, dichos fenómenos sexistas no existen en las lenguas española y alemana.

El pronombre interrogativo en árabe funciona de la siguiente forma:


‫ َمن‬quien (idéntica para el masculino y el femenino ‫ ما‬que ‫ أي‬cual

‫َمن‬

َ‫¿ َمن أنت‬quién eres? (dirigiéndose a un hombre, se utilizaría la misma


partícula para una mujer). Se utiliza solo para seres animados y el mismo fenómeno
en forma única del masculino: quién/wer/кто vemos también en las otras lenguas.
Los indicativos y pronombres indefinidos: algún/a, uno/a, nadie, ningún/a, otro/a
coinciden en todas las lenguas de estudio, susceptibles a género.

3.2. La presencia de micromachismos a nivel léxico y fraseológico

Como hemos mencionado antes, la enseñanza de las lenguas extranjeras no


solo consiste en memorizar las lenguas gramaticales y dominar el vocabulario. En
las clases se suele y debe transmitir también los conocimientos culturales y sociales
de los países que hablen esas lenguas. Esas nociones completan la reconstrucción de
los esquemas sociales y lingüísticos típicos para cualquier lengua y ayudan al
traductor o intérprete a garantizar el éxito de la comunicación.

A los estudiantes españoles les sorprenderían muchos hechos condicionados


por las culturas diferentes, tanto como llegar a saber que en la Arabia Saudita está
prohibida la minifalda o poseer el carnet de conducir para una mujer hasta hace
poco tiempo. En cuanto a la sociedad alemana, otro hecho curioso típico tiene que
ver con las relaciones de pareja entre hombre y mujer, cuando, por ejemplo, a la hora
de pedir la cuenta en un restaurante siendo pareja o, incluso, casados, se paga por
separado. También en Rusia llaman la atención algunas costumbres que revelan

166
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

diferente posición social (tanto favorable como desfavorable) del hombre y mujer:
lo típico de presentarse con un ramo de flores que no debe faltar en una cita con una
mujer, o la obligación de cubrirse la cabeza con un pañuelo entrando en la iglesia
para mujeres y, al contrario, quitarse el gorro para hombres. El conocimiento
cultural y social hace posible la traducción o interpretación válida, añade un valor a
la comunicación y puede condicionar su éxito. Es importante sensibilizar a los
estudiantes hacia los hechos y convicciones típicas, también en cuanto a la presencia
de micromachismos en las lenguas para seguir avanzando hacia la igualdad de la
mujer.

Puede resultar sorprendente que, en los países árabes, al igual que en los
hispanoparlantes, las mujeres no pierden su apellido de soltera al casarse, y sin
embargo si lo hacen, por ejemplo, en la mayoría de los países occidentales y en Rusia,
donde tras el casamiento persiste el apellido del marido. Si bien existe la posibilidad
de mantener su apellido de soltera, poner un apellido compuesto o, incluso, que el
marido adquiera el apellido de la mujer, pocas veces se aplican esas prácticas y el
apellido de la mujer suele extinguirse antes con el paso del tiempo.

No hay que ir muy lejos para buscar las diferencias culturales de género
reflejadas en la fraseología de la lengua. Ya se pone de manifiesto en el caso del
saludo: Hola/Hallo/привет vs. ‫ مرحبا بك‬/ ‫[ مرحبا بك‬marhaban bika/biki] donde se ve
que en árabe existe distinción masculina y femenina, mientras que en otras lenguas
el saludo es universal. Lo mismo pasa con estas frases típicas: ¿Cómo estás?/Wie
geht´s?/ Как дела? / ‫[ كيف حالك‬keifa jaluka/juluki] /‫ كيف حالك‬.

Igualmente, puede ser percibido como un rasgo de micromachismo el uso


del nombre en la mujer de nombres de animales bellos en árabe, como la gacela ‫ريم‬,
o bien de flores ‫وردة‬, mientras al hombre se le da nombres de animales fuertes, como
león ‫أسد‬. El mismo fenómeno se observa también en la mayoría de los países
occidentales.

En cuanto a la estructura de una frase cuando figura un nombre en masculino


y otro en femenino, normalmente precede el masculino: el marido y la mujer/ ‫زوج و‬
‫ زوجة‬, al igual que son las convicciones conocidas en las demás lenguas de estudio:
Mann und Frau, муж и жена.

167
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

También cabe destacar que en los países occidentales o en Rusia hemos dado
un paso más adelante en cuanto al lenguaje inclusivo: Damas y caballeros /Sehr
geehrte Damen und Herren/ Дамы и господа, donde se menciona a la mujer en
primer lugar.

En cuanto al mundo laboral, en la actualidad, la mayoría de profesiones se


usan en masculino y femenino: Rechtsanwalt/abogado/адвокат (para ambos
géneros en ruso)/ ‫محامي‬/ Rechtsanwältin/abogada ‫محامية‬, aunque hay algunas
profesiones que son solo de uso femenino - comadrona/Hebamme/ акушерка / ‫قابلة‬,
niñera/Kindermädchen/няня/ ‫جليسة أطفال‬.

En alemán y ruso durante muchas décadas solo se conocían las formas


femeninas de las profesiones de la limpiadora o matrona: Hebamme (Wehmutter),
Putzfrau. De hecho, se tuvo que decretar en Alemania en el 1985 el permiso oficial
para hombres de estudiar la carrera para ser matrón. En 2013 constan en Alemania
3 hombres matrones – Entbindungspfleger, aunque el uso de Hebamme en masculino
también está ya permitido.

Resulta curioso el uso de la palabra matrona (акушерка) y matrón (aкушер)


en ruso, donde su forma femenina corresponde al trabajo de matrona, pero su forma
masculina hace referencia al médico-ginecólogo (o sea de mayor cualificación) que
se especializa en la atención de los partos.

Algo parecido sucede con la profesión de limpiadora. A pesar de ya aparecer


ambas designaciones en los anuncios de la búsqueda de empleo:
limpiador/limpiadora en ruso, su forma femenina (yборщица) tiene más de 23
millones de apariciones en el Google, mientras que su forma masculina (уборщик)
solo 5 millones. Más llamativa todavía es la situación con Putzfrau (limpiadora) y
Putzmann en alemán, que son 50 millones frente a 156.000 menciones
correspondientes. Hay que reconocer que también existe un nombre nuevo para su
forma masculina Putzkraft/Reinigungskraft (literalmente “fuerza limpiadora” con
492.000 menciones) que incluye ya ambos géneros. No hace falta que hablemos del
uso de tales palabras como, por ejemplo, ama de casa o niñera cuyas formas
masculinas apenas se usan en todas las lenguas de estudio.

168
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

Al igual que se han visto unos intentos poco afortunados de incorporar el


lenguaje inclusivo en español (presidenta, miembro, jueza, etc.), en la lengua rusa
aparecieron unas nuevas formas femeninas que no existían antes y suenan muy mal
o chirrían: aвторки (autora), докторки (doctora), инженерка (ingeniera),
шофересса (conductora), педиатрисса (pediatra), окулистка (oftalmóloga),
хирургиня (cirujana), etc.

Los germanoparlantes, en cambio, han afrontado el lenguaje inclusivo de una


forma más afortunada. A pesar de haber usado desde siempre la forma del plural
masculino para grupos de personas de ambos sexos, han encontrado las propias
formas donde su lengua les ha ofrecido facilidades. Así, la forma de dirigirse a los
estudiantes de ambos sexos y destacar que también se incluyen a las mujeres, en vez
de usar la forma del plural masculino conocido hasta ahora Studenten (terminado
en -en), se utilizan: StudentInnen (derivado del plural femenino de estudiantes
Studentinnen, donde se pone en mayúscula la -I-, conservando la terminación típica
para los plurales -en). También existen otras formas de expresar lo mismo:
Student_innen, Student*innen (comparable con el español alum@s), al igual que se
sigue repitiendo ambas formas: Studenten und Studentinnen.

A pesar de todos esos intentos de acercarse a la igualdad de género


ejemplificados arriba, los arcaísmos en cuanto a la opinión sobre la mujer en una
sociedad patriarcal siguen muy arraigados y se reflejan muy claro en los refranes
populares en todas las lenguas. Muchas expresiones denotan el desprecio, la
desvalorización, la objetivación e, incluso, miedo hacia la mujer. Así se conocen
expresiones parecidas en las tres lenguas de estudio:

‫( النسوان بنص عقل‬Las mujeres tienen la mitad de inteligencia que los hombres).

Ein Bauer bekommt leichter eine Frau als eine Kuh (un campesino consigue
más fácil tener una mujer que una vaca).

Gib einer Frau 10 Ratschläge, sie befolgt dem elften (Dale a una mujer 10
consejos, va a seguir al decimoprimero).

У бабы волос долог, ум короток (La mujer tiene pelo muy largo y el cerebro
muy corto).

169
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Бабью работу не видно (El trabajo de una mujer no se ve).

Eine Frau kann wenig erwerben, aber viel verderben (Una mujer puede
conseguir poco, pero estropear mucho).

Курица — не птица, баба — не человек (Un pollo no es un pájaro, una


mujer – no es persona).

‫( المرأة شيطان‬La mujer es un diablo).

!‫( البنت ما تطلع من بيت جوزها إال لقبرها‬La mujer no sale de casa de su marido, salvo
para su funeral (el de ella)).

Баба не бита только печкой (A una mujer solo no es pegada por un horno).

‫¡( مكانك في المطبخ‬Tu sitio está en la cocina!)

Fahrrad, Foto, Frau leihe man nie aus (Una bicicleta, una foto y una mujer
nunca se debe dar prestados).

Y aquí conocidas por todos expresiones ya más modernas sobre la mujer al


volante y en cuanto a sus habilidades técnicas:

Женщина за рулем – обезьяна с гранатой (Una mujer al volante es como


un mono con una granada).

Frau am Steuer – das wird teuer (Ungeheuer) (Una mujer al volante – eso va
a salir caro (es un monstruo)).

Frauen und Technik! (¡Mujeres y la técnica!).

4. Conclusiones

Tal y como nos lo demuestra el estudio realizado, resulta muy útil analizar
las lenguas a su nivel léxico y fraseológico para poder transmitir el estado de hechos
determinados reflejados en diferentes culturas y países. Ya que la enseñanza de las
lenguas extranjeras incluye la adquisición del conocimiento de otras culturas, que

170
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

es imprescindible para el trabajo de traductor, traductora o intérprete, se debe


aprovechar la ocasión para sensibilizar al alumnado sobre diferentes temas. Uno de
ellos es el tema de la igualdad de la mujer, cuyos avances son distintos en diferentes
países. Como se ha podido ver, todas las lenguas muestran rasgos sexistas y
androcentrismos, reflejados en su gramática y léxico general. No obstante, algunos
países han avanzado más en cuanto a los derechos de la mujer y el lenguaje inclusivo.
Los traductores y traductoras e intérpretes son protagonistas de la comunicación
multilingüe global, desempeñan el papel de mediadores y mediadoras
interculturales y deben prestar especial atención en el lenguaje inclusivo. Con su
trabajo pueden influir extendiendo las ideas avanzadas y las formas de uso de lengua
más justas y progresivas. Las docentes y los docentes universitarios tenemos la
obligación de seguir con mucha atención esos cambios que presentan las lenguas y
sus culturas que pretendemos enseñar y transmitirlos a nuestros estudiantes
despertando su curiosidad y su sed de saber para que se conviertan en eficaces
embajadoras y embajadores de la paz.

Referencias

Adegbite, T. (2017). Conflict and resolution: the roles of language, culture, gender and
literature. researchgate.net. (última consulta 23/02/2019).

Badran, M. (2009). Feminismo en el islam. Madrid: Cátedra.

Collados Aís, A. & M.M. Fernández Sánchez (2001). Manual de interpretación


bilateral. Granada: Comares.

Cowan, D. (2005). Gramática de la lengua árabe moderna. Madrid: Cátedra,

El Feki, S. (2013). Sex and the citadel: intimate life in a changing Arab world. Londres:
Vintage Books.

García Luque, F. (2009). Translation as a mediating activity: the influence of


translation metaphors in research, practice and training of the community
interpreting. Entreculturas 1, pp. 647-668.

171
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Hale, S. B. (2010). La interpretación comunitaria, la interpretación en los sectores


jurídico, sanitario y social. Granada: Comares.

Mahbashi, Q. (2020), Fī mafhūm al-ŷanūsa wa al-dirāsāt an-niswīya. Alsharq


http://www.alsharq.net.sa/lite-post?id=1472173 (última consulta 20/09/2020).

Mernissi, F. (2003). El harén en Occidente. Madrid: Espasa.

172
Explorando el “velo del lenguaje” en la construcción identitaria
y las relaciones entre hombres homosexuales

Jon San vicente Eguiguren


Universitat Jaume I
jsanvi92@gmail.com

Rosana Peris Pichastor


Universitat Jaume I
rjperis@uji.es

Sonia Agut Nieto


Universitat Jaume I
sagut@psi.uji.es

Resumen

Explorando el “velo del lenguaje” en la construcción identitaria y las relaciones entre


hombres homosexuales. Holísticamente se considera que las personas se forman en
el lenguaje, y que, por ende, el lenguaje se constituye como una dimensión central
en la creación de la identidad de los varones homosexuales. Por ello, se busca
desplazar la comprensión visión del género desde una como “sustancia natural”,
hacia su comprensión como un constructo social holístico de carácter temporal,
performativo y discursivo, que juega a un papel determinante en la producción de
la subjetividad de las personas, ayudando a comprender los símbolos e imaginarios
machistas que condicionan las relaciones dentro de la comunidad. Se indaga el
imaginario que en la actualidad origina unas expectativas que clasifican y crean unas
relaciones de poder desiguales entorno a lo masculino como lo ideal y lo femenino

173
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

como lo negativo, desarrollando un modelo único de vivir la homosexualidad entre


hombres. Por ello, utilizando técnicas de revisión documental, se busca conocer el
papel del lenguaje como “un atractor” en el desarrollo identitario que ayude a
identificar, en el marco del machismo, cuáles son las influencias del lenguaje en las
desiguales relaciones de poder que se constituyen entre los varones homosexuales.
Asimismo, se busca explorar las posibilidades que ofrece incorporar el lenguaje
como un pilar central en las luchas que busquen eliminar el machismo de todas las
diferentes relaciones sociales.

Palabras clave

Lenguaje, Machismo, Homosexualidad, Performatividad, Biopoder.

1. Introducción

Sera debido a la constitución mediante el lenguaje del sujeto que habla, que
el lenguaje no será únicamente un instrumento de expresión, sino que será la
condición de posibilidad del sujeto hablante. Es decir, que la propia existencia del
sujeto se encontrará implicada en el lenguaje (Butler, 2005). Tal es así que nuestra
existencia dependerá de ella, siendo el lenguaje lo que nos convierte en humanos
(Silvestri, 2019).

Y es que McNeil y Malaver (2010) mencionarán como “la experiencia y la


existencia de lo humano siempre se originan en el lenguaje y dependen de este para
su persistencia. El hombre existe y vive en un mundo netamente lingüístico, fuera
del cual la existencia no es viable” (p. 124). Asimismo, en una sociedad como la
occidental, en la que lo heterosexual es un deseo de masas y global, donde los
intereses son producidos o construidos sin la existencia de deseos trans-históricos,
innatos, apolíticos, lo que se elige, es concretamente nuestra propia opresión
(Silvestri, 2019).

Unos deseos que giraran entorno a la construcción de una norma, percibida


como esencial y previa al ser humano, que desarrollara una alteridad u otredad, que

174
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

será constituida como central en la justificación de la opresión que sufren las


personas emplazadas en los márgenes.

Y es que, los seres humanos, llegaran al mundo en un contexto en el cual el


lenguaje les precede. Un entorno, repleto de relaciones de poder, jerarquías sociales,
culturales y raciales, en la cual el lenguaje contendrá indeterminables palabras que
marcaran la posición del sujeto en estas jerarquías, así como sus respectivos límites
(Eribon, 2000). Aun así, tal opresión con una mirada hacia la otredad puede ser
recogida mediante el lenguaje para resituarse en una norma de masculinidad que
busque la adquisición de privilegios, frente a la subyugación de la feminidad en las
relaciones homosexuales.

2. Desde el tanato-poder a biopoder

La importancia que contiene la enmarcación del contexto histórico entorno


al poder se convierte en central al analizar el lenguaje como una herramienta que
responde ante ella y que conllevará la conversión del sujeto en un ser humano
(Castelar & Quintero Aguirre, 2012).

Un lenguaje que ejercerá mediante ella el poder, estableciendo las


estructuras de las relaciones mediante el propio discurso (Rojas B. & Suárez G.,
2008). Un poder denominado biopoder, que reprimiendo buscara producir sujetos
(Silvestri, 2019) mediante unas tecnologías disciplinarias, emergidas en el siglo
XVIII, con la finalidad de convertir los cuerpos, en cuerpos dóciles (Toscano-López,
2008).

Un biopoder que, trasladará el poder al cuerpo mediante la conversión del


cuerpo en un elemento de control. Un termino acuñado por Michel Foucault en el
libro Historia de la sexualidad: la voluntad del saber, que perseguía definir “la
intervención ya lograda del poder sobre la vida individual y sobre los cuerpos”
(Tejeda, 2012, p. 17).

Este periodo central en la represión, al percibir que “para la economía del


poder, era más eficaz y rentable vigilar que castigar” (Foucault, 1999, p. 298),

175
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

desplazó el poder desde un tanato-poder que se ejercía bajo la política de dejar vivir
o matar, hacia un poder “destinado a producir fuerzas, a hacerlas crecer y ordenarlas
más que obstaculizarlas, doblegarlas o destruirlas” (Foucault, 1976, p. 122).

Estas tecnologías que aspirarán a manejar las vidas de las personas,


exponiendo como estas han de vivirlas, tendrán como base central la creación de
individuos adecuados a las necesidades de la nación en una alianza poder-estado.
Una finalidad que se vería perseguida debido al crecimiento de las ciudades y la
industrialización de las vidas, que requerirían de una población mayor, más fuerte,
más dócil y sana (Foucault, 1976). Aun así “el poder no es una estructura, no es cierta
potencia de la que algunos estarían dotados: es el nombre que se le presta a una
situación estratégica compleja en una sociedad dada” (Foucault, 1976, p. 86).

Es decir que el poder, es el nombre atribuido a esa complejidad (Butler, 2005)


y que según Foucault (1976) se creará junto al capitalismo. Un sistema capitalista
que, en su origen, Silvestri (2019) no lo relacionará únicamente con la revolución
industrial, sino que también con la creación del individuo de John Locke desde unas
corporalidades previas, y que abrirían paso a la emersión del sujeto.

Un biopoder que comenzó a construir individuos en un periodo en la cual se


instauró el concepto de identidades naturalizadas y que, por ende, también se
revelará como un constructo creador de identidades, Unas identidades que pasarán
a observarse como estáticas. En este proceso esencialista que buscará la
encarnación de las normas, mediante una operación metafísica que persigue
organizar las categorías (Silvestri, 2019), la medicina jugaría un papel crucial.

Una medicina que colaborará en la naturalización de la identidad desde el


nacimiento de las personas mediante una forzosa dicotomía entre hombres y
mujeres, y en la cual, si naces hombre, se te inscribirán unas características como la
virilidad, fuerza o como relacionarse entre otros. Es decir, proyectando en los
cuerpos lo que deben ser y como han de relacionarse. Una organización del universo
que Wittig (2005) lo analizara con la introducción de la heterosexualidad como
régimen político y la cual, en su opinión, produciría unos cuerpos varones
beneficiarios y de mujeres perjudicadas.

176
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

Una norma que nos realizará como sujetos, nos producirá materialmente y
formará el cuerpo. Un proceso de formación del cuerpo que también formara la
manera de pensar, sentirse o de relacionarse (Silvestri, 2019). Concretamente, este
cambio en el paradigma, basado en naturalizar aquellas construcciones sociales,
será imprescindible para comprender el poder lingüístico que construirá cuerpos
vivibles y cuerpos que no, en los que se encuentras entre otras, las disidencias sexo-
genéricas.

Unas identidades homogeneizadas, que se encontrarían organizadas de


manera totalizante, mediante la ciencia, la cual fue el aparato de creación de la
verdad, desmarcándose de la superstición, mitos o la religión (Silvestri, 2019). Una
identidad que no ha sido siempre comprendida de este modo, ya que “eso de
nombrarse sexualmente de cierta manera nunca había ocurrido hasta el siglo XIX”
(Silvestri, 2019, p. 29). Ello no prescinde de la previa existencia de otras
organizaciones sociales, pero estas no se basaban en la dicotomía de dos categorías
opuestas, mediante las cuales se fijan unos comportamientos concretos que
desarrollaran privilegios de una categoría frente a la otra.

En cambio, diferentes personas como Foucault o Butler identificarán la


identidad como un aspecto más complejo y alejado del esencialismo. Concretamente
para Foucault, la identidad será fruto de unos procesos políticos. Mientras que
Butler (2018) describirá la construcción de la identidad mediante actos
performativos repetitivos y constantes que terminaran por domesticar a las
personas, definiendo como estas han de ser. Una performatividad que comenzará
antes incluso del nacimiento de la propia persona y en la cual el discurso tendrá un
gran peso.

3. La producción discursiva en la construcción de identidades

Como se mencionó, en la formación de los sujetos, el lenguaje tendrá un papel


estratégico mediante la subordinación y exclusión de los cuerpos (Castelar &
Quintero Aguirre, 2012). Y es que, “el sujeto es constituido en el lenguaje a través de
un proceso selectivo que regula los términos de la subjetividad legible e inteligible”

177
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

(Butler, 2005, p. 72). Unas condiciones de inteligibilidad “formuladas en y por el


poder… [y que] escapa a los términos de legibilidad que el mismo produce” (Butler,
2005, p. 221). Una inteligibilidad social, que para Butler (2018) es comprendida a
partir de la matriz heterosexual, que naturaliza los cuerpos, géneros y deseos.

Una matriz que influenciará la manera en la que un cuerpo es interpretado,


leído o percibido, ofreciendo un mayor reconocimiento social, a aquellos cuerpos
con un mayor ingreso en la matriz. Destacando como a mayor inteligibilidad “más
privilegios, mejor te va a ir, mejor trabajo, más amigas, te vas a llevar mejor con la
gente, te va a parar menos la policía, menos problemas vas a tener, cuanto más
inteligible seas en términos heterosexuales. Cuanto mayor problemática presentes
en términos de esta organización binaria de la heterosexualidad como régimen
político más problemas vas a tener, más inteligibilidad social vas a perder, hasta
llegar a puntos donde no tenes ninguna inteligibilidad social” (Silvestri, 2019, p. 38).

Una matriz heterosexual que se situará en relación con el lenguaje para poder
producir cuerpos (Butler, 2018). Una lengua que tendrá un papel central en la
trasmisión de los modelos de vida, mediante la cual un miembro de ella, debido a ser
“por medios de los discursos […] como se trasmiten los saberes e ideas, que inciden
directamente en la conciencia colectica” (Rojas B. & Suárez G., 2008, p. 53). Lo que
Eribon (2001) destacaría como se modelan las personalidades mediante “el choque
de la injuria: agresiones verbales que dejan huella en la conciencia” (p. 29).

Un acto que indicará como se ha de actuar dentro de la sociedad y en los


diferentes y diversos grupos sociales, adoptando así unos pensamientos y formas de
actuar, creencias y valores, y la cultura (Halliday, 1994). Siendo la cultura todo lo
que se aprende en un entorno social a través del lenguaje (McNeil & Malaver, 2010)
y que abrirá paso a una cultura completamente heterosexual.

Además, debido “a su carácter reiterativo, el lenguaje es una vía que


continuamente repite voces ajenas y así revitaliza las normas y costumbres de un
grupo humano, voces que imponen la disciplina, orden social y adecuación a las
necesidades productivas” (Castelar & Quintero Aguirre, 2012, p. 214). Y es que la
función retorica en la cual se encuentra la heterosexualidad, poetizará los actos de

178
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

habla, persiguiendo la aceptación con obligatoriedad la concepción de: serás


heterosexual o no serás (Silvestri, 2019).

Una poetización “mediante los equipamientos, aparatos y dispositivos al cual


el cuerpo se ve conectado sine qua non desde el nacimiento hace que la propia
subjetividad convierta el propio deseo en el medio de la opresión, fetichizando esa
opresión mediante el amor romántico, por ejemplo, entre otros aparatos de captura
y disciplinamiento” (Silvestri, 2019, p. 153).

Si damos por valido que el lenguaje es aquello que nos convierte en humanos,
observamos como el lenguaje desplazará a zonas marginales a ciertas
corporalidades, creando una norma que producirá unos cuerpos como orden mayor
y otros como variable menor y es que hablar de una diferencia ya presupone
reconocer la existencia de una norma. Una norma en la cual la única sexualidad
natural, sana, respetable o legal es la heterosexual (Silvestri, 2019), aunque Hall
(1996) destacara, como la identidad no se puede comprender como una totalidad,
sino que siempre se identificara una falta o una sobre determinación.

Además, es constituida en relación con una alteridad “actuando a través de la


diferencia, entraña un trabajo discursivo, la marcación y ratificación de limites
simbólicos, la producción de «efectos de frontera» como característica necesaria
para desarrollarse, construyendo un afuera constitutivo del cual buscara
diferenciarse. Necesitará lo que queda afuera, su exterior constitutivo, para
consolidar el proceso” (Hall, 1996, p. 16).

Un término de otredad en la cual una persona reconocería su propia


identidad, al reconocer la existencia del otro y en la cual se cimienta el proceso
performativo de la masculinidad. Y es que, la sociedad occidental se basa en el
predominio de la diferencia en la cual se esforzará en mostrar la diferencia, por un
lado, como natural y constitutiva y, por otro lado, sexual y biológica (Silvestri, 2019).

Un reconocimiento del afuera como requisito necesario, ya que la identidad


“no puede ser pensada con un concepto que cobra sentido por sí mismo, su
comprensión se instala dentro de un sistema sexo/género especifico, ya que en este,
tanto la masculinidad como la feminidad se encuentran mutuamente implicadas y la

179
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

posición que una ocupe tiende a definir y a afectarse por la que la otra parte ocupe”
(Schongut, 2012, p. 42). Es decir que la identidad se construye mediante la
interacción dialéctica con la alteridad, como podría ser el hombre ante la mujer, la
masculinidad frente a la feminidad o una masculinidad hegemónica frente a una
masculinidad subordinada (Schongut, 2012).

Unas masculinidades que será posterior al siglo XIX y la cual se inscriben en


los contextos europeos y americanos y por ende no han de ser consideradas como
producciones transhistoricas o transculturales (Schongut, 2012) y que tendrá como
finalidad la justificación de la opresión y una opresión que a su vez crearía la
discriminación (Silvestri, 2019).

4. Desde una normatividad hacia la alteridad

Como se destacó anteriormente, la norma nos hace, nos realiza como sujetos,
nos produce materialmente, formando tanto el cuerpo como la identidad y, por
ende, también formará la manera de sentirse o de pensarse (Silvestri, 2019). Una
norma que se volcará en el cuerpo de las personas y en la cual, en el momento de
adiestramiento, terminará creando individuos (Toscano-López, 2008).

Una “cultura oficial” que buscara ejercer su poder mediante la imposición de;
normas culturales-ideológicas, un biologismo injustificado y mediante la
implantación de sanciones a todos aquellos sujetos no se ajustan al modelo
hegemónico (García-Canclini, 1981, citado por Vázquez-Martínez, 1999). En opinión
de Foucault, “este dispositivo posee su propio régimen de luz para hacer ver, el cual
es la norma, y su propio régimen de enunciación para hacer hablar” (Toscano-López,
2008, p. 47). Una enunciación que tendrá efectos materiales, creando individuos
dóciles, produciendo esclavos sin amo (Silvestri, 2019).

Una norma que se encuentra fundamentada en occidente con “la categoría de


el otro. El otro es lo que no es uno, dice el régimen” (Silvestri, 2019, p. 30). Una
alteridad en la cual se situará la teoría queer, ya que lo queer se escribe y se piensa
desde la otredad, como una revisión crítica entorno a los feminismos y estudios
LGBTIQA+.

180
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

Una heterosexualidad como régimen político que nos hará creer que “este es
el mejor mundo posible. Y que las relaciones de organizaciones de los géneros, las
relaciones económicas, todo esto, es la única manera y que siempre existió”
(Silvestri, 2019, p. 93). Un contexto en la cual la masculinidad no es de carácter
esencialista y que, por ende, obligara a las personas percibidas como hombres a
remarcar constantemente su masculinidad mediante diferentes conductas, pruebas,
performatividades, premios y castigos, premiando la agresividad y rechazando
conductas como la pasividad.

Como destaca, “siempre tenemos que estar listos para demostrar nuestra
hombría cada vez que sea cuestionada. Nunca podemos sentirnos relajados y
tranquilos respecto de una masculinidad que puede ser puesta a prueba en
cualquier momento” (Seidler, 1995, p. 81). Y es que esa necesidad performativa es
necesaria ya que “la homofobia es parte integrante de la masculinidad heterosexual,
y significa reafirmar que no se es homosexual y mostrar que se es heterosexual”
(Cruz-Sierra, 2002, p. 13). Y es que la masculinidad debe de ser dominantes, racional
(lo que les ha permitido legislar), independientes, autosuficientes, sin necesidades
emocionales. (Cruz-Sierra, 2002) y lejos de la otredad: la homosexualidad.

5. Desde la otredad hacia la norma

A pesar de comprender diferentes masculinidades y de haber mencionado la


masculinidad heterosexual esta también ha sido se ha convertido en un papel crucial
en la construcción de la identidad homosexual e incluso podríamos destacar la
homofobia como parte de la construcción de identidades masculinas en general
(Cruz-Sierra, 2002). Y es que “estas identidades también toman forma en el contexto
heterosexista” (Gómez-Beltran, 2019, p. 42).

Debido a que en las sociedades euroamericanas contemporáneas la identidad


de hombres como homosexuales se destaca como una fuerte masculinización
durante el siglo XX, rechazando las conductas denominas como femeninas dentro se
la subcultura gay e incluso definiéndolas como perjudicantes para la reputación del
colectivo (Ariza, 2018). Y es que, en la búsqueda de la reafirmación de modelos

181
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

hegemónicos corporales, se ofrece la noción del cumplimiento y la reproducción de


los roles de género como ventajosas, buscando adecuarse principalmente al rol
masculino, hacia un concepto de hombres de verdad y menospreciando a aquellas
personas consideradas más femeninas (Ariza, 2018).

Una homosexualidad situada anteriormente en la otredad, que buscaría


mediante la heteronormalización, es decir, la adquisición de las conductas
heterosexuales como las únicas validas, desplazar la mirada de alteridad hacia la
feminidad dentro de las dinámicas homosexuales. Una mirada hetero-
normalizadora, que creara su propia otredad. Y es que:

“La masculinidad, que en la subcultura gay es una metáfora para la construcción


erótica del deseo, se convierte en el universo heterosexual en algo real a lo que
hay que adecuarse. Hay que ser macho de manera constante, todo el tiempo, sin
descanso. Y lo que es más importante: hay que hacer saber a los otros que se es
macho. Hacerles saber que no se admiten intrusiones en su espacio ni en su zona
de poder. Esos espacios y esas zonas de poder incluyen a las mujeres. Pero,
curiosamente, incluyen también los aparcamientos para coches, hay varones que
pelean por ellos. Y tienen accidentes de tráfico porque no pueden soportar que
alguien les adelante. Y tienen accidentes laborales porque entiendes que respetar
las normas de seguridad es poco masculino. Y padecen alcoholismo por que beber
es de hombres. Y mueren para intentar demostrar que no son unos cobardes. Y
pelean y matan si alguien menciona a sus madres, porque como varones entienden
que deben proteger a sus madres, por que como varones entienden que deben
proteger la honra femenina, por mucho que las mujeres insistan en que no es
necesario. Y, por supuesto, se enfadan si su masculinidad es cuestionada, los
varones soportan que se les llame maricas” (Guasch, 2007, p. 129).

Un marco hetero-normalizador en la cual la feminidad es mayormente


rechazada, se encuentra según Saúl Ariza (2018) en las aplicaciones de contactos.
Debido a que las aplicaciones ofrecerían la posibilidad de una creación del “yo” al
margen de la realidad, con la incorporación de conductas sociales sancionadas
(Gómez-Beltran, 2019). Un entorno en la cual se fomenta la hiper sexualización de
los cuerpos musculosos, considerados como cuerpos hegemónicos (Enguix &
Gómez-Narváez, 2017).

182
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

Y es que la representación personal implica un proceso con abundantes


significados con la identidad, el cuerpo, autoestima, empoderamiento, expresión, la
automarca, autopromoción y la mercantilización y deben ser consideradas como el
resultado de un proceso contextual (Enguix & Gómez-Narváez, 2017).

Concretamente, los diferentes estudios que se han llevado a cabo se observan


como la adquisición de la norma, en la construcción de la identidad homosexual
adquiere y reproducirá la misma normativa que la oprimió.

Alcanzando un imaginario en la cual la negación de la pluma o el rechazo al


ambiente gay “suelen ser premisas fundamentales para establecer siquiera el
contacto verbal con algunos de los usuarios por lo que entienden que la unión entre
la masculinidad y el ambiente no es comprensible de acuerdo a la configuración
social” (Gómez-Beltrán, 2016, p. 143). Saul Ariza (2018) en un análisis llevado a cabo
en la aplicación Wapo, diferencia tres elementos discursivos observados en los
perfiles, (i) la apología a la masculinidad, (ii) campaña en contra de la feminidad y,
(iii) quienes ensalzaran la discreción.

Por un lado, el elogio a la masculinidad, que se trasladara desde un ámbito


lingüístico también a la imagen de los perfiles, convirtiendo la masculinidad en un
elemento central de los perfiles (Ariza, 2018). Un componente que incluso llegará a
verse reflejado en la autopresentación como masculino, con nombres de perfil con
referencia a ello, como por ejemplo el uso de masculino o machote en el propio
nombre de perfil (Ariza, 2018).

Por otro lado, la masculinidad se traslada de la autoimagen, al requerimiento


como característica de la otra persona de manera casi homogénea, mediante el uso
de frases como «machote busca machote», refiriéndose a una persona masculina que
es merecedora de un acompañante de otro hombre de verdad (Ariza, 2018). El uso
del término masculino en los perfiles de aplicaciones móviles según Gómez-Beltrán
(2016) hace referencia a una característica de la propia persona, así como una
requisito o exigencia a la hora de contactar con alguien, estando la masculinidad
“asociado de forma casi indisoluble a un determinado tipo de comportamientos,
actitudes, e incluso estética, que impide la contemplación de una apertura del
término a otras realdades” (p. 145).

183
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Además, en ese rechazo a la feminidad “se establece que la normalidad de un


hombre es comportarse de manera masculina y, en conciencia, los hombres que
presenten o digan presentar algún tipo de feminidad parecen quedar excluidos del
sistema de deseo” (Ariza, 2018, p. 460). Una conducta que llevara al 57% de los
hombres que hacen uso de Grindr, a destacar la mala imagen que frecen del colectivo
los homosexuales afeminados (Ariza, 2018).

Por otro lado, Iván Gómez (2019), destacará como el 38.6% de los perfiles de
Grindr, hacen uso de fotografías en las cuales se observaban sus cuerpos, mediante
la enfatización de características masculinas como el torso, haciendo referencia a
que “si hay otros aspectos que no se mencionan es porque son ambiguos o bien no
ratificarían con rotundidad su masculinidad” (Gómez-Beltran, 2019, p. 52). Y es que,
el pecho se convierte en una característica para ser consumida, pudiendo ofrecer
una ventaja competitiva ante el resto (Bonner-Thompson, 2017).

Otro de los aspectos que resaltan, es el rechazo de la gordura dentro de la


comunidad gay, debido a que además de ser relacionada con la feminidad, está se
encuentra “marcada por el sexismo y el rechazo de lo que se considera el modelo
hegemónico del varón activo y capaz físicamente… [además] se considera que estos
hombres poseen mayor nivel de estrógenos en sus cuerpos […] que remite a la
creencia de que el hombre gordo posee menos capacidad sexual, así como un peque
más pequeño y, por último, el desarrollo del pecho como la muestra evidente de la
relación entre la gordura y feminidad ” (Gómez-Beltran, 2019, p. 54). Al fin y al cabo,
los cuerpos “musculosos y tonificados […] se han convertido en una forma deseable
de una masculinidad juvenil encarnada” (Bonner-Thompson, 2017, p. 1618).

Otros de los aspectos observados dentro de las relaciones entre hombres


homosexuales, es la pretensión de lo masculino como una identidad que busca
escapar de una reflexión extensa o la locura del “marica” como categorías femeninas,
así como del rol pasivo en el ámbito sexual (Gómez-Beltrán, 2016).

Un contexto sexual en la cual el activo es una de las principales características


de masculinidad. Mientras que, por otro lado, el sujeto que adquiere un rol pasivo es
leído como una feminización de la persona, y que encasillará de manera
homogeneizadora la idea de que los homosexuales más femeninos juegan un rol más

184
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

pasivo. Una característica de la cual buscarán alejarse ciertas masculinidades,


debido a que la masculinidad requiere de esa necesidad de comportamiento
penetrador (Gómez-Beltrán, 2016).

Y es que, como se mencionó anteriormente, la masculinización de la


homosexualidad es una característica premiada dentro de la jerarquía social,
pudiendo observarse en que los hombres homosexuales con un comportamiento
más masculino llegan a sufrir un 33% menos agresiones en la escuela (Ariza, 2018).
Unos comportamientos machistas que repudiaran lo femenino, empujándolo hacia
la otredad y las cuales serán interiorizados mediante un sistema coercitivo entorno
a la cual giraran la idea de la normatividad (Gómez-Beltrán, 2016).

6. Posibilidades: vías de fuga

Finalmente, y tras observar la existencia de ciertas corporalidades que son


empujadas a los márgenes por el poder hegemónico, Foucault (1976) mencionara
como “donde hay poder hay resistencia” (p. 88), siendo esta algo movible o
trasladable de un punto a otro. Y es que, si las personas estamos formadas en el
lenguaje, este poder constitutivo precederá y condicionará cualquier decisión que
tomáramos (Butler, 2005). Aunque, por otro lado, si comprendemos la identidad
como una característica construida, esta puede romperse o mutarse.

Es decir, “[l]a fisura en el lenguaje es garante de una posible transformación


del mismo” (Derrida, en: Castelar A., 2008, p. 93). Y es que la imposibilidad de los
actos de habla de ser fijados, podrían conllevarlo a la reapropiación por parte de las
propias personas señaladas, a invertir sus efectos buscados anteriormente y
producir nuevas y futuras formas de legitimación (Butler, 2005). Una liberación y
contextualización de los términos como ha podido observarse en “Queer”, “maricón”
o “bollera” entre otros. Un ejemplo de algunas luchas contra las exclusiones que han
terminado con la reapropiación de los términos con el fin de configurar un futuro
diferente (Butler, 2005).

Una visión que compartirá con Hall (1996) quien señalará como “la
identificación […] no está determinado, en el sentido de que siempre es posible

185
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

«ganarlo» o «perderlo», sostenerlo o abandonarlo” (p. 15). Y es que, cuando nos


llaman mediante un nombre insultante, somos menospreciados y degradados, pero
paradójicamente, también se nos da una existencia social, abriendo posibilidades
(Butler, 2005).

Aun así, uno de los principales problemas que indicará Silvestri (2019), es la
imposición de la lengua colonial, con la imposición de sus propias categorías por
parte del mismo régimen que te oprime. Y es que, si el pensamiento se encuentra
organizado en el lenguaje, si la única opción se basa en pensarse mediante el
lenguaje que te oprime, se imposibilita la creación de sus propias categorías y en
definitiva el pensarse. Y es que, concretamente lo primero que llevara a cabo el
lenguaje del régimen, es imponer su propio idioma como única vía para
comunicarse. Aun acto que podría ofrecer líneas de fuga, consistente en opciones de
comunicación incomprensibles para el propio sistema. Una de las alternativas ante
esta realidad, se ha llevado a cabo con el lenguaje Polari, o el Tango Lunfardo.

Concretamente el lenguaje Polari, fue una lengua utilizada selectivamente


entre la comunidad homosexual, militares navales y personas animadoras
ambulantes, aunque mediante la apertura del acceso de la lengua, perdió su
finalidad de ser una lengua secreta (Taylor, 2007). Una lengua con las sintaxis del
inglés, así como gran parte de su vocabulario, pero que al final y al cabo, podría
servir como vía de supervivencia (Taylor, 2007).

Y es que ha que fugarse de las categorías impuestas que no son naturales, ni


biológicas, dejando de hacer algunos aspectos del contrato social impuesto por el
régimen, buscando desligarnos a la esencia y a la preservación de la norma.
Acompañarse de nuevas sinergias, apostando por nuevas estructuras relacionales
(Silvestri, 2019). Y es que la libertad hay que construirla, no es algo que viene dado
(Davis, 2017). Por ello hay que:

“Desquiciar el género, volverlo loco, devenir imperceptibles es tanto no se sepa


quienes o que somos, como somos, como vivimos, que deseamos, como cogemos y
con quienes; utilizar la sexualidad que usualmente desborda el género para
deconstruir y desnaturalizar nuestra humanidad generalizada, para que el
género deje de responder al orden heterocapitalista” (Silvestri, 2019, p. 164).

186
CAPÍTULO 2. LENGUAJE Y PODER

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188
CAPÍTULO 3
La educación
en la palestra
Análisis de género y micromachismo en revistas de educación de
reconocido prestigio

Antonio Nadal Masegosa


Universidad de Málaga
antonionm@uma.es

Resumen

Las instituciones que regulan la evaluación de la calidad y la acreditación docente


universitaria en el Estado español, así como la normativa jurídica que regula la
actividad investigadora universitaria, determinan cuáles son las publicaciones de
reconocido prestigio, dentro de las cuales el profesorado universitario se ve
obligado a publicar artículos y/o investigaciones si desea aspirar a la acreditación
que le permita optar a lograr plazas de ayudante doctor/a, contratado/a doctora/a,
titular o catedrático/a.

A través de la presente investigación, se logra conocer qué es Journal Citation


Reports (JCR), quién lo posee, y cuáles son las revistas de educación que pertenecen
a dicha base de datos, es decir, que están indexadas.

Gracias a la etnografía virtual, es posible el acceso a las publicaciones objeto de


estudio, lográndose una observación analítica pausada, en este caso, siempre
mediada por ordenador. La obtención de datos no implica una mera posterior
descripción aséptica de resultados, sino que se constituye en el camino a través del
cual fundamentar una visión crítica del estado del arte, cuya situación, aunque
quede evidenciada, no implicaría razón de continuidad alguna.

El objetivo principal de la investigación refleja el deseo de conocer la ausencia, o


presencia, y en qué grado, de los conceptos género y micromachismo en los
artículos, escritos e investigaciones de números del año 2020 de tres revistas de algo

191
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

impacto concretas, siendo por tanto las fuentes primarias las que nos aportan un
conocimiento tanto inequívoco como comprobable en base al seguimiento
metodológico pertinente.

Palabras clave

Educación, género, indexación, investigación, micromachismo.

1. Introducción

La Agencia Andaluza del Conocimiento (AAC) y la Agencia Nacional de


Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) consideran que son revistas de
reconocido prestigio las que ocupen posiciones relevantes en los listados por
ámbitos científicos en el Subject Category Listing del Journal Citation Reports (JCR)
(AAC, 2017), “del Science Citation Index (SCI), del Social Sciences Citation Index
(SSCI) y del Arts and Humanities Citation Index (AHCI) (Institute of Scientific
Information, -ISI- Philadelphia, PA, USA), en el Philosopher’s Index, en el Répertoire
Bibliographique de Louvain o similares” (ANECA, 2007, p. 2). En la actualidad, hay
131 revistas españolas en el ranking JCR, “con un simbólico 1,076% de la base de
datos (lo que demuestra que nuestro tejido editorial científico es raquítico). De este
superselecto listado, solo 14 revistas están posicionadas en Q1 (solo un 10% de las
españolas)” (Aguaded, 2020). El ranking JCR se encuentra en el portal de WoS (Web
of Science). Antes de profundizar en el conocimiento de la presencia, o ausencia, de
temáticas relacionadas con el género y el micromachismo, es probablemente preciso
indagar sobre estas siglas en inglés que probablemente tan poco indiquen a
personas ajenas a la docencia universitaria, pues estudios sin la variable contextual,
bajo mi punto de vista, ofrecerán resultados incompletos, desubicados, y hasta
irrelevantes e irreales.

Como estudiante primero y, posteriormente, licenciado, doctorado, máster y


doctor, no recuerdo haber oído o leído nunca las siglas JCR. Solo leí algunos artículos
de una sola de las revistas indexadas en esa base de datos, que no implicaron una
gran aportación académica personal, y fue tras el acceso a la docencia universitaria

192
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

cuando conocía la prácticamente imperiosa necesidad, según la ANECA y la


Dirección de Evaluación y Acreditación de la AAC, de publicar en revistas de un
ranking ajeno hasta entonces a mi vida profesional, hecho que se transformaba en
trascendental en caso de desear continuar en la enseñanza universitaria, dado que
un artículo en una de estas revistas valía y puntúa más que un año entero de
docencia, e incluso más que un libro completo, es decir, alguien que no hubiera
ejercido la docencia en su vida ni escrito libro alguno, con dos artículos JCR, podría
ocupar mi puesto de trabajo tras solicitarlo en la convocatoria pertinente, pues
tendría más puntos. Es fundamental saber qué es JCR: “Algo que ha sido mitificado
por el mundo académico y sin embargo en realidad es un emporio macro-mercantil
que dicta certificados de calidad o de invalidez académica. Numerosos profesores de
los Estados Unidos parecen adorar a estas tres letras” (Reig, 2014, p. 2).
Resumidamente, JCR califica, según su criterio, el relativo impacto y la presunta
relevancia de las que considera principales revistas científicas, pero no en la
sociedad, sino de una forma, en mi opinión, endogámica, es decir, no se mide el
número general de lecturas, o si lo escrito e investigado ha supuesto alguna
modificación en alguna política social, económica, científica o similar, sino
cuestiones como el número de citas entre pares, por decirlo de algún modo, de ahí
lo de endogámico. Es decir, si alguien tiene por campos de investigación la historia
de la educación, género, o micromachismo, sus aspiraciones en revistas
habitualmente cuatrimestrales, o semestrales, con índices de rechazo de artículos
en algunos casos de más del 90%, lo tiene realmente complicado. En el Estado
español, la relevancia de JCR tiene rango normativo, encontrándose por ejemplo
como requisito en la Resolución de 12 de noviembre de 2019, de la Comisión
Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora, por la que se publican los
criterios específicos aprobados para cada uno de los campos de evaluación, dentro
de todos los cuales está JCR, salvo en el de derecho y jurisprudencia.

El monopolio del prestigio JCR hace unos años pasaba a ser duopolio,
compartido con la base de datos Scopus, propiedad de otra multinacional, Elsevier
(Paniagua, 2014). Precisamente la antigua propietaria de JCR, Thomson Reuters,
aunque en otro campo específico, ya fue investigada por monopolio (EFE, 2009). La
citada multinacional vendería WoS por más de tres billones de dólares (Grant, 2016)
a Clarivate Analytics, que fue parte de la propia Thomson Reuters, pero que como

193
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

posteriormente independiente sería comprada por las empresas de capital riesgo


Baring Private Equity, cuya propiedad es hoy del holandés Grupo ING, y Onex
Corporation, con sede en Toronto, Canadá. Clarivate se fusionaría además con otro
fondo de inversión, la multinacional norteamericana Churchill Capital, en 2019, en
una transacción que implicaba un valor empresarial inicial de 4.200 millones de
dólares (Singh, 2019). Hoy Clarivate tiene su sede principal en Philadelphia, y con la
holandesa Elsevier, son la cúspide de un modelo “que propicia una cultura del
impacto y la citación, y que además supone la salida de cantidades elevadas de
dinero público para alimentar a empresas que en la práctica privatizan un
conocimiento gestado con fondos públicos” (Munárriz, 2017). Probablemente queda
claro el ánimo de lucro de las multinacionales que controlan el prestigio.

2. Metodología

En la actualidad, la totalidad de las revistas de educación en el ranking JCR


son digitales, por lo cual la metodología empleada no puede alejarse de las fuentes
primarias del conocimiento. La tecnología, más si cabe en base a las circunstancias
acaecidas tras la declaración por parte de la Organización Mundial de la Salud de
pandemia mundial por Covid-19, ocupa, queramos o no, un papel preponderante en
las vidas de quienes vivimos donde hay acceso a dicha tecnología. La comunicación
mediada por ordenador ha sido, y probablemente quizás siga siendo, una constante
en la docencia universitaria.

La investigación en un alto número de campos, y en el ámbito que ahora nos


ocupa, se relaciona directamente con la etnografía virtual, desde un planteamiento
de conocimiento emergente. La inmersión inicial, el diseño de la investigación, el
establecimiento de objetivos, la recogida de datos, y el análisis e interpretación de
los mismos, como ocurre dentro de un paradigma como este, surgió y se mantiene
como un permanente proceso de observación (Hine, 2004).

Desde distintas disciplinas sociales, la implicación etnográfica ya ha


manifestado considerablemente su consistencia para generar comprensiones sobre
una amplia amalgama de cuestiones (Álvarez, 2016), y añadamos a ello, en esta

194
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

investigación, un enfoque crítico que pretende ir más allá de la obtención acrítica de


resultados.

Los fundamentos teóricos de la etnografía virtual favorecen el estudio de


fenómenos incluso no previstos en el diseño inicial (Ruiz y Aguirre, 2015), por lo
cual es necesario el establecimiento de objetivos concretos, cribando datos y
estableciendo conclusiones precisas.

3. Objetivos

El diseño de la investigación planteaba una inmersión digital inicial, pues era


fundamental entender quién determinaba el prestigio de las publicaciones, y quién
lo amparaba, es decir, conocer tanto a las reales corporaciones propietarias de las
bases de datos, como a la normativa que sustentaba el sistema. Este, llamémoslo así,
objetivo previo, se planteaba como el más tedioso, tanto de investigar como de
redactar y difundir pero, sin el marco, el cuadro quedaría a la intemperie.

El objetivo inicial era conocer, en primer lugar, y continuando con el símil


pictórico, el lienzo, en este caso, cuáles eran las revistas de educación indexadas en
el JCR, centrándonos en las líneas editoriales, políticas y alcance de algunas de ellas.

Por último, debíamos sumergirnos en los colores concretos, es decir,


investigar las revistas seleccionadas y tratar de encontrar el objetivo que da título al
presente escrito. Era necesario analizar los contenidos del último número de las
revistas hasta septiembre del año 2020 para conocer la relevancia otorgada a
género y micromachismo en ellas, obteniendo, de esta forma, los datos con los cuales
establecer conclusiones acordes y coherentes con la información obtenida.

Las revistas seleccionadas serían tres, con un total de 38 artículos, en los


cuales, a través de sus temáticas, palabras clave, contenidos y variables,
comprobaríamos la presencia de aquello investigado.

195
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

4. Resultados

Ocho son las revistas de educación españolas en JCR 2020, con factor de
impacto de 2019: Porta Linguarum, Culture and Education, Revista de Educación,
Enseñanza de las Ciencias, Revista Española de Pedagogía, Educación XXI, Revista
de Psicodidáctica y Comunicar, cada una con una posición en un ranking, clasificada
también en uno de los cuatro cuartiles en los que también las encasillan, y con unos
números que llaman percentiles de factor de impacto, que enumera la frecuencia
con la cual han sido citado los artículos promedio de una revista en un año en
particular. La presente investigación se centraría en las tres primeras revistas
citadas, obteniéndose 17 artículos y tres reseñas de libros de Porta Linguarum, seis
artículos, una experiencia didáctica y una descripción de proyecto de Culture and
Education, y diez investigaciones de la Revista de Educación.

Porta Linguarum se autodefine como una revista interuniversitaria e


internacional especializada en didáctica de lenguas extranjeras (LE), cuyo objetivo
es publicar estudios empíricos, revisiones críticas y modelos teóricos que se
relacionen con los múltiples factores que influyen en la enseñanza y el aprendizaje
de LE, dentro de los cuales consideran el género de los estudiantes como
característica personal (2020).

En el tercer artículo del número 33 de 2020 de Porta Linguarum, se reconoce


que el género, en futuros estudios, debe tenerse en cuenta para capturar una imagen
más holística del aprendizaje de inglés de la infancia dejada atrás en la China rural
(Wu y Zhou, 2020). Es, precisamente, en otro artículo del mismo origen geográfico,
el octavo de la revista, donde el género sí es una variable que se estudia, indicándose
que el vínculo positivo entre las relaciones estudiante-docente y los resultados
académicos está parcialmente mediado por la motivación en el aprendizaje de una
lengua extranjera, sin ignorar el nivel socioeconómico y el género (Ma, Du y Liu,
2020). El género es básico en otro artículo posterior a estos dos de origen chino,
indicándose que el profesorado debe ser consciente de los tipos de diferencias de
género en la competencia pragmática como reguladora del dominio del habla de
lenguas extranjeras (Morady, Murray y Mirfenderesky, 2020). En otro artículo, se
menciona el potencial de las lecciones de inglés como lengua extranjera basadas en

196
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

la literatura para abordar el prejuicio intercultural, empleando ejemplos sobre


violencia de género (Férez y Coyle, 2020). En un artículo sobre las percepciones de
docentes de inglés como lengua extranjera de las escuelas privadas sobre la
evaluación en Turquía, no se pudieron encontrar diferencias entre géneros y grupos
con diferentes experiencias docentes (Önalan y Gürsoy, 2020). En una de las
reseñas, se puede encontrar la sorprendente conclusión, incoherente con los
estudios anteriores probablemente, según la cual, en el ámbito educativo, una
educación de calidad se centra en la persona en su totalidad: en las dimensiones
socioafectivas y personales, así como en el desarrollo cognitivo de los estudiantes,
independientemente -empleando concretamente la palabra regardless- de su
género, raza, etnia, nivel socioeconómico o ubicación geográfica (Madrid, 2020). En
resumen, en cinco de 17 artículos hay atención, de una forma u otra, al género.

Culture and Educación, de la empresa Taylor & Francis Group y de la


Fundación Infancia y Aprendizaje, se define en su web como un espacio que aborda
el hecho educativo como una construcción cultural permanente a lo largo de la vida,
en múltiples localizaciones y a través de variados procesos de enseñanza-
aprendizaje (2020). En su volumen 32, número 2, incluye una investigación que
indaga en las capacidades del alumnado de tercer y cuarto curso del grado de
educación primaria de cinco universidades españolas para construir discursos
críticos, examinando sus capacidades para analizar y discutir información de las
redes sociales sobre temas controvertidos entorno a la violencia de género, el
machismo, el colectivo LGTBIQ, la homofobia, la intolerancia o las actitudes no
democráticas (Santisteban, Díez-Bedmar y Castellví, 2020). El género también es
variable de estudio en otra investigación, en la cual se concluye que ser hombre o
mujer solo es percibido débilmente por estudiantes de magisterio de Chile,
Colombia, Venezuela y España como una fuente de reconocimiento de autoridad
(Zamora-Poblete, Gil-Madrona Méndez-Hinojosa, Galvis-Leal y Tadeo-Morales,
2020). En un estudio sobre lengua árabe, el género es fundamental, y se observó
mayor rendimiento de las chicas respecto a los chicos en algunas cuestiones, con lo
cual el género estudiantil parece influir también en el rendimiento en materia de
vocabulario académico (Makhoul y Copti-Mshael, 2020).

197
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

La Revista de Educación, del Ministerio de Educación y Formación


Profesional español, por su parte, publica en base a lo que considera un conjunto de
líneas de investigación que estima consolidadas, dentro lo cual menciona calidad y
equidad en educación y atención a la diversidad, pero no micromachismo o
perspectiva de género (2020). En el primer artículo de su número 389, en base a sus
resultados, se puede observar que los niños dedican más tiempo a televisión y
videojuegos que las niñas (López-Agudo y Marcenaro-Gutiérrez, 2020). En el tercero
de sus artículos, sobre la desconexión educativa en la Formación Profesional Básica,
las mujeres presentan un mejor compromiso conductual, emocional y cognitivo, con
lo cual se atiende, una vez más, a la variable de género (Olmos, Más y Salvá, 2020).
En el cuarto escrito, directamente la mujer es una de las palabras clave, pues se trata
de una investigación de las cátedras de la Sección de Pedagogía de la Universidad de
Madrid bajo el primer franquismo (Canales y Álvarez, 2020).

En lo que resulta una total muestra y ejemplo de conocimiento emergente,


esta investigación presenta también, como resultado una amplia investigación
dentro de la revista que ahora observamos, un estudio que incluye el análisis de 230
revistas científicas de la categoría temática Education & Educational Research,
indexadas en los JCRs en el año 2015; dentro de la relación de palabras clave dadas
e inferidas de las revistas de la categoría citada, ni género, ni micromachismo, ni
mujer, ni niña, ni nada directamente relacionado con nuestro estudio se recoge
(Úbeda-Sánchez, Fernández-Cano y Callejas, 2020), con lo cual se concluye a este
respecto que dichos conceptos no se constituían en frentes emergentes de
investigación en educación.

Como hecho particularmente significativo, es posible destacar como la


variable de género, e incluso de orientación sexual, no tiene relevancia alguna en un
amplio estudio dentro de una revisión sistemática de la producción científica sobre
programas grupales de parentalidad positiva (Rubio, Trillo y Jiménez, 2020).

5. Conclusiones

Si el micromachismo y los estudios de género están ausentes en asignaturas


y grados nutridos hasta en un 90% por mujeres (Nadal y Aranda, 2019a), si tampoco

198
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

tienen un papel básico en la docencia de historia de la educación (Nadal y Aranda,


2019b), en las revistas de alto impacto, en el caso del micromachismo, no existe
como objeto de estudio en las publicaciones de prestigio analizadas, y el género, por
su parte, únicamente como variable no fundamental en la mayoría de los casos en
los que figura.

El panorama que hemos encontrado incluye estudios en los que la variable


género no se ha tratado, y otros en los que, habiéndose estudiado, los resultados no
han sido especialmente significativos, lo cual puede ser llamativo. Ignorándose la
cuestión de género, básica en ciencias sociales y en el mundo actual, cabe
preguntarnos cómo defender a la sociedad de la ciencia (Feyerabend, 2001) que
excluye realidades, y se retroalimenta citándose, con unas líneas temáticas que
podrían asemejarse a dogmas, y que fácilmente se comprueba cómo no tienen efecto
en las legislaciones sobre enseñanza, que es el marco legislativo que nos rige, donde,
precisamente, no se cita JCR alguno.

Investigaciones cuantitativas con todo tipo de constructos estadísticos cuyo


análisis numérico no parece comprender que la educación trata de seres humanos,
que aún no somos códigos de barras, y que un alto número de factores no pueden
seguir ignorándose, desde la clase social hasta el género, suelen ser las que incluyen
las revistas de educación de reconocido prestigio, curioso concepto posiblemente
más subjetivo que científico, por más que se le pretenda legitimar con percentiles
relacionados con citas.

Aunque sin duda existen congresos internacionales relacionados con el


micromachismo, y el género, así como libros en editoriales de prestigio sobre ambos,
el mundo JCR iría por otro camino. “Se necesita un debate profundo en todas las
estructuras educativas, desde la cúpula ministerial hasta el último consejo escolar y
en las familias, y este debate solo podrá producirse en un contexto de cambio
radical” (Pazos, 2013, p. 257). Sin embargo, alumnado, familias, consejos escolares,
asociaciones, estudiantes de la universidad… se encuentran quizás a una distancia
de años luz del mundo JCR, como lo estuvo quien escribe antes de ser docente y
saber que va el empleo en ello.

199
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Hay críticas, qué duda cabe, al sistema de medición de la calidad a partir del
presunto factor de impacto, pues el uso de la acumulación cuantitativa de las citas
no tendría por qué ser sinónimo de calidad a modo de verdad irrefutable, como lo
es hoy (Barsky, 2014). Pero la maquinaria académica sigue, y si nos detenemos en
la crítica, y nada tenemos publicado en JCR o Scopus, nos adelantan literalmente,
aunque la educación no debiera ser una carrera similar a cualquier de los juegos
olímpicos -incluso de obstáculos- ni algo medible en percentiles, pues no se aprende
un 0.89 de inteligencia emocional, ni un 0.67 de habilidades sociales, ni profesiones
al 0.78, en mi opinión. Ya hay hasta una serie relacionada con todo este, a mi
entender, sinsentido, cuyo capítulo tres lo dice todo: Publica o muere (Producciones
Pliegue, 2020).

La igualdad de género, la erradicación del machismo y del micromachismo, y


en sí, la liberación de la mujer, y humana, no se lograrán simplemente escribiendo
artículos, es obvio. Pero si de estas temáticas no se reflexiona, investiga, difunde y,
ni tan siquiera, se publica, quienes ocuparán los puestos docentes universitarios
podrían ser quienes siguieran las líneas temáticas hegemónicas, en los que la mujer
no pasara de una variable numérica, y en los que todas no somos más que cifras,
dentro de una sistema que asume e ignora una palabra que parece tabú, que no se
encuentra como categoría de investigación, palabra clave o de alto impacto, pese a
lo cual forma parte implícita de los grandilocuentes marcos teóricos de todo tipo de
estudios experimentales: el capitalismo.

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Universidad Pablo de Olavide
valcrod@upo.es

Resumen

En este capítulo se presenta una revision sistemática multidimensional de


estereotipos de género y micromachismos presentes en estudios realizados desde
el ámbito de la educación física, tanto en primaria como en secundaria. Estudios
que se centran en las opiniones y estereotipos de diferentes dimensiones que se
integran en la construcción de estereotipos de género presentes en la educación
física tanto escolar como extraescolar. Se llevó a cabo una búsqueda y revision
sistemática en Web of Science, Scopus y SportDiscus, seleccionando artículos
publicados entre 2010 y 2020. Los documentos que se centraban en estudios de
diferente indole, eliminando aquellos que no trataban específicamente la temática,
que erán revisiones o disertaciones didácticas. En la muestra final se mantenían
resultados ya encontrados anteriormente sobre capacidades dentro del área de
educación física del género femenino y masculine. Los resultados han revelado la
existencia de diferentes puntos de incidencia para programas de sensibilización y
modificación de modelos pedagógicos como son las creencias, la relación directa
entre género y rendimiento, la repercusión de los estereotipos y micromachismos
en tratamiento diferenciador y la figura docente como agente de influencia de
mantenimiento de estas ideas.

205
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Palabras clave

Estereotipos de género, educación física, estudiantes, profesores, entorno.

1. Introducción

Actualmente el mundo del deporte y el de la educación se creen y se


sobreentienden igualitarios con respecto a muchos aspectos y entre ellos el género
de sus participantes. Pero aún queda mucho camino por recorrer en el que las
desigualdades permanecen e incluso surgen algunas nuevas que hacen dar un paso
atrás al trabajo realizado por tantas mujeres y hombres dedicados a esa labor.

El deporte sigue siendo un ámbito lleno de desigualdades de género


(Santos, Balibrea, López, Castro y Arango, 2004). Únicamente debemos observar la
publicidad, las estadísticas, la economía basada en el deporte en la vertiente
masculina nos deslumbran contratos multimillonarios, publicidad protagonizada
por “estrellas” y taquillas incalculables en los estadios, sin embargo el sector del
deporte femenino aunque con alguna excepción pasa desapercibido para la
mayoría de la población y su presencia en los medios, en los libros de texto y en el
desarrollo económico del deporte es mínimo por no decir insignificante.

La mujer ha ido evolucionando en las últimas décadas y actualmente ocupa


una posición muy diferente, estando en muchos puestos educativos, de gestión y
rendimiento en el deporte (Sánchez, Chiva-Bartoll y Ruiz-Montero, 2016). Estos
avances no son suficientes para que la igualdad con el hombre sea real.

En el sistema educativo las diferentes reformas en todos los países lleva a


un trabajo integral para eliminar las desigualdades de todo tipo (género, raza,
religión, discapacidad….). Sin embargo existe una presión cultural y social de la que
en muchos casos no son conscientes los propios docentes que les hace dar un trato
diferenciado según el género actuando de forma distorsionada.

En la edad escolar desde los 6 a los 16 años las personas pasamos gran
parte de nuestra vida activa en un centro educativo entre 25 y 30 horas semanales

206
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

según la etapa, y sin tener en cuenta las actividades extraescolares y de


conciliación familiar. Esto representa casi un 20% del tiempo vital de una persona
en edad de desarrollo, en un tiempo que su educación y personalidad se van
forjando con experiencias, información y vivencias que en muchos casos no nos
cuestionamos (Sánchez, Chiva y Ruiz, 2016).

La influencia social de estereotipos de género en la elaboración social de la


feminidad y la masculinidad (Rebollo-Catalán, Ruiz-Pinto y García-Pérez, 2017). La
escuela, la familia, el profesorado, el grupo de iguales, los medios de comunicación
y los libros de texto como principales agentes de socialización y de transmisión de
estereotipos y micromachismos que perduran.

La educación física es una materia en la que se acrecientan las


desigualdades de género y los estereotipos ya que los contenidos y el desarrollo
han estado marcados por imágenes masculinizadas en su mayoría y en muchos
casos se alude a la parte física de la propia asignatura (Hidalgo y Almonacid, 2014).
Por tanto, el objetivo de este trabajo ha sido analizar los diferentes estereotipos
existentes en relación al papel de la mujer y el hombre dentro de la educación
física, y la influencia de diferentes factores.

2. Metodología

En el estudio se siguió una revision sistemática en cuatro líneas diferentes.


A partir de los documentos seleccionados en cada caso se realizó una descripción
de los resultados. El proceso se realizó tomando como referencia las indicaciones
y propuesta realizadas por Sánchez-Meca (2010) para la realización de revisiones
sistemáticas. Las bases de datos empleadas Web of Science, Scopus y SportDiscus,.
Las ecuaciones utilizadas fueron cuatro teniendo en común dos primer y segundos
sector de busqueda y diferenciando el tercero.

En el primer campo de búsqueda coincidían: gender stereotyp*‛ OR ‚sex


stereotyp*, en el segundo campo de búsqueda physical education. En el ultimo
campo de busqueda se hicieron como hemos indicado cuatro diferentes, una
centrada en el alumnado (‚student OR adolescen*‛ OR ‚child*‛ OR ‚school‛), otra

207
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

centrada en el profesorado (professor OR teacher* OR, trainer), otra centrada en


los libros de texto o manuals (book OR; manual* OR, guide) y por ultimo buscando
la relación con el entorno (parents OR; family* OR, father* OR, mother). Para
acotar el periodo de la busqueda se estableció como criterio que los documentos
pertenecieran al periodo entre 2010 y 2020.

En una primera búsqueda se obtuvo un total de se obtuvieron 142


documentos. De estos resultados se excluyeron los estudios de revisión
sistemática, tesis doctorales y capítulos de libro, de forma esta forma la revision se
centra en artículos de divulgación científica fruto de estudios de campo. Asimismo,
se descartaron los trabajos escritos en idiomas diferentes al castellano, portugués,
francés o inglés.

Figura 1. Diagrama de flujo de la revisión

208
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

Trás suprimir aquellos documentos duplicados y aplicar los criterios de


exclusión, los resultados válidos para la revision del estudio fueron 19. A partir de
esto se añadieron 14 referencias más que abordaban el tema. Por tanto, la muestra
final fue de 33 artículos. La figura 1 muestra el diagrama de flujo de la revisión.

3. Análisis de los resultados

La mayor parte de los trabajos se hicieron en Francia, España e Inglaterra,


en menor medida se encontraron estudios de Canada, Portugal, Brasil, Estados
Unidos y de forma minoritaria otros países en los que la divulgación científica se
difunde en inglés o español.

La etapa más estudiada es la de educación secundaria, seguido del de


primaria y por último el universitario. La mayoría de los estudios toman muestras
correspondientes al alumnado de los centros, seguidos de docentes y en menor
medidas familias, entrenadores y otros agentes sociales. Los instrumentos
utilizados fueron cuestionarios, escalas, observación directa, de forma minoritaria
entrevistas, grupos de discusión y diarios personales.

El área científica de las revistas de forma mayoritaria son las relativas a la


educación física y el deporte, algunas en áreas más generales de educación y
psicología. El análisis descriptivo de los resultados de los estudios mostro que
algunas investigaciones trataban directamente los estereotipos y otras
relacionaban comportamientos, percepciones o creencias con ellos. Además de las
relaciones establecidas entre los entre estereotipos de género y la actividad física.

Otros estudios trataba eran enfoques de investigación- acción en la que se


aplicaban programas para eliminar las concepciones sexistas y las actitudes
estereotipadas dentro del área de educación física.

209
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

4. Estereotipos en la educación física

En este apartado expondremos los resultados según el factor de los


estereotipos tratados como pueden ser el debate de femeneidad o masculinidad
según práctica deportiva, el papel del docente dentro de las creencias, el papel de
los libros de texto y la aceptación social por otros factores personales.

4.1. Femenino vs Masculino

La percepción de los discentes en los estudios analizados es que la


educación física busca un resultado o un rendimiento físico que claramente
beneficia al alumnado masculinizado, la probabilidad de tener éxito siendo chica es
menos que siendo chico.

También se percibe que el acompañamiento por parte del profesorado al


alumnado viene ligado al género, de forma que las profesoras son más cercanas
con las alumnas y los profesores con los alumnos.

Existen ideas que evolucionan y se rechaza que aquellas chicas que realizan
más deporte sean “marimachos” y que los chicos que hacen actividades como
danza sean femeninos. Aunque también se constata el rechazo propio a la
realización de ese tipo de actividades. Por lo tanto se puede sacar que hay
conciencia de la igualdad de género pero existe rechazo a las actividades
relacionadas tradicionalmente con el género contrario al propio.

4.2. Docente en la educación física

En algunos estudios los docentes presentan la creencia tradicional del


género asociado a una evolución del rendimiento físico positivo. En las actitudes de
los profesores y profesoras existe una brecha de género, ellas tienen actitudes más
coeducativas y positivas hacia la práctica deportiva igualitaria y ellos presentan
más actitudes segregadoras (Rebollo, et al. , 2011).

La sensibilización del profesorado y futuros docentes masculinos es


necesaria, porque aunque presentan actitudes adaptativas no tienen afianzadas las

210
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

ideas de igualdad y equidad en la práctica de actividad física y deportiva dentro del


área de la educación física.

Además existen diferencias significativas entre los estudios de profesorado


en activo y profesorado en su etapa de formación, que desvelan la necesidad de la
formación continúa en esta materia. Esta formación debe estar orientada a la
interacción y coeducación dentro del área. En la formación inicial de docentes de
primaria y secundaria Anguita y Torrego (2009) destacan la oportunidad de
realizar una formación inicial en competencias de género, coeducación e igualdad
en la práctica deportiva.

La formación no debe ir enfocada sólo a conocimientos teóricos, sino a la


interiorización de prácticas, modos de comunicación y la identidad de igualdad que
le ha faltado al área desde su origen (García-Pérez, Rebollo, Vega, Barragán, Buzón
y Piedra, 2011).

Por lo tanto, el profesorado debe ser un agente de cambio para lo que


ratifica necesaria la revisión de la incorporación de la formación en materia de
género y la formación continua de aquellos y aquellas profesionales que ejercen.

4.3. Manuales de enseñanza

En los estudios que centran su investigación en las imágenes de los libros de


texto de educación física se indica que ha habido un cambio en los últimos años y
que a medida que se han realizado reformas educativas las imágenes y la presencia
de la mujer en las ilustraciones, fotos y dibujos ha aumentado, pero algunos
estereotipos se mantienen.

La actividad físico- deportiva realizada por la mujer dentro de los libros de


texto está centrada en deportes deportes individuales, actividades artísticas,
prácticas de interiorización y actividades de fitness y condición física. Siempre en
ámbitos y entornos informales, espacios interiores y muy alejadas del alto
rendimiento. La cultura corporal masculina sin embargo se caracteriza por ser una
práctica deportiva en ámbitos competitivos, entornos y espacios exteriores y
vinculados al rendimiento y la elite deportiva. Aunque en algunos libros ya

211
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

aparecen mujeres realizando práctica colectivas de competición (futbol, baloncesto


o balonmano). Otros estereotipos y prácticas menos mediáticas siguen vinculando
a las mujeres a las actividades artísticas como la danza y al hombre a actividades
en el medio natural (escalada, bicicleta, senderismo).

En conclusión los libros de texto de educación física transmiten al alumnado


una cultura corporal sesgada, que puede llegar a influenciar la elección de
actividades físicas futuras y consolidad su imaginario según patrones
determinados por la hegemonía masculina en el deporte.

4.4. Influencia social

La influencia social viene determinada desde los medios de comunicación,


los grupos de iguales, los entornos sociales y la familia.

En este sentido no se han encontrado estudios que de forma exclusiva


estudien la influencia de estos factores, que aún siendo determinantes se combinan
con otros en la motivación y la determinación de los estereotipos de género.

Las alumnas que presentan madres que practican deporte tienen actitudes
más positivas hacia la práctica deportiva variada y una mayor aceptación de toda
práctica deportiva dentro de la educación física escolar. Por otra parte los alumnos
que tienen madres que practican deporte tienen creencias más positivas hacia la
práctica deportiva igualitaria y equitativa.

Aquel alumnado que práctica deporte fuera del centro educativo presenta
diferentes actitudes según las actitudes que presentan los entrenadores y
entrenadoras dentro del club o entidad externa. Aquellos chicos que tienen o han
tenido entrenadoras presentan actitudes más positivas hacia la práctica deportiva
femenina. Además algunos chicos y chicas indican que sus entrenadores los tratan
diferentes que a miembros del club del otro género por ese motivo.

Por último y como apunte positivo el alumnado tanto chicos como chicas
destacan el tratamiento discriminatorio de los medios de comunicación. Aunque
siguen sin comprender que existe un bucle en la comunicación que debe romperse

212
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

para que la igualdad y la equidad dentro de las campañas publicitarias y


mediáticas del deporte no sean tan diferenciadas.

5. Conclusiones

La realización de este análisis en profundidad del papel de los estereotipos


de género y los micromachismos dentro de la educación física nos ha permitido
llegar a una serie de conclusiones para mejorar la situación actual que se
presentan en el área para la equidad y la igualdad de mujeres y hombres.

En primer lugar el alumnado ha superado en gran medida antiguas


creencias y son consientes de la igualdad entre mujeres y hombres en la práctica
deportiva. Pero existen matices que deben trabajarse porque hay estereotipos
arraigados que se mantienen e impiden la práctica de ciertas actividades porque
no las estiman como apropiadas a su género. Aún teniendo en cuenta esta
Resistencia al cambio los discentes se encuentran en una línea de pensamiento
más neutral que propicia cambios futuros.

El profesorado tiene en su mano cambiar actitudes y dar el paso definitiva a


la igualdad dentro de la práctica deportiva dentro de la educación física. Sin
embargo existe diferencia entre profesoras y profesores por su actitud
diferenciada con los discentes y la intencionalidad de realizar actividades
coeducativas e igualitarias.

Los libros de texto elaborados en un entorno político cada vez mas


igualitario se encuentran con grandes diferencias a los manuales usados hace 15
años por el aumento de la presencia de la mujer y la diversificación de la práctica
deportiva entre hombres y mujeres. Aunque existen actividades que siguen siendo
mayoritariamente representadas por mujeres y otras por hombres. Esta
representatividad supone un estereotipo y un micromachismo que resulta ser
aquellos que posteriormente se arraiguen en los idearios de las alumnas y alumnos
en la secundaria y en su vida adulta.

213
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

A nivel social aún deben cambiar muchos aspectos que repercuten en la


práctica y aceptación de actividades dentro de la educación física, la
representatividad dentro de los clubes de la mujer independientemente de la
modalidad deportiva, los cargos directivos de clubes y federaciones, los
presentadores y presentadores de espacios deportivos mayoritariamente
masculinos, el uso de la mujer como algo decorativo y el hombre como algo
venerado dentro del deporte. Situaciones sociales que aunque en los últimos años
se han reducido no lo suficiente para no causar una influencia irreparable en la
percepción del alumnado sobre la mujer en el deporte y en la educación física.

Como propuesta de futuro y como profesionales de la formación debemos


cuestionarnos todo aquello que incorporamos a nuestra docencia ya que la
interpretación subjetiva es en muchos casos más poderosa de lo que pensamos,
por lo que usar alternativas deportivas neutras y poco conocidas, usar deportes
que todos y todas participen por igual independientemente de su género, generar
ambientes positivos para una elección libre de la práctica física que permita que
chicos se decanten por actividades tradicionalmente femeninas y chicas se
decanten por actividades tradicionalmente masculinas. Por el derecho a ser iguales
y disfrutar del deporte sin tabúes.

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CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

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215
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

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216
Género, medios de comunicación y TIC: propuestas para la
investigación, la educación y la capacitación docente

Lucía Gloria Vázquez Rodríguez


Universidad Complutense de Madrid
luciaglv@ucm.es

Francisco José García Ramos


Universidad Complutense de Madrid
fjgarciaramos@ucm.es

Álvaro Sánchez Gómez


Universidad Complutense de Madrid
sanchez.gomez.alvaro2@gmail.com

Resumen

El presente trabajo es fruto de un proyecto desarrollado en el marco «UNESCO-


UniTWIN Network on Media, Gender, and ICTs» a fin implementar talleres de
capacitación docente en género y educomunicación en el contexto universitario
español a partir de la propuesta curricular Gender, media & ICTs: new approaches for
research, education & training (UNESCO, 2019). Atendiendo al escaso número de
asignaturas específicas en comunicación e igualdad de género en España y a la
importancia de formar generaciones de profesionales de los medios comprometidos
con el empoderamiento de las mujeres, los objetivos de esta propuesta son los
siguientes: a.) plantear una revisión crítica sobre la despolitización del objetivo 5 de

217
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

la Agenda 2030 respecto al marco que plantea la sección J de Beijing 95; b.)
compartir la propuesta y resultados de talleres formativos organizados por la
Universidad Complutense de Madrid (España) durante 2020; c.) plantear un marco
de actuación que sirva para el diseño e implementación de futuros talleres y
workshops tanto a nivel local como en los organizados por Unesco-UniTWIN a nivel
regional e internacional.

Palabras clave

Género, educomunicación, grados universitarios, planes de estudio, UNESCO-


UniTWIN

1. Introducción y objetivos

Eliminar todas las formas de discriminación de las que son sujeto las mujeres
a lo largo y ancho del globo siempre ha sido un objetivo prioritario para la UNESCO,
pero no fue hasta la celebración de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer
(Beijing, 1995) que se reconoció el papel esencial de los medios de comunicación
como una de las doce esferas clave a fin de alcanzar la plena igualdad de género en
el mundo. Específicamente, la Sección J de la Declaración y Plataforma de Acción de
Beijing (UN Women, 1995) «supuso todo un hito al establecer un marco específico
de recomendaciones y objetivos estratégicos en este terreno» (García-Ramos,
Vargas-Carrillo y Wake, 2020), al que seguirían otras acciones encaminadas a
fomentar políticas de igualdad de género en el ámbito de la comunicación mediática
y, crucialmente, de la educomunicación. Entre ellas destacamos principalmente las
recomendaciones realizadas por The Global Alliance for Media and Gender (GAMAG)
y el establecimiento de la red de universidades integradas en The International
UNESCO UniTWIN Network on Gender, Media and ICTs, cuyo trabajo se materializaría
en el diseño de una propuesta curricular pensada para fomentar la capacitación en
género en el campo de la educomunicación: el llamado New Syllabus on Gender,

218
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

Media & ICTs: New Approaches for Research, Education & Training (UNESCO, 2019)1,
sobre el que se articula nuestra propuesta de talleres de capacitación docente. Sin
embargo, el camino hacia la consecución de una agenda global para la creación de
unos medios de comunicación más igualitarios que sirvan como vehículos para el
empoderamiento de las mujeres no es ni ha sido lineal. En este sentido, la Agenda
2030 para el Desarrollo Sostenible (ONU, 2015) plantea un marco que apenas alude
de a la función de los medios de comunicación a la hora de «lograr la igualdad entre
los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas». Cabe preguntarse entonces
si estamos siendo testigos de una progresiva despolitización de la agenda global
marcada por la Sección J y de la desactivación del papel fundamental que tienen los
medios y las TICs para la defensa de los derechos de las mujeres (Rees, 2005; Pollack
y Hafner-Burton, 2011; Gallagher, 2015; Ross y Padovani, 2016; Padovani, 2016).

No cabe duda de que los medios de comunicación, en tanto que transmisores


de estereotipos e ideología que son, tienen un valor estratégico a la hora de
determinar el papel que un determinado grupo social —en este caso las mujeres—
puede ocupar en un contexto dado. Si bien las iniciativas a la hora de monitorear la
representación de las mujeres que emisoras de radio y televisión, prensa, cine y
publicidad llevan a cabo son cada vez más numerosas (pensemos, por ejemplo, en
las investigaciones con perspectiva de género que realiza el Global Monitoring Media
Project o, en nuestro país, en el trabajo de asociaciones como el Observatorio de la
Imagen de las Mujeres, la Asociación Española de Mujeres Profesionales de los
Medios de Comunicación, o la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios
Audiovisuales), poco se habla del papel que cumplen las universidades y escuelas de
periodistas a la hora de promover los valores de la igualdad de género entre las
futuras generaciones de comunicadores. En un momento histórico en el que la
popularización de la retórica anti-feminista y la disolución de los objetivos de la
Sección J que conlleva la Agenda 2030 ponen en peligro los avances logrados tras

1 En adelante nos referiremos al documento simplemente como New


Syllabus.

219
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Beijing 95 resulta más importante que nunca reivindicar la importancia de


establecer una alianza global «en cuanto a igualdad de género, medios de
comunicación de masas y educación» (García-Ramos, Vargas-Carrillo y Wake, 2020).
Y es que, como veremos más adelante, la formación en género y comunicación es, a
todas luces, una asignatura pendiente incluso en los contextos académicos más
progresistas (ver García-Ramos, Zurian y Gómez-Núñez, 2020), entre los que
podríamos citar España. Así pues, desde los estudios en comunicación, periodismo,
publicidad o comunicación digital hemos de «reivindicar el papel fundamental de
los medios y las TIC para el empoderamiento y la defensa de los derechos de las
mujeres», una meta para la cual el New Syllabus desarrollado por UNESCO-UniTWIN,
así como los Indicadores de Género para Medios de Comunicación (UNESCO, 2012)
constituyen herramientas de valor inestimable (Vázquez Rodríguez, 2020).

Ahora que en 2020 se cumplen 25 años de Beijing 95, atendiendo a la escasa


formación en comunicación e igualdad de género ofertada en el sistema
universitario español, este capítulo tiene como objetivos:

a.) plantear una revisión crítica sobre la despolitización del objetivo 5 de la


Agenda 2030 respecto al marco que plantea la sección J de Beijing 95;

b.) compartir la propuesta y resultados de talleres formativos organizados


por la Universidad Complutense de Madrid (España) durante junio de 2020
orientados a doctorandos y doctorandas del ámbito de la comunicación. Los talleres
han sido diseñados con la finalidad de dar a conocer el syllabus de «Unesco-UniTWIN
on Media, Gender, and ICTs», pero también implementando otros recursos como los
Indicadores de Género UNESCO para medios de comunicación;

c.) en vista de los resultados, plantear un marco de actuación que sirva para
el diseño e implementación de futuros talleres y workshops tanto a nivel local como
en los organizados por Unesco-UniTWIN a nivel regional e internacional.

220
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

2. El contexto: políticas y recursos para alcanzar la igualdad de género en


comunicación y educomunicación

Una vez explicitado el contexto y objetivos de los que partimos en el diseño


de los talleres de capacitación es importante ofrecer una breve panorámica histórica
del desarrollo de políticas de igualdad y de recursos para la investigación y la
docencia que UNESCO y la red de universidades UNESCO-UniTWIN on Gender,
Media, and ITCs han llevado a cabo, puesto que sólo así podremos entender
plenamente la relevancia y pertinencia de incorporarlos en nuestra práctica docente
en el ámbito de la comunicación con perspectiva de género. Así pues, desde 1975, se
han desarrollado cuatro Conferencias Mundiales sobre la Mujer con el objetivo de
globalizar las demandas como parte de una acción eficaz para el avance significativo
en lo que respecta a políticas públicas. En la cuarta conferencia, celebrada en Beijing
en 1995, se aprobó la Plataforma y Declaración de Acción, un hito histórico a la hora
de reconocer el papel de los medios de comunicación como herramientas para el
empoderamiento de la mujer. Era la primera vez que una Conferencia Mundial
dedicaba un capítulo a los medios de comunicación y las mujeres; la llamada
«Sección J» supuso un antes y después en el reconocimiento internacional e
institucional de la relevancia de los medios para la consecución de la igualdad de
género.

En este sentido, tal y como recoge Padovani (2019), uno de los logros clave
de la Sección J fue que también incluyó recomendaciones específicas a gobiernos,
organizaciones internacionales, compañías de medios, organizaciones de la
sociedad civil, instituciones educativas y de investigación, en sus respectivos roles,
llamándolos a: apoyar la educación y la capacitación (par. 239.a; 241.a; 242.b;
243.c); adoptar políticas y programas, mecanismos regulatorios y pautas
profesionales (par. 239.h; 240; 241.d; 244.a / b); recopilar los datos necesarios y
financiar la investigación y establecer actividades de monitoreo (par. 239.b; 241.a;
243.a); evitar representaciones sexualizadas, contrastar estereotipos y fomentar
una representación de las mujeres como seres humanos creativos y actores clave en
los procesos de desarrollo (par. 243.d / e); promover mecanismos para garantizar
el acceso equitativo de las mujeres a puestos de toma de decisiones en las industrias
de los medios y en los organismos reguladores (párr. 239.d); crear y reconocer redes

221
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

de medios de mujeres, incluidas redes electrónicas (par. 239.f; 242.c) y a utilizar los
sistemas de comunicación como un medio para fortalecer la participación de las
mujeres en los procesos democráticos (par. 241.b). Precisamente con esas tres
primeras recomendaciones en mente surgió no sólo la necesidad de organizar estos
talleres de capacitación, sino también la redacción del documento principal sobre el
que se asientan: el New Syllabus.

Desde Beijing 95, el debate internacional sobre la igualdad de género en el


campo de la comunicación en los medios ha generado una amplia literatura (Grizzle,
2014) y numerosos informes anuales elaborados por diversas instituciones
regionales e internacionales (ver por ejemplo EEES, 2003; UNESCO, 2014; European
Commission, 2018a; 2018b; European Institute for Gender Equality, 2013a; 2013b;
International Women’s Media Foundation, 2011). En el contexto actual, el enfoque
público internacional sobre género y medios de comunicación se rige por los
Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Su objetivo número 5 está
relacionado con la Igualdad de Género y propone un marco que difícilmente alude
al papel de los medios de comunicación para cumplir con éxito la meta declarada:
“lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas”, objetivo
demasiado general que no especifica mecanismos para lograrlo, ni a qué grupos o
instituciones se tiene que presionar para que se cumplan. Si se comparan estas
medidas con lo que propone Beijing 95, ya simplemente valorando la extensión, se
observa que son menos concretas y ambiciosas. Además, como apunta Padovani
(2019), la Agenda 2030 apenas hace referencia a la relevancia que los medios de
comunicación tradicionales todavía tienen para fomentar los estereotipos y la
discriminación por motivos de género. El único párrafo que alude a la igualdad de
género y los medios de comunicación que tiene que ver con la Sección J insta a los
gobiernos a «Mejorar el uso de la tecnología habilitadora, en particular la tecnología
de la información y las comunicaciones, para promover el empoderamiento de las
mujeres» y hace una anotación en cuanto a reducir los estereotipos y las
representaciones sexistas de los medios bajo el amplio tema «Libertad de violencia,
estigma y estereotipos». Algo que desdibuja y diluye la importancia de los mass
media para conseguir una igualdad real y efectiva, sobre todo si lo comparamos con
los objetivos estratégicos —mucho más amplios y específicos— establecidos por la

222
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

Sección J: «Aumentar el acceso de la mujer su participación en la expresión de sus


ideas y la adopción de decisiones en los medios de difusión y por conducto de ellos,
así como en las nuevas tecnologías de comunicación»; y «Fomentar una imagen
equilibrada y no estereotipada de la mujer en los medios de difusión» (Sánchez-
Gómez, 2020).

Vale la pena hacer una consideración crítica de la Agenda 2030 para observar
las posibles consecuencias de adaptar estas medidas y evaluar lo que estamos
dejando atrás. Este fue precisamente uno de los temas que, por su relevancia política
e institucional, quisimos abordar durante los talleres de capacitación. Apostar por
la Agenda 2030 sin seguir reivindicando Bejing 95 puede hacer que gobiernos,
grandes grupos de comunicación, centros educativos, etc. se amparen al Objetivo 5
dejando de lado los compromisos adquiridos por la Sección J, un marco más
específico que insta a los gobiernos a incorporar legislación concreta y a los medios
de comunicación a adoptar políticas destinadas a la defensa de la igualdad de género
(incorporación de mujer en grupos de dirección, paridad, estereotipos, etc).

2.1. Los Indicadores de género para medios de comunicación

En 2012 se puso en marcha un mecanismo de estudio válido para su


implantación en todo el mundo: Los Indicadores de género para medios de
comunicación (UNESCO, 2012), pensados como herramienta para la docencia y
como propuesta metodológica para llevar a cabo proyectos de investigación sobre
comunicación y género. Los GSIM (sus siglas en inglés) tienen en cuenta la igualdad
entre mujeres y hombres que trabajan en los medios de comunicación y la
representación equitativa de mujeres y hombres en el tratamiento de la información
y la publicidad e incluyen estudios de caso de diferentes regiones del mundo para
mostrar cómo se aplicaría su uso de forma práctica. Esta sería la primera iniciativa
que se posiciona públicamente acerca de la imperiosa necesidad de aplicar
parámetros de medición de la igualdad de género en los medios (De Frutos, 2015).

A grandes rasgos, los GSIM se dividen en dos categorías: «Acciones que


fomentan la igualdad de género dentro de las organizaciones de medios de
comunicación» y «Representación del género en noticias y actualidades», a su vez

223
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

subdividido en representaciones mediáticas y publicitarias. Dentro del primer


apartado nos encontramos con temas como el balance entre hombres y mujeres en
la toma de decisiones, la igualdad de género en las condiciones de trabajo, o el
balance de género en educación y capacitación. En el segundo, algunos de los
indicadores más reseñables, desarrollados en detalle, son la presencia equilibrada
de hombres y mujeres en el contenido mediático; la eliminación de los estereotipos
de género; la cobertura de temas relacionados con la igualdad de género; o la
información relativa a la comprensión de la violencia de género como una violación
de derechos humanos internacionalmente reconocida. Desde UNESCO se espera que
las organizaciones de medios de comunicación sean capaces, a través de sus propios
mecanismos, de decidir sobre la adaptación y la aplicación de estos indicadores
encaminados a reforzar el buen desarrollo de los medios y del periodismo de
calidad, si bien es cierto que, sin la existencia de legislación concreta e instituciones
específicas que velen por su cumplimiento, este tipo de medidas se quedan en
buenas intenciones. A lo largo de los talleres aquí reseñados se comprobó, de hecho,
con la aplicación detallada de los GSIM a la cobertura mediática de diversos casos
relevantes cómo estas recomendaciones desarrolladas por UNESCO no se cumplían
apenas en ningún caso.

2.2. El New Syllabus

Fruto del trabajo realizado entre 2018 y 2019, la red UNESCO-UniTWIN on


Gender, Media, and ITCs lanza su propuesta curricular de estudios de medios y
comunicación bajo el título Gender, Media and ICTs: New approaches for research,
education & training con el fin de promover la formación en género. A partir del
ejercicio de mapeo de las prácticas educativas existentes en diferentes regiones del
mundo, la red universitaria elabora el modelo de curso propuesto para responder a
la necesidad urgente de equipar a una nueva generación de periodistas, medios y
profesionales de la comunicación que sean sensibles al género, tanto en sus lugares
de trabajo como en el contenido que producen. En este sentido, los resultados del
mapeo obtenidos en España fueron bastante desalentadores: según García-Ramos,
Zurian y Núñez-Gómez (2020), tan sólo 22 de las asignaturas integradas en los
planes de estudios de los Grados oficiales del área de comunicación vigentes en 2018
(tanto en universidades públicas como en privadas) presentan un contenido

224
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

específico en igualdad de género, de las que únicamente 6 son de carácter


obligatorio. Subrayar la necesidad de integrar contenido obligatorio con perspectiva
de género en los estudios de comunicación, así como ofrecer formación y
capacitación a los docentes del área es una de las prioridades y objetivos del New
Syllabus y las acciones que de él se derivan, como esta propuesta. Sólo así
entendemos que podremos formar a las futuras generaciones de profesionales de
los medios para que analicen y desarrollen informaciones, discursos e imaginarios
orientados a construir una sociedad más justa, igualitaria y diversa en cuestiones de
género.

Representantes de la red UNESCO-UniTWIN on Gender, Media, and ITCs se


reunieron en Costa Rica en abril de 2018 para desarrollar un marco para el modelo
del curso, definir sus objetivos y estructura y compartir experiencias a fin de crear
un modelo significativo para una audiencia amplia y diversa. El modelo de curso
final pretende aprovechar el potencial de los medios de comunicación y las TICs y
promover un cambio sensible al género, las transformaciones en las culturas
organizacionales, el desarrollo de la consciencia personal y las capacidades críticas
son fundamentales. En este sentido, una de las principales virtudes del New Syllabus
es que no considera el género como una «especialización» dentro de los estudios de
comunicación —lo que se manifestaría en su inclusión como una asignatura aparte
que podría ser desplazada a un carácter optativo—, sino como un enfoque
transversal y holístico de la enseñanza y el estudio de la comunicación que reconoce
la naturaleza interconectada de las diversas dimensiones de la desigualdad de
género en el campo de los medios de comunicación y las TIC. Así, el documento
incluye una guía para los usuarios que explica cómo los recursos, conceptos y
perspectivas se pueden aplicar en diferentes contextos en varios niveles educativos,
marcos institucionales e incluso desarrollar contenidos adaptados a la enorme
variedad de titulaciones existentes en el campo de la comunicación. El enfoque
pedagógico resultante, por tanto, busca vincular experiencias y recursos locales y
globales, e invita al personal docente a establecer qué aspectos son cruciales para
lograr la igualdad de género en los medios y las TIC en cada contexto específico.

El New Syllabus se estructura en siete temas principales introducidos por una


declaración que aborda su objetivo principal. Se acompaña de una explicación de las

225
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

razones por las que el tema es relevante para una agenda de TIC y medios de
comunicación con género, además de proporcionar referencias a la literatura
relevante. Estos temas son: Representación, Lenguaje y Discurso; Acceso a la toma
de decisiones; Género en los medios y las estructuras de las TIC; Audiencia,
recepción y usos de los medios y las TIC; Violencia contra la mujer en y a través de
los medios de comunicación y las TIC; Incorporación de la perspectiva de género en
las políticas de medios y TIC; y finalmente, Incidencia y activismo. Según reseña
Vázquez Rodríguez (2020),

Los temas se estructuran a su vez en subtemas, que pueden abordarse en su


totalidad o seleccionarse para ofrecer contenido más específico, dependiendo del
interés del docente; a continuación se enumeran los posibles enfoques teóricos del
tema (por ejemplo, se propone una aproximación semiótica, ideológica, poscolonial,
en masculinidades…), así como aquellos Indicadores de género (UNESCO, 2012) que
guardan relación con el mismo, una herramienta esencial para medir la igualdad de
género del contexto mediático de cada región. Por último se indican otros recursos
interesantes, como plataformas digitales, archivos, materiales multimedia o
conjuntos de instrumentos, pero también buenas prácticas pertinentes de todo el
mundo. Esto puede servir para que los estudiantes participen en diversas
actividades, desde la investigación hasta la elaboración de comentarios críticos, a fin
de tener una mejor idea de las realidades de (des)igualdad de género sobre el
terreno y las iniciativas conexas (UNESCO, 2019, p. 34).

Describir en detalle los objetivos y subtemas propuestos para cada una de


estas unidades no es el objeto de esta investigación, pero es precisamente la
variedad y multidimensionalidad de los enfoques teóricos y los contenidos
sugeridos lo que convierte al texto en una herramienta profundamente versátil,
aplicable en cualquier marco sociocultural, educativo y de valor incalculable para
enriquecer la formación en cuestiones de género de los y las estudiantes en
comunicación. La propuesta curricular no es cerrada ni definitiva, «sino que ofrece
una serie de sugerencias, conceptos, nodos temáticos y aproximaciones teóricas a la
configuración de la igualdad de género en el ámbito de la (edu)comunicación que
cada formador, docente o profesional del sector deberá dar forma de la manera que
considere pertinente, ateniéndose a su contexto específico» (Vázquez Rodríguez,

226
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

2020). En este sentido, cabe destacar que desde la propia red UNESCO-UniTWIN se
están desarrollando diversas iniciativas paralelas a estos talleres y también
destinadas a aterrizar las propuestas del New Syllabus en módulos de enseñanza
adaptados a su contexto geocultural y socioeducativo.

3. Metodología: propuesta de talleres de capacitación docente en género y


educomunicación

A fin de dar a conocer el marco normativo y los recursos didácticos desarrollados


por UNESCO-UniTWIN on Gender, Media, and ITCs para avanzar la igualdad de
género en los medios de comunicación y atendiendo a nuestro objetivo de construir
un espacio dinámico e interactivo para el intercambio de ideas, decidimos
estructurar el worskhop en tres jornadas bien diferenciadas de cuatro horas de
duración, separadas entre sí por una semana para dar espacio a la reflexión y el
trabajo individual y grupal de los y las participantes.

En este sentido, se consideró importante restringir el número de participantes


a diez personas a fin de poder profundizar en las aplicaciones prácticas para la
docencia y la investigación que ofrecen tanto los indicadores de género como —
principalmente— el New Syllabus: nuestro objetivo principal era que el grupo
asistente al taller concretase las propuestas conceptuales, temáticas y
metodológicas del New Syllabus en el diseño de un módulo de enseñanza bien
detallado y ya listo para su implementación en contextos de enseñanza reglada o no
reglada. El enfoque metodológico y didáctico del taller fue, ante todo, pragmático y
participativo. En un primer momento, los talleres de capacitación iban a realizarse
de forma presencial, contando con docentes, profesionales de los medios y
formadores expertos en los recursos mencionados que se reunirían en junio en la
Universidad de Malta, pero dada la situación de pandemia mundial fue necesario
cambiar el planteamiento de los workshops buscando una alternativa online a fin de
continuar con el proyecto. Para esto, se utilizó la herramienta Zoom para las
ponencias expositivas, el debate colectivo y la presentación de los proyectos finales,
y Google Docs para recibir feedback de los asistentes a través de una encuesta que
se les pasó tras finalizar el taller.

227
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En cuanto a la metodología, es importante destacar la selección cuidadosa de


la muestra (es decir, de las personas participantes), que corresponde a uno de los
tres grupos de interés detectados por UNESCO-UniTWIN on Gender, Media, and ITCs
a la hora de dar a conocer el New Syllabus: futuros docentes en el ámbito de la
comunicación, doctorandos y doctorandas en periodismo, comunicación
audiovisual o publicidad. En este sentido, se ha planificado la organización de otros
dos workshops orientados a participantes pertenecientes a los otros dos subgrupos
target: profesionales en activo de los medios de comunicación y activistas
pertenecientes al tercer sector. Con respecto a la elaboración del cuestionario final,
se optó por una metodología que combinase lo cuantitativo (principalmente para
dar a conocer el perfil del alumnado, sus niveles de conocimiento previos y su
satisfacción con la formación ofrecida en el workshop) con lo cualitativo,
implementado para que los y las participantes pudiesen ofrecer sugerencias de cara
a mejorar futuras experiencias de capacitación docente, puesto que el taller se
concibió como una experiencia piloto. La mayor parte de preguntas incluidas en la
encuesta eran de respuesta múltiple o siguiendo la escala de Likert, dado que
cuantificar el nivel de satisfacción y conocimiento alcanzado se consideró
prioritario.

A lo largo del primer día, se presentó al grupo participante el contexto general


de la Sección J y la Agenda 2030, así como todas las iniciativas emprendidas por la
UNESCO-UniTWIN on Gender, Media, and ITCs para promover la igualdad de género
en los medios de comunicación, incluido el desarrollo paralelo de la plataforma en
línea AGEMI (Advancing Gender Equality in Media Industries). Consideramos que
conocer el contexto global en el que nos encontramos era importante, puesto que
los recursos sobre los que se trabajó durante el taller surgen en un marco
institucional muy específico. En la primera sesión, nos enfocamos específicamente
en los Indicadores de Género e introdujimos la primera tarea del taller: elaborar un
estudio de caso a partir de la implementación de dichos indicadores. Dado que
combinar una perspectiva internacional y una nacional también era importante para
nuestros propósitos, también se pidió a los participantes que reflexionaran sobre el
contexto español en relación con la implementación de una perspectiva de género
en los estudios de comunicación.

228
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

Imagen 1. Extracto del programa de los talleres. Fuente: Elaboración propia.

En la segunda sesión, se pidió a los participantes que presentaran sus


conclusiones sobre los estudios de caso analizados a partir de los indicadores y, tras
la lectura del artículo «Beijing+25: Tacking Stock and Actualizing Section J through
Transnational Collaboration» (Padovani, 2019), se debatieron colectivamente las
consecuencias negativas de la Agenda 2030 para el avance de la igualdad de género
en los medios y en el campo de la educomunicación. Además, el grupo conoció en
detalle las diferentes secciones, los enfoques metodológicos y las posibles
aplicaciones del New Syllabus y presentó sus ideas preliminares para los módulos de
enseñanza basados en la propuesta curricular. El último día, las personas asistentes
presentaron sus propuestas finales de planes de estudio y recibieron comentarios y
feedback de la profesora Claudia Padovani, presidenta europea de la Red UNESCO-
UniTWIN on Gender, Media, and ITCs y Karen Ross, co-fundadora de la plataforma
AGEMI y profesora de la Universidad de Newcastle. En este sentido, es importante

229
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

destacar que se contó con apoyo institucional de la Red UNESCO-UniTWIN desde el


mismo momento en que se concibió el diseño de los talleres.

En cuanto a los antecedentes del grupo participante en el taller, la mayoría


(70%) tenían entre 25 y 35 años, con un 60% mujeres y un 40% hombres, lo que
sugiere que implementar un enfoque de género en la educación en comunicación no
es algo que concierne o interesa solo a las mujeres que trabajan en el campo. El 40%
realiza sus investigaciones en el campo de la comunicación audiovisual, con el
mismo número trabajando en periodismo y solo el 20% en publicidad; solo una de
las participantes no incluyó la perspectiva de género en su principal proyecto de
investigación, es decir, su tesis doctoral. Dado que nuestro objetivo a la hora de
diseñar el taller no estaba únicamente relacionado con el ámbito
académico/docente, sino también encaminado a la reflexión de las prácticas
profesionales de los y las asistentes en sus respectivos ámbitos, cabe destacar que
el 70% habían desarrollado su carrera laboral en comunicación corporativa, medios
de comunicación o publicidad. Curiosamente, el 60% del alumnado participante ya
había recibido alguna formación en el campo de género y educomunicación, aunque
solo una persona había tenido un módulo obligatorio en género y comunicación
como parte de sus estudios universitarios, habiendo participado el resto en
actividades voluntarias como seminarios y conferencias. Todo el grupo consideró
que recibir una formación específica en género era un aspecto muy importante para
todos los estudiantes universitarios en el ámbito de la comunicación y el 80% juzgó
dicha formación totalmente ausente o apenas presente en los estudios
universitarios españoles de comunicación, periodismo y publicidad. El 70%
manifestó que hay poco interés de las instituciones en implementar módulos de
género en dichos estudios. En cuanto a su conocimiento previo de las iniciativas
implementadas por UNESCO y UNESCO-UniTWIN on Gender, Media, and ITCs, el 50%
había oído hablar de ellas, aunque la mayoría solo había oído hablar de la Agenda
2030 y sus objetivos relacionados con la igualdad de género.

230
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

Imagen 2. Gráfica 1. Fuente: Elaboración propia a partir de las respuestas del


cuestionario pasado a participantes del primer taller de capacitación docente

4. Resultados del taller

En cuanto a los resultados del taller, el 90% consideró el New Syllabus una
herramienta muy útil para integrar la perspectiva de género en los estudios de
comunicación, llegando al 100% a la hora de valorar la utilidad de los Indicadores
de la UNESCO. Al finalizar, el 80% estaba familiarizado o muy familiarizado con el
programa de estudios y sus diversas secciones y recursos pedagógicos, alcanzando
nuevamente el 100% al evaluar su conocimiento de los Indicadores. El 70%
consideró de gran utilidad los temas y subtemas del Syllabus, así como la bibliografía
sugerida —el 30% restante lo consideró «útil»— para desarrollar propuestas de
módulos didácticos que integren la perspectiva de género en los estudios de
comunicación. En cuanto a los enfoques metodológicos propuestos por el New
Syllabus, el porcentaje de participantes que pensaban que eran muy útiles se elevó
al 80%. Al valorar la utilidad de los diferentes recursos recogidos en la propuesta
curricular, el abanico de temas y subtemas —es decir, las unidades didácticas—
propuestos fueron los favoritos (60%), seguidos de cerca por los Indicadores
correspondientes a cada uno de los apartados. (40%), los distintos enfoques
metodológicos propuestos (40%) y la bibliografía sugerida (20%).

231
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Imagen 3. Gráfica 2. Fuente: Elaboración propia

En cuanto a sus secciones favoritas, el tema «Representación, Lenguaje y


Discurso» fue calificado como el más importante y útil en relación al avance de la
igualdad de género en los medios, también considerado el más relevante en el
contexto español. Cuando se les preguntó si pensaban que el programa debería
incluir otro tema o sección, las personas participantes sugirieron incluir una unidad
temática sobre arte contemporáneo y género y otra que se enfocara específicamente
en herramientas pedagógicas para educadores que trabajan fuera del contexto
universitario (educación primaria y secundaria, asociaciones culturales, etc.), un
enfoque ciertamente interesante para incorporar en futuras propuestas
desarrolladas por la red UNESCO-UniTWIN.

Cuando se les preguntó sobre la posibilidad de adaptar el New Syllabus a los


diferentes contextos (educativo, político, religioso) que existen en el mundo, la
respuesta fue afirmativa de forma unánime. Este fue un enfoque interesante, ya que
la idea de contrastar las diferentes realidades de los medios se mencionó en las
conclusiones del taller. Tanto la profesora Padovani como la profesora Ross
coincidieron en que si alguno de los módulos presentados por los participantes
pudiera ser implementado en un marco educativo formal, sería muy útil a la hora de
estudiar las diferencias en materia de igualdad de género en los medios de
comunicación entre diferentes países.

Las tareas prácticas llevadas a cabo en el taller —el estudio de caso con los
Indicadores y el desarrollo de un módulo de enseñanza basado en el Syllabus

232
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

(incluyendo objetivos, resultados del aprendizaje, metodología, contenidos


estructurados y bibliografía)— se clasificaron como las actividades más
interesantes del módulo. Además, todas las personas participantes opinaron que la
calidad de las propuestas curriculares era alta (50%) o muy alta (50%). Sin
embargo, la mayoría pensó que sería probable (o muy probable) que su universidad
implementase los módulos diseñados en el taller únicamente en forma de
asignaturas optativas, lo que implicaría que solo aquellos estudiantes ya dispuestos
a aprender sobre género y medios de comunicación recibirían formación en el tema.

La valoración general del taller fue muy positiva (el 80% opinó que la
organización era excelente y el 20% restante dijo que era buena); cuando se les pidió
que nos dieran sugerencias para mejorar futuros talleres desarrollados en el marco
de esta red UNESCO-UniTWIN, la respuesta más común fue alargar la duración del
workshop, ya que teníamos que cubrir una amplia gama de recursos, temas y
enfoques en un tiempo limitado. Esto es algo que se tendrá en cuenta a la hora de
organizar los próximos talleres.

5. Conclusiones

En cuanto al primer objetivo de este proyecto de investigación, que fue


proponer una revisión crítica de la despolitización del objetivo 5 de la Agenda 2030,
todas las personas que participaron en el taller acordaron que, aunque es cierto que
ésta constituye un gran logro comunicacional en tanto en cuanto ha llegado de
manera efectiva al público en general, también existe un riesgo potencial de que la
articulación detallada de los temas y desafíos establecidos por la Sección J sea
diluida por la atención que las instituciones nacionales e internacionales están
dando a la Agenda 2030. En consecuencia, estuvimos de acuerdo con la conclusión
de Padovani (2019) de que la comprensión articulada de las desigualdades de
género en los medios de comunicación consagrada en la Sección J puede que ya no
informe ni dé forma a las políticas, lo que resultará en estrategias no integrales ni
efectivas a nivel nacional e internacional. En este sentido, nuestra comprensión
crítica de la agenda actual de la ONU con respecto al avance de la igualdad de género
en los medios de comunicación aboga por una actualización de la Sección J en lugar

233
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

de una disolución en los objetivos más amplios genéricos establecidos por la Agenda
2030.

En cuanto a nuestra propuesta de marco de acción para implementar futuros


talleres a partir de los resultados obtenidos en la Universidad Complutense,
podemos afirmar con seguridad que el impacto global de la formación en género y
medios de comunicación recibidos fue muy positivo. En este sentido, si las iniciativas
futuras se llevan a cabo con el objetivo de brindar capacitación en género a futuros
profesores y profesionales de la comunicación, la estructura general, metodología y
objetivos del taller que organizamos sin duda será constituyen un punto de partida
útil, aunque definitivamente sería aconsejable dedicar más tiempo a dichos futuros
talleres. Para profundizar en los resultados obtenidos, cabe señalar que el alumnado
que participó en el taller elaboró tres módulos didácticos diferentes, aunque muy
valiosos, para integrarlos en los estudios universitarios de comunicación.

El primer grupo decidió, desde una perspectiva general, crear un programa


que aborda varios temas relacionados con el New Syllabus, para que la asignatura de
Comunicación y Género se adapte a cualquier área de estudio y se ofrezca en
diversas titulaciones. En este sentido, el alcance más amplio del módulo resultó en
la inclusión de todos los temas y subtemas enumerados en el Syllabus como áreas de
contenido clave para el curso propuesto.

El segundo grupo optó por enfocarse en la Perspectiva de Género en el


Periodismo Político con el fin de brindar a los estudiantes las habilidades necesarias
para criticar textos políticos en los medios y analizar las prácticas políticas
contemporáneas desde una perspectiva de género, así como adquirir las habilidades
necesarias para convertirse en periodistas políticas aplicando los indicadores de la
UNESCO. Cabe señalar que los Indicadores se consideraron una herramienta muy
útil, y la tarea de utilizarlos para realizar un estudio de caso fue un éxito. En cuanto
a las noticias elegidas por el alumnado participante para sus estudios de caso, la
mayoría se centró en el tema de la violencia contra la mujer, un rasgo temáticamente
destacado tanto en el New Syllabus como en los Indicadores y quizás, un área
especialmente interesante para el análisis de género, estereotipos y
representaciones sexistas en los medios informativos. Curiosamente, el mismo

234
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

grupo que presentó una propuesta de módulo de Periodismo Político también optó
por centrarse en el estudio de caso de la cobertura mediática de las mujeres políticas
en el contexto español, lo que manifiesta un gran interés por el tema. Sin embargo,
solo este grupo hizo referencia específica a los indicadores de género de la UNESCO
al presentar el contenido y la estructura de su propuesta curricular.

El último grupo elaboró un proyecto centrado en el subtema de la


masculinidad y los medios, basado en el tema de «Representación, Lenguaje y
Discurso». Algunos de los enfoques que sentaron las bases de este módulo fueron el
histórico, el feminista, la diversidad sexual LGBTIQ+ y las masculinidades, a pesar
de que se debatió cómo el tema de las masculinidades no se explora con suficiente
profundidad en el Syllabus. De hecho, el enfoque sobre masculinidades es un área de
conocimiento que está ganando cada vez más relevancia en los estudios de género y
medios en España. Además, no se debe dejar de mencionar que dos de los grupos
incluyeron en sus propuestas submódulos específicos centrados en realidades
LGTBIQ + y la Teoría Queer, tema que se menciona como un subtema de interés en
el Syllabus, pero al que se debe prestar más atención.

Con respecto a las secciones del Syllabus de las que se obtuvieron la mayoría
de los recursos, el tema más elegido fue el de «Representación, lenguaje y discurso»,
ya que todos los módulos hicieron más énfasis en cuestiones de representaciones de
género dentro del contenido de los medios en lugar de centrarse en las
desigualdades estructurales entre hombres y mujeres en la propia industria. Dicho
enfoque es, de hecho, uno de los favoritos tanto del alumnado como de quienes
investigan el campo del género y los medios. Si bien la bibliografía proporcionada
por el Syllabus constituyó un punto de partida útil, el grupo participante amplió aún
más los recursos bibliográficos implementados en sus módulos, ya que —
especialmente el módulo de periodismo político y el de masculinidades— requerían
de más textos específicos para construir una propuesta sólida. Quizás el aporte más
valioso derivado de la presentación de las propuestas del módulo didáctico tuvo que
ver con las actividades específicas sugeridas por el alumnado, que incluyeron
encuentros con mujeres periodistas políticas (para el segundo grupo); la creación
de un cortometraje centrado en la igualdad de género (para el primero); y el análisis

235
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

de un producto de la cultura pop desde la perspectiva de masculinidades


hegemónicas y alternativas para el tercero.

En definitiva, es fundamental que tanto el alumnado como el personal


docente del área de comunicación y TICs reciban capacitación sobre los temas que
rodean las desigualdades de género en los distintos medios de comunicación, en el
espacio del trabajo audiovisual, periodístico y en los entornos digitales; capacitación
que permitirá a las nuevas generaciones de profesionales desarrollar una
comprensión consciente del género, del contenido producido por los medios de
comunicación, el entorno de trabajo en el que operan, las diferentes oportunidades
y desafíos para las mujeres y los hombres, en la participación y el acceso, e incluso
para los puestos de decisión. Los recursos desarrollados por UNESCO y la red de
universidades UNESCO-UniTWIN on Gender, Media, and ITcs constituyen un
excelente punto de partida, pero concretar sus propuestas temáticas, nodos
conceptuales y recursos en módulos de enseñanza específicamente adaptados a los
diversos contextos socioeducativos —por ejemplo, a través de experiencias de
capacitación docente como la aquí reseñada— sin duda contribuirá al avance de la
igualdad de género en el ámbito de la educomunicación, resultando en un impacto
real y tangible en las diversas universidades y empresas mediáticas.

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239
Análisis de la educación y cambio social: feminización sin
feminismo

Antonio Nadal Masegosa


Universidad de Málaga
antonionm@uma.es

Lourdes Aranda
Universidad de Málaga
maragar@uma.es

Resumen

Educación y cambio social es una asignatura obligatoria en el Grado en Educación


Infantil de la Universidad de Málaga, no dándose una circunstancia análoga en los
planes de estudio de dicho grado en el resto de universidades andaluzas no privadas
donde se oferta dicha titulación, es decir en las que se encuentran en Almería,
Córdoba, Granada, Jaén y Sevilla. Pese a la masiva presencia femenina en este Grado,
no encontraremos en la guía docente de esta materia palabras como mujer o
feminismo.

Pese a que las competencias específicas del Grado incluyen el “diseñar y regular
espacios de aprendizaje en contextos de diversidad que atiendan a las singulares
necesidades educativas de los estudiantes y a la igualdad de género” (Orden
ECI/3854/2007, Anexo, apartado 3), y los módulos de formación básica el analizar
e incorporar de forma crítica los cambios en las relaciones de género, esto no
sucedería.

240
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

Palabras clave

Cambio social, Educación, Educación de la primera infancia, Feminismo, Mujer.

1. Introducción

En modo alguno podemos considerar la formación universitaria como una


cuestión baladí, y más teniendo en cuenta que las profesiones que se derivarán de
ella, en muchas ocasiones, no estarán destinadas a enriquecer a empresas locales o
multinacionales, sino que tendrán en su mano a personas, en el caso de grados como
magisterio, a niñas y niños de corta edad, absolutamente influenciables y totalmente
vulnerables, frente a una sociedad marcada por el ánimo de lucro, el marketing, el
individualismo, el egoísmo o la ignorancia… eso que eufemísticamente el sistema
denomina sociedad del conocimiento, pero que no es más que destrucción ecológica,
insolidaridad y muestras de atraso en lo humano, social y vegetal.

Probablemente la enseñanza infantil, entre otras cuestiones por no estar en


la actualidad legislada como obligatoria para la población residente en el Estado
español, no contaría con grandes espacios de debate más allá de aquellos puramente
académicos, lo cual implica que no sepamos a ciencia cierta qué criterios se aplican,
qué hechos suceden y en sí, cuál es el día a día tras las aulas de guarderías y centros
infantiles de todo tipo.

En consonancia con el párrafo anterior, las materias objeto de estudio en los


grados no son objeto de debate, como tampoco lo son todo tipo de leyes, normativas,
vocabulario autodefinido como pedagógico, ideología y pensamiento único
procedente de un mundo anglosajón alejado de las fronteras ibéricas en lo
estrictamente humano, pero bien presente a través de una cultura escolar y
universitaria impuesta en esta sociedad neoliberal (Pérez, 2004).

Si no es objeto de discusión general el paradigma dominante, ni en las


ciencias autodefinidas como exactas, ni tampoco en las autodefinidas como sociales,
menos aún lo son los criterios de contratación del profesorado, con lo cual en las
universidades podemos encontrarnos con todo tipo de circunstancias

241
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

rocambolescas y surrealistas que darían para auténticas tesis doctorales. Sin


embargo, en este escrito nos centraremos en la ausencia de cualquier óptica
feminista en una asignatura, Educación y cambio social, obligatoria en el Grado de
Educación Infantil de la Universidad de Málaga, donde, ante una absoluta presencia
femenina, llegando en algún grupo a una proporción de 70 mujeres frente a dos
hombres en el curso 2018/2019, el grupo de profesorado que se encargaba de su
docencia era 100% masculino, lo cual probablemente hiciera mella en una guía
docente elaborada por un coordinador de asignatura donde el feminismo brilla por
su ausencia.

1.1. Marco teórico

Según el psicoanalista Luis Bonino, el micromachismo está relacionado y


tiene que ver con las “prácticas de dominación y violencia masculina en la vida
cotidiana, del orden de lo "micro", al decir de Foucault, de lo capilar, lo casi
imperceptible, lo que está en los límites de la evidencia” (Benalcázar-Luna y
Venegas, 2015, p. 145). Sí, como veíamos en la introducción, no hay cuestionamiento
de lo establecido en tantas cuestiones, a niveles micro los procedimientos se hacen
aún más complejos. Es por ello que habría que estudiar los factores de feminización
de la enseñanza infantil, y los porqués de la existencia de una asignatura como
Educación y cambio social, hecho que únicamente sucede en la Universidad de
Málaga, a nivel andaluz, en el Grado de Educación Infantil. Ello nos llevaría a un largo
proceso, por lo cual nos detendremos en conocer algo de la feminización de la
enseñanza, y algunos factores que implican una dominación de la mentalidad
dominante en la enseñanza, la cual prosigue la inculcación, como proceso histórico,
de todo aquello del amo, como son autoridad, sumisión, explotación, y por supuesto,
patriarcado.

Sin un pertinente análisis crítico, no podremos entender la enseñanza como


un proceso de control social, y de perpetuación de la especie humana en lo alto de la
jerarquía terrestre. Y la historia no tiene por qué ayudarnos:

La historia, genealógicamente dirigida, no tiene como finalidad reconstruir las


raíces de nuestra identidad, sino por el contrario encarnizarse en disiparlas; no
busca reconstruir el centro único del que provenimos, esa primera patria donde

242
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

los metafísicos nos prometen que volveremos; intenta hacer aparecer todas las
discontinuidades que nos atraviesan (Foucault, 1980, p. 27).

Si a citas así del maestro Foucault añadimos la perspectiva de género,


podremos apreciar que androcentrismo, patriarcado, y machismo, tanto forman
parte de la historia, pasada y presente, como son obviados. Es por ello que
necesitamos la aportación de la Doctora Montserrat Moreno (2000) para ser
conscientes de que se crearon dos modelos de género que encorsetan y limitan, así
como que no es nuestra percepción de los fenómenos lo que nos hace tener nuestra
mentalidad, sino que lo que nos transmiten, las ideas ajenas de quienes tienen la
autoridad para manipularnos, es aquello que probablemente la mayoría acabe
creyendo que piensa por sí misma o por sí mismo, dado que una mayoría al servicio
de la continuidad del régimen está encargada de que nada, en esencia, cambie. Y es
que

Sólo [sic] quien es varón burgués, blanco, heterosexual, cabeza de familia y


ciudadano de país poderoso está libre de toda forma de opresión o discriminación.
Al menos, de aquéllas que atañen a su misma identificación como sujeto. Quien
reúna esas características estará libre de sospecha, de toda presunción social de
que ha de ser tratado como “algo” lo que sea, pero no como sujeto pleno. Que sea
realmente libre es otra cuestión (Marqués, 1983, p. 85).

En el ámbito de la enseñanza, los modelos de género siguen corroborándose


a través de los datos oficiales, y no solo desde la obra que escribiera la Doctora
Moreno en los años ochenta, sino a día de hoy. Según los últimos datos a nuestra
disposición, en el curso 2016-17 la proporción de alumnas en Ingeniería y
Arquitectura (25%) no solo no ha crecido, sino que se ha reducido un punto respecto
a los cursos anteriores, con lo cual seguimos encontrándonos con que las mujeres
estudian grados relacionados con Ciencias de la Salud, siendo el 72% del alumnado
de estas carreras femeninas, y Artes y Humanidades, con un 62% de mujeres (Puy,
2018, p. 27). Si nos centramos en el Grado de Educación Infantil, la tasa femenina
suele superar el 90% de alumnado en la Universidad de Málaga.

La formación, para una población estudiantil tan abrumadoramente


femenina como la que llena las aulas del Grado en Educación Infantil de la

243
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Universidad de Málaga, es, a priori, inexistente, y para ello solo hay que observar la
programación docente para el curso 2019-2020. Encontraremos hasta ocho
didácticas, teoría de la educación, psicología de la educación, educación para la
ciudadanía y los derechos humanos, tres asignaturas de plástica… toda una oferta
de 46 asignaturas, en las cuales ninguna hace relación directa a la mujer, o al
feminismo. Eso sí, Religión, cultura y valores no deja de ofertarse. En el órgano de
gobierno de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga, sin
embargo, la mayoría femenina es abrumadora, con siete de los nueve cargos, decana
incluida, ocupados por mujeres, lo cual no ha revertido, como vemos, en una mayor
atención al género en la programación docente, pese a que algunas de las docentes
en cargos decanales imparten docencia en el Grado de Educación Infantil.

Trascurriendo, pues, de lo general a lo particular, comprobamos sin grandes


dificultades como hasta rompiendo la segregación vertical de género, eso que
denominan algunas autoras y autores, techo de cristal (Gallego et al., 2013, Heredia
et al., 2002; Sarrió et al., 2002), en los cargos de gobierno, ello no tiene que implicar
atención alguna al género, en lo que a programación docente se refiere, si bien
probablemente habría que efectuar un análisis de la participación de estas
jerarquías académicas en sus respectivos departamentos.

2. Método

El presunto nuevo mundo que han traído consigo las tecnologías implicó, o
debiera haber implicado, desde hace mucho tiempo, que no solo libros, estadísticas
vacías, leyes o fuentes orales supusieran los orígenes de la información,
ampliándose las metodologías clásicas, dicotómicas probablemente en demasiados
casos, a nuevas vías: “etnografía virtual, etnografía digital, ciberantropología,
etnografía mediada, netnografía, antropología de los medios, etnografía del
ciberespacio, etnografía de/en/a través de Internet” (Ruíz y Aguirre, 2015, p. 70).

Hoy, perfectamente encontramos a disposición de cualquier persona con


acceso a un dispositivo electrónico con conexión a internet, la posibilidad de acceder
a fuentes primarias, lo cual es un enorme beneficio para la investigación, pues

244
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

implica la corroboración por quien lo desee de cualesquiera resultados se obtengan,


o bien su refutación.

El paradigma cualitativo bajo el cual trabajamos supone la fusión de la


etnografía virtual a través de internet con el clásico análisis de documentos, a lo cual
se añade el privilegio de poder efectuar comparativas entre lo que acontece en
distintas facultades de distintas ciudades andaluzas sin necesidad expresa de
desplazamiento, pues las programaciones docentes están publicadas en línea.

Nuestra investigación procedió a conocer las programaciones docentes de


todos los grados en educación infantil de las universidades de Almería, Córdoba,
Granada, Jaén y Sevilla, estableciendo como base la asignatura de Educación y
Cambio Social, de la Universidad de Málaga. Se pretendía conocer si dicha
asignatura, o similar, se encontraba en los grados infantiles de dichas facultades. Con
anterioridad a ello, se había analizado la presencia de temática de género en la guía
docente de la mencionada materia, ya fuera en las recomendaciones y orientaciones,
contexto, contenidos de la asignatura, actividades formativas, criterios de
evaluación, procedimiento de evaluación o bibliografía y otros recursos, siendo
todas estas cuestiones aquellas que compusieron la citada guía el pasado curso
2018/2019, y así lo hacen en el presente curso 2019/2020, donde, no haciéndose
honor al nombre de la asignatura, la guía docente es calcada a la del curso anterior .

3. Resultados

Gracias a la repetición de la guía docente mencionada en el apartado anterior,


los resultados de esta investigación son similares entre el pasado curso y el actual,
en lo que a análisis de los objetos analizados se refiere. En primer lugar, sin embargo,
veremos la presencia, o no, de la asignatura Educación y Cambio Social en los
distintos grados de educación infantil de las universidades andaluzas.

Por orden alfabético, empezando por el Grado en Educación Infantil de la


Universidad de Almería, no encontraremos nada en sus asignaturas ordenadas por
cursos relacionado con educación y cambio social, y en sí, nada relacionado con el
feminismo.

245
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En el grado que analizamos en la Universidad de Córdoba tampoco


encontramos ninguna referencia al cambio social, y solo encontramos una
asignatura optativa, de cuarto curso, Adquisición y desarrollo de la identidad sexual
y de género y coeducación, con el mismo peso que Religión, cultura y valores, es
decir, seis créditos, relacionada con lo que investigamos.

La Universidad de Granada, por su parte, en el grado correspondiente, no


ofrece nada relacionado ni con el cambio social ni con el feminismo, aportando como
módulo de complemento al título, dos materias quizás opuestas, La iglesia y los
sacramentos, y Pedagogía y didáctica de la religión. Algo similar sucede en la
Universidad de Jaén, donde ni cambio social ni feminismo son contemplados, pero
sí, como optativa dentro del grado, con seis créditos, encontramos Pedagogía y
didáctica de la religión católica.

Por fin, en la Universidad de Sevilla, pese a que no encontremos referencia al


cambio social en su programación de grado correspondiente, tampoco encontramos
docencia relacionada con religión alguna, y sí una asignatura obligatoria llamada
Diversidad y Coeducación, habiendo entrado en vigor el pasado curso 2018-2019.
En esta materia, por fin, habría una aproximación conceptual a la diferencia sexual,
se trataría sobre niños y niñas en la escuela, se analizaría la realidad social y
educativa y habría un diagnóstico de situaciones de desigualdad de género y de
formas de transmisión del sexismo en el ámbito social y educativo.

En lo concerniente al contenido de la asignatura Educación y Cambio Social


del Grado en Educación Infantil de la Universidad de Málaga, en su guía docente no
encontraremos rastro de mujer o feminismo, apareciendo el género en la mención
de las competencias específicas del Grado, Orden ECI/3854/2007, Anexo, apartado
3, donde se menciona el diseñar y regular espacios de aprendizaje en contextos de
diversidad que atiendan a las singulares necesidades educativas de los estudiantes,
a la igualdad de género, a la equidad y al respeto a los derechos humanos -donde ni
tan siquiera se emplea un lenguaje inclusivo-, y en la descripción de las
competencias específicas de los módulos de formación básica de la citada orden,
donde se afirma la necesidad de analizar e incorporar de forma crítica las cuestiones
más relevantes de la sociedad actual, entre las cuales se mencionan los cambios en

246
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

las relaciones de género e intergeneracionales. Todo ello no tiene desarrollo


posterior en temario o bibliografía.

El análisis de la bibliografía, dado que no hay presencia femenina en la guía


docente, podría aportarnos alguna perspectiva feminista, en al menos alguna obra,
en una lista que se denomina, en la guía docente de la asignatura, como básica. Ya
que el análisis de las fuentes se hace precisamente eso, básico, paremos a comprobar
si hay estudio de género alguno en siquiera uno de los libros o artículos de la
asignatura.

Nuevamente, género y mujer no aparecen, ni tampoco coeducación o


feminismo, o niña, machismo o micromachismo. En la primera obra de la
bibliografía, Hacia escuelas eficaces para todos: Manual para la formación de
equipos docentes, todos los autores son masculinos, como también lo son Mel
Ainscow, Michael W. Apple y James A. Beane, autores de las dos obras siguientes, y
no es hasta Babette Brown (2009), profesora de Educación Infantil, cuando
encontramos, a través de su obra de 154 páginas Desaprender la discriminación en
Educación Infantil, donde se halla por fin algo en torno al sexismo, estereotipos de
género y algunas cuestiones, que de forma breve, podríamos incluir dentro de
análisis tendentes a entender el micromachismo.

Tras lo que podríamos llamar un espejismo, encontramos en la bibliografía


cinco publicaciones del coordinador de la asignatura, Ignacio Calderón, uno con una
mujer como coautora, Sabina Habegger, pero donde solo se habla de Rafael Calderón
Almendros, hermano del autor, que en 2012, según Educación, hándicap e inclusión,
sería el primer español con síndrome de Down que obtiene el grado profesional de
Música.

Tras obras de Mariano Fernández Enguita y Howard Gardner, hay una obra
de Elinor Goldschmied y Sonia Jackson, La educación infantil de 0 a 3 años (2007),
que me recordaría a una especie de libro de instrucciones, con epígrafes
mayoritariamente de una o dos páginas, donde encontraríamos algo sobre la
educación infantil y la protección de la niña (p. 210) o el papel de la escuela infantil
en la protección de la niña (p. 222), pero realmente poco relacionado con enfoques
feministas, bajo mi punto de vista.

247
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Tras autores como Fernando Hernández (2017), Ivan Illich y Pierre Furter
(1974), y Alvaro Marchesi y Carlos Hernández (2003), hay un libro con Montserrat
Payá como coautora (2016), donde nada hay en torno a la coeducación o el
feminismo, hecho análogo a lo que sucede con otra obra coescrita por Maria Rosa
Buxarrais (2015).

En las obras siguientes, no hay mujeres: Educación moral y democracia (Puig


y Martín, 1998), La tarea de educar (Puig, 2007), Aprender juntos alumnos
diferentes (Pujolas, 2017), para llegar a Rebecca Austin (2009)… y tampoco
encontrar ningún enfoque de género en 150 páginas.

Penny Ritscher (2017) no nos ofrece nada de feminismo, así como tampoco
Construyendo escuela: Las técnicas Freinet 50 años después (Romero de Ávila,
2017), ni Jean Rudduck y Julia Flutter (2007), ni Cristóbal Ruiz (2003), ni Carmen
Sanchidrián (2010), ni Susan Stainback y William Stainback (2007), ni la Unesco
(2017), ni otros cuatro autores, masculinos, siguientes.

Las editoriales de las publicaciones incluidas en la bibliografía de la


asignatura comparten un mismo patrón comercial, siendo, de las 40 que se incluyen,
11 libros de Octaedro (misma editorial que publica al coordinador de la asignatura)
o nueve de Morata (con ambas ya tenemos el 50%), siendo el resto de obras de
Paidós (4), Narcea (3), Graó (2), Alianza, Santillana… Solo hay dos obras editadas
fuera del Estado español, la de la Unesco (2017), en París, y la de Illich (1974), en
Buenos Aires.

13 autoras o coautoras entre 40 obras bibliográficas de Educación y Cambio


Social, es decir, el 32.5%, no suponen ningún enfoque feminista para un grado cuya
matriculación no suele bajar de una proporción de un 90% de mujeres, pues, como
es obvio, ser mujer no implica ser feminista.

4. Discusión

El conocimiento emergente fruto de la investigación, o al menos de aquella


que no se configura como profecía autocumplida o como sometida al pensamiento

248
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

único de una ciencia al servicio del monopolio del conocimiento al servicio de la


continuidad del régimen (Feyerabend, 2001), implica que logremos conocer un alto
número de cuestiones, las cuales no eran, a priori, objeto de adquisición o de
aprendizaje en base a los deseos iniciales de conocimiento.

En primer lugar, se desconocían, por parte de quienes investigaban, las


programaciones docentes, por lo cual se pretendía efectuar un análisis comparado
entre las distintas materias de Educación y cambio social de los diferentes grados en
educación infantil, lo cual se veía imposibilitado por la inexistencia de dicha materia,
o similar. Las preguntas que pueden surgir a este respecto son variadas. ¿No se
considera en las universidades andaluzas la educación un factor de cambio social?
¿Cuáles son los motivos reales de la existencia de una asignatura así solo en la
Universidad de Málaga? De mucho mayor calado sería preguntarnos si la educación
ha implicado, o aún lo hace, cambio social, para lo cual debiéramos servirnos de
distintas disciplinas, desde la historia, hasta la antropología, sociología,
probablemente psicología, sin duda economía…

Dado que no existía la opción de establecer criterios entre una misma


asignatura, el campo se ampliaba, tratándose de conocer la formación en género que
tendría un grado, antiguamente llamado licenciatura, como el Grado en Educación
Infantil, donde el alumnado es amplia y mayoritariamente, de forma abrumadora,
femenino, hecho que obviamente no es casual.

La formación en base a las materias encontradas con respecto a cuestiones


tales como el feminismo o la coeducación es prácticamente inexistente en las
universidades andaluzas en los estudios infantiles abordados, lo cual implica no
precisamente un cambio social.

Análisis aparte merecería la bibliografía autodenominada básica de la


asignatura. Conocidos los resultados, podríamos comenzar con la editorial Octaedro
(Barcelona, 1992), autodefinida como especializada en libros sobre educación, tanto
para el desarrollo del profesorado como para la actualización del alumnad. Entre sus
temas, disponibles en su página de internet, que suman un total de 56, encontramos
un orden alfabético inicial, tras el cual hay dos categorías, sin orden alfabético,
siendo el segundo tema de esta la religión; la última categoría temática es desarrollo

249
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

profesional del profesorado universitario, en la cual, tanto en ella como en el total


de temas, “mujer” ocupa el antepenúltimo lugar, es decir, el puesto 53 de 56.
Pinchando sobre mujer, encontramos únicamente Transcendir més enllà de l’Olimp,
libro en catalán, idioma que no hablamos. En la descripción de la editorial, pese a
mencionarse un catálogo de 1430 libros vivos , por tanto, nada se menciona de
mujer, feminismo o coeducación, mencionándose un programa editorial para la
enseñanza de la lengua catalana a “no catalanes”, decrecimiento, la conservación de
los ecosistemas, la salud, la salud mental, la filosofía de la vida, o la enseñanza de la
lengua española para extranjeros, todo ello, concluyendo con que se trata de
“prestigio editorial SPI acreditado (Primer cuartil en el Scholarly Publishers
Indicators).”

Pasemos a la segunda editorial más empleada en Educación y Cambio Social,


Morata. La Editorial Morata cuenta con 213 temas, en orden alfabético. Entre ellos,
no existen coeducación, niñas o mujer, pero sí género, con 24 obras, feminismo (22),
igualdad (3) o violencia de género (1). Algunas de las obras incluidas en estas
categorías probablemente serían muy interesantes para la formación en género, si
bien otras nada o poco hablan de estas cuestiones pese a encontrarse y contar entre
las 24 de género de la editorial, como Escuelas y Justicia Social (Connell, 2006),
Capitalismo. Una conversación desde la Teoría Crítica (Fraser y Rahel, 2019), o
Abriendo la escuela. Lingüística aplicada a la enseñanza de lenguas (Jung y López,
2003), obra también incluida en la sección de feminismo, donde la descripción que
podríamos hacer es prácticamente análoga a la anterior sobre la categoría de
género.

La Editorial Morata, nacida en 1920 y publicando desde entonces hasta hoy,


por tanto, tendría por tanto cuatro temas relacionados con el tema que nos ocupa,
es decir, un 1.88% de sus 213 de temas. Ni Morata ni Octaedro incluyen
micromachismo entre sus temáticas.

Tercera editorial en número de publicaciones de la bibliografía de Educación


y cambio social es Paidós, que pertenece a la multinacional Grupo Planeta desde
2003, aunque su fundación se remonta a plena dictadura franquista, acaecida en
1945. Esta editorial cuenta con 22 temáticas, no encontrándose entre ellas mujer,

250
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

niñas, coeducación, feminismo, género, igualdad o micromachismo. Sí es posible


encontrar 85 publicaciones sobre religión, 233 de autoayuda o 19 de ocio o
entretenimiento.

La cuarta editorial empleada en la asignatura analizada es Narcea, también


nacida durante la dictadura franquista, en 1968, que cuenta con más de 2500 títulos
publicados, bajo dos líneas de producción muy definidas: la edición de obras de
pedagogía y psicopedagogía, sociología, humanidades, trabajo social, estudios
universitarios y estudios de género, y la edición de libros de espiritualidad para la
formación religiosa cristiana. Dentro de sus 128 materias, podemos mencionar:
estudios de género, dentro de su categoría de educación, y, dentro de su categoría
de espiritualidad, género y mujer, y teología feminista. Dentro de estudios de género,
el primer libro que nos ofrece esta editorial es Elisa Giambelluca. Como si fuera tan
fácil (González, 2019), miembro de la Institución Teresiana desde 1964 hasta su
muerte, y presentada para ser beatificada.

En definitiva, y vistos los resultados, no se logra encontrar apenas atisbo de


feminismo tampoco en las editoriales más empleadas de la bibliografía básica de la
asignatura de Educación y cambio social, tres de las cuales operaron durante la
dictadura, tres de las cuales tienen más libros de religión que de género… y todas
ellas con apenas dedicación, en lo que a porcentaje de edición se refiere, al tema que
nos ocupa.

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252
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

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253
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

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254
Revisión bibliográfica y líneas de investigación en los estudios
de género

Nereida Cea
Universidad de Málaga
nereidacea@uma.es

Resumen

En el trabajo de realiza un análisis de los trabajos académicos publicados y recogidos


en la base de datos de Web of Science sobre estudios de género. De acuerdo a este
objetivo se analizan los principales indicadores bibliográficos y bibliométricos de la
producción académica seleccionada. El resultado aporta elementos de conocimiento
sobre la evolución de la investigación en esta materia. Se utiliza un método mixto,
puesto que el análisis cuantitativo de indicadores, se complementa con un análisis
de contenido cualitativo, que permite conocer mejor las principales líneas de
investigación y los enfoques metodológicos empleados.

Palabras clave

Género, estudios de género, feminismo, literatura académica, análisis bibliométrico.

1. Introducción

Los análisis bibliométricos aportan relevante información sobre la


producción académica en un área del saber. En este caso, centramos el análisis en la
producción académica sobre estudios de género. Tal y como se muestra en este
trabajo el interés académico por la investigación sigue aumentando. Este fenómeno

255
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

se desarrolla de forma paralela a una sociedad que presta una atención creciente a
estas cuestiones también en otros ámbitos.

2. Material y método

Para la obtención de la muestra se extraen las referencias bibliográficas de


artículos indizados en Web of Science, dentro de la colección principal que incluyen
el término “gender studies” en el título, resumen o palabras clave. Se descartan, por
tanto, otros tipos de documentos, tales como review, proceedings paper, letter,
reprint, meeting abstract, etc…, por considerar que el artículo representa mejor la
producción académica y permite analizar las publicaciones con mayor impacto en la
comunidad científica. Se analiza un total de una muestra de 333 artículos, a los que
se aplica un análisis bibliométrico a partir de los principales indicadores, siguiendo
un enfoque cuantitativo. El trabajo se completa con un análisis de contenido de los
artículos más relevantes, tomando como criterio de relevancia el índice de citas
obtenido. No se realiza acotamiento temporal de la búsqueda, dado que el objetivo
es ofrecer una visión de conjunto de la evolución de la producción científica. Esto da
como resultado un periodo que abarca desde 1987, hasta septiembre de 2020.

Para la recogida de datos se ha utilizado las opciones de análisis de datos


incluidas en Web of Science y también se han extraído los metadatos en Mendeley
(título, nombre y apellido de autor o autores, palabras clave, fecha de publicación,
etc…). Todos los datos referentes a las publicaciones se han verificado con los datos
de la publicación y se han completado en los casos en los que la extracción de datos
automatizada no se había realizado correctamente. Además, para el análisis de
datos se ha utilizado Excel. Para la recogida de información, se utiliza una ficha por
campos, donde se incluyen los principales indicadores bibliométricos, y se completa
con campos abiertos para el análisis de contenido de los diez artículos más citados.

256
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

3. Desarrollo

La muestra analizada de artículos (N=333) han sido publicados en un total


de 109 revistas del área de las Ciencias Sociales. El primer artículo que aparece
indizado en una revista de impacto sobre cuestiones de género es de Bulbeck y bajo
el título “Gender Studies at Griffith-University”, se publicó en Oxford en 1987 en la
revista Womens Studies International Forum. Desde entonces, esta publicación ha
contribuido notablemente los estudios de género (Bayne, 2011; Bulbeck, 1987;
Byers & Crocker, 2012; Chopra, 2001; Fahlgren et al., 2016; Geerts & van der Tuin,
2013; Ghodsee, 2011; Gutierrez-Rodriguez, 2016; Hark, 2016; Korvajarvi & Vuori,
2016; Kuhlmann & Babitsch, 2002; Kwesiga & Ssendiwala, 2006; Oom-Dove, 2018a,
2018b; Uden, 2009; Visser, 2002; Wickramasinghe, 2006).

Las revistas que presentan una mayor producción en términos de artículos


publicados y recogidos en la muestra analizada son, en primer lugar, European
Journal Of Womens Studies que, con un total de 26 artículos representa el 7,8% del
total. Le siguen las revistas Gender Place and Culture (21 artículos) y la Revista
Artemis (19 artículos). Además, la lista se completa con Womens Studies
International Forum (16 artículos), Journal Of Gender Studies (15 artículos), seguida
de Nora Nordic Journal of Feminist and Gender Research (14 artículos) y Sex Roles
(13 artículos). El ranking de las publicaciones se completa con Atlantis Critical
Studies in Gender Culture Social Justice y Nouvelles Questions Feministes, ambas
aportan a la muestra un total de 10 artículos. En el ámbito español se destaca la
revista Feminismos.

Tabla 1. Revistas académicas con mayor número de artículos indizados sobre cuestión de
género

Revistas Nº artículos %
European Journal of Womens Studies 26 7,8
Gender Place And Culture 21 6,3
Revista Artemis 19 5,7
Womens Studies International Forum 16 4,8
Journal of Gender Studies 15 4,5

257
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Nora Nordic Journal of Feminist And Gender Research 14 4,2


Sex Roles 13 3,9
Atlantis Critical Studies in Gender Culture Social Justice 10 3
Nouvelles Questions Feministes 10 3
Contemporary Sociological Perspectives 9 2,7
Genre Sexualite Societe 9 2,7
Agenda Empowering Women For Gender Equity 7 2,1
Investigaciones Feministas 7 2,1
FeminismoS 6 1,8
Journal of Feminist Scholarship 6 1,8
Psychology of Women Quarterly 6 1,8
Storia Delle Donne 6 1,8
Feminist Theory 5 1,5
Feministische Studien 5 1,5
Gender Work And Organization 5 1,5
Australian Feminist Studies 4 1,2
Gender And Language 4 1,2
Indian Journal of Gender Studies 4 1,2
Movimento 4 1,2
Travail Genre et Societes 4 1,2

Fuente: Wos.

Por países, la mayor contribución es de Estados Unidos, que aglutina casi el


20% de la muestra analizada con un total de 64 artículos; más de doble, por tanto,
que el segundo país, esto es, Brasil que aporta 31 publicaciones, seguida de
Inglaterra (30), Suecia (28) y España (23). La lista de países con mayor número de
publicaciones se completa con Australia y Alemania, ambas con 17 artículos y
Francia (16). En línea con la distribución entre países, se observa una mayor
proporción de artículos en inglés (78%). También destaca como segundo idioma
más utilizado el francés (6,6%).

258
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

Inglés Francés Alemán Italiano Portugués Español

Imagen 1. Distribución de publicaciones analizadas por idioma. Fuente: Wos

Con respecto a la evolución experimentada por la producción académica, se


observa un incremento constante pero especialmente intenso en los últimos años.
Aunque en la evolución hay años presentan un leve retroceso, la tendencia general
es a un incremento del interés por el estudio de la cuestión de género. El año que
presenta un mayor incremento es 2019, con un total de 42 artículos (12,6% del total
de la muestra).

45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
1987 1995 2000 2002 2004 2006 2008 2010 2012 2014 2016 2018 2020

Imagen 1. Evolución del número de publicaciones analizadas. Fuente: Wos.

Los autores que presentan una mayor producción son M. Berger (10
publicaciones, seguido de J. O'Brien y C. Radeloff, ambos con 9, y V. Jenness (6

259
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

artículos). A continuación, se sitúan Chiang, Goellner, Hartmann, Hemmings y Stake,


todos ellos con 3 artículos indizados.

El análisis de las publicaciones con mayor número de citas muestra una


distribución muy equilibrada entre distintas publicaciones de referencia, entre las
que se encuentran las mencionadas anteriormente, y entre distintos autores.

Tabla 2. Publicaciones académicas sobre cuestión de género con mayor número de citas.

Total de Promedio
Publicación Título de la fuente
citas por año
Intersectionality as multi-level
European Journal of
analysis: Dealing with social 169 16,9
Womens Studies
inequality
The Intersections of Sexuality,
Gender, and Race: Identity Research Sex Roles 96 12
at the Crossroads
At your service madam! the
Feminist Review 90 4,74
globalization of domestic service
Women Police Officers and the Use
Women & Criminal Justice 58 3,63
of Coercion
'Feminist theory is proper
knowledge, but ...': The status of Feminist Theory 48 5,33
feminist scholarship in the academy
Connell's theory of masculinity - its
origins and influences on the study Journal of Gender Studies 46 3,83
of gender
The differential relationship of
Psychology of Women
feminist attitudes and feminist 39 3
Quarterly
identity to self-efficacy
Predictors of change in feminist
activism through women's and Sex Roles 37 2,64
gender studies
From intersectionality to
interference: Feminist onto- Womens Studies
34 4,25
epistemological reflections on the International Forum
politics of representation
Women Constructing Masculinity in Gender Work and
Voluntary Firefighting Organization 30 4,29

Fuente: Wos.

Del análisis de los artículos con mayor impacto académico sobre la materia
se observa que abordan distintas subáreas diferenciadas dentro de los estudios de
género. En primer lugar, destacan los estudios que abordan las teorías y conceptos
relacionados con la interseccionalidad y el estudio de las identidades sociales.

260
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

Diversos trabajos revisan el debate sobre la interseccionalidad como enfoque


dominante en los estudios de género, con énfasis en las políticas de representación.
El debate sobre la interseccionalidad comenzó oficialmente a fines de la década de
1980, aunque el enfoque se remonta a la institucionalización de los estudios de la
mujer en la década de 1970 y al movimiento feminista de la década de 1960. En los
últimos años, la interseccionalidad ha recibido críticas desde numerosos ángulos
dentro de los estudios de género. Al respecto, Geerts & van der Tuin (2013)
proponen la teorización de la 'interferencia' como un nuevo enfoque al debate
interdisciplinario.

Winker & Degele, (2011) acuñan un nuevo enfoque del concepto de


interseccionalidad como nuevo paradigma en los estudios de género. En su revisión
del concepto, afirman Winker & Degele (2011) las reciprocidades se establecen
entre género, raza y clase. Sin embargo, también se considera la integración de otras
categorías definidas socialmente, como la sexualidad, la nacionalidad o la edad. Por
otro lado, no queda claro, en opinión de estos autores, a qué nivel se aplican otros
efectos recíprocos, como las estructuras sociales o las representaciones simbólicas.
De ahí que aboguen por un análisis multinivel e interseccional que tenga en cuenta
los efectos recíprocos entre los distintos niveles.

También desde la psicología hay un compromiso con el enfoque


interseccional de las identidades sociales. Warner & Shields (2013) destacan cómo
las posiciones interseccionales dentro de la gama de identidades de minorías
sexuales se articulan con otras múltiples dimensiones de la identidad, incluido el
género, la etnia racial, el nivel socioeconómico o la edad.

Por su parte, Lutz (2002), desde un enfoque mucho más empírico y aplicado
en el análisis de los roles, analiza los trabajos asociados al rol femenino, tales como
las empleadas del hogar, y aboga a favor de un análisis interseccional teniendo en
cuenta las diferencias de clase, género y etnia en el contexto de los mercados
laborales globalizados y los movimientos migratorios transnacionales.

También dentro de los estudios de género se analiza la epistemología y


erudición feminista. Pereira (2012) realiza un estudio etnográfico del estudio de
cuestiones de género en Portugal, a partir del análisis de las conferencias y clases

261
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

magistrales en las aulas de las académicas no feministas en aulas y conferencias. Sus


conclusiones son que el posicionamiento de las profesoras mostraba una aceptación
de las teorías feministas, que se describía comúnmente como creíbles y valiosas las
tesis feministas, pero solo en algunos casos y de manera limitada, por lo que las ideas
feministas expresadas se ajustaban ampliamente a los marcos teóricos de referencia
dominantes, al tiempo que se rechazaba como epistemológicamente erróneas las
críticas feministas.

Volviendo al ámbito interdisciplinar del interés de la psicología por los


estudios de género, también otro de los trabajos con más impacto académico
profundiza en los aspectos motivacionales y relacionados con las actitudes hacia la
cuestión de género. En este sentido, las teóricas feministas han sugerido que el
feminismo proporciona una serie de beneficios para las mujeres, particularmente
en lo que respecta a las autoevaluaciones de las mujeres. Eisele & Stake (2008)
realizan una encuesta a más de 400 estudiantes para evaluar las relaciones entre las
actitudes feministas y la identidad feminista.

4. Conclusiones

En el trabajo se realiza una revisión bibliográfica y bibliométrica de la producción


académica indizada en la base de datos de Web of Science sobre estudios de género
con el objetivo de determinar las características que presenta la investigación en
esta área.

Se observa una tendencia de crecimiento sostenido en los últimos años. Las


publicaciones que destacan por su contribución son European Journal of Womens
Studies, Gender Place and Culture y la revista Artemis, además de Womens Studies
International Forum y Journal Of Gender Studies. Estados Unidos es el país que aporta
una mayor producción sobre estudios de género, más de doble que el segundo país,
que es Brasil; les siguen Inglaterra, Suecia y España. El inglés es el idioma
mayoritario (78% de las publicaciones), aunque también sobresale investigación
publicada en francés, portugués y español.

262
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

El análisis de las temáticas y metodologías abordadas en los artículos con mayor


impacto en los estudios de género muestra una convergencia entorno a la propuesta
de marcos teóricos y análisis críticos de paradigmas, como es la interseccionalidad.
Asimismo, destacan nuevas líneas de trabajo, como es el estudio del impacto de la
globalización en los estudios de género, el análisis de nuevos modelos y roles, y la
adaptación de la agenda de los estudios de género a los tiempos actuales.
Igualmente, se destacan como nuevas líneas el estudio interdisciplinar, en el que el
abordaje de los estudios de género desde la psicología aporta nuevos enfoques para
el estudio de la autopercepción y los procesos cognitivos y del análisis de
motivaciones y creencias.

Referencias

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Womens Studies International Forum, 34(2), 151–160.
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263
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

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Geerts, E., & van der Tuin, I. (2013). From intersectionality to interference: Feminist
onto-epistemological reflections on the politics of representation. Womens Studies
International Forum, 41, 171–178. https://doi.org/10.1016/j.wsif.2013.07.013

Ghodsee, K. (2011). On feminism, philosophy and politics in Post-communist


Romania: An interview with Mihaela Miroiu (Bucharest, 17 May 2010). Womens
Studies International Forum, 34(4), 302–307.
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Gutierrez-Rodriguez, E. (2016). Sensing dispossession: Women and gender studies


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university. Womens Studies International Forum, 54, 167–177.
https://doi.org/10.1016/j.wsif.2015.06.013

Hark, S. (2016). Contending directions. Gender studies in the entrepreneurial


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https://doi.org/10.1016/j.wsif.2015.06.009

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https://doi.org/10.3917/nqf.222.0042

264
CAPÍTULO 3. LA EDUCACIóN EN LA PALESTRA

Korvajarvi, P., & Vuori, J. (2016). A classroom of our own: Transforming


interdisciplinarity locally. Womens Studies International Forum, 54, 138–146.
https://doi.org/10.1016/j.wsif.2015.06.012

Kuhlmann, E., & Babitsch, B. (2002). Bodies, health, gender - Bridging feminist
theories and women’s health. Womens Studies International Forum, 25(4), 433–442.
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Kwesiga, J. C., & Ssendiwala, E. N. (2006). Gender mainstreaming in the university


context: Prospects and challenges at Makerere University, Uganda. Womens Studies
International Forum, 29(6), 592–605. https://doi.org/10.1016/j.wsif.2006.10.002

Lutz, H. (2002). At your service madam! the globalization of domestic service.


Feminist Review, 70, 89–104

Oom-Dove, S. A. (2018a). Revivalist women’s submission: Women’s spiritual


authority, biblical feminism and cosmofeminism. Womens Studies International
Forum, 67, 118–127. https://doi.org/10.1016/j.wsif.2017.09.005

Oom-Dove, S. A. (2018b). Revivalist women’s submission: Women’s spiritual


authority, biblical feminism and cosmofeminism. Womens Studies International
Forum, 67, 118–127. https://doi.org/10.1016/j.wsif.2017.09.005

Pereira, M. do M. (2012). “Feminist theory is proper knowledge, but ...”: The status
of feminist scholarship in the academy. Feminist Theory, 13(3), 283–303.
https://doi.org/10.1177/1464700112456005

Spierings, N. (2016). Multilevel Analysis as a Tool to Understand the Spatio-


Temporality of Gender. Politics & Gender, 12(3), e10.
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Sulz, J. A., & Cardoso, F. A. (2016). Education and Policies of Masculinities: Fiften
Years of Production in Gender Studies (2000 - 2015). Revista Artemis, 22, 63–72.
https://doi.org/10.15668/1807-8214/artemis.v22n1p63-72

265
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Uden, M. (2009). A located realism: Recent development within feminist science


studies and the present options for feminist engineering. Womens Studies
International Forum, 32(3), 219–226. https://doi.org/10.1016/j.wsif.2009.05.014

Visser, I. (2002). Prototypes of gender: Conceptions of feminine and masculine.


Womens Studies International Forum, 25(5), 529–539.
https://doi.org/10.1016/S0277-5395(02)00312-6

Warner, L. R., & Shields, S. A. (2013). The Intersections of Sexuality, Gender, and
Race: Identity Research at the Crossroads. Sex Roles, 68(11–12), 803–810.
https://doi.org/10.1007/s11199-013-0281-4

Wickramasinghe, M. (2006). Am epistemology of gender - An aspect of being as a


way of knowing. Womens Studies International Forum, 29(6), 606–611.
https://doi.org/10.1016/j.wsif.2006.10.010

Winker, G., & Degele, N. (2011). Intersectionality as multi-level analysis: Dealing


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https://doi.org/10.1177/1350506810386084

266
CAPÍTULO 4.
Estrategias de
aprendizaje
Comprender para transformar. Teoría y práctica en acción
contra los micromachismos

Sonia Reverter
Universitat Jaume I
reverter@uji.es

Resumen

En esta propuesta se expone un proyecto de Innovación Educativa en una


asignatura de teoría feminista. En ella se trata de enseñar/aprender cuáles son las
teorías feministas que ha habido y hay y los principales debates de las mismas. La
asignatura cuenta con un recorrido histórico de las diferentes olas de la teoría
feminista que sirven para contar el despliegue de conceptos y problemáticas
tratadas. Con ello se aprende a ver cómo van apareciendo problemáticas diferentes
a lo largo del siglo y medio de historia y teoría feminista; y cómo esas
problemáticas van generando otras. En la enseñanza de esta asignatura se prima,
por tanto, la comprensión de conceptos abstractos, así como de las teorías que los
promueven y los explican. Sin embargo, uno de los objetivos de la asignatura es la
de crear conciencia y compromiso con la igualdad. Es decir, que con el aprendizaje
de las teorías y los conceptos abstractos no es suficiente. Es necesario aprenderlos
para implicarse en la transformación de la misma realidad que esas teorías
implican. Lo que el proyecto educativo desarrolla es una propuesta de vincular la
teoría feminista con la transformación efectiva de la sociedad. Ello se ha
conseguido cambiando las dinámicas del aula y de fuera del aula y proponer una
metodología que permita una concienciación activa de la realidad de
micromachismos que nos rodean.

269
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Palabras clave

Teoría feminista, educación, micromachismos, género, pensamiento crítico.

1. Introducción y marco teórico

En esta propuesta se expone el proyecto de Innovación Educativa titulado


“Huellas patriarcales a dos metros de mí”, realizado en la docencia del grado de
Humanidades. Estudios interculturales y como parte práctica de una asignatura de
teoría feminista, "Filosofías del Género". Esta asignatura es fundamentalmente
teórica. En ella se trata de enseñar/aprender cuáles son las teorías feministas que
ha habido y hay y los principales debates de las mismas. La asignatura cuenta con
un recorrido histórico de las diferentes olas de la teoría feminista que sirven para
contar el despliegue de conceptos y problemáticas tratadas. Con ello se aprende a
ver cómo van apareciendo problemáticas diferentes a lo largo del siglo y medio de
historia y teoría feminista; y cómo esas problemáticas van generando otras.

En la enseñanza de esta asignatura se prima, por tanto, la comprensión de


conceptos abstractos, así como de las teorías que los promueven y los explican. Sin
embargo, uno de los objetivos de la asignatura es la de crear conciencia y
compromiso con la igualdad. Es decir, que con el aprendizaje de las teorías y los
conceptos abstractos no es suficiente. Es necesario aprenderlos para implicarse en
la transformación de la misma realidad que esas teorías implican. Podemos decir
que se trata de “comprender para transformar”, como reza la tesis 11 de Marx.

En una deriva de súper especialización del conocimiento las disciplinas han


caído en el error de entender que teoría y práctica están separadas, y que lo que
interesa a una visión neoliberal del conocimiento es primar aquello que puede
convertirse en mercancía. Con esta visión sesgada el conocimiento teórico,
fundamentalmente el relacionado con las disciplinas humanísticas, es despreciado
o minusvalorado como no útil. La disociación de teoría y práctica cae con todo su
peso en las disciplinas como la filosofía, eminentemente teórica, para
deslegitimarla como conocimiento útil.

270
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

El marco teórico que guía la experiencia docente que aquí relato coincide
con la Pedagogía dialéctica en que el conocimiento teórico y práctico ven de la
mano. Las bases y fundamentos de esta idea están en la escuela de Frankfurt,
creada en 1923 a partir del llamado Instituto para la Investigación Social (Institut
für Sozialforschung). Esta escuela tiene como principal objetivo conocer los
mecanismos sociales para superar sus antagonismos y así trascender la oposición
entre teoría y práctica; oposición que esconde intereses ideológicos que acaban
por impedir la libertad y la emancipación humanas.

La conclusión a la que nos lleva la reflexión de la llamada Teoría Crítica


elaborada por la Escuela de Frankfurt es precisamente que la teoría no está
desgajada de la práctica, ya que supone, entre otras consideraciones, la relación
con la praxis política. Este punto es importante para comprender por qué la teoría
feminista y el movimiento feminista van de la mano. En ese sentido la teoría
feminista es, desde su nacimiento en la década de los 60, una teoría crítica. No cae
en la patología social, en términos de Honneth, que impide a los sujetos tramar
metas generales o comunitarias. En su propuesta Honneth indica cómo el concepto
de praxis racional se vuelve el concepto clave que puede permitir recuperar esa
idea común a toda la teoría crítica de “un universal racional de la autorrealización
cooperativa”. Esta idea me permite situar la teoría feminista como un buen
ejemplo de esa praxis común: es más que la suma de intereses individuales y se
mantiene como un universal prendido a la razón. La idea final es que la relación de
cooperación en la trama de aprendizaje del estudiantado de mi asignatura
incremente la racionalidad social; que las experiencias de micromachismos
conlleven un entendimiento y compromiso con los conceptos y teorías que
explican la opresión de las mujeres.

Esto no será fácil, pues el contexto del conocimiento y del aprendizaje en el


que nos movemos, como dice Honneth (2009, p. 42) se obliga a los sujetos a un tipo
de práctica que los convierte en “espectadores sin influencia”; dejando a los “otros”
como cosas, anulando la interacción social y lo valioso que en ella se pueda dar.
Siguiendo a Lukács nos dice Honneth (2009, p. 42):

271
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

(…) con el capitalismo ha llegado a prevalecer una forma de praxis que obliga a
ser indiferente a los aspectos de valor de otros seres humanos; en lugar de
relacionarse entre sí reconociéndose, los sujetos se perciben como objetos que
hay que conocer según los intereses propios.

Las patologías que proceden de estas formas de relación humana interesada


y egoísta inciden en la idea de una pérdida de un universal racional. Las formas y
prácticas de pensamiento y acción legitimadas por el capitalismo impiden tomar
una orientación racional, y ello se convierte en un verdadero desafío moral de
nuestro tiempo.

Desde este marco orienté el proyecto educativo para poder superar la


deformación de la vida social, y también individual. La falta de sentido señalada
por la Teoría crítica como el mal de la modernidad ha de servir de acicate para
romper con formas vicarias de enseñar/aprender. Pero para ello, como Honneth
advierte, ha de haber una concepción clara y realista del interés emancipador. En
la asignatura de Filosofías del género hay tal concepción e interés emancipador, y
en ese sentido es que pensé el proyecto que voy a contar.

2. Desarrollo del proyecto

La filosofía que envuelve la enseñanza de la concepción feminista del


mundo tiene, desde este posicionamiento, una intención clara: educar para
preservar la humanidad y otras formas de vida en un equilibrio que nos permita
vivir la vida con sentido, con igualdad, libertad y felicidad. Y ello no es una tarea
individual.

Desde Platón ha habido una estrecha relación entre los valores de la


convivencia política y la educación: con qué métodos y qué contenidos debemos
educar a los individuos para que estos sean libres y forjen a su vez sociedades
libres en estados libres. Si hablamos de un estado democrático que impulsa la
educación pública este debería ser su principal cometido. Martha Nussbaum ha
dedicado gran parte de sus trabajos a reflexionar sobre esta relación.
Especialmente en sus libros El cultivo de la humanidad: una defensa clásica de la

272
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

reforma en la educación liberal (2001) y en Sin fines de lucro (2010). Por qué la
democracia necesita de las humanidades desarrolla la idea de promover el
conocimiento, habilidades y disposiciones necesarias para la ciudadanía
democrática.

Con este horizonte, que es a su vez el punto de partida, inicié (en el curso
2018/2019) el proyecto que presento. El interés principal del mismo es que el
estudiantado tome conciencia de la realidad patriarcal de nuestro entorno y los
micromachismos que nos rodean y de las posibilidades de subvertir esa realidad
en acciones cotidianas. El objetivo final es que el estudiantado incorpore desde su
propia experiencia y relato las herramientas para empoderarse como agentes
transformadores frente a las desigualdades entre mujeres y hombres. La idea es
que el aprendizaje teórico y conceptual que tienen a lo largo de la asignatura sirva
para dotar de consistencia y solidez a sus experiencias de desigualdad. Como nos
dice la pedagogía dialógica, es más fácil aprender teoría si la incorporamos, o de
alguna manera sentimos que me sirve, para explicar lo que forma parte de mi
experiencia de vida. En la propuesta narro cómo se puede aprender a comprender
y visibilizar los micromachismos reflexionando y observando de forma crítica
nuestra cotidianidad. Explicaré en detalle cómo esto se ha llevado a cabo en el aula
y en la práctica docente, a través de la realización de relatos videográficos que cada
estudiante tenía que hacer de su experiencia cotidiana. Como conclusión incido en
la importancia de unión de teoría y práctica para comprender bien el fenómeno de
los micromachismos. Sin esa praxis (unión de teoría y práctica) de conciencia
feminista no somos siempre capaces de ver la trama de los micromachismos. Y si
no lo vemos, no lo comprendemos, y entonces no transformamos ni nos
comprometemos con el cambio.

2.1 Definición de micromachismos

El término micromachismo fue acuñado por Luis Bonino en 1991, para


referir a las acciones casi imperceptibles por las que discurre el machismo y la
creencia de inferioridad de las mujeres y prepotencia de los hombres. Bonino lo
define de la siguiente forma:

273
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

(…) pequeños, casi imperceptibles controles y abusos de poder


cuasinormalizados que los varones ejecutan permanentemente. Son hábiles
artes de dominio, maniobras y estrategias que, sin ser muy notables, restringen y
violentan insidiosa y reiteradamente el poder personal, la autonomía y el
equilibrio psíquico de las mujeres, atentando además contra la democratización
de las relaciones. Dada su invisibilidad se ejercen generalmente con total
impunidad (Bonino, 2004, p. 3).

Desde el uso sexista del lenguaje hasta las bromas y chistes, las creencias y
expectativas respecto del amor, los celos, cómo vestir, cómo comportarse en una
situación determinada, cómo movemos nuestro cuerpo en situaciones concretas
(manspreading, por ejemplo), comentarios ofensivos, etc. La lista es interminable
porque, en definitiva, los micromachismos están adheridos a la misma
socialización por la cual hemos forjado nuestra identidad y nuestra personalidad.
Ello significa que, en realidad, el contexto para que aparezcan esas actitudes
“micro” es uno de claro machismo. Es el machismo y el patriarcado que lo causa lo
que hemos normalizado en las sociedades.

Como nos dice Bonino son “hábiles artes de dominio”, y en ese sentido
cumplen la función normativizadora de la desigualdad entre mujeres y hombres.

Con la idea de acercar el estudiantado a los conceptos y teorías sobre


patriarcado, violencia machista, desigualdad, diferencia, igualdad, roles sociales,
género, sexo y sexualidad organicé el proyecto de forma que las clases prácticas de
la asignatura de filosofías del género giraran alrededor de experiencias personales
y o familiares que podían explicar esos conceptos que aprendemos de forma
teórica en la asignatura.

2.2 Clases teórico-prácticas en el aula

En la primera parte de la asignatura (de 6 créditos) se imparten los textos


en clases magistrales mixtas; es decir explicación por parte de la docente y diálogo
y debate con el estudiantado. Esta dinámica de lectura, explicación, diálogo e
interpretación de los textos ayuda a que el estudiantado vaya adquiriendo una
consciencia acerca de qué significan y cómo se materializan en la vida real los

274
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

conceptos y teorías explicadas. Estas sesiones dialógicas se basan en los textos y en


las preguntas que cada estudiante tiene que hacerle al texto. Es, por tanto, un
debate de interrogación al texto. Con ello se pretende, no sólo una hermenéutica
del texto en cuestión, sino una labor de contextualización por parte del
estudiantado. También se consigue empoderar al estudiantado frente al texto de
autoridad, ya que se incentiva, a través de esa tarea hermenéutica, el diálogo con la
autora/autor del texto.

En la segunda parte de la asignatura se exponen los trabajos que cada


estudiante ha realizado. El trabajo se compone de un relato videográfico que
cuente una o varias experiencias de trato desigual y patriarcal.

La dinámica en clase en relación a los textos teóricos permite una pedagogía


dialógica que va nutriendo y tramando una red conceptual que la/el estudiante va
incorporando a su experiencia de vida. Ello hace que la/el estudiante sea más
consciente de prácticas patriarcales en su entorno. De hecho, una de las
conclusiones más repetidas por parte del estudiantado ha sido que en su entorno
pueden percibir más desigualdad al final de la asignatura que al principio. Es decir,
son más conscientes de la desigualdad, entienden los contornos borrosos o
invisibilizados que muchas veces ese trato desigual presenta, y están más
capacitadas/os para poder transformar esas realidades.

2.3 Trabajos fuera del aula (videografías)

Cada estudiante ha de realizar la lectura de los textos previos y extraer dos


preguntas para cada texto. Es decir, con la intención de iniciar un diálogo con el
texto que luego seguirá en el aula, cada estudiante ha de realizar dos preguntas al
texto que enunciará en clase el día que se trabaje ese texto. Esta idea incide en la
llamada “pedagogía de la pregunta” de Freire, y nos lleva al rumbo que la misma
filosofía tiene de apreciar la pregunta como origen del pensamiento y del pensar
dialógico.

Aparte de la lectura activa de los textos cada estudiante ha de ir haciéndose


un mapa conceptual con los conceptos y teorías más importantes. Este mapa

275
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

servirá luego para compartirlo en clase y acordar un mapa conceptual común que
servirá para situar los trabajos videográficos en relación a los conceptos del mapa.

Los vídeos que graban han de ser de un máximo de 15 minutos y pueden


seguir un guion libre. En el curso en el cual se inició este proyecto (18/19)
participaron 21 estudiantes (9 chicas y 12 chicos). Se les dio la opción de hacer un
trabajo individual o colectivo. Y se realizaron 16 trabajos (13 individuales y 3
colectivos). Los trabajos se presentaron en las clases de las últimas cuatro semanas
de curso.

Los relatos videográficos tenían que converger bajo el título del proyecto
“Huellas patriarcales a dos metros de mí”, dando por hecho de que tenían que
contar algo muy cercano que pudiera mostrar la huella del patriarcado y la cultura
machista.

Los 16 trabajos contaron experiencias muy diversas, aunque confluyentes y


fácilmente interrelacionadas. A modo de ejemplos nos pueden servir los siguientes
relatos videográficos:

- 1. Cuatro estudiantes chicos hicieron un vídeo en el que dramatizaron


las relaciones de convivencia y los roles de género en la unidad familiar.

- 2. Dos estudiantes chicas dramatizaron la vuelta a casa de un sábado


cualquiera en su ruta caminando desde la discoteca a casa. Recorrieron
el camino a la hora en que normalmente lo hacían (3 de la madrugada),
filmando lo que ocurre en las calles a esas horas y relatando la vivencia
subjetiva de una chica caminando sola por la noche.

- 3. Conversación de un estudiante chico en el grupo de WhatsApp de sus


amigos en el que sólo son chicos, un día de fin de semana cuando se
preparan para salir, y al día siguiente cuando comentan cómo fue la
noche, qué piensan de las chicas que conocieron y cómo hablan de ellas.

- 4. Una estudiante que analiza los machismos del día a día durante un
mes a través de sus perfiles en las RRSS (Instagram, Twitter, grupo
WhatsApp), con claros ejemplos de bodyshaming y de slutshaming.

276
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

- 5. Un trabajo de una estudiante que entrevista a dos mujeres de su


entorno, mayores de 60 años, que nos cuentan cada una su experiencia
de vida como mujeres. Una de las mujeres es una persona de clase alta y
otra de clase baja. En las entrevistas podemos ver cómo las cuestiones
materiales inciden en la ideología y el pensamiento respecto a lo que se
entiende por igualdad entre mujeres y hombres.

- 6. Trabajo sobre el machismo en la comunidad gay. En este vídeo el


estudiante reflexiona, aportando ejemplos de su círculo de amigos gais,
y muestra cómo el machismo se encuentra bien presente también en la
comunidad homosexual.

- 7. Un vídeo de reflexión sobre el machismo en el mundo del deporte de


competición (fútbol y tenis) por parte de un estudiante que participa en
competición deportiva en la UJI.

- 8. Vídeo de dos chicas que muestran situaciones de discriminación de


género en el trabajo que realizan en fin de semana como camareras en
un restaurante. Este vídeo se compara con otro vídeo de un estudiante
que trabaja también de camarero en fines de semana. Nos sirve para
comprender las diferencias y desigualdades de un mismo entorno y tipo
de trabajo para mujeres y para hombres. Experiencias diferentes que
demuestran el peso de los estereotipos masculino/femenino en el
desempeño de un trabajo.

Con esta muestra creo que es suficiente para mostrar la idea general del
proyecto y cómo se llevó a cabo.

Después de cada visionado del vídeo juntos en clase pasamos a la


explicación por parte de la autora o autor del mismo, quien resalta el aspecto que
crea más importante o más desafiante. A continuación empezamos un debate. Mi
función como docente no es tanto intervenir en el debate como relacionar algunos
aspectos con las cuestiones y conceptos teóricos tratados anteriormente en el aula.

277
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Todo ello, textos, debates, mapas conceptuales y trabajos videográficos


están disponibles de forma paulatina en el Aula Virtual de la asignatura y a
disposición de todo el estudiantado.

3. Evaluación y conclusiones

El proyecto, con sus desarrollos dentro y fuera del aula, ha sido evaluado al
finalizar el mismo. Se habló en una sesión de debate de autoevaluación
remarcando los puntos fuertes del mismo, así como los puntos a reforzar en
siguientes ediciones del proyecto.

Todo el estudiantado afirma haber aprendido más la teoría de esta forma,


ya que han aplicado a la comprensión de su realidad concreta. Esta forma de
trabajar en la asignatura les ha vuelto más autónomas/os a la hora de estudiar y
prepararse la teoría. Esta «apropiación» de la teoría, a su vez, ha evidenciado el
hecho de que hay más desigualdad que la que somos capaces de ver. Reconocen
que la formación teórica de esta forma dialógica y vivencial les ha aportado una
competencia que les permite ser más conscientes a la hora de comprender y
detectar la desigualdad cotidiana entre mujeres y hombres.

Las dinámicas del aula y de fuera del aula han cohesionado más al grupo, ya
que no sólo han compartido el debate sobre cuestiones de teoría, sino sobre
aspectos y vivencias personales. Esto ha resultado en un aprendizaje también
emocional en relación a quiénes son, cómo son vistas/os por sus compañeras/os y
cómo ven a sus compañeras/os. Han evaluado el proyecto, en este sentido, como
importante y beneficioso a la hora de entenderse a ellas/ellos y a las y los demás.

El impacto más positivo de este proyecto ha sido que hay más compromiso
con la asignatura, y con la reflexión teórica alrededor del tema de la desigualdad de
género. Al ser una asignatura que debe explicar las teorías sobre la desigualdad se
produce, a veces, un alejamiento de la realidad que las teorías describen. El
alumnado muchas veces tiende a pensar que la desigualdad de la que las teorías
hablan no está en sus vidas. Con este proyecto se le ha dado la vuelta a esto: han
tenido que pensar situaciones de desigualdad de género en sus vidas cotidianas y

278
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

ver que sí están dentro del marco teórico de las diferentes teorías que vemos en
clase. Ello ha producido un efecto de concienciación muy importante, y ha
permitido volverse más sensibles y más críticos/as con este problema.

Podemos decir, por ello, que este proyecto les ha hecho más críticas/os y
también más autocríticas/os, pues han visto la desigualdad en su contexto
personal y familiar. Al hacerlo así han visto qué rol juegan en el eje de la
desigualdad, y cómo se puede cambiar. Todo ello en primera persona, siendo muy
conscientes, lo cual es un paso importante tanto para iniciar como para exigir
cambios y transformaciones hacia la igualdad.

Referencias

Bonino, L. (2004). Las microviolencias y sus efectos: claves para su detección, en


Ruiz Jarabo, C. y Blanco, P. (comp.) La violencia contra las mujeres. Prevención y
detección. Madrid: Díaz de Santos.

Honneth, A. (2009). Patologías de la razón. Historia y actualidad de la teoría crítica.


Buenos Aires: Katz Editores.

Nussbaum, M. (2001). El cultivo de la humanidad: una defensa clásica de la reforma


en la educación liberal. Barcelona: Andrés Bello.

Nussbaum, M. (2010). Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las
humanidades. Buenos Aires/Madrid: Katz Editores.

279
Influencia de la edad y el género en la formación de conceptos
emocionales en el alumnado de Educación Primaria

Ana María De la Torre Sierra


Universidad de Sevilla
adelatorre@us.es

Resumen

Hoy en día ha aumentado el número de investigaciones relacionadas con el tema de


la Educación Emocional, por su gran interés social y académico. Sin embargo, pocas
de ellas han profundizado en la relación e influencia que tienen las variables género
y edad en el desarrollo de las emociones. De esta forma, el presente estudio da un
enfoque original e innovador, en los que une dos aspectos que habían sido
analizados por separado. En esta investigación profundiza en la relación emociones,
edad y género como bases de una socialización diferencial entre hombres y mujeres
en la que los micromachismos y estereotipos de género presentan una gran
influencia. Finalmente, se ha diseñado y puesto en práctica un cuestionario
adaptado niños y niñas de edades comprendidas entre 5 y 11 años, para analizar la
influencia que ejercen las variables género y edad en las nociones que tienen niños
y niñas de Educación Primaria sobre las emociones.

Palabras clave

Educación Primaria, Emociones, Estereotipos de género, Socialización diferencial,


Edad.

280
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

1. Introducción

El aprendizaje de género se trata de un proceso que se inicia desde el


nacimiento y continúa a lo largo de todo el ciclo vital. Desde que nacemos, según
Moreno (2006), vamos asignando e interiorizando comportamientos propios de
cada sexo. Por ello, los ámbitos que rodean al niño o niña, serán determinantes en
esta integración personal. Además, la influencia del contexto social será mayor, a
menor edad (Amador y Monreal, 2010). De esta forma, el ámbito de actuación
elegido para esta investigación es Educación Primaria, al tratarse de la primera
etapa educativa de carácter obligatorio. En ella, el alumnado adquiere una mayor
madurez, autonomía y autoestima, desarrolla nuevas formas de expresión y
representación, avanza en la construcción de la propia realidad y de cómo
relacionarse con los demás. Estudios realizados como los de Josephs et. al (1992)
observan cómo las diferencias de género influyen en la autoestima, destacando así
el sistema escolar como un ambiente para promover una mayor valoración y
desarrollo de competencias y habilidades para la vida.

Asimismo, en la etapa primaria el alumnado avanza en la construcción de la


propia realidad e identidad. La identidad personal contiene elementos asociados a
atributos, roles, espacios de actuación, derechos y obligaciones en relación al género
(Flores, 2005). Los roles de género, como afirman Aznar y Cánovas (2008), son
construidos social, cultural e históricamente. Es decir, no son algo natural, ni
biológico, y determinan conductas, emociones y comportamientos apropiados en
función de ser hombre o mujer, apareciendo así dos dimensiones u orientaciones: la
orientación femenina, la cual está caracterizada por rasgos y roles expresivos,
ternura y alta emocionalidad; y la orientación masculina, la cual está caracterizada
por roles y rasgos instrumentales, como la racionalidad, la competencia, y la baja
emocionalidad. En este sentido, observamos que en el campo de las emociones se
transmiten diferencias. Estudios como el de Paladino et al. (2007), consideran que
estas diferencias pueden darse no por el género sino mediada por la cultura y la
socialización, y se transmiten desde la infancia.

Culturalmente, las mujeres siempre han sido consideradas como el género


más afectivo, capaz de expresar sus emociones y sentimientos con una mayor

281
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

naturalidad y facilidad. Esto, puede deberse a que, en el contexto familiar, padres y


madres suelen conversar más con sus hijas que con sus hijos acerca de sus
emociones, por lo que cuentan con un vocabulario amplio que les permite compartir
sus estados emocionales. El modelo de relación familiar entre padres, madres e
hijos/as, es determinante y estudios como el de Llorca (2007), profundizan en las
diferencias entre los comportamientos de los adultos hacia sus hijos/as, en función
del sexo. En el caso de las madres, no hacen distinción por sexo en sus expresiones
afectivas, pero los padres son mucho más cariñosos con sus hijas. Ambos utilizan
juguetes más estereotipados con las niñas, mientras que, en el caso de los hijos,
proponen juegos más variados y se les estimula más físicamente. Asimismo,
emplean más el castigo físico con los niños y con las niñas la regañina. Los niños y
niñas crecen en dos mundos diferentes. En el proceso de socialización las niñas son
educadas para expresar, explicar y comprender lo que sienten, mientras que en los
niños se evita que esto ocurra y son capaces de autorregular sus emociones (Sánchez
et al., 2008).

Por otra parte, la Inteligencia Emocional suele aumentar con la edad, al ser
un proceso basado en el aprendizaje y en las experiencias de la vida diaria. En
relación con la variable edad, Piaget señala cuatro etapas del desarrollo cognitivo de
los niños y niñas. En nuestro caso, solo nos centraremos en dos de ellas
(preoperacional y operaciones concretas). Respecto al desarrollo emocional, a los
dos años las emociones positivas y negativas, están bastante desarrolladas, pero se
vuelven más intensas en el periodo preoperatorio, entre los 2 y los 7 años. La
elaboración de las emociones en su mayor parte corresponde al desarrollo
cognitivo. Durante el periodo preoperacional (2 a 7 años), el niño/a es capaz de
pensar simbólicamente y adquiere con rapidez la capacidad de utilizar el lenguaje.
Sin embargo, el pensamiento aún es bastante diferente al de los adultos. A menudo
es ilógico en muchos sentidos, lo que muestra la naturaleza única de la cognición del
niño/a en esta etapa.

Durante la etapa de las operaciones concretas (7 a 11 años), es decir, en la


niñez media, el niño/a tiene la capacidad de razonar como un adulto en todos los
sentidos, excepto en lo que respecta a conceptos abstractos, relacionados con
nuestro objeto de estudio. Para comprender lo que sienten otras personas, en

282
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

nuestro caso las emociones, se necesita tener bien afianzadas las estructuras de las
operaciones concretas. En esta etapa, el pensamiento es más flexible y general y los
niños se comportan de acuerdo con las convenciones y expectativas de los demás.
Casi todos los pensamientos o acciones tienen un contenido emocional. Por último,
con lo mencionado anteriormente queremos hacer hincapié en la influencia de la
edad y el género sobre la formación de conceptos, en concreto en las emociones.

2. Objetivo principal e hipótesis

2.1. Objetivo principal

En este trabajo planteamos como principal objetivo: analizar la influencia


que ejercen las variables género y edad en las nociones que tienen niños y niñas de
Educación Primaria sobre las emociones.

2.2. Hipótesis

En este estudio se han seleccionado dos variables independientes y una


dependiente que son las siguientes:

- VI (1) Sexo.

- VI (2) Edad.

- VD Las emociones.

En base a estas variables independientes y dependiente, se han propuesto las


hipótesis que se muestran a continuación:

- (H1) Los niños y niñas que se encentran en la etapa de operaciones


concretas (8-11 años), tendrán mayor conocimiento sobre las
emociones.

- (H2) Las niñas reconocerán mejor la emoción de tristeza y los niños de


ira.

283
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

3. Metodología

En este trabajo de investigación se ha desarrollado una búsqueda exhaustiva


de información que parte de una fundamentación teórica sobre las emociones, el
desarrollo cognitivo de los niños y niñas según Piaget y la construcción del género.

A continuación, se realiza un estudio específico sobre emociones, para


verificar o refutar las hipótesis planteadas en el apartado anterior. La muestra
seleccionada para esta investigación fue de un total de 24 personas. Los
participantes se corresponden con niños y niñas de edades comprendidas entre 5 y
11 años, correspondientes con los 3 ciclos de Educación Primaria.

El número de cuestionarios realizados es equivalente y representativo de


ambos sexos, para poder observar si existen diferencias entre niños y niñas. En la
siguiente tabla se muestra la distribución de los estudiantes atendiendo al género y
la edad:

Tabla 1. Distribución de los participantes por género y edad

Intervalos de edad
5-7 años 8-11 años Total
Mujeres 6 6 12
Hombres 6 6 12
Total 12 12 24

Fuente: Elaboración propia.

El instrumento elegido para conocer las ideas de los niños y niñas acerca de
las emociones, es el cuestionario. El cuestionario diseñado se divide en dos bloques:

- Bloque 1:

Se presenta un total de 20 preguntas con diferentes opciones de respuesta


sobre las emociones. Se realiza una escala de 0-1, en la que se contabilizan como 0
las respuestas incorrectas y como 1 las respuestas correctas.

284
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

Por un lado, se realizan dos preguntas introductorias para ver de manera


general las ideas de los niños y niñas sobre el concepto de emoción y las emociones
que conocen: ¿sabes qué son las emociones? y ¿qué emociones conoces?

Por otro lado, se presentan tres tipos de preguntas que se repiten y agrupan
por emoción. En total, se trabajan las seis emociones básicas: tristeza, alegría,
sorpresa, enfado, miedo, asco. Cada una de estas emociones se presentan a los niños
y niñas mediante una fotografía que sirve de apoyo respecto a las cuestiones que se
van desarrollando en el cuestionario. La utilización de imágenes se trata un recurso
que puede ayudar a los niños/as a introducirse en cada emoción y además los
protagonistas que se muestran en las fotografías son niños y niñas por lo que les
permitirá sentirse identificados con las emociones que presentan. Así, las preguntas
que se realizan son: ¿qué crees que le ocurre a este niño/a?, ¿qué es la
alegría/tristeza…? y ¿cómo te sientes cuando estás alegre/triste…?

- Bloque 2:

Se muestran un total de 12 situaciones cotidianas y cercanas a los niños y


niñas, las cuales deberán asociar con la emoción correspondiente (te has caído de la
bicicleta; te acaban de hacer un regalo; entre otras). Se contabilizará el número de
respuestas dadas por cada sujeto ante las diferentes situaciones presentadas.

De esta forma, la evaluación tendrá las siguientes fases. En primer lugar, la


evaluadora explicará las instrucciones a los participantes, se recalcará que es
importante que respondan a todas las preguntas y se resolverán posibles dudas. El
cuestionario se completará de forma individual, pero en el caso de los niños y niñas
más pequeños/as, la evaluadora será quien lea las preguntas y anote las respuestas
dadas por los sujetos. El tiempo estimado para responder el cuestionario es de 10-
15 minutos. En segundo lugar, la evaluadora revisará si las respuestas están bien
cumplimentadas y asegurará la confidencialidad codificando los cuestionarios
mediante un identificador numérico. En tercer lugar, se realiza el traspase de las
respuestas recogidas en los cuestionarios y se extraerán los datos y se analizarán
cuantitativamente. Por último, se han establecido unas conclusiones sobre las
limitaciones y propuestas de mejora del trabajo.

285
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

4. Resultados

En este epígrafe se presentan los resultados obtenidos mediante la aplicación


de cuestionarios al grupo de participantes antes comentado. Los resultados se
exponen en dos bloques, analizando por un lado la variable edad, y por otro lado la
variable género en el desarrollo emocional.

4.1. Resultados en relación a las edades de los niños y niñas

En primer lugar, ante la pregunta “¿Sabes que son las emociones?” (Imagen
1). Hemos separado a niños y niñas de diferentes rangos de edad (5-7, que se
encuentran en el periodo preoperacional y 8-11, que se encuentran en el periodo de
operaciones concretas), para ver las diferencias existentes entre ambos en función
de la edad en relación a su concepto sobre las emociones.

Imagen 1. Resultados a la pregunta ¿sabes qué son las emociones? Fuente: Elaboración propia.

Observamos una clara diferencia entre ambos rangos de edad ya que hay un
mayor número de niños de 8-11 años que han respondido correctamente a la
pregunta. Por otro lado, ninguno de los niños de este rango de edad ha contestado
que no saben responder a la pregunta. Y un número igualitario de niños de ambos
rangos de edad nos han respondido que saben lo que son pero que no lo sabe
explicar.

En segundo lugar, respecto a la cuestión “¿Qué emociones conoces?” (Imagen


2), les planteamos a los niños y niñas una lista de emociones y ellos tenían que
señalas aquellas que conocían. Hemos vuelto a dividir los niños en los mismos
rangos de edad.

286
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

Imagen 2. Resultados a la pregunta ¿Qué emociones conoces? Fuente: Elaboración propia.

En este gráfico encontramos que, en ambos grupos, la emoción que más


conocen es la alegría. Otro elemento a destacar es que ambos grupos de edad han
contestado incorrectamente como emoción al dolor (con prevalencia del rango de
edad superior), hambre (con prevalencia del rango de edad inferior), frustración e
injusticia.

Entre las emociones que menos conocen encontramos en 5-7 años el asco y
8-11 años la sorpresa.

Por otra parte, a lo largo del cuestionario planteábamos una serie de


preguntas en relación a cada una de las emociones e hicimos un recuento para
examinar cuáles de las emociones conocían más (Imagen 3), es decir, en cuales de
ellas habían tenido más aciertos. De esta forma, buscamos saber la influencia de la
edad en el conocimiento de las emociones, y descubrimos lo siguiente:

287
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Imagen 3. Emociones más conocidas según el grupo de edad. Fuente: Elaboración propia.

La alegría era la emoción que mejor percibían, por lo que había tenido más
opciones correctas, llegando casi al máximo de respuestas correctas en el grupo de
8-11 años (ya que la máxima puntuación que podía obtener era 48). En cambio, la
emoción que menos se conocía en ambos grupos era la de sorpresa.

Asimismo, en todas las emociones podemos observar que el grupo de 8-11


ha contestado mejor, exceptuando la emoción de tristeza, ya que vemos una
prevalencia de los niños/as de 5-7 años sobre los otros.

4.2. Resultados en relación al género

Esta última gráfica se corresponde con una tabla en la que presentábamos a


los sujetos 12 situaciones en las cuales ellos tenían que seleccionar la emoción que
correspondía a la situación planteada. En este caso, nuestro objetivo trataba de
observar la influencia de la variable género (Imagen 4). Observamos lo siguiente:

Imagen 4. Diferencias de género en el conocimiento de las emociones básicas. Fuente: Elaboración


propia.

288
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

Los niños han contestado a más situaciones con la emoción alegría, lo que
también ocurre en las niñas, aunque con menor número de respuestas. Las
emociones en las que más diferencias de género hemos encontrado han sido en la
tristeza y la ira. Por un lado, respecto a la tristeza, comprobamos que las niñas han
respondido a un mayor número de situaciones con esta emoción que los niños.
Mientras, en la emoción ira vemos una notable frecuencia de esta emoción en los
niños, llegando a presentar hasta 10 puntos de diferencia respecto a las niñas. Este
fenómeno viene determinado por los mandatos e imperativos sociales del modelo
social patriarcal. Entre los mandatos del género masculino encontramos ser
agresivo y audaz, lo que supone mostrar coraje, enfrentarse a situaciones
arriesgadas y difíciles y se naturaliza la violencia como forma de resolver los
conflictos. Las implicaciones afectivas de esta condición social son la falta de
empatía, el bloqueo ante expresiones de vulnerabilidad (emociones miedo y
tristeza), y considerar la ira como la única emoción permitida para los varones. El
mandato de género femenino trae consigo que se considere a las mujeres como
vulnerables, por lo que deben mostrar su fragilidad emocional y necesidad de apoyo.
Mostrar tristeza no provoca ningún castigo o rechazo social para las niñas, pero para
los niños sí. A diario, podemos escuchar expresiones como “los niños no lloran”, pues
la tristeza denotaría falta de fortaleza en ellos. Estos mensajes y mandatos sociales
tienen un gran calado en los niños y niñas, pues desde edades tempranas van
aprendiendo socialmente qué emociones pueden expresar y de qué forma.

5. Discusión y conclusiones

Por un lado, hemos podido confirmar que, por regla general, a mayor edad,
existe un mejor conocimiento emocional, al corresponderse con una mayor madurez
y desarrollo cognitivo. Por tanto, el grupo de niños y niñas de entre 7 y 11 años, que
se encuentran en el periodo de operaciones concretas, presenta un mayor
conocimiento de sus emociones, excepto en el concepto de tristeza. Por otro lado, se
ha evidenciado una diferencia de género respecto a sus emociones. Los resultados
muestran una mayor identificación con la emoción de tristeza en el caso de las niñas,
y de ira y alegría en el caso de los niños.

289
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En relación a estos resultados, es interesante resaltar la investigación llevada


a cabo por Paladino et al. (2007), titulada Los chicos y las chicas hablan de sus
emociones. Llevaron a cabo esta investigación ya que consideraban que las madres
y los padres solían conversar sobre las emociones de modo diferente con los hijos
que con las hijas; ambos progenitores dialogan sobre la tristeza más con las chicas,
que con los chicos y consideran que esta diferencia puede darse no por el género
sino mediada por la cultura y la socialización. Para comprobar esto, plantearon
situaciones conflictivas a los niños y niñas para que éstos comentaran sus
experiencias y expresaran sus sentimientos.

El estudio demostró que para los niños y niñas era más fácil hablar de
emociones e identificarse con ellas cuando se les presentaba una imagen con un niño
o niña mostrando una determinada emoción. En relación a este punto, a lo largo del
trabajo se ha podido comprobar lo beneficioso que ha sido para nuestra
investigación el uso de imágenes. Consideramos que tanto para los niños y niñas
tener este apoyo visual resulta muy útil y fundamental, ya que permite crear un
centro de interés del que partir, Asimismo, el hecho de que fueran imágenes de
niños/as de su propia edad o menores, les permitía identificarse con éstos, y que nos
contaran así sus propias experiencias. Además, tener esta imagen hacía que las
preguntas no fueran totalmente descontextualizadas, e ir creando como hemos
dicho anteriormente este hilo conductor.

Otros estudios realizados a estudiantes de mayor edad, como el de Clariana


et al. (2011), realizado con estudiantes de psicología, determinan que las mujeres
puntúan significativamente en la inteligencia intrapersonal e interpersonal,
mientras que los hombres alcanzan puntuaciones más altas en la regulación y
manejo del estrés. En cambio, la investigación de Oyuela-Vargas y Pardo-Vélez
(2003), sobre el reconocimiento de expresiones faciales de ira, tristeza y alegría,
afirman que no existen diferencias significativas en cuanto al género.

En definitiva, existe una falta de estudios que permitan contrastar estas


diferencias, se necesitan de investigaciones con un número de muestra mucho más
amplio, para poder concretar si se evidencian diferencias por género en el
reconocimiento y desarrollo de los conceptos emocionales; y sobre todo hay un bajo

290
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

número de casos centrados en el seno de la familia que permitan comprobar cómo


la diferente socialización y experiencias femeninas y masculinas, determinan el
desarrollo de nuestras emociones.

Referencias

Amador, L. V. y Monreal, C. (2010). Intervención social y género. Narcea.

Aznar, P., y Cánovas, P. (2008). Educación, género y políticas de igualdad. Guada


impresiones.

Clarina, M., Cladellas, R., Badia, M. y Gotzens, C. (2011). La influencia del género en
variables de la personalidad que condicionan el aprendizaje: inteligencia emocional
y procrastinación académica. Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del
Profesorado, 14(3), 87-96. http://www.redalyc.org/html/2170/217022109007/

Flores, R. (2005). Violencia de género en la escuela: sus efectos en la identidad, en la


autoestima y en el proyecto de vida. Revista Iberoamericana de Educación, 38, 67-86.

Josephs, R. A., Markus, H. R. y Tafarodi, R. W. (1992). Gender and self-esteem. Journal


of Personality and Social Psychology, 63(3), 391–402. https://doi.org/10.1037/0022-
3514.63.3.391

Llorca, M. (2007). Flexibilidad y rigidez en los roles de género. En A. Vega (Ed.),


Mujer y educación una perspectiva de género (pp.79-89). Ediciones aljibe.

Moreno, A. (2006). Más allá del género: aportaciones no-androcéntricas a la


construcción de un humanismo plural. En C. Rodríguez (Ed.), Género y currículo
aportaciones del género al estudio y práctica del currículo (pp.103-126). Ediciones
Akal.

Oyuela-Vargas, R. y Pardo-Vélez, C. F. (2003). Diferencias de género en el


reconocimiento de expresiones faciales emocionales. Universitas Psychologica,
2(2), 151-168. http://www.redalyc.org/html/647/64720206/

291
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Paladino, C., Gorostiaga, D., Barrio, M. A., Chaintiou, M., Paladín, S. R. y Camacho, S.
(2007). Los chicos y chicas hablan de sus emociones.
http://www.aacademica.org/000-073/221.pdf

Sánchez, M. T., Férnandez-Berrocal, P., Montañés, J. y Latorre, J. M. (2008). ¿Es la


inteligencia emocional una cuestión de género? Socialización de las competencias
emocionales en hombres y mujeres y sus implicaciones. Revista Electrónica de
Investigación Psicoeducativa, 6(15), 455-474.
http://www.redalyc.org/html/2931/293121924011/

292
Análisis de la mujer en la Historia de la Educación en la España
Contemporánea

Antonio Nadal Masegosa


Universidad de Málaga
antonionm@uma.es

Lourdes Aranda
Universidad de Málaga
maragar@uma.es

Resumen

Historia de la Educación en la España Contemporánea es una asignatura obligatoria


dentro del segundo curso del Grado en Pedagogía de la Universidad de Málaga, una
opción de estudio en la Comunidad Autónoma de Andalucía ofertada también en
Granada y Sevilla. A través de la siguiente investigación tendremos la opción, a
través de un paradigma cualitativo y gracias al análisis de documentos, de conocer
en base a las fuentes primarias, constituidas en sus respectivas guías docentes, el
papel de la mujer en esta materia ahora objeto de análisis.

Atendiendo especialmente a contenidos o bloques temáticos y a las bibliografías


respectivas, seremos conscientes de la relevancia otorgada a la mujer en esta área
de conocimiento para, de este modo, establecer las conclusiones pertinentes sobre
si aún, en pleno siglo XXI, la invisibilización de la mujer sigue siendo un hecho, no
solo como tema en sí, sino como autora e investigadora.

293
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Palabras clave

Análisis comparativo, España, Etnografía, Historia de la Educación, Mujer.

1. Introducción

La historia de la educación va perdiendo peso en las carreras relacionadas


con la enseñanza paulatinamente (Nadal, 2018). Esto nos encaminaría hacia aquello
escrito ya en 1905 por George Santayana en The Life of Reason: Aquellas que no
pueden recordar el pasado están condenadas a repetirlo (Pérez, 2014). La formación
del profesorado de quienes se ocuparan de la infancia determina a qué clase de
futuro nos encaminamos, y la inexistencia del conocimiento histórico, y hasta su
rechazo, en base a metodologías en colegios e institutos basadas en las clases
magistrales y evaluaciones fundamentadas en exámenes memorísticos, configuran
una idiocracia con un imposible cuestionamiento del status quo, un mundo regido
por likes, Instagram, comunicación mediada por pantallas, y todo tipo de
esclavitudes modernas y desigualdades. Que un grado relacionado con la enseñanza
tenga solo una, dos o tres asignaturas, de entre quizás cuarenta o más, con contenido
histórico refleja sin lugar a dudas el camino que seguirá la educación, y si dichas
asignaturas se basan en las metodologías citadas, aún en facultades denominadas de
ciencias de la educación, más aún.

No parece muy complicado coincidir en que “la historia de la universidad ha


sido la historia de una institución patriarcal dominada tradicionalmente por
hombres” (Montes-López y Groves, 2019, p. 10), y que la tendencia de la
feminización de la enseñanza es un hecho invariable con el paso de los años (Puy,
2018). Sumemos a esto que la historia que nos llega es la de los vencedores frente a
los vencidos, y quienes dominaron, y aún lo hacen, no gustan de mostrar sus trapos
sucios (Fernández, 1990). Con esta dinámica, las bases para cualquier estudio que
pretenda ofrecer propuestas de mejora en el enfoque de género se presenta
complicada o imposible.

294
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

En el artículo que nos ocupa, conoceremos el papel de la mujer en las


asignaturas de historia de la educación en la España contemporánea de los grados
en pedagogía andaluces, y se ofrecerán datos y reflexiones para que cualquier
persona establezca sus criterios para determinar si es posible hablar de
micromachismo, machismo o de asignaturas tendentes a la igualdad, partiendo de
la asignatura de la Universidad de Málaga.

2. Marco teórico

Es más que conocido, no por la mayor parte de la población probablemente,


pero sí por quienes deseen investigar con una óptica crítica y tengan medios para
ello, como los distintos regímenes de la historia discriminaron a la mujer en
prácticamente todas las facetas de la vida, aun cuando, por ejemplo, las monarquías
estaban encabezadas por mujeres; “La industrialización del siglo XIX agudizó las
diferencias en contra de las mujeres… control ejercido por los hombres
apartándolas del disfrute de sus derechos laborales o sociales, como éstas [sic]
reclamaron en su Declaración de Seneca Falls (EE.UU) en 1848” (García, 2016, p. 9).
Mucho antes, ya teníamos la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la
Ciudadana (Déclaration des Droits de la Femme et de la Citoyenne), texto redactado
en 1791 por Olympe de Gouges parafraseando la Declaración de Derechos del
Hombre y del Ciudadano de 1789, cuyo epílogo es claro: “El hombre esclavo ha
redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus cadenas.
Pero una vez en libertad, ha sido injusto con su compañera.” Más de dos siglos
después, los datos siguen siendo escalofriantes, y hasta las organizaciones
responsables de la gestión del capitalismo lo reconocen: La desigualdad de género
domina todos los aspectos de la vida social y económica y afecta a los países sin
importar su grado de desarrollo (OECD, 2017).

Pasando de lo macro, a lo micro, somos conscientes, por ejemplo, de la


ausencia de las mujeres en los manuales de la ESO: una genealogía de conocimiento
ocultada (López-Navajas, 2014), y ahora tendremos que comprobar, a pequeña
escala, si sigue produciéndose la ausencia y la discriminación de las mujeres en la
formación del profesorado de historia y ciencias sociales (Marolla-Gajardo, 2019).

295
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

La titulación en el Grado en Pedagogía puede implicar trabajos de tal calibre


como el que implica la orientación en colegios e institutos, donde el combate a los
machismos, micromachismos y a todo tipo de discriminación, de género o de
cualquier categoría, debiera ser la norma común, si se parte de una formación
adecuada, pues de lo contrario, proseguirían las dinámicas actuales, y nunca se
finalizarían las brechas vigentes. Sin duda alguna, si se pretende un mundo mejor, la
formación feminista debiera no solo ser un módulo de contenido básico, sino un
componente de todas o prácticamente todas las asignaturas, o la perpetuación de
todo tipo de actitudes actuales seguirán produciéndose, con partidos políticos,
publicidad, marketing, redes sociales, o música comercial, por ejemplo,
promoviendo todo tipo de estereotipos, prejuicios y estigmas micromachistas,
machistas y sexistas.

3. Método

El objeto principal de estudio es, en primer lugar, conocer el papel de la mujer


en Historia de la Educación en la España Contemporánea, asignatura del Grado en
Pedagogía, segundo curso, y comprobar si, en base a los datos obtenidos, podría
interpretarse que estuviéramos ante un ejemplo más de micromachismo,
conociendo si aparecen ópticas o enfoques de género, o tan solo información de
mujeres en la historia de la educación presentada.

Objeto secundario y que otorga una mayor complejidad a este trabajo es el


constituido por el análisis comparado con la misma asignatura con respecto a los
dos grados donde se ofrece en Andalucía.

Nuestro método está relacionado con las técnicas cualitativas de


investigación social, las cuales utilizan como soporte de recopilación de datos a
internet, pudiéndonos encontrar sin mayores problemas dentro de la etnografía
virtual (Hine, 2004).

Una de las principales muestras de la validez del objeto de estudio radica en


la virtualidad del medio de donde se obtienen los datos, gracias a lo cual la
posibilidad de corroboración de los mismos es inmediata.

296
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

La veracidad de los datos, algo que puede constituirse en grave problema


tanto en investigaciones cuantitativas como cualitativas, en este caso, gracias a
tratarse de fuentes primarias expuestas de forma pública, a través de las guías
docentes, queda fuera de toda duda, lográndose una absoluta fiabilidad que
cualquier persona, dentro del ámbito académico o fuera de él, puede comprobar sin
excesivas dificultades.

El análisis de documentos es fundamental dentro de la investigación


cualitativa (Taylor y Bogdan, 2002), y en el caso que nos ocupa, la reducción de
datos, así como su respectiva representatividad, fiabilidad y validez (Mejía, 2011),
que quedan acreditados a través de la comprobación de los resultados, siendo
precisamente estos y su publicidad, así como sus fuentes primarias de libre acceso,
garantía de éxito de la investigación desarrollada.

4. Resultados

La guía docente de Historia de la educación en la España contemporánea del


Grado en Pedagogía de la Universidad de Málaga cuenta con seis páginas, y tras la
descripción técnica de la asignatura y mención del docente responsable, nos
encontramos con ocho líneas dedicadas al contexto, donde nada se dice de mujer,
coeducación, género o feminismo. Dentro de las tres competencias generales y
básicas requeridas en la asignatura, no hay nada relacionado con las categorías
anteriores, y en las posteriores competencias específicas, nos encontramos solo con
el conocer, analizar y atender a la diversidad social, educativa y cultural por razón
de género, clase, etnia, edad, discapacidad, religión u otras.

Dentro de los nueve temas que componen la asignatura, no hay nada


relacionado con el género o con la mujer específicamente, mencionándose
liberalismo, absolutismo, centralización y secularización de la enseñanza, sexenio
revolucionario (1868-1874), la Restauración monárquica (1874-1902), las
reformas de la II República, el uso franquista del sistema de enseñanza como
instrumento para controlar y reprimir, o la educación como fundamento del estado
[sic] de bienestar, entre otros.

297
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Nada hay de género, mujer, feminismo, coeducación o niñas en la descripción


de las actividades formativas, en las actividades de evaluación, en los resultados de
aprendizaje, en los criterios de evaluación o procedimiento de evaluación… por lo
cual llegamos al final de la guía docente, y vamos al análisis de la bibliografía.

La bibliografía de esta asignatura se compone de 28 referencias, de las cuales


dos han sido obras escritas por mujeres, Educación de las mujeres en la España
contemporánea (Ballarín, 2001) y Educación y escuela en España de 1874 a 1902
(Turin, 1967), y otra coordinada por una mujer, Educación y cultura en la Málaga
contemporánea (Vico, 1995), encontrándose mujeres como coautoras en dos obras:
Controlar, seleccionar y reprimir: la depuración del profesorado de instituto
durante el franquismo (Grana et al., 2005) e Historia y perspectiva de la educación
infantil (Sanchidrián y Ruiz, 2010). Si calculamos el porcentaje de cinco de 28 obras,
obtendremos una cifra de 17.86% de libros donde hay presencia femenina en la
autoría.

Entre los títulos de las obras bibliográficas, salvo la obra citada de Pilar
Ballarín (2001), no hay nada referido a la mujer. Llama la atención que tras ella, el
segundo libro de la bibliografía autodenominada como básica sea Historia de la
acción educadora de la iglesia en España, volumen 2, edad contemporánea,
coordinada por el sacerdote Bernabé Bartolomé Martínez (1997) –ordenado
presbítero en plena dictadura franquista, en 1954–, un libro que refleja la
“mentalidad cristiana y pensamiento pedagógico de la jerarquía eclesiástica y de los
pedagogos cristianos, la enseñanza directa e institucional, la educación no formal y
los recursos pedagógicos adoptados por la Iglesia” .

La obra, publicada inicialmente en Francia, y posteriormente en el Estado


español durante la dictadura franquista, de Yvonne Turin (1967), pese a que incluya
preocupación por la mujer –toda aquella que la censura de la dictadura consintiera
en cualquier libro–, y los criterios comerciales de la editorial, tendría un sentido no
relacionado con ello, sino con la promoción del liberalismo y de la Institución Libre
de Enseñanza, por “imponer en la educación un sano equilibrio entre las reacciones
políticas “ultras” de uno u otro signo” (Gómez, 1962, p. 468).

298
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

En la obra coordinada por Mercedes Vico Monteoliva (1995), apenas


encontramos nada concerniente a la mujer. Hay poco más de dos páginas sobre la
apertura de la Escuela Normal de Maestras de Málaga, afirmándose como los
conservadores católicos “llegaron a considerar a las Normales como
ideológicamente peligrosas, ya que podían impartir enseñanzas perniciosas para la
juventud” (p. 58). La mujer, entre 1868 y 1900, tenía “socialmente,” aunque no
legalmente, cerrado el acceso a la segunda enseñanza. “Para las niñas de clase media
y alta fueron apareciendo en este período colegios de señoritas … que se reducía a
la primera enseñanza elemental, y … música y francés … además … de las labores de
adorno” (p. 75). Las normas que desarrollarían la coeducación de la II República,
que no había llegado a hacerse realidad en todos los niveles (p. 171), fueron
derogadas gras el golpe de Estado que trajo consigo la dictadura, que incluía la
separación de sexos en la enseñanza (p. 184). En 1968, en Málaga, ya había más
mujeres que hombres formándose para ser maestras del régimen (p. 206).

En Controlar, seleccionar y reprimir: la depuración del profesorado de


instituto durante el franquismo (Grana et al., 2005), sí se encuentra el objetivo de
“comprobar si existieron elementos comunes y diferenciales en la depuración de las
profesoras y profesores de instituto” (p. 74), por ejemplo, y si hay atención al género
en la obra en sí. Hasta en sus conclusiones se informa de la sanción a unas mujeres
que estaban empezando a tomar el “rumbo de su propia vida, con una independencia
económica y de criterio, que evidentemente era contraria a las ideas de los
vencedores, por lo que su represión afectó a todo el género femenino” (p. 145).

En Historia y perspectiva de la educación infantil (Sanchidrián y Ruiz, 2010),


pese a ser una profesión, tanto en su ejercicio en sí como en su alumnado en
formación para ejercer, con abrumadora presencia femenina, no contamos con un
alto número de información sobre la mujer. Incluso en su primer capítulo,
Antecedentes fundamentales de la educación infantil. La pedagogía y la escuela
maternal y familiar, pese a incluir hasta una palabra tan inequívocamente femenina
como maternal, solo habla de Comenio, Rousseau –un ser específicamente machista
y segregador (Nadal, 2015)–, y Pestalozzi (Sanchidrián y Ruiz, 2010, pp. 29-46).

299
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Aunque gracias a esta obra podemos conocer a Marie Pape-Carpentier (1815-


1879), solo hay cuatro páginas dedicadas a ella (pp. 75-79), y ocho para Pauline
Kergomard (1838-1925), maestra laica y republicana (pp. 79-87), mientras que hay
capítulos enteros para Pablo Montesino, Fröbel, Pedro de Alcántara García y Eugenio
Bartolomé y Mingo –de quienes habría “falta de estudios documentados” (Otero,
1994, p. 41)–, la Institución Libre de Enseñanza –en cuya junta directiva inicial no
había ni una sola mujer (MEC, 1982) y en cuyos estatutos iniciales nada se habla
sobre mujer o coeducación (Jiménez-Landi, 1973, p. 703-709)–, John Dewey, una
fascista como María Montessori (Nadal, 2015), Ovide Decroly, Howard Gardner… Al
menos encontramos cerca de seis páginas donde poder conocer a Mina Audemars
(1883-1971) y Louise Lafendel (1872-1971) (Sanchidrián y Ruiz, 2010, p. 277-284).
En esta obra, no se emplea el lenguaje inclusivo, y mujeres como Louise Michel
(1830-1905), no son incluidas.

Con respecto a la que sería la asignatura homóloga a la que analizamos, pero


en la Universidad de Granada, Historia del sistema educativo español y sus
instituciones, también del segundo curso del Grado en Pedagogía, en primer lugar
no encontraríamos rastro de enfoque de género en su breve descripción de
contenidos, en base a la guía docente publicada. Hay una mayor atención al género
en las competencias, pues a la única que menciona el género de la Universidad de
Málaga, se suma el comparar modelos pedagógicos y culturas escolares diferenciales
en los procesos de educación, formación, escolarización y profesionalización
dirigidos a mujeres y varones y a grupos sociales , y entre los cuatro objetivos de la
asignatura, se encuentran el desarrollar comparativamente análisis sobre las
estructuras globales del sistema educativo con las vivencias de quienes formaron
parte de él, tomando en consideración variables temporales, sociales, culturales y
de género, así como el buscar, a partir de sus propias biografías, experiencias y
conocimientos, la problematización de los fenómenos educativos para su propia
intervención activa como pedagogas y pedagogos .

En el temario detallado de la asignatura, nuevamente, encontramos atención


al género, abordándose la profesionalización docente de maestros y maestras,
movimientos sociales, movimientos de mujeres e idearios educativos, y, por último,

300
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

antecedentes de los movimientos de renovación pedagógica: instituciones,


asociaciones, ideas, maestros y maestras.

Varios de los textos propuestos en la asignatura encajan a la perfección con


la temática de este escrito: “El acceso de las maestras al magisterio público en el
siglo XIX: ¿concesión o logro profesional?” (Cortada, 2000); Emilia Pardo Bazán: “La
educación del hombre y de la mujer, 1892” (Flecha, 1998); la Escuela Moderna
(Ferrer, 2010), también se proponen documentales de María de Maeztu y de las
maestras de la República. Añadamos a todo lo anterior “El papel de las maestras en
la escuela republicana” (Agulló, 2012), “Azul y rosa”: franquismo y educación
femenina” (Agulló, 1999) y “Mujeres y educación en la España contemporánea: la
Institución Libre de Enseñanza y la Residencia de Señoritas de Madrid” (Vázquez,
2012), así como también un enlace sobre el legado de María Moliner.

Si no hay duda de la atención a la mujer en la asignatura correspondiente de


la Universidad de Granada, veamos si ocurre lo mismo en la Universidad de Sevilla,
donde tampoco hay coincidencia de nombre, pues allí se denomina Historia de la
educación contemporánea. La palabra género desaparece del programa de la
asignatura para el vigente curso 2019-2020, y con ello, de sus competencias. No hay
mujeres, feminismo, niñas o coeducación en dicho programa. No hay bibliografía. No
se menciona a ninguna autora.

5. Discusión

En pleno siglo XXI, la atención a la aproximada mitad de la población que


representarían las mujeres, y la formación a ese respecto, aún puede brillar por su
ausencia, hecho que no solo acontecería en la instrucción universitaria de las futuras
y futuros profesionales de la enseñanza; los trabajos invisibles “que vienen
realizando las mujeres a lo largo de la historia son la base de nuestra supervivencia
y de nuestro bienestar… Para los libros de texto el mundo existe gracias a los
hombres, creadores de inventos, guerras o, estados” (Ecologistas en acción, 2006, p.
36). Tenemos hasta tesis doctorales de esta materia (López-Navajas, 2015),
comprobándose, década tras década, como “los datos muestran que la

301
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

insignificancia histórica de las mujeres en el relato de las Ciencias Sociales es


abrumadora y resultan una de las evidencias más concluyentes de la exclusión de
las mujeres de los contenidos educativos” (p. 214).

Si con este bagaje llega el alumnado a la universidad, si en las programaciones


docentes universitarias no hay formación de género, difícilmente habría
profesionales que mejoraran la situación de la mujer, si es directamente
invisibilizada, y si dicho proceso lleva normalizado, precisamente, toda la historia,
con lo cual probablemente el concepto de micromachismo se quedara corto.

No es, en modo alguno casual, lo que ahora discutimos, y su transformación


es de una complejidad descomunal, haciéndose necesario (auto)formación, análisis
y acción:

Plantear el problema en estos términos significa avanzar en el orden del


conocimiento que puede estar en el principio de un progreso decisivo en el orden de
la acción. Recordar que lo que, en la historia, aparece como eterno sólo [sic] es el
producto de un trabajo de eternización que incumbe a unas instituciones
(interconectadas) tales como la Familia, la Iglesia, el Estado, la Escuela, así como, en
otro orden, el deporte y el periodismo (Bourdieu, 2000, p. 7).

Las divagaciones académicas cotidianas, así como las eternas obtenciones de


datos, cuantitativos o cualitativos, en torno a la misma dirección, sin emprender
ningún camino, o, más bien, pretendiendo precisamente recorrer unos pasos ya
dados por otras personas estudiosas de la materia, implican nunca movernos de un
punto, y hacer de medios como la investigación y sus resultados un fin en sí mismo,
derivado a la autocomplacencia, la mera publicación de datos similares con distintas
fechas, y autoreferenciarnos unas y otras, bajo nuestro punto de vista.

Si el objetivo es acabar con los (micro)machismos, los caminos son diversos,


pero no están relacionados con entrar en círculos viciosos… así como no se combate
la violencia de género exponiendo los datos de mujeres asesinadas y las denuncias
presentadas, ni los discursos en medios de comunicación de masas han supuesto
reducción de cifras, es más, hay un aumento de mujeres asesinadas y vamos a
superar las cifras de septiembre de 2011 según datos oficiales.

302
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

En modo alguno ignorando el, a nuestro entender, nefasto papel que tienen
la publicidad, los medios de comunicación y hasta las redes de comunicación social
en manos de multinacionales, es en la enseñanza uno de los lugares fundamentales
de actuación para, tan solo, aspirar a lograr una igualdad entre personas. Si ni
siquiera en asignaturas de grados presuntamente dedicados a la formación de
profesionales de la enseñanza existen las mujeres, el panorama futuro que nos viene,
por este y tanto motivos, probablemente sea desolador.

6. Conclusiones

Historia de la educación en la España contemporánea, del Grado de


Pedagogía, en la Universidad de Málaga, no parece, en base a lo expresado en su
correspondiente guía docente vigente, interesado en el papel de la mujer. Incluso,
tras la única obra en su bibliografía que trataría expresamente de ello (Ballarín,
2001), nos encontramos con Historia de la acción educadora de la iglesia en España
(1997). No habría que, simplemente atender al papel de dicha institución durante la
última dictadura nacional-católica española, sino simplemente atender a su fuente
primaria fundamental, su libro sagrado, la Biblia, para conocer el papel de la mujer
en esta religión: casada, sometida al marido y pariendo con dolor ; no
permitiéndosele enseñar, sino estar en silencio, porque Adán fue formado primero,
después Eva; que callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar,
sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo,
pregunten en casa a sus maridos. Por una mujer comenzó el pecado original, y ella
corrompió al hombre… aunque quizás ello no fuera el motivo por el cual efectuar
una enseñanza segregada durante tanto tiempo en el Estado español, ya no solo en
el pasado, o en la dictadura franquista, sino en la actualidad, manteniéndose aún
unos 150 centros de enseñanza que segregan (Nadal, 2015).

No parece que haya duda de que se invisibiliza, de que en todas las


sociedades coexisten pautas de comportamiento social discriminatorias hacia las
mujeres; rebatirlo sin sustento documental o estadístico puede representar cómo
opera discursivamente un sistema aún colonial (González, 2014, pp. 238-239).
Invisibilizar, vocablo ni tan siquiera incluido en el Diccionario de la Real Academia

303
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Española, es algo que sucede con el papel de la mujer, y no solo en la asignatura


analizada. Como conclusión, al menos, presuntamente esperanzadora,
encontraríamos que en la asignatura correspondiente de la Universidad de Granada
el papel de la mujer, su educación y su papel como maestra, en la historia, estaría
presente en la formación del alumnado, un alumnado, por cierto, que en los grados
relacionados con la enseñanza, no lo olvidemos, suele ser mayoritariamente
femenino.

Por supuesto, apoyamos la conveniencia de visibilizar cualquier tipo de


machismo, y previsiblemente sea básica una mayor precisión conceptual, para
evitar que expresiones como micromachismos puedan convertirse en un cajón de
sastre (Peralta et al., 2019). Si tenemos claro que el machismo es la forma de sexismo
caracterizada por la prevalencia del varón, a lo mejor es complejo cuantificar cuando
ello es a nivel micro. Dejamos a juicio de quienes nos lean si la ausencia de la mujer
en la asignatura de Historia de la Educación en la España Contemporánea del Grado
de Pedagogía de la Universidad de Málaga entraría dentro de la categoría de
machismo, de micromachismo, o de cualesquiera deseen establecer. ¿Qué sentido
tiene medir y que dicho esfuerzo no tenga consecuencia ninguna? (Martínez, 2013).
Sería quizás utópico pensar que análisis de guías docentes donde el enfoque de
género no existe implicaría su transformación a corto plazo, y probablemente que
guías sean evaluadas como machistas o micromachistas nada transforme,
desgraciadamente.

Con el objeto de esta investigación, se encontraron datos que hacían


presagiar los resultados obtenidos. Es el momento de plantearse, como mínimo, si
lo ahora obtenido acaso no es un presagio de futuros resultados similares en el
futuro, lo cual no solo sería indicador de la perpetuación de la invisibilización de la
mujer en la historia, sino de una sociedad que no está en el camino de la mejora en
este y en tantos otros aspectos.

304
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

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307
Micromachismos en la educación pública de México. La voz
desde dentro

Sergio Nava Lara


Tecnológico de Monterrey
sergionava777@hotmail.com

Resumen

Históricamente, la sociedad occidental ha generado y perpetuado un sistema


patriarcal, cuyo objetivo es legitimar al hombre en una posición de superioridad
sobre la mujer, tanto en la esfera pública como en la privada. Este sistema se logra
mantener gracias a su capacidad de generar violencia estructural, la cual es
particularmente peligrosa ya que no está acompañada de evidencia física. En el
entorno laboral es el caso de los techos de cristal, lo cuales están presentes en el
sistema educativo mexicano. Este estudio tiene el objetivo de explorar las
motivaciones y las dificultades que mujeres líderes escolares encontraron al acceder
a puestos directivos del Sistema Educativo Nacional de México. Bajo una
metodología cualitativa de análisis de contenido se realizó un grupo de enfoque con
cinco mujeres líderes escolares. Los resultados demuestran que hay un
reconocimiento de los techos de cristal pero que estos siempre pueden ser
superados con la convicción necesaria.

Palabras clave

Micromachismos, violencia de género, techos de cristal, educación básica.

308
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

1. Introducción

La revisión conceptual de este estudio tiene dos vertientes. La primera


respecto a la violencia estructural de género que son los micromachismo. La
segunda en cuanto los techos de cristal, particularmente en el sistema educativo
mexicano.

1.1. Micromachismos como violencia estructural

Históricamente la mujer ha estado sujeta a prácticas sociales, políticas y


culturales que formalmente son violencia de género, ya que son coacciones de
diversa índoles que tienen la intención de legitimar al hombre en una posición de
superioridad sobre la mujer (García Manso & da Silva, 2015; ONU, 1994). Existe el
consenso de que estas prácticas se originan en el sistema patriarcal, mismo que se
remonta históricamente al inicio de los regímenes monogámicos, ya que es la
referencia más identificable de sometimiento de la mujer hacia el hombre de manera
explícita, siendo que se reconocía, incluso legalmente, que el hombre es la cabeza de
familia de cualquier unidad doméstica (Engels, 2008; Sanahuya, 2002).

Acorde a Pateman (1995), se pueden distinguir tres formas de patriarcado,


que no por diferenciarse son mutuamente excluyentes: el pensamiento patriarcal
tradicional, el patriarcado clásico y el patriarcado moderno. El primero de ellos
refiere que el derecho paterno constriñe todas las relaciones de poder. La segunda
forma de patriarcado iguala el poder político con el poder patriarcal. Mientras que
el patriarcado moderno, caracterizado por iniciar en el periodo de acumulación del
capital, se concibe como “fraternal” al estar basado en el contrato social. Esta última
forma de patriarcado es la que directamente critican las teorías feministas al
exponer “cómo el derecho de los hombres estructura las relaciones de poder sobre
el cuerpo de las mujeres, dirigiendo su atención a la subordinación de las mujeres y
considerando la reproducción y/o la sexualidad femenina como las claves del
patriarcado” (García Manso & da Silva, 2015, p. 109). Dicha estructura patriarcal se
caracteriza por fomentar un patrón heteronormativo binario en el cual a cada
individuo se le impone un bagaje cultural de género a partir de su sexo, patrón
presente en todos los procesos de socialización y de conformación identitaria con la

309
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

intención de perpetuar la desigualdad a través normas y valores apropiados para tal


fin, en cual se predomina un desigual reparto de poderes y espacios sociales, siendo
el privado para la mujer, y el público para el hombre, con lo cual recae sobre él todo
poder fáctico y real (García Manso & da Silva, 2015; Pérez Fernández, 2009).

La estructura patriarcal genera violencia estructural a partir de los roles de


género socialmente construidos que fomenta dado que éstos se basan en el deber
ser de uno de ellos, con lo cual producen y reproducen relaciones de poder
desiguales. Esta violencia estructural se refiere “los esquemas mentales que han sido
interiorizados y transmitidos de generación en generación, en base a mecanismos
de reproducción sociales y culturales” (Benalcázar-Luna & Venegas, 2017, p. 142).
La violencia estructural es particularmente peligrosa ya que, al no estar
acompañada de evidencia física, tiende a ser minimizada y hasta negada dado que
no tiene un origen concreto identificable al estar embebida dentro de las estructuras
(La Parra & Tortosa, 2003; Tortosa, 2003).

Desde de la idea de la tecnología de poder, desarrollada por Foucault (2010),


la violencia contra la mujer comienza a “existir” sólo hasta que las estructuras del
poder la enuncian y legislan como problema social. Lo anterior significa que hay
violencias invisibilizadas que dañan de igual manera los derechos de las mujeres y
que, según Llorente (2014), pueden ser consideradas una antesala a otras violencias
ya reconocidas y penadas, violencias catalogadas como de corto alcance al estar
agazapadas y difuminadas en conductas que se replican de manera cotidiana tanto
en la esfera pública como la privada, violencias que se han normalizado al estar
siempre presentes, a estas “pequeñas” violencias o violencias blandas se les conoce
como micromachismos.

Acorde a Bonino (1998), los micromachismos son prácticas de dominación y


violencia masculina en la vida cotidiana casi imperceptibles. Los micromachismos
son sutiles microabusos, o violencias de bajísima intensidad, que apuntalan de
manera paulatina las prerrogativas del varón sobre la mujer (Benalcázar-Luna &
Venegas, 2017). El micromachismo se intenta hacer pasar como algo inofensivo pero
que se alimentan de la reiteración sostenida, con lo cual se legitima un orden social
patriarcal.

310
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

Los micromachismos están encaminados a fomentar el orden impuesto por


el patriarcado a través de recalcar aquellas cualidades que tradicionalmente le han
sido atribuidas a las mujeres, tales como ser más emocionales que racionales,
encargadas de la esfera doméstica como madre y esposa, y de que sus metas
profesionales deben pasar a segundo plano ante su deber como cuidadora (Gallego-
Ayala, 2010). Los micromachismos son fomentados en centros educativos y
laborales como una manera de naturalizar relaciones de poder emanadas del
sistema patriarcal (Bosch, Ferrer, García, Ramis & Mas, 2007). Si bien todos los
micromachismos son comportamientos manipulativos estos se pueden clasificar,
acorde a Bonino (2004), en cuatro categorías.

Tabla 1. Clasificación de micromachismos

Categoría Características Ejemplo


Utilitarios Explotan la heteroafirmación Que la mujer sea la encargada
femenina, dejando que la mujer asume de todas las labores del
cargas que el hombre no quiere hogar.
realizar. Esto implica que la mujer
pierde tiempo y fuerza para dedicarse
a sí misma.
Encubiertos Utilizan la fuerza psicológica o moral Que el hombre aplique la “ley
masculina a partir de la confiabilidad del hielo”, es decir, evite
afectiva para ocultar la intención de dirigirle la palabra a la mujer.
dominio e imposición. Suelen ser los
más sutiles.
Coercitivos Imposición a partir de medios de Restringir acceso al dinero
control morales o psicológicos. cuando el hombre es el
proveedor material de la
familia.
De crisis Se usan cuando la mujer se está Incluye desde negarse a
proponiendo aumentar su poder procesos de negociación en
personal. Sus manifestaciones son más los roles de la pareja
variadas y se incluyen el seudoapoyo, (negación) hasta el “darse
las negaciones y la agresividad pasiva. tiempo” (seudoapoyo).

Fuente: Bonino (1994).

311
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Como bien ha de notarse, los micromachismos pueden manifestarse de


diversas maneras, pero todas ellas caracterizadas por su sutilidad y ambigüedad en
los procesos relacionales de la vida cotidiana. Si bien los micromachismos suelen
pasar inadvertidos en la vida doméstica o espacio privado, estos son más evidentes
cuando son trasladados a la esfera pública, como en lo centros de trabajo (Bonino,
1999). Uno de los factores más importantes para acabar con los micromachismos es
saberlos identificar dentro de una estructura patriarcal, reconociendo las
interacciones sociales que los perpetúan y las razones por las cuales esta estructura
es tolerada y reproducida cotidianamente (Benalcázar-Luna & Venegas, 2017). Uno
de los efectos más conocidos de esta estructura patriarcal en el mundo laboral es el
llamado techo de cristal, del cual el siguiente apartado da detalle en el ámbito
educativo.

1.2. Educación y género: los techos de cristal

El fenómeno techo de cristal o Glass Ceiling fue acuñado periodísticamente,


hacia la mitad de la década de los 80 del siglo XX, por Carol Hymowitz y Timothy
Schellhardt para referirse a aquellas barreras invisibles a las que las mujeres se
enfrentan al tratar de ascender dentro la jerarquía corporativa. Se le denomina
“techo” por representar una limitación que bloquea el avance hacia arriba, y "de
cristal" dado que su trasparencia es aparente por lo que las limitaciones no son
reconocibles de manera inmediata; generalmente responden a una política no
escrita y no oficial (Jarmon, 2014).

Acorde a Morrison y Von Glinow (1990), quienes describieron las actitudes


respecto a las barreras invisibles que enfrentan las mujeres y que originan su
fracaso en el ascenso laboral, las diferencias entre hombres y mujeres suelen ser de
tres índoles: psicológicas, emocionales e intelectuales. Estas diferencias suelen
generar expectativas contradictorias hacia las mujeres tales como que no
manifiesten comportamientos masculinos o machistas, que sean responsables, pero
sin dejar de ser obedientes para seguir instrucciones y que sean ambiciosas, pero
sin esperar ser tratadas con equidad.

312
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

Los techos de cristal se reafirmaron como un fenómeno que atañe


particularmente a la condición de género ya que aun cuando se consideran otras
variables como la raza o la etnicidad los resultados siguen siendo los mismos: todas
las mujeres, sin importar su condición étnica, han enfrentado techos de cristal al
intentar acceder a los puestos de trabajo más prestigiosos y mejor pagados (Cotter,
Hermsen & Vanneman, 1999). Estas barreras han podido ser confirmadas en
diversos centros de trabajo, y se manifiesta en diversas prácticas tales como
procesos injustos de reclutamiento, reconocimiento insuficiente a la labor realizada
por mujeres, manejo discrecional de compensaciones y una indiferencia en general
por crear prácticas laborales equitativas, por lo que se llega a la conclusión de que
no son simplemente los techos de cristal los que limitan a las mujeres, sino en sí toda
la estructura de las organizaciones para las cuales trabajan (Myerson y Fletcher,
2000).

A pesar de este reconocimiento, los techos de cristal siguen existiendo en los


centros de trabajo y las instituciones educativas no son la excepción, ya que es un
área profesional donde predomina el número de mujeres, pero su presencia en
puestos directivos no corresponde a nivel proporcional (Carrasco Macías, 2002;
Harris & Trnavčevič, 2020). En el caso mexicano esto es observable a nivel
estadístico siendo que

En 2018, a nivel nacional, 54.9% de los directores de educación primaria eran


hombres, cifra que resulta interesante si se considera que del total de docentes de
educación primaria las mujeres representan aproximadamente 64%. por lo que
se evidencia una desproporción en el acceso a los cargos directivos (INEE, 2019).

El proceso para asumir y ejercer una dirección escolar está imbuido en


desafíos propios de la labor, pero es innegable que las mujeres se enfrentan a
mayores presiones y expectativas que sus colegas masculinos, y eso es parte de las
razones de su escasa representación (Kaparou & Bush, 2007). Si bien la baja
representación de las mujeres llegó en el algún momento a ser atribuida a su
“orientación femenina”, a sus deficiencias o a su falta de motivación (Harris &
Trnavčevič, 2020), se ha comprobado que las barreras en el desarrollo profesional
de la mujer son parte de una estructura social basada en el patriarcado ya que dichas

313
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

barreras suelen verse reforzadas por las presionas implícitas en la búsqueda de un


equilibrio entre la familia, la maternidad y el trabajo (Coleman, 2001).

2. Metodología

Para estudiar motivaciones y las dificultades que mujeres líderes escolares


encontraron al acceder a puestos directivos del Sistema Educativo Nacional de
México está investigación adoptó un diseño de investigación cualitativa como un
medio apropiado para tal exploración. Se optó por una investigación con diseño
cualitativo ante la necesidad de exploración a profundidad que el tema demanda y
que es menester de este tipo de diseño (Denzin & Lincoln, 2011; Toro & Parra,
2010).

2.1. Participantes

Las participantes en este estudio son mujeres líderes del sector educativo del
Sistema Educativo Nacional de México en el cual todas ellas ejercen actualmente un
cargo directivo. Se contó con la participación de cuatro directoras en funciones en
alguna escuela pública de nivel básico en México, primaria específicamente, además
de una supervisora de zona escolar. Para fines prácticos se identifica a cada una de
las participantes, pero bajo un seudónimo en apego a las consideraciones éticas
respecto a la protección de datos personales.

Tabla 2. Características de las participantes

Identificación Función Años de servicio en la función Edad Estado civil


Alma Dirección 11 42 Casada
Estela Dirección 16 50 Casada
Irene Dirección 5 37 Casada
Olivia Dirección 11 40 Casada
Ubdulia Supervisión 2 31 Casada

Fuente: Elaboración propia con datos recabados.

314
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

2.2. Instrumentos

Para la recopilación de información se diseñó una guía de entrevista para la


realización de un grupo de enfoque integrado por todas las participantes. El
instrumento constó de 14 preguntas, divididas en siete secciones. Cada una de las
secciones atendía a las causas enlistadas por Díez et al. (2009) para explicar la
menor presencia de las mujeres en puestos directivos escolares, las cuales “tienen
que ver, todas ellas, con aspectos estructurales de nuestra sociedad y cultura,
ligados a una cosmovisión patriarcal dominante” (Díez Gutiérrez, Terrón Bañuelos
& Anguita Martínez, 2009, p. 29). Estas causas son: socialización y tradición
sociocultural; familia y maternidad; trayectorias profesionales; expectativas hacia
los hombres; redes invisibles; modelos de identificación; e igualdad.

2.3. Procedimiento

Para desarrollar el presente estudio se procedió a recolectar y analizar los


datos necesarios para conseguir el objetivo declarado. El proceso de recolección de
datos consistió en tres etapas. La primera etapa consistió en una revisión de
literatura de los temas abordados, la segunda etapa incluyó el diseño del
instrumento para la recolección de datos, la tercera etapa consistió en la realización
del grupo de enfoque con las participantes.

El análisis de datos se realizó a partir de un análisis de contenido de las


respuestas obtenidas en los grupos focales, esto significa que se identificaron
categorías mediante codificación descriptiva e interpretativa. Los datos obtenidos
de los instrumentos de investigación fueron procesados y analizados de acuerdo con
las siguientes categorías: socialización y tradición sociocultural; familia y
maternidad; trayectorias profesionales; expectativas hacia los hombres; redes
invisibles; modelos de identificación; e igualdad.

2.4. Consideraciones éticas

Esta investigación contó con consideraciones éticas durante todo el proceso.


Se solicitó el consentimiento informado de todas las participantes. Igualmente se
garantizó la confidencialidad de todos los datos.

315
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

3. Objetivo

El objetivo de la investigación que aquí se reporta es explorar las


motivaciones y las dificultades que mujeres líderes escolares encontraron al acceder
a puestos directivos del Sistema Educativo Nacional de México.

4. Resultados

A continuación, se presentan los resultados de la investigación a partir de las


categorías ya declaradas. Cada una de las siete categorías se abordaron a nivel de
motivaciones y dificultades, es decir, se toma en cuenta tanto los aspectos positivos
como los negativos manifestados por las informantes.

4.1. Trayectorias profesionales

Las líderes escolares tienden a relatar su trayectoria profesional como un


relato de obstáculos que fueron superados. Si bien algunas ascendieron gracias a su
antigüedad y otras gracias a su desempeño en un examen de oposición, no se
identifica demerito alguno en cualquiera de ambas formas.

Tabla 3. Expresiones de las participantes respecto a su trayectoria profesional

Identificación Expresión
Alma ¿Por qué decidí ser personal directivo escolar? Pues todo es por las ganas
de tener un crecimiento personal una superación profesional y personal,
más que nada
Estela Al observar que compañeros iban ascendiendo yo decido ser directora
era por ascenso
Irene Por probarme a mí misma que sí que si podía
Olivia Se dio que a los nueve años de servicio era una de las más antiguas aquí
y solicité el ascenso
Ubdulia ¿Qué me motivó a hacerlo? decía “si en el aula puedo cambiar la vida de
35 alumnos, que no haría yo si pudiera estar a cargo una zona escolar”

316
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

4.2. Tradición sociocultural

Las líderes escolares mostraron una tendencia expresar aquellas situaciones


en que otras personas, tanto hombres como mujeres les llegaron a sugerir que el
haber asumido el cargo fue resultado de algún tipo de favoritismo, ya sea como
favores sexuales, soborno o influencia política.

Tabla 4. Expresiones de las participantes respecto a la tradición sociocultural

Identificación Expresión
Alma Pesa más el asombro de la gente de los puestos que están en Secretaría…
que a veces se sienten poderosos.
Estela (cuando sumo la dirección escolar) mi esposo estaba comisionado en el
sindicato de maestros, y decía no pues que seguramente yo andaba con
el secretario de la sección.
Irene Una ocasión me preguntó una persona que era pues una persona muy
fuerte en la Secretaría que me dijo “¿y cómo lo lograste? ¿te acostaste con
alguien o lo compraste o tienes palanca política muy fuerte? cuéntame”
Olivia Cuando estuve en la ciudad conocí a mucha gente que fue muy déspota
conmigo y me quisieron humillar, mucha gente me quiso humillar.
Ubdulia La ciudad es un territorio un complicado porque hay directores que
tienen muchos años de servicio y yo ni siquiera llegaba a 30 años de edad.
Mis colegas supervisores estaban peleando para que no me la dieran (la
supervisión) porque decían “¿qué privilegio tiene ella? sí apenas está
entrando”

4.3. Expectativas sociales

Las expectativas sociales a las que se suelen enfrentar las mujeres en cargos
directivos están relacionadas a que se espera que su autoridad presente rasgos
propios del liderazgo masculino. Lo cual reconocen y asumen como una estrategia
efectiva para validarse socialmente como autoridad.

317
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Tabla 5. Expresiones de las participantes respecto a expectativas sociales

Identificación Expresión
Alma Lo que me ayudó fue el hecho de ser persistente, de estar siempre
queriendo lograr mi meta, mi objetivo, eso fue lo que a mí me ayudó, no
tuve que cambiar nada de mi personalidad, ni de mi forma de trabajo
Estela Antes era yo una persona muy muy frágil, muy muy dócil… pero toda esa
docilidad, se convirtió en fuerza, no en agresividad, pero sí en una forma
que me sacó el carácter como dicen.
Irene La dirección me dio mucha fortaleza, he cambiado mucho, al grado que a
veces soy muy impositiva, muy mandona.
Olivia Yo era angelical en los primeros años, porque era joven relativamente,
pero ya no soy tan angelical en 5 o 6 años me convertí en una persona
muy diferente, la dirección me hizo cambiar muchas cosas.
Ubdulia Me dijeron que tome postura (de autoridad) porque al principio
obviamente mi postura era muy de primaria ¿me explico? Muy de “Hola
niños”. Tuve que cambiar mi tono de voz, mi postura, las decisiones de no
sea tan democrática ser autoritaria, ahora sí que puedo decir que los años
de experiencia en la supervisión me han ido moldeando

4.4. Modelos de identificación

El 80% de las líderes escolares refirió como modelos de identificación a


hombres en puestos directivos, mientras que la única referencia a una mujer como
modelo de identificación se puntualizó que sus rasgos de liderazgo eras de
características masculinas

Tabla 6. Expresiones de las participantes respecto a modelos de identificación

Identificación Expresión
Alma La verdad es que el jefe de sector fue una persona que influyó en mi
trabajo de manera positiva
Estela Mi primer director, yo le tenía mucho miedo era terror para mí porque
me exigía mucho, pero aprendí mucho de él igual a exigirme también.
Irene En aquel entonces estaba el maestro como subdirector de educación, y él
se da a la tarea de trabajar, y de él aprendí

318
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

Olivia De mi director tomé muchas cosas que me enseñó personalmente, a


manejar tanto en el carácter como en otras acciones y pues él fue uno de
los que es una figura importante en mi vida.
Ubdulia Con la que trabajé más años fue la última directora que tuve cuando
estaba como docente, y pues pesa su carácter que era un poco
complicado.

4.5. Redes invisibles

En el proceso de acceder y asumir un cargo directivo las redes invisibles se


muestran como un rasgo clave para considerar que este proceso se ha realizado con
éxito. Destacan el rol de compañeros de centro de trabajo más que de familia y
amigos.

Tabla 7. Expresiones de las participantes respecto a redes invisibles

Identificación Expresión
Alma El cuerpo docente que tengo a mi cargo me ha apoyado mucho y creo que
yo a ellos… han habido personas que de verdad me han ayudado a crecer
como persona, a crecer como docente, a crecer como directivo, que sus
consejos han encaminado de alguna manera mi labor.
Estela (Acerca de acceder a una dirección escolar) Todo empezó así como que
“sí quiero, sí puedo, sí tengo ganas” pero también tenía un poquito de
temor, y me dijeron, lo bueno que habían compañeras y compañeros en
ese entonces, que nos apoyaron porque yo sí tenía mucho miedo pero
también tenía las ganas de superarme y de seguir adelante y me apoyaron
Irene Fue mucho desafío (la dirección escolar) pero también tuve mucho
apoyo, mucho apoyo de mis compañeros que en ese entonces estaban
conmigo y me sentí protegida de que de “te vamos a ayudar, de qué te
vamos a apoyar”, yo no sabía nada de administración, yo no sabía nada,
nada y fui aprendiendo con ellos.
Olivia Mi perseverancia, mi persistencia, mi necedad me han ayudado a recibir
apoyo de muchas personas valiosas que me han enseñado o me han
apoyado hacer lo que hoy en día soy.
Ubdulia Los colegas supervisores no todos colaboran, no todos, son pocos los que
no tienen el celo de compartir, retroalimentar si hay áreas de
oportunidad y de pasar materiales. Puedo decir que hasta un 10% son
colaborativos, existe mucho ego en el puesto, existen muchas ganas de
sobresalir y hay mucha rivalidad.

319
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

4.6. Familia y maternidad

Hablar del lugar de la familia y la maternidad cuando se ejerce un cargo


directivo en el sistema escolar fue uno de los temas más complejos por su carácter
emocional para las líderes escolares, siendo que es claro que todas asumen que un
cargo de autoridad conlleva a sacrificar tiempo y atención a la esfera personal.

Tabla 8. Expresiones de las participantes respecto a familia y maternidad

Identificación Expresión
Alma Como directora y como docente de doble plaza pues nos veíamos muy
poco, entonces el trabajo me absorbía, estaba casi todo el día fuera.
Estela Te vas dando cuenta que la dirección no es como te la pintan sino que
tienes que poner mucho de tu parte… tienes que dejar familia… entonces
te cambia la vida.
Irene Antes sí tuve muchos problemas de, vamos a decir, familiares… a raíz de
ellos aprendí a dividir y darle su tiempo a cada cosa o a cada quien.
Olivia Gracias a Dios mis hijas ya están grandes, ellas me apoyan bastante,
realmente soy privilegiada, aquí en casa, ellas una cocina, otra lava,
entonces todo el trabajo en la casa lo hacen ellas.
Ubdulia Como no hay muchacha ahorita, porque hay que cuidarnos de la salud, yo
hago los quehaceres.

4.7. Igualdad

La igualdad es un tema que particularmente ha de ponerse atención, ya que


si bien la mayoría de las lideres escolares reconoce y distingue que existen barreras
socialmente estructuradas que debieron superar y que aun existen para el acceso a
cargos directivos, el llegar a ellos se remite únicamente a motivaciones individuales

Tabla 9. Expresiones de las participantes respecto a la igualdad

Identificación Expresión
Alma Yo creo que las barreras más que nada se las pone uno mismo realmente,
yo siempre he pensado que las mujeres somos muy capaces y se ha
demostrado, efectivamente.

320
CAPÍTULO 4. DESMONTANDO LA VIOLENCIA SExUAL

Estela Todavía haya cosas del machismo que a lo mejor no las vemos pero sí las
sentimos pero en esta época actual yo siento que no deberían de haber…
ahora ya es otro tipo de pensamiento que tenemos las mujeres, ya
estamos más abiertas al cambio.
Irene Si hay las barreras sociales, si hay muchas, pero en estos tiempos siento
que están más fáciles las cosas porque la única barrera que uno se
pondría es la de no aspirar
Olivia Yo creo que la generación de ahora ya somos pues muy capaces y hábiles,
y barreras son las que uno mismo se pone.
Ubdulia Sabemos que México es machista, difícilmente se logra que una mujer
llegue a un puesto y supere las barreras… yo creo que todo es cuestión de
actitud, quien llegue debe de asumir el cargo con mucha responsabilidad.

5. Conclusiones

En cuanto a las motivaciones y dificultades que mujeres líderes escolares


encontraron al acceder a puestos directivos del Sistema Educativo Nacional de
México se pueden enlistar las siguientes a partir de los resultados obtenidos.

Tabla 10. Clasificación de micromachismos

Categoría Motivaciones Dificultades


Trayectorias Crecimiento profesional. El cargo directivo como
profesionales innecesario.
Tradición Probar que acceder a un cargo Que asumir un cargo directivo sea
sociocultural directivo es resultado de la gracias a corrupción, influencia
capacidad profesional. política o favores sexuales
Expectativas Dar su toque personal al liderazgo Que su personalidad deba
sociales que ejercen. presentar rasgos propios del
liderazgo masculino.
Modelos de Llegar a ser un modelo de Encontrar modelos de
identificación identificación identificación femeninos.
Redes Los compañeros de centro de Ausencia general del apoyo de
invisibles trabajo como apoyo constante familia y amigos

321
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Familia y Apoyar en el presupuesto Sacrificar tiempo y atención a


maternidad familiar. pareja e hijos.
Igualdad Existe ya que cualquiera puede Existen aun barreras sociales.
acceder a cargos directivos.

Fuente: Elaboración propia a partir de los resultados del estudio.

Ante lo ya expuesto se considera que el estudio aquí presentado ha logrado


explorar las motivaciones y las dificultades que mujeres líderes escolares
encontraron al acceder a puestos directivos del Sistema Educativo Nacional de
México. Si bien algunas de las dificultades son parte de los techos de cristal, las
lideres escolares asumen que cualquier barrera puede ser superada con la
motivación adecuada. Es deseable que estas afirmaciones sean corroboradas en por
otros métodos y en otros contextos, ya que es la única manera en que se podrán
identificar correctamente la manera en que operan los techos de cristal, y así poder
superarlos.

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324
CAPÍTULO 5.
Desmontando la
violencia sexual
Pasado, presente y futuro de los delitos de agresión y abuso
sexual. Una aproximación legislativa

Maite Carretero Sanjuan


Universidad Carlos III de Madrid
maite.cs@hotmail.com

Irene de Lamo Velado


Universidad Carlos III de Madrid
ilamo@der-pu.uc3m.es

Resumen

Este trabajo tiene como objetivo general analizar la evolución de los delitos de
agresión y abuso sexual en España. En concreto, estudiar la evolución penal de estos
delitos sexuales, contextualizarlos en la realidad social y examinar la principal
iniciativa legislativa presentada para la reforma de los delitos de agresión y abuso
sexual. Para conseguir este propósito, se realiza un análisis legal desde una
perspectiva feminista. En particular, se estudia la tipificación de los delitos de
agresión y abuso sexual en el Código Penal vigente y en sus antecedentes
legislativos, así como el Anteproyecto de Ley Orgánica de Garantía Integral de la
Libertad Sexual.

Palabras clave

Género, Delito, Abuso, Agresión, Feminismo.

327
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

1. Introducción

Aún hoy, la violencia sexual se presenta como un problema estructural y


continúa siendo un tema de candente actualidad en la sociedad española. En este
contexto, hay una clara predominancia de las victimizaciones de mujeres
(representan un 85% de la victimización) (Gabinete de Coordinación y Estudios.
Secretaría de Estado de Seguridad., 2018) y del hombre como detenido e investigado
(representa un 96% del total de detenciones e investigados) (Gabinete de
Coordinación y Estudios. Secretaría de Estado de Seguridad., 2018), haciéndose
necesario, por ello, incluir la perspectiva de género en cualquier análisis relacionado
con la violencia sexual.

En las próximas líneas, trataremos de contextualizar la situación actual de los


delitos de violencia sexual en España, para lo que es preciso aclarar que
desconocemos el número de personas víctimas de delitos sexuales a consecuencia
de la llamada “cifra negra”, siempre presente en este tipo de delitos, a causa, y entre
otras, de la culpabilización de la víctima (síndrome de “manos sucias”), el miedo, la
minoría de edad o la victimización secundaria (Subdirección General de
Sensibilización, Prevención y Estudios de la Violencia de Género (Delegación del
Gobierno contra la Violencia de Género), 2020). Tan solo el 8% de las mujeres que
han sufrido violencia sexual fuera de la pareja han denunciado lo sucedido y, si
tenemos en cuenta las denuncias realizadas por otra persona o institución, el
porcentaje de denuncia alcanzaría el 11,1% (Subdirección General de
Sensibilización, Prevención y Estudios de la Violencia de Género (Delegación del
Gobierno contra la Violencia de Género), 2020).

La problemática está lejos de erradicarse, evidenciándose un aumento


progresivo en los hechos conocidos registrados relacionados con delitos sexuales en
el periodo 2013-2018:

328
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Figura 1. Evolución de los delitos sexuales - Hechos conocidos registrados. Datos anuales.
Fuente: Ministerio del Interior, 2018.

Considerando todos los ámbitos de la violencia contra las mujeres, la cifra de


delitos contra la libertad e indemnidad sexual representa un 5,8% del total de
victimizaciones en el periodo comprendido entre 2010 y 2017.

Figura 2. Victimizaciones por tipología delictiva. Fuente: Observatorio Estatal de Violencia


sobre la Mujer, 2017.

Solo en el primer semestre del año 2020 se han registrado 6.138 delitos
contra la libertad e indemnidad sexual en el territorio nacional, de los que 825
pueden clasificarse como agresión sexual con penetración (Sistema Estadístico de
Criminalidad. Ministerio del Interior, 2020), siendo esta la forma más grave de
violencia sexual ejercida contra la mujer.

329
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Los resultados de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer de 2019,


recientemente publicados, no nos traen mejores datos: el 13,7% de las mujeres de
16 o más años residentes en España han sufrido algún tipo de violencia sexual a lo
largo de su vida y el 1,8% en los últimos 12 meses. El 38,2% de las mujeres que han
sufrido una violación fuera de la pareja ha tenido pensamientos suicidas en algún
momento de sus vidas, evidenciando tan alarmante dato la gravedad de esta lacra
social. En el 12,4% de las mujeres que han sufrido violencia sexual fuera de la pareja
participó más de un agresor y en el 49,6% de los casos sucedió en más de una
ocasión. El 9,2% de mujeres de edad igual o superior a los 16 años que tienen o han
tenido pareja aseguran haber sufrido violencia sexual.

Entre los delitos sexuales destacan los tipos de abuso y agresión sexual, que
representan el 78% de los hechos conocidos registrados, y en los que centraremos,
por su frecuencia y por las repercusiones que conllevan, el presente estudio.w

Figura 3. Evolución de los delitos sexuales - Hechos conocidos registrados. Tipologías


penales. Fuente: Ministerio del Interior, 2018.

330
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Figura 4. Tipos de delitos sexuales cometidos por adultos condenados en 2017 y 2018.
Fuente: Epdata, 2019.

En las últimas décadas, nuestro sistema penal se ha caracterizado por un


endurecimiento progresivo de las penas. En particular, se han realizado numerosas
modificaciones en los tipos penales objeto de estudio, caracterizados por ser
sancionados con penas que rozan las del homicidio, sin que estas reformas hayan
devenido, aparentemente, en una mejor respuesta a la violencia sexual en nuestro
país. Se hace, por ende, necesaria una revisión legislativa que pasa por el estudio de
la evolución y la situación actual de la regulación penal de los delitos de abuso y
agresión sexual, a los que nos referiremos.

2. Metodología

El método empleado en este estudio ha sido el análisis cualitativo de


legislación. Se ha analizado el contenido de varios documentos legales, promulgados
y/o publicados durante el periodo 1973 - 2020. Optamos por analizar este periodo
histórico para analizar cómo influye el cambio de régimen político, desde el
totalitarismo franquista a la democracia y cuál es la evolución penal durante esta
etapa hasta la actualidad.

331
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

También se estudia la propuesta de reforma legislativa más ambiciosa


presentada en los últimos años con el objetivo de analizar cuáles son las
perspectivas de futuro de legislación penal sobre violencia sexual.

En concreto, se han analizado los delitos de violación y abusos deshonestos,


configurados como delitos contra la honestidad femenina en el ámbito sexual, que,
posteriormente, se tipificaron como delitos de agresión y abuso sexual, ilícitos
penales contra la libertad sexual. Elegimos analizar estos delitos porque son los que
representan la mayoría de los delitos sexuales cometidos en los últimos años y por
conllevar el mayor y más grave número de atentados contra la violencia sexual de la
Mujer (Ministerio del Interior, 2018).

Las unidades concretas de estudio son los artículos presentados en la


siguiente tabla:

Legislación / Propuesta de reforma legal Artículos estudiados


Decreto 3096/1973, de 14 de septiembre, por el que se publica el 429 y 430
Código Penal, texto refundido conforme a la Ley 44/1971, de 15
de noviembre.
Ley Orgánica 3/1989, de 21 de junio, de actualización del Código 18 y 19
Penal.
Código Penal, aprobado por la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de 178, 179, 180, 181, 182
noviembre. y 183
Ley Orgánica 11/1999, de 30 de abril, de modificación del Título 1 y 2
VIII del Libro II del Código Penal, aprobado por Ley Orgánica
10/1995, de 23 de noviembre.
Ley Orgánica 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica 63, 64 y 65
la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal.
Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la Ley 41, 42, 43, 45, 46 y 47
Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal.
Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la 95, 96, 97, 98, 99 y 100
Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal.
Anteproyecto de Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Disposición Final 1ª
Sexual.

Tabla 1. Artículos analizados. Fuente: Elaboración propia.

332
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

En este análisis se han estudiado los elementos del tipo y el bien jurídico
protegido en los delitos de agresión y abuso sexual.

3. Objetivos

Ante la información presentada en la justificación surge la pregunta de


investigación que motiva el presente estudio: ¿cómo han evolucionado los delitos
sexuales? Como objetivo general se planea conocer la evolución de los delitos de
agresión y abuso sexual hasta el momento presente y cuál puede ser la futura
tipificación de los delitos sexuales de mayor calado, esto es, de los delitos de abuso
y agresión sexual. En concreto, esta investigación persigue los siguientes objetivos
específicos:

- Objetivo específico 1: analizar la evolución penal de los delitos de agresión y


abuso sexual.

- Objetivo específico 2: contextualizar la evolución de los delitos de agresión y


abuso sexual en la realidad social.

- Objetivo específico 3: estudiar la principal iniciativa legislativa presentada para


la reforma de los delitos de agresión y abuso sexual en el panorama actual.

La mirada desde la que se observa el objeto de estudio y se abordan los


objetivos de esta investigación considera la violencia sexual como una violencia
patriarcal (Brownmiller, 1975 y San Segundo y Codina-Canet, 2019). Una violencia
que no afecta solo a quien la sufre, sino que trasciende la perspectiva individual y
actúa colectivamente.

Desde los estudios feministas, la violencia sexual se ha conceptualizado como


un castigo a todas las mujeres, como un acto ejemplarizante contra una mujer
genérica que ha trasgredido los roles y rasgos de género (Barjola, 2018). La
violación también ha sido identificada como una “agresión o afrenta contra otro
hombre” o como una demostración de fuerza o virilidad ante una comunidad de
iguales (Segato, 2010, p. 32-33).

333
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Dentro de este enfoque, se estudia la legislación penal desde un paradigma


crítico antiformalista feminista. El derecho como un sistema que puede perpetuar
estructuras de poder, mediante una simulada neutralidad que da soporte a
desigualdades generadas socialmente (MacKinnon, 1989, 2007, 2016).

4. Resultados y discusión

En este apartado, abordaremos pasado, presente y futuro de la regulación de


los delitos de abuso y agresión sexual, dando cuenta de los principales hallazgos.

4.1. Decreto 3096/1973, de 14 de septiembre, por el que se publica el


Código Penal

El grueso de los delitos sexuales se regulaba en el Código Penal de 1973 bajo


la rúbrica “De la violación y de los abusos deshonestos”. El concepto de “violación”
encuentra su precedente legislativo en esta regulación, que fijamos como inicio del
análisis.

El artículo 429 se refería, en exclusiva, a la violación de una mujer, castigada


con pena de reclusión menor, lo que suponía una aproximación penológica al delito
de homicidio. Equiparación que sugiere que, en esta regulación penal, perder la vida
era igual de grave que perder la honestidad (Acale Sánchez, 2019, p. 147). Se
entendía cometida violación siempre que se yaciese con una mujer en algunos de los
casos enunciados (numerus clausus):

- Cuando se usase fuerza o intimidación.

- Cuando la mujer se hallase privada de razón o de sentido,


independientemente de la causa.

- Cuando fuera menor de doce años.

En la violación por fuerza o intimidación se requería que la víctima opusiese


resistencia seria y persistente, por lo que no bastaba con una simple negativa
(Altuzarra Alonso, 2020, p. 527).

334
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Era violación la ejercida sobre mujer privada de razón o de sentido. Se


equiparaba la privación de sentido provocada por el agresor a la aprovechada por
él. En cualquier caso, dado que en la legislación vigente estos supuestos se
reconducen a los abusos sexuales cuando los hechos se ejecuten sobre personas
privadas de razón o de sentido, resulta cuanto menos llamativo que, al retrotraernos
en el tiempo, encontremos, para esta casuística concreta, mayor castigo que en la
actualidad.

Desde el punto de vista de la acción, se refiere a la actividad ejercida por parte


del sujeto activo (hombre) al sujeto pasivo (mujer), por lo que no resultaba
admisible la perpetración por omisión. El hombre, por ende, no podía ser sujeto
pasivo del tipo, pero el sujeto activo siempre debía ser un hombre, pues la conducta
típica, recordemos, consistía en el yacimiento, entendido como acceso carnal, como
coito vaginal heterosexual (Faraldo-Cabana, 2019, p. 178). La penetración anal a un
varón, por lo tanto, no cumplía los elementos del tipo: no era violación.

El resultado típico consistía en el yacimiento entre sujeto activo y sujeto


pasivo, bajo las circunstancias enumeradas. Solo se vulnera la honestidad si el
yacimiento se da, por lo que la tentativa era difícilmente admisible.

La edad del consentimiento sexual se fijaba en los doce años, frente a los
dieciséis fijados en nuestra regulación actual, no existiendo el concepto de
indemnidad sexual.

El artículo 430 regulaba los abusos deshonestos. En este tipo podían ser
sujetos pasivos tanto la mujer como el hombre y la conducta típica se definía como
“abusar deshonestamente”, siempre que concurriesen cualesquiera de las
circunstancias expresadas en el artículo precedente, es decir, circunstancias
enumeradas para el delito de violación. La sanción penal era prisión menor.

El bien jurídico protegido de estos tipos penales era la honestidad, lo que no


parece propio de un derecho penal democrático por cuanto respondía a la finalidad
de protección de las creencias o intereses de un concreto grupo de individuos
(Bugué Lezaún, 1999, pp. 12-13). Se defendía, por un lado, al “objeto sexual” (la

335
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

mujer) ante el sujeto que trataba de yacer con ella contra su voluntad y, a su vez, a
la pareja contra el “rival” (Carmona Salgado, 1981, pp. 22-23).

Si el bien jurídico protegido es la honestidad, se desprotege a aquellas


mujeres en las que no concurriese esta cualidad, por ejemplo, las prostitutas o las
mujeres casadas, que no tenían “honestidad” que proteger. La trabajadora sexual
por ser “deshonesta” por sí y la mujer casada por tener el “deber” de ceder a las
relaciones sexuales. Se evidencia la “salvaguarda de un orden en el que la mujer y su
status social estaban definidos en función de su pertenencia a un varón” (Altuzarra
Alonso, 2020, p. 527). La regulación porta una carga de moralidad cuestionable
incluso para la realidad y el contexto en qué se aplicó.

Bajo esta regulación penal, en particular bajo el bien jurídico de la


“honestidad”, la sexualidad de las mujeres se valoraba como una extensión de la
propiedad de un varón. La violación aparecía tipificada como la agresión de un varón
hacia otro varón a través del cuerpo y la sexualidad de una mujer.

El criterio de medición de la gravedad del delito era, por lo tanto, el concreto


comportamiento sexual llevado a cabo, sin que tuviese relevancia la intensidad del
ataque a la libertad de decisión de la víctima.

4.2. Ley Orgánica 3/1989, de 21 de junio, de actualización del Código Penal

El hito principal de la Ley Orgánica 3/1989 fue renunciar a la rúbrica de


“delitos contra la honestidad” para pasar a denominar el Título IX del Código como
“delitos contra la libertad sexual”.

El bien jurídico protegido, a partir de esta reforma, pasa a ser la libertad


sexual, entendida como el derecho a no soportar de otros actos sexuales no
consentidos, el “derecho de toda persona a la libre toma de decisiones relativas a su
sexualidad” (Altuzarra Alonso, 2020, p. 517).

La conducta típica se amplía añadiendo la penetración anal y bucal,


renunciando, al menos parcialmente, de este modo, a la idea de la procreación como
finalidad primordial de la relación sexual.

336
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Se amplía el círculo de sujetos pasivos, sustituyendo el término “mujer” por


“persona”. Así, puede ser víctima de violación cualquier persona, precisamente por
la modificación del bien jurídico protegido, pues la libertad sexual es común a ambos
sexos. De este modo, se invisibiliza el componente de género, igualando la
regulación formal, aún a sabiendas de que, tradicionalmente y en la actualidad, la
violación es un delito cometido mayoritariamente por el género masculino contra el
femenino (Faraldo-Cabana, 2019, p. 182). En el tenor de la ley parece abandonarse
el concepto patriarcal de la sexualidad de las mujeres como una extensión de la
propiedad de algunos varones. Sin embargo, se abraza la idea liberal de la violación
como una vulneración de la libertad sexual individual de cualquier persona. En este
punto, por tanto, aún no se reconoce el alcance colectivo de la violencia sexual.

La equiparación entre ambos sexos llevó a la ampliación del círculo de sujetos


activos, pudiendo ser condenada como autora del delito, a partir de entonces,
también la mujer, aunque limitándose al caso en que realizase el acceso carnal con
una víctima de sexo masculino (Faraldo-Cabana, 2019, p. 183).

Se modifica la redacción del segundo de los casos tipificados como delito de


violación, pasando a ser considerada violación la relación sexual con persona
“cuando se abusare de su enajenación”, permitiendo, así, que las personas “con
enajenación” pudiesen ejercer su derecho a la libertad sexual si no constituía un
abuso por parte del sujeto activo.

Continua sin protegerse la indemnidad sexual de menores o personas con


discapacidad necesitadas de especial protección, pero evidenciamos otro avance en
la regulación del perdón que, desde esta reforma, no extingue la acción penal ni la
responsabilidad (artículo 443) y es que las violencias sexuales no son cuestiones
individuales sino sociales, que afectan de forma colectiva al conjunto social y, de
manera muy mayoritaria, a las mujeres.

El artículo 430, referido a los abusos deshonestos, pasa a recoger “cualquier


otra agresión sexual no contemplada en el artículo anterior, realizada con la
concurrencia de alguna de las circunstancias en el mismo expresadas”,
manteniéndose la misma pena, con la posibilidad de resultar agravada a prisión

337
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

mayor si la agresión consiste en la introducción de objetos o se usan “medios, modos


o instrumentos brutales, degradantes o vejatorios” (artículo 430).

4.3. Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal:


redacción original

En 1995 se promulga un nuevo Código Penal a través de la Ley Orgánica


10/1995, de 23 de noviembre. Este nuevo código aborda en seis artículos los delitos
de agresión y abuso sexual.

En esta legislación, cambia el esquema de tipificación: se elimina el término


“violación” y se sustituye por los delitos de agresión sexual (178-180) y abuso sexual
(181-183), que se diferencian en función de los medios comisivos y que prevén un
subtipo agravado en caso de penetración (179 y 182, respectivamente). A pesar de
estas modificaciones, se continúan tipificando los delitos sexuales como ilícitos
contra la libertad sexual.

4.3.1. Los delitos de agresión sexual

El artículo 178 recoge el tipo básico de agresión sexual, definido como un


ataque contra la libertad sexual perpetrado mediante violencia o intimidación. La
descripción legislativa de los elementos de este tipo no ha sufrido ninguna
modificación hasta el momento.

En el artículo 179 se prevé un subtipo agravado de agresión sexual. Esta


agravación se debe a la inclusión de la acción de penetración en el tipo. En una
primera redacción del Código de 1995 el subtipo consiste en la introducción de
objetos o penetración anal y bucal y en acceso carnal, entendiendo esta última
expresión como penetración vaginal. Cabe también destacar que el término de
“violación” desaparece en la normativa de 1995, en un afán de diferenciar esta nueva
legislación del Código Penal de 1973.

Finalmente, el artículo 180 contiene circunstancias agravantes específicas


para los delitos de agresión sexual que prácticamente no se han modificado a lo
largo de las reformas. Son (1) empelar una violencia o intimidación degradante o

338
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

vejatoria; (2) que sean múltiples agresores. En la redacción original se contemplaba


la agravación a partir de los tres agresores. Otra circunstancia agravante es la (3)
especial vulnerabilidad de la víctima. En la redacción de 1995 se contemplaba la
vulnerabilidad por razón de edad, enfermedad o situación. También se prevé como
agravante, la (4) relación de prevalimiento del agresor respecto de la víctima y (5)
causar lesiones graves o el uso de medios muy peligrosos.

4.3.2. Los abusos sexuales

Manteniendo un espíritu similar al de la reforma de 1989, el delito de abusos


sexuales es tipificado en el Código de 1995 en el precepto 181.1 como una especie
de “cajón de sastre”, descrito como toda aquella conducta que atente contra la
libertad sexual realizada sin consentimiento y sin mediar violencia o intimidación.

Además, también se consideran abusos sexuales determinadas situaciones


en las que concurre consentimiento, pero es obtenido bajo determinadas
circunstancias: cuando la víctima se encuentra privada de sentido (181.2. 2º),
cuando se lleve a cabo sobre menor de doce años, cuando se abuse de su “trastorno
mental” (181.2. 1º y 2º), cuando el consentimiento se realice mediante un
prevalimiento (181.3) y cuando el consentimiento se obtenga mediante engaño y la
víctima fuese mayor de doce años y menor de dieciséis (183).

Igual que en los delitos de agresión sexual, se prevén subtipos agravados


cuando la conducta incluya penetración (182 y 183).

4.4. Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal: reformas


y regulación actual

Desde su promulgación, en 1995, el Código Penal se ha reformado en varias


ocasiones. Con carácter general, los artículos relativos al delito de abuso sexual han
sido los más modificados. Sin embargo, los delitos sobre agresión sexual (178-180)
han sufrido leves cambios.

339
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

4.4.1. Reforma de los delitos de agresión sexual (1995-2015)

La configuración del tipo básico de agresión sexual (art. 178) no ha sufrido


modificaciones en ninguna reforma legal. La conducta típica del subtipo agravado
del artículo 179 se ha ido ampliando con las sucesivas reformas.

En la reforma de 1999 el tipo se ensancha y cambia la redacción. Se sustituye


acceso carnal como sinónimo de penetración vaginal por acceso carnal vaginal y la
conducta típica se describe como la introducción de objetos por vía vaginal o bucal
y acceso carnal vaginal, anal o bucal. Además, el subtipo, recupera el término de
“violación” para referirse a esta conducta típica.

La reforma de 2003 confiere al tipo su redacción actual, ampliando la


anterior. Comprende el acceso carnal, entendido como penetración, vaginal, anal y
bucal; la introducción de objetos y también, y aquí reside la novedad, la introducción
de miembros corporales, como pueden ser dedos, por vía vaginal y anal.

El artículo 180, que recoge circunstancias agravantes específicas para los delitos de
agresión sexual, prácticamente no ha sufrido modificaciones en las diferentes
reformas. En una primera redacción, la agravante de agresión múltiple se
contemplaba por la actuación conjunta de tres o más agresores. Desde la reforma de
1999, la agravante se prevé para la intervención conjunta de dos o más agresores.
También se ha modificado la especial vulnerabilidad de la víctima como
circunstancia agravante. En la redacción de 1995 se contemplaba la vulnerabilidad
por razón de edad, enfermedad o situación. En la modificación de 1999 se explicita
que esta circunstancia agravante se aplicará, en todo caso, cuando la víctima tenga
menos de trece años. En la redacción dada por la reforma de 2010, se elimina la
presunción prevista en 1999 y se remite al artículo 183.

Observamos que las modificaciones realizadas en este periodo no son


sustantivas y que se realizan bajo una misma mirada: el entendimiento de la
violencia sexual como una vulneración a la libertad sexual individual de cualquier
persona.

340
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

4.4.2. Reforma de los delitos de abuso sexual (1995-2015)

Dentro de las reformas del Código Penal, las operada en 2010 y 2015
modificaron sustancialmente la configuración de los delitos sexuales de agresión y
abuso cometidos contra menores. Hasta la reforma de 2010 las reformas afectan,
exclusivamente, a los delitos sexuales cometidos contra menores.

En la reforma de 1999 la edad de consentimiento, prevista en el artículo 181


(inicialmente, 12 años), se incrementa a 13 años. Esta modificación, conllevó la
reforma del artículo 183, que sanciona las relaciones con persona de entre 12 y 16
años cuando el consentimiento se obtuviera mediante engaño, quedando fijado el
citado intervalo en la franja de 13 a 16 años. Se incluye como bien jurídico a proteger
la indemnidad sexual de los y las menores, reconociendo de forma específica el
derecho a no sufrir interferencias en la formación de su propia sexualidad. En esta
reforma, tendrá una función más bien simbólica que no se traducirá en ninguna gran
modificación (Acale Sanchez, 2018, p.161). Así, se reconoce este nuevo bien jurídico
desde el mismo paradigma liberal: los delitos sexuales cometidos contra menores se
conceptualizan como una vulneración de derechos individual y neutral al género de
las víctimas.

Mediante la reforma operada por la Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, se


incluye como abuso sexual la sumisión química (art. 182.2). Se mantiene esta
presunción iuris et de iure, que no admite prueba en contra, sobre el consentimiento
de menores de 13 años, pero se elabora un nuevo capítulo que tipifica los delitos
sexuales contra menores “Capítulo II bis: De los abusos y agresiones sexuales a
menores de trece años”. Los delitos de agresión y abuso contra menores de 13 años
se recogen en el artículo 183. Se prevé también la agravación por penetración en
abuso y agresión (art. 183.3) y agravantes específicas (art. 183.4). También se añade
el precepto 183 bis, que prevé el delito de child grooming, una modalidad de
ciberacoso que castiga el contacto con menores a través de medios de comunicación
con la finalidad de abusar de ellos o ellas.

En la reforma llevada a cabo por la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, la


edad del consentimiento sexual se eleva a 16 años, pero admite prueba en contra, es
decir, pasa a ser una presunción iuris tantum, a través del artículo 183 quater, que

341
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

prevé que el consentimiento libre del menor de dieciséis años excluirá la


responsabilidad penal cuando el autor sea una persona próxima al menor por edad
y grado de desarrollo o madurez. En el tipo que recogía el engaño en una relación
sexual, en consecuencia, se modifica el intervalo de edad a de 16 a 18 años.

El precepto 183 bis prevé el delito de child grooming en la reforma de 2010.


En 2015 esta conducta se tipifica en el artículo 183 ter, abarcando también el
embaucamiento de menores a través de medios de comunicación para la obtención
de material pornográfico. En el artículo 183 bis se castiga cuando se obligue a un
menor a participar o presenciar actos sexuales.

4.4.3. Legislación actual: ¿cambio de paradigma?

Las diferentes reformas del Código Penal, aprobado por la Ley Orgánica
10/1995, de 23 de noviembre, dan lugar a la actual regulación de los delitos
sexuales, tipificados en el Título VIII, entre los que se encuentran la agresión y los
abusos sexuales. Dedica un capítulo a las agresiones sexuales –Capítulo I–, otro a los
abusos sexuales –Capítulo II– y un capítulo diferente –el Capítulo II bis– a los abusos
y agresiones sexuales cometidos contra víctimas menores de la edad de
consentimiento sexual1. Podemos extraer dos rasgos comunes a todos los delitos.

Los delitos de agresión y abuso sexual se han tipificado en función de los


medios comisivos empleados. Ambas conductas se consideran un acto que vulnera
la libertad o indemnidad sexual, pero, si ha mediado intimidación o violencia, los
hechos serán calificados como agresión sexual (arts. 178 y ss. CP). En este caso, se
entiende que no existe consentimiento. De no probarse que los hechos sexuales son
cometidos mediante el empleo de la fuerza -física o psicológica-, serán constitutivos

1 En el Capítulo III tipifica el acoso sexual, regulando de forma conjunta el acoso sexual a víctimas
adultas y menores. En el mismo Título, regula el delito de prostitución forzosa de personas adultas
(art. 188 del CP) y otros relativos a la explotación sexual de menores. En concreto, exhibicionismo
(art. 185 del CP); provocación sexual (capítulo 186 del CP); prostitución de menores (art. 188 del CP)
y explotación sexual y corrupción de menores (artículo 189 del CP).

342
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

de abuso sexual (arts. 181 y ss. CP). En algunos tipos de abuso sexual sí que existe
consentimiento, pero no se considera válido a estos efectos.

Esta tipificación desoye el paradigma internacional. En concreto, el Convenio


de Estambul promueve que no se emplee el criterio de los medios comisivos para
tipificar la violencia sexual, sino el del consentimiento. Esto es, que sea constitutivo
de agresión sexual todo acto de naturaleza sexual no consentido cometido contra
una mujer o niña (art. 36.1.c del Convenio de Estambul).

Otro rasgo es que, en todos los delitos analizados (arts. 178-183 CP), la
agresión y el abuso sexual mantiene en enfoque instaurado a través de la reforma
de 1989: los delitos de agresión y abuso sexual se siguen conceptualizando de forma
liberal como el ataque individual hacia la libertad sexual de una persona, que bien
puede ser un hombre o una mujer (Whisnant, 2010).

Sin embargo, el Código Penal prevé la circunstancia agravante de


discriminación por razón de género, regulada en el art. 22.4º, aplicable a todos los
delitos, por encontrarse en el catálogo general de circunstancias agravantes. Con
anterioridad a 2015, esta circunstancia preveía la agravación de la responsabilidad
penal por discriminación por razón de sexo y, mediante la Ley Orgánica 1/2015 de
reforma del Código Penal, se amplió a la discriminación por razón de género.

En el Pacto de Estado en materia de Violencia de Género, una Proposición no


de Ley aprobada por el Pleno del Congreso de los Diputados en 2016, se recomienda
apreciar la circunstancia agravante por discriminación sexista prevista en el artículo
22. 4º en el caso de agresiones y abusos sexuales (medida 110). Pero, en cualquier
caso, tal agravación no es automática, como sí que ocurre en los delitos de violencia
de género.

El reconocimiento de esta agravante genérica puede aproximarse a un


enfoque diferente, que reconozca la violencia contra las mujeres y, en particular, la
violencia sexual, como una violencia estructural y patriarcal.

343
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

4.5. Futuro de la regulación de los delitos de abuso y agresión sexual:


Anteproyecto de Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad
Sexual

Este Anteproyecto pretende dar respuesta al desafío pendiente de abordaje


integral de las violencias sexuales cometidas contra las mujeres (Exposición de
motivos. Anteproyecto de Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual,
en adelante, ALOGILS).

En lo que a los tipos penales analizados se refiere, propone eliminar la


distinción entre agresión y abuso sexual, tipificándose como agresión sexual
cualquier conducta que atente contra la libertad sexual de una persona sin su
consentimiento y suprimiéndose, en consecuencia, el Capítulo II del Título VIII del
Libro II del Código Penal. Coincidimos, en este punto, con el grupo parlamentario en
que, de este modo, se reduciría, sin llegar a eliminarla, la victimización secundaria
habitualmente sufrida por las víctimas de esta tipología delictiva.

El artículo 83 del Código Penal prevé la posibilidad del Juez o Tribunal de


condicionar la suspensión de ejecución de pena privativa de libertad a determinadas
condiciones, siempre y cuando resulte necesario para evitar el peligro de comisión
de nuevos delitos. En este contexto, el apartado segundo del citado precepto impone
el carácter preceptivo de la aplicación de algunas de estas medidas (prohibición de
aproximación, prohibición de residencia y obligatoriedad de participar en
programas formativos, laborales, de índole sexual, entre otros) a los casos en los que
el delito se haya cometido contra una mujer por quien sea o haya sido su cónyuge o
con quien haya mantenido una relación similar de afectividad. El ALOGILS propone
ampliar este carácter preceptivo, entre otros, a los delitos contra la libertad e
indemnidad sexual y a los cometidos por los motivos recogidos en el art. 22.4 del
Código, esto es, motivos racistas, antisemitas u otra clase de discriminación, como el
sexo o la orientación sexual y las razones de género.

Se propone la modificación del artículo 178 del Código Penal, que pasaría a
englobar los actuales tipos de abuso y agresión bajo la denominación única de
agresión sexual, que recoge como elemento nuclear del tipo la falta de
consentimiento. El marco punitivo se rebajaría a de uno a cuatro años, en sustitución

344
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

del actual: de uno a cinco años. Se recoge una definición expresa del consentimiento
como la manifestación libre de la voluntad expresa de la víctima “por actos
exteriores, concluyentes e inequívocos conforme a las circunstancias concurrentes”.
Esta nueva regulación tendría, de facto, un impacto directo en la carga de la prueba,
de tal modo que la mujer ya no tendría que probar que ha habido violencia o
intimidación, sino que la clave pasaría a ser que no haya habido consentimiento. La
literalidad del artículo parece indicar que sería suficiente con que la víctima negase
que hubo consentimiento para que sea el investigado o acusado quien deba probar
lo contrario, invirtiéndose la carga de la prueba, lo que parece complejo de conjugar
con el derecho a la tutela judicial efectiva garantizado por nuestra Carta Magna. En
cualquier caso, lo que parece claro es que la puesta en funcionamiento del nuevo
concepto sería, cuanto menos, compleja en lo que respecta a la prueba del
consentimiento.

El segundo apartado del mismo precepto recogería elementos concretos de


definición del tipo: violencia o intimidación (propias de la actual agresión sexual)
pero, además, abuso de una situación de superioridad, vulnerabilidad de la víctima,
actos cometidos contra persona privada de sentido o de cuya situación mental se
abusare y los que se realicen cuando la víctima tenga anulada por cualquier causa
su voluntad.

El último apartado del precepto recogería la posibilidad de que, en los casos


de menor entidad, potestativamente, el Juez o Tribunal, razonándolo y siempre y
cuando no concurran las circunstancias del artículo 180, pueda imponer la pena de
prisión inferior en grado o multa de dieciocho a veinticuatro meses. Posibilidad que,
al menos parcialmente, permite cierto margen para los casos en los que la pena
resultaría excesiva y desproporcionada dada la amplitud con la que se define el tipo,
siendo favorable al principio de individualización de la pena.

De otro lado, se propone la modificación del artículo 179, relativo a la


violación, reduciendo el marco punitivo actual (de seis a doce años de prisión) a
pena de prisión de cuatro a diez años, habida cuenta de que se encuadraría en este
tipo el actual abuso sexual con penetración.

345
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

También en la modificación propuesta para el artículo 180 se reducen las


penas agravadas de agresión sexual (pasa de prisión de cinco a diez años a prisión
de dos a seis años) y de agresión sexual con penetración (pasa de doce a quince años
de privación de libertad a de siete a doce años). No obstante, se añaden nuevas
agravantes específicas, a saber, el acompañamiento de la agresión por una violencia
de extrema gravedad o que cause grave daño a la víctima, la vinculación de la víctima
con el agresor como esposa o análoga relación de afectividad aún sin convivencia y
cuando el autor haya anulado la voluntad de la víctima. Con este último añadido se
tomaría una posición, a nuestro juicio favorable, destinada a establecer diferente
punición para el caso en el que el agresor se aprovecha de la anulación de voluntad
de la víctima provocada por otro o por sí misma frente a aquella otra en la que el
propio autor sea el que la provoca, supuestos que merecerían diferente reproche
penal.

Sin embargo, un aspecto cuestionable del nuevo dictado de este precepto es


el mantenimiento de la circunstancia de agravación consistente en la especial
vulnerabilidad de la víctima, pues ya se considera como elemento definitorio del tipo
en la regulación dada por el artículo 178 del que sería el nuevo texto. Del mismo
modo, la inclusión de agravante específica por razón de vínculo conyugal o afectivo
resulta innecesaria, pues ya existe la posibilidad de recoger esta circunstancia en la
configuración del tipo a través de la agravante mixta de parentesco, prevista en el
artículo 23 del Código Penal. Además, no parece coherente referirse en exclusiva “a
la esposa o mujer”, pues se deja fuera de este ámbito de protección a la víctima de
sexo masculino, sin que ello resulte necesario para la adecuada protección de la
mujer que, como hemos destacado, es la víctima mayoritaria de estas tipologías
delictivas. Esta distinción podría presentar problemas de constitucionalidad
relacionados con el artículo 14 de la Constitución, que presume la igualdad por
diversas razones y, entre ellas, el sexo.

El segundo apartado del artículo 180 prevé, actualmente, la posibilidad de


imponer en su mitad superior las citadas penas agravadas en el caso de que
concurran dos o más de las circunstancias enumeradas. El Anteproyecto propone
poder llegar a la mitad inferior de la pena superior en grado, con carácter facultativo.

346
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Se añade un tercer apartado que fija la pena accesoria de inhabilitación


absoluta de seis o doce años para el caso de que el autor se hubiese prevalido de su
condición de autoridad, agente de esta o funcionario público.

De otro lado, se propone la introducción de un nuevo artículo 194 bis que fija
la aplicación de un concurso real para los casos en que, además del atentado contra
la libertad sexual, se produjese daño o lesión “a la vida, integridad física, salud,
integridad moral o bienes de la víctima o de un tercero”, a salvo de que ya estuviesen
castigados con pena más grave en otro precepto del Código.

5. Conclusiones

Desde 1973 hasta 2020 ha habido un cambio de enfoque sobre la violencia


sexual en la legislación española. En la redacción inicial del Código penal de 1973 el
bien protegido era la honestidad femenina. La sexualidad de las mujeres era
concebida como una extensión del patrimonio de algún varón. De esta forma, se
desprotegía a las mujeres consideradas “sin honestidad”, frente al entonces delito
de violación, como a las prostitutas o a la mujer casada en el ámbito conyugal.

A través de la reforma del Código Penal de 1973 en 1989 el enfoque cambia.


La violación deja de vulnerar la honestidad femenina, para conceptualizarse como
un ataque contra la libertad sexual de cualquier persona. A través de esta
perspectiva liberal, de forma positiva, se abandona la idea patriarcal, al menos en la
legislación, de que sexualidad de la mujer es una extensión de la propiedad de un
hombre. No obstante, se obvia que la violencia sexual es mayoritariamente sufrida
por mujeres, esto es, que es un tipo más de violencia contra la mujer, por el mero
hecho de serlo. Se invisibiliza que la violencia sexual tiene una dimensión colectiva
y es estructural.

El Código Penal de 1995 y las posteriores reformas son herederas de esta


visión de la violencia sexual como un problema individual. Sin embargo, a través de
la reforma de 2015 y de la introducción de una agravante genérica de desigualdad
por razón de género, parece que esta visión de la violencia sexual está cambiando.

347
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Se comienza a enfocar la violencia sexual como una vulneración a la igualdad,


reconociendo el carácter colectivo de la violencia sexual.

En este escenario, el Anteproyecto de Ley Orgánica de Garantía Integral de la


Libertad Sexual se presenta como fruto de un incesante trabajo del movimiento
feminista y de gran parte de la sociedad, presentándose como necesaria, sin duda,
por constituir un gran avance en la protección de los derechos humanos de las
víctimas de delitos sexuales y, especialmente, de las mujeres. No obstante, se
observan algunas faltas de rigor y precisión que hacen aconsejable la revisión del
texto en los puntos señalados a lo largo de esta exposición, a fin de hacerlo coherente
y conforme con nuestra Carta Magna y el resto del ordenamiento jurídico español.
En lo que a nosotras respecta, por lo tanto: sí a la ley, pero con modificaciones.

Resulta procedente destacar que el Anteproyecto no sólo no propone el


aumento del marco punitivo aplicable a esta tipología delictiva, sino que propone,
en diversas ocasiones, su reducción, de tal modo que se consiga una mayor
proporción de las penas aplicables a los delitos sexuales, que ya rozan las del
homicidio. Esta reducción se presenta como necesaria precisamente por la
supresión de los delitos de abuso sexual y su nueva tipificación como delitos de
agresión pues, en caso contrario, podrían darse situaciones en que la pena resultase
excesiva o desproporcionada, y ello a pesar de la facultad de imponer la pena
inferior en grado que recogería el dictado.

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octubre de 2020, de https://plato.stanford.edu/entries/feminism-rape/

350
Marco jurídico de la violencia sexual: consentimiento sexual y
riesgo de victimización secundaria en Colombia

Sandra Milena Parra Barrera


Fundación FIDHES
abogadasandraparra@gmail.com

María del Mar Sánchez Fuentes


Universidad de Zaragoza
marsanchez@unizar.es

Resumen

La violencia sexual representa una altísima vulneración de los derechos humanos,


libertades fundamentales, así como de los derechos sexuales y reproductivos de las
mujeres, es un tipo de violencia contra la mujer y por tanto se trata de violencia
basada en género. Así pues, es un fenómeno social de magnitud mundial, con cifras
alarmantes. En Colombia el Instituto de Medicina Legal informó que solo en los siete
primeros meses del año 2018 un total de 12,987 mujeres fueron víctimas de
violencia sexual. Asimismo, las mujeres que se atreven a denunciar la violencia
sexual se enfrentan no solo a las agresiones sexuales sufridas sino a una larga vía
jurídica marcada por la victimización secundaria o violencia institucional. En
muchas ocasiones las víctimas de violencia sexual son maltratadas y tratadas como
culpables por quienes deberían garantizar el acceso a la justicia y protección de sus
derechos. Además, aspectos como los prejuicios morales, patriarcales o de
estereotipos al momento de determinar el delito de violencia sexual conllevan a la
victimización secundaria. El objetivo de la presente investigación es realizar un
análisis del marco jurídico sobre la violencia sexual en Colombia y proponer el

351
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

consentimiento sexual como eje central en la legislación. En el Código Penal se debe


incluir de manera explícita el término de consentimiento sexual en los delitos de
violencia sexual. Por tanto, la inclusión del consentimiento sexual como eje central
en la consideración de los delitos de violencia sexual permitirá alcanzar la igualdad
de género y erradicar la victimización secundaria.

Palabras clave

Violencia sexual, consentimiento sexual, marco jurídico, victimización secundaria,


igualdad de género.

1. Introducción

En respuesta a los fenómenos sociales el derecho representa el principio del


orden social para mantener la estabilidad de cualquier conformación organizada.
Por tanto, si no existe transformación será muy difícil el desarrollo de una sociedad
igualitaria entre hombres y mujeres. La violencia contra las mujeres ha estado
presente en la historia de la sociedad, y esta se manifiesta de diferentes modos de
acuerdo con aspectos sociales y culturales. La violencia contra la mujer parece no
cesar en pleno siglo XXI, sin embargo, en la actualidad se comprueba que las mujeres
disfrutan de una igualdad formal, pero de una realidad desigual (Villalobos y Avilés,
2012). La violencia sexual en cuanto a las cifras evidencia un alarmante fenómeno
social y cultural que afecta a millones de mujeres en todo el mundo.

La violencia sexual contra la mujer es una de las manifestaciones más graves


y extremas de los diferentes tipos de violencia puesto que vulnera los derechos
humanos y libertades fundamentales. Si bien, este tipo de violencia puede afectar a
niñas, niños, hombres y mujeres, son las mujeres y niñas las víctimas con mayor
frecuencia, por tanto, se trata de un tipo de violencia basado en el género. Respecto
a las cifras, a nivel global, la Organización Mundial de la Salud informa que alrededor
del 35% de las mujeres han sufrido violencia física o violencia sexual (OMS, 2013).
Las cifras reportadas por UNICEF también son alarmantes, pues informan que

352
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

aproximadamente 15 millones de mujeres y de edades comprendidas entre los 15 y


19 años han sido víctimas de diferentes tipos de violencia sexual (UNICEF, 2017). A
nivel nacional, y de acuerdo con el Instituto de Medicina Legal (2012), las cifras
también son muy altas en Colombia, pues cerca de 13 mil niñas y mujeres han sido
víctimas de violencia sexual entre los seis primeros meses del año 2018.

Por otra parte, resulta fundamental conceptualizar la violencia sexual. Una


de las definiciones más aceptadas en la literatura es la realizada por la OMS,
definición que expresa que la violencia sexual es:

todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o


insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar
de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra
persona, independientemente de la relación de esta con la víctima, en cualquier
ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo (OMS, 2011).

En este mismo sentido, se hace necesario indicar los diferentes tipos de


violencia sexual. Por una parte, y de acuerdo con la investigación previa, se
manifiestan que existen cuatro tipos de violencia sexual, estos son: contacto sexual
no deseado, coerción sexual, intento de violación y violación (Koss, Gidycz y
Wisniewski, 1987). Por otra parte, ONU Mujeres informa de dos grandes tipos de
violencia sexual, estos son: acoso sexual y violación. No obstante, lo que tienen en
común los diferentes tipos de violencia sexual es que todos ellos son actos cometidos
por parte del agresor sin haber obtenido el consentimiento por parte de la víctima.

En definitiva, la violencia basada en el género es un fenómeno sociocultural


que ha perpetuado a lo largo de la historia y que está directamente relacionada con
repercusiones en el ámbito familiar, social y cultural. Así pues, es una manifestación
de las relaciones de poder, es decir, las relaciones desiguales entre hombres y
mujeres que se han producido por el sistema patriarcal (Gil, 2015). Finalmente, es
relevante señalar que a pesar de que la violencia sexual supone la vulneración de los
derechos fundamentales y las cifras son alarmantes, el reconocimiento a nivel
jurídico de este tipo de violencia particular no goza de especificidad como por
ejemplo ocurre con la violencia de género o violencia doméstica en Colombia (ej. Ley
1257, de 4 de diciembre de 2008 por la cual se dictan normas de sensibilización,

353
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres en


Colombia). En la presente investigación se llevará a cabo un análisis de la legislación
sobre violencia sexual en Colombia. Además, se hará énfasis en la importancia del
consentimiento sexual como eje esencial en la legislación sobre la violencia sexual.

2. Objetivos

Los objetivos de la presente investigación son dos. El primero de ellos,


examinar la violencia sexual en el marco jurídico de Colombia. El segundo objetivo,
proponer el consentimiento sexual como eje central en la legislación sobre la
violencia sexual en Colombia.

Para llevar a cabo la investigación se empleará el enfoque analítico, puesto


que permite la revisión y análisis del marco jurídico sobre la violencia sexual en
Colombia.

3. Análisis

3.1. Marco jurídico-penal: evolución normativa de los delitos de


violencia sexual

El marco jurídico de los delitos de violencia sexual contra la mujer en


Colombia es amplio, pues se integra por tratados internacionales, políticas públicas
y jurisprudencia, ejemplo de ello es: el Código Penal (Ley 599 de 2000) reformado
por la Ley 1236 de 2008, por medio de la cual se modifican algunos artículos del
Código Penal relativos a delitos de violencia sexual; la Ley 1257, de 4 de diciembre
2008 y Ley 1719, de 18 de junio 2014 y que reflejan una nueva perspectiva en torno
al reconocimiento de los derechos de las mujeres. Esto con la adopción de la
Constitución Política de 1991 que consagra el derecho a la igualdad y la prohibición
de la discriminación contra la mujer. A partir de la Constitución de 1991 y sus art.
13 y 43 es cuando se comienza la construcción de un nuevo derecho, incluido el
Derecho Penal.

354
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Teniendo en cuenta la historia de Colombia en materia de derecho penal


sobre los delitos contra la libertad sexual es importante mencionar que estos delitos
de violencia sexual han sufrido grandes modificaciones legislativas a lo largo de los
años. Por tanto, es necesario mencionar los tres Códigos Penales que han estado en
vigor, Código de 1936 hasta la actualidad. Además, las leyes que han reformado las
sanciones como las conductas punibles. Pero no todas las conductas punibles serán
objeto de análisis en el presente capítulo, puesto que este estudio se centra en los
delitos de violencia sexual en concreto en personas mayores de edad. En la Ley Penal
de Colombia se contemplan tres tipos de conductas punitivas sobre la violencia
sexual, estas son: Acceso Carnal, Acto Sexual Violento y Actos Sexuales Abusivos, y
que se pueden cometer bajo las siguientes disposiciones: de manera violenta, en
persona que no puede oponerse y de forma abusiva en menor de catorce años.

3.2. Análisis de la estructura de los tipos penales sobre la libertad sexual


de los Códigos Penales de 1936 y 1980

A continuación, se ilustra en la tabla un recuento histórico-legislativo de los


delitos de violencia sexual de los Códigos de 1936 y 1980 donde se hace referencia
a la influencia de contenidos machistas, morales, prejuicios, religiosos, estereotipos
tradicionales y patriarcales respecto a la tipificación y redacción de los delitos de
violencia sexual.

Tabla 1. Recuento histórico-legislativo de la violencia sexual


Roles
Consentimi
Código Penal Conducta punible Pena patriarcal
ento
es
Ley 95 de 1936
título XII en relación Art. 317 Acceso carnal: El
con los delitos contra que someta a otra
2a8
la libertad y el honor persona al acceso carnal,
años Sí No
sexual sin su consentimiento y
prisión
Capítulo I mediante el empleo de la
de la violencia carnal violencia física o moral

Art. 322. Serán


Ley 95 de 1936 La pena
disminuidas hasta en la
Capítulo III se No Sí
mitad si la víctima de los
Disposiciones disminuy
delitos allí previstos es

355
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

comunes a los dos una meretriz o una mujer e hasta la


capítulos anteriores pública. En este caso no se mitad
puede proceder sino en
virtud de acusación
particular
Art. 323. El responsable
Ley 95 de 1936 de los delitos de que Extinción
Capítulo III tratan los dos capítulos de la
Disposiciones anteriores quedará pena por No Sí
comunes a los dos exento de pena si matrimo
capítulos anteriores contrajere matrimonio nio
con la mujer ofendida
Art. 307. Extinción de la
acción penal por
matrimonio. Si cualquiera
de los autores o partícipes Extinción
Decreto 100 de 1980.
de los delitos descritos en de la
Título XI delitos
los capítulos anteriores pena por No Sí
contra la libertad y el
contrajere matrimonio matrimo
pudor sexuales
válido con el sujeto nio
pasivo, se extinguirá la
acción penal para todos
ellos
Fuente: Elaboración propia.

De acuerdo con la información presentada en la anterior tabla se comprueba


en la normativa la construcción patriarcal, desigual y discriminatoria para la mujer
en la tipificación de los delitos de violencia sexual. Un ejemplo de ello es el art. 322
que alude a la disminución de la pena si el delito se comete a una mujer pública o
meretriz y el art. 323 del Código Penal de 1936 que establece la extinción de la
conducta punible si la mujer víctima contrae matrimonio con el responsable de la
conducta. Asimismo, en el Código de 1980 en el art. 307 también se establece la
extinción de la acción penal por matrimonio con la mujer ofendida. Otro aspecto tras
el análisis del marco jurídico de estas conductas punibles de la historia normativa
de los Códigos Penales es el art. 316 delito de acceso carnal del Código Penal de 1936
qué en su redacción establece el consentimiento como un elemento de la conducta
punible a diferencia del Código de 1980 que lo eliminó en la redacción del delito de
acceso carnal. Así pues, se puede evidenciar que la ley penal tiene construcciones
sociales que asignan roles sociales de género donde las tipificaciones de estos
delitos han sido al servicio del patriarcado para discriminar a la mujer. En este

356
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

sentido, se demuestra que las garantías y protección penal de los bienes jurídicos
tutelados únicamente lo podría tener la mujer “honesta”. Es decir, que la tipificación
de estos delitos respectivos a los códigos anteriores muestra una tendencia sobre la
concepción de garantías sobre la moral sexual.

Por tanto, la evolución normativa de los delitos de la violencia sexual,


anteriormente descrita, ha ido variando desde la promulgación de la Constitución
Política de 1991 y al ratificar los diferentes Tratados internacionales, como la
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra
la Mujer (1994) este tratado obliga al Estado de Colombia a derogar las
disposiciones y leyes que constituyan discriminación contra la mujer. Así pues, la
necesidad del poder legislativo de derogar las normas del Código Penal de los delitos
de violencia sexual con contenidos discriminatorios, machistas y morales fue un
pilar en las modificaciones punitivas. Lo anterior se evidenció con la entrada en
vigor de la Ley 360 de 1997 que modificó el Código Penal de 1980. Esta Ley fue muy
importante en la modificación y la clasificación de las conductas punibles de la
violencia sexual. Por ejemplo, en los Códigos Penales de 1936 y 1980 se establecían
los siguientes tipos de delitos: violencia carnal, estupro, abusos deshonestos y
corrupción de menores, sin embargo, esta denominación fue modificada con la Ley
360 de 1997 en los que los delitos sexuales pasaron a denominarse delitos contra la
libertad sexual y dignidad humana. Además, se estableció un aumento punitivo para
algunos delitos. Asimismo, se consagraron derechos para las víctimas de violencia
sexual dentro del proceso penal, estos derechos son: derecho a ser tratada con
dignidad, indemnización de los perjuicios ocasionados, privacidad durante las
actuaciones judiciales, entre otras. Además, esta Ley estableció que se deben
instaurar las unidades especializadas de la Fiscalía y Cuerpo Técnico de
Investigación.

Un segundo paso de la evolución normativa de los delitos de violencia sexual


es el Código Penal del 2000 (Ley 599 de 2000) en vigor actualmente. En este Código
se mantuvieron los tipos de delitos anteriores a la promulgación de esta Ley. Lo que
sí se modificó fueron las penas con disminución punitiva en algunos tipos penales
que se habían modificado con la Ley 360 de 1997. Sin embargo, este Código no
consagró en su contenido los derechos de la víctima, que sí lo establecía la ley

357
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

anterior. Por tanto, los delitos de violencia sexual nuevamente fueron modificados
por la Ley 1236 de 2008 en su Título IV delitos contra la libertad, integridad y
formación sexual, donde nuevamente se realiza un incremento punitivo a los delitos
de violencia sexual.

De las importantes modificaciones legislativas de los delitos de violencia


sexual es menester mencionar que dentro de los contenidos y descripción de los
delitos contra la libertad sexual a día de hoy no se menciona el término de
consentimiento sexual para definir los delitos de violación, a excepción en los delitos
de acceso carnal o acto sexual en persona puesta en incapacidad de resistir, que sí
lo menciona dentro del tipo penal. Es indiscutible que esta persona no puede
conceder su consentimiento como consecuencia de incapacidad de resistir. Sin
embargo, es trascendental la inclusión del término de consentimiento sexual en los
demás delitos de violencia sexual puesto que muchas veces la víctima pasa a ser
juzgada y revictimizada pasando a ser el sujeto activo del delito por no resistirse u
oponerse a la conducta punible. Por tanto, las agresiones sexuales no se deben
definir por el grado de violencia ejercida por parte del responsable, así como
tampoco por las lesiones de las víctimas, así pues, es necesario que se introduzcan
aclaraciones en los delitos de violencia sexual. Asimismo, estos delitos deben ser
estudiados de manera rigurosa por el poder legislativo ya que se encuentran
vulnerados bienes jurídicos tutelados de la víctima.

En definitiva, no se trata de castigar con aumento punitivo los diferentes


tipos de violencia sexual, sino de definir la tipificación de las conductas donde la
condena dependa de varios elementos como la falta de consentimiento, sea el
elemento para definir las conductas punibles de los delitos de violencia sexual.

3.3. Marco jurídico de la protección de los derechos de las víctimas de


violencia sexual

La evolución normativa de los delitos de violencia sexual ha sido favorable en


comparación con la historia legislativa de estos delitos. Sin embargo, las mujeres
sufren la gran mayoría de los delitos contra la libertad sexual, por tanto, el legislador
establece un sistema normativo con el objeto de prevenir, sancionar la violencia de
género. Así pues, la aprobación de la Ley 1257 de 2008 representa el reconocimiento

358
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

formal de la violencia sexual por razones de género contra las mujeres. En esta ley
se establece derechos, sanciones, medidas de sensibilización, prevención,
protección para erradicar la violencia contra la mujer.

Otra normativa importante es la Ley 1719 de 2014 por medio de la cual se


establecen medidas para garantizar el acceso a la justicia de las víctimas de violencia
sexual, en especial la violencia sexual con ocasión del conflicto armado. Esta
normativa es un avance en el ámbito probatorio, por tanto, modifica algunos
artículos de la Ley 599 de 2000 y de la Ley 906 de 2004 esto como consecuencia del
principal compromiso internacional asumido por el Estado en torno a las garantías
de los derechos humanos y prevención de la violencia sexual. La Ley es conformada
por 7 capítulos y 32 artículos donde se describen derechos, sanciones y
procedimientos para la atención de las víctimas de violencia sexual. En este sentido
es importante hacer un análisis de los artículos 13 numeral 5 y art. 18 de esta Ley,
puesto que tiene relación con el objetivo de la presente investigación.

Por una parte, el art. 13 establece derechos y garantías de la violencia sexual,


el numeral 5 de este mismo artículo manifiesta al derecho que tiene la víctima de
violencia sexual a no ser confrontada con el victimario y asimismo a no ser
sometidas a la práctica de pruebas repetitivas, también establece que las
autoridades judiciales deben prevenir intromisiones innecesarias al ordenar
pruebas. Este artículo fue demando por considerarse inconstitucional puesto que la
expresión “a no ser sometidas a pruebas repetitivas” está contenido dentro de la
norma supone una vulneración al artículo 250 de la Constitución Política de 1991.
La Corte Constitucional se pronunció en relación con este asunto mediante la
sentencia C-867/14 considerando exequible condicionada. La declaración la
primera y única de la mujer frente a un delito de violencia sexual debe reunir los
requisitos de procedimiento penal.

Así pues, respecto al artículo 13 este alude a la necesidad de evitar prácticas


de victimización secundaria en las etapas procesales por parte de quienes
administran justicia al momento de practicar pruebas.

Otro aspecto de interés es el art. 18 que alude al consentimiento. Este artículo


hace referencia como recomendación a quienes administren justicia, que en el

359
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

procedimiento de la prueba se tenga en cuenta el consentimiento dentro del


proceso. Sin vulnerar los principios de la libertad probatoria, igualmente, establece
a las instituciones de que investigan casos de violencia sexual (Fiscalía, Medicina
Legal, Policía Judicial) que tengan en cuenta las recomendaciones establecidas.

Del artículo 18, el legislador funda como recomendación el consentimiento


en el procedimiento de la prueba, lo cual no debería ser una recomendación sino una
obligación que se debe tener en cuenta dentro del proceso penal con la finalidad de
evitar la victimización secundaria.

3.4. Marco jurídico de la protección de los derechos de las víctimas de


violencia sexual

A pesar del amplio marco jurídico sobre la violencia sexual, anteriormente


expuesto, las víctimas en su gran mayoría mujeres de los delitos de violencia sexual
no solo se enfrentan a la agresión sexual sufrida (victimización primaria) sino
también se deben enfrenar a un largo proceso judicial-penal donde es recurrente la
victimización secundaria. Si bien, la victimización secundaria alude a la mala o
inadecuada atención que reciben las víctimas de violencia sexual por parte de las
instituciones: judiciales, policiales, educativas, servicios sociales, abogados e incluso
los medios informativos. Es decir, que la victimización secundaria es un tipo de
maltrato institucional y social, que por el mal funcionamiento que provocan las
diferentes instituciones se producen nuevamente un daño o un perjuicio a los daños
ya procedentes de los delitos de violencia sexual a la víctima (Tamarit, 2006).

La violencia sexual es un fenómeno frecuentemente habitual que le ocurre a


las mujeres y además tiene graves consecuencias para el desarrollo de sus vidas. Las
víctimas que se atreven a denunciar el delito de violencia sexual se deben afrontar a
un sinfín de aspectos negativos de su entorno, como por ejemplo la intimidación del
agresor, el señalamiento social, deficiencia en el acceso a la justicia, entre otros. La
violencia sexual es congruentemente que ocurra en la intimidad, por lo que es difícil
que existan testigos ni pruebas externas de la comisión del delito. Por ello, cuando
estos casos se denuncian en el proceso judicial las pruebas habituales son: el
testimonio de la víctima y pruebas forenses, en cuanto al problema del testimonio
de la víctima es la credibilidad del testimonio por parte del órgano de justicia que lo

360
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

valora con perspectiva subjetiva realizando una victimización secundaria al


cuestionar a la víctima por el tipo resistencia que ejerció durante la agresión,
asimismo características individuales con relación a su aspecto físico y psicológico.
Es decir, que la victimización secundaria en el contexto judicial parece estar
presente en el tratamiento del proceso en su contenido procesal y sustancial que se
asocia, por ejemplo, a la subjetividad, credibilidad de la víctima y tipificación de los
delitos de violencia sexual. Así pues, la victimización secundaria se relaciona a las
relaciones de la víctima y el sistema jurídico-penal posteriormente al delito de
violencia sexual que además se considera una segunda violencia que se adhiere a la
primera.

Los procesos de violencia sexual deberían ser lo más agiles posibles esto para
evitar la victimización secundaria para la víctima, como lo establece la Ley 1719 del
2014 que adopta medidas para garantizar el acceso a la justicia a las víctimas de
violencia sexual, y lo anterior sin perjuicio de los principios de la libertad probatoria
del investigado tales como son la legalidad, contradicción, presunción de inocencia,
autonomía judicial entre otros.

Los diferentes tipos de violencia sexual lo que tienen en común es la falta de


consentimiento por parte de la víctima. Por tanto, se propone el consentimiento
sexual como un elemento fundamental de la libertad sexual. En este sentido, es
importante señalar que el consentimiento sexual debe ser entendido de acuerdo con
las siguientes características: afirmativo, libre, voluntario, reversible y específico.
Afirmativo hace referencia a informativo, es decir, el consentimiento sexual debe ser
explícito y el silencio por parte de la víctima no puede ser considerado como
consentimiento. Libre significa que la persona quiere participar en la actividad
sexual. Voluntario alude a que la persona da su consentimiento para participar en
cualquier tipo de actividad sexual propuesta sin que exista ningún tipo de coerción.
Reversible significa que la persona puede retirar su consentimiento en cualquier
momento incluso después de haberlo otorgado y haber comenzado a participar en
la actividad sexual. Por último, específico hace referencia a que el consentimiento
sexual está directamente relacionado con una actividad sexual en un momento dado
y que el haber otorgado consentimiento sexual para una actividad sexual en un
momento determinado no significa que este consentimiento prevalezca para esa

361
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

misma actividad en otros momentos temporales diferentes (Flecha, Tomás y Vidu,


2020).

El Código Penal debería conceptualizar el significado de consentimiento


sexual atendiendo a sus características particulares que lo definen puesto que esto
otorgará una seguridad jurídica en el marco jurídico penal, y como se ha expresado
anteriormente, sin perjuicio de los principios probatorios.

4. Conclusiones

En definitiva, la violencia sexual se trata de un tipo de violencia basada en el


género y, además, unas de las agresiones más graves ya que vulnera tanto los
derechos humanos como libertades fundamentales de las mujeres. Por ello, los
Estados tienen una responsabilidad esencial y máxima para adoptar las medidas
necesarias en los diferentes escenarios de la sociedad para erradicar la violencia
basada en el género y así lograr sociedades igualitarias en cuanto al género se
refiere.

A pesar de que en Colombia se han efectuado cambios normativos


relacionados con la defensa y protección de los derechos de las mujeres en relación
con la violencia de género (Ley 1257 de 2008) se hace necesario la legislación
específica relacionada con la protección y garantía de los derechos en cuanto a la
violencia sexual. Dado que la falta de consentimiento sexual es un factor esencial al
hablar de violencia sexual, por ello, se insta a que la legislación incluya de manera
explícita el consentimiento sexual como eje principal para la consideración de los
diferentes tipos de delitos y evitar la victimización secundaria.

Finalmente, se recalca que la importancia en lo legal no reside en el aumento


de la pena punitiva en derecho penal, sino que quienes administran justicia, así como
las diferentes instituciones que prestan la atención primaria a las víctimas de
violencia sexual tengan perspectiva de género y no se realice una evaluación de
acuerdo con características individuales de la víctima, con el fin de evitar la
victimización secundaria. Erradicar la violencia basada en género y lograr la
igualdad de género necesita de medidas en las diferentes esferas sociales, como el
derecho, educación, economía, salud y sociología, entre otras.

362
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Referencias

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Libro II del Decreto-ley 100 de 1980 (Código Penal), relativo a los delitos contra la
libertad y pudor sexuales, y se adiciona el artículo 417 del Decreto 2700 de 1991
(Código Procedimiento Penal) y se dictan otras disposiciones”, (Congreso de la
República, Colombia), de 7 de febrero de 1997.

Ley 599 de 2000, “Código Penal, (Congreso de la República, Colombia), de 24 de julio


de 2000.

Ley 906 de 2004, “Código de Procedimiento Penal, (Congreso de la República,


Colombia), de 31 de agosto de 2004.

363
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Ley 1236 de 2008, por medio de la cual se modifican algunos artículos del Código
Penal relativos a delitos de violencia, (Congreso de la República, Colombia), de 23
de julio de 2008.

Ley 1257 de 2008, por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y


sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres, se reforman los
Códigos Penal, de Procedimiento Penal, la Ley 294 de 1996 y se dictan otras
disposiciones (Congreso de la República, Colombia), de 4 de diciembre de 2008.

Ley 1719, por la cual se modifican algunos artículos de las Leyes 599 de 2000, 906
de 2004 y se adoptan medidas para garantizar el acceso a la justicia de las víctimas
de violencia sexual, en especial la violencia sexual con ocasión del conflicto armado,
y se dictan otras disposiciones, (Congreso de la República, Colombia), de 18 de junio
de 2014.

Organización de las Naciones Unidas Mujeres. Violencia contra las mujeres. Violencia
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Organización de los Estados Americanos. (1994). A-61: Convención Interamericana


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Tamarit, J. M. (2006). La victimología: cuestiones conceptuales y metodológicas. En


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aplicación en el ámbito de la seguridad y defensa. Cuadernos de Estrategia, 157, 21-
51.

364
Colonización, racismo y explotación sexual de mujeres y niñas
en España: variables engarzadas a un mismo fin

Tabita Aija Silva Moreira


Universidade Federal do Rio Grande do Norte
tabita.smoreira@gmail.com

Cristina Herrero Villoria


Universidad de Salamanca
khrys@usal.es

Antonia Picornell Lucas


Universidad de Salamanca
toi@usal.es

Mª Carmen Patino Alonso


Universidad de Salamanca
carpatino@usal.es

llana Lemos de Paiva


Universidade Federal do Rio Grande do Norte
ilanapaiva@hotmail.com

Resumen

Los conflictos armados, la pobreza, los altos índices de violencia y el desempleo


incrementan los flujos migratorios a nivel mundial y con ello, la proliferación de las

365
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

redes criminales. En este estudio teórico se discute la relación entre la trata sexual,
el racismo y el colonialismo español, desde la óptica de los derechos humanos y de
género. Es necesario analizar las causas que favorecen la explotación sexual y dan
continuidad a la deshumanización de las mujeres y niñas. Este delito subyace en la
consideración del género femenino como objetos sexuales durante el período de
conquista. La literatura científica apunta al elevado porcentaje de sobrevivientes a
la trata sexual que continúan perteneciendo a países afectados por la colonización,
como África y América Latina. En España, la afluencia de mujeres llegadas de estos
lugares se ha multiplicado en los últimos años. Su situación particular les emplaza a
trabajos en condiciones análogas a la esclavitud por parte de terceras personas,
especialmente, para el ejercicio de la prostitución. Así, se observan tres influencias
principales que sustentan las redes de trata: el patriarcado; la acentuada
feminización de la pobreza en los países de origen y el racismo colonial que perpetúa
la hipersexualización y devaluación de las mujeres afrodescendientes. En
consecuencia, para combatir la trata es necesario superar las desigualdades sociales,
de género y económicas. Con atención a la unión inexorable de esta con los flujos
migratorios, a fin de ofrecer espacios seguros de acogida, orientación y apoyo a las
supervivientes.

Palabras clave

Género, Trata de seres humanos, machismo, colonización, explotación sexual.

1. Introducción

Las migraciones son un fenómeno tan antiguo como la propia historia de la


humanidad. La globalización y la libertad de movimiento del capital humano,
especialmente de mujeres, adolescentes y niñas que se desplazan junto a sus
familias o solas, de manera voluntaria o forzada, incentiva a los grupos
especializados en la trata de seres humanos (TSH), complicando aún más el
problema.

366
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Las personas migrantes enfrentan muchos desafíos en el país de acogida.


Desde las dificultades de comunicación por el desconocimiento de la lengua, al
miedo a los estigmas, discriminaciones y situaciones de violencia por las que
emergen sentimientos de racismo, xenofobia y aporofobia. En los casos de migración
con situación documental irregular la realidad es aún peor, pues existe el temor de
sufrir puniciones al solicitar ayudas para ella misma y su familia. Además, el
desconocimiento sobre los mecanismos legales y las organizaciones de protección
disponibles en el país de recepción les genera desconfianza y dificulta el
acercamiento con las personas que les brindan su apoyo.

En base a esto, el objetivo de este estudio es analizar el panorama actual


sobre la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual en España y su
relación con aquellos aspectos que mantienen en vigor este delito. El primer
apartado está dedicado al análisis de las relaciones entre la migración, los
desplazamientos forzosos y la trata de personas con datos estadísticos sobre el
alcance de este delito y su papel en el funcionamiento de la TSH. En segundo lugar,
se pone en discusión la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual
desde un enfoque de derechos y género. En un tercer momento, se aborda como con
la explotación de las mujeres se perpetúa la colonización en los países del sur global.
Finalmente, se formulan algunas reflexiones a modo de conclusión y se presentan
ciertos desafíos que deben ser abordados en un futuro próximo.

Con relación al proceso metodológico seguido, este fue elaborado con base
en la lectura y el análisis crítico de documentos elaborados por especialistas,
organizaciones sociales e instituciones públicas vinculados al objeto de estudio. De
manera complementaria se utilizaron informes específicos en la materia publicados
por las Naciones Unidas. Este análisis documental advierte una notoria falta de datos
fiables sobre el verdadero alcance de la trata de seres humanos, derivada justamente
de su carácter clandestino. Además, visibiliza la delgada fina que separa al amplio

367
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

fenómeno de las migraciones de la trata de seres humanos –especialmente mujeres


y niñas–, así como su vínculo con los vestigios de la colonización1.

2. Migración, desplazamientos forzosos y trata de personas. Reflexiones


sobre sus conexiones

A lo largo de la historia distintas teorías han tratado de explicar las causas


que originan las corrientes migratorias. Así, hoy en día coexisten líneas explicativas
del fenómeno desde una vertiente económica; aquellas que responden a teorías del
funcionamiento del sistema-mundo y otras más actuales, que exponen las teorías de
capital social y de redes migratorias.

A la luz de este trabajo se nombran dos teorías que a criterio de las autoras
cobran especial relevancia para entender el nexo entre migración y TSH. Por un lado,
la teoría sobre los push and pull factors o de las fuerzas de expulsión-atracción de
Ravenstein; y la teoría de los sistemas migratorios de Castles, en la que desde una
perspectiva sociológica se pretende explicar cómo “las relaciones establecidas
durante la colonización, el posterior intercambio económico, así como la inversión
en los países en desarrollo o los vínculos culturales serían, todos ellos,
determinantes últimos de los flujos migratorios” (García, 2017, p. 216).

En línea con la primera, la decisión de emigrar se justifica por una serie de


presiones que operan tanto en el lugar de partida –push factors– como en el de
llegada –pull factors– (García,2017). Si bien es una teoría con una perspectiva
esencialmente económica, los indicios que propician la migración parecen ser
razonables y coincidir con el discurso de las supervivientes. Mientras tanto, según
la lógica de la segunda teoría, el hecho de la afluencia de migrantes a determinados
países responde a cuestiones de vínculos pasados entre ellos. Al igual que la primera,
parecen existir sincronías entre la llegada de mujeres y niñas de origen

1 Estetrabajo se realizó con el apoyo de la Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível


Superior - Brasil (Capes). Código de financiación 001.

368
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

latinoamericano a países colonizadores como España –véase el tercer punto del


presente capítulo–.

Según este contexto, problemas como la pobreza, los desastres naturales, la


baja calidad de vida o la discriminación, entre otros, podrían englobarse dentro de
los factores de expulsión. Esto se refleja en el último informe de la oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR,2020) donde se
cifra en 79.5 millones las personas desplazadas en el mundo a finales del año 2019.
Pueblos enteros que huyen de zonas de conflictos armados y/o étnicos; donde
existen desigualdad e inestabilidad política, social y económica; u otros aspectos que
violan sus derechos como seres humanos. De estas, el 40% fueron niños y niñas
menores de 18 años; mientras que 45,7 millones de personas transitaron de manera
interna en su propio país según el Observatorio sobre el Desplazamiento Interno del
Consejo Noruego para Refugiados (IDMC, 2019) y otras (26 millones) han cruzado
las fronteras para convertirse en refugiadas.

Miles de mujeres son así despojadas de su antigua vida y obligadas a migrar


a otro país donde conseguir mejores condiciones de vida, prosperar y alcanzar sus
expectativas laborales y de seguridad. Este ideal, connatural a todas las personas
que emigran, responde a los factores de atracción al país receptor. Esto explicaría el
ingente flujo de población latinoamericana, africana y asiática que se dirige hacia
Estados Unidos, Europa y Japón (Reimer, Souza & Toldy, 2020). No obstante, en ese
intento por avanzar es posible que se incorporen al mercado de trabajo a través de
formas impropias de inserción, en sectores poco regulados y por tanto más
vulnerables a abusos, como es la prostitución (Hurtado & Perera-Villa,2018). Lo que
unido a la libre circulación de personas en el espacio europeo, promueve la creación
de nuevas rutas y oportunidades de lucro para los grupos mafiosos, que no dudan
en emplear prácticas análogas a la esclavitud como es la explotación sexual para tal
fin (ACCEM, 2017)

En línea con esto, España, es reconocida como uno de los principales países
de destino para miles de personas migrantes, desplazadas y refugiadas, entre las que
se encuentran las mujeres y niñas traficadas. Tal y como advierte el CITCO (2017) el
número de mujeres de nacionalidad rumana sobrevivientes a la TSH en España ha

369
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

sufrido un fuerte incremento en los últimos años. Además, en el año 2018 se


formalizaron 54.065 solicitudes de asilo –el 42,6% fueron mujeres– una cifra récord
que situó al territorio como el cuarto país en registrar peticiones de protección
internacional, como consecuencia del incremento de personas originarias de
centroamérica. No obstante, apenas un 21% de las peticiones fueron aceptadas.
Paralelamente se convirtió en la primera ruta de llegada por vía marítima de toda
Europa –el 51% del total de llegadas a través del Mediterráneo– Entre los motivos
de estas solicitudes se encuentra ser víctima de explotación sexual bajo mafias de
trata. Paradójicamente, cuando estas son menores, las solicitudes se reducen de
manera drástica a pesar de que es uno de los colectivos en situación más vulnerable
(CEAR, 2019).

Es ampliamente conocida la importancia que reviste para las supervivientes


regularizar su situación migratoria en el país después de su identificación como
víctimas, con el fin de evitar la desprotección y una nueva revictimización. Esto es
posible desde finales del 2016 como consecuencia de la Directiva 2013/33/UE,
hasta entonces la administración española actuaba con una visión migratoria del
fenómeno, aplicando leyes de extranjería (art.59 bis) con exigentes requisitos para
tramitar la obtención de permisos de residencia (Montalbán, 2017).

Dejando al margen otras situaciones asociadas a las supervivientes de TSH,


tal y como advierte Santos-Olmeda (2019, p. 147) “las solicitudes no se basan
únicamente en la condición de víctima de trata, sino que la mujer suele presentar
una trayectoria de violencia de género adicional (matrimonios forzados, violencia
en el ámbito familiar, mutilación genital femenina, etc.)”. Esto impulsó al Grupo de
Expertos sobre la Lucha contra la Trata de Seres Humanos (GRETA, 2018, p. 13)
solicitar al gobierno español “priorizar la identificación de víctimas de trata entre
los solicitantes de asilo y migrantes irregulares”. En la actualidad, las supervivientes
de trata solicitantes de protección internacional pueden recurrir a ambas
normativas de manera simultánea.

A pesar de no estar claros los límites para distinguir la migración voluntaria


de la forzada o si es regular o irregular, la Oficina del Alto Comisionado para los
Derechos Humanos (2014, p. 16) considera esta imprecisión una oportunidad para

370
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

“abordar los derechos de todos los migrantes de manera holística,


independientemente de sus razones para emigrar y de su condición jurídica”. Una
forma de evitar discriminar y segregar a las personas migrantes. Además, la
casuística y las consecuencias asociadas a los flujos migratorios y a los
desplazamientos forzados son innumerables e independientes de la persona. Al
margen de que los sentimientos de vulnerabilidad y la sensación de estar en un
limbo sociopolítico y económico son compartidos.

Mientras tanto, la migración no mejora la vida de las personas de modo


automático. En este panorama, según Gómez (2008) surgen consecuencias no
deseadas durante su recorrido y también en el país de emigrado. Estas personas
quedan expuestas a situaciones de explotación y exclusión social, como la TSH, que
se acrecientan a razón de otras cuestiones culturales. En esta línea, multitud de
personas, en su calidad de migrantes, carecen de los recursos para hacer efectivos
sus derechos y son emplazadas a una situación perversa ligada a condiciones de
pobreza y ausencia de su propia ciudadanía.

La dinámica de la trata encadena distintas actividades: A) La fase de


captación o reclutamiento, consistente en el acercamiento por parte de un individuo
o red organizada, ya sea de la propia familia o ajenos a esta, a la potencial víctima en
el lugar de origen y/o residencia, o en alguna zona de tránsito si ya iniciaron ellas
mismas la migración. Una vez asumido el control sobre ella se inicia la fase de
traslado y transporte (B) hasta el país de destino. Normalmente es acompañada por
los propios tratantes o por personas ajenas a la actividad. Destaca la figura de las
“mamis”, mujeres que han sido o continúan siendo explotadas, pero en un intento
de mejorar su situación y reducir así la deuda contraída, trabajan en pro de la
organización en la captación y control sobre otras mujeres y menores de edad
(Federación de Mujeres Progresistas, 2008).

Al llegar conocen la naturaleza de su actividad, las condiciones en las que ésta


se desarrolla y la deuda contraída con la red criminal. Se inicia así la fase de acogida
o recepción (C) que supone el final del ciclo. Las mujeres son ya personas tratadas
obligadas, bajo amenazas, violaciones y maltratos a ejercer la prostitución o
cualquier otra actividad incluida en el comercio sexual –turismo, pornografía–. En

371
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

especial cuando desconocen la lengua y no tienen documentación legal para


quedarse en el país. Inclusive la relación con las autoridades puede ser complicada
pues pueden ser objetos de abuso de poder y chantajes (Mayorga, 2011).

Este delito se alimenta, por tanto, de la vulnerabilidad de grandes sectores de


la población, de la posibilidad o incluso exigencia de migrar para satisfacer
necesidades básicas, de las condiciones adversas que exige el cruce ilegal de
fronteras y de las redes de corrupción de algunos países (Torres-Falcón, 2011). No
obstante, a pesar de que muchas mujeres y niñas tratadas, inician un proceso
migratorio forzado no es causa sine qua non para incurrir en el ciclo de la trata,
tampoco cuando este desplazamiento es voluntario. Asimismo, se entiende
inexorable el vínculo creado entre la TSH y los fenómenos migratorios de la
actualidad, máxime cuando la versatilidad, clandestinidad e impunidad en la que se
encuentran los agentes de las bandas del crimen organizado posibilita el desarrollo
para su práctica delictiva.

3. Género y trata de mujeres y niñas para fines de explotación sexual

Durante décadas se ha perseguido visibilizar el contexto social, político y


económico, así como las desigualdades de género que aún mantienen candentes
ideas machistas en las sociedades democráticas. El patriarcado, como orden social,
implica el escenario idóneo para el surgimiento de la TSH, especialmente de mujeres
y niñas, a razón de la construcción histórica del poder. La posición de inferioridad
asignada a las mujeres ha facilitado el desarrollo de espacios para su sometimiento
y control por terceras personas, especialmente hombres (Verdú-Delgado,2018).

Esta realidad lleva aparejada una redistribución asimétrica de los recursos,


en interés de los varones, perpetuando así lo que la comunidad científica y las
corrientes feministas llaman “feminización de la pobreza” o su corolario,
“feminización de la supervivencia” (Ranea, 2018). De acuerdo con la Organización
Internacional del Trabajo (2020, p. 12), en todos los países las tasas de desempleo
son más altas para las mujeres; asimismo la crisis del mercado laboral actual a raíz
de la pandemia sanitaria por la Covid-19 puede “provocar un retroceso con respecto

372
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

a los avances logrados (a un ritmo muy lento) para la mujer en el mercado de


trabajo, en particular con respecto a la distribución del trabajo de prestación de
cuidados no remunerados”.

Una debacle que pronunciaría aún más el empobrecimiento material de las


mujeres y en consecuencia, agudizará la comercialización de sus cuerpos por
personas y grupos organizados vinculados a la TSH (Brasil, 2013). Esto, unido a las
divergencias sociales habituales enfrentadas por las mujeres en sus países natales,
les impele a buscar otras alternativas de vida donde puedan quedar libres de
compañeros agresivos, conflictos familiares y limitados medios para sobrevivir;
interiorizando a su vez “la idea de que el cuerpo es una herramienta de
supervivencia” (Ranea, 2018, p. 40). Al mismo tiempo que se produce un aumento
notorio de mujeres en los flujos migratorios que, junto a las políticas restrictivas de
control de fronteras, hacen prosperar la trata de mujeres y niñas (ACNUR, 2019).

Todo ello permite hipotetizar sobre la inexistente neutralidad entre géneros


de la TSH. Pues está sumamente comprobado que ésta afecta a mujeres y hombres
de formas diferentes. La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
(UNODC) ha documentado que la mayor parte de las víctimas de trata de personas
entre 2003 y 2016 eran mujeres y niñas (72%) y la mayoría de ellas tenían fines de
explotación sexual (UNODC, 2018). El tráfico sexual es así selectivo además de
machista y racista, pues suele asociarse a etnias y colectivos culturales diferentes a
la sociedad occidental. Este mercado es más cruel con las niñas, pues la
incorporación al mercado sexual de cuerpos nuevos –vírgenes– incrementa su
exposición al contagio de infecciones sexuales (Moratalla, 2017).

En concreto, en España, el ejercicio de la prostitución es alegal salvo en


aquellos casos donde ésta se desarrolle de manera forzada. No obstante, la dificultad
para visibilizar los límites entre la voluntariedad o no de su ejercicio fruto de la
devaluación y cosificación continuada del cuerpo femenino conlleva que la “cultura
del sexo” esté extendida y normalizada (Vilaplana, 2017). El alta demanda de sexo
de pago visible en el territorio español, responde al aumento exponencial de
mujeres y niñas bajo redes de trata identificadas en el país. Según la Memoria del
Fiscalía General del Estado (2019) han sido identificadas plenamente 1.181

373
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

personas objeto de TSH, 1.034 mujeres; 127 chicas menores de edad; 13 mujeres
con discapacidad cognitiva; 6 varones y 1 menor de edad) entre 2013-2018. Este
último año tan solo 128 sobrevivientes de trata fueron detectadas (CITCO, 2019) un
balance cuanto menos cuestionable, en base a las voces profesionales que se alzan
para alertar sobre una situación que parece acrecentarse al mismo tiempo que
obstaculiza su acercamiento a las mujeres y niñas bajo redes de trata.

De acuerdo con Cobo (2017) la prostitución se sitúa en la intersección entre


tres sistemas de dominación: el patriarcal, el capitalista neoliberal y el
racial/cultural. En efecto, romper su funcionamiento requiere una intervención con
perspectiva de género y enfoque de derechos. A mayores, dicha actuación debe tener
la intención de transformar la mentalidad machista, mediante la rotura de los mitos
y estereotipos culturales que sustentan estas formas de explotación.

4. El racismo y el legado de la colonización en España

La abolición total de la esclavitud, en su versión de trabajo forzoso, es un


asunto inconcluso para las sociedades democráticas, a la luz del panorama actual
que implica la trata en cualquiera de sus vertientes. El capitalismo y el movimiento
de personas han suscitado visualizar la migración desde una óptica insana y violenta
de los derechos humanos. Así, la caída de las fronteras en Europa ha instalado en el
imaginario colectivo sentimientos racistas hacia aquellos migrantes que ingresan en
el país de acogida. Lo que trae consigo la adopción de políticas migratorias cada vez
más restrictivas que impactan negativamente sobre sus derechos, favoreciendo
indirectamente acciones delictivas como la TSH (Gómez, 2008)

Los corredores migratorios más grandes que involucran a países africanos se


encuentran entre países del norte de África en dirección a Francia, España e Italia,
reflejando en parte las conexiones poscoloniales y la proximidad (International
Organization for Migration,2020). Sin embargo, para comprender el fenómeno de la
TSH es necesario tener en cuenta el legado de la colonización en el sur global.
Estudios que discuten la esclavitud de niñas y mujeres en las Américas muestran la
explotación de sus cuerpos, cierre de su autonomía sexual y vulnerabilidad a
violencias sexuales (Telles, 2018). Este mercado, influenció la construcción de
estereotipos acerca de las mujeres negras por la mirada eurocéntrica colonial. Como

374
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

forma de normalizar su explotación sexual, se cultivó el mito de su hiper


sexualización y disponibilidad constante para la práctica sexual (Mayorga, 2011;
Telles, 2018). Serían ellas las seductoras y, así, responsables de la violencia sufrida.

La naturalización de la venta y explotación de los cuerpos de las mujeres


negras y latinas continúa, incluso en países con historial colonial, como en España.
Estas mujeres suelen ser vistas como exóticas y pertenecientes a razas, culturas y
religiones inferiores (Mayorga, 2011). Además, cuando la “sociedad del patriarcado
piensa en una negra, la tendencia común será imaginar a una mujer voluptuosa,
ardiente, permisiva, pervertida” (Moratalla, 2017, p. 182). De manera que estas
mujeres son fácilmente asociadas a la prostitución aun cuándo intentan tener otros
caminos de sobrevivencia en Europa (Mayorga, 2011).

Las organizaciones no gubernamentales advierten del gran volumen de


supervivientes de la TSH obligadas a ejercer la prostitución en el país. Siendo una
amplia mayoría de ellas nativas de Nigeria y países de América Latina,
principalmente de Brasil, Colombia y Venezuela (Red Española Contra la Trata de
Personas, 2008; APRAMP, 2015). Además, según el último informe del
Departamento de Estado de Estados Unidos (2019), se ha experimentado un notable
crecimiento de mujeres y niñas reclutadas en centros de recepción de inmigrantes
en Italia con destino España.

No es coincidencia que los países de origen de las supervivientes de trata en


territorio español, sean antiguas colonias europeas. Estos países, llamados del sur
global, todavía cargan estereotipos sobre la desvalorización hacia su cultura y
capacidad de autonomía, así como la de su ciudadanía. Estas visiones, construidas
por siglos, responden según Moratalla (2017, p. 238) en su estudio acerca de la
esclavitud, género y racialización, a vínculos con tiempos esclavistas anteriores; de
esta manera “los estados nigerianos de procedencia de mujeres víctimas de trata
coinciden con las áreas de captura para esclavitud de los siglos XVII y XVIII. De
manera que la deshumanización y esclavización de las mujeres continúa hoy”.

Ellas, son así objetos de las redes de trata, del pasado y del presente. La
deshumanización es más grande con las mujeres negras de origen africano. Las
chicas nigerianas, por ejemplo, realizan los servicios sexuales de menor precio del

375
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

mercado. Asimismo, aquellas que parecen no estar en situación de trata, pueden


ejercer la prostitución por una cantidad inferior a cinco euros en las calles de
Alicante debido al uso nocivo de drogas (Moratalla, 2017). La esclavización, en este
caso, continua a través de los estigmas construidos sobre ellas durante la trata
negrera que construyó la normalización del racismo cultural e institucional.

La adopción del modelo neoliberal, provocó la deslocalización en las cadenas


de producción industrial hasta el sur y periferia global, incluso África, América
Latina y el Caribe. En estos países de insumos e impuestos más baratos, se
encuentran trabajadores con salarios irrisorios. Además, algunas compañías se
favorecen del contexto de empobrecimiento de las personas para usufructuar el
trabajo esclavo. De esta manera, la pobreza aumenta en los países periféricos,
principalmente entre las mujeres (Comisión Económica para América Latina y el
Caribe, 2016).

La cultura del sexo también formó parte en esta deslocalización, llamada por
Moratalla (2017) “deslocalización de los cuerpos de las mujeres” o “deslocalización
de la ciudadanía” (García & Hernández, 2014). Este desplazamiento afecta a las
mujeres africanas, latinoamericanas, asiáticas y del este europeo en su mayoría. Del
mismo modo que otros mercados, este funciona según el volumen de la demanda,
aumentando su circulación y capilaridad con ocasión de congresos y juegos
mundiales donde hay gran afluencia de personas de distintas nacionalidades.

Reflejo de la barrera infranqueable que ampara el delito de la trata, es la


situación de pandemia mundial por la COVID-19. Lejos de debilitar este mercado, las
mujeres, de nuevo, han puesto en riesgo su salud. Durante el estado de alarma la
prostitución continuó activa en las “casas de citas” –viviendas convertidas en
prostíbulos– entradas vips en los clubs, en los domicilios de los puteros y a través
del entorno digital. La condición de mercancía desechable se tornó más evidente
para estas mujeres que tampoco pueden acceder a las ayudas de emergencia, ya que
la mayoría se encuentra en situación irregular. Todas ellas observan como sus
oportunidades para escapar y recibir ayuda, se reducen drásticamente. Aquellas que
logran huir se enfrentan al cierre de las fronteras debido a la situación excepcional
actual, lo que dificulta el retorno a sus hogares, demoras en los procedimientos

376
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

legales y el abandono por sus captores (UNODC,2020). Además suelen aumentar la


discriminación sobre ellas por su actividad de riesgo a la difusión del virus.

La imagen de las mujeres en situación de trata en la prensa es influida por


estereotipos de género y etnicidad, de modo que se refuerza la imagen clónica de
personas débiles y desvalidas (Hidalgo & Rodriguez, 2019). Percepción a menudo
asociada a mujeres migrantes por la influencia del sistema patriarcal, colonialista y
capitalista. A ello, se le suma la invisibilidad de sus clientes y tratantes
contribuyendo a su consideración de criminales en detrimento de su rol de víctimas.
Lo que dificulta su capacidad de resiliencia, recuperación y restitución ante la trata
y sus secuelas.

Las supervivientes de TSH hacen frente a sentimientos convergentes acerca


de la situación que viven, de modo que oscilan entre la rabia, la vergüenza y el miedo.
Este panorama obstaculiza su identificación y posterior ingreso en el sistema de
protección adecuado. Es por ello necesaria la superación del discurso infantilizado
sobre las mujeres de los países considerados periféricos, con el objetivo de
reconocer su autonomía y deseos; y más que todo, su heterogeneidad.

5. Conclusiones

A lo largo del capítulo se ha abordado la TSH como violación y vejación del


cuerpo de las mujeres y niñas en países con conexiones coloniales y orden social
patriarcal. Sin interés por menospreciar la explotación de los varones, es importante
reconocer y comprender que la explotación sexual es un atentado contra la dignidad,
la libertad sexual y los derechos humanos de millones de mujeres en el mundo.

La trata perpetúa la idea de que las niñas y mujeres están para servir a los
hombres. La construcción de género aporta un elemento clave para comprender las
raíces profundas de ese delito, donde impera la corrupción e impunidad. Esto ocurre
no solo por la construcción de roles en culturas machistas, también por el
empobrecimiento estructural que afecta en esencia al colectivo femenino. La
pobreza desvaloriza a las personas ante la sociedad y hacia sí mismas, de manera
que se tornan más vulnerables a coacción y violaciones de derechos; y las emplaza
a una situación de supervivencia. Se suma que las supervivientes de trata sean en su

377
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

mayoría de razas consideradas subalternas y con histórico trayecto de


deshumanización, que enfrentan dificultades para su inclusión en la sociedad de
acogida.

Así, combatir a las redes de trata conlleva la asunción de potentes desafíos


para el conjunto de la sociedad. Un trabajo que demanda acciones de distribución
de renta y desarrollo participativo de hogares y ciudades seguras para las mujeres
y niñas. Con este estudio pretendemos generar miradas que permitan comprender
la magnitud de la TSH con fines sexuales, la relación prácticamente causal entre ésta
y la colonización; y por supuesto, la influencia de los flujos migratorios como canal
de comunicación para perpetuar esta práctica; bien en España o a nivel mundial.

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381
Justificación de la violencia por hombres agresores

Gloria Margarita Gurrola Peña


Universidad Autónoma del Estado de México
mgurrolaunid@hotmail.com

Oscar Armando Esparza del Villar


Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
oesparza@uacj.mx

Patricia Balcázar Nava


Universidad Autónoma del Estado de México
pbalcazarnava@hotmail.com

Priscila Montañez Alvarado


Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
priscila.montanez@uacj.mx

Resumen

La violencia de pareja es ejercida principalmente por hombres hacia las mujeres y


por su alta prevalencia y graves consecuencias se ha convertido en un problema
social y de salud pública. Diversos estudios han mostrado la importancia de los
esquemas de pensamiento que respaldan y justifican el ejercicio de dicha violencia.
Es por lo anterior que objetivo del presente estudio fue analizar de manera
cualitativa la justificación que los hombres agresores participantes en un programa
mandado por la corte hacen de su conducta violenta. Se trabajo con 19 hombres que

382
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

acudían a un programa de reeducación para hombres agresores quienes de manera


voluntaria participaron en una entrevista a profundidad donde se exploró su
versión sobre la violencia de pareja por la cual fueron legalmente demandados. Los
resultados indican que los participantes utilizan diferentes argumentos para eludir
la responsabilidad de sus actos, entre ellos se encuentran minimizar, justificar,
culpar a la víctima, negación, necesidad de reeducar a la mujer y la violencia como
derecho masculino. Se concluyó que es necesario entender la visión del mundo y de
las relaciones de los agresores como un primer paso para el diseño de
intervenciones que fomenten la responsabilidad y por lo tanto prevengan la recaída
en este tipo de conductas.

Palabras clave

Agresores, justificación, violencia de pareja, distorsiones cognitivas, esquemas


disfuncionales.

1. Introducción

La violencia de pareja es un patrón de comportamientos abusivos que puede


incluir agresión física, económica y psicológica (Whiting, Parker y Houghtaling,
2014). Esto a menudo implica el ejercicio del poder y el uso intencional de
comportamientos que buscan mantener el control sobre la relación y la mayoría de
las veces sobre la mujer. La violencia doméstica contra las mujeres es un problema
social y de salud pública así como de derechos humanos con alta prevalencia en el
mundo (Organización Mundial de la Salud, 2002). La Organización Mundial de la
Salud ofrece un resumen de 48 estudios en todo el mundo en los que se indica que
de un 10% a un 69% de las mujeres informaron haber sido agredidas físicamente
por sus compañeros (WHO, 2013). En México el 43.9% de las mujeres han vivido
violencia física, psicológica, económica y/o sexual a lo largo de su relación de pareja
actual o última y el 25.6% en los últimos 12 meses (INEGI, 2017). Al respecto
diversos estudios han mostrado los efectos de la violencia en las mujeres entre los
que se encuentran las lesiones físicas, problemas sexuales y reproductivos,

383
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

problemas somatomorfos, abuso de sustancias, estrés postraumático, ansiedad,


depresión, problemas de alimentación, ideación e intentos de suicidio (Hamberger
y Larse, 2015; Tani, Peterson y Smorti, 2016; Tutty, 2015).

La alta prevalencia de mujeres maltratadas lleva a la conclusión de que son


más los hombres que ejercen violencia hacia sus parejas, aunque la violencia hacia
el hombre suele ocurrir, la incidencia, severidad y consecuencias son usualmente
menos serias que las del hombre hacia la mujer (Whiting, Parker y Houghtaling,
2014). Lo anterior ha propiciado el interés por explorar el mundo del agresor, al
respecto se han realizado gran cantidad de estudios sobre el uso del poder y control
como extensión de la cultura patriarcal (Cannon, Lauve-Moon y Butell, 2015; White
y Dutton, 2013), influencias tempranas para el ejercicio de la violencia (Lohman,
Senia y Schofield, 2013; Swopes, Simonet, Jaffe, Tett y Davis, 2013), la asociación
entre la perpetración de violencia de pareja, los desordenes mentales y el consumo
de sustancias y alcohol (Hann, Aldarondo, Silverman, Mc Cormik y Kowen, 2015;
Kivisto, Kivisto, Moore y Rhatingan, 2011; Thomas, Bennet y Stoops, 2013) y el
impacto de los tratamientos psicológicos para hombres agresores voluntarios o
referidos por la corte (Barner y Mohr Carney, 2011; Echard y Crane, 2014;
Fernández-Montalvo, Martínez, Azcarate y López-Goñi, 2015; Stith, Mc Collum,
Amanor-Boadu y Smith, 2012).

Respecto a lo anterior Heise (1998) propuso el modelo ecológico que ha sido


ampliamente aceptado ya que conceptualiza la violencia contra la mujer como un
fenómeno en el cual interactúan factores individuales, situacionales y
socioculturales. Como factores predisponentes individuales se ha identificado que
los hombres fueron testigos de violencia doméstica durante la infancia, el abuso
sexual o físico y el haber tenido un padre ausente o rechazante. El nivel de
microsistema engloba la interacción con la familia y puede estar presente la
dominación masculina sobre todo en el nivel económico, también suele estar
presente altos niveles de conflictos conyugales y consumo de alcohol. El exosistema
se refiere al entorno social más amplio a la familia y engloba factores como el
desempleo y por lo tanto bajo estatus económico, el aislamiento de la mujer y la
familia lo cual puede ser causa o consecuencia de la violencia. Por último se
encuentra el macrosistema que engloba valores y creencias culturales como puede

384
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

ser la masculinidad como dominio, los roles de género rígidos, la autoridad


masculina, la noción de que la mujer pertenece al hombre, la aprobación del castigo
a la mujer y en general una cultura que no condena la violencia como forma de
resolver conflictos interpersonales. La combinación de estos factores llegan a
conformar creencias y cogniciones que normalizan el uso de la violencia contra la
mujer.

Una característica frecuentemente compartida por los hombres que ejercen


violencia intima de pareja es la poca capacidad para asumir la responsabilidad de la
misma (Heckert y Gondolf, 2000; Henning y Holdford, 2006; Scott y Strauss, 2007).
Las atribuciones de la responsabilidad se caracterizan por culpar a la víctima y otras
circunstancias externas (Lila, Gracia y Herrero, 2012). Los ofensores
frecuentemente utilizan estrategias para minimizar y justificar su conducta,
argumentan defensa propia, problemas matrimoniales, celos justifican sus actos
como resultado de la conducta o personalidad de su pareja o bien lo atribuyen a
dificultades económicas y laborales (Barnell, Martínez y Bluestein, 1995; Echard y
Dye, 2000; Lila, Gracia y Herrero, 2012; Schweinle, Ickes y Bernstein, 2002).

Al respecto muchos conceptos y teorías utilizados en psicología social son


útiles para comprender cómo los individuos reconocen, definen y asumen las
conductas violentas. Entre ellos el concepto de esquemas es especialmente
relevante Se refiere a un sistema interno de conocimiento en un área específica, los
esquemas consisten en redes de información que guían las percepciones, las
representaciones, las interpretaciones y las interacciones con los demás (Fiske y
Taylor, 1991). Los esquemas ayudan a reunir y estructurar los datos sobre la
violencia que una persona acumula a lo largo de los años, por lo tanto, es a través de
sus esquemas que las personas pueden diferenciar un comportamiento violento de
un comportamiento no violento. En este sentido, los estudios con poblaciones
clínicas de hombres agresores han mostrado que ellos tienen una concepción muy
estrecha de la violencia, así como una habilidad limitada para reconocer la conducta
violenta (Chamberland, Fortin, Turgeon y Lapore, 2007), lo cual hace pensar en que
sus esquemas son disfuncionales en esta área.

385
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Los esquemas disfuncionales se perpetúan y mantienen mediante tres


mecanismos: las distorsiones cognitivas, los patrones de pensamiento
contraproducentes y los estilos de afrontamiento propios del esquema
(Chamberland, Fortin, Turgeon y Lapore, 2007). Según Leung y Poon (2001), los
distintos tipos de esquemas disfuncionales están relacionados con las distorsiones
cognitivas y producen tres problemas: ansiedad, depresión y agresión. Al activarse
un esquema disfuncional, el individuo bloquea las emociones conectadas a dicho
esquema, bloquea el afecto y el esquema no alcanza el nivel de conciencia por lo cual
se pone en juego la distorsión cognitiva. Cuando entra en juego la distorsión
cognitiva, el individuo percibe erróneamente las situaciones que afronta de manera
que se refuerza el esquema acentuando la información que lo confirma y negando o
minimizando la información que lo contradice (Mate, 2018).

Es así como las distorsiones cognitivas son formas erróneas de interpretar la


realidad, pueden considerarse cogniciones mantenedoras de la conducta cuyo
objetivo es eximir la responsabilidad y las consecuencias de una conducta
socialmente reprobable (Loinaz, 2014). Estas distorsiones protegen al individuo de
sentimientos de culpa y facilitan la expresión y justificación de la agresión (Andrews
y Bonta, 2010; Gannon, Ward, Beech y Fisher, 2007). La negación justificación,
minimización y culpabilización de la víctima son tipos de distorsiones que son
utilizadas por hombre abusivos para justificar sus acciones y por lo tanto no asumir
la responsabilidad (Holtzworth-Munroe y Hutchinson, 1993) lo cual manifiesta una
teoría implícita que normaliza la violencia y la naturaleza del daño (Pornari, Dixon
y Humphreys, 2013).

Al respecto Dutton (1986) encontró que el 21% de los agresores aceptaban


el hecho de que estaba mal su conducta, pero se excusaban no considerándola
responsabilidad suya. El 79% restante aceptaba su responsabilidad, pero justificaba
los hechos asignando la culpa a la víctima o bien restando valor a lo ocurrido. Estos
últimos, además eran más propensos a minimizar la frecuencia, gravedad o
consecuencias de su agresión. Por su parte, Catlett, Toews y Walilko (2010) con los
hallazgos cualitativos de su estudio indicaron que los hombres participantes
negaron y minimizaron la violencia hacia su pareja a la vez que racionalizaron y
justificaron su conducta mediante los siguientes argumentos:

386
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

- Minimización: los hombres restan importancia a su conducta que ellos


consideran como normal al compararla con comportamientos
considerados más violentos como golpear.

- Negación de la responsabilidad: los hombres argumentaron que su


conducta fue una respuesta directa a una provocación intensa por parte
de su pareja.

- Injusticia percibida: a los hombres les parece injusto que su conducta la


cual es una prerrogativa masculina sea considerada agresiva.

- Racionalización y justificación: los relatos indican una sensación de


derecho a la dominación y la autoridad en su relación con la mujer,
cuando este dominio se ve amenazado con supuestas faltas de respeto la
consecuencia es la agresión. Para los hombres participantes en este
estudio, la noción de respeto fue especialmente notable ya que tenían la
expectativa de que su estatus debería ser reconocido por su compañera
y cuando este reconocimiento no llego de la forma y en el tiempo que
ellos consideraban adecuado reaccionaron agresivamente.

De una manera complementaria a las nociones de esquemas y distorsiones


cognitivas, con una perspectiva orientada al lenguaje se pueden examinar los
argumentos comunes que los hombres emplean para justificar su violencia. Dado
que el lenguaje puede ser visto como mediador en la interacción entre la violencia y
la interpretación de la realidad, esta conexión tiende a dar al hombre la sensación
de que tiene derecho a dominar a la mujer, lo cual se manifiesta en los argumentos
que de manera explícita o implícita reivindican la creencia de que deben influir en
cómo piensan, sienten y creen sus parejas. Ejemplo de lo anterior, además de la
minimización y justificación, son los argumentos que implican una misión de
reeducación donde el hombre agresor indica que su violencia tiene la intención de
hacer que la mujer comprenda la realidad del mundo o bien el uso del lenguaje que
expresa el uso de su autoridad proveniente de una fuente no especificada pero que
tiene características fijas y universales (Adams, 2012; Gavey, 2004).

387
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Dado que existe un fuerte vínculo entre la justificación de los agresores


caracterizada por la negación de la responsabilidad personal, la inculpación hacia la
víctima y el riesgo de reincidencia (Henning, Jones y Holdford, 2005), es que es
importante entender la argumentación de los perpetradores de violencia como una
forma de conectar con su visión del mundo y de su relación lo cual puede influir en
la forma de abordar la intervención con ellos. Es por lo anterior que el objetivo del
presente estudio es analizar de manera cualitativa la justificación que los hombres
agresores participantes en un programa mandado por la corte hacen de su conducta
violenta.

2. Método

2.1. Participantes

La muestra estuvo conformada por 19 hombres acusados por violencia física


leve hacia sus parejas lo cual implica lesiones que ameritan menos de 15 días para
su curación y menos de 6 meses de cárcel, que participaban en un programa de
intervención para agresores ordenado por la corte. Los hombres, todos mexicanos,
tenían edades comprendidas entre 28 y 58 años con una media de 33.6 (D.E. 3.5). 14
de los participantes reportaron estar casados y cinco en unión libre, aunque en ese
momento todos ellos se encontraban separados de sus parejas.

El programa se desprende de la Ley general de acceso de las mujeres a una


vida de violencia que tiene como objetivo la reeducación de mujeres y hombres
implicados en una relación de violencia, el subprograma para agresores contempla
un total de 24 sesiones grupales cada una de ellas con una duración de 2 horas y 30
minutos y en las cuales desde una perspectiva ecológica se trabajan de manera
informativa y vivencial temas como la cultura machista, el problema social de la
violencia contra las mujeres, derechos humanos de las mujeres, violencia en la
familia de origen y en la actual, trabajo doméstico, autonomía de las mujeres y su
toma de decisiones, paternidad, sexualidad, cuerpo y autocuidado.

Los datos fueron recopilados en el centro donde los hombres llevan a cabo
su programa de intervención grupal. Después de explicar el objetivo de

388
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

investigación se pidió la participación voluntaria, posteriormente después de


obtener el consentimiento informado se programaron las entrevistas las cuales
fueron llevadas a cabo por una alumna de posgrado entrenada para ello. Este estudio
se adhirió a la Declaración de Kelsinki del 2013 y la autorización ética para realizar
el estudio se obtuvo del Comité de Ética de la Universidad del Estado de México.

2.2. Técnica de recolección de datos

Para la recolección de datos se empleó la técnica de entrevista a profundidad,


la cual consiste en reiterados encuentros cara a cara entre el investigador y los
informantes, dirigidos a la comprensión de las perspectivas que tienen los
informantes de sus vidas, experiencias o situaciones, expresadas en sus propias
palabras y siguiendo un modelo de conversación entre iguales (Taylor y Bogdan,
1994). La entrevista que se aplicó estuvo basada en dos categorías de análisis cuyos
indicadores han sido ampliamente desarrolladas por Fenton y Rathus (2010), y por
Adams (2012).

Categorías de análisis e indicadores según Fenton y Rathus (2010):

1. Reconocimiento de la violencia: es una declaración que simplemente


describe el incidente violento sin justificarlo u ofrecer explicación alguna para el
incidente. Puede incluir la aceptación explicita de la responsabilidad de la violencia.

2. Versión diferente: el hombre describe el incidente violento y especifica que


su versión es diferente a la de su pareja.

3. Remordimiento, culpa, arrepentimiento: son relatos que muestran


remordimiento, culpa o arrepentimiento por haber ejercido violencia contra su
pareja.

4. Minimizar: los hombres admiten la violencia, pero minimizan su impacto.

5. Justificación: los hombres admiten la violencia, pero tratan de explicarla,


excusarla o racionalizar sus acciones.

6. Olvido: se afirma que no se recuerda el incidente violento.

389
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Categorías de análisis e indicadores según Adams (2012):

1. Reeducar: son declaraciones que indican la necesidad de reeducación


mediante actos violentos como un medio desafortunado pero necesario para ayudar
a su pareja a conectarse con la forma en que el mundo opera realmente.

2. Uso de autoridad: son argumentos donde se manifiesta el uso de la


violencia como un medio para que la mujer respete las creencias y conductas del
hombre.

2.3. Procesamiento de la información

Para desarrollar una comprensión integral del fenómeno estudiado se utilizo


la triangulación de investigador la cual implica la participación de dos o más
investigadores en el análisis de datos. Tres de los autores de manera independiente
se hicieron cargo de la codificación de las entrevistas transcritas utilizando el
análisis de contenido cualitativo (Cáceres, 2003), para lo anterior se utilizo el libro
de códigos desarrollado por el autor principal tomando en cuenta las categorías
propuestas por Fenton y Rathus (2010) y Adams (2012). El libro de códigos consiste
en la definición de criterios que incluyen o excluyen el contenido de las
transcripciones de manera sistemática y que identifican con un código un grupo de
datos que son equiparables a los indicadores de las categorías. Posteriormente el
grupo de investigación se reunio para discutir la discrepancias en la codificación (la
cual fue menor al 97%) y agrupar los datos que no correspondían a las propuestas
por Fenton y Rathus y Adams, en categorías emergentes que por su contenido fueron
etiquetadas bajo un nombre descriptivo.

3. Resultados y discusión

Los resultados coinciden con lo indicado por Heckert & Gondolf, (2000),
Henning & Holdford, (2006), Scott, & Strauss, (2007) en el sentido de que todos los
participantes en el presente estudio mostraron dificultad para asumir la
responsabilidad de las agresiones hacia su pareja y en sus relatos se encuentra una
gran incidencia de argumentos que atribuyen la responsabilidad a la víctima y a

390
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

otras circunstancias. Se confirmo la presencia de cinco de las categorías


preestablecidas y tres categorías emergentes que si bien ya fueron bosquejadas por
otros autores en el presente estudio se manifiestan claramente. En cuanto a las
categorías de análisis que se tenían preestablecidas se encontró lo siguiente:

3.1. Reconocimiento de la violencia

Al respecto solo uno de los participantes reconoció el hecho de haber


cometido un acto de violencia hacia los bienes materiales de la mujer, “me acuerdo
de que ese día me había enojado y como no me gustaban algunas de sus prendas,
pasó el camión de la basura y las tire (M.R, 33 años)”, como se puede observar, si
bien el hombre describe el incidente, no lo reconoce como un acto violento lo cual
concuerda con lo indicado por Fenton y Rathus (2010). A la vez se pone de
manifiesto el elemento macrosistemico (Heisse, 1998) referente a que la mujer y por
lo todo lo que a ella concierne pertenece al hombre.

3.2. Remordimiento

Se trata de una categoría donde se expresa remordimiento o culpa por haber


ejercido la violencia pero a diferencia de la definición de Fenton y Rathus (2010) los
participantes muestran una mezcla de remordimiento y culpabilización a la victima
como se puede observar a continuación “si tienes sentimientos y eso mismo te hace
sentir mala conciencia de lo que estás haciendo, o sea si te sientes mal pero también
algo en ti te dice que ella se lo merecía (R.G, 37 años)”. “cuando la agredía yo si me
sentía mal, la boca se me secaba y quería regresar a decirle discúlpame (P.A, 28
años)”.

3.3. Minimizar

Según Fenton y Rathus (2010) indican que en esta categoría se encuentran


argumentos que si bien reconocen el ejercicio de violencia se minimiza su impacto,
ejemplo de lo anterior son los siguientes testimonios, “se lesiono la columna no fue
por golpes sino que la abracé y la aventé en el asiento ya que no la podía controlar
fue lo único que le hice (T.B, 45 años)”, “insultarla si, yo le llegué a decirle groserías
pero hasta ahí, no era de que yo le anduviera pegando( E.N, 41 años)”,” solo le di una

391
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

bofetada, porque tampoco soy una persona agresiva (H.O, 35 años)”. Esta es una de
las categorías más utilizadas y que pone de manifiesto los esquemas disfuncionales
de estos hombres para reconocer la violencia que ejercen (Chamberland, Fortin,
Turgeon y Lapore, 2007) ya que al tener una concepción muy estrecha de la
violencia solo la equiparan a grandes golpizas con consecuencias físicas muy graves.

3.4. Justificación

Si bien en este apartado los hombres reconocieron el ejercicio de la violencia


contra su pareja la justifican o racionalizan con base a que es una respuesta a las
agresiones de la mujer ejemplo de lo anterior es “si ella se me iba a los golpes yo le
ponía un golpe y era agresión física (I:M, 34 años)”. Argumentos como el anterior se
encuentran en una categoría emergente a la cual se le denomino “culpa compartida”
la cual puede ser un subtipo de justificación ya que hace referencia a la violencia
cruzada al ser ejercida por los dos miembros de la pareja como se puede observar
en los siguientes argumentos “si me acuerdo que la agarré porque me quería dar un
cabezazo, cuando ella me avienta el cabezazo pongo el brazo se pega y se le cae un
diente (S.U, 50 años)”, “las agresiones empezaron entre ignorándonos, después
subió a los insultos y después a ponernos al tú por tú a golpes, ella como si fuera
hombre y yo la veía como si fuera un enemigo( A.G, 37 años)”. El uso de este esquema
es de particular relevancia debido en primer lugar al uso tan extendido que se hace
de el y en segundo lugar porque al ser una forma de evadir los sentimientos de culpa
por ejercer una conducta socialmente reprobable cumple la función de mantenerla.

3.5. Reeducar

En esta categoría se encontraron declaraciones donde el hombre establecía


la agresión como un medio de hacer entender a la mujer su propio punto de vista
del cómo deben ser las cosas (Adams, 2012). En el siguiente argumento “la ofendía,
la agredía, ¿yo le decía ya eres una mujer casada y con hijos no?, y entonces yo creo
que ya tú tienes que moderar en la forma en cómo te vistas (F.A, 51 años)” se puede
observar como el hombre trata de establecer ciertas sus ideas preconcebidas del
cómo deben vestir las mujeres casadas. Otro ejemplo de esta categoría se puede
observar en el siguiente argumento “yo siempre he tratado de enseñarla a que se

392
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

desenvuelva bien a que se exprese a que hable bien pero como que a ella no le
importa nunca se esfuerza o trata de ser mejor, es muy inmadura y toma decisiones
que no son las correctas no piensa lo que pasa y es muy impulsiva, antes de la
demanda yo siempre hablaba con ella para tratar de hacerla entrar en razón pero no
ella no quería entender y yo le decía lo malo que le iba a pasar si ella seguía con ese
comportamiento (J.V, 53 años)” aquí se puede observar una amenaza velada hacia
la mujer si no comparte las decisiones que su pareja considera adecuadas. Los
argumentos anteriores reflejan claramente los mensajes de una cultura patriarcal
donde el hombre intenta hacer valer su autoridad para mantener a toda costa los
roles rígidos de género que establecen como debe vestir, comportarse e incluso
como debe pensar una mujer.

3.6. Culpabilizar a la victima

Esta es una categoría que surgió como emergente en el presente estudio,


aunque ya fue mencionada por Lila, Gracía & Herrero (2012) aquí el hombre indica
que es la mujer la que ejerce violencia contra él, “nunca hemos llegado a la parte de
agredirnos físicamente, aunque ella una vez llego a pegarme, tiene muy mal carácter
(R.C, 35 años)”. Si bien es cierto que las parejas pueden ejercer violencia cruzada,
los participantes de este estudio no mostraron evidencia de la misma.

3.7. Derecho masculino

Es otra categoría emergente y que tiene mucha relación con la cultura


patriarcal (Cannon, Lauve-Moon & Butell, 2015; White & Dutton, 2013) y se puede
observar en las siguiente s declaraciones “mi mamá atendía a mi papá, mi mamá
lavaba la ropa porque ella no trabajaba, era quien se encargaba de hacer las labores
de la casa, con mi pareja no predica nada de eso, no, yo la tengo que obligar, no me
parece lo que ella hace porque yo veo con mis hermanos, yo veo con otros
compañeros que siempre la mujer tiene ciertos detalles con su esposo (C.A, 51
años)”, “pues yo creo que es un chip que nos integraron los abuelos, los padres, es
importante en el ambiente en el que te desenvuelvas, desafortunadamente yo nací
con esa parte porque mi papá celaba mucho a mi mamá, entonces a lo mejor es un,
como una, un patrón que se puede modificar o se puede romper, pero de momento

393
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

ahí lo tienes (F.N, 52 años)”. Lo anterior hace pensar que puede existir presión
familiar y social para que el hombre siga exigiendo el sometimiento de la mujer a
pesar de reconocer que se trata de un esquema transmitido generacionalmente.

3.8. Negación y Percepción de Injusticia

Son dos categorías emergentes que aparecieron de manera independiente


pero que por su contenido se relacionan entre sí. A pesar de que existe un informe
médico, el hombre niega totalmente el haber ejercido violencia contra su pareja y
por lo tanto ven como injustas las acciones ejercidas contra ellos, lo anterior es muy
evidente en los siguientes testimonios “cuando ella me demanda, ella dice que yo la
golpeaba, que yo le pegaba, que yo la encerraba, dijo todo eso cuando nunca era
cierto, nunca le pegue no sé quién le haya aconsejado que dijera eso, pero son una
bola de mentirosos”, “les dije a las autoridades que si la golpeaba pues que tenía que
tener marcas moretones o cicatrices qué sé yo, pero no hacen caso, siempre creen
que uno por ser el hombre es el malo y que la mujer siempre es la víctima”.

4. Conclusiones

Como se puede observar en los resultados los hombres agresores utilizan una
amplia variedad de estrategias cognitivas para eludir la responsabilidad de su
conducta hacia su pareja. La emergencia de nuevas categorías o matices de las
mismas que ya fueron estudiadas en otras poblaciones hace pensar que la
distorsiones cognitivas tienen que ver con la cultura y sociedad propia de estos
hombres.

Dado que uno de los primeros indicadores de cambio en los agresores de


pareja es el asumir la responsabilidad de sus actos, se hace necesario entender la
visión del mundo y de las relaciones de estos hombres ya que las justificaciones de
sus conductas violentas permiten construir una base para diseñar modelos de
intervención que tengan que ver con las distorsiones cognitivas y su manejo. Dado
que las distorsiones son parte importante de los esquemas cognitivos
disfuncionales, los modelos de intervención deben trabajas en dos vertientes, por

394
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

una parte, en modificar dichos esquemas y por otra en fomentar los esquemas
funcionales que sirvan a los hombres para relacionarse con su entorno y en especial
con su pareja de una manera más sana y satisfactoria para ambos.

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399
Acoso sexual callejero. Estudio de caso en los centros
educativos de Granada

Mª Encarnación Quesada Herrera


Universidad de Jaén
mequesad@ujaen.es

Mª Cristina Fuentes Lara


Universidad Rey Juan Carlos
cristina.fuentes@urjc.es

Resumen

La presente investigación1 nace de la preocupación de la sociedad por el acoso


sexual callejero que sufren las mujeres. Concretamente, el alumnado de los centros
educativos es un sector vulnerable y potencial acosador, y es por ello, que mediante
esta investigación se pretendió visibilizar, identificar y prevenir el acoso sexual
callejero.

El objetivo general era identificar el acoso sexual callejero como primer paso para
poder erradicarlo. La metodología que se siguió en la investigación fueron talleres
didácticos en 12 municipios de Granada durante los cursos académicos 2017/2018
y 2018/2019. Los resultados principales nos mostraron como el acoso callejero no
es percibido a primera vista por la juventud y, en caso de serlo, llega a ser banalizado
y disfrazado como inofensivo. Aun así, siempre ha aparecido alguna alumna y algún
que otro alumno que ha situado el acoso callejero como algo deleznable y que

1 Esta investigación se ha realizado con la colaboración de la Asociación Federica Montseny y con


la financiación de la Diputación de Granada.

400
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

además supone seguir con la reproducción del sexismo contra las mujeres. La
educación en el aula fue una de las estrategias que el propio alumnado propuso para
erradicarlo, por lo que interpretamos que era necesario una intervención urgente
en el ámbito escolar para erradicar el acoso callejero y para establecer mecanismos
preventivos sobre la desigualdad entre mujeres y hombres.

Palabras clave

Género, acoso sexual, acoso callejero, educación, Granada.

1. Introducción

El acoso sexual callejero es una práctica habitual en nuestras sociedades. Sin


embargo, el hecho de la reiteración de la conducta no debe generar una
normalización ni mucho menos una aceptación social.

El acoso que las mujeres sufren en los espacios públicos es un fenómeno


mundialmente extendido, presente en todas las sociedades e incluso algunas de sus
expresiones más comunes, “los piropos” se han incorporado a la cultura y el folklore
popular, normalizando esta forma de invasión de la privacidad de las mujeres. El
acoso callejero, pese a que puede ser considerado, incluso, por las propias mujeres
como un inocuo hecho cotidiano, tiene profundas consecuencias sobre su completa
participación en la esfera pública. Este proyecto plantea explicar sus efectos sobre:
la autonomía, la seguridad, la movilidad y las oportunidades de acceso al mundo del
trabajo, de ocio, de la cultura, de las mujeres y explorar sus implicaciones sobre la
sociedad en su conjunto.

El acoso callejero, como forma de acoso sexual, ha pasado desapercibido


hasta hace casi cuatro décadas para los mundos académico, judicial, legal e incluso
periodístico dado que, bien muchos observadores masculinos ni siquiera se habían
percatado de estos comportamientos, bien los habían considerado triviales y por
tanto no merecedores de un conveniente examen.

401
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En la actualidad, son numerosos los movimientos sociales feministas que


claman contra la legitimación social del acoso sexual callejero a nivel internacional
como Hollaback, Stop Street Harassment y The Street Harassment Project o el
propio #MeToo. A nivel nacional estrategias de visibilización y reivindicación como
las de Alicia Murillo “el cazador cazado” o las publicaciones respecto a esta situación
de la Revista Pikara Magazin suponen un avance en la concienciación social respecto
al acoso sexual callejero.

Concretamente, esta investigación se enfocó en el ámbito educativo puesto


que se consideró prioritario que el alumnado adolescente identificará qué es el
acoso sexual callejero y no lo normalizase, tanto en el punto de potenciales
acosadores como de víctimas.

2. Marco teórico

El acoso sexual callejero es el hecho de que uno o varios hombres


desconocidos increpen a una o varias mujeres en el espacio público. Este abordaje
es por medio de miradas, palabras o gestos provocando una cosificación de la mujer
(Di Leonardo, 1981). El Observatorio contra el acoso callejero (2015) clasifica el
acoso en cuatro tipos: no verbal-verbal –gesticulación, sonidos y comentarios de
índole sexual–, físico –manoseo, roces y presión con el cuerpo hacia la otra persona–
, grave –intimidación, persecución y exhibicionismo– y audiovisual –echar fotografía
o grabar a personas o partes de su cuerpo sin consentimiento–.

2.1. El acoso callejero desde la perspectiva feminista

El principal problema que se detecta en el acoso sexual callejero es un


“normalización” social. Desde una perspectiva feminista no es sorprendente esa
banalización debido a que los conceptos existentes, han sido construidos en base a
las experiencias masculinas, y consecuentemente las explicaciones etiológicas o la
aportación a soluciones para experiencias específicamente femeninas no son
efectivas (Kearl, 2014). La libertad de las mujeres en su más fundamental sentido de
autonomía para actuar, se encuentra sustancialmente limitada por el acoso callejero

402
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

al dificultar su movilidad física y geográfica y, muy a menudo, restringiendo su


presencia en solitario en los espacios públicos (Fairchil, 2010).

La búsqueda de soluciones al acoso callejero se enfrenta a limitaciones. Por


un lado, la generalizada presencia del acoso en todas las sociedades transmite la
imagen de que las mujeres carecen de la capacidad, del poder de reaccionar por sí
mismas (Rounsevell, 2015). El propio silencio de las mujeres, en ocasiones como
resultado de la asunción del acoso como una situación normal, asimilable y
soportable, y la no presencia del tema en las agendas políticas devalúan la necesidad
de actuar en todos los ámbitos de nuestras sociedades (Gutiérrez Centeno y Lovo
Martínez, 2015). Por otro lado, la extensión y “normalización” del acoso se produce
por que los hombres que acosan continúan haciéndolo. Y esto no sucede solo por
pasividad de las mujeres sino por la existencia de un factor intimidatorio presente
en estas conductas que empuja a las mujeres a juzgar que para su seguridad las
mejores respuestas son huir o ignorar al agresor, formas evidentes de auto-
limitación (Eastwood, 2015). Como resultado, la conclusión para la mente sexista
del acosador callejero es que puede continuar ejerciendo esta conducta sin ningún
tipo de correctivo (Lindner y Ferguson, 2017).

Entre los derechos humanos fundamentales se encuentra la libertad de


movimientos, especialmente el derecho de un individuo a ir a donde elige en los
espacios que son de uso común (Gilck y Fiske, 2001). Es más, este derecho es
esencial para la participación igualitaria en los asuntos que afectan a la sociedad.
Por tanto, el acoso callejero supone un cuádruple impacto: sobre los objetivos
individuales; sobre todo el colectivo de mujeres; sobre las relaciones entre géneros
y sobre la totalidad de la sociedad (Gilck y Fiske, 1996).

Las conductas verbales y no verbales que podríamos considerar como acoso


callejero incluyen una amplia gama de acciones de intromisión en la intimidad.
Grant Bowman (1993) señala seis características definitorias: 1. Los objetivos de las
conductas, gestos y comentarios son mujeres, 2. los acosadores son hombres, 3. los
acosadores son personas desconocidas de sus víctimas, 4. el encuentro es cara a
cara, 5. el lugar del acoso es un espacio público abierto a al acceso de cualquier
persona, pero 6. el contenido de la interacción, si existe alguno, no puede ser

403
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

entendido como un discurso público. Es más, los comentarios están destinados al


individuo y son por naturaleza de carácter degradante, deshumanizante, humillante
y, frecuentemente, amenazadores.

Las interacciones presentes en el acoso callejero reflejan una desviación de


lo que podríamos considerar las normas de urbanidad y educación que rigen las
relaciones entre extraños en espacios públicos (Fairchild y Rudman, 2008).
Normalmente, las personas desconocidas que circulan por una calle no se dirigen la
una a la otra, sino que desarrollan un ritual de “evitamiento” mutuo: se establece un
breve contacto visual a una distancia de varios metros para luego descender la
mirada hacia un punto en un lado del paseante (Fairchild y Rudman, 2008; Bowman,
2003). En todas las sociedades conocidas, quedarse mirando a un extraño es un tabú
cultural asentado. Sin embargo, parece que los hombres miran generalmente a las
mujeres como “personas abiertas”, sujetas a una atención especial, a la que son
ajenos sus congéneres del mismo sexo (Fairchild y Rudman, 2008, Riviera, 2013).

Las mujeres, en los espacios públicos, se hacen merecedoras de “marcadores


de paso” que implican que están actuando fuera de su papel simplemente por su
presencia en público, ya que una parte de su papel es, de hecho, estar destinadas al
escrutinio público (Golden, 2002).

Los “marcadores de paso” consisten en comportamientos tanto verbales


como no verbales, incluyendo: silbidos, aullidos, miradas lascivas, guiños de ojo,
pellizcos y comentarios obscenos; situaciones a las que no deben enfrentarse los
hombres. En suma, esos “marcadores” manifiestan que las mujeres, a diferencia de
los hombres, pertenecen a la esfera privada, la esfera de lo domestico más que a la
esfera de lo público (Golden, 2002). Irónicamente, los hombres expresan este
mensaje entrometiéndose, invadiendo la privacidad de una mujer de la misma forma
que ella entra en la esfera pública (Riviera, 2013).

Teniendo en cuenta que un elemento básico de la libertad de sentir como


propio el espacio público es la capacidad para moverse en él conservando una cierta
zona de confort, privacidad y autonomía (una zona de distancia interpersonal que
únicamente es cruzada en caso de consentimiento mutuo), la intromisión en esa
zona privada de las mujeres las conduce de vuelta al espacio privado, donde están

404
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

seguras de no sufrir acoso. Es decir, que al convertir a las mujeres en objeto de


atención pública cuando se encuentran en espacios públicos, los acosadores
consiguen difundir el mensaje de que las mujeres pertenecen únicamente al ámbito
de lo privado.

2.2. Significados del acoso callejero: la interpretación de las mujeres

El acoso callejero adopta múltiples formas y es interpretado de diferentes


maneras. Muchas de las definiciones de los comentarios callejeros incluyen
comportamientos que van desde el aparentemente inocente “hola, guapa” hasta
frases vulgares y amenazas descaradas, que en ocasiones no son incluidos en la
misma categoría. Hay mujeres que consideran los comentarios una forma de
cumplido, distinguiéndolos del acoso callejero obsceno o, al menos, situándolos en
un punto no amenazante para su intimidad. En esto coinciden algunas
interpretaciones masculinas, al identificar sus comentarios con una forma de
reconocimiento y halago (Bowman, 1993).

Algunos hombres añaden que las mujeres buscan atención masculina y para
ello se visten y dedican tiempo a cuidar su aspecto físico “para ser más atractivas”
(Herrera et al., 2016). Un argumento que perpetúa el mito de que los hombres no
pueden controlarse a sí mismos. Para comprobar el prejuicio de que las mujeres
“buscan” la atención masculina vistiendo ropa atractiva o provocativa, la revista
norteamericana Glamour envió a siete trabajadoras en prácticas a pasearse
vistiendo diversos estilos de ropa. Las siete jóvenes sufrieron acoso, por lo que el
acoso callejero no puede ni debe explicarse o justificarse en base al estilo de vestirse
de las mujeres (Thompson, 1993).

Las interpretaciones de los comentarios callejeros como halagos, solicitados


o no solicitados, como reconocimientos neutros contrastan con aquellas de mujeres
que encuentran que los comentarios neutros o evaluadores así como el evidente
acoso son, al producirse sin consentimiento, formas de intromisión en su esfera
privada e incluso una muestra de violencia sexual (Saunders et al., 2017).

La presunción de origen es que el contenido de los comentarios callejeros es


normalmente positivo, incluso halagador. Pero incluso en el caso de que el contenido

405
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

sea generalmente un cumplido, otros aspectos de los comentarios callejeros hacen


que no puedan ser contemplados como cumplidos: se producen en un espacio
público; se producen entre personas de sexo opuesto que no se conocen; la
respuesta de cortesía esperada -“gracias”- no es aceptable e incluso puede ser
entendida como una provocación produciendo un incremento del conflicto; los
comentarios se refieren a menudo a partes del cuerpo que normalmente no se
encuentran expuestas a examen público; y los comentarios no son siempre
evaluaciones positivas – muy a menudo son despreciativas- (Fairchild y Rudman,
2008). En este sentido, en muchas ocasiones los comentarios acusan a las mujeres
de actitudes o vestimenta inadecuadas, actuaciones inapropiadas e incluso vicios
morales. En el caso de que quisiesen interpretar el acoso callejero como una especie
de halago, las mujeres deberían separar mentalmente estos comentarios de aquellos
con un contenido claramente positivo (Stockdale, 1998).

Una respuesta sociológica a la interpretación de la intromisión en la


privacidad de las mujeres es que ellas no tienen derecho a privacidad. Se ha llegado
a argumentar que las mujeres en los espacios públicos son “personas abiertas”, lo
que permite que se consideren aceptables las infracciones a las normas de
convivencia por los comportamientos masculinos como “marcadores neutros” de un
paso por esa zona pública (Kearl, 2014).

Independientemente del contenido, los comentarios callejeros son


multifuncionales. Si para los hombres bien son cumplidos o bien insultos, los
comentarios cumplen diversas funciones de control social relacionadas con la
pertenencia o apropiación de los espacios públicos (Macmillan et al., 2000). En
último extremo, la naturaleza intimidatoria y el contenido sexual de buena parte del
acoso callejero recuerda a las mujeres el posible castigo por traspasar las fronteras
de la esfera privada: intimidación y violencia sexual (Bowman, 1993).

En contadas ocasiones los hombres expresan las razones reales de su acoso


hacia las mujeres. Pero las intenciones masculinas son irrelevantes para el
resultado; en primer lugar, difícilmente las mujeres tienen conocimiento previo de
las intenciones masculinas cuando son objetivo de una atención no deseada. En

406
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

segundo lugar, la intención es una construcción interpretativa de la conducta una


vez que esta ya se ha producido (Fairchild y Rudman, 2008).

Gardner (1980) ha sugerido que el acoso callejero sirve como socialización


para los roles femenino y masculino, enseñando a las mujeres la autolimitación
mientras que prepara a los hombres para el rechazo en futuros contactos con las
mujeres. En el fondo, esta interpretación refuerza la creencia de que las mujeres son
objetos estéticos sujetos a la admiración y evaluación masculina.

No obstante, para algunas mujeres el acoso callejero no hace sino


deshumanizar a las mujeres, reduciéndolas a la categoría de instrumentos sexuales.
La idea subyacente es que las mujeres son intercambiables y el acoso callejero se
dirige a las mujeres en general más que a una mujer específica (Golden, 2002). La
“cosificación” de las mujeres, basada en la negación de éstas como seres individuales
cargados de derechos y libertades, permite la normalización del acoso, por lo tanto,
es la consideración de las mujeres como individuos plenos lo que reduce las
posibilidades de que el acosador repita sus actos (Fairchild y Rudman, 2008).

3. Metodología

El objetivo general era identificar el acoso sexual callejero como primer paso
para poder erradicarlo. Para ello se ha seguido el paradigma crítico-social o
sociocrítico da una respuesta diferente del positivismo y postpositivismo a la
pregunta epistemológica y soluciona el problema de imposibilidad de la neutralidad,
incluyendo los valores explícita y activamente en el proceso de investigación
(Zemelman, 2005). Nos ofrece tres dimensiones: a) una ontología realista o realista
crítica; b) una epistemología subjetivista, en el sentido de incluir los valores, y c) una
metodología dialógica transformadora (Colmenares, 2012). La epistemología
feminista, también nos ofrece estas características, identificando lo neutro como
machista y con un acercamiento específico al objeto de estudio (Espinosa-Miñoso,
2014). La metodología feminista y, específicamente, la metodología del punto de
vista feminista, otorga en la investigación la voz “al otro”, situando en el centro de la
acción a la población a la que va dirigida.

407
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En relación con la tendencia educativa, en ella se han desarrollado algunas


denominaciones, tales como investigación–acción participativa, educativa. Está
basada en un enfoque globalizador centrado en el desarrollo de capacidades
generales, a través de procedimientos y actitudes científicas; en esta metodología la
persona que instruye es coordinadora, en este caso, del aula y el alumnado es el que
ocupa el papel central, que al estar en contacto directo con el medio su aprendizaje
es autónomo y está basado en el descubrimiento (Salas, 2003). Pone su eje de
atención y de acción en el aprendizaje del alumnado, e integra lo relacional y lo
emocional con lo cognitivo y lo académico, haciendo posible la unión entre razón y
emoción. Son prácticas de enseñanza-aprendizaje que involucran a las personas en
su proceso de aprender, fortalecen los mecanismos de comunicación mediante el
encuentro interactivo entre las personas y provocan un aprendizaje más consistente
y profundo (Tello y Mainardes, 2012).

En cuanto al acercamiento al objeto de estudio, se parte de un diagnóstico


inicial, de la consulta a diferentes actores sociales en búsqueda de apreciaciones,
puntos de vista, opiniones, sobre un tema o problemática susceptible de cambiar.
Las metas de la investigación–acción son: mejorar y/o transformar la práctica social
y/o educativa, a la vez que procurar una mejor comprensión de dicha práctica,
articular de manera permanente la investigación, la acción y la formación; acercarse
a la realidad vinculando el cambio y el conocimiento, además de hacer protagonistas
de la investigación al profesorado (García-Fallas, 2001).

Asimismo, los actores sociales se convierten en investigadores activos,


participando en la identificación de las necesidades o los potenciales problemas por
investigar, en la recolección de información, en la toma de decisiones, y en los
procesos de reflexión y acción. En cuanto a los procedimientos, se comparten
discusiones focalizadas, observaciones participantes, foros, talleres, mesas de
discusión, entre otros (Márquez-Pérez, 2009). De lo expresado en las líneas
anteriores se puede concluir que la investigación–acción participativa presenta
características bien particulares que la distinguen de otros enfoques metodológicos
y que la hacen más viable para transformar realidades sociales.

408
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

3.1. Muestra de la investigación

Esta investigación se desarrolló durante dos cursos académicos: 2017/2018


y 2018/2019 en centros educativos de la provincia de Granada.

En el primer curso académico para su puesta en marcha de este proyecto se


contó con la colaboración y la participación activa del Centro de Información a la
Mujer de la Mancomunidad Río Monachil, y los grupos de segundo de la Educación
Secundaria Obligatoria (ESO), de los Institutos de Enseñanza Secundaria (IES),
Laurel de la Reina y Trevenque de La Zubia, Los Neveros de Huétor Vega, Blas
Infante de Ogíjares y Escultor Sánchez Mesa de Otura. Se actuó sobre once grupos
de segundo curso de Enseñanza Secundaria Obligatoria (E.S.O.). También se
realizaron cinco entrevistas al profesorado.

En el segundo curso académico, la investigación se enfocó el ámbito rural de


la provincia de Granada, llevando a cabo 13 sesiones en los IES: La Alpujarra, en
Órgiva, Emilio Muñoz en Cogollos Vega, IES Puerta del Mar en Almuñecar, Cerro de
los Infantes, en Pinos Puente, Hiponova en Montefrío y Moraima, Virgen de la
Caridad y Alfaguara en Loja. Las sesiones se implementaron entre los grupos de
primero y segundo de la ESO, siendo determinado este criterio por el profesorado.

3.2. Desarrollo de la investigación

Siguiendo la epistemología propuesta y en la metodología de la


investigación–acción–participación, nos hemos desplazado a las aulas para conocer
de primera mano cuales eran las experiencias del alumnado y sus preconcepciones
sobre el acoso callejero, ofreciendo la oportunidad de aportar sus voces en primera
persona, tal y como se ha recogido en esta investigación.

El rol en el aula fue el de guía, proporcionando al alumnado un lugar de


participación, confluencia, análisis crítico y aprendizaje autónomo a través del
lanzamiento de preguntas abiertas y el análisis de documentos audiovisuales. Todo
el equipo investigador pudo observar las reacciones ante el acercamiento al objeto
de estudio y cómo la razón y la emoción interactuaban en el aprendizaje, ya que,
como se ha expuesto en el apartado teórico, en algunos casos eran conscientes de
que se trataba de un acto sexista pero en otros casos se interpretaba como un hecho

409
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

cotidiano e inofensivo, e incluso solicitado por sus compañeras en razón de su forma


de vestir. Sin embargo, a medida que los comentarios reales se ahondaban en el
objeto de estudio y crecía el nivel de conciencia y sus planteamientos iban
cambiando.

La capacidad de transformación social que ha aportado esta metodología ha


llegado al cuestionamiento de las jóvenes de las aulas de sus prácticas auto-
limitantes para “escapar” del acoso callejero, de la misma forma que los jóvenes que
lo asumían como un comportamiento “sin ninguna maldad”, tomaban conciencia de
las consecuencias que tenía sobre sus compañeras.

Parafraseando a Martínez (2009), tras las sesiones en el aula, han sido más
conscientes de sus realidades, de sus posibilidades y alternativas, así como de sus
autorrealizaciones. Hemos respetado sus opiniones, aquí recogidas, pero les hemos
ayudado en su toma de decisión de poder forzar una sociedad más igualitaria y justa
y a tener un desarrollo personal más adecuado a sus deseos.

Ciertamente, las sesiones realizadas en los entornos más rurales sí han


precisado de otras metodologías procedentes de la educación popular, donde el aula
se ha transformado en un espacio de uso donde movernos, expresar, compartir, más
que en un espacio educativo. Las dinámicas generadas en esta metodología han
consistido en cuentacuentos y en juegos cooperativos.

La Educación Popular entre Mujeres fue el resultado de sus


experimentaciones: una propuesta educativa que recupera el ámbito de lo personal
y rescata las experiencias cotidianas de las mujeres en el espacio doméstico y en sus
roles reproductivos, para construir el nosotras, las mujeres como momento de
identidad colectiva y de reflexión sobre el carácter político de las vivencias
personales, y para proyectarse en la acción hacia sí mismas y hacia fuera, en la
búsqueda del cambio personal y de la acción colectiva.

410
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

4. Resultados

Los resultados se obtuvieron en las sesiones impartidas en los 11 centros


educativos, durante los cursos académicos de 2017/2018 y 2018/2019 en los que
se llevaron a cabo un total de 18 sesiones en segundo y tercer curso de la ESO. Se
extrajeron tres grandes resultados: la percepción del acoso callejero, la sensibilidad
de género y su cercanía con el acoso sexual callejero.

4.1. Percepción del acoso callejero

El alumnado tiene una percepción dispar de lo que se entiendo por acoso


sexual callejero. En ningún momento el alumnado realiza una definición de qué es el
acoso sexual callejero, sino que más bien indican prácticas que consideran como de
acoso callejero.

“Ir por la calle insultándole y si te contesta pues pelearte con él” (alumno, I.E.S.
Trevenque de La Zubia).

“Grabar con una cámara a alguien por la calle” (alumno, I.E.S. Los Neveros de
Huétor Vega).

Si bien hay prácticas acertadas como acoso sexual callejero hay otras muy
alejadas. Ejemplo de ello, es la confusión entre acoso y agresión sexual. De hecho, en
una gran parte de los centros educativos se hacía referencia a la violación como una
práctica de acoso sexual callejero.

“Que te maltraten cuando vas por las calles” (alumno, I.E.S. Escultor Sánchez Mesa
de Otura).

“Que te digan algo sobre su cuerpo” (alumna, I.E.S. y Moraima de Loja).

Una diferenciación de género entre alumnos y alumnas se generó cuando se


les preguntó las causas por las que ellos creían que se producía el acoso sexual
callejero. En el caso de los alumnos hacían hincapié en la provocación sexual que
recibían los hombres por parte de las mujeres; mientras que en el caso de las
alumnas, aparecen los sentimientos de miedo y temor a que les ocurra alguna

411
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

situación de acoso sexual callejero y la ausencia de consecuencias para los


acosadores.

“Pues normal que digan cosas si es que provocan” (alumno, I.E.S Los Neveros de
Huétor Vega).

“Es como si yo voy por la calle en bragas… pues igual” (alumno, I.E.S. Escultor
Sánchez Mesa de Otura).

“Aterrador, que se haga eso con una mujer, no está bien” (alumna, I.E.S. Trevenque
de La Zubia).

“Que no se puede denunciar… y que si te encuentra otra vez lo puede hacer ya que
no te van a meter en la cárcel” (alumna, I.E.S. Laurel de la Reina de La Zubia).

En lo que respecta a las consecuencias del acoso y cómo actuarían ante una
situación que sufriesen de acoso sexual callejero, las alumnas señalan -nuevamente-
el sentimiento de miedo que la situación les genera y que no harían nada si viviesen
una situación, bien sea porque creen que cualquier acción suya no serviría para nada
o porque no tienen fuerza física para poder afrontar un enfrentamiento físico.

“Cuando te pasa eso y sales a la calle siempre esta con miedo o alerta (alumna,
I.E.S. Laurel de la Reina de La Zubia).

“Muchas no podemos hacer nada como tienen más fuerza… si queremos


empujarlo o algo no podemos… “(alumna, IES Cerro de los Infantes de Pinos
Puente).

“Como los piropos, algunas se callan y no contestan, pero en algunos casos,


aunque respondamos o cualquier cosa también se ríen porque da igual lo que les
contestes” (alumna, IES Alfaguara de Loja).

Se aprecian opiniones y criterios muy diversos y dispersos, aunque si bien


emergen posturas cercanas a cuestiones de género, aunque no dejan de aparecer los
prejuicios que culpan a las propias mujeres del acoso callejero.

412
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

4.2. Sensibilización de género

Si atendemos a la estructuración del acoso sexual callejero y su banalización


social, los roles sexistas son un punto muy relevante. De hecho, al ser preguntado el
alumnado sobre con qué se identifican los géneros las respuestas se encuadran,
mayoritariamente, con aspectos físicos como vello facial o la forma de vestir; o con
características fisiológicas.

“El alumnado identifica el género con la forma de vestir, la barba” (alumno, I.E.S.
Blas Infante de Ogíjares).

“El hombre tiene mucha más fuerza que las mujeres” (alumno, I.E.S. Los Neveros
de Huétor Vega).

Si bien las alumnas, especialmente en algunos centros educativos, se


mostraron muy reivindicativas respecto a las afirmaciones de corte sexista de sus
compañeros, cuestionando que siempre los hombres tengan más fuerza que las
mujeres o que las mujeres provoquen a los hombres con su forma de vestir. Este
último aspecto es controvertido en los plenarios cuando se aborda la cuestión de la
cosificación de la mujer; puesto que los alumnos aseguran que la cosificación de la
mujer es una elección propia de cada una de ellas y que las mujeres que visten
“enseñando” su cuerpo es porque desean ser acosadas.

“Si las mujeres aparecen así pues normal que le digan cosas, No es lo mismo que
sea una tía que este así [refiriéndose a las mujeres cosificadas] que un horco”
(alumnos, I.E.S. Los Neveros de Huétor Vega).

Respecto a la “búsqueda” del piropo por parte de las mujeres en función del
tipo de ropa usada, las alumnas subrayan su derecho de vestir como ellas deseen sin
necesidad de ser acosadas.

“Es que lo están buscando, que si no fueran vestida como… que iba provocando,
que vale que se pueda vestir como ella quiera pero... que vaya desnuda por la calle
(alumno, IES Puerta del Mar de Almuñécar).

“Las chicas pueden vestir como quieran…” (alumnas, I.E.S. Escultor Sánchez Mesa
de Otura).

413
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

“Tenemos que vestirnos como queramos”. (alumna, I.E.S. Trevenque de La Zubia).

Una parte de las alumnas reconocen que les gusta que les halaguen, a lo que
sus compañeras insisten en que el problema no es sí mismo el piropo si no quién es
la persona que te halaga. Este punto es relevante porque se van detectando
elementos del acoso sexual callejero entre el propio alumnado.

“¿Pero de quién? Gente cercana, de su confianza, no un viejo, ni desconocidos


(alumna, IES Virgen de la Caridad de Loja).

En cuanto a las cuestiones referentes a los conceptos de género como


machismo, hembrismo y feminismo argumentan que el hembrismo es como el
machismo, radical pero al contrario, que las mujeres, piensan que los hombres son
inferiores, otras alumnas respecto al feminismo dicen: el orgullo de ser mujer, que
las mujeres tiene que ser iguales que los hombres que tiene los mismos derechos,
que la mujeres son independientes por si solas, que no necesitan ningún hombre. Se
observa cómo se repiten estereotipos sexistas, aunque encontramos intervenciones
que reflejan una sensibilización en la temática, centrándonos en cuestiones de
género para explicar el acoso callejero

4.3. Cercanía con el acoso sexual callejero del alumnado

En los elementos más estructurales del acoso callejero el alumnado se


muestra más cercano aportando sus experiencias personales con el acoso sexual
callejero y determinando que actuaciones son o no acoso. Concretamente, siguiendo
la estereotipia de que el gremio de la construcción es proclive al acoso sexual
callejero se generan muchos ejemplos alrededor de obreros y albañiles, emitiendo
su propia valoración sobre lo lícito o no, de esas actuaciones.

“Fui a Sevilla con mi madre estábamos paseando y había un edificio que estaba en
obras y los que estaban trabajando le decían cosas y la mujer ya hasta les dijo que
se callasen… pero siguieron diciéndole...” (alumna, I.E.S. Los Neveros de Huétor
Vega).

“Yo veo bien, que los albañiles le digan cosas a las chicas si vas andando le puedes
decir a una chica: "lavin que guapa que eres…" (alumno, I.E.S. Blas Infante de
Ogíjares).

414
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Otro punto diferencial gira sobre qué es, o no, acoso especialmente en el
hecho de las miradas. Especialmente, el alumnado masculino señala que las miradas
no son acoso, siempre y cuando no se toque a las mujeres; mientras que las alumnas
son más críticas con que acoso no es solamente el contacto físico.

“Lo que sí se puede hacer es mirar, pero no tocar. Yo puedo mirarle el culo a una
niña… pero mientras que no se lo toque es como le miro el culo a un chico; yo
puedo mirárselo mientras que no se lo toque…” (alumno, IES Virgen de la Caridad
de Loja).

“Aparte del contacto físico, también es mirar de manera ugg o que se queden
mirando pero o sea durante que pasas durante toda la calle de una forma
descarada” (alumna, IES Las Alpujarras de Lanjaron).

Además de ello, otro factor es como el alcohol y los ambientes nocturnos se


perciben como detonantes de situaciones de acoso sexual callejero. Las alumnas
señalan con más crudeza la inseguridad que estas situaciones le generan, sobre todo,
de noche en ambientes lúdicos.

“Es que la gente está bebida, es que el alcohol es muy malo”. (alumno, I.E.S. Emilio
Muñoz de Cogollos Vega).

“Da igual, a mi me da el mismo asco tanto si está borracho como si no” (alumna,
IES Cerro de los Infantes de Pinos Puente).

“¿con qué estará relacionado el hecho de que nos de miedo salir? Pues que nos
digan cosas (alumna, IES Alfaguara de Loja).

Los ambientes más rurales siguen perpetuando de forma más contundente


los roles sexistas de género y los actos de violencia de cualquier tipo que sufren las
mujeres.

5. Conclusión

En cuanto a la metodología utilizada para obtener los resultados se puede


afirmar como positivos, se observa como el alumnado a lo largo de las sesiones iban
adaptando sus creencias populares, a un mayor acierto. La puesta en marcha de la

415
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

investigación-acción-participación en el ámbito educativo ha supuesto un buen


ejemplo de buena práctica para incorporar conocimientos junto con el alumnado,
formando parte este alumnado de su propio proceso de aprendizaje.

Por lo tanto, retomando lo ya dicho en el apartado sobre la metodología,


haciendo referencia a Miguel Martínez (2009), tras las sesiones en el aula el
alumnado ha sido más consciente de sus realidades, de sus posibilidades y
alternativas, así como de sus autorrealizaciones. Si bien se han respetado sus
opiniones, aquí recogidas, el equipo investigador ha ayudado en su decisión de
poder forzar una sociedad más igualitaria y justa y a tener un desarrollo personal
más adecuado a sus deseos.

Los resultados principales muestran como el acoso callejero no es percibido


a primera vista por la juventud, y en tal caso llega a ser banal y disfrazado como
inofensivo, aún así, siempre ha aparecido alguna alumna y algún que otro alumno
que ha situado el acoso callejero como algo deleznable y que además supone seguir
reproducción del sexismo contra las mujeres.

A juicio del equipo investigador y a la luz de la información y la experiencia


acumulada, se hace necesaria una intervención urgente en el ámbito escolar para
erradicar el acoso callejero y prevenga sobre la desigualdad entre hombres y
mujeres, aunque serían necesarias otras muchas actuaciones sobre esta forma de
violencia contra las mujeres. Es muy importante, tener en cuenta los entornos
rurales donde supone un mayor desafío y necesidad contar con esta sensibilización.

Además, los resultados principales nos mostraron como el acoso callejero no


es percibido a primera vista por la juventud y, en caso de serlo, llega a ser banalizado
y disfrazado como inofensivo. Aun así, siempre ha aparecido alguna alumna y algún
que otro alumno que ha situado el acoso callejero como algo deleznable y que
además supone seguir con la reproducción del sexismo contra las mujeres. La
educación en el aula fue una de las estrategias que el propio alumnado propuso para
erradicarlo, por lo que interpretamos que era necesario una intervención urgente
en el ámbito escolar para erradicar el acoso callejero y para establecer mecanismos
preventivos sobre la desigualdad entre mujeres y hombres.

416
CAPÍTULO 5. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Entre los resultados principales nos encontramos que en el ámbito rural se


refuerzan aún más los estereotipos de género y las conductas sexistas. El material
elaborado vuelve a quedar validado para su puesta en práctica, aunque necesita ser
adaptado a cada una de las realidades del aula, por lo que es necesario que la
persona facilitadora maneje muy bien, tanto la herramienta del dossier como el
manual del profesorado para poder adaptarse a los cambios metodológicos y
generación de dinámicas diferentes dentro del grupo.

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419
CAPÍTULO 6
Violencia de género vs.
Violencia simbólica
Consentimiento sexual, concepto y evaluación: marco
introductorio

Nieves Moyano Muñoz


Universidad de Jaén
mnmoyano@ujaen.es

Reina Granados de Haro


Universidad de Granada
reina@ugr.es

Resumen

Aunque el término consentimiento sexual ha sido utilizado en la literatura durante


décadas, sigue siendo un concepto ambiguo y empleado, en ocasiones, de forma
inadecuada. Una de las definiciones más aceptadas es la de Humphreys y Brousseau,
en la cual se explica el consentimiento sexual como la comunicación verbal o no
verbal dada libremente ante la voluntad de participar en actividades sexuales. Para
evaluar este tipo de consentimiento existen diversos instrumentos, entre los ellos se
distingue la Sexual Consent Scale Revised. Esta escala incluye creencias, actitudes y
comportamientos sobre la negociación del consentimiento sexual. La Sexual Consent
Scale Revised se basa en la Teoría del Comportamiento Planificado y está formada
por 39 ítems que a su vez se agrupan en cinco dimensiones: (1) Falta de control
comportamental percibido, (2) Actitud positiva hacia establecer consentimiento, (3)
Acercamiento conductual indirecto, (4) Normas de consentimiento sexual y (5)
Conciencia de consentimiento. Los ítems de este autoinforme son contestados
mediante una escala de respuesta tipo Likert de siete alternativas (1 = totalmente
en desacuerdo a 7 = totalmente de acuerdo). Cabe destacar que este instrumento ha

423
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

mostrado adecuadas propiedades psicométricas. Este estudio teórico tiene como


objetivo conceptualizar el consentimiento sexual, así como conocer cómo evaluarlo.
Esta investigación considera el consentimiento sexual como un objeto científico,
poniendo de relieve la importancia del uso de escalas validas y fiables para su
medida.

Palabras clave

Consentimiento sexual, conducta sexual, comunicación sexual, libertad sexual, roles


de género.

1. Definición del concepto consentimiento sexual

Aunque el término consentimiento sexual ha sido utilizado en la literatura


durante décadas sigue siendo un concepto ambiguo y empleado, en ocasiones, de
forma inadecuada (Fenner, 2017). Entre las definiciones se pueden encontrar la de
Hall (1998) que conceptualizó el consentimiento sexual como “la aprobación
voluntaria de lo que hace o propone otro; el permiso; acuerdo en opinión o
sentimiento”. También Lim y Roloff (1999) lo definieron como el acuerdo voluntario
y con conocimiento para participar en una actividad sexual. Por su parte, Hickman y
Muehlenhard (1999) entienden como consentimiento sexual “la comunicación
verbal o no verbal de un sentimiento de buena voluntad” (p. 259).

Una de las definiciones más aceptadas es la de Humphreys y Brousseau


(2010), en la cual se explica el consentimiento sexual como la comunicación verbal
o no verbal dada libremente ante la voluntad de participar en actividades sexuales.
El componente principal que diferencia esta última definición de otras planteadas
es que mantiene, las dimensiones interna y externa del acto, así como las diversas
formas en las que este se comunica. Asimismo, la libertad y voluntad expresadas en
la definición implican también que el individuo debe encontrarse en capacidad de
dar el consentimiento.

424
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

En este punto es importante subrayar que el consentimiento sexual puede


comunicarse de manera activa tanto de forma verbal como no verbal, así como de
manera implícita o explícita (Willis et al., 2019). Igualmente puede darse de forma
pasiva en aquellos casos donde el individuo no expresa nada como forma de dar su
consentimiento sexual (Hickman y Muehlenhard, 1999). A pesar de existir estos
diversos métodos de comunicación del consentimiento sexual, la investigación
sugiere que el consentimiento verbal explícito no es frecuente en los adultos jóvenes
(Humphreys, 2004). En una investigación, los resultados obtenidos mostraron que
solo un 11% de los participantes informó haber pedido y/u otorgado el
consentimiento sexual de manera verbal, frente a un 28,2% que informaron haberlo
solicitado y/u otorgado de forma exclusivamente no verbal. Estos datos coinciden
con otras investigaciones previas. En este sentido, los resultados muestran que la
forma más frecuente de consentimiento sexual es la comunicación no verbal
(Humphreys, 2007; Jozkowski y Peterson, 2013; Willis et al., 2019).

2. Consentimiento sexual y factores relacionados

2.1. Consentimiento sexual y roles de género

La forma en la que se comunica el consentimiento sexual seguirá una serie de


conductas apropiadas para el contexto cultural en donde se desarrolla. En esta línea,
es importante hacer mención al concepto de Sexual Scripts (Gagnon y Simon, 2009).
Este término se refiere a los roles tradicionales de género que tratan de explicar
conductas y/o pensamientos (roles) que son atribuidos a hombres y mujeres,
simplemente por el hecho de pertenecer a un género en particular. De forma general,
según estos los roles, el hombre manifiesta en el ámbito de la sexualidad
comportamientos activos (e.g., conquista, decisión, iniciativa, etc.) y la mujer un rol
pasivo (e.g., sensibilidad, romanticismo, sumisión, complacencia, etc.) (Gutiérrez-
García y Palacios-Vicario, 2016; Impett y Peplau, 2003; Santos-Iglesias et al., 2014;
Sierra et al., 2017). En esta línea, a los hombres se les suele asignar el rol de
búsqueda activa de la actividad sexual y el responsable de solicitar el
consentimiento sexual, mientras que a las mujeres se les suele asignar el rol

425
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

relacionado con la responsabilidad de dar o bien negar el consentimiento sexual, y


determinar así si la actividad sexual ocurre o no (Jozkowski y Peterson, 2013)

Estos roles tradicionales de género reflejan creencias estereotípicas sobre la


feminidad y la masculinidad, lo que estas significan, qué características las definen,
y se desarrollan en rituales románticos en donde pueden existir conductas
coercitivas o manipuladoras posiblemente percibidas como necesarias dadas las
condiciones establecidas en el rol sexual (Ward et al., 2005). Estas normativas
sociales establecen tradicionalmente que las mujeres deben resistirse a ceder ante
los avances sexuales de los hombres (incluso cuando desean participar en la
actividad sexual) al menos inicialmente, y es esperado que los hombres ignoren
estas conductas e insistan en concretar el acto sexual (Jozkowski et al., 2014). Estos
roles tradicionales de género no solo moldean la conducta de los individuos sino
además la forma en la que perciben y procesan las interacciones con los demás. Los
hombres tienden a entender el mundo bajo un lente más sexual, percibiendo en
mayor grado las interacciones (en intención) amistosas con las mujeres como
avances sexuales por parte de ellas (Abbey, 1982). Humphreys y Herold (2007)
encontraron en su investigación que las mujeres percibían una mayor necesidad de
consentimiento sexual en la mayoría de situaciones. Por su parte, los hombres
prefirieron asumir el consentimiento, mientras que las mujeres prefirieron aclarar
el consentimiento antes de la actividad sexual. Por tanto, teniendo en cuenta los
roles tradicionales expuestos, el género representa un papel crucial en el desarrollo
de las dinámicas de consentimiento sexual.

2.2. Consentimiento sexual y actitudes favorables hacia la violación

Estudios previos demuestran que existe relación entre mantener una actitud
de apoyo hacia la agresión sexual, en concreto hacia la violación y llevar a cabo una
conducta de tipo violento o agresivo (Moyano et al., 2017). De modo más concreto,
mantener una actitud favorable hacia la violación, así como otros mitos relacionados
con la violación se vinculan con dar menor importancia a solicitar consentimiento
sexual antes de mantener relaciones sexuales (Warren et al., 2015). Por tanto,
mantener una cultura que apoye ciertas ideas asociadas a la perpetuación de

426
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

conductas de violencia sexual reduce la responsabilidad de la búsqueda de


consentimiento sexual (Argiero et al., 2010; Kilimnik y Humphreys, 2018).

2.3. Consentimiento sexual y valores personales

Desde el modelo teórico de Schwartz (1994, 2012) se proponen diversos


valores personales, en concreto 10: benevolencia, universalidad, auto-control,
estimulación, hedonismo, logro, poder, seguridad, conformidad y tradición.
Benevolencia: definido como honestidad, lealtad, espiritualidad, altruismo;
Universalidad: armonía, justicia social, igualdad; Auto-control: auto-respeto,
creatividad, curiosidad, libertad, independencia; Estimulación: vida con emociones,
excitante, variada; Hedonismo: placer, disfrutar de la vida; Logro: ambición, éxito,
inteligencia, capacidad; Poder: preservar la imagen pública y social, autoridad,
poder social; Seguridad: seguridad, orden social, salud; Conformidad: obediencia,
auto-disciplina y Tradición: respeto a las normas y costumbres, ser moderado.

Ciertos estudios han analizado la influencia de los valores personales al


desarrollo de ciertas conductas, tales como tipos de agresión. En general, se ha
encontrado que las conductas agresivas se relacionan con ciertos valores personales
y sociales (Hofmann y Müller, 2018; Molero et al., 2017). Recientemente, en España,
un estudio de Canto et al. (2019) encuentra que algunos valores personales están
relacionados con el riesgo de violencia de género.

3. Evaluación del consentimiento sexual

Uno de los instrumentos más destacados que evalúa tanto creencias, como
actitudes y comportamientos sobre la manera de negociar el consentimiento sexual
es la Sexual Consent Scale Revised (SCSR; Humphreys y Brousseau, 2010). Esta escala
es un autoinforme, desarrollado en base a la Teoría del Comportamiento Planificado
(Ajzen y Fishbein, 2005). Está compuesta por 39 ítems, contestados en una escala
de respuesta tipo Likert de siete alternativas (1 = totalmente en desacuerdo a 7 =
totalmente de acuerdo). A su vez, está formada por cinco dimensiones:

427
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

- Falta de Control Comportamental Percibido (compuesta por 11 ítems;


e.g., “Tendría dificultad en pedir consentimiento sexual porque eso
“cortaría el rollo”, “Pienso que pedir consentimiento sexual de forma
verbal es incómodo”).

- Actitud Positiva hacia Establecer Consentimiento (compuesta por 11


ítems; e.g., “Opino que el consentimiento sexual debería obtenerse
siempre antes de comenzar cualquier actividad sexual”, “Pienso que es
importante obtener el consentimiento sexual en todas las relaciones
sexuales, indistintamente de si se han tenido o no relaciones sexuales con
esa persona”).

- Acercamiento Conductual Indirecto (formada por 6 ítems; e.g., “Por lo


general, comunico el consentimiento sexual a mi pareja utilizando
señales no verbales y lenguaje corporal” y “No tengo que pedir ni dar mi
consentimiento sexual a mi pareja porque mi pareja me conoce
suficientemente bien”).

- Normas de Consentimiento Sexual (formada por 7 ítems; e.g., “Pienso que


obtener consentimiento sexual es más necesario en una nueva relación
que en una relación en la que exista compromiso”, “Creo que la necesidad
de pedir consentimiento sexual disminuye a medida que aumenta la
duración de una relación de pareja”).

- Conciencia de Consentimiento (compuesta por 4 ítems; e.g., “He debatido


sobre cuestiones relacionadas con el consentimiento sexual con un
amigo/a”, “He debatido sobre cuestiones de consentimiento sexual con
mi pareja actual (o la más reciente) en momentos distintos a los
encuentros sexuales”).

Este instrumento fue validado en estudiantes universitarios heterosexuales


y ha mostrado adecuadas propiedades psicométricas (Humphreys y Brousseau,
2010). En cuanto a este último punto, la fiabilidad de consistencia interna de la
escala total fue de 0,87, oscilando entre 0,86 del factor Falta de Control
Comportamental Percibido y 0,67 del factor Control Normas de Consentimiento

428
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Sexual. Además, las subescalas se asociaron de forma significativa con la Búsqueda


de sensaciones sexuales (Kalichman y Rompa, 1995) y con la Asertividad sexual
(Hurlbert, 1991).

4. Conclusiones

Resulta necesario llevar a cabo actuaciones que permitan evaluar y medir el


consentimiento sexual en nuestra sociedad. Pese a la ambigüedad y dificultad para
su medición, su estudio y análisis aportaría considerables implicaciones para la
prevención de la violencia sexual.

Las principales conclusiones y líneas de futuro que se destacan sobre el


consentimiento sexual son las siguientes:

1. El consentimiento sexual está estrechamente relacionado con el riesgo de


violencia sexual contra la mujer. Por tanto, existe una necesidad inminente y actual
para su estudio, ya que la violencia sexual contra la mujer es un problema de carácter
mundial.

2. Necesidad de validar y contar con una herramienta que permita evaluar en


España una de las formas de negociación sexual más relevantes para explicar el riesgo
de violencia sexual, ejercida comúnmente hacia la mujer. La evaluación supone el
primer paso para examinar en profundidad este fenómeno y poder establecer
medidas preventivas y de protección hacia la mujer.

3. Contar con datos sobre el consentimiento sexual ofrecerá argumentos para


la reflexión sobre la necesidad de enmarcar adecuadamente el delito sexual dentro de
los parámetros que la conceptualización de la violencia sexual permite. Este debate
social, moral, conceptual y legal se ha centrado en la necesidad de distinguir
claramente entre abuso sexual, agresión sexual y la violación.

429
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

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433
Control Coercitivo, el comienzo de la violencia de género

Carmen Lledó Rando


Universidad de Málaga
clledo@uma.es

Resumen

Establecer el inicio de la violencia de género se considera fundamental para


aumentar la efectividad de los programas de prevención de violencia dentro de la
pareja. En nuestra investigación se establece la violencia de control como pilar
fundamental de la violencia de género, se predice que la violencia de género no va a
parar en los próximos años, se explica el proceso cognitivo que sucede para ejercer
la violencia de control coercitivo y se demuestra que es una norma descriptiva que
está funcionando como norma social en los jóvenes. Lo que encontramos fue que la
violencia de control estaba presente dentro de un gran porcentaje de parejas
jóvenes y adolescentes sin ser percibida como normal pero sí como habitual,
transmitiéndose en el grupo de iguales como lo que debe hacerse para mantener a
la pareja. Nuestra aportación es situar el inicio de la violencia en las parejas jóvenes,
señalar la importancia de las características de las normas sociales en la transmisión
de los estereotipos y describir el proceso cognitivo por el que se adoptan como
comportamientos. Se recomienda el trabajo preventivo en la dirección de convertir
la norma descriptiva en norma prescriptiva, añadir mayor estructuración cognitiva
sobre las relaciones saludables, como única alternativa para que los programas
preventivos sean eficaces.

Palabras clave

Violencia de control, violencia de género psicológica, jóvenes, prevención, normas


sociales.

434
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

1. Introducción

1.1. El control coercitivo como inicio de la violencia de género en


jóvenes

Desde la Teoría Feminista (Bem, 1981) se considera que el objetivo del


maltrato hacia las mujeres es ejercer y mantener el control, y que el grado de
violencia aumenta con el tiempo. Se enfatiza especialmente que resulta una
consecuencia del patriarcado, como modelo de valores basado en el sometimiento y
control estereotípico a las mujeres (Walker, 1984; Ferrer y Bosch, 2004).
Entendemos, por tanto, que la violencia de control ya era definida como un
comportamiento típico dentro de la violencia de género y de la violencia de pareja.
Como un patrón de violencia psicológica, Stark (2012) y Johnson (2006), relacionan
los comportamientos de violencia de género en adultas y el control específico, dado
que el daño que ocasiona afecta directamente a la limitación de la libertad personal.
Denominamos, por tanto, como control coercitivo a un extremo del control que se
ejerce sobre una persona y que limita su libertad, impidiendo la libre disposición de
recursos y el poder propio para tomar decisiones y seguir cursos de acción. Dentro
del contexto de violencia de género crónico, la propia autora lo define
considerándolo una forma de explicar "cómo los hombres atrapan a las mujeres en
su propia vida personal" (Stark, 2012, p. 40). Para la autora, las tácticas incluyen el
seguimiento de las actividades de la vida diaria, particularmente las asociadas a los
roles de las mujeres como madres, amas de casa y parejas sexuales y conlleva
conductas desde el acceso al dinero, comida y transporte y hasta el vestido, la
limpieza, la cocina y la conducta sexual.

Las acciones dentro del control coercitivo que minimizan la libertad


personal, llegan a afectar al sentido de uno mismo (autopercepción),
considerándose un grave atentado a la libertad personal. La violencia física y sexual
pueden estar presentes o no como otros componentes de control coercitivo, pero la
característica distintiva es que “es específico del contexto de pareja, y que no tiene
porqué conllevar un acto de agresividad” (Stark, 2012, p. 5). Puede involucrar a
otros tipos de violencia psicológica como aislamiento, descalificación, manipulación

435
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

emocional y microrregulación de la vida cotidiana, de acuerdo con su percepción de


cómo debe comportarse la otra persona.

Cantera, Estébanez y Vázquez (2009) realizaron una rigurosa clasificación de


las variables contempladas dentro de la violencia psicológica en jóvenes,
organizándolas en torno a tres ejes diferenciados, que empiezan, también, por el
control: 1. Control, 2. Desprecio-coerción, 3. Abuso-posesión. Todos los
comportamientos incluidos, fueron posteriormente sometidos a validez estadística
(Delgado y Mergenthaler, 2011) resultando como dimensiones de violencia
psicológica presentes en jóvenes: control, amenazas, descalificación, celos,
aislamiento, presión y negligencia sexual, indiferencia afectiva, manipulación
emocional, acoso y dominación.

En las investigaciones de violencia de género en jóvenes, donde la violencia


psicológica es preeminente sobre los demás tipos (Díaz-Aguado, 2014), parece ser
que las tácticas de control coercitivo, sin ser denominadas como conductas
violentas, aparecen de manera manifiesta y regular en las parejas de jóvenes e
incluso de adolescentes. Se describe el esquema coercitivo de control abusivo como
idéntico a lo que ocurre en parejas adultas, así como la repetición del esquema del
ciclo de la violencia (Walker, 1984): comportamiento violento seguido de
arrepentimiento y la promesa de que no volverá a suceder. También se repite en las
chicas la creencia de que el amor lo puede todo y que ella lo podrá cambiar (Díaz-
Aguado, 2014). En España, según datos estadísticos oficiales (2019) 1 :

el 38,5% de las mujeres de 16 a 24 años, en alguna ocasión ha sufrido


violencia psicológica en los últimos cuatro años (13,1% en mayores de
25%), 34,9% ha sufrido violencia de control (10,1% en mayores de 25). El
14,8% en la pareja actual (Delegación, 2019, p. 227).

1 Las dos últimas Macroencuestasde Violencia contra la Mujer realizadas en España (2015, 2019)
siguiendo las recomendaciones de European Union Agency For Fundamental Rights (FRA, 2014) y
en cumplimiento del Convenio de Estambul incluyen datos específicos de violencia de control.

436
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Estos datos recientes, y otros que se van repitiendo en la misma dirección,


parecen indicarnos que la percepción del control más que ser considerados como
un problema por la juventud, serían considerados como una parte más de rituales
normales de inicio dentro del cortejo-noviazgo, tanto para chicos como para chicas.

De alguna manera el control de horarios, de las relaciones de la pareja, o


de lo que debe o no hacer, no se entienden siempre como restricción de
libertad por parte de los/as jóvenes (De Miguel, 2015, p. 54).

Figura 1. Tipos de control

Relaciones
sociales

Violencia
de
control
Imagen Tiempo
personal libre

Si bien el 95% de jóvenes y adolescentes españoles creen que la violencia


dentro de la pareja es totalmente inaceptable, si atendemos a las actitudes de
control, la tolerancia aumenta, con diferencias en cuanto al tipo: mientras la mayoría
los jóvenes no acepta que la pareja ejerza control sobre las relaciones que se
mantiene con amistades y familiares (esto supondría aceptar el aislamiento),
cuando el control se refiere a decir las cosas que uno puede o no hacer, la
permisividad aumenta, y todavía más cuando se trata de controlar los horarios de la
otro persona. Los datos sugieren que uno de cada tres jóvenes acepta que se
presente alguno de los tipos de control por los que se pregunta.

Parece ser que, si bien los jóvenes son los que rechazan de una manera más
abierta y generalizada la violencia de género. Al tratar ítems concretos, las jóvenes
resultan ser el grupo de hombres y mujeres menos críticas con algunas conductas

437
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

de malos tratos (De Miguel, 2015, p. 60). La violencia de control coercitivo va a


incluir comportamientos tácitos y/o expresos que suponen lo que la otra persona
debe hacer, marcando las reglas de la relación. Los comportamientos identificados
se han clasificado en tres áreas (Cantera et Al., 2009; Estébanez, 2007): control de
las relaciones sociales (con quién se puede ir); control del ocio y tiempo libre (qué
actividades/horarios) y control de la imagen personal (qué se puede vestir).

Hay que tener en cuenta que si nos centramos en las relaciones adultas donde
la violencia de género está completamente instaurada, la mayoría de las tácticas de
control coercitivo están absolutamente naturalizadas. Son comportamientos que no
tienen consideración legal de delito y es muy difícil que sean identificadas como
conductas de abuso o violentas y casi nunca requieren intervención por sí mismas
(Stark, 2012).

Dada la correlación positiva entre violencia de género en la juventud y en las


personas adultas (Blázquez, Moreno y García-Baamonde, 2011) y considerando las
graves consecuencias que tiene para las víctimas de violencia de género,
consideramos primordial seguir investigando y explicar detenidamente el papel que
tiene en el inicio de una relación violenta determinadas variables, de forma que se
pueda intervenir eficazmente, de una forma preventiva.

La complejidad del problema que nos ocupa requiere como base explicativa
el Modelo Ecológico (Bronfebrenner, 2002), basado en las relaciones sistémicas de
cuatro variables: Proceso-Persona-Contexto-Tiempo. Este modelo es considerado,
por la Alianza para la Prevención de la Violencia2, como el que mejor representa los
factores de riesgo y protección para explicar la experiencia de violencia
interpersonal (Heise, 2011; Fanslow & Gulliver, 2015), ya que permite la
interpretación multinivel o multicapa que requiere este fenómeno, y que
deberíamos siempre tener en cuenta al interpretar empíricamente el fenómeno de
la violencia de género y de la violencia de pareja.

2 Es un organismo internacional dependiente de la Organización Mundial de la Salud.

438
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Nuestra hipótesis de trabajo se enmarca en la influencia comunitaria en la


configuración de las creencias personales (el efecto del exosistema en el
microsistema) y cómo configura el nivel individual, es decir las acciones personales,
en personas jóvenes. Consideramos necesario estudiar la interacción entre los
sistemas de normas sociales y su interiorización, la identificación y aceptación de
las mismas para proyectarlas como estereotipos a seguir en las relaciones de pareja,
teniendo en cuenta el peso especial que se le da a las opiniones grupales en estas
edades. Siendo el grupo importante para todas las personas, se constituye en la
referencia directa para configurar la identidad personal en jóvenes.

1.2. Las normas sociales

Palluck & Bell (2010) establecen que las normas sociales identifican las
percepciones grupales sobre lo que las personas realmente hacen y creen. En otras
palabras, se aprende lo que la gente cree que es "normativo" en su entorno. Los
chicos entienden que no pueden agredir físicamente a las chicas (norma
prescriptiva) pero que se pueden comportar controlando su red de relaciones, lo
que lleva puesto cuando sale o qué actividades puede o no puede hacer en su tiempo
libre, y que deben hacerlo porque es lo que hace el grupo (norma descriptiva). Según
las autoras, las normas prescriptivas o cautelares prohíben o desalientan el
comportamiento, mientras que las normas descriptivas establecerían una
expectativa que anima a otros a seguir (Paluck & Bell, 2010). Las normas
descriptivas y cautelares implican cierto tipo de consenso social, son un
conocimiento social compartido.

Según la Teoría del Enfoque de la Conducta Normativa o Teoría del Foco


Normativo (Cialdini, Kallgren & Reno, 1991, 1993), la percepción de prevalencia es
comúnmente conocida como la norma descriptiva que rige un comportamiento. Las
normas descriptivas proporcionan un estándar del que las personas no quieren
desviarse. Porque las personas miden la idoneidad de su comportamiento por
cuánto lejos están de la norma, ser desviado es estar por encima o debajo de la
norma. Mientras las normas descriptivas se refieren a las percepciones de lo que
comúnmente se hace en una situación dada, las normas prescriptivas o cautelares

439
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

se refieren a las percepciones de lo que comúnmente se aprueba o desaprueba


dentro de la cultura de referencia.

Normas prescriptivas y descriptivas representarían fuentes separadas de


motivación para la acción y existe evidencia de la investigación correlacional y
experimental de que ambas tienen efectos independientes y distintos sobre las
intenciones y el comportamiento (Cialdini et Al., 1990 ; Kallgren, Reno y Cialdini,
2000; Reno, Cialdini y Kallgren, 1993) . Entonces si medimos un constructo basado
en normas sociales tendremos que tener en cuenta dos formas de medirlo: uno para
las normas descriptivas y otro para las normas cautelares.

Por otro lado, las normas sociales (Palluck & Bell, 2010) tienen una serie de
características a tener en cuenta en el fenómeno de la violencia dentro de las parejas.
Dado que existen múltiples normas sociales y algunas pueden entrar en
contradicción, su estudio en relación a cómo se pueden activar unas normas sociales
en vez de otras, podría explicar fenómenos como los de deseabilidad social, tan
habituales en las respuestas dentro de las investigaciones sobre la violencia de
género, o incluso explicar algunas cuestiones relacionadas con el espejismo de la
igualdad3. La clave estaría en descubrir qué tipo de norma social (descriptiva o
prescriptiva) es el control coercitivo dentro de la pareja.

De esta manera nuestra hipótesis es que la violencia de control está presente


de manera generalizada entre chicos y chicas porque funciona como una norma
social que se transmite sin relacionarse con la violencia de género, sino cómo lo que
hacen las demás personas para que la relación funcione.

1.3. Relación entre normas, estereotipos y poder

El control coercitivo trata de que la otra persona actúe según la propia idea
de cómo debe comportarse alguien, ideas marcadas por la rigidez de los estereotipos
y roles sexistas. De tal manera que, va a depender del conocimiento social

3Encontramos una descripción detallada de las características de las normas sociales en Palluck
& Bell (2010).

440
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

estereotipado, es decir, las ideas que se transmiten socialmente, acerca de cómo se


comporta una chica y acerca de cómo se comporta un chico.

El modelo de Fiske (1993) sobre el funcionamiento de los estereotipos


sociales, también incluía estos dos tipos diferenciados de normas sociales: 1. Una
norma descriptiva, la percepción de dónde está el grupo, que identificaría las
actitudes o comportamientos típicos del grupo. Implican un consenso percibido (un
conocimiento) sobre un patrón descriptivo de comportamiento (por ejemplo, "los
hombres generalmente no golpean a sus parejas"; “hay que controlar a tu pareja
para que no te sea infiel”); 2. Una norma prescriptiva o cautelar, la percepción de
dónde debería estar el grupo que identificaría comportamientos deseables. Implican
un consenso percibido sobre un comportamiento prescrito o proscrito, quizá
porque a nivel legal hay una ley que lo prohíbe (por ejemplo, "golpear a tu pareja no
es aceptable y tiene pena de prisión"), o porque el castigo social lo impide (“si no
tienes/muestras poder en tu pareja, tu pareja te domina, porque eres débil). El
castigo social puede ser la emisión de prejuicios sancionadores en forma de presión
social para mantener los estereotipos masculinos, (por ejemplo, en caso de que se
trate de chico: “tu chica te domina porque no eres muy hombre”) o con la emisión
de comportamientos de discriminación (“no cuento contigo para hacer actividades
porque eres débil”).

No obstante, Fiske (1993) proponía atender como factor explicativo no tanto


al control como a la asimetría de control, y que los estereotipos serían el elemento
controlador social. La asimetría de control sería aquí una expresión del poder o de
una persona poderosa. En esta idea se señala que el control sería sobre el resultado
deseado y trataría poder controlar el resultado de una acción o de una situación. Lo
importante sería quién tiene el poder en la relación para ejercer el control, porque
quien tenga el poder podrá dirigir el resultado. Entonces una pregunta importante
sería ¿cuál es el resultado que se busca al realizar una determinada acción en el
contexto de la pareja?. Los estereotipos y el poder se refuerzan mutuamente porque
los estereotipos en sí mismos ejercen control, mantienen y justifican el statu quo.

Así, que se puede controlar de una forma tácita a través de la presión para el
cumplimiento de los estereotipos (Fiske, 1993) y esto ya supone un método

441
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

coercitivo de por sí. Si hablamos de relaciones de género, serían estereotipos de


género. Estamos hablando de un control coercitivo que no tiene por qué ser violento
o percibido como agresivo, al contrario, puede revestirse de la máxima naturalidad,
y no deja de ser coercitivo porque limita la libertad de acción de las personas (Stark,
2012). ¿Cuál es el resultado que provoca en la persona que lo ejerce y cuál es el
resultado en la persona que lo percibe? El control coercitivo se puede ejercer
también de una forma expresa: regulando el comportamiento cotidiano a través de
las prohibiciones directas, sería el control coercitivo expreso: “no puedes hacer
esto”. Puede interpretarse como violento o no, dependiendo de las connotaciones
paraverbales y el contexto en que se produce (Kuennen, 2007).

2. Metodología

2.1. Diseño de la investigación

En nuestra investigación, llevada a cabo entre alumnado del campus


universitario de Málaga y un centro de formación profesional en el curso académico
2016-2017, determinamos la frecuencia de la violencia de control coercitivo a través
de la medición de percepciones de los tres tipos de situaciones de violencia de
control. Planteamos una observación de lo que ocurre en los grupos de iguales de
las personas participantes. Para diseñar las situaciones, seguimos un proceso de
metodología de escenario (Seleeu & Seleeu, 2005), en función de los
comportamientos incluidos por las investigadoras para 1. Control de las amistades-
relaciones sociales; 2. Control del ocio y tiempo libre; y, 3. Control de la apariencia
física. La selección inicial de situaciones fue sometida a fiabilidad interjueces, en un
grupo independiente de similares características sociodemográficas, que no
participó en la investigación final, antes de aplicarse en el estudio. Con esto nos
aseguramos que las situaciones finalmente expuestas estaban actualizadas en
vocabulario y acciones al momento temporal.

El diseño de investigación sigue un modelo 3x2x2. El género fue medido


como variable moduladora de dos formas: 1. como agresores de la violencia de
control y como receptores de la violencia de control; 2. Como participantes de la

442
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

investigación. De esta manera obtuvimos seis situaciones de violencia de control que


pueden percibirse por chicos y por chicas. La asignación de cada participante a cada
situación fue aleatoria, solo se controló que la participación fuese equilibrada en
función de los géneros.

Siguiendo la Teoría del Foco Normativo (Cialdini et Al., 1991), para la


evaluación de normas sociales descriptivas medimos si el fenómeno se percibía
como habitual (Escala Likert: 0=nada habitual;6=totalmente habitual); en el caso de
la evaluación de norma social prescriptiva medimos si el fenómeno se percibe como
normal o no (Escala Likert: 0=nada normal; 6=totalmente normal). Siguiendo la
teoría, usamos la frecuencia como un indicador fiable, ya que la prevalencia,
indicaría que se trata de una norma descriptiva porque está proporcionando un
estándar del que las personas no quieren desviarse (Reno, Cialdini y Kallgren, 1993).

Por otro lado, evaluamos la identificación con la víctima (Escala Likert:


0=nada;6=totalmente) para saber si existía algún tipo de correlación con las
anteriores.

2.2. Participantes

En este estudio participaron 933 alumnas y alumnos de distintos estudios de Grados


de la Universidad de Málaga y de un centro de formación profesional. La muestra se
̅ edad=20,9;Sd=3,9). La nacionalidad
situaba en el rango de edad de 18 a 25 años (x
predominante era española (91,6%); siendo del resto de Europa un 2,4%; un 3% del
Centro y Sur de América; un 1,2% de África y un 1,3%de otros países del mundo.

La muestra estaba equilibrada en cuanto a géneros: un 53% eran chicas y un


47% eran chicos. Se intentó una representación equilibrada para cada una de las
seis condiciones medidas, teniendo en cuenta una asignación aleatoria.
Consideramos importante otras variables sociales como orientación sexual (86%
heterosexual; 3,4% lesbiana/homosexual; 6,6% bisexual;2.8% no lo sabe; 0,4%
otros).

443
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

3. Objetivos

Nuestra investigación está motivada por la desincronía entre el rechazo que


genera entre los jóvenes la violencia de género y la aceptación de relaciones donde
existe el control. Nos planteamos en qué están fallando los programas de prevención
para que las cifras (Delegación, 2019) en violencia psicológica sean tan altas.
Pensamos que más allá de la deseabilidad en las respuestas podría haber una
explicación de peso en relación al control, pero no tenemos mucha información
sobre cómo funciona el control coercitivo ¿qué tipo de norma social sería el control
coercitivo? ¿cómo se transmitirían y aceptarían estas ideas que a priori se rechazan?
Nuestro objetivo general es tener datos que nos ayude a comprender cómo sucede
para poder diseñar acciones preventivas más eficaces, pero de una forma más
específica, nos planteamos: 1. Proponer control coercitivo como inicio de la
violencia de género en parejas jóvenes; 2. Explicar qué es el control coercitivo,
describir su prevalencia como comportamiento habitual en las relaciones de pareja,
como norma que forma parte de los rituales de cortejo, siendo per se violencia de
género y de pareja; 3. Describir su minimización/invisibilización como
comportamiento normalizado (micromachismo) y explicar el mecanismo cognitivo
subyacente por el que la gente joven puede rechazar socialmente la violencia de
género pero aplicar este comportamiento, sin disonancia cognitiva; 4. Proponer su
incorporación específica a los programas educativos de prevención para que no se
cumpla el anterior.

4. Desarrollo

4.1. Hipótesis

Las hipotesis de trabajo fueron, en primer lugar, que la Violencia de Control


(VC, en adelante) esta muy generalizada entre los comportamientos de la juventud
porque funciona como norma social, pudiendo encontrarse con independencia de
características sociodemograficas como el genero, la edad, la orientacion sexual,
porque se asume como una pauta naturalizada.

444
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

2. La VC es una variable compleja que puede tener diferente sensibilidad


según la situación en la que se aplique: relaciones sociales, al tiempo libre y a la
imagen personal, encontrándose diferencias de género según la percepción.

3. Existen diferencias en las percepciones de VC como una norma social


descriptiva (habitualidad), y como una norma social prescriptiva(normalidad).
Siendo la percepción de ambas independientes entre sí.

4.2. Resultados y discusión

Respecto a la primera hipótesis, los cálculos de las frecuencias acumuladas


indicaron que el 66% de participantes percibe como habitual en su grupo de iguales
la VC, aunque sea en un grado bajo; el resto de participantes lo considera algo que
no sucede o que sucede muy poco. La moda de las respuestas indica que los
comportamientos de VC son bastante habituales (Mo=4), contrastando con lo que
ocurre respecto a la percepción de normalidad (Mo=0) y la identificación como
víctimas (Mo=0). Por otro lado, los datos de frecuencias sobre percepción de la
normalidad de las situaciones expuestas sitúan a un 73,5% que considera que no es
nada o es muy poco normal. Dados los datos de frecuencia, señalamos la
“habitualidad” como variable que está indicando la norma descriptiva, nos
centramos en ella para realizar los análisis posteriores.

La interpretación que hacemos de estos datos es que la frecuencia de


habitualidad obtenida confirma datos de la Macroencuesta de Violencia de Género
(2019). Lo consideramos un indicador que constituye la norma social descriptiva
que rige el comportamiento, siguiendo el modelo ya citado (Cialdini et Al., 1991). Es
importante recordar que las normas descriptivas son el estándar del que las
personas no quieren desviarse, resultando muy importantes en los casos de
incertidumbre. Aplicándolo a nuestro objeto de estudio, tendremos que las
relaciones de pareja incipientes, sobre todo en jóvenes, generan muchas
incertidumbres, dudas, e incluso, desasosiego. Ante estas dudas, las personas
generamos distintos mecanismos psicológicos para reducir el malestar, pero por el
carácter incierto del origen de la duda se imposibilita una forma primaria de control
(autocontrol), por lo que se activaría un tipo de control secundario (Thompson,

445
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

1981). Este va a depender de la aportación del grupo para guiar la conducta.


Pensamos que el control coercitivo es un tipo de control secundario donde la
referencia grupal toma el protagonismo cuando se tienen dudas e incertidumbres
sobre lo que hacer en una relación de pareja. Habría que tener en cuenta que algunas
personas se apoyan en el grupo (lo que dice el grupo) como forma de prevenir
algunas amenazas al propio control personal(primario), prefiriéndose la opinión
grupal a la opinión propia (Fritsche et Al. 2013), lo que significa que este proceso se
podría producir incluso en personas que inicialmente están en contra de
estereotipos de género y de la propia violencia de género. En este caso las
características propias de las normas sociales estarían indicando qué tipo de
influencia sería preeminente (Palluck & Bell, 2010).

Por otro lado, no hemos encontrado en el ANOVA diferencias atribuibles a la


edad, orientación sexual o nacionalidad. El género, no dio diferencias significativas
en la percepción en general, aunque el ANOVA mostró diferencias en la percepción
de habitualidad de VC según las situaciones contextuales y el género de quien realiza
la agresión 𝐹𝐹(5,925)=6,76 ƿ(<0,5)=,00. Interpretamos que se debe a que es una
norma social que estaría presente tanto en chicas como en chicos,
independientemente de la edad, orientación sexual o nacionalidad, pero que se
produce de una forma diferencial según las situaciones, explicando que la violencia
de control es una variable compleja que debe tenerse en cuenta específicamente.

Respecto a la segunda hipótesis, llevamos a cabo una profundización con un


MANOVA para que nos indicara exactamente dónde se encontraban tales
diferencias, teniendo en cuenta, esta vez, todas las variables del diseño
experimental. El resultado puede verse expresado en la Tabla 1.

Tabla1. Percepción media comparativa del control de las distintas situaciones

Medias (𝑥𝑥̅ )

La chica controla las relaciones sociales de su pareja 3,07 2,81 3,25

446
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

El chico controla las relaciones sociales de su pareja 2,97 2,69 3,24

La chica controla el ocio y tiempo libre de su pareja 2,77 3,16 2,40

El chico controla el ocio y tiempo libre de su pareja 2,63 2,56 2,70

La chica controla imagen personal de su pareja 2,06 2,38 1,76

El chico controla la imagen personal de su pareja 2,28 2,00 2,55

Fuente: Elaboración propia

Si comparamos entre sí las tres situaciones, la que más se percibe en general


es la violencia de control en las relaciones sociales, pero no existen diferencias
significativas con el control del ocio y el tiempo libre. La que menos sucede es el
control de la imagen personal. Atendiendo a la percepción del género de los y las
participantes: las chicas perciben más control de las relaciones sociales, pero los
chicos perciben más control en el tiempo libre. Aunque existe un mito de que las
mujeres controlan más a los hombres, en realidad, en cuanto a percepción, los chicos
perciben esto en menor grado que las chicas. Y las chicas perciben un mayor grado
de control por parte de las parejas en cuanto a las relaciones sociales. Respecto a la
imagen personal las chicas perciben mayor control.

A nivel general, las relaciones sociales se controlan por igual por chicos y
chicas. El hecho de que las chicas puntúen similar está relacionado, por un lado, con
esa transmisión como norma descriptiva y, por otro lado, con la presencia
micromachista y la adopción de comportamientos que dan poder. Se podría
interpretar más como un empoderamiento mal entendido, a través, del refuerzo del
poder masculino (estereotipo de que lo masculino tiene más valor). La situación de
control de imagen personal, aunque es la menos frecuente, existe como categoría
diferente y hay que visibilizarla y trabajarla de forma específica.

Con respecto a los resultados de la hipótesis tercera, a continuación,


mostramos la tabla de correlaciones:

447
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Tabla 2. Correlación entre las variables

Correlaciones Habitualidad Identificación Normalidad Edad


(x,y) (sig.) victima(sig.) (sig.) (sig.)
Situaciones -,081* (,013) ,078* (,018) ,140** (,000) -0,003 (,920)
de VC (en
general)
Habitualidad ,222** (,000) 0,042 (,196) 0,064 (,052)
Identificación ,373** (,000) 0,024 (,457)
como víctima
Normalidad 0,033 (,312)

Fuente: Elaboración propia.

Como se puede observar la percepción de habitualidad y la percepción de


normalidad no correlacionan entre sí, aunque ambas por separado correlacionan
con las distintas situaciones de violencia de control planteadas. Se confirmaría, por
tanto, que hablamos de dos elementos distintos. Además, un mismo
comportamiento puede observarse de forma distinta cambiando una sola palabra.
Interpretamos, siguiendo la Teoría del Foco Normativo (Cialdini et. Al. 1991, 1993)
que normas descriptivas y normas cautelares, son como fuentes separadas e inciden
de forma distinta en la motivación para la acción y en los efectos independientes y
distintos sobre las intenciones y el comportamiento. apoyan la idea de que el control
coercitivo es una peligrosa norma a seguir en las parejas de jóvenes. Debemos tener
en cuenta las características que afectan a las normas sociales para realizar
interpretaciones y también para diseñar programas de prevención. Los resultados
avalan la necesidad de incorporar el control coercitivo en la prevención dado que
las normas grupales en los iguales incrementan la probabilidad de perpetrar
violencia de género (Aizpitarte, Alonso-Arbiol y VandeVijver, 2017) y puesto que la
tolerancia a la agresión en la pareja genera más agresión (Arriaga, Capezza y Daly,
2016).

448
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

5. Conclusiones

La juventud percibe como muy frecuentes comportamientos de control, sin


encontrarse diferencias según variables demográficas, porque funciona como una
norma social. El género interviene al tener en cuenta el tipo de violencia de control
ejercido. Al ser el control coercitivo un comportamiento que no está legalmente
regulado, se entiende como de poca importancia. Una de las contribuciones de este
estudio es darle visibilidad como un micromachismo (Bonino, 2014) que nos ofrece
información sobre cómo estamos funcionando realmente.

Para prevenir la violencia de género en la pareja es necesario favorecer un


adecuado conocimiento sobre cómo empieza y evoluciona (Díaz-Aguado y Martínez-
Arias, 2001). Creemos que empieza en la violencia de control y que a partir de aquí
se va complicando según la motivación social de poder (Fiske, 1993) y la respuesta
por parte de la pareja. La violencia de control se activaría en situaciones de
incertidumbre con la información sesgada por los estereotipos sexistas que ofrecen
los grupos de iguales, luego los programas de prevención deberían incorporar más
información (empírica) sobre cómo funcionan las parejas para reducir esa
incertidumbre e instar a los jóvenes a pensar sobre cuál es el resultado esperado de
su comportamiento. A mayor conocimiento, mayor estructuración cognitiva. A
demás de seguir trabajando contra los estereotipos sexistas. Con esto se apoya el
trabajo que se sigue haciendo acerca de los estereotipos y de los mitos de amor
romántico y los programas basados en “buenos tratos”, pero creemos que hay que
mejorarlos, contando con las características de las normas sociales (Cialdini et Al.
1991, 1993; Palluck & Bell, 2010) para transformar estas normas en prescriptivas,
que sean objeto de censura social entre iguales. Como psicólogos sociales podemos
predecir que la violencia de género va a continuar en los próximos años, dado el
caldo de cultivo que tenemos: con un grupo social de referencia en el que rigen las
normas descriptivas, basados en estereotipos de género sexistas, la medida acerca
de lo tolerable o no en cuanto a violencia permitida, aumenta. Instamos a tomar
medidas de acción estables en el tiempo. Esperamos completar en el futuro estas
aportaciones, con la comparación del resto de dimensiones de violencia psicológica
contempladas por el equipo de Cantera (2009) y por Delgado (2011) e intentar
determinar creencias sexistas subyacentes.

449
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

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452
Micromachismos observados en las sobrevivientes de
feminicidio

Brenda Rodríguez Aguilar


Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios
psiquebren@yahoo.com.mx

Germán Benito Bernáldez Jaimes


Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios
mcs.gbernaldez@gmail.com

Resumen

El sistema patriarcal de género es un tipo de organización social que se concibe a


partir de estructuras de poder y dominio; Amorós (2005) menciona que todas y
todos formamos parte y nos encontramos forjados por él. En la macroencuesta del
Instituto de la Mujer en España (2006), se observó que a partir de la violencia
estructural, los hombres ejercen sobre las mujeres comportamientos de control,
desvalorización de las tareas que le son atribuidas, y toman decisiones por ella;
además, describen diferentes tipos de micromachismos que son la representación
del sistema patriarcal y una forma de violencia de género, la cual va incrementando
hasta poder llegar a el feminicidio. El objetivo de la investigación fue la identificación
y evolución de los tipos de micromachismos en mujeres que han sido sobrevivientes
de intento de feminicidio y que acuden a atención psicológica a la Clínica de Atención
al Trastorno por Estrés Postraumático ISSEMYM, Estado de México. Materiales y
método: se realizó una investigación de corte cualitativo; se utilizó la entrevista a
profundidad aplicada a tres mujeres que fueron referidas por la Comisión Ejecutiva

453
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

de Atención a Víctimas del Delito del Estado de México (CEAVEM) como


“sobrevivientes de feminicidio por parte de su pareja”. Resultados: Al inicio de la
relación se presentan micromachismos encubiertos aumentando cada vez más en
frecuencia e intensidad hasta que se convierten en coercitivos y utilitarios. Lo
anterior permite legitimar la violencia para ejercerla en escalada, manifestándose
en violencia física que llegó al intento de feminicidio en ellas.

Palabras clave

Género, micromachismos, violencia, feminicidio, víctima.

1. Introducción

Quispe, Curro, Córdova, Pastor, Puza y Oyola (2018) señalan que la violencia
contra la mujer se presenta en todo el mundo, sin distinción de clase social, nivel
educativo o región; de acuerdo a Echeburúa (2019) está es el resultado de una forma
de aprendizaje que involucra la aceptación de los ejercicios de trasgresión y
dominación como formas de resolver problemáticas mediante la imposición de
voluntades. De tal forma que el entorno social y familiar se vuelven situaciones
perpetuadoras de dichas conductas violentas que implican un proceso vicario de
apropiación.

El Instituto de la Mujer (2006) señala la violencia estructural como una forma


de establecer comportamientos de control y desvalorización de la mujer las cuales
varían en cuanto a su intensidad y manifestaciones. De las diferentes formas en que
se ejerce se encuentran los micromachismos los cuales según Bonino (1996) son
prácticas de dominación y violencia que ocurren en la vida cotidiana de orden
masculino; estos mecanismos de violencia tienen como objetivo el mantener la
supuesta superioridad del hombre sobre la mujer basado en la presencia de los
estereotipos de género, en concordancia a lo que Sandoval y Enríquez (2018)
denominan patriarcado y lo definen como un sistema de opresión sexo-género, que
premia la idea falsa sobre la superioridad del padre en la sociedad.

454
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

De acuerdo con Ferrer, Bosch, Navarro, Ramis y García (2008) identifican


cuatro tipos de micromachismos:

- Utilitarios: conceptualiza a la mujer en un rol de cuidadora y de


responsabilidad doméstica.

- Encubiertos: implica el desarrollo de comportamientos de engaño,


aislamiento, devaluación y abuso de confianza que pretende mantener la
asimetría relacional.

- Coercitivos: implica el uso de la fuerza física, psicológica, y económica, el


control, y la imposición derivada de la apelación de la superioridad
masculina.

- De crisis: se utiliza como una forma de respuesta ante un desbalance de


poder de las relaciones; implica la victimización, hipercontrol,
pseudoapoyo y lástima como medio de manipulación para ejercer la
violencia hacia la mujer.

Dichos comportamientos de acuerdo a Bonino (2004), al ser normalizados


son introyectados y pasan a formar parte de la personalidad de los hombres,
reforzando así el ejercicio de la violencia contra las mujeres. Quispe et al. (2018),
señalan que las diferencias territoriales y socioeconómicas son factores de riesgo
para el ejercicio de agresiones las cuales van incrementando de acuerdo al tiempo
de convivencia, número de hijos, ocupación, antecedentes de violencia, abuso de
sustancias, entre otros.

Lagarde (2008), señala que el feminicidio parte de la desigualdad de género


que implican la presencia de misoginia y la normalización de la violencia, de forma
que los micromachismos como mecanismos de dominación y sometimiento son
parteaguas en el desarrollo y reforzamiento de este tipo de agresiones. En
concordancia, Contreras (2018) señala que la violencia no está constituida por
hechos aislados, sino que está se asociada a patrones de desigualdad, lo cual hace
más susceptible a las mujeres de padecerla. A la par refiere una relación entre la
presencia de violencia intrafamiliar y el feminicidio.

455
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

De acuerdo a Cybelle (2020), algunas características del maltratador


relacionadas con el Feminicidio Intimo son celos, amabilidad y violencia alternativa,
creencias sobre la supremacía del hombre sobre la mujer y el no creer que su
conducta es violenta.

Es por ello que la visualización de la violencia contra la mujer, su detección y


prevención se presentan como elementos claves para la reducción del riesgo; por lo
que el presente estudio pretende dar un panorama comprensivo de la evolución de
las conductas violentas desde los micromachismos ejercidos por hombres hacia sus
parejas consideradas como sobrevivientes de intento de feminicidio.

2. Materiales y método

La presente investigación se realizó siguiendo la metodología cualitativa a fin


de explorar los patrones de comportamiento de las parejas sobrevivientes de
intento de feminicidio para identificar a partir del discurso de la presencia de
micromachismos presentes en la relación de pareja.

2.1. Objetivo

Caracterizar los tipos de micromachismos en mujeres sobrevivientes de


intento de feminicidio por su pareja sentimental.

2.2. Participantes

Se trabajó con tres mujeres que fueron referidas por la Comisión Ejecutiva de
Atención a Víctimas del Delito del Estado de México con las siguientes
características:

456
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Tabla 1. Características generales las participantes

Tiempo de
Identificación Edad Escolaridad Ocupación vivir con la NºHijos
pareja
Empleada en
una tienda
M1 25 Bachillerato 2 años No hijos
departament
al
Servidora Una hija de
M2 36 Licenciatura 9 años
Pública 9 años

Un hijo de
14 años
Intendenta
M3 44 Secundaria 6 años
de hospital
1 hija de
12 años

Fuente: Elaboración propia.

2.3. Instrumentación

Se trabajó la técnica de la entrevista a profundidad con los siguientes ejes


temáticos:

1. Los roles ocupacionales de nuestras entrevistadas tanto en la esfera


privada como pública, así como la división de tareas en su vida.

2. Micromachismos utilitarios

3. Micromachismos encubiertos

4. Micromachismos en coercitivos

5. Micromachismos en crisis, rompimiento de ellos y se llega al intento de


feminicidio.

457
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

3. Resultados

De acuerdo al discurso de las participantes se obtuvieron los siguientes


resultados:

Roles ocupacionales de nuestras entrevistadas tanto en la esfera privada


como pública, así como la división de tareas en su vida:

Se pudo observar que las tres mujeres entrevistadas se hacían cargo del
trabajo doméstico de su hogar sin remuneración y lo pensaban como una obligación
implícita al género:

- “Aunque él diga que era una floja, yo siempre cumplí como mujer, todo
estaba arreglado y a él no le faltó un plato de comida en el tiempo que
estuvimos juntos…” M1

- “Yo trabajaba y aportaba más tiempo que él, pues yo tengo un horario fijo
de 9 a 6, él es taxista… tenía que llegar a hacer tareas de la niña, bañarla,
hacer la comida, lavar trastes… sábados y domingos lavar nuestra ropa,
plancharla y quehacer de toda la casa… pocas veces me ayudaba, solo
cuando quería que le prestara dinero… bueno eso de prestar, nunca me
lo regresó…” M2

- “Antes de salirme de casa, nunca había trabajado. Sólo estaba en casa, mi


ex marido me exigía que la casa estuviera super limpia, que todo
estuviera ordenado, porque si llegaba y algo no estaba como él quería era
una huevona… me tenía que ganar lo que él me daba como ropa e incluso
la comida, yo sé que me tocaba pero él me lo hacía ver todo el tiempo…”
M3

Asimismo, se analizó que en la esfera pública no se mostraba visible el


reconocimiento del trabajo en dos de las participantes:

- “Trabajé en la papelería de la esquina de mi casa porque fue el lugar que


me dio permiso mi ex, ahí estaba al pendiente de mí, la dueña de la tienda
me daba quinientos pesos a la semana, no tenía IMSS, pero al menos tenía

458
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

un dinero para mi…ahora trabajo en Liverpool y tengo un mejor sueldo e


IMSS” M1

- “Tuve que buscar trabajo al salirme de la casa de mi ex marido… como no


se hacer nada me fui a buscar trabajo haciendo limpieza y por la casa de
mi mamá salió un anuncio para limpieza en el hospital que está cerca de
la casa, tomé ese trabajo, no me quejó, aunque esta pesado…” M2

En la participante tres se muestra que sentía un reconocimiento de su trabajo


en la esfera pública a diferencia del ámbito privado:

- “Trabajo con mujeres violentadas y les levanto sus reportes, las trato
muy bien y muchas me felicitan por mi trabajo, igual mi jefe… a veces
pensaba que pasaría si supieran que sufría la misma o peor violencia que
ellas y me sentía tonta al no poder salir de esa relación y saber que me
estaba pasando” M3

3.1. Micromachismos utilitarios

En el discurso de las tres participantes, manifiestan esté tipo de


micromachismo desde el inicio de la relación, se puede observar como una forma
muy sutil de reforzar los roles estereotipados femeninos adulándolos para obtener
una ventaja.

- “Cuando se enfermaba su mamá de pie diabético, me convencía para


cuidarla diciéndome que ‘nadie la cuidaría mejor que yo porque las
mujeres lo hacemos mejor y que a él le gustaría cuidarla, pero es hombre
y eso no lo podría hacer… porque eso le corresponde a las mujeres, pero
no a todas, solo a las buenas mujeres…’ hasta llegó en el momento que
me sentía reconocida por él por hacerlo” M1

- “Mi pareja cuando estábamos bien me decía que debería dejar mi trabajo
y que él me daba lo que ganaba porque lo desatendía y descuidaba la
casa” M1

459
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

- “Algunas veces me ayudaba a cuidar a Luisa, pero terminaba su paciencia


y me decía que él no sabía nada de las tareas, al final terminaba
haciéndolo yo y me decía ya ves, yo te quiero ayudar, pero ella está
acostumbrada a ti” M2

- “Nunca me sentí amada por él, pero cuando hacía de comer lo que me
pedía y me quedaba rico, me decía ‘ay mujer para eso si sirves’, me hacía
sentir bien” M3

3.2. Micromachismos encubiertos

Se observó también en las entrevistas un control excesivo por parte de sus


parejas y con ello la justificación de hacerlo por su bienestar.

- “Mi pareja me revisaba el celular, al principio lo hacía pidiéndomelo


prestado para revisar los horarios del cine, después ya no lo pedía e
incluso me pidió la contraseña… ya en las últimas fechas contestaba lo
mensajes que enviaba mi familia para mi…” M1

- “Cuando quería salir con mis compañeros de trabajo a alguna reunión, mi


esposo me decía, no te prohíbo nada, ni te controlo, pero ya había
escogido la película que quería ver contigo y hasta te iba a hacer
palomitas, terminaba quedándome…” M2

- “Cuando mi marido regresaba me preguntaba que había hecho en el


tiempo en el que él se había ido, a veces quería ver la tele o estar en el
fase pero tenía que apurarme al quehacer o sino terminaba insultándome
y me daba miedo que regresará y no fuera suficiente lo que había” M3

También se identificó en las participantes una falta de validación e incluso


anulación de los sentimientos en un principio y posteriormente observar control
emocional teniendo como consecuencia engaño, miedo e inseguridad de la propia
valía de las mujeres

- “Hacía como que me escuchaba, pero estaba haciendo otras cosas y


cuando le preguntaba, me contestaba que estaba haciendo cosas

460
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

importantes y lo tenía que repetir muchas veces, terminaba enojada y me


decía que exageraba en todo y que me tranquilizará y cuando me pusiera
más tranquila y sin gritar podíamos hablar” M1

- “Mi pareja me hacía sentir que no hacía las cosas bien… criticaba como
vestía y me aconsejaba cómo hacerlo, me compraba la ropa diciéndome
que ya era una señora que tenía que vestir como tal y además que yo
tenía mal gusto… un día me di cuenta que ya no era capaz de decidir
sobre lo que me quería poner porque sentía que me veía ridícula con lo
que yo escogía y le terminaba enviando fotos para que antes de salir me
aprobara mi vestir” M1

- “Me hacía sentir que no podía hacer las cosas bien… cuando tenía un
logro o le comentaba sobre mi trabajo, él me decía que lo podía haber
hecho mejor o que seguramente era porque tenía algo que ver con mi
jefe” M2

- “Cuando se enojaba conmigo, me dejaba de hablar, decía que lo hacía por


mi bien porque estaba haciendo capricho, como que me ignoraba, me
sentía muy mal… le pedía que habláramos y terminaba culpándome, a
pesar de que yo le hacía ver también sus errores él los minimizaba o
justificaba y al final yo terminaba pidiéndole perdón por mi
comportamiento” M2

- “Las veces que llegaba a golpearme, me pedía perdón y decía que no lo


había querido hacer, que yo lo había hecho perder el control… al
principio le creía… después ya no se justificaba para golpearme y se
burlaba, solo decía: ‘¡Qué! ¿Vas a llorar?... ¿Te vas a salir para irte de
puta?’” M3

3.3. Micromachismos coercitivos

En las entrevistas realizadas se presentó en demasía este tipo de


micromachismos desde amenazar con el tono de voz, su mirada y gestos, hasta

461
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

anular sus decisiones y tomarlas sin avisarle, también se observó invasión y control
de la intimidad y dinero.

- “Llegó el momento en que para poder decir algo u opinar primero lo tenía
que mirar ya que necesitaba su aprobación… en los momentos que me
quería callar me gritaba y me decía entiende lo que te estoy diciendo” M1

- “No podía elegir una serie porque no le gustaban, el las elegía para mí
porque sabía lo que me gustaba, algunas veces yo empezaba a ver una
serie sola y me decía que lo había traicionado y que él quería verla
también… para no pelear veía las que él escogía para nosotros” M1

- “Él decía que gastaba mi dinero comprando basura… cuando compraba


algo para mí en el trabajo como maquillaje, ropa o artículos que me
gustaban, me decía que había cosas más importantes y gastos más útiles
en la casa… veía mi talón de cheque y mi tarjeta… él decidía sobre lo que
se compraba en casa… si necesitaba algo del centro comercial me decía
que le hiciera una lista y que él lo compraría porque yo me distraería
yendo y compraría cosas inútiles” M2

- “No tenía un espacio para tener mis cosas, a lado de mi cabecera tenía
una mesita para poner mis cosas y hasta en ese ponía sus cosas porque a
veces también ocupaba ese lugar… también ponía las cosas de los hijos…
él decidía cuando se apagaba la luz, la hora de dormir aunque no tuviera
sueño… no me podía salir a la sala porque me decía: ‘seguramente te
saliste para estar con tu celular y escribirte con quien sabe quién’” M3

3.4. Micromachismos de crisis

Las mujeres entrevistadas manifestaron que este tipo de micromachismo fue


cambiando, en un primer momento la pareja amenazaba con abandonar la relación
y posteriormente cuando las participantes se alejaban tenían discursos sobre no
soportar la pérdida.

- “A veces cuando estaba en mi trabajo, me escribía mensajes de tenemos


que hablar… me daba mucho miedo porque temía que me dejará, así que

462
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

me ponía a llamarle muchas veces, él sabía que eso me ponía muy mal y
me colgaba, apagaba el teléfono y a veces usaba eso para no llegar a
dormir… ya al separarnos y que él vio que era la definitiva, iba a casa de
mis padres, al trabajo del que tuve que renunciar porque me buscaba
todo el tiempo diciendo que no podía vivir sin mí y que se iba a matar…
varias veces funcionó y regresé pero cuando no quise regresar me seguía
y en una ocasión saliendo de mi trabajo en una calle cerrada me pidió
regresar… lo amenacé con llamar a la policía, él se enojó tanto que me
golpeó y me tomo del cuello hasta que no supe de mí… lo único que
recuerdo es que estaba una ambulancia con varias personas tratando de
ayudarme” M1

- “Cuando comenzó a golpearme, decidí separarme… me fui a rentar un


departamento con mi hija… le dejé la casa… no le quise negar las visitas
con la hija… en las visitas él aprovechaba para victimizarse, mencionando
que ese día no había comido y que en las noches no podía dormir porque
me extrañaba… lograba hacerme sentir mal, a veces mi hija me decía que
su papá estaba sufriendo por mi… me sentía culpable pero dentro de mi
sabía que tenía que aguantar… así que decidí ir a terapia, después de 4
meses en ella, ya no pensaba en regresar con él, estoy segura que él lo
sabía… un domingo después de que dejó a mi hija en la noche, me llamó
por el celular diciendo que había olvidado mi hija su chamarra que bajará
por ella… al momento de bajar no vi el coche, baje de la banqueta a
buscarlo, solo sentí un golpe, me había atropellado y cuando confesó
había regresado el coche para volverlo a hacer y asegurarse de que
estuviera muerta… desafortunadamente para él sobreviví” M2

- “Cuando no hacia el quehacer completo, me dejaba sin comer, porque no


lo había ganado… en la noche me llevaba el plato con comida caliente y
me decía que me perdonaba pero que pensará mejor las cosas… en
ocasiones me decía que agradeciera que entre muchas mujeres que tuvo
me escogió a mí y que no lo hiciera arrepentir de su decisión… me
enseñaba mensajes de otras mujeres diciendo que me podía ir cuando
quisiera que cualquiera de esas ocuparía mi lugar… en una ocasión él

463
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

llegó alcoholizado y se enojó conmigo porque no quise tener relaciones


con él, comenzó a golpearme, como él es policía me amenazó con el
arma… salí corriendo a la cocina y tomé un cuchillo, las cosas se pusieron
muy difíciles porque me quitó el cuchillo, me golpeó más hasta que mis
hijos salieron y se interpusieron entre nosotros, solo recuerdo a los
vecinos con las patrullas, me llevaron en la ambulancia al Adolfo… tenía
fractura en las costillas, nariz y perdí dos dientes” M3

4. Discusión y conclusiones

La presencia de micromachismos en las relaciones de pareja se teje desde la


percepción que se tiene de los roles de género y que las parejas de las participantes
asumen como una forma de desacreditación del trabajo doméstico, relegando a la
mujer al papel del servicio; aspectos señalados por Ferrer et al. (2008) como
utilitarios que “cosifican” el papel de la mujer en la vida social relegando sus
actividades a las tareas del hogar y la crianza.

De acuerdo a las narraciones se visualiza que las parejas de las participantes


tienden a presentar conductas de control, celos, preocupación excesiva que
justificaban y en algunos casos se acompañaba de agresiones físicas y verbales;
aspectos relacionados con los propuestos por Cybelle (2020) sobre el maltratador
en el Feminicidio Íntimo, lo cual permite dar pauta de la importancia de identificar
dichos comportamientos como un factor de alarma.

La presencia de las creencias estereotipadas de género se manifiesta como


una base para el sostenimiento de las ideas de sensibilidad, debilidad y sumisión por
parte de la mujer donde el hombre aprovecha para imponer su opinión a base de la
manipulación y sugestión. De acuerdo con Quispe et al. (2018) señala que las niñas
tienen una mayor capacidad de reflexión, sin embargo, suelen tomar actitudes
pasivas derivadas del proceso de control de los cuidadores; patrón que tiende a ser
continuo y que las lleva a asumir comportamientos similares en las relaciones de
pareja cuando ésta se presenta como un sustituto de las figuras parentales.

464
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Benalcázar-Luna y Venegas (2015), señalan que los micromachismos


implican una tendencia a interiorizar y naturalizar las estructuras patriarcales; de
forma que las participantes tienden a vislumbrar en el discurso de sus parejas la
tendencia a la manipulación y denigración de la mujer, como un intento de retención
basada en la violencia y manipulación psicológica que las llevó a desarrollar
creencias de incapacidad e importancia.

Los micromachismos encubiertos se muestran como mecanismos de control


de la vida íntima y la libertad de la pareja, sin embargo, se observó la asunción de
las mujeres a obedecer en virtud de evitar conductas agresivas o coercitivas por
parte de sus parejas. A la par la constante crítica y el aislamiento de presentan como
imposiciones constantes que debilitan la percepción que la mujer tiene de sí y le
abstraen la vida social; al respecto Hernández, Raguz, Morales y Burga (2018)
señalan que la frecuencia de la violencia contra la mujer está íntimamente
relacionada con la falta de contacto social. En concordancia Sepulveda (2005),
señala que mientras mayores sean los vínculos con el agresor y menor el apoyo
social y familiar, más difícil será la ruptura y el maltrato tenderá a incrementar con
el tiempo.

La escalada de las formas de violencia se observa que las conductas violentas


iban en aumento ante la negación de la mujer de seguir los patrones habituales en
la relación basados en los estereotipos terminando en agresiones de carácter físico,
sin embargo, se observa una tendencia al uso de micromachismos de crisis como
medios de control ante la posible separación gestando la probabilidad de aparición
de conductas violentas que atentaron contra la vida de las participantes, al respecto
Batiza (2017) indica que en las relaciones de pareja se tienden a perpetuar los
episodios de violencia haciendo que los siguientes vayan en aumento de su
gravedad, pasando por el abuso verbal y psicológico, al físico y la reconciliación,
subrayando que las experiencias posteriores tenderán a ser más nocivas.

A la par se observa la alteración perceptiva de las participantes quienes


relatan diversas acciones de control y dominio ejercidas por parte de sus parejas,
las cuales eran interpretadas como cuidado, cariño, preocupación y protección; al
respecto Benalcázar-Luna y Venegas (2015) señala que la violencia simbólica

465
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

implica una serie de actos que despersonaliza e ignora las particularidades y


permite el ejercer el poder sin recurrir a la coacción física, mostrándose como un
chantaje tácito invisibilizado que tiende a orientar el comportamiento de las
víctimas.

Con base en los análisis obtenidos, se concluye que los micromachismos por
los que atravesaron las mujeres entrevistadas están inmersos en la construcción del
machismo describiendo las creencias y expectativas con respecto al rol que
desempeñan los hombres en la sociedad; por lo que se estructura en una serie de
creencias, actitudes e incluso valores sobre la masculinidad y lo que significa ser
hombre. En las parejas sentimentales de las participantes se observaron conductas
de dominación, control, invalidación de las emociones de las mujeres, agresión física
y psicológica como una medida de normalización de la violencia cultural. En este
orden de ideas respecto a las participantes también se muestra una necesidad
afectiva de reconocimiento y “validarse” como mujer a través de los estereotipos de
género y las construcciones sociales de lo que significa ser mujer. Finalmente, se
identifica que cuando las mujeres ya no quieren ser controladas por su pareja
sentimental, los micromachismos de crisis incrementan logrando romper la
homeostasis de pareja y es cuando el hombre se da cuenta que pierde el control y
asume conductas de violencia extrema en contra de su pareja con el objetivo de
recuperarlo.

Referencias

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466
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

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467
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

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468
Formas latentes y manifiestas de violencia contra las mujeres
en el parto

José María García de Diego


Universidad de Málaga
jmgdediego@uma.es

Resumen

Actualmente no existe un único relato de cómo abordar el proceso de parto, si bien


en las últimas décadas están emergiendo discursos de mujeres sobre las nuevas
formas de violencia que han sufrido durante su preparto, parto y postparto. Estos
discursos ponen de manifiesto que, aunque se promulgue un relato socialmente
manifiesto sobre la necesidad de eliminar estas formas de violencia contra las
mujeres, la violación de los derechos de las parturientas se sigue produciendo desde
distintos ámbitos. Este trabajo trata de analizar las formas de violencia machista a
las que se enfrenta las mujeres a la hora de afrontar su parto. Para ello se ha
considerado necesario un enfoque cualitativo que analiza los discursos, expectativas
y demandas de las mujeres que han tenido un parto, a través de las entrevistas en
profundidad y los grupos de discusión realizados. Estas técnicas han posibilitado
obtener toda la información necesaria para realizar un análisis de contenidos y
poder responder a los objetivos planteados en este trabajo. Si bien existen distintos
discursos sobre cómo debería desarrollarse su parto, existen dos elementos
comunes en la mayoría de las parturientas: 1) la exigencia de que el parto se
desarrolle en un ambiente de tranquilidad, y 2) que se respeten los intereses y forma
de entender el parto de cada mujer, salvo que se deban tomar medidas vitales.
Finalmente, este trabajo ha permitido reconocer todavía formas manifiestas de
violencia contra las mujeres, como visualizar nuevas formas latentes que fortalecen
nuevamente al sistema patriarcal.

469
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Palabras clave

Violencia obstétrica, patriarcado, maternidad, feminismo, género.

1. Introducción

La maternidad es una construcción social, que ha adquirido diferentes


significados históricamente en cada sociedad. En el parto se recoge un imaginario
social, resultado de la interacción de los distintos patrones culturales,
razonamientos de los distintos grupos sociales y las corrientes ideológicas
predominantes en el poder, que se desarrollan en un determinado contexto social.
Este concepto ha esgrimido una forma de representar, ensalzar y visibilizar un
modelo de las prácticas sociales que se vinculan a él, tanto en la gestación, el parto
y las actitudes relacionadas con el ejercicio de los cuidados con el bebé.

Las prácticas sociales supeditadas a la maternidad, han servido de síntesis de


los ideales y las formas contradictorias de entender el género en nuestra sociedad
(Palomar, 2005). Así, la maternidad es entendida como una realidad que enfrenta
ideológicamente, con una considerable intensidad entre las mujeres, básicamente
en la forma de entender la relación de los derechos sociales y económicos que
pueden disfrutar las madres (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad,
2012).

La cualidad de ser madre se ha sustentado históricamente en la imagen del


nacimiento de una nueva identidad de la mujer. Siguiendo a Marta Lamas (2001), en
las últimas décadas se ha levantado una identidad de la mujer normalizada en su
papel como madre responsable del bienestar de su bebé, basado en las
prescripciones sanitarias vigentes, para dirigir y encaminarse hacia el ideal de
comportamiento maternal deseable socialmente. Esta idealización de la maternidad
socialmente aceptada, que pretende tener un menor coste emocional, físico y social
para la mujer, no está respondiendo a las continuas demandas de las parturientas
(Staneva y Wittkowski, 2013). Como consecuencia, la doble percepción de la
maternidad como ámbito de jurisdicción privado de las familias, pero bajo el amparo

470
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

institucional de prácticas sociales que pretende respaldar la salud de madre y bebé,


están distorsionando los procesos de desarrollo personal de la mujer de vivir una
maternidad propia o una no-maternidad (Linares et al., 2017).

Actualmente en España, el ámbito hospitalario es el que se legitima como


contexto físico para atender a las mujeres que van a parir. Según el Instituto
Nacional de Estadística en 2018 más del 99% de los partos que se produjeron en
España se desarrollaron en el ámbito hospitalario. Esta realidad, producto de
mantener una estrategia basada en la centralización de la atención para un parto en
el ámbito hospitalario, ha establecido una cultura aceptada sobre la vulnerabilidad
de la salud de la madre y del bebé en el proceso de parto. Un modelo de exclusión
científica que tradicionalmente ha apartado a las mujeres como agentes de
investigación, bajo una cultura normativa que se basa en la maternidad en base a
disposiciones patriarcales, y que, finalmente, ejercen un control sobre los cuerpos-
mentes de la madre (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, 2012).

El ámbito hospitalario, es el espacio perfecto al responder a una imagen del


parto, independientemente de ser simples o complicados, como un estado
patológico que requiere un control, seguimiento e intervención de obstétrica con los
instrumentos y técnicas quirúrgicas legitimadas bajo el paradigma médico (Barbosa
et al., 2008). Este modelo sanitario dominante responde en parte a las continuas
demandas de progreso de la sociedad, si bien en algunas de las prácticas producidas
en estos entornos, muchas mujeres son víctimas de abusos y tratamiento
irrespetuoso de las instituciones sanitarias.

A través de los discursos sociales sobre la maternidad en general y el trabajo


de parto en particular, se pueden recoger el imaginario social resultado de la
interacción de los distintos patrones culturales, razonamientos de los distintos
grupos sociales y las corrientes ideológicas predominantes en el poder, que se
desarrollan en un determinado contexto social (García, 2019). En estos discursos
sociales, tanto desde la perspectiva de las mujeres parturientas como del personal
sanitario, se han observado distintos tipos de violencia que se ejerce de forma
sistemática contra las mujeres.

471
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En este trabajo, con el objetivo de conocer las formas latentes y manifiestas


de violencia contra las mujeres en el parto, se han recogido los discursos que se
vertebran alrededor del proceso del trabajo de parto. Tras esta introducción a modo
de marco de referencia, en un segundo apartado se detalla la metodología y las
técnicas de análisis utilizadas. La tercera sección recoge los resultados de la
investigación. Finalmente, el cuarto apartado sintetiza los principales hallazgos y
conclusiones.

2. Estrategia metodológica

Debido a la naturaleza del objeto de investigación, se antoja acertada la


elección del uso de la perspectiva cualitativa, ya que nos va a permitir explorar los
discursos sociales sobre la maternidad. Esta perspectiva se caracteriza por la
investigación socio-lingüística y semiológica de los discursos expuestos, las acciones
realizadas y las estructuras latentes que son fundamentales para la comprensión del
objeto (Cea D’Ancona, 2001). Del mismo modo, esta metodología trata de poner de
manifiesto el papel de los significados, los motivos y las intenciones que tenemos las
personas, bajo un paradigma interpretativo de la información recogida de forma
flexible. Si bien, es importante señalar que el presente trabajo se desprende en parte
de una investigación más amplia basada en la triangulación metodológica (García de
Diego, 2018).

La información recogida en las entrevistas en profundidad y en los grupos de


discusión, ha sido analizada de manera conjunta y separada, a través de un análisis
de contenidos. En ambos casos, la información quedó registrada en archivos de
audio creados por la grabadora, herramienta esencial en la metodología cualitativa.
Posteriormente, los archivos de audio han sido transcritos para poder analizar y
codificar algunos elementos clave en torno a los diferentes temas tratados por el
objeto de investigación. A través de una asignación de códigos, hemos podido
descomponer toda la información y ver las relaciones de éstas para posteriormente
reagruparlas en unas categorías más específicas.

472
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Finalmente hemos explorado el discurso de las mujeres desde su propio


punto de vista, sobre el sentido que atribuyen a su maternidad, la percepción del
dolor en el parto y las expectativas sobre su nueva situación. Estos análisis prestan
un especial interés a los significados que las mujeres atribuyen a su propia
experiencia como parturientas, la percepción del dolor de parto y las prácticas
sociales en torno a su maternidad, así como las discrepancias si existiesen.

2.2. Las entrevistas en profundidad

Como se muestra en la Tabla 1, la muestra final analizada es heterogénea en


función de la posición de los informantes respecto al fenómeno estudiado, pero, a su
vez, es homogénea respecto a una visión compartida, en sentido amplio, de las
personas participantes. Además, dado que, como se subraya desde las técnicas
cualitativas, los discursos los emiten sujetos que están situados en determinadas
posiciones sociales, conviene destacar que las mujeres que han tenido un parto,
incluidas en la muestra, tienen características sociodemográficas distintas (nivel de
estudios o situación laboral) y han tenido diferentes tipos de parto (parto en casa,
parto hospitalario, con anestesia epidural, sin anestesia epidural, con cesárea…), por
lo que han podido desarrollar de forma diferencial los discursos y los significados
que las madres atribuyen a su propia experiencia. Por su parte, los contenidos de las
entrevistas a las matronas han sido utilizados principalmente para tener un alcance
explicativo en los temas relacionados con el sistema sanitario obstétrico y el parto
en particular. Finalmente, las dos personas expertas en materia perinatal han sido
seleccionadas para tratar de dar respuesta a nuestro objetivo de tratar estos nuevos
discursos sociales en torno a la maternidad desde un enfoque holístico.

Tabla 1. Características de las entrevistas en profundidad realizadas

Código Persona Nivel de Situación Laboral Espacio y


entrevistada Estudios Ciudad
EP1 Matrona del SSPA Grado Ocupada, asalariada del Despacho en el
que atiende partos Universitario sector público Hospital
hospitalarios (Sevilla)

473
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

EP2 Filósofa que trabaja Grado Ocupada, asalariada del Cafetería


con temas Universitario sector privado (Alicante)
perinatales
EP3 Mujer que ha tenido Grado Ocupada, asalariada del Domicilio de la
el parto fuera del Universitario sector privado entrevistada
ámbito hospitalario (Sevilla)
EP4 Mujer que ha tenido Ciclo Desempleada, ha Cafetería
el parto fuera del Formativo trabajado antes (Sevilla)
ámbito hospitalario de Grado
Superior
EP5 Matrona que atiende Grado Ocupada, trabajadora Domicilio de la
partos fuera del Universitario por cuenta propia entrevistada
ámbito hospitalario (Sevilla)
EP6 Matrón del SSPA que Grado Ocupado, asalariado, Cafetería
atiende partos Universitario sector público (Granada)
hospitalarios
EP7 Matrona del SSPA Grado Ocupada, asalariada, Cafetería
que atiende partos Universitario sector público (Granada)
dentro y fuera del
ámbito hospitalario
EP8 Mujer que ha tenido Educación Desempleada, ha Domicilio de la
el parto en un Secundaria trabajado antes entrevistada
hospital de SSPA Obligatoria (Málaga)
EP9 Mujer que ha tenido Bachillerato Ocupada, trabajadora Cafetería
el parto en un por cuenta propia con (Málaga)
hospital privado asalariados/as
EP10 Jurista especialista Doctorado Ocupado, asalariado, Despacho en la
en igualdad de sector público Universidad
género (Córdoba)

Fuente: Elaboración propia.

2.3. Los grupos de discusión

Con la técnica del grupo de discusión pretendemos captar los discursos de las
propias mujeres sobre su rol de madre, pero no sólo como cuestión individual o
personal de las mujeres, sino sobre todo como un concepto o representación social

474
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

que condiciona las distintas formas colectivas como son vistas las madres. Además,
exploraremos la relación de estas concepciones de la mujer como madre con las
distintas concepciones del trabajo del parto y el papel del dolor en el mismo.

Es destacable que hemos planteado la realización de grupos de discusión en


un formato reducido (GDR) para algunos perfiles y para contextos concretos. Este
formato reducido del grupo de discusión, constituye la situación de investigación
idónea para la emergencia o expresión de las experiencias personales de las
participantes, así como para la confrontación o conversación en torno a ellas (Ruiz
Ruiz, 2012, 2014). El grupo de discusión reducido presenta en este sentido
principalmente dos ventajas sobre el grupo más numeroso: por un lado, supone un
menor peso o presión del grupo sobre las opiniones y posicionamientos de cada una
de las participantes, lo que propicia un espacio social más cómodo y una menor
tendencia a esgrimir el tópico social como cierre discursivo; por otro lado, el menor
número de participantes proporciona a cada una de ellas una mayor disposición de
tiempo para expresarse, lo que resulta muy positivo en cuestiones en las que las
participantes tienen un conocimiento o una experiencia amplia.

El tipo de grupo (canónico o reducido), el perfil de las mujeres que han


participado en cada uno de ellos, la localización y la fecha en las que los hemos
realizado los presentamos a continuación en la tabla 2.

Tabla 2. Características de los grupos de discusión realizados

Código Tipo de G.D Perfiles de las mujeres Población


GD1 Canónico de Mujeres de 25 años o más, con al menos un hijo Mairena del
8 mujeres menor de dos años Aljarafe (Sevilla)
GD2 Canónico de Mujeres menores de 25 años, con al menos un Armilla
8 mujeres hijo menor de dos años (Granada)
GD3 Mujeres con bajo nivel de estudios (estudios
Canónico de
secundarios obligatorios, ESO, como máximo) Écija (Sevilla)
8 mujeres
y con al menos un hijo menor de dos años
GD4 Mujeres con estudios secundarios no
Canónico de Puerto de Santa
obligatorios o estudios superiores, y con al
7 mujeres María (Cádiz)
menos un hijo menor de dos años.

475
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

GD5 Mujeres dedicadas a las labores domésticas no


Canónico de
remuneradas, y con al menos un hijo menor de Córdoba
8 mujeres
dos años
GD6 Mujeres que trabajan fuera el hogar o están en
Canónico de
búsqueda activa de empleo, y con al menos un Almería
8 mujeres
hijo menor de dos años
GDr1 Mujeres con bajo nivel de estudios (estudios
Reducido de secundarios obligatorios, ESO, como máximo) Écija (Sevilla)
4 mujeres y con al menos un hijo menor de dos años
GDr2 Mujeres con estudios secundarios no
Reducido de Rota
obligatorios o estudios superiores, y con al
4 mujeres (Cádiz)
menos un hijo menor de dos años.
GDr3 Mujeres de 25 años o más, con al menos un hijo
Reducido Huéscar
menor de dos años, residentes en una
de 4 mujeres (Granada)
localidad rural.
GDr4 Mujeres menores de 25 años, con al menos un
Reducido Béas
hijo menor de dos años, residentes en una
de 4 mujeres (Huelva)
localidad rural

Fuente: Elaboración propia.

3. Resultados

La información obtenida a través de las técnicas cualitativas ha sido analizada


para acercarnos a nuestro objeto de estudio desde una perspectiva estructural y no
distributiva, para tratar de comprender más que de medir. Para ello hemos decidido
explorar la información que se deriva de los discursos, expectativas y demandas que
tienen las mujeres sobre el parto, utilizando un análisis del contenido que ha
quedado registrada a tendiendo al tipo de violencia que han experimentado las
parturientas.

Se han recogido, por tanto, distintos tipos de violencia algunos que preceden
a la propia vivencia del parto de las mujeres, como son el periodo de embarazo que
precede a la experiencia objeto de estudio y otros que son de carácter transversal a
todo el proceso. Los tipos de violencia analizada se desarrollan a partir en dos

476
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

esferas sociocultural e institucional, donde a su vez puede ser violencia manifiesta y


latente. La violencia sociocultural ha sido entendida en este trabajo como
interiorizada y naturalizada a través de los valores de las parturientas y que son
difícilmente cuestionables. Si bien, la violencia institucional se desprende de una
estructura que no permite la satisfacción de las necesidades de las parturientas,
proporcionando una baja calidad de la atención o incluso un trato degradante. Esta
clasificación en dos tipos de violencia analizada en la información recogida en los
grupos de discusión y en las entrevistas en profundidad puede ser dividida a su vez
en violencia manifiesta, entendida como aquella que emana de un marco legitimador
que se concreta en actitudes que incluso se perciben, como cargadas de razón (o por
lo menos como no negativas) y violencia latente, considerada como aquella producto
de las consecuencias negativas de una realidad asumida que tienden a acrecentar
más aún la desigualdad social.

3.1. Violencia sociocultural manifiesta

Este tipo de violencia responde a una máxima encontrada en la mayoría de


las madres que participaron en este estudio: “Ser una BUENA MADRE”. Este
mandamiento compartido se desarrolla de forma manifiesta en torno a tres
procesos bien diferenciados dependiendo de la informante:

- Como esencia: Ser una buena madre es un proceso guiado y aprendido de


otras mujeres, pero sobre todo es condición femenina en el desempeño
de un papel de protectoras de la familia en este ámbito, con una
argumentación basada en el afecto y la dedicación, que, aunque requiere
un gran esfuerzo, se considera propio de su naturaleza, casi instintivo.

- Como fin: Intentar ser una buena madre es una meta difícilmente
alcanzable si bien se pueden apoyar bajo el tutelaje institucional. La
esfera privada se representa como dimensión esencial para contribuir al
bienestar social, donde ellas desempeñan un papel constante e
irremplazable que es fundamental para su familia y para la sociedad. El
rol de ellas como mujeres en esta esfera, requiere de un apoyo social que

477
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

lo legitime y las provea de elementos morales e instrumentales para el


ejercicio de su responsabilidad.

- Como medio: Todas somos buenas madres sólo necesitamos un espacio


compartido, que puede fomentar la realización personal, que no debe
estar bajo un modelo disciplinario basado en doctrinas externas a la
decisión de la mujer estandarizando su papel. Las principales tareas son
consideradas de naturaleza colectiva por las personas que forman el
hogar. Si bien, la maternidad es entendida como un espacio privilegiado
que se puede disfrutar en la forma y modo que ellas decidan, como
también considerar la posibilidad de renunciar en parte o totalmente a
ella.

3.2. Violencia sociocultural latente

La violencia sociocultural latente contra las mujeres que se ha encontrado,


hace referencia a prácticas sociales en torno a la maternidad, entendida como
responsable no solo de su proceso vital sino conservar cualquier tipo de estructura
familiar que sirva como vehículo perpetuador del sistema patriarcal. En la sociedad
actual, así como en la mayor parte de los precedentes, existe una separación de los
ámbitos públicos y privados si bien, encontramos distintas percepciones a la hora
de valorar estos ámbitos y cuál es el papel que desempeñan las mujeres en él:

- Soberana en la esfera privada: La maternidad es entendida como un


espacio de poder que se desarrolla casi exclusivamente en el hogar. En
este ámbito privado, las mujeres se representan como las dueñas de las
tareas, se consideran benefactoras de la estructura familiar ideal con un
sistema normativo basado principalmente en el lazo biológico madre-
bebe, que las hace sentirse relevantes. En el contexto privado se
consideran como las más adecuadas y capacitadas para tomar las
decisiones en el mismo. La condición femenina las determina para
despeñar un papel de protectoras de la familia en este ámbito, con una
argumentación basada en el afecto y la dedicación, que, aunque requiere
un gran esfuerzo, se considera propio de su naturaleza.

478
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

- Reconocida en la esfera pública y responsable de la privada: En los


discursos se desprenden las exigencias y dificultades de estar presente
tanto en la esfera pública como privada. En la mayoría de los casos, se
manifiesta la imposibilidad de tener tiempo para otras cuestiones más
personales, lo que les genera una serie de emociones como inquietud,
ansiedad, estrés y ahogo. La dificultad e incluso incompatibilidad para
poder estar presentes en las dos esferas; por una parte, los discursos
sobre su participación en la esfera pública, ponen en valor, una
revalorización de su papel como pieza clave para la obtención de ingresos
económicos para la familia, liberador en su desarrollo personal y por otra
parte, reivindicador de una desnaturalización de la esencia femeninas.

- Transformadora de la esfera pública: Este tipo de discursos pone en valor


la libertad de elección de patrón para desempeñar o no su papel en cada
una de las esferas. El sentido de este discurso concibe su papel como
conquistadora de nuevos espacios y además de retomar otras cuestiones
que, en su imaginario colectivo, empodera a la mujer en su capacidad de
decidir sin la influencia de las construcciones sociales mayoritarias.
Consideran que los patrones socialmente aceptados para el desarrollo de
su carrera profesional, se basan en consideraciones masculinizadas. Es
fundamental poder ejercer su profesión, pero no se tiene porqué adquirir
modelos de conducta propios de los que históricamente han tenido el
protagonismo en esta esfera, los hombres. Se desprende en estos
discursos el valor de la corresponsabilidad en las tareas tanto públicas
como privadas, si bien, se quiere ejercer el privilegio de la maternidad que
tiene la mujer por su naturaleza, utilizando alternativas como reducción
de la jornada laboral o la excedencia por cuidado a su hija o hijo.

3.3. Violencia institucional manifiesta

La violencia institucional manifiesta queda recogida fundamentalmente bajo


la premisa de la importancia de la seguridad de la mujer y el bebé durante todo el
trabajo de parto. Se ha buscado un modelo asistencial de parto biomédico que
pretende dar un servicio sanitario en el que se priorice esta premisa poniendo en

479
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

valor los beneficios de los avances tecnológicos que permiten la medicalización


sobre el control rutinario de los embarazos, un protocolo de actuación en la mayoría
de los partos y los posteriores cuidados puerperios. De esta máxima se desprenden
fundamentalmente tres ideas generalmente compartidas por la mayoría de las
mujeres que participaron en este estudio:

- Existe un determinado protocolo de actuación (norma vs profesionales):


Hay un discurso cada vez más generalizado desde distintos ámbitos
(administración, el gremio de profesionales sanitarios, distintas
asociaciones…) que insiste en la necesidad de repensar el modelo
convencional establecido para los partos hospitalarios. Una renovación
del modelo de atención al parto hospitalario principalmente con dos
objetivos: a) Eliminar una serie prácticas que se realizan per se y que no
siempre son necesarias durante el parto, y b) incorporar otras prácticas
alternativas a las ya conocidas, que se basen en las nuevas evidencias
científicas presentes.

- Las administraciones sanitarias han fomentado y regulando el uso de la


anestesia epidural en el trabajo de parto. La utilización de la anestesia
epidural es un derecho de la madre como una de las posibles técnicas de
reducción del dolor por medios anestésicos, si así es consentido por la
misma. Si bien este derecho se ha transformado en la técnica hegemónica,
llegando incluso, en Andalucía, ha convertirse su uso en un indicador que
ilustra la calidad de la prestación que se ofrece en este proceso, y así lo
señala la primera edición del documento sobre Proceso Asistencial
Integrado de Embarazo, Parto y Puerperio de la Consejería de Salud y
Bienestar Social de la Junta de Andalucía del año 2002.

- Existe la posibilidad de un Plan de Parto en Andalucía desde 2009, en el


que las mujeres pueden expresar los deseos de cómo le gustaría que se
desarrollara su parto, si bien siempre como se señala el propio
documento: …en caso de que surja alguna complicación, prevista o
inesperada, es muy probable que tenga que verse alterado para adaptarse
a los protocolos de actuación clínica en cada situación. De todo ello será

480
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

informada y se solicitará su consentimiento… Muchas de las mujeres


participantes en este estudio señalan que no sabían que existiera la
posibilidad de hacer este plan de parto, otras que incluso desde el
colectivo profesional sanitario le desaconsejaban crearse falsas
expectativas sobre cómo se iba a desarrollar su parto, e incluso algunas
que habían escrito su Plan de Parto, no fueron informadas de porqué no
se respetaban sus deseos sobre cómo los medios para desarrollar su
parto.

3.4. Violencia institucional latente

Este tipo de violencia se desprende fundamentalmente bajo la premisa de


que el sistema obstétrico da un servicio sistemático estandarizado para garantizar
unos mínimos garantes de seguridad en el servicio por lo que no puede adaptarse a
todas las demandas de sus usuarias. De esta premisa se han encontrado tres ideas
que en algunos casos se han solapado al analizar la argumentación de la experiencia
vivida de las mujeres sobre su parto que han sido objeto de estudio:

- Los discursos articulados proyectan un tipo de violencia latente al aceptar


situación de indefensión de las parturientas durante su parto en el
sistema sanitario. Generalmente se tiene una consideración de
desigualdad y subordinación en la relación de ellas como mujeres
protagonistas del parto y el personal sanitario que las atiende en los
hospitales. Que una mujer haya tenido una buena o mala experiencia en
su parto es una cuestión arbitraria, que tiene una relación directa con las
características particulares del personal que la haya atendido, es decir
con “la suerte” de dar con un personal con actitudes más cercanas a ellas
y no tanto en el ejercicio de su aptitud profesional.

- El sistema sanitario obstétrico debe generar confianza y que es


susceptiblemente mejorable, si bien ha conseguido resolver algunos de
los riesgos a los que se enfrentaban sus madres y abuelas. Por
consiguiente, es esencial el uso de las posibilidades científico-sanitarias
que los sistemas actuales ofrecen, donde el grupo de profesionales de los

481
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

servicios hospitalarios son considerados como expertos asumiendo


prácticas obstétricas que ellas consideran insatisfactorias a nivel
personal pero satisfactorias para otras.

- Las mujeres que quieren alejarse de los servicios estandarizados del


sistema hospitalario obstétrico se enfrentan a un coste en la justificación
del uso de otras posibilidades. Las mujeres se consideran formadas y
competentes para tomar decisiones por sí mismas si bien, en muchos
casos verbalizan sufrir juicios sobre sus decisiones, tanto desde su círculo
más cercano como desde la propia institución sanitaria.

4. Conclusiones

La investigación realizada para elaborar este trabajo, ha permitido llegar a


las siguientes conclusiones.

En primer lugar, es importante señalar que históricamente la condición de


ser mujer ha estado supeditada a la de ser madre, ocupando un papel subsidiario
como sujeto social y político. Así mismo, cómo afrontar el parto, tienen tanto un
componente biológico, como un componente social, donde no existe un relato único
sobre el parto, la maternidad y en general del papel de estas mujeres en la sociedad.

En segundo lugar, las argumentaciones y discursos analizados existen un


patrón interiorizado, pensado, sentido y expuesto que vislumbra que la mayoría de
las mujeres han sido víctimas de alguno de los tipos de las violencias analizadas.

Las principales demandas compartidas por las mujeres en relación a su


parto:

a) La exigencia de que el parto se desarrolle en un ambiente de tranquilidad,


que es un elemento clave para poder tener una mayor confianza en ellas mismas y
poder desarrollar como estimen oportuno este hecho singular en su vida.

482
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

b) Que se respeten los intereses y forma de entender el parto de cada mujer,


salvo que por motivos de fuerza mayor las personas que las atienden deban tomar
medidas excepcionales como salvaguarda de la vida de ellas y/o de sus bebés.

Aunque existen numerosos discursos, desde distintas esferas, sobre los


avances que se han producido en el trabajo de parto, continúa siendo un contexto
donde se manifiesta la violencia simbólica que se ejerce hacia las mujeres. Esta
violencia se manifiesta a través de 3 premisas fundamentales: 1) el parto se trata
como una patología, 2) representa un modelo jerarquizado proveniente del poder y
la autoridad patriarcal, y 3) no todas las victimas reconocen la violencia a la que han
estado sometida.

Por último, consideramos importante destacar en base a las conclusiones


alcanzadas al menos las siguientes recomendaciones encaminadas a la orientar el
diseño de políticas públicas:

a) El sistema sanitario debería atender y dar respuesta a las demandas de las


mujeres usuarias que son atendidas para el parto.

b) No debería generar falsas expectativa y ofrecer un plan de parto para que


las mujeres que van a acudir a un hospital del SSPA anoten sus deseos sobre cómo
quieren que se desarrolle su parto, si después, en la práctica, no lo pueden hacer en
la práctica.

c) Posibilitar que el plan de parto fuera más flexible y capaz de asumir las
principales demandas de las mujeres, que como hemos visto son diversas, así como
poner todos los recursos necesarios para que se cumpla, en la medida de lo posible.

d) La administración debe tomar medidas para formar y concienciar a todo


el colectivo sanitario, para que, en la medida de lo posible, los deseos, preferencias
y expectativas de las mujeres que van a dar a luz, se conviertan en realidades. Del
mismo modo fomentar la empatía de este colectivo con las necesidades, miedos,
angustias, deseos, alegrías…, de las mujeres que van a vivir un parto, ya que es en
este aspecto en el que todas coinciden, así como, en la mayor humanización del
proceso de parto.

483
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

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CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

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485
(Micro)violencias y pandemia COVID-19

Pilar Iglesias Aparicio


Universidad de Málaga
pilariglesiasaparicio@gmail.com

Resumen

En este trabajo, se utiliza el término (micro)violencias para referirnos a aquellas


actitudes y comportamientos, normalizados o naturalizados, que se dan en el ámbito
económico, político, cultural y social, los medios de comunicación y las propias
instituciones públicas, que constituyen formas solapadas, cotidianas e
invisibilizadas, de violencia contra las mujeres. Tales (micro)violencias expresan,
reproducen y refuerzan la profunda misoginia que sigue arraigada en la sociedad y
constituyen el sustrato para el desarrollo de formas más explícitas de violencia
física, psicológica, económica y sexual. El trabajo pretende visibilizar las
(micro)violencias que se están produciendo en este tiempo profundamente
marcado por la pandemia COVID 19 y sus consecuencias: falta de
corresponsabilidad en el ámbito de los cuidados; refuerzo de la división sexual del
trabajo; estereotipos de género en los medios de comunicación; falta de paridad en
los espacios de toma de decisiones; retrocesos en la atención a la salud sexual y
reproductiva; incremento de violencia y prácticas tradicionales de violación de los
derechos de las mujeres, etc.

Palabras clave

Microviolencias, pandemia COVID-19, impacto pandemia en las mujeres,


corresponsabilidad, sistema de cuidados.

486
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

1. Introducción

Desde una perspectiva feminista, se aborda el análisis de algunas de las


situaciones que se están produciendo durante la pandemia COVID-19, a fin de
visibilizar en qué medida constituyen (micro)violencias que deberían ser corregidas
para evitar el aumento de la desigualdad entre mujeres y hombres y de las
situaciones de discriminación y violencia contra las mujeres.

En primer lugar se clarifica el concepto de (micro)violencia, basado en el de


micromachismos acuñado por Luis Bonino. Nos centramos a continuación en el
contexto creado por la pandemia COVID-19, y las amplias recomendaciones
realizadas por diferentes organismos internacionales sobre el posible mayor
impacto negativo sobre las mujeres y las medidas que deberían tomar los estados
para evitarlos, para proceder finalmente a analizar algunas de las situaciones de
(micro)violencia que se están produciendo en este contexto, fundamentalmente en
España, con referencias al marco internacional.

Se utilizan diferentes fuentes, incluidas declaraciones e informes de


organismos internacionales y estatales, artículos y estudios, citados en el trabajo.

2. Micromachismos y (micro)violencias

Utilizamos habitualmente el término “micromachismos”, acuñado por Luis


Bonino, como conductas sutiles y cotidianas que constituyen estrategias de control,
atentan contra la autonomía personal de las mujeres y suelen ser invisibles o,
incluso, estar perfectamente legitimadas por el entorno social, «actitudes de
dominación “suave” o de “bajísima intensidad”, formas y modos larvados y negados
de abuso e imposición en la vida cotidiana» (Bonino, L. 2004), ejercidas por los
varones sobre las mujeres no solo en el ámbito de la pareja, sino también en el social
y laboral.

Partiendo de este concepto, en este trabajo se utiliza el término


(micro)violencia, para referirnos a aquellas actitudes y comportamientos
normalizados e invisibilizados, que se dan en el ámbito público, incluidos los medios

487
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

de comunicación y las propias instituciones públicas, que expresan, reproducen y


refuerzan la profunda misoginia que sigue arraigada en la sociedad patriarcal. Estas
formas “sutiles” de violencia cotidiana contra las mujeres constituyen el sustrato
para el desarrollo de formas más explícitas de violencia física, psicológica,
económica y sexual. Podemos clasificarlas de la siguiente forma:

1. Invisibilización de las mujeres y de las situaciones que las afectan, incluida la


invisibilización mediante el uso sexista del lenguaje.
2. Negación explícita de la existencia de la explotación, discriminación y
violencia contra las mujeres.
3. Minusvaloración o minimización de las cuestiones que afectan a las mujeres.
4. Normalización, naturalización y justificación de las discriminaciones y
violencias contra las mujeres.
5. Culpabilización de las mujeres por las propias situaciones de explotación,
discriminación y violencia sufridas, produciendo una doble victimización.
6. Aplicación de un enfoque supuestamente “neutro”, que tiene como resultado
ignorar las desigualdades reales existentes.
7. Consideración de los temas relativos a las mujeres como problemas
particulares o sectoriales, no de interés general para toda la sociedad.
8. Postergación de las medidas en defensa de los derechos de las mujeres y su
consecuente financiación a cualquier otro interés social, más aún en
situaciones de crisis financieras y/o sanitarias.
9. Que el marco jurídico internacional, estatal, regional y local, carezca de
suficiente incidencia en la estructura, política, económica y legislativa de
cada país, haciendo que sea inexistente o débil la transversalidad de género.
10. Presencia de una permanente misoginia hacia las mujeres y el pensamiento
y movimiento feminista, que permea toda la sociedad, expresada en
ocasiones de forma explícita y violenta, y, de manera cotidiana, de forma más
sutil y normalizada.

488
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

3. Contexto actual: la pandemia COVID-19

Vivimos un tiempo marcado por la pandemia COVID-19, que ha visibilizado y


aumentado las desigualdades, injusticias y falta de derechos previos a la misma,
incluida la desigualdad entre mujeres y hombres. Al mismo tiempo, es preciso
resaltar que ésta es la primera situación de crisis sanitaria en que, desde su inicio,
diferentes organismos internacionales han emitido declaraciones advirtiendo sobre
los riesgos de grave impacto negativo para las mujeres, basándose en la experiencia
ampliamente documentada de crisis sanitarias anteriores, y han formulado
recomendaciones a los estados sobre las medidas preventivas a tomar. Destacamos,
entre otras, la Declaración de ONU Mujeres: Atender las necesidades y el liderazgo de
las mujeres fortalecerá la respuesta ante el COVID-19, de 9 de marzo; la Declaración
del Comité de Expertas de la Convención de Belém do Pará de 18 de marzo; el
Informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA): COVID-19. A
gender lens, emitido en marzo; la Declaración conjunta de los diez Órganos de
Convenios de Naciones Unida de 24 de marzo; el Informe de la OEA y la Comisión
Interamericana de Mujeres: COVID-19 en la vida de las mujeres Razones para
reconocer los impactos diferenciados; el Informe de la OCDE: Women at the Core of
the Fight against COVID 19 crisis, de 1 de abril; la Declaración de Phumzile Mlambo-
Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres: Violencia contra las mujeres: la
pandemia en la sombra, de 6 de abril; el Informe de Naciones Unidas: El impacto del
COVID-19 en las mujeres, de esa misma fecha; las Orientaciones del Comité de
Derechos Humanos de Naciones Unidas, sobre el impacto de la pandemia en la
igualdad de género de 15 de abril; la Respuesta de la OEA (Organización de Estados
Americanos) a la pandemia de COVID-19, de 16 de abril; la Declaración del Comité
del Convenio de Estambul de 20 de abril; el llamado a la acción conjunta del Comité
CEDAW, de 21 de abril; la Declaración del Grupo de Trabajo de la ONU sobre
discriminación contra las mujeres y las niñas: Las respuestas a la pandemia COVID-
19 no deben olvidar a las mujeres y las niñas; las Orientaciones y llamamiento a los
Estados del Comité CEDAW en relación con la pandemia COVID-19, del mes de mayo;
el Comunicado de 60 países sobre la necesidad de Proteger la salud y los derechos
sexuales y reproductivos y promover una respuesta que tenga en cuenta el género en
la crisis del COVID-19, de 6 de mayo; el Informe de la Organización Mundial de la

489
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Salud: El género y la COVID-19, de 14 de mayo; la Respuesta integral de Naciones


Unidas a la COVID-19: salvar vidas, proteger a las sociedades, recuperarse mejor, del
mes de junio; la Resolución 2532 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, de
1 de julio; la Declaración conjunta de la EDAW (Plataforma de Expertos
independientes de los Mecanismos sobre Violencia contra las Mujeres de Naciones
Unidas), relativa al aumento de la discriminación y la violencia contra las mujeres
en la pandemia, de 14 de julio; la Declaración de la Directora Ejecutiva de ONU
Mujeres y la Comisaria Europea de Igualdad: How can COVID bring gender justice, de
23 de julio; o los Informes del EIGE (Instituto Europeo de Igualdad de Género).
Asimismo numerosas ONGs, tales como CARE (Cooperative for American Remittances
to Europe), e Intermón OXFAM, y organizaciones feministas (entre otras: el Llamado
de la Alianza por los Derechos de las Mujeres del mes de marzo, los Informes del Lobby
Europeo de Mujeres, y en España, las propuestas a la Comisión de Reconstrucción de las
Plataformas Impacto de Género Ya y 7N), al igual que pensadoras y economistas
feministas, han advertido de los riesgos que la pandemia podía suponer para los
derechos de las mujeres y han formulado propuestas para prevenirlos. Entre ellas:
la recogida de datos desagregados por sexo, la incorporación de las mujeres a los
ámbitos de toma de decisiones, la atención a la salud sexual y reproductiva de las
mujeres y la toma de medidas para prevenir el aumento de la violencia, la
precarización laboral y empobrecimiento de las mujeres, insistiendo en la necesidad
de la perspectiva de género para una respuesta justa, eficiente y sostenible.

4. (Micro)violencias observadas en relación con la pandemia COVID-19

4.1. Misoginia hacia el movimiento feminista

Se ha intentado desacreditar al potente movimiento feminista de España,


atribuyendo a las manifestaciones del 8M la difusión de la pandemia, ignorando el
impacto de otros muchos factores.

490
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

4.2. Invisibilización de las mujeres

Pese a las indicaciones de ONU Mujeres, de 9 de marzo, sobre la importancia


de proporcionar datos desagregados por sexo, a mediados de julio sólo se habían
desagregado el 37% de los casos. La información gira principalmente en torno a
datos médicos no desagregados por sexo, salvo las referencias al comienzo de la
pandemia a la mayor mortalidad masculina1, sin que se proporcionen datos
desagregados sobre otras consecuencias de la pandemia como precarización
laboral, pérdida de empleo, etc. Ni siquiera el Informe JUVENTUD EN RIESGO:
análisis de las consecuencias socioeconómicas de la COVID-19 sobre la población joven
en España, del Instituto de la Juventud de España (INUVE) y el Consejo de la Juventud
de España (CJE), ofrece datos desagregados por sexo, lo que no permite conocer el
impacto real diferenciado sobre mujeres y hombres jóvenes. Es escasa o nula la
información sobre el impacto de la pandemia en la salud sexual y reproductiva de
las mujeres, o el gravísimo aumento de femicidios y violencia sexual en otros países.
Tampoco se proporciona información sobre las recomendaciones de los organismos
internacionales, incluidas las de los comités de los convenios que obligan al estado
español, como el caso de CEDAW. Sin embargo, el documento del Ministerio de
Igualdad, La perspectiva de género, esencial en la respuesta a la COVID 19, de 14 de
mayo, sí ofrece datos desagregados por sexo referentes al personal sanitario y el
impacto sobre diferentes sectores profesionales, así como recomendaciones sobre
la necesidad del enfoque de género en todas las respuestas a la pandemia.

Pese al marco jurídico de igualdad vigente en España y las propuestas del


Ministerio de Igualdad, falta la debida transversalidad de género en las respuestas a
la pandemia, algo que sucede asimismo a nivel mundial. Sí se han tomado medidas
específicas tales como el Plan de Contingencia contra las violencias de género ante la
crisis del COVID-19, del Ministerio de Igualdad, con medidas en el ámbito de la
pareja/expareja y en relación a otras formas de violencia de género, de 17 de marzo,

1 En menores de 85 años, prevalece la mortalidad masculina: 53%. En mayores de 85


años, prevalece la mortalidad femenina: 63%.

491
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

y una segunda fase de medidas en el ámbito de la trata y explotación sexual y para


mujeres en contexto de prostitución, de 21 de abril. La concesión de derecho al
subsidio extraordinario por falta de actividad para las personas integradas en el
Sistema Especial de Empleados de Hogar del Régimen General de la Seguridad
Social, artículos 30 al 33, del Real Decreto-ley 11/2020, de 31 de marzo, por el que
se adoptan medidas urgentes complementarias en el ámbito social y económico para
hacer frente al COVID-19, afecta mayoritariamente a las mujeres por tratarse de una
actividad altamente feminizada.

Durante el encuentro virtual ¿Cómo se vería la crisis del Covid-19 si la CEDAW


se hubiese implementado?, de 31 de julio, organizado por el Instituto de Educación
de Derechos Humanos de las Mujeres y Alianza por los Derechos de las Mujeres,
prestigiosas feministas internacionales expertas en DDHH de las mujeres, como la
jurista Alda Facio o Gladys Acosta Vargas, Vicepresidenta del Comité CEDAW,
manifestaron que si se hubiera aplicado debidamente el Convenio antes de la
pandemia en los diferentes países, se habría reducido considerablemente todo tipo
de discriminación, evitando las situaciones de profunda desigualdad existentes, que
se han visto agravadas por la pandemia. Además, los estados habrían incorporado
la participación de las mujeres, teniendo en cuenta su realidad diversa, y habrían
sido capaces de llegar a articulaciones internacionales para la toma de decisiones,
facilitando una más eficiente y completa respuesta a la pandemia.

4.3. Uso sexista y estereotipado del lenguaje

En contradicción con la amplia evidencia sobre la importancia del uso no


sexista del lenguaje, se está utilizando de manera excesiva y no justificada el
masculino genérico. Destaca el repetido uso de “médico/s” y “enfermera/s” para
mencionar al personal sanitario. Se utiliza “médico” y “científico”, incluso para
referirse a una mujer concreta. Sin embargo, sí se utiliza el término “enfermero” para
referirse a un hombre. El estereotipo está tan profundamente anclado que se repite
en diferentes medios de comunicación, con escasísimas excepciones, sin conciencia
del error gramatical que implica, incluso en el uso de un término que ha sido
explícitamente aceptado por la RAE. Esto no puede justificarse por la supuesta

492
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

masculinización de la profesión médica, dado que ya en 2017, ya había un 50% de


mujeres médicas colegidas y un 57,4% como residentes, según datos de la
Organización Médica Colegial de España, y actualmente un 51% según datos del
Ministerio de Igualdad2. Tampoco se observa debidamente el uso no sexista del
lenguaje en los Reales Decretos de medidas relacionadas con la pandemia.
Asimismo, se observa la utilización por autoridades y medios de comunicación,
sobre todo en las primeras semanas de la pandemia, de una terminología belicista,
poco propicia para fomentar la puesta del sostenimiento de la vida en el centro de
la política y la economía.

4.4. Falta de paridad

Falta paridad en el número de profesionales en epidemiología, virología,


biología, etc., que participan como personas expertas en programas de televisión
que se suponen de información rigurosa y debate crítico (por ejemplo: Al Rojo Vivo,
La Sexta noche). Las voces y rostros del conocimiento científico-médico ante la
ciudadanía continúan siendo así mayoritariamente masculinos. Asimismo falta
paridad en los espacios de liderazgo y toma de decisiones. Aunque las mujeres son
más del 70% de la fuerza de trabajo en el ámbito sanitario, tan solo ocupan el 25%
de posiciones de liderazgo. A nivel mundial, según el Informe de ONU Mujeres sobre
Igualdad de Género. A veinticinco años de Beijing: los derechos de las mujeres bajo la
lupa, de 2020, los hombres ocupan el 75% de los escaños parlamentarios, ostentan
el 73% de los puestos directivos y son el 70% de quienes negocian en temas
climáticos y conforman casi el total de los negociadores en asuntos de paz.

2 Porcentaje de mujeres: Medicina, 51%; Enfermería, 84%; Farmacia, 72%; Psicología,


82%. Trabajadoras en residencias de personas ancianas: 84%, sin especificar categoría
laboral. No aparecen datos sobre limpiadoras en centros sanitarios, ni se especifica si
Enfermería abarca a Auxiliares de Enfermería.

493
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

4.5. Precariedad del sistema de cuidados. Desvalorización y normalización


de la sobrecarga del trabajo de cuidados sobre las mujeres

La pandemia evidencia la precariedad del sistema de cuidados, que sigue


reposando sobre el trabajo no remunerado de las mujeres, en el ámbito privado, y
sobre trabajadoras deficientemente remuneradas, en condiciones laborales
precarias. Según datos del INE de 2016, las mujeres dedican el doble de horas
semanales que los hombres a las tareas de cuidados de hijos e hijas menores y
labores domésticas (68 y 34 respectivamente). En ningún país del mundo hay un
reparto paritario de tareas. Según informe de la OIT de 2018, 606 millones de
mujeres manifestaban no poder conseguir un empleo remunerado por su dedicación
a las tareas domésticas y de cuidado no remuneradas, en relación con 41 millones
de hombres. Esta sobrecarga se ha visto agravada por las situaciones derivadas de
la pandemia, como cierre de escuelas, cuarentenas, etc. Según la investigación
realizada por las profesoras Libertad González y Lidia Farré 3, durante el
confinamiento, las mujeres en España continuaron siendo las principales
responsables de las tareas de limpieza y cuidados, siendo la compra y actividades
permitidas en el exterior las únicas asumidas mayoritariamente por los hombres.
Sorprendentemente, pese a lo previsible de esta situación, no se realizaron
campañas institucionales para promover la corresponsabilidad.

Por otro lado, son las actividades de “primera línea”, indispensables para el
sostenimiento de la vida y altamente feminizadas, frecuentemente mal remuneradas
y con condiciones laborales precarias, las que presentan mayor dificultad o total
imposibilidad de ser realizadas a distancia (Adams-Prassl, A. et al., 2020). Esta
desigualdad de género en las tareas de cuidados, tanto en el ámbito privado como
en el profesional se traduce en un mayor riesgo de las mujeres al contagio, en la
actual situación epidémica (García Calvente, M.M. et al, 2020).

3 Información sobre el estudio en; https://www.upf.edu/es/inicio/-


/asset_publisher/1fBlrmbP2HNv/content/id/234794540/maximized#.X3j73VJxfIV

494
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

La sobrecarga de tareas de cuidados y el riesgo de precarización derivada de


la pandemia es aún mayor en las familias mono(p)marentales, lo que afecta
especialmente a las mujeres, ya que “en todos los países del mundo, las mujeres
tienen más posibilidades de ser progenitoras únicas, lo que significa que sus hogares
dependen de una sola fuente de ingresos” (Cohen, J. y Rodgers, Y. 2020). En España,
las familias monomarentales ascienden a 1.530.000, (82% del total de familia
monom(p)arentales). Según nota de prensa de la Coordinadora de la Red Estatal de
Familias Monomarentales, FAMS, de 15 de mayo de 2020: “48% de las familias
monoparentales encabezadas por mujeres dicen necesitar ayudas para hacer frente
a la situación sobrevenida por la epidemia y el 27% reconoce que no puede costear
los gastos de alimentación”.

4.6. Aumento de la precarización laboral

La pandemia incrementa la ya alta precarización laboral de las mujeres, con


el riesgo de que se produzca un retroceso con respecto a algunos avances logrados
en los últimos decenios, y aumente la brecha de género en el mercado laboral.
(Informe del Observatorio de la OIT de 30 de junio de 2020). Según el Informe de la
OIT, World Employment and Social Outllook, de 2018, 82% de las mujeres en los
países en vías de desarrollo ocupaban formas vulnerables de empleo en 2017, en
comparación con el 72% de los hombres. Muchas mujeres, en España y en el mundo,
desempeñan trabajos “informales”, desde venta ambulante a tareas de limpieza y
cuidado. El Informe de Intermón Oxfam Elijamos dignidad, no indigencia, de abril de
2020, señala que «las mujeres tienen muchas más probabilidades de trabajar en el
sector informal, así como de no disfrutar de ninguno de los derechos laborales que
les corresponden. En los países más pobres, el 92% de las trabajadoras tiene
empleos informales». Siete de cada diez personas que reciben salarios mínimos
interprofesionales en España son mujeres, y casi la mitad (46,27%) de los contratos
firmados por mujeres en 2019 fueron contratos parciales. A diferencia de crisis
anteriores, el empleo femenino corre un mayor riesgo que el masculino, en
particular como consecuencia de los efectos de la recesión en el sector de los
servicios. Según el informe de Intermón Oxfam, en Kenia, ante la bajada en el

495
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

consumo en Europa, se ha producido ya el despido de 30.000 trabajadoras


temporales de la producción de flores y en Camboya y Myanmar, miles de
trabajadoras del sector de la confección están perdiendo sus empleos. De acuerdo
con el Informe de ONU Mujeres sobre impacto económico de la pandemia, los efectos
negativos de las crisis sobre las mujeres son más duraderos que sobre los varones.

En España, la pérdida de empleo afecta seriamente a las trabajadoras de


hogar4, agravándose en el caso de las trabajadoras migrantes cuya pérdida de
contrato significa la no renovación del permiso de residencia, las trabajadoras
migrantes en situación irregular y las trabajadoras del hogar sin contrato,
aproximadamente el 30% del total (cerca de 200.000), que no han podido acogerse
al subsidio temporal establecido en el artículo 30 del Real Decreto 11/2020. Otro
sector feminizado afectado es el de autónomas del sector servicios y propietarias de
pequeños negocios, ámbitos sensibles a la crisis económica derivada de la pandemia.

El teletrabajo no puede ser “neutro” a las desigualdades de reparto de tareas


pre-existentes, salvo riesgo de aumentarlas. El Real Decreto 28/20, de trabajo a
distancia, reconoce el derecho a la conciliación de la vida familiar y laboral a través
del uso de las formas flexibles de trabajo y el mayor impacto negativo en el sector
servicios en que mujeres y menores de treinta y cinco años están
sobrerrepresentados, alcanzado porcentajes que superan el cuarenta por cierto.
Pero no hace referencia a que el teletrabajo en el caso de las mujeres ha supuesto y
puede suponer una doble carga, al tener que compaginarlo con la atención a
menores o personas dependientes en el hogar ni prevé medidas para evitarlo.

4.7. Impacto negativo en la salud y los derecho sexuales y reproductivos de


las mujeres

En primer lugar, el incremento de sobrecarga emocional y trabajo de


cuidados para las mujeres tiene efectos negativos sobre su salud: mayor stress,

4 Recordemos que España todavía no ha ratificado el Convenio 189 de la OIT.

496
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

fatiga, doble, triple y cuádruple jornada. A ello se une el mayor riesgo de contagio,
por ser mayoría en las tareas de cuidado directo de personas. Según Informe del
Instituto Carlos III de 29 de mayo, el 76,5% del personal sanitario contagiado por
COVID-19 hasta el 11 de mayo son mujeres, al igual que sucede en otros países como
Alemania, Italia o Reino Unido.

La experiencia de crisis sanitarias anteriores evidencia los retrocesos en


salud y derechos de las mujeres que se producen como consecuencia de las mismas.
Con frecuencia los primeros presupuestos que se reducen son los relacionados con
la atención a mujeres e infancia (CARE, 2020). En Sierra Leona, uno de los países
más afectados por Ébola, entre 2013 y 2016 murieron más mujeres por
complicaciones obstétricas que por ébola. Asimismo existe el riesgo de aumento de
matrimonios infantiles y embarazos de adolescentes que pueden afectar
gravemente a su educación, y de mutilación genital femenina. La situación de
pandemia y la consecuente precarización contribuyen a un riesgo importante de
aumento de la explotación sexual y reproductiva de las mujeres a través de la
pornografía, la prostitución y la maternidad subrogada. Según el Informe de ONU
Mujeres y PNUD de septiembre de 2020, el desvío de personal y recursos está
afectando a la salud obstétrica en muchos países. Por ejemplo, en Azerbaiyán y
Turquía, 60% de mujeres embarazadas han tenido dificultades para acceder a la
atención obstétrica y ginecológica como resultado de la pandemia. En España, se ha
denunciado asimismo un aumento de la violencia obstétrica, y casos de mujeres
migrantes en situación administrativa irregular que están encontrando serias
dificultades para acceder a la interrupción voluntaria del embarazo. Además, según
el último estudio epidemiológico de la OPS, de 18 de septiembre, la pandemia está
afectando gravemente a mujeres embarazadas en el continente americano: 60.458
casos confirmados de COVID-19, de los cuales 458 con resultado de muerte.

4.8. La violencia silenciosa

El llamamiento de la Plataforma de Mecanismos Expertos Independientes


sobre Discriminación y Violencia contra las Mujeres (EDVAW) de julio de 2020, hace
referencia al aumento de femicidios y violencia sexual en diferentes países: 100%
en el Reino Unido, 33% en Singapur, 30% en Chipre y Francia y 25% en Argentina.

497
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En España, los femicidios entre marzo y septiembre de 2020, han disminuido en


relación con el mismo periodo de 2019, 20 versus 32. Sin embargo han aumentado
considerablemente las llamadas al 0165, y las llamadas on line, que crecieron en un
450% en relación al mismo periodo del 2019. En cuanto al novedoso servicio de
WhatsApp de apoyo emocional y psicológico a las víctimas, la Delegada del Gobierno
para la Violencia de Género comunicó el 4 de junio que se recibieron desde el 21 de
marzo a 31 de mayo, 2.038 llamadas, lo que revela un incremento de la utilización
de “medios silenciosos”. Ello evidencia asimismo el aumento de “violencia
silenciosa”: psicológica, de control, económica y sexual, así como la percepción del
riesgo y la dificultad de las víctimas para pedir ayuda encontrándose confinadas con
sus maltratadores (Peramato Martín, Teresa, 2020). En esa misma intervención la
Delegada hizo referencia al incremento, no cuantificado, de violencia en redes
sociales. A ello se une el riesgo de manipulación y de instrumentalización de los hijos
e hijas, mediante llamadas, mensajes, etc. y la violencia directa ejercida por los
maltratadores sobre hijas e hijos como forma de presión sobre la mujer.

Aumento del riesgo y falta de posibilidad de pedir ayuda y tomar decisiones


para salir del ciclo de la violencia basadas en situaciones derivadas de la pandemia
tales como aumento de la precarización económica; falta de atención presencial y
supresión de actividades presenciales en los servicios especializados; reducción o
dificultad de acceso a la atención primaria; así como la anulación o reducción de
actividades extraescolares sobre promoción de la igualdad, educación afectivo-
sexual y prevención de violencia de género.

4.9. La invisibilidad de las más vulnerables

Pobreza y precarización. Según el Informe de ONU Mujeres y PNUD, el


número de mujeres y niñas bajo el umbral de la pobreza en todo el mundo
aumentará en 47 millones llevando el total a 435 millones en 2021. Esto representa
118 millones de mujeres en situación de pobreza por cada 100 hombres en 2021, lo

5 61% en abril, 41% en mayo, 39,2% en junio, y 26,9% en julio, respecto a meses
anteriores.

498
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

que podría ascender a 121 por cada 100 en 2030, siendo África subsahariana y Asia
del Sur las zonas más afectadas. Como advierte el Comité CEDAW en su llamado a la
acción de 21 de abril «dadas las pre-existentes desigualdades de género, las
discriminaciones profundamente enraizadas y la feminización de la pobreza, las
múltiples consecuencias de la presente crisis han impactado más a las mujeres que
a los varones, poniendo al mismo tiempo mayores responsabilidades sobre sus
hombros». Especialmente grave es la situación de las mujeres en zonas de conflicto
y campos de personas refugiadas.

En España, es necesario tener en cuenta la mayor vulnerabilidad de las


mujeres migrantes, sobre todo aquellas en situación administrativa irregular; las
mujeres en familias monomarentales; las mujeres mayores, las mujeres con
discapacidad y las mujeres en situación de prostitución y trata. Como recuerda
Peramato Martín:

El estado de alarma y el confinamiento que fue acordado en la práctica


totalidad de los Estados afectados por el COVID-19, también ha afectado a la
devolución de víctimas de la trata a sus países de origen, lo que puede haber
generado no solo el retraso sino también su precipitación poniendo en grave riesgo
la salud y protección de estas víctimas en los países de retorno.

Es preciso mencionar, por último, la dificultad añadida que representa la


brecha digital de género (falta de habilidades para llevar a cabo tareas
imprescindibles para la vida cotidiana, que las mujeres venían realizando de forma
presencial, incluida la solicitud de beneficios sociales; falta de acceso a internet y
falta de hardware adecuado), incrementada por factores socioeconómicos, de edad,
lugar de residencia, etc.

5. Conclusiones

Se están produciendo diferentes (micro) violencias contra las mujeres en el


contexto de la pandemia COVID-19 y las consecuencias derivadas de la misma. La
pandemia ha evidenciado la necesidad de un sistema de cuidados sólido, que
implique la corresponsabilidad de hombres y mujeres en el ámbito privado, y la del

499
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

estado mediante servicios públicos suficientes y de calidad para la atención a las


distintas necesidades de cuidado, como recomiendan las economistas feministas y
el Informe 16 de ONU Mujeres sobre Covid-19 y economía del cuidado:

Se requieren medidas dirigidas a atender el aumento del trabajo de cuidados


no remunerado como resultado de la pandemia; asegurar una compensación
adecuada y condiciones de trabajo dignas para las trabajadoras en el área de los
cuidados, y facilitar la participación de cuidadoras remuneradas y no remuneradas
en la toma de decisiones que las afecten.

Los estados tienen la obligación de incorporar las orientaciones propuestas


por organismos internacionales, ONGs. y plataformas feministas, teniendo en cuenta
las desigualdades y brechas pre-existentes; y tomar medidas a corto, medio y largo
plazo que corrijan las desigualdades y coloquen los cuidados de la vida como eje
central de la reorganización ecosocial para configurar un sistema público de
provisión de bienestar, reforzar la cobertura del sistema de cuidados y atención a la
dependencia, con empleo público y abriendo espacio comunitario desde el que
compartir la responsabilidad social de las actividades esenciales para el
sostenimiento de la vida (Castro, C., 2020).

Referencias

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impact of COVID-19 on workers. VOX EU CEPR, 8 de abril 2020. Accesible en:
https://voxeu.org/article/large-and-unequal-impact-covid-19-workers.

Bonino, L. (2004). Los micromachismos. Revista La Cibeles, 2. Accesible en:


https://www.mpdl.org/sites/default/files/micromachismos.pdf.

CARE (2020). Gender implications of COVID-19 outbreaks in development and


humanitarian settings. Accesible en: https://care.org/news-and-stories/press-
releases/covid-19s-gender-implications-examined-in-policy-brief-from-care/.

Castro, C. (2020). Sostener la vida en condiciones dignas. Alternativas Económicas.


80, mayo 2020.

500
CAPÍTULO 6. VIOLENCIA DE GéNERO VS. VIOLENCIA SIMBóLICA

Cohen, J. y Rodgers, Y. (2020). A Feminist Perspective on COVID-19 and the Value of


Care Work Globally. Gender Work Organisation, 27 (5), 1-5. Accesible en:
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/gwao.12459.

Comité CEDAW (2020). Call for joint action in the times of the COVID-19 pandemic.

García Calvente, M.M, del Río Lozano, M. y Maroto Navarro, G. (2020). Género,
cuidados y coronavirus: antes, durante y después de la pandemia. Comprender el
COVID desde una perspectiva de salud pública. Agencia Andaluza de Salud Pública,
8. Accesible en: https://www.easp.es/web/coronavirusysaludpublica/genero-
cuidados-y-coronavirus-antes-durante-y-despues-de-la-pandemia/.

Intermón Oxfam (2020). Elijamos dignidad, no indigencia.

ONU Mujeres (2020). Atender las necesidades y el liderazgo de las mujeres fortalecerá
la respuesta ante el COVID-19. (2020). Igualdad de Género. A veinticinco años de
Beijing: los derechos de las mujeres bajo la lupa. (2020). Policy Brief n.15. Addressing
the economic fallout of COVID-19: pathways and policy options for a gender-
responsive recovery. ONU Mujeres y PNUD (2020). From insights to actions.

Organización Internacional del Trabajo (2018). World Employment and Social


Outllook.

Plataforma de Mecanismos Expertos Independientes sobre Discriminación y


Violencia contra las Mujeres (EDVAW) (2020). COVID-19 and increase in gender
based violence and discrimination against women.

Peramato Martín, T. (2020). La situación de las víctimas de violencia de género


durante el confinamiento. Respuestas y reflexiones. Revista de Jurisprudencia, julio
2020. Accesible en: Elderecho.com, 27/08/2020: https://elderecho.com/la-
situacion-de-las-victimas-de-violencia-de-genero-durante-el-confinamiento-
respuestas-y-reflexiones

501
CAPÍTULO 7
De relaciones
y afectos
Dependencia emocional y autoestima en adultos jóvenes
universitarios

Estrella Fátima Rueda Aguilar


Universidad de Sevilla
erueda@us.es

Resumen

Este estudio plantea como objetivo comprobar las relaciones entre la dependencia
y la autoestima en adultos jóvenes tal y como se refleja en la bibliografía revisada
que pone de manifiesto una relación bien definida entre estas dos variables, así
como las diferencias existentes en función del género y de tener pareja o no.
Mediante un muestreo de conveniencia se seleccionaron a 164 adultos jóvenes
estudiantes de la Universidad de Sevilla con edades comprendidas entre los 18 y 27
años (Media=19,5; Sx=2,1) a los que se le aplicaron dos cuestionarios: Spouse-
Specific Dependency Scale (SSDS) de Rathus y O´Leary (1997) en su versión
española compuesta por tres escalas: Dependencia exclusiva, Dependencia
emocional y Apego ansioso; y Escala de Autoestima de Rosenberg (1965). De
acuerdo con los resultados obtenidos, se ponen de manifiesto niveles normales en
dependencia y medio alto en autoestima, más concretamente niveles bajos de
dependencia exclusiva, y niveles medios de dependencia emocional y apego ansioso.
Asimismo, se evidenciaron asociaciones negativas estadísticamente significativas
entre autoestima y el apego ansioso. y entre dependencia total y autoestima.
Además, se hallaron diferencias estadísticamente significativas en apego ansioso en
función del nivel de autoestima, y en autoestima en función del nivel de
dependencia. No se encontraron ninguna diferencia estadísticamente significativa
en función del género y si se encontraron en función de tener o no pareja en

505
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

dependencia exclusiva y en dependencia emocional. Para finalizar se indican las


implicaciones de estos resultados a nivel de intervención y prevención.

Palabras claves

Dependencia emocional, Autoestima, Género, Adultos jóvenes, Relaciones


Interpersonales.

1. Introducción

De forma general, la dependencia en las relaciones interpersonales se puede


definir como una forma característica con la que una persona se relaciona con los
demás que incluiría pensamientos, creencias, sentimientos y comportamientos que
giran alrededor de la necesidad de interactuar y confiar en la valoración de otras
personas (Hirschfeld, Klerman, Chodoff, Korchin y Barrett, 1976). Es por ello por lo
que la dependencia hacia otra persona incluiría una marcada necesidad de
protección y apoyo, incluso en situaciones en las que la persona es capaz de
funcionar de manera autónoma y superar desafíos por sí misma (Bornstein, 1993).

Según Castelló (2000) y Rodríguez de Medina (2013), la dependencia


emocional es un patrón persistente de necesidades emocionales insatisfechas que
se intenta cubrir desadaptativamente con otras personas y que pueden favorecer el
desarrollo de sintomatología psicológica disfuncional. De esta manera, las
relaciones de pareja establecidas se caracterizarían por la necesidad extrema de
afecto y de aprobación de los demás, además de un deseo de ser exclusivo, miedo a
la soledad y subordinación (Castelló, 2005; Urbiola, 2014). Son estas necesidades
afectivas las que determina que las personas dependientes terminen estableciendo
relaciones asimétricas con sus parejas, y realicen numerosos actos para evitar que
la relación termine (Izquierdo y Gómez-Acosta, 2013).

La dependencia emocional es la necesidad extrema de carácter afectivo que


una persona siente hacia su pareja a lo largo de sus diferentes relaciones; la
necesidad afectiva de una persona hacia su pareja. Tiene un carácter crónico basado
en la personalidad de estos sujetos, por lo que la persona dependiente emocional lo

506
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

es también cuando no tiene pareja (Castello, 2005). Este autor clasifica las
características de las personas dependientes emocionales en tres áreas: relaciones
de pareja, relaciones con el entorno interpersonal, y autoestima y estado anímico
(tabla 1).

En la investigación en este ámbito se han descrito variables estrechamente


relacionadas con la dependencia interpersonal, entre las que destacan: miedo a la
soledad y el excesivo control de la pareja (Dutton, 1998), ansiedad ante el abandono
por parte de la pareja (Wigman, Graham-Kevan y Archer, 2008), baja autoestima
(Murray, Rose, Bellavia, Holmes y Kusche, 2002) y, escasos apoyos sociales y
satisfacción vital pobre (Miller, 2002, citado en Castelló, 2005).

Tabla 1. Características de las personas dependientes emocionales

Áreas de las relaciones


Áreas de las relaciones Área de autoestima y
con el entorno
personales estado anímico
interpersonales
a) Necesidad excesiva del a) Deseo de exclusividad a) Baja autoestima
otro, deseo de acceso hacia otras personas b) Miedo e intolerancia a la
constante hacia él. significativas. soledad.
b) Deseos de exclusividad b) Necesidad de agradar. c) Estado de ánimo
en la relación. c) Déficit de habilidades negativo y
c) Prioridad de la pareja sociales. comorbilidades
sobre cualquier cosa. frecuentes.
d) Idealización del objeto.
e) Relaciones basadas en la
sumisión y
subordinación.
f) Historia de relaciones de
pareja desequilibradas.
g) Miedo a la ruptura.
h) Asunción del sistema de
creencias de la pareja.

Fuente: Castelló (2005).

507
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En relación con la autoestima y la dependencia emocional, la literatura


revisada muestra que las personas dependientes poseen una autoestima
empobrecida y un concepto de sí mismos negativos (De la Villa y Sirvent, 2009), ya
que pueden ver mermada su autoestima al estar inmersos en una relación afectivo-
dependiente con personas por lo general narcisistas y explotadoras (Sirvent, 2000).
Además, autores como Pradas y Perles (2012) y Rodríguez-Franco et al. (2010)
señalan que la dependencia emocional estaría en la raíz del mantenimiento de las
relaciones de noviazgo violentas, ya que, al igual que la autoestima, aumenta la
tolerancia a los abusos recibidos y dificulta que se termine con la relación. Urbiola,
Estévez, Iruarrizaga y Jauregui (2017) en sus investigaciones encuentran que la
dependencia emocional se relaciona negativamente con la autoestima y
positivamente con la sintomatología ansiosa-depresiva. Estos resultados
concuerdan con estudios previos que indicaron que cuanto más baja era la
autoestima, más intensa era la necesidad de buscar soporte en el otro (Wei, Vogel,
Ku y Zakalik, 2005). Asimismo, Valor-Segura, Expósito y Moya (2009) han puesto de
manifiesto con su estudio que la dependencia específica hacia la pareja, la
dependencia exclusiva y el apego ansioso se asocia a una menor autoestima y a
mayores niveles de ansiedad, tal y como, se ha constatado en otras investigaciones
(Wigman et al., 2008; Murray et al., 2002).

Por otro lado, se ha demostrado que la implicación de la dependencia


emocional y la autoestima en las relaciones violentas es muy importante. El maltrato
doméstico está asociado a una baja autoestima en la mujer (Amor, Echeburúa,
Corral, Zubizarreta, y Sarasúa, 2002). Las mujeres maltratadas presentan niveles de
autoestima más bajos que las mujeres no maltratadas (Amor, Bohórquez y
Echeburúa, 2006), convirtiéndose ésta en una dificultad añadida para salir de la
relación de maltrato.

En cuanto a la existencia de diferencias de género en dependencia emocional


en jóvenes, algunos estudios han indicado que las mujeres son más dependientes
emocionales que los hombres (Alonso-Arbiol, Shaver y Yárnoz, 2002). No obstante,
los hallazgos de Deza (2012) y López-Cepero, Rodríguez-Franco, Rodríguez-Díaz,
Bringas y Paíno (2015), confirman la presencia de un grado similar de dependencia
emocional en ambos géneros y de una autoestima más baja en las mujeres. En esta

508
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

misma línea, Urbiola et al. (2017) no encuentran diferencias estadísticamente


significativas en dependencia emocional en función del género ni de tener o no
pareja, aunque señalan que los chicos obtuvieron puntuaciones mayores en
necesidad de agradar, los participantes con pareja en necesidad de exclusividad y
los participantes sin pareja en evitar estar solo.

Debido a la escasez de estudios sobre dependencia y su relación con la


sintomatología disfuncional psicológica, este estudio plantea comprobar las
relaciones entre la dependencia y la autoestima en adultos jóvenes, más
concretamente se plantea:

a) Conocer el grado de dependencia y autoestima.

b) Comprobar la existencia de correlación entre dependencia y autoestima.

c) Verificar la relación entre dependencia y autoestima.

d) Indagar en las diferencias de género en dependencia y autoestima.

e) Analizar las diferencias en función de tener o no pareja en dependencia


y autoestima.

2. Metodología

2.1. Muestra

Mediante un muestreo de conveniencia se seleccionaron a 164 adultos


jóvenes estudiantes de la Universidad de Sevilla, con edades comprendidas entre los
18 y 27 años (Media=19,5; Sx=2,1). El 75,6% eran chicas y el 24,4% chicos. El 56,1%
tenían una relación de pareja en esos momentos, con una duración media de 2,8
años. El 35,4% la clasificaba como estable y el 17,2% como seria.

2.2. Instrumentos

- Escala de autoestima de Rosenberg (EAR; Rosenberg, 1965). Se utilizó la


adaptación al español realizada por Echeburúa (1995) para evaluar el grado de

509
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

satisfacción que una persona tiene consigo mismo, es decir los sentimientos de valía
personal y de respeto hacia uno mismo. Consta de 10 ítems generales, de los cuales
5 están enunciados de forma positiva y 5 de manera negativa para controlar el efecto
de la aquiescencia. El formato de respuesta es tipo Likert de 1 (totalmente en
desacuerdo) a 4 (totalmente de acuerdo), permite obtener una puntuación mínima
de 10 y máxima de 40 que indicarían:

- Una autoestima elevada considerada como normal, x>30 puntos.

- Una autoestima media que no presenta problemas de autoestima graves,


pero es conveniente mejorarla, de 26 a 29 puntos.

- Una autoestima baja que pone de manifiesto la existencia de problemas


significativos de autoestima, x< 25 puntos.

La adaptación española de esta escala ha sido validada en la población


universitaria (Martín-Albo, Núñez, Navarro y Grijalvo, 2007). Sus características
psicométricas han sido ampliamente estudiadas en su versión original americana.
La consistencia interna de la versión original oscila entre 0,76 y 0,87, mostrando en
el presente estudio un valor para el Coeficiente Alfa de Cronbach de 0,88.

- Spouse-Specific Dependency Scale (SSDS) de Rathus y O´Leary (1997).


Esta escala tiene como objetivo evaluar el apego ansioso, la dependencia exclusiva y
la dependencia emocional, componentes todos del constructo de dependencia
interpersonal hacia la pareja. El apego ansioso es la ansiedad ante la separación, el
sentimiento de abandono por la pareja, la preocupación por los sentimientos de la
otra persona y de su paradero (dónde se encuentra, que estará haciendo), y la
tendencia a mostrar una sensibilidad ante señales de pérdida de cariño y miedo al
abandono por parte de la pareja (Bowlby, 1973). La dependencia exclusiva hace
referencia a que la persona confía exclusivamente en la pareja como compañero-
confidente, excluyendo a otras relaciones importantes, otros apoyos sociales,
intereses o actividades (Linville, 1985). Por último, la dependencia emocional es una
necesidad de protección y apoyo, y una marcada confianza en la relación de pareja
como elemento esencial para la autoestima, identidad y funcionamiento general de
la persona (Bornstein, 1993). La versión española de la escala (Valor-Segura,

510
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Expósito y Moya, 2009) está compuesta por 17 ítems dividida en las 3 dimensiones:
5 ítems para la dimensión de apego ansioso, 6 ítems para la dependencia exclusiva
y, 6 ítems para la dependencia emocional. Esta versión excluye la diferenciación de
ítems para mujer y para hombre. Las respuestas se recogen en una escala tipo Likert
de 6 puntos que va desde 1 (totalmente en desacuerdo) hasta 6 (totalmente de
acuerdo), igual que en el instrumento original. Siguiendo la distribución de la curva
normal (Media=45,6 y Sx=9,9), se optó por fijar el punto de corte en la media más
una desviación típica (grupo de altas puntuaciones) y menos una desviación típica
(grupo de bajas puntuaciones) para la escala de dependencia total de modo que:

- Puntuaciones altas: x > 55,5

- Puntuaciones normales: entre 35,8 y 55,4

- Puntuaciones bajas: x < 35,7

En este estudio se obtenido un Coeficiente Alfa de Cronbach de 0,78 para la


escala de dependencia total, de 0,74 para la escala de apego ansioso, de 0,69 para la
escala de dependencia exclusiva, y de 0,70 para la escala de dependencia emocional.

2.3. Procedimiento

En el presente estudio han participado alumnas y alumnos de cuatro


facultades de la Universidad de Sevilla. La recogida de datos se realizó entre enero y
mayo de 2020 a través de la plataforma Google Forms. Para contactar con los
participantes se pusieron anuncios en el aula virtual de la universidad pidiendo la
participación voluntaria del alumnado. El objetivo de la investigación no fue
desvelado a los y las participante para que no afectara negativamente a los
resultados del estudio. La duración de la cumplimentación de los cuestionarios fue
aproximadamente 10 minutos. En las instrucciones de cumplimentación de los
cuestionarios se explicaba la voluntariedad de la participación en la investigación.
Además, en ningún caso se solicitó datos personales que permitieran la
identificación de la persona que respondía, por lo que la confidencialidad de la
información y el anonimato fueron siempre preservados.

511
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

2.4. Análisis estadístico

Para el análisis de datos se utilizó el paquete estadístico IBM SPSS Statistics


(versión 26). En el análisis de resultados se incluyó:

1º. Estadísticos descriptivos (media y desviaciones típicas).

2º. Correlación de Pearson para observar las relaciones entre dependencia


y autoestima.

3º. t de Student para comprobar la existencia de diferencias de género y de


tener o no pareja, y Anovas para determinar las diferencias entre los
niveles de dependencia en función de la autoestima, y a la inversa, los
niveles de autoestima en función de la dependencia, una vez
comprobados los supuestos de igualdad de varianza (Prueba de Levene:
P>0,05) y de normalidad (Prueba de Kolmogorov-Smirnov: P>0,05).

4º. d de Cohen (1992) para describir el tamaño del efecto.

El intervalo de confianza establecido para los análisis estadísticos fue del


95%, con un nivel de significación igual o menor a 0,05.

3. Resultados

Tabla 2. Estadísticos descriptivos

Variables Media (Sx)

Dependencia exclusiva 9,2 (3,1)

Dependencia emocional 24,0 (5,2)

Apego ansioso 12,5 (4,4)

Dependencia total 45,6 (9,9)

Autoestima 31,6 (5,9)

Fuente: Elaboración propia.

512
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Del análisis descriptivo de los datos (tabla 2), se desprende que los y las
jóvenes adultos participantes del estudio poseían niveles normales en dependencia
y medio-altos en autoestima. Más detalladamente, mostraron niveles bajos en
dependencia exclusiva, y niveles medios en apego ansioso y dependencia emocional.

La clasificación de los y las participantes en cuanto al nivel de autoestima y a


la dependencia total se representa en las figuras 1 y 2 respectivamente.

14,6%

20,7%
64,7%

Bajo Medio Elevado

Figura 1. Nivel de autoestima. Fuente: Elaboración propia.

En el análisis de la correlación de Pearson se observaron asociaciones


negativas estadísticamente significativas entre:

19,5% 17,1%

63,4%

Bajo Medio Elevado

Figura 2. Nivel de dependencia. Fuente: Elaboración propia.

- Apego ansioso y Autoestima: R=-0,440 (P<0,05)

513
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

- Dependencia total y Autoestima: R=-0,266 (P<0,05)

En cuanto a las pruebas Anova realizadas (tabla 3 y 4), se han hallado


diferencias estadísticamente significativas en apego ansioso en función del nivel de
autoestima (F2,164=3,619, P<0,05), y en autoestima en función del nivel de
dependencia (F2,164= 5,324, P<0,05).

Tabla 3. Descriptivo de las variables de dependencia en función del nivel de autoestima

Nivel de autoestima Media (Sx)


Variables
Bajo Medio Elevado Total

Dependencia exclusiva 8,8 (2,9) 10,2 (4,1) 8,9 (2,8) 9,2 (3,1)

Dependencia emocional 24,2 (6,5) 22,7 (4,5) 24,4 (5,2) 24 (5,2)

Apego ansioso 15 (5,2) 13,4 (4,7) 11,6 (3,9) 12,5 (4,4)


Dependencia total 48 (11,9) 46,4 (10,6) 44,9 (9,3) 45,6 (9,9)

Fuente: Elaboración propia.

Estos resultados indican que las personas con un nivel de autoestima más
bajo son las que presentaban niveles más alto de apego ansioso, y las personas con
un nivel alto de dependencia son las que señalaban una autoestima más baja. La d
de Cohen indica un tamaño del efecto moderado (respectivamente: 0,41 y 0,44).

Tabla 4. Descriptivo de la variable autoestima en función del nivel de dependencia

Autoestima
Nivel de dependencia
Media (Sx)
Bajo 32,5 (6,5)
Normal 32,7 (4,9)
Alto 27,5 (7,1)
Total 31,6 (5,9)

Fuente: Elaboración propia.

Los resultados de la prueba t de Student para comprobar si existen


diferencias entre hombres y mujeres y entre de tener o no pareja (tabla 5), indican

514
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

que no existen diferencias estadísticamente significativas entre chicos y chicas en


ninguna de las variables estudiadas, y si existen diferencias estadísticamente
significativa en dependencia exclusiva (t80=2,198, P<0,05) y en dependencia
emocional (t80=3,304, P<0,05) en función de tener o no pareja. Estos datos indican
que chicos y chicas exhibían los mismos niveles de dependencia y de autoestima, y
son los chicos y chicas que tenían pareja los que indicaban mayores niveles de
dependencia exclusiva y dependencia emocional. La d de Cohen establece un tamaño
del efecto moderado y grande (respectivamente, 0,49 y 0,74).

Tabla 5. Descriptivo de las variables de estudios en función al género y de tener o no


pareja

Variables Sexo Media (Sx) Pareja Media (Sx)


Chicos 10,2 (3,4) No 8,3 (2,9)
Dependencia exclusiva
Chicas 8,8 (3) Si 9,8 (3,2)

Chicos 23,4 (4,5) No 21,9 (5,2)


Dependencia emocional
Chicas 24,2 (5,5) Si 25,6 (4,8)

Chicos 13,3 (4,7) No 13,5 (4,6)


Apego ansioso
Chicas 12,2 (4,3) Si 11,7 (4,1)

Chicos 46,8 (10) No 43,8 (10,7)


Dependencia total
Chicas 45,3 (9,9) Si 47,1 (9,1)

Chicos 30,1 (6,5) No 30,8 (6,3)


Autoestima
Chicas 32,1 (5,7) Si 32,3 (5,7)

Fuente: Elaboración propia

4. Conclusiones

En primer lugar, se ha estudiado el grado de dependencia y autoestima en


una muestra de jóvenes adultos. Los resultados indican niveles normales en
dependencia y medio-altos en autoestima. Más concretamente, en las distintas
dimensiones de dependencia mostraron niveles bajos dependencia exclusiva y
niveles medios en apego ansioso y dependencia emocional. Esto significa que los y

515
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

las participantes del estudio tenían niveles normales en satisfacción consigo mismo,
aunque era posible que en algunos aspectos pudieran mejorar, y dentro de su círculo
de relación, además de su pareja, incluían a otras relaciones importantes, otros
apoyos sociales, intereses y actividades. Además, mostraron una preocupación por
la pareja y una relación de apego equilibrada en cuanto a la separación y al
abandono, no experimentado una ansiedad excesiva, y aunque expresaban
necesidad de apoyo y protección, no era esencial para su autoestima, identidad o
funcionamiento.

Por otro lado, se han encontrado una asociación negativa entre apego ansioso
y autoestima, y entre dependencia total y autoestima. En general, son las personas
con una autoestima más baja las que presentaban más dependencia en sus
relaciones de pareja, manifestaban más ansiedad y miedo ante la separación y
abandono de la pareja, y más preocupaciones por la otra persona y por su paradero,
y se mostraban más sensibles ante la pérdida de cariño. Estos datos están en la
misma línea, que los descritos recientemente en sus investigaciones por Urbiola et
al. (2017) quienes señalan la baja autoestima como una variable estrechamente
relacionada con la dependencia interpersonal. En general, la literatura científica
pone de manifiesto que las personas dependientes poseen una autoestima
empobrecida y un concepto de sí mismos negativos (De la Villa y Sirvent, 2009), ya
que están inmersos en una relación afectiva que la reducen.

Otro de los objetivos de estudio ha sido estudiar la relación entre


dependencia y autoestima. Los datos apuntan en la misma dirección indicada, ya que
en general son las personas con un nivel más alto de dependencia las que
presentaban menos autoestima, y en concreto son las personas con niveles más
bajos de autoestima las que manifestaban un mayor apego ansioso en sus relaciones.
Resaltar que cuando se analizan las distintas categorías de dependencia, se
evidencian datos distintos a los señalados por Valor-Segura et al. (2009) en sus
estudios, que ponían de manifiesto que la dependencia específica hacia la pareja, la
dependencia exclusiva y el apego ansioso se asociaba a una menor autoestima, y en
este estudio sólo se encontró esta asociación con el apego ansioso.

516
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Asimismo, se indagó en las diferencias de género en cuanto a la dependencia


y autoestima, encontrando que los y las jóvenes tenía los mismos niveles de
autoestima y dependencia, es decir en dependencia exclusiva, dependencia
emocional y apego ansioso. Estos datos están en la línea de los hallados en sus
estudios por Urbiola et al. (2017), López-Cepero et al. (2015) y Deza (2012) en
cuanto a la dependencia en las relaciones, pero no en cuanto a la autoestima, ya que
estos autores indicaban una autoestima más baja en mujeres.

Por último, también se analizaron las diferencias en función de tener o no


pareja en las variables dependencia y autoestima. Los resultados señalan que son
los y las participantes con parejas los que exhibían mayores niveles de dependencia
exclusiva y dependencia emocional, es decir cuando se tiene pareja existe una
tendencia acentuada a confiar exclusivamente en la pareja, excluyendo a otras
relaciones importantes, apoyos sociales, intereses o actividades, a expresar una
necesidad de protección y apoyo en la pareja, y a convertir la relación de pareja
como elemento esencial para el funcionamiento personal, autoestima e identidad.
Estos datos contraponen los encontrados por Urbiola et al. (2017) que no evidencian
diferencias estadísticamente significativas en función de tener o no pareja.

Las conclusiones de este estudio sobre dependencia emocional son


importantes a la hora de tener en cuenta la implicación de ésta en la violencia de
género tal y como indican Pradas y Perles (2012) y Rodríguez-Franco et al. (2010).
Igualmente, la baja autoestima estaría muy vinculada al maltrato doméstico (Amor
et al., 2006; Amor et, 2002). Es por lo que sería interesante tenerlas en cuenta en el
diseño e implementación de intervenciones preventivas, y más concretamente en
aquellas relaciones nociva que se mantienen en el tiempo y que tienen como base la
dependencia emocional. Además, es fundamental educar en la igualdad,
desarrollando competencias que faciliten el establecimiento de relaciones
simétricas, así como potenciar la autoestima de manera que la persona esté más
preparada para gestionar la emociones displacenteras, afrontar y resolver
conflictos, y establecer relaciones asertivas, y en definitiva funcionar de forma
independiente y autónoma. En este sentido, Martínez y Rey (2014) señalan la
necesidad de fomentar modelos de relación afectiva sin desequilibrios de poder y de
sensibilizar desde edades tempranas.

517
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En este estudio existen algunas limitaciones que se podría salvar en futuros


estudios sobre esta problemática. En primer lugar, hay que tener en cuenta que el
muestreo se realizó por conveniencia, lo que limita la generalización del estudio por
lo que sería conveniente ampliar la muestra. En segundo lugar, existe una gran
descompensación en el tamaño de la muestra en la variables de estudio sexo (chicos-
chicas), por lo que en futuros estudios sería necesario equiparar la muestra. En
tercer lugar, la transversalidad del estudio no permite establecer relaciones de
causalidad. La realización de estudios con una metodología longitudinal permitiría
además de establecer relaciones causales, determinar los factores de riesgo y
analizar la evolución temporal en la dependencia. Por último, las medidas
empleadas han sido de autoinforme por lo que sería necesario realizar otros
estudios incorporando otros métodos de medida cualitativo como la entrevista o el
grupo de discusión con el fin de comprobar si los resultados hallados son iguales o
distintos en función del tipo de instrumento utilizado.

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522
Análisis de las asimetrías de género en las relaciones de
parejas. Un estudio piloto

Esther Mena Rodríguez


Universidad de Málaga
emena@uma.es

Lourdes Aranda
Universidad de Málaga
maragar@uma.es

María Inmaculada Jiménez Perona


Universidad de Málaga
mijperona@uma.es

Resumen

Las asimetrías suelen estar presentes en todas las relaciones sociales, siendo las
relaciones de parejas donde, tal vez se pueden visualizar más. Dichas asimetrías
tienen su origen en los roles de género atribuidos por la sociedad patriarcal en la
sociedad en la que vivimos. Según diversos autores como Daume y Hurting (1995),
el principio organizador de las asimetrías de género se basa en la relación de
dominación que los hombres tienen sobre las mujeres. Según Bonino (1998),
denomina a dichas asimetrías de género micromachismos. Para investigar dichos
micromachismos, hemos realizado un estudio piloto en la Facultad de Educación de
la Universidad de Málaga. El objetivo de esta investigación ha sido, precisamente,
visualizar los comportamientos "invisibles" de violencia y dominación que, en las
relaciones de pareja se suelen dar por parte de los hombres. Se ha utilizado una
metodología de encuesta o survey que, ha sido contestada por una muestra de 25
personas, cuyos participantes pertenecen a diferentes géneros. Los resultados

523
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

muestran diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres en


las conductas micromachistas de controlar dónde y con quién sale su pareja (p< .05)
y también, en echar en cara continuamente errores que cometió la pareja en el
pasado (p< .05). Del análisis de dicho estudio podemos concluir que las
desigualdades hoy en día en nuestra sociedad pasan por pequeños actos cotidianos
que no siempre son perceptibles.

Palabras clave

Asimetrías de género, micromachismos, Educación Superior, Dominación,


Encuestas.

1. Introducción

A diferencia de lo que normalmente se piensa, los problemas más comunes


en las relaciones de pareja se muestran de una manera mucho más sutil y
complicada de detectar, es lo que el psicólogo Luís Bonino (2004) denominó
micromachismos (mM); es decir,

Actitudes de dominación suave o de bajísima intensidad, formas y modos larvados


y negados de abuso e imposición en la vida cotidiana. Son, específicamente,
hábiles artes de dominio, comportamientos sutiles o insidiosos, reiterativos y casi
invisibles que los varones ejecutan permanentemente. (p.1).

Ferrer, Bosch, Capilla, Ramis, y García, (2008), añaden a la definición


conceptos como “estrategias de control”, “microviolencias que atentan contra la
autonomía personal de las mujeres” y que, están “perfectamente legitimadas por el
entorno social” (p. 342).

Sin lugar a dudas, parece que existe consenso entre investigadores e


investigadoras en considerar los micromachismos como un delito oculto. Los
motivos pueden ser varios, tal como Ferrer (2007) destaca, refiriéndose a la falta de
reconocimiento e información sobre sus derechos por parte de quien la padece,

524
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

creencias en las dificultades para demostrarlos y permisividad social hacia esas


prácticas.

Las causas de este sometimiento de la mujer ante ciertos micromachismos


por parte de sus parejas suelen estar motivadas como sostiene Villaseñor y
Castañeda (2003) por

Las condiciones reales o simbólicas de debilidad, inferioridad, dependencia,


obediencia, ignorancia e inconsciencia, que son contempladas socialmente como
parte de la naturaleza femenina, y que en gran medida son introyectadas por las
mujeres, convierten a éstas en un blanco fácil y con una percepción de total
indefensión. (p.54).

Detrás de estas conductas machistas, sin lugar a dudas están los estereotipos
de género ya que la cultura juega un papel fundamental a la hora de legitimar y
perpetuar dichas conductas e, incluso, asumirlas como normales tal como Urruzola
(1996) sostiene

Las mujeres y los hombres hemos vivido un proceso de socialización muy distinto.
En él hemos ido adquiriendo unas formas de pensar, de relacionarnos, de hacer,
de divertirnos, de sentir, de trabajar..., es decir, unas formas generales de estar en
el mundo, de vivir, que determinadas por diversos factores de este proceso, han
colaborado a que hoy, el colectivo de las mujeres y el de los hombres tengamos
una experiencia histórica muy distinta. (p.82).

Es por ello que, las investigaciones más recientes hayan puesto su foco de
atención en cómo se construye socialmente la identidad de género debido a la
influencia que la cultura y la educación tienen en la asimilación de dichos roles y
valores que atribuyen a un género superioridad con respecto a otro y, por ende a la
aceptación de dichas conductas micromachistas por parte de las mujeres con el
único objetivo de evitar el conflicto tal como sostienen autores como (Ferrer-Pérez,
Bodch-Fiol, Ramis-Palmer y Navarro-Guzmán, 2006; Patró y Limiñana, 2005).

De hecho, algunas mujeres no entienden el feminismo como lo que es, un


movimiento social que proclama la equidad entre géneros e incluso suelen
desprestigiar porque, aún no son conscientes, de que todas podemos ser blanco de

525
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

actitudes machistas y, cuando se dan cuenta, el golpe de realidad es tan grande que,
en algunos casos, suele ocultarse.

Según la Organización Mundial de la Salud (1996), las mujeres a menudo


consideran el maltrato psíquico más devastador que la violencia física y destacan los
actos siguientes:

- Impedirle ver a sus amigas.

- Limitar el contacto con su familia carnal.

- Insistir en saber dónde está en todo momento.

- Ignorarla o tratarla con indiferencia.

- Enojarse con ella si habla con otros hombres.

- Acusarla constantemente de serle infiel.

- Controlar su acceso a la atención para la salud.

Como profesionales de la educación que somos consideramos junto con


Bonino (2004) que,

“La puesta en evidencia de estos comportamientos y la percepción de los daños


que producen, puede contribuir de modo efectivo a generar cambios en las
mujeres y en sus sintomatologías efectos de los Micromachismos, así como a
generar aumento de la responsabilización de los varones por el ejercicio y daño
de sus actitudes en lo cotidiano” (p.5).

Por todo ello, el objetivo general de este estudio piloto fue conocer la
percepción que se tiene sobre si se producen o no conductas machistas y/o
micromachismos en parejas y/o exparejas con el objetivo posterior de poner en
marcha desde la Facultad de Ciencias de la Educación todas aquellas medidas
preventivas al respecto.

526
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

2. Metodología

La metodología utilizada en este trabajo fue de tipo cuantitativa-descriptiva,


mediante la técnica de recogida de datos de encuesta.

2.1. Participantes

El tipo de muestreo utilizado en esta investigación es de tipo no


probabilístico, concretamente, la técnica de muestreo es incidental lo que nos
permitió acceder a la muestra más fácilmente.

Los participantes de este estudio fueron 25 estudiantes de diferentes grados


(Grado de Psicología, Grado de Pedagogía, Grado de Educación Primaria, Grado de
Educación Infantil, Grado de Educación Social) de la Universidad de Málaga
matriculados en el curso académico 2019/2020. Del total de la muestra, 6
estudiantes eran hombres (24%), y 19 eran mujeres (76%). La edad del alumnado
iba de 18 a 50 años. Las diferencias en cuanto a porcentaje entre alumnos y alumnas
se deben a que los grados correspondientes a dicha área están sesgados por género,
Como bien es sabido, las trayectorias educativas entre mujeres y hombres son
diferentes y en algunas disciplinas predomina un género sobre otro.

2.2. Instrumentos de recogida de datos

Para la recogida de datos, se utilizó la técnica de encuesta o survey. Para


poder llevar a cabo la recogida de datos, se empleó como herramienta un
cuestionario de respuesta cerrada de 28 ítems tipo Likert con 4 posibles respuestas,
las cuales se puntuaron de la siguiente forma: 1 Nunca, representa que nunca se ha
percibido que la pareja o expareja haya realizado la conducta micromachista o
machista; 2 A veces, representa que la pareja o expareja ha llevado a cabo dicha
conducta micromachista o machista; 3 Muchas veces, representa que en muchas
ocasiones la pareja o expareja ha realizado dicha conducta micromachista o

527
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

machista; y 4 Siempre, representa que siempre la pareja o expareja lleva o llevaba a


cabo dicha conducta micromachista o machista (Hernández-Peralta, 2017).

El cuestionario se estructura en una dimensión: percepción de conductas


machistas y micromachistas vividas por los sujetos por parte de parejas o exparejas.
En esta dimensión se incluyeron los 28 ítems de los que consta el cuestionario (Tabla
1).

Tabla 1. Distribución de los ítems del cuestionario utilizado

Ítem 1 Controla a donde salgo y con quién me junto


Ítem 2 Me ha revisado el móvil y las redes sociales
Ítem 3 Me ha insultado, humillado, ignorado, etc.…en público
Ítem 4 Me ha insultado, humillado, ignorado, etc.…en privado
Ítem 5 Controla en qué gasto MI dinero
Ítem 6 Se enfada o pierde el control cuando no sabe dónde estoy o con quién
estoy
Ítem 7 Cambia su actitud o se enfada cuando salgo con mis amigos/as o
familiares
Ítem 8 Cuando discutimos me hace sentir culpable
Ítem 9 Critica o desvaloriza algunas cosas que hago
Ítem 10 Se alegra de mis logros
Ítem 11 Se alegra de mis fracasos
Ítem 12 Delega tareas en mí que él/ella afirma que yo hago mejor (haz la
cama tú que la sabes hacer mejor; haz la comida tú que te sale más
buena...)
Ítem 13 Me hace comentarios desagradables sobre mi aspecto físico
Ítem 14 Me dice que todo acto tiene su consecuencia (si no haces las cosas
como él/ella quiere o dice, puede enfadarse)
Ítem 15 Me impone maneras determinadas de vestirme, peinarme o
comportarme en público
Ítem 16 Me manipula con mentiras y contradicciones
Ítem 17 Me hace regalos u obsequios a cambio de hacer algo que no me
apetece hacer
Ítem 18 Tras una discusión fuerte, se muestra cariños@, atent@, me hace
regalos y me promete que nunca volverá a suceder
Ítem 19 No me deja participar u opinar en conversaciones en público
Ítem 20 No me deja participar u opinar en conversaciones en privado
Ítem 21 Me echa en cara continuamente errores que cometí en el pasado
Ítem 22 Me establece los tiempos que debo pasar con la familia y los/las
amig@s y es él/ella quién marca qué debo hacer
Ítem 23 Me dice cosas tipo..."quien bien te quiere te hará llorar"; "los celos
demuestran amor"
Ítem 24 Me hace creer que el amor es posesión y exclusividad
Ítem 25 Me dice que estoy rodead@ de malas influencias
Ítem 26 Afirma que nadie me va a querer como él/ella
Ítem 27 Muchas de las cosas que hace, las justifica diciendo que todo su
alrededor "amigos, amigas, familia" las hacen de igual manera

528
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Ítem 28 Limita y controla la relación con mis amistades, tanto en mi día a día
como en redes sociales
Fuente: http://riull.ull.es/xmlui/handle/915/6538

2.3. Procedimiento

Una vez finalizada la recogida de información a través del cuestionario para


estudiar la percepción de los estudiantes de haber experimentado conductas
micromachistas y machistas por parte de parejas o exparejas, se realizaron los
análisis de los datos.

Los análisis estadísticos, se dividieron en dos pasos. En primer lugar, se


realizaron los análisis descriptivos de las variables consideradas en el cuestionario,
con el cálculo de las medias (M) y de las desviaciones típicas (DT).

Posteriormente, se realizó una prueba de contraste no paramétrica


denominada U de Mann-Whitney, y así, poder estudiar si existen diferencias
estadísticamente significativas en los dos grupos de estudio: grupo mujer y grupo
hombre. En este caso, se optó por una prueba no paramétrica, ya que la muestra
contaba con un número de participantes muy bajo por ser un estudio piloto y, por lo
tanto, no cumplía los supuestos de normalidad, homocedasticidad, linealidad e
independencia de las observaciones como para aplicar una prueba paramétrica.

Todos los análisis estadísticos se realizaron con el paquete estadístico


Statistical Package for the Social Sciences (SPSS), versión 25 (IBM, 2017).

3. Resultados

De forma global, en el estudio descriptivo de tendencia central, las


puntuaciones medias de los ítems presentan unas puntuaciones bajas, es decir, los
estudiantes perciben niveles bajos de conductas micromachistas o machistas por
parte de sus parejas o exparejas. Cabe resaltar el ítem “Se alegra de mis logros” con
una puntuación media muy alta (M=3.56, DT= .821), con respecto al resto de ítems
del cuestionario (Tabla 2).

529
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Tabla 2. Puntuaciones medias y desviación típica de las variables estudiadas en el


cuestionario (ítems)

Ítems Media D. Típica


Controla a donde salgo y con quién me junto 1.56 .651
Me ha revisado el móvil y las redes sociales 1.44 .821
Me ha insultado, humillado, ignorado, etc.…en público 1.24 .436
Me ha insultado, humillado, ignorado, etc.…en privado 1.40 .577
Controla en qué gasto MI dinero 1.20 0.50
Se enfada o pierde el control cuando no sabe dónde estoy o 1.44 .768
con quién estoy
Cambia su actitud o se enfada cuando salgo con mis 1.48 .770
amigos/as o familiares
Cuando discutimos me hace sentir culpable 1.60 .764
Crítica o desvaloriza algunas cosas que hago 1.64 .569
Se alegra de mis logros 3.56 .821
Se alegra de mis fracasos 1.08 .400
Delega tareas en mí que él/ella afirma que yo hago mejor 1.80 .913
(haz la cama tú que la sabes hacer mejor; haz la comida tú
que te sale más buena...)
Me hace comentarios desagradables sobre mi aspecto físico 1.24 .723
Me dice que todo acto tiene su consecuencia (si no haces las 1.40 .866
cosas como él/ella quiere o dice, puede enfadarse)
Me impone maneras determinadas de vestirme, peinarme o 1.36 .757
comportarme en público
Me manipula con mentiras y contradicciones 1.36 .757
Me hace regalos u obsequios a cambio de hacer algo que no 1.24 .723
me apetece hacer
Tras una discusión fuerte, se muestra cariños@, atent@, me 1.76 .970
hace regalos y me promete que nunca volverá a suceder
No me deja participar u opinar en conversaciones en público 1.16 .374
No me deja participar u opinar en conversaciones en 1.12 .332
privado
Me echa en cara continuamente errores que cometí en el 1.52 .714
pasado
Me establece los tiempos que debo pasar con la familia y 1.20 .408
los/las amig@s y es él/ella quién marca qué debo hacer
Me dice cosas tipo..."quien bien te quiere te hará llorar"; "los 1.32 .748
celos demuestran amor"...
Me hace creer que el amor es posesión y exclusividad 1.32 .748
Me dice que estoy rodead@ de malas influencias 1.36 .638
Afirma que nadie me va a querer como él/ella 1.52 .823
Muchas de las cosas que hace, las justifica diciendo que todo 1.64 .952
su alrededor "amigos, amigas, familia" las hacen de igual
manera
Limita y controla la relación con mis amistades, tanto en mi 1.32 .627
día a día como en redes sociales
Fuente: elaboración propia

530
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Posteriormente, se realizó un análisis estadístico de los datos mediante la


aplicación de la prueba de contraste no paramétrica U de Mann-Whitney para
muestras independientes (grupo mujer-grupo hombre), en el estudio de la variable
ítems del cuestionario.

Los análisis mostraron diferencias estadísticamente significativas (p< .05),


en los siguientes ítems del cuestionario en función del género:

- Controla dónde salgo y con quién me junto (p< .05), donde los hombres
obtenían una puntuación media mayor (M=2), en comparación a las
mujeres (M=1.41).

- Me echa en cara continuamente errores que cometí en el pasado (p< .05),


donde se observó que los hombres obtenían una puntuación media
mayor (M=2.16), en comparación con las mujeres (M= 1.31)

Concerniente al resto de los ítems no se observaron diferencias


estadísticamente significativas (p> .05).

4. Conclusiones

El trabajo que se presenta es un estudio piloto o exploratorio que se


encuentra en fase de desarrollo en este curso académico 2020-21. En un posterior
momento se realizará una ampliación de la muestra con el fin de poder profundizar
más en dicho estudio y, obtener unos resultados más generalizables a la población
origen de la muestra. No obstante, y a pesar de que la muestra es pequeña, ha servido
para tomar el pulso y hacernos una idea general sobre el objetivo general de esta
investigación que era visualizar los comportamientos "invisibles" de violencia y
dominación que en las relaciones de pareja se dan.

Consideramos que través del cuestionario utilizado, se han podido analizar,


y así poder visibilizar en dicha muestra, los cuatro tipos de micromachismos que
Bonino (2004) determinó, como son: los micromachismos utilitarios (con
dimensiones como la delegación de las tareas), los micromachismos encubiertos (se

531
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

aconseja del modo en el que debe relacionarse y desenvolverse en el entorno social


, es decir; cómo actuar, cómo vestir, etc.) entre otros), los micromachismos de crisis
(aumentando los tiempos para estar en pareja, cediendo en algunas ocasiones,
conseguir lo que se propone, entre otras) y micromachismos coercitivos (se propone
en qué se debe gastar el dinero, toma parte de las decisiones sin consulta previa con
la pareja, entre otras).

De la investigación se desgrana dos cuestiones que han salido a la luz a través


de los datos analizados, por un lado, que los hombres perciben más dichas conductas
micromachistas que las mujeres. Estos resultados coinciden con la investigación de
Estébanez (2010) sobre las relaciones adolescentes de control, donde resalta las
diferencias existentes entre la visión que tienen chicos y chicas sobre actitudes
violentas, concluyendo que los chicos tienen una mayor facilidad para apreciar de
manera más fácil la existencia de actitudes violentas cuando las ven, mientras que
las chicas tienen una mayor dificultad para su detección y, por otro que las mujeres
no identifican aún ciertas conductas como micromachistas debido posiblemente a
que tienen asumidas esas conductas como normales, reflejo de lo que está
ocurriendo en la sociedad actual. Esto puede ser debido, tal y como establece Bonino
(2004), a que este tipo de conductas están muy arraigadas y se están perpetuando
en nuestra cultura debido a diferentes motivos:

- Aún se le confiere a la mujer el trabajo doméstico como parte de lo que


deben ser sus tareas cotidianas, así como los cuidados y la ayuda en la
crianza de menores.

- La naturalización de este tipo de conductas en la mentalidad de mujeres


y hombres.

- Falta de recursos que ayuden a que la mujer pueda ejercer un derecho


real a autoafirmarse.

- La idea de que el hombre es la persona que tiene la potestad de poder


establecer y definir qué es lo correcto y qué no lo es.

Todo ello está repercutiendo en situaciones de poder y desigualdad que


suelen ser invisibilizadas en las relaciones de pareja, quizá fruto de la creencia de

532
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

que en ellas se desarrollan prácticas que deben ser recíprocas e igualitarias, pero
que lejos de la realidad se producen así. Los micromachismos, además, son una de
las armas con las que cuentan los hombres, para ejercer y defender una supuesta
superioridad y su derecho a practicar un mayor dominio sobre las mujeres. La casi
invisibilidad que los caracteriza, es lo que puede provocar un profundo efecto hacia
la mujer, ya que ésta no suele percibirlos como nocivos, y por lo tanto, no ve la
necesidad de tener que enfrentarse a ellos.

Por ello consideramos que la educación es una parte esencial para ir


desnaturalizando estas conductas machistas y/o micromachistas en la sociedad que
no hacen más que perpetuar las asimetrías de género.

Referencias

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http://igualdad.us.es/pdf/redvoluntariadoviolencia/2016/RedVoluntariadoVG-
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533
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Actas del III congreso Estatal FIIO sobre igualdad entre mujeres y hombres, 166-
175. Castellón: Fundación Isonomía.

Hernández, H. (2017). Adolescencia y juventud: relación de dominio (machismo,


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de La Laguna. Santa Cruz de Tenerife: España.

IBM Corp. Released 2017. IBM SPSS Statistics for Windows, Version 25.0. Armonk,
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orientación como impulsor de la transversalidad (pp. 79-97). Sevilla: Instituto
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534
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

La invisibilidad de los modelos de familia no tradicional como


sujetos de protección en materia fiscal

Julia María Díaz Calvarro


Universidad de Extremadura
jdcalvarro@unex.es

Resumen

La familia es objeto de protección social económica y jurídica en el texto constitucional,


imponiendo a los poderes públicos la obligación de impulsar políticas públicas que sitúen
a la familia como elemento nuclear.

La protección de la familia en el ámbito tributario presenta tratamientos diferenciados


según sea el modelo de familia. Estas distorsiones, que presentan sesgos de género,
vulneran el principio de igualdad y no tienen justificación jurídica. El análisis general se
completará con el estudio de la tributación conjunta en el Impuesto sobre la Renta de las
Personas Físicas y la bonificación por familia numerosa en el Impuesto sobre Bienes
Inmuebles.

Finalmente, se aportarán soluciones para la eliminación de estas distorsiones, así como


los sesgos de género, aportando un enfoque más eficaz a la protección fiscal de las
familias.

Palabras clave

Género, Familia, Fiscalidad, IRPF, IBI.

535
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

1. Planteamiento del problema

La protección de la familia se reconoce constitucionalmente en el artículo 39 desde


una perspectiva social, económica y jurídica, e implica un mandato para que la acción de
los poderes públicos tenga a la institución familiar como centro social y objetivo de sus
políticas (Martinez Alvarez, 2014). A partir de la Constitución Española de 1978 se
reconoce a la familia como núcleo fundamental de la sociedad (Hernández Guijarro, 2015)
y, por tanto, sujeto de protección que debe ser definida según el tamaño o las
circunstancias que presenta.

En la cuestión que se van a plantear en estas páginas, se puede afirmar que el


derecho tributario va por detrás de la sociedad porque no se reconocen todos los modelos
de familias en la regulación de determinados beneficios fiscales. En muchos tributos,
algunos tan importantes como el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, la
consideración de qué es familia se basa casi exclusivamente en la familia tradicional o
nuclear y, en consecuencia, el Derecho Financiero y Tributario no refleja la realidad ni se
adecua a las necesidades y problemas de otros modelos y familias o, en el mejor de los
casos su tratamiento no es el mismo.

A los efectos del posterior análisis, se debe distinguir la protección de la familia en


los impuestos subjetivos y en los impuestos objetivos. En los impuestos subjetivos, que
atiende a las circunstancias personales y sociales del contribuyente, su paradigma es el
Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, donde hay una preocupación por la
familia que entra dentro del propio núcleo de esta figura tributaria. Sin embargo, prioriza
la familia nuclear o convencional, matrimonio con o sin hijos, invisibilizando a otros
modelos de familia: uniones de hecho, familias monoparentales y monomarentales, e
incluso unidades de convivencia afectiva pero no biológica, con el agravante de que
estadísticamente tienen un mayor nivel de precariedad y exclusión.

Los impuestos objetivos, al no tener en consideración las circunstancias


personales de los contribuyentes son menos proclives a beneficios en favor de las
unidades familiares. Sin embargo, se detecta una exclusión de tipos de familia que, aun
cumpliendo las condiciones necesarias para ser beneficiarios de incentivos fiscales, no
pueden aplicárselos.

536
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

La invisibilización de modelos alternativos a la familia convencional y su distinto


tratamiento no parece que tenga ninguna razón jurídica pero si consecuencias indeseadas
como la vulneración de los principios de justicia e igualdad tributaria.

En este trabajo se va a hacer un repaso del concepto jurídico de familia y de los


distintos modelos de familia y su traslado al Derecho Financiero y Tributario. Se
reflexionará sobre la protección de la familia y sus concretas necesidades y por qué se
observa en la regulación impositiva una preferencia por el modelo de familia
convencional, constituido por el matrimonio heterosexual e hijos, obviando las especificas
necesidades de otras estructuras familiares. Se centrará el estudio en la deducción por
tributación conjunta en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y la
bonificación recogida en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles a favor de las familias
numerosas, introduciendo en el análisis la perspectiva de género.

Se pretende sacar unas conclusiones sobre los indispensables cambios normativos


que se debe producir con respecto al tratamiento fiscal de las familias para que el Derecho
Tributario no vaya por detrás de la sociedad.

2. Los distintos modelos de familia y sus distintas características y necesidades

La Constitución, en el mencionado artículo 39 Constitución Española, establece la


protección de la familia pero no el concepto de familia. Noción que, según las Naciones
Unidas, debe ser flexible y amplio para que incluya distintas situaciones. En este sentido
se puede definir la familia como “el grupo de personas que residiendo en la misma
vivienda, comparten algunos gastos y están vinculados por lazos de parentesco, ya sean
de sangre o políticos e independientemente de su grado” (Fernández Cordón, 1998).

Una vez definido qué es familia, es necesario distinguir distintas situaciones o


modelos: las familias convencionales o tradicionales, matrimonios con o sin hijos, las
parejas o uniones de hecho, con o sin hijos, las familias numerosas y las familias
monomarentales o monoparentales.

La familia nuclear o convencional está definida por el vínculo matrimonial


mientras que la unión o pareja de hecho es la convivencia pública y estable entre dos

537
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

personas de distinto o igual sexo, con intereses comunes en desarrollar una vida familiar
(20se). Jurídicamente está regulado por las Comunidades Autónomas1. Los matrimonios
y las uniones de hecho, a pesar de que es una realidad que va cambiando, no tienen
equiparación jurídica en determinadas situaciones como la viudedad, el régimen
económico, así como diferencias a efectos fiscales tal y como se analizará posteriormente.

La Ley 40/2003, de 18 de noviembre, de Protección a las Familias Numerosas, en su


Exposición de Motivos manifiesta una especial preocupación y sensibilidad por la
protección de aquellos grupos familiares con tres hijos o más: “las llamadas familias
numerosas presentan una problemática particular por el coste que representa para ellas
el cuidado y educación de los hijos o el acceso a una vivienda adecuada a sus necesidades.
Estas circunstancias pueden implicar una diferencia sustancial con el nivel de vida de
otras familias con menos hijos o sin ellos”.

El concepto de familia numerosa, muy amplio, viene recogido en el artículo 2 Ley


40/2003, de 18 de noviembre, de Protección a las Familias Numerosas, pudiendo resumirse
en uno o dos ascendientes, con tres o más hijos, sean o no comunes, incluyendo en esta
definición otros modelos de familia como las monoparentales.

El termino de monoparentalidad nació como una forma de calificar, visibilizar y


normalizar diversas situaciones en las que no existe un cónyuge (por voluntad propia o
no), derivadas de una anterior relación conyugal o, por el contrario, no vinculado a la
conyugalidad (Barrón López, 2002). Por atender a múltiples situaciones, presenta
diversas definiciones, por lo en este trabajo se tomará como punto de partida la
establecida por el Tribunal Constitucional2: “las formadas por el padre o la madre con sus
hijos con independencia de que estos hayan sido adoptados, sean el fruto de una anterior
relación matrimonial o hayan sido concebidos fuera del matrimonio”.

1 En Extremadura su régimen jurídico se establece en la Ley 5/2003, de 20 de marzo, de Parejas de Hecho,


con la exigencia, para su constitución de la inscripción en el Registro de Parejas de Hecho.
2 Sentencia Tribunal Constitucional de 15 de febrero de 2001.

538
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Un alto porcentaje de las familias monoparentales tienen como progenitor a una


mujer, denominándose “familia monomarental” por varias causas (Vicente Torrado,
2006): primero, la mayor esperanza de vida de las mujeres, segundo, la asunción por parte
de la mujer del cuidado de las personas dependientes de la familia y tercero, la mayor
tendencia de los hombres a establecer una nueva convivencia.

La monoparentalidad y la monomarentalidad presenta diferencias con otros


modelos de familias debido a sus concretas necesidades y así se ha admitido por el
Tribunal Constitucional en la Sentencia 222/1992, de 11 de diciembre. El Alto Tribunal,
en ese momento, ya constataba la necesidad de un reconocimiento social y jurídico por su
incidencia numérica, un 10% con respecto a otros núcleos familiares y reconocía que, por
sus circunstancias especiales, se incluyen dentro de los colectivos en riesgo de exclusión
y por tanto, deben ser prioritarias en las políticas públicas. Se agrava en el caso de las
familias monomarentales por la especial situación de la mujer y su dificultad para acceder
a trabajos estables y a tiempo completo lo que les hace depender de sus familias o de
ayudas públicas. Todo lo anterior hace que, en las estadísticas, las familias
monoparentales y sobre todo las monomarentales sean un perfil habitual entre los
hogares más pobres (EUROSTAT, 2000).

3. La protección fiscal de las familias: ¿de todas las familias?

La Constitución3 reserva la protección social, económica y jurídica de la familia


dentro de los principios rectores de la política social y económica que, en relación con el
artículo 9.2 Constitución Española, impone la obligación a los poderes públicos de
promover las condiciones para que la libertad e igualdad del individuo y de los grupos en
que se integra sean reales y efectivas, así como en su caso, la remoción de obstáculos que
lo impidan o dificulten. A lo que hay que añadir el principio de igualdad configurando la
piedra angular de la protección constitucional de la familia, así como la de sus miembros
(Guzman Peces, 2007) ya que establece como principio “el deber de dispensar un mismo
tratamiento a quienes se encuentran en situaciones jurídicas iguales, con prohibición de

3 Artículo 39 Constitución Española.

539
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

toda desigualdad que, desde el punto de vista de la finalidad de la norma cuestionada,


carezca de justificación objetiva y razonable o resulte desproporcionada en relación con
dicha justificación”4.

La Constitución no diferencia entre distintos modelos de familia ni define la familia


con relación a un determinado tipo de unidad afectiva y/o biológica. El Tribunal
Constitucional5 aunque considera que la protección de la familia es un imperativo ligado
al carácter social de nuestro Estado, añade que no implica “un deber para los poderes
públicos de dispensar tal amparo indiferenciadamente y sin matices a todo género de
unidades familiares, siendo evidente que puede el legislador diferenciar entre unas y
otras en atención a criterios de necesidad relativa o a otros que resulten igualmente
racionales”.

El Derecho Financiero y Tributario, además de la función recaudatoria, debe


impulsar políticas sociales y, por tanto, políticas públicas de protección a la familia6.
Precisamente, en el caso objeto de análisis, la función extrafiscal se traduce en la inclusión
de determinados beneficios fiscales en las distintas figuras tributarias que tienen como
protagonistas a las familias.

Siguiendo los anteriores razonamientos, en un contexto donde el Derecho


Financiero no es un cuerpo normativo ajeno a las sensibilidades sociales (Sánchez Huete,
2013), es justificable la concesión de un tratamiento tributario más favorable a las
familias numerosas por los gastos que soporta y, en el mismo sentido, esta idea debería
aplicarse a otros modelos de familia como las monoparentales y las monomarentales, al
tener un solo un progenitor que asume los gastos familiares. Por otra parte, la diversidad
de trato no debería condicionarse al tipo de vínculo establecido por la pareja.

Más complicado es el caso de las uniones de hecho. Parte de la doctrina opina que
el Derecho Financiero y Tributario no tiene que establecer beneficios fiscales a un modelo
de familia que jurídicamente no existe. Y eso es matizable, porque es una figura jurídica

4Sentencia Tribunal Constitucional 47/2001, de 15 de febrero.


5Sentencia Tribunal Constitucional 222/1992, de 11 de diciembre.
6Artículo 2.1 Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria.

540
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

recogida en la normativa de las Comunidades Autónomas que, en algunos casos, equipara


fiscalmente parejas de hecho y matrimonio7; por otra parte, ya se admite un tratamiento
específico a unidades familiares que no existen jurídicamente, tal es el caso de los
cónyuges separados con hijos menores de edad en el Impuesto sobre la Renta de las
Personas Físicas (Ruiz Garijo, Efectos jurídicos de la equiparación de las uniones de hecho
al matrimonio, 2004).

No es admisible, por tanto, esa razón para la invisibilidad fiscal de las parejas de
hecho teniendo en cuenta que el Derecho financiero y tributario debe proteger: primero,
el principio de igualdad, que no admite diferencias de trato entre situaciones
equivalentes, tal es, los diversos modelos de familia; segundo, la protección de la familia
para lo que no puede ser un obstáculo o condición la conyugalidad, no solo porque el
matrimonio y las uniones de hecho sean situaciones equivalentes sino porque la pareja de
hecho merece protección constitucional8y tercero, el principio de capacidad económica
(Ruiz Garijo, Efectos jurídicos de la equiparación de las uniones de hecho al matrimonio,
2004).

A lo que se añade que en el ámbito del Derecho Financiero y Tributario, para que
un beneficio fiscal se extienda a todos los modelos de familias, dicho reconocimiento debe
ser explícito porque la laguna legal no puede ser subsanada por la analogía, tal y como
establece el artículo 14 Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria9 pese a ser un
recurso utilizado en otras disciplinas jurídicas.

Ante la falta de una solución eficaz a nivel estatal se han ido produciendo
equiparaciones entre los distintos modelos de familia en la normativa de las Comunidades
Autónomas, claro está dentro del ámbito de sus competencias, por lo que no da una
respuesta global a la cuestión planteada.

7 Art.13 Ley 5/2003, de 20 de marzo, de parejas de hecho de la Comunidad Autónoma de Extremadura.

Régimen fiscal: Los miembros de una pareja de hecho serán considerados como cónyuges a los efectos
previstos en la legislación fiscal autonómica a los efectos de computar rendimientos y de aplicar
deducciones o exenciones.
8 Artículo 39 Constitución Española.
9 Art.14 Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria: No se admitirá la analogía para extender más

allá de sus términos estrictos el ámbito del hecho imponible, de las exenciones y demás beneficios o
incentivos fiscales.

541
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

De todo lo anterior se puede concluir que se considera no aceptable la que no


extensión de protección fiscal a otras familias por la vulneración del principio de igualdad
ante la ley10 y el principio de igualdad tributaria 11 según lo establecido por el Tribunal
Constitucional. Según la Sentencia del Tribunal Constitucional 60/2015, de 18 de marzo,
el artículo 14 Constitución Española impone, con carácter general, el deber de dispensar
el mismo tratamiento a quienes se encuentran en situaciones jurídicas iguales,
prohibiendo cualquier desigualdad que, “desde el punto de vista de la finalidad de la
norma cuestionada, carezca de una justificación objetiva y razonable o resulte
desproporcionada en relación con dicha justificación” (Moreno Serrano, 2019). El artículo
31.1 Constitución Española prohíbe la concesión de privilegios tributarios
discriminatorios, es decir injustificados. Lo importante es el por qué de la medida, así
como la “la proporcionalidad de la medida, entendida como adecuación razonable al fin
legitimo constitucionalmente perseguido”12.

4. El análisis de la deducción por tributación conjunta en el IRPF y la bonificación


por familia numerosa en el IBI como ejemplos de un tratamiento desigual según
el modelo de familia

En este epígrafe se va a analizar dos supuestos en donde hay un tratamiento


diferenciado según el modelo de familia en sendos beneficios fiscales del Impuesto sobre
la Renta de las Personas Físicas y el Impuesto de Bienes Inmuebles cuya finalidad es la
protección de la familia a través de la disminución de los costes derivados de las cargas
familiares e introduciendo un análisis desde la perspectiva de género.

A pesar de que el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas es más


susceptible a este tipo de análisis porque tiene una especial sensibilidad hacia la
protección a la familia y por la propia subjetividad del impuesto que toma en
consideración las circunstancias personales y familiares del contribuyente, es interesante

10 Artículo 14 Constitución Española.


11 Artículo 31 Constitución Española.
12 Sentencia Tribunal Constitucional 60/2015, de 18 de marzo.

542
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

el análisis de un beneficio fiscal que favorece a las familias numerosas en un impuesto real
y su incidencia sobre los diferentes modelos de familia,

4.1. La deducción por tributación conjunta en el Impuesto sobre la Renta de las


Personas Físicas

El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas es un impuesto que grava la


renta obtenida por las personas físicas en un año, atendiendo el cálculo de la cuota a sus
circunstancias personales y familiares. Es un impuesto individual tal y como establece el
artículo 11 Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto sobre la Renta de las Personas
Físicas pero admite que se presente la declaración conjunta por todos los miembros de la
unidad familiar formada, primero, por un matrimonio con hijos que convivan con ellos y
segundo, un progenitor con los hijos que convivan con él. Históricamente es un elemento
que persigue reducir la carga tributaria de las familias donde uno de los miembros del
matrimonio, en la mayoría de los casos la esposa, no recibe rentas o las percibe en una
cuantía sensiblemente inferior a la principal fuente de ingresos (Carbajo Vasco, 2009). La
tributación conjunta agrega las rentas de ambos cónyuges que, por ser un impuesto
progresivo, gravan a un tipo superior al que le correspondería si optaran por la
tributación individual pero en su beneficio se puede aplicar una reducción en la base
imponible de 3.400 €, exclusiva de esta opción de tributación.

Este mecanismo presenta una distorsión en el caso de los matrimonios, ya que al


gravar la renta del segundo perceptor a un tipo impositivo mayor que bajo la opción de
tributación individual, le puede hacer replantearse al segundo perceptor de renta si le
compensa trabajar fuera del hogar, dado el coste fiscal que le supone, perpetuando, en
consecuencia, una dependencia financiera que, como ya se ha mencionado, en la mayoría
de los casos es de la mujer respecto al varón. Desde la perspectiva de género, el
planteamiento ideológico de la tributación conjunta es la protección de la familia
tradicional, donde hay una estrecha división de papeles con el hombre productor y mujer
reproductora y cuidadora, modelo familiar que ya no es el imperante en la sociedad actual
(De Villota, 2001). Refuerza el modelo de familia tradicional y desincentiva la
incorporación de las mujeres al mercado de trabajo.

543
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Para las situaciones de separación legal, familia monoparental o en el caso de


pareja o unión de hecho, como ya se apuntó anteriormente, la unidad familiar estará
formada por uno de los progenitores y los hijos menores de edad, estableciéndose una
reducción por tributación conjunta sensiblemente inferior, 2.150 €. Diferencia que no se
entiende cuando las familias monoparentales están en los tramos de rentas más bajas y
son mayoritariamente de titularidad femenina con las dificultades que conlleva, entre las
que destaca la búsqueda de un trabajo digno y estable con unos ingresos suficientes.

No se reconoce a las uniones de hecho porque se las subsume en una familia


monoparental, no pudiendo tributar de manera conjunta con su pareja y, obteniendo, en
su caso, una reducción menor en la base imponible. La consecuencia es que se excluye a
un número de familias importante que cumplen los requisitos excepto la circunstancia de
no haber contraído matrimonio. Los sujetos que optan por una relación estable
denominada unión o pareja de hecho se ven obligados a presentar la declaración
individual que les perjudica en el caso de que la otra parte de la pareja no trabaje o no esté
obligado a tributar por no llegar al mínimo exigido (Ruiz Garijo, Efectos jurídicos de la
equiparación de las uniones de hecho al matrimonio, 2004).

El diferente tratamiento entre matrimonios y uniones de hecho respecto a la


tributación conjunta no respeta los principios tributarios del artículo 31 Constitución
Española al gravar de manera diferente a individuos con el mismo nivel de resta según su
estado civil, menoscabando el principio de neutralidad al incentivar o desincentivar el
matrimonio frente a otras opciones (Martinez Alvarez, 2014). A pesar de ello, el propio
Tribunal Constitucional niega la extensión a las parejas de hecho de beneficios fiscales en
el ámbito tributario que regulen el régimen matrimonial porque son realidades jurídicas
distintas a las que se les puede asignar un tratamiento diferenciado 13. En este sentido, el
Tribunal Supremo aunque admite la sensibilidad social que aboga por reconocer como
iguales el matrimonio y a las uniones de hecho, no puede obviar el sometimiento a la ley14

13 Auto Pleno Tribunal Constitucional 203/2005, de 10 de mayo.


14 Sentencia Tribunal Supremo de 8 de febrero de 2002.

544
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

ni puede cambiar su línea de actuación en tanto no exista una modificación en la norma


fiscal. Y aunque hay una equiparación a nivel autonómico, no se produce a nivel estatal.

A pesar de estos pronunciamientos, el principio de igualdad tributaria requiere


que todas las situaciones económicas equivalentes se traten de igual forma, por lo que no
es admisible que “los beneficios fiscales que el legislador ha considerado pertinente
conceder a los matrimonios (con o sin hijos) no sean reconocidos a las parejas de hecho
que conviven en las idénticas condiciones, máxime cuando hoy en día la constitución de
esta institución se encuentra jurídicamente formalizada” (Rovira Ferrer, 2017). Se
observa que es una cuestión no resuelta ni doctrinal ni jurídicamente y mucho menos
socialmente.

El sesgo de género más evidente, derivado del tipo de modelo de familia en que se
inserta el contribuyente, se produce porque un gran número de familias monoparentales
son monomarentales, es decir, están encabezadas por una mujer y están ubicadas
habitualmente en tramos de renta inferiores, con la complicación de que soportan
mayores costes porque deben acudir al mercado para contratar a terceras personas que
cuiden de los hijos menores o dependientes.

Aunque esta autora es favorable a la desaparición de la tributación conjunta debido


a las disrupciones que produce en el acceso de la mujer al mercado de trabajo, por la
perpetuación de determinados roles de género que implican la dependencia económica
de la mujer respecto al marido, al impacto sobre el poder de decisión en el hogar y a su
escaso beneficio y repercusión, se aboga, mientras esté en vigor, porque se dé la
posibilidad de acogerse a ella a cualquier modelo de familia que se subsuma en la
situación de hecho y a las que resulte beneficioso porque haya dependencia económica de
unos respecto a otros, independientemente de que sea una situación transitoria, por
fuerza mayor o por una elección libre y voluntaria (Navau Martínez-Val, 2012).

Bajo el enfoque de género se apuesta por la tributación separada o individual,


porque promociona la igualdad entre hombre y mujer y beneficia al segundo perceptor
de renta, normalmente con nombre femenino que adquiere más poder de negociación en
el hogar y una mayor capacidad de elección. Genera condiciones más justas e igualitarias
para hombres y mujeres, sustituyendo el peso que tiene la familia en la configuración
actual del tributo por la persona.

545
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

La solución más eficaz seria la extensión del diseño de unidad familiar a cualquier
tipo de familia de tal forma que se eliminen los tratamientos diferenciados no justificados
que obstaculizan el acceso a los beneficios fiscales cuando se cumplen las condiciones
prefijadas.

4.2. La bonificación por familia numerosa en el Impuesto sobre Bienes


Inmuebles

Los Entes Locales gozan de autonomía política y financiera según los artículos 137
y 140 Constitución Española. Esta autonomía se subraya en el artículo 3 Carta Europea de
Autonomía Local que establece el derecho y la capacidad de las Entidades Locales de
ordenar y gestionar una parte importante de los asuntos públicos en el marco de la ley,
bajo su propia responsabilidad y en beneficio de sus habitantes. La vertiente financiera,
indispensable para hacer frente al efectivo cumplimiento de sus competencias, es una de
sus principales manifestaciones, y se desarrolla a través de tributos propios y la
participación en los tributos del Estado y las Comunidades Autónomas.

Se debe matizar que la autonomía financiera de los Entes Locales está limitada por
el principio de reserva de ley. Como los Ayuntamientos no gozan de poder legislativo, se
desarrolla dentro del marco establecido por las leyes estatales que lo fijan, entre las que
destaca el Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el Texto
Refundido de las Haciendas Locales.

Los Entes Locales, en función de la mencionada autonomía financiera, pueden


regular, mediante Ordenanzas Fiscales, algunos elementos de los tributos, entre las que
se encuentran deducciones, exenciones y otros beneficios fiscales, la fijación del tipo, así
como la actividad y procedimientos de gestión tributaria. Se preserva de esta forma la
autonomía municipal pues no está predeterminado el contenido de la regulación “sino
que las ordenanzas pueden tener presentes las diferencias entre los ayuntamientos y
establecer regímenes jurídicos parcialmente distintos” (Verdesoto Gómez, 2011),
manifestando un espacio de libre decisión y, pueden, por lo anteriormente expuesto,
establecer una política fiscal beneficiosa para las familias mediante la modulación de los
beneficios fiscales establecidos por ley.

546
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Se puede considerar al Impuesto de Bienes Inmuebles, el tributo principal para los


Entes Locales por su importancia recaudatoria. Se regula en los artículos 60-77 Real
Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el Texto Refundido de las
Haciendas Locales. Es un tributo directo de carácter real que recae sobre la titularidad de
los bienes inmuebles rústicos y urbanos, así como la de determinados derechos reales
como el derecho real de usufructo. Los contribuyentes son las personas naturales,
jurídicas y demás entidades sin personalidad que ostenten la titularidad del bien
inmueble o derecho que hace nacer la obligación tributaria.

A pesar de que es un impuesto objetivo y a priori no modula la deuda tributaria en


función de las circunstancias personales y familiares de los sujetos pasivos, en el artículo
74 Texto Refundido de las Haciendas Locales se recoge la necesidad de protección social y
económica de la familia ya que establece una bonificación en la cuota de hasta el 90%
cuando los sujetos pasivos ostenten la condición de titulares de familia numerosa.
Posteriormente, la ordenanza fiscal aprobada por el Ayuntamiento del municipio que se
trate deberá especificar la clase y características de los bienes inmuebles a los que afecte
el beneficio fiscal, su duración, porcentaje y demás condiciones, así como los elementos
sustantivos y formales y la posible compatibilidad o incompatibilidad con otros beneficios
fiscales. Es obligatorio, en cualquier caso, demostrar la condición de familia numerosa,
reconocimiento administrativo expedido por las Comunidades Autónomas.

Es un beneficio fiscal articulado para disminuir el gravamen de un bien


indispensable para la familia como es la vivienda y “culpable” de una parte importante de
los costes que soporta y que es más acuciante en el caso de las familias numerosas por
necesitar, en teoría, de una vivienda más amplia lo que aumenta el valor catastral y, en
consecuencia, el importe de la cuota tributaria. Sin embargo, “la necesidad vital de una
vivienda con más metros cuadrados no muestra por ello, indeciblemente, una mayor
capacidad económica” (Hernández Guijarro, 2015), subrayando la necesidad de este
beneficio fiscal a modo de correctivo.

Es una bonificación rogada, por lo que tiene que ser solicitada por el sujeto pasivo
y potestativa, lo que implica que el municipio tiene absoluta discrecionalidad para
aplicarla o no. Libertad que se extiende a la regulación de los requisitos que configuran la
bonificación. Esta amplia discrecionalidad es positiva desde el punto de la autonomía

547
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

financiera de los Entes Locales pero se considera negativa su gran indeterminación y


disparidad. Si la bonificación tiene su raíz en el principio de capacidad económica
contenido en el artículo 39 Constitución Española, lo más oportuno es que se delimitase
en una norma con rango de ley para que su aplicación sea homogénea y su efectividad
mayor. La actual discrecionalidad puede suponer agravios comparativos no solo para
determinados modelos de familia distinta de la numerosa sino también en función del
lugar de residencia.

En este sentido, basta consultar la regulación de esta bonificación en cuatro


localidades de la Comunidad Autónoma de Extremadura: Cáceres, Badajoz, Plasencia y
Mérida. En Badajoz la bonificación es un 50% de la cuota y un 60% en el caso de Mérida
mientras que en Cáceres se establece una cantidad fija en función del tipo de familia
numerosa, al igual que en Plasencia que distingue a las familias numerosas de primera
categoría a las que se aplica un 60% de la cuota íntegra, mientras que a las familias
numerosas de segunda categoría el porcentaje que se le aplica es el 90%.

Se comprueba que existen diferencias que pueden contribuir a un tratamiento


diferenciado dependiendo del lugar donde se ubique el inmueble y lo que hay que valorar
es si esas distorsiones son jurídicamente admisibles. Por eso, en algunos casos, han sido
objeto de interpretación en los tribunales. A modo de ejemplo, se puede citar la Sentencia
439/2018, de 19 de septiembre del Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares que
consideró parcialmente nula la bonificación establecida en el Ayuntamiento de Palma por
la “exigencia de que todos los miembros de la unidad familiar que figuran en el título de
familia numerosa residan y estén empadronados en la vivienda para la que se interesa la
bonificación” al considerarla discriminatoria porque se perjudica a las familias que han
sufrido una separación o divorcio. El recurrente alega que la propia Ley 40/2003, de 18
de noviembre, de Protección de Familias Numerosas, no exige que el ascendiente titular
tenga la obligación de convivir con sus hijos en el mismo domicilio y esta ley es la que
delimita el concepto de familia numerosa y por otra parte, la autonomía financiera de los
municipios “no autoriza para que se establezcan tributos o sus bonificaciones en modo
que se altere el concepto de beneficiario del título de familia numerosa establecido por
ley” .

548
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

El Tribunal Superior de Justicia15 asevera que la situación familiar planteada es


muy habitual y que no desvirtúa su calificación como familia numerosa y que el
Ayuntamiento, al establecer los requisitos de la discriminación, no puede vulnerar el
artículo 14 Constitución Española, ni establecer distinciones ante una misma realidad
fáctica como es el alivio del coste que genera un mayor número de hijos porque supondría
la desprotección de padres y madres divorciados con tres o más hijos que si están dentro
del ámbito de protección de la mencionada Ley de Familias Numerosas.

A efectos de la diversidad de tratamientos de los distintos modelos de familia se


plantea la cuestión de si los miembros de una pareja de hecho pueden ser titulares de una
familia numerosa ya que solo en caso afirmativo pueden beneficiarse de la bonificación
establecida en el artículo 74 Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, por el que se
aprueba el Texto Refundido de las Haciendas Locales. Si se acude a la Ley 40/2003, de 18 de
noviembre, de Protección de Familias Numerosas, concretamente a su artículo 2.1, se
precisa que “se consideraran ascendientes al padre, a la madre o a ambos conjuntamente
cuando exista vinculo conyugal y, en su caso, al cónyuge de uno de ellos”, por tanto, a priori
no se reconoce a las parejas de hecho y en caso de familias numerosas, se considerará a
un solo progenitor con tres o más hijos que será el que se pueda aplicar la bonificación,
siempre y cuando sea el contribuyente del Impuesto de Bienes Inmuebles. Se vuelve a
producir una clara vulneración del principio de igualdad tributaria, con el agravante de
que en Cataluña hay una equiparación de las uniones de hecho con el matrimonio (Durá
Claramonte, 2013), existiendo, en consecuencia, una clara desigualdad de trato según el
territorio de residencia.

Como se ha comprobado, es un beneficio fiscal que debería ser revisado para su


mejora y hacerlo más adecuado al fin que persigue y a los principios de igualdad, justicia
y capacidad económica. Habría que incidir en el nivel de renta de las unidades familiares
y no como se configuran. Por eso habría que priorizar la modulación del porcentaje de la
bonificación en función del nivel de renta y de datos objetivos que demuestren el posible
riesgo de exclusión de la familia. En este sentido, las familias monoparentales suelen tener

15 Fundamento Derecho Segundo Sentencia 439/2018, de 19 de septiembre del Tribunal Superior de


Justicia de las Islas Baleares.

549
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

una mujer como titular, como ya se ha mencionado y un mayor peligro de exclusión


debido a la precariedad laboral, falta de formación o el hecho de ser víctimas de violencia
de género. Todo ello teniendo en cuenta el impacto que sobre la recaudación de los Entes
Locales puede tener el beneficio fiscal.

Estos contenidos deberían ser comunes a todos los municipios y recogerse en el


Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, por el que se aprueba el Texto Refundido de
las Haciendas Locales, limitando el margen de actuación de los Entes Locales sin
desvirtuar su autonomía financiera.

5. Conclusiones

La protección fiscal de todos los modelos de familia se fundamenta en el artículo


39 Constitución Española, en el principio de igualdad y en el principio de capacidad
económica. A sensu contrario, se puede considerar que existe una vulneración del artículo
39, en relación con los artículos 9.2 y 14 Constitución Española si se demuestra que no se
protege a todos los modelos de familia o que su tratamiento no es igual y esta desigualdad
no está justificada.

Pero la realidad es que aunque existen beneficios fiscales que protegen a las
familias, normalmente se dirigen a la familia convencional o a las familias numerosas y no
se trasladan a otros modelos de familia a pesar de presentar necesidades comunes,
invisibilizando en la práctica aquellos tipos de familias que no se basan en la conyugalidad
como las parejas de hecho. Además, se identifican en estos beneficios fiscales sesgos de
género que penalizan a las mujeres, situadas normalmente en niveles de renta inferiores
y que, o bien son titulares de familias monoparentales o permanecen en el hogar.

Desde esta perspectiva, es indispensable que las políticas públicas tengan en


consideración las peculiaridades de cada modelo de familia, subsanando lo que la doctrina
califica como “una absoluta falta de dinamismo en relación con el tratamiento fiscal de los
nuevos modelos de familia” (Ruiz Garijo, Políticas fiscales discriminatorias desde una
perspectiva de género. Análisis crítico, 2013) y proponen que los sistemas fiscales sean
neutrales respecto a la formalización de la convivencia, ya sea matrimonial o no
matrimonial (Sánchez Huete, 2013).

550
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

El trato fiscal no debería depender de la estructura familiar sino de la capacidad


económica y de la neutralidad respecto al género que no establezca una división de
papeles muy definidos, así como a las necesidades específicas de los grupos que lo
componen.

La solución pasa por especificar como beneficiarios a todos los modelos de familiar
y condicionar la aplicación de la bonificación no por el tipo de familia sino por el nivel de
renta y la capacidad económica para modular los incentivos fiscales en función de las
distintas situaciones vitales.

Referencias

(s.f.). Recuperado el septiembre de 2020, de


https://www.conceptosjuridicos.com/pareja-de-hecho/

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Durá Claramonte, M. (2013). La bonificación en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles para


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551
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

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Navau Martínez-Val, P. (2012). El tratamiento del modelo familiar de responsabilidades


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Verdesoto Gómez, M. (2011). Impuestos locales y relaciones familiares. Revista Quincena


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Vicente Torrado, T. y. (2006). Mujeres al frente de familias monoparentales. Cuadernos


Deusto de Derechos Humanos nº38.

552
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Feo, fuerte y formal:

alternativas ante los estereotipos de masculinidad

Viviana Castellanos Suárez


Universidad Juárez Autónoma de Tabasco
vivihermosa_70@hotmail.com

Resumen

Existen ciertos estándares psicosociales hacia los hombres, ya sean de fuerza,


aspecto, o conductuales que han regulado su masculinidad, en los cuales se espera
como respuesta actitudes, aptitudes y formas de pensar que incluso se han
socializado a partir de la narrativa coloquial al mencionar que un hombre habría de
ser “feo, fuerte y formal”, estos deberías, no siempre encuentran eco, ya que las
masculinidades se han ido transformando, en esta dinámica de cambio se ha dado
paso a alternativas a estos estereotipos de aspecto y de conducta y es precisamente
lo que pretende este escrito de revisión, hacer notar las acciones y cambios
emergentes ante estos mandatos psicosociales insertos sin duda en la sociedad
específicamente en la cultura patriarcal. Para ello se realizará una revisión de cada
uno de estos calificativos y se reflexionará sobre las alternativas existentes en su
resignificación. Se concluye que los cambios en la percepción psicosocial han
deconstruido el estereotipo con ello es posible mencionar con certeza que un
hombre no siempre es feo, fuerte o formal.

Palabras clave

Masculinidad, estereotipos, identidad masculina, resignificación, nudos de género.

553
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

1. Introducción

Desde los inicios del siglo XX y hasta hoy en día, se ha visibilizado lo


imperante de la transformación de las conductas masculinas, en la coyuntura del
siglo XX y XXI estas conductas comenzaron a ser no funcionales al favorecer la
supremacía, alejándose de principios como la igualdad, equidad, justicia,
provocando justo lo contrario desigualdad, inequidad, injusticia de un género sobre
el otro y también en su propio género, ya que no se tiene acceso a las mismas
oportunidades y al trato igualitario.

Por ello y ante diversos eventos socioculturales se fue apremiando el cambio


de usos, costumbres y leyes era imperante, ya que los sucesos impactaban sin duda
los derechos individuales y sociales. Barba (2012) plantea al menos cuatro eventos
que marcaron urgencia de esta transformación, por principio ubica la manera de
manejar los homicidios por defender el honor que tenían una tendencia sexuada y
sexista que solo beneficiaba a los hombres, ya que eran los únicos que se
consideraba tenían honor, un segundo punto se refiere a un cambio del ideal
masculino dejando de imperar el Don Juanismo por ser o convertirse en el hombre
cabeza de familia, el tercer cambio se gesta en la percepción del rol de la mujer a
partir de la Primera Guerra Mundial en donde las mujeres dejaron de ser sumisas y
demostraron su valía social y finalmente el cuarto punto se ubica en el surgimiento
de la intersexualidad, lo unisex, que implica la difuminación de los límites entre los
sexos.

Esta urgencia de cambio de las formas de ser y de hacer de lo masculino, se


ha encontrado de frente con estereotipos de aspecto y conducta fuertemente
arraigados en la sociedad, incluso con refranes que se incrustaron en el lenguaje
coloquial, que se grabaron y se enraizaron en lo colectivo para recordarle al hombre
cómo tenía que ser, o lo esperable de él, tal es el caso de mencionar, concretar y
recordarle una y otra vez que para ser, estar, responder y decidir como hombre
basta regirse sobre lo “Feo, Fuerte y Formal”, lo cual coincide con Mendieta (2002)
quien refiere que estos atributos o adjetivos es una de las formas de hacer y
construir la masculinidad latina.

554
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Lo cierto es que sobre todo en este siglo se han generado movimientos de la


masculinidad, pasaron pronto de una fase contemplativa a la fase de acción y
transformación, la cual apunta a deconstruir estereotipos, ideas, pensamientos,
actitudes, posturas y conductas consideradas masculinas, reservadas para los
hombres, así como conductas machistas que no son atributos exclusivos de los
hombres sino una forma de relacionarse que impacta a todos, incluyendo los
machismos invisibles que son formas sutiles e imperceptibles de dominación y
sometimiento (Castañeda, 2019) y los micromachismos o mM que son
comportamientos invisibles de violencia y dominación, que se realizan por los
hombres en las relaciones de pareja hacia las mujeres y que incluso una de sus
formas, la coercitiva, está firmemente grabada con el estereotipo masculino de
fuerza y está relacionada con ejercer esta fuerza física, mental, económica para
someter a las mujeres (Mendez, 1996).

Desde lo psicosocial se ha tratado de enunciar y visibilizar cada una de estas


conductas cada vez de se presentan con el fin de encontrar alternativas emergentes
ante estas conductas que sin duda dañan a quien lo ejerce y a quienes lo viven,
además de ser base y raíz de problemáticas sociales actuales tales como la violencia
por mencionar alguna de ellas, así mismo se ha tratado de cubrir estas fallas
estructurales con políticas públicas que corrijan las injusticias y garanticen la
igualdad de oportunidades, tal es el caso de las cuotas de género, eliminar roles
masculinos o femeninos, la diversidad, entre otros.

Los estudios de género han demostrado entre otros que tanto hombres como
mujeres somos iguales y que la diferencia es solo sexual de tipo cromosómica, por
ello se requiere promover la equidad con acciones que permitan identificar y actuar
en las brechas de desigualdad, el punto se centra en que estos estereotipos que
prevalecen requieren un cambio en su perspectiva psicosocial, surgiendo las
siguientes interrogantes ¿Existen alternativas a estos estereotipos de aspecto y
conducta socialmente impuestos a la masculinidad?, ¿Existen otras masculinidades
emergentes basadas en que los hombres puedan ser o hacer, formándose en la
libertad, igualdad, equidad y respeto de las diferencias, sin tener que seguir modelos
únicos?, ¿En qué etapa del proceso de cambio se encuentran las masculinidades?, el
objetivo que se pretende alcanzar en este estudio es exponer la revisión teórica de

555
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

estos tres atributos asignados por la estructura social, la educación y la cultura a la


masculinidad, tratando de identificar tanto los orígenes como las consecuencias que
lo soportan así como las alternativas de cambio de lo feo, lo fuerte y lo formal.

2. Respecto a lo feo

Por principio de cuentas cabría mencionar que es lo bello, para que así a
partir de comprender este concepto le de cabida a exponer su opuesto, lo feo. En el
texto sobre la belleza ideal hay una serie de cuestionamientos que apoyan a
introducirse al tema, Arteaga (1789) menciona que se puede tener certidumbre
física de objetos individuales y de lo que se entiende si estos se pronuncian, tal es el
caso de una montaña, rio, de alguna manera nos une a los seres humanos una misma
idea, sin embargo, hacia lo bello cada quien interpreta según su percepción guiado
por sus principios, pasión, educación o ignorancia, y de allí surge o no su
conformidad o uniformidad, ya que se juzga lo bello por el efecto que produce en
quien lo deleita, de allí se deriva el cuestionarse si las ideas que se tienen sobre la
belleza son naturales o adquiridas, además de la importancia de tomar en cuenta
que hay una tendencia por parte del ser humano a imitar lo bello, que a su vez toma
como inspiración a la naturaleza, por ello lo que se aleje del parámetro de esta
naturaleza será lo imperfecto o lo no bello.

Es decir, lo bello o lo feo queda a criterio de quien lo percibe y al parecer lo


bello o lo feo se define a partir de la percepción de cada quien tal como lo menciona
la siguiente reflexión:

“Un día la Belleza y la Fealdad se encontraron a orillas del mar y se dijeron:


Bañémonos en el mar. Entonces se desvistieron y nadaron en las aguas. Y después
de un rato, la Fealdad regresó a la playa, se vistió con las prendas de la Belleza y
se fue. Y también la Belleza salió del mar y no encontró sus vestidos, y como era
demasiado tímida para andar desnuda, se vistió con las prendas de la Fealdad y
también se fue. Y hasta hoy mismo hombres y mujeres confunden una con la otra”
(Gibran, 2009, p.88).

556
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Eco e Irazazábal (2007) afirman que lo bello y feo están relacionados con
distintos periodos históricos o distintas culturas, lo feo expone la decadencia del
cuerpo, entre otros atributos negativos y de desproporción, es decir, lo feo se
describe acorde a la época, contexto cultural o histórico que se vive, en el entramado
social se expresan y se exponen los parámetros de fealdad tanto en sus
manifestaciones, requerimientos o momentos sociales, en palabras de Scribano y
Mattar (2009) mencionan como la civilización y su influencia capitalista gestan un
proceso en el cual es posible reconstruir y modificar el control sobre el cuerpo, tanto
en la apariencia como en formas de comportarse, a partir de modelar tanto instintos
agresivos, como comportamientos socialmente incorrectos, en el cual la dimensión
corporal expresa los condicionamientos sociales, las transformaciones y
modificaciones que se aprecian en las costumbres, hábitos, rutinas, modales y
gestos, por lo que el cuerpo se transforma en su capa más superficial, como también
en su ámbito más íntimo.

Al parecer se ha dado entrada a la posibilidad de la fealdad en los hombres


no haciendo aprecio a las carencias acorde a los cánones de belleza del momento
sino a partir de las sobrecompensaciones, apreciando y sobrevalorando para ello
otras fortalezas o virtudes, lo cual fortalece y blinda con una coraza a los hombres
más que menguarles valía o la autoestima, al respecto se expone:

“…más que la fealdad como singularidad facial, es la columna vertebral de nuestra


obra toda forma de incorrección física, defecto orgánico, minusvalía o
enfermedad que, por no ser digeridas con naturalidad, se quedan atascadas entre
los pliegues de la personalidad hasta formar una costra, de modo que lo que un
espíritu débil siente como merma, lo siente el fuerte como blindaje, produciéndose
en este último una relegación o dejación funcional de principios en favor de las
motivaciones, a fin de que no sea la moral, sino la voluntad (y una voluntad
cazadora) la guía y directora de las conductas, llamadas a la sobrecompensació.”
(Zurrón, 2006, p.19).

Así lo feo además de entenderse a partir de la percepción, del momento


histórico y del entramado social y de la sobrecompensación con fortalezas o virtudes
y también se puede explicar a partir de elementos económicos, tal es el caso del
poder del dinero, en el manuscrito económico de Marx, se cita a un pasaje de Goethe

557
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

respecto a la fealdad y el dinero mencionando: “Soy feo, pero puedo comprarme la


mujer más bella. Luego no soy feo, pues el efecto de la fealdad, su fuerza
ahuyentadora, es aniquilada por el dinero” (Marx, 2006, p. 181).

El dinero tiene el simbolismo de poder y adquisición, también tiene la


capacidad de agregar personalidad, al parecer el gran compañero del dinero es el
consumismo y la influencia de las comunicaciones sociales en las cuales circula el
dinero, al respecto Teillery (2002) recapitula en como la publicidad se orienta hacia
gasto del dinero e impone sus estructuras mentales el consumismo, orientando la
actitud del ser humano hacia la compra de determinadas imágenes bellas, estéticas,
que seducen y representan o proyectan una imagen de éxito, sin embargo, esta
imagen de poder en la modernidad no es una sola, se abre un abanico al consumo
complejo y se conjugan múltiples expresiones estéticas lo que posibilita espacios de
libertad de consumo, lo cual implica que los patrones rígidos se acaban, cada
individuo se encuentra ante la posibilidad de establecer su concepto de belleza,
moda, color, olor o de apropiación al patrón estético que elige independientemente
del género, por lo que el espacio de selección del consumidor es más abierto.

En esta inercia de las expresiones estéticas, se han nombrado incluso nuevas


identidades, formas de ser o hacer, en sí, tendencias, tal es el caso del metrosexual,
ubersexual, hombres leñadores o lumbersexuales, normcore, spornosexuales, al
respecto Rey (2006) menciona que estas formas son el resultado de un proceso de
transformación iniciado hace tiempo en las sociedades occidentales, donde el
llamado nuevo hombre ahora se preocupa y ocupa de asuntos de moda que incluye
ropa, indumentaria y complementos y de cuestiones de belleza tales como perfume
y cosméticos, tacones y de la corporalidad dejándose limpio, lampiño, etc., atina a
considerar que esta respuesta es debido a que el hombre es un sujeto social, el cual
por consecuencia de los movimientos de cambio llevados a cabo por las mujeres,
concibió un movimiento en su género, junto con una construcción publicitaria, ya
que de la observación y análisis de las empresas para convertir este movimiento en
un fenómeno de masas en el cual estas se beneficiaran mutuamente, las personas
por nuevos modelos identitarios y las empresas económicamente por los nuevos
clientes.

558
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Acorde con Simpson (1994) el metrosexual surgió hacia los años noventa,
alude a los que viven en una metrópoli y sexual sin complejos o estereotipos por el
género o lo femenino, se refiere a hombres con intereses por la moda y aseo
personal, la mayoría jóvenes, consolidándose como el mercado de consumo más
prometedor, ya que encontraron el placer por comprar y cuidar de su persona y
aspecto, desviando las tradicionales definiciones de masculinidad, de consumo y
comportamiento.

Griffiths, Lefebvre, Cook y James (2016) mencionan cómo a partir de ingresar


el metrosexual a la cultura se dio pie a nuevas clasificaciones de masculinidad e
imágenes representativas de estas, tales como los lumbersexuales o parecidos a un
leñador con apariencia ruda, gusto por el aire libre, botas, barba, los spornosexuales
cuya apariencia es más bien atlética, ampliándose así el conocimiento existente de
las clasificaciones de masculinidad examinando la aparición de nuevas
conceptualizaciones que reflejan nuevas categorizaciones o extensiones de
identidad masculina e incluso agregando el elemento competitivo ante la tasa
obsolescente de la moda, entre estos nuevos modelos que es el caso del ubersexual,
que significa ir más allá, ofrecer un modelo superior (Rey, 2006).

Para concluir este apartado Basave (1992) refiere que el ser humano es
estético por naturaleza y es antihumano buscar la fealdad por la fealdad, agrega que
el hombre es un animal sediento de belleza y cuando falta esta belleza la angustia
moviliza a buscarla ya sea en el interior, en el exterior, lo cierto es que la alternativa
y la posibilidad ante ser feo queda abierta, se puede hacer un cambio, se puede
continuar o se puede sobrecompensar.

3. Sobre ser fuerte y formal

La masculinidad tradicional ha sido históricamente enfocada al cuerpo del


hombre, se le han dado los comportamientos asociados con fuerza e ingenio,
atributos arquetípicos de fortaleza, presencia, que ostenta y se presenta socialmente
a través del cuerpo de tal forma que su hechura ha sido al mismo tiempo su coraza
para protegerse y proteger a otros, promoviendo la perfección corporal y la fuerza

559
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

para no ser vulnerable, para muestra Hércules, Aquiles, Sansón, Superman, Hulk,
quienes forman parte de las leyendas, mitos, personajes históricos o de los medios
masivos que reflejan liderazgo, popularidad, sobre fuerza, súper poderes, pero
también una vulnerabilidad a cuidar, ya que pueden perder su fuerza ya sea por el
talón, el cabello, criptonita, y además de ser fuertes eran héroes, por lo que al
contarlos a las nuevas generaciones refuerzan el modelo de fuerza y formalidad.

Este tipo de atributos van conformando modelos e identidades de fuerza,


masculinidad y parentalidad al respecto Gissi (2004) menciona como desde la
conquista, la colonia y hasta el actual siglo XXI, el modelo de la masculinidad paterna
no es el de la protección-afecto-guía, sino el de fuerza, rigidez y arbitrariedad, así
como también para hacerse hombre parecer lo que llaman un hombre digno hay que
realizar una especie de identificación con el agresor, ambivalente y compensatoria,
sin embargo estos modelos de paternidad fuerte y rígida y al igual que los modelos
arquetípicos de ser hombre tales como el hombre duro, frio, fuerte, valiente,
violento que reprime, niega implica tener hipertrofiados los afectos evidentemente
ya no satisfacen las necesidades básicas de identidad, por lo que más que estar en
una crisis de identidad se abre la posibilidad a diferentes identidades en la
masculinidad, sin embargo no es sencillo, ya que implica rescatar desde un enfoque
jungiano la parte femenina de los hombres que quedó en la sombra o quedo
reprimida, recatar esta parte sensible, emotiva y afectiva, para algunos resulta una
afrenta, ya que ser hombre fuerte y formal es el mayor status social, por lo que un
cambio en sus afectos o reconocer su parte sensible implica aún ser un poco
hombre, significa un insulto a la aun frágil masculinidad.

Respecto a la dinámica cambiante de la identidad cultural masculina Holt y


Thompson (2004) describen tres modelos de ideología masculina. El modelo de
sostén de familia personifica al hombre trabajador, el modelo rebelde, refleja a
hombres antiautoritarios independientes y el modelo Hero de Man-of Action es un
híbrido de los dos primeros modelos, los hombres en este modelo representan lo
áspero individualismo del rebelde, pero también mantienen lealtad al colectivo
intereses y fungen como se les exige al ser sostén de familia.

560
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Independientemente de las identidades que estén surgiendo, este proceso de


identidades y de cambio no es sencillo implica conducirse a romper las fronteras de
lo masculino y femenino y transitar entre ellas logrando diluir esquemas de
masculinidad heteronormativa y patriarcal no es sencillo, ya que el cuerpo del
hombre sorprendentemente ha sido según Díaz (2008) en un prisionero de esas
imposiciones falócratas, al pedirle ser fuerte y no llorar, hasta llegar a una llamada
soberbia machista que implica aguantarse antes de sucumbir en un llanto catártico
y ceder en las relaciones de poder, invita a reflexionar el porqué los hombres no se
expresan de otra manera, por qué no son más sentimentales, más materpaternos,
auténticamente humanos.

El cuerpo del hombre también había sido prisionero sin saberlo de la


sexualidad, del trabajo que era la clave de la bóveda capitalista por la energía
productiva que de él emana y de su fisionomía (Scribano y Mattar,2009), ante los
cambios más allá de la reproducción biológica ahora puede gozar de su sexualidad,
del trabajo, puede dejar de amoldar su fisonomía natural a las exigencias culturales
y puede dar una respuesta diferente de organización laboral, trabajando para sí
mismo.
También los modelos y estereotipos publicitarios se han ido transformando
Rey (1998) expone como el llamado homo publicitarius ha cambiado de aspecto, no
es aguerrido, regordete o de aspecto desaliñado, feo o con barba de varios días, no
aparece exclusivamente como un Don Juan, o sofisticado, seductor o
extremadamente viril o con agresividad machista, se proyectan diferentes cambios
en este homo y recapitula en que las sociedades occidentales aún no pueden
responder o definir acerca de ¿Qué es lo masculino?, ya que es un concepto que está
en crisis, lo cierto es que se deconstruyó esa esencia de lo masculino, ya que ha
dejado de encontrar su argumento en la división de los sexos en beneficio de una
identidad que lleva a una intercambiabilidad de los papeles ya no hay separación
estricta entre lo masculino y lo femenino.
Hoy se sabe que el hombre feo, fuerte y formal eran prácticas instituyentes
de masculinidad, eran representaciones sociales hegemónicas que daban respuesta
a las pautas culturales para definir, construir y controlar la masculinidad en lo
social, lo familiar, trabajo, escuela, carreras, sin embargo, según Muñoz Sánchez

561
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

(2015) las tensiones del deber ser, los conflictos y las resignificaciones que los
hombres hacen de estas representaciones y de estas prácticas psicosociales y
culturales, generan la reflexión sobre los varones, la masculinidad y las relaciones
de género en el mundo contemporáneo que permita pensar estrategias de
transformación social, cultural y política que conlleven cambios en las relaciones
desiguales entre hombres y mujeres y entre los mismos hombres.

Lo feo, lo fuerte y lo formal han sido hilos que entretejen este nudo de género,
tan complicado que nadie podía desatar y liberar los hilos, así a estos estereotipos
que por siglos controlaron el yugo social se empezaron a soltar al desgastarse y
desplazarse los esquemas de sometimiento, control y poder, según Rius (2006) los
nudos de género tienen también el elemento llamado poder, el cual está presente en
la relación de género por lo que la tensión entre el nudo y sus partes en ocasiones se
resuelve de preferencia por negociaciones o propuestas, pero también con
malestares o violencias.

Posiblemente esta visión en transición permita al hombre desatar sus nudos


de género que lo aprisionaban su cuerpo fuerte y de su actitud formal y lo llevan a
resignificar los convencionalismos sociales como proteger, tener seriedad, ser un
hombre cabal, cumplir su palabra o compromisos, tal vez como lo mencionan
Dausset, y Salvá (2007) el hombre sea más consciente de sus facultades derechos y
saberes, capaz de elaborar sus propias respuestas y argumentar a favor de ellas,
reflexionando desde distintos ángulos que le ayuden a definir quien es dentro de las
nuevas alternativas de estas nuevas masculinidades.

4. Conclusión

Se puede resolver que existen nuevos horizontes para ser hombre, las
identidades masculinas están el proceso de rehacerse, resignificarse, las prácticas
instituyentes de masculinidad requieren dejar el poder que los convirtió sin saberlo
en sus propios esclavos al exigirles formas hegemónicas de funcionamiento y con
ello tener que renunciar a sus afectos y forzarse a tener que ser fuertes y formales.

562
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Tras las transformaciones culturales y las fracturas en lo hegemónico y el


desplazamiento de la mujer hacia cambios sociales, se inician las posibilidades de
cambio también para los hombres, se abre un abanico de posibilidades para
deconstruir los estereotipos de aspecto y conducta socialmente impuestos a la
masculinidad.

Sin embargo, la etapa en la que se encuentran las masculinidades es aún de


disyuntivas y dicotomías, las dificultades son en torno a dejar ser, pero enfrentarse
ahora a que ser, sin embargo, la respuesta es sencilla, es solo elegir ser uno mismo,
poder ser o hacer basándose en la libertad, equidad, igualdad y respeto a las
diferencias y a la diversidad.

Los tres estereotipos de aspecto y género feo, fuerte y formal están en un


proceso de cambio, los hombres ya no caben en ellos, ser o hacerse hombres implica
generar una relación con su propia masculinidad, no fragilizarla o sentirse atentado
con los cambios que se están presentando, sino con nuevos horizontes de autonomía
y autodeterminación, que permiten que el hombre sea capaz de tomar las riendas
de sí mismo y no de lo designado socialmente, para ello se requiere trabajar desde
la infancia para incidir en que la crianza y guía de los menores sea desde lo
contrahegemónico. Lo feo, lo fuerte y lo formal, han deshecho su nudo de género,
ahora son libres y los hombres también lo son.

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CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

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CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

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565
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Teletrabajar no es conciliar: análisis con perspectiva de género


de los micro machismos aceptados en nuestra nueva realidad

Belén Blázquez Vilaplana


Universidad de Jaén
bblazquez@ujaen.es

Francisco Javier Alarcón González


Universidad de Jaén
falarcon@ujaen.es

Resumen

Teletrabajo y conciliación son dos de las principales palabras que se han repetido en
los últimos meses. Como consecuencia de las medidas adoptadas para frenar la
penetración del virus COVID19, millones de personas se encontraron de la noche a
la mañana teniendo que desarrollar sus tareas laborales desde casa. Nos llevamos
las oficinas, las reuniones y/o los informes, de las sedes de las empresas (o
Universidades) a los salones de nuestras casas; convertimos el dormitorio, un
espacio de la cocina o cualquier rincón con luz y una mesa en habitáculos donde
intentar –con mayor o menor fortuna– continuar con las tareas que antes
conllevaban desplazamientos, interacción con nuestros compañeros/as y alguna
que otra hora extra. Buscamos enseñar, producir o vender como si este fuera
nuestro medio habitual y no estuviésemos en una situación excepcional que nos han
repetido que viene para “quedarse”. Todo ello coincidió con la necesidad de
compaginar esa actividad en nuestro domicilio con la convivencia familiar. Mientras
se intentaba cumplir con cierta normalidad con las “horas de trabajo”, se tuvieron
que desarrollar las tareas asociadas al cuidado de la llamada unidad familiar.

566
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Durante meses, teletrabajar dejó de ser una utópica y perseguida herramienta para
conciliar y pasó a ser la constatación real de que esta forma de organizar el trabajo
no era la respuesta esperada para avanzar hacia la corresponsabilidad. La razón
última se encuentra en que nos quisieron hacer creer que ambas cosas eran las dos
caras de una misma realidad. Demostrarlo aplicando la perspectiva de género al
caso español es el objetivo de este trabajo.

Palabras clave

Teletrabajo, conciliación, perspectiva de género, micromachismos, cuidados.

1. Introducción

El trabajo que aquí presentamos, parte de dos hechos que se han verificado a
lo largo de los últimos seis meses por la situación a la que nos hemos visto abocados
tras las medidas adoptadas por el Gobierno central español el 15 de marzo del 2020.
Por una parte, la constatación de la necesidad de aplicar la perspectiva de género en
el análisis de una realidad que ha venido para quedarse, el teletrabajo y, por otra,
que teletrabajar y conciliar no son las dos caras de una misma moneda, sino que la
primera es una herramienta que utiliza el empresario (o la administración) para
organizar y/o gestionar la actividad productiva y la segunda una aspiración que
busca que la ciudadanía pueda compaginar la vida laboral, personal y familiar sin
que ello suponga tener que renunciar a alguna de ellas. En este sentido,
entenderemos por Teletrabajo1:

Una forma de organización o de realización del trabajo utilizando las tecnologías


de la información, en el marco de un contrato o de una relación laboral, en la que

1 Definición dada el año 2002, en el Acuerdo Marco Europeo sobre Teletrabajo, firmado por la
Confederación Europea de Sindicatos (CES), la Unión de Confederaciones de la Industria de Europa
(UNICE), la Unión Europea del Artesanado y de la Pequeña y Mediana Empresa (UNICE/UEAPME) y
el Centro Europeo de la Empresa Pública (CEEP).

567
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

un trabajo que también podría haberse realizado en los locales de la empresa, se


ejecuta habitualmente fuera de estos.

Por otra parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su


convenio nº 177 y en la Recomendación nº 184, entiende que este se produce
cuando

se realiza la actividad laboral en el domicilio de la persona trabajadora o en otro


local que esta escoja, distinto de los locales de trabajo de la empresa, a cambio de
una remuneración y con el fin de elaborar un producto o prestar un servicio
conforme a las especificaciones de la misma.

Mientras que, por conciliar, utilizaremos la definición recogida por el


Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno Vasco, para el
cual es

La participación equilibrada entre mujeres y hombres en la vida familiar y en el


mercado de trabajo, conseguida a través de la reestructuración y reorganización
de los sistemas laboral, educativo y de recursos sociales, con el fin de introducir la
igualdad de oportunidades en el empleo, variar los roles y estereotipos
tradicionales y cubrir las necesidades de atención y cuidado a personas
dependientes2.

En este sentido, consideramos que desde que se dibujó en España el nuevo


escenario marcado por el confinamiento de la población en el referido mes de
marzo, la ciudadanía en general, pero sobre todo muchas mujeres, han aceptado
como verdad irrefutable que la única –la mejor– forma de conseguir la ansiada y
esperada conciliación es a través del teletrabajo. De este modo, aceptar que
teletrabajar es siempre y en todos los casos igual que conciliar, nos ha llevado a
emplear como sinónimos ambos conceptos olvidando que existen muchas aristas
que obligan a matizar dicha afirmación. En caso contrario, reconocer esta

2Recuperado del apartado referido a Política familiar y diversidad. Palabras para la igualdad –
Óptima plana. https://www.euskadi.eus/que-es-la-conciliacion-personal-familiar-y-laboral/web01-
a2concil/es/

568
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

posibilidad como la panacea que da respuesta a muchas de las demandas que desde
sectores feministas se han hecho sobre la necesidad de trabajar hombres y mujeres
en igualdad de condiciones y de compartir tareas y obligaciones familiares, nos
puede abocar a dejar en el olvido todas las “trampas” que encierra el convertir
nuestras casas en nuestras nuevas oficinas. Denunciar esta situación en estos
momentos, cuando este tema ha ocupado un lugar central en las agendas
gubernamentales, permitirá que las grandes perjudicadas por esta circunstancia
sobrevenida no sean, de nuevo, las mujeres (Malasmadres, 2020). En caso contrario,
asumir que teletrabajar es la meta de la conciliación, hará que, en un gran número
de casos, la única opción que les quede sea volver a recluirse en “sus cuarteles
generales”, en lo que tradicionalmente conocemos como “el hogar”. Todo ello,
asumiendo los costes personales que esta doble o triple jornada laboral y personal
supone o, en el peor de los casos, abandonando sus carreras profesionales. Y,
siempre, haciendo suyo el estigma de culpa que llevan asociadas estas renuncias y
que sutilmente están encubiertas bajo micromachismos normalizados por la
sociedad.

Esto es así porque, aunque antes de la pandemia se veía al teletrabajo como


la mejor, utópica y casi única forma al alcance de las personas trabajadoras para
lograr en un primer momento la conciliación y posteriormente la
corresponsabilidad, su implantación de manera urgente y en una situación de crisis
sanitaria ha conllevado que esta forma de organizar la actividad productiva y los
tiempos de trabajo estén teniendo un efecto contrario al esperado. En este sentido,
la publicación de los primeros resultados de las investigaciones que empezaron a
realizarse como consecuencia de la COVID19 (Farré y González, 2020; Belloch,
Aguado y Aguado, 2020), reafirman la idea de que lo que se está produciendo es, de
manera directa, un aumento en las diferencias existentes ya entre mujeres y
hombres en cuanto al acceso, permanencia y salida del mercado laboral y, de manera
indirecta y a mediano y largo plazo un aumento de la brecha salarial entre ambos.
Sin olvidar que esta sobrecarga laboral y personal conlleva también un enorme coste

569
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

en la salud mental y física de las mujeres3 y, por ende, en su calidad de vida


(McKinsey, 2020). Por último, no podemos dejar de mencionar la pérdida de
recursos humanos que todo esto supondrá para las empresas si las mismas no
pueden contar con el potencial profesional y de liderazgo de una parte importante
de su personal, las mujeres.

2. Objetivos

El objetivo central de este texto es presentar elementos de reflexión que nos


permitan desmontar la idea de que teletrabajar es conciliar y, por tanto, que la
situación sobrevenida por la crisis sanitaria va a facilitar que ambas medidas sean
la concreción final de una realidad largamente anhelada por muchas mujeres, y
algunos hombres, en pro de la igualdad. Entendemos que las políticas de conciliación
deben ser una prioridad de un Estado social y democrático de derecho que aspire a
tener un bienestar consolidado y donde se ambicione conseguir la igualdad real y no
sólo formal de su ciudadanía.

Para ello, utilizamos una metodología que aplica la perspectiva de género en


el análisis de los mecanismos existentes para alcanzar la conciliación y, sobre todo,
de la regulación del teletrabajo. Partimos de la hipótesis de que dicho paradigma nos
permite demostrar cómo la implementación del teletrabajo en la sociedad española,
tal y como se ha venido haciendo en estos meses, no va a afectar de igual modo a
hombres y a mujeres, ni a corto ni a largo plazo. La razón última que explica esta
afirmación es aquella que mantiene que la situación actual lo que ha hecho ha sido
reconocer el mantenimiento de las desigualdades de poder entre ambos géneros y
no como se pensaba que ocurriría, disminuirlas. Este escenario refleja, en última
instancia, las diferencias que aún persisten hoy día en la asunción de los roles de
cuidados y de la ocupación de los espacios en el imaginario colectivo: el público

3 Sobre las implicaciones de la pandemia con la igualdad de género y la salud, véase a nivel europeo
los datos recogidos por el Instituto Europeo de Igualdad de Género (IEGE). Recuperados de
https://eige.europa.eu/topics/health/covid-19-and-gender-equality.

570
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

dominado por los hombres y los privados que siguen siendo invisibilizados y
considerados propios de las mujeres. Por tanto, se han perpetuado las diferencias
de género en cuanto a las actividades productivas y reproductivas de la sociedad. Lo
cual se ve reforzado por normativas que intentando regular la consecución de la
conciliación no están más que cargadas de buenos deseos. Puesto que no se han
aprobado ni implementado apenas medidas que favorezcan que sean los hombres
los que asuman dichos roles sino, más bien, todo lo contrario.

3. Desarrollo

Para poder realizar nuestro análisis con perspectiva de género, primero


deberemos acercarnos, brevemente, a conocer la regulación bajo la cual se han
establecido mecanismos legales que permitan hablar de conciliación de la vida
personal, familiar y profesional en España, por una parte, así como del teletrabajo
como forma de organización de los tiempos de producción, por otra.
Posteriormente, daremos algunos datos e introduciremos algunos indicadores con
perspectiva de género a tener en cuenta para romper esta equivalencia entre
teletrabajar y conciliar.

3.1. Algunos antecedentes normativos en España

Cuando el 22 de septiembre se publicó en el Boletín Oficial del Estado (B.O.E)


la conocida como Ley del Teletrabajo4, ya en su Exposición de Motivos se hacía
referencia a ciertos antecedentes que se encontraban en la normativa española
acerca de qué era teletrabajar. En este sentido, por una parte, hay que mencionar a
la Ley 3/2012, de 6 de julio, de medidas urgentes para la reforma del mercado
laboral, la cual “modificó la ordenación del tradicional trabajo a domicilio para dar

4 Real Decreto-ley, 28/2020, de 22 de septiembre, de trabajo a distancia.

571
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

acogida al trabajo a distancia basado en el uso intensivo de las nuevas tecnologías”5.


En la exposición de motivos de dicha ley se recoge que el teletrabajo es:

Una particular forma de organización del trabajo que encaja perfectamente en el


modelo productivo y económico, al favorecer la flexibilidad de las empresas en la
organización del trabajo, incrementar las oportunidades de empleo y optimizar
la relación entre tiempo de trabajo y vida personal y familiar.

De este modo, el teletrabajo se recogía en el artículo 13, del texto refundido


del Estatuto de los Trabajadores6, donde se afirmaba que entendíamos por este
aquel:

Donde la prestación de la actividad laboral se realice de manera preponderante


en el domicilio del trabajador o en el lugar libremente elegido por este de modo
alternativo a su desarrollo presencial en el centro de trabajo de la empresa.

Estas referencias legislativas al teletrabajo podrían completarse también


haciendo mención –como se recoge en la ley– a las Directrices Generales de la
Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico7.

En relación a la conciliación, no podemos – ni debemos – olvidar que la


llamada Ley de Conciliación española data de 19998, la cual se vio reforzada – aunque
débilmente- al recogerse explícitamente esta figura en el artículo 44 de la Ley de
Igualdad del año 2007. Concretamente el artículo 44.1 dice que: “los derechos de
conciliación de la vida personal, familiar y laboral se reconocerán a los trabajadores
y las trabajadoras en forma que fomenten la asunción equilibrada de las
responsabilidades familiares, evitando toda discriminación basada en su ejercicio”.
En este sentido, en su Exposición de Motivos se afirmaba que: “se reconoce el

5 Ley 3/2012, de 6 de julio, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral

6 Aprobado por el Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre.

7 Aprobada por Consejo de Ministro el 29 de marzo de 2019.

8 Ley 39/1999, de 5 de noviembre, para promover la conciliación de la vida familiar y laboral de


las personas trabajadoras.

572
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

derecho a la conciliación de la vida personal, familiar y laboral y se fomenta una


mayor corresponsabilidad entre mujeres y hombres en la asunción de obligaciones
familiares”. A esta ley le seguiría el Real Decreto–ley 6/2019, de 1 de marzo, de
medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre
mujeres y hombres en el empleo y la ocupación y la Directiva 2019/1158 (UE) del
Consejo, de 20 de junio de 20199.

Finalmente, la situación sanitaria producida por la pandemia, dio lugar al Real


Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para
hacer frente al impacto económico y social del COVID-19, donde se recogía en su
artículo 5, la preferencia por el trabajo a distancia. Además, en el artículo 6, el cual
ha dado lugar al Plan Me Cuida (prorrogado hasta enero del 2021) aparecían
mencionadas las distintas situaciones que podíamos encontrar relativas a la
adaptación del horario y la reducción de la jornada laboral. Ya en el artículo 34.8 del
Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el texto
refundido de la Ley del Estatuto de los trabajadores podía leerse:

Las personas trabajadoras tienen derecho a solicitar las adaptaciones de la


duración y distribución de la jornada de trabajo, en la ordenación del tiempo de
trabajo y en la forma de prestación, incluida la prestación de su trabajo a
distancia, para hacer efectivo su derecho a la conciliación de la vida familiar y
laboral. Dichas adaptaciones deberán ser razonables y proporcionadas en
relación con las necesidades de la persona trabajadora y con las necesidades
organizativas o productivas de la empresa.

Aunque en un principio parecía que dicho articulado iba a facilitar sortear de


manera compensada y corresponsable la situación producida por la pandemia, lo
cierto es que los distintos trabajos realizados hasta el momento lo que han reflejado
ha sido una sobrecarga para las mujeres cuando no un abandono de la actividad
productiva remunerada fuera del hogar (Belloch, Aguado y Aguado, 2020;
Clubmalasmadres, 2020; Farré y González, 2020).

9 Viene a derogar a la Directiva UE 2010/18 del Consejo.

573
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En este sentido, han sido las mujeres las que mayoritariamente durante estos
meses además de intentar, en aquellos casos en que era posible por el trabajo que
desempeñaban antes del 13 de marzo, teletrabajar, también se han ocupado de las
actividades de formación ligadas al cierre de los centros educativos y a las tareas del
hogar, tal y como ahora expondremos en el siguiente apartado. Así, fruto de su
trabajo, Ramos y Gómez (2020) exponían que:

Las mujeres dedicaban 85 minutos diarios más que los hombres a tareas
domésticas y de cuidados de familiares (…) Sólo el 31.7% de los hombres cuidan a
diario de hijos y nietos y un 9,1% lo hacen varias veces a la semana. Entre las
mujeres, el 47,5 % lo hace diariamente y el 4,4 % varias veces por semana. En
cuanto a las tareas domésticas, solo el 32,7 % de los hombres las realiza
diariamente y un 30,3 % varias veces por semana, mientras las mujeres las hacen
diariamente el 77,5 % y el 15,4 % varias veces por semana. Entre quienes hacen
estas tareas a diario, las mujeres dedican una media de 39 minutos diarios más
que los hombres a la educación y cuidado de niños (197,7 minutos frente a 159,1
minutos al día). Además, ellas dedican casi 46 minutos más que ellos a cocinar y
realizar tareas domésticas (142,1 frente a 96,5 minutos al día) (p.4).

3.2. Algunos datos a tener en cuenta para entender la “nueva realidad”

Aunque en España los datos de las personas entre 15 y 64 años que


teletrabajaban antes de la pandemia no llegaban a un 4,3% (Eurostat, 2018)10 lo
cierto es que en la actualidad se ha dado un salto sustantivo situándose cerca de un
45%. Pero ello no ha servido para que, como se pensaba con anterioridad, se hayan
puesto en valor los cuidados, al tiempo que se daban respuestas articuladas a través
de políticas públicas a demandas que venían ocupando permanentemente las
agendas feministas. Si no que lo que se está produciendo es un desencanto sobre los
buenos augurios que la crisis había desencadenado en relación a la conciliación y al
cambio de roles.

10 Lamedia europea se situaba sobre un 8,3% en 2018. Encabezando la lista Holanda con un 14%,
seguida por Finlandia con un 13,3% y Luxemburgo con un 11%. En último lugar estaban Bulgaria y
Rumanía con un 0,3 y 0,4% respectivamente.

574
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Así, durante la cuarentena, han sido las mujeres las que han vuelto a colocar
estos cuidados en el centro de su proyecto vital. Sin los dos pilares que
fraudulentamente han permitido que se siga pensando que en España conciliar es
una posibilidad – las abuelas y los abuelos, por una parte y los centros educativos,
por otro – ellas han realizado las tareas del mantenimiento del hogar, de la familia,
de la enseñanza y, en aquellos casos en que sus actividades productivas
remuneradas se lo han permitido, del teletrabajo. Para ello, han disminuido sus
horas de sueño y se ha producido un aumento considerable de la carga mental que
han debido soportar y el estrés derivado de esta cuádruple jornada laboral.

Las mujeres han buscado mantener el ya débil equilibrio que existía antes
de la cuarentena entre la familia y el trabajo, olvidando la “tercera pata” de estas
políticas, la personal. La falta de un espacio propio, la necesidad de no flaquear en el
cuidado de los demás y en mantener la actividad productiva remunerada a través
del teletrabajo, les ha llevado a aceptar este último como la panacea a la conciliación
sin problematizar todas las implicaciones que el mismo está suponiendo y, lo que
nos parece más problemático, supondrá por el mantenimiento en el tiempo de esta
situación y su normalización. Ello, si hablamos de un escenario de familia
“tradicional” de dos progenitores, pero no podemos olvidar las innumerables
casuísticas existentes donde las dificultades se han acrecentado de manera
exponencial y donde ha sido impensable hablar de conciliar o aquellos otros en los
cuales las mujeres desempeñan puestos que no han sido posible llevar a cabo
mediante el teletrabajo y que se han visto afectados de manera directa por la crisis
laboral y económica (INE, 2020). Según se recoge en dicho informe, con datos del
2019, en España existen 1.9 millones de hogares monoparentales, de los cuales ocho
de cada diez son mujeres con hijos. Además, uno de cada cuatro hogares es
unipersonal, de los cuales el 42% está formado por una persona mayor de 45 años.

Para las trabajadoras del hogar, las cuidadoras informales o las camareras de
piso, por citar tres empleos que mayoritariamente están ocupados y desempeñados
por mujeres, la conciliación no entra en su vocabulario porque no se puede conciliar
cuando no hay con qué hacerlo, ni en muchos casos con quién corresponsabilizar.

575
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En los estudios más utilizados sobre los usos del tiempo antes del
coronavirus se ponía de manifiesto que los hombres solían realizar aquellas
actividades del hogar que implicaban estar más tiempo fuera de casa o se hacían al
aire libre, habitualmente, bajar la basura. En la época del COVID19 a ello se le ha
unido sacar al perro y hacer la compra, es decir, aquellas dos actividades que han
permitido salir del confinamiento, aunque fuese bajo unas estrictas medidas de
seguridad. Las primeras lecturas que se están haciendo sobre estos datos pueden
ser contradictorias: o bien se debe a que ellos se exponen más al “peligro” junto al
privilegio de salir del hogar (es decir, actividades que asociaríamos a esa
prehistórica idea de cuidar de la familia) o bien a que ellos asumen (no siempre de
manera consciente en cuanto a su significado último) que la carga de trabajo debe
compensarse y buscan qué actividades pueden realizar, aunque sea utilizando el
indebido término de “ayudar”. Todo ello nos reafirma en la certeza que
manteníamos al principio de este trabajo de la necesidad de utilizar la perspectiva
de género tanto para adentrarnos en la realidad de la ausencia de una conciliación
real en la sociedad española como en las nuevas condiciones del teletrabajo. Ambas
tienen un claro sesgo de género. En el caso de la conciliación, porque se sigue
declinando en femenino y olvidando que debe ser un contrato o un proyecto
compartido siempre que sea posible y en el caso del teletrabajo porque
mayoritariamente este puede llevarse a cabo en profesiones y puestos
desempeñados por hombres o, cuando no es así, siendo las mujeres las que lo
realizan (por ejemplo aquellas que desempeñan tareas educativas, por citar un caso
común durante los meses de la pandemia) este se suele realizar “al mismo tiempo
que” otras tareas y no “en lugar de” los cuidado o el mantenimiento del hogar.

En este sentido es determinante que los datos siempre aparezcan


desagregados por sexo para que esté recogida la situación real de las mujeres en los
mismos, en comparativa con la de los hombres, así como la incidencia y los efectos
de las medidas de conciliación y de la regulación e implementación del teletrabajo.
En caso contrario, como afirma Caroline Criado no cuantificar los cuidados es la
mayor brecha de datos de género que existe. “Se calcula que el trabajo no
remunerado de cuidados podría representar hasta el cincuenta por ciento del PIB
en los países de altos recursos y hasta el ochenta por ciento del PIB en los países de

576
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

bajos recursos” (Criado, 2020, p. 328). La pandemia ha dejado al descubierto el valor


económico y la importancia no sólo numérica de estos cuidados. Ahora nos toca a la
ciudadanía recordárselo a los poderes públicos para que legislen y gestionen en
consecuencia.

4. A modo de conclusión: algunas propuestas para pensar

Aún es pronto para poder tener conclusiones definitivas sobre cómo va a


cambiar la implementación del teletrabajo la organización de los tiempos en las
empresas y administraciones públicas, pero, lo cierto, es que sí podemos lanzar
algunas ideas sobre las que consideramos que sería necesario trabajar si no
queremos que sean las mujeres las que se conviertan en las grandes perjudicadas en
esta crisis. Gestionar con perspectiva de género es prioritario para poder responder
a través de una corresponsabilidad social a las viejas y nuevas demandas de las
aspiraciones de las mujeres y analizar lo que está pasando con dicha perspectiva,
aún más si cabe.

Partiendo de la idea defendida a lo largo de este trabajo de que teletrabajar


no es conciliar, consideramos que son 10 los puntos donde deberían fijarse algunas
medidas en relación a estos dos temas, a saber:

1. El teletrabajo es una herramienta que puede ayudar a conseguir la


conciliación, pero nunca puede ser usado como un sinónimo de
conciliación. Mucho menos de corresponsabilidad.

2. La regulación e implementación del teletrabajo sin perspectiva de género


puede dar lugar a que sean las mujeres las que den mayoritariamente el
paso para quedarse en casa, no tanto voluntariamente, sino porque
asumen que así pueden ejercer el rol que la sociedad les atribuye como
propio, el de los cuidados familiares. Hay que luchar contra este
micromachismo porque supone un elemento de discriminación de
género.

577
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

3. El teletrabajo debe ser siempre una opción voluntaria del trabajador/a y


con posibilidad de dejar de hacerlo si las circunstancias cambian. Todo
ello debe estar recogido en el convenio colectivo, su marco regulador.

4. El teletrabajo se debe acompañar con otras medidas de flexibilidad


laboral y de conciliación si queremos que no sean las mujeres las que
asuman el mismo como la única forma de llegar a “todo”. En su regulación
los planes de igualdad negociados por todas las partes deben tener un
espacio privilegiado.

5. El teletrabajo se debe acompañar con días de presencialidad en el entorno


laboral. En caso contrario, podría tener un elemento contraproducente:
la sensación de soledad y de ruptura con dicho entorno. Ello provocaría
aislamiento social y una ruptura de las redes sociales de apoyo e iguales.

6. Para conseguir que la conciliación sea una realidad y el teletrabajo una


buena herramienta para conseguirla, pero no la única, debe romperse con
el estigma y el sentimiento de culpa que acarrean muchas mujeres cuando
asumen esas medidas. Así como establecer tiempos de desconexión y
medidas de salud laboral.

7. Para que no sean sólo las mujeres las que ejercen las medidas de
conciliación, deben existir en las normativas otras que favorezcan que
sean los hombres quienes asuman los roles de cuidado. Los beneficios y
permisos, en este sentido, no pueden ser renunciables ni transferibles.

8. Hay que busca políticas públicas que incidan en conseguir una


conciliación corresponsable donde se reconfiguren las organizaciones
familiares y no sólo las laborales.

9. Hay que priorizar los roles de reproducción y no sólo los de producción


porque en caso contrario serán las mujeres las que se verán abocadas, de
nuevo, a la casilla de salida.

578
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

10. Hay que colocar los cuidados en el centro de las estrategias del Estado del
Bienestar. No sólo de los menores sino de toda la población dependiente,
incluyendo especialmente a los y las personas mayores.

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581
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Nichos de género y conductas de pareja micromachistas hacia


mujeres “vestidas”/trans en Tuxtla Gutiérrez Chiapas, México

Raúl Arriaga Ortiz


Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas
raul.arriaga@unicach.mx

Resumen

Llegué a la Avenida Central por hambre y putería. Con ganas de ser dueña de la calle.
La reina de los machos torcidos, que nos buscan”. Nació en una Ranchería y se vino
a Tuxtla a los 11 años, luego de decidir que cuando fuera grande nunca iba a
espantarse el hambre con alcohol, como su padre, ni aceptar la miseria de la
resignación como su madre (Ronquillo, 1994).

A partir los nichos de género integrados en esta ocasión por las identidades de
género masculinas y “mampas” (abarca personas tapadas/gays y “vestidas”/trans),
se presentan los nichos de género de personas vestidas, lo cual nos permitirá
realizar un primer acercamiento integral a las prácticas micromachistas ejercidas
por sus parejas (“maridos”).

Palabras clave

Género, micromachismos, parejas, transgénero, transexuales.

1. Metodología

Es un trabajo de corte cualitativo etnográfico desarrollado del año 2007 al


año 2015 un parte del cual se vio plasmado en mi tesis doctoral “Frente al espejo:
Retóricas corporales y re-creaciones identitarias transgénero en el régimen sexual

582
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas”, no obstante para el presente artículo se recupera


información no contenida en la tesis concerniente a sus relaciones de pareja y los
tipos de micromachismos que intentan o controlan los cuerpos, sentimientos y
sexualidades de las personas vestidas/trans femeninas con las que se trabajó,
quienes se dedican al show travesti, al estilismo y/o a la prostitución, pudiendo
ejercer estas actividades de manera paralela.

2. Objetivos

Presentar la estructura e interacción de los nichos de género: masculinos y


“mampos” de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, con lo cual se describen los nichos de
género de personas vestidas para realizar un primer acercamiento a las prácticas
micromachistas ejercidas por parte sus parejas (“maridos”).

Las interrogantes guía son saber ¿cómo se articulan los dos niveles de
dominación masculina hacia las Vestidas en los niveles macro por medio de los
nichos de género y las prácticas de los micromachismos desde ámbitos cotidianos?,
¿Cuáles son las maniobras de dominación micromachistas que utilizan los hombres
parejas de personas Vestidas toda vez que algunos de estos hombres están casados
con una mujer?, entender ¿cómo son controladas sutilmente? presentado así la
naturalización de la violencia hacia sus cuerpos.

3. Introducción

De acuerdo con Scott (1996) el género como es elemento constitutivo de las


relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos siendo una
forma primaria de relaciones significantes de poder. En las sociedades occidentales
la masculinidad heterosexual intenta monopolizar las relaciones significantes de
poder ejerciéndolas hacia lo no masculino, por ello partimos de que estas relaciones
se manifiestan de manera diferente en cada contexto histórico y social.

583
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Para el caso de Tuxtla Gutiérrez, las relaciones de los géneros no siempre


han sido las mismas ya que antes de los crímenes transfóbicos1 ocurridos entre
1991 y 1993 conocidos popularmente en Tuxtla como “las matanzas” de acuerdo
con las informantes de esta investigación se afirma que no recaía el estigma sobre
ellas ni en quienes mantenían relaciones sexuales o activas con ellas, por ello sus
parejas y clientes sexuales no eran estigmatizados y podían permanecer en los
espacios públicos con ellas sin ser discriminados. No obstante, después de los
asesinatos transfobicos se incrementó la persecución de las personas trans
femeninas, se condicionaron sus espacios y horarios de circulación a la
clandestinidad y a la noche. En este contexto las calles fueron controladas por
vestidas provenientes de Centroamérica en complicidad con sus parejas
pertenecientes a pandillas de la ciudad y grupos de “maras”.

Por ello es pertinente investigar acerca de sus relaciones de pareja que


entablan lo cual se logró a partir de sus testimonios como mujeres vestidas, no
obstante los testimonios de sus parejas no se tienen, aunque en un primer momento
la mayoría había conformado su participación, incluso quienes solicitaron tomar
fotografías cuando estaban privados de su libertad al interior de la cárcel de Chiapa
de Corzo, su única participación fue atreves de intimidaciones, amenazas o silencios.

4. El género en nichos

Una de las propuestas de este artículo es no reducir al género a su uso e


interpretación que se da desde las políticas públicas estatales, por ello desde lo
entendemos desde un enfoque antropológico a partir de los lugares y
condicionamientos corporales, espaciales y culturales donde se producen y

1 El temor e intolerancia, disgusto e ira infundados hacia las personas travestis, transexuales,
transgénero y/o a quienes se sospecha que lo son; detonándose en prácticas discriminatorias que son
vividas como naturales, manifestadas a través de miradas de desaprobación, comentarios y actitudes
segregatorias; pasando por abuso verbal y físico, invalidando el género expresado por la víctima del
ataque, negándole su calidad humana y hasta provocar su muerte. (Spots de radio “Actos
Transfóbicos”. (Arriaga, 2015).

584
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

reproducen las identidades de género, recuperando también sus interacciones en


contextos concretos, para lo cual hacemos uso de entender al género como nicho.

Las raíces de la categoría nicho provienen del latín (nidvs -i, m., “nido”) y del
francés (nichier, “anidar”); el Diccionario de la Real Academia (2014) lo define como:
“Concavidad en el espesor de un muro, para colocar en ella una estatua, un jarrón u
otra cosa” y “Hueco practicado en un muro para alojar algo dentro, especialmente el
que sirve para depositar cadáveres o sus cenizas en un cementerio”.

Por su parte en ámbitos ecológicos la Ley de Gause (1934) plantea que la


coexistencia de dos especies similares compitiendo por los mismos recursos deriva
en la extinción o desplazamiento de una de ellas hacia otro nicho, con implicaciones
evolutivas y de comportamiento.

El género desde el mandato del deber ser busca condicionar los


pensamientos, deseos y cuerpos de las personas, por tanto nicho de género hace
alusión de manera metafórica a la reproducción social e individual de los
significados de los elementos del género dentro de un “Anidar al género” y en la
preproducción de estos significados en los “nidos de género”. Pero nicho de género
también compete a una concavidad creada siendo una construcción (en este caso
social y cultural) que espera no ser cuestionada en cuanto a sus materiales y
dimisiones, por tanto se presenta desde lo alto y es desde ese lugar donde se coloca
el objeto género para ser admirado y adorado como figura guía, pero también ese
mismo material del género es con el que se construye el lugar donde serán
sepultadas metafóricamente las personas.

Ya que en los nichos de género opera la opresión, cuyo objetivo es enterrar y


constreñir nuestros cuerpos, identidades, lenguaje, sexualidades, deseos,
circulaciones geográfica y horarios de permanencia espacial. Colocándonos en
lugares y situaciones condicionados por relaciones de poder donde los resultados
de repetir el camino o guion de género ocasionan que nos enterremos a nosotros
mismos en las figuras y materialización del género en nuestros cuerpos.

Estos nichos de género se manifiestan histórica y geográficamente a partir


de particularismos sociales y culturales específicos, por ello en la materialidad de su

585
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

práctica develamos su estructura, haciendo palpables las incongruencias y


contradicciones en el ejercicio de nuestros derechos humanos, las situaciones de
vulnerabilidad, los tipos de violencia y discriminación. Las incongruencias para esta
investigación las desplegamos a partir de las parejas conformadas por personas
vestidas/trans femeninas y sus hombres masculinos, donde en algunos casos el
varón cuenta con una familia nuclear compuesta por esposa e hijos.

4.1. Nicho de género masculino

En Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, encontramos que el nicho de género masculino


coincide con el modelo de masculinidad hegemónica estándar occidental propuesto
por Kimmel (1999), “La definición hegemónica sobre la hombría es un hombre en el
poder, un hombre con poder y un hombre de poder”. Se espera que el hombre
tuxtleco sea: proveedor, heterosexual, trabajador, ocupando la posición de activo
sexualmente (la posición de penetrador durante cualquier encuentro sexual).

Además de estas características de la masculinidad hegemónica en Tuxtla al


varón se le clasifica al nacer a partir de la apariencia de sus testículos y pene
asignándole una identidad de género masculina, dando por sentado con ello su
fertilidad reproductiva. Sus secreciones corporales como el sudor, el semen y la
sangre son significadas culturalmente como buenas, por tanto, es percibido como
pulcro. Se piensa que es “caliente” sexualmente hablando, por esta idea se induce
que puede mantener relaciones sexuales con más de una mujer e incluso con otro
varón; respecto a su actividad sexual se espera que sea el activo penetrador, su
orientación del deseo es anunciada como heterosexual. Su movilidad corporal es
rígida y las ropas que usa son holgadas con tendencias a ocultar su cuerpo, usa
pantalones pero busca marcar sus genitales, sus zapatos son bajos y cómodos. Su
color asignado es el azul, los juegos que practica son violentos pues en ellos siempre
está en competencia con otros hombres y mujeres; por todas estas características
construidas suelen ser los dinámicos, por lo cual se afirma que necesitan de espacios
amplios.

586
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Su tono de voz es grave y en su lenguaje suele utilizar el albur 2, en lo que


concierne a roles de género económicos es ubicado como el proveedor con un
trabajo formal remunerado. En lo que refiere a los espacios donde se desenvuelve,
estos son públicos y sus horarios de circulación en los mismos son tanto día y noche.
Ante una situación de crisis se le inculca no mostrar sufrimiento. En las relaciones
de poder con el otro género son los dominantes y mantienen un repudio hacia lo
femenino, pues viven para su género; sólo están disponibles para sí mismos. En
relación con su género asignado al nacer viven en concordancia con él, pues pasan
siendo. El principal vínculo afectivo es con su madre y se viven bajo un esquema
heteronormativo. En la práctica la mayoría son infieles.

4.2. Nicho de género “mampo”

Abarca a quienes –nacidos varones– no siguen el parámetro del mandato


sexual, ser heterosexuales, esto incluye a personas identificadas o a quienes se
sospecha tiene gusto por otros varones. Los orígenes de la palabra provienen de del
“mamporrero” que es la persona que se encarga de ayudarle al veterinario a desviar
el órgano sexual del toro cuando éste está embistiendo a la vaca para extraerle el
semen y así almacenarlo (Rial academia de la lengua Frailescana, 2007). Arriaga
define mampo como:

Es una categoría que metonímicamente es llevada a aquellos hombres


quienes tienen prácticas o identidades sexo-eróticas que no coinciden con lo que su
sociedad espera de ellos, es decir, rompen la representación social del género
masculino que se practica en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. (Arraiga, 2008, p.11-12)

Dentro de ellos encontramos tapadas (gays) y personas vestidas (trans).


Aunque mampo es un término “paraguas”. Las connotaciones que adquiere la

2 De acuerdo con Paz (1970) el lbur es el combate verbal hecho de alusiones obscenas y de doble
sentido en el que el vencido es el que no puede contestar, por lo que simbólicamente es poseído,
violado y penetrado por el otro. Usa la palabra y llega a incluir ademanes, gesticulaciones,
expresiones gráficas y escritas. Se es más varón porque al vencer logra “penetrar” al vencido y
humillarlo al reducirlo a la calidad de mujer.

587
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

palabra dependen del contexto, utilizándose como elemento despectivo,


discriminatorio, reivindicativo o identitario. Respecto al ambiente cultural, mampo
es sinónimo de amanerado; hombre con ademanes femeninos, incluye a tapadas y
vestidas, o de quien se sabe o sospecha que fue penetrado analmente.

En términos metafóricos, trata de la pareja heterosexual cuando es


“interferida” su relación sexual, así el mampo separa la diada hombre-mujer
anteponiéndose él o ella (en alusión a las personas trans femeninas) como objeto de
deseo para el hombre, con lo cual se da una relación hombre-mampo, donde el
mampo busca que el desvío del semen del hombre no sea temporal sino
permanentemente y se quede la unión de hombre-mampo.

Como parte del condicionamiento del régimen de sexualidad los mampos


mayoritariamente son orillados al ejercicio del trabajo sexual pues la oferta y la
demanda sexual en Tuxtla se enfoca a satisfacer a los hombres, ya sea de manera
pasiva (mujeres cis, trans o tapadas), como parte de lo activo (en gays y trans) o
inter (gays o trans).

4.3. Nicho de género de vestidas

Las vestidas al nacer se les asignan una identidad de género masculina a


partir de la apariencia de sus testículos y pene, identidad con la que no están de
acuerdo, por lo tanto, una vez que asumen su identidad femenina se les cuestiona
socialmente por no ejercer su fertilidad. Sus secreciones corporales como el sudor,
semen y sangre están ligadas socialmente a lo masculino y son percibidas por ellas
con una carga de enfermedad, por tanto, se predica que su cuerpo es sucio, son
idealizadas como buenas y femeninas. Se piensa que son “calientes” sexualmente y
por lo tanto disponibles para el acto sexual con varones en cualquier momento. En
relación con su actividad sexual, se presentan como pasivas penetrables, no
obstante, por su orientación del deseo se dividen en heterosexuales y homosexuales
(desde su autopercepción).

Su movilidad corporal pretende ser suave y “amanerada”, las ropas que usan
son preferentemente faldas y vestidos ajustados con zapatillas altas para mostrar
sus glúteos y pechos, pues se visten para el hombre, buscando ocultar sus genitales,

588
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

sus colores favoritos son el rojo y el rosa. Los juegos que practican en su niñez no
son violentos, caracterizándose por ser estáticos y desarrollarse en espacios
reducidos en similitud con las mujeres. En lo que se refiere a su voz esta es
impostada, su lenguaje se caracteriza por el perreo (dialogo competitivo de tipo
agresivo para regresar a otra persona trans a su sexo de nacimiento). Se caracterizan
por ser proveedoras y administradoras de sus recursos, pues su trabajo es informal
y doméstico, lo cual las coloca como autónomas y no dependientes de los ingresos
del varón. Migran del género que les fue asignado al nacer hacia uno femenino,
respecto a sus espacios de circulación estos son públicos en los cuales permanecen
preferentemente de noche.

Ante situaciones de crisis muestran sufrimiento, en las relaciones de poder


con el género masculino son colocadas como las dominadas; viven para los hombres,
regularmente son infieles, sacrificadas, serviciales, dulces y siempre deben estar
disponibles sexualmente para el hombre. Pasan transitando el género y buscan
mantenerse acordes con el modelo femenino. El vínculo más fuerte que se genera
afectivamente se manifiesta cuando viven con una pareja. Las personas vestidas o
trans femeninas aunque conviven en grupos, mencionan vivir en un individualismo
ante estereotipos corporales transnormativos y prácticas de transfobia internas, por
lo que la estabilidad de tener una pareja se enfrenta a estos contextos.

4.4. Las parejas

Parejas de las vestidas son generalmente vecinos, maras (quienes les ayudan
a controlar a las que gobiernan las calles donde se ejerce la prostitución), soldados
del ejército, personas en situación de cárcel, clientes (del show travesti o
provenientes del comercio sexual), estudiantes de secundaria, meseros, hombres
casados o divorciados (con hijos), servidores públicos y taxistas.

Las personas trans o vestidas quienes durante su pubertad enuncian su


identidad de género femenina a su familia, son expulsadas de sus hogares por su
padre, sobretodo quienes se encuentran en condiciones de pobreza, dedicándose
principalmente al servicio sexual en las calles. Quienes no llegan a vivir en las calles
viven en grupos de vestidas en estéticas o rentan una casa, aquí se da el proceso de

589
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

competividad entre ellas por las parejas masculinas, es por ello que no quieren dejar
solos a sus “maridos” pues en esa unidad de residencia se quedan todas en el piso
de un mismo cuarto, por ello buscan estabilidad económica a vivir con su pareja.

Imagen 1. Amor privado de libertad: visitando al “marido” casado. Foto tomada al interior
de una cárcel de Chiapas, México. Fuente: Archivo propio.

Cuando se dedican al trabajo sexual o al estilismo, algunos de sus clientes


llegan a tener el grado de “maridos”, aunque cuenten con esposa e hijos y lleven una
vida “normal” ante los ojos de la sociedad. Como estrategia económica, el varón que
llega a ser considerado “marido” suele buscar intimar sexualmente sin parar por
ello, recibir alojamiento o parte de las ganancias que ella obtiene. Pero antes de ser
marido es “amiguitos con confianza” o “con derecho”, en el caso de la estética las
vestidas suelen conocer a la esposa y ella desconoce de la relación de ambos, muy
pocos maridos abandonan a su esposa por irse a vivir con ellas.

Las situaciones de cortejo entre la pareja no inician de manera individual


pues existe en el proceso un acompañamiento, complicidad o “amiguismo”, pues
tanto clientes como estudiantes de secundaria suelen ir a los bares acompañados de
algún amigo o familiar. Pues es muy común que en Tuxtla la iniciación sexual de un
varón la realice una vestida, el padre es el encargado de llevarlo pero cuando no
había figura paterna era la madre quien le da dinero sus hermanos o primos de él

590
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

para que lleve al joven a tener su primera práctica sexual. Algunos de estos jóvenes
iniciados cursan la secundaria ellos posteriormente regresan a buscar a la persona
con quien mantuvieron su relación sexual, para necesitan trabajar para pagar su
consumo en los bares clandestinos.

La gran mayoría de ellas se dedicas a la prostitución cuando son jóvenes por


lo cual abandonas sus estudios al no contar con el apoyo familiar, después tienden
incursionar la estilismo y al show travesti. Por ello regularmente los hombres
jóvenes las en bares o en show travesti y cuando vivir juntos siendo jóvenes ambos
ellas son quienes mantienen el hogar.

Las personas vestidas cuando abandona a su familia suelen vivir hasta 9 de


ellas en la misma unidad de residencia (cuarto o estética), en estas condiciones de
hacinamiento, no hay espacios para la intimidad sexual con sus respectivas parejas,
solamente para la dueña de la estética tiene su cuarto privado. En este contexto los
maridos no interactúan entre sí, suelen quedarse pocas horas durante la noche y
muy pocos esperan al amanecer. Cuando alguna quiere formalizar su relación
necesita independizarse y abandonar la unidad de residencia, dedicándose
principalmente a la prostitución. Ya cuando viven con ellos y se dedican al trabajo
sexual, antes de salir a las calles a prostituirse, ya cuando están arregladas, deben
mantener relaciones sexuales con ellos.

La frecuencia de la pareja que tiene un “marido” casado es esporádica, hay


quienes llegan una vez al mes, otros cada dos e incluso cada seis meses, no obstante
la frecuencia no les quita el lugar de Maridos por tanto son “maridos ausentes”, por
ello muy pocos hogares tienen una muda completa de ropa. Estos “maridos”
intensifican sus visitas con la Vestida cuando tienen problemas con sus respectivas
esposas, durante estos periodos muchos de ellos prometen que estarán
permanentemente con la persona vestida y que terminarán la relación con su
esposa, pero la tendencia real es que ellos incrementan su consumo de alcohol y
comienzan a violentarlas. Finalmente no abandonan a sus esposas.

Respecto a la pareja con “maridos casados” ellas son las únicas que
mantienen el hogar, no hay conflicto, se da por sentado que así es. Pero cuando
llegan a verlas regularmente se quedan con ellas dos o tres días consecutivos al mes,

591
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

en ese tiempo ellas suelen dejar de trabajar. La mayoría de las parejas en público no
se abrazan o besan, ante la transfobia el código que utilizan es colocar la mano
ocasionalmente en el hombro de la pareja, actuando “como un amigos”.

Una vez finalizada la relación si vivían juntos, como parte del duelo ellas
acostumbran cambiar su lugar de residencia, inclusive si se dedican al estilismo y
viven en el negocio, en este periodo ellas intensifican el consumo de alcohol y otras
drogas. Los principales motivos de la separación de la pareja son:

- Por cambio de trabajo de ellos y cuando entran a laborar al ejército se


vuelven agresivos y golpeadores. Algunos migran a trabajar a otro
estado o Estado Unidos de Norteamérica.

- Cuando ellas se encuentran en situación de cárcel, aunque no ocurre lo


mismo cuando ellos están en esa situación. Cuando ambos estuvieron y
ella sale no deja de visitarlo después del periodo de tiempo que marca la
ley (3 o 6 meses se les prohíbe ingresar de visitas), pero cuando él sale
nunca más regresa de visita a la cárcel.

- Porque los maridos jóvenes quieren tener una novia cis sexual o quieren
tener hijos con sus esposas o novias.

- Por familia: Cuando los maridos tienen hijos y estos crecen, ellos
argumentan que necesitan estar más tiempo con sus familias, o por el
lazo afectivo entre el “marido” y su madre. Cuando la mamá de él se
entera de la relación que mantiene con la vestida, la estrategia de la
madre es pedirle a su el hijo más dinero lo cual ocasiona un desajuste en
la economía de la pareja y él decide abandonar a su pareja vestida.

- Debido a que ellos son muy celosos aunque tengan otras parejas o
esposa, no obstante los celos no se manifiestan por el ejercicio sexual de
ellas, sino por algún conocido o “marido” de otra persona vestida.

- A causa de que el “marido” se vuelve dependiente del alcohol y otras


drogas principalmente cuando ya vive con su esposa, por estas

592
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

adicciones los jóvenes ya no aportan la misma cantidad de recursos para


el mantenimiento del hogar.

5. Micromachismos entre vestidas y sus “Maridos”

En lo que respecta a las prácticas cotidianas de dominación masculina del


orden de lo "micro” o micromachismos propuesta por Bonino (1995, 2004 y 2005)
aplicados a las personas vestidas (trans femeninas) con las que se trabajó,
encontramos.

El micro machismo utilitario se reconoce cuando los varones no se


involucran en el trabajo doméstico como parte de sus responsabilidades, sino que lo
consideran una “ayuda” hacia las mujeres. En el caso de las parejas de las personas
vestidas encontramos que ellos tampoco se involucran en la mayoría de los casaos
en el trabajo doméstico, quienes radicalmente no dan ayuda son los “maridos”
casados. Pero en todos los casos se da un aprovechamiento del rol de cuidadora de
ellas en lo doméstico como algo naturalizado, además de ello les canalizan el
escucharlos cuando tienen problemas con sus parejas e incluso les piden consejos
de cómo mejorar su relación con sus esposas.

Respecto a los micromachismos coercitivos donde el varón usa la fuerza


moral, psíquica, económica o de la propia personalidad, para intentar doblegar y
hacer sentir a la mujer sin la razón de su parte. En la relación de pareja integrada
por una personas trans o vestida encontramos que el control del dinero queda en
manos de ellas pues a excepción de los jóvenes, los varones no aportan ni
administran el dinero, aunque algunos buscan obtener el dinero de ellas a través de
argumentos donde sobre sale la enfermedad de un familiar(madre o hijos). Una
práctica muy frecuente de cohesión es el intentar aislarlas de sus actividades
laborales como el show travesti y la prostitución, pero este intento de aislamiento
tiene fines de exclusividad sexual, no obstante ellas no lo permiten, ya que saben
que eso les quitaría autonomía.

593
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En relación a los micromachismo encubiertos en los cuales el varón oculta (y


a veces se oculta) su objetivo de dominio en las parejas compuestas por
vestidas/tapadas se presentan las siguientes maniobras:

- Encantamos el abuso de la capacidad femenina en relación al cuidado ya


que cuando ellos enferman ellas son quienes los cuidan, esto contempla
cuidado de heridas ocasionadas por alguna pelea o a salto perpetuado
por ellos, donde el cuidado incluye el ocultarlos en los hogares de ellas.

- También se asienta que las conductas de cuidado incondicional deben


de estar dirigidas exclusivamente a él, cuando ellas requieren cuidado
ellos no suelen estar presentes, cuando viven juntos aunque las
acompañan no las cuidan.

- Aislamiento. Buscan aislarlas, principalmente los maridos casados, se


proponen alejarlas de sus círculos de amistad y sus actividades laborales.
Por parte de las sus parejas jóvenes el aislamiento es parcial, pero en
todos los casos el aislamiento se dirige a controlar su sexualidad para
garantizar su fidelidad afectiva.

- La delegación de la carga doméstica, vivan juntos o se vean de manera


esporádica la carga domestica queda en manos de ellas, siendo las
encargadas de realizar toda la limpieza del hogar. Aunque por lo regular
ellas no preparen los alimentos, tienen como responsabilidad el comprar
la comida ya preparada.

- Las Maniobras de explotación emocional en las cuales los varones se


aprovechan de la dependencia afectiva de la mujer y su necesidad de
aprobación para promover en ella dudas sobre si misma. Aunque existe
una dependencia afectiva de las mujeres vestidas no aparece tan
claramente la explotación emocional o el chantaje presente en ellos, el
chantaje se presenta cuando ellos amenazan con iniciar otra relación o
consolidar la presente con sus respectivas esposas.

- Maniobras de desautorización: Conducen a interiorizar a la mujer a


través de un sin número de descalificaciones, este aplica es personas

594
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

vestidas pues el passing3 es una constante en la vida de ellas y se refleja


en el mantenimiento de la pareja y en el culto al cuerpo femenino joven.

- Silencio. Este es uno de los principales recursos de control sobre ellas,


pues ya sea por llamadas telefónicas o en persona ellas exponen la
problemática o lo que quieren trabajar en conjunto y muchas aluden al
silencio por parte de ellos y a las risas burlonas, el entre cruzamiento de
los brazos.

- Negación a la mujer de su derecho a ser cuidada. Se da la imposición en


la pareja que ella no debe de ser cuidada, el cuidado ante una enfermedad
o accidente de ella lo da su grupo de iguales o algún integrante de su
familia extensa (tías, primas o sobrinas), pero no aparece nunca el
cuidado de algún varón consanguíneo, marido o pareja, pues la
imposición es que ellas son las cuidadoras.

- Autoindulgencia, este mecanismo de control se presenta principalmente


a través de chantaje de ellos de abandonarlas por otra mujer vestida, al
enunciar que estarán solamente con sus esposas y que jamás las volverán
a ver.

- Hacerse el tonto: aunque por el momento no se presentó el nivel que


ellos apelaran a la inconsciencia, sí se hicieron manifiestas las promesas
de cambio por parte de ellos, sobre todo en contextos de violencia,
también prometían dejar a sus esposas. Por tanto la idea de cambio es un
recurso contante por parte de ellos.

3 “La rutina para conseguir y asegurar su derecho a vivir como una mujer normal y natural,
mientras que continuamente debe tomar precauciones ante la posibilidad de detección que la llevaría
a la ruina dentro de las condiciones socialmente estructuradas, a eso le llamo el ‘passing’…”
(Garfinkel: 1967, p.137)

595
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Los micromachismos de crisis suelen utilizarse en momentos de


desequilibrio en el estable desbalance de poder en las relaciones, las experiencias
de personas vestidas son:

- Desconexión y distanciamiento. Es un mecanismo muy usado por parte


del “marido” casado consiste en el refugiarse con otra vestida que no es
su pareja. En varones jóvenes persiste la amenaza de estar con otra
mujer vestida "más comprensiva”.

- Hacer méritos: consiste en las maniobras consistentes en hacer regalos,


prometer ser un buen hombre, ponerse seductor y atento, hacer cambios
superficiales, sobre todo frente a amenazas de separación. Este es un
mecanismo bastante usado por ellos sobre todo cuando la relación ya
está al límite de terminar es parte del circulo de la violencia que aplaza
el termino y acelera los ejercidos violentos.

- Dar lastima. Respecto a los comportamientos autolesivos tales como


accidentes, aumento de adicciones, enfermedades, amenazas de suicidio,
encontramos que el “marido” de la persona vestida práctica un aumento
de adicciones y amenazas de suicidio constantes como estrategias para
mantener la relación.

6. Conclusiones

De acuerdo con Bourdieu (2010) existe una violencia simbólica insensible e


invisible que da por resultado un estilo de vida y sumisión de lo femenino a lo
masculino, ocasionando una dominación que se construye a partir de la apariencia
biológica que tiene efectos en los cuerpos y en las mentes, la cual da por resultado
un trabajo colectivo de socialización de lo biológico y de la biologización de lo social.
Dentro de esta violencia ubicamos a los micromachismos.

En relación a las practicas micromachistas sobre las mujeres trans en la


investigación se reportó que estas tienen especificidades respecto a las que
condicionantes a las mujeres cis sexuales, pues las mujeres vestidas no viven en una

596
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

relación siendo las dependientes económicas, no obstante tienden a naturalizar su


posición frente al género femenino en cuestiones reproductivas incluso al referirnos
a la reproducción social afirmaron no estar en condiciones por su estilo de vida de
poder educar hijos.

Por otra parte esta investigación demostró que el nicho de género masculino
en varones no se manifiesta una total correspondencia lineal con el género femenino
pues en él existen bifurcaciones que les permite a los varones habitar los nichos
espaciales del placer prohibido que emana de las personas vestidas. De esta manera
el tener estos nichos sexuales es un mecanismo de “ritualización”, de contaminación
y purificación, que les permite a los hombres regresar del nicho de género de las
vestidas (después del acto sexual con ellas) siendo más hombres. Es aquí donde
ubicamos este “torcer” una práctica latente, compartida y aceptada socialmente
(incluso por familiares y amigos que acompañan al varón a estos contraespacios
heterotópicos), que les permite a los hombres bifurcar lo prohibido, con lo cual se
manifiesta la lógica operativa del régimen sexual entre los nichos de género
masculino y mampo, solo así comprendemos el por qué de estos varones como “los
machos torcidos”, pues la gran mayoría viven torcidos.

No obstante el nicho de género masculino condiciona los espacios tiempos y


dinámicas del nicho de las vestidas pero para estas últimas sus nichos al igual que
para las tapadas sus nichos son espacios cotidianos donde anidan, donde crecen,
donde habitan en su metamorfosis y conviven con los riesgos y peligros que implica
la clandestinidad donde son colocadas por el régimen de género masculino. En
alusión a las parejas en las cuales él hombre vive con ellas, en esta investigación se
encontró que no hay relaciones duraderas, ya que no exceden de los 3 años. Por su
parte la mayoría de las que actualmente tienen pareja dicen que es el mejor, sin
embargo llegan a reconocer lo tienen “endiosarlo”, aunque la mayoría de ellos este
casado y sea mujeriego. Un último punto a considerar es que todas las informantes
comparten que no estarían en condiciones de integrar una familia con hijos.

No obstante las mujeres trans/vestidas comparten el ideal romántico de


encontrar un hombre: que no sea celoso, que sea fiel (aunque tenga esposa), que las
respete y las deje laborar en sus actividades (show travesti, estilismo y

597
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

prostitución). Esta investigación presentó los resultados obtenidos al contexto de


Tuxtla Gutiérrez, Chipas, con mujeres vestidas dedicadas al estilismo, al show
travesti y a la prostitución, no obstante será pertinente ampliar la investigación
incluyendo personas no dedicadas a estas actividades y en otro momento ampliar la
investigación con variables étnicas y contextos migratorios abarcando todo el
estado de Chiapas, para posteriormente incluir a otros estados del sur de México
como Oaxaca, Guerrero y Veracruz.

Referencias

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Marinella Miano y Red de Atención Ciudadana en Materia de no Discriminación y
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Arriaga, R. (2016). Frente al espejo: Retóricas corporales y re-creaciones


identitarias trans (tesis de doctorado en Antropología Social). México. ENAH.

Bonino, L. (1995). Desvelando los micromachismos en la vida conyugal. En Corsi, J.


(Eds.), Violencia masculina en la pareja. Una aproximación al diagnóstico y a los
modelos de intervención. Buenos Aires: Paidós. 191-208.

Bonino, L. (2004). Los Micromachismos. La Cibeles, 2. Obtenido de


http://www.luisbonino.com/pdf/Los%20Micromachismos%202004.pdf

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Ruiz-Jarabo, C. y Blanco, P. (Coords.), La violencia contra las mujeres: prevención y
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Garfinkel, H. (1967). Studies in ethnomethodology. Nueva Jersey. Prentice-Hall.

598
CAPÍTULO 7. DE RELACIONES Y AFECTOS

Kimmel, M. (1999). La masculinidad y la reticencia al cambio. La Jornada, 8 jueves


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Gause, G. (1934). The struggle for existence. Baltimore, MD: Williams & Wilkins. Ley
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Paz, O. (1970). El laberinto de la soledad. México, FCE.

Programa de TV llamado Rial academia de la lengua Frailescana. Transmitido en el


canal local 10 de Tuxtla el 26 de diciembre del 2007

Real academia española (2014). Diccionario de la lengua española, 23.a edición.


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Ronquillo, V. (1994). La muerte se viste de rosa. La cacería de los travestis en Chiapas.


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Scott, J. (1996). El género una categoría útil para el análisis histórico. En Lamas, M.
(comp). El género. La construcción cultural de la diferencia sexual. UNAM/ Porrúa.
México.

Soley-Beltran, P. (2014). Transexualidad y Transgénero. Una perspectiva bioética.


Bioética y Derecho, 30, 21-39.

599
CAPÍTULO 8
Redes sociales
y cultura popular
¿Es Harry Potter un estereotipo machista?

Lucía Rodríguez Olay


Universidad de Oviedo
rodriguezolucia@uniovi.es

Resumen

Nuestro sistema educativo y la formación de nuestros docentes debe incluir


prácticas y reflexiones sobre los estereotipos de género y su influencia en el
alumnado si se quiere contribuir a la construcción de una sociedad igualitaria. La
presente comunicación aborda dicha problemática a través del análisis de algunos
aspectos de Harry Potter, una de las obras de Literatura Infantil y Juvenil que más
repercusión ha tenido en la última década, tratando de poner de manifiesto cómo
las construcciones socioculturales que aparecen representadas en sus personajes
protagonistas crean una imagen que potencia estereotipos que pueden ser
interiorizados por niños y niñas. La investigación se ha basado en un análisis
cualitativo, centrándose en la búsqueda de imágenes mentales estereotipadas, a
través de los diálogos y las descripciones. Como resultado aparece la presencia, de
gran parte de los estereotipos que se habían señalado en el punto de partida del
estudio.

Palabras clave

Estereotipos de género, literatura infantil y juvenil, educación primaria, lectura,


igualdad.

603
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

1. Introducción

La construcción cultural y la creación de modelos rígidos arbitrarios que


generan desigualdades ya desde la infancia se pueden abordar desde diferentes
perspectivas para transformarlos, hacerlo con la Literatura Infantil y Juvenil (LIJ, en
adelante) permite múltiples posibilidades metodológicas. Estos estereotipos están
generados por su contexto social, cultural y educativo, y en él, la LIJ representa una
de las formas fundamentales de transmisión de valores, actitudes y
comportamientos (Kortenhaus y Demarest, 1993). Esta socialización insiste en la
supremacía masculina e incide, por lo tanto en la diferencia de los géneros
(Menéndez y Fernández, 2015).

La perspectiva de género, responde a la consideración de la crítica literaria


feminista de abordar los estereotipos en las obras de la LIJ para investigar el papel
de las mujeres y los hombres en ellas y su posible influencia en los y las lectoras más
jóvenes. (Fernández-Artigas, Etxaniz y Rodríguez-Fernández, 2019). Esta crítica ha
puesto de manifiesto como lo femenino ha estado, tradicionalmente, relegado a un
segundo plano en todos los ámbitos de la cultura. En la LIJ, no solo por el número
menor de autoras reconocidas, sino por el número de protagonistas femeninas o por
los estereotipos que se les atribuyen, lo que contribuye a acrecentar el poder
masculino (Arranz, 2013).

Sue Wharton (2005) aborda la importancia de la representación de los


estereotipos de género en los libros de la LIJ aplicando este análisis a una selección
de textos, tal y como se hace en el presente artículo. Su propuesta de deconstrucción
del texto y de la presencia de esos estereotipos resulta sumamente interesante.
Wharton (2005) concluye que la supremacía de lo masculino queda patente en los
textos analizados, o bien por el número y la presencia de protagonistas varones, o
bien por las pautas de comportamiento y actitudes que se les atribuyen.

Estudios más recientes como los de García y Hernández (2016) señalan cómo
esa visión sexista responde a la estructura patriarcal en la que los varones dominan
porque son “más fuertes y más racionales y las mujeres son naturalmente débiles,
inferiores en el intelecto y en las capacidades racionales e inestables

604
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

emotivamente”(García y Hernández, 2016, p.107). Además, en la LIJ de hoy día,


aparece un tipo de heroína muy actual que responde a la idea de que “las chicas
pueden ser decididas y desinhibidas” (Colomer y Olid, 2009, p. 7) lo que hace que
los chicos, atendiendo a que el desarrollo en la pubertad se produce antes en las
chicas, pueden ser “más tiernos, desorientados e inexpertos” (Colomer y Olid, 2009,
p. 7). Estos estudios previos, son el punto de partida para el posterior análisis de los
diálogos y las descripciones que respondan a estereotipos de género.

El diálogo en Harry Potter es un elemento fundamental que se emplea de


forma constante para darle más realismo a la historia al tiempo que involucra más
directamente en la acción al público lector (Fanjul y Mendoza, 2009). A través de
ellos, y de descripciones que se suceden en el texto, JK Rowling va introduciendo y
presentando a los personajes. La caracterización de Hermione y Harry suscita
diversas opiniones. Hay quienes consideran que Rowling consiguió crear unos
personajes duales que varían sus roles de fuerte/activo dependiendo de la
circunstancia y esto dota a Hermione de características que rompen con los
tradicionales estereotipos de género (Fry, 2001).

Sin embargo, en muchos más estudios, se acusa a Rowling de crear


personajes femeninos que no son unas grandes heroínas, tanto en el caso de
Hermione, que parece responder al papel de la chica que necesita ser salvada, como
en el de las profesoras de Howgarts en donde no hay ninguna que sea tan sabia como
Dumbledore. (Schoefer, 2000).

Hermione no se muestra ni tan fuerte ni tan segura de sí misma como debería


serlo para representar un estereotipo femenino positivo, esto sobre todo se acusa
por su carácter y por su falta de control emocional, lo que hace que el público lector
la vea más débil que a Harry o a Ron (Heilman y Donaldson, 2009). Parece que
Rowling emplea siempre un discurso racional para los personajes masculinos y uno
más irracional y emocional para las chicas (Cherland, 2008). Esto supone que las
mujeres aparezcan, sistemáticamente, excluidas de actuaciones que impliquen
poder o que sean realmente significativas (Hunt, 2015).

Hay, en la LIJ actual, una tendencia a que aparezca una caracterización de los
personajes femeninos que sitúa a las mujeres capaces de hacer cosas, inteligentes e

605
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

incluso, en muchas ocasiones, valientes. En realidad, esta representación, conocida


como el Síndrome Trinity, es una trampa porque resulta mucho más complejo
determinar los sesgos de género que puede tener el personaje (Molinari, Rex y
Roqueta, 2018). Ya no aparece de forma pasiva, sino que lo hace activamente y, por
ello, cuando le suceden cosas se le achacan a sus propios fallos lo que,
inevitablemente, hace que se posicione en inferioridad con respecto a los personajes
masculinos.

2. Método

La investigación se realizó a través de una metodología cualitativa centrada


en la “tradición lingüística, que trata al texto como un objeto de análisis en sí mismo”
(Fernández, 2006, p. 2). La elección de Harry Potter y la piedra filosofal, estuvo
determinada porque ser una de las obras que forma parte del corpus que aparece
en el informe de Hábitos de lectura y compra de libros de 2018 en donde se señalan
los libros más leídos por los niños y niñas de entre 10 y 13 años (FGEE, 2019, p. 105).

El título elegido forma parte de una exitosa saga, un concepto que hace
referencia al conjunto de obras que están conectadas por un argumento común que
genera un universo propio y único de fantasía (Menéndez y Fernández, 2015). Se ha
tomado el primer volumen por considerar que es el punto de partida de la
construcción de los personajes centrales, fundamentalmente, Harry y Hermione.

A través de la propuesta que hacen Espín et al. (1996) se ha abordado el


análisis del discurso. Al igual que estos autores, se ha considerado la cuestión de la
doble norma o doble estándar que es aquella en la que las palabras adquieren un
significado diverso en función del sexo (Espín et al., 1996) para interpretar el código
lingüístico, una de las bases de la presente investigación.

Se llevó a cabo una búsqueda de imágenes mentales y adjetivos


estereotipados que, al cambiar de género, adquirían un sentido negativo,
provocando una degradación semántica (Espín et al., 1996). Esta búsqueda se centró
en descripción y en los diálogos, ya que estos últimos permiten, a quien lee, tener

606
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

mayor aproximación e implicación con lo que está sucediendo en la ficción a través


de las palabras de los propios personajes y no solo del narrador (Bobes, 1992).

Posteriormente, se añadieron los estudios de Colás y Villaciervos (2007) en


los que, a través de seis bloques, se categorizaban los estereotipos que podían
aparecer en una obra. Estas seis áreas son: cuerpo, comportamiento social, ámbito
competencial (habilidades), gestión de las emociones, expresión afectiva y
responsabilidad social. (Colás y Villaciervos, 2007)

A medida que se desarrollaba el análisis, se comprobó que el bloque de


gestión de las emociones y el de la expresión afectiva tenían gran cantidad de
características y rasgos comunes por lo que se unificó en una sola categoría
denominada Expresión y Gestión de las emociones.

Tabla 1. Categorías y aspectos a analizar en las obras seleccionadas

Cuerpo Imagen del cuerpo en hombres y en mujeres


Comportamiento social
Comportamiento de los personajes dependiendo de si son
hombres o mujeres.

Competencias/Habilidades Tareas, destrezas y competencias atribuidas a hombres y


mujeres.
Expresión y Gestión de las
Manifestación, gestión y expresión de las emociones y los
emociones
sentimientos de los personajes masculinos y los femeninos.

Responsabilidad social Reparto de tareas y contribución económica a la familia.

Fuente: Elaboración propia tomando como base la propuesta de Colás y Villaciervos


(2007).

607
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

3. Análisis de resultados

El análisis de Harry Potter y la piedra filosofal, se realizó estructurándolo a


través de la tabla de categorías anteriormente señalada.

3.1. Cuerpo

Son pocas las referencias al físico que J.K Rowling hace de cualquiera de sus
personajes. Unas breves líneas que sirven a quien lee como referencia para hacerse
una ligera idea de cómo podrían ser Harry, Hermione, Ron o cualquier otro
personaje. Son, en general, obras de acción y de ahí que las descripciones tiendan a
ser bastante escuetas.

Como se ha señalado, Hermione Granger es la protagonista femenina de la


saga de Harry Potter. Ya desde el momento en el que, en el primer volumen, aparece
en el tren que les conducía a Hogwarts se presta escasa atención a su aspecto físico
y, sin embargo, sí se incide en el adjetivo mandona que irá acompañando al
personaje a lo largo de casi toda la saga.

La muchacha ya llevaba la túnica de Hogwarts ¿Alguien ha visto un sapo? Neville


perdió uno-dijo. Tenía voz de mandona, mucho pelo color castaño y los dientes de
delante bastante largos. (Rowling, 2000, p. 92).

La descripción física de Harry es más extensa y sí se recrea más en sus rasgos,


haciendo especial hincapié en la cicatriz de su rostro, sobre todo por la
trascendencia de la misma en el desarrollo de la historia. La caracterización de este
personaje, acentúa la tendencia ya señalada que posiciona a los personajes
masculinos como despistados y un tanto débiles frente a los femeninos que,
respondiendo al síndrome Trinity, parecen siempre preparados para todo.

Harry había sido siempre flaco y muy bajo para su edad. Además, parecía más
pequeño y enjuto de lo que realmente era, porque toda la ropa que llevaba eran
prendas viejas de Dudley, y su primo era cuatro veces más grande que él. Harry
tenía un rostro delgado, rodillas huesudas, pelo negro y ojos de verde brillante.
Llevaba gafas redondas siempre pegadas con cinta adhesiva, consecuencia de

608
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

todas las veces que Dudley le había pegado en la nariz. La única cosa que a Harry
le gustaba de su apariencia era aquella pequeña cicatriz en la frente, con la forma
de un relámpago (Rowling, 2000, p. 24).

3.2. Comportamiento social

En Harry Potter y la piedra filosofal no son muy abundantes este tipo de


estereotipos vinculados al género. Cuando aparecen, lo hacen siempre girando en
torno al hecho de que Hermione tiende a mandar y eso se ve como algo negativo y
se comenta de ella de forma peyorativa; lo mismo ocurre con el saber o con el interés
por aprender que tiene el personaje.

Hermione se negaba a hablar con Harry y Ron, pero como era una sabionda
marimandona, los chicos lo consideraron como un premio (Rowling, 2000, p. 139).

3.3. Capacidades

Siguiendo la línea de lo analizado en bloques anteriores, se puede observar


que esta es el área en la que mayor cantidad de estereotipos aparecen. Desde el
inicio, la autora hace que los y las lectoras vean que Hermione es mucho más
estudiosa e inteligente que Harry y Ron, sin embargo, estos, especialmente Ron,
consideran que esta capacidad de la protagonista, lejos de ser algo admirable,
resulta repelente y hace que Hermione sea alguien con quien no es deseable estar.
La conclusión implícita es que no conviene ser demasiado lista porque si no, no
querrán estar contigo, en palabras de Ron:

- No es raro que nadie la aguante -dijo a Harry, cuando se abrían paso en el


pasillo-. Es una pesadilla, te lo digo en serio.

Alguien chocó contra Harry. Era Hermione. Harry pudo ver su cara y le sorprendió
ver que estaba llorando.

-Creo que te ha oído.

- ¿Y qué? -dijo Ron, aunque parecía un poco incómodo-. Ya debe haberse dado
cuenta de que no tiene amigos (Rowling, 2000, p. 145).

609
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En esta categoría se debe señalar también cómo la amistad entre los tres
personajes comienza a forjarse cuando los dos chicos salvan a Hermione del trol que
se encuentra en el baño; es decir, comienzan su relación cuando la protagonista
femenina se muestra débil y, supuestamente, necesitada de la ayuda de los dos
varones que acuden a su rescate. Así, en el capítulo 10 se dice: “Pero desde aquel
momento Hermione Granger se convirtió en su amiga” (Rowling, 2000, p. 151). Este
comportamiento reproduce lo que Marta Roqueta (2016) define el tropo de la dama
en peligro, y, de este modo, la chica que había sido caracterizada como segura de sí
misma y con tantos conocimientos y sabiduría, aparece débil y necesitada de
protección. Es ahí cuando se hacen amigos, es en ese momento cuando Harry
recupera su posición de héroe y su verdadero protagonismo No importa que ella
sepa más cosas, al final, es Harry quien destruye al trol y de nada le han servido a
ella todas sus horas de estudio.

Hermione Granger estaba agazapada contra la pared opuesta, con aspecto de


estar a punto de desmayarse. […]Entonces Harry hizo algo muy valiente y muy
estúpido: corrió, dando un gran salto y se colgó, por detrás, del cuello de aquel
monstruo. (Rowling, 2000, pp. 148-149).

Hermione aparece, entonces, como una figura que depende de Harry, es una
compañera y no una verdadera heroína; así Harry gana en protagonismo, no solo
por aparecer más en la obra, sino porque gana el dominio de la situación y se hace
con el prestigio de toda la escuela (Menéndez y Fernández, 2015). Vuelve a aparecer
el síndrome Trinity presentado a Hermione como a alguien muy competente, pero
que, sin embargo, se pone en peligro en diversas ocasiones para que el héroe, en este
caso Harry, la rescate y la ponga a salvo (Roqueta, 2015).

Puede parecer, al comienzo de la obra, que Harry se siente cohibido frente a


Hermione. Ella se presenta segura, llena de conocimientos, de intereses, de ganas de
aprender. Al leer la obra se la ve como la más capaz para la magia y para la resolución
de problemas complejos, pero, a medida que avanza esta novela, y en general toda
la saga, Harry se acaba posicionando como desobediente, atrevido y valiente y, de
este modo, los estereotipos asignados a uno u otro personaje se van arraigando más.

610
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

-¿Eres tú realmente?-dijo Hermione-. Lo sé todo sobre ti, por supuesto, conseguí


unos pocos libros extra para prepararme más y tú figuras en Historia de la magia
moderna. Defensa contra las Artes Oscuras y Grandes eventos mágicos del siglo
XX (Rowling, 2000, p. 92).

3.4. Expresión y Gestión de las emociones

La expresión de los sentimientos en la LIJ tiende a identificarse con lo


femenino. En Harry Potter y la piedra filosofal, la gestión de las emociones se
relaciona con las chicas, sobre todo cuando estas tienen momentos en los que se
sienten más débiles. Otro rasgo importante de esta área es que, tal y como se vio en
el ejemplo del momento en el que Ron critica a Hermione por ser lista y aplicada, la
autoestima e incluso el autoconcepto de los personajes femeninos se construye
dependiendo de lo que opinen o piensen los personajes masculinos con los que
mantienen cualquier tipo de relación en la obra. En cualquier caso, en esta primera
obra de la saga de Harry Potter, no hay referencias a la gestión emocional de los
personajes masculinos como si los chicos no necesitasen cuidar esta parte que
tiende a identificarse con debilidad o falta de carácter que sitúa a las chicas en una
posición de inferioridad.

3.5. Responsabilidad social

Este es el último bloque de análisis y en él se aborda el reparto de tareas del


hogar o el aporte de dinero a la economía familiar. En esta obra, no aparecen
referencias estereotipadas al respecto. La vida de Harry se desarrolla en la Escuela
de Magia y las referencias a su vida familiar, con sus tíos y su primo, sirven para
generar una atmósfera que rodea al protagonista huérfano de injusticia y de tristeza.
Explicitadas no hay referencias, tal vez porque estas obras buscan que los y las
lectoras se identifiquen con sus personajes y con lo que les sucede y la parte de
responsabilidad social no forma parte de las vidas de los jóvenes.

611
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

4. Conclusiones

En los últimos años han aparecido diversos estudios sobre J.K Rowling y su
obra (Cherland, 2008; Fanjul y Mendoza, 2009; Heilman, y Donaldon, 2009; Hunt,
2015; Menéndez y Fernández, 2015; Schoefer, 2000) que ofrecen perspectivas
diferentes sobre diversos aspectos de la obra, centrándose, sobre todo, en el papel
que desempeñan Harry y Hermione a lo largo de toda la saga.

En el trabajo presentado se han señalado rasgos que posicionan a Hermione


como una protagonista caracterizada con el síndrome de Trinity (Roqueta, 2015)
que, pese a tener gran cantidad de competencias, acaba siendo dependiente de la
figura masculina de Harry que encarna al héroe de la obra. Lo que permite este tipo
de relación es que el protagonista recupere “su autoestima masculina” (Colomer y
Olid, 2009, p. 9). Es cierto que, tanto en esta obra como en otras obras de la LIJ actual,
los estereotipos de género son muy sutiles y es difícil encontrarlos de una forma
excesivamente explícita, tal vez porque teniendo ese rasgo, podrían influenciar
negativamente en la recepción de la obra (Hamilton et al., 2006).

El estereotipo más reseñable es el que se encuentra en la categoría de


capacidades, debido, sobre todo, a la caracterización de Hermione como una joven
estudiosa e inteligente, pero a la que se le añade como un defecto que sea “mandona”
o que hable mucho. La manera de expresarse y la fluidez del lenguaje se relacionan
con el hecho de que “las mujeres hablan demasiado”, mientras que a los chicos se les
caracteriza como más introvertidos y reservados y que hablan poco. Todos estos
rasgos que, estereotipadamente, se vinculan con lo masculino y lo femenino son
interpretados como algo positivo para ellos y como algo negativo para ellas, ya que
tal y como indican Colás y Villaciervos (2007) el hecho de que los varones no
muestren sus emociones parece hacerlos más fuertes y menos vulnerables.

El análisis se centra en Harry y en Hermione, pero este aspecto resulta


también muy interesante para ser analizado en el profesorado de Hogwarts., La
historia personal de Harry hace que ya, desde el inicio, las expectativas sobre sí
mismo son muy altas y eso crea en el personaje cierta angustia a lo largo de toda la
saga, sin embargo, ese modelo de éxito y de triunfo es otro indicador de la estructura

612
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

patriarcal que ya atribuye la superioridad masculina desde el inicio y que genera


una imagen que se puede ir afianzando desde los primeros años (Simón, 2005).

Hermione no tiene el éxito asegurado y, de hecho, cuando trata de demostrar


su valentía ante el trol, no es capaz y tiene que ser rescatada por Harry y Ron. Pese
a la imagen de fortaleza que puede transmitir Hermione y su supuesta seguridad en
sí misma, llora cuando escucha que no es querida por sus compañeros,
demostrando, de nuevo, como los personajes femeninos tienden mucho más a
construir su propia imagen en función de lo que piensen los demás, sobre todo los
varones con los que están.

Pese a las cuestiones señaladas anteriormente, se puede observar que esta


obra muestra los avances que se están produciendo en la composición de obras de
la LIJ con respecto a “la superación de los géneros y la búsqueda de la igualdad”
(Colomer y Olid, 2009, pp. 11-12). Apenas hay referencias a estereotipos físicos, y a
Hermione, como personaje protagonista, se la caracteriza como una chica
inteligente y decidida, aunque, tal y como se ha mostrado en el análisis, esto sea una
sutil trampa que hace que después el personaje aparezca como dependiente de
Harry. Es por ello, que sigue siendo fundamental hacer una reflexión desde una
perspectiva de género que permita deconstruir los textos y dotarlos de una
interpretación crítica que ayude a destruir estereotipos de género que generan y
acentúan la brecha que provoca la desigualdad.

Se debe insistir en la importancia de la ayuda que deben recibir los niños y


las niñas en su infancia para diferenciar su identidad biológica, es decir, su sexo, del
género que es la construcción cultural que atribuye patrones de comportamiento
diversos a los hombres y a las mujeres, para ello, en la escuela, los y las docentes
deben potenciar prácticas de lectura crítica que permitan analizar los textos desde
una perspectiva de género (Wharton, 2005).

613
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Referencias

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CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

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CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

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616
Educar en igualdad a través del rap

Lidia Santiago Calahorro


IES Rafael Pérez Estrada
lidiasantiago@uma.es

Resumen

En el presente trabajo se plantea la utilización del rap como instrumento de


aprendizaje dentro del aula. El rap, tanto en la composición de la letra, como con la
música, con las bases instrumentales, puede ser una herramienta idónea de
coeducación y de educación en valores. También se refleja la importancia de las
voces femeninas del rap y su aportación en la eliminación de machismos y
micromachismos sociales y culturales. Cada vez, son más las mujeres que suman su
voz y sus mensajes a la denuncia social en favor de la igualdad y de la eliminación de
las diferencias de género, a través de las letras de sus canciones.

Asimismo, se recoge una experiencia educativa de composición de un rap, llevada a


cabo en el IES “Rafael Pérez Estrada” de Málaga capital, durante el curso escolar
2019-2020, que defiende la igualdad entre hombres y mujeres; y la creación del
videoclip del rap, en el que han participado distintos miembros de la comunidad
educativa: alumnado, profesorado y familias. El rap ha sido compuesto como colofón
al conjunto de actividades realizadas para rescatar en el aula y rendir homenaje a la
escritora estadounidense Pearl S. Buck, galardonada con el Premio Nobel de
Literatura en 1938.

Palabras clave

Rap, mujer, igualdad, micromachismo, coeducación.

617
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

1. Introducción

Existen muchos instrumentos para trabajar la igualdad y coeducación en el


aula, pero si tenemos en cuenta la afición de la mayoría del alumnado por la música
y el escuchar música en su tiempo libre y de ocio, podemos constatar que la música
es un instrumento muy efectivo para conectar con las emociones y, a través de ellas,
lograr la implicación emocional del alumnado hacia el proyecto que se pretende
trabajar. Por otra parte, con actividades que dejen de ser previsibles, el alumnado
no siente el peso de la carga lectiva y el aprendizaje se vuelve dinámico y fluido; al
mismo tiempo que se convierte en una experiencia relevante, que permanecerá
fácilmente en el recuerdo.

Juventud y música forman, generalmente, un tándem inseparable, debido a la


cualidad intrínseca de la música de provocar emociones. Osvaldo Fustioni (2016)
afirma: “La emoción musical se manifiesta físicamente por la exaltación de un sector
del sistema nervioso autónomo (o sea independiente de la voluntad): el sistema
adrenérgico” (p. 4). Y explica que este sistema genera adrenalina, que causa
manifestaciones físicas similares a las que causan otras emociones.

Es en la etapa de la adolescencia donde esta unión se va fraguando más


estrecha. Los jóvenes suelen dedicar gran parte de su tiempo de ocio al consumo
musical, porque a través de la música, logran canalizar gran parte de sus miedos,
emociones, sueños, deseos... En este sentido, Aina Bisquerra (2011) explica: “Se sabe
que emoción y motivación son anverso y reverso de la misma moneda. Emoción
proviene del latín movere y motivación proviene de ex movere (mover hacia fuera).
Por lo tanto, una forma efectiva de motivar es a partir de la emoción” (p. 187). No
obstante, cuantificar y medir las emociones que se provocan en el alumnado es un
aspecto que entraña una enorme dificultad. En este sentido, Manuel Tizón (2017)
afirma: “Las emociones musicales y su medición es un asunto complejísimo, lleno de
variables y posibilidades metodológicas. Además, los conceptos que rodean a la
palabra ‘emoción’ pueden ser confusos por la cercanía semántica de la que se hace
uso en el día a día” (p. 192).

618
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

Antoni Gomila (2008) afirma que debido al aspecto expresivo de la música


“percibimos en la música cualidades expresivas: como música alegre o triste, o
nostálgica, o frustrante, o anhelante, o agitada o amorosa”. En este caso, el autor
explica que se trata de una percepción significativa (p. 1). Sabemos que cuando hay
una percepción significativa se produce una situación de aprendizaje. Por eso, la
utilización del rap en el aula, como instrumento de aprendizaje, puede ser de gran
utilidad. Al mismo tiempo que el alumnado, puede absorber nociones y
conocimientos de una manera eficiente y amena.

A lo largo de la historia, los estereotipos culturales y de género han ido


mermando y lastrando las posibilidades de un colectivo que representa a más de la
mitad de la población mundial. La Educación no puede permanecer ajena a esta
desigualdad y falta de oportunidades, tan arraigada en las estructuras sociales y el
universo colectivo. Benalcázar-Luna y Venegas (2017) explican: “las violencias
ocultadas también son peligrosas, porque al no dejar evidencia física, estas son
negadas o al menos minimizadas”. Y afirman que, cuando las violencias se vuelven
invisibles, no se cuestionan (p. 142). Así pues, las instituciones educativas deberían
posicionarse claramente en la eliminación de machismos y micromachismos para
avanzar e intentar conseguir una sociedad más justa e igualitaria; para ello, es
necesario desmitificar los estereotipos de género; así como fomentar el reparto
equitativo de responsabilidades y logros sociales. Es necesario también dejar de
otorgar únicamente a la mujer los roles derivados del cuidado de la prole; y no
vetarle el desempeño de cargos elevados en las esferas empresariales y públicas.

Las autoras Magaly Benalcázar-Luna y Gina Venegas (2017) sostienen, en


relación con la violencia estructural: “existe otro tipo de violencia que opera
soterradamente en ámbitos como la etnia, la capacidad adquisitiva, el estatus
migratorio y también la perspectiva de género” (p. 142). Asimismo, explican que
esta violencia estructural ha sido interiorizada y transmitida a lo largo del tiempo,
gracias a la repetición de patrones sociales y culturales.

619
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

1.1. Voces femeninas del rap europeo

Actualmente, el rap ha dejado de ser un género mayoritario de los jóvenes o


de la juventud y ha pasado a impregnarse de un carácter más culto y más
restringido; junto con un sentido urbano de tribu. Además, con el tiempo, poco a
poco, se han ido abriendo paso también voces femeninas que tienen mucho que
decir y que aportar para “despertar conciencias”. Generalmente, se trata de mujeres
con una amplia formación intelectual. En el ámbito internacional, constituye un
referente europeo la francesa, de origen argentino, Kenny Arkana, cuyas letras, en
francés y árabe, están cargadas de mensajes de contenido político, social y de
denuncia. Destaca también, internacionalmente, la intelectual, poeta y rapera
británica Kate Tempest.

Otra autora francesa, de proyección internacional, con letras en español, es


la rapera de ascendencia chilena: Ana Tijoux, quien, tanto en sus trabajos como en
sus declaraciones, se muestra comprometida con la defensa de los derechos de la
mujer y aboga por la erradicación de la desigualdad y de la violencia de género. Un
ejemplo de ello lo constituye su tema Antipatriarca, publicado en 2014, en su disco
Vengo.

En el ámbito internacional, cabe destacar al colectivo chileno LasTesis que, en


noviembre de 2019, saltaron a la fama con la canción-performance Un violador en tu
camino, que se ha convertido en un himno internacional en contra de la violencia
machista. Según recoge el diario El País, (25-09-2020), la revista Time considera que
las creadoras de este himno se encuentran entre los cien personajes más influyentes
del mundo.

1.2. Voces actuales del rap femenino en nuestro país

Ángela Garcés (2011) afirma: “nos interesa resaltar las actitudes de nuevas
mujeres jóvenes que se atreven a transgredir el rol de género, para ampliar sus
perspectivas de vida desde el arte y la resistencia cultural, logrando, a su vez, un

620
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

lugar para su autorrealización” (p. 44). Esta autora utiliza el término hoppers1 para
referirse a los intérpretes de este género, tanto masculinas como femeninas. Carmen
Díez (2016) explica: “El hip hop puede considerarse una cultura urbana anti-
hegemónica, pero el hip hop feminista ataca a su vez al discurso androcéntrico
dominante en el seno del hip hop mismo. Al mismo tiempo es una vía de difusión del
feminismo. La feminización en el seno del hip hop es vista como una amenaza” (p.
45).

En nuestro país, la pionera de este género fue “La mala Rodríguez”, con temas
cuyo contenido y mensaje son bastante apolíticos. Actualmente, hay una mayor
afluencia femenina que ha optado por este género. El periódico La opinión de Zamora
publicó en 2018 un artículo en el que recogía el nombre de las raperas más
influyentes en nuestro país. Entre ellas, figuran: la hispano argentina Nathy Peluso,
que mezcla el rap con otros estilos como el jazz o el blues. Otras de las raperas
españolas que cuenta con varios años de experiencia son: Sandra Cervera, más
conocida como Le Fay; Arianna Puello, de origen dominicano; Zeta Drastyka;
Desplante, que pertenece al colectivo barcelonés de hip-hop Cresta Negra Clan; la
rapera donostiarra La Furia, con letras directas de contenido feminista; la rapera
gallega Aíd, que comenzó a rapear con doce años; y Ziedah, representante del hip-
hop en Cataluña; y la cantautora madrileña Eddi Circa o Eddi Ogra, que trata varios
géneros musicales y su hermana gemela Raxet1. Una formación más radical es La
ira, compuesta por cuatro mujeres, que representan un feminismo radical, con letras
de contenido crudo, que anima a la comunidad femenina a asumir el poder. Con unas
letras contundentes, pero menos agresivas, encontramos a Garzía, con temas como
Somos guerreras, donde defienden la igualdad salarial y de oportunidades.

Otra de las voces femeninas del panorama andaluz actual, dentro de la


corriente intelectual, es la poeta, rapera y politóloga, prontamente fallecida, a la
edad de veintiséis años, Ana Isabel García Llorente, más conocida como Gata
Cattana; quien también utilizó el nombre de Ana Sforza. La revista Música en

1 Hopper (hiphopper): Según Radiónica RTVC, término equivalente a rapero.

621
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Femenino recoge en un post, de 1 de junio de 2018, unas palabras de esta autora:


“Como soy mujer y hago rap, llevo el feminismo a mi terreno”. También constituye
un referente intelectual la periodista y poeta granadina Olalla Castro, cantante y
compositora de las letras de los proyectos musicales Rebelmadiaq, Sister Castro o
Nour; quien también coordina e imparte talleres de rap para jóvenes.

2. Metodología

En el Instituto de Educación Secundaria Obligatoria “Rafael Pérez Estrada”


de Málaga, se ha llevado a cabo un proyecto didáctico y de investigación durante el
curso 2019-2020, para difundir y revalorizar, entre la comunidad educativa del
centro, la figura y obra de la escritora estadounidense Pearl S. Buck, que fue
galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 1938. Entre las distintas
actividades realizadas, se ha compuesto un rap titulado: El rap de Pearl S. Buck.
Dicho rap se ha acompañado también de un videoclip en el que han participado
distintos miembros de la comunidad educativa: alumnado, profesorado y familias.

El proyecto de creación de El rap de Pearl S. Buck, se ha basado en la


adaptación del ensayo de la autora que constituye el capítulo IV, titulado Las mujeres
y la victoria, publicado en su libro Asia, que recoge el texto de una conferencia
pronunciada en Filadelfia, el 20 de abril de 1942, en la American Association of
University Women.

El texto se ha trabajado, durante la fase de enseñanza no presencial, por parte


del alumnado de seis grupos de Educación Secundaria Obligatoria, mediante la
lectura, selección de ideas y reflexión; pero se ha trabajado más en profundidad, en
dos grupos de 2.º y 4.º de ESO; aunque finalmente, la letra ha sido compuesta por el
alumno de 3.º de ESO: Pablo Gómez Cueto. En cuanto al videoclip del rap, la edición
del mismo se ha llevado a cabo, de forma voluntaria, por el alumno: José Manuel
Guerrero Martín y la alumna: Nuria Castro Jiménez, ambos de 4.º de ESO. En la
interpretación del mismo, han intervenido: ocho miembros del alumnado; cuatro del
profesorado y cuatro familiares de miembros de la comunidad educativa del centro.

622
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

El precedente de este rap, lo constituye una “Batalla de gallos”, en la


modalidad de Freestyle, organizada en el centro educativo, en enero de 2019, para
conmemorar el Día Internacional de la Paz, denominada: “Rap por la paz”. Como
premisa, los contrincantes tenían que utilizar términos relacionados con la paz y la
no violencia. Esta actividad despertó un gran interés en alumnado y profesorado; y
su realización resultó muy gratificante.

Jiménez Calderón (2012) explica que el hecho de que las letras tengan un
carácter recitado sobre una base rítmica constante, “provoca que las canciones
encierren un ingente volumen de letras en comparación con otros géneros
musicales, cuyas muestras suelen presentar textos más escuetos” (p. 167). La letra
del rap, apoyada en la base musical, se organiza en equivalentes a versos, llamados
“barras”, usualmente, con rima; que generalmente suelen funcionar a modo de
eslóganes o consignas, por lo que el mensaje que se transmite llega de forma clara y
directa. La estructura que conforma un grupo de barras, se denomina “patrón”.

Con respecto a los elementos paralingüísticos, Angelines Sencianes (2017)


sostiene: “cobran especial importancia la entonación del discurso y la gesticulación
que acompañan a la música y a las letras y que dan como resultado un corpus
artístico expresivo total” (p. 15). En este sentido, algunos de los intérpretes del
videoclip del rap han optado por acompañar su intervención de algunos elementos
paralingüísticos comúnmente asociados al ámbito del hip hop. Del mismo modo, en
el proceso de edición y montaje del videoclip del rap, se han incluido efectos y un
diseño de cabecera que evoque a la estética propia del hip hop.

3. Objetivos

El objetivo principal de este proyecto educativo y de investigación ha sido


el de acercar y recuperar en el aula la figura y obra de la escritora Pearl S. Buck para
darla a conocer entre la comunidad de este centro educativo y llevar a cabo una
difusión y revalorización de su obra.

Además de este objetivo, tanto con el proyecto general como con la


actividad de composición de El rap de Pearl S. Buck, se ha pretendido:

623
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

1. Visibilizar a la mujer y crear referentes femeninos en la comunidad educativa y


en el alumnado.
2. Promover la igualdad y el respeto entre hombres y mujeres para identificar y
prevenir cualquier situación de desigualdad o violencia.
3. Dotar al alumnado de la capacidad para identificar y analizar de manera crítica
conductas sexistas, machistas, y otras actitudes cotidianas difíciles de percibir
como los micromachismos, formas de abuso…
4. Visibilizar el papel de la mujer en la historia, a través de los relatos y vidas de
otras mujeres y de la propia escritora, para promover la igualdad y el respeto a
la mujer.
5. Obtener y elaborar materiales y recursos diversos de trabajo que sirvan al centro
educativo para continuar estas actuaciones los cursos siguientes, y para su
difusión.
6. Implicar a la comunidad educativa en el desarrollo de las actividades y en el
trabajo a través de un proyecto global.
7. Acercar otras culturas y modos de vida a la comunidad educativa.
8. Reflexionar sobre patrones culturales y la consideración de la mujer en la
historia y en otras culturas.
9. Desarrollar la competencia lingüística.
10. Despertar el interés por la Literatura y la investigación.
11. Mejorar el nivel de competencia digital.
12. Lograr la integración del proyecto educativo en el Plan de Igualdad y en el Plan
de Prevención de la Violencia de Género.

4. Desarrollo

La elección de la escritora Pearl S. Buck responde a su valor literario, como lo


acredita su amplia trayectoria; y a su importancia en la lucha por la igualdad entre
los seres humanos; del mismo modo que también constituye un referente en el
acercamiento cultural de Oriente a Occidente; valores que nos parecían
excepcionales para trabajar en el aula. El prestigio y fama literaria de esta autora,
Premio Nobel de Literatura, y su extensa producción bibliográfica son méritos

624
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

incuestionables para intentar poner en marcha este proyecto con el objetivo de


reivindicarla y ponerla en valor, tanto a ella como a su extensa producción literaria.

A lo largo de su vida, dicha escritora luchó en favor de las causas más


desfavorecidas e intentó plasmar en su obra situaciones de desigualdad, con la
intención de realizar una denuncia social y poner en conocimiento dichas
situaciones. Además de a su faceta como escritora, dedicó parte de su vida a trabajar
en favor de la igualdad de la mujer, en una época donde, las tradiciones culturales
chinas seguían considerando un canon de belleza el vendado de pies, conocido
como: “pies de loto”. Otra de las causas a las que dedicó su vida, al margen de la
literatura, fue la lucha en favor de los derechos de la infancia, llevando a cabo
numerosas acciones, como la creación de la primera agencia de adopción
internacional de niños y niñas asiáticos.

Cabría preguntarse cómo tiene que adaptarse el profesorado a la sociedad


actual. Pere Marqués, Director en Red de Educadores DIM-EDU (Didáctica,
Innovación, Multimedia), sostiene que: “el rol del profesorado debe ser activo y
comprometido. La clave del éxito es que los docentes perciban la innovación como
un ´elemento necesario, fácil, útil y eficiente`". Así pues, con el proceso de grabación
y edición del vídeo del rap, el alumnado se ha enfrentado a tareas que, a veces, se le
presuponen ya sabidas, pero que habitualmente los centros educativos no se
encargan de enseñarles.

En cuanto a la adaptación de un ensayo y composición de la letra del rap,


podemos considerar las premisas mantenidas por Bajtin (1982) quien, con respecto
al potencial dialógico, ético y estético del texto, considera que se debería ampliar su
alcance a otros ámbitos textuales.

Podría cuestionarse el hecho de que, puesto que Pearl S. Buck falleció en 1973
(el 6 de marzo), no llegó a conocer este género musical, asociado al hip hop. Por lo
que, podría resultar muy descontextualizado de su vida y su obra imaginar si a ella
le hubiese gustado el rap o incluso tener un rap con su nombre. No se puede afirmar
de una forma rotunda, pero teniendo en cuenta su trayectoria personal y su
producción, es probable que, si fuese contemporánea a este movimiento cultural,
ella misma hubiese compuesto algún rap, ya que su obra, además de ser muy prolija

625
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

es también profundamente heterogénea; y en ella trató géneros como: artículos


periodísticos, poesía, teatro, cuentos, ensayo, biografías, adaptaciones
cinematográficas y novelas, género literario en el que destacó especialmente.

Cabe destacar la acogida y recepción del alumnado cuando se pide su


colaboración e implicación en una actividad distinta a las usualmente realizadas en
clase y, en concreto, en este caso, en la composición de un rap. El planteamiento de
una situación sorpresiva logra captar, en una gran mayoría, la atención y el interés
de prácticamente la totalidad del alumnado. Por eso, es fundamental que el
profesorado piense, busque y plantee aprendizajes y tareas que escapen a la
cotidianeidad establecida en el aula; y que sorprenda al alumnado con actividades y
aprendizajes innovadores, que no responden habitualmente al currículum
académico convencional. En este sentido, Catherine L´Ecuyer (2012), en su libro
Educar en el asombro, defiende la importancia de este mecanismo en el proceso de
aprendizaje. También desde la Psicología del aprendizaje, apoyando esta idea,
Bárbara Matus (2003) trata este proceso metacognitivo como un factor favorecedor
del aprendizaje.

Es sabido que, en ocasiones, el rap está sometido a un proceso de hibridación,


pudiendo encontrarse, también, mezclado con elementos del reggaeton. Este último
género tiene una consideración polémica, por la utilización de la mujer de forma
vejatoria en algunas de sus letras. En este caso concreto, se ha intentado desvincular
el rap de su posible hibridación con el reggaeton, género que interpretamos, no tiene
la misma consideración que el rap y que, a nuestro entender, no ostentaría la misma
posibilidad de constituir un instrumento idóneo de aprendizaje en el aula. No
obstante, con respecto a la crítica a las letras de reggaeton, María José Gallucci
(2008) explica que no se puede realizar una generalización; y afirma que no todas
las letras tienen contenido sexual y denigrante para la mujer (p. 96).

Las corrientes educativas más ortodoxas podrían considerar este


instrumento poco convencional y carente de aplicación en el aula, puesto que no se
ajusta a una metodología tradicional, en la que el alumnado interioriza
memorísticamente un contenido. No obstante, cabe explicar que las letras de un rap,
para el alumnado, suelen ser fácilmente asimilables, ya que la entonación, el ritmo,

626
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

la rima y la música contribuyen a un refuerzo e interiorización del contenido. Por lo


general, basta con haberlo oído tres o cuatro veces, para poder asimilar la letra o
una parte significativa de ella. Aina Bisquerra (2011) considera “fundamental que la
música tenga un papel relevante en la escuela por múltiples razones. Entre ellas, la
música es un área que permite, de forma especial, el trabajo con las emociones” (p.
188).

5. Conclusiones

En las experiencias llevadas a cabo, en el IES “Rafael Pérez Estrada”, tanto con
Rap por la Paz, como por El Rap de Pearl S. Buck, se ha podido constatar que el rap
es un instrumento que puede ser utilizado en el aula y en el espacio formativo, ya
que permite y posibilita un aprendizaje basado en la emoción y en el interés que
deriva del asombro.

Llegados a este punto, cabría preguntarse si es posible hablar de voces


femeninas del rap, frente a la dicotomía de voces masculinas. En realidad, podríamos
afirmar que el rap debe ser un género libre, que, si se orienta adecuadamente, puede
escapar de estereotipos de género y también ayudar a diluirlos. Sin embargo, es
importante también que, desde las aulas, se aliente al alumnado a ser personas
libres, independientes, inconformistas y luchadoras; capaces de defender sus ideas
y aportar su visión y conocimientos para lograr un mundo mejor, más solidario y
más justo. Así pues, podría afirmarse que el rap, al igual que el hip hop, no atiende a
una clasificación de género. Por eso, en el videoclip de El rap de Pearl S. Buck,
aparecen alumnas y alumnos; profesoras y profesores y madres y padres; porque no
se pretendía que fuese un rap de mujeres para defender la igualdad. La igualdad
debe ser abanderada y defendida por todas las individualidades y colectivos,
escapando de la lastrante y rígida clasificación de género.

Garcés (2014) explica que la tendencia del hip hop en Colombia es la de


conformar colectivos juveniles. Asimismo, sostiene que trabajan en favor de la
defensa de los derechos humanos, la cultura y la educación popular (p. 88). En esta
línea, trabajan raperas como: la mejicana Audry Funk, la guatemalteca Rebeca Lane

627
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

y la costarricense Nakury, integrantes del colectivo feminista Somos Guerreras,


quienes, en una charla sobre el hip hop en la realidad latinoamericana y el papel
transformador de las mujeres, en junio de 2019 en Valladolid, manifestaron a la
revista Último cero que consideran el hip hop como un movimiento que
“mundialmente invisibiliza a las mujeres”. Sin embargo, el rap como herramienta de
eliminación de micromachismos y estereotipos culturales y de género, no tiene que
venir únicamente de la mano de mujeres, sino que es necesaria una completa
concienciación de la sociedad y, para ello, es fundamental la participación de todos,
ya que los hombres no pueden limitarse a ser meros espectadores de una sociedad
que necesita eliminar privilegios y lacras, así como conceder las mismas
oportunidades a todos los seres humanos.

A lo ya explicado anteriormente, se añade el hecho de que el rap es una


herramienta idónea para potenciar la expresión oral del alumnado, así como el
ritmo, la métrica y la rima. Asimismo, es un instrumento que puede llevar al
alumnado más alejado de la lírica, a conseguir un acercamiento a este género, y a
inculcar el interés y entusiasmo por la poesía. En este sentido, Liliana Gago (2017)
considera que hay un paralelismo entre ambos mundos: “A través de las
composiciones de los raperos podemos ver que sus dudas e inquietudes son las
mismas que ya han acechado a los poetas, escritores y artistas de todos los tiempos”
(p. 27). Cabría, pues, preguntarse, si este medio, tan cercano para el público joven,
podría servir también como instrumento canalizador de pensamiento, de
aprendizaje y de evolución.

No se puede obviar el hecho de que, a lo largo del curso escolar durante el


cual se ha llevado a cabo este proyecto educativo, ha sobrevenido la situación de
pandemia por COVID-19, con la consabida situación de confinamiento y cese de la
actividad lectiva presencial. Esto ha dificultado el planteamiento y la realización de
las actividades, tal y como estaban previstas; llevando incluso a tener que anular la
puesta en marcha de algunas de ellas y a la adaptación de otras. Asimismo, ha hecho
que el videoclip tenga que grabarse dentro del ámbito familiar, por parte de las
personas que han intervenido. El resultado del vídeo es una obra amateur, pero en
la que se nota la implicación, ilusión y esfuerzo que se ha puesto en ella. Cabe señalar
también que, el proceso de grabación del videoclip, ha sido posible gracias al uso

628
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

generalizado de las nuevas tecnologías, por parte del alumnado, profesorado y


familias, que ha permitido desarrollar un proyecto común, a pesar del
distanciamiento físico.

La posterior difusión del videoclip del rap, a través de la página web del
instituto, así como por Whatsapp y mediante la plataforma de difusión Youtube, ha
hecho posible que el trabajo llegue a un ámbito mayor que el de la propia comunidad
del centro educativo. Todo ello ha podido ser llevado a cabo gracias a la cooperación
y la sinergia, herramientas fundamentales para el trabajo en el aula y para la mejora
de la sociedad, en general; valores necesarios para lograr un mundo más
humanizado y solidario.

Referencias

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631
Análisis didáctico-pedagógico de género en los vídeos tendencia
de Youtube. Reggaeton y micromachismo

Antonio Nadal Masegosa


Universidad de Málaga
antonionm@uma.es

Eugenia Fernández Martín


Universidad de Málaga
eugeniaf@uma.es

Resumen

Las tecnologías ocupan gran parte de las vidas de un alto número de personas. En el
Estado español, desde la enseñanza primaria, se nos inculcan competencias
tecnológicas y digitales, y los smartphones acompañan casi las 24 horas del día a una
considerable cifra de seres humanos, con todo lo que ello conlleva. Un alto
porcentaje de quienes navegan por internet con sus dispositivos lo emplea en redes
sociales, y dentro de ellas, siguiendo a estrellas de la música y atendiendo a sus
vídeos en la plataforma de la multinacional, propiedad de Google, YouTube.

Tres son las multinacionales discográficas que copan el mercado, y a través de la


etnografía virtual, dentro de un marco crítico, nos marcamos como objetivo conocer
cuáles son los vídeos tendencia del momento, comprobando como el reggaetón es
impuesto como estilo hegemónico, dentro de unas representaciones que siguen el
mismo patrón, en las que el cuerpo de un determinado tipo de mujer, y no de un
determinado tipo de hombre, es mostrado constantemente, hasta con planos
meramente genitales, con ropajes que escasamente cubren el cuerpo, o que lo
marcan absolutamente, hecho que no sucede en el caso masculino, y con unas letras
orientadas a la satisfacción sexual del macho, encontrándonos con un estilo y unas
perspectivas que probablemente cumplen gran parte de los parámetros de

632
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

cosificación de la mujer, provocando una didáctica del machismo y del


micromachismo.

Palabras clave

Análisis cualitativo, análisis de papel, micromachismo, reggaetón, YouTube.

1. Introducción

La Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las


relaciones entre las competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la
educación primaria, la educación secundaria obligatoria y el bachillerato, establece,
en segundo y tercer lugar, y considera clave en el Sistema Educativo Español y en el
currículo, tanto las competencias básicas en tecnología, como la competencia digital.
Medio ambiente, salud, alimentación, derechos humanos, pobreza, justicia social,
conocimientos históricos, o género, no figuran como tales dentro de los siete
bloques, a los cuales se le asigna una letra, del artículo 2 de la citada orden.

El dogma tecnológico, que invisibiliza todo tipo de cuestiones relativas a


origen de sus materiales, situaciones laborales de su mano de obra, o destino de sus
desechos, se constituye en la base de un sistema de enseñanza cuya ideología se
aproxima al mero desarrollismo. Las pantallas enganchan tanto como las drogas:
solo hay que ver en los cerebros la inundación de dopamina y el bloqueo del lóbulo
frontal que permite el razonamiento; en ello, los vídeos musicales tienen mucho que
ver, y no podemos ignorar que las estrellas musicales son las más seguidas en ese
concepto empresarial autodenominado redes sociales (Illescas, 2019).

En la actualidad, y no solo en los países que componen la Organización para


la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los smartphones nos
acompañan, afectando de un modo u otro nuestra vida y rendimiento general; la
literatura científica nos ha mostrado como el uso de ese aparato influye durante
nuestro caminar, conducir, o trabajar, y que su potencial efecto adverso sobre el

633
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

rendimiento educativo puede tener un impacto social importante (Baert et al.,


2020).

Está acreditado y publicado que el tiempo dedicado a navegar por internet,


escuchar música y sentarse sin hacer nada se asoció negativamente con todos los
indicadores de rendimiento académico (Esteban-Cornejo et al., 2015). La presente
investigación va más allá de lo conocido en estas cuestiones, pues se centra en
concretar qué está transmitiendo la música considerada tendencia por YouTube, a
través de una didáctica no solo verbal, sino a través de toda una comunicación
estética y gestual.

Los últimos datos de uso de dispositivos electrónicos y acceso a internet


reflejan un uso masivo en el Estado español, y el 64,6% de personas que navega por
internet participa en redes sociales de carácter general como Facebook, Twitter o
YouTube (Instituto Nacional de Estadística, 2019). Nos encontramos ante un
fenómeno que no puede ser ignorado, pues el aparato ideológico del sistema ya no
solo se compone de la enseñanza, los medios de comunicación de masas clásicos u
otros: ahora, a modo de chip casi implantado, la gran mayoría de personas tiene un
teléfono móvil con acceso a internet.

2. Metodología

El estatus de celebridad, o en este caso de tendencia, en internet y redes


sociales en sí, se logra no solo a través de un conjunto de técnicas de afiliación,
representación y celebrificación, sino también mediante la participación en un
cálculo empresarial meticuloso (Hou, 2018). Y, precisamente, haciendo cálculos,
tres son las grandes discográficas multinacionales que controlan el mercado, y que
hacen que las tendencias y los valores transmitidos no sean precisamente
casualidad: Sony, Universal y Warner. Es la etnografía virtual la metodología que nos
aproxima a un conocimiento ya totalmente mediado por pantallas.

Lograr un sentido enriquecido de los significados que va adquiriendo la


tecnología en las culturas que la alojan, que se conforman gracias a ella (Hine, 2004),
o que ya son totalmente mediatizadas por dicha tecnología, no solo necesita una

634
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

metodología de estudio e investigación, sino también una perspectiva crítica,


contextualizada, analítica, multifactorial.

Una metodología como la empleada no obtiene datos como los que nos
aportarían las técnicas de recogida de información cuantitativas, sino que,
precisamente gracias a la tecnología, y a la difusión, obtenemos informaciones que
pueden, en cualquier momento, independientemente de espacio y tiempo, ser
comprobadas por cualquier persona que investigue o se interese por lo que
transmitimos.

El diseño de la investigación no partía de cero, pues se constituía siendo


conscientes de que un alto porcentaje de lo que ocurre en la actualidad se origina en
el espacio virtual, y precisamente gracias a la observación y al análisis de contenidos
obtenemos, dentro del material analizado, unos resultados próximos a ese nuevo
concepto de infoxicación, conociendo si podemos añadir igualmente las etiquetas de
(micro)machista y misógino (García, Martín y Perelló, 2016).

3. Objetivos

YouTube sería el cuarto sitio web más visitado y el primero entre los de
entretenimiento en el Estado español (Lavado, 2013). Esta empresa era comprada
por Google en 2006, para lo cual debían realizar algunas cuestiones burocráticas con
discográficas para eliminar trabas legales al negocio, que tendría un valor de más de
mil millones de dólares (El País, 2006). Obviamente, nada de esto era casualidad, y
YouTube nunca fue, pese a sus campañas de marketing, ningún tipo de tecnología
abierta y democrática, aunque todas las personas pudieran subir vídeos, y hoy es
“más bien otro producto del capitalismo corporativo, un “valioso aliado de
Hollywood” y de otros gigantes mediáticos” (Márquez y Ardévol, 2018, p. 41).

Los valores actuales que transmitiría YouTube no estarían muy lejanos a


aquellos que probablemente pretendiera difundir la industria musical, pero habría
que conocerlos y hay que actualizarlos continuamente, bajo nuestro punto de vista,
y ese sería un fin básico de la investigación.

635
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

La sociedad, la enseñanza, y la ciencia en sí, no pueden permanecer ajenas a


lo que están sucediendo y a los valores que están inculcando, pues es evidente que
la juventud de hoy es quien gestionará la sociedad del mañana. La cosificación de la
mujer, la proyección de estéticas con atuendos y volúmenes físicos determinados, el
vocabulario y lenguaje empleados… aportarían, a priori, una visión que aspiraría al
logro de un género femenino cuyos valores concretos necesitamos descubrir, y este
sería el objetivo principal de la investigación, analizar la didáctica y la pedagogía que
aportan los vídeos musicales, generados como tendencia en YouTube.

4. Resultados

Cuando se entraba el 16 de septiembre de 2020 a YouTube desde un


buscador desde el cual no se había accedido previamente, no podíamos seguir
navegando, encontrándonos una ventana que nos informaba de que Google utiliza
cookies y otros datos para proporcionar, mantener y mejorar sus servicios y
anuncios. Si se aceptaba, afirmaban personalizar el contenido y los anuncios en
función de la actividad en sus servicios. En caso de no aceptar, había de pincharse
en ver más, tras lo cual, de nuevo, o se aceptaba, o había que pinchar en otras
opciones, lo cual, bajo nuestro punto de vista, llevaba a un callejón sin salida, con lo
cual la opción para finalizar era aceptar el control de Google de lo que procedíamos
a realizar.

Lo primero que nos muestra YouTube es un vídeo en el cual sale una mujer
con la espalda desnuda, y para acceder al vídeo, con el objetivo de citarlo, hemos de
ver una publicidad de la marca automovilística Renault (Queen Club, 2020). El
concepto de techo de cristal no se cumple en esta multinacional, dado que su
presidenta (CEO) es Susan Diane Wojcicki.

El proceso continúa y nos dirigimos a tendencias. Y nos encontramos tres


vídeos de tres mujeres, todas ellas dentro de un programa propiedad de la
multinacional Telefónica (La Resistencia en Movistar+, 2020a, 2020b y 2020c). En
uno de esos vídeos aparece una joven con una camiseta blanca que deja traslucir sus
senos –sin ropa interior–, a la cual no conocíamos, y que es una menor de 16 años,

636
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

familiar de personas famosas, y conocida por colgar vídeos musicales y haber sido
portada de una revista española (Marco, 2020).

Transitando a la izquierda, no ideológicamente, pinchamos en algo llamado


lo mejor de YouTube, donde nos dirigimos a la música, espacio con 112 millones de
persona suscritas, donde nos detenemos en los cinco primeros vídeos mostrados,
bajo la categoría Canciones del momento – España. En los cuatro primeros, hay
mujeres jóvenes en su imagen inicial. Sin embargo, empezaremos el análisis con el
quinto de ellos.

Con 34387900 visualizaciones y fecha de estreno el 20 de agosto de 2020


encontrábamos el tema Parce, interpretado por Maluma con las colaboraciones de
Lenny Tavárez y Justin Quiles (2020). Ya en el segundo cinco del vídeo aparecen las
piernas delgadas de una mujer con medias y tacones, y solo un segundo después
podemos ver algo más de la joven, de ropa ajustada dorada y con la boca muy
abierta, encima de la barra de un local de bebidas. En el segundo ocho aparece solo
un escote, aparentemente de una persona con senos con implantes de silicona,
seguido de una persona con minifalda corta, y unos glúteos en ropa interior en una
barra americana, a los cuales siguen imágenes de otras jóvenes.

Vemos solo cinco jóvenes féminas bailando en un local en el segundo


cincuenta, una de ellas, que ocupa la parte central, con un bañador de una pieza
escotado. Pasan a ser ocho mujeres solo tres segundos después, se aumenta la cifra.
Mientras ellas portan escasa ropa, el tipo que canta lleva pantalón largo y chaquetón.
El plano del fotograma del minuto 1:02 es el órgano genital femenino de la joven,
cubierto con el bañador, mientas quien canta mantiene el atuendo citado, siendo el
segundo intérprete; los otros dos intérpretes masculinos también aparecen con
pantalones y manga larga la mayor parte del vídeo. Hay distintos planos que
muestran solo vaginas, escotes y nalgas femeninas poco cubiertas.

En un vídeo de 4:24 minutos, finalizan reinando los tres intérpretes, casi


perdonando la vida a las mujeres, cuya vida, en el minuto 4:01, queda claro lo que
importa: literalmente, un culo. Juan Luis Londoño Arias, nombre real del tal Maluma,
y sus acompañantes en esta ocasión, en un vídeo propiedad de Sony Music
Entertainment US Latin, no es precisamente sutil en sus letras: Todo fue tu culpa,

637
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

me saliste hija de puta, me saliste medio actriz, no sabía que eras astuta; Mejores
tatas que tu yo me voy a chingar; Te solté en banda y ahora mi vida es una parranda…
son los contenidos didáctico-pedagógicos más destacables de este vídeo.

Con 24600869 visualizaciones y fecha de estreno el 27 agosto de 2020


encontrábamos un alto número de señores: Rauw Alejandro, Anuel, Farruko, Dalex,
Lenny, Sech, Dímelo, y Justin Quiles, siendo este último y Lenny también
colaboradores en el vídeo anterior (RauwAlejandroTV, 2020). A los seis segundos
del vídeo ya sale una joven, de nuevo delgada y ligera de ropa, mientras los cantantes
de nuevo llevan pantalón y manga larga, incluso chaquetones. Las mujeres son las
que rondan a los hombres, les bailan, les miran, todas delgadas y con minifaldas,
escotes y ropas ceñidas, suyo es el contoneo, mientras los hombres cantan,
haciéndoles caso, o no. Hay intérpretes masculinos de distintas texturas, pero no con
ropas ajustadas. Los implantes de silicona pueden intuirse.

La imagen que se inicia en el minuto 4:31 es la de una mujer en minifalda que


deja de cruzar las piernas y puede apreciarse su ropa interior negra. Las mujeres
desean abrazar a los cantantes, acariciarlos. Todas son probablemente entre edades
comprendidas entre los 18 y los 24 años. En el minuto 5:08 un tipo dice: tú llegaste
aquí… mientras se señala la zona genital, acompañado de “no te escogí, yo te cogí,”,
cuyo significado en América Latina podemos saber fácilmente cuál es.

La didáctica de una música autodenominada reggaetón, en este caso, es una


cuasi-pedagogía de un acto sexual irresponsable dominado por distintos tipos de
hombres –respetamos los errores del lenguaje oral, que ahora serían faltas
ortográficas–: Toa las vece que te lo meto, cada ve que te la echo adentro, echamo
un polvo perfecto; Tú te pone en cuatro y ese culo se engloba, yo te lo juro, que te
lambo el arroba, las rede las calienta, foto en gistro, to se lo quieren meter; y la
profundidad de tu garganta no combina con tus flores santa… y con esta última
combinación constituida en poesía moderna mejor finalizar el análisis de este vídeo,
también propiedad de Sony Music Entertainment US Latin.

Para la visualización del tercer vídeo (Indigo, 2020) nos obligan a ver,
íntegro, un anuncio de Ampollas Vichy, una superdosis de antiedad, en el cual solo
aparecen mujeres, sin que en ninguna de ellas se vea ropa alguna sobre ellas… y al

638
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

final del anuncio, eso sí, se pide que se consulte al farmacéutico, no a la farmacéutica.
A continuación, accedemos al vídeo de unas señoritas llamadas Lola Indigo, Danna
Paola, y Denise Rosenthal, y a su canción Santería, con 15458266 visualizaciones y
fecha de estreno el 27 de agosto de 2020. La primera imagen humana que se ve es la
parte inferior femenina en el séptimo segundo, tras lo cual se ve a una joven con
escote, mientras que atrás hay como unos guardias, completamente vestidos, a los
cuales posteriormente acompañan mujeres ligeras de atuendo.

En el segundo 52 la cantante se encuentra en una especie de trono con las


piernas totalmente abiertas, cubriéndose solo su zona genital dentro de su parte
media corporal inferior, al igual que en otros momentos, como en el minuto 1:34. No
hay mujeres de distintas texturas en las coreografías, todas son jóvenes y delgadas.
Puede verse explícitamente que la cantante y cuatro bailarinas llevan tanga en el
minuto 1:39. Ocho mujeres delgadas asemejan estar desnudas acompañando a la
cantante en el minuto 2:26, imagen que sirve de inicial cuando se desea ver por
primera vez el vídeo. Realmente parece que llevan bragas color carne, y tapan sus
pechos con sus brazos. Pocos segundos después, en el minuto 2:30, las mujeres,
también asemejando desnudez, hacen de adorno a una fuente, de forma un tanto
similar al Patio de los Leones de la Alhambra de Granada.

La letra de la canción invierte los papeles previos, pero de forma mucho


menos directa, con frases como: Se acabó tu dinastía, no soy emperadora pero la
corona es mía, tengo el mando y tú no lo sabías, yo ganando y tú te lo perdías; eres
mi muñeco y te haré vudú; ojalá y ojalá y ojalá y, que te mientan y ardas por ahí, ya
no soy la presa y es que todo se regresa, yo que tú me pondría a rezar. Por primera
vez, una frase útil, pero suelta, de esta canción, podría ser pedagógica: Es que soy
dueña de mi vida, decidida, saco las garras si me hieren o lastiman. Una de las
multinacionales que controlan el negocio, Universal Music Spain, es propietaria de
la canción.

El segundo lugar en tendencia para YouTube, pero que suma más que las
visualizaciones de los otros cuatro vídeos juntos, con 112438790, y subido el 17 de
agosto de 2020, fue para Ozuna (2020), con Karol G y Myke Towers, en un vídeo
llamado Caramelo… remix, siendo esta palabra también utilizada en el cuarto vídeo
analizado. En el segundo trece, ya tenemos a los dos cantantes con pantalón y manga

639
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

larga, y a la cantante en minifalda; tres segundos después, cinco bailarinas en


minifalda y escasas de ropa; un segundo después, seis señoritas jóvenes en ropa
interior en una sauna. La cantante pierde su manga larga inicial y sale con un gran
escote tipo bra en el segundo 55.

No hay bailarines masculinos, y hasta trece bailarinas. La parte cantada por


la señorita o señora es explícita, de nuevo respetando las faltas originales: Toa esta
mujere a ti te quieren robar, no es tratar, es ganar, se ofrecen pero no saben
meneártelo, papi, tú lo prende, yo voy a enrolártelo, yo te quito esa gana, déjame
comértelo. El nivel intelectual en todas las canciones es similar, el ritmo musical
también. La propiedad en este caso es de EMI, cuya dueña es la multinacional
Universal, como el tercer vídeo analizado.

Para ver el número uno en tendencias de YouTube, de nuevo nos aparece un


anuncio, con chicas jóvenes y delgadas, algunas en extremo, con mensajes del tipo:
a veces, quieres sentirte como Cenicienta. La responsable: la multinacional H & M.
Tras él, encontramos a Sech (2020), Daddy Yankee, J Balvin, Rosalía y Farruko, con
una canción llamada Relación… remix, por tercera vez. Y de nuevo, Sech y Farruko.
39286021 visualizaciones, estrenado el 3 de septiembre de 2020. Rich Music posee
los derechos de la canción, habiendo firmado un acuerdo de distribución con Sony
en 2017. Rosalía, por ejemplo, ha trabajado para Sony y Universal.

En este último vídeo no hay mujeres desnudas o semidesnudas sin ningún


tipo de sentido, y la letra de la temática es un tanto controvertida, tanto como hacer
negocio del maltrato: Gracias al maltrato se puso bella, ahora tú la quieres y no te
quiere ella; tú incumpliste el contrato, yo puse lo que faltaba, a ella le gusta el
maltrato pero no el que tú le dabas. La canción parece referirse a una mujer que pasó
una relación de maltrato, y ahora tiene como fin salir todos los fines de semana de
fiesta en fiesta, beber, fumar, y dar bellaquera, pero no a cualquiera.

5. Conclusiones
Ya contamos con algún estudio exploratorio que revela como ciertos
elementos lingüísticos de letras de cantantes femeninas de reggaetón incitan a la
violencia contra la mujer (Gutiérrez-Rivas, 2010). Sin embargo, otros trabajos
consideran que no se puede demostrar una influencia entre el reggaetón y el

640
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

sexismo en las personas jóvenes (Herrada, 2018). Al igual que en cuestiones de salud
pública como tantas vistas hasta el momento en relación con la pandemia del Covid-
19, la ciencia obtendría contradicciones evidentes. El camino que debemos
determinar es necesario que incluya las fuentes primarias, en este caso concreto de
estudio, los vídeos más vistos del espacio-tiempo concreto, y en ellos no hay dudas,
en base a los datos, de las conclusiones a obtener.

Es complejo establecer si la categoría de micromachismo se aplicaría a los


vídeos analizados, pues el mensaje pedagógico que mostraban más bien encajaría
con el machismo en sí, donde las mujeres son inferiores a los hombres. Ellas son
vestidas con poca ropa, y ellos con pantalones y chaquetones, como si no estuvieran
en la misma estación del año. Ellas son iconos de belleza en base a los cánones
patriarcales actuales, y deben vestir ropa ajustada, en el caso de ellos, es irrelevante,
pueden ser altos, bajos, guapos, feos, gordos o flacos.

Y los datos de lo que analizamos supera probablemente a la totalidad de


lecturas de todas las revistas de alto impacto del mundo: hasta el 85% de quienes
usan YouTube visitan el sitio para consumir música, lo que equivale a unos 1300
millones de usuarios (IFPI, 2017), y la pedagogía que reciben, si se dejan llevar por
las tendencias, no está por la igualdad de género.

Las estéticas y las funciones que se le delegan a las mujeres en las relaciones
afectivas para el rol masculino (Tafur, 2016) son decididas por hombres, como son
hombres quienes poseen los medios: Lyor Cohen, jefe de música global de YouTube;
Lucian Grainge, CEO de Universal Music; Rob Stringer, CEO de Sony Music; Stephen
F. Cooper, CEO de Warner Music (Illescas, 2019), y lo que ellos no deseen cuenta con
muchas probabilidades de no llegar a ser tendencia en YouTube.

El patriarcado ya existía antes de la aparición del reggaetón, así como música


abiertamente misógina, machista, sexista y por supuesto micromachista; este estilo
sonoro, salvo excepciones, en manos de la industria musical actual, solo continuaría
reproduciendo el papel de la mujer cosificada, siendo la presunta pedagogía
liberadora de este género una mujer que sale de fiesta, consume drogas legales o
ilegales, y por supuesto no tiene preocupaciones personales, feministas, sociales,
ecológicas o intelectuales. La irrealidad parece constituirse en la norma cultural

641
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

hegemónica: “Bajo todas sus formas particulares, información o propaganda,


publicidad o consumo directo de diversiones, el espectáculo constituye el modelo
presente de la vida socialmente dominante” (Debord, 1967, p. 3).

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644
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

Tafur, M. J. (2016). Una mirada en búsqueda de la violencia simbólica. Videos


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645
Micromachismos en las portadas de los diarios deportivos
españoles: las imágenes de las deportistas

Susana Guerrero Salazar


Universidad de Málaga
salazar@uma.es

Resumen

El tratamiento sexista de la información es un modo de violencia simbólica que


dificulta la igualdad entre hombres y mujeres en el mundo del deporte. Las portadas
de los principales diarios deportivos españoles son muy androcéntricas y siguen
dando escaso protagonismo a las deportistas, incluso durante los Juegos Olímpicos,
a pesar de que en los dos últimos (Londres 2012 y Río de Janeiro 2016) las mujeres
han conseguido más medallas que los hombres. Para demostrar dicha hipótesis
hemos analizado las imágenes de las deportistas que aparecen en las portadas de las
ediciones impresas de los diarios Marca y Sport durante los JJ. OO. de 2012 y de
2016. Se incluyen también las portadas de estos mismos diarios durante los mismos
días justo los años anteriores, respectivamente 2011 y 2015, para poder constatar
si realmente existe una diferencia notable en el tratamiento que reciben las
deportistas durante las Olimpiadas. Las conclusiones muestran que el 70,5 % de las
portadas no presenta ninguna foto de mujer deportista y solo el 6,3 % la presenta
como referente principal; el análisis cualitativo destaca el uso del primer plano para
enfocar sus emociones, la falta de visibilidad de su nombre y las asimetrías en la
composición de las imágenes cuando mujeres y hombres comparten protagonismo.
Todos estos aspectos, que pueden considerarse micromachismos, pasan
desapercibidos para una gran parte de la población, sobre todo, para los varones, los
grandes consumidores de prensa deportiva.

646
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

Palabras clave

Juegos Olímpicos, prensa deportiva, portadas, imagen, sexismo.

1. Introducción: Estado de la cuestión

La historia constata la evolución en cuanto a la participación de las mujeres


en los Juegos Olímpicos, la máxima competición deportiva a nivel mundial (Salido-
Fernández 2020), y el aumento de la presencia de las deportistas en los medios
conforme han ido aumentando sus triunfos (Barbero González 2016a y 2016b).

No obstante, los análisis de las informaciones tanto de los Juegos de Londres


en 2012 (Olivera Beltrán 2012; Sanz, Berasategi, Korkostegi y Recalde 2015;
Ramon-Vegas 2016) como de los de Río de Janeiro en 2016 (Cambridge University
Press 2016; Barbero González 2017; Rangel y Ramírez Alvarado 2018; Calvo Ortega
2020) concluyen que las deportistas no han tenido la misma repercusión en los
periódicos deportivos que sus homólogos, pues ellos siguen siendo los
protagonistas de las noticias, aunque ellas ganen más competiciones, como es el caso
de las españolas, que superaron a los hombres en la consecución de medallas (11 a
6 en 2012; 9 a 8 en 2016). De hecho, está ampliamente constatado que el periodismo
deportivo sigue siendo un ámbito masculinizado y estereotipado (Ramón Vegas,
Gómez-Colell, Figueras-Maz y Medina-Bravo, 2020, pp. 1184-1185),
fundamentalmente androcéntrico, ya que considera las experiencias y los valores
masculinos como los válidos y universales (Alfaro, Bengoechea y Vázquez 2010, pp.
23).

Así mismo, en la información deportiva abundan los estereotipos y el


tratamiento sexista de la información, lo que conforma un tipo de violencia
simbólica (Fernández Ramos 2014, pp. 3-4), como lo es también la invisibilidad, una
conclusión común en la bibliografía sobre la presencia de las deportistas en el
periodismo deportivo español (Angulo 2007, Guerrero Salazar 2017), pues, de todas
las secciones de los periódicos, según Marín y Ganzabal (2011, p. 66), la de
“Deportes” destaca por la ausencia de imágenes de mujeres. Esta invisibilidad está

647
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

interiorizada de tal manera en nuestra sociedad que se asume como si fuese


totalmente natural que el deporte femenino no sea considerado objeto de interés
público o noticioso. De hecho, el triunfo deportivo no le garantiza visibilidad a la
deportista: “En ocasiones captará mayor interés por otras actividades ajenas al
deporte” (Sainz de Baranda 2013b, p. 100). Incluso algunos estudios han puesto de
manifiesto que la visibilidad de las deportistas en las imágenes de la prensa
deportiva está relacionada con su atractivo sexual, aunque los ejemplos más
llamativos en este sentido se dan con las mujeres no deportistas (aficionadas o
parejas de algún deportista de gran éxito mediático) que, en muchos casos, ocupan
un espacio más extenso que las propias deportistas (Rojas Torrijos, 2010, Sainz de
Baranda 2013a y 2013b).

Los datos de las investigaciones sobre las imágenes de las deportistas en la


prensa no son nada halagüeños. El estudio de Gómez y Méndez, Méndez-Muros y
García Estévez (2011), que analiza la imagen de las deportistas en 35 ejemplares de
As, Estadio Deportivo, Marca, Mundo Deportivo y Sport, concluye que el rol de la
deportista representa solo un 47 %, frente al 53 % dedicado a otros roles: las que
aparecen como parte del entorno de la fotografía sin ser protagonistas (20 %) o
como objeto de deseo para el hombre (15 %); las relacionadas con el mundo del
deporte por instituciones, política o periodismo (13 %) y las familiares de hombres
deportistas (5 %).

Otra investigación de referencia es la de Sainz de Baranda (2013a, p. 393-


397), que versa sobre las informaciones de los periódicos Marca, As, Mundo
Deportivo y Sport publicadas durante una semana de 1979 a 2010. Concluye que del
100 % de las noticias relacionadas con mujeres, el 13,2 % hacen referencia a la
mujer no deportista (“invitada”) y el estereotipo más fomentado es la mujer como
arquetipo decorativo o como objeto de deseo. Sin embargo, en su estudio sobre la
presencia y tratamiento de las deportistas en los medios de comunicación de
Navarra (Sainz de Baranda Andújar 2018: 38), señala que en las fotografías de los
diarios impresos y digitales es donde más se ha avanzado, ya que las mujeres como
objeto sexual han desaparecido. El estudio de Blanco-Ruiz y Tirado (2020), que
analiza la cobertura informativa en la Copa Mundial de Baloncesto Femenino FIBA

648
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

2018, señala también que, al menos, en las fotografías, las jugadoras aparecen
siempre en contextos deportivos.

Uno de los aspectos más llamativos es la invisibilidad de las deportistas


precisamente en las portadas, hecho que conlleva un menor impacto mediático en
términos de influencia social, pues no generan referentes deportivos que sean
reconocidos por las mujeres y las niñas (López-Rabadán y Casero-Ripollés, 2012).

Las investigaciones sobre las imágenes de las portadas nos proporcionan


datos muy relevantes. Por ejemplo, el trabajo de Mayoral Sánchez y Mera Fernández,
2017), que analiza las portadas de los diarios digitales marca.com y as.com, constata
que solo el 5,38 % muestran a mujeres relacionadas con alguna actividad deportiva.
Además, solo en el 2,45 % aparece una deportista; en el 6,05 % aparecen mujeres
en contextos que nada tienen que ver con el deporte; la mayoría de las fotografías y
noticias sobre mujeres se sitúan en la parte inferior de la portada, donde se suelen
colocar los contenidos menos relevantes; cuatro de cada diez fotografías de mujeres
corresponden a modelos o actrices; el 63,5 % de las imágenes posee algún tipo de
connotación sexual; además, abundan las fotografías de mujeres pasivas, que posan
mostrando su belleza o su desnudez, a modo de reclamo sexual para atraer la
atención de un determinado perfil de lectores.

Por otra parte, el estudio de Gómez-Colell, Medina-Bravo y Ramon (2017)


demuestra, por un lado, que solo el 12 % de las portadas analizadas incluyen
información sobre mujeres deportistas; por otro, que las deportistas quedan
relegadas a una posición secundaria, pues solo excepcionalmente protagonizan el
titular o la imagen o se les da voz como fuentes informativas. Este trabajo se centra
en el contenido de los titulares e imágenes de las portadas impresas de Marca, As,
Mundo Deportivo y Sport (durante los siete primeros días de marzo, junio,
septiembre y diciembre de 2010 a 2015), evitando el período de los Juegos
Olímpicos de verano e invierno (Londres 2012 y Sochi, 2014), que, por su naturaleza
excepcional en cuanto a la cobertura deportiva, hubiesen podido sesgar los
resultados.

Por último, Rojas Torrijos y Jimeno López (2019) aportan nuevos datos, pues,
tras analizar, cuantitativa y cualitativamente, la presencia de la mujer deportista en

649
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

las imágenes de portada de doce diarios españoles durante todo el año 2018,
constatan que la prensa regional da más visibilidad a las mujeres deportistas que los
medios nacionales, mostrándolas siempre en relación con su deporte y sin
connotaciones peyorativas ni en el tratamiento textual ni en el visual.

2. Objetivo, corpus y metodología

Partiendo de la hipótesis de que las portadas no tratan del mismo modo los
logros deportivos de ambos sexos, pues es escasa la representación que se nos
ofrece de las deportistas, hemos analizado su imagen en las portadas de las
ediciones impresas de los diarios Marca y Sport1, durante los Juegos Olímpicos de
2012 (del 26 de julio al 13 de agosto) y de 2016 (del 3 al 26 de agosto). Además,
hemos incluido las portadas de estos mismos diarios durante los mismos días justo
los años anteriores, respectivamente 2011 (del 26 de julio al 13 de agosto) y 2015
(del 3 al 26 de agosto), para comprobar si realmente existe una diferencia notable
en tiempo de Olimpiadas. En total el corpus lo componen 173 portadas, 87 de las
cuales son de periodo olímpico.

El objetivo de la investigación a largo plazo es analizar la evolución de las


portadas en cuanto a la imagen de las deportistas, para ver si se adecua a sus logros
deportivos. Se trata de recabar unos datos que puedan cotejarse con los que se
obtengan en olimpiadas posteriores.

Como entidad textual de análisis hemos seleccionado la portada por su


incuestionable relevancia como microtexto que condensa lo que el diario considera
más importante. Como indican López-Rabadán y Casero-Ripollés (2012, p. 471), la

1 Hemos escogido los diarios Marca y Sport por tres razones: porque son dos de los cuatro
periódicos deportivos de España más leídos, porque poseen líneas editoriales opuestas y porque
ambos permiten descargar las portadas de la edición impresa en formato pdf, lo que nos ha facilitado
el acceso al corpus.

650
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

portada es el espacio “de máxima relevancia informativa”, “donde la jerarquización


periodística se manifiesta en su mayor grado”.

Para el análisis cuantitativo de las imágenes hemos tenido en cuenta 4 ítems:


portadas en las que no aparece ninguna deportista, portadas en la que la imagen
principal (el centro de la portada) es de una deportista, portadas en que la deportista
solo aparece en lugares secundarios y portadas en las que comparten protagonismo
con los hombres.

Para el análisis cualitativo de las imágenes, hemos tenido en cuenta el papel


de los hombres y de las mujeres en cuatro aspectos: la composición de las imágenes
deportivas, el enfoque de las emociones, la visibilidad del nombre propio y la
composición de los anuncios publicitarios.

3. Resultados

Tabla 1. Imágenes por periódico y año

Sin imagen Imagen Imagen Comparten Total


de mujer principal secundaria protagonismo portadas
mujer mujer ambos sexos
deportista deportista
Marca 2011 19 0 0 0 19
Marca 2012 5 6 6 2 19
Marca 2015 16 1 6 1 24
Marca 2016 14 4 5 1 24
Sport 2011 18 0 1 0 19
Sport 2012 11 0 7 1 19
Sport 2015 21 0 3 0 24
Sport 2016 18 0 7 0 25
Total 122 11 35 5 173

Fuente: Elaboración propia

Según los resultados mostrados en esta tabla, el 70,5 % de las portadas


analizadas no presentan ninguna imagen de mujer deportista, el 20,2 % presenta
alguna pero secundaria; solo el 6,3 % presenta a una mujer deportista en el centro,

651
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

como referente principal de la portada; en un 2,8 % comparten protagonismo con


un deportista.

Si nos ceñimos al periodo olímpico, los datos mejoran algo, pero no como
cabría esperar: de las 87 portadas analizadas, el 55 % no incorpora ninguna imagen
de mujer, solo el 11,5 % utiliza a la mujer como imagen principal, el 4,5 %
compartiendo protagonismo con el hombre y en el 28,7 % conformando una imagen
secundaria. Además, las cifras en cuanto a representación de las mujeres son
mejores en 2012 que en 2016, por lo que en este sentido apreciamos un retroceso.

Tabla 2. Imágenes en periodo de Juegos Olímpicos

Sin imagen de Imagen principal Imagen secundaria Comparten


mujer mujer deportista mujer deportista protagonismo
Portadas 2012 42,2 % 15,7 % 34,2 % 7,8 %
Portadas 2016 65,3 % 8,1 % 24,4 % 2%

Fuente: Elaboración propia

Otro dato relevante es que el diario Marca da mayor protagonismo a las


mujeres que Sport, pues este periódico ni en los Juegos de 2012 ni en los de 2016
puso a ninguna deportista como imagen principal de sus portadas (en pocas
ocasiones aparece una imagen que no se refiera al fútbol masculino de Barcelona) y
tan solo en una ocasión le dio protagonismo compartido con un deportista; en el 3l,8
% de las portadas la deportista forma parte de una imagen secundaria y en el 65,9
% no aparece ninguna imagen de mujer, ni siquiera secundaria.

El diario Marca, sin embargo, en el 23,2 % de las portadas posee una imagen
de mujer como centro, en el 6,9 % comparte protagonismo con un deportista, en el
25,5 % posee una imagen secundaria y en el 44 % no aparece ninguna imagen de
mujer. Aunque las cifran bajan, el diario Marca sigue dando mayor protagonismo a
las mujeres que Sport en periodo no olímpico. Las mujeres aparecen en portada solo
en un 18 % de los casos, pero como principal en un 2,3 %, compartiendo
protagonismo otro 2,3 % y el resto como secundaria.

En cuanto al análisis cualitativo de las imágenes hay cuatro aspectos


destacables. En primer lugar, que de las once portadas en la que la deportista es

652
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

protagonista, en cinco de ellas aparece en primer plano o con un gran primer plano
(portadas de Marca, 2 de agosto de 2012 y 8, 12, 20 y 22 de agosto de 2016), lo que
nos permite ver solamente su rostro. Este hecho contrasta con las portadas que dan
protagonismo a los varones, que aparecen fotografiados con planos enteros o de tres
cuartos; de este modo se nos muestran en acción, normalmente practicando
deporte.

En este sentido, el trabajo de Calvo Ortega (2020) ha puesto de manifiesto la


infravaloración que sufren las deportistas cuando se enfatiza su feminidad en vez de
la práctica deportiva. Esto sucede, por ejemplo, cuando se enfoca mediante primeros
planos el corazón que algunas deportistas realizan con la posición de las manos, ya
que el mundo de los afectos se relaciona con la feminidad. Igualmente, cuando se
muestran imágenes de las deportistas transmitiendo gran emoción, sobre todo a
través de primeros planos que enfocan sus rostros:

Imagen 1. Marca, 20 de agosto de 2016 Imagen 2. Marca, 22 de agosto de 2016

En segundo lugar, que la composición de la imagen en las portadas en que


comparten protagonismo mujeres y hombres, no siempre es simétrica, bien porque
las deportistas numéricamente están en desventaja (ej. 3), o bien porque su pose no
es la de una profesional que practica deporte (ej. 4):

653
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Imagen 3. Marca, 26 de julio de 2012 Imagen 4. Marca, 31 de julio de 2012

En tercer lugar, que en las portadas en las que la deportista es la protagonista


y ocupa el centro de la imagen, su nombre, en vez de aparecer en el título principal,
suele ir en un subtítulo en letra más pequeña, lo que dificulta su localización:

Imagen 5. Marca, 7 de agosto de 2012 Imagen 6. Marca, 10 de agosto de 2012

En cuarto y último lugar, que en el 21,96 % del total de las portadas


analizadas, aparecen anuncios de tipo sexual dirigidos a hombres con problemas de

654
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

erección o de eyaculación precoz; sin embargo, no es él el protagonista, sino la


mujer, que suele posar de manera sensual, en ocasiones incluso desnuda (en caso de
que aparezca el hombre lo hace en un segundo lugar a penas visible, ej. 8). En
muchas portadas, es la única imagen de mujer que aparece, como en los ejemplos
que mostramos:

Imagen 7. Marca, 1 de agosto de 2012 Imagen 8. Marca, 9 de agosto de 2016

4. Conclusiones

Como hemos comprobado, las imágenes de las deportistas que aparecen en


las portadas de la prensa deportiva son escasas y, sobre todo, muchas están lejos de
representar con justicia los logros deportivos, bien porque son pequeñas, o bien
porque están ubicadas en lugares donde apenas tienen protagonismo.

El 70,5 % de las 173 portadas analizadas no presenta ninguna foto de mujer


deportista, el 20,2 % presenta alguna pero secundaria; solo el 6,3 % presenta a una
deportista en el centro, como referente principal de la portada, y el 2,8 %
compartiendo protagonismo con un deportista. Si nos ceñimos al periodo olímpico,
los datos mejoran algo, pero no como cabría esperar pues el 55 % no incorpora
ninguna imagen de mujer y solo el 11,5 % utiliza a la mujer como imagen principal.

655
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Además, las cifras en cuanto a representación de las mujeres son mejores en 2012
que en 2016, por lo que en este sentido apreciamos un retroceso.

Desde el punto de vista cualitativo destacan cuatro aspectos: 1. el abuso del


primer plano para enfocar las emociones de las deportistas (mientras que los
deportistas suelen ser fotografiados con planos enteros o de tres cuartos que
muestran sus acciones); 2. la falta de visibilidad del nombre de la deportista que, en
muchas ocasiones, no forma parte del título principal, sino que va en un subtítulo en
letra pequeña; 3. las asimetrías en la composición de la imagen de algunas portadas
en las que comparten protagonismo mujeres y hombres; 4. el sexismo de los
anuncios publicitarios (incluidos en el 21.96 % de las portadas), que, aunque se
dirigen a hombres con problemas de erección o de eyaculación precoz, ellos no son
los protagonistas (o no aparecen o aparecen en segundo lugar), sino ellas, que posan
de manera sensual, en ocasiones desnudas o semidesnudas.

Por tanto, la hipótesis de partida queda probada, esto es, que en las portadas
de los diarios Marca y Sport las deportistas no estuvieron bien representadas, ni
cualitativa ni cuantitativamente, durante las ediciones de los Juegos Olímpicos de
2012 y 2016, a pesar de que ellas obtuvieron más medallas que sus homólogos
masculinos.

Los datos nos revelan que las portadas de los diarios deportivos siguen
siendo androcéntricas y, en contra de lo que podría suponerse, en los Juegos de 2012
las mujeres estuvieron mejor representadas que en las portadas de 2016.
Esperemos que las portadas de los próximos Juegos Olímpicos, retrasados a 2021
por culpa del COVID-19, revelen datos más esperanzadores.

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CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

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660
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

Desmontando el monopolio masculino blanco en los medios


catalanes: #OnSónLesDones1

Marta Roqueta-Fernàndez
Universitat Oberta de Catalunya
mroquetaf@uoc.edu

Resumen

El capítulo recoge los resultados de un estudio preliminar sobre uno de los casos
investigados en una tesis doctoral en desarrollo, que analiza los límites y las
ventajas del uso de la cibersororidad, el establecimiento de alianzas entre mujeres
en el mundo digital, por parte de grupos activistas feministas catalanes.

La investigación evalúa las acciones de #OnSónLesDones, un grupo de


ciberactivistas que desde 2016 recoge cuántas mujeres opinan en los medios
catalanes, con la finalidad de denunciar la sobrerrepresentación masculina en
estos espacios y conseguir que sean paritarios. El estudio realiza una revisión
cuantitativa de los recuentos publicados por el grupo y de las acciones que ha
organizado en el espacio físico, donde ha buscado la complicidad de actores
mediáticos, feministas y políticos. También analiza, cualitativamente, el manifiesto
fundacional de la organización y su comparecencia en comisión parlamentaria, así
como dos de sus informes, con el fin de identificar sus estrategias comunicativas.

El análisis indica que la movilización en espacios digitales y físicos ha visibilizado


el monopolio masculino y blanco de la opinión en los medios catalanes. Aún así, no

1 Capítulo realizado gracias a una beca doctoral de la UOC.

661
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

ha conseguido que las direcciones mediáticas consoliden espacios de opinión


paritarios. Los resultados permiten encauzar una pregunta de investigación sobre
ventajas y desventajas la cibersororidad, delimitando áreas en las que puede ser
interesante evaluar su impacto: tipo de actividad realizada, presión sobre actores
clave y establecimiento de alianzas con organizaciones afines.

Palabras clave

Cibersororidad, activismo, feminismo, comunicación, digitalización.

1. Introducción

En un contexto de auge de los movimientos feministas en todo el planeta y


de articulación del activismo político mediante redes sociales –Primaveras Árabes,
15M, Occupy Wall Street, revolución democrática en Hong Kong, movimiento
independentista catalán–, la cuestión sobre los potenciales y limitaciones de la
redes sociales en particular, y de las tecnologías digitales en general, para el
ejercicio del activismo feminista es objeto de debate en espacios académicos y
militantes (Proyecto Una, 2019; Jackson, Bailey y Foucault Welles, 2020).

Mi tesis doctoral, actualmente en desarrollo, tiene la finalidad de analizar


dichos potenciales y limitaciones, con el objetivo de aportar información que
pueda ser útil para el activismo feminista y académico en relación a cómo hacer un
uso efectivo de las redes sociales y demás medios digitales. La investigación se
basa en el estudio de varios grupos activistas catalanes nacidos en las redes. Este
capítulo presenta los resultados del análisis preliminar para abordar la posterior
investigación de uno de ellos, #OnSónLesDones (¿Dónde están las mujeres?). Se
trata de un grupo de ciberactivistas, en las que me cuento, que monitorea el
número de hombres y mujeres que opinan en los medios catalanes. Los siguientes
apartados presentarán elementos importantes para su estudio.

662
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

1.1. Activismo feminista en España y digitalización

Los años 2018 y 2019 fueron testigos de algunas de las movilizaciones


feministas más importantes de la década en España. Por un lado, tuvieron lugar,
respectivamente, las masivas huelgas laborales y de cuidados del 8 de marzo y sus
consiguientes manifestaciones multitudinarias en numerosos municipios del país.
Por el otro, la publicación de la sentencia del caso de la Manada por parte de la
Audiencia Provincial de Navarra, el 26 de abril de 2018, en que se condenaba por
abuso y no violación a los cinco responsables de una violación en grupo a una
joven de dieciocho años durante las fiestas de los Sanfermines de 2016, inició una
serie de protestas por todo el Estado.

Las redes sociales jugaron un papel importante en la organización de las


huelgas feministas de 2018 y 2019 (Proyecto Una, 2019), así como en la difusión
de sus respectivos manifiestos y convocatorias. También en la diseminación de las
convocatorias de manifestaciones contra la primera sentencia de la violación en
grupo de la Manada. Paralelamente a la protesta por la sentencia, en redes sociales
se viralizó la campaña #Cuéntalo. Impulsada por la periodista Cristina Fallarás,
recogió más de 50.000 testimonios de violencia machista escritos por mujeres de
sesenta países, la mayoría de ellas de España –38% de los tuits originales– y
Latinoamérica –Argentina representó otro 30% (Proyecto #Cuéntalo, 2019). En el
ámbito legal, el gobierno del Partido Popular se comprometió a estudiar el posible
cambio de tipificación de los delitos sexuales en el Código Penal español. En marzo
de 2020, el Ministerio de Igualdad del gobierno de coalición entre el Partido
Socialista y Podemos presentó el anteproyecto de Ley Orgánica de Garantía
Integral de la Libertad Sexual.

Los ejemplos de las huelgas y las reacciones contra el caso de la Manada


encuentran su eco en la afirmación de Zafra “la gran revolución de internet para las
mujeres no era, como se pensaba en sus inicios, la representación, sino que está
siendo la alianza” (Zafra, 2019, p. 39). Proyecto Una describe dicha alianza con el
término cibersororidad. Para este colectivo de ciberactivistas catalanas, internet
“tiene la capacidad de tejer redes que unen lo que antes eran entes desconectados”
(Proyecto Una, 2019, p. 229), además de ser, afirma, un espacio para que mujeres y

663
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

personas del colectivo LGTBI puedan desarrollar actividades sin las restricciones
heterocéntricas y patriarcales existentes en los espacios físicos.

1.2. #OnSónLesDones

Es precisamente la cibersororidad y la alianza a las que hacen referencia


Zafra y Proyecto Una el criterio básico de selección de los casos de estudio. La
selección de #OnSónLesDones es óptima para estudiar el uso de los medios
digitales por parte de las activistas feministas.

En primer lugar, porque es un grupo que se formó en la red y que trabaja en


la red. Tal y cómo he explicado anteriormente (Roqueta-Fernàndez, 2019),
#OnSónLesDones nació en junio del 2016, cuando .CAT, uno de los programas de
actualidad más populares de la televisión pública catalana, TV3, emitió una tertulia
sin ninguna mujer. Ello causó una oleada de protestas en Twitter con la etiqueta
#onsonlesdones. A raíz de su popularidad, varias mujeres, la mayoría de ellas
blancas, de clase media y de distintas partes de Cataluña, decidieron crear un
grupo que monitoreara los medios catalanes. La entidad coordina sus actividades y
organización diaria mediante grupos de Google, Slack y Twitter. Las decisiones
más relevantes, como la duración o temática del siguiente monitoreo, son tomadas
en asambleas periódicas celebradas en el espacio físico.

En segundo lugar, #OnSónLesDones opera en un ámbito exclusivamente


catalán. Según Mohanty (1984) y Al-Ali (2016), los análisis feministas deben tener
en cuenta el contexto donde se desarrollan las distintas formas de machismo, con
la finalidad de hacer un diagnóstico preciso que tenga en cuenta cómo las
dinámicas locales interactúan con las internacionales.

Cataluña cuenta con un sistema mediático diferente al resto del Estado, en


el cual los medios en catalán son líderes de audiencia en televisión, radio, papel y
digital. Los activismos feministas también poseen unas dinámicas propias que
marcan su relación con los del resto del estado (Roqueta-Fernàndez, 2020). Las
huelgas feministas de 2018 y 2019 en Cataluña contaron con un manifiesto
diferente al estatal, escrito en catalán y donde se reivindicaba el fin de la represión
española y la libertad de las exiliadas y presas políticas independentistas.

664
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

Ciberactivistas de #OnSónLesDones han participado en ambas huelgas, y su


espacio de reunión asambleario es en Ca la Dona, centro histórico del feminismo
barcelonés y sede de varias organizaciones feministas. En 2019, el grupo incluyó
en el recuento el número de mujeres racializadas que opinaban en los medios,
atendiendo al pujante papel que las mujeres migrantes, refugiadas y no blancas
tienen dentro del feminismo catalán.

El grupo legitima su reivindicación en base al cumplimiento del artículo 25


de la ley catalana 17/2015, del 21 de julio, de igualdad efectiva de mujeres y
hombres.

c) Garantizar una participación activa de las mujeres, la presencia paritaria de


mujeres y hombres y una imagen plural de ambos sexos en todos los ámbitos, con
una atención especial a los espacios de conocimiento y generación de opinión.

f) Promover la autoría femenina mediante mecanismos de acción positiva.

h) Reparar el déficit de reconocimiento que sufren las mujeres incorporándolas


en calidad de expertas, de protagonistas y como personas de referencia en los
diferentes medios de comunicación gestionados o subvencionados por las
administraciones públicas (#OnSónLesDones, 2017b, p.2).

#OnSónLesDones es una de las muchas iniciativas que, en el mundo,


cuestionan el predominio masculino en los espacios de deliberación públicos,
académicos y administrativos. En 2015, los colectivos españoles Clásicas y
Modernas, Mujeres de Artes Visuales, Mujeres Cineastas y de Medios
Audiovisuales, Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas y Mujeres en la
Música crearon la campaña No sin mujeres, instando a los hombres a no participar
en debates, coloquios y otras actividades donde no participara ninguna mujer.
#NoSinMujeres también es el nombre de la campaña de la Red de Politólogas,
destinada a promover el trabajo de mujeres de Ciencias Políticas en Latinoamérica.

Finalmente, #OnSónLesDones tiene un objetivo muy concreto: acabar con la


sobrerrepresentación masculina en los espacios de opinión mediáticos. Los
resultados de los monitoreos de medios realizados a lo largo de los años, un total
de diecisiete, dan indicios sobre la efectividad de su activismo. Una línea

665
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

ascendente de mujeres opinadoras indicaría que los medios están cada vez más
sensibilizados con la igualdad, y ello abriría la puerta a considerar si las acciones
de #OnSónLesDones habrían influido en dicha sensibilización.

La metodología de los recuentos del grupo es siempre la misma2. Sólo se


analizan los medios en papel y digital, y los programas de radio y televisión, con
más audiencia en Cataluña, emitidos en todo el territorio. En televisión y radio, se
monitorean las tertulias, espacios donde colaboradores fijos, en rotación periódica,
opinan sobre la actualidad. En prensa en papel, se recuentan los artículos en las
secciones de opinión, así como aquellos que no se incluyen en esta sección pero
contienen la opinión del firmante y se publican en un formato distinto al de los
textos informativos. En digital, sólo aquellos de la sección de opinión.

Durante los períodos de recuento, que van de un año a un par de semanas,


cada cibervoluntaria tiene asignado un medio. Cada día publica en el blog del
grupo el resultado del recuento de ese día. El blog actúa como portal de
seguimiento diario de todos los medios escrutados, así como de repositorio de
informes anteriores y enlaces de interés, como un buscador de expertas para los
medios. Paralelamente, otras ciberactivistas publican en Twitter algún dato
destacado de un medio en concreto –un balance semanal, un día sin ninguna
mujer– mencionando al medio en cuestión. Así, no sólo se informa a los seguidores
de #OnSónLesDones de la evolución del monitoreo, sino que se interpela al medio,
reprobándolo o felicitándolo públicamente. Una vez acabado el recuento, un grupo
de cibervoluntarias recoge los datos y elabora el informe final. El informe se envía
a los medios participantes vía nota de prensa, se difunde en las redes sociales del
grupo (Twitter y Facebook) y se cuelga en el blog de #OnSónLesDones.

2 Para saber más sobre los criterios de recuento, consultad “Criteris per al recompte de dones
als espais d’opinió dels mitjans de comunicació”, en la sección Documents per descarregar del blog
de #OnSónLesDones: https://drive.google.com/file/d/0B5ge6aif3t2uaDQ1dlJRZmxHRjA/view

666
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

2. Objetivos y metodología

El objetivo de la presente investigación es realizar un diagnóstico


preliminar para poder preparar la realización del estudio de caso de
#OnSónLesDones en el marco de mi tesis doctoral. Para hacer la diagnosis, se ha
optado por la siguiente metodología.

2.1. Análisis cuantitativo de resultados

Se han comparado los resultados de informe anual de julio 2016-junio 2017


con los del último, realizado entre mayo y junio del 2020, con el fin de obtener la
evolución de cuatro años del número de hombres y mujeres que aparecen en los
medios de comunicación catalanes, en los ámbitos de televisión, radio, prensa
escrita y prensa digital. Se han tenido en cuenta otros informes para completar la
imagen general:

- Octubre-diciembre 2019: obtención del dato de la presencia de mujeres


y hombres racializados en los medios. Los recuentos posteriores no lo
contabilizan.

- Marzo 2019: obtención del dato referente a la emisión del programa de


televisión privada La Illa de Robinson (Punt Avui TV). A partir de ese
informe, ya no hay cadenas de televisión privadas que emitan tertulias.

- Marzo 2018: obtención del dato de 8 al dia, programa de la televisión


privada 8tv no emitido en posteriores recuentos.

2.2. Análisis cuantitativo de actividades en el espacio físico

Además de los recuentos, #OnsónLesDones ha ido realizando actividades en


el mundo físico destinadas tanto a presentar los resultados de sus informes como a
establecer alianzas con actores del mundo de la política, la cultura y el activismo
feminista. Este estudio ha recogido, en colaboración con varias cibervoluntarias del
grupo, los eventos más significativos –salvo las intervenciones en medios de
comunicación en calidad de expertas, puesto que no se cuenta con un repositorio
que las recoja todas– con el fin de clasificarlos en función de los parámetros de año,

667
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

tipo de actividad, actores externos que participan en ella y en qué campos de la


esfera pública pretenden influir.

2.3. Análisis cualitativo de documentos relevantes

Se ha considerado relevante analizar cualitativamente el manifiesto


fundacional del grupo, el texto de la comparecencia del grupo ante la Comisión de
Igualdad de las Personas del parlamento catalán, el informe anual 2016-2017, el
informe de mayo-junio del 2020 y la queja interpuesta ante el Síndic de Greuges, el
defensor del pueblo catalán, efectuada en enero del 2020. El objetivo es entender
las justificaciones de las acciones tomadas por el grupo y su metodología a la hora
de aplicarlas, así como el estado de ánimo que tienen las ciberactivistas en relación
con los resultados que van obteniendo.

3. Desarrollo

3.1. Análisis cuantitativo de resultados

El informe de #OnSónLesDones del 15 de mayo al 14 de junio del 2020


contiene una tabla que muestra la evolución de los recuentos más relevantes
realizados por el grupo (Imagen 1). En el caso de la prensa en papel, del 20% de
opinadoras registradas en el recuento anual 2016-2017 se ha pasado a un 27% en
el último. La cifra es más baja en la prensa digital, pasando del 23% al 24%. Tanto
la radio como, especialmente, la televisión, muestran porcentajes más elevados.

Imagen 1. Evolución de los recuentos. Fuente: Informe mayo-junio 2020.

668
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

Un 34% de tertulianos fueron mujeres en el recuento anual; cuatro años


después, el porcentaje pasó al 35%. En la televisión, del 33% inicial se pasa al 43%.

Así pues, la prensa en papel y la televisión son los medios que más han
aumentado la presencia de mujeres en los espacios de opinión, siete y diez puntos,
respectivamente. Sin embargo, las cifras de opinadoras registradas en prensa en
papel y digital son bastante más bajas que en radio y televisión.

En el caso de la prensa digital y la radio, hay informes que registran un


número de mujeres superior al del último recuento. La mayoría fueron realizados
durante las semanas previas y anteriores al 8 de marzo de 2018, 2019 y 2020.
Estos recuentos están hechos a propósito. Como se especifica en el manifiesto
fundacional (#OnSónLesDones, 2016) el grupo trabaja con la hipótesis que el Día
Internacional de la Mujer suele ser un efeméride que invita a los medios a hablar
durante los días previos y anteriores de problemas que afectan mayoritariamente
a las mujeres, de modo que la presencia de mujeres en espacios de opinión puede
aumentar, como indican irónicamente en el informe de 2018.

El informe de mayo-junio de 2020 no desagrega los datos por etnia. Para


obtener datos sobre esta cuestión, hay que remitirse al informe perteneciente al
período de octubre a diciembre de 2019. En él, sólo el 0,5% de mujeres y hombres
monitoreados durante ese periodo son personas racializadas. Un 1,2% de las
opiniones expresadas por mujeres fueron de mujeres racializadas; un 0,1% de
opiniones expresadas por hombres fueron de hombres racializados. En el caso de
las personas racializadas, la brecha de género se invierte: las mujeres representan
el 79,6% de opinadores racializados; los hombres, un 20,4%.

Al pasar los datos a un gráfico lineal (Imagen 2), se aprecia un incremento


significativo del número de mujeres que aparecen en televisión. La subida se inicia
a partir del recuento realizado entre octubre y diciembre del 2019. Tal y cómo se
indica en el último informe de 2020 (asterisco en la Imagen 1), a partir de octubre
de 2019 ya no hay ningún programa de una cadena privada en el recuento.

669
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Imagen 2. Evolución de los recuentos. Elaboración propia a partir del informe 2020.

Las diferencias entre la titularidad de los medios de comunicación ha sido


una de las variables que #OnSónLesDones ha detectado como relevantes desde el
recuento anual. Tal y como se informa en el último, en cuatro años los programas
de la emisora de radio pública Catalunya Ràdio han pasado del 32% al 42% de
opinadoras, mientras que los de la privada RAC1 lo han hecho del 26% al 32%. Los
programas de las cadenas de televisión públicas, TV3 y 3/24, se movieron del 38%
al 43%. Las de las privadas nunca fueron paritarias. L’Illa de Robinson (El Punt Avui
TV), cerró su emisión en 2019 con un 31% de mujeres, si bien empezó el recuento
en julio del 2016 con sólo un 12%, mientras que en junio de 2017 la cifra se había
cuasi triplicado, 33% (media anual: 24%). Por su parte, 8 al dia (8tv) terminó su
emisión en 2018 con un 33% de opinadoras, habiendo registrado una media anual
del 24% en el primer recuento. En prensa en papel y digital, los dos ámbitos con
una menor presencia de opinadoras, todos los medios son de titularidad privada.

Los mejores porcentajes de las cadenas públicas son subrayados por


#OnSónLesDones a lo largo de los recuentos. En su comparecencia ante la
Comisión de Igualdad de las Personas del parlamento catalán de mayo de 2017, el
grupo apunta una posible causa: “Los [medios] públicos tienen que cumplir el
mandato democrático de promover la igualdad, están sometidos a control
[parlamentario] y, aún así, no siempre cumplen la ley (o lo hacen por los pelos)
(#OnSónLesDones, 2017a)”.

670
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

3.2. Análisis cuantitativo de actividades en el espacio físico

A lo largo de cuatro años, #OnSónLesDones ha realizado catorce actividades


en el espacio físico destinadas a reforzar su ciberactivismo. Los actos se han
circunscrito a dos ámbitos, la comunicación y la política. Resulta lógico atendiendo
al objetivo del grupo, garantizar la presencia paritaria de mujeres y hombres en los
espacios de opinión de los medios catalanes según marca la ley.

Del total de actos, cuatro son presentaciones públicas de informes del


grupo. De ellos destacan, por un lado, el de los seis primeros meses de recuento del
informe anual (febrero del 2017), que contó con una mesa redonda integrada por
cuatro mujeres con cargos de responsabilidad, respectivamente, en prensa escrita
y digital, radio y televisión: Mònica Terribas, presentadora del matinal de
Catalunya Ràdio El matí; Lídia Heredia, presentadora del matinal de TV3 Els
Matins; Karma Peiró, directora del digital Nació Digital, y Esther Vera, directora del
periódico Ara. Por otro lado, el informe de octubre-diciembre de 2019 fue
presentado en enero de 2020 en el Institut Català de les Dones, la máxima
institución en Cataluña que vela por los derechos de las mujeres, y contó con su
presidenta, Laura Martínez Portell. La presentación fue justo después que el
colectivo emitiera una queja ante el Síndic de Greuges por el incumplimiento
sistemático del artículo 25 de la ley catalana de igualdad (#OnSónLesDones,
2020a). La queja fue presentada conjuntamente con entidades de mujeres
migrantes y racializadas: Associació de Dones Immigrants Subsaharianes,
Associació Generació Guineocatalana, Associació Intercultural Diàlegs de Dona,
Rromane Glasura/Veus Gitanes y la Xarxa de Migració, Gènere i Desenvolupament
(#OnSónLesDones, 2020a).

Tres de las actividades realizadas fueron reuniones o comparecencias con


actores de la esfera política. La ya citada comparecencia ante comisión
parlamentaria; una reunión con la eurodiputada del Grupo de los Verdes/Alianza
Libre Europea, Diana Riba, en junio de 2020, y la reunión con el secretario del
Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias del Gobierno catalán, Josep
Ginesta, y con la directora general de igualdad, Mireia Mata, en julio de ese año.

671
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En tres casos, #OnSónLesDones ha participado en debates sobre cuestiones


vinculadas con los feminismos. Una mesa redonda con organizaciones de mujeres
en la sede catalana del Parlamento Europeo en 2017; un debate sobre la presencia
de mujeres en las industrias culturales organizada en verano de 2017 por Jovent
Republicà, las juventudes del partido independentista Esquerra Republicana de
Catalunya, y un debate en 2018 sobre las redes sociales como altavoz del discurso
femenino organizado en la Catosfera, un evento sobre el internet en catalán.

Finalmente, #OnSónLesDones ha sido reconocido en tres ocasiones. El año


de su fundación, recibió el Premio Buenas Prácticas en promoción de la Igualdad
de género de la Asamblea de Mujeres del partido Esquerra Republicana de
Catalunya. Un año después, 2017, fue galardonado con el premio a la comunicación
no sexista de la Associació de Dones Periodistes de Catalunya, y quedó finalista en
los premios de la edición catalana de la revista Time Out.

3.3. Análisis cuantitativo de documentos

El análisis del manifiesto fundacional de #OnSónLesDones, del texto de la


comparecencia en comisión parlamentaria, así como del recuento anual 2016-2017
y el último informe de mayo-junio del 2020, permiten identificar patrones
recurrentes que definen tanto el marco mental desde el que opera el grupo como
los afectos utilizados para transmitir su mensaje.

En primer lugar, si bien la organización denuncia la poca presencia de las


mujeres en los espacios de opinión de los medios, en buena parte de sus textos la
crítica se articula mediante la exposición de la sobrerrepresentación masculina. Lo
hace con frases presentes en el manifiesto online como “No hay justificación alguna
para la sobrerrepresentación actual de los hombres” (#OnSónLesDones, 2016) o
“es estadísticamente improbable que el 80% de los mejores opinadores puedan
proceder de un 49% de población” (#OnSónLesDones, 2016). También con
afirmaciones como: “para los medios y programas de actualidad que hemos
contado esta primavera, las voces que merecen ser escuchadas o leídas son,
mayoritariamente, voces de hombres” (#OnSónLesDones, 2020b, p.1).

672
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

En segundo lugar, los textos de #OnSónLesDones se caracterizan por un


estilo irónico –“misoginia digital.cat o el increíble caso de las opinadoras
menguantes” (#OnSónLesDones, 2020b, p.6)– y vivo, con la utilización de
mayúsculas y expresiones como “es una auténtica vergüenza” o “discriminación
flagrante”. No obstante, otros fragmentos son pedagógicos:

Si las mujeres no aparecemos como referentes de opinión, capaces de crear


conocimiento, de contribuir con nuestra mirada crítica a la sociedad, se nos está
negando nuestro carácter de sujetos políticos, y se nos relega a una posición de
alteridad desde donde se reproducen las múltiples violencias machistas que
sufrimos (#OnSónLesDones, 2017a).

Salimos de una pandemia donde las mujeres hemos estado en primera línea en
la lucha por la vida (…) hemos arriesgado lo que no está escrito para cuidar a
todo el mundo, poniendo el interés común por encima del propio y entramos en
una crisis que las mujeres seremos las primeras en sufrir. Más que nunca,
nuestras voces son necesarias y en todas partes (#OnSónLesDones, 2020b, p.3).

Esta voluntad pedagógica suele acompañarse con un ofrecimiento del grupo


a colaborar con los medios de comunicación y las administraciones públicas. Son
ejemplos de ello “conscientes que la dinámica cuesta de cambiar, queremos poner
nuestro granito de arena facilitando los contactos de mujeres profesionales de
varios campos que, seguramente, estarán dispuestas a participar”
(#OnSónLesDones, 2016), del manifiesto fundacional y parte del párrafo
introductorio de la presentación ante la comisión parlamentaria: “esperamos que
nuestra presencia sirva para repensar acciones y tenga consecuencias políticas
para avanzar en la igualdad de todas las personas” (#OnSónLesDones, 2017a).

La búsqueda de complicidad y la divulgación van de la mano con la firme


demanda del cumplimiento de la ley, como se ve en el texto de la comparecencia
ante la comisión:

Es importante que los parlamentarios y las parlamentarias lo sepan [el


incremento minúsculo de mujeres que se ha producido en algunos medios a lo
largo de los meses de recuento], y que el Parlamento se sienta interpelado,

673
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

llamado a actuar, porque esta situación es claramente injusta e inaceptable. Y,


además, es ilegal, como ustedes saben (#OnSónLesDones, 2017a).

La demanda de cumplimiento de la ley, dirigida tanto a direcciones de medios


como a actores políticos, se vuelve más contundente con el tiempo:

Las obsesivas no somos nosotras, son ellos, los medios, obcecados en


infrarrepresentar las opiniones de las mujeres. Y también es la inacción de quien,
pudiendo dar la vuelta a la situación, decide no hacerlo y continuar
subvencionando, en contra de lo que dice la ley, actuaciones discriminatorias
(#OnSónLesDones, 2020b, p. 2).

Finalmente, en los textos se observa la voluntad del grupo de hacer balance


de las actividades que va realizando, siguiendo los resultados de los informes:

Desde que empezamos a realizar nuestros recuentos y a difundir los resultados,


el julio pasado, la mayoría de medios han aumentado ligeramente su porcentaje
de opinadoras. Pero queremos subrayar que han sido unos incrementos
minúsculos, a pesar de los compromisos que algunos medios han expresado
públicamente o privadamente en diferentes ocasiones (#OnSónLesDones,
2017a).

¿Ha servido de algo el esfuerzo de #OnSónLesDones? Es una pregunta difícil de


responder, porque la actividad de #OnSónLesDones ha coincidido con un
aumento de la consciencia social alrededor de la discriminación de las mujeres.
Y los medios tampoco no explican públicamente las motivaciones de sus cambios.
Aún así, una cosa es evidente. A lo largo de este año algunos medios han
aumentado el porcentaje de mujeres en sus espacios de opinión
(#OnSónLesDones, 2017b, p. 1).

En el primer párrafo citado, referente a la comparecencia ante la comisión


de igualdad, se apunta que los medios de comunicación se han sentido
interpelados por las demandas de la entidad, y que han expresado tanto de forma
pública como privada su voluntad de cambiar sus dinámicas. Esta apreciación
vuelve a repetirse en el informe anual: “Muchas de las promesas de mejora que
hemos recibido han terminado en la nada. También hemos escuchado muchas

674
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

excusas y justificaciones de algunos medios, que afortunadamente otros


desmontan con su práctica diaria” (#OnSónLesDones, 2017b, p. 2).

Sin embargo, en ninguno de los párrafos citados no se especifica ni qué


medios son –si bien en el informe anual se mencionan dos, Nació Digital y Ara–, ni
dónde, ni cuándo ni cómo tuvieron lugar estas manifestaciones de compromiso, ni
tampoco en qué consistían. La valoración que #OnSónLesDones hace de su
actividad en los sucesivos informes influye en su estilo comunicativo. En el informe
final, el cansancio hace mella: “Cuatro años y diecisiete recuentos (entre recuentos
generales y específicos) después, en cada informe tenemos que repetir casi las
mismas palabras, los mismos análisis, las mismas denuncias, las mismas
propuestas” (#OnSónLesDones, 2020b, p. 1).

4. Conclusiones

#OnSónLesDones es un grupo de ciberactivistas catalanas nacido en la red y


que opera en su día a día en el entorno digital, a excepción de las decisiones
importantes, tomadas en asamblea presencial. Sus informes de seguimiento del
número de opinadoras en los medios catalanes son elaborados mediante
herramientas digitales y difundidos en redes sociales (Twitter y Facebook),
correos electrónicos (notas de prensa) y guardados en su blog.

Su actividad digital se ha complementado con eventos en el mundo físico, y


la legitimidad de sus recuentos periódicos se ampara en el cumplimiento de la ley
catalana 17/2015, del 21 de julio, de igualdad efectiva de mujeres y hombres.

La combinación de actos realizados en el ámbito digital y en el físico le ha


permitido, por un lado, crear alianzas con otras entidades de mujeres. Lo
demuestra la queja interpuesta al Síndic de Greuges junto a asociaciones de
mujeres migrantes y racializadas, el apoyo de la presidenta del Institut Català de
les Dones y la celebración de las asambleas en Ca la Dona, punto neurálgico del
feminismo barcelonés. Por el otro, el grupo ha conseguido interpelar tanto a
actores políticos como de los medios de comunicación. Los ejemplos más evidentes
son el debate entre mujeres con cargos de liderazgo en medios de comunicación,

675
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

durante la presentación de los seis primeros meses de recuento del informe anual
2016-2017, así como la comparecencia ante la Comisión de Igualdad de las
Personas del parlamento y las reuniones con miembros del gobierno catalán y con
una eurodiputada. No ha sido posible calcular con exactitud el grado de
interpelación que suscitan las menciones directas a los medios en redes sociales y
notas de prensa. En algunos textos, el grupo indica que hay medios que han
hablado con ellas e incluso se han comprometido a ofrecer espacios de opinión
más igualitarios, pero no da más detalles. Durante cuatro años, #OnSónLesDones
ha recibido el reconocimiento de actores vinculados a la esfera comunicativa y
política, ya sea en forma de galardones como de participación en actos y debates.

La voluntad de interpelar a agentes mediáticos y políticos se ha traducido


en la utilización de un tono pedagógico, que explica la necesidad de que haya
mujeres opinando, y abierto a la colaboración, facilitando enlaces en la web como
un buscador de expertas. A la vez, el tono ha sido irónico y exigente, apelando al
cumplimiento de la ley. En el informe final, se aprecia cierta desesperación por
parte del grupo, al constatar que, a pesar de los esfuerzos realizados durante
cuatro años, el crecimiento hacia la igualdad es lento, a pesar de las diferencias
observadas entre medios públicos y privados.

Así pues, se puede concluir que la movilización en los espacios digitales y


físicos realizados por #OnSónLesDones ha visibilizado el monopolio masculino y
blanco de la opinión en los medios. No obstante, no ha conseguido que las
direcciones mediáticas consoliden espacios de opinión paritarios. El análisis
preliminar permite, entre otros, encauzar la pregunta sobre ventajas y desventajas
de la cibersororidad delimitando áreas en las que puede ser interesante evaluar su
impacto: tipo de actividad realizada, presión sobre actores clave y establecimiento
de alianzas con organizaciones afines.

676
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

Referencias

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677
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

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marmota.html

678
Redes online: empoderamento e misoginia1

Taiana Catharino
Universidade NOVA de Lisboa
tai.catharino@campus.fcsh.unl.pt

Resumo

É indispensável problematizar as crescentes oportunidades de participação


promovidas pelas novas tecnologias para a exposição de narrativas autobiográficas
das mulheres na sociedade (patriarcal) contemporânea profundamente
mediatizada. Se por um lado, a arquitetura das redes online, que proporciona certo
grau de anonimato, facilita a desinibição e a publicidade da intimidade, permitindo
a exposição das vivências de mulheres que questionam a cultura machista e o
controle patriarcal sobre seus corpos, por outro, essa mesma arquitetura
proporciona a livre expressão que associada, em alguns casos, a uma ausência de
civilidade, legitima uma cultura misógina, racista, homofóbica, xenófoba,
preconceituosa e discriminatória que reafirma o que há de mais cruel nas estruturas
sociais normativas, às vezes sob o pretexto de proteger a liberdade de opinião. Ao
lado de admiração e elogios, também encontramos muitos comentários com ofensas,
insultos, ameaças e ódio direcionados às mulheres que expressam suas experiências
e vivências nas redes online. No campo de pensamento sobre “ser mulher”, este
artigo debate os desafios e oportunidades trazidos pela Internet e as novas

1 Este trabalho é financiado por fundos nacionais através da Fundação para a Ciência e Tecnologia
(FCT), I.P., sob a referência SFRH/BD/145055/2019.

679
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

tecnologias digitais para a exposição de histórias pessoais, busca e debate de


questões sociopolíticas que afetam a o dia a dia das mulheres.

Palavras-chave

Narrativas, redes online, misoginia, empoderamento, ciberfeminismo.

1. Redes online

Tem-se falado muito sobre como a Internet, as novas tecnologias digitais e,


em especial, as redes sociais online2 abriram caminhos para autoexpressão e
posicionamento sobre questões sociopolíticas, tanto pelo ambiente, quanto pelas
ferramentas e nova forma de se pensar o social e o político. Arena de debate,
exposição de experiências, busca e construção de conhecimento, redes de apoio e
afeto são algumas oportunidades de interação possibilitadas pelas plataformas
online3.

Quando falamos de vida cotidiana, na sociedade profundamente mediatizada


(Couldry & Hepp, 2013, 2017), a centralidade dos media4 torna-se evidente. A
Internet e os novos media digitais estão em todo o lado, na maioria das cidades da
sociedades democráticas ocidentais, relacionando-se intimamente com todos os

2 O termo redes sociais online, ou redes online, será utilizado para designar tanto as estruturas

formadas na Internet por pessoas ou instituições que se conectam por valores ou objetivos em
comum, quanto as plataformas e aplicativos que permitem a interação e relacionamento entre
pessoas e instituições. Neste caso, neste trabalho, não apenas as relações sociais formadas dentro do
Facebook, como o próprio Facebook são exemplos de redes online.

3 Utilizaremos o termo plataformas online para representar as espaços públicos, ferramentas ou

sistemas de conexão de pessoas ou instituições acessíveis pela Internet. Outros termos usualmente
apresentados como sinônimo para plataformas online são: plataformas digitais e plataformas
virtuais. Neste caso, Google, Amazon e Instagram são exemplos de plataformas online.

4 Para fugir do debate entre o que vem a ser media e meio, enquadraremos no termo media todas
as comunicações realizadas por meio de tecnologias digitais em ambientes online, além da própria
tecnologia digital que se conecta à Internet. Neste caso, Twitter, Facebook, notebooks e smartphones
são exemplos de media.

680
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

aspectos da vida e não podendo, por isso, ser completamente ignorados ou evitados
(Figueiras, 2017). Hoje vivemos a vida nos media e já não apenas com os media;
todos os aspectos da vida cotidiana são, de alguma forma, influenciados por eles
(Deuze, 2006; Jenkins, 2006). Nesse contexto, os ambientes online5, como parte do
cotidiano, se transformam em outra arena de questionamento, busca e exposição de
questões pessoais e sociopolíticas.

Com a crescente mediatização, pensamentos, opiniões, experiências e


histórias de vida passam a ser expostos também na Internet. As redes sociais online
ganham grande destaque no cotidiano das pessoas, grupos e instituições, um espaço
de busca e publicação de informação, conhecimento e posicionamento. No contexto
dos “affective publics” (Papacharissi, 2016), as pessoas, transformadas em
“networked public” (ibid.) se reúnem em torno dos media que “convidam à sintonia
afetiva, apoiam o investimento afetivo e propagam expressões carregadas de
afetividade” (ibid., p. 308, tradução nossa). Nesse contexto, “a medialidade molda a
textura desses públicos e o afeto se torna o impulso que os mantém em movimento”
(ibid., p. 308, tradução nossa).

No entanto, como parte do cotidiano, todas as crenças, valores e normas


sociais verificadas no mundo offline também são encontradas nas relações online
(Mantilla, 2013), não apenas as relacionadas ao bem-estar, empatia e afetividade,
mas também aqueles relacionados à discriminação, aversão e ódio. Os media
facilitam a exposição de diferentes pontos de vista, opiniões, pensamentos, ideais e
valores; tanto aspectos progressistas e libertários quando conservadores,
intolerantes e controversos são refletidos na Internet. Como parte do cotidiano de
uma sociedade com fortes traços misóginos e discriminatórios, as redes online
propiciam um ambiente hostil e, muitas vezes, violento contra as mulheres. Nesse
contexto, é imprescindível problematizar as oportunidades de interação, não só
feministas como também misóginas, promovidas pelos media.

5 Ambientes online são entendidos como quaisquer espaços de interação e comunicação através
da Internet.

681
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Este trabalho é parte de uma investigação em andamento que aborda a


percepção das mulheres sobre o papel das redes online como catalisadoras de
mudanças pessoais e sociais. Neste artigo problematizamos as redes online como
espaços tanto de empoderamento das mulheres como de disseminação de atos e
discursos misóginos. Na primeira parte é discutida a forma como as narrativas
autobiográficas expostas por mulheres nas redes online podem servir como
produtoras de empoderamento pessoal e propulsoras de empoderamento social. Na
segunda parte são abordadas as tentativas de silenciamento e controle
comportamental da mulher nos media, com a descrição de alguns atos misóginos
enfrentados pelas mulheres em ambientes online. Na terceira e última parte,
apresentamos alguns caminhos para continuidade da reflexão e oportunidades de
investigações futuras.

2. Contando para e com elas: narrativas autobiográficas online

As mulheres, ao perceberem o potencial das redes online para exposição e


questionamento do controle patriarcal sobre os seus corpos e vozes, passaram a
organizar-se dentro desse novo contexto, adequando-se às tecnologias digitais e
Internet, utilizando seus benefícios também para manifestação questões pessoais
(Papacharissi, 2016; Loney-Howes, 2015, 2018; Jane, 2016). No campo de debate
relativo à “resistência em ser mulher”, as redes online permitem às mulheres contar
suas histórias de vida com suas próprias palavras, sem a interlocução de um outro,
geralmente homem, para que suas experiências, vivências e conhecimento sejam
legitimados (Wånggren, 2016).

Conforme aponta Vivienne (2013), existem diversos motivos para uma


pessoa contar histórias pessoais em espaços públicos. Por exemplo, “políticos
buscam votos, comediantes buscam risos, ativistas buscam alianças (políticas)”
(ibid., p. 26, tradução nossa). Mesmo que não seja premeditado, todos buscam
aprovação, reconhecimento. Segundo a psicanalista Maria Homem, a necessidade

682
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

primária do ser humana é o reconhecimento6. O sujeito só sabe de si intermediado,


no sentido que o sujeito toma consciência de si pela diferenciação entre o eu e o
outro e pelo reconhecimento do eu pelo outro. O sujeito, então, é dependente da
exterioridade (Babo, 2019; Butler, 2005). Nesse contexto, as interações nas redes
online servem como esse outro, essa exterioridade, que reconhece a existência do
sujeito como pertencente ao mundo social.

Segundo Butler (2003, 2005), o sujeito está em contínuo processo de


construção pelo discurso ou ação; o sujeito está sempre sendo (re)construído e
(res)significado pelo processo de narrativização do eu. Dessa forma, o sujeito é
performativamente constituído, construído continuamente pelo próprio discurso
que, supostamente, resulta o eu. A construção do sujeito é dinâmica, no sentido de
ser passível de mudanças e reformulações contínuas (mutável). Os atos, gestos e
signos que (re)forçam essa construção, assim como o próprio processo, fazem parte
narrativa de construção da mulher e, consequentemente, pela ressignificação de
conteúdo, levam à produção de saberes.

No percurso narrativo autobiográfico, pela auto reflexividade, a mulher


torna-se protagonista de si; “o eu torna-se um sujeito do fazer” (Babo, 2019, p. 26).
Dessa maneira, o processo de contação de histórias aparece como uma forma de
(re)constituição do sujeito. Ao transformar suas vivências em texto, as mulheres
“fogem” da opressão social que é parte da estrutura normativa que padroniza
palavras, corpos e comportamentos e torna-se agente de sua própria história.
Entendemos autobiografia como Babo (2019, p. 198) quando define a autobiografia
como “narrativa instauradora do próprio na sua dimensão temporal, onde o traçado
de si opera a (re)constituição do sujeito”. As narrativas autobiográficas são uma
forma dinâmica de (re)afirmação do eu e, também, de (re)construção do saber social
pela reelaboração da história (Butler, 2005). O sujeito “constrói-se situando-se em

6 Conforme aula proferida em 2019 no curso intitulado “Mapas da existência – afetos, fantasias e
mecanismos de negação” disponibilizado na plataforma online Casa do Saber. Disponível em:
https://digital.casadosaber.com.br/. Acessado em abril de 2020.

683
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

relação ao mundo à sua volta e nesse processo, comunica, apresenta-se e exprime a


sua concepção do mundo” (Silveirinha, 2004, p. 18).

A exposição de vivências por meio de narrativas e o debate com outras nas


redes podem servir como possíveis caminhos de ampliação da forma como a mulher
se enxerga no mundo. Esse processo de tomada de consciência, que pode levar a um
empoderamento pessoal e/ou social, se dá por diversos questionamentos e
reflexões, sendo alguns deles: o questionamento da maneira pela qual as estruturas
influenciam a sua história, crença e comportamentos; a reflexão sobre os espaços de
poder que se ocupa (considerando as dimensões interseccionais) e as interrelações
entre eles; o reconhecimento das camadas de privilégios que formam as suas
experiências e os diferentes níveis de precariedades existentes; a escuta empática e
reflexão sobre narrativas alternativas de olhar para o mundo, que histórica, política
e socialmente foram silenciadas ou apropriadas e esvaziadas; a busca de espaços
seguros de troca de conhecimento, afeto, história, experiências e conscientização
coletiva; o olhar crítico sobre as estruturas desiguais de poder e sujeição por
diferentes sujeitos e grupos interseccionais; a consciência de que todas as
subjetividades são permeadas por conflito, insuficiência e angústia, mas em níveis e
contextos diferentes; e o reconhecimento de que as angústias não são individuais,
mas as estruturas normativas fazem parecer que são para que não sejam criticadas.

As redes online apresentam um caráter eminentemente social, ajudando a


evitar o isolamento e o silenciamento, ao mesmo tempo que promove a interação, a
construção do conhecimento e a formação de identidades coletivas (Papacharissi,
2016; Wånggren, 2016). As narrativas online desenvolvidas por mulheres que
relatam a insubordinação ao controle patriarcal sobre seus corpos e vozes,
aparecem como mecanismo de “desnormalização” da estrutura socialmente
instaurada.

Dentro dessa realidade, é inaugurada uma nova epistemologia da narrativa,


onde a força não é a voz individual, mas a união de vozes. A memória individual /
privada se transforma em memória coletiva quando é socializada, e as redes online
propiciam e facilitam essa transformação do privado em público (Wånggren, 2016;
Bakardjieva, 2009). Quando “o pessoal é político” (Hanisch, 1969), dilui-se a

684
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

dicotomia entre o público e o privado e as mulheres resgatam sua memória como


ser social com a “escuta” da memória de outras mulheres. Nesse cenário, contar
histórias privadas são atos de cidadania (Cardoso & Ponte, 2017; Sanchéz-Duarte &
Férnandez-Romero, 2017; Mascheroni, 2013) ou atos de “cidadania íntima”
(Plummer, 2017). A Internet aparece como um catalisador para a cidadania
cotidiana em ambiente democrático, permitindo que as mulheres se conectem a
outras e se envolvam com uma ampla variedade de práticas sociopolíticas, como
práticas cívicas (Dahlgren, 2015; Carpentier, 2011; Bakardjieva, 2009).

Pelo compartilhamento de histórias, observamos tanto possibilidade de


empoderamento pessoal – no campo privado, mais subjetivo, no ato performativo
de tornar-se sujeito, da tomada de consciência de si enquanto mulher – quanto de
empoderamento social – ao adquirir capacidade de agência compartilhada com o
grupo em que se insere. O empoderamento social é coletivo, ou seja, é dado a um
grupo de pessoas vistas como possuidoras das mesmas características (nomeadas
pela sociedade). Sua existência depende em grande medida do reconhecimento do
outro (ou dos outros grupos sociais dominantes) e é interseccional, histórica e
socialmente situados7. O empoderamento social se dá quando o grupo adquire
oportunidade de escolha e poder de decisão, de acordo com o ambiente e contexto.
Cabe ressaltar que não é possível empoderar uma (outra) pessoa individualmente.
Conforme Berth (2019) afirma só é possível “amparamos outros indivíduos em seus
processos, conscientes de que a conclusão só se dará pela simbiose do processo
individual com o coletivo” (ibid., p. 97).

O compartilhamento de narrativas nas redes sociais possibilita a visualização


e validação de preocupações e questionamentos do coletivo das mulheres. As
histórias são individuais, por serem experiências de vida privada de cada mulher, e

7Diversas dimensões podem alterar as relações de poder entre grupos e sujeitos. Por exemplo, o
poder dado às mulheres negras umbandistas periféricas analfabetas brasileiras nordestinas (entre
outros) dependem tanto do local onde estão inseridas (por exemplo, na cidade do Rio de Janeiro no
Brasil ou em Copenhagen na Dinamarca), quanto da situação em que se encontram (ambiente
doméstico, profissional, religioso, acadêmico, etc.), interligadas ao momento histórico e sociocultural
(no Brasil de 1700, quando a escravidão ainda estava instaurada e legalizada, ou no Brasil do ano
2020, já com a escravização proibida, mas com a perpetuação do racismo estrutural).

685
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

coletivas ao mesmo tempo, por partilharem das mesmas violências8 e controles


sociais das estruturas normativas das sociedades patriarcais. A essas dinâmicas de
interação somam-se as recentes mobilizações originadas pelos movimentos de
mulheres em redes online como: #NiUnaMenos, #VivasNosQueremos,
#AbortoLegalYa, #MeuAmigoSecreto, #MeToo e #PrimeiroAssédio. Esses
movimentos incentivaram a publicação de histórias pessoais nas redes sociais
relativas a casos de abusos e assédios sofridas por mulheres na América Latina.
Segundo Papacharissi (2016), a utilização de hashtags servem como “dispositivos
de enquadramento” que permitem às pessoas serem transformadas em “públicos
em rede que desejam contar suas histórias de forma colaborativa e em seus próprios
termos” (ibid., p. 308, tradução nossa).

Ao “escutar” relatos de violências sofridas por outras, as mulheres tomam


consciência de si e do seu “lugar social”, o que proporciona o empoderamento
pessoal. Ao conscientizar e abrir espaço de exposição e debate, às mulheres é dada
a oportunidade de apoio e luta coletiva, o que abre caminhos para o empoderamento
social. As narrativas de histórias pessoais podem ser utilizada como uma
“ferramenta para justiça social” (Wånggren, 2016). Cabe ressaltar que, ao refletir
sobre esses processos de empoderamento, é necessário um olhar interseccional em
torno dos fenômenos sociais, políticos e culturais que os envolve além do gênero,
como a raça, classe, orientação sexual, idade, religião, nacionalidade e localização
geográfica (Natansohn e Rovetto, 2019), uma vez que são inseparáveis na
constituição do sujeito (na realidade são formantes do próprio sujeito).

No entanto, os dilemas e desejos sociais normativos são explicitados e


publicitados nos ambientes online, levando, muitas vezes, à reencenação de
estruturas misóginas sob a máscara de liberdade de expressão (Ging & Siapera,
2018; Mantilla, 2013). Ao lado de tentativas performativas do ser mulher, há uma

8 Existe uma vasta literatura que debate o conceito teórico de violência, conceito que é histórica e
socialmente situado e dependente de outros noções como, por exemplo, moralidade e legalidade
institucional. Utilizaremos o termo violência como ato ou processo de coação ou constrangimento
físico, psicológico ou moral exercido sobre algo ou alguém, para obrigá-lo a submeter-se à vontade
de outrem.

686
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

valorização normativa de feminilidade, com a reiteração de hierarquias de poder


patriarcal, com a objetificação de seus corpos e o controle de suas vozes (Álvares,
2017).

3. Espelho social: misoginia nas redes online

Em sociedades ocidentais contemporâneas, onde há uma super valorização


da imagem, as estruturas normativas patriarcais tendem a ser beneficiadas pela
disseminação de estereótipos do imaginário da mulher perfeita. Ainda que, devido
à luta feminista interseccional (Akotirene, 2019), haja uma tendência de valorização
de perfis de mulheres que fogem ao padrão normativo, até então é marcante o
enaltecimento do corpo idealizado pela sociedade patriarcal. A representação da
mulher nos media segue perpetuando e corroborando a ideia hiper sexualizada do
corpo e da (demasiada) emotividade feminina (vista como exagero e símbolo de
fraqueza), com a subjugação das mulheres como objetos de prazer e controle
masculinos.

No contexto da “economia da atenção” (Franck, 2019), também encontramos


muitas disputas por “territórios” e competições por visibilidade em ambientes
online. No entanto, a atenção e o reconhecimento podem ser realizados de forma
desigual, segundo esquemas complexos de poder e sujeição. Seguindo essa lógica,
há um embate, uma dualidade entre a hiper representação e a fuga da invisibilização
com a publicitação da intimidade como uma estratégia de (re)afirmação de
subjetividades. Ao lado de processos performativos feministas, há uma exacerbação
de exposição da imagem de mulheres que, muitas vezes inconscientemente,
reencenam as estruturas normativas sociais em busca de reconhecimento (Álvares,
2017).

As redes online, ao mesmo tempo em que ensejam a exposição, também


propiciam a criação de bolhas discursivas (Pariser, 2011) que atuam como um
processo homogeneizante, aproximam os que pensam de forma similar e
minimizam o contato com posições contrárias, dificultando a abertura e ampliação
de diferentes vertentes de pensamento e argumentação. O debate e argumentação,

687
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

com a reflexão sobre pontos de vista diversos e, por vezes, contrários são essenciais
não só à construção de saberes no âmbito coletivo, mas também à formação e
reafirmação de subjetividades. As bolhas criadas pelas novas tecnologias promovem
a reificação de uma estrutura padronizada de pensamento e ação, dificultando a
ressignificação das normas e reelaboração de comportamentos sociais.

Pela arquitetura das redes online, a tendência de “dataficação” (van Dijck,


2014) dos comportamentos sociais cria modelos comportamentais, padronizando
discursos, induzindo a experiência online e o acesso à informação e possibilidades
de interação. Em decorrência dos algoritmos das plataformas online, pessoas que
seguem padrões misóginos são premiados com maior visibilidade de misoginia, o
que reforça e valida seu pensamento e comportamento. Autorizados pelo anonimato
e/ou uso de pseudônimos, disseminam, às vezes de forma abusiva e violenta,
comentários e críticas, em uma busca de normalização do comportamento e imagem
segundo seus ideais (Álvares, 2017). Discursos de ódio, bullying9, body shaming10,
stalking11, gendertrolling12 são apenas alguns dos problemas que as mulheres
enfrentam ao publicar conteúdos nas redes sociais (Ging & Siapera, 2018; Jane,
2016; Mantilla, 2013).

Conforme bem pontuado por Álvares (2017) citando Foucault (1987), “vigiar
e punir” nas redes é ainda mais fácil. Em uma tentativa de silenciamento de vozes e
controle comportamental, as mulheres que exprimem suas opiniões ou vivências
são, muitas vezes, alvos de assédio e abuso nas redes. O anonimato permitido pelas

9 Bullying (palavra de origem inglesa) designa atos de agressão e intimidação repetitivos contra

um pessoa vista como desviante.

10 Body shaming (palavra de origem inglesa) designa atos de ridicularização ou zombaria do corpo

de uma pessoa considerado inadequado. O escopo de “envergonhar o corpo” é amplo e pode ir desde
à ridicularização de pessoas gordas, albinas, que apresentam necessidades especiais, portadoras de
deficiências, entre outros.

11 Stalking (palavra de origem inglesa) designa


uma vigilância e coerção hostil na qual uma pessoa
ou um grupo de pessoas invadem repetidamente a privacidade da vítima, empregando táticas de
perseguição e constrangimento públicos.

12Gendertrolling (palavra de origem inglesa) designa padrão de comportamentos de assédio,


abusos e ameaças que são direcionados especificamente para mulheres em ambientes online.

688
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

plataformas online aliado aos padrões misóginos sociais reforça de modo violento
as relações de poder das estruturas normativas. Ameaças de violação,
espancamento e morte, insultos à inteligência e capacidades cognitivas, divulgação
de fotografias e conversas íntimas são alguns dos exemplos mais vistos (Martinez,
2019; Álvares, 2017; Mantilla, 2013). Na maioria das vezes as mulheres vítimas
destes tipos de violência não as denunciam por falta de confiança nas instituições,
medo de represálias do agressor ou minimização da violência vivida, entre outros
(Martinez, 2019; Jane, 2016).

Muitas vezes os casos de assédio e abuso são banalizados e subestimados


porque em sociedades machistas ainda se acredita que as afetações emocionais e
violências psicológicas não merecem igual atenção e cuidado do que a violência
física (Martinez, 2019; Jane, 2016). Ainda que a maior parte das ameaças recebidas
pelas mulheres não se materialize no mundo offline, em uma sociedade
profundamente mediatizada, a crescente importância da Internet e novas
tecnologias digitais na vida cotidiana, pode impactar profundamente a vida social,
profissional e o bem estar psíquico das vítimas de assédio (Álvares, 2017; Jane,
2016).

Como bem aponta Martinez (2019), algumas plataformas online dispõem de


ferramentas para bloquear e denunciar perfis ou conteúdos ofensivos ou
ameaçadores. No entanto, esses recursos nem sempre são conhecidos e, muitas
vezes, a denúncia demora a ser resolvida pelos analistas de conteúdo das redes. Pelo
potencial viral de determinados materiais, ainda que eles sejam excluídos de uma
conta/perfil, continuam a ser visíveis e compartilhados por outras. Com medo do
alcance e das múltiplas reações que podem ser geradas, em muitos casos a reação
da vítima é o apagamento da mensagem, cancelamento da conta e a autocensura. A
tendência a desacreditar e culpabilizar a vítima de violência cibernética penaliza as
mulheres, que são frequentemente aconselhadas a “se retirarem de um domínio
[redes online] que é amplamente reconhecido como parte integrante - e essencial -
da vida contemporânea e da cidadania” (Jane, 2016, p. 287, tradução nossa).

A arquitetura das plataformas online ainda permite a propagação de robôs


que simulam interações sociais repetidas vezes e de maneira padronizada,

689
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

premiando o grupo com maior poder de manipulação. Com o crescimento do


extremismo político, os discursos mais radicais de controle e dominação dos grupos
(vistos como) minoritários ganham visibilidade promovida pelos trols13 e bots14 na
Internet. Algumas ações realizadas por robôs não apenas prejudicam a vida de
pessoas e grupos, como podem ter consequências graves para a democracia a nível
local e global. Políticos com discursos mais extremistas, como o presidente Jair
Bolsonaro no Brasil ou Donald Trump nos Estados Unidos, se beneficiaram desses
tipos de ferramenta para alavancar seu apoio eleitoral e silenciar ou esvaziar
discursos de opositores e ideias contrárias às suas (Risso, 2019).

Devido à arquitetura em permanente construção das grandes plataformas


online, o controle e a regulamentação do que é permitido ser feito e do que deve ser
considerado crime cibernético mantém-se nebuloso (Natansohn & Rovetto, 2019).
Seguindo a lógica capitalista atual, as plataformas online são hoje grandes empresas
monopolistas detentoras de enorme poder econômico, político e social (Franck,
2019). As pessoas utilizam as redes sociais por diferentes motivos e de variadas
formas, muitas vezes sem consciência de toda a estrutura de poder e sujeição que
essa relação (com as grandes empresas detentoras de capital e informação)
representa.

Todo processo social possui uma dimensão política, sendo investido de


algum grau de poder e conflito (Mouffe, 2005). Quando o poder é visto como
operando principalmente no nível formal, outras formas de interações
“microfísicas” (Foucault, 2014) são invisibilizadas e desconsideradas como parte do
processo político. No entanto, ao considerar “o político” conforme descrito por
Mouffe (2005), como uma dimensão mais ampla que vai além da política formal, uma
esfera na qual todos os indivíduos estão inseridos, verificamos que a autonomia

13Trol ou troll caracteriza o ato com intenção de provocar polêmica entre os usuários da Internet
ou membros de uma comunidade online através de mensagens controversas ou irrelevantes, o que
tende a sistematicamente desestabilizar uma discussão e as pessoas envolvidas.

14Bot é diminutivo de robot (robô em inglês), também conhecido como Internet bot ou web robot,
é uma aplicação criada com o intuito de simular ações repetidas e padronizadas na Internet.

690
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

dada às plataformas online e as interações sociais realizadas com e através delas


devem ser tratadas com prudência, responsabilidade sociopolítica e
regulamentação.

4. Para seguir problematizando

É imprescindível que se tenha atenção e cuidado com o impacto da Internet


e das novas tecnologias e todas as possibilidades de utilização de suas ferramentas
na vida cotidiana. Discursos extremados de louvor ou aversão às redes sociais e à
exposição pessoal em ambientes online são apenas mais um aspecto negativo que
leva à polarização infrutífera em detrimento da compreensão das oportunidades e
desafios desse não tão novo, mas ainda enigmático universo digital online.

Tanto empoderamento (pessoal e social) das mulheres quanto misoginia


podem ser vistos nas redes. A Internet e as tecnologias digitais dão abertura à
exposição de pensamentos, valores e normas preconizadas por diferentes pessoas e
grupos sociais. Um universo de oportunidades comunicacionais e de propagação de
ideias. É importante problematizar quais ideias são essas e como elas evoluem e
impactam a vida on e offline. Afinal, o grande volume de atos misóginos nas redes
online, bem como a “notável homogeneidade de sua retórica” (Jane, 2016, p. 287,
tradução nossa), deve ser visto como um problema social significativo. E mesmo o
processo de empoderamento possibilitado pelas narrativas online não acontece de
forma automática ou imediata; isto pode, inclusive, não ocorrer (Berth, 2019). No
entanto, ainda assim, vemos a cada dia mais mulheres dispostas a narrar, em
ambientes online, suas histórias e experiências de vida sobre o que é ser mulher. Por
que será que isso acontece?

Será que as mulheres estão tão acostumadas com a violência de gênero e o


controle sobre seus corpos e suas vozes que não se importam com a perpetuação da
misoginia na Internet? Será que as mulheres já esperam que os ambientes online
sejam mais um espaço de violência cotidiana? Ou será que, já que a violência sempre
existiu, as mulheres continuam lutando contra o silenciamento e invisibilização e
estão utilizando esse espaço como uma possibilidade de liberação da voz e do afeto

691
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

em forma de narrativa para construção de uma memória coletiva? Seria isso utopia,
exibicionismo, busca por aceitação e reconhecimento, processo terapêutico de cura
e autoaceitação, masoquismo, ativismo ou apenas liberdade de expressão?

Para melhor compreensão desses processos, ainda são necessários mais


estudos interdisciplinares entre a psicologia, sociologia, ciências da comunicação e
tecnologias digitais, estudos (ciber)feministas e cultura contemporânea para
entender o que motiva as pessoas a se exporem nas redes online, tanto do ponto de
vista das mulheres (com a devida atenção aos aspectos interseccionais), quanto dos
perpetradores de abusos, crimes, ódio e violências.

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Madrid: McGraw-Hill, 503-518.

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694
CAPÍTULO 8. REDES SOCIALES Y CULTURA POPULAR

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DOI:10.1080/09540253.2016.1169251

695
CAPÍTULO 9
Representaciones
en la pequeña
y la gran pantalla
“Lo personal es político”: gestión dramatúrgica de la identidad
de género en el cine de Arte y Ensayo

José Luis Valhondo Crego


Universidad de Extremadura
jlvalcre@unex.es

Resumen

Este texto se centra en analizar cómo llevar adelante el lema feminista de “lo
personal es político” a través de su representación fílmica en una obra de uno de los
cineastas más reconocidos de la historia. Ingmar Bergman pone en juego una serie
de escenas de un matrimonio a través de nuevas estrategias de Arte y Ensayo para
trasladar el modo en que en la segunda mitad del siglo XX, las identidades de género
se estaban transformando. Esas estrategias inciden en lo político en cuanto que
trastocan los límites entre lo privado y lo público, no solo en lo concerniente a la
relación de los personajes dentro de la trama, sino también, y más importante, en
relación a la publicidad prestada a cuestiones privadas que comenzaban a
visibilizarse en la esfera pública. Es por ello, que en este film contenido y forma
convergen en hallazgos estéticos como el de incluir una entrevista escenificada para
mostrar al inicio del film las identidades de los protagonistas, y solo a partir de ahí
comenzar a contextualizar la relación matrimonial en otros espacios y frente a otros
personajes.

El paradigma clásico aprovecha la mímesis más que la diégesis en la trans-misión de


información acerca de los perfiles de los personajes (Bordwell, 1985). Considera que
los personajes ficticios deben mostrarse más que contar-se. Sin embargo, la
hibridación propia de la modernidad fílmica ha experimen-tado con nuevas formas
de perfilar al personaje, concretamente mezclando aspectos del género documental
con el género de ficción.

699
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Palabras clave

Cine, identidad de género, feminismo, performatividad, arte y ensayo.

1. Introducción

Este texto examina cómo un filme como Secretos de un matrimonio (Ingmar


Bergman, 1974) brinda un doble canal de comunicación con el espectador sobre la
identidad de género. Por una parte, Bergman pone en escena una relación de pareja
entre Johan y Marianne, un matrimonio por encima de la cuarentena, que lleva diez
años casados. De esa relación emerge una representación de las identidades de
género en el ámbito de lo privado. Por otro, Bergman contextualiza esa relación en
diferentes escenarios sociales que resignifican lo masculino y femenino situándolo
frente a distintos espejos sociales, es decir, desde una perspectiva pública. A través
de ambos niveles, Bergman comunica con el espectador sus ideas acerca de la
relación entre la institución tradicional del matrimonio y el modo en que se
conforman las identidades de género.

Para entretejer estos dos niveles, se acude a un esquema desarrollado por


Ericson y colaboradores (1989) originalmente aplicado a la relación entre
comunicadores o periodistas y sus fuentes (véase Tabla 1). Este esquema se basa en
el paradigma del interaccionismo simbólico de Goffman (1959), que entiende
nuestra conducta social como una dramaturgia cotidiana que se despliega entre el
escenario (espacios públicos) y las bambalinas (espacios privados), para
convertirnos en actores con roles diversos que intentan presentar una imagen
determinada y que, además, se adaptan a guiones sociales con diferente grado de
flexibilidad. Dentro de ese grado se incluyen los rituales comunicativos entre las
parejas que conviven.

700
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

Tabla 1. Corte y flujo de información en un film

Corte de información Flujo de información

Bambalinas Secreto Confidencia


(dimensión privada)
Escenario Censura Publicidad
(dimensión pública

Fuente: Elaboración propia

Para completar este paradigma de Goffman, Ericson y colaboradores


consideran la relación entre el periodismo y sus fuentes, de modo que las periodistas
ejercen a través de sus rutinas productivas decisiones sobre el acceso y cobertura
de diversos actores sociales que actúan como fuentes. El periodista se convierte en
un gate-keeper que corta o hace fluir la información que procede de las fuentes.
Tomando este esquema como metáfora, se puede considerar un film como un
discurso en el que el director dosifica a través de los personajes la información
proporcionada al espectador, empleando diferentes estrategias. Es lo que algunos
autores han denominado focalización (Gennette, 1972; Valhondo, 2020) o división
del saber (Canet y Prósper, 2009). Como si fuera un periodista, el director maneja a
los actores como fuentes informativas que disponen de espacios privados
(bambalinas) y públicos (escenarios), siguiendo la metáfora dramatúrgica. El
director facilita (flujo) o restringe (corte) información al espectador de modo que se
pueden considerar las cuatro zonas señaladas en la Tabla 1.

Si nos centramos en la comunicación director-espectador, el primero entra


en la zona del secreto cuando revela al espectador aspectos de la vida privada de un
personaje que este preferiría mantener ocultos. El director entra en la zona de la
confidencia cuando propone situaciones en las que la información privada fluye
hacia otros personajes. Se invade la zona de censura cuando información que debe
ser pública de un personaje se mantiene en secreto. Si no es así, se habla de
publicidad.

Es de suma importancia establecer esta distinción porque la modernidad se


basa en la delimitación y el respeto de los espacios privados y públicos del individuo.

701
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Tanto es así que, como se verá a continuación, el género literario por excelencia de
la modernidad, la novela, se constituye en torno a la construcción de la interioridad
del personaje como valor fundamental. Gracias al reconocimiento y conciencia de
esa interioridad, se desarrollan los aspectos propios del personaje de la novela,
especialmente su individualidad, motivación y autonomía.

Este aspecto que resulta fundamental en la teoría del personaje para quien
decide hacer literatura o arte, sirve como metáfora para entender la configuración
de las identidades de género. El controvertido concepto de performatividad
acuñado por Butler (2011) entiende que la identidad, en general, es fruto de nuestra
performatividad, de nuestra interpretación en público de los roles que sentimos
como propios. Nos construimos como individuos de un modo dialéctico en
perpetuas interacciones simbólicas con los demás. Esa performatividad debe ir
acompañada de la reflexividad propia de la modernidad (Giddens, 1997). No somos
lo que hacemos sino lo que creemos estar haciendo. De ahí que este film resulte
seminal en la historia del cine como representación de la identidad moderna porque,
escena a escena, “pone a prueba” lo que un matrimonio cree sobre su propia imagen,
comenzando por la escena de una entrevista para un medio de comunicación.

Como señala Richard Dyer (1998), en el sentido más general, la ficción


emplea seres ficticios, humanos, animales o fantásticos, que conducen el relato, que
acometen acciones o que son víctimas de los acontecimientos, sujetos activos o
pasivos de la acción del relato. Hay muchos modos de brindar la idea de sujeto a la
mente del espectador. De modo clásico, el cine ha construido un discurso siguiendo
una lógica mimética que procede de Aristóteles. Para conocer a los personajes, el
escritor imita marcos de acción cotidianos y pone en escena a unos actores que
intercambian símbolos; a través de ese intercambio de símbolos verbales y no
verbales, los personajes hacen emerger su identidad de cara al público de modo que
este puede construir un sujeto en su mente. Este texto examina el modo en que el
llamado cine moderno (Kovács, 2007) gestiona las cuatro zonas de Ericson para
convertir lo personal en político y llenar las identidades de género, significantes
flotantes, de significados novedosos, empleado en ese proceso metodologías propias
de las ciencias sociales, tales como la entrevista, las historias de vida o el diario.
Dicho de otro modo, este texto examina cómo se estetiza la identidad de género para

702
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

los espectadores en el contexto del cine de Arte y Ensayo. Se emplea el término


“estetizar” en el sentido griego primigenio y amplio, que conecta con el uso de John
Dewey (1987) al entender toda experiencia humana como estética.

2. Metodología

El caso de estudio es la película sueca de Ingmar Bergman Secretos de un


matrimonio (Scener ur ett äktenskap, 1973). Se realiza un análisis de contenido de la
película completa. Se emplean los siguientes códigos para el análisis (Tabla 2).

El director delimita los espacios privados y públicos donde sus personajes


actúan y hacen emerger los significados de las identidadades de género. Por ello, el
análisis identifica esos espacios y el flujo o corte de información que produce en él
el director. En las conclusiones se retoma la cuestión, entendiendo cómo se relaciona
lo que ocurre dentro de la pantalla con las cuestiones políticas del género, es decir,
con el lema de que lo “personal es político”.

Tabla 2. Códigos de análisis

1. Tipo de guión social


Espacio privado/público
Flujo/corte de información
2. Performatividad de género
Relación de pareja
Relación con otros
Fuentes del crédito

Fuente: Elaboración propia

A través del análisis se pretende explorar en qué medida la dramagurgia


empleada en este ejemplo paradigmático de cine de Arte y Ensayo reconfigura las
identidades de género de la época a través del arco de transformación del discurso
de los personajes.

703
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

La exploración que lleva a cabo Bergman sitúa a los espectadores como


asistiendo a una simulación de observación no participante en varios escenarios que
pueden perfectamente asimilarse al cuadrante de Goffman respecto al escenario y
las bambalinas. Bergman ejerce como fuente periodística que corta y hace fluir la
información. En esos escenarios, se presentan diferentes guiones sociales, desde la
entrevista, pasando por la cena, las confesiones de alcoba, la lectura del diario de
Marianne. Se puede tomar a los personajes como fuentes periodísticas y en tal
sentido, actúan mostrando y ocultando información a los ojos ajenos, a dos niveles:
entre ellos y frente a los espectadores. Bergman actúa, a la vez, como investigador y
como testigo de la relación de la pareja, creando una representación en la que
gestiona las cuatro zonas que resultan de la intesección del escenario y las
bambalinas con el corte y el flujo de información con el público.

La performatividad de género se analiza en las interacciones entre la pareja


y de la pareja con el resto de personajes, así como a lo que se ha acuñado en este
trabajo como “fuentes de crédito social”, que vienen a ser el modo en que Johan y
Marianne atribuyen las causas de los problemas de pareja.

3. Resultados

Bergman comienza el film de seis episodios o escenas con una entrevista. La


pareja protagonista, Johan y Marianne, es entrevistada para un medio de comu-
nicación escrito. Después de unas fotos con las dos hijas, ellos quedan frente a la
entrevistadora. La escena tiene lugar en el hogar de ellos de modo que se pretende
vincular a la pareja con el mundo doméstico y su privacidad.

Desde el punto de vista no verbal, los protagonistas se interrumpen en sus


declaraciones mientras que la entrevista fluye de un modo semi-estructurado, con
algunas preguntas generales sobre cuatro áreas:

- Autoimagen.

- Datos personales.

- Profesiones.

704
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

- La naturaleza de la relación que mantienen.

A estas preguntas el matrimonio responde con datos sobre sus edades, clase
social, antecedentes familiares, profesiones, aspectos de la vida privada (“soy un
buen amante”) y pública (“no tengo deudas y pago mis impuestos”) y
consideraciones sobre el modo en que se ven a ellos mismos.

Como señala Goffman (1959), la dramaturgia de la vida cotidiana se con-


vierte en un juego cuando los actores sociales intentan manejar sus imágenes
públicas. Esto es precisamente lo que sucede con la entrevista inicial. En relación a
las demás escenas, la entrevista contrasta en cuanto a la zona elegida por el director.
Las demás escenas del filme, incluido la lectura del diario, son zonas de secreto
dentro de la trama y de confidencia con el espeactador.

La entrevista construye dos sujetos cuyos rasgos coinciden con la descripción


del personaje burgués de la novela decimonónica (Dyer, 1998). Aunque también es
evidente que existe en ellos una diferencia clara de género. Johan concuerda mejor
con ese personaje novelesco que Marianne. Él cumple con todos los estereotipos en
su presentación pública; su referencia es él mismo, el centro de su mundo. Marianne
se describe en función de su marido y sus hijas, aunque a medida que transcurre la
conversación, indica que ella también trabaja para un importante despacho de
abogados.

De cualquier modo, ambos personajes sufren un arco de tranformación en


sus caracteres aunque siguen siendo ellos mismos, es decir, cambio dentro de un
esquema del ser consistente. Johan se muestra con una seguridad apabullante en la
entrevista mientras que Marianne reconoce no tener esa confianza en sí misma. El
desarrollo del film conduce a Johan hacia una situación de inseguridad personal
frente a Marianne, una anagnórisis en la que reconoce que su vida ha seguido los
dictados de lo que su padre esperaba de él. La diferencia es que ese cambio no se
registra con otra escenificación de una entrevista al final de la trama sino en una
conversación íntima de la pareja.

Más tarde, haciendo uso del formato de un diario personal, Marianne confiesa
a modo de anagnórisis trágica lo que ella cree que le falta para ser una persona

705
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

completa. Marianne lee a Johan el diario que lleva por recomendación de su


terapeuta. El lamento de Marianne tiene que ver con el modo en que no se conforma
a la identidad del sujeto que culturalmente ha impuesto la modernidad. Esa
modernidad, y ese personaje novelesco no ha llegado históricamente al mismo
tiempo para el género masculino y el femenino. Marianne se queja: “Siempre he
hecho lo que me han dicho otras personas. Nunca he discutido sus opiniones”. Sin
embargo, la aceptación de Marianne de su inseguirdad se convierte al final del film
en una fortaleza que contrasta con la debilidad de Johan. Este reconoce el poder
fememino que ha desarrollado su pareja. Esos cambios permiten señalar que los
personajes son redondos en cuanto que al espectador le aguardan sorpresas
respecto a cómo evolucionan y en qué se convierten. Se puede decir que son sujetos
únicos propios de la modernidad, lejos de estereotipos; aunque la paradoja es que
esa individualidad termina siendo también un cliché.

Otro rasgo fundamental del personaje moderno es su capacidad de interpe-


lación política, es decir, su potencial de identificación. En este film, el personaje
“demanda” de sus espectadores una forma de ser, los interpela ideológicamente en
dos dimensiones principales: el género y lo socio-político. Johan sirve como modelo
de una masculinidad que debe reconocer su debilidad y su pérdida de la
omnipotencia masculina tradicional. Marianne, por el contrario, representa la
feminidad fortalecida en el tiempo histórico en el que viven. No hay que olvidar que
esta película se estrena en la estela del surgimiento de nuevos movimientos
feministas de la década de 1960. En relación a lo sociopolítico, los sujetos sirven
como modelos de identificación frente a la institución del matrimonio, en una época
en la que también se cuestiona la familia tradicional. Se volverá sobre ello en las
conclusiones.

Tras la entrevista y su “presentación pública en la vida cotidiana” (Goffman,


1959), siguen una serie de escenas en las que emergen el conflicto interno de la
pareja, de modo que el relato que se han contado a ellos mismos sobre sus
identidades y roles en la pareja contradice lo que más tarde se muestra sobre su vida
cotidiana. Se puede establecer la analogía de que la entrevista, como el matrimonio,
solo muestra el escenario de la relación dejando otros muchos aspectos entre
bambalinas.

706
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

La primera escena del filme incluye dos partes en dos escenarios distintos.
En el primero, tiene lugar la entrevista. En el segundo se celebra una cena en la que
Johan y Marianne comparten mesa con otra pareja con la que comparten una
estrecha amistad. Johan lee la entrevista que les hicieron y que ya está publicada.
Los protagonistas son testigos de una fuerte disputa entre los miembros de la otra
pareja que termina de un modo muy desagradable. Tras ello, en la segunda escena,
por primera vez en la trama, Johan y Marianne aparecen en la cocina de su casa
recogiendo los restos de la cena mientras hablan de sus amigos. Cada uno realiza
atribuciones distintas sobre la causa de los problemas que acaban de contemplar en
el otro matrimonio. Mientras que Marianne cree que se trata de un problema de
comunicación y lo indica a través de una metáfora:

Ya sé por qué Katherine y Peter están pasando ese infierno. Es que no hablan el
mismo idioma. Tienen que traducirse a un tercer idioma que ambos conozcan, si
es que quieren entenderse entre sí.

A lo que Johan responde que cree que es más simple que todo eso: “Yo creo
que es el dinero”. De este modo se pone sobre la mesa la cuestión del crédito o la
confianza social y de dónde procede. Y se adjudica a la mujer (Marianne) como causa
el problema del lenguaje, mientras que para el hombre (Johan) se trata de una
cuestión de dinero. Tanto el lenguaje como el dinero son dos modos simbólicos
inventados para intercambiar nuestras visiones del mundo. Pero se asocia el
lenguaje a lo femenino, mientras que el dinero es parte del sistema que pertenece a
los hombres. El lenguaje es más cualititativo y pertenece al mundo de la vida
(Habermas, 1984), allí donde se supone que tratamos con los íntimos, mientras que
el dinero forma parte del sistema y sirve para compararnos cuando estamos con
gente anónima (Graeber, 2014). Como en otros films clásicos donde se construyen
masculinidades tradicionales, los protagonistas tienen relaciones conflictivas con el
lenguaje. Son los casos de Ethan Edwards en The Searchers (1956), de Travis Bickle
en Taxi Driver (1976) y de Driver en Drive (2011). Todos ellos son ejemplos de cómo
desde un punto de vista tradicional se ha asociado la masculinidad con problemas
de expresividad. En Secretos de un matrimonio, Johan comienza adoptando ese rol
masculino inexpresivo e instrumental mostrado en la entrevista, pero termina

707
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

evolucionando hacia una reflexividad en la que cuenta, como Marianne, intimidades


que generan angustia en él.

4. Conclusiones

Este filme muestra cómo en la década de 1970 se estaba produciendo una


reconfiguración de las identidades de género en función de la delimitación de lo
público y lo privado. Bergman introduce el “objetivo” de su cámara en los espacios
privados de una pareja para tratar cuestiones hasta ese momento consideradas solo
de “puertas adentro”. Para resaltar precisamente esa reconfiguración de los
espacios y los temas, Bergman comienza su film con una pareja que intenta manejar
en público la imagen que quieren trasladar como matrimonio al resto de sus
conciudadanos. Se parte de una imagen pública de lo que debe ser un matrimonio
feliz. A partir de ahí, diversas escenas construyen imágenes y performan las
identidades de los protagonistas en otros contextos, para ampliar la definición de lo
que se considera identidad de género como algo político: desde la confrontación con
otro matrimonio similar, hasta diferentes escenas privadas donde la interacción
entre ambos añade significados nuevos a su modo de ser mujer y hombre.

La entrevista sirve como vehículo para trasladar un punto de partida en la


construcción de personajes de Johan y Marianne y comprobar cómo evolucionan. Ni
Johan ni Marianne son esos, tal y como pretenden presentarse en público. Bergman
publicita en su film aspectos privados del matrimonio. Convierte lo privado en algo
político, es decir, en algo que hay que presentar ante la polis, la ciudad, para su
examen, como en la tragedia griega. Ese “algo político” es la pareja y la institución
que los une, el matrimonio. Ante el malestar que a Johan le produce su vida, decide
escapar del entorno que le proporciona su identidad e intentar huir para desarrollar
su individualidad. Confiesa a Marianne que tiene una amante y se separa de ella. El
film aborda la solución de la cuestión publicitada, el matrimonio, como un asunto
particular y no como algo que puede ser pensado y actuado de modo colectivo. Los
personajes terminan ajustando sus vidas a una solución privada y única al problema
del matrimonio.

708
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

Esta película parece apoyar el lema feminista de que “todo lo personal es


político”, aunque después lo niega. Trata una cuestión personal haciendo público un
problema matrimonial, con infidelidades, celos, maltrato, mentiras, etc. En ese
sentido, se parece a una novela de Balzac o de Flaubert. Es más, refuerza esa senda
de construir al sujeto moderno novelesco como contenido y como técnica: como
contenido, incluyendo paradojas de la personalidad que hacen que el la pareja sea
feliz siendo como amantes lo que no eran como matrimonio. En la técnica,
empleando abiertamente la entrevista y el diario como metodologías. Pero niega lo
político porque a pesar de tratarlo, propone soluciones privadas a problemas
públicos. La pareja termina ocultando su vida y su interioridad a sus nuevas parejas.
Bergman termina cuestionando el matrimonio y al sujeto moderno sin que haya una
solución mejor que rebelarse contre él con el engaño y el secreto, es decir,
reforzándolo en el sentido de que no parezca existir otra solución u otra forma de
vivir con los otros.

La modernidad entronizaba la libertad del sujeto a través de su derecho a te-


ner espacios privados y secretos, por encima, y ante todo, el espacio secreto de la
mente, el de la interioridad. La novela hizo especial hincapié en ese derecho. Sin
embargo, la modernidad también señaló otro camino para enaltecer la libertad,
precisamente el de discutir colectivamente sobre los secretos que nos producían
dolor y malestar. Este texto termina apuntando hacia una hipótesis relacionada con
lo dicho: el cine, o mejor dicho, una parte de la producción fílmica, como sucesora de
la novela, ha primado el espacio del secreto para hablar de la libertad individual por
encima del debate colectivo. En esa sociedad sueca del Estado de Bienestar de la
década de 1970, la construcción del sujeto moderno ha triunfado en su
individualidad hasta tal punto que ya no es tan individual y única. Una mayoría
disfruta de profesiones liberales como las de Johan y Marianne, de un bienestar
económico suficiente, etc. Al reflexionar sobre su propia situación, esos individuos
se sienten atrapados en la paradoja de esa individualidad (Bauman, 2006),
independientemente de su identidad de género. Por esto se puede afirmar que en la
construcción de los personajes de Secretos de un matrimonio se entrecruzan
elementos propios del sujeto moderno y del posmoderno.

709
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Si hay algún aspecto del filme que hoy aún sigue fucionando como
micromachismo es el modo en que se entiende la confianza desde la identidad de
género. Aún hoy parece que lo masculino se asocia al crédito público que
proporciona el dinero, mientras que lo femenino se relaciona con el carisma privado
que implica la capacidad de expresión a través del lenguaje.

Referencias

Bauman, Z. (2006). Vida líquida. Barcelona; Paidós.

Bordwell, D. (1985). Narration in the Fiction Film. University of WisconsinPress.

Butler, J. (2011). Bodies that matter: On the discursive limits of sex. London:
Routledge. https://doi.org/10.4324/9780203828274

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Síntesis.

Dyer, R. (1998). Stars. London: British Film Institute.

Dewey, J. (1987), «Art as Experience», en Boydston, J. A. (ed.), The Later Works, vol.
10, 1925-1953, Southern Illinois University Press, Carbondale.

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Habermas, J. (1984), The Theory of Communicative Action: Reason and the


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Genette, G. Discours du récit: figures III. Paris: Seuil, 1972.

Giddens, A. (1997), Modernidad e identidad del yo: el yo y la sociedad en la época


contemporánea. Península, Barcelona.

710
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

Goffman, E. (1959). The Presentation of Self in Everyday Life. Nueva York: Anchor
Books.

Kovács, A. B. (2007). Screening modernism. European art cinema, 1950-1980. The


Chicago University Press.

Valhondo-Crego, J. L. (2020). Focalización fílmica Clásica y Moderna: estructuras de


información en la historia del cine de ficción. Transinformação, v. 32, e190076.

711
Narrativas estudiantiles con mirada femenina

Narce Dalia Ruiz Guzmán


Tecnológico de Monterrey
narce.ruiz@tec.mx

Resumen

El mundo audiovisual que ha sido por mucho tiempo tan hegemónicamente


manejado por los hombres ha ido cambiando poco a poco ante todos los
movimientos por la equidad de género, las denuncias de mujeres en la industria de
Hollywood o asociaciones como la de mujeres cineastas y de medios audiovisuales.

En 1985 Bechdel genera un método que posteriormente será bautizado con su


nombre, para visibilizar la falta de personajes femeninos en películas de Hollywood,
y que cuando aparecen personajes femeninos, lo que hacen es hablar sobre los
hombres o las relaciones filiales, como si no tuvieran cosas más importantes de las
que hablar. En 1991 Luis Bonino acuñó el concepto de micromachismos para dar
nombre a esas pequeñas prácticas de violencia casi invisible que los hombres
ejercen sobre las mujeres.

Esta comunicación a partir de las categorías de micromachismo de Bonino y las


cuatro preguntas del test de Bechdel, hace un análisis de 16 cortometrajes hechos
por estudiantes de todo México, que fueron parte de la selección oficial del Festival
Internacional de Cine de Monterrey en la sección estudiantil en el año 2020. Nueve
de los cortometrajes tienen a las mujeres como protagonistas, se hablan de temas
como la decisión de la mujer al aborto, la entrada a una madurez no deseada, el
abuso masculino, el empoderamiento femenino, identidad de género y la figura
paternal. Jóvenes que tienen alrededor de 20 años, expresan en sus historias, la
necesidad de romper con los micromachismos y empoderar la figura de la mujer.

712
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

Palabras clave

Bechdel, género, audiovisual, estudiantil, micromachismo.

1. Introducción

Que el dominio de las narrativas en el audiovisual en los más de cien años


que tiene la historia del cine la ha tenido la mirada masculina es bien conocido. Como
lo menciona Carina Oroza en su ensayo ¿la narrativa audiovisual es andrógina?

Las mujeres hacen menos cine y video que los hombres; esto no es novedad;
tampoco son muchas las mujeres que son nombradas en la historia de la pintura,
de la escultura y de la música (Oroza, 1999).

Muchas de las narrativas tradicionales tanto en cine como en televisión


perpetúan los roles de género, se retratan mujeres que hacen las labores domésticas,
cuidan de los infantes y de los mayores; y de hombres que salen a conquistar
mundos, que son fuertes y cobran venganza por sus sedes queridos y cuestiones
similares.

El documental sueco realizado en 2017 llamado Silvana, dirigido por tres


jóvenes directoras (Christina Tsiobanelis, Mika Gustafson, Olivia Kastebring) nos
muestra un claro ejemplo de las narrativas que presentan mujeres directoras. El
documental retrata la vida de una rapera sueca, lesbiana, que mantiene relación
íntima con una de las más importantes estrellas del pop de ese país. Esto no quiere
decir que las visiones y voces femeninas en el audiovisual retratan forzosamente
mundos protagonizados por mujeres, pero es cierto que agregan cierta sensibilidad
de la que carece el cine mainstream.

2. Metodología

Para la realización de este estudio se seleccionaron 16 cortometrajes que


participaron en una competencia de cortos estudiantiles, de la ciudad de Monterrey.
Son representativos de todo el país y de diversas instituciones educativas. La

713
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

metodología es cualitativa, se hace un análisis de contenido de los cortometrajes y


se vacían en una tabla elaborada a propósito de este estudio, donde se cruzan por
un lado las tipologías de micromachismo de Bonino y por el otro se responde al test
de Bechdel para ver cómo se representan a las mujeres en los cortometrajes.
Posteriormente se analiza la información, también tomando en cuenta si los
cortometrajes son dirigidos por mujeres y si tienen a mujeres como protagonistas.

En cuanto al material audiovisual a estudiar, se buscaba que fueran historias


estudiantiles, realizadas dentro de instituciones educativas nacionales y que ya
tuvieran un filtro al ser seleccionada para una competencia de un Festival, lo cual
garantiza un mínimo en la calidad de producción. Es así que la muestra elegida fue
la de los cortometrajes estudiantiles de la selección KinoStart (sección estudiantil)
del Festival Internacional de Cine de Monterrey.

3. Objetivos

El objetivo de este estudio es analizar la narrativa de los jóvenes creadores y


explorar la vertiente de la mirada femenina. Las historias que proponen desde sus
imaginarios particulares, si perpetúan o no las tipologías de micromachismos y si
efectivamente ofrecen más historias con disminución en la brecha de género, sobre
todo en las temáticas que abordan.

4. Desarrollo

La producción cinematográfica más vista en el mundo occidental, la


hollywoodense, desde hace algunos años empieza a prestar atención a los
movimientos feministas y a la inclusión de más mujeres en puestos de toma de
decisión. La brecha de género en la cinematografía de países iberoamericanos, sigue
siendo considerable, y en España especialmente existen fuertes movimientos para
visibilizar el papel de la mujer en la industria.

Si nos vamos al mundo de las aulas, es conocido que en las principales


escuelas de cine en México, la presencia de las mujeres es muy similar a la presencia

714
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

de hombres, podríamos decir que un 50% cada uno. Pero al momento de tomar la
decisión de producir una película, sobre todo de dirigir, son los hombres los que
toman más la iniciativa.

Esto empieza a cambiar y se nota en los cortometrajes que realizan desde el


aula las escuelas de cine. Los semilleros de nuevas narrativas, vienen cargados de
mensajes de denuncia e inclusión, no solo hablando de la brecha de género, sino de
diversas minorías. Es por ello que este estudio se centra en las narrativas que
proponen jóvenes estudiantes de licenciaturas relacionadas al audiovisual y
constatar realmente qué tan “diferentes” son en sus propuestas y si poseen de
alguna manera, una inclusión de la mirada femenina.

Para ello nos valemos de las tipologías de micromachismo de Bonino que son
las siguientes:

- Los micromachismos utilitarios

- Los micromachismos encubiertos

- Los micromachismos de crisis

- Los micromachismos coercitivos

Y también del Test de Bechdel. La propia Alison Bechdel al crear el test,


mencionó como precedente inspirador el ensayo Una habitación propia de 1929
donde Virginia Woolf criticaba que en la mayor parte de la literatura de ficción la
presencia de un personaje femenino se debía solamente a su vínculo con un
personaje masculino existente y la relevancia del personaje femenino derivaba de
dicho vínculo.

La aparición del test se da en 1985 en la tira cómica llamada The Rule (como
también se le conoce al test), carios años después el comic resurgió como un sistema
para evaluar la breca de género en películas, comics y obras de teatro. Las preguntas
de las que consta el test de Bechdel son:

- ¿Aparecen al menos 2 personajes femeninos’

715
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

- ¿Estos personajes hablan una a la otra en algún momento?

- ¿Esta conversación trata de algo destino a un hombre?

4.1 . Cortometrajes seleccionados para el estudio

Diez y seis cortometrajes componen la selección para este estudio, los títulos,
ficha técnica y sinopsis son las siguientes:

- Atomic Love

Animación / Digital / 4 min. / México / Color / 2019

Dir. Ian Felipe Cortés Esqueda / SAE Institute México / Ciudad de México

En una ciudad destruida por causas misteriosas, un robot solitario vaga por
el desierto en busca de amor. De repente encuentra a una bella dama, atractiva como
una bomba atómica que hará que su oxidado corazón cobre vida.

- Aún no es tarde

Ficción / Digital / 9 min. / México / Color / 2019

Dir. Itzel Baltazar / Universidad Autónoma del Estado de Puebla / Puebla

Cuando un hombre anciano descubre que el amor de su vida quedó viuda


decide conquistarla.

- Compasión

Ficción / Digital / 20 min. / México / Color / 2019

Dir. Alexandra Chávez / Tecnológico de Monterrey / Nuevo León

Para Gilberto, el control de la vida de su hijo es más importante que el futuro.


Pablo intenta vivir su vida bajo la constante vigilia de su padre, mientras este se
inventa escenarios en su cabeza que terminan con la ordinaria rutina familiar.

- Dentro

716
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

Documental / HD / 7 min. / México / Color / 2020

Dir. Roberto Pastrana / Tecnológico de Monterrey / Estado de México

Nuestra mente puede jugarnos en contra cuando quiera y más en situaciones


detonantes como el distanciamiento social debido a una pandemia mundial.
“Dentro” documenta la convivencia de dos jóvenes mujeres con depresión y
ansiedad en tiempos de encierro.

- Deseo

Ficción / Digital / 17 min. / México / Color / 2020

Dir. Axel Barranco / SAE Institute México / Ciudad de México

Alejandro es un adolescente inseguro que está enamorado de Javier, pero


este no le corresponde. Un día en el museo, Alejandro le pide a una roca maya tener
una relación con Javier. Su deseo se cumple, pero no de la forma que esperaba.

- En La Nada

Ficción / Digital / 8 min. / México / Color / 2019

Dir. Luis Paulo de la Fuente / Universidad Autónoma de Aguascalientes /


Aguascalientes

Al ser mordido por una serpiente, "El Hombre" busca ayuda en un lugar
donde nadie puede ayudarle.

- Identificación Perdida

Documental / Digital / 12 min. / México / Color / 2020

Dir. Axel González / Cinema Universidad / Puebla

Castiel, un hombre transgénero de 25 años, reflexiona acerca de su identidad


a través del género, las formas en las que transgrede este concepto y cómo influye
en la percepción que tiene de él mismo y del mundo que lo rodea.

717
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

- Las Flores Que No Puedo Ver

Ficción / Digital / 10 min. / México / Color / 2019

Dir. Valeria Mier Márquez / Universidad de las Américas Puebla / Puebla

Las flores de la nostalgia son la historia de Dalia, la más joven de una familia
que experimenta el amor de una manera diferente: representada por la naturaleza,
las raíces crecen por dentro, lanzando pétalos hasta la enfermedad y la posible
muerte.

- Leitmotiv

Ficción / Digital / 2 min. / México / Color / 2019

Dir. Miguel Ángel Ocaña Contreras / AMCI / Ciudad de México

Una mirada al interior de la mujer que anhela ser una mejor versión de sí
misma.

- Leonora No Quiere Ver

Ficción / Digital Red Scarlet-W / 13 min. / México / Color / 2019

Dir. Manu Hernández / Universidad de Monterrey / Nuevo León

En un mundo donde todos nacen invidentes y pueden ver por primera vez a
los 15 años, Leonora trata de encontrarse a sí misma mientras se adapta a un nuevo
mundo.

- Los Niños Perdidos

Ficción / Digital / 12 min. / México / Color / 2020

Dir. Emanuel Sena Galeana / Universidad Autónoma de Nuevo León / Nuevo


León

En una casa donde abunda la imaginación y viejos maniquíes, David espera


cada día la llegada de su hermano Pedro, que trae consigo un toque de realidad.

718
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

- Oficio

Documental / Digital / 12 min. / México / Color / 2019

Dir. Arath M. Gama / Centro de Estudios Cinematográficos / Jalisco

Don Gustavo es un agricultor de Jalisco. Cuando era niño descubrió que se le


facilitaba ayudar a la gente con sus problemas personales y físicos. Junto con su
madre acudió a la iglesia, donde un sacerdote le recomendó dedicar su vida a la
curandería.

- Peña de Lobos

Ficción / Digital / 8 min. / México / Color / 2020

Dir. Mauricio Rojo / Facultad de Cine / Ciudad de México

Giselle y Emilio, una joven pareja de fotógrafos, viajan a Peña de Lobos para
llevar a cabo un plan que tenían desde hace tiempo. Después de no cumplirlo, Giselle
regresa para encontrar la manera de hacer el plan y dejar su pasado atrás.

- Qualia

Ficción / Digital / 9 min. / México / Color / 2019

Dir. Valeria Díaz / ENAC, UNAM / Ciudad de México

Zaida es un androide creado por Said, un hombre solitario que la diseña como
a una mujer real para convertirla en su pareja. Después de perfeccionar sus
habilidades físicas, su creador tratará de seducirla por primera vez, despertando así
su conciencia.

- Vera

Ficción / Digital / 18 min. / México / Color / 2019

Dir. Juan Ordorica Fernández / ENAC, UNAM / Ciudad de México

719
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Vera y David se besan y se desnudan de manera torpe y apasionada para “ver


una película”. Una vez que termina la “película”, David la interrumpe con una imagen
aterradora que amenaza su futuro. ¿Mal látex o error humano?

- Vuelve

Ficción / Digital / 5 min. / México / Color / 2019

Dir. Ana Laura Navarro Herrera / Centro de Cinematografía y Actuación


Dolores del Río / Durango

Daniela es una adolescente de 15 años que se la pasa metida en su mundo


digital, enajenándola de su entorno familiar. Su tranquilidad se verá interrumpida al
recibir un mensaje que la hará salir del aislamiento y cambiará su vida para
siempre.

A partir del visionado y análisis de los cortometrajes, se procedió a hacer las


siguientes tablas para vacías la información vista en los cortometrajes:

Tabla 1. Representación femenina en los cortometrajes


Las flores que no
Aún no es tarde
Amor atómico

Peña de lobos
Leonora no
Compasión

ID Perdida
En la nada

quiere ver
puedo ver
LeitMotiv

Los niños
perdidos
Dentro

Vuelve
Qualia
Deseo

Oficio

Vera

Dirigido por no sí sí no no no no sí no no no no no sí no sí
mujer
Con una mujer no sí no sí no no no sí sí sí no no sí sí sí sí
protagonista

Fuente: Creación propia.

De los 16 cortometrajes, 6 fueron dirigidos por mujeres y 9 fueron protagonizados


por mujeres.

720
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

Tabla 2. Si aparecen o no las tipologías de micromachismos de Bonino en los


cortometrajes

Las flores que no


Aún no es tarde
Amor atómico

Peña de lobos
Leonora no
Compasión

ID Perdida
En la nada

quiere ver
puedo ver
LeitMotiv

Los niños
perdidos
Dentro

Vuelve
Qualia
Deseo

Oficio

Vera
Micromachismo no no sí no no no no sí sí sí no no no no no no
utilitario
Micromachismo no no no no sí no sí no no no no no no no no no
de crisis
Micromachismo no no sí no sí sí sí sí no no no no sí no no no
encubierto o
indirecto
Micromachismo no no sí no sí no no no no no no no no sí no no
coercitivo o
directo

Fuente: Creación propia.

Los micromachismos encubiertos fueron los más representados en los


cortometrajes con 6 de las 16 historias, seguido por los micromachismos utilitarios
con 4 de los 16, después los micromachismos coercitivos con 3 de los 16 y con
solamente una representación, los micromachismos en crisis.

Tabla 3. Test de Bechdel aplicado a los cortometrajes.


Las flores que no
Aún no es tarde
Amor atómico

Peña de lobos
Leonora no
Compasión

ID Perdida
En la nada

quiere ver
puedo ver
LeitMotiv

Los niños
perdidos
Dentro

Vuelve
Qualia
Deseo

Oficio

Vera

¿Aparecen al no no no no sí no no sí no sí no no no no sí sí
menos 2
personajes
femeninos?
¡Estos no no no no sí no no sí no sí no no no no sí sí
personajes
hablan una a la
otra en algún
momento?
¿Esta no no no no no no no sí no sí no no no no sí no
conversación
trata de algo

721
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

distinto a un
hombre?

Fuente: Creación propia.

Solamente 3 de las 16 historias pasan el test de Bechdel, 2 cortometrajes


respondieron sí a 2 de las 3 preguntas. Los otros 11 cortometrajes resultaron que
no pasan el test de la representación femenina en las historias, a pesar de ser
dirigidos por mujeres o de tener una mujer como protagonista.

5. Conclusiones

La intención del presente estudio es comprobar que los cortometrajes hechos


por estudiantes de licenciaturas relacionadas al audiovisual son más propositivos
en su inclusión de mujeres como protagonistas, que sus historias cuentan con una
visión más femenina y que cada vez hay más historias inclusivas de minorías como
la LGBTI, comunidades indígenas, comunidades afrodescendientes, entre otras. Si
bien efectivamente son propositivos, y no perpetúan las narrativas de
micromachismos y si lo hacen en algunas ocasiones es a manera de denuncia, como
el cortometraje Qualia; al final del análisis, no es del todo cierto que efectivamente
entre más mujeres protagonistas y cada vez más mujeres como directoras, existirá
menor brecha de género y pasarán con un notable el test de Bechdel. Como se
aprecia en la tabla 3, solo tres cortometrajes pasaron el test.

Si bien es cierto que una historia como LeitMotiv que es de empoderamiento


femenino, al ser una historia casi autorreflexiva de la mujer protagonista, y sea una
historia de un solo personaje, no cuenta con más mujeres para interactuar. Aún y
cuando habla del empoderamiento femenino sigue sin pasar el test. O Compasión,
que es un corto realizado por una mujer y en cuya historia hace recuento no del
micromachismo, sino del machismo como tal que ejerce un padre, que no quiere que
su hijo salga de su casa, al grado casi de matarlo, pues también en su denuncia,
quiere visibilizar estas prácticas indeseables que a todas luces hay que terminar con
ellas. Pero de nueva cuenta, usa las tipologías de Bonino como denuncia y sigue sin
pasar el Test de Bechdel.

722
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

Hace falta como academia unirnos para buscar nuevos sistemas para analizar
estas historias, haciendo cruces de brecha de género, inclusión de otras minorías y
el no perpetuar historias que promuevan los micromachismos. Cortometrajes como
Vera donde una joven es dueña de su vida y la del hijo que lleva en su vientre, son
justo el tipo de historias que impulsaron este estudio, una visión actual y sin
injerencia machista, que muestra como son las madres las que muchas veces tienen
ideas un tarto arcaicas y que perpetúan las prácticas micromachistas.

Finalmente, temas como la decisión de la mujer al aborto, la entrada a una


madurez no deseada, el abuso masculino, el empoderamiento femenino, identidad
de género y la figura paternal, son algunos de los temas abordados por los 16
cortometrajes. Hace falta una muestra más amplia de cortometrajes y otros
instrumentos de medición, para arrojar luz sobre si ciertamente los estudiantes del
audiovisual en México ofrecen una visión más femenina en el tratamiento de las
historias.

Referencias

Freitas, Rosenzvit & Mueller (2016). Automatización del Test de Bechdel-Wallace.


Buenos Aires. Journal Ética y Cine. 6, 3.

Festival Internacional de Cine de Monterrey (2020). Catálogo oficial. Recuperado de:


http://monterreyfilmfestival.com/wp-content/uploads/2020/08/catalogo-
ficmonterrey-2020.pdf

Oroza, C. (1999). ¿La narrativa audiovisual es andrógina? La Paz. Revista Ciencia y


Cultura, 5. http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2077-
33231999000100011

Pérez, P. (2018). Un estudio sobre el machismo invisible. Universidad del País Vasco.

Requena, A. (2018). Cómo identificar los Micromachismos. Editorial Continta me


tienes. Recuperado de:
http://laaventuradeaprender.intef.es/documents/10184/70265/Guia-
LADA_Como-identificar-los-micromachismos.pdf

723
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Torralbo, A., Brando-Garrido, C., Montes, F. J., Tomás-Sábado, J. (2018). Diseño y


validación de un instrumento para medir actitudes machistas, violencia y
estereotipos en adolescentes. Metas de Enfermería, 21. Recuperado de:
https://www.enfermeria21.com/revistas/metas/articulo/81206/diseno-y-
validacion-de-un-instrumento-para-medir-actitudes-machistas-violencia-y-
estereotipos-en-adolescentes/

724
Cine para una genealogía de las mujeres. Rasgos ensayísticos en las
películas de Virginia G. del Pino, Tatiana Huezo y Carolina Astudillo

Esther Pérez Nieto


Universidad Complutense de Madrid
esthep02@ucm.es

Resumen

Centraremos nuestro análisis en los trabajos audiovisuales de tres mujeres cineastas que
nacieron entre las décadas de 1960 y 1970 y cuyas películas comparten el castellano como
lengua vehicular: Virginia García del Pino, directora catalana que inició su carrera
realizando dos filmes en México, Tatiana Huezo, nacida en El Salvador y nacionalizada
mexicana, y Carolina Astudillo, originaria de Chile, que se trasladó a Barcelona para
continuar sus estudios, donde ha desarrollado la mayoría de sus proyectos. Las tres
comparten experiencias artísticas lejos de sus territorios de origen, propiciando así un
trasvase de historias entre México, España, El Salvador y Chile. Nos proponemos
identificar en una película de cada directora los rasgos que Josep Maria Català atribuye al
cine-ensayo (2014), ya que aunque estas han sido generalmente identificadas como
documentales, consideramos que hacen uso de formas poéticas e intimistas de expresión
y su intención va más allá de la exploración de un aspecto de la realidad. Ponemos especial
atención en el estudio de la voz como herramienta comunicativa fundamental en el cine
de no ficción y particularmente en el ensayo audiovisual. Un rasgo destacable en los
trabajos de las tres cineastas es su intento por dar voz a las mujeres para que cuenten su
propia historia, la pequeña, la de la cotidianidad. Estas voces funcionarán a menudo como
espejo de las inquietudes y reflexiones de las propias cineastas.

Palabras clave

Ensayo audiovisual, no ficción, Virginia G. del Pino, Tatiana Huezo, Carolina Astudillo.

725
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

1. Introducción

Los trabajos audiovisuales de las directoras en las que centraremos nuestro


análisis son de difícil clasificación; de forma genérica los medios de comunicación se
refieren a ellas como documentalistas, en alguna ocasión como ensayistas. La presencia
de los intersticios late en sus películas como reflejo de su testimonio vivencial en otros
países, su experiencia como extranjeras o la de su familia. Numerosas mujeres han escrito
sobre este fenómeno de la mestiza, la mujer que busca su lugar en otro territorio, la artista
que se abre camino en un contexto adverso, las historias fronterizas y la reivindicación de
una memoria colectiva de las mujeres. Gloria Anzaldúa escribe al inicio de Borderlands/La
Frontera. The New Mestiza (Borderlands/La Frontera. La nueva mestiza)1 : “In the fields, la
migra. My aunt saying, ‘No corran, don’t run. They’ll think you’re del otro lao’” (1987, p.
4). En esta misma década, podemos citar obras escritas en primera persona como The
House on Mango Street (1984) (La casa en Mango Street), de la escritora chicana Sandra
Cisneros o Woman, Native, Other. Writing Postcoloniality and Feminism (1989) de la
cineasta vietnamita Trinh T. Minh-ha. Gloria Anzaldúa también coeditó junto a Cherríe
Moraga el volumen This Bridge Called My Back: Writings By Radical Women of Color (1981)
(Esta puente, mi espalda. Voces de mujeres tercermundistas en los Estados Unidos), en
defensa de un feminismo interseccional. La antología contiene textos que reflejan una
forma particular de entender los motivos de opresión. Si bien la frase atribuida a Carol
Hanish “Lo personal es político” se convirtió rápidamente en el lema del Women’s
Liberation Movement en Estados Unidos y de ahí se extendió a muchos otros lugares, no
todas las mujeres se sintieron identificadas con lo que consideraron un feminismo blanco.
En el contexto del estallido de la Segunda Ola del feminismo al final de los años sesenta,
uno de los textos más leídos había sido The Feminine Mystique (1963) (La mística de la
feminidad), escrito por Betty Friedan. A este se sumó en 1970 la publicación de dos libros
fundamentales para la teoría feminista: Sexual Politics (Política Sexual) de Kate Millet y

1Hacemos referencia a los títulos de las obras en el idioma original su la primera publicación.
Traducimos todos aquellos títulos que cuentan con una edición en castellano.

726
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

The Dialectic of Sex (La dialéctica del sexo) de Sulamith Firestone. Todas ellas habían sido
influenciadas por las investigaciones de Simone De Beauvoir en los años cuarenta,
recogidas en Le Deuxième Sexe (1949) (El segundo sexo). Estas escritoras apenas hacían
referencia a fenómenos de opresión donde el sexo se entrelazaba con la raza, la clase
social, la situación migratoria, los derechos como ciudadana, el desarraigo o la lengua
materna. Así surgió el feminismo negro (black feminism), que sin duda impulsó muchos
de los debates de lo que sería posteriormente la Tercera Ola del feminismo. En
Latinoamérica, se consolidó una generación de mujeres cineastas que comenzaron a
dirigir películas para denunciar situaciones de injusticia en primera persona. Destacamos
a María del Carmen de Lara con No les pedimos un viaje a la luna (1985), a la
documentalista chicana Lourdes Portillo junto con la argentina Susana Blaustein en The
Mothers of the Plaza de Mayo (1985) o, más adelante, a Portillo en solitario en Señorita
extraviada (2001). Estas historias se inscriben en contextos de violencia que van más allá
de la relación hombre-mujer y que evidencian regímenes políticos corruptos, una
impunidad normalizada y ante todo, el mantenimiento de una sociedad dividida en clases
sociales.

La década de los años noventa en España fue testigo de una eclosión artística en el
terreno del documental y el videoarte gracias a la confluencia de factores que dieron como
resultado un arte-acción con un fuerte posicionamiento ideológico. Las nuevas
videocámaras, más pequeñas, baratas y transportables habían sido compañeras
inseparables del registro popular de imágenes en movimientos sociales de vital referencia
como los colectivos de vídeo feminista franceses del MLF (Mouvement de Libération des
Femmes) en los años setenta y ochenta. Figuras como Carole Roussopoulos, Ioana Wieder
o Nadja Ringart, del grupo Les Insoumuses, transmitirán su compromiso político-estético
a través de películas documentales y piezas experimentales con un alto contenido
performativo y de exposición del propio cuerpo (Petrešin-Bachelez y Zapperi, 2019, p.
16). Junto a ellas, Chantal Akerman, Marguerite Duras, Agnès Varda o Ulrike Ottinger
llevarán a cabo muchos proyectos en colaboración con grupos organizados de mujeres. Si
bien en los países del norte global el uso artístico del vídeo se había generalizado junto
con el arte conceptual de los años sesenta, el feminismo de la segunda ola, así como la
influencia de la danza y las artes escénicas en todo el arte plástico y en el audiovisual, a
España llegó casi dos décadas después. Por otro lado, en los años ochenta, la llamada

727
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

década del vídeo, la teoría queer inundó rápidamente todos los aspectos sociales y
artísticos de vanguardia. Con los trabajos de Teresa de Lauretis, nacidos en el seno de la
universidad, Judith Butler, Eve K. Sedgwick o Donna Haraway se comenzó a cuestionar la
identidad y los sujetos políticos hombre-mujer que hasta entonces habían encabezado las
luchas sociales. En este contexto, una generación más despierta y combativa de jóvenes
estudiantes españolas de bellas artes, historia, filosofía, añadían a los referentes de
cineastas francesas otros decoloniales como la ya citada Trinh T. Minh-ha, Sarah Maldoror
y Naomi Kawase, o de deconstrucción de la heteronormatividad como Barbara Hammer e
Ivonne Rainer.

2. Marco teórico

La línea que separa la ficción de la no ficción siempre ha sido difícil de trazar, a


menudo se ha hecho con motivos de captación de público y está en constante redefinición.
En su texto seminal publicado en 1991 Representing Reality: Issues and Concepts in
Documentary (La representación de la realidad: cuestiones y conceptos sobre el
documental), y más tarde, en Introduction to Documentary (2001) (Introducción al
documental), Bill Nichols propuso una clasificación para los diferentes tipos de películas
documentales que se sigue estudiando hoy en día. Generalmente cuando nos referimos a
no ficción hablamos, a grandes rasgos, de un documental o de una pieza experimental.
Norberto Mínguez apunta tres motivos por los que el uso de los macrogéneros ficción y
no ficción puede resultar problemático: en primer lugar, por ser conceptos trasladados
desde el ámbito literario, “en el espacio de la representación verbal, lo cual supone partir
de una concepción referencial muy particular, logocéntrica podríamos decir, que genera
algunas categorías no directamente transferibles al ámbito audiovisual” (2014, p. 127);
en segundo lugar, por utilizarse de un modo un tanto genérico a obras de naturaleza muy
diversa, lo que no resulta adecuado en un ámbito científico donde se requiera una mayor
precisión y, por último, porque las categorías tradicionales de clasificación ya no son
aplicables en el contexto actual de las nuevas tecnologías, de lo que concluye que su uso
debería ser reformulado. En el centro de estos dilemas clasificatorios podríamos situar al
ensayo audiovisual, ya que presenta características del cine documental y del
experimental, resultando muy difícil llegar a una definición cerrada de lo que

728
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

consideramos una forma de hacer cine, no un género. El proceso de creación del ensayo
fílmico nace desde el cuestionamiento de toda estructura formal y narrativa, con un fuerte
componente de exploración en primera persona, que en ocasiones puede incluso
presentar matices de autoficción, y a menudo hace uso de materiales y técnicas diversas.
Nora Alter defiende que el rasgo básico del ensayo es su lucha por librarse de toda
restricción formal, conceptual y social (1996, p. 171).

Según Josep Maria Català: “El film-ensayo es un cine de pensamiento, es decir, no


sólo un cine que piensa, sino un cine a través del que se piensa” (2019, p. 17). También
Laura Rascaroli reflexiona sobre esta forma de hacer cine en How The Essay Film Thinks
(2017), donde se remonta a 1940, año en el que Hans Richter ya desarrolló algunos de los
rasgos que atribuimos al ensayo hoy en día en su artículo Der Filmessay, eine neue form
des Dokumentarfilm, como son las transgresiones y cruce de fronteras, huida de las
convenciones, libertad inventiva y de expresión, complejidad y reflexividad (2017, p. 2-
3). A su vez, Rascaroli desarrolla lo que ella llama “the method of between”, término
inspirado por los estudios de Gilles Deleuze sobre el poder significante de la
intersticialidad para generar un nuevo pensamiento fílmico (Deleuze, 1986). Deleuze
coloca el intersticio en este lugar de incomodidad desde el que provocar un pensamiento
verdaderamente nuevo (“Cinema as image of thought”. Rascaroli, 2017, p. 9). Con
anterioridad a la publicación de How The Essay Film Thinks, Raymond Bellour (2012)
utiliza un concepto muy similar al de Laura Rascaroli: in-between, para referirse a la idea
de un artista que se sitúa entre el arte visual y la escritura como portador de la memoria
cultural.

3. Objeto de estudio y metodología

Centraremos nuestro análisis en los trabajos audiovisuales de tres mujeres


cineastas que han desarrollado su obra a partir del año 2000 y que nacieron entre las
décadas de 1960 y 1970. En primer lugar, Virginia García del Pino, cineasta catalana que
realizó dos filmes en México: Pare de sufrir (2002) y Hágase tu voluntad (2004), de la que
se volvió a montar una versión extendida en 2012, Sí, señora, gracias a la productora Cine
de Garaje. Compagina su carrera como guionista, montadora y directora, con premios
recientes como la Biznaga de plata al mejor cortometraje documental en el festival de

729
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Málaga por Improvisaciones de una ardilla (2017). A su vez, es docente en el Máster en


Teoría y Práctica del Documental Creativo de la Universitat Autónoma de Barcelona. En
segundo lugar, la directora Tatiana Huezo, nacida en El Salvador y nacionalizada
mexicana, cuyo primer largometraje, El lugar más pequeño (2011) fue rodado en El
Salvador, para después trasladar a México sus próximas películas: Ausencias (2015) y
Tempestad (2016), así como el cortometraje Ver, oír y callar (2015) dentro del proyecto
colectivo de apoyo a la escolarización El aula vacía, dirigido por Gael García Bernal. Y por
último, Carolina Astudillo, que nació en Chile y se trasladó a Barcelona para finalizar sus
estudios. Sus películas se han centrado en el rescate de la memoria histórica de las
mujeres en la guerra civil española y en el llamado periodo de la transición. Por su primer
largometraje, El gran vuelo, (2014) fue elegida Mejor Realizadora por la Asociación de
Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) y su película Ainhoa, yo no soy
esa (2018), obtuvo la Biznaga de Plata al Mejor Documental en el Festival de Málaga.

La evidente mejora de las comunicaciones entre países y el apoyo de instituciones


de enseñanza, residencias artísticas y becas gubernamentales han impulsado que las
cineastas contemporáneas a las que nos referiremos hayan podido llevar a cabo o se
encuentren filmando sus películas lejos de sus territorios de origen, propiciando así un
trasvase de historias entre México, España, El Salvador y Chile. Con esto, se establece un
diálogo entre el norte y el sur global, entendiendo el norte no como un escenario fijo, pues
dentro de los nortes también existen los sures. Todos estos países comparten una lengua
común aunque realidades diferentes respecto a la historia de las mujeres. Sin embargo,
como afirma la propia Ma del Carmen de Lara en su artículo “El cine documental hecho
por mujeres”: “Desgraciadamente en su mayoría una misma búsqueda está presente a lo
largo de más de cien años de historia: la lucha de las mujeres por tener una vida libre de
violencia, acoso, machismo, desigualdad. Una búsqueda permanente que promueve la
reflexión desde subjetividades individuales pera así modificar las colectivas” (Fonseca,
2019, p. 22).

Somos conscientes de que los trabajos de estas mujeres cineastas, si bien


comparten rasgos comunes y se mueven en el terreno de la no ficción, aunque ya hemos
apuntado las dificultades para acotar este campo, son diferentes entre sí a un nivel formal.
Queremos poner en comparación sus películas de acuerdo a una serie de rasgos que Josep
Mara Català atribuye el ensayo-audiovisual, porque consideramos que hacen uso de

730
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

formas poéticas e intimistas de expresión y su intención comunicativa va más allá de la


exploración de un aspecto de la realidad. Sin embargo, las películas seleccionadas
obedecen a líneas estilísticas que en ocasiones las sitúan más cerca del documental, por
lo que tampoco resulta fácil identificarlas como ensayos audiovisuales canónicos.
Recogemos aquí diez características desarrolladas en Estética del ensayo. La forma ensayo,
de Montaigne a Godard (2014, pp. 277-292):

1. El cine-ensayo no es un género.
2. Presenta una fuerte autorreflexividad.
3. Es una síntesis entre identificación y distanciamiento.
4. Problematiza la fragmentación prototípica entre realidad y ficción.
5. No obedece a la culminación de ninguna línea de progreso estilístico.
6. No es exclusivamente una película de montaje.
7. Tiene una vocación didáctica/epistemológica.
8. Presenta ambigüedad e indeterminación, «invirtiendo claramente así el
procedimiento de la dialéctica clásica que prefiere la clausura de la síntesis al
espacio perplejo que se despliega entre la tesis y su antítesis» (p. 288).
9. Evidencia un nuevo punto de vista: mirada-metáfora, mirada-pensamiento.
10. Es el territorio-resistencia de la intimidad. Aborda el concepto de sujeto en las
culturas.

4. Análisis

4.1. Virginia García del Pino. Sí, señora (2012)

La voz como testimonio es una herramienta comunicativa fundamental en el cine


de no ficción y especialmente en el ensayo audiovisual. A menudo esta voz pertenece, de
forma directa o a modo de espejo, al propio autor o autora que expresa sus inquietudes.
Un rasgo destacable en los trabajos de las tres cineastas estudiadas es su intento por dar
voz a las mujeres para que cuenten su propia historia, la pequeña, la de la cotidianidad.
Virginia García del Pino puso ante la cámara a trabajadoras domésticas de Ciudad de
México, Guadalajara y Puerto Vallarta en su película Sí, señora (2012). La cineasta
consiguió evidenciar la relación entre señora y sirvienta solamente confrontando sus

731
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

testimonios, sus conversaciones más espontáneas, sin necesidad de que la autora hablase.
Aquí identificamos las características arriba enumeradas: síntesis entre identificación y
distanciamiento (3), vocación didáctica/epistemológica (7) y la película como territorio
de resistencia de la intimidad, porque aborda la concepción de sujeto en las culturas (10).

La existencia del servicio doméstico -particularmente, el interno- entre las familias


blancas de clase alta latinoamericanas de alguna manera perpetúa una relación de
explotación que hunde sus raíces en el sistema de castas del colonialismo. Esta temática
del empleo doméstico ha sido cada vez más recurrente en producciones latinoamericanas
recientes -particularmente en aquellas dirigidas por mujeres, como La ciénaga (Lucrecia
Martel, 2001) o El niño pez (Lucía Puenzo, 2009), incluso en películas europeas como
Overseas (2019), de producción belga y dirigida por la cineasta coreana Sung-A Yoon, así
como también en el ámbito de las grandes producciones tenemos a Roma (2018), de
Alfonso Cuarón. Lo que marca la diferencia en la reciente representación de estos
personajes subalternos es que no son meros receptores del deseo —the male’s gaze que
definió Laura Mulvey en Visual Pleasure and Narrative Cinema ([1975] 1999, p. 837)
(Placer visual y cine narrativo)—, sino sujetos con deseo propio.

Virginia opta por la misma frontalidad para las entrevistas a las trabajadoras
domésticas que para las de sus empleadoras. El abismo entre las dos clases sociales queda
evidenciado, nos permitimos decir que de manera desgarradora, por su gestualidad y uso
del lenguaje sin tapujos, sin eufemismos. Por un lado, las “señoras” se refieren a sus
empleadas directamente como servidumbre, cuyo trabajo es imprescindible para que
ellas puedan desarrollar su vida familiar y profesional: “Es que antes era muy fácil
conseguir, y gente buena, no estaban maleadas, gente que venía de los pueblos” (min.
06:15) / “Te puedo decir que al menos aquí, en la vida de Guadalajara, la gente de servicio
es indispensable [...] Aquí las quieres, las chiqueas, las cuidas, tratas de que estén a gusto
y de conservarlas lo más que puedes, ¿no?” (min. 09:40). Si bien en esta frase parece que
las intenciones de la empleadora son buenas, ella explicará que su actitud obedece a la
escasez cada vez mayor de mujeres que quieran realizar ese trabajo, por lo que no puede

732
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

permitirse que se vayan de su casa por ser tratadas de forma irrespetuosa. Por lo tanto,
su actitud no obedece a lo que considera correcto, sino a un imperativo ético teleológico.

Imágenes 1 y 2. Señora vs. criada. Fuente: Sí, señora (2012). Virginia García del Pino.

Por otro lado, las trabajadoras cuentan a la directora algunos episodios donde no
fueron bien tratadas, pero se esfuerzan por dejar claro que en el trabajo actual se
encuentran muy a gusto, quizá por miedo a contrariar a sus empleadoras: “Cuando yo me
salgo es que ya empiezan a tratar mal a la gente porque hay lugares también que te sacan
el plato aparte, no te dejan nada de comer” (min. 10:45). De forma paradójica, amas y
criadas parecen atrapadas en esta relación de confianza contractual y en la reproducción
de unos roles sociales. La propia Virginia explica que en el proceso de grabación de la
película, descubrió que algunas de las trabajadoras domésticas tenían en su casa a otra
mujer que hacía las labores que ellas llevaban a cabo en casa de su señora (2013, p. 6).

Hay varios temas en los que las empleadas domésticas coinciden con sus
testimonios, y que retratan muy sutilmente algunos de los principales motivos de
desigualdad en la sociedad mexicana. Uno de ellos es el acceso a la educación y el
abandono escolar: “¿Cómo voy a estudiar? ¿Quién me va a mantener a mí y a mi hija?”
(min. 02:40) / “Y ya saliendo de primero y segundo me acuerdo que fue una señora a por
mi mamá porque me tenía que ir a trabajar con ella a cuidar de sus niños. O sea, que
tendría yo unos siete años” (min. 02:08); y otro el machismo estructural: “Hay mucho
hombre muy machito, que no quieren que sus mujeres anden trabajando, quieren que
mejor se queden en su casa, o sea, que se prevengan a lo que ellos les dan. Y hay muchas
mujeres que, pues no, queremos salir de esa etapa” (min. 19:50). Entendemos la palabra

733
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

en una relación anafórica con la realidad, que como explicó Julia Kristeva en su Semiótica
([1969]1981): “no toman su significación más que como enchufes con ese texto-fuera-del-
texto-presente [...] A través de la anáfora, la variable hace surgir, en el texto escrito, los
textos ausentes (la política, la economía, los mitos)” (p. 106).

4.2. Tatiana Huezo. Tempestad (2016)

Tatiana Huezo se convirtió en la primera mujer en recibir el premio Ariel a mejor


dirección en la historia del cine mexicano por su segundo largometraje, Tempestad
(2016). La película nos relata el encarcelamiento injusto de Miriam, una empleada del
aeropuerto de Cancún. Se trata de una persona cercana a la directora que no veremos en
pantalla, pero cuya voz en off hará de hilo conductor. Además, esta historia se entrelaza
con la de Adela, una elegante payaso de un circo ambulante, madre de una joven
desaparecida que tras diez años, no se cansa de buscarla. En Tempestad se evidencia cómo
el tráfico de personas en México afecta especialmente a las mujeres de origen mestizo y
que viven en entornos humildes. Quizá esta es la película de las tres analizadas más
cercana al documental, así es referida por los medios de comunicación y clasificada en
festivales, sin embargo, consideramos que tiene un marcado componente poético y que
presenta algunos rasgos atribuidos al ensayo audiovisual, como son: un nuevo punto de
vista, es decir, una mirada-metáfora o mirada-pensamiento (9), la presencia de
ambigüedad e indeterminación, ya que invierte el procedimiento de la dialéctica clásica
de clausura (8), pues no pretende llegar a una conclusión, sino que nos muestra las
consecuencias de la impunidad y la corrupción como situaciones dramáticas con las que
conviven estas mujeres y contra las que luchan, sin poder ellas solas acabar con la raíz del
problema. Esta película nos sirve de ejemplo para afirmar que el ensayo audiovisual no es
un género (1) sino una forma de hacer cine, con la que acercarse a una serie de realidades
que preocupan a la autora.

Otra directora mexicana que ha explorado injusticias sufridas por mujeres es Lucía
Gajá. En Mi vida dentro (2007) documentó el proceso judicial de Rosa Olvera, joven de
diecisiete años que emigró ilegalmente a Estados Unidos, donde debido al accidente
mortal de un niño al que cuidaba, fue sentenciada a noventa y nueve años de cárcel. Al
final del filme, la lectura de las escalofriantes cifras de mujeres mexicanas encarceladas
en Estados Unidos recientemente convierte la historia de Rosa en un drama universal.

734
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

Como apuntó Annemarie Meier en el Encuentro de Cineastas y videastas mexicanas y


chicanas celebrado en la ciudad de Tijuana a finales de 1990: “Aquí se encuentra un
reclamo frecuente de personajes femeninos en películas de mujeres: el de ver
estrechamente unido lo personal, lo subjetivo, con lo social, lo colectivo. El de no aguantar
la separación entre lo privado y lo político” (p. 74). Bill Nichols aplica el siguiente triángulo
de comunicación al documental: «For every documentary there are at least three stories
that intertwine: the filmmaker’s, the film’s, and the audience’s» (2001, p. 61). Si bien este
triángulo se encuentra, en mayor o menor medida, en cualquier proceso de exhibición
artística, cobra especial importancia al referirnos a documentales con una fuerte carga
autobiográfica, donde la autora canaliza su voz a través de la de sus personajes. Es el caso
del primer largometraje de Tatiana Huezo, El lugar más pequeño (2011), un proyecto que
surge a partir de un viaje al poblado de Quintena, en El Salvador, de donde su abuela es
originaria. Allí dará voz a quienes tuvieron que reconstruir el lugar, devastado tras la
Guerra Civil.

Imagen 3. Adela y sus comadres, círculo de mujeres de circo.


Fuente: Tempestad (2016). Tatiana Huezo.

De la misma forma, en Tempestad se privilegia la voz como testimonio de verdad,


sirviendo de nexo con las historias de tantas otras mujeres, en un ejercicio de
identificación por medio de los rasgos de una cultura oral común: “Mi hija tenía 20 años
cuando se la llevaron. Era un martes. Ese día yo salí temprano de la casa, ella quedó
acostada. Mi esposo dice que ella salió aproximadamente a las 10 de la mañana, se había
ido a la universidad” (01:13:38). Al escuchar la voz de Adela, nos hacemos conscientes de
que ya hemos oído algo similar, no es la primera vez, ahora es ella pero su hija podría ser

735
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

cualquiera de las millones de jóvenes desaparecidas de la misma forma. Tatiana Huezo


conecta las voces de Miriam y Adela con imágenes de un paisaje tormentoso, de campos y
carreteras y mujeres en autobuses, muchas caras anónimas y tras ellas, controles
policiales y puestos fronterizos.

Imagen 4. Mujeres anónimas en tránsito. Fuente: Tempestad (2016). Tatiana Huezo.

4.3. Carolina Astudillo. Ainhoa, yo no soy esa (2018)

Como ya hemos señalado más arriba, Carolina nació en la década de los años 70,
dos años después del estallido de la dictadura militar de Augusto Pinochet, que se
extendió hasta 1990. Cuando nacía Carolina, en España moría el dictador Francisco
Franco, dando paso a un periodo político sin precedentes que se llamó transición
democrática. En Ainhoa, yo no soy esa (2016), la directora recorre los diarios, dibujos,
objetos personales y recuerdos de Ainhoa Mata Juanicotena, una mujer que vivió su
adolescencia en la década de los locos ochenta en España y sufrió, quizá por su carácter
extremadamente sensible, el desengaño insoportable de alcanzar la vida adulta. Junto con
los diarios de Ainhoa, aparecen en pantalla los de Sylvia Plath, Alejandra Pizarnik, Frida
Kahlo, Anne Sexton y Susan Sontag, relatos de vida en primera persona que siguen
conectando sensaciones y estados de ánimo a pesar de la distancia temporal. Podría
decirse que esta película es una especie de correspondencia entre dos mujeres que nunca
llegaron a conocerse y a la vez es también un diario fílmico de la propia directora. Carolina
recopila una ingente cantidad de fotografías y películas familiares, proporcionadas por
Patxi, el hermano de Ainhoa, y las confronta con los archivos de su propia familia en Chile:

736
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

“Mi madre, el pañuelo de seda cubriéndole el pelo, los párpados celestes, su mano
enseñándome a saludar a cámara. Tu madre, el bikini floreado, el pañuelo que cubre su
largo cabello oscuro, te coge de la mano y te enseña a dar tus primeros pasos” (min.
02:40). Aparentemente el cine doméstico no tiene ningún interés fuera del ámbito de
quienes comparten recuerdos con esas personas, pero la falta de planificación y de
mediación de agentes externos lo dotan de una autenticidad difícil de conseguir en otro
tipo de grabaciones. El cine doméstico conecta con la cotidianidad, con las historias
pequeñas, con los territorios de lo íntimo, al igual que un diario. Encontramos en esta
película un uso sistemático de materiales apropiados, como también ocurre en otros
títulos de la directora, como De monstruos y faldas (2008) o El gran vuelo (2014), sin
embargo, no se trata exclusivamente de una película de montaje (6), puesto que Carolina
incluye sus propias grabaciones en Super 8 y en otros formatos, incluso la veremos en el
espejo y frente a la cámara.

Imagen 5. Tu madre y mi madre.


Fuente: Ainhoa, yo no soy esa (2018). Carolina Astudillo.

Otras características del ensayo según J. M. Català presentes en este filme son: una
fuerte autorreflexividad (2), pues Carolina pone voz a un discurso doblemente dialógico:
con el espectador / consigo misma-sus personajes (sujeto de la enunciación-sujeto del
enunciado). Además, la película se debate entre la identificación y el distanciamiento (3).
El uso de material ajeno, muchas veces perdido y encontrado décadas después, permite a
las creadoras dotarlo de nuevos significados partiendo de un primer alejamiento
consciente. Roland Barthes se refiere a este fenómeno recuperando el término brechtiano

737
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

de distanciamiento con el que podemos por fin tomar consciencia de que “el texto es un
tejido de citas provenientes de los mil focos de la cultura” (1968, p. 3). Carolina utiliza
grabaciones de la voz de Ainhoa que pueden resultar comprometedores, mostrando la
cara menos amable de la protagonista. El tratamiento de estos materiales puede resultar
un tanto frío, como si de una prueba forense se tratase; al igual que las imágenes recogidas
por Patxi de la casa de Ainhoa tras su suicidio. Aquí, la autora de distancia de Ainhoa, la
observa desde lejos, intenta no mostrar su punto de vista.

Imagen 6. Carolina en el espejo con test de embarazo.


Fuente: Ainhoa, yo no soy esa (2018). Carolina Astudillo.

Este distanciamiento choca con otros momentos de profunda empatía en los que
la directora se identifica con Ainhoa, y con ello, invita a todas las mujeres a sentirse
igualmente cercanas. El episodio que mejor refleja este fenómeno de identificación es el
de la revelación de dos abortos voluntarios de Ainhoa, a través de la lectura de sus diarios
y de una carta que escribió al no-nato. De igual forma, Carolina confiesa haber abortado y
vemos en pantalla un test de embarazo positivo, una página del diario de Frida Kahlo, a la
propia directora peinando su cabello y filmándose en el espejo. Su voz en off confiesa:
“Decidí abortar, no fue fácil tomar esa decisión, la carta que escribiste la segunda vez que
abortaste me sirvió muchísimo en ese momento. Por eso quise incluir mi experiencia en
esta película, ya que la lectura de las vivencias de otras mujeres nos puede incitar a tomar
el control de nuestras vidas” (01:04:45).

738
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

5. Conclusiones

“Para el ojo femenino, el espacio obtiene sus dimensiones por las acciones que
realizamos en él: cien veces el mismo camino entre puntos fijos, los mismos gestos, la
lucha con objetos no funcionales, las manos en el agua sucia, los pies cansados por el ir
y venir, cargar botes y canastos. Basura y olores, la estufa prendida, los restos de café en
las tazas. Los espacios se definen por la posición del cuerpo: agacharse, mareo y
equilibrio” (Meier, 1998, p. 74).

Por medio del estudio de la obra de mujeres que están haciendo cine en los últimos
años, encontramos que, especialmente las películas consideradas de no ficción, se han
convertido en una válida herramienta para el conocimiento y reivindicación de la historia
de las mujeres. El ensayo fílmico, como una forma de hacer cine, resulta especialmente
adecuado para un acercamiento desde el arte, por su asistematicidad y su componente
autorreflexivo. A este enfoque podemos sumar los amplios debates sobre si existe
verdaderamente una epistemología feminista, recogidos en textos como Feminism and
Methodology (1987), volumen editado por Sarah Harding y donde participaron
importantes teóricas feministas como Dorothy Smith, Heidi Hartmann y Nancy Hartsock.
Consideramos relevante que las tres directoras estudiadas adoptan un punto de vista
feminista al acercarse a historias de opresión sobre mujeres anónimas, resaltando la
cotidianidad, con lo que consiguen activar mecanismos de identificación entre un público
y las protagonistas. Incluso las propias autoras se identifican con sus personajes
femeninos y comparan sus vivencias. Carolina Astudillo reflexiona ampliamente sobre por
qué Ainhoa encontró el medio de expresión de su angustia vital e identificó los signos de
su depresión a través de la escritura en su diario: «Leo tus diarios y siento que los conozco,
me remiten a los textos de otras mujeres, incluso a los míos, da lo mismo la lejanía
geográfico-temporal, confluyen temas, pensamientos, sensaciones y estados de ánimo»
(min. 07:59). A las imágenes en Súper 8 de sus páginas desperdigadas, se suman las
ediciones de los diarios de Sylvia Plath, Alejandra Pizarnik, Frida Kahlo, Anne Sexton y
Susan Sontag. Carolina añade: “Este corpus testimonial crea nuestra genealogía como
mujeres, esa que a lo largo de los años se ha visto oscurecida y fragmentada” (min. 09:03).
Mientras escuchamos sus palabras en off, vemos las películas caseras de la familia Mata
Juanicotena, a la abuela fregando los platos, a la madre de Ainhoa y a una tía cosiendo,
todas en la cocina. Estas mujeres, Virginia, Carolina, Tatiana, hacen cine desde lo conocido,

739
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

lo cercano. En sus películas rescatan genealogías silenciadas, historias orales y archivos


olvidados. En palabras de Trinh T. Minh-ha: «When history separated itself from story, it
started indulging in accumulation and facts» (1989, p. 119). El suyo es un cine que
reflexiona sobre el ser común de las mujeres, sobre una forma-de-vida —como teorizó G.
Agamben en Homo sacer. Il potere sovrano e la nuda vita (1995) (Homo Sacer. El poder
soberano y la nuda vida)— que sólo puede pensar en comunidad con otros desde una
multiplicidad de puntos de vista. Por eso consideramos que en el panorama del cine de no
ficción contemporáneo es fundamental construir espacios de visibilidad para este cine
hecho por mujeres sobre mujeres. Su enfoque no intrusivo, en el que dan voz a los
testimonios de las protagonistas, no hablan por ellas, constituye un ejercicio poético de
sororidad.

Referencias

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740
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

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Kristeva, J. ([1969] 1981). Semiótica 1. Madrid: Fundamentos.

741
Entre la sobreprotección masculina y la autonomía
femenina: Kate Pearson en This Is Us

Nerea Cuenca Orellana


Universidad Rey Juan Carlos
nerea.cuenca@urjc.es

Natalia Martínez Pérez


Universidad Carlos III de Madrid
nmperez@hum.uc3m.es

Resumen

En las últimas décadas han surgido nuevos personajes femeninos en las


producciones audiovisuales, los cuales, además de tener mayor protagonismo y
agencia, también han incrementado la presencia de las mujeres en los diferentes
géneros narrativos (animación, acción, ciencia-ficción…). Sin embargo, esto todavía
no es suficiente para terminar con cualidades o comportamientos que traen de
vuelta iconos femeninos tradicionales, que, bajo mandatos de género, representan a
las mujeres caracterizadas como sensibles, dulces, maternales, protectoras y
cuidadoras. Esto es, el universo que nos presentan las ficciones audiovisuales
contemporáneas todavía está marcado por esquemas de opresión a las mujeres.
Siguiendo el modelo narrativo conocido como Viaje del héroe, y bajo el horizonte
teórico de los Estudios de Género, en este capítulo se pretende hacer una revisión
del personaje de Kate Pearson en la serie This Is Us (NBC: 2016-), para así analizar
hasta qué punto la ficción televisiva contemporánea articula dinámicas
micromachistas difíciles de detectar.

742
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

Palabras clave

Televisión, Género, Narrativa, Feminismo, Viaje de la heroína.

1. Introducción y objetivos

El aumento del número de personajes femeninos en los productos


audiovisuales, y la imagen de la feminidad que dichos contenidos audiovisuales
producidos en Occidente nos presentan, han sufrido modificaciones en las tres
últimas décadas (Gavilán, Martínez-Navarro, Ayestarán, 2019, p. 368). Contar con
modelos de representación con los que identificarnos es una forma de organizar la
estructura social y mental de los seres humanos y que se utiliza con bebés a través
de los cuentos y narraciones cortas (Morales, R. y et. Al, 2018, p. 59). Esto perdura
en el tiempo a lo largo de nuestra vida a través de las historias escritas adaptadas a
nuestra edad, para posteriormente elegir individualmente qué consumir. Este
trabajo pretende analizar a través del personaje de Kate Pearson, una de las
protagonistas de la serie de televisión This Is Us (NBC: 2016-), cómo la ficción
audiovisual contemporánea aún representa a los personajes femeninos bajo
mandatos de género, roles tradicionales, y dinámicas sexistas como la
sobreprotección masculina.

Para determinar los objetivos de esta investigación, partimos de la


importancia de la alfabetización mediática dada la importancia de los medios de
comunicación como agentes de socialización que ayudan a construir identidades, a
transmitir ideales a través de una ideología, a naturalizar características y
comportamientos definidos en las construcciones sociales, “contribuyendo, de esta
manera, a establecer los sistemas simbó licos a travé s de los discursos y del
imaginario que transmiten” (Belmonte y Guillamón, 2008, p. 116). Por este motivo,
esta investigación busca:

- Definir el icono representativo de la feminidad representado en los


contenidos audiovisuales.

743
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

- Concretar cómo se mueve el personaje analizado a lo largo de la acción:


si sigue todas y cada una de las fases del héroe mitológico tradicional,
cuya estructura narrativa sigue presente (aunque adaptada a los nuevos
tiempos) en los contenidos audiovisuales.

- Descubrir en qué medida las relaciones sociales que mantiene el


personaje durante la acción definen el rol de género que representa y
cómo se estereotipa en los productos audiovisuales.

Para alcanzar estos objetivos, hemos contado con aquellas variables


relacionadas con el denominado “viaje del héroe”, y las fases y
personajes/situaciones que el personaje objeto de estudio encuentra en dicho
camino. Interesa, aquí, qué tipo de relaciones establece con las personas que le
acompañan en el viaje, pero también cómo se comporta la heroína a analizar ante
las barreras o límites que los demás personajes marcan.

Durante siglos, en la literatura se han presentado a personajes femeninos que


vivían un viaje iniciático relacionado con dos elementos: la maternidad y el
desarrollo del inconsciente, y su belleza exterior (Cassasole, 2013, p. 241). Así, por
un lado, el papel de la maternidad en el viaje del héroe mitológico era el de la
creadora absoluta del hé roe. Una figura que estaba vinculada al hé roe, le educaba y
le acompañ aba hasta que el pequeñ o deseaba encontrar su propia identidad, es
decir, a su padre. Era así como comenzaba el viaje del hé roe (Campbell, 2001, p.
168)1. Por su parte, la belleza femenina se ha concebido como una parte esencial en
el ideal de la feminidad de todos los tiempos. Éste ideal ha podido modificarse
pasando de presentarnos a mujeres altas, esbeltas, delgadas, de ojos claros y pelo
largo y suelto, que viste faldas largas marcada –con el objetivo de presentar la

1 Hasta la hora de la partida, la figura maternal se construye como una imagen positiva que
encubre, aconseja o cuida desinteresadamente al hé roe o la heroína. A su vez, la funció n de la madre
es dar afecto, alimentar, escuchar y curar (Savater, 1986, p. 120). Era bastante común establecer
viajes lejos de la madre para que el personaje demostrara que es suficientemente autónomo y estaba
preparado para la edad adulta. Sin embargo, en las últimas décadas comienza a ser común que las
madres participen en la evolución interior y acompañen en ese viaje a los protagonistas.

744
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

delicadeza– a mujeres con una estructura más ancha, pelo recogido y con aspecto
más guiado a representar la fortaleza interior y exterior.

Respecto a los personajes que participan en su viaje, éste es un elemento de


análisis que está íntimamente relacionado con las relaciones que se desarrollan en
las tramas de los personajes que participan en su viaje. Contamos aquí con las
siguientes subtramas de relación: sentimentales, familiares, amistosas y laborales
(Sánchez-Escalonilla, 2001, p. 106). “La vida personal del personaje revela lo que
éste hace para vivir. La vida personal del personaje refleja sus relaciones románticas
y amistosas” (Lauzen, Dozier and Horan, 2008, p. 200). Los vínculos familiares
también son indispensables en la trama principal o en las subtramas del guion y, por
lo tanto, tambié n relevantes en el arco de transformació n de progenitores y
descendientes (Sánchez-Escalonilla, 2001, p. 106).

En los últimos años hemos asistido a un aumento del número de personajes


femeninos en los productos audiovisuales, de forma que las imágenes de la
feminidad se han multiplicado ofreciendo un amplio abanico de personajes
femeninos, que desde luego permiten articular unas imágenes más complejas y
variadas, y proponer relatos con los que las audiencias se sientan más identificadas
o con los que puedan dialogar.

Hemos elegido la serie de televisión This Is Us como objeto de estudio por su


gran éxito entre el público y su reconocimiento por parte de la crítica2. This Is Us
cuenta la vida de la familia Pearson, el matrimonio interpretado por Milo
Ventimiglia y Mandy Moore, que tiene tres hijos: dos mellizos Kevin y Kate y uno
adoptado el mismo día de su nacimiento, Randall. La serie cuenta a través de saltos
en el tiempo, entre el pasado, el presente y el futuro, las aventuras y desventuras
cotidianas de estos tres peculiares mellizos.

Por otro lado, hemos elegido el personaje de Kate Pearson, interpretado por
Chrissy Metz, por ser un personaje complejo a nivel narrativo, y por ser novedoso a

2 Véase «This Is Us : Season 1». Metacritic. CBS Interactive en: https://www.metacritic.com/tv/this-


is-us (Acceso: 27/09/2020).

745
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

nivel físico debido a su sobrepeso, pues este tipo de personajes suelen ser
secundarios. Cabe indicar que la hermana del creador de la serie, Deborah
Fogelman, fue una de las inspiraciones iniciales para la historia de la serie, por su
lucha con el peso, la cual trabaja como asesora de guiones3. De este modo, tomando
como objeto de estudio la serie estadounidense This Is Us, y en concreto a una de las
protagonistas, Kate Pearson, el objetivo de este trabajo es definir las dinámicas
micromachistas que se articulan en los relatos televisivos contemporáneos.

2. El viaje de la heroína: emociones y sentimientos

En los productos audiovisuales, en cuyas narraciones sigue predominando el


uso del esquema narrativo denominado El viaje del héroe donde rescate por parte
del héroe (siempre de género masculino), cuyo viaje trata sobre el propio desarrollo
individual y decide enfrentarse por la princesa u objeto de rescate a cualquier
peligro que surja en el camino (Vogler, 2002, p. 62), lo que Joseph Campbell definió
como separación-iniciación-retorno (2001, p. 35).

Durante siglos, se han contado y escrito leyendas y mitos sobre héroes


(siempre de género masculino) que vivían una aventura. En esta aventura o viaje
iniciático mediante el cual el personaje pasa a la edad adulta sufriendo una evolución
interior o arco de transformación, el protagonista se encuentra con personajes que
le ayudan o ralentizan en su consecución del objetivo narrativo, ya sea salvar a una
princesa desvalida, encontrar un objeto mágico o liberar a todo un pueblo de las
fauces de un monstruo. Luchas, guerras o cualquier tipo de enfrentamiento físico
para acabar con el villano o la bruja de la historia era el reto final antes de regresar
sano y salvo a casa con el objetivo narrativo cumplido y con cambios en su

3 La serie ha destacado su compromiso con la diversidad, de forma que su creador, Dan Fogelman
reclutó intencionadamente a mujeres guionistas y a profesionales de raza negra tanto delante como
detrás de las cámaras. Esta diversidad tenía el objetivo de aportar una mayor autenticidad al diálogo
y a las historias. Fuente: https://www.hollywoodreporter.com/features/set-is-us-tvs-feel-good-
megahit-ups-stakes-season-2-1037891 (Acceso: 28/09/2020).

746
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

personalidad, es decir, tras haber sufrido su evolución interior y haberse


desarrollado racionalmente (Cassasole, 2013, p. 241).

Según Campbell existen doce estadios por los que todo héroe mitológico pasa
(2001, p. 35). Pero esto no se da únicamente en la estructura narrativa tradicional,
Christopher Vogler (2002, p. 34) estableció los mismos estadios como fases por las
que pasa cualquier protagonista de un producto audiovisual: mundo ordinario,
llamada a la aventura, rechazo de la llamada, encuentro con el mentor, cruce del
umbral, pruebas, aliados y enemigos, acercamiento a la cueva interior, prueba
traumática, recompensa camino a casa, resurrección y regreso con el elixir. Es
posible que, en el caso de una serie de televisión, el protagonista no alcance su
objetivo narrativo primordial al final de la primera temporada, aunque sí logrará
otros objetivos y evolucionará. Éste es el caso de Kate Pearson.

El personaje objeto de análisis de nuestro trabajo, Kate Pearson, es una mujer


que en la primera temporada de la serie cumple 36 años, está soltera, vive sola, tiene
un hermano mellizo, un hermano adoptado y su madre ha vuelto a casarse tras
enviudar. Su relación con ambos hermanos es muy buena, especialmente con Kevin
(Justin Hartley), su mellizo y estrella de una famosa serie. Kate trabaja como su
asistente personal demostrando servidumbre en cada cosa que él le pide. He aquí la
primera cuestión micromachista: la complacencia femenina hacia las peticiones
masculinas, pero disfrazada de relación asistente/actor o de la búsqueda de la
felicidad y atención al hermano debido al fuerte vínculo que les une. “Cuando se
refiere a complacer a alguien de género masculino, las mujeres deben dejar atrás sus
propios intereses para atender al otro” (Mora, 2011, p. 322). Kevin llama a cualquier
hora del día o de la noche a Kate, que es capaz de dejar lo que esté haciendo (incluso
manteniendo relaciones sexuales) para atenderle, apoyarle o buscar lo que el joven
necesite. Sin duda, se cumple aquí el ideal femenino que describe Gallegos:

“el cumplimiento de género femenino impone mandatos de docilidad, sumisión,


obediencia, complacencia, pasividad, para evitar el displacer, la tensión, la
confrontación con el otro, de tal modo, la sociedad va moldeando a la mujer, como
un ser abnegado, con capacidad de entrega, que está al servicio de otros,
salvaguardando a la familia como tarea principal y renunciando a deseos y

747
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

proyectos personales y cuando no se accede al ajuste correspondiente al ‘ideal’


femenino” (2012, p. 711).

Esta complacencia que Kate practica la limita en sus movimientos a lo largo


de la acción y en su vida diaria. Apenas toma decisiones, excepto la de ir a terapia de
grupo para superar su adicción a la comida. Es, precisamente, en una de estas
sesiones donde conoce a Toby (Chris Sullivan), con quien comienza a salir. Él la hace
reír, la cuida, y la impulsa a retomar la música cuando la oye cantar por casualidad.
Desde el principio, Toby no termina de entender la atención que Kate proporciona a
su hermano, de forma que ella decide no continuar con el noviazgo, pues considera
que esa relación le quita esta oportunidad de dedicarse a sí misma y a su salud.

El rechazo a la aventura que supone la relación sentimental con Toby no


termina con su evolución interior ni con su viaje: éste aparece el día de Acción de
Gracias para convencerla de que él la apoya en todas las decisiones y que será su
apoyo en la pérdida de peso. De este modo, Toby se convertirá en el mentor de Kate.
Sin embargo, éste sufre una angina de pecho, de modo que Kate se ocupará de sus
cuidados. Por lo tanto, es ella quien al final acaba demostrando su valía como apoyo
incondicional y emocional. Esto subraya que, a pesar de lo emocional que es este
personaje, puesto que tiene una gran capacidad para exteriorizar sus miedos,
molestias, enfados y alegrías, y el ideal de debilidad que se vincula a esto, Kate es un
pilar sólido y fuerte de apoyo para los demás.

Con una relación amorosa consolidada, Kate inicia la segunda temporada


felizmente ennoviada acudiendo a una audición “A Father’s Advice” (2x1). Ese
mismo día es su 37 cumpleaños, y Kevin reserva todo un restaurante para cenar
ellos dos junto a Toby, pero ella explica que, aunque acudió al lugar, no hizo la
audición. Toby y Kevin discuten sobre quién es el responsable y sobre su falta de
autoestima. Ella indignada decide irse a hacer la audición. Será la primera vez que
Kate se mostrará independiente, fuerte y capaz, no solamente de tomar una decisión
positiva para sí misma, sino de llevarla a cabo. Y, aunque no es seleccionada en dicha
audición, durante toda la segunda temporada su trabajo será de vocalista en un
grupo que toca en eventos.

748
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

En la segunda temporada, Kate se queda embarazada mostrándose


ilusionada por poder cumplir uno de sus sueños: ser madre. Tras dos meses, sufre
un aborto, pues le habían avisado de su dificultad debido a la edad y el sobrepeso.
Sin embargo, esta situación no sólo no le quita la idea de la cabeza, sino que buscará
métodos para cumplir su sueño. Durante este periodo, también tendrá lugar la boda
entre Kate y Toby.

De esta forma, la tercera temporada “Nine Bucks” (3x1) arranca con Kate
cumpliendo 38 años y acudiendo a una clínica de fertilidad. Durante este temporada,
la vida de Kate gira alrededor de su embarazo. Toby, que deja los antidepresivos
para poder facilitar el proceso in vitro, acaba con una gran depresión sin poder salir
de la cama. Kate demuestra su fortaleza para salir adelante con su embarazo y rutina
alimenticia, cuidando también de Toby y del perro que adoptaron. Tras cinco meses
de gestación, Kate da a luz a un bebé prematuro llamado Jack. Esta situación mejora
la difícil relación de la joven con su madre. Ambas no se separan de la incubadora
hasta que consiguen irse a casa con el pequeño Jack, un momento que puede
identificarse con la fase del viaje “volver a casa con el elixir”.

La cuarta temporada –y última en el momento que escribimos este análisis–


arranca con el 39 cumpleaños de Kate en medio de una noticia difícil: su hijo Jack es
invidente, “Strangers” (4x1). De nuevo, Kate no se derrumba, sino que demuestra su
fortaleza volcándose en los cuidados del pequeño y buscando actividades musicales
que le ayuden a desarrollarse con plenitud. Toby vuelve a mostrarse ausente,
incapaz de asumir y enfrentarse al dolor. Kate tiene una percepción más positiva
porque cree que es el momento de practicar la inclusión apoyando a su hijo y
desarrollando su potencial. La actitud de Kate anima a Toby, quien acepta
finalmente la situación descubriendo la capacidad de resiliencia de su esposa.

3. Las subtramas de relación en el arco de transformación del personaje

Todo guion audiovisual desarrolla una trama central y varias tramas


secundarias o subtramas. Para Ramos y Marimón (2002) estas se definen como una
trama dentro de otra trama que tiene como objetivo involucrar a personajes

749
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

secundarios. Además, “se desarrolla en té rminos de acció n paralela a la principal,


con la que está relacionada” (Aranda y Pujol, 2015, p. 40). Por lo tanto, lo más común
es que sean las relaciones del personaje –familiares, amorosas, amistosas o
laborales– lo que generen subtramas y participen en su evolución interior.

Tal y como se aprecia en los estadios por los que Kate Pearson pasa hasta
conseguir que su hijo invidente se convierta en músico y cantante de éxito, las
relaciones personales son vitales en su avance interior (arco de transformación) y
en el desarrollo de sus acciones y decisiones. Dentro de estas relaciones, destaca una
en particular: la sobreprotección. Según la RAE no existe la palabra
“sobreprotección”, pero sí define la protección como: “Amparar, favorecer, defender
a alguien o algo” (Real Academia Española, 2019, definición 2). También define la
partícula “sobre” como intensificación o exceso, de forma que puede definirse la
sobreprotección como el exceso de amparo o defensa de alguien o algo.

Si bien “este constructo no ha sido bien delimitado conceptual y


metodológicamente y en algunos estudios con adultos se identifica con otro más
amplio que es el apoyo social” (Permuy y Risso, 2014, p. 45). Por su parte, Thompson
y Sobolew-Shubin consideran la sobreprotección equivalente a la “inducción a la
dependencia”, definiéndola como “las percepciones y sensaciones que tienen las
personas de estar siendo innecesariamente ayudadas o limitadas en exceso por un
miembro de su familia o del entorno” (1993, p. 364).

La sobreprotección hacia Kate es practicada por su padre (en la infancia y en


la adolescencia) y por su hermano Kevin (en la adultez). En una escena en la que
Kate es aún niña, su madre reprende a su esposo que no debe permitirle todo a la
pequeña, como un cambio de disfraz de Halloween de última hora o saltarse la dieta
llevándola a comer helados… En otra escena, Kevin pacta con un chico popular del
colegio que, a cambio de unos dulces, este cogerá de la mano a su hermana en un
pasaje del terror para que disfrute de un momento de felicidad. Estas actitudes
demuestran cómo los personajes masculinos consideran a Kate especialmente
sensible y débil, evitando constantemente que nadie le haga daño. Pero como
señalan los expertos en Psicología, “sufrir sobreprotección resta autonomía y genera

750
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

dependencia o lo que es lo mismo, coarta la libertad y aumenta la inseguridad sin


posibilidad así de madurar y desarrollarse” (Hernández, 2014).

Para evitar que Kate se enfrente a situaciones desagradables y sufra, los dos
hombres le ocultan información. Esta actitud deja entrever el ideal patriarcal de que
toda mujer es emocional y frágil, por lo que debe ser protegida, tradicionalmente
dentro del hogar. La percepción de vulnerabilidad también forma parte de la
sobreprotección puesto que la finalidad es evitar que la persona sobreprotegida viva
situaciones dolorosas, angustiantes o conflictivas. La falta de exposición a estas
cuestiones evita el desarrollo y aumento de la seguridad propia, provocando una
autoestima baja (Hernández, 2014).

Como último apunte, cabe señalar que, tanto en la infancia como la


adolescencia, Kate carece de amistades entre iguales, tampoco en su juventud
aparece ningún personaje relacionado con la amistad. Ella verbaliza que “sus amigos
son sus hermanos”. En la segunda temporada, traba amistad con Madison (Caitlin
Thompson), una joven que padece bulimia. Aunque al principio, Kate huye de ella,
acaban convirtiéndose en grandes amigas y apoyo en sus problemas, mostrando
lazos de sororidad. Madison es siempre muy positiva con Kate y le apoya en todas
las decisiones, como, por ejemplo, cuando acude al hospital el día del parto o cuando
le ayuda con los cuidados de su hijo. Así, la relación con Madison también facilita el
desarrollo y la evolución interior de Kate.

4. El viaje de Kate: ¿de la inseguridad a la autonomía?

La falta de decisión –o que sea otra persona quien elija en nuestro lugar–, y
la vulnerabilidad son dos cualidades que forman parte del rol femenino tradicional,
cuyo papel en la sociedad es el de “conseguir un buen marido para ejercer como
esposa y madre que se estereotipa o simplifica con cualidades como ser bella,
delicada, dócil, obediente, pasiva, sumisa, infantil, desamparada, maternal,
compasiva, dependiente, victimista, complaciente y estar llena de bondad” (Cuenca,
2019, p. 43). La cultura necesita de esta estereotipación de los roles sociales para
ordenar y hacer comprender sus complejos sistemas de relaciones, ya que son una

751
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

forma de percibir a determinados individuos (González Vera, 2012, p. 105). Es


necesario revisar los estereotipos que los contenidos audiovisuales nos presentan
porque así podemos determinar si se construyen o mantienen nuevos roles de
género (Lauzen, Dozier and Horan, 2008, p. 201).

La cuestión de la importancia de la belleza femenina sigue presente en los


iconos audiovisuales contemporáneos y este personaje no es ninguna excepción. A
pesar de su sobrepeso, contra el que lucha, Kate prescribe una feminidad normativa.
Se muestra coqueta, siempre luce un aspecto cuidado: muy maquillada y bien
peinada, los modelos que viste son alegres y elegantes. En cierto modo, a pesar de
que expresa rechazo a su corporalidad, la “mascarada”4 –si hablamos en términos
de Rivière, Johnston y Doane– permite que Kate no sea una outsider, esto es, que
pueda desenvolverse a nivel social, además de darle cierto autoestima y un
cuestionable empoderamiento.

En la tercera temporada, Kate acepta su cuerpo y es entonces cuando, además


de cuidarse haciendo deporte y comiendo de una manera más saludable, consigue
evolucionar llegando a cumplir su objetivo de convertirse en madre. La falta de
autoestima por su peso, la sobreprotección por parte de su padre y hermano han
provocado su incapacidad para discernir qué es lo mejor para ella. Un rasgo que la
dibuja como insegura y pasiva, temerosa de conseguir sus objetivos, los cuales ha
ido abandonando. Sin embargo, el amor romántico que Toby le profesa le aporta la
seguridad suficiente para retomar sus estudios, volver a cantar y ser madre.

5. Conclusiones

El personaje de Kate Pearson es complejo y articula una serie de discursos en


disputa, un discurso ambivalente. Por un lado, observamos características que

4 El concepto de “mascarada” acuñado por Joan Rivière en 1929 se corresponde con una estrategia

defensiva a la que las mujeres en posición de poder recurren para parecer menos amenazantes y
menos masculinas “disfrazándose” y exagerando su feminidad. Claire Johnston (1973) y Mary Ann
Doane (1982) discutirán la noción dentro de la teoría fílmica feminista.

752
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

dibujan al personaje encorsetado en un rol tradicional femenino. Pues, además de la


realización personal a través de la maternidad, también encontramos otros
micromachismos como son la sobreprotección por parte de su padre y de su mellizo.
Según Bonino5, los micromachismos son aquellas acciones casi imperceptibles que
constituyen “formas de dominación suave” (2004, p. 87), si bien “muchos de estos
comportamientos no suponen intencionalidad, mala voluntad ni planificación
deliberada, sino que son dispositivos mentales (…) en el proceso de ‘hacerse
hombres’” (2004, p. 88). Esto último es claramente aplicable a los Pearson, pues
actúan desde el afecto.

Kate es tratada, por tanto, de una forma infantilizada, necesita ser cuidada y
rescatada de sus desgracias por un personaje varón. Pero esa infantilización no le
permite avanzar o desarrollarse al mismo ritmo que lo hacen sus dos hermanos. Y,
aunque podemos decir que en las últimas temporadas se libera o tiene mayor
agencia, su viaje interior se desarrolla más lento que sus hermanos –personajes
masculinos– a lo largo de las cuatro temporadas.

La falta de autoestima por su peso, la sobreprotección masculina, y la relación


con su marido le han incapacitado para no ser capaz de tomar las mejores
decisiones. Esto presenta a Kate como una mujer insegura y pasiva, no se cree capaz
de conseguir sus objetivos, los cuales ha ido abandonando, por ejemplo, su carrera
musical. pero al mismo tiempo observamos ciertos aspectos de empoderamiento.
Retoma su carrera, cuida su salud y consigue parir un hijo a través de un proceso in
vitro, un proceso costoso a nivel físico y emocional. Es decir, si bien estos aspectos
dibujan al personaje con autonomía e independencia, si observamos detenidamente,
ambos se producen a través de su relación amorosa con Toby, la denominada
narrativa del “amor romántico”.

5 Los micromachismos son (…) “pequeños, casi imperceptibles controles y abusos de poder cuasi
normalizados que los varones ejecutan permanentemente. Son hábiles artes de dominio, maniobras
y estrategias que, sin ser muy notables, restringen y violentan insidiosa y reiteradamente el poder
personal, la autonomía y el equilibrio psíquico de las mujeres, atentando además contra la
democratización de las relaciones. Dada su invisibilidad se ejercen generalmente con total
impunidad” (Bonino, 2004, p. 87).

753
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Comprobamos que es el amor romántico el que ha impulsado a Kate a


retomar su carrera como cantante y también es ese amor el que le lleva a finalizar
su carrera universitaria, que dejó a medias más de una década atrás. Gracias a ese
amor también alcanza otro de sus sueños: ser madre. De esta forma, el personaje es
impulsada o avanza en su arco narrativo gracias a las relaciones familiares y a su
relación romántica con Toby. Las emociones y sentimientos forman parte de ese
viaje que Kate vive y que le produce el cambio interior con el que
aceptar/reconciliarse con su madre, casarse y tener un hijo.

Incluso su profesión como cantante tiene que ver con los sentimientos. Sigue
presente, por tanto, el ideal de que las mujeres buscan historias llenas de emociones
porque son emocionales por naturaleza. Esta característica, digamos
micromachista, resulta de nuevo ambivalente. Pues, por un lado, observamos ese
mandato de género en su rol de cuidadora tanto para su marido, como para su hijo
invidente, como para sus hermanos. No sólo para Kevin, sino también para Randall,
ya que a menudo hace de mediadora entre ambos debido a su difícil relación. En este
sentido, resulta positivo que la heroína se presente como una figura mediadora y de
gran fortaleza interior, la cual alaban su madre y su esposo en diversas ocasiones,
aunque ella no es consciente de esa cualidad hasta que se la subrayan.

Con la excusa del sacrificio que todo héroe –en este caso heroína–
experimenta, Kate se desvive por su familia. En especial con los varones: su padre,
sus dos hermanos, su marido Toby y su hijo Jack. Sus cuidados son sacrificados por
su carrera profesional, la cual deja de lado inicialmente por su falta de autoestima.
De hecho, el trauma de la muerte de su padre es causa de que no finalice sus estudios
universitarios. De esta forma continua presente, a pesar de estar ante un relato
contemporáneo, el ideal de mujer abnegada y sacrificada por su familia, que vela por
mantener el bienestar y la unión de su familia.

El personaje de Kate también reproduce otros mandatos de género, como la


búsqueda de la belleza y la maternidad. En el primer caso, además de su lucha contra
el sobrepeso y alcanzar unos cánones de belleza normativos, su aspecto siempre
luce cuidado a través del maquillaje. En el segundo, su objetivo de convertirse en
madre articula una narrativa de la maternidad como destino y realización.

754
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

Al mismo tiempo, encontramos algunos elementos positivos, como es su


reconciliación y aceptación de la corporalidad no normativa, algo novedoso para un
papel protagónico, y que no cae en la morbosidad, sino que en cierto sentido aporta
diversidad a los personajes femeninos contemporáneos. Otras características
destacables serían su fortaleza y resiliciencia, que en cierto sentido la empoderan, o
su relación de amistad con Madison, la cual mostraría una relación de lazos de
amistad femeninos, de sororidad.

En definitiva, el análisis del arco de transformación de Kate ilustra cómo en


la actualidad y en un contexto de proliferación de series televisivas de ficción, hay
un afán por crear personajes complejos que fomenten la diversidad, la igualdad y la
inclusión. En este sentido, la reflexión feminista actual se inquieta ante la existencia
de discursos en los medios de comunicación que, si bien se proponen como
emancipadores, son altamente ambiguos y utilizan con frecuencia la retórica
feminista para encubrir ideas sexistas y misóginas (Menéndez, 2017, p. 3). Si
analizamos más detenidamente desde una perspectiva feminista aquellos
personajes femeninos que se nos venden como novedosos, autónomos,
empoderados e independientes, podemos observar que en el fondo subyacen
discursos tradicionales que articulan micromachismos, en el caso que nos ocupa por
ejemplo el paternalismo, y narrativas de género sexistas como el amor romántico.

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757
Series de televisión, performatividad de género y paradigma
4E: la masculinidad en Black Mirror

José Luis Valhondo Crego


Universidad de Extremadura
jlvalcre@unex.es

Resumen

Este texto aborda la cuestión de la controvertida teoría sobre la performatividad del


género de Judith Butler fundamentándola en el paradigma 4E (Embodied,
Embedded, Enactive, Extended). Lleva a cabo un análisis de contenido del primer
capítulo de la quinta temporada de Black Mirror, titulado Striking Vipers. Este es el
nombre de un videojuego de realidad virtual que dos amigos comparten y que les
permite a ambos encontrar un espacio para “performar” su identidad de género de
una manera alternativa a la de la realidad cotidiana. Black Mirror suele entenderse
desde la visión de la tecnología como elemento distópico de un inmediato futuro
social. Sin embargo, en este episodio la tecnología puede ser interpretada como una
posibilidad de experimentar la propia identidad de un modo diferente. Como otras
tecnologías de la representación, este videojuego expande el relato de la identidad
con consecuencias reales en la vida cotidiana.

Palabras clave

Televisión, identidad de género, performatividad, realidad virtual, micromachismos.

758
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

1. Introducción

Partimos de la idea de que una visión alternativa de las identidades de género


basada en la teoría de la performatividad podría plantearse como fundamento
contra actitudes micromachistas. La concepción binaria de la identidad de género
restringe y simplifica la complejidad de la identidad social y no ayuda a promover
actitudes tolerantes con posiciones alternativas al binomio masculino-femenino. El
término performatividad fue acuñado por Judith Butler (2011) para significar que
la identidad de género se “performa” o se construye a partir de nuestra maleabilidad
como actores y actrices sociales. Aprendemos a jugar roles en la dramaturgia
cotidiana que se referencian a los “moldes” binarios que nos convierten en lo que
nuestro sexo biológico determina desde nuestro nacimiento.

El interaccionismo simbólico de Goffman (1959) tiene bastante sentido para


apoyar esta teoría de la performatividad. Trabajamos nuestras presentaciones
públicas en el escenario de la vida cotidiana y reflexionamos sobre esas
presentaciones en nuestros espacios privados, entre bambalinas. Los demás actúan
como directores de escena de esos guiones que, como hombres o mujeres, nos
sentimos obligados a desarrollar en público y que se completan con una miríada de
ritos sociales, donde esos guiones (o marcos que proponía Goffman) terminan
haciéndose sólidos en cuanto a la secuencia de conductas que debemos llevar a cabo.
Los ritos, tal como investigó Durkheim (1954), sirven para compartir significados a
través de la conmemoración cotidiana de relatos que nos cuentan quiénes somos
ante los demás. Los relatos asociados al género, y los rituales que los acompañan,
forman parte en nuestras sociedades de los esquemas más sólidos sobre la
identidad.

El concepto de performatividad es controvertido, tal y como reconoce la


propia Judith Butler1. Este texto sostiene que esa controversia se asocia con la falta

1 Judith Butler: Your Behavior Creates Your Gender (Tu conduta crea tu género). Big Think. Video
en el que Butler argumenta el sentido del concepto de performatividad del género:
https://www.youtube.com/watch?v=Bo7o2LYATDc (consultado el 3 de octubre de 2020).

759
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

de un sólido fundamento científico. Lejos de presentar en este texto pruebas


incontrovertibles, sí se aporta un marco teórico que podría ayudar a argumentar la
performatividad como hipótesis a contrastar. Aunque es evidente que todo lo que
tenga que ver con nuestra identidad reviste un problema ético de cara a la
investigación, este texto explora una intuición: la relación de la performatividad y el
denominado paradigma 4E, tomando como ejemplo un relato audiovisual.

El paradigma 4E refuta la idea tan ampliamente aceptada en la filosofía de la


mente del dualismo cartesiano por el que la mente es algo independiente del cuerpo.
Para salvar la cuestión de la libertad humana, filósofos como Descartes propusieron
una visión de la naturaleza humana separada en dos partes independientes: una
parte obedecía a las leyes mecánicas de la materia (el cuerpo) y otra se “elevaba”
sobre ese cuerpo y habitaba en un universo que no se regía por el mecanicismo
newtoniano (el alma, más tarde, la mente). Descartes, que vivió en una época en la
que se pusieron de moda los primeros autómatas, pretendió con su idea dualista
diferenciar al ser humano de un mero autómata.

Como ha señalado Antonio Damasio (1994) en su famoso libro sobre el


dualismo cartesiano, mente y cuerpo no son dos realidades independientes. La
neurociencia desmiente ese axioma filosófico. Emoción y cognición son categorías
artificiales. La conciencia se torna entonces una cualidad emergente producto de la
interacción de cerebro, cuerpo y ambiente. Nos referimos al paradigma de la
cognición 4E (embodied, embedded, enactive y extended). La cognición deviene un
proceso mental encarnado (embodied), imbuido en el ambiente (embedded), que
recrea ese ambiente (enactive), y que se extiende al medio que lo rodea y conecta
con él (extended). Visto así, el lenguaje y las narraciones, por ejemplo, funcionan a
modo de órganos de una mente colectiva, extensiones de nuestras mentes que nos
permiten conectarnos con el entorno (un entorno en el que se incluye a los demás).
Los relatos resultan prótesis que nos permiten extender nuestra mente-cuerpo. Los
propios sueños pueden ser un modo de mente extendida (Humphrey, 1986).

Del mismo modo, muchas de las tecnologías de representación que


empleamos realizan la misma función que los relatos, nos ayudan a explorar quiénes
somos y cómo debemos o podemos experimentar la realidad. Tecnologías como la

760
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

realidad virtual podrían llevar adelante nuevos modos performativos de


entendernos; dicho de otro modo, nuevas maneras de implicarnos en esa
incrustación en la realidad que realizamos cotidianamente. Así pues, en resumen, el
objetivo de este texto es analizar el contenido de este capítulo de Black Mirror y
relacionar el concepto de performatividad y la mente extendida que nos
proporciona una tecnología como la realidad virtual.

2. Caso de estudio y metodología

Black Mirror comenzó a producirse para Channel 4 en 2011; sus derechos


fueron adquiridos por Netflix en 2015. Se han emitido hasta 2020 cinco temporadas.
Este texto se ocupa del primer episodio de la quinta temporada, Striking Vipers. El
episodio se estructura en tres actos con dos puntos de giro. Sigue una estructura
canónica o clásica propia del sistema de producción hollywoodiense. Se narra la
historia de una amistad entre dos británicos negros (Danny y Karl) a lo largo de algo
más de una década. Ambos puntos de giro coinciden con dos cumpleaños de Danny.

En el primer punto de giro, Karl le regala a Danny una versión del videojuego
Striking Vipers con una extensión de Realidad Virtual. Se trata de un juego de luchas
marciales entre dos contendientes. Cada jugador escoge un avatar y lucha contra el
contrincante. Danny escoge un avatar llamado Lance, mientras que Karl toma la
apariencia de una chica (Roxette). El juego los sumerge en una realidad paralela en
la que, además de luchar, terminan haciendo el amor encarnados en sus avatares.

En el segundo punto de giro, Karl pretende convencer a Danny de que


participe otra vez como Lance en el videojuego, para mantener relaciones sexuales
virtuales con Roxette (Karl). En el punto medio de la trama o punto de crisis, los
protagonistas confirman la atracción sexual que los une en el espacio virtual. El
clímax se produce cuando ambos se atreven a besarse fuera del videojuego.

¿Por qué decidirse por este episodio para explorar la cuestión de la


performatividad en el género? En primer lugar, Striking Vipers aborda la cuestión
masculina no solo en relación a lo femenino sino, también, como producto de la
interacción entre hombres. En ese sentido, permite cuestionar lo binario del género

761
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

y plantear la posibilidad de posiciones alternativas a esos polos creados socialmente


(al menos desde la perspectiva de la performatividad).

En segundo lugar, incluye la dimensión racial, con dos protagonistas negros,


lo que enriquece la cuestión de la identidad de género al entrecruzarla con la de la
etnia; tradicionalmente se ha destacado la virilidad de los hombres de color y, por
tanto, la polarización del género se radicaliza en el episodio.

En tercer lugar, el episodio indica un eje de identificación relacionado con


una generación que se ha socializado con los videojuegos. La serie de Netflix ha
destacado por presentar distopías en los que las identidades sociales de sus
protagonistas se ven resignificadas en interacción con las tecnologías de la
información y la comunicación. Esta cuestión está íntimamente relacionada con el
paradigma 4E que se presenta en este texto, y con el modo en que las tecnologías
que inventamos extienden nuestras mentes para conformar identidades.

Tabla 1. Ficha de análisis de contenido


Escenas o guiones sociales

Performatividad

- Relación con las mujeres


- Relación con los hombres
- Relación con el mito (intertextualidad)
- Estilo comunicativo
- Locus de control

Fuente: elaboración propia.

En el análisis de contenido, se ha segmentado el relato en las escenas que


corresponden a guiones sociales donde los protagonistas “performan” su identidad
de género a través de sus acciones, en entornos que les demandan un
comportamiento determinado para ajustarse al guion o las pequeñas narrativas que
exige su género masculino. Esos guiones se parecen a rituales de la dramaturgia
cotidiana donde se intercambian los símbolos que nos confirman como lo que
pretendemos ser. En relación a la puesta en escena del relato sobre la masculinidad
en un modelo polarizado son fundamentales los modos de interacción con otros

762
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

hombres y mujeres, los modelos míticos de la masculinidad, el estilo comunicativo


de los protagonistas y el locus de control de la situación.

Tabla 2. Segmentación en escenas

Escena Tiempo (minutos)


Flirteo en discoteca . De 00:00 a 05:57
Barbacoa en casa de Danny. De 05:57 a 12:44
Cocina en casa de Danny. De 12:44 a 14:37
Restaurante. Karl. De 14:37 a 15:14
Dormitorio. Danny. De 15:14 a 15:53
Dormitorio. Karl. De 15:53 a 16:12
Sala de estar. Montaje alternado. De 16:12 a 18:09
Interior videojuego de RV (1). De 18:09 a 21:42
Montaje alternado. Danny/Karl. De 21:42 a 22:04
Dormitorio Danny. De 22:04 a 22:53
Secuencia día completo Danny. De 22:53 a 23:41
Hogar Danny/Karl. Montaje alternado. De 23:41 a 25:15
Interior videojuego de RV (2). De 25:15 a 27:40
Dormitorio Danny. De 27:40 a 28:36
Cocina Danny. De 28:36 a 29:34
Interior videojuego RV (3). De 29:34 a 34:10
Aniversario Danny y Theo. De 34:10 a 40:47
Dormitorio Karl. De 40:47 a 41:45
Conversación Karl/Danny. De 41:45 a 43:57
Hogar Danny. Visita de Karl. De 43:57 a 50:12
Interior videojuego RV (4) De 50:12 a 53:26
Pub The Year De 53:26 a 56:25
Comisaría de policía De 56:25 a 57:34
Barbacoa casa Danny De 57:34 a 59:15
Interior videojuego RV (5) De 59:15 a fin

Fuente: elaboración propia.

Con respecto a la representación de la masculinidad resulta complejo


determinar unas variables para comparar los modelos. Sin un afán exhaustivo, se
han seleccionado estas cinco categorías que pretenden ofrecer una descripción de
la masculinidad en una obra fílmica (Brian Baker, 2006; Cohan & Hark, 1993) y que
pueden aplicarse al caso estudiado.

763
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Resulta imprescindible esquematizar el rol que juega el protagonista en


relación a los demás agentes del relato. En las relaciones dentro de esa estructura es
donde el personaje principal adquiere su identidad. Sin duda, el modo en que nos
percibimos, y percibimos la identidad de género de los otros, guarda relación con la
performativad que desarrollamos en nuestras interacciones con mujeres y hombres.
Como ha señalado Elisabeth Badinter (1993) para ser realmente masculino, el
hombre tradicional debe “tener” una mujer. De hecho, el significado del verbo
“poseer” en ese contexto es doble: el hombre debe mantener relaciones sexuales con
la mujer y mantener un vínculo estable con ella.

Otra variable esencial es el modo en que se genera la intertextualidad sobre


lo masculino. Los relatos remiten a otros anteriores con los que se relacionan. Las
narrativas actuales sobre la masculinidad son deudoras y contribuyentes de una
gran narrativa tradicional. Lo que antes era un meta-relato sobre la masculinidad se
ha fragmentado en la posmodernidad en diferentes modos de entender qué es ser
un hombre (Lyotard, 1979). Los pequeños relatos se van engarzando en el tiempo e
interactuando con los individuos para apelarlos o identificarlos como hombres,
mujeres, clase asalariada, negros, etc.

Finalmente, se han añadido dos variables que se relacionan con el modo en


que se atribuyen causas a los acontecimientos, denominada locus de control, y el
estilo comunicativo, entendido como la variabilidad en la expresión de los
sentimientos y pensamientos del personaje. El locus de control es un constructo
procedente de la Psicología de la personalidad. Los personajes pueden atribuir las
causas de sus problemas a elementos externos o internos (Lefcourt, 1991), y ello
parece suele relacionarse con el género y tener consecuencias importantes sobre la
autoestima.

3. Resultados

3.1. Relación con otros hombres

En principio, los dos amigos protagonistas representan el epítome de la


masculinidad. Para evitar contradicciones en ese modelo el director los construye

764
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

“contra” un tiempo, un espacio y unos personajes que los destacan como “hombres”.
Ambos son amigos de toda la vida y han crecido frente al mundo como individuos
masculinos. El relato se sucede durante algo más de una década, desde la primera
juventud (ellos aparecen en una discoteca) hasta su adultez (representada en el
escenario de la barbacoa familiar en la que Danny celebra su cumpleaños).

Para definir la masculinidad es imprescindible describir las relaciones con


otros hombres. Aunque este aspecto se desarrolla en la relación con el mito, resulta
interesante apuntar que la relación que Danny y Karl mantienen simboliza una
reflexión respecto a la propia masculinidad y el modo de experimentarla en las
sociedades postcapitalistas. Como personajes ficticios parecen representar el
desdoblamiento de una única masculinidad que experimenta con su identidad de
género. Es muy normal que los guionistas y dramaturgos exploren aspectos de las
identidades a través de ese tipo de desdoblamientos. En este caso, Dany y Karl
parecen dos gemelos: ambos son hombres de color, atractivos, resueltos y
representan el triunfo social.

3.2. Relación con mujeres

Los personajes de Danny y Karl mantienen relaciones sentimentales con


mujeres. De hecho, la primera escena en la discoteca pretende dejar muy claro este
aspecto mostrando su heterosexualidad como premisa de sus identidades. Su modo
de vivir esa heterosexualidad es distinta. Danny resulta más tradicional. Desde el
comienzo aparece emparejado con la misma mujer, aunque también “jueguen” ante
el espectador a ser una pareja de desconocidos. Danny se casará y tendrá hijos,
formando un núcleo familiar tradicional. Karl, a lo largo de la trama, mantiene
relaciones sucesivas con distintas mujeres. También se perfilan de modo tradicional
contra la mujer para mostrarse como hombre. En la barbacoa, Karl le enseña a

765
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Danny una foto de su nueva pareja para presumir de ella, y también se la enseña a
la mujer de Danny, como para verificar su heterosexualidad.

Imagen 1. Roxette (Karl) cuenta a Lance (Danny) cómo siente una mujer

3.3. Relación con el mito

Danny y Karl no encajan en los mitos tradicionales de la masculinidad


torturada y vulnerable que surgieron tras la revolución feminista y la crisis de Mayo
del 68. Esos estereotipos masculinos encajaban con los soldados retornados de una
guerra (Balló y Pérez, 2006), como Ulises. Regresaban a sus raíces familiares y se
desorientaban intentando encontrar su posición identitaria en una sociedad que se
había transformado. Esos ejemplos remiten a Ethan Edwards y Travis Bickle en The
Searchers (1956) y Taxi Driver (1976), respectivamente.

Ninguno regresa de ninguna guerra sino que son la siguiente generación de


hombres que han crecido bajo premisas diferentes en relación a la constitución de
la masculinidad. El mito al que podrían remitir es el de los gemelos Castor y Polux.
Aunque los protagonistas del episodio no sean hermanos, simbólicamente
comparten una hermandad cultural al haber sido socializados de modo similar.
Striking Vipers, el videojuego que comparten, no solo los vincula por el tiempo

766
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

empleado al jugar, sino que les permite actuar en un espacio nuevo en el que jugar
con sus roles de género. Los “hombres” de la generación anterior nunca hubieran
escogido para jugar el avatar de una mujer. Pero estos lo ven algo natural. Y a partir
de ahí, parece filtrarse, como en un sueño, la posibilidad de sentirse atraído
sexualmente por otro hombre que en el juego es un avatar de mujer. En este sentido,
el mito que prefigura este episodio y encaja a la perfección como una adaptación
contemporánea es el del profeta Tiresias, que experimentó la sensación de ser
hombre y mujer en distintos períodos de su vida. Tras hacer el amor como avatares,
Lance (Danny) pregunta a Roxette (Karl) cómo es experimentar el placer desde el
cuerpo de una mujer (Imagen 1). A lo que Roxette responde:

De locos. Es diferente. Lo que se siente físicamente. Es más… satisfactorio. No


puedo explicarlo. Es como si ser una persona fuera un solo de guitarra y otra una
puta [sic] orquesta. Pero la canción es la misma, aunque con diferentes ritmos.

3.4. El estilo comunicativo

Los dos protagonistas de este relato no se asemejan en su estilo comunicativo


a ciertos héroes míticos que no tienen una biografía conocida y permanecen en un
silencio taciturno. Steve Neale (1993) apunta que esos héroes prefieren el silencio
por el conflictivo estatus del lenguaje que, desde un punto de vista lacaniano, es un
símbolo de castración, de sometimiento a la ley, una inscripción simbólica en la
cadena del lenguaje.

Ni Danny ni Karl tienen dificultades con la expresión de sus sentimientos. Sin


embargo, hay una diferencia entre ambos. En la primera ocasión en la que se besan
en el videojuego, Danny (Lance) sufre una especie de anagnórisis trágica e
inquietante al descubrir lo que acaba de hacer, intentando escapar y borrar lo que
ha ocurrido. Karl (Roxette) no parece asustarse del mismo modo. Ambos se miran al
espejo después de terminar el juego como quien reflexiona sobre su verdadera
identidad. Cuando Karl se presenta en casa de Danny para cenar por su cumpleaños
y convencerle de que vuelva a jugar a Striking Vipers, Karl intenta excitarlo
abiertamente mientras Danny se resiste a aceptar su papel.

767
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

3.5. El locus de control

Un detalle muy interesante en el análisis de este episodio es la contraposición


que se observa en el binomio violencia-sexualidad. Al principio del episodio, Karl y
Danny se relacionan mostrándose como hombres tradicionales, a través de la
violencia, participando de un videojuego que representa un combate de artes
marciales. En ese sentido, alcanzan el sueño de la invulnerabilidad que acompaña al
arquetipo de héroe; el juego “resetea” los daños físicos que se han producido en la
pelea para poder seguir jugando. Esa violencia se transforma en sexualidad en la
primera partida que juegan con realidad virtual. La excitación que les produce el
enfrentamiento los conduce a besarse de un modo casi agresivo. En este sentido,
Karl ejerce el papel directivo en la relación, el locus de control, porque sabe lo que
quiere y lo persigue, mientras que Danny espera y reacciona ante algo en lo que no
parece haber reflexionado nunca, su propia identidad de género.

4. Conclusiones

El título de este episodio de Black Mirror es el de un videojuego que


comparten los protagonistas. Se trata de un detalle crucial porque el videojuego
funciona a modo de mediación tecnológica que nos permite experimentar con
nuestras identidades. Striking Vipers cumple la misma función que la de los relatos
y los sueños: podemos desarrollar otras posiciones identitarias para comprender
qué sienten y piensan los otros, ser capaces de ampliar aquello que en Tiresias era
catalogado como una sabiduría universal: la posibilidad del profeta de sentir como
un hombre y una mujer.

El episodio ilustra cómo el videojuego funciona a modo de extensión de la


mente, encarnada en avatares que sienten y recrean escenarios virtuales donde
desarrollar una identidad alternativa. Como muchos de los episodios de Black
Mirror, este juega con la idea de reflexividad. Lo que ocurre en la trama refleja la
posible relación del espectador con el relato. Los protagonistas exploran de modo
lúdico su identidad de género, sobre todo con las posibilidades que plantea la
realidad virtual. Al espectador se le ofrece esa exploración a través de un relato

768
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

sobre las posibilidades de experimentación con el juego de las identidades. Las


conclusiones de la trama apuntan a que esas identidades conformadas en el espacio
virtual y el real no tiene por qué tener los mismos efectos performativos, es decir,
que el sujeto puede ser heterosexual en la vida real y “performar” una identidad
diferente en el espacio virtual. Danny vuelve a la cama excitado después de jugar
como Lance en el videojuego, pero no le ocurre lo mismo cuando traslada esa
experiencia al mundo real y besa a Karl.

Referencias

Badinter, E. (1993). XY. La identidad masculina. Madrid: Alianza Editorial.

Baker, B. (2006). Masculinity in fiction and film. Representing men in popular genres,
1945-2000. London: Bloomsbury.

Balló, J. y Pérez, X. (2006). La semilla inmortal. Los argumentos universales en el cine.


Barcelona: Anagrama.

Butler, J. (2011). Bodies that matter: On the discursive limits of sex. London:
Routledge. https://doi.org/10.4324/9780203828274

Cohan, S. & Hark, I. R. (eds.) (1993). Screening the male: exploring masculinities in the
Hollywood cinema. London: Routledge.

Damasio, A. (1994). Descartes’ error: Emotion, rationality and the human brain. New
York: Putnam.

Durkheim, E. (1954). The elementary forms of religious life, NuevaYork: Free Press.

Goffman, E. (1959). The Presentation of Self in Everyday Life. New York: Doubleday,
Anchor Books.

Humphrey, N. (1993). La mirada interior, Madrid: Alianza Editorial.

Lefcourt, H. M. (1991). Locus of control. En J. P. Robinson, P. R. Shaver, & L. S.


Wrightsman (Eds.), Measures of social psychological attitudes, Vol. 1. Measures of

769
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

personality and social psychological attitudes (p.413–499). Academic Press.


https://doi.org/10.1016/B978-0-12-590241-0.50013-7

Lyotard, J.F. (1979). La condition postmoderne. Rapport sur le savoir. Paris: Les
Editions de Minuit.

Neale, S. (1993). “Masculinity as spectacle: Reflection on Men and Mainstream


Cinema” en Screening the Male: exploring masculinities in Hollywood Cinema, 9-21.
London & New-York: Routledge.

770
La representación de las mujeres en el cine slasher:
aproximaciones interseccionales

Carlos Alberto Leal Reyes


Escuela de Artes Escénicas UAEMex
clealr@uaemex.mx

Resumen

El presente trabajo pretende realizar una aproximación a las subjetividades


femeninas representadas en el subgénero de terror slasher estadounidense de la
década de los ochenta que mediante un discurso cinematográfico cimentado en el
régimen patriarcal y heteronormativo, reproduce estereotipos sobre los cuerpos y
experiencias de las mujeres en marcos de violencia victimizante y cosificación
incorporados como parte de la realidad cotidiana.

Se retoma el modelo la interseccionalidad en clave feminista, así como las nociones


de representación desarrolladas por Teresa de Lauretis que las formas a partir de
las cuales decodificamos la “realidad del género” se encuentran atravesadas por
condiciones de raza, clase y condición sociohistórica materializada en diversos
productos audiovisuales. En este sentido, el cine constituye un espacio político
donde convergen discursos, dimensiones performativas y mecanismos retóricos
que reproducen normas machistas.

Palabras clave

Interseccionalidad, representaciones, subjetividad femenina, cine slasher,


metodologías queer.

771
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

1. Interseccionalidad: Una aproximación

El denominado “giro interseccional” surgido en la teoría feminista a


mediados de la década de los ochenta en Estados Unidos y su posterior expansión al
contexto hispanohablante permitió plantear una serie de reflexiones sobre la forma
en la cual son experimentadas concretamente las intersecciones de raza y género,
clase y género así como la consubstancialidad de estas relaciones para los grupos
sociales involucrados, desarrollando un corpus epistemológico y de investigación
que multi e interdisciplinario.

El concepto de interseccionalidad fue acuñado en 1989 por la abogada


afroestadounidense Kimberlé Crenshaw en el marco de la discusión de un caso
concreto legal, con el objetivo de hacer evidente la invisibilidad jurídica de las
múltiples dimensiones de opresión experimentadas por las trabajadoras negras en
ámbito laboral norteamericano. Con esta noción, Crenshaw esperaba destacar el
hecho de que en Estados Unidos las mujeres negras estaban expuestas a violencias
y discriminaciones por razones tanto de raza como de género y, sobre todo, buscaba
desarrollar categorías jurídicas concretas que permitieran enfrentar
discriminaciones en múltiples y variados niveles.

Cabe señalar además que la aplicación de la categoría en distintos ámbitos es


contextual, práctica, y no constituye una teoría de la opresión general, sino un
concepto de uso práctico para analizar desigualdades concretas. Sin embargo en los
contextos académicos anglófonos, la interseccionalidad parece haberse convertido
en uno de los tropos feminista más difundido para hablar ya sea de identidades o de
desigualdades múltiples e interdependientes (Brah y Phoenix, 2004; Bilge, 2010).

En términos metodológicos, la interseccionalidad, pretende establecer una


lectura holística a las condiciones sobre las cuales se desarrolla y perpetua la
opresión contra las mujeres estableciendo una suerte de relación aritmética entre
variables que implica una pregunta empírica abierta donde las dimensiones sobre
las cuales es conceptualizada la diferencia, forma parte de producciones dinámicas
de factores individuales e institucionales, que son cuestionados e impuestos en
ambos niveles. Por ello hablar de una investigación interseccional implica una
relación categorías a varios niveles de análisis e interroga las interacciones entre

772
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

estos, conformado un paradigma que requiere desarrollos tanto teóricos como


empíricos mediante los cuales podemos realizar una aproximación a la
multiplicidad de formas en las cuales se manifiestan, representan y socializan las
desigualdades.

Para diversas autoras (Dorlin, 2009; Viveros Vigoya, 2012) esta


aproximación analítica se traduce en una diferencia léxica. Cuando esta articulación
de opresiones considera los efectos de las estructuras de desigualdad social en las
vidas individuales y se produce en procesos microsociales, se designa
interseccionality; cuando se refiere a fenómenos macrosociales que interrogan la
manera en que están implicados los sistemas de poder en la producción,
organización y mantenimiento de las desigualdades, se llama interlocking systems
of oppression.

La variedad de formulaciones utilizadas para describir las relaciones entre


género, raza y clase desde esta lógica, revela las dificultades para abordarlas.
Mientras algunas se refieren al género, la raza y la clase como sistemas que se
intersectan, otras las entienden como categorías intercambiables o como bases
múltiples de la opresión, como ejes distintos o ejes concéntricos. Cada una de estas
enunciaciones tiene implicaciones teorico-epistemológicas diversas.

De acuerdo con autoras como Dorlin (2009), las teorías de la


interseccionalidad se han movido entre dos aproximaciones a la dominación: una
analítica y una fenomenológica. Desde la primera perspectiva, toda dominación es,
por definición, una dominación de clase, de sexo y de raza, y en este sentido es en sí
misma interseccional, ya que el género no puede disociarse coherentemente de la
raza y de la clase

Los análisis interseccionales ponen de manifiesto dos asuntos: en primer


lugar, la multiplicidad de experiencias de sexismo vividas por distintas mujeres, y
en segundo lugar, la existencia de posiciones sociales que no padecen ni la
marginación ni la discriminación, porque encarnan la norma misma, como la
masculinidad, la heteronormatividad o la blanquitud. Al develar estos dos aspectos,
este tipo de análisis ofrece nuevas perspectivas que se desaprovechan cuando se

773
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

limita su uso a un enfoque jurídico y formalista de la dominación cruzada, y a las


relaciones sociales —género, raza, clase— como sectores de intervención social.

El concepto de interseccionalidad ha sido muy útil como una herramienta


para superar la conceptualización de las desigualdades sociorraciales como fruto de
la convergencia, fusión o adición de distintos criterios de discriminación de las
mujeres (Dorlin, 2008). Además, permite desafiar el modelo hegemónico de “La
Mujer” universal, realizando una aproximación a las experiencias de las mujeres
pobres y racializadas como producto de la intersección dinámica entre el
sexo/género, la clase y la raza en contextos de dominación construidos
históricamente que se reproducen mediante diversos dispositivos culturales. En
este sentido, la interseccionalidad también es una problemática sociológica: la
articulación de las relaciones de clase, género y raza es una articulación concreta, y
las lógicas sociales no son iguales a las lógicas políticas.

Debemos señalar que el sujeto político planteado por el black feminism y su


crítica interseccional se define como una minoría que forma una coalición con otras
minorías. Su propuesta se funda en la construcción de un movimiento social sensible
a todos los tipos de opresión, exclusión y marginación: clasismo, sexismo, racismo,
heterosexismo, sin priorizar ninguno de ellos de antemano, sino en forma contextual
y situacional. Trabajos como el de Chandra Talpade Mohanty (2008) van en esta
misma dirección cuando muestran que, desde las posiciones marginales, se pueden
interrogar las identidades hegemónicas. Para ella, se puede leer la escala ascendente
del privilegio, acceder y hacer visibles los mecanismos del poder a partir de las vidas
e intereses de las comunidades marginadas de mujeres, “que son quienes llevan la
carga más pesada de la globalización” (p. 430).

Las teorizaciones interseccionales nos permiten comprender el lugar que


ocupan la raza y el racismo como modalidades particulares de la dominación;
igualmente, para explicar la importancia de la experiencia y la práctica social como
fuentes de conocimiento, y el lugar asignado a la resistencia, la revuelta y la
emergencia de nuevos sujetos políticos, presentes en diversos espacios de
representación. Los análisis ofrecidos por esta propuesta permiten una reflexión
permanente sobre la tendencia que tiene cualquier discurso emancipador a adoptar

774
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

una posición hegemónica y a engendrar siempre un campo de saber-poder que


comporta exclusiones y cosas no dichas o disimuladas en diversos productos
culturales como el cine.

2. Metodologías queer y representaciones de género

Metodológicamente hablando, las representaciones pueden ser


aprehendidas a través de los anclajes que estas presentan en las relaciones sociales
cotidianas y las cuales funciones identitarias que guían comportamientos y
prácticas, así como justifican la definición de posiciones y conocimientos. Por ello
constituye un elemento que permite dar cuenta de los comportamientos de los
grupos sociales. La idea de representación social permite una aproximación a las
formas en las cuales se entiende el género a partir de referentes socialmente
disponibles y reproducidos.

En el presente trabajo, se retoma la idea de representación en clave de Teresa


de Lauretis quien considera que las formulaciones de género, tomando como
ejemplo prototípico a la mujer, constituye una construcción ficticia, un destilado de
discursos, diversos pero coherentes, que dominan en las culturas occidentales
(discursos críticos y científicos, literarios o jurídicos), que funcionan como punto de
fuga así como condición peculiar de existencia (De Lauretis, 1989, p. 84). La forma
en la cual se utiliza el término de representación, parte de las distinciones realizadas
por de Lauretis en torno a las formas a partir de las cuales las ideas en torno al
género y la sexualidad, son resultante de la interacción entre las interpretaciones
subjetivas así como diversos productos culturales como la literatura, el cine y la
televisión. La idea de representación se puede interpretar en dos dimensiones:
lingüística y cultural. La idea de representación sexual permite dar cuenta de los
procesos a partir de los cuales se construyen subjetivamente, los significados en
torno a la noción de género.

Este concepto de permite una aproximación al concepto de intersección no


solo desde sus definiciones, sino dentro de una visión de conjunto. Por lo tanto, en
la presente investigación más que intentar definir, se intentó describir algunas de
las formas en las cuales se caracterizan las dimensiones genéricas en diversos

775
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

entornos a través de la organización de ciertos contenidos, operaciones mentales y


desarrollo de cierta coherencia en torno a esta noción.

Cabe señalar que la caracterización social de los procesos de representación


permite dar cuenta de las condiciones y contextos en los cuales surgen las formas a
partir de las cuales por individuos fijan su posición en torno a situaciones,
acontecimientos y objetos que les conciernen. Es decir, los sujetos definen y
redefinen sus representaciones, mediante su estatus de objetividad por medio de
discursos y prácticas cotidianas en relación con los mensajes recibidos por distintos
dispositivos culturales como el cine, donde se conforman una suerte de “marcos de
acción” de estas formas de entender el género.

Los elementos constitutivos de la representación pueden analizarse desde la


estructura y el contenido. Se entiende por estructura el proceso por el cual se
construye “la realidad” en función de un proceso relacional donde se naturaliza una
idea en torno a un significante específico. El contenido, es concebido como una
dimensión cognitiva, simbólica y actitudinal por la cual se afianzan las
representaciones sociales así como estructura interna de las mismas y por ello, se
reconoce que toda representación posee un contenido, así como un núcleo que le
otorga funciones de entendimiento y explicación, funciones identitarias, funciones
de orientación y funciones justificadoras.

Estas modalidades de pensamiento alcanzan su nivel práctico en relaciones


sociales, debido a que los contenidos y procesos de representación están motivados
por las condiciones y contextos en los que surgen; en las comunicaciones por las
cuales circulan y, por último, en las funciones para las que sirven dentro de la
interacción con el mundo y con los otros (Sandoval, 1997).

Si se considera lo anterior, podríamos aseverar que las representaciones


construidas en relación con el género, toman forma y contenido no sólo en las
historias personales de la gente, sino en la contextualización histórica y social de las
que somos parte. La funcionalidad de que la pregunta acerca de la sexualidad tenga
cabida en los contextos actuales, nos habla de una forma de representar las
relaciones con los otros, la corporalidad, la comunicación, las condiciones entre los

776
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

géneros, los derechos, que hacen que la vivencia y su significado se lean desde otros
lugares.

El estudio de las representaciones sociales nos parece esencial en porque


ofrece un marco de análisis e interpretación que permite entender la interacción
entre el funcionamiento individual y las condiciones sociales en que los actores
sociales evolucionan y permite entender los procesos que intervienen en la
adaptación sociocognitiva de los individuos a las realidades cotidianas así como las
características de su entorno social e ideológico.

Las características de la situación de enunciación (contexto, objetivos


percibidos, status e imagen del entrevistador, tipo y naturaleza de las
intervenciones, por ejemplo) pueden determinar una producción discursiva
específica en la que es difícil distinguir lo que se sujeta al contexto y lo que enuncia
una opinión o una actitud asumida por el locutor teniendo un carácter de
estabilidad. Estos elementos se vinculan directamente con un espacio de interacción
que puede interpretarse a la luz de las formas en las cuales se muestran en diversos
productos culturales y audiovisuales como el cine y la televisión.

Cabe señalar que distintas variables delimitan el campo de estudio,


contándose entre ellas el deseo y la sexualidad de los productores de los discursos
asumidos como interseccionales, las relaciones de negociación y resistencia entre
los grupos subalternos y hegemónicos; así como la deconstrucción de discursos
heteronormativos por medio de diversas estrategias: producción académica,
artística y política a través de la cual se apropian y reproducen mensajes desde los
márgenes (sociales, sexuales, económicos, de participación ciudadana), intentado
una especie de cartografía de los principales ejes temáticos que permiten
aproximarse a las formas de tratamiento y recepción de las lecturas del género
desde la clase y la raza.

Se utilizan en este trabajo algunos de los elementos desarrollados por la


propuesta de la metodología queer desarrollada por Judith Hallberstam (2008, p.
32) y que intenta ser lo suficientemente flexible para dar respuesta a las formas que
configuran las sexualidades y además supone una cierta deslealtad a los métodos
académicos convencionales, apelando, por decirlo de algún modo a posturas

777
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

multidisciplinarias en las que prevalece un enfoque etnográfico que permite dar


cuenta de las experiencias significativas de los individuos en la construcción de sus
propias nociones sobre lo queer articulándolo con análisis de discursos escritos y
audiovisuales en los que se patenticen los elementos discursivos y simbólicos de los
machismos presentes en el subgénero slasher.

3. Sobre el slasher y las mujeres: una lectura interseccional

El cine como espacio de representación posibilita el acceso a emociones


primarias, siendo el miedo es una de ellas. La exaltación de las pulsiones, configura
una relación colectiva que trasciende los espacios físicos y se posiciona en los
marcos cognitivos de los sujetos, mediante la configuración de marcos de
significado. Así el miedo a ser perseguido, torturado y asesinado se recrea en los
filmes de terror, que se convierten en dispositivos de transferencia y configuración
de conocimiento.

De acuerdo con autores como Foucault (2003), la tortura corporal ha sido


utilizada a lo largo de la historia con motivaciones judiciales, religiosas o como
muestra de control y poder regulada por las autoridades generalmente ante la
presencia de público en plazas y espacios comunes de los poblados y ciudades, que
servían para escarmentar a todo aquel que se planteara desviarse de normas de la
comunidad, la ciudad o el reino. Si bien, las ejecuciones públicas pasaron a
conformarse como un espectáculo del que el pueblo era partícipe.

La existencia de aparatos de tortura concebidos específicamente para el


cuerpo femenino manifiesta una diferenciación entre hombres y mujeres, no solo en
términos de castigo sino también de operacionalización. Ejemplos de ello los
encontramos en el “desgarrador de senos”, dirigido hacia las madres que hubiesen
concebido un hijo sin estar casadas o a las esposas que hubiesen cometido adulterio,
o la “máscara infamante”, destinado a las mujeres que se consideraba que hablaban
demasiado.

Estas técnicas, se encuentran asociadas a una visión del cuerpo humano


centrada en una imagen sesgada a los sexos, no sólo respecto a la apreciación
biológica diferencial, sino en la contemplación y la evocación de valores que han sido
implantados a través de un modelo de pensamiento androcéntrico y

778
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

heterornormativo que utiliza el morbo como recurso de disección del cuerpo


humano femenino como añadido de su sexualización.

La contemplación diferencial de los cuerpos femeninos se manifiesta también


en los medios de comunicación como el cine, que como dispositivos, influyen en el
público y moldea el entendimiento del imaginario colectivo. Al respecto, autoras
como Mulvey (1975) señalan que la existencia de una mirada masculina patriarcal
en los creadores de cine que propagan ciertas ideologías que restringen el
comportamiento de las mujeres a estereotipos, los cuales las audiencias internalizan
como “conductas naturales” que se representan a través de imágenes y situaciones
concretas mostradas en los diversos géneros.

En este sentido, el slasher es un subgénero de cine de terror, que se


caracteriza por la presencia de un maníaco asesino que acaba con las vidas de un
grupo de jóvenes o de adolescentes, a menudo en un sitio lejano del hogar donde es
difícil ser oído/a y rescatado/a. (Serrano, 2007, p. 358,).1 En este sentido la
característica principal del slasher es la presencia de un violento asesino que acecha
y ejecuta a un grupo de jóvenes, pero diversos tropos o figuras recurrentes
singularizan su narrativa.

En este tipo de películas, el asesino o psychokiller suele ser un hombre,


blanco y heterosexual de clase media aunque de manera excepcional la autora de los
asesinatos puede ser una mujer, como sucede en la primera entrega de Friday the
13th (Cunningham, 1980) o Scream 2. Convencionalmente, la identidad del asesino
se mantiene oculta a través de una máscara o no se muestra ante la cámara hasta la
parte final de la trama. Podemos decir además que uno de los tropos característicos
de este género se asocia con de obras de misterio, asesinatos y detectives es
conocido como whodunit2 y en la mayoría de las películas slasher de la identidad del

1 Aunque no hay referencias respecto a la acuñación del término, el verbo slash (/slӕʃ/), es
traducido como acuchillar, apuñalar o rajar según el diccionario Cambridge, siendo un slasher aquel
individuo que acuchilla

2Los términos whodunit o whodunnit provienen de la contracción en una sola palabra de la


pregunta inglesa Who has done it? o Who's done it? ("¿Quién lo ha hecho?") y hacen referencia a una

779
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

asesino es desconocida hasta el desenlace. Las máscaras no sólo sirven para


mantener la atención sobre misterio, también para causar miedo ante lo oculto y
desconocido, convirtiéndose en un símbolo que contribuye a la consolidación del
discurso sobre el anonimato como justificación para la violencia. Ejemplo de ello lo
constituye el personaje de Michael Myers (Carpenter,1978) de Halloween, quien a lo
largo de toda la saga porta una máscara de un enigmático e inexpresivo rostro
humano de color blanco, aunque se conozca su nombre.

Por otra parte, la motivación de los asesinatos suele estar precedida por un
trauma ocurrido en la infancia o adolescencia, creando una conducta desviada que
motiva el impulso de matar y representa una aproximación a los miedos de la época,
asociados a conductas desviadas o moralmente censurables. En el caso de Silent
Night, Deadly Night (Sellier, 1984), el protagonista presencia el asesinato de sus
padres cuando aún es un niño a manos de un hombre vestido de Santa Claus, incluso
observa contenido sexual en el proceso del asesinato de su madre. Esto provoca en
el protagonista un impulso de matar cuando en su empleo le exigen que se disfrace
del mismo personaje legendario. En otras ocasiones, existe un deseo de venganza
por un hecho también ocurrido en el pasado, como en la saga de Friday the 13th. Y
en otros casos, parece que no existe motivación alguna excepto la de asesinar por el
placer del sadismo y de despedazar cuerpos humanos, como en The Texas Chainsaw
Massacre (Hooper, 1974).

Los asesinos de slashers suelen portar un arma que descuartice, mutile o raje,
con una consecutiva cascada de sangre, resultará más atractiva en la puesta en
escena que un simple y rápido disparo debido a las formas en las cueles
estéticamente, se produce un mayor impacto ante la audiencia. Tienen preferencia
las armas que puedan abrir y desmembrar el cuerpo. El clavar un arma blanca

variedad de trama compleja dentro de la novela policíaca, en la que un enigma o una especie de
rompecabezas es su principal característica de interés. En este subgénero se proveen al lector los
indicios acerca de la identidad del autor del delito, para que pueda deducirlo antes de la solución que
se revela en las últimas páginas del libro. Por lo general la investigación suele ser realizada por un
detective aficionado o profesional, frecuentemente excéntrico y erudito.

780
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

supone una ejecución más larga en la que se pueden utilizar más recursos
cinematográficos para causar la sensación de miedo o impresión. Clover (1992, p.
101) señala al respecto que la simbología fálica del arma del asesino, como extensión
de su propio cuerpo, que puede ser un cuchillo, un machete o una sierra mecánica,
que penetra en el cuerpo de las víctimas y está vinculado con la dominación
masculina y las administraciones desiguales del poder entre los géneros mediante
quienes son los ejecutores y depositarios de las violencias posibles que siempre
aterrizan sobre los cuerpos.

Otro de los tópicos de representación en este subgénero lo constituye el


espacio. Es común que los lugares donde ocurren las matanzas sean sitios apartados
de la seguridad del hogar, donde se dificulta la comunicación con el exterior para ser
socorrido. En The Texas Chainsaw Massacre se dibuja una clara línea que separa los
imaginarios de la población urbana y de la rural a partir de una dicotomía sostenida
en una suerte de balanza moral sostenida en arquetipos reconocibles en el marco de
las lógicas del desarrollo. Por ejemplo, los ideales hippies del grupo de jóvenes de
ciudad, que debaten sobre la crueldad del consumo de carne animal, contrastan con
las tendencias caníbales y taxidermistas de la campestre familia Sawyer, la
protagonista de la saga. La civilización se adentra en la barbarie rural y queda paga
por ello.

Otro de los lugares más recurrrentes en la constitución de historias en los


slashers lo constituyen los campamentos de verano que son sitios apartados en
donde personas jóvenes durante un periodo encuentran la posibilidad para
practicar sexo o consumir drogas, o en otras palabras, desbordar sus pasiones. A raíz
de Friday the 13th, surgen diversas películas cuyo escenario de matanza es un
campamento de verano: The Burning (Maylam ,1981), Madman (Giannone ,1982),
Sleepaway Camp (Hiltzik, 1983), Twisted Nightmare (Hunt ,1987) o Cheerleader
Camp (Quinn, 1988) son algunas de ellas.

Las hermandades o fraternidades de universidades también son foco de la


vileza de los asesinos y sus fechorías. Estos lugares se hallan igualmente lejos de la
protección hogar y es un sitio donde el asesino tiene a su disposición a un alto
número de jóvenes víctimas. Ejemplos de este tipo de filmes son Black Christmas

781
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

(Clark, 1974), Hell Night (DeSimone, 1981), The House on Soririty Row (Rosman,
1983) Splatter University (Haines, 1984) o Sorority House Massacre (Frank,1986).

El asesino también puede penetrar la tranquilidad y seguridad del barrio


residencial. El subgénero donde los asesinos causan el temor en los hogares es
conocido como home invasion. Por ejemplo, Halloween tiene lugar en un pintoresco
barrio residencial de Haddonfield, ciudad idílica de los suburbios estadounidense y
en este ejemplo el factor aislante del auxilio es la celebración a la que se alude y
forma parte de las tradiciones y el imaginario colectivo estadounidense, ya que en
una de las secuencias finales de esta película, los gritos del personaje protagonista,
Laurie Strode quien es perseguida por el asesino son tomados como una broma
propia de la fiesta, lo cual revela la victimización del género femenino ante la
presencia casi indestructible de un asesino varón.

La barrera física del lugar donde el terror se produce, es traspasada por A


Nightmare on Elm Street (Craven, 1984), donde las víctimas son acechadas en sus
sueños, es decir, en cualquier lugar donde se queden dormidas, haciendo imposible
ser rescatadas por una figura de poder o de autoridad.

En lo que respecta a las víctimas, usualmente son adolescentes o jóvenes. Por


lo general, los adultos no están presentes o, si lo están, no sirven como protección
ante la amenaza, ya sea porque no la contemplan como tal o porque son incapaces,
siguiendo el tropo Adults are useless. Según el tropo “Death by sex”3, cuando en la
película se muestran personajes teniendo relaciones sexuales, lo más probable es
que estos sean las próximas víctimas. Los personales sexualmente activos o que
consumen drogas serán con mayor probabilidad el blanco del sadismo de los

3 De acuerdo con Nicolau (2018): “In classic slasher movies, the Final Girl emerges from an
encounter with great evil, bloody but unbroken. Her other female friends are usually not so lucky,
typically meeting their demise after having sex. As the "Sex By Death" trope goes, if a woman has sex
in a horror movie, she's doomed to die.” Disponible en: https://www.refinery29.com/en-
us/2017/10/178587/horror-movies-death-by
sexslutshaming#:~:text=In%20classic%20slasher%20movies%2C%20the,movie%2C%20she's%2
0doo e %20to%20die.

782
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

asesinos, mostrando así un castigo ante la desviación del comportamiento


considerado como apropiado.

En cuanto al género, las víctimas masculinas sufrirán una muerte más


sorpresiva, rápida e inmediata, mientras que las víctimas femeninas serán
acechadas y perseguidas durante más tiempo, dando lugar a una mayor exposición
como víctimas en pantalla, tal y como se desarrollará más adelante en este trabajo.

A diferencia de la línea general de otros géneros cinematográficos, como la


acción o la ciencia ficción, en las que los personajes masculinos encarnan al héroe
protagonista y los personajes femeninos adquieren una posición más secundaria y
pasiva, el cine slasher cuenta con un gran número de mujeres protagonistas, que
consiguen mantenerse con vida hasta el final de la película. Las scream queens, o
reinas del grito, son conocidas como aquellas actrices que consiguieron popularidad
a través de películas de terror. De entre el grupo de jóvenes que serán ejecutados,
suele haber una chica que sobrevive a sus amigas y amigos, que será perseguida y
atemorizada hasta que al final del filme consiga confrontar o aniquilar al asesino,
siendo ella la única superviviente en poder contar la historia. Es la figura de la
superviviente torturada. Este es el tropo conocido como “final girl”, o chica final,
acuñado y Clover (p. 35): “siendo definida como “she is the one who encounters the
mutilated bodies of her friends and perceives the full extent of the preceding horror
of her own peril; who is chased, cornered, wounded; whom we see scream, stagger,
fall, rise and scream again. Para la autora, la chica final contiene componentes que
hacen que la audiencia masculina pueda identificarse con ella. En principio es una
víctima, pero consigue superar el miedo puede adquirir el poder suficiente para
acabar con el psicópata asesino.

Siguiendo la propuesta de Clover, la chica final es virginal, es decir, no se


muestra sexualmente activa. Cumple un rol de buena chica: entre un grupo de
jóvenes que practican sexo y consumen alcohol y drogas; la chica final se abstiene
de este comportamiento. La actriz que encarna a la chica final no suele tener escenas
de desnudez, a diferencia de la icónica víctima femenina que es asesinada con los
pechos descubiertos. Blewett apunta a que si Hollywood representa a una mujer
sexualmente agresiva sin ser castigada, esto supondría un peligro (Blewett, p. 14).

783
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

La chica final suele ser un personaje observador, que repara en aquella


presencia perturbadora y es más consciente ante la sospecha de un peligro.
Adquiere un comportamiento concienzudo que se debate entre la paranoia y la
sensatez. La chica final adquiere protagonismo, pero su heroicidad puede ser más o
menos manifiesta según el filme. Esta figura fílmica ha evolucionado y variado a lo
largo de los años, adoptando una postura más activa ante la amenaza del asesino.

El personaje de Sally Hardesty, interpretada por Marilyn Burns en The Texas


Chainsaw Massacre es un ejemplo temprano de la chica final. Su grupo de amigos es
aniquilado por la perturbada familia Sawyer, hasta que sólo queda ella, y es
perseguida, golpeada, acuchillada, atada, torturada y aterrorizada durante la última
media hora del filme, tras descubrir horrorizada las atrocidades cometidas por la
familia de psicópatas caníbales. Durante estos 30 minutos, el personaje de Sally se
limita a huir y a gritar de pavor, llegando a saltar hasta en dos ocasiones por las
ventanas de la casa de la familia Sawyer para escapar de sus captores. La tortura
continúa hasta que, durante una de sus huidas, un camionero atropella por
casualidad a uno de los hermanos Sawyer y otro conductor rescata a una Sally
ensangrentada y atemorizada. Sally no combate contra sus verdugos, tan sólo escapa
y se limita a sufrir, encarnando una figura de víctima sumisa.

El personaje de Sally dista de otra chica final de una película estrenada en el


mismo año, Jess de Black Christmas, interpretada por Olivia Hussey. En este slasher
navideño, la protagonista contrasta con la definición clásica de chica final. Jess es
sexualmente activa, de hecho, está embarazada y le manifiesta a su novio Peter su
intención de abortar. Es una figura manifiesta de la libertad de los derechos sexuales
y reproductivos reclamada durante la segunda ola del feminismo. Ella sola consigue
reducir y matar a quien ella cree que es el asesino, su novio Peter, quien
lamentablemente no era el autor de los crímenes.

Se considera que la protagonista femenina de Halloween, Laurie, encarnada


por Jamie Lee Curtis, establece las bases de la chica final. Laurie es inteligente, cauta,
responsable y maternal, una buena estudiante ejemplar que trabaja como canguro.
Mientras sus amigas hablan sobre chicos, sexo y fiestas, ella tiene su mente puesta

784
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

en sus responsabilidades. En contraste con sus amigas Linda y Annie, Laurie no se


manifiesta como un personaje sexualmente activo.

El terror de Laurie ante el descubrimiento de los cadáveres de sus amigas y


el novio de una de ellas, con la correspondiente huida del asesino dura los últimos
15 minutos del filme. Laurie resulta ser un poco menos pasiva que Sally, pues intenta
defenderse de los ataques de Michael con los objetos que encuentra: clavándole una
aguja de ganchillo, una percha, e incluso el cuchillo del propio asesino. Sin embargo,
al final de la película ha de ser salvada por el Dr. Loomis, el psiquiatra de Michael,
que irrumpe en medio del estrangulamiento de Laurie y dispara contra él. Para
Connelly, en esos momentos el personaje de Laurie aún no ha sido capaz de asumir
un papel activo de la violencia masculina, y no será hasta la entrega Hallowen: H2O
en 1998, donde ha adoptado incluso un peinado de corte varonil, cuando logra abatir
a Michael con su propia arma (Connelly, p. 16).

Otra icónica chica final, Alice de Friday the 13th, interpretada por Adrienne
King, resulta ser un poco más eficaz que sus predecesoras. Al igual que Laurie, es
inteligente, modesta y, sobre todo, no aparece desnuda en el filme. Sin embargo,
Alice puede reducir a la asesina por su cuenta, no sin antes protagonizar una
persecución de 15 minutos en la que descubre horrorizada los cadáveres de sus
amigas y amigos, grita, corre, se cae, se levanta, vuelve a gritar y se esconde. Reduce
a la asesina dos veces hasta que a la tercera consigue decapitarla con su propio
machete.

Nancy Thompson, la protagonista de A Nightmare in Elm Street tiene una


personalidad más activa y agresiva ante el enemigo durante la película, adoptando
una postura resolutiva e intentando averiguar cómo puede acabar con Freddy
Krueger. Aunque al comienzo siente terror por Freddy y huye de él,
progresivamente es consciente de la situación de peligro y se da cuenta que ha de
ser ella misma la que acabe con el asesino. Sabiendo que el villano volverá a atacar,
prepara un plan para abatirlo y, durante el sueño final, lo busca e incluso lo provoca
para atraerlo.

Al final de la película, Nancy se muestra como un personaje femenino valiente


y decidido que quiere alcanzar al psicópata para enfrentarse a él prendiéndole fuego

785
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

o golpeando una silla contra él, llegando para además espetarle: “no eres nada, eres
basura”. Esto es lo que debería haber provocado que el villano desapareciese y
dejase tranquila a Nancy, su familia y amigos, pero al final del filme descubrimos que
Nancy aún permanece en la pesadilla, con lo que no ha conseguido abatir a Freddy.

El slasher ha invertido de alguna manera las nociones tradicionales de


género, al representar a mujeres como heroínas violentas que acaban con el villano,
aunque antes hayamos presenciado a estas mismas heroínas huir y esconderse. Sin
embargo autores como Clover mantiene sus reservas a la hora de calificar como
empoderador o feminista la figura de la final girl, pues ha estado enmarcada
igualmente por la visión masculina de la feminidad.

Clover (1992, p. 21), define el género como “the immensely generative story
of a psycho- killer who slashes to death a string of mostly female victims, one by one,
until he is himself subdued or killed, usually by the one girl who has survived” y
discute su fórmula narrativa como un concepto que resulta de especial interés
contemplar desde la perspectiva de género debido al papel ocupado por las mujeres
en un contexto desigual.

Como género, el suspense4 de los slashers se halla en quién será la próxima


víctima y cómo será ejecutada. Las escenas introductorias de los personajes son lo
suficientemente largas para que el espectador pueda desarrollar empatía o antipatía
por ellos y que sus muertes causen un impacto, relacionado con la ruptura del
espacio corporal. El personaje del asesino, referido también como psychokiller,
puede ser caracterizado como un ente sobrenatural o un ser humano psicópata. Es
fundamental en el género como ejecutor de los asesinatos para poder originar la
sensación de angustia o miedo en la audiencia. La identidad del asesino es también
un misterio crucial que generará un suspense, revelado generalmente al final de la
trama o convirtiéndola en la figura central de las películas.

4 El suspense es aquel tipo de miedo que produce una sensación de angustia prolongada en el
público, y en el que la audiencia sabe que algo malo puede ocurrirles a los personajes con los que
empatiza.

786
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

El montaje de este tipo de cine recurre a contrastes rítmico para causar la


sensación del miedo: crea un ambiente lento de planos largos con música
inquietante (generalmente de instrumentos de cuerda o sintetizadores), que
produce unas expectativas de lo que puede suceder, provocando una tensión que va
aumento hasta que culmina con la extrema rapidez de un susto (también conocido
como jumpscare), sirviéndose de gritos y sonidos chirriantes como apoyo sonoro
(Marimón, 2014, pp. 271-278).

En términos de estructura narrativa, el slasher está caracterizado por la


frecuente violencia explícita de los asesinatos y torturas que vuelven al cuerpo el
vehículo/espacio de las violencias posibles, presentándose un especial deleite hacia
una suerte de sobre exposición de situaciones terroríficas o torturas dirigidas por lo
general a personajes femeninos

Además de un terror psicológico que deriva de la posibilidad de ser


perseguido y acosado por un asesino, se desarrolla un terror visual derivado de las
escenas violentas asociadas a las ejecuciones que se suceden en los filmes. El
subgénero se halla en estrecha relación con otros subgéneros de violencia gráfica
conocidos como splatter, gore o torture porn. En estos filmes se genera el conocido
como body horror o terror corporal, aquel en el que cuerpo humano es torturado,
mutilado, deformado o destruido ante la pasiva mirada de la audiencia. El público
empatiza con las víctimas a través del dolor corporal durante escenas de tortura que
provocan una sensación de angustia prolongada (Marimón, 2014 p. 277).

Los guiones, tramas y características de una película de contenido gore


pueden ser variado: encontramos villanos tanto humanos como monstruosos, y
podemos presenciar en el mismo largometraje escenas de terror psicológico
mezcladas con secuencias de humor. Las escenas de tortura y violencia sirven como
muestra del potencial sádico e imaginativo del ser humano para realizar actos de
crueldad.

Con ello, podemos decir entonces, que los filmes slasher no dejan de ser una
herencia cultural y de continuidad discursiva de los cuentos clásicos como
Caperucita Roja, que advierten de los peligros a los que se expone una mujer joven
al adentrarse sola en un bosque y a aventurarse a encuentros con desconocidos en

787
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

un territorio ajeno en el que será una víctima indefensa. Las retóricas de la violación
y los relatos de raptos se remontan a diversas mitologías y culturas, donde sirven de
hilo argumental para comunicar un mensaje o una historia en particular, donde la
presencia de escenas de violaciones en los medios se basa en una vulnerabilidad
inherente al cuerpo femenino, el cual suele estar expuesto y sexualizado (Projansky
citado por Stancil, 2003, p. 1).

3. A manera de conclusión

Desde un lectura interseccional, podemos decir que existe una percepción


diferencial del cuerpo de las mujeres en el subgénero de cine slasher debido a que
cine es un medio de comunicación esencial en las sociedades actuales que adopta y
genera imaginarios colectivos y que puede reforzar determinadas ideas sobre el
cuerpo femenino.

Aunque las muertes de los personajes masculinos estén presentes, los


personajes femeninos son expuestos en pantalla durante un mayor tiempo
mostrando un estado de terror. La exhibición prolongada de las mujeres siendo
perseguidas y acechadas por los asesinos muestra un mayor deleite hacia los
cuerpos femeninos siendo objeto de transgresiones. Estas imágenes visuales de
mujeres aterrorizadas y objetivo de la violencia se pueden traducir en una mayor
percepción de vulnerabilidad.

Por otra parte, los componentes sexuales como la desnudez están más
presentes en los personajes femeninos que los masculinos, desvelando la
contemplación sexual de la mirada masculina hacia los cuerpos de las mujeres. Los
instintos de Eros y Thanatos, la unión del erotismo y la muerte, se hacen manifiestos
en el slasher. La sexualización en el cine se utiliza como táctica comercial, pero esta
puede generar una desensibilización hacia la violencia que es mostrada en pantalla.
Los cuerpos de las mujeres como objeto de vulneración conforman una imagen
recurrente. La dualidad de virginidad/promiscuidad se reproduce con
connotaciones positivas y negativas, realzando la virginidad como una cualidad que
garantiza la conservación de la vida. Los fundamentos de personajes femeninos

788
CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

promiscuos van acompañados de una falta de virtud y ética, que desembocarán en


la muerte, componiendo así un relato moral.

Por otra parte, la existencia del tropo final girl en el subgénero slasher supone
una presencia heroica femenina, si bien esta figura ha necesitado evolucionar a lo
largo de los años para consolidarse como un personaje con poder. Las primeras
chicas finales se limitaban a huir y a sobrevivir a las matanzas. El desarrollo de este
arquetipo ha derivado en heroínas que triunfan y que logran derrotar a los villanos.
Incluso así, tienen que pasar por las situaciones de violencia y ser mostradas en
estado de terror en la pantalla. A partir de los códigos semióticos y
representacionales podemos decir que el slasher presenta elementos machistas,
misóginos y cosificadores del cuerpo femenino ese es, sin duda, el cine de terror.

Tradicionalmente, el rol de la mujer en las películas de miedo es el de víctima


o el de superviviente traumatizada. Las primeras se agrupan en su propia categoría:
las scream queens o reinas del grito, actrices especializadas en correr ligeras de ropa
tratando de evitar al psicópata asesino de turno y en chillar exageradamente antes
de ser preceptivamente mutiladas. Las segundas son la final girls, esas mujeres que,
tras pasar por un auténtico calvario de horrores, logran mantenerse con vida y
escapar del psychokiller. Suelen ser las más recatadas de entre el grupo de víctimas.
La distinción no siempre era clara, pero la motivación de la masacre, tanto a nivel
dramático como ideológico, era diferente en cierto modo: en general, los
adolescentes son castigados por su promiscuidad y las mujeres son castigadas por
“ser mujeres”.

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CAPÍTULO 9. REPRESENTACIONES EN LA PEQUEñA Y LA GRAN PANTALLA

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791
CAPÍTULO 10
Mujeres autoras,
mujeres protagonistas
Arqueología del feminismo: Olympe de Gouges y su lucha en
favor de las mujeres

Esperanza de Julios Costas


Universidad de Sevilla
edejulios@gmail.com

Resumen

Olympe de Gouges (1748-1793) se consagra a la redacción de sus obras durante los


años que preceden a la Revolución francesa, lo que se convierte en su manera de
entrar en la esfera pública parisina y en los debates más controvertidos del
momento. A través de La nécessité du divorce (1790) y la Declaración de los derechos
de la mujer y la ciudadana (1791), fundamentalmente, De Gouges analiza desde una
perspectiva femenina la problemática de los derechos de las mujeres, centrándose,
en el del divorcio en la primera de las obras mencionadas. Olympe de Gogues se erige
en precursora del feminism ilustrado, en tanto que sus obras reivindican una
igualdad de derechos entre hombres y mujeres que resultaba, en cierto modo,
inconcebible en la época. A pesar de que su labor feminista y su obra cayeron en el
olvido tras su muerte, en el siglo XX el movimiento feminista reivindica su figura
como una de las pioneras del feminismo, principalmente, con su Declaración de los
derechos de la mujer y la ciudadana, su obra más conocida y estudiada.

Palabras clave

Feminismo, divorcio, Olympe de Gouges, derechos de las mujeres, literatura.

795
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

1. Introducción

La Revolución francesa se llevó a cabo desde dos dimensiones indisociables:


la política y la filosófica. Sin la segunda, también denominada révolution des esprits,
no habría sido posible la primera. Esta revolución del pensamiento, que se produce
en las décadas precedentes, cristaliza en el movimiento de la Ilustración, cuyas ideas
constituyen la base de la revolución que conduce a Francia hacia la república. La
Revolución, a su vez, constituye “una etapa decisiva en la transición del feudalismo
al capitalismo” (Saboul, 1981, p. 137). De este modo, la Ilustración jugó un papel
fundamental, ya que fue la encargada de transmitir y expandir las ideas ilustradas
no solo por los círculos intelectuales de Francia, sino por los de toda Europa. Esa es,
precisamente, la dimensión que será objeto de nuestra atención en este trabajo, a
través de una autora que es fiel representante de su época y que se erige en
precursora de la lucha por los derechos de la mujer.

Al promediar el siglo XVIII nace Olympe de Gouges, mujer que se involucra


en la Revolución y que desempeñará su lucha simultáneamente en los ámbitos
políticos y literarios. Olympe de Gouges está imbuida de las ideas ilustradas que se
gestan en la Francia de la segunda mitad del siglo XVIII. Es, por tanto, un exponente
singular de las corrientes racionalistas y humanistas de pensamiento que convergen
en la Ilustración, cuyo caudal de doctrina expresa y hace suyo, confiriéndole una
particular orientación: la lucha por la equiparación de la mujer. Su defensa del sexo
femenino la convierte en un hito en la pugna por la igualdad de derechos y la
convierte en luminosa precursora del feminismo ilustrado.

En este trabajo pretendemos reivindicar su figura y destacar la importancia


de su contribución en favor de las mujeres que se explicita, en primer lugar, en el
ámbito literario, en segundo lugar y sin solución de continuidad en el plano político,
y se condensa, finalmente, en un compromiso vital que comprende las distintas
facetas de su personalidad y hacer de su figura un paradigma de lucha por la
igualdad testimoniado con su propia vida.

Elegimos a Olympe de Gouges como objeto de estudio por la fuerza de su


compromiso vital en favor de los más vulnerables, de los excluidos y de aquellos que

796
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

quedan en las cunetas de la Historia así como por su singular empeño en la lucha
por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Es este compromiso vital el
que convierte también en político y literario.

Su decisión, su ímpetu y su firmeza la llevarán a ser capaz de irrumpir en la


esfera pública como activista y dramaturga, llegando a conseguir que algunas de sus
obras fueran representadas por la compañía teatral de la Comedia Francesa, una de
las tres compañías oficiales hasta 1791, cuando se suprime el sistema de monopolio
de las representaciones teatrales.

Trataremos, por tanto, de dar unas sucintas indicaciones biográficas con el


objetivo de que quede patente cómo se sobrepone a los obstáculos que encuentra
por ser mujer, para después analizar La nécessité du divorce1, una pieza de teatro
escrita en 1790 y que, a pesar de que su descubrimiento se produjo a final del siglo
XX (1991), permanece prácticamente olvidada.

Finalmente, haremos una breve referencia a la Declaración de los derechos de


la mujer y la ciudadana que es, sin lugar a dudas, el texto más conocido y estudiado
de los que produjo Olympe de Gouges, y que acabó convirtiéndose en el que, sin
exageración, podríamos denominar documento fundacional del feminismo
moderno, valor que, sin embargo, no le será reconocido hasta entrado el siglo XX.

2. Una aproximación biográfica

Olympe de Gouges nació con el nombre de Marie Gouze el 7 de mayo de 1748


en Montauban (Francia), en el seno de una familia perteneciente a la burguesía.
Aunque creció en el seno del matrimonio que su madre había contraído con Pierre
Gouze, De Gouges refería habitualmente ser hija ilegítima del marqués Le Franc de

1 A lo largo de este trabajo, indicaremos en español los títulos de las obras que estén traducidas;
dejaremos en francés el título de aquellas que no hayan sido traducidas, respetando así su título
original.

797
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Pompignan, hecho que carecería de importancia si no fuera porque afirmaba haber


heredado el talento de su padre natural (filósofo y escritor que nunca llegó a
reconocerla) y porque su relación con él la inspira escribir, en 1788, su novela
epistolar y autobiográfica Mémoire de Madame de Valmont2. En ella, expresa que
guarda un mal recuerdo de su matrimonio, que fue obligada a contraer cuando tenía
dieciséis años y fruto del cual nació su hijo Pierre. Afirma, igualmente, que su
educación sería más rica si se la hubiera proporcionado el marqués: menciona que
desconoce las nociones básicas del francés debido a que creció en una zona donde
se hablaba poco y mal3 (Blanc, 2014, pp. 17-32).

Tras la muerte de su marido en 1766, pocos meses después del nacimiento


de su hijo, Marie adopta el pseudónimo de Olympe de Gouges que, en realidad, no le
resulta extraño: escoge “Olympe” porque era el nombre de su madre, que a veces
precede de “Marie”. El apellido “Gouges” puede ser una variación de “Gouze”: Blanc
(2014, pp. 32-33) explica que, dado que la ortografía no estaba fijada aún, existían
varias formas de escribir su apellido original, siendo “Gouges” una de ellas. Por
último, añade la partícula “de” entre el nombre y el apellido como manera de indicar
“hija de”.

En 1788 Olympe de Gouges decide marcharse a París con su hijo y con un


hombre con el que mantiene una relación. Ya en la capital, quiso hacerse hueco como
autora dramática, objetivo que consiguió, puesto que algunas de sus obras fueron
representadas por la Comedia Francesa4. No obstante, la dramaturga decide crear
su propia compañía para evitar la censura de la Comedia Francesa ya que, como

2 El título completo de la novela es Mémoire de Madame de Valmont contre l’ingratitude et la

cruauté de la famille de Flaucourt avec la sienne dont les sieurs de Flaucourt ont reçu tant de services.
Al ser una novela autobiográfica, identificamos a “Madame de Valmont” con la propia autora y a “la
famille de Flaucourt” con la familia del marqués Le Franc de Pompignan, tal como se explica en la
obra (Blanc, 2014, p. 17).

3 Recordemos que, en su época, el francés aún no contaba con unas reglas establecidas y la lengua
no se había extendido al total de la población puesto que, la mayoría, seguía hablando su patois, su
dialecto.

4 La Comedia Francesa era una de las tres compañías teatrales oficiales que detentaron el
monopolio de las representaciones hasta 1791, cuando se abolió el sistema de monopolio que
controlaba la actividad teatral en París (Delon & Maladain, 1996, p. 413).

798
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

explican Noack y Duclos (1993, p. 67), una mala relación con esta institución suponía
un suicidio intelectual.

Olympe de Gouges no se contentó con formar parte del círculo literario


parisino, sino que también se dio a conocer por su faceta de mujer política,
incorporándose a una lucha que, desde el punto de vista de algunos de sus
contemporáneos, no es la suya, puesto que la mujer debía permanecer en la esfera
de lo privado y su escritura comprometida la sitúa en el dominio de lo público. Es
por esto, y por afirmar el carácter innato de su talento, por lo que la imagen de
Olympe de Gouges dista tanto de la representación del autor que estaba permitida.
De hecho, Olympe de Gouges es una de las pocas mujeres que intervino en la
Revolución y que inscribió su proyecto tanto en el campo político como en el
literario (Blanc, 2003, p. 544; Brouard-Arends, 2003, pp. 416-418).

En marzo de 1793 se proclama una ley que dicta la represión hacia quienes
cuestionen la legitimidad de la República, pero De Gouges la ignora y escribe Les
Trois Urnes ou le Salut de la patrie, par un voyageur aérien, un panfleto que proponía
un plebiscito en el que los franceses pudieran elegir entre un gobierno monárquico,
uno republicano unitario (sistema defendido por los jacobinos) o uno republicano
federal (fórmula por la que abogaban los girondinos, lo que constituía una de las
principales acusaciones en su contra al ser juzgados). Este documento es el motivo
de su detención el 19 de julio de 1793 y de su subsiguiente encarcelamiento. El 2 de
noviembre de 1793 la llevan ante el Tribunal Revolucionario, ante el que asume su
propia defensa, al habérsele negado el derecho a un abogado. Es condenada a pena
de muerte “por tratar de socavar la República con sus escritos, por pretender ser
“hombre de estado” y por haber olvidado las virtudes propias de su sexo” (Sirvent
Ramos, 2009, p. 199). Fue guillotinada al día siguiente, 3 de noviembre de 1793.

Respecto a su obra, tanto política como literaria, es necesario subrayar la


incesante actividad que llevó a cabo desde 1788 hasta el final de su vida. Sus escritos
están impregnados de un acentuado compromiso político, en el sentido etimológico
del término, que la autora no oculta y que caracteriza al conjunto de su obra. En el
ámbito teatral, destacamos obras como L’Esclavage des Noirs (1792), drama que le
acarreó numerosos conflictos con la Comedia Francesa y con los círculos de poder

799
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

por posicionarse en contra de la esclavitud o Le Couvent ou les vœux forcés, obra que
reivindica la libre elección de las mujeres sobre su vida, condenando a quienes
obligan a las jóvenes a asumir forzadamente un estatus que no desean, en este caso,
el ingreso en un convento y la profesión de votos.

3. Olympe de Gouges y el divorcio

Olympe de Gouges se sirve de su obra, como hemos mencionado con


anterioridad, para llevar a cabo una defensa de los grupos más vulnerables de la
sociedad, principalmente de los esclavos y de las mujeres, en relación con las cuales
será objeto de su atención también la situación de la mujer casada y la ausencia de
libertad que, en el contexto de la sociedad del Ancien Régime, podía suponer para las
mujeres. A lo largo de su vida, escribió diversos textos referentes a la problemática
del divorcio: en 1790 publica el panfleto Plaidoyer pour le droit au divorce et un
statut équitable pour les enfants naturels, así como la obra de teatro La nécessité du
divorce. El primero de los escritos es un alegato en el que expresa que, en su opinión,
el divorcio constituye una necesidad para la libertad del hombre, aprovechando
también para reivindicar los derechos de los hijos naturales (de Gouges & Groult,
1986, pp. 113-114). En el caso de La nécessité du divorce, De Gouges utiliza el género
cómico para reivindicar el derecho al divorcio, que se aprueba en 1792. Ambos
escritos son portadores de ideas declaradamente modernas en tanto que su tema
principal está íntimamente relacionado con la emancipación de las mujeres que, en
status nascendi, comienza a desarrollarse en aquella época, aun con la oposición de
los círculos de poder, mayoritariamente masculinos, que (a excepción de unos
cuantos filósofos ilustrados como Condorcet) se negaban a concederles un espacio
en la vida pública.

La nécessité du divorce fue rechazada por la Comedia Italiana en 1791, de


manera que no llegó a representarse ni tuvo gran repercusión (Blanc, 2014, p. 154).
La obra original desapareció en 1793, tal como señala Sirvent Ramos (2009, p. 198),
pero Gisela Thiela-Knobloch y Gabrielle Verdier descubrieron una copia manuscrita
en 1991, casi dos siglos después de su producción, que se conserva actualmente en
la Biblioteca Nacional de Francia. Verdier (2001, p. 156) señala que todo indica que

800
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

La nécessité du divorce sería la única comedia sobre este tema escrita por una mujer.
Por tanto, la originalidad no solo reside en el hecho de que una mujer escriba una
comedia sobre esta temática, sino también en que, probablemente, sea la única
mujer que lo hizo en su época. Por otro lado, Delon y Maladain (1996, p. 488),
apuntan que el propósito de la comedia “est désormais moins de corriger les
caractères que de donner à voir les conflits de la société”. En esto consiste la
originalidad de la comedia de esta época en general, y la de Olympe de Gouges en
particular, al reflejar en su obra la preocupación social por el derecho al divorcio,
exponiendo y corroborando su propia tesis, y explicitando en el título que
consideraba que el divorcio era una necesidad.

La pieza de teatro en cuestión constituye una defensa del derecho al divorcio


que Olympe de Gouges realiza sirviéndose del conflicto entre dos cónyuges a causa
de la infidelidad del marido. El amigo común, Rosambert, defiende varios
argumentos a favor de la legalidad del divorcio. La tesis principal de la obra es la
utilidad del derecho al divorcio, que no sólo contribuiría a fortalecer la sociedad, ya
que hombres y mujeres podrían juntarse y ser fecundos con total libertad, sino que
el reconocimiento del derecho fortalecería la propia institución del matrimonio, al
prevalecer, sobre las diferencias de la cotidiana convivencia, la voluntad de vivir
juntos (De Gouges & Thiela-Knobloch, 1991, pp. 145-181).

El desenlace de la trama corrobora los argumentos de Rosambert sobre la


utilidad social del divorcio y concluye con la reconciliación de los esposos. Con su
obra, Olympe de Gouges realiza una defensa encendida del entonces ampliamente
denostado derecho al divorcio y reivindica el valor del consentimiento libremente
prestado como fundamento de la unión de los esposos; libertad que es, al propio
tiempo, el fundamento de la continuidad del matrimonio. Sin embargo, esta defensa
de la libertad de los cónyuges no carece de restricciones. La libertad no conduce a
un individualismo extremo. Para De Gouges, el divorcio tiene sus límites y la ley debe
proteger a los hijos habidos en el matrimonio.

801
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

4. Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana (1791)

Durante el siglo XVIII, el lugar de la mujer seguía siendo su casa, puesto que
la vida pública continuaba siendo un terreno de hombres. Según Robespierre (citado
por Gauchet, 1989, p. 588), la Revolución francesa fue “la primera revolución
fundada sobre la teoría de los derechos de la humanidad”, pero las mujeres fueron
excluidas de estos derechos.

El 26 de agosto de 1789, se aprueba en la Asamblea Nacional Constituyente


la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, refiriéndose al Hombre
con mayúscula, a la especie, y no al hombre como varón 5. Sin embargo, la
Constitución de 1791, en la que se incluyó este escrito, limitaba su aplicación al
hombre con minúscula. Es por ello por lo que Olympe de Gouges decide publicar, el
14 de septiembre de 1791, la Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana,
que dedicó a la reina María Antonieta, ejecutada unas semanas antes que ella (Blanc,
2014, p. 150).

En el texto, Olympe de Gouges reclamaba la igualdad de derechos para todos


los hombres y todas las mujeres, sin distinción de ninguna índole. Reivindica la
igualdad en materia de derechos, tanto políticos como civiles. En el epílogo, quizá la
parte más conocida de la obra, De Gouges hace un llamamiento a las mujeres para
que se sirvan de su razón: “Femme, réveille-toi, le tocsin de la raison se fait entendre
dans tout l’univers. Reconnais tes droits” (De Gouges & Groult, 1986, p. 106). Cuatro
meses después de esta publicación, el 17 de febrero de 1792, la escritora edita Le
Bon Sens du Français, panfleto en que vuelve a reivindicar la proclamación inmediata
del derecho al divorcio.

Todo esto se debe a que De Gouges consideraba necesario que las mujeres
reconocieran sus derechos para llegar a la verdadera igualdad entre sexos. Uno de
estos derechos, al que atribuía especial importancia debido a su experiencia

5 Gauthier (2003, p. 740) recuerda que el modo de sufragio para los Estados generales de 1789
reservaba el voto al cabeza de familia, sin especificar restricción de sexo.

802
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

personal, era el del divorcio. En su opinión, dado que ambos cónyuges podrían
solicitar el divorcio, este “établirait une véritable égalité entre les époux” (Blanc,
2014, p. 154), puesto que la separación les devolvería la libertad de la que no
gozaban durante el matrimonio.

Asimismo, con la igualdad de derechos entre sexos, dejaría de existir la


“esclavitud de las mujeres”6: despojadas de derechos civiles y políticos, vivían en
una situación que rozaba la esclavitud en los que a derechos se refiere. Es por ello
por lo que, durante el siglo XVIII, algunos filósofos alzan la voz en su favor y ellas
mismas son, en algunos casos, capaces también de reivindicar la igualdad. Entre
estos hombres que apoyaban la causa femenina encontramos a Condorcet, que
escribió Sur l’admission des femmes au droit de cité en 1790, y al diputado Guyomar,
que, en un folleto de abril de 1793, asegura que no comprende que la diferencia
biológica implique una diferencia de derechos y equipara el prejuicio de color con el
de sexo, comparando, por tanto, la esclavitud de los negros con la de las mujeres
(Godineau, pp. 404-405).

5. Conclusión

En suma, Olympe de Gouges emprendió un combate contra las desigualdades


y contra cualquier tipo de exclusión, lucha que se manifiesta en sus numerosos
escritos políticos y literarios. Su compromiso vital en aras de la justicia le lleva a
dedicar sus obras a esta lucha infatigable en pro de los más desfavorecidos. Muestras
elocuentes de ello son L’Esclavage des Noirs y La nécessité du divorce, además de
otros escritos en los que manifiesta una acentuada preocupación social.

6 Empleamos la expresión “esclavitud de las mujeres” puesto que hemos podido comprobar que
ya en el siglo XVIII algunos autores se servían de ella. Blanc (2003, p. 543) se basa en Gabrielle Verdier
para explicar que este es uno de los temas principales en la obra de Olympe de Gouges. Sgard (2003,
p. 938), por su parte, apunta que la prensa femenina contribuyó a la difusión del problema, mientras
que Godineau (2003, p. 261) señala que esta esclavitud a la que eran sometida las mujeres fue uno
de los aspectos más denunciados por Etta Palm, activista y fundadora de la Société Patriotique et de
Bienfaisance des Amies de la Vérité, en 1791.

803
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En esta lucha en favor de los más vulnerables se inscribe su lucha por la


igualdad de las mujeres, haciendo de su Declaración una denuncia contra el uso
sexista de la Declaración de los derechos del Hombre del 89. En este extremo, como
en tantos otros, De Gouges es distintivamente moderna. Podríamos decir aún más:
como hija de su tiempo, su discurso está impregnado de las luces y de las sombras
de esta decisiva coyuntura histórica.

A la postre, su discurso es, en suma, un discurso moderno, plenamente


coherente con el discurso universalista de la Ilustración, el que inspira el lema
revolucionario: “Libertad, Igualdad y Fraternidad”. No obstante, se ha operado en
cierta medida una reducción de la figura de Olympe de Gouges a un documento (la
Déclaration des droits de la femme et de la citoyenne) que, aunque es emblemático,
no compendia su compromiso vital ni la riqueza de facetas en las que se desenvuelve
su personalidad.

Referencias

Blanc, O. (2014). Olympe de Gouges. Des droits de la femme à la guillotine. Éditions


Tallandier.

— (2003). Gouges, M.O. A. En H. Krief & V. André (Eds.), Dictionnaire des femmes des
Lumières: Vol. I (pp. 542-546). Honoré Champion.

Brouard-Arends, I. (2003). Émancipation. En H. Krief & V. André (Eds.), Dictionnaire


des femmes des Lumières: Vol. I (pp. 415-418). Honoré Champion.

De Gogues, O., & Groult, B. (1986). Déclaration des droits de la femme et de la


citoyenne. En Œuvres (pp. 99-112). Mercure de France.

— (1986). Plaidoyer pour le droit au divorce et un statut équitable pour les enfants
naturels. Extrait d’une motion au duc d’Orléans. En Œuvres (pp. 113-114). Mercure
de France.

De Gouges, O., & Thiela-Knobloch, G. (1991). La nécessité du divorce. En Théâtre


politique: Vol. 2 (pp. 145-181). Côté-Femmes.

804
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

Delon, M., & Maladain, P. (1996). Littérature française du XVIIIe siècle. Presses
Universitaires de France.

Gauchet, M. (1989). Derechos del Hombre. En F. Furet & M. Ozouf, Diccionairio de la


Revolución francesa (pp. 558-567). Alianza.

Gauthier, F. (2003). Liberté. En H. Krief & V. André (Eds), Dictionnaire des femmes
des Lumières: Vol. II (pp. 739-743). Honoré Champion.

Godineau, D. (2003). Club féminin. En H. Krief & V. André (Eds.), Dictionnaire des
femmes des Lumières: Vol. I (pp. 259-263). Honoré Champion.

— (2003). Égalité. En H. Krief & V. André (Eds), Dictionnaire des femmes des
Lumières: Vol. I (pp. 402-405). Honoré Champion.

Noack, P., & Duclos, I. (1993). La deuxième vie. En Olympe de Gouges: courtisane et
militante des droits de la femme. 1748-1793. (pp. 49-86). Éditions de Fallois.

Saboul, A. (1981). La Revolución Francesa. Presses Universitaires de France.

Sgard, J. (2003). Presse féminine. En H. Krief & V. André (Eds), Dictionnaire des
femmes des Lumières: Vol. II (pp. 935-939). Honoré Champion.

Sirvent Ramos, Á. (2009). La crítica social y política de Olympe de Gouges y Manon


Roland. En À. Santa y C. Solé Castells (Eds.), Texto y sociedad en las letras francesas y
francófonas (pp. 199-201). Departament de Filología Clàssica, Francesa i Hispànica
de la Universitat de Lleida.

Verdier, G. (2001). Olympe de Gouges et le divorce sur la scène révolutionnaire:


adieu au mariage d’Ancien Régime? Dalhousie Frech Studies, 56, 154-164.

805
La manipulación del cuerpo femenino, maternidad e infidelidad
en Return to Wuthering Heights (1977), de Anna L’Estrange

Ana Pérez Porras


Universidad de Granada
anaperezporras@ugr.es

Resumen

En 1977 Anna L’Estrange, como lectora de la narrativa brontëana publica una


secuela para Wuthering Heights (1847), de Emily Brontë. Al igual que Emily Brontë
L’Estrange pretende una reivindicación femenina y presenta distintas experiencias
femeninas. En este trabajo nos detendremos a explorar la obra de Anna L’Estrange,
Return to Wuthering Heights (1977), concretamente analizaremos la temática de la
manipulación del cuerpo femenino, maternidad e infidelidad. En el análisis crítico
del personaje de Margaret presenciaremos cómo la joven es duramente maltratada
y violada por su esposo bajo los efectos de la dipsomanía. En el caso de Jessica nos
encontramos ante una joven que tras ser infiel a su marido en varias ocasiones y
dar a luz a una hija ilegítima finalmente se divorcia de el. Return to Wuthering
Heights (L’Estrange, 1977) es un claro ejemplo de la diseminación cutural
brontëana. Emily Brontë criticó a la sociedad que la rodeó y reflejó las limitaciones
sociales a las que tenían que enfrentarse las mujeres. Anne L’Estrange se ha
enfrentado a la difícil tarea de continuar con el legado de la narrativa brontëana y
merece que su obra sea elogiada desde una perspectiva de género.

Palabras clave

Return to Wuthering Heights, Anna L’Estrange, manipulación del cuerpo femenino,


maternidad, infidelidad

806
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

1. Introducción

La escritora inglesa Emily Jane Brontë (Thornton, 1818-Haworth, 1848) ha


sido objeto de numerosas investigaciones que han abordado diferentes aspectos de
su vida y obra. Wuthering Heights (Brontë, 1847) es una obra de reconocimiento
internacional que se estudia en el Grado de Estudios Ingleses. En el momento de su
publicación Wuthering Heights (Brontë, 1847) no fue, en general, bien aceptada
por la sociedad victoriana inglesa cuyas normas del decoro, salvando la distancia
histórica, tienen bastante en común con las de la dictadura. Se consideró la novela
desagradable, ruda, de personajes diabólicos, pasiones violentas y destructivas,
cruel y, por ende, inmoral (Pajares Infante, 2007, p. 56). La reacción que los críticos
tuvieron fue de gran asombro, de una perplejidad absoluta ante el espectáculo de
una historia de amor tan apasionada, que al parecer rebasaba los límites impuestos
por la moral ortodoxa reinante en la época victoriana. Se ha mantenido la creencia
de que Wuthering Heights (Brontë, 1847) fue ignorada por la crítica
contemporánea, lo cual no es verdad. Lo que sí se puede deducir en relación a las
críticas es que, sin duda, causó una profunda sensación de asombro e
incertidumbre. También la moralidad de esta obra fue uno de los aspectos más
debatidos por la crítica del momento. Según Kindelán (1989, p. 55), algunos
críticos la consideraban moralmente aceptable, puesto que por un lado, la novela
creaba su propio universo moral, trascendiendo los principios del bien y del mal, y
por otro lado, reprochaban la falta de un fin didáctico, común en la literatura
victoriana. Aunque Emily Brontë falleció en 1848 “sin haber disfrutado del
reconocimiento de la crítica de su país” (Pérez Porras, 2017, p. 81) su legado ha
continuado y en el siglo XX surge el fenómeno de la diseminación cultural
brontëana, término acuñado por Stoneman (1995). Stoneman, por su parte, explica
que la Brontë Society se vio obligada a montar exhibiciones de versiones escénicas
y cinematográficas de Wuthering Heights y Jane Eyre en 1990 y 1991. Además, la
autora hace alusión a que han sido traducidas a más de veinte idiomas (Stoneman,
1995, p. 220). Autores como Gómez-Galisteo (2018) se han detenido a analizar dos
reescrituras de la obra, Windward Heights, de Marysé Condé (1995) y Heathcliff:
The Return to Wuthering Heights (1992) de Lin Haire-Sargeant. Pérez Porras

807
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

también hace alusión a algunas reescrituras entre las que se incluye una
adaptación erótica de la novela:

Las distintas generaciones de lectores han conseguido que Wuthering Heights


sea una obra inmortal y en el siglo XX y XXI han salido a luz diversas reescrituras
literarias de la obra, entre las publicaciones más actuales podemos citar:
Wuthering Nights: An Erotic Retelling of Wuthering Heights (E. Brontë y I. J.
Miller), la de Heathcliff, Vampire of Wuthering Heights (E. Brontë y Amanda
Paris, (2010) o Nelly Dean: A Return to Wuthering Heights de Alison Case (2016)
(Pérez Porras, 2019, p. 380).

A nuestro juicio, estas nuevas obras deben ser estudiadas por la crítica
debido porque han contribuido a expandir mundialmente el legado y la narrativa
de E. Brontë. Dentro de esta amplia diseminación cultural, hemos seleccionado
para nuestro análisis la novela de Anna L’Estrange (1977) por tratar una temática
relevante desde una perspectiva de género.

2. Objetivos y metodología

El principal objetivo de este trabajo es realizar un estudio sobre la temática


de violencia de género en Wuthering Heights de Emily Brontë y Return to
Wuthering Heights de L’Estrange (1977), una secuela literaria de la obra, tomando
como punto de partida la historia de dos personajes femeninos: Margaret
Earnshaw y Jessica Temple. Como metodología para este trabajo tomamos como
referencia el concepto de Stoneman (1995), Brontëan cultural dissemination
(diseminación cultural brontëana). Como base para nuestro trabajo partimos del
estudio crítico feminista sobre Wuthering Heights (Brontë, 1847) de Stoneman
(1992) y Mahapatra (2014). También hemos tomado como referencia el estudio de
Pérez Porras (2019) sobre la reivindicación femenina en Return to Wuthering
Heights en el que la autora se centra en el estudio de dos personajes femeninos:
Catherine y Margaret Earnshaw.

808
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

3. Return to Wuthering Heights

En 1977 Anna L’Estrange se embarca en una ardua tarea, la de elaborar una


continuación para la novela de Emily Brontë, y, a un mismo tiempo, proporcionar
ciertos datos sobre la misteriosa ausencia de Heathcliff en la novela brontëana. La
autora sabe que será criticada, y, aún así, considera que Wuthering Heights necesita
una continuación. Es destacable mencionar que esta obra ha pasado casi
desapercibida por la crítica aunque gracias al estudio de Van Der Meer (2005)
sabemos que la autora utilizó un pseudónimo y que su verdadero nombre es
Rosemary Ellerbeck (Van Der Meer, 2005, p. 41). La autora crea esta obra
desarrollada de modo paralelo a su predecesora, tanto en estructura como en la
caracterización de los personajes. También crea el personaje femenino de Dorothy
Ibbitson para poder enlazar las dos historias (la de Brontë y la suya); se trata de un
personaje secundario cuya única función es la de relatar la verdad sobre su hijo
Jack y los años que Heathcliff pasó en Liverpool. Heathcliff y su sucesor Jack
Heathcliff son dos elementos indispensables para unir las dos historias de la
narrativa brontëana En Return to Wuthering Heights (L’Estrange, 1977) el hijo de
Heathcliff, Jack, logrará seducir a Cathy Earnshaw (hija de Catherine Linton en
Wuthering Heights) y esta huirá con él a pesar de ser la esposa de Hareton.
L’Estrange explica en su prólogo el motivo por el que ha decidido escribir esta
secuela: “Mainly I think, because the novel cries out for it. It is a tribute to Emily’s
genius that after so many years it is still such a powerful force” (L’Estrange, 1977,
vi) y deja constancia de que no se propone escribir como Emily. En su novela, se
centraría en las interacciones y las relaciones humanas:

I would write a completely different kind of novel merely taking on her two main
characters where she left off—Hareton and Cathy—and my interest would be
solely in the interplay of human relationships, the development of character, and
the influence of natural and unnatural forces on human destiny (L’Estrange,
1977, ix).

Van Der Meer en su estudio afirma que The Return to Wuthering Heights
(1977) ofrece numerosas razones por las que podría verse como una secuela
creíble, y numerosas razones por las que no. También hace referencia a la

809
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

dimensión sexual del texto de L’Estrange: “What separates Ellerbeck’s text so


entirely from Wuthering Heights is the overtly sexual dimension she includes,
which constantly reminds us that The Return to Wuthering Heights cannot stand as
a nineteenth-century text” (Van Der Meer, 2005, p. 50). L’Estrange explora en su
novela la temática de la maternidad, sexualidad, violencia y manipulación del
cuerpo femenino. En este trabajo abordaré un análisis crítico de su temática a
través de la historia de dos personajes femeninos: Margaret Earnshaw y Jessica
Temple.

4. Análisis y discusión

En primer lugar, analizaremos la historia de Margaret Earnshaw y la


manipulación del cuerpo femenino. En segundo lugar, se propone un análisis de
reflexión crítica sobre el personaje de Jessica y la temática de la maternidad e
infidelidad. A través de estas historias, los lectores presenciaremos cómo
L’Estrange se interesa por las experiencias femeninas y cómo sus personajes
buscan reconstruir su identidad.

4.1. Margaret Earnshaw

L’Estrange se atreve a denunciar no únicamente el maltrato psicológico


como el caso de Heathcliff con Isabella en Wuthering Heights (Brontë, 1847), sino
también la manipulación del cuerpo femenino ya que el personaje de Margaret es
violada por su marido bajo los efectos de la dipsomanía. La temática de la violencia
de género está presente en la obra de Brontë y L’Estrange y además existe un
paralelismo entre dos personajes femeninos: Isabella Linton y Margaret Earnshaw.
En el caso de Isabella Linton nos enfrentamos ante un caso de violencia doméstica
y agresión. L’Estrange, por su parte, se detiene a profundizar el tema de la
violación. Margaret, contrae matrimonio muy joven con Jack Heathcliff (ex-amante
de su madre y padre de su hermano Anthony). Tal y como le ocurrió a Isabella
Linton en la novela brontëana, Margaret se da cuenta demasiado tarde de que Jack
Heathcliff únicamente pretende vengarse de su familia. Encontramos un
paralelismo en la historia, del mismo modo que Isabella Linton lo hizo en

810
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

Wuthering Heights (1847), la joven Margaret le envía una carta a su padre


explicándole que pretende contraer matrimonio con Heathcliff. Margaret huye con
Jack Heathcliff y le informa a Agnes de su huida con el general Jack Heathcliff: “I
feel I am so fortunate to have for a husband a man such as he, experienced in the
way of the world and not as gauche and awkward as were the Young men I knew
Margaret Heathcliff” (L’Estrange, 1977: 244). Jack únicamente pretende vengarse
de su familia y comienza a tratarla con desdén: Margaret pretende volver junto a
su padre y poder huir de las garras de su marido pero está embarazada; además su
cónyuge se siente orgulloso de su estado de buena esperanza. En un primer intento
Margaret huye de su marido pero vuelve con el capitán a Wuthering Heights, lugar
en el que da a luz a dos mellizos. La joven soporta las infidelidades de su marido
con otras mujeres; le suplica que no la siga humillando y le devuelva a su padre las
propiedades que le ha robado pero el capitán hace caso omiso a sus súplicas.

Margaret se siente como una propiedad de su marido, desolada en una


situación de desamparo pero cree que debe ser una esposa obediente. En el
capítulo XVI el capitán Heathcliff (hijo de Heathcliff) le insiste para que retomen la
relación y promete hacer todo lo que pueda para agradarla. Margaret le recrimina
su comportamiento e intenta justificar el motivo por el cual no puede volver a
amarle. Margaret desprecia a su marido y este rechazo no es bien recibido por el
coronel que le hace saber que en el contrato matrimonial está escrito que debe
obedecer a su marido y termina violándola:

Margaret, open the door! Tis writ in the marriage bond that thou shalt confort
thy husband and obey him. OBEY, do you hear, Margaret? I’ll beat down this
door unless you open it.’ I wondered that the servants did not come but I suppose
that, like me, thay had Heard and knew not what to do. In fact, there was not one
strong enough to stand up to the master, either physically or verbally, or of
course any who had the right (L’Estrange, 1977, p. 297).

El coronel la humilla diciéndole que también tuvo relaciones sexuales con


su madre:” Aye and thy mother too—a right pair of wenches in heat if ever there
were” (L’Estrange, 1977, p. 298). Además de soportar esta degradación, Margaret
es víctima de una violación. Agnes escucha toda la conversación y percibe que el
coronel Jack bajo los efectos de la dipsomanía introduce forzosamente su cuerpo

811
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

en el de su mujer “A man was violating his own wife against her will and it seemed
to me that nothing said in the marriage contract or anywhere else could ever
justify that” (L’Estrange, 1977, p. 298). Al día siguiente, Margaret tiene secuelas
físicas de la violación y no puede dar el pecho a sus hijos, tal y como nos lo hace
saber Agnes: “As soon as I had seen to the babies I went into my mistress and
found her awake and up, all ravages of the night before repaired except that I
marked her lip was swollen and there was the suspicion of a bruise over one year”
(L’Estrange, 1977, p. 298). También Agnes se da cuenta de que sus senos están
amoratados de la agresión de la noche anterior: “I think my milk has gone, Agnes.
There is nought for them to suck. Pray prepare their feeding bottle. The shock to
her delicate system has caused my mistress’s milk to addle” (L’Estrange, 1977, p.
300). Aunque su hermano Rainton le sugiere que puede conseguir el divorcio
Margaret se encuentra sin escapatoria puesto que sabe que su padre Hareton no
tiene solvencia económica.

‘What is this, Margaret?’ he cried, his voice raising. ‘What are these bruises I see,
that cut on your mouth, the discolouration of the eyes? Does he ill treat you, too?
Say he does not, I beg you, or I will get a whip to him this very day.’

‘Oh no, no. It was a fall.’. Mrs. Heathcliff cried quickly, drawing the shawl over
her bosom. But Master Rainton turned to me, his face like a thundercloud
(L’Estrange, 1977, p. 303).

Desgraciadamente, Margaret niega que ha sido violada y sus palabras nos


transmiten el miedo y la vergüenza que siente una mujer maltratada. Recordemos
que Isabella Linton fue maltratada física y verbalmente pero nunca violada. Nos
encontramos ante una situación de violencia de género en el que Rainton interroga
a Agnes porque necesita saber si su hermana ha sido maltratada y esta se siente
aterrada por lo que vivió la noche de la violación: “I buried my head in my hands
and wept for I had had no sleep the night before and the shock of what has ocurred
was still with me” (L’Estrange, 1977, p. 303). Rainton pretende defenderla y sale
precipitadamente de Wuthering Heights para retar al coronel Jack Heathcliff en
duelo. Jack Heahtcliff pretende arrojar a Hareton al precipicio pero
desafortunadamente se resbala y fallece al instante (L’Estrange, 1977, p. 306). Este

812
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

fallecimiento repentino le permite a Margaret liberarse de las garras de su opresor


y llevar una vida tranquila junto a sus hijos.

4.2. Jessica Temple

En el caso de Jessica Temple los lectores presenciamos una evolución del


personaje. Al principio es descrita como una joven caprichosa pero con el paso del
tiempo se dará cuenta de que no puede renunciar al verdadero amor que siente
por Anthony. Jessica Temple contrae matrimonio con Rainton pero vive una
historia de amor con Anthony Heathcliff dando a luz un bebé, Catherine. Sobre este
personaje me gustaría destacar que tras sufrir un aborto, enferma y débil se vuelve
a quedar embarazada porque su marido desea un heredero a pesar de la delicada
salud de la que goza. Tres meses después del nacimiento de Ruth estaba de nuevo
embarazada, pero tiene un aborto al estar en una situación de salud delicada. Se
deprime pero ni este hecho hace que su marido le tuviera lástima y vuelve a
quedar embarazada. tal y como conocemos por el relato de Agnes:

“But even her weak condition caused her husband no pity and she was quickly
with child again and, indeed, she spent the next nine months confined to her bad,
for the doctor said that she never ought to have been got with the child so soon
but, since she had, they only chance of keeping it was to lie down (L’Estrange,
1977, p. 355).

En este fragmento observamos el concepto de maternidad obligada en el


matrimonio. Jessica dio a luz a Mathew un niño muy grande y fuerte aunque como
sabemos, estuvo a punto de perder la vida en el parto:

“The birth almost killed my mistress because the boy was so large, a real
Earnshaw if ever I saw one. For weeks the doctor despaired of her life; but now
that she had done her duty and provided an heir, Mr. Rainton obviously felt that
her life could be dispensed with if necessary and he no longer petitioned the
Almighty on her behalf, or, if he did, it was in private” (L’Estrange, 1977, p. 355).

Es destacable mencionar que después del nacimiento de su hijo, se distancia


de su marido:

813
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

(..) I noticed a hardening of attitude towards her husband whom formerly she
had tried to please as though hoping to woo his affections again. Well now she
no longer cared aught for his affection, indeed she could well do without it for
the doctor told her that another baby might well kill her, and he told her
husband too (L’Estrange, 1977, p. 356).

La narradora Agnes nos hace saber que Rainton nunca llega a aceptar a su
hija Cathy por ser una hija ilegítima, fruto de una infidelidad. La narradora cree
que Rainton habría saido un santo si hubiera querido a Cathy, sabiendo que era
hija del pecado:

[…] I will not hide from you the fact that Mr. Rainton showed no interest in his
borther’s child at all, which I suppose is hardly surprising. I know he thought he
enjoyed a close communion with God, but he would have been a saint indeed if
he’d loved Cathy as his own knowing that she was a child of sin (L’Estrange,
1977, p. 357).

Jessica aprovecha las ausencias de su marido para retomar la relación con


Anthony y Agnes se da cuenta de que vuelve a cometer una infidelidad. El ama de
llaves nota un brillo extraño en el rostro de Jessica Temple cuando su marido
estaba ausente y también notaba que la joven pretendía esconder su atractivo con
el propósito de que su marido no pensara en la posibilidad de encontrar cobijo en
su lecho.

I can’t exactly tell you when it was that I began to notice an unaccustomed
sparkle in Mrs. Earnshaw’s face and that she now walked with a lilt, instead of
dragging one foot after the other as though she was on her way to the grave; […]
When Mr. Rainton was at home there was none of this sprightliness at all, as
though by careful calculation she kept herself deliberately drab for him (no
doubt reluctant to put the idea into his head that her bed might once more be an
attractive place); but when he was away… it was a different tale altogether
(L’Estrange, 1977, p. 357).

El amor que Jessica siente por Anthony puede más que su vida en la granja.
Jessica se divorcia de Rainton, este detalle es considerado por Van Der Mer como
un error. En la novela L’Estrange escribe que Rainton se divorció de su esposa
Jessica para que ella pudiera irse a vivir con su medio hermano Anthony Heathcliff.

814
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

En su crítica Van Der Mer señala que Ellerbeck (L’Estrange) parece haber ignorado
el hecho de que el divorcio no se legalizó hasta 1857 (Van Der Mer, 2005, p. 356).
Rainton cree que la mejor solución es que Cathy, su hija ilegítima, viva con su
madre, a la que concibe como una mala mujer.

Pack Cathy’s things and send her up to her mother in the gig, Agnes. She’s not
coming back and I’m not looking after her daughter. And tell her that the lawyer
will see to the rest. She always was a wicked woman and she’ll get a wicked
woman’s reward when the times comes; fire and brimstone, Agnes, fire and
brimstone! (L’Estrange, 1977, p. 359).

Tras todas estas experiencias descritas en las que observamos la evolución


de Jessica como mujer, finalmente, la joven decide habitar Wuthering Heights junto
a Anthony y su hija Catherine. La novela finaliza con el reencuentro de los amantes
que vivirán una relación amorosa y de paz junto a su hija.

5. Conclusiones

Return to Wuthering Heights (L’Estrange, 1977) es un claro ejemplo de la


diseminación cutural brontëana. Anna L’Estrange se ha enfrentado a la difícil tarea
de continuar con el legado de la narrativa brontëana desde una perspectiva
feminista y merece que su obra sea elogiada. La autora se centra en la búsqueda de
la identidad femenina, trata la temática de la infidelidad, hijos ilegítimos,
maternidad, a la vez que denuncia la violencia de género en su narrativa. A través
de la historia de Margaret la autora se atreve a denunciar no únicamente el
maltrato psicológico o físico como ocurría en el caso de Isabella en Wuthering
Heights (Brontë, 1847), personaje con el guarda paralelismo, sino también la
manipulación del cuerpo femenino. Aunque la obra abarca los años 1803-1830, la
autora es consciente de que estos tipos abusos siguen existen en la realidad. En el
caso de Jessica nos encontramos ante un personaje que rechaza al verdadero amor
por una vida lujosa aunque sigue manteniendo relaciones sexuales con Anthony.
Este personaje se ve obligado a procrear para satisfacer a su marido a pesar de su
delicado estado de salud y haber sufrido un aborto. En definitiva, esta obra es
relevante principalmente porque a través de Margaret denuncia la manipulación

815
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

del cuerpo femenino y, a mi juicio, es imprescindible denunciar este tipo de abusos


en la literatura y hacer entender a los lectores que estos abusos existen en un
contexto literario y real. Por todos los motivos expuestos propongo el estudio de
esta obra en el Grado de Estudios Ingleses como ejemplo de violencia de género en
el módulo de literatura inglesa.

Referencias

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Wuthering Heights. (Dunn, R. J., Ed.; 4ª ed.). Londres, Nueva York: Norton Critical
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Heights, Windward Heights by Maryse Condé and Heathcliff: The Return to
Wuthering Heights by Lin Haire-Sargeant. A Successful Novel Must Be in Want of a
Sequel. A Successful Novel Must Be in Want of a Sequel: Second Takes on Classics
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817
¡Reforma (kaejo)! Una interpretación filosófica sobre la nueva
mujer en la obra de Kim Ilyeop

Gloria Luque Moya


Universidad de Málaga
glorialm@uma.es

Resumen

El inicio de los movimientos feministas en Corea tiene una trayectoria propia,


caracterizada por aspectos tan variados como el colonialismo, el nacionalismo o el
cristianismo. Estos se suelen asociar con la llegada de la modernidad a principios
del siglo veinte, momento en el que unas pocas mujeres educadas fueron lo
suficientemente valientes para romper con los estándares establecidos. Kim Ilyeop
fue una de ellas, promoviendo un conjunto de reformas para mejorar el estatus de
las mujeres e intentando practicar lo que predicaba, viviendo como un ser humano
plenamente libre. En otras palabras, su pensamiento no sólo preconiza y
fundamenta los movimientos feministas que se darán en el país coreano en el siglo
veinte, sino que su propia biografía es una manifestación viva de la constante lucha
de la mujer por producir un cambio en los sistemas tradicionales que sustentaban
la discriminación. Estas páginas ofrecen un breve recorrido por la biografía y obra
de la autora, que permitirá contextualizar su pensamiento filosófico, centrándose
en los años como escritora, periodo en el que trató de romper con los roles
adscritos a las mujeres herencia de la tradición confuciana.

Palabras clave

Nueva mujer, género, Joseon, neo-confucianismo

818
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

1. El vuelo de una pequeña hoja: Breve recorrido por la vida de Kim Ilyeop

Kim Ilyeop (金一葉) fue una de las figuras femeninas más prominentes de la
modernidad coreana, destacando como escritora, periodista, feminista, activista y
monja budista. Durante su vida, escribió alrededor de cincuenta y ocho poemas,
dieciséis novelas e incontables ensayos y piezas breves de reflexión (Oh, 2004, p.
174). Fundó la primera revista feminista en Corea Sin yeoja (Nueva Mujer, 신여자),
abanderando el movimiento que trataba de mejorar las condiciones en las que se
encontraban las mujeres coreanas.

Kim nació el 9 de junio de 1896 en el pueblo de Deokdong (덕동) en la


provincia del sur de Pyeong-an (평안남도). Kim nació un año después de que
acabará la guerra sino-japonesa (1894-1895), momento en el que Corea se veía
inmersa en una fase complicada de reformas que afectaban a todos los ámbitos.
Estas reformas, conocidas como reformas Gabo, 갑오개혁, se iniciaron en 1894 y
acabaron en 1896. Entre las medidas propuestas destacan: la implementación de
un sistema legal moderno, de la moneda, y de un sistema de impuestos; la abolición
del sistema social discriminatorio, de los exámenes de servicio civil y la esclavitud;
la prohibición del matrimonio temprano y el permiso para las viudas para volverse
a casar; y la creación de un número de colegios e institutos modernos (Kim, 1997,
p. 3).

Este entorno de cambios y confrontación entre lo viejo y lo moderno se puede


rastrear también en su entorno familiar. Kim nació y se crió en el seno de una
familia protestante. Su padre, Kim Yonggyeon, fue uno de los primeros pastores
protestantes en Corea, por el cual la autora sintió una gran admiración (Kim, 1974,
p. 15). La joven autora, que lo describe como “el cristiano más devoto de Corea”
(Kim, 2014, p. 78), en sus inicios se siente inspirada por la devoción y la misión
evangelizadora que lleva a cabo. Su madre, Yi Madae, fue la segunda esposa de su
padre, tras fallecer la primera esposa. Ésta no fue una mujer coreana tradicional en
términos generales ya que mostró poco o ningún interés por las labores asignadas
a la mujer (Park, 2017, p. 21).

819
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

La autora se crió, pues, en un entorno peculiar que conjugaba un ambiente


metodista cristiano marcado por la fe estricta de su padre y la educación femenina
de su madre. Esta último marco especialmente su desarrollo vital, ya que no
instruyo a su hija dentro de los parámetros de su época, que limitaban la educación
femenina al rol de esposa y madre. Todo lo contrario, su madre inculcó a la
muchacha la importancia de la educación y la auto-suficiencia como ser humano,
ofreciéndole las mismas oportunidades que los varones.

De este modo, gracias al empeño de su madre, Kim fue una de esas pocas chicas
de la época que asistió al colegio a la edad de ocho años, hasta graduarse en 1912.
No obstante, este periodo de su vida no fue fácil, haciendo frente a las dolorosas
pérdidas de sus hermanos y madre.

Un año después de su graduación, Kim ingreso en el instituto Ewha Hakdang en


Seúl para estudiar el equivalente a bachillerato. Durante estos años la autora
vuelve a vivir duras pérdidas. En 1915 fallece su padre, y en 1919 el único familiar
cercano que le quedaba vivo, una hermanastra fruto del nuevo matrimonio de su
padre, también fallece. Este hecho fue devastador para Kim, afianzando ese
sentimiento de soledad marcado por la muerte de sus familiares. Sin embargo, su
abuela materna la apoyo financieramente para que pudiera continuar su educación
superior en la Ewha Choenmun de 1915 a 1918, convirtiéndose en uno de los
miembros más destacados de la universidad y del club literario de la misma (Kim,
1997, pp. 20-21).

Tras su graduación en la universidad Ewha el 20 de marzo de 1918, Kim se casó


con Yi Noik, un catedrático de biología de la universidad de Yŏnhŭi (actual
universidad Yonsei) que era mayor que ella y tenía una minusvalía física. Se
conocieron por mediación del propietario de la casa donde Yi se hospedaba y éste
le ofreció a Kim la seguridad financiera y el apoyo necesario para conseguir ser una
escritora.

Cuando estalla el movimiento del primero de marzo Kim se vio inmersa en esta
revuelta participando activamente como miembro de la institución Ewha. Tras la
dura represión del gobierno japonés, las políticas coloniales comenzaron a
cambiar, creando nuevas oportunidades para visitar Japón y posibilitando la
publicación de revistas, periódicos y piezas literarias en las que expresar las

820
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

nuevas ideas. Es en este periodo cuando Kim viaja a Japón. La escritora realiza una
estancia desde 1919 hasta 1920 para completar sus estudios en la Ehwa School en
Tokyo. Allí conoció a numerosos intelectuales coreanos, incluyendo el intelectual y
escritor Yi Kwangsu (1892-1950) y la artista y activista Na Hyeseok (1896-1948).

La relación con Na Hyeseok fue estrecha, emprendiendo numerosas actividades


por la liberación de la mujer, incluyendo la fundación y publicación de la primera
revista feminista coreana Sin yeoja (Nueva mujer) tras su regreso de Japón en 1920.
La fundación de la revista marcará un antes y un después en la carrera de Kim,
pues, a partir de este momento sus escritos se hacen accesibles al público en
general. Además, su posición como editora jefe de la revista le proporcionó cierta
seguridad dentro de la elite intelectual coreana. Así, aunque la revista sólo edito
cuatro ejemplares, ésta le permitió demostrar su talento y su compromiso con el
público femenino para alcanzar un cambio social, marcando un hito en la biografía
de la autora y en el propio desarrollo del movimiento feminista.

Tras el cierre de la revista, en la primavera de 1922 el marido de Kim recibe una


invitación para ir a Estados Unidos y Kim decide regresar a Japón durante dos
meses para cambiar de escenario durante su ausencia. Allí la autora conoce al
escritor Im Changhwa, más conocido por su seudónimo Im Noweol, con el que
mantiene una relación amorosa que propiciará el fin de su matrimonio. Tras su
divorcio, al regresar a Corea Kim aceptó un trabajo como profesora en un instituto
para poder mantenerse. Fue entonces cuando un día apareció Im Noweol en su
casa y retomaron la relación. Durante un periodo vivieron juntos, pero pronto la
autora descubre que el poeta tenía esposa e hijo en su pueblo natal y pondrán fin a
la relación.

En 1923 la escritora regresa a Seúl y tiene su primer encuentro con el budismo,


cuando asistió a una charla que pronunció el maestro seon Mangong. Sin embargo
la autora no desarrolla un interés por el mismo hasta años después. Será en en
1933, a la edad de treinta y ocho años, cuando Kim se une al monasterio. En ese
momento su actividad como literata disminuye hasta 1935, cuando la autora deja
de publicar sus poemas y escritos de ficción, siguiendo las recomendaciones de su
maestro Mangong. Su silencio se mantendrá durante dos décadas, dedicándose
exclusivamente a la práctica y meditación budista desde las dos de la madrugada

821
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

hasta las diez de la noche. De este modo, la hija de un pastor protestante, educada
en una escuela metodista se convirtió en una monja budista, ayudando a todos los
seres humanos a alcanzar la liberación hasta su fallecimiento a la edad de setenta y
cinco años.

2. Conquistando libertades y derechos: Principales ideas de la nueva mujer

La carrera de Kim como escritora vino marcada por un tema central en


todos sus escritos: la liberación de la mujer. Para alcanzarla, la autora proponía la
comprensión de la realidad de su tiempo, la educación y la ruptura con el sistema
familiar confuciano y las tradiciones opresivas. De este modo, Kim estuvo
comprometida con el momento histórico y las circunstancias en las que le tocó
vivir, sirviéndose de la escritura para difundir las ideas que llevarán a una mejora
de vida del pueblo coreano en general, y de las mujeres en particular. En esta
sección, se analizan los dos ejes principales en los que la autora intenta llevar a
cabo una transformación: la familia y la educación.

2.1. Liberación (haebang): El rol de la mujer en la unidad familiar

Una de las primeras apreciaciones que Kim Ilyep observó y reivindicó desde
sus comienzos fue el vínculo directo entre el estatus de las mujeres y la naturaleza
de la sociedad. En el ensayo inaugural que introduce el primer número de la
revista Sin yeoja, Kim instigó la liberación de las mujeres que durante miles de
años habían permanecido recluidas en habitaciones oscuras: “¡Liberación
(haebang)! Esta es la demanda de las mujeres que han sido confinadas a
habitaciones interiores, profundas y oscuras durante miles de años” (Kim, 2013a,
pp. 29-30).

Este texto es especialmente interesante porque nos introduce de manera


directa en esa estructuración social desigual que regulaba y condicionaba los
aspectos más cotidianos de las mujeres. En los años veinte, aún seguía vigente el
pensamiento neoconfuciano que regulaba la unidad familiar a partir del concepto
de piedad filial y mantenía un sistema de descendencia patrilineal. Dicho sistema

822
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

situaba al patriarca en una posición de poder y autoridad absoluta, controlando y


dominando a todos los miembros de la familia.

La piedad filial (孝) será la principal virtud que deben cultivar todos los
miembros de la familia y que mantendrá el orden social. Esta consiste en el respeto
a los padres y ancestros; por ello, no puede reducirse a un mero comportamiento
ante determinados ritos, sino que se trata de una actitud vital que determinará y
regulará las relaciones e interacciones de los miembros de la unidad familiar. Así
leemos en la sección 2:7 de las Analectas:

Hoy en día, la piedad filial significa el ser capaz de mantener a los padres, pero
a esto llegan hasta los perros y los caballos, que son capaces de mantener a sus
mayores hasta un cierto punto. Si, aparte de esto, no existe el respeto ¿dónde
estará la diferencia entre el hombre y los animales? (2006, p. 56)

De este modo, Confucio y, posteriormente, la tradición neoconfuciana


insisten en el valor de la familia y promueven los ritos como vía de regulación de
las relaciones humanas. Ahora bien, el énfasis en la noción de piedad filial o la
propia concepción de familia no conllevan necesariamente un discurso desigual,
sino que serán las interpretaciones desde un determinado contexto histórico el
que propicie espacios de coerción y relaciones opresivas. Concretamente, en Corea
esta asimilación del neoconfucianismo vendrá acompañada de la implantación de
un sistema patrilineal de descendencia que afectó a todos los niveles de la
sociedad.

Esto se aprecia claramente cuando la autora habla de esas “habitaciones


oscuras”. Con este término Kim está aludiendo a las habitaciones internas en las
que eran recluidas las mujeres. Tradicionalmente, era común que las parejas recién
casadas, sin importar la clase de procedencia, residieran en habitaciones
separadas: la sarangbang (사랑방, 舍廊房) para los esposos y la anbang (안방,
內房) para las esposas. La primera de ellas era el espacio reservado para el
patriarca y los miembros masculinos de la familia, que estaba situada junto a la
puerta principal. En ella el hombre estudiaba y se cultivaba y recibía a sus
invitados. La segunda de ellas era la habitación más cerrada de la casa y estaba lo

823
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

más alejada posible de la puerta principal. Las personas ajenas a la familia no


podían acceder a la misma sin permiso.

De este modo, la discriminación de las mujeres no sólo quedaba plasmada


en los espacios que podían habitar, sino que se veía acentuada por esa situación de
aislamiento a la que se veía abocada. Ellas no podían salir de sus casas para hacer
cualquier actividad de ocio porque podían ser denunciadas, quedando recluidas a
esos espacios internos delimitados y regulados por la obediencia a sus padres
cuando eran niñas; a sus maridos cuando se casaban; y a su hijo primogénito
cuando enviudaba.

En este contexto, Kim va a proponer una reforma de la unidad familiar que


repercuta a todos los niveles de la sociedad. No basta, como explica en este texto
inaugural, con el reconocimiento bajo eslóganes vacíos de igualdad o respeto a las
mujeres, sino que es necesario un cambio que propicie la llegada de una nueva era
en la que no haya discriminación alguna entre hombres y mujeres.

Para ello, habrá que modificar teorías y prácticas firmemente arraigadas. La


autora, en particular, desarrolló una nueva teoría de la castidad que deja atrás esa
moral impuesta sólo al género femenino, según la cual la mujer debía adorar y
respetar al marido. Contraria a esa visión de castidad asociada a la pureza y a la
blancura del amor de las mujeres hacia los hombres, ella propone una noción
basada en el amor y respeto mutuo entre dos personas: “La castidad nunca puede
ser una virtud en sí misma. Es sólo el clímax de una conciencia que estimula un
amor apasionado” (Kim, 2013d, p. 141).

Esta actitud hacia la castidad se extrapola a su actitud sobre el divorcio para


las mujeres, como pone de relieve en su ensayo “Destruye el concepto de virgen y
no virgen”. Kim escribe el texto en respuesta a una pregunta planteada por los
editores de la revista Sam Cholli (п#ॹ䠂Tres mil li) sobre si las mujeres deberían

volver a casarse. Ella aboga por permitir a las mujeres divorciadas o viudas volver
a casarse, y destaca que jamás deberían considerarse como seres menos calificadas
para el matrimonio que las vírgenes. Esto supondría reestructurar la unidad más
básica de toda la sociedad, la familia; permitiendo a las mujeres vivir una vida
plenamente humana, sin estar sometida y limitada al ámbito del esposo y la

824
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

familia. A partir de ahí, se continuará la reforma de la sociedad por completo: “Ha


llegado la hora desprenderse de las cosas viejas y traer las nuevas. […] Ha llegado
la hora de las reformas de todas las cosas” (Kim, 2013a, p.29).

Las reformas, por tanto, no sólo supondrán una mejora en la vida de las
mujeres sino que la liberación de la mujer beneficiará a toda la sociedad. Esta idea
es recurrente en diferentes escritos en los que relacionó la mejora de la posición de
las mujeres con el progreso social en general, haciéndolo un tema esencial para la
salvación nacional y la independencia final.

2.2. Reforma (kaejo): La educación de las mujeres

La liberación de las mujeres que habían sufrido abusos durante tantos años
sólo podía alcanzarse mediante la educación de las mismas. La escritora pidió que
se rompieran con las viejas tradiciones y se caminará por el camino de la
autorrealización. Y esto no supone, como advierte la autora, la ruina de las mujeres
o un agravio y traición a la familia y a la sociedad. Los hombres eran quienes
habían maltratado a las mujeres, reduciéndolas a meros esclavos durante
generaciones. Ellos fueron los que inventaron la superioridad del hombre y se
apropiaron de los derechos de las mujeres. Ellos fueron los que impidieron que las
mujeres experimentaran los placeres de la sociedad, condenándolas a una vida de
angustia y pena.

Por ello, para iniciar este cambio será esencial la educación de las mujeres.
Ellas no tenían culpa de la discriminación sufrida, pero en un momento de cambio
y transformación debían alzar su voz y tomar conciencia de su realidad histórica.
No podían seguir manteniendo esa sociedad de desigualdad, sino que tenían que
asumir su responsabilidad con su momento histórico. En este sentido, Kim va a
instar a las mujeres a reflexionar y conocer su propia realidad; esto es, para
alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres primero se ha de tomar conciencia
de la situación de discriminación en la que se vive. Sólo así las mujeres estarán
dispuestas a romper con el pasado, con las viejas ideas y costumbres que las
habían recluido durante tantos años. Y esto sólo podrá llevarse a cabo a través de
la educación de las mujeres.

825
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

En este punto se puede rastrear la influencia de su madre que en su breve


vida tanto hizo por Kim. Ella fue quien puso su empeño para que su hija fuera a la
escuela desde edad temprana, para que pudiera tener las mismas oportunidades
que los hijos varones. Como expone la propia autora en su ensayo “En la tumba de
mi madre”, escrito a la memoria de su madre: “cuando todo el pueblo la miraba con
el ceño fruncido por haber enviado a una niña a la escuela, ella los desafiaba
diciendo que si era bien educada, una niña también podía ser una gran persona”
(Kim, 2017, p. 25).

Esto no es poco ya que la autora desafía el discurso de opuestos


neoconfuciano, que en numerosas ocasiones se asocia ying (陰) y al yang (陽), y
recupera el significado originario que rastreamos en el Libro de los cambios (Yi
Jing) de conceptos complementarios. Existen numerosos estudios y autores que
han atribuido, erróneamente, a estas dos nociones una oposición entre un
concepto femenino pasivo y un concepto masculino activo (Gao, 2003). Esta
concepción justificaba, pues, de manera ontológica la desigualdad entre hombres y
mujeres, atribuyendo su diferenciación a su propia naturaleza originaria.

Sin embargo, los conceptos yin y yang no son dos entidades antagónicas,
sino una pareja polar e interdependiente que va propiciando el proceso de
transformación del universo. En ningún caso se excluye a una de las partes o se
otorga más valor a una sobre la otra, sino que ambas fuerzas son complementarias.
En esta línea, en su ensayo “El auto-despertar de las mujeres” Kim reafirma que el
concepto de seres humanos recoge a ambos, hombres y mujeres, y que la sociedad
humana está compuesta por la unión de hombres y mujeres. Por ello, no tiene
sentido tratar a las mujeres como esclavas que han perdido sus derechos, como
tampoco lo tiene mantener una doble moralidad dependiendo del género. “Mi
punto de vista”, nos dirá Kim, “es que debería haber una única moralidad para la
humanidad. No debería haber dos moralidades aplicadas de manera diferente al
hombre y a la mujer” (Kim, 2013b, p. 1).

Alcanzar la igualdad de derechos y el despertar de las mujeres no será un


camino sencillo y, como la propia autora reconoce, requerirá grandes sacrificios.
Sin embargo, si no se asume el papel que nos toca desempeñar en la historia, las

826
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

mujeres seguirían viviendo en unas condiciones infrahumanas. Y esto sólo podrá


llevarse a cabo a través de la educación de las mujeres:

Para rescatar estas mujeres miserables de la Corea contemporánea, la


educación debería ser ofrecida a las mujeres, para que ellas puedan romper
los hábitos de pereza, prepararse a sí mismas para los esfuerzos extenuantes
de la vida, comprometerse en una ocupación, desligarse de la dependencia a
los otros para adoptar un espíritu de autonomía y auto-dependencia, y
despertar de sus propias responsabilidades (Kim, 2013a, p. 1).

Este texto muestra cómo Kim enfatizo repetidamente la importancia de que


las mujeres tomaran conciencia de su posición en la vida, para poder superar la
discriminación. Era necesario educar a “mujeres nuevas” que estuvieran
informadas, despiertas y dispuestas a la movilización y la acción para alcanzar la
igualdad. El texto que mejor expresa esta continuada preocupación es su ensayo
“La necesidad de la educación de las mujeres”, publicado en el periódico Donga ilbo
en 1920. En él leemos:

Al hacer frente a la era actual, en la que el nivel de la cultura está aumentando


y los fenómenos sociales se vuelven más complicados, defiendo firmemente
que nuestra necesidad principal es la educación de las mujeres, para crear una
sociedad dinámica y también familias pacíficas, como otras sociedades hacen
(Kim, 2013c, p. 50).

Siguiendo esa concepción de complementarios, la educación de las mujeres


no sólo era necesario por el bien de las mujeres, sino también por el
fortalecimiento de la nación en general. En la Corea tradicional, lamenta Kim, las
mujeres apenas habían tenido educación. La poca educación que recibían sólo las
animaba a depender y obedecer completamente a los hombres. Incluso en la
década de 1920, algunos hombres continuaron oponiéndose a la educación de las
mujeres. De hecho, Kim atribuyó el poder de las grandes potencias industrializadas
a que en ellas los hombres y las mujeres educadas por igual.

En otras palabras, la sociedad coreana estaba tan atrasada porque las


mujeres, el elemento más importante de la sociedad, fueron privadas de formación.
A ella solo se les enseñó a ser esposas y madres. El único aprendizaje que tuvieron

827
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

fue aquel que les inculcaba cómo servir a los suegros, al esposo y a todos los
hermanos y cuñadas; cómo preparar (pero no participar) las ceremonias
ancestrales; cómo criar a los niños y cómo llevar a cabo todas las tareas domésticas
(cocinar, limpiar, lavar y coser).

Lo que es aún peor, pese a que en su momento histórico la situación estaba


cambiando y una serie de mujeres pioneras acudieron a universidades y centro de
estudio en Corea y en el extranjero, estás siguieron siendo tratadas dentro del
grupo alienante de “mujeres”. En él no se reconocía la trayectoria académica ni sus
logros personales, estas mujeres eran tratadas, en palabras de Bonnie Oh, como
tesoros sin descubrir, como oro que yacía enterrado en la tierra, o perlas
sumergidas bajo el profundo océano (Kim, 2013c, p. 51).

3. Conclusión

Estas páginas han tratado de ofrecer una aproximación al pensamiento de


Kim Ilyeop como nueva mujer, atendiendo brevemente a su biografía y a dos de sus
principales aportaciones: la crítica al sistema confuciano y la unidad familiar y la
educación de las mujeres. Con ello se ha pretendido introducir, no sólo las
reformas que Kim propone, sino también las ideas filosóficas que justificaban el
discurso de desigualdad y que la autora trata de superar.

El interés que adquieren sus ideas en nuestro contexto actual se justifica


por la actualidad de la filosofía de esta autora en el que las mujeres coreanas
siguen viviendo en entornos de desigualdad. Como han puesto de relieve Pilwha
Chang (1994, p. 13) o Kyeong-hee Choi (1999, p. 222), el sistema patriarcal que
incluía instituciones, organizaciones de producción e ideología no sólo tuvo una
marcada influencia durante la dinastía Joseon y los años posteriores, sino que su
influjo puede rastrearse hasta nuestros días.

Esta aproximación es generalizada y numerosas investigaciones recientes


han ahondado en cómo la discriminación de género se sigue manteniendo debido a
este sistema patriarcal. Así lo ha evidenciado el estudio de Cho Uhn, el cual explica
cómo, pese a que la discriminación de género está legalmente prohibida, la

828
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

desigualdad es visible en todas las áreas: mercado laboral, estatus legal, riqueza e,
incluso, en el amor (Cho, 2007, p. 23).

En este sentido, la relectura de la obra de Kim nos puede ofrecer las claves
desde las que comprender la desigualdad vigente, pero también la vía para el
cambio. Sus ideas fueron muy adelantadas para su tiempo y supo crear una brecha
desde la cual se pudiera abrir una nueva era para las mujeres coreanas. Reivindicó
la liberación de las mujeres, de manera magistral a través de la prosa y la poesía y
consiguió despertar a numerosas mujeres en la lucha por su libertad. Sus ideas de
liberación y reforma, los cuales proponían un nuevo entramado social que diera
acceso a las mujeres al sistema educativo y modificase los valores culturales y los
roles adscritos a la mujer como madre, tienen un gran eco en nuestros días.

Referencias

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830
A sujeição da mulher em Normal People: de Wollstonecraft a
Rooney

Sónia de Sá
Universidade da Beira Interior
sonia.sa@labcom.ubi.pt

Resumo

Este artigo reflete sobre a representação da sujeição da mulher a partir da série


televisiva Normal People (Abrahamson, 2020), da BBCThree e da Hulu, com
argumento de Sally Rooney (2018). A partir da análise de 25 cenas em que intervêm
apenas os dois protagonistas, o estudo tem como objeto a personagem feminina, que
é normalmente representada como forte, determinada e independente, contudo,
como frágil, submissa e sujeita quando numa relação romântica; algo diferente da
personagem masculina, que é, globalmente, representada como insegura e cobarde,
mas não submissa em contexto de relacionamento.

Num paralelo com a obra de Wollstonecraft (2017[1792]), Uma Vindicação dos


Direito das Mulheres, que exalta a emancipação da mulher pela via da educação, do
acesso ao trabalho e independência em relação ao homem, o estudo debruça-se
sobre a narrativa adaptada para série televisiva para demonstrar formas atuais de
sujeição de um género perante o outro. Em Normal People, a mulher protagonista é
vítima e sobrevivente, é carente e frágil, é submissa e sujeita, características
reveladas quando em relação amorosa.

Palavras chave

Sujeição, mulher, Normal People, emancipação feminine, micromachismo.

831
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Abstract

This article reflects on the representation of the subjection of women from the
television series Normal People (Abrahamson, 2020), BBCThree and Hulu, with the
argument of Sally Rooney (2018, 2020). From the analysis of 25 scenes in which only
the two protagonists intervene, the study has as its object the female character, who
is usually represented as strong, determined and independent, however, as fragile,
submissive and subject when in a romantic relationship; different from the male
character, who is, globally, represented as insecure and cowardly, but not
submissive in the context of relationships.

In parallel with the work of Wollstonecraft (2017 [1792]), A Vindication of the Rights
of Women, which exalts the emancipation of women through education, access to
work and independence from men, the study focuses on the narrative adapted for
television series to demonstrate current forms of subjection of one genre to the
other. In Normal People, the protagonist woman is a victim and a survivor, she is
needy and fragile, she is submissive and subject, characteristics revealed when in a
loving relationship.

Keywords

Subjection of women, Normal People, female emancipation, micromachismo.

1. Introdução

Efetuar um paralelo entre dois textos – Wollstonecraft (2017[1792]), Uma


Vindicação dos Direito das Mulheres, e Sally Rooney (2020, 2018), Normal People –
com dois séculos de distância temporal – e géneros distintos – acabou por tornar-se
uma reflexão sobre dois mundos tão longínquos quanto próximos. Abordar a
sujeição da mulher é, como tantas obras nos teimam em mostrar, uma reflexão não
tão desajustada assim da contemporaneidade. Em Para uma Vindicação dos Direitos
das Mulheres, Wollstonecraft (2017 [1792]) questiona a subserviência das mulheres

832
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

aos membros masculinos da família e da sociedade onde estão inseridas. É das


primeiras mulheres – e homens – que reivindica o direito público da mulher, que
repudia a ideia de sexo fraco – o feminino – e que aponta a educação das meninas,
das raparigas e das mulheres como via para a emancipação. Uma obra à frente do
tempo em que foi escrita, já que sustentava – numa altura em que as mulheres1 não
eram sujeitos independentes, de vontade própria, mas dependentes de outrem – que
a parcela feminina da sociedade era dotada de razão, de virtude e de conhecimento,
portanto, com direito à felicidade, à participação social e política.

Com efeito, a efetivação desse direito, por via da educação para as meninas e
mulheres, deve ter em conta também – e talvez com maior destaque – a preparação
para uma relação amorosa, porque, escreve Wollstonecraft, “a verdade tem de ser
comum a todos ou será ineficaz no que à influência sobre a prática generalizada diz
respeito” (p. 29). Ora, se a anulação da mulher em relação ao homem – em diversos
contextos que vão além do relacional amoroso – é herança ainda visível nas
sociedades, estará a ficção televisiva a reproduzi-la ou a densificá-la em narrativas
que representam a mulher como submissa, dependente ou frágil quando em relação
romântica? A questão que colocamos é, e tendo em conta a análise à série televisiva
Normal People, que mulheres estão estas ficções a representar?

2. Enquadramento teórico

2.1. A subtração da mulher

A emancipação e, de certa forma, a assunção de liberdade das mulheres, tal


como no final do século XVIII, mantém-se ligada à –e quase dependente da–
capacidade de recusa das hierarquias masculinas e do domínio patriarcal que
historicamente se naturalizou. Porque, como Wollstonecraft questionava, em 1792,
“se a mulher partilha com ele [homem] o dom da razão, quem fez do homem o

1 A autora refere-se, essencialmente, às mulheres de classe média-alta da sociedade britânica do


final do século XVIII.

833
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

exclusivo juiz?” (p. 30), não será descabido analisarmos se a representação feminina
na ficção atual desliga a mulher da alçada permanente do homem ou da necessidade
da sua presença para o encontro da felicidade. Se as personagens femininas do início
do século XXI2 são, por um lado, vislumbres de força e coragem, elas são, muito
significativamente, frágeis, dóceis e voláteis quando em contexto de relação
romântica e/ou familiar com um homem3. E é aqui que outra questão da autora se
torna atual: “Mas, admitindo que a mulher deve ser bela, inocente e tonta, para se
tornar uma companheira mais atraente e indulgente, o entendimento dela é
sacrificado em prol do quê?” (p.116). Pelo que verificamos em Normal People, de
Rooney (2018, 2020), em prol da sujeição, posterior afastamento e, finalmente,
emancipação da protagonista, como descortinaremos na análise dos resultados.

Quando iniciei este estudo suspeitei que o mesmo pudesse carecer de


sentido, em função da proposta de análise que apresenta: a análise da mulher
contemporânea numa ficção literária e televisiva da segunda década do século XXI a
partir de um texto feminista com mais de duzentos anos. Contudo, como é possível
verificar pelo argumento de Sally Ronney (2018, 2020), em Normal People a
protagonista feminina tem como objetivo na relação ajudar o homem a encontrar o
seu caminho profissional e a ser bem sucedido –tal como lhe é exigido pela sociedade
–, enquanto do protagonista masculino é esperado que ajude a rapariga-mulher a
amar e ser amada.

Esta pode, contudo, ser uma chamada de atenção da romancista para a


estagnação histórica dos papéis da mulher e do homem, tanto na vida pública como
na vida privada, resultante de, por um lado, um conservadorismo latente – ou
evidente – nas esferas mais diversas da sociedade, e, por outro, de resquícios de uma
educação decidida “por homens que mais não esperam do que mulheres amantes,
cumpridoras e reprodutoras afetuosas” (ibid. p. 56). É uma eterna meninice que a

2 São exemplos inúmeras protagonistas femininas nos catálogos disponíveis em Portugal da


Netflix e da HBO.

3Omesmo nível emocional de subtração não parece ser tão visível em representações de relações
homossexuais.

834
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

ficção tende a entregar aos papéis protagonizados por mulheres, mesmo que estas
sejam, à partida, dotadas das características públicas que estiveram –e, em certo
sentido, estão– predominantemente ligadas dos homens. Basta que se apaixonem
para que, mais do que os homens, as mulheres se coloquem em causa, baixem os
níveis de independência na decisão e de emancipação na ação. Tal como exigia
Wollstonecraft, hoje é também preciso terminar com a eterna infância com que as
mulheres são retratadas, mesmo na ficção televisiva, apontamos nós.

Esta subtração da mulher face ao homem foi destacada pela autora inglesa
pela falta de capacidade de luta pela liberdade em nome da aparente segurança de
uma história de amor. E não se trata de uma desistência de histórias de relações
românticas, mas, sim, do estabelecimento de limites para que tais relações não
ultrapassem os “poderes da mente” (p. 108). Seria, portanto, uma linha que evitaria
o erro histórico que confunde a sensualidade feminina com a imagem das flores que
enfeitam o jardim (p. 109).

Os indícios saídos do visionamento da série que é o nosso objeto podem


apontar para um tipo de machismo que a atualidade mantém, mesmo que de forma
menos explícita. Ou não tanto assim: como em Wollstonecraft, em Rooney, “é do
homem que a mulher aprende o que deve ser, e é da mulher que o homem aprende
o que tem de fazer” (162).

Esta representação –de mulher subtraída– da figura contemporânea


feminina não fugirá àquilo que Perrot (2006) refere ser a escrita da história da
mulher pela mão do homem, ou seja, pela sua perspetiva sobre as vivências e
presença púbica diminuta da mulher. Ela diz (p. 22): “Em compensação existe uma
abundância, e mesmo um excesso, de discursos sobre as mulheres; avalanche de
imagens, literárias ou plásticas, na maioria das vezes obra dos homens, mas ignora-
se quase sempre o que as mulheres pensavam a respeito, como elas as viam ou
sentiam.” Ou Henriques (2016), para quem este é também resultado de “questões
antropológicas que, simultaneamente, ignoram a existência de dois sexos e
discriminam o sexo feminino” (p. 37).

835
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

2.2. A sujeição da mulher e a ficção

Quase um século após o texto de Wollstonecraft (1792), Mill (2006[1869])


escreve A Sujeição das Mulheres em resposta à reprovação do parlamento britânico
da possibilidade de as mulheres poderem votar. O autor, considerado outro dos
pioneiros da primeira vaga do feminismo, questionava, nesta análise, as ideias-lei
estabelecidas que referiam a mulher como incapaz de deliberar e, menos ainda, de
decidir. Com efeito, asseverava, “a adoção deste sistema de desigualdades nunca foi
o resultado de deliberação, nem de previsão, nem de quaisquer ideias sociais, nem
de qualquer noção de que levaria ao benefício da humanidade ou à boa organização
da sociedade” (p. 184). Ora, se este nível de discriminação formal é hoje crime em
muitos países, ele não perdeu o rasto histórico de diminuição pública –e privada–
da mulher. A ficção acaba por representá-lo de uma forma que as rotinas do real –
com letra de lei ou não– não se esforçam para concretizar.

Como Mill, a novela de Rooney não se desliga de um sistema de “sujeição


forçada” (p.188) dentro de um quadro de autoridade patriarcal sobre as mulheres,
quase independente da sua condição social. A nossa análise apontará estes
parâmetros de sujeição, ainda que, na ficção esta seja mais notada nas relações
amorosas. É nestas relações que se mantém a aceitação da sujeição, que também Mill
abordava no século XIX: “[...] o domínio dos homens sobre as mulheres difere de
todos esses outros na medida em que não é feito pela força, mas aceite
voluntariamente, já que as mulheres não protestam, e aceitam sua sujeição” (p.190).
Mesmo que esta aceitação tivesse pouco de voluntária e muito de coagida, a ficção é
pródiga em trazer à cena a obediência das mulheres aos homens, especialmente,
quando aquelas nutrem sentimentos por estes. Ainda segundo Mill: os homens
“usaram todos os recursos com o fim de escravizar suas [delas] mentes” (p.191),
numa clara referência ao poder ascendente de homens sobre mulheres,
especialmente, em situação de relação formal, quer de família quer de casamento,
ou até mesmo institucional.

Estabelecendo uma ponte temporal, podemos constatar que as evidências


que narrativas como a de Normal People oferecem é que, como já asseverava Mill
(2006, p. 201), os homens não convivem naturalmente com a liberdade das

836
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

mulheres. Este traço histórico é herança que temos e que a indústria de ficção
televisiva4 tem vindo a chamar a si. A compleição dos tempos e as novas realidades
que o feminismo e as lutas pelos direitos das mulheres assim o têm exigido. Ou seja,
são notórios os números de mulheres que são protagonistas nas ficções
contemporâneas; mulheres que representam conjuntos alargados de outras
mulheres, quer heroínas quer sofredoras quer determinadas na conquista de
lugares públicos sem a condescendência masculina. Esquenazi (2011) sugere que:
“As séries televisivas, mais do que outros géneros ficcionais, são levadas a
apresentar os seus mundos ficcionais como paráfrases da realidade: dependentes
do medium televisivo, estão, com efeito, condenadas a mostrar uma sensibilidade
aguda em relação à vida contemporânea” (p. 161).

É claro que, um pouco como este texto faz, lamenta-se a exposição dos papéis
femininos ao sentimentalismo exacerbado, contudo, “admite-se que o melodrama
valorize as mulheres enquanto heroínas de ficções em que as contradições
femininas são patentes” (ibid.). Porém, e como destaca o autor, as mulheres
mostram-se empáticas quando protagonistas femininas sofrem às mãos dos
protagonistas masculinos. Esquenazi entende que “os públicos femininos
consideram plausíveis e facilmente identificáveis os sentimentos vividos pelas
personagens face à incompreensão e à dureza masculinas” (p. 163).

Dessa herança histórica de apagamento público da mulher a ficção não foge


porque, e trazemos novamente Mill, “a subordinação social das mulheres sobressai
como um fato isolado nas instituições sociais modernas (...); relíquia única de um
mundo velho em pensamentos e costumes, desacreditado em tudo o mais, mas
mantido a pretexto de um interesse universal maior” (p. 195).

Na série aqui analisada, a mulher é inicialmente representada como


desvinculada da ditadura do corpo e da similitude a que todas as mulheres jovens
parecem dever obedecer, de acordo com os padrões de beleza que cada geração

4 Entendida aqui num sentido lato: todas as ficções serializadas criadas para canais de TV
tradicionais e canais de distribuição de conteúdos (e.g. Netflix, HBO, Hulu, etc.).

837
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

estabelece. Contudo, e como analisam Riley e Scharff (2012), essa distância resulta,
por um lado, em afastamento das semelhantes e dos rapazes e, por outro, como
mostra a novela de Rooney, numa transformação já próxima dos ditames estéticos
mais consensuais para uma espécie de vitória emancipatória.

3. Metodologia

3.1. Análise fílmica: um descritivo de sujeição

A opção metodológica neste estudo consiste na análise fílmica descritiva


(Aumont & Marie, 2004, pp. 36-37) aplicada à série televisiva Normal People
(Abrahamson, 2020). Esta técnica levou-nos à decomposição dos 12 episódios da
série em 25 unidades narrativas; no caso, em 25 sequências ou cenas que, em
comum, têm o facto de apenas os dois protagonistas estarem em campo. Pretende-
se, portanto, analisar os diálogos e descrever as circunstâncias da personagem
feminina quando em contacto relacional com a personagem masculina.

Após a recolha dos parâmetros (diálogos e contextos), iremos categorizá-los


de acordo com as necessidades de análise: detetar indícios de sujeição da mulher em
circunstâncias de relação amorosa, conforme se apresenta na Tabela 1 e no Gráfico1
(abaixo). As categorias identificadas e analisadas são: submissa, dependente, frágil,
subtraída e/ou complacente.

Tabela 1. Categorização da sujeição feminina nas unidades narrativas

Categorias Submissa Dependente Frágil Subtraída Complacente


/ Unidades
narrativas
1 - - - - -
2 - - + + +
3 + - + + +
4 - - - - +
5 - - + - +
6 - - - + +

838
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

7 + + + + +
8 - - + + -
9 - - - - -
10 + - + + +
11 + + + + +
12 - - + + -
13 - - - - +
14 - + + - +
15 + + + + +
16 + + + + +
17 - + + + +
18 + + + + +
19 + + + + +
20 + + + + +
21 - - + - +
22 + - - - +
23 - - + + -
24 - + + - +
25 + + + + +
26 + - - - +
Resultados 12/26 11/26 19/26 16/26 21/26

Fonte: autoria nossa.

A Tabela 1 resulta da análise das 25 unidades narrativas e verifica a presença


–ou ausência– de sujeição feminina através de cinco categorias: submissão
(momentos/períodos nas cenas em que a protagonista se dedica à satisfação das
necessidades da personagem masculina sem preocupação com o seu próprio bem-
estar), dependência (momentos/períodos nas cenas em que a protagonista revela
necessidade da presença do protagonista masculino para sentir satisfação e
segurança), subtração (momentos/períodos nas cenas em que a protagonista anula
a sua própria existência, enquanto ser livre e racional, para benefício da personagem
masculina), fragilidade (momentos/períodos nas cenas em que a protagonista dá
sinais visíveis de fraqueza emocional) e complacência (momentos/períodos nas
cenas em que a protagonista se mostra indulgente, pronta para perdoar à

839
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

personagem atitudes que a possam ter magoado). Esta categorização tem em conta
o percurso narrativo da personagem feminina nos três ciclos 5 da relação amorosa
que a série televisiva apresenta.

Os resultados analisados partem da seguinte premissa: caso, em média, a


totalidade das categorias se verifique em mais de metade das cenas, teremos
indícios válidos de sujeição, dado que as categorias que a sustentam estão na
maioria das cenas da amostra. Ora, as categorias submissão e dependência são as
menos expressivas, verificando-se apenas em parte das cenas, em menos de metade;
já a fragilidade, a subtração e a complacência estão presentes na maioria das
unidades de análise, como documentado no Gráfico 1.

Gráfico 1. Categorização da sujeição nas unidades narrativas (%)

90%

80%

70%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%
Total unidades narrativas

Submissa Dependente Frágil Subtraída Complacente

Fonte: autoria nossa.

O Gráfico 1 apresenta a percentagem das categorias nas 25 unidades de


análise. Assim, verifica-se que a personagem Marianne se mostra submissa em 46%
das cenas, dependente em 42%, frágil em 73%, subtraída em 62% e complacente em

Três momentos de romance, aos quais corresponderam três momentos de sujeição, três
5

momentos de afastamento e três momentos de emancipação feminina.

840
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

81%. Desta análise resulta que, em média, cerca de 61% das unidades analisadas
manifestam a presença de sujeição da personagem feminina face à personagem
masculina.

A Tabela 2 (abaixo) descreve, a título de exemplo, excertos de cenas em que


foi detetada parte das várias categorias definidas para a validação da seguinte
hipótese: à imagem da mulher em Wollstonecraft, a representação da mulher em
Rooney é de sujeição (diminuída, diluída e subserviente na relação) face ao homem.

Tabla 1. Título de tabla

Cena Categoria Excerto de diálogo


16 Submissão
Marianne – Se tu quisesses, eu deleitar-me-ia com o que tu
quereres. Eu gosto de fazer coisas por ti.
Connell – Mas não tens de fazer coisas que não queres ou
que não gostas só para me fazeres feliz.
Marianne – Mas eu gosto de te fazer feliz.
Connell – Desculpa. [Personagem masculina desvia-se da
feminina.]
17 Dependência
Connell – Eu vou-me embora.
Marianne – Não vás.
Connell – Estou só um pouco cansado. Estamos bem.
Marianne – Por favor, não vás.
6 Fragilidade
Marianne – Eras capaz de bater numa mulher?
Connell – Claro que não. Porque perguntas isso?
Marianne – Não sei. O meu pai costumava bater na minha
mãe.
Connell – Meu Deus! Lamento. Ele alguma vez te bateu?
[Após alguns segundos de silêncio. Marianne acena que
não, mas sem convicção. E é abraçada por Connell.]
3 Subtração
Connell – Eu acho que seria estranho na escola se algo
acontecesse entre nós.
Marianne – Ninguém precisaria saber.

841
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

[Personagem masculina beija a feminina].


Connell – Não contes a ninguém na escola, está bem?
Marianne – Como que eu falasse com alguém na escola.
10 Complacência
Connell – Eu penso em como fui terrível, e sinto muito, a
sério. Marianne, lamento muito [não ter convidado
Marianne para o baile de finalistas].
Marianne – Eu perdoo-te.
Connell – Obrigada.

Fonte: nossa autoria.

3.2. Dinâmica narrativa da protagonista

Neste ponto analisaremos a dinâmica narrativa da personagem feminina, a


partir da proposta de Odin (2000). Propomos, assim, situar a personagem no ciclo
relacional entre a emancipação e a sujeição. Conforme apresentamos na Imagem 1,
a protagonista é-nos apresentada, inicialmente, a entrar num romance, para seguir
um processo de sujeição, perceber o afastamento da personagem masculina e, a
partir daí, já sem esta, se emancipar. O ciclo de romance-sujeição-afastamento-
emancipação repete-se e deixa em aberto a continuação da história das duas
personagens, como se de uma elipse se tratasse.

Imagem 1. Ciclo da personagem feminina

Fonte: adaptação do modelo do Odin (2000).

Quando a narrativa coloca a personagem Marianne num envolvimento


erótico-amoroso, esta apresenta-se mais fragilizada, subtraindo-se em relação à
personagem masculina. O cenário oposto surge quando a narrativa separa as duas
personagens: a mulher passa a mostrar-se independente, emancipada. Contudo,

842
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

quando a personagem se emancipa –com o visual mais cuidado e com muitos amigos
à volta, por exemplo–, logo volta ao romance –feliz com o parceiro de relação–, à
subtração –diminuída, frustrada, triste, submissa– e ao consequente afastamento;
afastamento este quase sempre protagonizado pela personagem masculina.

4. Notas finais

Para concluir, em Normal People a mulher representada é indulgente,


complacente, sofredora e frágil, tanto no contexto familiar de violência psicológica e
até física, como na relação amorosa que se desenrola ao longo da série, na qual, ao
contrário da primeira, os traços de sujeição são mais notórios ao longo de toda a
narrativa. Trata-se de algo que, numa ligação ao texto aqui referido de
Wollstonecraft, nos levou a problematizar o lugar da mulher nesta narrativa: o de
protagonista dependente do amor de um homem para encontrar a felicidade e uma
certa forma de liberdade.

Concluímos, portanto, após uma análise de 25 unidades narrativas, que as


categorias submissão, fragilidade, subtração, complacência e dependência se
verificaram, em média, em mais de 60% dos itens estudados. O que valida a hipótese
colocada: a protagonista em Normal People, é uma representação de sujeição,
porque dependente, frágil, submissa, subtraída e complacente diante da figura
masculina pela qual se apaixona.

A leitura desta personagem, que vive ciclos de romance, de sujeição, de


afastamento e de emancipação, pode levar-nos a perguntar: se a representatividade
feminina nas séries televisivas, como protagonistas e líderes de várias histórias se
está a verificar crescentemente, estará a sua representação a ser de mulher(es)
emancipada(s) e independente(s) ou frágeis, complacentes dependentes? Serão,
afinal, as mulheres herdeiras permanentes desta dependência de outro género – ou
de outrem – para se mostrarem independentes, emancipadas e felizes? Por fim, será
esta protagonista, em particular, feminina assim tão diferente da mulher descrita
por Wollstonecraft há mais de duzentos anos? Pelos indícios que aqui apresentamos,
não.

843
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Referências

Aumont, J. & Marie, M. (2009). A Análise do Filme. Lisboa: Edições Texto & Grafia.

Esquenazi, J.P (2010). As Séries Televisivas. Lisboa: Edições Texto & Grafia.

Henriques, F. (2016). Filosofia e Género. Outras narrativas sobre a tradição ocidental.


Lisboa: Edições Colibri.

Mill, S. (2006[1869]). A Sujeição das Mulheres. Lisboa: Edições Almedina.

Moreira, B. (2018) O sentido dos direitos nas relações de intimidade ou a Caixa de


Pandora? In A. Torres, D. Costa & M. J. Cunha, Estudos de Género: Diversidade de
olhares num mundo global, pp. 227-242. Lisboa: Edições ISCSP.

Odin, R. (2000). De la ficcition. Bruxelles: Editions de Boeck Université .

Perrot, M. (2007). Minha História das Mulheres. São Paulo: Editora Contexto.

Rentschler, C. (2019) Making culture and doing feminism. In T. Oren & A. Press,
Routledge International Handbook on Contemporary Feminism. (pp.127-147).
London: Routledge.

Riley, S. & Scharff, C. (2012) Feminism versus femininity? Exploring feminist


dilemmas through cooperative inquiry research. Feminism & Psychology, 23(2), pp.
2017-223.

Rooney, S. (2018). Normal People. London: Faber and Faber.

Wollstonecraft, M. (2017[1792]). Para um Vindicação dos Direitos da Mulher. Lisboa:


Antígona.

844
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

Entre las risas de Lisístrata y las lágrimas de Antígona,


expectativas de lo que debe ser una mujer protagonista

Diana Ibarra Soto


Universidad Panamericana
dibarras@up.edu.mx

Resumen

Existe una característica fundamental para que las mujeres podamos emanciparnos
de la opresión social en la que vivimos. Esa es la “agencia”, concepto de
implicaciones fuertemente antropológicas, es definida por Amartya Sen como: lo
que una persona es libre de hacer y conseguir en la búsqueda de cualquier meta o
valores que él o ella tome como importantes (1985, p. 203). Al buscar los raigambres
culturales tanto de ese yugo como de las libertades planteadas, podemos observar
una ambivalencia en cuanto a los modelos que se nos han planteado. ¿Qué mujer es
realmente libre y por qué?¿Qué condiciones de posibilidad arropan esa condición?
Existen lógicas micromachistas que se cuelan en los paradigmas de disolución del
nudo de nuestra sujeción, pero ¿podemos distinguirlas? Alejándonos de una lógica
de un cuadro de Escher que nos haga caer en la misma dinámica que queremos
evitar, es el propósito de estas reflexiones examinar las representaciones de
liberación de dos figuras icónicas de la cultura occidental, Lisístrata y Antígona.
Heroínas griegas que quizá guarden entre sus versos, claves que nos permitan salir
del cautiverio sin reconstruir nuevas ataduras. Usando el concepto de agencia, se
buscará proponer una lectura de género de estas dos figuras de rebeldía para
determinar el efecto deconstructor de la estructura de dominación y las claves de
empoderamiento contenidas en su discurso.

845
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Palabras clave

Empoderamiento, agencia, liberación femenina, estructuras de dominación,


micromachismos.

1. Introducción

En la búsqueda por la libertad hay ataduras que ignoramos y otras que


arrastramos. Es tanta la necesidad y urgencia de construir un mundo que reconozca
la dignidad innegable que tienen todas las personas que en medio de esta lucha, es
complicado no solo mantener el enfoque en la reducción de la desigualdad, sino
diversificar los frentes. Por lo que se debe comprender diferentes perspectivas y
cambios que posibiliten el identificar aquellas prácticas que, como la humedad en
casa vieja, se cuelan entre los resquicios de la misma emancipación.

Este “ensimismamiento de la liberación” plantea paradigmas que convendría


confrontar para distinguir sus puntos de luz y sombra, no solo en sí mismos, sino en
la lectura e incorporación cultural que se hace de ellos. Los micromachismos
(Bonino, 1996, 2004), se traducen en esas preconcepciones silentes sobre la
sexualidad que formulamos en la interpretación de la realidad de manera
inconsciente o habitual. Robert Stoller, define el género como: la cantidad de
masculinidad o feminidad en una persona (1974, p.9), entendiendo por ello la
interpretación cultural de la diferencia sexual, los cuales imprimen “roles de
género”, comportamientos desplegados en sociedad en virtud de esta lógica. El
problema reside cuando se le atribuye una jerarquía a estos comportamientos: el
mundo social construye el cuerpo como realidad sexuada y como depositario de
principios de visión y de división sexuante (Bourdieu, 2000, p.22). Siguiendo una
lógica bourdiana, lo masculino se posicionará “arriba” en la gran mayoría de ámbitos
de desarrollo, evidenciando así una masculinidad hegemónica. Cuando hablamos de
liberación de las mujeres no es la excepción, pues en ellas mismas seguimos
persiguiendo la imagen de una emancipación desde una perspectiva
mayoritariamente masculina. En frecuentes ocasiones, nosotras las mujeres, nos
liberamos al estilo masculino, bajo premisas masculinas y loamos objetivos

846
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

planteados desde la masculinidad ejerciendo un protagonismo cargado de


simbolismos también masculinos. La pregunta que reside en el fondo, es: ¿realmente
nos estamos liberando? ¿o solamente estamos cambiando de camisa de fuerza? Si la
liberación de las mujeres consiste en afirmarse no-mujeres para adquirir un
protagonismo, ¿no somos nosotras mismas las que estamos invisibilizándonos?

(…)las civilizaciones patriarcales han disminuido hasta tal punto el valor de lo


femenino que la realidad y la descripción del mundo que las caracterizan son
inexactas. En lugar de constituir un género diferente, el femenino en nuestras
lenguas se ha convertido en un no-masculino, es decir, en una realidad abstracta
sin existencia (Irigaray, 1992, p. 18).

Para lograr este objetivo me he dado a la tarea de examinar la agencia de dos


figuras paradigmáticamente protagonistas de la rebeldía y empoderamiento de las
mujeres: Lisístrata y Antígona1 . Comedia y tragedia griegas que han detonado un
sin fin de reflexiones en occidente y han contribuido a construir los cimientos de
nuestro ser en sociedad, el deber para consigo y para formular estrategias de
liberación. Por lo que, a la luz de la definición de agencia dada a partir de Sen, Kabeer,
Nussbaum y Korsgaard me propongo contrastar las acciones de estas dos
protagonistas de la cultura occidental para descubrir hasta qué punto nos hemos
separado de estas asimilaciones micoromachistas en el protagonismo femenino.

2. La agencia como concepto clave para el empoderamiento de las mujeres

Por siglos a las mujeres se les exigió suspender su capacidad de juicio. Sus
decisiones eran tomadas por alguien más, a la luz de intereses económicos o
políticos de terceros. La autonomía no era una capacidad desarrollada para la

1 Para la revisión de estas dos obras griegas he utilizado en el caso de Antígona la edición de
Sófocles (2000). Tragedias. Áyax. Antígona. Edipo rey. Electra. Edipo en Colono. Trad y notas
Alamillo, A. Barcelona. Gredos, y en el caso de Lisístrata, utilizaré Aristófanes (2007). Comedias III .
Lisístrata. Las Tesmoforias. Las Ranas. La asamblea de las Mujeres. Pluto. Int. Trad. Y notas Macía, L.
Barcelona. Gredos. Por lo que de aquí en adelante solo haré referencia a la numeración de los versos
utilizados.

847
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

expectativa femenina. De ahí, que cuando el concepto “agencia” aparece en el


discurso feminista cimbra las conciencias avivando la necesidad de autodominio.
Joan Scott afirmaba:

Dentro de estos procesos y estructuras, hay lugar para un concepto de agencia


humana como intento (al menos parcialmente racional) de construir una
identidad, una vida, un entramado de relaciones, una sociedad con ciertos límites
y con un lenguaje, lenguaje conceptual que a la vez establece fronteras y contiene
la posibilidad de negación, resistencia, reinterpretación y el juego de la invención
e imaginación metafórica (1996, p.288-289).

La agencia dota al sujeto de la certeza de identidad. Una que se


autoconstruye, al menos parcialmente, fruto de las reflexiones y decisiones tomadas
en la intimidad de la conciencia y sujetas a revisión por la misma persona que las
formulan. Como dice Scott, da la posibilidad de “negación, resistencia y
reinterpretación”. Ya no se es hoja al viento, y si se es, por lo menos hay una
conciencia de inconformidad y fruición de mando. Equipa a la persona desde una
posición de autoconciencia a las posibilidades contenidas que encierra en sí misma.
De ahí que el reconocimiento de la posibilidad ante la acción, es fundamental para
definirla.

Amartya Sen, iniciador del Enfoque en Capacidades, define la agencia como:


lo que una persona es libre de hacer y conseguir en la búsqueda de cualquier meta o
valores que él o ella tome como importantes (1985, p. 203). Para que una persona
pueda ejercer su libertad, se supone un ejercicio de conciencia, de deliberación y
autodeterminación. La capacidad de formularse metas será aspecto fundamental.
Eso supone una independencia del “yo” frente a su medio, es un fortalecimiento de
la voz interna que se pronuncia fuerte y clara ante el fallo de la conciencia para
motivar una acción que genera cambios. De ahí que la agencia se condición
indispensable del empoderamiento.

El “empoderamiento” supone el “poder”, el cual según Naila Kabeer, puede


ser traducido como la habilidad en la toma de decisiones y se relaciona con tres
dimensiones: agencia, recursos y logros (2005). En específico aclara Kabeer, la
agencia con relación al empoderamiento implica no solo el ejercicio activo de la

848
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

elección, pero al hacerlo desafía las relaciones de poder2 (p. 14). Es pertinente
introducir aquí la aclaración que hace Luis Bonino del “poder”, pues este se puede
entender popularmente en dos acepciones, como autofacultativo, y como la
posibilidad de control sobre otros (1996). El “poder” al que alude Kabeer, marca la
interacción entre ambas acepciones, el empoderamiento del agente al decidir sobre
su propia vida, y la denuncia de las “jerarquías de poder” que lo limitan en su actuar.
Al hablar sobre protagonismo de las mujeres ambos aspectos del poder resultan
cruciales, pues de suyo implicará una conciencia de la jerarquía derivada de las
condiciones de género y una inconformidad ante la misma que suscita la
autoapropiación de la persona. Con respecto a los recursos aclara Kabeer, son los
medios para ejercer la agencia. Evidente, para que se logre esa meta planteada no
solamente hay que fortalecer la construcción de esa identidad personal, sino que
como bien señala Martha Nussbaum, además hay que contar con precondiciones
materiales que posibiliten esa decisión, de lo contrario solo tendremos un simulacro
de libertad (2000). Por último, los logros se traducirán en la potencialidad para vivir
la vida que ellas hayan decidido, asumiendo las consecuencias de esa elección
(Kabeer, 2005) y reduciendo al mínimo el resultado obtenido al fruto del azar
(Nussbaum, 1995)3.

Al hablar concretamente sobre la agencia de las mujeres Kabeer distingue


entre una agencia pasiva y activa, y una agencia efectiva y transformativa. Por
agencia “pasiva” se refiere a aquella acción tomada cuando hay poca decisión;
añadiré que es una acción fruto del arrebato de un momento. Por el contrario, la
agencia “activa” se manifiesta cuando el comportamiento se encamina a un objetivo
con propósito. Por su parte, la agencia efectiva, la sitúa Kabeer cuando una mujer
eficientemente desempeña los roles y responsabilidades dados a su persona
tradicionalmente; en oposición, la agencia transformativa desafía esos roles para
cambiarlos (2005). Es esta última la que dirigirá de manera central mi análisis, pues

2. La traducción es mia, así como todas las subsecuentes que se encuentre originalmente en
idioma inglés.

3. Nussbaum aclara que: lo que le sucede a una persona por fortuna es lo que no le ocurre por su
propia intervención activa, lo que simplemente le sucede, en oposición a lo que hace. (1995, p.31)

849
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

si se ha de identificar los psiquismos masculinos para el ejercicio del control


(Bonino, 1996), se deberá de distinguir las estructuras de dominación para
modificarlas desde una plena conciencia de quién se es, y lo que se busca como
detonante de una acción. Dicho de manera clara por Christine Korsgaard:

La acción es un movimiento atribuible a un agente que es su autor, y que significa


que cada vez que tú eliges una acción -cada vez que tomas control de tus propios
movimientos- te constituyes a ti mismo como autor de esa acción, y por tanto estas
decidiendo quien ser (2009, p.xi).

Además, agrega Korsgaard, la concepción de la acción abre la posibilidad a


una valoración moral la cual es realizada por la persona al asumir principios
racionales que dicten su conducta. La agencia entonces tiene como condiciones que
se realice una acción, por una persona autoconciente y decidida, gobernada por una
firme convicción del mundo, las leyes a las que ella se adhiere y que se autogobierne
para transformarse a sí misma y a su medio.

Por tanto, para verificar la presencia de la agencia en una acción se deberá de


evaluar: i) si las decisiones tomadas fueron fruto de una verdadera libertad, es decir,
ejercida con conciencia por parte de la propia persona, ii)tuvieron la oportunidad
de elegir de manera distinta, iii) si existe claridad en la definición de una meta,
iv)lograron la meta propuesta, v) modificaron su dinámica de opresión y
vi)respetaron su propio autodominio, el de las otras personas, particularmente de
las otras mujeres. Estos serán los aspectos a evaluar tanto en Lisístrata como en
Antígona. Mediante el análisis de sus acciones, confrontaré tanto la autonomía de
sus decisiones, como la claridad de la meta, esto desde una perspectiva de género
que cuestione cuánto de esa conciencia y meta son el resultado de un protagonismo
autoasumido, consciente de su ser mujer, y cuanto es producto de los estereotipos
asignados por una mentalidad micromachista, que en medio de la rebeldía femenina
siembra su lógica vertical, resistiéndose al poder personal o interpersonal de las
mujeres (Bonino, 1996) en el ejercicio de su libertad.

850
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

3. La agencia como definitoria del protagonismo: una relectura a partir de las


paradigmáticas figuras de Lisístrata y Antígona

Desde Occidente no podemos negar la fuerte influencia que hemos recibido


de la cultura griega, nuestro idioma, prácticas e idiosincrasia está fuertemente
cimentado en la tradición helena (Jaeger, 2001). El acercamiento a la problemática
de lo humano se deja sentir en la propuesta griega, logrando traspasar el tiempo y
ejerciendo un llamado de repetición, un habitus (Bourdieu, 2008). Cuando leemos
las obras clásicas griegas compartimos los resquicios agrietados de ese cuarto que
es nuestra conciencia tratando de develarse. De ahí la oportunidad de releer sus
mensajes, ahora a la luz de concepciones como la “agencia” que posibilitan el
desmantelamiento de un orden patriarcal: una lectura bajo los prismas del género.

3.1 La risa de Lisístrata como ejercicio de liberación: el enfoque en el


poder del sexo

Comedia escrita por Aristófanes al rededor del año 411 a.C. sitúa la
problemática en plena guerra del Peloponeso, en donde después de 20 años de estar
en una guerra endógena, recurren a lo que a ojos del autor es una medida
desesperada para conseguir la paz: suspender el intercambio sexual entre las
mujeres y sus esposos hasta que no pare la guerra. Lisístrata es la protagonista de
esta estratagema de abstinencia sexual y comparte su propuesta con todas las
mujeres de la Hélade para ejercer una presión significativa desde los ámbitos
cotidianos y particulares, pero con grandes efectos en la vida pública. De ahí que la
barrera público/privado, personal/político son traspasadas y se muestra la
repercusión de un ámbito sobre el otro: “lo personal es político”4. Esta obra ha
inspirado el paro sexual como estrategia política a lo largo de la historia5. Lisístrata

4. La frase propuesta por el feminismo de la segunda ola, es atribuida a Carol Hanish, sin embargo
ella ha negado ser su creadora. No obstante es reconocido su escrito de 1969 que lleva este título.

5. Dentro de los casos más actuales: Isabelle Ameganvi, parlamentaria de Togo, 2012, protestaba
por reformas constitucionales; Marleen Temmerman senadora de Bélgica, 2010, convocó a un cese
sexual hasta que no se definiera quién gobernaría después de una negociación de 243 días sin

851
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

toma el control de la esfera pública, hace escuchar su voz, planea acciones de


presión, toma decisiones sobre la guerra, aunado al control de la riqueza de la ciudad
al adueñarse de la Acrópolis. Sin lugar a dudas hay un desafío al status quo. Pero qué
sucede cuando lo analizamos a la luz de la agencia y sus características.

3.1.1 Análisis de la agencia de Lisístrata

Lisístrata toma la decisión de terminar la guerra, ante la desesperación que


siente por la ausencia de los hombres fruto de la misma, pone en marcha su plan de
acción: usar su cuerpo desnudo, despertar el deseo sexual y no consentir hasta el
desarme (l. 149-153)con total conciencia. Al mismo tiempo organiza que las mujeres
mayores se hagan de la Acrópolis para restringir el manejo económico (l. 175, 490,
623), aduciendo que es culpa del dinero que se esté en guerra (ls. 488 y ss). Es
consiente de su acción. No obstante, la decisión que tiene es parcialmente libre, de
no haber guerra, no habría cambio. Y finalizada la guerra, se evidencia que el desafío
fue puntual y no estructural.

La protagonista tiene la oportunidad de elegir de una manera distinta, pues


pudo limitarse a esperar que la guerra siguiera su curso padeciendo en silencio la
inconformidad sentida. Por el contrario, Lisístrata, seguida del resto de las mujeres,
unas con más templanza y resiliencia que otras (ls. 715-765), emprenden una
maniobra que demanda organización, negociación, y tenacidad. Ellas logran lo que
los hombres no han podido, ponerse de acuerdo.

A mi juicio este es el punto más claro de la agencia de Lisístrata es que sabe


lo que quiere: acabar con la guerra; lo demás son argucias para conseguirlo.
Organizar a las mujeres, ejercer presión sexual y económica, son solo estratagemas
para el bien ulterior. En algún momento de la comedia (ls.490-540) se hace una
revelación interesante, las mujeres padecen desde el interior de sus casas las

resultados, Pricilla Nanyang, política y activista de Sudán del Sur, 2014, convocó al paro sexual hasta
no lograr la paz en Juba.

852
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

decisiones, en ocasiones incorrectas, por parte de los hombres, pero por una
estructuración por género, sus opiniones son desestimadas: De la guerra se
ocuparán los hombres (l. 518). Ellas de facto se interesan por el dinero y la paz, y al
interrogar a sus maridos las mandan callar. Su análisis de resolver la guerra con el
mismo tratamiento que se le da a un ovillo de lana resulta pertinente, pero es
ignorado (ls. 570-586) y no hacen cambios mayores a su condición. Hay una
conciencia de género, sin embargo, cuando es conseguida el final de la guerra esta
mentalidad de liberación es abandonada: allí, intercambiad juramentos y garantías
de lealtad, y luego que cada uno se largue llevándose a su mujer (l.1185). Lo que
reafirma una lógica pasiva, la decisión de las mujeres ha terminado.

La meta planteada es conseguida, al final de la obra cada quien se va a casa:


ésas, espartanos, y vosotros a esas otras. Que cada hombre se ponga junto a su mujer
y cada mujer junto a su marido (l. 1273). La guerra se ha acabado, y aunque
permanezcan diferencias entre espartanos y atenienses, se ha hecho un festín para
celebrar la paz. Las estrategias planteadas han conseguido su objetivo, y Lisístrata
como protagonista ha ejercido su mando, este ha sido reconocido por hombres de
ambos bandos, hay una mención a su racionalidad y educación (l. 1125) logrando
enumerar los motivos para la “concordia”, sin embargo, su liderazgo recibe
apelativos masculinos para loar su labor: Te saludo, la más machota de todas (l.
1108).

Lisístrata no rompe una dinámica de opresión, este es el punto más deficiente


en cuanto a una lectura del empoderamiento femenino. No se busca mejorar la
situación de las mujeres, una paridad en el ámbito político o una interacción
igualitaria en el ámbito privado6, se continúa de facto una dinámica de opresión,
bajo una lógica de mujer-objeto, mujer-proveedora-de-placer, mujer-proveedora-
de-cuidado: ¿Y qué podrían hacer de sensato o glorioso las mujeres, que nos quedamos
sentadas llenas de colorete, con nuestros vestidos de color azafrán, las largas

6. Si se piensa que la concepción de una participación activa de las mujeres en el ámbito político
irreal para la época bastaría con leer la República de Platón en el fragmento 540b-c, en donde se
afirma la posibilidad de mujeres gobernantes.

853
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

cimbéricas que llegan hasta los pies y los zapatitos elegantes? (ls. 42 y ss) Toda la
estrategia de Lisístrata está cifrada en una reduplicación del estereotipo, la
participación política y económica7 es un accidente, un efecto parcial, colateral y
temporal. Se busca administrar los recursos de la Acrópolis para terminar la guerra
(l. 495) aduciendo que las mujeres han administrado los hogares. El razonamiento
es interesante por el paralelismo, por el reconocimiento de la labor doméstica y las
implicaciones en el Estado. Por otro lado, reafirma constantemente la supremacía
masculina basándose en un falocentrismo8: cualquier otra cosa. Lo que tú quieras.
Dispuesta estoy si hace falta a caminar sobre las brasas; eso mejor que lo de la polla,
pues no hay nada como ella (l. 132)9. Por lo que, si bien Lisístrata logra su objetivo
al terminar la guerra, este no redunda en un beneficio para las mujeres en sí.

Por último, Lisístrata logra dominar sus propios deseos sexuales. Este
aspecto es especialmente significativo, pues las mujeres se saben con el poder
sexual, si bien Aristófanes las retrata con un apetito sexual desbocado (Robson,
2016, p.57), el placer femenino es reconocido y apreciado. El tema de la violación y
la violencia sexual también está presente. Ante la propuesta de abstinencia, hay
dudas por algunas de las asistentes sobre cómo llevar a cabo la tarea, aduciendo la
posibilidad de ser forzadas a una relación sexual, ante esta situación la propuesta es
ceder con desgano (l.160), la jerarquía está plantada, las mujeres griegas saben que,
en última instancia, no está en ellas la decisión. Lisístrata decide aplacar los instintos
para ejercer un poder político por autoconvicción, al momento de presentar la idea
a otras mujeres ella ejercerse un control incluso de restricción física para evitar que

7. Por participación económica me refiero al uso de los bienes del Estado, no propiamente a ser
parte de la población económicamente activa. Las mujeres hemos trabajado siempre, lo evidencian
las líneas 458 a 460 de Lisístrata cuando afirma: ¡Mueres aliadas nuestras, salid de dentro: hortelanas,
pasteleras, fruteras, verduleras, panaderas, pastoras… Arrastradlos, golpeadlos, moledlos a palos,
insultadlos sin miramientos! Sin embargo, la administración de los bienes públicos era asunto
reservado a los hombres.

8. Cabe hacer la aclaración que en la mayoría de los helenos el falocentrismo está presente, pero
este no es sinónimo de heterosexualidad. La homosexualidad es plenamente aceptada pero imprime
una jerarquía dependiendo si es pasiva o activa. (Halperin, 1996)

9. La obra tiene continuas alusiones, algunas de las más evidentes en las lineas: 25, 125, 145, 212,
410, 740. 956… Si bien tampoco le hace justicia a los hombres, pues cae en el estereotipo de falta de
racionalidad ante la excitación.

854
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

la estrategia se venga abajo (l. 725), pues las demás mujeres no son presentadas con
el mismo autocontrol, siendo quizá la excepción Mirrina y Lampito. La autonomía de
las otras mujeres es anulada en función de un bien mayor.

La agencia a la que hace referencia Lisístrata es más bien pasiva, pues


responde no por convencimiento propio, sino sólo a partir de una necesidad de
Estado, la paz; y es ejercida hasta que termina la contingencia y es eficiente, pues
más bien reproduce roles tradiciones, como cuando afirma: Ya vendrán, querida. A
las mujeres les es difícil salir de casa: una tiene que ocuparse del marido; otra,
despertar a un criado; otra, despertar al niño; otra, bañarlo; otra, darle de comer…(l.
17-19)

3.2 El llanto de Antígona como evidencia del cambio de estructuras

Antígona ha sido una obra celebrada a lo largo de la historia, escrita por


Sófocles aproximadamente en el 442 a.C., realza la historia de una mujer que es
víctima de una guerra fratricida. Sus hermanos Polinices y Eteocles mueren a causa
de la búsqueda del poder, Polinices traiciona un acuerdo dado y Creonte, gobernante
interino, lo ha castigado aún después de su muerte, emitiendo un edicto prohibiendo
su sepulcro. Antígona desafía esta norma, aún a costa de su vida.

3.2.1 Análisis de la agencia de Antígona

Antígona se encuentra de duelo, sus hermanos han muerto, pero uno de ellos
yace expuesto al deterioro y la deshonra10. Ella asumiendo sus deberes familiares
desafía la ley y esparce fino polvo sobre su cuerpo, y cuando su intento resulta
frustrado vuelve a intentarlo sabiendo que si es sorprendida le espera una muerte
segura. Su hermana Ismene, le advierte constantemente y sugiere que ceda ante un
poder mayor. Ella responde: No sufriré nada tan grave que no me permita morir con

10. Tal como lo dice Alberto Ross al hablar de la vigencia de Antígona en nuestros días: Morir en
condiciones dignas, por ejemplo, no se le debería negar a nadie. Tampoco debemos obviar tan fácilmente
la importancia de darle un tratamiento digno al cuerpo de quien ha fallecido (2020, p. 73).

855
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

honor (l.95-96). Las circunstancias son adversas, pero Antígona es libre, toma la
decisión de ir contra las reglas en pleno conocimiento del castigo, pero apropiada
del deber autoimpuesto11. Su agencia es palpable en este sentido.

A lo largo de la obra a Antígona se le sugiere constantemente que tome una


actitud distinta, y de hecho Ismene opta por la opción de sumisión al poder civil (l.65
y 78). La opción está dada y promovida, por Ismene; Hemón, su prometido y Creonte,
pero la protagonista es firme: Yo lo enterraré. Hermoso será morir haciéndolo. Yaceré
con él al que amo y me ama, tras cometer un piadoso crimen, ya que es mayor el tiempo
que debo agradar a los de abajo que a los de aquí (ls. 72-76). Al tanto de las
consecuencias, elige la opción más fiel a sí misma.

Para Antígona la meta está clara, la obediencia a las leyes de su conciencia.


Antígona Afirma: Si hubiera consentido que el cadáver del que ha nacido de mi madre
estuviera insepulto, entonces sí sentiría pesar. Ahora en cambio, no me aflijo (l. 466-
469). Tanto Ismene como ella asumen ser el resultado de una procreación
funesta12. Esa tragedia ha acarreado lamentos sin fin: suicidio, ceguera, traiciones
y muerte; la deshora cerca a la familia. Antígona tiene la oportunidad de poner fin a
esta injuriosa cadena y afirma: Mi persona no está hecha para compartir el odio, sino
el amor (l. 523) Su agencia se manifiesta clara, será ella la heroína, ella la
protagonista, la que devuelva el orden cósmico alterado por su padre (ls. 853)

La hija de Edipo no solo cumple, sino que excede su meta. Al no haber


permitido la sepultura de Polinices, la ciudad sufre la decisión de Creonte, los altares
están infectados y en el campo hay olor a muerte (ls.1015 y ss). El sabio Tiresias le
recrimina a Creonte, el cual, con reticencias acepta sepultar a Polinices y liberar a

11. Al respecto Joan Copjec, comenta: Antígona nos hace saber que su hermano es único,
irremplazable. Jamás habrá otro como él. Para ella, su valor no depende de nada que Polínices haya
hecho ni de ninguna de sus cualidades. Se rehusa a justificar con razones su amor por él, no recurre a
ninguna autoridad, ninguna asamblea, ninguna ley de la polis para sancionar el acto que cumple en su
beneficio. (2006 p.71)Lo que me parece un claro ejemplo del reconocimiento de su autonomía y
agencia.

12. Hay que recordar que Antígona es hija de Edipo quien comete parricidio y se casa con su
propia madre, Yocasta.

856
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

Antígona (l. 1110 y ss), pero llega tarde, la heroína se ha ahorcado, Hemón, su hijo
se ha suicidado al ver el cuerpo sin vida de su amada, y Eurídice esposa de Creonte,
al escuchar la muerte de su hijo se inmola en el altar. La rebeldía de Antígona no sólo
consigue una tumba para su hermano, sino que con su muerte devuelve la cordura
a un pueblo lastimado. Ella, mujer, griega y huérfana es dueña de una cosa, su vida.
Copjec toma buena cuenta de esta gran posesión: cuando la vida pasa a ser definida
por la muerte, es permeable a la muerte y es permeable al poder (2006, p. 49).

Antígona es transformante, consigue el propósito planteado, y al hacerlo ha


demostrado que en una cultura tan patriarcal como la de los griegos, una mujer
resolutiva puede cambiar el destino de una nación. Antígona, aún queriéndolo,
rechaza la finalidad impuesta a su ser de mujer en el matrimonio y la procreación
optando por ser fiel a su familia. Hay que recordar que para los griegos casarse es
un deber para con la polis, y que una vez que la mujer contrae nupcias pertenece a
la casa patrilineal aún en sus prácticas religiosas privadas (Bruit Zaidman, 1991).

Vedme, ¡oh ciudadanos de la tierra patria!, recorrer el postrer camino y dirigir la


última mirada a la claridad del sol. Nunca habrá otra vez. Pues Hades, el que a
todos acoge, me lleva viva a la orilla del Aqueronte sin participar del himeneo y
sin que ningún himno me haya sido cantado delante de la cámara nupcial, sino
que con Aqueronte celebraré mis nupcias. (ls. 808-818)

Antígona se muestra mujer independiente, aleja el rol tradicional para


satisfacer la voz de su conciencia, autónoma y fuerte se acerca a la muerte, dejando
ver que su voz resonará en el Hades: Junto a ellos voy a habitar, maldita sin casar (l.
869) Ella impulsó la rectificación de un mal moral y de un abuso en la búsqueda de
poder cometida por Creonte desde que busca apoyar a Eteocles contra la voluntad
de Edipo. La restitución del orden, de manos de una mujer logra el orden público.
Siguiendo las reflexiones planteadas por Korsgaard, Antígona alcanza el estatus de
paradigma moral de agencia en ella, y de reproche ante la obcecación humana: No
podemos dejar de oírla, porque la tumba de Antígona es nuestra propia conciencia
oscurecida. Antígona está enterrada viva en nosotros, en cada uno de nosotros
(Zambrano, 2019, pos.20).

857
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

No obstante la firmeza con la que Antígona plantea su objetivo, éste no es


impuesto a otros. Se ha dicho que Ismene no comparte su postura, la protagonista
responde: Ni te lo puedo ordenar ni, aunque quisieras hacerlo, colaborarías ya
conmigo dándome gusto. Se tú como parezca. Yo le enterraré (ls. 69-70).
Posteriormente al ser sorprendida en un segundo intento y al borde del castigo,
Ismene le pregunta en qué puede ayudar, Antígona responde: Sálvate tú. No veo con
malos ojos que te libres (l. 553). Este aspecto me resulta especialmente valioso, la
agencia femenina es respetuosa del proceso ajeno, defiende su postura, pero no la
impone, no replica una dinámica de violencia, ni la escala. Se salva de cometer las
imposiciones que padece, en su convicción hacia el amor, la sitúa en posición
coherente, el respeto a la posición contraria, no sin ejercer presión a las estructuras
social contra las que se revela.

En suma, la agencia de Antígona es plena, activa y transformativa13. Ha


desafiado las estructuras y ha conseguido su objetivo. Pero no hay que olvidar
que ha muerto en el camino. No ha de sorprender siendo una tragedia griega,
pero indigna la presencia, aunque literaria, de una asesinada más. De otra mujer
víctima de las instituciones, las cuales, a oídos necios, desconoce el llamado de
justicia. Demasiado familiar para nuestros días, lo que indica que el Estado
opresor tiene un vitalismo tristemente resistente.

3. Expectativas micromachistas del pardigma de la mujer protagonista

Equiparar Lisístrata con Antígona para evaluar su protagonismo femenino


resulta artificioso pero ilustrativo de la cotidianidad heredada. La primera al ser
una comedia tiene la finalidad de evidenciar un dolor profundo, en ese caso la
necesidad de estabilidad social, utilizando recursos fuera de su marco lógico, en este
caso la participación de las mujeres atenienses en la vida pública. Antígona por su
parte es una tragedia, encomia actitudes y tiene una finalidad pedagógica

13.De hecho Irigaray señala que la obra de Sófocles marca un puente entre el patriarcado y el
matriarcado (2010).

858
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

acentuando un areté valorado tanto por la sociedad como por la persona. Plantea un
dilema ético: qué elegir cuando las leyes civiles se oponen a la conciencia moral,
inclusive en una situación extrema en donde quien tiene que decidir es una mujer.
La jerarquía griega es muy clara, las mujeres, salvo en Esparta, no ejercen una
ciudadanía activa (De Coulange, 1982). Ambas obras tienen una finalidad distinta,
por lo que los protagonismos de las heroínas adquieren un tamiz diferenciado.
Lisístrata no es realmente una obra feminista, Antígona en estricto sentido,
tampoco, pues en ninguna de las dos se busca reivindicar en sí misma la posición de
la mujer y combatir el sexismo. No obstante, la agencia de Antígona hace de ella una
obra emancipadora de concepción de la mujer.

El protagonismo de Lisístrata es irreal, en vista de Aristófanes es un


disparate14. Si bien plantea ideas interesantes, estas son herramientas burlescas,
no sugerencias fácticas. Los micromachismos se hacen patentes. Al final todo
regresa a como estaba, no hay cambio de estructuras, no es una reivindicación del
poder sexual de la mujer, sino una ridiculización de la toma del espacio público por
parte de las mujeres, pues para el autor su principal función es una: el sexo. Lo cual
le hace caer en la consabida dinámica de procreación en donde la existencia
femenina se concibe a la luz del placer dado a su contraparte masculina y el
aseguramiento de la descendencia. Si es viable una negociación entre Esparta y
Atenas, esta es ejercida bajo una presión “más allá de lo racional” evidente por el
abultamiento de las túnicas de los negociadores (l.1080). A la luz de Bonino (1996),
se ratifica la división sexual del trabajo, como se puede observar en la obra ( l. 580,
650, 880), se les deslegitima a las mujeres su derecho a ejercer el poder
autoafirmativo, llamándolas: enredadoras (l.12), locas (l.570 ), malditas (ls. 340,
972), despreciables (l. 970) y desvergonzadas (l. 1014); limitándolo a un momento
“desesperado” su participación. Además, se ejercen microdefiniciones, en el sentido
que son los hombres los que definen las interacciones cotidianas en términos de los

14. Las alusiones aristofánicas a una jerarquía inferior por parte de las mujeres son cuantiosas a
lo largo de la obra, para muestra este diálogo: Cleonica.-¿Y es algo sutil eso a lo que has dado vueltas
y vueltas?/ Lisístrata.- Tan sutil como que la salvación de la Hélade entera está en ma nos de las
mujeres./Cleonica.- ¿En manos de las mujeres? Bien poco vale entonces (ls.28-32).

859
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

propios intereses, creencias y percepciones (l. 17-20). El protagonismo de Lisístrata


es enaltecido bajo estándares masculinos (l. 1108), pues se aleja de la norma. Todo
esto sin salir de una lógica antagónica de mujeres y hombres claramente
ejemplificada por los corifeos. En algún punto la obra sugiere dar muerte a las que
están en la encomienda (l. 268 y ss.) y amenaza con golpes a aquellas que se han
encerrado (l. 369, 432), aunque hay que aclarar que esa conducta se muestra
excesiva y desatinada por parte de los hombres, pero presentando una clara
misoginia15: no hay ninguna criatura tan odiosa como las mujeres (l.369). No
obstante, hay guiños a una conciencia de género: se destacan sus virtudes (l. 548),
se visibiliza su labor en el hogar (l. 570), el padecimiento de ver morir a sus hijos en
combate (l.588), así como la desigualdad civil ante la edad, al no poder volver a
casarse cuando pasa el tiempo (l. 595 y ss.). Lo que hace de esta una obra desafiante
en el ejercicio de la conciencia.

Los micromachismos de Antígona también están presentes, hay frases que


refrendan la concepción popular de sumisión femenina. Ismene afirma: Es preciso
que consideremos que somos mujeres, no hechas para luchar contra los hombres, y,
después, que nos mandan los que tienen más poder, de suerte que tenemos que
obedecer en esto y en cosas aun más dolorosas que estas (ls.61-64). Se transmite una
idea clara, solo una mujer como Antígona puede trastocar el orden y afirmar su
independencia. La apuesta, a mi juicio no es de excepción sino de habito, habría que
alentar esta actitud de autodominio, autoconocimiento y determinación. Otro
aspecto a señalar para evitar la realización de mensajes silentes es que la
protagonista muere. Su rebeldía no consigue el objetivo sin pagar un altísimo precio.
Debemos de cuidar de transmitir este mensaje, no está bien que las mujeres mueran
por sus ideales, no está bien que las personas mueran por sus ideales. Los ideales no
deberían costar la vida, la sensatez y la cordura deberían ser lo suficientes para
poder transformar la realidad sin mártires en el camino. Habrá de evitar caer en un
micromachismo utilitario (Bonino, 2004) al imponer a Antígona una actitud de

15. . En opinión de Robson, la obra en general revela estereotipos misóginos, exhibiendo a las
mujeres como engañosas y faltas de control.

860
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

abnegación “propia” de las mujeres. No es que las mujeres deban asumir el papel de
cuidadoras y guardas del orden doméstico. En el caso de la protagonista de Sófocles,
ella decide su encomienda, pero no por ser mujer, sino por ser familia. Tampoco hay
que ignorar que al final es el patriarcal Creonte quien permanece en el poder, más
sensato y acordonado por la desgracia, pero en el poder reafirmando una estructura
masculina. Dirá Bonino que los micromachismos reafirman o recuperan dicho
dominio ante la mujer que se "rebela" dé "su" lugar en el vínculo (1996 p.16).
Tristemente en Antígona esto es cierto, el poder civil permanece en ese ejercicio
patriarcal que cometió injusticia.

5 Conclusiones

El tema de la mujer y la agencia resultan de especial importancia para


realmente ocasionar cambios sustanciales en cuanto al estado habitual de
desventaja que se sufre por una discriminación indignante y brutal por cuestiones
de género (Ibarra, 2019). Por ello habrá de contribuir a esta toma de conciencia
tanto de la mujer como de la sociedad en su conjunto, para elaborar una propuesta
de estructuras sociales que dejen de replicar los roles, estereotipos y actitudes que
promuevan una verticalidad de lo femenino a lo masculino. La mujer protagonista
es valiosa, pero lo sería aún más si la comunidad en su conjunto se responsabilizara
de un cambio y la creación de entornos propios para su desarrollo. Al igual que
Irigaray, mi propuesta no reside en la desgenerización de la sociedad, sino más bien
asumo que debemos amplia el rango de interpretación de lo femenino y lo
masculino, entendiendo que el comportamiento sexual es fundamentalmente
personal, es decir abierto a una construcción individual y libre. Por lo que el
ensanchamiento del paradigma, más que una eliminación de él, desde una dinámica
de autoapropiación consciente del yo, con el ejercicio pleno de una razón práctica es
lo que nos conviene para desarrollar agencias transformadoras de las dinámicas de
sujeción y desterrar el machismo y los micromachismos. En cuanto a las mujeres,
hoy como ayer, necesitamos protagonistas de pies imperturbables y miradas claras,
que, arropadas por una conciencia social creciente cimbre los esqueletos de una

861
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

morada que ya no queremos habitar y los remplace por un espacio abierto de mutuo
reconocimiento.

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863
Divinización y aniquilación: el destino de la donna en Guido
Guinizzelli1

Antonia Víñez Sánchez


Universidad de Cádiz
antonia.vinguez@uca.es

Resumen

A fines de la Edad Media, en pleno fervor del nacimiento del Humanismo italiano, las
mujeres son más silenciadas de lo que habían estado durante todo el Medievo
europeo. La creación de la donna angelicata a partir de la donna stella en el Dolce
Stil Novo de la mano del poeta boloñés Guido Guinizzelli, supone la divinización
absoluta de la mujer, una idealización cuyas consecuencias fueron la aniquilación de
cualquier rasgo de humanidad en ésta. En este trabajo persigo el objetivo de trazar
–desde un punto de vista crítico y a partir del concepto de micromachismo– el
retrato de esa donna “perfecta” que la canzone Al cor gentil rempaira sempre amore
forja en el contexto literario europeo románico.

Palabras clave

Guido Guinizzelli, donna stella, donna angelicata, Dolce Stil Novo, micromachismo.

1 Este trabajo se inserta en el grupo de investigación HUM725 de la Junta de Andalucía, con sede
en la Universidad de Cádiz, del que soy responsable; también en el Proyecto PID2019-104393GB-I00
del Ministerio de Ciencia e Innovación.

864
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

1. Introducción

En su intenso –y un tanto delirante- trabajo La diosa Blanca, R. Graves (1984,


pp. 538-542) afirma que “la Musa Triple es la mujer en su carácter divino: la
encantadora del poeta, el único tema de sus canciones”. Esas tres Musas a las que se
refiere el erudito, que habitaban al este del Parnaso en el monte Helicón de Beocia,
constituían una Trinidad, y sus nombres –Meditación, Memoria y Canción–
conformaban un todo, constituyendo el embrión del perfil “divinizado” de la mujer-
inspiración, no exento del poderoso –y sin embargo dudoso– ingrediente de su
“magia”, lo que la aproximaba, desde los orígenes, al enigmático retrato de la bruja,
con poderes sobrenaturales, mayormente sanadora, curandera y sabedora de
conjuros.

Esta mezcla de matices generará diversas representaciones de la mujer como


objeto poético resultado del contexto cultural e histórico que toque analizar, pero
conservando siempre la imprimación del origen del concepto “musa” como un ser
elevado por encima de los mortales al que el poeta debe aspirar. El soporte de
aparente superioridad de la musa está garantizado, sea cual fuere la escuela vigente
y la época en cuestión, en la hoja de ruta de la poética occidental europea; y esta
universalidad de la fuente conforma el mito y sus múltiples manifestaciones,
permitiendo la simplificación del endiosamiento de la mujer en un ramillete de
rasgos, en definitiva, atemporales, que resultan muy útiles para la divulgación de
una representación formateada al gusto del poeta-emisor. Así, Cirlot explica que
“como imagen del ánima (la mujer) es superior al hombre mismo por ser reflejo de
la parte superior y más pura de éste” (1988, p. 313). De modo que, tan sólo a la luz
del micromachismo como método, podremos vislumbrar las consecuencias de esta
aparente “idealización”.

Centrándonos en el objeto de estudio de este trabajo, el poeta Guido


Guinizzelli representa un momento clave en la evolución del mito de la mujer-musa
en el tránsito de la Alta a la Baja Edad Media, en los albores del Humanismo filosófico
reinante en Italia. El poeta, epicentro de revisiones continuas, constituye el eslabón
decisivo para la comprensión del desarrollo de la visión feudalizada de la midons
cortés hacia la donna angelicata del Dolce Stil Novo. Por su propia situación

865
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

cronológica, aunque haya oscilaciones y discrepancias en la crítica, sabemos que


Guido Guinizzelli da Magnano nace en la bullente universitaria Bolonia del
Duecento. Según L. Rossi (2004, p. 27), debemos adelantar la tradicionalmente
admitida fecha de nacimiento c. 1230 a 1216-1217, con la consiguiente repercusión
de este hecho en el ajuste necesario para la revisión de su polémica relación con
Guittone d’Arezzo y el contexto poético sículo-toscano. La formación jurídica del
boloñés, debida a la tradición familiar, no parece tener discusión, pero sí el lugar de
su muerte, acaecida el 14 de noviembre de 1276, tras su exilio de Bolonia en 1274
por ser gibelino (Contini, 1960, vol. 2, T. II, p. 447)2.

Entre sus composiciones –cinco canzone, quince sonetos (entre los que se
incluyen la respuesta a Bonagiunta da Lucca y a Guittone d’Arezzo), dos fragmentos
de canzone y tres dudosas– se destaca el famoso poema Al cor gentil rempaira
sempre amore3, canzone emblemática y para algunos el texto fundacional del nuevo
estilo (Moleta, 1980, p. 12).

2. De la Donna Stella a la Donna Angelicata

La ardua tarea de Guinizzelli consistía rebasar los límites de su propio


contexto poético aprovechando las ideas residuales de la fin’amors. Este rescate de
los aspectos aprovechables de la midons occitana no resultaba fácil en el entorno
guittoniano, ya que el Frati Godenti, enfrentado al boloñés sobre todo en la última
etapa poética de éste, quería llevar a cabo la fusión de teología y teoría poética
cortés. Guittone d’Arezzo se afanaba en defender y demostrar la superioridad moral
de la mujer, de esas damas cuyas “virtudes ennoblecedoras” aterrizaban ahora en el
seno de la moral cristiana reinante y triunfadora (Moleta, 1980, pp. 19-20).

2Para Antonelli es poco probable que se produjera en Monselice como tradicionalmente se ha


aceptado (2004, pp. 59 y 62).

3 Seguimos la edición de Pelosi (1998, pp. 36-43), pero tenemos presente también la de Sanguineti

(1986, pp. 22-34).

866
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

Dos caminos diferentes. Porque Guinizzelli piensa un “nuovo progetto no solo


lirico ma anche filosofico” del cual sus contemporáneos

[…] avvertono l’estraneità e la pericolosità: l’attrazione verso quell’essere


superiore che è la Donna Angelicata, purificandosi dalle componenti passionali ed
effimere, grazie all’intervento di Lei, consente di attuare tutte le potenzialità
insite nella nobiltà stessa del soggetto che ama, fino a raggiungere –in terra- una
perfetta beatitudine (Rossi, 2004, p. 32).

Para lograr ese nuevo ser extraordinario, el proyecto del boloñés consiste en
diseñar una donna angelicata para la que se requiere un estado previo, la donna
stella4, forma embrionaria de la primera que esta vez aprovechaba la tradición
poética siciliana, sobre todo del Notaro de Federico II, Giacomo da Lentini, cuya
donna “Più luce sua beltate e dà sprendore” (Contini, 1960, vol. 2, T. I, p. 81, v. 5). “La
luce che emana dalla donna –afirma S. Neumeister– le dà un potere quasi sovrumano
sull’amante” (2017, p. 147). Esa combinación de luz y virtud puede rastrearse en la
obra de Guinizzelli, pero su exponente máximo es la canzone Al cor gentil:

Foco d’amore in gentil cor s’aprende

come vertute in petra prezïosa,

che da la stella valor no i discende

anti che ‘l sol la faccia gentil cosa;

poi che n’ha tratto fòre

per sua forza lo sol ciò che li è vile,

stella li dà valore:

così lo cor ch’è fatto da natura

4
Véase la Imagen 1, cuya miniatura representa al poeta señalando a la estrella en el firmamento,
como símbolo de la donna inalcanzable.

867
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

asletto, pur, gentile,

donna a guisa di stella lo ‘nnamora. (Estrofa II)5.

A partir de la teoría aristotélica de la potencia-acto, Guinizzelli dota a la donna


de la cualidad de convertir el amor en un fenómeno metafísico donde ya no tiene
cabida el deseo carnal: “da amore procede castità”, nos recuerda A. Roncaglia, que
encuentra en los últimos trovadores provenzales el germen stilnovista; pero en el
boloñés, la donna convierte en acto –esto es, en Amor- la potencia del corazón gentil
del amante (1967, pp. 15-16 y 22). Como señala I. Bertelli, la metáfora de la donna
stella es un motivo emblemático en la poesía de Guinizzelli (1983, p. 199), y en esta
canzone alcanza su punto álgido cuando el poeta no se conforma con definir a la
donna como ser de luz, sino que la posiciona como un ser verdaderamente angelical,
aplicando sus conocimientos adquiridos en la Universidad de Bolonia, donde se
disertaba la metafísica de la luz de la filosofía neoplatónica y se especulaba acerca
de la inteligencia y jerarquía angelicales. Así, la estrofa V, sirve de transición para el
objetivo final, la angelización de la dama:

Splende ‘n la ‘ntelligenzïa del cielo

Deo crïator più che ‘n nostr’occhi ‘l sole:

ella intende suo fattor oltra ‘l cielo,

e ‘l ciel volgiando, a Lui obedir tole;

e con’ segue al primero,

del giusto Deo beato compimento,

così dar dovria, al vero,

5 “El fuego del amor prende en corazón noble/ como la virtud en las piedras preciosas, / a las que
no les baja el poder de las estrellas / antes de que el sol las haya ennoblecido; / cuando el sol ha
logrado sacarles / con su fuerza todo lo que tienen de vil, / las estrellas les dan virtudes: / del mismo
modo, al corazón elegido, / hecho por naturaleza, puro, noble, / la dama lo enamora como si fuese
una estrella”. Trad. Alvar (1984, pp. 13-14).

868
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

la bella donna, poi che ‘n gli occhi splende

del suo gentil, talento

che mai di lei obedir non si disprende. (Estrofa V)6.

El planteamiento, sin embargo, obliga a una lectura entre líneas. Los versos
de Guinizzelli fuerzan a la donna a ser musa a partir de una concepción de
veneración extrema en la que ésta “debería darle deseos de no dejar nunca de
obedecerle”, con palabras de C. Alvar (1984, pp. 19-21). Guinizzelli ha sustituido la
relación de vasallaje del feudalizado amor cortés por un nuevo compromiso en el rol
de musa, que ha de estar a la “altura”, nunca mejor dicho. En última instancia, se
fuerza a la donna a ser la última reponsable del buen funcionamiento de la relación
amorosa en esta “nueva teología del amor” en la cual el poeta establece una analogía
entre la beatitud de Dios y la disponibilidad femenina (Hartung, 2004, p. 163). Se
instaura, así, una nueva exigencia, sin el pacto previo acordado en la relación
poético-vasallática de la fin’amors, erigiéndose el poeta-hombre como único emisor
y mostrando –en representación/usurpación de la donna– el camino que ésta ha de
seguir. En definitiva, se produce la transposición del nuevo orden social al código
poético; una actual organización con tintes humanistas en la que de todos modos y
en el comportamiento de la vida ordinaria, sigue reinando la primacía masculina,
como refleja el –también nuevo– lenguaje lírico: “In domestic and social life, as no
one doubts, the lord and master is, and should remain, the male”, afirma V. Moleta
(1980, p. 21). El destino de la donna se sustenta en el consolidado soporte ideológico
de la inferioridad femenina, lo que no deja de ser una paradoja en la poesía más
“idealizadora” de la mujer de todos los tiempos en occidente.

6 “Luce a la inteligencia del cielo / Dios creador más que el sol a nuestros ojos: / aquella reconoce
a su autor en todas partes / y, haciendo girar el cielo, le obedece; / y del mismo modo que logra al
punto / el perfecto cumplimiento de lo dispuesto por el justo Dios, / así debería recompensar / la
bella dama a su fiel servidor, / pues desde el momento en que brilla a sus ojos / no tiene otro deseo
que obedecerle.” Trad. Alvar (1984, p. 19). Para el autor, el sentido de los dos primeros versos es
claro: “Dios brilla para los ángeles (inteligencias motrices) con mayor intensidad que el sol para
nosotros”.

869
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

El compromiso, unilateral, no nos permite “escuchar” a la donna como antes


a las trobairitz. Este conjunto de poetas de los siglos XII y XIII, si bien exiliado por
un sector importante de la crítica hasta la imprescindible recopilación de M. Bogin
(1976)7, representa la expresión femenina de la escuela lírica cortés (Víñez, 2016,
pp. 219-222), con mensajes muy alejados de la teoría ortodoxa, como es el caso de
las composiciones de Castelloza, Maria de Ventadorn y La Comtessa de Dia (Víñez,
2017, pp. 274-283). Para A. Rieger “No cabe duda de que la mujer aristocrática del
sur de Francia en el Medievo disfruta de una serie de privilegios que le permiten
participar de manera excepcionalmente activa en la vida cultural y literaria de su
época” (2003, p. 41). Ese papel activo de las mujeres en la actividad literaria también
es destacado por A. M. Mussons Freixas (2003, p. 62), sobre todo en lo referente a la
participación de las trobairitz en composiciones dialogadas, entre las que destaca el
partimen por su temática amorosa. El cambio de escenario geográfico y la nueva
organización socio-política de Italia resultaron decepcionantes en cuanto a la
accesiblilidad de las mujeres a la vida literaria de los siglos XIII y XIV. Es lo que M.
Arriaga denomina “cultura silenciada”, ya que al igual que las trobairitz, las autoras
que configuran esa primera generación de escritoras italianas han sido cuestionadas
y obviadas en riguroso paralelismo8.

El papel de la donna se convierte, por tanto, en la representatividad que el


poeta le diseñe. El testimonio guinizzelliano en Al cor gentil, posiciona a la dama más
allá de lo previsible en su contexto literario. S. Hartung califica la última estrofa de
la canzone de “provocazione teologica” (2004, p. 148). Se trata de una estrofa
polémica y frecuentemente comentada:

7 El grupo está constituido por una veintena de poetas reconocidas más diecisiete nombres de

trovadoras de las que no nos han llegado composiciones, que forman un corpus de 46 composiciones,
cuya edición más sólida es la de A. Rieger (1991).

8 Setrata de un conjunto notable de escritoras, algunas poetas místicas y eruditas vinculadas a las
universidades, como Compiuta Donzella (1250), Nina Siciliana (1290), Selvaggia dei Vergiolesi
(1308), Giovanna Bianchetti (1310), Ortensia de Guglielmo (1350), Giustina Levi Perotti (1350),
Bartolomea Mattugliani (1350), Leonora della Genga (1360), Livia del Chiavello (1380) y Elisabetta
Trebbiani (1397) (Arriaga, 2012, pp. 7-10).

870
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

Donna, Deo mi dirà: «Che presomisti?»,

sïando l’alma mia a lui davanti.

«Lo ciel passasti e ‘nfin a Me venisti

e destin in vano amor Me per semblanti:

ch’a Me conven le laude

e a la reina del regname degno,

per cui cessa onne fraude».

Dir Li porò: «Tenne d’angel sembianza

che fosse del Tuo regno;

non me fu fallo, s’in lei posi amanza». (Estrofa VI)9.

A pesar de los esfuerzos por documentar la donna angelo, así como de la


previa donna stella, en la poesía precedente y contemporánea a Guinizzelli
(Brugnolo, 1980, pp. 62-65), es indiscutible el uso decorativo del término en estos
casos, como exaltación de la belleza corpórea y material (Roncaglia, 1967, p. 21),
pero, sobre todo, la ausencia del propósito metafísico, logro del boloñés (Víñez,
2016, pp. 678-679). En la estrofa final, comprobamos más que nunca el silencio de
la donna: “La aparición de la dama en Guinizzelli –afirma C. Blanco– es algo estático.
Su dama luce en figura de imagen, invita al éxtasis; resplandece y aparece, pero es
una aparición luminosa en el sentido más platónico de la concepción. Es una
contemplación mística más allá de toda llamada a la realidad” (1994, p. 646).

9 “Señora, Dios me dirá: «¿Qué presunción tienes?» / -cuando mi alma esté ante El- / «No te
limitaste al cielo, sino que llegaste a Mí: / pensabas poder reconocerme en un vano amor; / a Mí me
corresponden las alabanzas / y a la Reina del digno reino, / que hace cesar todo engaño». / Yo le
contestaré: «Parecía ángel / de tu reino;/ no pequé si en ella puse mi amor». Trad. Alvar (1984, p.
21).

871
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

La dama, que no es un ángel pero se asemeja tanto a esta naturaleza superior


que ha confundido al poeta, representa aquí el “vano amor”. Este no es asunto baladí.

Imagen 1: Guido Guinizzelli, “Al cor gentil rempaira sempre amore”. Ms. Banco Rari 217
(Palat. 418), fol. 34r. Firenze, Biblioteca Nazionale Centrale10. Fuente:
http://www.italicon.it/museo/I092-017.htm. From Wikimedia Commons. Public domain.

10 El ms. puede consultarse en red, Istituto Centrale per il Catalogo Unico (ICCU):
https://teca.bncf.firenze.sbn.it/ImageViewer/servlet/ImageViewer?idr=BNCF0002977798#page/1/m

872
CAPÍTULO 10. MUJERES AUTORAS, MUJERES PROTAGONISTAS

Muy discutido en la literatura crítica, el tema de la angelización de la donna


en estos versos finales ha de valorarse en el marco de la arrogancia poética de
Guinizzelli, lejos de la justificación, ya que entabla un diálogo con el propio Dios para
argumentar su “error”. La reprobación de Dios –que no deja de ser una figuración
esquizofrénica del propio poeta- se produce en términos morales. Por ello, el propio
Guittone la aprovecha –como si Dios mismo hubiera hablado– para recriminar al
boloñés, su enemigo poético, que la alabanza sólo debe ser dirigida al Creador
(Rossi, 2004, p. 42).

Más allá de una cuestión teológica, lo que se produce en esta escena es una
firme determinación, simbolizada por el emisor de la palabra final, que es el propio
poeta. Este ha dejado a Dios sin turno de réplica. La donna ha vencido poéticamente,
pagando con el alto precio contundente y severo del silencio. Sin saberlo, Guinizzelli
diviniza, pero también aniquila, a su donna.

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https://www.mirabileweb.it/manuscript-rom/firenze-biblioteca-nazionale-centrale-
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Ms. Banco Rari 217 (Palat. 418), Firenze, Biblioteca Nazionale Centrale. Istituto
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875
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

De micromachismos a acoso sexual en la novela testimonial sobre el


“caso Nevenka” de Juan José Millás

Milica Lilic
Universidad Internacional de La Rioja
milica.lilic@unir.net

Resumen

En 2004 Juan José Millás publica su novela testimonial Hay algo que no es como me dicen.
El caso de Nevenka Fernández contra la realidad, con el objetivo de ofrecer una versión de
la historia distinta a la oficial –en su mayoría manipulada por las autoridades y la prensa–
, y darle voz a la joven concejala que sufrió el acoso sexual y sistemático por su jefe, el
entonces alcalde del Ayuntamiento de Ponferrada, Ismael Álvarez. Partiendo de la
estructura documental de la obra, el presente estudio pretende analizar la personalidad
misógina del alcalde y la evolución de su actitud machista hacia Nevenka, que iba
desarrollándose desde las insinuaciones de contenido sexual y los comentarios
micromachistas, pasando por una sensación de superioridad y un trato discriminatorio,
hasta las situaciones de agresión sexual directa. Para entender ese cambio gradual de
micromachismos a acoso sexual, el presente estudio procura, además, relacionar una
serie de factores que influyeron en la falta de reacción de Nevenka ante los comentarios y
ataques de su superior: el carácter obediente de la protagonista, el ambiente tradicional
y patriarcal en el que se educó, la adaptación a las normas sociales dictadas por su
condición femenina, la marginación involuntaria y la precariedad laboral. Estos factores,
además, dieron lugar al desarrollo del concepto de la victimización secundaria, según el
que Nevenka, mediante ataques sutiles y micromachistas, terminó etiquetada de
conflictiva y, por tanto –aunque oficialmente ganó el juicio–, a ojos de público quedó
culpable por su propio acoso.

876
Palabras clave

Novela testimonial, micromachismos, acoso sexual, victimización secundaria, caso


Nevenka.

1. Introducción

El caso de Nevenka Fernández se dio en el Ayuntamiento de Ponferrada entre el


1999 y 2001. En ese lapso de tiempo, la joven concejala estuvo expuesta al acoso sexual y
sistemático ejercido por su superior directo, el entonces alcalde, Ismael Álvarez. Tras una
rueda de prensa en la que Nevenka dimitió públicamente y denunció a su jefe, el caso
obtuvo una dimensión polémica y, como tal, se convirtió en precursor en el territorio
español. Esto, automáticamente, provocó un interés especial del público y una fuerte
manipulación y distorsión de la información por parte de las autoridades y la prensa. La
primera pretendía proteger su imagen y la segunda mantener el interés del pueblo en la
noticia. De ahí la intención de Juan José Millás de combatir contra ese apoyo institucional
y mediático desproporcionado que recibió el acosador y reconstruir la verdad, partiendo
únicamente de la perspectiva de la víctima. Así nace su novela testimonial Hay algo que
no es como me dicen. El caso de Nevenka Fernández contra la realidad (2004), basada en
una investigación parcial, como resultado del compromiso ético del autor. De hecho, en
una de las entrevistas que dio tras la publicación de su obra, Millás afirmó que “siempre
fantaseó con la idea de que un día alguien gritara buscando a un escritor en un lugar
público, con el mismo énfasis con que se busca a los médicos” (“Juan José Millás cree que”,
2004). Con esto se confirma que la realidad narrada en la obra es de carácter documental,
pero también es una versión subjetivizada de esa realidad “[…] con la que se denuncia la
«verosimilitud» de otras versiones” (Amar Sánchez, 1990, p. 447).

2. Metodología y objetivos

Para analizar los elementos micromachistas y la actitud misógina del acosador en


la obra en cuestión, se partirá de estudios psico-sociológicos que definen el perfil de los
agentes principales de esta conducta social adversa y apuntan a las múltiples
consecuencias que suele tener, tanto en la víctima y su ámbito personal, social y laboral,
como en la propia organización. Por otra parte, el presente estudio se basará en los rasgos

877
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

más característicos de la novela testimonial, entre ellos la implicación constante del autor-
narrador, el valor documental y la discontinuidad cronológica. Este último es de especial
importancia, ya que Millás recurre constantemente a la retrospección y los saltos
temporales, motivados por su intención de crear un fondo de la historia que permita
explicar los acercamientos sutiles y las manipulaciones del alcalde, así como su corto
noviazgo con Nevenka, antes de convertirse en su acosador. Como finalidad prioritaria de
esta estructura se presenta la intención del autor de justificar la actitud de la víctima e
invitar al lector a simpatizar con ella.

Partiendo de esta base, el estudio pretende demostrar el carácter colectivo de esta


obra que, a través de un caso real, pero adaptado a la narratividad literaria, no solamente
denuncia la actitud misógina del alcalde y la falta de apoyo de los agentes implicados en
el caso, sino que también presenta una crítica al machismo en el ámbito laboral, todavía
presente en el siglo XXI. En concreto, este machismo queda reflejado en la figura de un
superior de personalidad misógina que, creyendo en el poder que le posibilita su doble
papel de superioridad, tanto jerárquico como de género, acosa a sus empleadas.

3. La evolución de la actitud machista del alcalde

La problemática del acoso sexual se relaciona principalmente con una cultura


masculina en la organización, acompañada de una serie de características tóxicas. En ese
sentido, se presentan unos factores y prácticas que se cultivan dentro de la organización
y que fomentan la posibilidad de que este fenómeno se manifieste en un entorno laboral
(Alemany Gómez, Luc y Mozo González, 2001, pp. 169-174):

- El establecimiento de unas relaciones de trabajo que estimulan el proceso de


minorización de las mujeres, lo que lleva a considerarlas inferiores a los
hombres, las desvaloriza profesionalmente y hace que sean percibidas
primero desde su condición femenina y luego laboral.

- Unos mecanismos de ascenso y promoción poco transparentes donde no se


apoyan en pruebas de conocimiento objetivas y que no permiten valorar las
aptitudes profesionales de las mujeres en el mismo nivel que las de los
hombres. Ante esa realidad, las mujeres se ven en una situación de
dependencia hacia sus superiores jerárquicos, que en la mayoría de los casos

878
son hombres, y que pueden exigir favores de orden sexual a cambio de una
promoción o mejora del tipo de contrato.

- La escasa valoración del trabajo de las mujeres en comparación con el de los


hombres. En este contexto laboral las mujeres tienen que afrontar grandes
dificultades y retos para demostrar su valía profesional y ser reconocidas
como expertas, lo que facilita el desarrollo de situaciones de acoso sexual.

Tal panorama caracteriza el entorno laboral de la obra de Millás. Sin embargo, el


hostigamiento de estas características ocurre paulatinamente, formando parte de la
estrategia premeditada del acosador para acercarse a la víctima y establecer con ella una
relación de amistad y confianza. Esto quiere decir que, al principio, los ataques son muy
sutiles, e incluso se pueden confundir con bromas o comentarios ingenuos, pero conforme
vaya aumentando la vulnerabilidad de la víctima, crece también el nivel de la gravedad
del acoso ejercido. Así, en el “caso Nevenka”, el acoso no se produjo de repente, sino que
fue un proceso lento, durante el que el alcalde iba acercándose a su víctima de manera
sutil, amigable y aparentemente bien intencionada, hasta que, tras una serie de
situaciones y apoyándose en su nuevo papel de hombre viudo, consiguió conmoverla y
ganarse toda su confianza. Simulaba ser su amigo para obtener la información personal e
íntima de su vida, que en el futuro le serviría para manipularla. Iñaqui Piñuel, experto en
el acoso en el trabajo en España, considera “la violación de la confianza depositada en la
persona” (2001, p. 140) uno de los aspectos más destructivos del psicoterror.

3.1. Elogios malintencionados y comentarios micromachistas

Según Millás, la obsesión del alcalde por Nevenka empezó el día que se conocieron:
“Personalmente, creo que Ismael Álvarez había quedado deslumbrado en el momento
mismo de verla entrar por la puerta de la cafetería y que le hubiera ofrecido el puesto
número uno si con ello tenía la garantía de seducirla” (2013, p. 139). Al principio, Nevenka
no se tomaba en serio las insinuaciones y bromas que venían de su jefe. Además, aunque
a momentos interpretaba sus gestos y comentarios como inoportunos, lo dejaba pasar
porque venían de su superior. Se sentía ridícula, creía que estaba exagerando y no se
dejaba llevar por esos pensamientos o sospechar de la bondad de su jefe. Así, al aparecer
Ismael en una fiesta del pueblo del padre de Nevenka, en la que ella también estuvo, “la

879
CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

trató de una forma «más que amistosa», y, además de no dejar de mirarla, le dijo mil veces
que era muy guapa” (Millás, 2013, p. 145). Este tipo de acercamientos y comentarios
micromachistas corresponde todavía al acoso de tipo leve, característico por comentarios
y bromas con connotaciones sexuales y realización de sonidos, gestos o movimientos
obscenos (Casas Cáncer, 2011, p. 9).

En ese sentido, hay que tener en cuenta el grado de subjetividad que conlleva el
fenómeno del acoso sexual, esto es, la percepción personal de la persona que recibe tal
conducta, independientemente de la intención del emisor:

La mera atención sexual puede convertirse en acoso si continúa una vez que la persona
objeto de la misma ha dado claras muestras de rechazo. Ello distingue el acoso sexual
de las aproximaciones personales libremente aceptadas basadas, por tanto, en el
consentimiento mutuo (Mejías García, 1991, p. 64).

Esto quiere decir que el acoso que sufrió Nevenka se inició cuando ella empezó a
sentirse incómoda en la presencia del alcalde e intimidada por sus comentarios, sin que
la relación consentida que mantuvieron en el pasado pudiera servir de argumento para
justificar la actitud violenta de Ismael. Lo mismo confirma Pérez Guardo en su estudio:
“Incluso cuando una conducta pudiera ser en determinadas ocasiones realmente buscada
y deseada, la simple negativa posterior debe inhibir a la persona emisora de futuras
manifestaciones” (2012, p. 207).

Ismael, además, recurría a insinuaciones micromachistas y bromas de contenido


sexual para dirigirse a Nevenka incluso en presencia de otras personas, tratándola como
un simple objeto del que fardar: “Ésta es Nevenka, la nueva concejal de Hacienda. ¿Has
visto qué fichajes hacemos?” (Millás, 2013, p. 147). Esto demuestra que se trata de un
agresor de carácter arrogante, con un nivel de autoestima sobreevaluado, que considera
que la mujer es inferior al hombre. Cuando se dio el “caso Nevenka”, rondaba los 50, tenía
fama de mujeriego y, aunque estaba casado, ese matrimonio le servía únicamente para
cumplir con las normas sociales esperadas y avanzar en su carrera profesional.
Realmente, nunca respetaba a su mujer ni mostró ninguna consideración ni siquiera
después de su muerte. Al contrario, se aprovechó de tal situación para intentar conquistar
a la joven concejala, ganándose su confianza y compasión.

880
3.2. Trato discriminatorio y agresión sexual

La situación empeoró significativamente cuando el lugar de trabajo ya no era el


único sitio donde Nevenka sufría el hostigamiento, ya que se trasladó también a su esfera
personal: “Mi negativa provocó su acoso. Su actitud de presión se tradujo en notas
manuscritas, mensajes en el teléfono móvil, cartas, comentarios verbales que prefiero no
producir literalmente y un desprecio agresivo hacia mi trabajo” (Millás, 2013, p. 14).
Como consecuencia de la exagerada empatía de la protagonista, por una parte, y el
chantaje emocional del alcalde, por otra, Nevenka se volvió inestable, e incluso se sentía
responsable del mal humor de su jefe: “Con frecuencia, y pese a que la víctima era ella, se
sentía culpable de causarle tanto daño” (Millás, 2013, p. 152).

Así, a medida que el acoso iba progresando, el alcalde iba manipulando la situación
cada vez mejor, turnando constantemente su actitud hacia Nevenka. Por una parte, le
demostraba un trato extremadamente amable e incluso paternalista: “Dijo que no quería
que se fuera, que no se lo iba a perdonar si la dejaba ir, pues era una gran profesional y no
era justo que perdiera su trabajo por lo que había ocurrido entre ellos” (Millás, 2013, p.
156). Por otra, sin embargo, recurría frecuentemente a las llamadas amenazantes y los
comentarios agresivos con connotación sexual: “Eres un poco histérica, no te voy a violar
ni nada parecido…” (Millás, 2013, p. 159); “¿Es que tú nunca has compartido habitación
con un amigo? ¡Hija, no te voy a violar…!” (Millás, 2013, p. 171). Como consecuencia,
Nevenka terminó totalmente sometida a su acosador, perdiendo su autonomía y la
capacidad de reaccionar y defenderse, ya que, como concluye el autor-narrador, “[…] el
alcalde había llegado a controlar su voluntad hasta tal punto que la sola mención de su
nombre le hacía temblar” (2013, p. 51).

Finalmente, y partiendo de la técnica de discontinuidad cronológica y repeticiones


a la que recurre Millás para construir la versión de Nevenka (que, a su vez, es también su
versión), el lector conoce el suceso más grave del acoso sexual que Nevenka sufrió. El
autor-narrador hace una primera mención muy breve a aquel episodio, situando
directamente a Nevenka e Ismael en una habitación de un hotel. En ese momento el lector
desconoce las circunstancias que condujeron a esa situación. A partir de ahí, la narración
se traslada a otros ámbitos, ajenos a dicha situación, hasta el capítulo titulado “Lo de julio”.
Apenas en esta ocasión Millás considera oportuno detallar la agresión sexual grave y

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CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

directa a la que Nevenka estaba expuesta. Este método le da tiempo al autor a construir el
escenario que puede justificar la actitud sumisa de Nevenka y su incapacidad de
defenderse.

4. El porqué de la evolución

Aparte de la conducta patológica de Ismael Álvarez y su personalidad misógina,


acompañada de profundos complejos inferiores, Millás concluye que una serie de
acontecimientos y circunstancias que acompañaron a Nevenka desde su niñez
desencadenaron el desarrollo del acoso sexual y, en especial, aportaron al nivel de su
gravedad. En ese sentido, resulta importante tener en cuenta las observaciones de
González de Rivera (2002, p. 86), quien distingue tres rasgos principales en la
personalidad de la víctima (inocencia, dependencia afectiva y autenticidad) y el acosador
(mediocridad, envidia, control) que, manifestados todos de una forma significante,
influyen en el grado del acoso ejercido.

4.1. Los antecedentes en el perfil de la víctima

Los dos personajes de la novela representan prototipos de estas dos figuras. Ismael
se caracteriza por una conducta patológica previa al acoso y Nevenka por una educación
tradicional basada en la obediencia. De hecho, sus padres eran de mentalidad cerrada,
fundada en el patriarcalismo, acompañado de importantes rasgos de machismo y
homofobia. El personaje de Nevenka se distingue, además, por su nacimiento singular (su
origen, ya que fue concebida fuera de matrimonio –dato escandaloso en Ponferrada de los
años 70– y su nombre de procedencia rusa), hecho que confirma su marginación
involuntaria y solicita la compasión del lector.

Sin embargo, como bien observa Millás, la figura paterna fue la que más influencia
tuvo en el desarrollo de su personalidad: “Me encontraba, en fin, frente a la hija de un
empresario que había estudiado Empresariales; la hija de un karateka que había sido
campeona nacional de judo; la hija de un individuo convencional, que había sido
convencional hasta el paroxismo” (Millás, 2013, p. 114). Como consecuencia de esa
necesidad extrema de Nevenka de sentirse aceptada y valorada, aparece la figura del
alcalde, que funcionaba como “[…] una prótesis del padre que Nevenka tuvo jamás: un
padre sensible y a la vez dotado de gran autoridad” (Millás, 2013, p. 150). Precisamente

882
por ello inició una relación con ese hombre de la edad de su padre, mismo que se
convertiría en su acosador.

Antes de pasar por esa experiencia traumática, Nevenka se consideraba una mujer
fuerte e inteligente, y asociaba el término de “acoso” con las mujeres inseguras e incapaces
de defenderse. Tal postura es característica en muchas víctimas que, antes de llegar a la
fase de lucidez y ser capaces de identificar las situaciones que están viviendo, comparten
la opinión generalizada de la sociedad y consideran que esta conducta social adversa
únicamente afecta al mismo perfil de mujeres inestables. Un paso importante en el cambio
de la actitud de Nevenka ocurrió tras leer el libro El acoso moral de Marie-France
Hirigoyen, que, como bien señala el autor, “[…] es la Biblia para comprender lo que ocurre
en tales situaciones” (Millás, 2013, p. 101). Con ese descubrimiento, Nevenka empieza a
cuestionar los valores tradicionales bajo los que se ha educado, su dependencia de la
figura paterna y los principios morales que dificultaban el desarrollo de sus propios
intereses personales. Es decir, empieza a entender la relación entre su formación y
educación, por una parte, y el acoso al que estaba sometida, por otra.

Ese cambio en su mentalidad le permite apartarse del sistema de valores


propuesto por la sociedad a la que pertenecía, abandonar el estado de pasividad y
sumisión, y pasar a la acción, que culmina con la denuncia pública. Quizá el ejemplo más
claro de esa transformación se refleje en su reacción victoriosa al presentar los motivos
de su dimisión en la rueda de prensa:

Lucas fue testigo de una transformación en Nevenka que no olvidará en su vida. Dice
que poco a poco fue dejando de temblar, al tiempo que en su rostro comenzaba a
dibujarse una sonrisa de placidez que él no le había visto jamás. Cuanto más se alejaban,
más se acentuaba en ella esa sensación de paz interior (Millás, 2013, p. 16).

4.2. La perspectiva del autor-narrador

Millás, como autor-narrador de la historia, mantiene una postura subjetiva y


pretende conseguir la participación activa del lector en la interpretación de los sucesos:
“No había ninguna posibilidad, insisto, de que ese hombre no acabara con ella en la cama.
Eso lo sé yo, lo sabe usted, lector, y lo sabe cualquiera con dos dedos de frente” (2013, p.

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CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

115). Esta técnica resulta ser imprescindible para explicar los hechos y evitar las
conclusiones precipitadas del lector.

Así, Millás considera de especial relevancia describir el aspecto físico de Nevenka,


como una de las consecuencias del acoso sufrido: “Durante meses vestiría así y llevaría el
pelo engominado para no tener que peinarse” (2013, p. 49). Asimismo, su aspecto de una
joven desmaquillada, con una chaqueta “como de su abuela” (Millás, 2013, p. 21),
claramente refleja su estado psicológico en la rueda de prensa donde presentó su dimisión
pública. De hecho, se ha demostrado que el sentimiento de responsabilidad y culpabilidad
que experimentan las víctimas del acoso sexual se refleja también en su aspecto físico. Por
eso, con el fin de prevenir o afrontar una situación de acoso sexual, las víctimas
desarrollan unas estrategias que implican “[…] una restricción y una coacción de sus
comportamientos que en unos momentos se racionaliza y en otros momentos se vive
como una frustración por no poder expresarse plenamente en el ámbito laboral”
(Alemany Gómez, Luc y Mozo González, 2001, p. 183). Esto es, desarrollan la necesidad de
vestirse de una forma discreta –por vergüenza o por sentirse culpables–, intentan evitar
el trato o encontrarse a solas con el acosador y adoptan una actitud más seria y más
distante.

5. Las consecuencias del acoso

El acoso que Nevenka sufrió afectó en gran medida a su vida personal y social, ya
que en un punto llegó a perder la autoestima y el contacto con su familia y la gente cercana.
El hecho de que previamente al acoso mantuvo relaciones consentidas con Ismael, la
etiquetó de inmoral y culpable, y provocó una reacción de incomprensión absoluta en su
padre: “Si te gustan los viejos, ¿por qué no subes a la residencia del Imserso?” (Millás,
2013, p. 65). Durante una época prácticamente ni se hablaba con sus padres, porque para
ellos el problema estaba en ella: perdió la razón y se inventaba cosas. Creían incluso que
era una drogadicta y anoréxica, porque era más fácil aceptar esa realidad que aquella del
acoso que les presentaba su hija. El fondo de esa actitud lo explica Millás, mostrando
nuevamente la clara diferencia entre la realidad de Nevenka y la otra realidad a la que ella
ya no pertenecía: “Ellos habían hecho un diagnóstico que ponía a salvo su mundo, aunque
condenaba a su hija, y vivían instalados en el convencimiento de que Nevenka se había
vuelto loca, cuando era evidente que quien estaba loco era el mundo real” (2013, p. 77).

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En el ámbito laboral, Nevenka se convirtió en la persona non grata en todo el
Ayuntamiento. Gracias a esa postura colectiva de sus compañeros, el alcalde obtuvo el
respaldo necesario para profundizar en los ataques y construir su impunidad: “Sus
negativas producían en él reproches de inestabilidad y un enfriamiento de las relaciones
laborales que todo su equipo reproducía de manera mimética” (Millás, 2013, p. 152).

5.1. La criminalización de la víctima

Una de las grandes incógnitas en la obra es la reacción de Nevenka o, mejor dicho,


la falta de la misma, ante los ataques de su jefe. Una persona honrada y con ética, según la
opinión de la mayoría de los personajes del libro –tanto de los que conocían a la
protagonista como de sus desconocidos–, habría evitado una situación indecente que le
incomodaba. El hecho de que Nevenka no cumplió con esas expectativas afirmó su actitud
inmoral. Además, los informes de psicólogos, lejos de aportar al entendimiento del
deterioro psicológico de la víctima, sirvieron para atribuirle una personalidad conflictiva
y una mentalidad inestable. Durante la rueda de prensa, una conocida de Millás, según
afirma el autor, incluso llegó a ver a Nevenka “con una minifalda hasta aquí” (2013, p. 26),
aunque esta llevaba pantalones. Esto demuestra esa necesidad del pueblo de atribuirle
una imagen correspondiente a esa joven de poca moral que protagonizó un caso de acoso
sexual.

El porqué de esa actitud general del pueblo lo explica el autor diciendo que “nadie
estaba interesado en la verdad, sino en las consecuencias que podría acarrear la
publicación de la verdad. No se soportaba que la víctima abandonara su papel de víctima,
porque eso descolocaba todo en las cabezas y en la realidad” (Millás, 2013, p. 19). Así, para
no crear un desorden en sus creencias y convicciones, para la mayoría de los
ponferradinos, todo por lo que Nevenka pasaba cuando la relación se volvió forzada era
consecuencia de esa actitud inmoral. Precisamente en eso radica el concepto de la
criminalización de la víctima, donde prevalece la opinión de que uno es responsable de
sus propios actos y, por tanto, de las consecuencias que estos acarrean. Sin embargo,
Millás pretende señalar que el propio planteamiento de la problemática era equivocado,
ya que no debería importar por qué ella no se apartó sino por qué él atacó.

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CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

Trabajando sobre este concepto de la criminalización de la víctima desde distintas


perspectivas, Millás consigue generalizar una historia individual, señalando que se trata
de un síndrome muy arraigado en la sociedad, que por defecto desacredita a la víctima y
la hace culpable de su propio acoso. Esto lleva a su marginalización y la destrucción de su
imagen pública.

Sin embargo, como ha quedado explicado, la imposibilidad de Nevenka de


reaccionar se relaciona tanto con su personalidad obediente como con la estrategia del
acosador que ir paralizando a su víctima de forma progresiva, hasta llegar a convertirla
en un ser totalmente subordinado a él. Esto lo confirma Nevenka en una de sus
confesiones: “Cuanto más me hundía yo, más claro me lo decía él. Pero es que al final (me
refiero a cuando pedí la baja), yo ya era incapaz de reaccionar” (Millás, 2013, p. 160).

5.2. La victimización secundaria

La obra se organiza sobre tres constantes: acoso, verdad y justicia. Siendo víctima
del acoso laboral o sexual, Nevenka, ante la vergüenza pública y la posición favorecida de
su superior en la sociedad, ve en el juicio una forma de contar la verdad. Sin embargo, el
concepto del juicio está estrechamente relacionado con el de la victimización secundaria.
Teniendo en cuenta que la victimización primaria se relaciona con la experiencia
individual de la víctima y las consecuencias directas de una actuación criminal, la
secundaria ocurre cuando la víctima sufre un daño adicional a los generados en el
momento de la comisión del delito. Reuniendo las opiniones de distintos estudios sobre
la victimización secundaria, el estudio precedido por Gutiérrez de Piñeres Botero ofrece
una aproximación al fenómeno, deduciendo que implica lo siguiente:

“[…] las consecuencias psicológicas, sociales, jurídicas y económicas negativas que


dejan las relaciones de la víctima con el sistema jurídico penal, supone, un choque
frustrante entre las legítimas expectativas de la víctima y la realidad institucional,
involucrando una pérdida de comprensión a cerca del sufrimiento psicológico y físico
que ha causado el hecho delictivo, dejándolas desoladas e inseguras y generando una
pérdida de fe en la habilidad de la comunidad, los profesionales y las instituciones
para dar respuesta a las necesidades de las mismas (2009, p. 50).

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Esto quiere decir que el fenómeno se manifiesta cuando la respuesta de las
instituciones correspondientes y la Justicia ante el caso expuesto –en vez de la protección
de los derechos de las personas afectadas– implica el cuestionamiento del testimonio de
las víctimas y la minimización de los hechos, basados en estereotipos y prejuicios sobre
los colectivos vulnerables a los que pertenecen las víctimas (relacionados con las
condiciones de género, orientación sexual, cultura, raza o edad, entre otras). Por
consiguiente, Landrove considera esta victimización secundaria aún más negativa que la
primaria:

[…] porque es el propio sistema el que victimiza a quien se dirige al mismo solicitando
justicia y protección, porque su nocividad se añade a la derivada del delito, porque la
víctima se siente especialmente frustrada en sus expectativas y sobre todo, porque tal
proceso afecta al prestigio del propio sistema y condiciona negativamente la actitud de
la víctima y del colectivo social respecto del mismo (1998, pp. 50-51).

Asimismo, la victimización secundaría obtiene el nombre de revictimización o


doble victimización cuando se refiere a la necesidad de exponer a la víctima a volver a
experimentar las situaciones traumáticas del delito:

Son repetidas situaciones por las que tienen que pasar las víctimas después de haber
sido afectada por algún delito (especialmente aquel como el abuso sexual), ante los
organismos judiciales, viéndose obligadas a testificar un número infinito de veces,
perjudicándose psicológica y emocionalmente de manera más profunda y traumática a
la víctima (Gutiérrez de Piñeres Botero, Coronel y Andrés Pérez, 2009, p. 51).

En ese sentido, Campbell y Raja detectan una relación estrecha entre la


victimización secundaria y los síntomas postraumáticos: “The more secondary
victimization behaviors or emotions victims encountered in their contact with the legal
or medical systems (military or civilian), the higher they scored on objective measures of
PTS” (2005, p. 104).

Así, Millás hace hincapié en el interrogatorio de Ismael Álvarez, durante el que el


acusado intentó revertir la historia, “[…] asegurando que el acosado había sido él” (2013,
p. 192). Además, el testimonio de Nevenka durante el juicio representa una clara
manifestación de este fenómeno, especialmente teniendo en cuenta la actitud del fiscal
José Luis García Ancos, quien se refería a ella como si fuera la acusada y no la víctima:

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CARTOGRAFÍA DE LOS MICROMACHISMOS: DINÁMICAS Y VIOLENCIA SIMBÓLICA

“¿Por qué usted, que ha pasado este calvario, este sufrimiento, que se le han saltado las
lágrimas, por qué usted que no es una empleada de Hipercor que la tocan el trasero y tiene
que aguantar por el pan de sus hijos, por qué usted aguantó?” (Millás, 2013, p. 24). Aunque
esta pregunta provocó una reacción negativa de la prensa y muchas organizaciones
feministas, de tal medida que el juez tuvo que reemplazar al fiscal, el objetivo ya se había
cumplido: Nevenka volvió a ser acosada, esta vez por la Justicia.

6. Conclusiones

La novela testimonial sobre el “caso Nevenka” parte de dos enfoques de


representación: individual y colectivo. El primero se refiere al triunfo matizado con el que
acaba la obra (Nevenka gana el juicio, pero termina siendo incomprendida por toda la
sociedad y se ve obligada a rehacer su vida fuera de España), que demuestra que las
consecuencias del acoso sexual nunca son de corto plazo y que afectan a todas las esferas
de la vida de la víctima: “No había una sola empresa española que se arriesgara a
contratar a una mujer que había denunciado a su jefe por acoso sexual”. (Millás, 2013, p.
182). Con esto, Millás no solamente pretende demostrar que Ismael Álvarez representa
un prototipo de esta conducta patológica, sino también enfatizar que en el “caso Nevenka”
hubo múltiples acosadores, de manera que su protagonista “había sido víctima de su
propia cultura, una cultura machista, misógina, brutal en muchos aspectos” (2013, p. 25).

Precisamente de ahí parte el segundo enfoque de la obra, característico por la clara


presencia de un componente afectivo que busca la empatía con el público lector: “[…] la
evolución de la protagonista vehicula una «lección» práctica para el lector, o quizás más
bien para la lectora” (Fauquet, 2011, p. 261). Por otra parte, la obra abunda de críticas y
denuncias que el autor dirige a las autoridades y los responsables del acoso. En ese
sentido, se demuestran las dificultades adicionales a las que se enfrenta la víctima, ya que,
aunque teóricamente existan protocolos para esta conducta social adversa, en práctica es
muy difícil probarla, especialmente si de esa forma la imagen de toda una institución se
viera afectada. En ese sentido, resulta es especial interés la observación de Iñaqui Piñuel
sobre la relación entre un caso de acoso que se vuelve público y su denominación. Según
afirma este autor, en estas situaciones se suelen denominar “caso de X”, siendo “X”
siempre la víctima y no el agresor (Piñuel y Zabala, 2001, p. 67). Relacionando este

888
aspecto con el “caso Nevenka”, se confirma, finalmente, la tendencia general de la sociedad
–aunque a veces sea inconsciente– de exponer a la víctima en primer plano.

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Editores
Juan Carlos Suárez Villegas
Natalia Martínez Pérez
Paola Panarese
Coordinadora editorial
Eva Hernández Martínez
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