Síntesis Núcleos Temáticos Problemáticas Ciudadanas en la Argentina Contemporánea

Prof. Mariano G. Morelli

1. El nudo de los aprendizajes de la materia no son este o aquél eje temático específico, sino que
los alumnos sean capaces de reconocer, a través de la misma práctica, su condición actual (y no solo
potencial o futura) de ciudadanos entiendo por tales sujetos de derechos y deberes en la relación con
la sociedad y el estado y agentes activos de su construcción y edificación. Los ejes tematicos tienen
importancia como medio a través de los cuáles se realizan estos aprendizajes.
2. La materia tiene contenidos propios y propósitos que no son los de los ejes temáticos de cada
año, sino que son, entre otros, el concepto de ciudadano, los jóvenes como ciudadanos, el estudiante
como sujeto político, las manifestaciones de la actividad ciudadana, la posibilidad y necesidad de
una práctica efectiva de la ciudadanía de parte de los jóvenes, los requisitos y las exigencias de una
actividad ciudadana democrática.
3. Los ejes temáticos son solo instrumentos a través de los cuáles se pueden enseñar y aprender
los contenidos propios de la materia que se orientan a lo descripto en el punto anterior. En virtud de
ello no es necesario que sean trabajados de manera completa, ni es necesario que se reserve un
cuatrimestre para cada eje temático, ni tampoco que se realicen dos proyectos cuatrimestrales
pudiendo realizarse uno solo de alcance anual. El diseño curricular no prescribe tiempo específico
para el desarrollo de cada eje, pero si puede darse dentro de cada Liceo.
3. La metodología es esencialmente práctica porque no se trata solamente de educar acerca de la
ciudadanía o para la ciudadanía (futura), sino a través de la ciudadanía entendiendo que los alumnos
ya lo son. Se espera que sean capaces de problematizar una realidad ciudadana y proyectar su
mejoramiento como agentes activos de la misma. Ello supone además la posibilidad de enseñar y
aprender procedimientos que permitan ejercitarse en la práctica ciudadana dentro del aula pero para
que pueda transcender fuera de ella.
4. La materia exige advertir que las prácticas de los adolescentes son ciudadanas porque implican
maneras de insertarse en la sociedad y formas de vincularse con las instituciones del Estado y como
tales deben ser valoradas y educadas, de modo de considerar las prácticas y los intereses de los
jóvenes como saberes escolares y canalizarlos a través de proyectos. De modo que los proyectos
deben definirse a partir de un acuerdo del grupo.
5. Resulta necesaria una continua evaluación de la medida en que están siendo enseñados y
aprendidos, en la práctica misma, los contenidos propios de la disciplina (la práctica y ejercicio
ciudadano de los jóvenes) que resulta conveniente tenga lugar en 5 momentos durante el proceso de
planificación y realización del proyecto. Aunque la calificación promocional de la asignatura resulta
difícil y no resultaría la ideal en teoría, en la práctica puede resultar necesaria para garantizar una
mínima dedicación del alumno a la materia y una mínima consolidación institucional y curricular de
la materia. La evaluación (y calificación) debe supone utilizar metodologías y criterios rigurosos y
comunicables, aunque sólo toma en cuenta el éxito (también se pueden evaluar obstáculos y errores
como instancias de aprendizaje).
6. Resultan obstáculos para el desarrollo de la materia las concepciones que desvalorizan
irrazonablemente las posibilidades y capacidades de los jóvenes, que descalifican absolutamente sus
prácticas, intereses o saberes ya adquiridos (concibiéndolos solo como sujetos de aprendizajes), que
los ven sólo como adultos en potencia que deben posponer la práctica ciudadana hasta la vida adulta
(ciudadania postdatada), hasta la cuál toda toda intervención es mediada o restringida sin considerar
pero que de hecho los jóvenes ya tienen capacidad de poder hacer cosas de manera efectiva para
participar democráticamente; o solo les permite actuar en "simulaciones" o "representaciones" de la
vida adulta (ciudadanía simulada).
7. Ello no quita el rol orientador del docente en el proceso de enseñanza - aprendizaje, ni la
rigurosidad del método y reglas propias de la metodología de seminario taller, ni implica una
absoluta libertad (sin límites ni reglas) para los alumnos.