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ROBERT ALEXY

“Sobre La Estructura de los Principios”


En Tres escritos sobre los derechos fundamentales y la teoría de los principios.
Guía de Lectura:

1. ¿Cuáles son las dos posiciones fundamentales en torno a la distinción


entre reglas y principios?

De acuerdo a las dos posiciones, una de ellas expresa, que los principios
expresan la idea de optimización, lo cual puede sintetizarse en la formula corta
de que los principios son mandatos de optimización y de este modo se
diferencian fundamentalmente de las reglas. Esta concepción debe
denominarse como la “teoría de los principios”. La otra vertiente se ha
configurado como una mixtura. Sin embargo, en ella existe unidad acerca de
que la concepción según la cual los principios son mandatos de optimización,
es falsa: o exagerada o insuficiente.

2. ¿Cuáles son las tres tesis fundamentales de la teoría de los principios?

1- La tesis de la optimización

2- La ley de la colisión

3 – La ley de la ponderación

A.- TESIS DE LA OPTIMIZACION

3. ¿Qué son los principios conforme una teoría estándar de los


principios?

De acuerdo con la definición estándar de la teoría de los principios, los


principios son normas que ordenan que algo se realice en la mayor medida
posible, de acuerdo con las posibilidades fácticas y jurídicas. Como
consecuencia, los principios son mandatos de optimización, que se
caracterizan por el hecho de que pueden ser cumplidos en diferentes grados y
de que la medida ordenada en que deben cumplirse, no solo depende de las
posibilidades fácticas, sino también de las posibilidades jurídicas. El ámbito de
las posibilidades jurídicas se determina por los principios que juegan en sentido
contrario.

4. ¿Cómo define Alexy las reglas?

Las reglas son normas que siempre pueden ser cumplidas o incumplidas. Si
una regla tiene validez, entonces esta ordenado hacer exactamente lo que ella
exige, ni más ni menos. De este modo, las reglas contienen determinaciones
en el ámbito de lo fáctica y jurídicamente posible. Ellas son, por lo tanto,
mandatos definitivos. Esto significa que la distinción entre reglas y principios es
una distinción cualitativa y no solamente una distinción de grado. Toda norma
es una regla o es un principio.

B.- LA LEY DE LA COLISION

5. ¿Cómo puede ser solucionado un conflicto entre reglas?

Un conflicto entre dos reglas solo puede ser solucionado si se introduce una
cláusula de excepción a una de las dos reglas o si se declara la invalidez de
una de ellas. Este es el ámbito principal de aplicación de las reglas de colision
como aquellas que prescriben: “lex posterior derogat legi priori”, “lex superior
derogat legi inferior” y “el derecho federal prima sobre el derecho de los
estados federados”.

6. ¿Cómo se resuelven las colisiones entre principios?

Las colisiones entre principios deben resolverse de una forma totalmente


diversa. El tribunal (del ejemplo) debe resolver esta colisión, estableciendo una
relación de precedencia entre los dos principios relevantes, condicionada a las
circunstancias del caso concreto.

Que el derecho fundamental tenga prioridad, significa que debe aplicarse la


consecuencia jurídica prevista por él. Esto quiere decir que la satisfacción de
las condiciones de prioridad lleva consigo la aplicación de la consecuencia
jurídica establecida por el principio que prevalece. Esto puede generalizarse en
una ley de colisión, según la cual las condiciones bajo las cuales un principio
tiene prioridad frente a otros, constituyen el supueste de hecho de una regla
que expresa la consecuencia jurídica del principio que tiene prioridad.

7. ¿Qué expresa la Ley de Colisión?

La distinción entre reglas y principios se muestra con la mayor claridad en las


colisiones entre principios y los conflictos entre reglas. Común a las colisiones
entre principios y los conflictos entre reglas es la existencia de dos normas, que
si se aplicara cada una por su parte, llevarían a resultados incompatibles entre
si, en concreto, a dos juicios jurídicos concretos de deber ser que estarían en
contradicción. Sin embargo, uno y otro fenómeno se diferencian esencialmente
en la manera como se soluciona el conflicto.

C.- LA LEY DE LA PONDERACION

8. ¿Qué significa que la Teoría de los Principios implique el Principio de


Proporcionalidad?
La teoría de los principios, expresada en forma de la tesis de la optimización,
ha adquirido un lugar propio en la doctrina, sobre todo al postular su
equivalencia con el principio de proporcionalidad. La teoría de los principios
implica el principio de proporcionalidad y este implica aquella.

Que la teoría de los principios implique el principio de proporcionalidad significa


que sus tres subprincipios, es decir, los subprincipios de idoneidad, necesidad
y proporcionalidad en sentido estricto, se siguen lógicamente de ella, o sea,
son deducibles de ella en un sentido estricto. Por lo tanto, quien objeta la teoría
de los principios tiene también que objetar el principio de proporcionalidad.
Como consecuencia, el debate sobre la teoría de los principios puede
reformularse como el debate sobre el principio de proporcionalidad.

9. En cuanto mandatos de optimización ¿Qué exigen los principios?

La implicación del principio de proporcionalidad se basa en la propia definición


de los principios. En cuanto mandatos de optimización, los principios exigen la
máxima realización posible, en relacion con las posibilidades fácticas y
jurídicas. La relación con las posibilidades fácticas conduce a los subprincipios
de idoneidad y necesidad.

10. ¿Por cuales subprincipios se conducen las posibilidades fácticas?

Los subprincipios de idoneidad y necesidad se originan a partir del mandato de


la máxima realización posible en relacion con las posibilidades fácticas.

11. ¿Qué idea expresan dichos subpricipios?

Dichos subprincipios expresan la idea del optimo de Pareto.

12. ¿Qué subprincipio se origina a partir del mandato de máxima


realización posible en relación con las posibilidades jurídicas?

El principio de proporcionalidad en sentido estricto se origina a partir del


mandato de la máxima realización posible en relacion con las posibilidades
jurídicas, sobre todo en relacion con los principios que juegan en sentido
contrario.

13. ¿Qué expresa la Ley de la Ponderación?

La ponderación resulta indispensable cuando el cumplimiento de un principio


significa el incumplimiento del otro, es decir, cuando un principio únicamente
puede realizarse a costa del otro. Para estos casos puede formularse la
siguiente ley de ponderación:

Cuanto mayor sea el grado de no cumplimiento o de afectación de un principio,


tanto mayor debe ser la importancia del cumplimiento del otro.

14. ¿Qué crítica desarrolla Günther a la distinción entre normas y


principios?
Gunther ha aducido que la distinción entre reglas y principios no es una
distinción que radique en la estructura de las normas, sino que solamente yace
en un “diferente modo de tratamiento”. “Si una norma se trata como una regla,
casi en el cual se aplica sin considerar las características peculiares de la
situación, o si se trata como un principio, caso en el que se aplica observando
todas las circunstancias (fácticas y jurídicas) de una situacion”, es un asunto de
“condiciones de conversación” o de “condiciones de trato”. Las condiciones de
conversación o de trato tienen una índole institucional en el sistema jurídico.
Asi, la división de poderes y la seguridad jurídica exigirían tratar las decisiones
del legislador como reglas y admitir excepciones a ellas solo en casos
especiales.

15. ¿Cuál es la respuesta de Alexy a la crítica de Günter?

En el núcleo de la critica de Gunther está la tesis de que, con indepencia del


marco institucional respectivo, es posible “exigir que cada norma sea aplicada
en relación con la posibilidades fácticas y normativas (jurídicas) de la
situacion”. Si bien esto es cierto, no toca el punto decisivo. Por aplicación
relativa a las posibilidades fácticas y normativas (jurídicas) Gunther entiende la
“consideración de todas las circunstancias del caso”. Esta consideración de las
circunstancias del caso, sin embargo, es algo distinto a la optimización. Esto
puede verse si se tiene en cuenta que la consideración de todas las
circunstancias del caso también es posible en la aplicación de normas que
pueden ser cumplidas o incumplidas, mientras que la optimización presupone
que una norma puede ser cumplida en distinto grado. Es bien cierto que la
optimización implica considerar todas las circunstancias, pero la consideración
de todas las circunstancias no implica la optimización. De este modo aparece
con claridad que la crítica de gunther se equivoca en el objeto que presente
atacar: la optimización.

16. ¿Por qué sostiene Alexy los mandatos que se optimizan pueden ser
denominados un “deber ser ideal” o “ideales”?

Los mandatos que se optimizan son los objetos de la ponderación, que pueden
ser denominados como un “deber ser ideal” o simplemente pueden entenderse
como “ideales”.

El deber ser ideal es aquello que debe optimizar y que por medio de la
optimización debe transformarse en un deber ser real. En cuanto objeto de la
optimización, este deber ser se encuentra en el nivel de los objetos. Por el
contrario, los mandatos de optimización o mandatos de optimizar se sitúan en
un metanivel. En este metanivel, ellos establecen lo que debe hacerse con lo
que se encuentra en el nivel de los objetos. Estos mandatos ordenan que sus
objetos, es decir, los mandatos que se optimizan, se realicen en la mayor
medida posible. En tanto mandatos de optimización, ellos no deben optimizarse
sino cumplirse, acción que consiste en llevar a cabo la optimización.

Los principios, en tanto objetos de la ponderación, no son entonces mandatos


de optimización, sino mandatos que se optimizan o mandatos a optimizar.
Como tales, contienen un deber ser ideal, todavía no contienen un deber ser
relativo a las posibilidades fácticas y jurídicas. Sin embargo, tiene todo el
sentido referirse a los principios como mandatos de optimización. Esta manera
de hablar expresa, de la manera más simple, de que se trata cuando alude a
los principios. De este modo se expresa todo aquello que tiene que ver con los
principios y que resulta significativo desde el punto de vista práctico. Este
aspecto practico puede sostenerse además en una reflexión teorica. Existe una
relacion necesaria entre el deber ser ideal, es decir, entre el principio como tal,
y el mandato de optimizacion, en cuanto regla. El deber ser ideal implica al
mandato de optimizacion y viceversa. Son las dos caras de una misma
moneda.

17. ¿Qué son los mandatos de Validez reiterados que propone


Sieckmann? ¿Se identifican con la noción de principios de Alexy?

Bien podría defenderse la opinión de que aun con todo esto no se ha


alcanzado suficiente claridad sobre la estructura de los principios. Ciertamente
se sabría que ellos deben ser optimizados y que como consecuencia
representan mandatos de optimizacion, pero todavía no se sabría como puede
llevarse a cabo lo que pudiera ser la optimizacion. Seickmann ha intentado dar
una respuesta a esa pregunta con su teoría de los mandatos de validez
reiterados. Su punto de partida es la diferenciación entre 3 tipos de enunciados:
1. Formulaciones normativas, 2. Enunciados de validez y 3. Mandatos de
validez. Las formulaciones normativas o enunciados normativos expresan
normas en sentido semántico, es decir, normas como meros contendidos de
significado, sin decir todavía nada sobre su validez. Su forma fundamental
puede representarse con ayuda del operador del mandato “o” (esta ordenado,
…) y de la letra “p”, que indica lo que esta ordenado. De este modo, “Op”
puede emplearse para expresar: “esta ordenado producir la cosa”. En lugar de
“Op” puede usarse solo “n” para las formulaciones normativas o los
enunciados normativos. De modo contrario a “Op” o “n”, los enunciados de
validez o enunciados sobre validez de normas tienen un contenido que va más
allá. Ellos representan normas, no solamente como contenidos de significado o
de ideas, sino que además afirman que dichas normas tienen validez. Si se
utiliza el predicado de validez “G”, estos enunciados pueden representarse
mediante “GOp” o, con mayor simplicidad, “Gn”. Finalmente, los mandatos de
validez son mandatos que establecen que determinadas normas (n) tienen
validez (G), ordenan (O), lo cual puede representarse mediante “OGn”. Una vez
que se han establecido estas diferenciaciones, se plantea la pregunta de
mediante que tipo de enunciados pueden expresar mejor los principios. Es fácil
ver que la primera alternativa debe descartarse rápidamente. Un principio tiene
que ser mas que simplemente una norma en sentido semántico, es decir, una
mera idea normativa (n), puesto que su concepto también debe comprender su
capacidad de ser una razón que fundamente la decisión que se toma en una
ponderación. De algún modo el principio debe tener validez. Ahora bien, podría
pensarse que la posesión de la validez puede expresarse simplemente
mediante la idea de que el enunciado normativo “n” que formula una norma
debe entenderse de tal manera que incluya al predicado sobre la validez “G”, lo
cual significaría la adscripción de los principios a “Gn”, es decir, la segunda
alternativa antes expuesta. Sin embargo, de acuerdo de Sieckmann esto no es
admisible de ninguna manera. Los enunciados de validez, es decir, los
enunciados de la forma “Gn”, debería expresar algo que Sieckmann denomina
“expresiones normativas”. Quien expresa un enunciado semejante, manifiesta
una afirmación sobre la validez definitiva de una norma. Si los principios
tuviesen una validez definitiva de este tipo, no podrían ser objeto de una
ponderación y no necesitarían de la ponderación para aplicarse, es decir, no
serían principios.

La pregunta que se plantea es si con ello se ha encontrado una solución para


el problema de que son los principios, que vaya mas allá de lo que ya se sabia.
Con esto se dice claramente lo que los principios no son. Ellos no pueden
normas con validez definitiva, ni normas que no tengan ningún tipo de
vinculación.

18. ¿Por qué Atienza y Ruiz Manero sostienen que algunos principios que
tienen carácter de regla? ¿Por qué no está de acuerdo Alexy con esa
propuesta?

Atienza y Ruiz Manero diferencian entre principios en sentido estricto y


principios en sentido de fines políticos o normas pragmáticas. Los fines
políticos o normas pragmáticas deberían ser, en el sentido de la teoría de los
principios, mandatos de optimización. Por lo contrario, las cosas deberían ser
diferentes en el caso de los principios en sentido estricto. Entre ellos deberían
contarse los derechos fundamentales. Los principios en sentido estricto no
deben cumplirse en diferente grado, sino que solo pueden seguirse o no
seguirse y, por lo tanto, tienen carácter de reglas.

En cuanto principios, en el sentido de mandatos de optimización, estos pueden


cumplirse de manera gradual. Lo correspondiente es válido para otras normas
de derecho fundamental. Por lo tanto, el argumento de Atienza y Ruiz Manero
de que existe algunos principios que no pueden cumplirse de forma gradual y
que por tanto tienen carácter de reglas, es insostenible. Con todo, en el
transfondo de la tesis de Atienza y Ruiz Manero de que los principios en
sentido estricto no tienen una estructura graduable, yace una reflexión
profunda. Los principios en sentido estricto son razones de corrección. Atienza
y Ruiz Manero parecen apuntar una delimitación entre razones deontológicas y
teleológicas. A favor de ello habla la primacía absoluta que ellos reconocen a
los principios en sentido estricto, es decir, sobre todo a los derechos
fundamentales, frente a los fines políticos, y la circunstancia de que según la
opinión de ambos autores, los principios en sentido estricto permiten a sus
destinatarios dejar de considerar las consecuencias de sus acciones o no
reconocerles ningún peso. Sin embargo, con ello se abre un nuevo tema, que
puede expresarse con la pregunta de si los principios en cuanto mandatos de
optimización pertenecen al ámbito de la teleología y del utilitarismo y por tanto
son incompatibles con el carácter deontológico, es decir, con el carácter de
deber ser sobre todos los derechos fundamentales. Esta objeción puede
denominarse como la “objeción teleológica”.

19. ¿Por qué sostiene Habermas que la definición de principios como


mandatos de optimización conduce a la pérdida de su carácter
deontológico?
Uno de los principales defensores de la objeción teleológica es Habermas.
Según Habermas, la definición de los principios como mandatos de
optimización conduce a una pérdida de su carácter deontológico. Ellos serian
tratados como valores, que de este modo, tendrían un “sentido teleológico”.

20. ¿Qué responde Alexy a la Objeción Teleológica de Habermas?

La objeción de Habermas contra la tesis de la optimizacion se ha apoyado, en


primer lugar, en un concepto muy fuerte de lo que significa el carácter
deodontico, o como el también dice, de la “validez del deber ser” de las
normas. Según este concepto, las normas tienen ante todo una estructura
obligatoria estricta. Ellas obligan a sus destinatarios “sin excepciones ni
condiciones”, esto es correlativo a un carácter estricto de reglas. Por el
contrario, los valores solo expresan la preferencia de unos bienes sobre otros,
que pueden realizarse o soslayarse mediante un “actuar teleológico”. En
segundo lugar, la estructura obligatoria estricta de las normas esta ligada a
una, en palabra de Habermas “codificación… binaria de su pretensión de
validez”. Como consecuencia, debe afirmarse que las normas únicamente
puede tener validez o no. Al contrario de la preferibilidad de los valores, su
validez no seria graduable. La tercera propiedad del concepto fuerte del
carácter deontológico de las normas consiste en su carácter absoluto. Lo que
debe ser tienen la pretensión de “ser bueno para todos en igual medida”.
Expresa una obligación universal. Por el contrario, los valores tienen una
vinculatoriedad relativa. Ellos no establecen lo que es bueno para todos, sino
solo “lo que, considerándolo todo, es bueno para nosotros (o para mi)”.
Finalmente, como cuarto criterio debe mencionarse del contexto sistemático de
normas y valores. Las normas no pueden entrar en contradicción. Para
asegurarlo, debe llevarse a un contexto coherente. Por el contrario, los valores
entran en competencia por su prevalencia. Por ello, construyen, según
Habermas “configuraciones flexibles y llenas de tensiones”. Esta idea puede
expresarse mediante la fórmula de que el sistema de normas se identifica por
su coherencia y el de valores por su preferencia.

21. ¿Qué temor tiene Habermas respecto del modelo de la optimización?

Habermas teme que en el modelo de la ponderación o de la optimizacion, en


algunos casos puedan “sacrificarse los derechos individuales frente a los fines
colectivos”. De esta manera, estos derechos perderían su carácter como
“triunfos dworkianos” y su “gran fuerza de justificación”.

22. ¿Cómo responde Alexy al temor de Habermas?

De esta objeción es correcto que el entenimiento de los derechos como


mandatos de optimización no puede evitar el peligro de que se produzcan
restricciones excesivas de los derechos individuales a causa de algunos bienes
colectivos. También es cierto que este peligro se evitaría si existiera “una
prelación estricta de puntos de vista normativos”, y si esta prelación se
entendiera como una prelación estricta de todos los derechos fundamentales
frente a todos los bienes colectivos. Este modelo tendría desde luego esta
ventaja frente al modelo de la optimizacion. Sin embargo, las ventajas de una
prelación estricta semejante entrañan a su vez ciertas desventajas que resultan
inaceptables. Si un orden jerarquico de prelación de todos los derechos
fundamentales frente a todos los bienes colectivos tuviese invalidez, el derecho
de propiedad no podría volver a ser restringido para proteger el medio
ambiente, asi como tampoco podría serlo la libertad de empresa en razón de la
protección de los consumidores.
Habermas advierte de que “no todo derecho (puede…) imponerse frente a un
bien colectivo en la decisión de un caso concreto, cuando se presente cierto
contexto concreto de fundamentación”. Sin embargo, los derechos deben ceder
ante los bienes colectivos solo cuando la precendencia de un bien colectivo
“pueda fundamentarse a la luz de principios”. Por tanto, “en definitiva solo los
derechos pueden tenerse en cuenta en el juego de la argumentación”.

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