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Cine latinoamericano

El cine latinoamericano, integrado por las producciones cinematográficas de los artistas, productores y técnicos
de América Latina, tiene una identidad propia desde fines de la decada de los años sesenta, reconocida en diver-
sos festivales y entidades dedicadas especialmente al mismo, como el Festival de Cine Latinoamericano de Tou-
louse, Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana o la Fundación del Nuevo Cine La-
tinoamericano, con los antecedentes históricos de los festivales de Pesaro y sobre todo de Viña del Mar en 1969.

Panorama

El cine de país: Argentina, Brasil y México

El cine latinoamericano ha padecido el problema del aislamiento económico entre los distintos países, lo que ha
impedido la creación de un mercado latino de cine. De este modo, la mayor parte de su producción ha dependido
de la capacidad económica de cada país y del tamaño de sus mercados internos. Desde el origen del cine sonoro
en 1930, hasta 1996, el 89% de la producción total cinematográfica se concentró solo en tres países: Argentina,
Brasil y México.

Hasta mediados del siglo XX, el cine mexicano y en menor medida el argentino, tuvieron una considerable pre -
sencia latinoamericana, con exponentes como Cantinflas o Libertad Lamarque. Pero a partir de la década del 60
la presencia internacional del cine mexicano y argentino desapareció.

En esa década surge la noción de "cine latinoamericano" como una manifestación artística emparentada, no tanto
por el idioma (porque el papel de Brasil es muy importante) como por temáticas y propuestas estéticas emparen -
tadas, así como por la perspectiva de construir un mercado de cine latinoamericano, integrado por espectadores
con la necesidad de verse a si mismos.

El Nuevo Cine Latinoamericano

El inicio se produjo con el Festival del Cine Latinoamericano de Pesara en la década del 60, pero el momento
clave fue el Encuentro de Cine Latinoamericano de 1967, que tuvo su motor en el chileno Aldo Francia, del Cine
Club de Viña del Mar, el cubano Alfredo Guevara, del Institute Cubano del Cine y la lndustria Cinematografica
(ICAIC) y el argentino Edgardo Pallero. Fue la primera vez que se reunieron hombres y mujeres de cine de todos
los países latinoamericanos.

Para fines de la década del 60 había aparecido toda una camada de realizadores latinoamericanos de importancia,
como los brasileños Glauber Rocha y Nelson Pereira dos Santos, los argentinos Fernando Solanas y Leonardo
Favio, los cubanos Tomás Gutiérrez-Alea y Santiago Alvarez, y los chilenos Raúl Ruíz, Miguel Littin y Lautaro
Murúa. Este movimiento fue llamado "Nuevo Cine Latinoamericano".

En la década del 70 la mayoría de los países latinoamericanos sufrieron la imposición de sangrientas dictaduras
que virtualmente paralizaron la producción cinematográfica y obligaron a exiliarse a centenares de artistas. El
caso más extremo es el de Chile, que durante la larga dictadura de Pinochet (1970-1989) casi no tuvo producción
de cine de relieve, mientras que los cineastas chilenos en el exilio produjeron 178 películas.

El Nuevo Cine Latinoamericano se diferenció notablemente del cine "nacional" de los años 1930-1960, por
orientarse mucho más hacia el "cine de autor" y relativamente alejado de los mecanismos comerciales relaciona-
dos con los sistema de "farándula".

Argentina, Brasil y México, lideran la producción cinematográfica, con el ingreso de una considerable cinemato-
grafía de Cuba, Chile, Bolivia, Perú, Colombia y Venezuela.

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Cine de Argentina

El cine de Argentina, ha sido históricamente uno de los tres más desarrollados del cine latinoamericano, junto
a los producidos en México y Brasil.1 A lo largo del siglo XX la producción cinematográfica argentina, apoyada
por el estado y avalada por el trabajo de una larga lista de directores y artistas, se convirtió en una de las princi-
pales del mundo hispanohablante.

Introducción del cine al país

Un poco después de la aparición del cinematógrafo, se efectuaba el 18 de julio de 1896 en el Teatro Odeón la
primera proyección cinematográfica del país en la ciudad de Buenos Aires. Se trataba de los célebres cortos de
los Hermanos Lumière que se habían estrenado el año anterior en París, Francia. Tiempo antes, también en esa
ciudad se había importado, sin mayores repercusiones, el espectáculo del kinetoscopio invento del norteameri-
cano Thomas Alva Edison. Estas actividades fueron durante mucho tiempo no más que una forma de entreteni-
miento y actividad comercial.

Primeras películas nacionales

En 1897, el operador francés Eugenio Py realizó el documental La bandera de Argentina que consistía en una
vista documental de la bandera argentina flameando en la Plaza de Mayo, se podría considerar a esta como la
primer obra cinematográfica nacional. Le siguieron Viaje a Buenos Aires en (1900) y La revista de la escuadra
argentina (1901). Por eso se abrieron en Buenos Aires las primeras salas.

En los primeros años del siglo XX varios autores argentinos continuaron experimentando las posibilidades del
nuevo medio realizando noticieros y registros documentales. Eduardo Cardini filmó Escenas Callejeras (1901) y
Mario Gallo realizó El fusilamiento de Dorrego (1908), que fue la primera película con trama argumental.

La historia y literatura nacionales proporcionaron la temática básica del cine argentino en sus comienzos. Uno de
los primeros éxitos del cine nacional fue Nobleza Gaucha, película realizada en 1915 por Humberto Cairo,
Eduardo Martínez de la Pera y Ernesto Gunche, inspirada en el Martín Fierro de José Hernández. El primer lar-
gometraje sería Amalia(1914), sobre la novela homónima de José Mármol. En 1917 se realizaba El apóstol pri-
mer largometraje animado de la historia del cine, consistía en una sátira al entonces presidente Hipólito Yrigo-
yen. Ese mismo año debutaba Carlos Gardel en el cine, en el filme Flor de durazno dirigido por Francisco Defi-
lippis Novoa.

La llegada del cine sonoro

La incorporación del sonido tuvo una gran influencia sobre el público. En 1931 se filma Muñequitas porteñas di-
rigido por José A. Ferreyra sería el primer filme sonoro y hablado por el sistema Vitaphone de sincronización so-
nora. Hacia 1933 se da la llegada del sistema Movietone, el primero que permite guardar la banda sonora en el
mismo soporte que la imagen. Nacen ese mismo año los dos primeros estudios cinematográficos del país: Argen-
tina Sono Film fundado por Angel Mentasti y Lumiton creada por Enrique Telémaco Susini, César José Guerrico
y Luis Romero Carranza. Luego llegaría el sistema de sonido óptico inventado por Lee De Forest, el Phonofilm.
Con este equipamiento se grabaron numerosos números musicales de Carlos Gardel, a la manera del actual video
clip.

La industria del cine en la Argentina se inició en la práctica con la llegada del sonido óptico. Con la incorpora -
ción del sonido, serán la radio, la industria discográfica y el teatro de revistas los que aportarán actores (voces)
ya conocidas por la gente. La banda de sonidos llegaría a ser tan importante que incluso se le exigía a los actores
que entonaran canciones, a pesar de no estar preparados para ello. Así se puede llegar a considerar que el sonido
es tan importante en el cine argentino, dado que sin el posiblemente no hubiera existido una industria. El cine
mudo no había logrado en el país acceder a un gran público.

Los dos primeros films sonoros (sin discos), estrenados con una semana de diferencia fueron Tango (1933) diri-
gido por Luis José Moglia Barth y producido por Argentina Sono Film, y Los tres berretines, protagonizada por
Luis Sandrini y producida por Lumiton. Lo siguen otros filmes exitosos de la época, de Mario Soffici El alma

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del bandoneón (1935) y Prisioneros en la tierra (1939); de Manuel Romero la muchacha de a bordo (1936) y de
Leopoldo Torres Ríos la vuelta al nido (1938), que marcaron el momento de madurez del cine argentino en la
década del 30'. En esta época se consagraron estrellas como: Libertad Lamarque, Tita Merello, Pepe Arias, Luis
Sandrini y Niní Marshall.

El sistema Movietone significó la ganancia de miles de pesos para las flamantes productoras, que pudieron se-
guir expandiendose. Se había creado un público, gracias al sonido, en esta época, el sonido será pues, sinónimo
de mercado, convierte al cine en un producto de consumo popular. Lo que se está vendiendo en esta primera épo-
ca es producto ya conocido, pero que puede ser gozado en la oscuridad de la sala de cine, allí se daría una rela -
ción de proximidad con cantantes, bailarines u orquestas populares, por tan solo unos centavos de entrada.

A medida que se avanzó en la producción de filmes sonoros, la integración de imagen y sonido se fue haciendo
mas orgánica. Las películas ya no eran números musicales, o escenas mudas musicalizadas, sino que se lograba
lo que denomina Síncresis, la unión indisoluble de los aspectos visuales y sonoros del filme, dando lugar a un
cine mucho más rico y ya con identidad propia, dejando de lado los vicios del cine primitivo.

El cine clásico

A partir de 1940 el cine argentino entró en un largo periodo de crisis cinematográfico determinado por la compe-
tencia comercial del cine estadounidense. Algunas de las grandes películas de la década fueron Historia de una
noche (1941) y La dama duende (1945), ambas de Luis Saslavsky; Malambo (1945), de Lucas Demare y Hugo
Fregonese; Pelota de trapo (1948) y Crimen de Oribe (1950) de Leopoldo Torres Ríos, y Las aguas bajan tur-
bias (1952) de Hugo del Carril.

El primer nuevo cine argentino

Desde 1957 una nueva generación de directores consiguió aunar la habilidad técnica con el refinamiento estético,
por lo que se consiguió participar en festivales internacionales. Leopoldo Torre Nilsson, Fernando Ayala, David
José Kohon, Simon Feldman y Fernando Solanas, fueron los protagonistas de esta renovación del cine argentino
en la década de los 60's.

Un caso excéntrico es el de Hugo Santiago, creador de un film de culto, Invasión y Los otros emigrado definiti-
vamente a Francia. Posteriormente otros directores consiguieron su estilo cinematográfico, como José Martínez
Suárez, Manuel Antin, y Leonardo Favio. En el cine infantil de dibujos animados se destaca Manuel García Fe-
rré (Petete y Trapito, 1975; Ico, el Caballito Valiente, 1981).

El cine de la post dictadura

En la década del 80, realizadores como María Luisa Bemberg con Camila (1984), Pino Solanas (El exilio de
Gardel (Tangos) y Sur), Luis Puenzo (La Historia Oficial) y Adolfo Aristarain (Tiempo de revancha, Un lugar
en el mundo), atrajeron la mirada de nuevos públicos.

El segundo nuevo cine argentino

En la década del noventa surge una nueva corriente denominada comúnmente como nuevo cine argentino, mar-
cada por el carácter independiente de las realizaciones, y un cambio en la mirada. El precursor en este movi-
miento es Martín Rejtman quien hace en 1991 su ópera prima Rapado. Otro filme que marca un punto de infle-
xión en la realización es Picado fino (1994) de Esteban Sapir. Sin embargo no será hasta 1998 que estos nuevos
realizadores logran tener una mayor difusión. La primera película que tiene una repercusión pública, dentro de
esta nueva generación, es Pizza, birra, faso, de Bruno Stagnaro e Israel Adrián Caetano. A esa le siguieron Mun-
do Grúa (1999) de Pablo Trapero y otras que continuaron esa línea de películas de tónica y personajes reales,
bajo presupuesto y actores no conocidos.

Desde los comienzos y hasta nuestros días se han estrenado casi 2.500 películas argentinas, siendo los años 2004
y 2005 con 66 y 63 respectivamente, los que registran la mayor cantidad de estrenos.

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Cine mexicano

El cine mexicano es el cine propio de México, desarrollado desde la época de la Revolución Mexicana. La pri-
mera película sonora fue Santa, del escritor Federico Gamboa, en 1931. Historia [editar]

Inicios

Ocho meses después de su aparición en París, Claude Ferdinand Bon Bernard y Gabriel Veyre fueron enviados
por los hermanos Lumière a México a presentarse al presidente Porfirio Díaz el 6 de agosto de 1896 y así el país
se convirtió en el primero del continente americano en recibir el nuevo invento. El mismo año que Bernard y Ve-
yre llegaron a México, filmaron El presidente de la república paseando a caballo en el bosque de Chapultepec y
otros 35 cortometrajes en la capital, Guadalajara y Veracruz. Uno de los filmes de los realizadores franceses titu-
lado Un duelo a pistola en el bosque de Chapultepec causó conmoción ya que la gente no diferenciaba aún la
realidad de la ficción. Este filme podría ser inspirado por el filme de Thomas Alva Edison titulado Pedro Esqui-
rel y Dionecio Gonzales - Un duelo mexicano (Pedro Esquirel and Dionecio Gonzales - Mexican Duel) tres años
antes. En 1897, se realiza la primera cinta silente de producción mexicana llamada Riña de hombres en el zócalo.
Los primeros realizadores mexicanos fueron el ingeniero Salvador Toscano (desde 1898), Guillermo Becerril
(desde 1899); los hermanos Stahl y los hermanos Alva (desde 1906) y Enrique Rosas que en 1906 produjo el pri-
mer largometraje titulado Fiestas presidenciales en Mérida que fue un documental sobre las visitas del presiden-
te Díaz a Yucatán.

Revolución Mexicana

Durante la revolución se produjeron películas documentales que relataron el conflicto armado. De hecho Pancho
Villa financió parcialmente su fuerza por medio de productores estadounidenses que grabaron sus batallas y se
dice que coreografió la Batalla de Celaya especialmente para su filmación. Otros productores, como los herma-
nos Alva siguieron a Francisco Indalecio Madero, Jesús H. Abitia acompañaba a la División del Norte y filmaba
a Álvaro Obregón y Venustiano Carranza. Durante el gobierno de éste último se limitaron los filmes acerca de la
revolución y el cine de ficción empezó a crecer. La primera cinta sonorizada por el laboratorio de los hermanos
Rodríguez Ruelas fue Santa, obra producida por Federico Gamboa.

Durante la era post-revolucionaria no fue posible que la industria avanzara, pero durante los años 30, una vez
que la paz y la estabilidad regresaron al país, diversos directores comenzaron a dirigir películas de valía.

Al transcurrir el tiempo, los directores cinematográficos se centraron primero en temas de tipo ijoijrural de donde
podemos encontrar como la mejor obra de este género el filme Allá en el Rancho Grande, estelarizada por Tito
Guízar y Esther Fernández.

La época de oro

Artículo principal: Época de Oro del Cine Mexicano

En la década de los cuarenta dos géneros se alternan para deleitar al público espectador: el cine cómico y el cine
de melodrama. En la primer categoría los primeros ensayos se dan con el cineasta Arcady Boyler quien pone en
escena a interactuar a dos talentos del gusto cómico: Cantinflas y Manuel Medel. El otro lado de la moneda se-
rían los melodramas urbanos utilizando como escenarios naturales los vecindarios y los barrios pobres de ciuda -
des prácticamente perdidas, enclavadas dentro de la gran metrópoli. Damos cuenta de ello con los filmes: Los ol-
vidados de Luis Buñuel; Nosotros los Pobres de Ismael Rodríguez Ruelas y Esquina Bajan de Alejandro Galin-
do.

El género rural sería principalmente destacado y nunca olvidado por el director coahuilense, Emilio "el Indio"
Fernández, prueba de ello lo destacamos con sus filmes documentados: "Bugambilia"; "La Perla" y "María Can -
delaria", entre decenas de películas realizadas.

Durante los años 40 las películas mexicanas tienen un gran auge en todo el mundo de habla hispana, gracias en
gran medida a que los Estados Unidos están involucrados en la Segunda Guerra Mundial. Así surgió la época de

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oro del cine mexicano, durante la cual artistas como Dolores del Río, Pedro Infante, María Félix, Jorge Negrete,
Cantinflas y muchos otros se hicieron famosos de la mano de directores como Emilio Fernández "el Indio", Luis
Buñuel y otros.

Cabe remarcar el hecho de Dolores del Río, actriz ya famosa y de las más importantes y prominentes en las Épo-
cas Silente y Sonora del Cine de Hollywood, quien repitió fama y aportó al Cine Mexicano la figura femenina
más importante de éste con películas escritas especialmente para ella como Flor silvestre, Bugambilia, Las aban -
donadas, María Candelaría, entre otras muchas que la convirtieron en el Rostro del Cine Mexicano, por sus lo-
gros aquí obtenidos y por su trayectoria como la primer actriz mexicana reconocida internacionalmente.

Para que el éxito fuera inusitado en la pantalla grande, en donde el Cine Colonial, en la ciudad de México, sería
el más importante centro de reunión de cinéfilos, los directores y productores debieron de hacerse de un séquito
de actores y actrices de renombre, esto constituía el principal elenco de las obras producidas, especialmente en
los años que corrió esta época de 1940 a 1958.

Entre los principales de este reparto actoral se encontraban entre muchos otros: Dolores del Río, Pedro Infante
Cruz, Luis Aguilar, los hermanos Fernando, Domingo, Julián y Andrés Soler, Carlos López Moctezuma, Joaquín
Pardavé, Sara García, Libertad Lamarque, Blanca Estela Pavón, Katy Jurado, José Elías Moreno, Julio Villarreal
y algunos directores que primero actuaron como aprendices de cine, como fue el caso de Emilio Fernández.

Competencia de Hollywood

A finales de los 50, una vez que Hollywood se vio desatado de sus compromisos como máquina propagandística,
la industria mexicana comenzó a vivir serias dificultades y, aunque se continuaron haciendo películas de interés,
su número y su calidad dirminuyeron considerablemente.

Durante los 60 la producción cinematográfica mexicana se redujo a dramas familiares con guiones de baja cali-
dad, y comedias ligeras que fueron más bien vehículos de lucimiento para cantantes de rock.

Cine político

En los años 70 la producción cinematográfica tocó fondo. La represión política se vio reflejada en una autocen-
sura por la mayor parte de los cineastas y productores. La producción se redujo a películas picarescas sin preten -
siones o a producciones estatales que, aunque dieron cierta libertad de expresión, nunca reflejaron las inquietu-
des y necesidades artísticas de los directores, libretistas y productores. En las contadas ocasiones en que alguna
producción independiente fue llevada a cabo, el gobierno no aceptó su proyección, además de que las censuró o
las redujo a una distribución limitada por medio de presiones a las salas cinematográficas.

Cine de ficheras

Durante los 80 las películas picarescas se volvieron monótonas y repetitivas, dando lugar al género conocido
como cine de "ficheras" y con ello a toda una estirpe de vedettes como Rossy Mendoza, Lyn May, Sasha Monte-
negro y actores expertos en el juego del doble lenguaje como Luis de Alba, Rafael Inclán, Alberto Rojas ("El
Caballo"), Alfonso Zayas, Pedro Weber ("Chatanooga"), César Bono, etc, y lo poco que tenían de atractivo (nor-
malmente situaciones divertidas o sexualmente eróticas, pero nunca explícitas) dejó de atraer al público. Las pe-
lículas de acción se volvieron populares, especialmente aquellas involucrando personajes cotidianos como chofe-
res de camiones (Lola la trailera), "tortilla westerns" trasplantados a la frontera con los Estados Unidos y en el
contexto del narcotráfico, siendo los hermanos Almada los principales exponentes del género.

Nueva era del cine mexicano

A finales de esa misma década y principios de la siguiente varios productores y directores hicieron películas con
temas más delicados, desde películas sexualmente explícitas, como La tarea, hasta películas que examinaron su-
cesos políticos recientes, como la masacre de estudiantes en Tlatelolco en 1968 (Rojo Amanecer), o la reedición
de películas que habían sido prohibidas en el pasado.

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El cine mexicano ha experimentado en los últimos años una revalorización acompañada de una mejor calidad en
los temas tratados, lo cual se manifiesta en películas recientes.

Apoyo al cine mexicano

Cabe también señalar el apoyo a la cinematografía mexicana por lo cual existen dos fideicomisos para apoyara la
industria fílmica en México estos fideicomisos están a cargo del "Instituto Mexicano de Cinematografía" (IMCI-
NE).

El Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (FOPROCINE); creado como respuesta del gobierno
federal a las demandas de los diferentes sectores de la industria a favor de la reactivación del cine mexicano.

Asimismo, el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (FIDECINE), contemplado en la Ley Federal de Cinema-
tografía de 1999, se creó fundamentalmente para financiar el cine industrial comercial.

Estos fideicomisos son para apoyar la cinematografía a nivel nacional, pero cabe señalar, que existen y se están
planteando, fideicomisos cinematográficos para algunos estados de la república además del Fondo Iberoameri-
cano de ayuda IBERMEDIA creado en noviembre de 1997 sobre la base de las decisiones adoptadas por la Cum-
bre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Margarita, Venezuela, relativa a la ejecución
de un programa de estímulo a la coproducción de películas para cine y televisión en Iberoamérica.

Directores Mexicanos  Bellas de noche


 Cabeza de Vaca
 María Novaro  El Bombero atómico
 Alfonso Arau  A volar joven
 Luis Buñuel  Los caifanes
 Alberto Cortés  Calabacitas tiernas
 Alejandro González Iñárritu  El callejón de los milagros
 Alfonso Cuarón  Calzonzin inspector
 Alan Coton  Canoa
 Carlos Carrera  El castillo de la pureza
 Miguel M. Delgado  Como agua para chocolate
 Emilio ("El Indio") Fernandez  El compadre Mendoza
 Jaime Humberto Hermosillo  ¿Cómo ves?
 Juan Carlos Carrasco  El crimen del padre Amaro
 Ismael Rodríguez  Cronos
 Fernando Sariñana  Cuando los hijos se van
 Guillermo del Toro  Cuando quiere un mexicano
 Gustavo Alatriste  Don Juan 67
 Antonio Serrano  Dos monjes
 Gerardo Pardo  Dos tipos de cuidado
 Él
Películas sobresalientes  Enamorada
 Escuela de vagabundos
Largometrajes  El gran Makakikus
 Hasta el viento tiene miedo
 El ángel exterminador  Los hijos de don Venancio
 Ángeles y querubines  Historia de un gran amor
 El apando  El hombre de papel
 ¡Ay Jalisco, no te rajes!  Lola
 Ahí esta el detalle  Lolo
 Amores perros  Macario
 El automóvil gris  La madrina del Diablo
 Aventurera  María Candelaria
 El bulto  El Mártir del calvario
 Baile mi rey  Me he de comer esa tuna
 Mecánica nacional

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 El milusos  Pedro Chaskel
 La mujer de Benjamín  Jorge Délano
 Nazarín  Aldo Francia
 Nosotros los pobres  Miguel Frank
 Los olvidados  Cristian Galaz
 El Proceso de Cristo  Sergio Gándara
 Pepe el Toro  Tatiana Gaviola
 La perla  Gonzalo Justiniano
 Las poquianchis  Patricio Kaulen
 El rey del barrio  Pablo Lavín
 Santo contra las mujeres vampiro  Miguel Littin
 La tarea  Germán Liñero
 La tercera palabra  Nicolás López
 Tizoc: Amor Indio  Jorge Olguín
 Temporada de patos  Carmen Luz Parot
 El Topo  Pablo Perelmann
 Vámonos con Pancho Villa  Boris Quercia
 El vampiro  Raúl Ruiz
 Un viaje a la luna  Pedro Sienna
 Viento negro  Andrés Wood
 Viridiana
Directores Venezolanos
Largometrajes de cine animado mexicano
 Carlos Azpúrua  Diego Rísquez
 Una Película de Huevos
 Margot Benace-  Luis Armando
 Katy la Oruga rraf Roche
 Magos y Gigantes  Román Chal-  Alejandro
 Imaginum baud Saderman
 Equinoccio, la pirámide mágica  Clemente de la  Elia Schneider
 La Leyenda de la Nahuala Cerda  Fina Torres
 Solveig  Fernando Ventu-
Cortometrajes mexicanos Hoogesteijn rini
 Luis Alberto  Mauricio Waler-
 El héroe Lamata stein
 De Jazmín en flor
 Hasta los huesos  José Ramón No-  Jesús Enrique
 La suerte de la fea... a la bonita no le im- voa Guédez
porta
 Cita en el paraiso
 Pasajera
 De tripas corazón
 Me voy a escapar
 De raíz

Directores chilenos

 Ignacio Aliaga
 Eduardo Bertran
 Matías Bize
 José Bohr
 Carlos Borcosque
 Sergio Bravo
 Juan Carlos Bustamante
 Silvio Caiozzi
 Sebastián Campos
 Sergio Castilla

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