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Notas de campo

Nombre: Jezreel Vega

I.D: 8-920-121

Una mañana salí con rumbo a las librerías de un Mall capitalino, con el propósito de mirar lo que
tenían sobre cocina culinaria y realizar una cotización de libros sobre esta materia, camino a la
primera librería me empezó a parecer interesante observar las prácticas de las personas que
transitaban por el Mall tipo 11:00 horas y este fue el resultado.

Me topé con aquel señor, sesentón, pelo largo canoso, grande, gordo, con abultada panza, con un
caminar erguido, con un ritmo que nada tendría que envidiar el caminar de los patos, portaba un
sombrero ancho, tipo ‘’Indiana Jones’’ y una taza-termo en su mano y unos papeles bajo el brazo,
miraba a los que se le cruzaban casi con desprecio y al parecer, eso, lo disfrutaba. Su
comportamiento comunicaba mucha seguridad en sí mismo, se podría decir que se sentía el mejor
del Mall y se lo pudiera decir en términos de la jerga futbolística, diría que él se creía “infinitamente
superior a los otros” o al menos su comportamiento así lo hacía ver.

Por otro lado, dos mujeres jóvenes con el mismo uniforme, con seguridad, de una de las casas
comerciales del lugar y ambas de caminar presuroso se cruzaron y saludaron con un afectuoso
abrazo, conversaron brevemente y una le dijo a la otra, nos vemos más tarde, voy al baño.

En otro lugar un tipo, mayor, de entre 65-70 años, con rasgos orientales, sentado en uno de los
sillones del Mall, sostenía en su mano una bolsa con cinta de regalo, miraba la hora, lo hizo en varias
ocasiones y miraba a su alrededor y volvía a mirar la hora y así repetidamente. Cambiaba de
posición y también de sillón, y luego de un breve momento volvió a mirar la hora, se paró y se retiró,
sin antes volver a mirar a su alrededor y volver a mirar la hora. Se fue, mirando para todos lados. Sin
duda este señor, lo dejaron esperando, su comportamiento denotaba preocupación y ansiedad, pero
es posible que haya pasado desapercibido para otras personas, pero en todo momento nos estaba
comunicando, a través de su comportamiento, su ansiedad.

Cerca de este señor ansioso, preocupado y frustrado, un joven caminaba aceleradamente hablando
muy fuerte por celular – mucho más grande que un iPhone, – lo ponía al frente de su cara y se
escuchaba en todo el pasillo lo que conversaba y se podría decir que generosamente compartió su
conversación “privada” con los que quisieran escuchar. Parecía un exhibicionista tecnológico, daba la
impresión de querer mostrar su adquisición a los demás.

Es interesante, percatarse de los diferentes comportamientos que asumen las personas que visitan
estos lugares, desde aquel que puede denotar prepotencia, superioridad, otro exhibicionismo
tecnológico, hasta aquellos que tienen la oportunidad de expresar su afecto y confianza cuando
interactúan con otro “un afectuoso abrazo” “voy al baño” Y también, para otros puede ser un lugar de
encuentro o desencuentro.

Sin lugar a dudas que el espacio juega un papel importante en el comportamiento de las personas,
ya sea para retroalimentar o para manifestar una retroalimentación inversa, es decir, colaborar para
que éste refuerce su diseño y sus propósitos o para demostrar resistencia o “rebeldía” frente a la
invitación que se hace en términos del espacio que invita a ciertos comportamientos y aquí una
pregunta ¿El espacio de los Mall que comportamientos genera en las personas? ¿Se podría construir
una tipología de las personas?

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