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Ensayo Final Ética
Ensayo Final Ética
Ética
27 mayo 2022
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Es de esta manera que creamos una construcción de pensamientos y sucesos en nuestra vida
para mitigar el eco de estas preguntas. Buscamos desaparecer la realidad con simulaciones
sobre el mundo, creando de las cosas una ilusión como afirma Baudrillard (Cf. Baudrillard,
J. 1994, 17) Como vemos, cada simulación que creamos no es una decisión al azar, lo
hacemos a plena consciencia para llenar esos vacíos que nos atormentan. Es así como
realizamos simulaciones del mundo para la construcción de la historia, un factor importante
en la ideología posmodernista. Estos pensamientos sobre la historia y la vida nos permiten
entender una línea del tiempo, donde siempre que miramos atrás vemos preocupaciones
sobre el futuro, estando en el presente peleamos por acomodarnos a lo que pasa, pero
seguimos manteniendo esa preocupación sobre lo que vendrá. ¿Por qué?, porque el futuro
es clave en el movimiento modernista. De la historia entonces nace la cultura, creando
tradiciones para que todo el mundo las imite bajo el sentido de patriotismo, una identidad
colectiva impuesta. Zygmunt Bauman, filósofo, dice “La acción conjunta no se deriva de
intereses compartidos, más bien los crea. O, mejor dicho, unirse a la acción es todo lo que
puede compartirse. (Bauman, Z. 1993, 270). Entonces confirmamos que no hay opción, es
una imposición. Además, ¿cómo identificarse colectivamente si nosotros mismos, de
manera individual, no nos identificamos?
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y personas que son. Y así se repite la historia, porque aun sabiéndolo continuamos
eligiendo pelmazos. ¿Por qué? Porque es más fácil seguir teniendo esperanza y creer en que
hay algo perfecto, que resignarse a lo contrario, aunque todos sabemos que lo perfecto no
existe. Baudrillard en su texto El crimen perfecto, nos habla de estas apariencias y que allí
entra también la razón y es por eso por lo que no existe un crimen perfecto. Ella se encarga
de adormecer la exclusividad moral del sujeto; la racionalidad se concentra en tomar
decisiones correctas pero la moralidad no necesita de eso, porque hay una responsabilidad
que la precede, que no necesita de razones para hacer el bien, es un deber. Conocemos la
consciencia, la llama como una extremidad fantasma del mundo que busca transformar esa
fantasía justificada. Pero que transformarlo no puede ser posible, porque eso es una ilusión.
El mundo es un simulacro, y los humanos somos parte de él, nunca un personaje será mas
grande que ese simulacro; por lo tanto, el humano no puede ser superior a ese
simulacro/mundo en el que vive. Esa es la ilusión. (Cf. Braudillard, J. 1994, 13) Es por eso
por lo que siempre hay una lucha con la verdad, y como lo mencionamos al principio de
este ensayo, estos tiempos lo que han hecho es dilatar esa búsqueda. La modernidad y
posmodernidad han traído muchos cambios, con ellos avances tecnológicos, inteligencia
artificial, virtualidad, etc. Que siguen contribuyendo a esta ilusión y no permiten que se
presente la verdad consoladora.
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en un espacio físico parecemos estar cercanos, pero en el espíritu somos personas lejanas,
que no se comprometen y no se responsabilizan moralmente. Algunas personas lo hacen sin
más, sin querer ocultarlo, ya que otro aspecto es que bajo la desnudez de la verdad muchas
personas justifican el descaro. Otros simplemente hacen lo que otros hacen y así esparcen el
pensamiento que entonces es por eso por lo que todos pueden hacerlo. Es así como
Bauman dice “Al final del ambicioso proyecto moderno de la certidumbre moral universal,
de legislar la moralidad de y para los yos humanos, de sustituir los erráticos y poco fiables
impulsos humanos por un código ética socialmente avalado, el yo sorprendido y
desorientado se encuentra solo frente a los dilemas morales, sin elecciones adecuadas-y
mucho menos obvias-, frente a conflictos morales sin solución y la penosísima dificultad de
ser moral” (Bauman, Z. 1993, 283). Sin embargo, él también nos regala una esperanza y es
que tal vez esa consciencia moral no haya desaparecido del todo, sino que a causa de lo que
vivimos, de lo que imitamos y pensamos, simplemente esté apagada y sólo necesitemos de
activarla. Es necesario que lo sepamos, es imperativo que cada persona se vaya haciendo
consciente de su parte moral y empiece a actuar con ella.
En conclusión, la sociedad siempre está cambiando y con ella un sinfín de cosas. El dilema
de lo actual no es sólo una cosa, son muchos aspectos y comportamiento que estamos
poniendo a duda. Es necesario que las personas no sólo vivan y acepten las ideologías que
van apareciendo, sino que las cuestionen; necesitamos de una reflexión. Para responder a
esos dilemas que tratamos en este texto, vemos que hay que iniciar con el sentido. Se trata
de introspección y tiempo con el yo, de hacer conscientes las acciones y posiciones que
tomamos en el día a día y así poder conocer qué realmente somos nosotros y cuáles son las
apariencias que hemos adoptado. Para traer la responsabilidad moral y el compromiso con
los demás debemos dejar a un lado las ilusiones y atraer la verdad. Saber que no es posible
solamente exigir derechos excluyéndolos del deber y que no simplemente vamos a un lugar
o hablamos con una persona sin provocar un efecto. Ahí es donde debemos invocar el
conjunto del ser con la moralidad, uno no está despegado del otro, aunque muchas personas
lo hayan querido mostrar así. Empezar por la consciencia individual es contagiar al mundo
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de ella. No continuar imitando lo que todo el mundo hace, que sea común no quiere decir
que sea normal. Cuestionar, reflexionar y actuar. Ese es el orden, no lo contrario.
Finalmente, siempre van a haber dilemas, es así por naturaleza; pero está en cada uno
encontrar el mejor camino o estilo para pasar por este contrato, el mundo; y dependiendo de
esto, ayudar a los demás personajes por su paso en el planeta.
Bibliografía
Bauman, Z. (2016). Ética posmoderna. Siglo XXI. Panorama general: el comienzo está al
principio.
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