Existen varios tipos de metamorfismo: el de enterramiento se produce debido al aumento de temperatura y presión a gran profundidad; el térmico ocurre cuando magma caliente metamorfiza rocas cercanas formando una aureola; y el dinámico es dominado por la presión de placas tectónicas generando brechas de falla.
Existen varios tipos de metamorfismo: el de enterramiento se produce debido al aumento de temperatura y presión a gran profundidad; el térmico ocurre cuando magma caliente metamorfiza rocas cercanas formando una aureola; y el dinámico es dominado por la presión de placas tectónicas generando brechas de falla.
Existen varios tipos de metamorfismo: el de enterramiento se produce debido al aumento de temperatura y presión a gran profundidad; el térmico ocurre cuando magma caliente metamorfiza rocas cercanas formando una aureola; y el dinámico es dominado por la presión de placas tectónicas generando brechas de falla.
Metamorfismo de enterramiento: Se produce debido al aumento de temperatura y presión
que sufren los sedimentos a 10-12 Km de profundidad en la corteza terrestre. La temperatura aumenta según el gradiente geotérmico de 20-30ºC /Km y la presión a 0,35 Kbar /Km. Esto implica que en las cuencas en las que el espesor de sedimentos es elevado se pueden superar los 300 °C en profundidad. Las rocas que sufren este metamorfismo suelen carecer de foliación, la transformación mineralógica es incompleta y preservan gran parte de sus rasgos originales.
Metamorfismo térmico o de contacto: Ocurre cuando la transformación de las rocas se debe
principalmente a las altas temperaturas a las que se ven sometidas. Esto se da cuando un magma intruye un cuerpo rocoso, y las altas temperaturas metamorfizan las rocas encajantes, formando una aureola de contacto. Esta aureola se dispone alrededor del cuerpo intrusivo, siendo el metamorfismo de mayor grado cuanto más cerca nos encontramos del plutón. Las rocas que forman la aureola se denominan corneanas o cornubianitas.
Metamorfismo dinámico: El factor dominante en el metamorfismo dinámico es la presión,
provocada por el movimiento entre bloques o placas que genera la acción de las fallas. Las rocas que se generan en este proceso se llaman brechas de falla (cataclastitas), y se caracterizan por la presencia de cantos englobados por una matriz, generados por trituración (cataclasis). Si la cataclasis es muy intensa, la deformación es dúctil en vez de frágil, se forma una milonita (a profundidades de más de 10 km) que son rocas de grano fino, por haber sufrido una disminución del tamaño de grano por recristalización.
Metamorfismo regional: Se produce por el efecto simultáneo de un aumento de la presión y de
la temperatura durante largos períodos de tiempo en grandes áreas de la corteza terrestre con gran actividad tectónica, como los límites de las placas litosféricas. Esto provoca que muchas rocas sometidas a este tipo de metamorfismo presenten foliación (es decir, que sus minerales constituyentes se orientan según la dirección de las presiones dirigidas que sufre).
Según el grado de foliación, se distinguen tres tipos de rocas que de menor a mayor grado de metamorfismo son: Pizarras, esquistos y gneises.
Metamorfismo hidrotermal y metasomatismo: Se produce cuando hay una interacción entre
las rocas y agua caliente químicamente activa. Es un metamorfismo asociado a la presencia de fluidos calientes que contienen gran cantidad de iones disueltos. Si debido a la interacción de la roca con los fluidos hay sustracción o adición de compuestos químicos, se denomina metasomatismo. Se producen cambios en la composición química de las rocas. Se puede producir un Skarn, que puede contener valiosos minerales explotables.
Metamorfismo de choque o de impacto: Ocurre por el efecto de ondas de choque producidas
por impactos de meteoritos (sobre todo), explosiones nucleares o ensayos de laboratorio. Estos impactos dejan cráteres en la superficie. Producen las llamadas brechas de impacto.