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¿Qué principios y valores aporta el evangelio a la construcción de una nueva sociedad?

El evangelio propone una nueva sociedad basada en el amor, la misericordia y el


perdón.

Para construir una nueva sociedad con base a los principios y valores de Dios, es
necesario creer en el evangelio y convertirse. Postulaba el amor a Dios y al prójimo;
el perdón y la misericordia; solidaridad, la igualdad y la dignidad humana; y la humildad.
Estos valores deben verse expresado en acciones o en lo que se conoce como Obras de
Misericordia, que buscan los buenos ejercicios de las personas como enseñar al que no
sabe, dar buen consejo al que lo necesita, corregir al que se equivoca, consolar al triste,
tener paciencia con los defectos del prójimo, etc. Asimismo, la nueva sociedad necesitará
de seres humildes y sencillos, que no busquen el reconocimiento ni los puestos
importantes, pero sí que trabajen por la justicia, por dar a cada quien lo que se merece y
por "dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, hospedar al forastero, visitar
al enfermo y al encarcelado, vestir al desnudo". Los principios están para generar
una sociedad ordenada, eficiente y buena.

Lucas 19: 1 10

«Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si he defraudado a alguno,
le restituyo cuatro veces más». Jesús le dijo: «Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues
también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a
salvar lo que estaba perdido».

La relación entre ser honesto o caritativo con los pobres y el sacrificio de Jesús, es que el
segundo no tiene precio. Mientras que el hombre que dio a los pobres estipula una
tarifa.

San Mateo 18 21-35

El vio que si Dios nunca deja de perdonarlo, él debe tratar de perdonar siempre a los
demás. Sólo aquellos que perdonan pertenecen al reino de Dios. Si debemos prepararnos
para perdonar setenta y siete veces, también debemos prepararnos para pedir perdón – y
creer que se nos perdona – setenta y siete veces.

Mateo 13 31 33

Esta parábola simboliza el poder del cristianismo en el mundo, y su trabajo seguirá


adelante hasta que toda la masa esté leuda; esto es hasta que el evangelio sea predicado
en todo el mundo. La levadura trabaja interior e invisiblemente así también es el reino de
los cielos.
Mateo 25 31 46
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, con todos sus ángeles, se sentará en su
trono glorioso. Todas las naciones se reunirán delante de él, y él separará a unos de
otros, como separa el pastor las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha, y las
cabras a su izquierda.
Lucas 10 25 37
Se acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se las vendó; después lo montó sobre el
animal que él traía, lo condujo a una posada y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente sacó
dos monedas y se las dio al posadero diciéndole: "Cuídalo, y si gastas más, yo te lo pagaré
a mi vuelta".

Mateo 18, 21-35

La Palabra de Dios

En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: "Señor, si mi hermano me ofende,


¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?" Jesús le contesta: "No te digo
hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Y a propósito de esto, el reino de los
cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a
ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar,
el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y
que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: "Ten paciencia
conmigo, y te lo pagaré todo." El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar,
perdonándole la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus
compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo:
"Págame lo que me debes." El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo:
"Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré." Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta
que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y
fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: "Siervo
malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también
tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?" Y el señor, indignado,
lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con vosotros mi
Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano."

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