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GUERRA COMERCIAL CHINA VS EE.

UU

Introducción

Una guerra comercial comienza cuando dos países deciden imponer cuotas a
cualquier importación de un producto o a un conjunto de productos con la finalidad
de impulsar la industria nacional. Sin embargo, se convierte en una guerra
comercial cuando comienzan a existir represalias y las barreras arancelarias se
enfocan en respuestas entre los países para causar el mismo daño o uno mayor
en el impacto de su economía. Estas barreras con el paso del tiempo suelen ser
poco productivas, ya que, causan un déficit en la balanza comercial de dichos
países (Sánchez, s. f).

El déficit comercial es la diferencia entre la cantidad de productos que Estados


Unidos importa de otros países y la cantidad de productos que exporta a otros
países. Reducir esa brecha es una parte clave de las políticas comerciales del
presidente Trump.

CAUSAS

Ha sido una guerra entre las dos economías más fuertes del mundo, la cual inicio
en la administración de Trump, con la finalidad de impulsar empresas nacionales y
hacer que estas mismas regresen a territorio nacional, ya que, la mayoría de ellas
están establecidas en países con mano de obra barata como China.***ventajas de
las trasnacionales para los países en vías de desarrollo***

La administración de Trump también ha acusado a China de prácticas desleales


en el tema del comercio relacionadas con la venta de productos debajo del costo
de producción –dumping-, con la transferencia de tecnología y propiedad
intelectual.

Debido a las situaciones mencionadas anteriormente, la política exterior durante la


administración de Trump se ha enfocado en el proteccionismo, principalmente en
las relaciones bilaterales con China. Unos de los principales argumentos de
Trump para el proteccionismo ha sido el arancel para compensar el dumping
extranjero, ya que, significa una amenaza para los productores nacionales debido
al bajo precio de importación y un arancel puede disminuir la amenaza de dichos
precios tan bajos. Otros de los argumentos más predominantes en los discursos
de Donald Trump ha sido aumentar el proteccionismo para la misma defensa
nacional (Appleyard; Field, 2014).

El proteccionismo también ha sido utilizado como justificación de que los tratados


comerciales firmados por Estados Unidos han sido mal negociados, por lo tanto
son los causantes del déficit de comercio exterior. La política proteccionista se
traduce en la flexibilidad de la política fiscal y la desregulación financiera, con el
objetivo de generar mayores opciones de rentabilidad y de financiamiento, para
impulsar la inversión que requiere el crecimiento y la mayor generación de empleo
en el sector manufacturero. Con este tipo de políticas se pretende reducir el déficit
en comercio exterior, el cual en 2015 fue de 500 mil millones de dólares
(González, 2017).

La implementación de las políticas proteccionistas estadounidenses, las cuales,


dieron pasó a la actual guerra comercial China vs EE. UU, comenzaron en el 2017
cuando el presidente Donald Trump firma la retirada de Estados Unidos del
Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) e impone a aranceles a una gran
parte de productos provenientes de Asia; posteriormente se aplican aranceles de
un 10% y 25% para el aluminio y el acero, que afecta especialmente a China y a la
Unión Europea (El Universal, 2019).

Situación a la que únicamente China respondió imponiendo aranceles, de un 25%


a la mayoría de los productos estadounidenses. Ambos países convocaron a una
ronda de negociones con el fin de frenar una posible guerra comercial, lo cual no
fue posible evitar, tal que, entre marzo y setiembre del 2018 se han puesto
aranceles a un total de 13,057 productos. De estos, 6,844 van por parte de EE.
UU y 6,213 de China. El valor estimado para las sanciones es de 250 mmd. y 113
mmd. respectivamente (Ugarteche; Ocampo, 2018).

***agregar sobre el proteccionismo***


¿Ha afectado la guerra comercial a otros mercados?

La guerra comercial China vs. Estados Unidos ha sido catalogado como una de
las más grandes y duraderas en los últimos años. Actualmente al ser las
economías más fuertes, sus acciones han afectado a otros mercados como los de
América Latina o mercados asiáticos.

Wall Street registro su peor caída de los últimos meses. El índice Hang Seng de la
Bolsa de Hong Kong retrocedía un 2,2%, mientras que, en la China continental,
Shanghái perdía el 1,06%, o 30,88 puntos, en la apertura. La Bolsa de Shenzhen,
más centrada en los valores tecnológicos, caía un 1,15%, 104,39 puntos (Vidal Ily,
2019).

Otro de los mercados afectados han sido los de América Latina, ya que, no se
tenía estimado una guerra comercial tan duradera que afectara a la región, al
contrario, se pronosticaba beneficios para la región al exportar productos a ambos
países. Sin embargo, en los últimos meses se han registrado déficits en las bolsas
de los países de la región. "Por causa de la guerra comercial no hubo grandes
ganancias exportando hacia China o a EE.UU.", dice Welber Barral, exsecretario
brasileño de Comercio Exterior (BBC Mundo, 2019).

América Latina ha sido el principal exportador de materias primas, principalmente


para Estados Unidos, por lo tanto, las consecuencias para la región se han
reflejado en la disminución de los precios de materias primas y el aumento del
valor del dólar ante las demás monedas.

Sin embargo, en el caso mexicano no todas han sido malas consecuencias, sino
que al mismo tiempo se ha beneficiado al incrementar su presencia en territorio
estadounidense, ya que, han disminuido las importaciones provenientes de China.

También con las renegociaciones del tratado de libre comercio, actualmente T-


MEC, se eliminaron algunas barreras arancelarias como las del acero y aluminio,
dando paso al establecimiento de empresas multinacionales en territorio
mexicano.

Consecuencias en el campo tecnológico


La guerra arancelaria en el último año ha tomado batalla en el campo tecnológico,
al enfrentarse las empresas más grandes en tecnología de ambos países Google
vs Huawei.

“Washington acusa a la empresa de robar tecnología, de incumplir el régimen de


sanciones con Irán y, muy especialmente, de mantener unos lazos con el
Gobierno chino que la convierten en un peligro para su seguridad nacional” (Vidal
Ily, 2019).

Una de las principales situaciones que reclama Washington a Pekín, es garantizar


la propiedad intelectual de sus tecnologías.

Situación en la que aplicaría la hipótesis del rezago de imitación de Vivian Posner,


la cual, establece que no la misma tecnología está disponible en todos los países,
existiendo una demora de tiempo en que un producto aparezca en otro país;
hecho principal del que Trump ha estado culpando a China (Appleyard; Field,
2014).

EE. UU tomó represarías en contra de Huawei, la empresa más grande en


tecnología en China, la cual, es parte de la agenda 2025 de Xi Jinping, cuyo
objetivo principal es posicionar a China como el principal exportador de
manufacturas y servicios exportables de alto valor, por medio del uso de la
inteligencia artificial y la automatización, para posicionarse como la hegemonía
dentro de la tecnología.

Por ello, Estados Unidos lo ha considerado como una amenaza tanto para su
producción como para su seguridad nacional, ya que ha acusado a Huawei de
espionaje, acciones que la empresa ha negado; asegurando que EE. UU no puede
hacer asegurar dichas acusaciones sin tener ninguna prueba de ello. Como
consecuencia Estados Unidos ha limitado a la empresa China, en la importación
de productos y servicios estadounidenses; provocando que Google y Huawei
rompieran relaciones; dejando Google de proporcionar el sistema operativo a
todos los dispositivos de la empresa China por determinado tiempo.
“Si Huawei realmente cae y no hay posibilidad de que China evite un nuevo
aumento de aranceles, entonces se verán en la necesidad de tomar represalias
contra intereses estadounidenses”, considera el experto Michael Hirson, director
para China de la consultora Euroasi Group (BBC Mundo, 2019).

Guerra comercial en tiempos de covid-19

Conclusión

Las diferencias entre China y EE. UU no solamente se reducen a una guerra


comercial, sino, también a una lucha de poder, entre las economías más fuertes.
Algunos autores la comparan con la guerra fría entre EE. UU y la URSS, sin
embargo, actualmente está enfocada a posicionarse como líderes en el ámbito
comercial, con énfasis en lo tecnológico.

Dicha guerra comercial ha sido catalogada como una de las más intensas y
duraderas. En los últimos meses ambos jefes de estado se han estado reuniendo
para las respectivas negociaciones, y resolver sus diferencias; sin embargo no han
llegado a una solución, especialmente en los temas más importante que
conciernen a ambos como lo es la seguridad nacional. Si la guerra se prolonga por
tiempo indefinido, ambos países van a exponerse a riesgos políticos, en el caso de
EE. UU se debilitaría el crecimiento económico, devaluación de las cuentas de
ahorro para el retiro por la corrección de mercados, la noción de bienestar, cabe
mencionar que Jerome Powell, director de la Reserva Federal el año pasado
advirtió en una conferencia de banqueros las posibles consecuencias que
enfrentaría el país en caso de no parar la guerra, o disminuir las tensiones entre
ambos Estados. Con ello las promesas de una nueva era de prosperidad, se
desvanecerán, las cuales, han sido temas elementales en el discurso de Trump,
“America First” (Collinson, 2019).

Sin embargo, a pesar de las diferencias comerciales, de las medidas


proteccionistas de Trump, y de todos los acuerdos comerciales que tiene y ha
tenido en vigor Estados Unidos con otros Estados, aun así, la República Popular
de China ha sido el principal socio comercial de Estados Unidos,
aproximadamente desde 1992; tanto en exportaciones como en importaciones.

Actualmente las acciones que han tomada dichas economías solamente están
basadas en el dicho “ojo por ojo, diente por diente”. Lo más recomendable sería
que ambas economías llegaran a un acuerdo lo más pronto posible, ya que, entre
más dure la guerra posiblemente los daños a ambas economías serán mayores; y
en el contexto actual de pandemia y crisis tanto sanitaria como económica que
está atravesando los países alrededor del mundo, añadir las efectos negativos de
la guerra comercial sería catastrófico para la economía estadounidense, así como
para la economía china.

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