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UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS

FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN


LICENCIATURA EN CIENCIAS SOCIALES
PROBLEMAS DIDÁCTICOS
DOCENTE: DIEGO ARIAS
ESTUDIANTE: NICOLÁS RODRÍGUEZ – 20201255016

ACTIVIDAD: 10 IDEAS COMENTADAS


TEXTO: EL TEXTO ESCOLAR COMO ARMA POLÍTICA.
VENEZUELA Y SU GENTE:
CIENCIAS SOCIALES 6to. GRADO

1. Sin embargo, cualquiera sea el caso, el texto escolar está dotado de autoridad, sus
contenidos se asumen como presumiblemente ciertos (Escolano Benito, 2001) y se
imponen como la verdad a ser enseñada en la escuela. De allí la importancia de su
lectura crítica.
Si bien se propone la lectura critica de los libros de texto escolares como un mecanismo de
“limitar” la función reproductora de estos en la escuela, en la práctica vemos como existen
muchos docentes que, probablemente motivados por una profesión a la que le entregan de
más y reciben poco, se han convertido en parte de esos sistemas reproductores, pues
enfrascan su labor en repartir unas cuantas guías extraídas de estos libros y dejar que los
estudiantes las resuelvan; es por eso que cabe cuestionarnos si de verdad los libros de texto
son los culpables de seguir perpetuando una serie de posiciones ideológicas dictadas
completamente por las clases dominantes, o son los maestros los que limitan su propia
acción.

2. En fin, los textos escolares describen un tipo de realidad social, un tipo de


organización, unos valores, unas maneras de expresar las emociones, unas normas,
unos modelos de vida bien de los sectores dominantes, bien de los sectores no
poderosos.
El autor nos plantea que los libros de texto son usados para llevar a la escuela una serie de
determinadas formas de ver el mundo que responden a los intereses de ciertos grupos
sociales, sin embargo, deberíamos preguntarnos sobre la efectividad que tiene este proyecto
en un mundo tan globalizado como el actual, y si queremos podemos llevar la pregunta más
allá: ¿qué tanto interviene la escuela en la formación ideológica de los sujetos? En un
contexto como el que vivimos hoy, en el que la información y las formas para acceder a
ellas parecen casi infinitas, podríamos decir a priori que la escuela va perdiendo cada vez
más el poder de formar ideológicamente a un estudiante, esto no significa que la escuela
haya perdido su valor, sino que funciones parecen haber variado con el tiempo, y por tanto,
podemos cuestionar que tanto funcionan este tipo de instrumentos en la formación de
visiones del mundo.
3. La Historia de Venezuela se presentaba a partir de situaciones puntuales y no
como proceso. Se exalta la figura de héroes militares por encima de protagonistas
civiles que cumplieron un importante papel en el proceso de instauración de la
república en Venezuela.
Si bien el texto nos pone en el contexto venezolano, esta afirmación podríamos fácilmente
extrapolarla a casi toda la historia enseñada en América Latina, pues para nadie es un
secreto que lo que se enseña en las escuela referente a la historia no es más que la continua
exaltación de los “héroes” militares de cada país, sumado a esto, esta visión de héroes
también parte de una visión completamente sesgada de los actores que llevaron a la
consolidación de una república, pues se dejan de lado las otras historias que hacen parte de
este tipo de procesos, o se omiten hechos que no benefician el proyecto de patria que se
quiere llevar a cabo. Por tanto, es necesario que empecemos a cuestionar más lo que
significa la historia en la escuela, reevaluando así su función y metodología, pues si lo que
buscamos es formar sujetos críticos de la sociedad actual, debemos partir por cuestionar el
pasado enseñado que en ocasiones parece tan idílico.
4. Hay una tendencia militarista y no civilista en la propuesta. Para el 4to. y 5to. años
de bachillerato se privilegian los temas ligados a la seguridad externa e interna y a
la formación premilitar. En el área de Ciencias Sociales y Ciudadanía en vez de
formar a los estudiantes en los mecanismos alternativos para la resolución de
conflictos, se forman en “la parada militar, orden cerrado, movimiento pie firme
movimiento sobre la marcha. En este componente el 80% de los contenidos son de
orden militar.
Nuevamente podríamos traer esta situación a nuestro contexto nacional, pues es evidente
como podemos ver diversas tradiciones de tipo militar que están presentes a día de hoy en
la cultura escolar colombiana. Actos como “izar bandera” “organizarse por bloques o
cuadrillas en las formaciones” o (algo un poco más debatible) el propio uso de un uniforme,
son dinámicas militares que han penetrado en la escuela y que actualmente representan una
parte importante de lo que somos como escuela. Este tipo de actos tienen como función
establecer un control sobre los cuerpos de los estudiantes, control que posteriormente se
verá representado en los contenidos, pues en ultimas lo que se busca con todo esto es
formar sujetos pasivos y que sepan acatar ordenes y así evitar cuestionamientos a los
modelos sociales.
5. No solo se ha valido de los medios de comunicación masiva a través de los cuales
adoctrina permanentemente, desvirtuando los hechos históricos con el fin de darles
una interpretación acomodaticia que sirva para justificar el proyecto político del
socialismo del siglo XXI. También ha intentado utilizar la escuela.
En nuestro contexto podemos ver algo parecido, si bien hay que mantener distancias frente
al caso venezolano tomando en cuenta las enormes diferencias que hay en cuanto a
proyectos políticos, posturas ideológicas, etc. Vemos como todos los gobiernos sin importar
su orientación política hacen uso de todos los mecanismos que estén a su alcance para
ratificar la validez de sus acciones, sin embargo, quisiera plantear la pregunta nuevamente
¿la escuela actualmente representa un escenario para imponer una postura ideológica? El
texto hace una mención importante al uso que se le da a los medios de comunicación, y es
que en nuestro contexto vemos como la escuela pierde gradualmente su valor formativo
frente los medios masivos y pasa a ser un espacio en el que no se va a aprender sobre una
postura sino a discutir las diferentes posiciones que adoptan los estudiantes gracias a su
exposición continua a la información.
6. Ahora bien, habría que preguntarse, cuál es el lugar idóneo para forma ese
Hombre Nuevo del Socialismo
Esta afirmación nos lleva una vez más a evidenciar la escuela como espacio de disputas,
cómo a esta se le han delegado todas aquellas tareas que en la sociedad parecen
problemáticas, sin embargo, ante esta pregunta cabria agregar ¿es la escuela el espacio que
debería formar este nuevo proyecto de individuo?, como respuesta a esto, desde mi
perspectiva diría que no, pues por un lado (y partiendo de una romanización de la labor
formativa) la escuela debe construirse como un espacio de “neutralidad”, en el que todas las
ideas y posturas son puestas sobre la mesa y discutidas, en función de dotar a cada uno de
los estudiantes de una perspectiva que apunte a su propia constitución como sujeto, sin
embargo, la escuela al ser establecida históricamente como parte del sistema social, está a
merced de lo que los poderes dominantes requieran.
7. Así, la escuela fragua permanentemente en los estudiantes determinados modos de
racionalidad y pensamiento, y allí juegan un importante papel los textos escolares,
ya que a través de sus significados se transmiten, además de un conjunto de
informaciones sobre los saberes producidos por la ciencia, concepciones
ideológicas, morales, religiosas, políticas, éticas, psicológicas, antropológicas,
filosóficas
A este respecto, surge un cuestionamiento sobre los modos de racionalidad y pensamiento
formados por la escuela de los que habla el texto, pues en una labor escolar ideal, los
estudiantes adoptarían una postura, la interiorizarían y actuarían en función de ella, sin
embargo, en la practica vemos como muchos estudiantes salen “igual” de la escuela, con
esto me refiero a que pese a la labor de los maestros de intentar formar en ellos una serie de
posturas bien sean criticas o por el contrario que actúen como formas de reproducción del
orden social establecido, hay muchos alumnos que cada día se ven más desinteresados en la
escuela, y prefieren adquirir conocimiento de otras formas, lo que los lleva a ver otros
escenarios sociales como los que verdaderamente logran fomentar sus modos de
pensamiento, relegando a la escuela a un plano más orientado a las relaciones sociales
8. Este proceso, según Bernete (1994), se conoce como enculturación, el cual se
define “...como un mecanismo institucionalizado de transmisión de información
que tiene la finalidad de asegurar la integración de los individuos en un grupo”
Considero que estos conceptos, si bien reconocen la orientación final que tienen los libros
de texto en la escuela, también desconocen la capacidad de agencia que tienen los sujetos
que hacen parte de esta, pues nos muestran a los estudiantes como unos seres
completamente vacíos que son “llenados” a través de los libros. Si bien debemos ser
conscientes de que los estudiantes van a la escuela a ser formados y que llegan a esta
desconociendo muchísimas cosas del mundo tanto social como físico, también hay que ser
conscientes que la escuela no es el único ni el primer espacio donde los sujetos van a
adquirir conocimiento, es por eso que muchas veces podemos encontrar estudiantes que
verdaderamente cuestionen y se opongan a lo que los libros de texto y los maestros dicen,
por tanto, no veo correcto afirmar tajantemente que los libros mantienen la cohesión en los
grupos, pues si bien esto se puede ver en algunos casos, en otros no actuarán de la misma
manera.
9. Apple (1993), por su parte, señala que no es “la sociedad” quien ha creado ese
“artefacto curricular” (p. 113), sino grupos específicos de personas con sus sesgos
y determinados puntos de vista.
Esta situación no es más que una evidencia más de cómo la escuela pierde cada vez más su
autonomía y se ve doblegada ante las fuerzas dominantes de la sociedad, pues, aunque es
lógico pensar en esto sabiendo que la escuela es una institución y que por ende es regida
por determinados estamentos de los gobiernos, esto se hace más notorio y relevante con el
tiempo, pues cada vez se busca más irrumpir en las dinámicas escolares y de formación de
individuos para rodearlas de un carácter ideológico. Aunque esto era posible verlo más
claramente en el pasado cuando las dictaduras estaban mucho más presentes en los
contextos latinoamericanos, hoy en día podemos ver que esta arremetida contra la escuela
es más agresiva, pues, aunque en la mayoría de casos no se busca “adoctrinar” con base en
una ideología política tan marcada, sí es algo que se da en torno a los modelos neoliberales
y de consumo, pues la escuela se ve como una empresa más que como una institución
educativa
10. Por el contrario, esta función de imposición cultural se ve muchas veces
condicionada por conflictos, a menudos intensos, que conducen a la negociación,
con la finalidad de intentar reconstruir el control hegemónico, incorporando de
forma real el conocimiento y la perspectiva de los menos poderosos bajo el
paraguas del discurso de los grupos dominantes
Desde mi perspectiva, creo que si bien los contenidos de los libros de texto surgen de una
“disputa” entre grupos sociales frente a lo que se debe enseñar en la escuela, no podemos
afirmar que se le da una verdadera cabida a las perspectivas más populares o aquellos
enfoques que parten desde los individuos; pues aunque pueden verse en los contenidos de la
enseñanza temas orientados a la memoria, las tradiciones o los conocimientos populares, la
propia escuela se encarga de enmarcar estos bajo diferentes estigmas que en ultimas crean
un imaginario de desaprobación de este tipo de conocimiento “no legítimo” en los
estudiantes, ya que ven esto como simple folklore y no lo apropian de la misma forma en
que logran interiorizar el conocimiento que está establecido como formal.

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