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PARA HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA

Psicología.
Ciencia que estudia la actividad psíquica y el comportamiento de los organismos.
Etimológicamente "ciencia del alma" ("psyché" = alma, y "logos" = explicación, ciencia). Se
atribuye al Philipp Melanchton, en el siglo XVI, el primer uso de este título, posteriormente
difundido con éxito por el filósofo germanopolaco Christian Wolff (1679-1754) con su
distinción entre una "psicología racional" puramente deductiva y racional y una "psicología
empírica" basada en la experiencia y la observación. Sinembargo, las primeras explicaciones del
psiquismo y la conducta humana las encontramos en la filosofía griega, siendo esta disciplina la
que se ha ocupado secularmente  de la mente humana hasta la aparición de la psicología
científica con Wundt, a finales del siglo XIX, y su progresiva emancipación de la filosofía.
El enfoque caracterísico de la filosofía es eminentemente reflexivo y descriptivo, sin un apoyo
experimental ni matemático, a diferencia del enfoque científico que utilizará el método
hipotético-deductivo e incluso la investigación experimental; en las teorías más ambiciosas
desde el punto de vista de la pretensión científica, encontramos también el afán por expresar
matemáticamente las leyes que gobiernan la mente y la conducta.
En la filosofía griega y medieval se entenderá que el objeto de la psicología es el alma, y a partir
de la edad moderna la mente y la conciencia. Por su parte, la psicología científica, renuncia,
naturalmente, a la investigación del alma, conformándose con la comprensión de la mente, la
conducta o los procesos biológicos que subyacen a ambos, tratando de descubrir su estructura,
mecanismos y actividad, y la aplicación de dichos conocimientos a los distintos ámbitos en los
que el ser humano se desenvuelve, principalmente la escuela (psicología educativa), la empresa
(psicología industrial) y las dificultades en la vida cotidiana y personal (psicología clínica).
Aunque la psicología científica comienza al emplear el método experimental en las
investigaciones de la mente, ello no garantizó ni una completa independencia de los
planteamientos y tesis filosóficas ni el éxito definitivo en sus pretensiones cognoscitivas. Así,
por ejemplo, desde Wundt se han ido sucediendo casi cada generación distintos enfoques y
teorías (paradigmas) que con tesis, problemas y métodos muy distintos han querido hacer de la
psicología una ciencia estricta. Los principales modelos teóricos en psicología científica han
sido la psicología experimental de Wundt, el estructuralismo, el funcionalismo, el psicoanálisis,
el conductismo, la psicología de la forma, la psicología cognitiva y, en los últimos años, el
conexionismo.
A medio camino entre la psicología científica y la filosófica se sitúa el enfoque de la
llamada psicología humanista, enfoque ligado a las filosofías existencialistas y
fenomenológicas del siglo XX aunque con el afán de objetividad y apoyo empírico propio de la
ciencia.

Hipnosis.
Estado de alteración de la conciencia inducido en un sujeto cooperante. Se caracteriza por un
estrechamiento del foco de atención y aumento de la sugestionabilidad.
Estado que provoca una disminución o anulación de los procesos conscientes. Puede alcanzarse
por técnicas de sugestión o por otros procedimientos fisiológicos. Una vez hipnotizado, el sujeto
pierde gran parte de su voluntad, obedeciendo ciertos mandatos del hipnotizador. Al recobrar la
conciencia, el sujeto no recuerda los sucedido durante el trance hipnótico. En ese estado se
producen, en ocasiones fenómenos de hipermnesia.

Histeria.
En el contexto del desarrollo del psicoanálisis fue muy importante la investigación
de Freud y Breuer de las pacientes con trastornos histéricos. Estos consisten en la presencia de
trastornos físicos, (como por ejemplo no poder mover el brazo o el cuello) sin una causa
orgánica. La interpretación freudiana señalaba la represión de contenidos psíquicos inaceptables
para el sujeto como causa de dichas somatizaciones.
Catarsis
Liberación, a través de la palabra, de las ideas relegadas al inconsciente por un mecanismo de
defensa.
La catarsis o purgación fue el método terapéutico utilizado por Freud hasta su sustitución por el
método de la asociación libre. En París, Charcot utilizaba la hipnosis para estudiar la histeria,
enfermedad mental que se expresaba en trastornos físicos (dolores, parálisis de miembros...) sin
causa física aparente. En el trance hipnótico, Charcot podía aliviar parte de los síntomas o
reproducirlos en personas normales, lo que le enseñó a Freud el caracter puramente mental de la
enfermedad. Cuando regresó a Viena, Freud y Breuer utilizaron la hipnosis para continuar los
estudios de la histeria, investigación en la que destacó el caso de la paciente llamada "Ana O.".
Mediante la hipnosis consiguieron que esta paciente rememorara supuestas experiencias
traumáticas infantiles de caracter sexual, experiencias a las que atribuyeron la responsabilidad
última de la enfermedad. Freud consideró que la histeria, como otras formas de neurosis, tenían
como causa tres factores principales:
 experiencia traumática,
 situada en la infancia,
 de carácter sexual.
Se supone que, por su gravedad, el paciente no fue capaz de integrar dicha experiencia de modo
adecuado en su mente por lo que empleó la represión para lanzarla a la parta inconsciente de su
psiquismo. Pero la represión no acaba con la vivencia reprimida, ni con su contenido
representacional (el recuerdo) ni con la energía psíquica que la acompaña. Es precisamente esta
energía psíquica reprimida la que promoverá la aparición de distintos síntomas patológicos en la
vida del individuo, que podrán ir desde su expresión en trastornos menores como los actos
fallidos o su expresión simbólica en los sueños hasta manifestaciones más graves como las que
ocurren en la somatización, los trastornos físicos. Dada esta teoría de la enfermedad mental, es
claro cuál ha de ser la estrategia general para la terapia: permitir que dicha energía encuentre
cauces no problemáticos para manifestarse y descargarse, este es precisamente el objetivo de la
catarsis: Freud hipnotizaba a sus pacientes y les obligaba a rememorar las experiencias
traumáticas reprimidas. En la sugestión hipnótica el sujeto expresaba las emociones e ideas
reprimidas, con lo que conseguía descargar la energía reprimida, "purificar" su mente y corregir
con ello los síntomas patológicos.
 
Asociación libre.
Técnica empleada en psicoanálisis para explorar la vida psíquica inconsciente del paciente. Se
le dice que hable de todo lo que le venga a la mente durante la sesión, sin tomar en cuenta su
coherencia lógica ni su contenido moral, sexual o agresivo.

Principio de realidad.
Relacionado con el principio de placer. La realización inmediata de todos los apetitos haría
imposible la vida del sujeto. El principio de realidad es un principio del yo y permite al sujeto
posponer o sustituir dichos apetitos en función de las presiones de la realidad y con la finalidad
de la adaptación y supervivencia del sujeto.
En el psicoanálisis es el Principio bajo el que opera el yo (aquella parte de la personalidad que
considera la realidad racionalmente), de acuerdo con la cual las influencias externas de la
conducta se consideran en la regulación de los impulsos del ello.
 
Principio del placer.
En psicoanális es el principio rector del ello (parte de la personalidad interesada en la
gratificación inmediata), que busca el placer sin atender a las consecuencias.
Término freudiano que expresa las tendencias innatas del organismo a eliminar las tensiones
provocadas por una excitación. Su forma de proceder consiste en descargar la libido en objetos
que provoquen una satisfacción.
El ello dirige todos sus esfuerzos a la consecución de las pulsiones, instintos y deseos. Las
pulsiones, instintos y deseos crean en el sujeto un estado de tensión que el ello intenta descargar
para volver a la situación de equilibrio anterior a dichos apetitos; el placer es la vivencia que
acompaña a la reducción de dicha tensión. De ese modo, Freud defendió que el principio que
mueve al ello es un principio hedonista: el principio del placer (afán por obtener placer y evitar
el dolor).

Instintos.
Freud utiliza los términos "instinkt" y "trieb", términos que muchos autores traducen como
"instinto". Sin embargo, no significan exactamente lo mismo. Cuando Freud habla de "instinkt"
("instinto") se está refiriendo a los instintos en el sentido ordinario, es decir, a los apetitos
innatos y específicos o comunes a todos los individuos de una especie; en cambio, cuando usa el
término "trieb" (que se puede traducir como "pulsión" o "impulso") lo hace para referirse a la
fuerza que empuja al sujeto -incluidos los apetitos de carácter individual, propios de cada
sujeto- hacia una persona, representación u objeto.
En su teoría del instinto, Freud propuso primero la existencia de dos grupos de instintos, los
instintos del yo o instintos de conservación y los instintos sexuales o libido; posteriormente
consideró que los instintos de conservación son la expresión de la libido hacia el propio
individuo, por lo que sólo existiría la libido como instinto básico. Finalmente, a partir de 1920,
modificó de nuevo su teoría proponiendo los instintos de vida (Eros) y los instintos de muerte
(Tanatos) como los instintos básicos del psiquismo humano.
Instinto de muerte. Tal como lo formulara Freud, el instinto o pulsión de muerte es una
tendencia innata a procurar la destrucción de otros organismos, así como la propia destrucción.

Eros.
En Más allá del principio del placer (1920), Freud modifica sustancialmente su teoría de los
instintos. Como consecuencia de una reflexión de índole más filosófica que psicológica, a partir
de este momento, Freud considerará que existen dos fuerzas en todo organismo biológico,
fuerzas que determinan el curso de sus actividades y de apetencias:
 los instintos de vida o Eros, caracterizados por la disposición que crean en el sujeto para
formar unidades siempre mayores; Eros es siempre apetito de unión y, por ejemplo, se
manifiesta en el amor, la actividad sexual y el afán por mantener la propia unidad física
y psíquica;
 y los instintos de muerte o Tanatos. Seguramente influido por la experiencia traumática
de las primeras décadas de la política europea del siglo veinte, Freud consideró que todo
ser vivo manifiesta también una disposición a la disgregación, a la ruptura de la unidad
entre sus distintas partes para volver al estado desorganizado y, en último término,
inanimado. Tanatos es siempre un apetito de pasividad, de separación y de disolución
de unidades. Las manifestaciones patológicas de este instinto son el sadismo, el
masoquismo, el suicidio.
Ver "Tanatos".

Tanatos.
Aunque no está claro que Freud utilizase este término en sus escritos, habitualmente la
literatura psicológica lo utiliza para designar lo que Freud llamó en "Más allá del placer" el
principio de nirvana, o instinto de muerte. Por el instinto de muerte encontramos en el sujeto
un apetito hacia el estado de tranquilidad total, hacia el cese de la estimulación y de la actividad,
un afán por regresar al estado inorgánico inicial. Este instinto es irreductible a otros instintos
positivos, formando junto con el instinto de vida o Eros las disposiciones básicas de todo ser
vivo, y por supuesto también el hombre. El masoquismo, el sadismo y todo afán por la
destrucción es expresión patológica del instinto de muerte.
El Sueño en psicoanálisis

Interpretación de los sueños.


Freud consideró que el análisis de los sueños era el "camino real" para acceder al inconsciente.
Los sueños tienen como función esencial la realización simbólica de los deseos reprimidos, lo
que es posible porque el ello no distingue la realidad de la mera representación simbólica, y si la
pulsión, deseo o instinto no es demasiado intenso, el ello se contenta con la realización
simbólica.
El acceso a lo inconsciente gracias a la interpretación de los sueños es posible gracias a los
siguientes factores:
 en la vida onírica las barreras de la represión están menos presentes que en la vida de la
vigilia;
 sin embargo, generalmente, no hay una ausencia completa de represión, por lo que los
contenidos inconscientes se manifiestan de forma encubierta o simbólica;
 los símbolos y mecanismos oníricos pueden ser descubiertos merced a la investigación
psicoanalítica.
En la interpretación de los sueños es fundamental la distinción contenido manifiesto/contenido
latente.

Contenido latente.
Según el psicoanálisis, el contenido latente de un sueño es su verdadero significado, oculto por
el contenido manifiesto o superficial. Es preciso distinguir en los sueños el contenido
manifiesto, o sucesos que el sujeto vive en el sueño, del contenido latente, o significado
verdadero del sueño. El contenido manifiesto está situado en el nivel del símbolo y el contenido
latente en el del significado. El contenido latente (Freud a veces dice "ideas latentes") es la
verdadera experiencia -deseos, vivencias- que motiva el sueño y el objeto de interés del
terapeuta en la terapia psicoanalítica.
 
Contenido manifiesto.
El contenido manifiesto de los sueños es la historia o sucesos que el sujeto vive en el sueño.
Desde el punto de vista psicoanalítico, el contenido manifiesto es un material elaborado a partir
de los deseos y experiencias reprimidas mediante los distintos procesos de elaboración onírica.
El contenido manifiesto no se encuentra en el nivel del significado sino del símbolo.
 
Mecanismos de elaboración onírica.
Desde el punto de vista de Freud, los sueños tienen como función la realización simbólica del
deseo y por tanto la disminución de la presión de los contenidos inconscientes sobre la vida del
sujeto. Como consecuencia de la represión, que también está presente en el sueño aunque en
menor medida que en la vigilia, el sujeto no puede soñar explícitamente con lo que realmente le
interesa sino que lo enmascara. Por tanto, en la vida onírica se presenta una historia o sueño
construido a partir del auténtico sentido del sueño. A la historia soñada se le da el nombre del
"contenido manifiesto" y al significado de dicha historia "contenido latente". Esta
construcción no es totalmente arbitraria o desordenada, sino que, en términos generales, sigue
unas pautas comunes a todos los individuos. Los mecanismos de elaboración onírica son las
distintas formas de construcción del material onírico que el soñador percibe –del contenido
manifiesto-. Los mecanismos de elaboración onírica más importantes son la simbolización,
el desplazamiento, la condensación y la dramatización. El descubrimiento y comprensión de
los mecanismos de elaboración onírica es fundamental para el psicoanálisis puesto que nos
ofrecen las claves para el acceso al inconsciente de los pacientes.

Condensación
Mecanismo de elaboración onírica por el cual varias ideas o elementos del contenido latente se
reúnen en una sola imagen o representación del contenido manifiesto del sueño. Consiste en la
concentración de varios significados en un solo símbolo; así, una persona soñada puede
representar a varias personas de la vida real del individuo, un solo objeto a varios, una sola
palabra a varias... El proceso de condensación hace que el relato del contenido manifiesto sea
mucho más breve que la descripción del contenido latente. (Ver contenido latente; ver contenido
manifiesto).

Desplazamiento.
Por este mecanismo de elaboración onírica, el significado fundamental del sueño puede aparecer
en el contenido manifiesto como un elemento accesorio o secundario, y, al revés, el elemento
más importante del contenido manifiesto presentarse como un elemento secundario del
auténtico sentido. Este mecanismo hace que se desplace el significado desde la parte central del
sueño a lugares accesorios de éste.
 
Dramatización.
Merced a este mecanismo de elaboración onírica el sueño presenta un conflicto o deseo del
sujeto en la forma de una historia más o menos completa; el sueño convierte una realidad
estática, como puede ser un apetito o experiencia pasada, en una realidad en la que intervienen
diversos personajes y desarrollan un tema.
 
Simbolización.

Mecanismo de defensa por el que se usa una imagen mental o un pensamiento consciente como
símbolo para disfrazar un pensamiento inconsciente que nos produce un estado de ansiedad.
Es el mecanismo de elaboración onírica más importante. Consiste en expresar mediante
símbolos los materiales reprimidos. Ello hace que la tarea del analista en la comprensión del
sueño sea esencialmente una tarea de interpretación: el analista tiene que pasar del nivel del
símbolo -situado en el nivel del contenido manifiesto- al nivel del significado -situado en el
nivel del contenido latente-. La religión, los mitos y fábulas y el arte también son modos de
simbolización que pueden interpretarse en los mismos términos que los sueños. Para Freud, la
mayor parte de los símbolos exigen una interpretación de índole erótica o sexual.

Transferencia.
Freud observó muy pronto que en la terapia psicoanalítica el paciente proyectaba o transfería
hacia el analista parte de su vida emocional en la forma de relación amor/odio. La manifestación
más espectacular de la transferencia es el enamoramiento del paciente. Para no provocar un
exceso en la transferencia, Freud consideró necesario evitar toda ambigüedad en la conducta del
analista hacia el paciente, prohibiendo todo contacto físico con él y un distanciamiento y
ausencia de complicidad emocional. La transferencia es consecuencia de la represión que ejerce
el paciente sobre su mundo inconsciente, un mecanismo de defensa y un paso necesario, pero
que es preciso superar para la curación del paciente.

Arquetipos.
En la psicología profunda de Jung esta expresión se refiere a supuestas vivencias ancestrales,
situadas en el inconsciente colectivo, transmitidas hereditariamente y referidas a los grandes
problemas con los que se debe enfrentar toda persona: la muerte, la vida, el sentido de la
existencia, la autenticidad, el amor, el deseo, lo masculino, lo femenino,... Los arquetipos ("la
sombra", "Dios", "el anciano", "el animus", "el anima", "el héroe", "el tesoro"...) son imágenes o
metáforas que expresan simbólicamente las actitudes ante dichos problemas. Según Jung,
tenemos constancia de la existencia de arquetipos gracias al análisis de los sueños y de los mitos
y religiones de las distintas culturas.

Inconsciente colectivo.
Es característico de la psicología psicoanalítica de Jung la creencia en la existencia del
inconsciente colectivo. Sus análisis de miles de sueños y el estudio comparado de las creaciones
culturales (particularmente mitos, leyendas y religiones) de distintos pueblos, le llevaron a
postular la existencia de contenidos psíquicos inconscientes comunes a toda la humanidad y que
no tienen su origen en la experiencia individual. El fundamento de dichos elementos está en la
experiencia de nuestros antepasados, experiencia que en lo fundamental se transmite
hereditariamente. Es preciso no confundir estos contenidos inconscientes comunes a toda la
especie con las disposiciones conductuales específicas como los reflejos y los instintos innatos.
No se trata de disposiciones conductuales, sino de contenidos mentales.

Compensación.
Mecanismo psicológico inconsciente mediante el cual el sujeto intenta contrarrestar su
inferioridad real o imaginaria.
 

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