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QUE SON LOS PARADIGMAS

Kuhn define los paradigmas como “realizaciones científicas universalmente

reconocidas, que durante un cierto tiempo proporcionan modelos de problemas y soluciones

a una comunidad científica” Son los que guían el trabajo de una comunidad. En

Criminología han existido muchos paradigmas; y es normal que se sucedan unos a otros,

a veces de manera revolucionaria (el patrón usual), pero excepcionalmente también

pueden coexistir pacíficamente dos o más de ellos. La Criminología conocida como

mayoritaria nació a mediados el siglo XIX, cuando Comte y Durkheim (considerados

padres de las ciencias sociales) mantuvieron que la sociedad era un hecho observable y al

que se podía aplicar la investigación empírica (método científico), al igual que se hacía

con las ciencias naturales. Así la Criminología mayoritaria utilizó el método

científico, para estudiar el delito y dentro de ella la Criminología Positiva, que partió de

dos presupuestos teóricos, en un caso manteniendo la tesis de la diferencia entre

delincuente e individuos “normales”, y en el otro utilizando el paradigma etiológico

(aquel que busca las causas) para explicar la Criminalidad. (causal explicativa).

Además, la Criminología Positiva atribuye otras funciones a la Criminología como,

el proceso de la criminalización de las conductas, la creación de leyes etc La

Criminología mayoritaria y la Criminología contemporánea son deterministas, sostienen

que el hombre está determinado a cometer el delito, porque siempre habrá una causa

individual o social que le lleve a ello. Se critica el determinismo y también la Criminología

mayoritaria.
IMPLICACIÓN DIRECTA EN LA LUCHA CONTRA LA DELINCUENCIA.

En el nuevo modelo encierre de la seguridad ciudadana, las comunidades asumen

protagonismo directo que se traduce en la colaboración de la misma con la policía con la

prevención del delito, la identificación y la detención de los delincuentes. Pero dicha

implicación de la comunidad no se agota en programa de autoprotección de las víctimas o

en programas de control vecinal, si no que trascienden esos límites, porque los poderes

públicos, en la actualidad, fomenta en el desempeño por la comunidad de funciones

tradicionalmente reservadas a los órganos de control social formal. A ellos se debe la

expansión de seguridad privada en nuestros días, que supone una dejación generalizada de

responsabilidades por parte de los poderes públicos y un nuevo factor de desigualdad social

por la desigualdad capacidad de acceso y financiación de estos servicios. Y más aún la

asunción: la asunción por la sociedad civil de funciones propias del control social pena)

rebasa el ámbito de la prevención, proyectándose, también, en la fase de ejecución de las

penas. De este modo y so pretexto de la especia) eficiencia de la iniciativa privada, agentes

privados e intereses particulares participan en el sistema de ejecución de medidas aplicables

4 menores que delinquen prestando sus centros en un régimen de concierto con las

administraciones Publicas para que aquellos cumplan el internamiento. O, haciendo lo

propio en el caso de los adultos drogo dependientes con la pena suspendida o en libertad

condicional, que ingresan en centros cerrados de desintoxicación regidos por agentes

privados.

DEL PARADIGMA ETIOLÓGICO AL PARADIGMA DEL CONTROL


QUE ES EL PARADIGMA ETIOLOGICO

Para esta escuela, fuertemente influida por el positivismo cientificista entonces

dominante, la criminología conforma una disciplina de carácter científico (cualidad que

sería consecuencia de la utilización de los métodos propios del positivismo), y conforme a

la cual se le atribuye como tarea excluyente de la criminología el estudio de las causas del

comportamiento criminal. De allí la denominación de «paradigma etiológico de la

criminalidad» para referirnos a ella.

En el contexto de la ideología positivista, y en oposición a los postulados de la

escuela clásica (que veía en el delito el producto de la libre voluntad del sujeto contraria a

la norma) el paradigma etiológico de la criminalidad postula un rígido determinismo

(biológico, psicológico, sociológico) de modo que la sola presencia en la persona de los

pretendidos «factores» de la criminalidad conllevarían, sin más, el surgimiento de la

conducta delictiva, o cuanto menos el peligro de que ello acontezca.

Como expresó Alessandro Baratta en una precisa crítica a esta postura, el delito es

«reconducido por la escuela positiva a una concepción determinista de la realidad en la que

el hombre resulta inserto y de la cual, en fin de cuentas, es expresión todo su

comportamiento».

Sin embargo, como puede apreciarse, es el «sujeto criminalizado» quien deviene en

objeto de estudio para la criminología positivista.


Efectivamente, el paradigma etiológico de la criminalidad se ha «construido» en

base a la observación y análisis de personas previamente seleccionadas por el sistema

penal, los sujetos que examinaba clínicamente para elaborar la teoría de las causas de la

criminalidad fueron individuos caídos en el engranaje judicial y administrativo de la justicia

penal, clientes de la cárcel y del manicomio judicial.

PARADIGMA DE CONTROL

También conocida como la teoría de los vínculos sociales fue desarrollada partiendo

del criterio de que el control necesario para que el individuo no actúe delincuencialmente,

radica en los nexos que el mismo establece con la sociedad, lazos cuya ruptura significaría

una sensible pérdida para la persona.

Cuando se carece de esos vínculos o los mismos se debilitan desaparece el arraigo

social que funciona como muro detentivo del actuar criminal. La necesidad de

autopercibirse y ser reconocido como integrante pleno y respetado de los diversos grupos

sociales de pertenencia actúa como elemento conductual controlador, según esta posición

teórica.

Para Hirschi en el vínculo social había cuatro elementos:

– Apego a los padres, los pares, o en la escuela.

– Compromiso de las líneas convencionales de la acción.

– Participación en actividades convencionales.

– Creencia en un valor común.


Estos cuatro elementos del vínculo social convierten al niño en un ser prosocial y

obediente de las leyes. Hirschi encontró que hay poco evidencia para sustentar la hipótesis

de que la delincuencia nace como respuesta a la frustración.

Un nuevo enfoque criminológico del problema delincuencial. Hasta la década de los

setenta del pasado siglo predomino en la criminología un análisis etiológico que atribuía a

factores sociales como la marginación, la defectuosa socialización, la falta de

oportunidades, etc., lo que sugiera la necesidad de políticas sociales y asistenciales y de

prevención como estrategia fundamentalmente para abordar tan doloroso problema

comunitario, En las décadas de los setenta y ochenta, la criminología critica dio un salto

cualitativo al asigna una función configuradora o constitutiva de la criminalidad al propio

control social y a las Instituciones sociales llamadas a realizar labores de integración y

coerción social. Rompiendo la evolución doctrinal, en pensamiento criminológico de la

década de, los noventa (del siglo XX) opta por un paradigma de control que explica el

crimen como consecuencia de la falta, mal funcionamiento o defectos de control social. Por

ello, la formula ara intervenir eficazmente en el fenómeno delictivo no será paliar la

marginación o la exclusión social si no incrementar el rendimiento y efectividad del control

social. Por otra parte, y al propugnarse una concepción del crimen como opción racional del

delincuente, que potencia al máximo criterio de mera oportunidad y renuncia a la supuesta

relevancia criminógena de los factores sociales antes citados, la criminología

contemporanea propone estrategias meramente situacionales de prevención del delito

consistentes en neutralizar o reducir la oporturudad de delinquir y los contextos de mayor

riesgo, sin interesarse en modo alguno por las causas profundas del problema criminal.
CRITICAS AL MISMO

El denominado modelo penal de la seguridad ciudadana representa una peligrosa

involución y pervierte los esfuerzos realizados durante muchos años para mejorar

cualitativamente la respuesta del sistema al fenómeno delictivo. No significa avance

alguno, ni progreso, sino regresión, razón por que no se analiza junto a otros modelos de

reacción al delito. Disuasorio, resocializador, reparador, integrador sino separadamente y a

solos efectos de subrayar criticamente las actuales tendencias político criminales que le

sustenta y no es necesario reitera.

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