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Colapso económico de la Unión Soviética

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La fachada del Gran Palacio del Kremlin fue restaurada a su forma original después
de la disolución de la URSS en 1991. El emblema del Estado de la URSS y las letras
incrustadas que forman la abreviatura de la URSS (CCCP) fueron eliminados y
reemplazados por cinco águilas bicéfalas rusas. Una restauración adicional del
escudo de armas de los diversos territorios del Imperio ruso se colocó sobre las
águilas.
El colapso económico de la Unión Soviética fue una crisis que dicho país sufrió a
fines de los años 1980. Consistió en importantes cambios en su economía, que
condujeron a su disolución como unidad política centralizada. Esta se oficializó el
8 de diciembre de 1991 con el Tratado de Belavezha, que firmaron los presidentes de
la RSFS de Rusia, la RSS de Ucrania y la RSS de Bielorrusia. La antigua Unión
Soviética dio lugar a varios países independientes, que experimentaron severísimas
contracciones de sus economías durante su tránsito al capitalismo.

Tras la disolución de la Unión Soviética, Rusia, el estado sucesor de la Unión


Soviética, se convirtió en un país radicalmente diferente. En 1997, su PIB era algo
más de la mitad de los niveles de 1989. Uzbekistán donde el PIB de 1997 era
alrededor de un 80 % del de 1989 fue una de las ex repúblicas soviéticas menos
afectadas. Armenia o Georgia fueron las más afectadas el PIB de 1997 se encontraba
en torno al 30 % del de 1989.

Índice
1 Reacciones frente al colapso e interpretaciones
2 Política económica 1953-1985
3 Situación previa al colapso
4 Causas generales
5 Tras el colapso de la Unión Soviética
6 Véase también
7 Referencias
8 Bibliografía
Reacciones frente al colapso e interpretaciones
La discusión teórica sobre las causas han estado marcada por la ideología con la
que se ha analiza el fenómeno.1 Diversos analistas marxistas han sostenido que la
Unión Soviética no representaba el «verdadero» marxismo, sino un estado autoritario
basado en un partido único al mando de una oligarquía, léase nomenklatura, cuyo
único objetivo era mantenerse en el poder, y por tanto su caída no supone ningún
menoscabo de las ideas «marxistas».2 Otros marxistas, dejando de lado argumentos
materiales, sostienen que la caída se debió a la incompetencia política de personas
concretas, con lo cual ni siquiera la caída de la Unión Soviética supone un fracaso
del tipo de marxismo conocido como leninismo.3

Política económica 1953-1985


Véanse también: Estancamiento brezhneviano e Historia de la Unión Soviética (1953-
1985).
A partir de las reformas orientadas por la nueva cúpula del Partido Comunista a
partir del mandato de Nikita Jrushchov en 1953, se pretendió una lenta evolución
hacia algunos aspectos del sistema capitalista. De manera que la crisis vivida a
partir de 1970, y que llevó al colapso político y económico de la Unión Soviética.

Las reformas elevaron el poder de los directores de las grandes ramas industriales
y después de todas las empresas, para comerciar con parte de los medios de
producción. Los ministerios de planificación fueron reformados reduciendo sus
funciones pues el Estado asumió que la absoluta planificación de la economía era
imposible, no importa cuánto se esforzaran por planificar adecuadamente, al no
existir referencias al mercado, había superproducción de algunos productos y
carestía de otros, por ello a partir de los 70 se empieza a dejar más capacidad de
gestión a las distintas regiones, con lo que se reducía algo la intervención del
Estado en la economía, pero seguía sin haber mercado. Se aumentó la escala de
salarios en función del criterio de los directores de empresas que operaban con
parámetros que no respondían a una lógica económica empresarial y pretendieron una
cierta conversión hacia el capitalismo, que no fue tal porque los objetivos a
conseguir seguían estando determinados por el Estado comunista. El comunismo es,
por definición, un sistema económico en el que los funcionarios del Estado deciden
cómo se utilizarán los recursos de la sociedad para producir ciertos bienes y
servicios y esto seguía ocurriendo.

Así, el criterio de los economistas soviéticos pugnaba por la obtención, por medio
de estas reformas, de beneficio en la producción, pero al no resolver la liberación
de la economía se convirtió en un sistema condenado al fracaso. En suma, el proceso
llevaría a la baja de la productividad de los trabajadores, para los cuales el
estímulo a la productividad propio del sistema capitalista, el incremento del
salario en función de la formación y la productividad y el miedo al desempleo, la
capacidad de ahorro y ocio individual, etc. no podía ser aplicado por las muchas
restricciones que la revolución había establecido.[cita requerida]

El poder dado a los directores de empresas mediatizados por el sistema de


incentivos, el sistema de subsidios, la burocracia, la potenciación (sic) de la
lealtad al partido por encima de consideraciones económicas y el nepotismo daría
origen a la corrupción en la administración y desmoralización en el trabajo, todo
lo cual que en su conjunto seguía respondiendo a una falta de libertad en el
mercado.[cita requerida]

Eso sin mencionar el carácter represivo de la dirección estatal, en particular


sobre la información, dirigido con más ahincó en defender ideológicamente el statu
quo. Por ello, a finales de 1985 el PIB per cápita de la URSS estaba en los 3.308
de dólares frente a los 18.042 de USA.4

Situación previa al colapso


Véase también: Historia de la Unión Soviética (1985-1991)
Tras la Segunda Guerra Mundial, el crecimiento de la economía de la Unión Soviética
era lo bastante rápido para dar crédito a las previsiones de Nikita Jruschov de que
el nivel de vida en la Unión Soviética habría superado el de los Estados Unidos
antes de 1970, y que el capitalismo sería «enterrado»5 antes de que acabara el
siglo en curso. Pero en vísperas de la perestroika, a principios del decenio de
1980, había indicios serios de que algunos aspectos de la economía no funcionaban
bien:

El abastecimiento energético básico de la Unión Soviética atravesaba graves


dificultades en los años ochenta.6
La producción siderúrgica y petrolera se estancó en el período 1980-1984.7
Las plantas de generación y las líneas de transmisión estaban anticuadas y les
faltaba mantenimiento, como atestiguan las frecuentes averías o apagones (por no
citar el caso de Chernóbil).
El sector agrícola, la producción de cereales, adaptada a las condiciones
climatológicas, no registró alza alguna con respecto a la década anterior, pese a
las grandes inversiones realizadas.8
Dos tercios del equipo de procesamiento agrícola utilizado en la década de 1980
eran inservibles, pues buena parte del mismo procedía de los decenios de 1950 y
1960.9
Entre el 20 % y el 50 % de las cosechas de cereal, patatas, azúcar, remolacha y
frutas se echaba a perder antes de llegar a las tiendas.10 Incluso cuando los
abastecimientos eran precisos los retrasos en la entrega provocaban escaseces
temporales, que generaban en las colas, acaparación de productos y racionamientos
ocasionales.11
Como resumen de la situación en vísperas de la perestroika, todos, empezando por
Mijaíl Gorbachov, estaban de acuerdo en que el crecimiento económico per cápita era
nulo o negativo.12 Como explica Marvin Harris13 se nos presenta un panorama aún más
sombrío de la ineficiencia de la infraestructura soviética a partir de 1970 si
sustraemos los costos de la contaminación y el empobrecimiento del medio ambiente
del producto nacional (PNB). Estaban presentes todas las formas imaginables de
contaminación y agotamiento de los recursos, en cantidades tan ingentes que
constituían una amenaza para la vida, incluidas las emisiones incontroladas de
dióxidos de azufre, peligrosos vertederos de residuos nucleares y de todo tipo,
erosión del suelo, envenenamiento del lago Baikal (en opinión de Poiniting 1991,
seguramente el peor desastre ecológico del s. XX) y los mares Negro, Báltico y
Caspio, así como del desecamiento del mar de Aral.1415 Como explica Feshbach, la
esperanza de vida de los hombres soviéticos estaba disminuyendo en vísperas de la
perestroika.16

Las reformas implementadas por Gorbachov pretendían revertir esa situación,


sustituyendo la rígida gestión burocrático-administrativa por otra de tipo
económico y descentralizado. Para ello, se dio más poder a jóvenes tecnócratas con
el fin de reorganizar las fuerzas productivas, racionalizar la economía y fomentar
la participación de los trabajadores en la toma de decisiones (democratización de
la gestión pública). El objetivo último sería acabar con los monopolios estatales
mediante la privatización de la propiedad. A partir de 1987, se abrió la gestión de
la producción a empresas conjuntas de capital extranjero (joint ventures) y, hacia
1990, el Gobierno había perdido el control de buena parte de la economía. Dichas
reformas económicas tuvieron finalmente un resultado deficiente y, además,
generaron desigualdades y desempleo crecientes. A mediados de 1991, el PIB había
disminuido drásticamente y se produjeron fuertes incrementos de la inflación.17

Causas generales
Además de todo lo mencionado anteriormente el Bloque del Este estaba muy rezagado
respecto a Occidente en la aplicación de las innovaciones de alta tecnología en la
producción de artículos no militares. Esto afectaba particularmente a las
telecomunicaciones y el tratamiento de la información (informática).

Esta mala situación de las telecomunicaciones y de las tecnologías del tratamiento


de información no era casual. El sistema soviético de estructura de poder tenía por
finalidad impedir el intercambio rápido de información no sujeta a censura o
supervisión por parte del partido. Sin lugar a dudas, las escasa prioridad
conferida a la creación de una red telefónica moderna puede interpretarse más la
inseguridad del partido comunista que una falta de conocimientos y recursos
técnicos.[cita requerida]

Otro tanto puede decirse de la práctica de cerrar con candado las escasas
computadoras a disposición de las empresas comerciales y de tipificar como «crimen
contra el Estado» la posesión no autorizada de una copiadora. El aparato central de
planificación, Gosplán, no supo o no quiso pasar de una economía creciente basada
en la fabricación de maquinaria pesada a una economía basada en la alta tecnología
y la microelectrónica. En Occidente, esa transición había tenido lugar la década de
1970, pero la Unión Soviética prefirió seguir invirtiendo recursos en el sector de
la maquinaria pesada.

Otros inconvenientes graves del sistema de planificación soviético habrían sido:

Su enorme burocracia ineficiente, llamada nomenklatura, que carecía de medios


modernos de gestión (telecomunicaciones, informática, dispositivos electrónicos,
etc.). Dicha burocracia política impidió atender adecuadamente las necesidades de
la población; en palabras del principal consejero económico de Gorbachov, Abel
Aganbegián: «[en 1987] el sistema administrativo de dirección y de gestión de la
economía se ha transformado plenamente en un mecanismo de freno de nuestro
desarrollo».17
La ineficiente asignación de recursos. En las empresas, los directores eran
sometidos a un estrecho control por los jefes de oficina, con objeto de velar por
que se ajustaran a una lista excesiva de normas y reglamentos, lo que tuvo varias
consecuencias involuntarias. La cuantía de las ayudas concedidas a las empresas en
forma de bonos en incentivos se determinaban por el número de trabajadores
empleados, lo que condujo a la contratación de grandes cantidades de obreros
innecesarios.18 Las cuotas de producción se fijaban en términos cuantitativos
únicamente, lo que dio lugar a la producción de artículos de baja calidad, estos
valores estrictamente cuantitativos eran una invitación a alcanzar dichas cuotas
mediante impostura: «Puesto que los salarios, bonos y promociones dependían de que
se alcanzaran los objetivos fijados por el plan el sistema de planificación central
inducía, o más bien, obligaba a falsear los resultados».19 Además muchas empresas a
veces hinchaban sus necesidades en materias primas y requisitos de inversión, con
la esperanza de tener suficiente para cumplir o incluso superar los objetivos
cuantitativos de producción fijados.
Los presupuestos blandos de los que habla Catherine Verdery20 fueron un medio más
de no garantizar la supervivencia de las empresas más aptas. Cualquier empresa
deficitaria recibía fondos para superar el mal momento. E igualmente una gestión
ineficiente e irracional como el acaparamiento de recursos innecesarios, el
sobreempleo y las inversiones innecesarias prácticamente nunca tenía consecuencias
catastróficas ni suponían la desaparición de la empresa afectada, sino que recibía
todavía más subsidios para mantenerse a flote. Además, la reducción del factor
ahorro trabajo por una mejora en la tecnología que en un sistema capitalista
revierte en unos menores precios, en poco podía ayudar a los «beneficios» de los
directores y las empresas planificadas, así que no estaban por mejoras de ese tipo.
[cita requerida]
Todos estos factores contribuyeron a conformar una peculiar economía, que ha sido
caracterizada por escaseces, largas colas, la acumulación de empleos innecesarios,
personalismo,[cita requerida] corrupción persistente, que llegaba hasta «el
empleado que escondía debajo del mostrador, para sus amigos o parientes o para un
soborno».21 Y como se ha dicho la estructura de poder era un freno a la innovación
tecnológica o al favorecimiento de la competencia. Había pocas recompensas a los
directores de empresas que aplicaban procesos de producción o productos más nuevos
o eficaces.2223

No obstante, estas causas generales sólo parecen manifestarse en plenitud a partir


de los años 1970 pues con anterioridad a esas fechas la economía soviética había
crecido al mismo ritmo o incluso superior al de las naciones occidentales.

Tras el colapso de la Unión Soviética

Economías exsocialistas después de 1993.


Tras el colapso de la Unión Soviética, esta crisis tuvo su continuación en otra
crisis económica que culminó en 1998, que fue marcada por una enorme devaluación
del rublo y un defecto sobre la deuda rusa. Al declinar la productividad, debido a
las reformas de mercado, una tasa de cambio fija entre el rublo y las divisas
extranjeras para evitar la confusión pública y un déficit presupuestario fueron los
antecedentes de la debacle. El costo económico de la primera guerra chechena, que
es estimado en 5500 millones de dólares, fue también una causa de la crisis. La
inflación anual de 1997 fue del 84 % en Rusia.24 La economía rusa sufrió una enorme
tensión cuando se transformó de una economía planificada a un sistema de libre
mercado. Las dificultades de las reformas fiscales apuntadas al desarrollo de
créditos de gobierno y una dependencia en el préstamo a corto plazo para financiar
el déficit presupuestario condujeron a una serie de crisis financieras en 1998.
Precios inferiores para los productos que Rusia exportaba (el petróleo, gas natural
y minerales) y una pérdida de confianza de inversores debido a la crisis asiática
financiera exacerbó problemas financieros. El resultado fue una disminución rápida
en el valor del rublo, la desaparición de inversiones extranjeras, retrasos sobre
deudas estatales y privadas, una interrupción de transacciones comerciales por el
sistema bancario, y la amenaza de inflación galopante. Cuando se produjo la crisis
financiera de 1998 y el desplome del rublo, se hizo claro que los mecanismos de
mercado en Rusia eran todavía muy imperfectos. Para finales de 1998, el PIB de
Rusia se había reducido en un 5,3 % en comparación con 1997, la inflación llegó a
un 84 %, y las reservas nacionales en oro y divisas disminuyeron en más del 30 %
[cita requerida].

Durante la transición de la economía planificada de la URSS hacia la economía de


mercado rusa, hubo un enorme aumento de la pobreza en relación con los niveles
anteriores de la Unión Soviética, que habían sido en la RSFSR (República Socialista
Federativa Soviética de Rusia) de nada más que un 2 %. Este aumento de la pobreza
en relación con la época soviética fue de 48 puntos porcentuales (un incremento de
un 2400 %), quedando la pobreza en un 50 % del total de habitantes de la Rusia
postsoviética durante el periodo de 1993-1995,25 mientras que solamente entre un 1-
2 % de la población vivía en la riqueza hacia 1999 (más de la mitad de estos
últimos, antiguos miembros de la nomenklatura radicada en Moscú). Al aumento de
dichas desigualdades sociales contribuyó la supresión o reducción de las
prestaciones ofrecidas a la población, incluida la seguridad social de la era
soviética. Además, la corrupción existente en el interior de la burocracia
soviética habría derivado, según el politólogo Octavio Rodríguez Araujo, en las
mafias rusas que surgieron tras la caída de la URSS.17

Véase también
Economía de penuria
Historia de la Unión Soviética (1985-1991)
Disolución de la Unión Soviética
Referencias
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Heilboner, 1990; How.
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Heilbronner, Robert [1990]: "The world after communism", Dissent (otoño), pp. 429-
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Nove, Alec [1989], An economic history of the USSR, Londres, Penguin Books, p. 394
(hay traducción al castellano: Historia económica de la Unión Soviética, Madrid,
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Perlo, Victor [1991]: "The economic and political crisis in the USSR", Political
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Pointing, Clive [1991]: A Green Story of the World (traducción: Historia Verde del
Mundo, Paidós).
Vedery, Katherine [1991]: "Theorizing socialism: A prologue to the "Transition",
American Ethnologist, 18, pp. 419-439.
Milanović, Branko [1998]: "Income, Inequality, and Poverty During the Transition
from Planned to Market Economy", 68-69, pp.
Como se puede ver es básicamente una selección de publicaciones de los años 1990 y
1991, año en que la caída del Bloque del Este dispara el número de publicaciones
sobre el tema, y todas las publicaciones económicas dedicaban un gran número de
páginas a la disolución de la Unión Soviética.

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Categorías: Economía del siglo XXEconomía de la Unión SoviéticaEconomía planificada
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