VALENTÍN

EL P
D O M I N G O

“Nada destruye más

el respeto por el Gobierno
FUSTER:
y por la ley que la aprobación
de leyes que no pueden
ponerse en ejecución”
“NUESTRA
(Albert Einstein)
SOCIEDAD

MUNDO
ACELERADA
SUFRIRÁ UN
‘CRASH’
E
MENTAL”

SALUD
CONTRA EL MIEDO
A LA NUEVA VACUNA

¿HA IMPREGNADO
EL POPULISMO
EL DEBATE
SOBRE
EL COVID
Y LA
CONFIANZA
EN LA
VACUNA?

¿SE PUEDE
OBLIGAR
Madrid, Andalucía, Castilla y León, Galicia y Murcia impulsarán normas A VACUNAR
A QUIENES
«para dejar sin efecto una ley nociva para la educación de los hijos» SE NIEGUEN
A HACERLO?

¿TENDRÍA
SENTIDO UN
CERTIFICADO

DE
INMUNIDAD?
CARTA DEL FRANCISCO Ley Celaá: Educación
¿LA
DIRECTOR ROSELL se escribe sin hache INMUNIZACIÓN
PLANTEARÁ
LA NECESIDAD
LOS MINISTROS CRÍTICOS CON IGLESIAS DE CAMBIAR
LAS
CREEN QUE ‘‘LA EMPRENDERÁ’’ CONTRA EL REY PRIORIDADES
TRAS LOS PRESUPUESTOS ANÁLISIS LUCÍA MÉNDEZ
DE ATENCIÓN
SANITARIA?

¿POR QUÉ
ES TAN
IMPORTANTE
LOS ASESORES VACUNARSE
PAPEL POLÍTICOS, EL
CONTRA EL
SARS-COV-2?
PODER EN LA SOMBRA ¿ES EL COVID
UNA NUEVA
AMENAZA
CONTRA LA
CRO
´ NICA RESISTENCIA
DE LOS
ANTIBIÓTICOS?
SPIRIMAN, EL MÉDICO
ACTIVISTA: ‘TODO EL
MUNDO DEBERÍA
TENER CÁNCER PARA
VALORAR LA VIDA’

‘
“EN UN ENCUENTRO ENTRE AMBOS, EN MAYO DE 2019,
SÁNCHEZ LAMENTÓ ANTE RUBALCABA QUE NO HUBIERA
’
SIDO CAPAZ DE VER EN SU MOMENTO LOS MÉRITOS
DE QUIEN TENÍA ENFRENTE” (CAPÍTULO ‘PEDRO SÁNCHEZ’)
ACTUALIDAD
ECONÓMICA
EL BOOM DE MADRID. LA COMUNIDAD NO PARA POR LA PANDEMIA
G LA OMS: EL PAPEL DE PERIÓDICO SÍ ES SEGURO FRENTE AL CORONAVIRUS
G
 ELMUNDODOMINGOPÁGINA33
22 DE NOVIEMBRE DE 2020

SPIRIMAN

“SOBRE
La lucha contra el cáncer del médico más batallador..
VIVIRÉ”
“Rechacé ser político. Y eso que todos me buscaron”

CRO
´ NICA
34.
EL MUNDO. DOMINGO 22 DE NOVIEMBRE DE 2020
CRÓ
NICA

“En mi
POR
Martín
Mucha
REPORTAJE GRÁFICO

sueño
Carlos
García Pozo
Por un día, Spiriman lleva

premoni-
al superhéroe que siempre
luchó por ser tatuado en la
piel. En su espíritu, lleva un
nombre más humano, Jesús
Candel Fabregas (Granada,

torio el
1976). Tiene la piel morena,
mide 186 centímetros, es un
tipo entrañable en las dis-
tancias cortas. Una fiera sin
freno delante de una cáma-

cáncer
ra. Lideró las multitudina-
rias protestas contra Susa-
na Díaz. La derrotó en las
calles. Eso le dolió al socia-

lo tenía
lismo andaluz que se consi-
deraba invencible. Tras ello,
se convirtió en la cara del
activismo sanitario en Espa-
ña. A grito pelado. Y llegó la

en la
pandemia…
Y este médico, desde la
trinchera de urgencias, co-
menzó a narrar lo que veía

y sentía. Sin anestesia ni
cuidados paliativos. Un ví-
deo suyo titulado, «Jóvenes,
iros al carajo» se convirtió
en el más visto en español
sobre el Covid-19. Se le per-
dió la pista entre sus redes
sociales y las reverberacio-
nes. No es extraño para él...
Solo su canal propio de
YouTube acumula en total
casi 59,7 millones de repro-
ducciones. Otras tantas pa-
ra su Instagram y el doble
para su Facebook. Más de
200 millones.
1. TIEMPO DE VIVIR
Pero, cuando su voz se es-
cuchaba más, el 4 de agosto
de 2020, todo eso dejó de
importar. Todo superhom-
bre tiene su kriptonita. El
cáncer invadió el cuerpo de
este médico de 44 años. No
lo descubrieron en un esta-
do primigenio. Es de pul-
món y con metástasis en la
columna vertebral. Testaru-
do, a Spiriman le dieron
tres meses de vida y sigue
aquí. Está delante de mí
con sus sonrisas, su euforia
y sus lágrimas.
Se las seca tras reiterar
que se quiere curar. «Me
curaré», dice a su familia.
«Voy a vivir», lanza para
sus adentros. Estamos en
su fundación. «Yo soy un
médico activista, no un mé-
dico youtuber como quie-
ren resumir lo que hago».
Estamos en la planta alta.
Debajo hay niños estudian-
do, un pequeño campo de
baloncesto y un campo de
juegos. «Quiero ayudar».
Y ese es el verbo que, di-
ce, que le mueve. Él, que es
—quizá—, el médico con
cabeza”
Acaba de publicar un libro y libra
ahora la batalla más decisiva, y
no precisamente contra ninguno
de los políticos a los que tanto ha
insultado. El médico que puso en
pie de guerra a la sanidad
andaluza contra el Gobierno de
Susana Díaz, casi como un
superhéroe, tiene un cáncer muy
extendido. Lo soñó, nos dice,
unos días antes de ser
diagnosticado. “Tengo metástasis
en huesos, hígado, riñones, en el
otro pulmón. Me dieron meses de
vida. Me quedé alucinado. Antes
de mi cumpleaños ya había
muerto una vez”. De su grito más
viral contra los jóvenes, “Iros al
carajo”, aquí pasa a hablarnos
casi en susurros de su reto.
Así se sincera el granadino en
lucha cuyos vídeos en redes
sociales tienen más de 200
millones de visualizaciones...
más seguidores en redes
en español en el mundo es
un hombre que quiere de-
jar un legado. Su funda-
ción es una de ellas y se la
dedica a pequeños en ries-
go de exclusión. Acaba de
publicar un libro titulado
Lucha por lo justo (Ed
Martínez Roca), que en 15
días va por la quinta edi-
ción y está en la todopode-
rosa lista de los más vendi-
dos de Amazon. «Una ale-
gría tan grande».
—Comencemos con una
frase de tu libro: «La socie-
dad actual está falta de valo-
res por la falta de empatía,
por no ser capaces de ver
más allá de nuestra propia
sombra. Solo si miramos a
nuestro alrededor podre-
mos iniciar un cambio».
—Todo se basa en el ca-
riño por el otro. Hoy me lo
decía una mujer con cán-
cer de páncreas y me daba
su aliento por lo que he he-
cho, por mis palabras... Es
energía buena para supe-
rar lo que me pasa.
—El 4 de agosto sabes
que tienes cáncer. Ese día
cambia tu vida, es la krip-
tonita de Spiriman…
—Yo venía de Galicia
con mi mujer y mis hijos.
Ese día, en Salamanca pa-
ré, me dormí y soñé. Tenía
un cáncer. En mi sueño, lo
tenía en la cabeza. Al des-
pertar, estaba agobiado.
Ese 4 de agosto estaba de
guardia. Estaba inquieto.
Me dolía la espalda. Lo
achacaba otra vez a la gue-
rra que había librado desde
hace años. Contra la fusión
hospitalaria que puso a la
ciudad en pie. Contra Su-
sana Díaz. Contra la ges-
tión del gobierno en la
pandemia. Contra…
—Y ese día te haces las
pruebas.
—A las 7 de la tarde ter-
miné mi turno. Le dije a un
compañero, me voy a ha-
cer una placa de tórax. Te-
nía tos seca. Y lo vi. Había
un derrame. Pedí un TAC.
Me puse a llorar. Me pusie-
ron el contraste en el abdo-
men. Era catastrófico. El
diagnóstico era tumor de
pulmón…
—Quedaban 21 días para
cumplir 44 años…
—Sí y me dijeron que te-
nía cáncer. Estaba súper
avanzado. Metástasis en
huesos, hígado, riñones, en
el otro pulmón. Meses de
vida. Me quedé alucinado.
Antes de mi cumpleaños
ya había muerto una vez.
—Su metástasis llega
hasta la cadera…
—Acojona. Te enseña a
respetar la vida. Es una lu-

EL MUNDO. DOMINGO 22 DE NOVIEMBRE DE 2020
cha contra tu cuerpo. Como
no pelee, me mata. Tengo
que sacar esto adelante. Es
una auténtica lucha contra
la muerte. Ahora valoro los
momentos sencillos como
llevar al hijo al colegio. Cada
momento así, lo disfruto.
Porque todos sabemos que
nos vamos a morir pero
cuando te ponen fecha todo
cambia. Si bajo la guardia,
me muero. No es el momen-
to para estar triste… No me
puedo permitir un bajón.
Ahora dependo de mis linfo-
citos… No pueden fallar.
—Le dieron tres meses
de vida y ya ha pasado ese
límite…
—Estoy fuerte como el ri-
pio. Perdí 15 kilos y ya he
recuperado ocho… Me fui a
casa con mi mujer y fui a
recogerme, callé por un ra-
to. Pensaba en mis hijos.
Tienen 13, 12, 10 y 8 años.
Mi esposa me dijo: «No te
vas a morir de esto». Ella es
médico también. «Eres un
luchador. Quieres vivir. El
que quiere vivir, vive. El que
quiere salir, sale». Me aislé.
Ahora estoy dedicado a
vencer al bicho. Es una mu-
tación que afecta a alguien
que no fuma y no tiene an-
tecedentes. Lo que me pasa
se explica por el alto nivel
de estrés que he vivido des-
de que logramos derogar la
fusión hospitalaria.
2. LAS PROMESAS
Lo más importante para él
es la promesa a su familia.
A esa médico intensivista
que conoció en la carrera.
Cuando estudiaba en la
Universidad de Granada se
enamoró de sus ojos, de to-
da ella. Y así desde enton-
ces hasta ahora. Ella en la
sombra, él con todos los fo-
cos encima. Ella le dio todo
el aliento que necesitaba
aunque su pronóstico es
grave. Más que grave.
—Ahora le han lapidado
por escribir: «El que se
quiere curar de cáncer, se
cura y el que no, se muere»,
—La ciencia dice que una
persona optimista tiene más
probabilidades de curarse.
¡Uno se puede curar! Tendré
controles de por vida. Pero
lo conseguiré… Pienso que
todo el mundo debería tener
cáncer para valorar la vida.
Te hace mejor persona. Los
que lo han superado lo prue-
ban. No puede ser una mala
persona quien ha vencido al
cáncer. Saca todo lo bueno
de uno. Necesitas ser buena
persona para curarte…
—El cáncer se ha conver-
tido en sinónimo de muerte.
—Es la muerte porque
sabemos que te va a matar.
Pero, ¿por qué te puedes
salvar? ¿Cómo? Esa es la
redención. Sacar al lucha-
dor que tienes dentro… Y la
forma de enfrentar a la en-
fermedad es dura pero hay
que luchar y creer. No estoy
faltando al respeto al que
padece cáncer… Porque es
familiar de… ¿Tú que coño
sabes? Yo estoy en urgen-
cias y los hay que vienen a
morir. A que los sede, a no
sufrir. No quieren luchar
más y lo respeto. Me dicen:
«¿Cómo te atreves a decir
eso?» Y yo respondo: «¿Tú
estás escuchando? Yo sólo
hablo de optimismo y lu-
cha. De querer vivir.
3. LAS ANALÍTICAS
Nuestro encuentro es un
miércoles. El viernes tenía
cita con quimioterapia. Sue-
na el teléfono. Una vez.
Otra. Pide disculpas y con-
testa. Su rostro en persona
es siempre afable, optimis-
ta… no tiene nada que ver
con el que aparece delante
de la cámara. Ese es más en-
rabietado, deslenguado. Ver-
borreico. Por ello llegaron
las controversias, las de-
mandas, el pago de indem-
nizaciones… Hay cambio de
semblante. Las analíticas no
han ido bien. Las defensas
están bajas y el tratamiento
se suspende hasta que mejo-
re. Hace una pausa. Suspira.
Continuamos…
—El cáncer es como un
juicio final… También se
piensa que cuando uno se
está muriendo por este mal,
se gana la compasión de to-
dos. No pasa con usted. Mu-
chos le desean la muerte...
—Cuando hablas claro
puede pasar eso. He insul-
tado a quien ha hecho da-
ño, a quien ha robado y eso
35.
CRÓ
NICA
no me lo perdonan. Pero sí
lo ha valorado la gente. De-
ben de entender que ahora
se lucha con la palabra. Si
hubiera nacido 1.000 años
atrás, quizá hubiera tenido
un ejército detrás. Pero no.
Tengo mi voz.
—¿Cuántos procesos ju-
diciales tiene abiertos? Su-
sana Díaz fue su principal
enemiga…
—Tengo sentencias recu-
rridas hasta en el Tribunal
Constitucional… Pero todo
pasa por situaciones como
insultar a un juez que dejó
en libertad a toda una red de
prostitución de menores. Sí,
le insulté… Estoy cansado
de que nadie haga nada. Y
lo hacen porque salpica a
cargos políticos. Es una tra-
ma de gente en el poder…
—Lo que cuenta es muy
grave...
SIGUE EN PÁGINA 36
36.
CRÓ
NICA
VIENE DE PÁGINA 35
—Sentía y siento ver-
güenza. Y es además un
despilfarro. He denunciado
y denuncio desde cómo al
jefe de una plataforma de
compra de hospital le llena-
ban la despensa de su casa,
hasta yates en Marbella
con orgías que se monta-
ban con dinero público.
Son personas en puestos
directivos con cargos de li-
bre designación... Es una
vergüenza de clase política
que roba y prevarica… Lo
he vivido en primera línea.
—¿Se arrepiente? ¿De lo
que ha dicho o cómo lo ha
dicho?
—Sabes lo que pasa, que
yo les he dicho a los hijos
de puta que son hijos de
puta. No me arrepiento. Se
dice mucho en Granada
esa expresión. Lo único
que han querido al deman-
darme es ganar dinero...
Los jueces se han quedado
con la frase y no con el
fondo. Le he tenido que pa-
gar 5.000 euros a un jefe
de servicio demostrando
que hacía barbaridades…
Es un sinvergüenza. Pero
él pedía 60.000 euros por
dañar su honor. Y me ha
tenido que pagar 6.000 por
costas. Esa es la película.
—Casi le suspenden 100
días sin ejercer… Para un
médico ese es un golpe tre-
mendo...
—Sentí vergüenza por
mi colectivo. Por la gentu-
za que preside los colegios
de médicos. Una persona
puede perder su trabajo so-
lo por defenderse. Por res-
ponder a los ataques en re-
des sociales. Esa persona
que me denunció me dijo
que yo soy «un misero». Yo
le respondí que él era «un
El médico de urgencias Jesús Candel Fabregas (Granada, 1976)
SECUEN- y sus verdades al desnudo. En su encuentro con ‘Crónica’ no se
CIA VITAL calla sobre sus colegas, sobre los políticos y sobre la pande-
mia... Lo dice todo sin anestesia. CARLOS GARCÍA POZO
gilipollas integral». Él me
podía desprestigiar por
usar palabras biensonan-
tes. Pero a mí, por ser vul-
gar, me podían inhabilitar
en mi trabajo. Pero no lo
consiguieron.
4. ESTÓMAGOS
AGRADECIDOS
— Su verbo más usado es
apesebrar… Se dice en la
cuarta acepción de la RAE
que pesebre es «despectivo:
Beneficio o prebenda a mili-
tantes del partido en el Go-
bierno o a quienes lo han fa-
vorecido». Mas ¿qué signifi-
ca para usted exactamente?
—Es una palabra que uso
para provocar. Te voy a decir
quien no es una apesebrada.
La jueza Alaya es un ejem-
plo. Ella no lo es. O el primer
fiscal que analizó mis videos
por el cargo de incitación al
odio. Hizo un alegato. Expli-
có muy bien el sentido de
mis palabras. Que utilizo
términos vulgares y soeces
para llegar a más gente, que
tiene que analizarse en ese
contexto. Ese fiscal, por cier-
to, fue expulsado. Lo man-
daron a lo civil.
—Usted ha dicho que
Twitter es un nido de
odio... A usted le cerraron
su cuenta...
—Me retuiteaban más
que esos que tienen tres
millones de seguidores. He
vivido su odio en mis car-
nes. De la gente de extre-
ma izquierda y de la extre-
ma derecha. Es una un ni-
do de generar enfrenta-
miento ideológico...
—Y es la red favorita de
Trump. También de Vox y
Pablo Iglesias, por ejemplo
—Todos me ofrecieron
puesto. Pablo Iglesias me
mandó a Iñigo Errejón. Ni
lo recibí. Me ofreció cargo
Moreno. Y Abascal también.
Primero tenía cabida en to-
dos los partidos. Pude ser
político y lo rechacé. Tam-
bién me ofrecieron puestos
en el PSOE. No entendie-
ron que lo único que defen-
día era a mis pacientes. Y
que luchó contra la malver-
sación. No aguanto la men-
tira. Ni la hipocresía. Te
tengo que contar que nin-
guno de esos políticos ha
tenido los cojones para de-
batir conmigo en directo…
—¿Por qué? Ni Pablo
Iglesias…
—Me lo comía. Es un
acomplejado. Es como
Santiago Abascal. Son dos
ninis. Mienten en todo.
Son dos vividores. Lo úni-
co que ansían es tener lo
que tienen. Y lucirse. Cre-
en que la calle es suya. Mis
movilizaciones cambiaron
eso. Mira a Teresa Rodrí-
guez, me llamó «analfabe-
to político». Y ya la quita-
ron, porque molesta.
—¿Y qué es Fernando Si-
món para ti?
—Representa la persona
nombrada. Un chupóptero.
Un típico apesebrado del
sistema. Lo que necesita
un partido para hacer las
cosas mal. Su cargo es pa-
ra una persona que debe
ser el number one... Siem-
pre he denunciado lo que
iba a pasar con el coronavi-
rus y no me he equivoca-
do... Se ha querido hacer
ver que soy un demente,
un degenerado, un loco...
EL MUNDO. DOMINGO 22 DE NOVIEMBRE DE 2020
Me acusan de ser de extre- cos no van a hacer nada.
ma izquierda y derecha. ¡Panda de apesebrados!
Pero solo he contado la pu-
ta realidad del bicho... Fer- 5. EL VERDADERO
nando Simon es lo que ne- SUPERHÉROE
cesita el sistema. El estó- Se calma. Es tarde. Ya los
mago agradecido. Un des- niños se fueron. Desde su
graciado. Un inepto… oficina se ve la carretera.
—Hay gente que no había Apenas hay coches. Un ca-
visto un vídeo suyo hasta mión está mal aparcado
que con la pandemia dio su afuera. Son más de tres ho-
versión de los hechos… ras de conversación. Y
Contó que se estaban ha- queda mucho por contar…
ciendo mal las cosas, que la Últimas preguntas y su
gente moría… Y eso muchos gran promesa: ser un su-
no querían escucharlo… perhéroe verdadero.
—Coincido contigo. Pe- —¿En qué se ha equivo-
día que asumieran su res- cado, Jesús?
—Mi error, el mayor de
todos: No haberle dedicado
más tiempo a mis hijos. En
lo otro solo he dicho la ver-
dad. Me he expresado de
manera soez y vulgar y lo
seguiré haciendo. No soy
ponsabilidad. Que nos en- políticamente correcto. So-
frentábamos a algo que po- lo cuento las barbaridades
día ser catastrófico. ¡Que que veo. ¿Por qué tengo
no os cuesta nada usar la que hablar bien? Llamar
mascarilla! ¡Que no debía- hijo de puta al que es un
mos ir a partidos de futbol! hijo de puta no vulnera su
No decía nada que no se derecho al honor.
hubiera contado ya. ¡Inclu- —A tus amores les has
so en las películas sale! La prometido que sobrevivi-
solidaridad mata al virus… rás. ¿Cumplirás?
—Criticó incluso que les —Aunque sea duro, cum-
aplaudieran a ustedes, a pliré. Porque ellos se lo
los médicos. Y sí, lo hizo merecen... (Silencio) Me
desde el principio. Cuando has hecho llorar, cabrón.
todo comenzaba… Sobreviviré.
—Sabía lo que iba a pa- Se quedan tantas pala-
sar, que estábamos vendi- bras por contar. Sus refle-
dos. Sin material, sin pro- xiones. Más sensaciones.
tección. Cuando aplaudían Afuera, estoy esperando un
les llamaba borregos. Y taxi. Spiriman se ha olvida-
ahora nadie aplaude… Se- do las llaves de su furgone-
guimos muriendo. Todo ta en casa y me acompaña.
pasa porque aquí la iz- No quiere que le espere. Se
quierda es manipuladora. queda ahí solo, frente al
Y la derecha es tonta y edificio de su fundación. Se
acomplejada.
—También lo
hizo Cavadas y le
lanzaron a sus UNA ÍNTIMA CONVICCIÓN
respectivas hor-
das…
“… Pienso que todo el
—Hay tantos mundo debería tener cáncer
Cavadas de la para valorar la vida. Te
sanidad pública, hace mejor persona”
buenos médicos
que destacan so-
lo por hacer bien UNA REFLEXIÓN HACIA
su trabajo... Y FUERA “Mucho de lo malo
eso les molesta. que pasa en la política en
Pero hay que de-
cir que en la ca- España es porque aquí la
rrera de Medici- izquierda es manipuladora.
na hay una com- Y la derecha es tonta
petitividad en-
fermiza, de estar
y acomplejada”
por encima de
los demás. En el
momento en que
una persona alza la voz, despide de mí y del taxista
no les gusta. Es muy co- que le conoce, todos en su
barde. El colectivo médico Graná le reconocen. Da pa-
es muy hipócrita. Nunca sos cortos y espera a su mu-
se han puesto de huelga y jer. Se lleva la mano a la bo-
lo hacen cuando... ¡Habéis ca. Su silueta se dibuja en el
estado rascándoos las na- asfalto, como en un dibujo
rices en verano! Ya enton- antiguo de DC Comics.
ces sabían que los políti- @Mart1nMucha