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Exposición de física 2

Campo magnético e inducción magnética


Un campo magnético es una idea que usamos como herramienta para
describir cómo se distribuye una fuerza magnética en el espacio
alrededor y dentro de algo magnético.

Cuando hablamos de la fuerza debida a un imán (o cualquier fuerza,


para el caso), esta tiene que actuar sobre algo. Estrictamente
hablando, un campo vectorial de fuerzas nos dice la magnitud y la
dirección de la fuerza que actúa sobre una partícula de prueba en
cualquier punto.

Para la fuerza eléctrica, la partícula de prueba que usamos es el


electrón. Resulta que no hay una partícula equivalente para la fuerza
magnética. Al tal partícula la llamamos monopolo magnético. Hasta
donde sabemos, los monopolos magnéticos no existen; todas las
fuentes de campo magnético son dipolares por naturaleza.

La mayoría de nosotros estamos familiarizados con objetos


magnéticos cotidianos y reconocemos que pueden existir fuerzas entre
ellos. Comprendemos que los imanes tienen dos polos y que
dependiendo de su orientación se atraen (polos opuestos) o se
repelen (polos iguales), y sabemos que existe una región alrededor de
ellos donde esto sucede. El campo magnético describe esta región.

Una forma alternativa para representar la información contenida en un


campo vectorial es por medio de las lineas de campo. En esta
representación, omitimos la cuadrícula y conectamos los vectores con
líneas suaves. Podemos dibujar tantas líneas como queramos.
La descripción por medio de líneas de campo tiene algunas
propiedades útiles:

 Las líneas de campo magnético nunca se cruzan.


 Las líneas de campo magnético se amontonan de forma natural
en las regiones donde el campo es más intenso. Esto significa
que la densidad de líneas de campo indica la intensidad del
mismo.
 Las líneas de campo magnético no comienzan ni terminan en
algún lugar, siempre forman curvas cerradas y continúan dentro
de un material magnético (aunque no siempre las dibujamos de
esta forma).
 Necesitamos una manera de indicar la dirección del campo. Para
esto, a menudo dibujamos flechas sobre las líneas, aunque a
veces no lo hacemos. En estos casos, debemos indicar la
dirección de alguna otra forma. Por razones históricas, la
convención es etiquetar una región como "norte" y otra como
"sur" y dibujar solo las líneas que van de uno a otro "polo", así
como suponer que las líneas van de norte a sur. Usualmente
colocamos las etiquetas "N" y "S" en los extremos de una fuente
de campo magnético, aunque, estrictamente hablando, esto es
arbitrario y no hay nada especial sobre estas regiones.
[Explicación de cómo funciona el campo magnético de la Tierra.]
En el mundo real, podemos visualizar las líneas de campo de forma
sencilla. Comúnmente lo hacemos con limadura de hierro esparcida
alrededor de una superficie cercana a algo magnético. Cada partícula
de la limadura se comporta como un pequeño imán con un polo norte
y un polo sur. Las partículas de limadura naturalmente se separan
unas de otras porque los polos similares se repelen. El resultado es un
patrón semejante a las líneas de campo. Mientras que el patrón
general siempre será el mismo, la posición exacta y la densidad de las
líneas de limadura dependen de cómo caigan sus partículas, su
tamaño y sus propiedades magnéticas

¿Cómo medimos campos magnéticos?

La dirección es fácil de medir. Podemos usar una brújula, que se alinea


con el campo. Las brújulas se han usado para navegar (utilizando el
campo magnético de la Tierra) desde el siglo XI.
Interesantemente, medir la intensidad es mucho más difícil. Los
primeros magnetrómetros funcionales estuvieron disponibles hasta el
siglo XIX. Para funcionar, la mayoría de estos magnetómetros
aprovechan la fuerza que siente un electrón cuando se mueve a través
un campo magnético.

La medición precisa de campos magnéticos pequeños solo ha sido


práctica desde el descubrimiento, en 1988, de la magnetorresistencia
gigante en materiales especiales de capas múltiples. Este
descubrimiento en la física fundamental fue rápidamente aplicado a la
tecnología que usan los discos duros para almacenar datos en las
computadoras, y como consecuencia la la capacidad de
almacenamiento aumentó más de mil veces en pocos años (de 0.1 a
100 \mathrm{Gbit/pulgada^2}Gbit/pulgada2G, b, i, t, slash, p, u, l, g,
a, d, a, squared entre 1991 y 2003 [2]). En 2007, Albert Fert y Peter
Grünberg recibieron el Premio Nobel de Física por este
descubrimiento.

En términos de ecuaciones, denotamos la magnitud del campo


eléctrico con el símbolo B. También puede que veas una cantidad
llamada "intensidad de campo magnético", denotada con el
símbolo H. Tanto B como H tienen las mismas unidades, pero H
toma en cuenta el efecto de que los campos magnéticos se
concentran en los materiales magnéticos. Para problemas simples
que se desarrollan en el aire, no necesitas preocuparte por esta
distinción.
¿Cuál es el origen del campo magnético?

El campo magnético ocurre siempre que una carga está en movimiento. Conforme
se pone más carga en más movimiento, la magnitud del campo magnético crece.

El magnetismo y los campos magnéticos son un aspecto de la fuerza


electromagnética, una de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza.

Fuentes de campos electromagnéticos generadas por el hombre:

Además de las fuentes naturales, en el espectro electromagnético hay también


fuentes generadas por el hombre: Para diagnosticar la rotura de un hueso por un
accidente deportivo, se utilizan los rayos X. La electricidad que surge de cualquier
toma de corriente lleva asociados campos electromagnéticos de frecuencia baja.
Además, diversos tipos de ondas de radio de frecuencia más alta se utilizan para
transmitir información, ya sea por medio de antenas de televisión, estaciones de
radio, estaciones base de telefonía móvil, sistemas Wi Fi y otros.

Inducción magnética

Utilizada en generadores y en motores eléctricos, la inducción electromagnética


explica cómo un campo magnético cambiante puede producir una corriente
eléctrica y, a la inversa, cómo una corriente eléctrica genera un campo magnético
a su alrededor.

La aplicación más común de la inducción electromagnética es la generación de


electricidad, cuando una bobina de material conductor, generalmente de cobre, se
mueve en presencia de un campo magnético producido por ejemplo por un imán.
Las líneas del campo magnético del imán hacen que fluyan los electrones en el
cable de la bobina. El responsable de este descubrimiento científico fue Michael
Faraday.
Faraday, un físico y químico inglés nacido en 1791, hizo importantes
contribuciones en el campo de la química, pero es especialmente conocido por la
Ley de Faraday, relacionada con la electricidad y el magnetismo. De procedencia
humilde, fue inicialmente ayudante de un importante científico de su época,
Humphry Davy, a quien llegó a eclipsar por la trascendencia de sus aportaciones.

Recarga de teléfonos móviles por inducción

La recarga de los teléfonos móviles sin necesidad de enchufarlos a la red eléctrica


ya es posible en los últimos años. La circulación de una corriente eléctrica en una
bobina produce un campo magnético que alcanza al teléfono móvil. En el interior
del teléfono, otra bobina ve atravesar el campo magnético procedente de la fuente
y se induce en ella una corriente eléctrica que permite la carga de la batería. Este
fenómeno también se pretende aplicar a la carga de baterías de vehículos
eléctricos, y ya existen numerosos prototipos.

Hornos industriales de inducción

Un horno de inducción es un aparato eléctrico que se utiliza para fundir metales y


cuyo calor se produce por inducción. Por las paredes exteriores del horno se hace
circular una corriente eléctrica en unas bobinas que producen un campo
magnético en el interior del horno. La corriente eléctrica inducida en el material
metálico introducido en el interior del horno se transforma en calor que calienta o
funde el metal. Es una tecnología más limpia que la empleada en hornos de arco o
en otros procesos de fundición, pero exige un buen control del proceso y la
vigilancia del estado de los materiales refractarios de las paredes interiores del
horno.
También las líneas de inducción magnética se caracteriza como:

 Está compuesto de líneas imaginarias, continuas y cerradas.


 Las líneas de inducción, teóricamente, salen del polo norte y entran en el
polo sur, cerrando internamente el circuito de sur a norte.
 Las líneas de inducción se acumulan en las cercanías de los polos, donde
es mayor la densidad.
 Para cada punto del campo, hay un vector inducción magnética, B,
tangente a la línea de inducción que pasa por el punto.
 Las líneas de inducción no se cruzan.
 La inducción magnética en el campo es proporcional a la densidad de
líneas en una región.
La Tierra como imán gigante: El fenómeno, además, está haciendo que los
modelos existentes de descripción del campo magnético necesiten ser
actualizados. Debido a su núcleo hecho de metal líquido, la Tierra funciona como
un enorme imán con polos positivo y negativo. El campo magnético es una "capa"
de fuerzas alrededor del planeta entre estos dos polos.
"Es el campo magnético que nos protege de las partículas que vienen de fuera,
especialmente del viento solar (que puede ser muy nocivo)", explica el geólogo
Ricardo Ferreira Trindade, investigador del Instituto de Astronomía y Geofísica de
la Universidad de São Paulo (USP).”
La mayor parte del campo magnético es generado por el movimiento de los
metales líquidos que componen el centro del planeta. Conforme el flujo varía, el
campo se modifica.
La cuestión, según Trindade, es que en los últimos diez años ha "variado a una
velocidad mucho mayor de lo que variaba antiguamente".
El Polo Norte cambia constantemente la posición de su magnetismo, pero siempre
dentro de un límite. Aunque la dirección de estos cambios es imprevisible, la
velocidad solía ser constante.
Sin embargo, en los últimos años el norte magnético se está moviendo de Canadá
a Siberia a una velocidad mucho mayor que la proyectada por los científicos.

Las causas
Los científicos están trabajando para entender por qué el campo magnético se
está modificando con tanta velocidad.
"El campo es todo variable y muy imprevisible", afirma Ernesto.
El movimiento del Polo Norte puede estar ligado a un chorro de hierro
líquido moviéndose bajo la superficie de la corteza terrestre en la región bajo
Canadá, según un estudio de investigadores de la Universidad de Leeds,
publicado en Nature Geoscience en 2017.

El campo es tan variable que el polo norte y el polo sur magnéticos ya se han
invertido muchas veces desde la formación del planeta.
Su actual configuración es la misma hace 700 mil años, pero puede comenzar a
invertirse en cualquier momento. Según Ernesto, esa inversión tardaría unos mil
años.
"Puede ser que (la aceleración en los cambios en el campo) signifique que está
caminando hacia una inversión, pero no hay certeza, puede ser que sea sólo una
aceleración momentánea", dice Ernesto.

Consecuencias terrestres del viento solar


El 13 de marzo de 1989 una gran emisión de masa procedente del Sol originó un
fallo en la central eléctrica de Quebec, privando de electricidad a seis millones de
personas en Canadá y EE.UU. durante más de nueve horas. Ese mismo día,
varios satélites de comunicación y defensa fallaron y sus órbitas resultaron
modificadas. Este hecho, entre otros, ha dado lugar a una nueva línea de
investigación conocida como «meteorología espacial». Esta disciplina no sólo
abarca aspectos científicos y tecnológicos, sino también sociales. De ella se ocupa
el grupo de investigación de la Universidad de Alcalá Space Research Group -
Space Weather, integrado por las físicas Yolanda Cerrato, Consuelo Cid y Elena
Saiz.
Aunque el Sol parezca un disco amarillo de brillo constante, la realidad es muy
diferente. En sus estructuras magnéticas se producen esporádicamente
fenómenos explosivos y violentos, originando distintos tipos de fenómenos solares
como fulguraciones, prominencias, emisiones de masa coronal, etc. En ellos se
liberan grandes cantidades de energía (del orden de 1025 J, equivalentes a
40.000 millones de bombas atómicas de Hiroshima), partículas y campo
magnético que viajan por el medio interplanetario y que afectan de forma
importante al entorno terrestre cuando se dirigen hacia la Tierra. Bajo estas
condiciones perturbadas se producen cambios importantes en todas las escalas
espaciales del entorno terrestre: magnetosfera, ionosfera, atmósfera, etc., y los
efectos son percibidos también en la superficie. Es lo que se conoce como
tormentas geomagnéticas, análogas a los tornados o huracanes de la
meteorología terrestre.
El astro tiene un comportamiento dinámico que cambia cada 11 años -como las
estaciones en la Tierra-. En condiciones de «tiempo en calma», como la actual, el
Sol emite un flujo continuo de partículas cargadas, conocido como viento solar,
que interacciona con el campo magnético dipolar terrestre, distorsionándolo. La
interacción conduce a un sistema complicado de corrientes eléctricas que dan
lugar a la estructura completa que adquiere la magnetosfera terrestre.

En las telecomunicaciones
Entre los principales sistemas tecnológicos con base en tierra afectados
seriamente por el tiempo espacial se pueden citar los estudios geomagnéticos
para interpretaciones geológicas, las redes eléctricas de alta tensión, los
gaseoductos y oleoductos, los cables de telecomunicación a larga distancia e
incluso el sistema de señalización ferroviario. Mientras que los primeros están
relacionados directamente con la interferencia directa sobre las medidas del
campo magnético, los cuatro últimos lo están con los efectos que producen las
corrientes inducidas en materiales conductores.
Los sistemas de comunicaciones y navegación también pueden verse seriamente
afectados por los cambios imprevistos de densidad de partículas cargadas de la
ionosfera, que modifican la fase y amplitud de las ondas electromagnéticas. Esto
origina fluctuaciones de la intensidad de la señal, distorsión y pérdida gradual de
potencia, lo que hace que en casos extremos se pierda la comunicación con el
satélite. Asimismo, esta degradación de señal causa errores de posicionamiento
en los sistemas de posicionamiento global (GPS) o en sistemas de navegación
terrestre por ondas radio.

No podemos olvidar tampoco que aunque la atmósfera y magnetosfera terrestres


permiten, en condiciones normales, la adecuada protección para los humanos en
la superficie, sin embargo, en el espacio, los astronautas están sometidos a dosis
potencialmente letales de radiación. La penetración de partículas de alta energía
en las células de los tejidos conduce a cambios cromosomáticos y,
potencialmente, cáncer.

1989 y 1859, ¿estamos preparados?

Aunque los satélites no se dañen permanentemente, la interrupción en su


funcionamiento puede causar contratiempos significativos. En marzo de
1989 una de las tormentas solares más fuertes de las que se tiene registro
afectó múltiples sistemas satelitales (y terrestres), satélites geoestacionarios
tuvieron que ser re-orientados y algunos de órbita polar estuvieron horas fuera
de control.

La ocasión sirvió para probar que la infraestructura satelital puede resistir una
tormenta, pero no se tiene certeza de lo que pasaría en caso de un evento
solar de mayor magnitud. Dr. Sten Odenwald del NASA's Goddard Space Flight
Center estima que un evento solar como el que se cree ocurrió en 1859 podría
generar aproximadamente US$70 mil millones en pérdidas, afectando los
aproximadamente 900 satélites actualmente en uso.

Por lo tanto, los sistemas satelitales más críticos (por ejemplo los de
navegación), se diseñan con redundancia de componentes, materiales extra
resistentes e incluso corrección en tiempo real de señales.

La scintilación de la ionósfera debido a actividad solar incrementada puede


generar fallas de comunicación en zonas ecuatoriales. Similarmente, la rotación de
Faraday es un fenómeno que afecta en especial las comunicaciones en
frecuencias bajo los 2 GHz. Cuando hay mucha actividad solar, la rotación de fase
afecta frecuencias más altas y puede interrumpir la comunicación entre satélite y
tierra. Estos dos fenómenos físicos sólo producen problemas momentáneos.

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