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razon
El arte de Razonar. Persuadir. Refutar
Un programa integral de iniciación a la lógica . el debate y la dialéctica.
Con el DICCIONARIO DE FALACIAS más completo
Edición ampliada
USO DE RAZÓN
El arte de Razonar, Persuadir, Refutar
Febrero 2012
En internet: www.usoderazon.com
ISBN~13: 9781461134510
A Ja¡;¡'er, Ullai, Aillhoa, JI/liette y Alejalldro,
que hall atral'eJado el Bachillerato y la
Unú/erfl'dad sin oír hablar de e.rLas COJa.f.
DIVISIÓN DE LA OBRA
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USO DE RA.zÓN
PRESENTACIÓN
Un bombre puede argumentar bien sin entender los principios del
razonamiento, igllal que plfede)ugar bien al billar sin entmder la mecánica ana/itica. Pe irce.
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Ricardo García Damborenea
bable ... ; en suma: maneja el mismo repertorio lógico que utilizará durante
toda su vida.
Aprendemos a razonar del mismo modo que aprendemos a hablar:
po r imitación. A lo largo de nuestra vida mejoramos nuestra capacidad,
en mayor o menor grado, según sea la calidad de los modelos que nos
rodean . A esta pedagogia ambiental se suma con ventaja el estudio de la
gramática y de la lógica, indispensable para superar los estadios elementa-
les de nuestro desarrollo expresivo. Necesitamos estudiar, sobre todo,
para evitar los fallos propios y no imitar los ajenos, porque nacemos con
más disposición para equivocarnos que para acertar. Si hay algo que po-
demos hacer bien o mal, bueno será conocer la manera de hacerlo bien.
11 ¡¡ intención es contribuir a la difusión de este conocimiento. Lejos
de cualquier ánimo doctrinario, hago mías las palabras del Arcipreste de
Hita:
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USO DE RA.zÓN
Primera parte
ESTA ES LA CUESTIÓN
Las clases de cuestiones que pueden aparecer en Llll debate y los tipos
de argumentos que reclama cada una de ellas
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Ricardo García Damborenea
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USO DE RA.zÓN
INTRODUCCIÓN
¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO?
Sóc rates - SlfjJongo, Gotgias. qlle tú
también úenej' la experiencia de numerosas
dísCIIsio!1eJ y q/le bar ob.rervado en ellas qlle
difúilmenfe f(msigllen los interloClltores precisar el
o/veto sobre el que intentaH dialogar. 1
1. La cuestión
¿Qué es lo más importante para abordar una discusión? Saber de qué
se discute. Tal homenaje a Perogrullo no es gratuito . La experiencia coti-
diana muestra la facilidad con que nos enzarzamos en disputas mal esta-
blecidas. Tan absurdo como encargar Wl traje sin conocer quién lo vestirá
es preparar argumentos antes de averiguar qué debemos defender y cuá-
les son las exigencias de su defensa. Así pues, el principal mandamiento
para quien pretenda participar en un intercambio de ideas, dice que, lejos
de malgastar sus primeras energías en un acopio tal vez inútil de razona-
mientos, deberá pretisar el objeto sobre el que intenta dú;¡/ogar: ¿en qué consiste
el desacuerdo? ¿dónde radica el meollo de la discrepancia? ¿qué me nie-
gan? ¿qué pretendo concretamen te rechazar?
1 Platón, Gorg,ias.
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Todo lo que Je dimlle se reduce a tres ",esttlJlles: Si caSte la <vsa, qué es la <VJa
y cómo es la <vsa. Cicerón.'
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USO DE RA.zÓN
Los que displltan hall de tVllliwir pnmero en lo que lratall, que ef In que lla-
man eslado de la causa, o elPlllltO de qlle principalmente fe duda.)
***
En suma: el primer paso en toda polémica debe servir para precisar la
cuestión: ¿qué es lo que se discute? ¿sobre qué asunto y sobre qué
aspecto de dicho asunto? i\ esto nos referimos cuando hablamos de "n-
Irar el debate o atVtarlo.
----!2l1e /lO me den a mi a entender que ésta /lO Jea bada de barbero y éfta al-
han/a de afilo.
- Búm podria ser de bom'·a - dijo el mra.
- Tanto mOllta~ que el mso 110 coltsiste en eJO, sillo en ri es o /lO es albarda.
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Arirtipo pedía una ¡,'Z dinero a Diollisú), Objetó úte que, segúll elpropio Aris~
tipo, el sabio no lo 1l"'JlÚ ReJjxJndúj AriSlipo,' Dame el dinero, y luego enlra~
remos en eJa cuef/ión. Dióselo Dionúio, y al momen/o dijo elfllóscfo: ¿ Vef có-
mo IZO neceJilo? 6
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LA CUESTIÓN DE HECHOS
O CONJETURAL
Lizaro} engalfado me baso.Turaréyo a DiOJ que haJ" ttÍ comido !as UI/as de trey
a treJ.
No !Vmí, dijeyo; mas ¿por qué sospCi"háis eso?
¿Sabes en qué l'eo que las comiste tfU a tm? En que mmíayo dos a dosy ,'a-
lIabas.
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USO DE RA.zÓN
Comen:;:arrm a informarse de por qué medios, en qué lllgar, en qué día, a qué
hora, cómo ya propósito de qué le había llegado aquelgran tesoro. Rabelais .
LJ que se presmta aju",o no es si Clodio fue muerto (algo q/le nosotros reamo·
"mos; hay mllstancia de que se realizó Hna emboscada). LJ que no está claro es
por parte de quién se realic;á esa emboscada. Esto es lo que estamos disi7,áúrdo
y 110 el h"ho múmo.1
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¿Es posible que ommera, que jueras tú, que juera ayer... ?
¿Exirtm úzdiaos de q"e o",mera, de que /o hú:úras ttÍ, de que jitera así..?
¿Tmías motivos para dmar/o?
1. Que existan signos in directos de que las cosas han ocurrido de W1a
determinada manera. Pueden ser de dos tipos: indicios y motivos.
2. Que sea posible, que pueda ocurrir. Por ejemplo, es posible que
existan escuchas telefónicas y no es po sible, por más indicios que aClll11U-
lemas, que el terrorismo desaparezca de la noche a la mañana. T aD1pOCO
es posible que haya intervenido en un hecho quien no tenía capacidad de
hacerlo porque no estaba presente, carecía de medios o de autoridad.
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USO DE RA.zÓN
a. Indicios
Indicio es todo hecho conocido que sugiere la existencia de o tro no
conocido: si veo hlUno infiero que hay fuego; si lUla mujer amamanta a
un nií'ío colegimos que no es virgen.
us hijos del rey han hu/do, lo que los e:;"polle a JospechaJ. 1 1acbeth.
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Ricardo G arcía Damborenea
Supongo que era elpresidente porque ti llIl i'Oihe I/egro, grande, (1m los mitales
osmros.
La tierra alegre, el "elo daro, el aire limpio, la luZ serena, "ada UlIO por Jiy to-
dos Jltn!!)s daball manifiestas señaleJ de qlle el día había de ser serello y "laro.
Quijote.
No había pruebas, solo destellos que podíall signifi"ar algo o 110 signifi"ar na-
da.'o
Poole- Señor, júe lan deprisa y la perfOlla iba lan encorvada, que no me
atrel/'eria a jurarlo. Pero si usted se refiere a Mr Hyde, pues bien: Sí ¡creo que
era éll Oiga usted' paret:ía tener la múma e.rtatura y la IJltSma ligerec:;.a, y ade-
más. ¿quién que no júese élpudiera haber mtrado por la puerta dellaboratono?
/O O rwell, 1984.
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USO DE RA.zÓN
b. Los motivos
¿Por l'entllra aquel bombre bubúra mmetido el bomú,dio Stll alguna tausa. y
de!eüándose solamente en el bomúid¿o mismo? ¿Quién h había de creer? (..)
Aun el múmo Ca/i/illa IZO amaba Jllf aLrocidadef por sí mismas, sino que
amaba otras lVSas,y para lVllseguir éJlas ~jea¡{aba aquél/aL TI
No me faltan mol,,'os para bablar en favor de Núiar: omm que es amigo mío,
que se enmentra en apuros, que el {)útima de una úyitsticia y que no sabe de
oratoria.12
Bás icamente hacemos las cosas p ara obtener un bien o evitar un mal.
Por UIlO de es/os dOf motillOs bat"ell todos lo que hacen: en perJectlcióll de alguna
gantllll-"ia opor escapar de algúll castigo .13
Com o con frecuen cia ocurre que no se alcanza el fin que se pretendía,
juzgam os los mo tivos no por el resultado obtenido sino po r las expecta-
tivas de ventaja o perjuicio : Wl jugado r de bolsa no neces ita m ás que la
sombra de una sospecha para atem o rizarse. Igualmente consideramos
ben eficiosa la elección de un mal si es menor que otro.
Cicerón- lOe qué modo puede probarse que júe Chdio quién preparó una
emboscada a Milón? Sin duda es s/!ficien!e con mostrar que eJl aquel monstnlO
tan tllIdaV in/miza! hubo UIl motit,o importante, /lila gran ejperanza puesta en
la manha de Mihn y nl/merosas mltajas. Valga en persollajes IVmo éstos aqllel
dúho de Casiano "¿Cui bollO?""
c. Lo posible y lo imposible
Utilizamos comúnmente la expres ión imposible en las siguientes si-
tuacio nes:
1. Es impos ible todo lo que se opone a las leyes de la naturaleza: que
Wl burro vuele, que una piedra suba, que el agua se mueva sola, que Wla
causa no produzca efecto, que Wl efecto no tenga causa. No es posible
IJ Platón, GOrgiClS.
14 pro Jyfi/ón.
Ricardo García Damborenea
que se altere el orden natural de las cosas sin que exista un mo tivo o W1a
causa.
2. E s imposible todo lo que implica lIDa contradicción, por ejemplo,
un absurdo: 2+2=3; estar vivo estando muerto; que el todo sea menor
que la parte.
3. Es imposible todo lo que prec isa medios u oportunidades de los
que no se dispone: no se puede comprar una finca sin dinero, no es pos i-
ble que un soldado dé órdenes al general. N ues tra estimación de lo pos i-
ble está muy ligada a la existencia de la ocas ión, esto es, a la oportunidad
de tiempo o de lugar para hacer o conseguir algo : No Je ha"'l las (aJaS
cuando se quiere, sillO mando sepuede.
4. Es imposible todo lo que es exageradamente improbable:
No puede ser eso, respolldió S ancho, porque sifueran ladrones, 110 se dejaran
aquí esle dinero .
Defensa y rechazo
Si t.rasladamos lo dicho a W1 debate real, quien pretenda sostener que
un hecho dudoso es cierto, alegará:
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USO DE RA.zÓN
Cicerón- Si 110 quiso darle muerte {I:uando !J"búra colltado} toll el bmepláá·
to de todo el mNlldo, ¿pe/lSaremos que qlllso h""rlo ton la desaprobatúíll de al·
gunas persollas? Si no se atmió a matar mando la legaltdad, el lllgar, las tir·
amsta",,{¡s y la úJ'Ptlllidad le fawredan ¿pensaremoJ" que no dudó ett hattrh
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18 pro Mitón.
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Ricardo G arcía Damborenea
rido una Jala persona, no habría sido m",ho el dinero tral/sportado. ¿Lo transporta-
roll de día o de /1O,he? Si de noche, son muchos y próximos 1m puestos de tigilanáa,
que 110 es porible mlzar S¿JI ser adlertidos. ¿File, entom"", de día? La lu'G empero, es
enemiga de tales a"ioms.
4. Pero admitamos que su"dió lo que /la s""dió. Nos rellnimoJ; hablamoJ,
nos entendimoJ; redbí el dinero de elloJ, lo reábí JÚI q/le nadie Je aperábiera, logré
ocultarlo. Debía finalmmte pomr en ejecución todo aquello por lo que Je hablan reali-
zado estar intngps. Ahora bien, esta er una cueftión aún más insoluble que las susci-
tadaJ ha.rta ahora, a Jaber: la realización de la a,,·ión debl de llevarla a cabo yo Iolo o
con la ayuda de otroJ.
4a. No era, S¡j, embargo, la empresa misión para /lila sola pmona.
4b. ¿Con la ayuda de otroJ, mtO/lm·? ¿De quiélles? Eádmtemellte de gente
mn la que tengo trato. ¿ubres o esda/m? La gmte libre COII quien tengo trato JOis
I/osotros. Ahora bim, ¿quién de VOJotroJ tiene iVnJtalllia de ello? Que hable. ¿Cómo
puede, por otra parte, creerse que lo hú~ COn la ayllda de esdaws? Por propia //Olmltad
delata/l ellos para obtener la libertad u oblzgados a ello por el rigor de la tortura (...)
De modo que me habria remltado absolutamente impoJible por todoJ 10I conceptos
llevar a cabo la empre..-a.
B. E xaminad conmigo también eIta ,","II,,511: ¿por qué razón me habría convellldo
el desear Iletar a cabo la a,,·ión, en el caso de que hllbieJe tenido eapaddad para reali-
zarla? (...)
1. ¿Para haamle con el poder absoluto? ¿Sobre vosotros o sobre los bárba-
ros?
la. Sobre I;OSOtroI, únpoJible,ya que, al ser tantos y tan tillstres, están de
I/uestro lado las mejoreJ mndúiones (...)
1b. ¿Sobre 10I bárbaroI, entonm? ¿Quién me entregará, empero, el poder?
¿ y con qué fuerza podré yo, un gn·ego, detentar ifectú'amente ese poder sobre unOJ
bárbaroI, el poder de 11110 Iolo Iobre muchos? ¿Por la persuasión o por la tiolemia?
Porque ni ello.r estarán dispuestos a dejarre ,·o/lt'ellcer nipodrlayo obligarlos a ello (...)
2. A!glllál podrá argiiir que file por deseo aparionado de riqueza y dlilero
por lo qm intmté la traidón. Ahora bien, de dinero poseo IlIla cantidad S/Ificiente y de
otros mmhos búmes 110 tengo lIetesidad a!gll/Ia (...)
3. Y áertamente que no emprenderla por razón de honor 11/2 hombre aCdOIleI
de esa naturaleza, t:Oll tal de que fllera medianamente Jellsalo. Ya que es en la I/irtud
y /lO en la pen'ersidad donde .re on'g,illall los honores. Ya UIl traidor a Grecia, ¿cómo
potlrla %rgánele algún hOllar? (...)
4. ¿COII el deseo, qu¡,;ás, de ser tÍtil a fUI amlgoI o de callIar daifa a SIIS
enemigos? Porqlle por esos motl'tvs a!gllien podría obrar il/jIlI/ammte. A mi, empero,
me habría SII"dido exactamente lo iVl/trano: habría hecho da/io a mú amigoJy bene-
fiáado a mis el/emigos (...)
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USO DE RA.zÓN
Que 110 habría, ell mlldtmáll, quen'do, aunque hubiera podido, lIi habría podido,
aUllque hubiera querido. traicionar a Grecia, ha quedado ya de manifiesto por las
razones anten:omlente adm'ldas.
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L\ CUESTIÓN DE PAL\BRAS
o NOMINAL
P01fiaba Sambo que era venta,y su amo que no, .fino ca.rtillo.
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Ricardo García Damborenea
EJO qlle usted llama impllesto rewlmúJIlario 110 es más que !Jna extorsión ma-
fiosa.
L.as údúnas del SIDA 110 se debe;¡ mntemplar aJmo e;rformos StlZO aJmo mi-
lIustdltdos.
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USO DE RA.zÓN
Si nos hemos entendido e/l la (oJa, 110 dúputemos sob" las palabrar. 23
23 Schopenhauer, S eJIilia.
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Ricardo García Damborenea
No se cómo tmdremos que llamarlas, pero 110 responden a /o que solemos enten-
derpor IImdas.
E n la cuestión doble cada W1a de las partes o frece su p ropia deno mi-
naCI0 t1 .
Cuando se enfrentan dos nombres, cada una de las partes defme am-
bas propues tas: en primer lugar la propia, para mostrar que se ajusta a los
hechos y:. a continuació n, la contraria:. para probar que resulta inadecua-
da, inútil, o tendenciosa .
Lo ü!y0 !lO es economia sino codicia, pllef la economia COllsúte en amseroar con
midado los bienesy la codtiia eJZ desear injustamente los ajenos.24
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USO DE RA.zÓN
Cómo definimos
Toda definición se basa en semejan zas y diferencias. Semejanzas pa-
ra set'ialar el género (el grupo, fam ilia, directorio) donde clasificamos un
concepto y donde figuran todos los semejantes a él: un aIesillalo es un homi-
ádio; UII psú"Ópata es un mfermo. Diferencias para individualizar la variedad
a que nos referimos y distinguirla de los demás miembro s del grupo: un
homicidio ... con a!el/Osia; un elifermo ... menta!
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Ricardo G arcía Damborenea
(lisa gafas); los ejemplos (1111 libro es esto qlle está usted leyendo) , la etimología,
los sinónimos, y las comparacione s:
CuáparlaJltes son esos diputados mlldos q/le sólo opil/an mando levantan el ,"ulo
para ".'olar. 27
Loco es el que Imzjia en la dulzura de Ul/ lobo, la salud de 1111 caballo, el amor
de un mancebo o elJúramenLo de una pula.28
25 Platón, Pro/ágoras.
26 ..wuuld, Lógim de Pon RoyaL
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USO DE RA.zÓN
¿Qllién puede dar /lila dejínúiólI de 1Z00-ela? ellalldo yo era mlldJaiho emped a
,vle"úmar dejíniciones de nOI.da y llegué a lener máf de Imcienlas, pero me di
cumla de qlle 110 Jmia para nada porque si el U ¡¡rel' de Joy" respondía a la.f
premisas de /lila difinición, sobraba El Decameróll de Boc(1a:io,y !o mi.fJJJO pa-
saba iVll otras obras gemaleS.29
Amor eJ un IZO Jé qué, tiene por /lO sé dónde, em:íale no Jé quién) engéndraJe 110
sé cómo, collténtase no sé con qué, siéntese IZO sé tuándo,y mata no sé por qué. JO
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Ricardo G arcía Damborenea
rregir las defmiciones convencionales o crear otras para los nuevos con-
ceptos.
A veces se modifica lma defmición (redefmición), porque precisamos
ensanchar o res tringir sus contenidos:
Si llamomor ambúión al noble y legitimo empello por realizar lor proyedor que
belUficien a mipais sqy ambiciofO e incfllfO mI!} ambicioso. Pero fi llamamof
J
ambúión al afán deJmedldo de poder o rique~as, e/l modo alguno podrá /ladie
tat-harme de amb"ioro.
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USO DE RA.zÓN
a. Definiciones convencionales
Un antiabo rtista, po r ejemplo, tal vez prefiera las definiciones más es-
trictas, menos matizadas: un aborto es UIl homicidio premeditado, luego es 1111
asesinato. Cuando un juez español procesó al ex dictador Pinochet por
genoadio, el Fiscal G eneral se opuso apelando a una definición literal:
l'lo e.r genocidio porque genoádio se dice ¿¡¡ando existe pene,'/((ióll por rac::..ón na-
Clona!. étnica, religiosa o raáa~ que no se hall dado en este caso .
Cuando el presidente Clinton fue acusado por negar sus relaciones se-
xuales con una becaria, alegó que el concepto de relación sexual implicaba
el coito y que, en consecuencia, él no había mantenido relaciones sexuales
con dicha becaria. Del mismo modo, Wl tribunal de París rechazó en
1998 que un varón hubiera sido vio lado por una mujer, ya que, en senti-
do estricto, sin penetracióll IZO existe liolación. Las mujeres pueden causar
agreJlolles se.:'Cllales, pero no l:iolaciones.
b. Rcdcfinicioncs
Robespierre- El terror IZO ef otra COJa que lajusticia pronta, fet'era, úifle)...?'-
b!e,- blego es ¡lila emanaúón de la úrtlld.
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Ricardo G arcía Damborenea
cónsul con e! ánimo, con e! conse jo, con la fe, con la gravedad, con el
desvelo, etc. en suma, con todas las virtudes que deben exigirse a quien
ejercita el mando supremo. Las consecuencias vienen solas : primera, que
el concepto habitual de cónsul es fal so, inexpres ivo, equívoco. Segunda,
que Pisón no tenía de cónsul sino las apariencias.
¿Qué es ser de izquierdas? No) desde luego) tener lIll cameL o !lit himno. Eso só-
lo son los úgllos extenzos de la i'{gllierda. Fco . Umbral, en E l MlIIulo
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USO DE RA.zÓN
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Ricardo G arcía Damborenea
Si ÚJs méd"vf !lOS probibiemz prolltlllciar las palabraJ ¡.,"'e!a, gola, rellmaliJmo
o cálmlo de '4zga, ¿Jería ello remed,o para exllTpar mzs dolemú1S? 34
A lodo le da /In nombre Ja!Jo: a lo q/le otros llaman críme/leJ", él ÚJ !lama reme-
dzos, a la crueldad d", rígor, a la tacañería, ahorro, a las lorlllrasy ab/lJos que
J/gris) dirdplúzar. Tácito, Histonas.
Dodor- DiJmlpe, señor Katona, ¿quúre decirme qJlé ,vrgo desempeJia mted
eI/ Matlmhek y Compa/lía?
Katona--- Yo dLría que s'!)' tilia espuie de relazúmes públÚ"as. Una espede de
mediador enlre lv1.attmhek y sus e/Lintes, a bordo de una bzádeta.
Dodor- El tlJlio de ÚJs ",vdos, ¿1I0?
Katona--- DOdor, ¿le gllJla que le llamen malafallos? (De la película El ba-
zar de las sorpresas).
El socialismo aútiaJlo IZO es otra cosa que el agua bendita COIl que la denjpl¡a
bmdzá el ellojo de la anJ'tOlrada.J6
35 ~ Io ratín,
La defTOta de los pedantes.
36 C. i\Iarx y F. Engels, El manifiesto Comunista.
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Ricardo García Damborenea
Grolllho (a la mUjer Je/llada a J'/I lado en /lna eleganle mla)- ¿Se aalflaría
IIS/ul COl/mlZ,o por dteZ millones de dólares?
Mujer (se ríey co/llesta)- Pues claro que sí, GnllldJo.
Gro",ho--- Bueno. ¿ Y qué lalpor qllú", dólans?
Mujer (t/¡dignuda)- Pero bUello, ¿ql1len se ha mído uIted que JOy?
Grou,ho--- E so ya ha quedado daro. Ahora eItamos dúmtiendo elpre,,039
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USO DE RA.zÓN
LIIego B es A
DI'" usted que soy un fascista. O tlSted no fabe lo que es 1m fasárta o lIsted no
sabe /o que foy yo.
a. El rechazo de la definición
La definición es vulnerable cuando traiciona el concepto que pretende
definlr, blen porque es fal sa o porque es lncompleta. Nues tras ldeas po-
drán ser más o menos nebulosas y, en consecuencia, admitir toda clase de
precisiones. Lo que no admiten es la distorsión. Una defmición falsa no
se corresponde con la idea o el hecho que describe . Son frecuentes las
definiciones basadas no en lo sustancial sino en lo accesorio. Por ejem-
plo, Daniel Ortega, el revolucionario sandinista de N icaragua, gastaba su
propia defmición de democracia:
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Ricardo G arcía Damborenea
¿Qué tielle que l'er con /lna huelga romper ulla da féma, cortar las lútear tele-
finieas, apoderam de depósito.f de e:xploslvof?
Temerano viene de "temeranur" que Jignifica i1rifle.-'\7.·l'O, es decir, que adúa sin
fOpesar las mltajasy Iofperjllliiof.
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USO DE RA.zÓN
Con Iof terron:r/a.r en m:/il/o no cabe ulZa negoa'acióll digna: () se COllseroa la dig-
mdady 110 se Ilegoda, o se llegaday fe pierde la digmdad. Hay que mvger.
Si eslo IZO es ulla guerra, ¿a qué llamamos paz?; si IZO es temendad, ¿qué es la
pmdenda?
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Ricardo García Damborenea
b. El rechazo de la aplicación
Que se pueda aplicar o no W1a defInición a un hecho es un aswHo de
semejanzas y diferencias. Kevorkian, el médico norteamericano conde-
nado en 1999 por practicar la eutanasia, se fotografió para la prensa jW1tO
a una pizarra en la que podía leerse:
*
[-Iomiade 111/lrder
*
Eu/hallaria = Homia'de
E u/hallaria lvIurder
Todo el que mira a !lila mlljer deJeándolaya ad!llleró mil ella en JI( mra'?!Ín43
No, 110 hablo a mi ~/ércilo; wfOlros !1O sois romaIlOj~' IZO tenéis más que el aspet-
loy las armas. ¡Ah! si hubtúeú Imido lambiéll el lalorJ44
UIl üwálido que Iletesila de olra perrona para mon'rse IZO ex un Juidda.
43 wlateo, 5, 28,
44 Tito Livio~ X.:XVII ,
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USO DE RA.zÓN
No porque sea árbol ha de ser plátano; pero si ilO es árbol, mudJo menos será
plátano. Lo que no es ártud está lejos de serjúsfláa.45
No baJla haber lomado a priJlamO para ser deudor, SÚIO que ha de aiíadirse la
pemstemia en la deuda por no haberla wlisje,ho.46
Rechazamos la definición:
a. p o rque trai cio na e l con cepto.
b. por los inc on venientes que acarrea.
c. p o rque expresa una co ntradicció n,
d . po rque altera la idea contraria.
e. p o rque es exageradame nte flexib le.
Rechazamos la aplicación:
Porque en nue stro c aso pe san más las diferencias que las semejanzas con
10 defmido.
Consideraciones finales
1. No siempre existen los dos contendientes. Se puede argumen-
tar contra lIDa defmición surgida en un debate anterior o contra la defmi-
ción más extendida.
2. H ay cuestio nes que son puramente de palabras y otras que son
puramente de hechos. En ambos casos, al no existir contaminación entre
los hechos y las palabras, el debate se simplifica. En ocasiones, sin em-
bargo, es preciso tocar ambas cuestiones y conviene no mezclarlas, por-
gue es una insensatez discutir sobre los nombres cuando no existe acuer-
do sobre los hechos.
Para distinguir con claridad las d os clases de cuestiones, conviene ad-
quirir el hábito mental de preguntarnos : los que dÚCJilen, ¿admüen o ilO los
mismos hechos? Veamos algunos ejemplos.
Cuando se discute si una madre es iJyalllicida, sin duda estamos ante
una cuestión de hechos. Hay un niño muerto l' se trata de averiguar si su
' 15 QU111
. tili·ano, V ,-"',.1
X "6
46 Epicteto, Diatribas, 1, 7-16.
51
Ricardo G arcía Damborenea
Hay pocas personas Justas porque hay potas perronas displleJtas a dar a cada
11110 /o que le mrresponde.
Lar c!yudas a Ia.r t'Ídlma.r de deó'!oJ" t'¡o!enf¡;s 110 son fubt'{!Ilcz'ones, sillo e..v:pre-
sión de I/n prúnipio de sobdandad de la soáedad tVn las vktlmar.
52
USO DE RA.zÓN
Como dijo Lincoln: E f /111 libro q/le gUftará a la gente que g/lsta de ute lipa
de librof. Pueden encontrarse más ejemplos sobre la Peliáón de Pnlllipio en el
Diccionario de falacias .
4. No es aconsejable dirigirse al adversario con expresiones co-
mo: ¡deflname la IVdúia! Puede devolverle la pelota y responder: deflnala
usted. Es preferible ser menos exigentes: ¿a qué llama usted mdú,{¡? ¿qué
debemos en/ender por codicia?
Cuando le ofrezcan una definición, no responda escolásticamente:
¡Mal difinido!, IZO es congnleJlLe lo difillido con la difúzicióJl; /lO se debe definir in
orbem. Es un lenguaje que molesta no sólo a su interlocutor sino a todos
los oyentes. E s preferible que muestre los fallos y contradicciones de
manera más llana y accesible para todo el mundo.
S. Si la cuestión nominal es irrelevante (de las que no mejoran
nues tro conocimiento ni modifican nuestra actitud), záfese de ella. No
pierda el tiempo en discusiones estériles. Traslade el debate a la cuestión
de valoración:
IVo l/qy a discutir COIl tlJied /lila cuutión nomillal. I....o que )'0 difiendo es que mi
proplleJta, llámela como usted quiera, es la más (Oflt'etlle,lte. Esto es !o que usted
debe rebatir,y no e/nombre.
Como dice Q uintiliano , ninglÍll ú/feré.r tiene el saber eOIl qué nombres se desig-
na algo cuando la cosa ef clara por Ji mismaJo Si un adversario insiste en cues-
tiones nominales con el objeto de eludir el debate fW1damental, no de-
bemos dejarnos arrastrar; hemos de imponer la cuestión principal, aun-
que no exista acuerdo en las denominaciones. Buena parte de nuestras
decisiones pueden defenderse con independencia del nombre que quiera
dárseles.
53
Ricardo G arcía Damborenea
¿Qué babéis <Vlltestado? Que 110 babía gUClTa pueJ 110 babía sido declarada. Pe,
ro ¿dimlt""os sobre /as !'Osas o sobre /as palabras? H abéis dicho !o mismo qlle
BOl/gam'¡le deda eIt el !'Ombate de La Granada. Rodaban las balas sobre el
puente de fII lZat.e y dijo a lol' ofltiales: ÚJ que hay en eJ'Io de gratiofO ef que IZO
estamos en guerra. Yen ifecto, no eftaba dedarada,51
Yo creo,jl/ms, que wsotros IZO tenéis que disputar sobre las palabras, StllO sobre
fU Jignijicado, y que todos Jabéir que manlos han matado a alguien JOIl homici-
das y malltos SOIl bomiádas han matado a algllien. ¡Arduo trabajo fería para el
legislador escribir todas larpalabras qlle t,enen el mismo significado! 52
¿En qué cOllstitia el debate? Algl/nos 110 querían emplear la palabra guerra,
prefin'ei¡do la de tuml/lto, mostrálldose iglloralltes. 110 sólo de las !'Osas, StlZO hasta de la
significa",!n de las palabras, porque ptlede haber guerra Stl, tllmlllto, pero 110 tI/milito
Slfl guerra.
¿Qué es el tumulto silla IIl1a perturbaáólI tall grande que callsa el mayor te·
mor? AJÍ fe entendió siempre esta palabra. Nuestros antepasados hablarrm de IlIm"l·
to itálico, porque era guerra intestina, y de tUtJ1ulto gálico, porque era guetra en las
fronteras de ¡talia. A las demárguerras IZO las !famaron asÍ,
54
USO DE RA.zÓN
El tumulto eJ máJ gra,'C que la guerra, mmo lo prueba que los motiws de
exención, "álidos para la guerra, 110 lo son para el tuml/lto. Pllede haber, mmo he
dicho al/te!; guerra si" tuml/lto, pero 110 tuml/lto sin gl/erra. Ahora bÚ!fI; mmo l/O hay
térmil/o medio entre la gl/erray la pa'V si el tI/multo IZO es la guerra, tendria que J-er la
paz. ¿Quiéll p/lede imagúzary de"" tal absurdo?
Pero esto es de/mene demasiado en las palabra.r; ol'lpémonos de los hechos,
que advierto, padres cOllscnptos, fOn a l/eres desjiguradospor las denominaciones que se
In aplican.
No queremo,f llamar gllefTa a lo que OCUlTe. ¿Por qué entonces allton'zamos
a 10J ml/lliápios y a las mlollias a rechazar a Amonio? ¿Por qué les permitimos
redl/tar soldados S¡j, multas ni tiolmela y por la espolZtánea wl/l/ltad de los afiliados?
¿Por q/lé cOllsmtimos que ofrezcan sllbSldios a la república?
S/pámid el lIombre de guerra, y destruúiis el entusú¡smo de los munúipios;
y Ilmsaáanwzte el apoyo que IZOS presta el pueblo romallO, habrá de debilitarse a
callJa de llueJtra timidez.
¿Qué má.r diré? DécúJlo Bruto es acometido. ¿Elto 1/0 es guerra? Módena
está asediada. ¿No es eJto /l1l acto de gl/erra? La Calia está Jiendo devastada, ¿puede
haber pa..:;. más segura? ¿Quién puede l/amar guefTa a todo esto?
HemoJ enáado eDil /lJl ~jéráto a UIl cónsul l'alerosirimo, Octat'io, que sin es-
perar nuestros e/eeretoi, sin tener en menta S/f edad, ha mmellzado la guerra contra
Al/tomo por su propio únpu/so. Comprendía q!le IZO era túnpo de deliberar, SillO de
guemar, y que de 110 aprotechar el momento, opnll1lda la replÍbú'ca, 110 habría delibe-
raczon poJible.
En SlIma, Huestros generaleJy sus '!Jércilos están en paz; /lO es enemigo aquél
c:t!)as ¡ropas hemos arrojado de Clalerna; IZO es enemigo quien combate a /l1l cónsul a
mallo armada (...) Ni Jiquiera las frases de la carta de Sil colega que acaban de leer-
nos se rifieren a UIl enemigo ni ti tilla gllerra: "Arrojé la guarnición; C/aterna extá en
mi poder; la caballeria jlle pI/esta enjuga; hemos tomba/ido; algllllos hall sido muer-
tos. " ¿Pllede haber paz más i'Ompleta?
Se han declarado alistamientos en toda Italia; se han supánlldo los permi-
faS; se "a a testir el traje militar; el CÓIlSIl¿ ha dicho que telldrá al Senado i'Oll escolta.
¿No eJ eJto amso /lila guerra,y /lila guerra tall gra!lde !'Dmo jamáJ la hubo?
55
Ricardo García Damborenea
56
USO DE RA.zÓN
LA CUESTIÓN EVALUATIVA
I\To nos mueven las cosas, sino /osparecereJ" sobre las mJas.53
Una misma cosa puede parecer buena y mala, es decir, admite valo ra-
ciones contradictorias . E sta es la principal carac terística de la cues tión
que nos ocupa y, también, su mayor dificultad. N uestras razones no po-
drán alcanz2L nunca la contundencia que permite el debate sobre la reali-
dad de los hechos, po rque en las valoraciones nadie puede enarbolar la
verdad, esto es, nadie puede alegar lUla razón irrefutable.
•AJ discutir una Cueslú5n de hechos sos tenemos afirmaciones que necesa-
riamente son ciertas o falsas: ocurrió/no ocurrió. Cotna las cosas no
57
Ricardo García Damborenea
58
USO DE RA.zÓN
Sillock- ¿Por qué prejiero tomar ulla libra de carne a retibir tres mil duca-
dos? (..) Tal es mi caráder. Si tilla rata perturba mi ca.ra y me pla" dar diez
mil dutadospor desembarazarme de ella ¿qué se puede alegar en contra? 54
Epirtemón compró 1111 iwadro en el que estaban reflejados al tito los átomos de
Epúwro y las ideas de PIalón. Rabelais.
59
Ricardo García Damborenea
l\lontaigne- Yo Slgp el leng1laje común q1le diftmu,c/ !as <'Osas útiles de las
honradas. ss
60
USO DE RA.zÓN
Las normas, en especial las legales, no sólo nos imponen o nos prohí-
ben ciertas conductas. También nos amenazan con casrjgos. Añaden
argumentos pragmáticos por si no bastara con la directriz normativa.
Dios l/O cesa, IZO sólo de adoctn'llanlO.r COIl sum'idad, sino también de ilifimdir-
nos temorpara Jluestra salud.59
57 Isócrates, VI II , 16.
58 Eurípides, Los [-Ierádidas. El refranero dice: I-Ionray pml-'echo 110 mben en /01
saco.
59 San Agustín, Cartas, 93, 2,4.
61
Ricardo G arda Damborenea
En resumen :
Dijo una vez Sócrater que le pareda extraño qlle partor de buryeJ, cada l/ez
menor en mímeroy cada t'ez máxjlacos, no reconociera xer malpastor.60
Bllen delantero de fútbol no es el que de "'ez en mando aderta, sino el que de tez
en mando falla.
62
USO DE RA.zÓN
Non son «JIltados por biel/es aquellos por quien vielle a home más da/io qlle
pro'"!
que están ÚlCUrsOf eIl la misma pena,y a IoJ de Casttlblalllv. Serian demasIados
tadá"res en el"amtllO de la Reptíbái-a. [AdemáJ"] jilSllando a Sanjurjo. haria-
mos de él Ull mártiry fllndaríamos, sin quererlo, la múglO/l de su heroismo y Sil
taballerosldad. 62
63
Ricardo García Damborenea
Esto de hacu msliallos [a los judíos) hará qlle JIIball IOJ"pmioJ de los ,udoJy ,
si todoJ JlO,f ponemos a l'Omer carne de cerdo, dentro de poco IZO podremos com-
prar ni pam'ta para aJar!4
Ulla mlljer Je burla de JU mando enloqu",do, qlle tiene 1111 re"jl,.r catgado
apoyado en la sien. No te tias - dtá él-. Desp"és t'as ttí.65
permitía que sus discípulos, al orar, pidieran nada para sí mismos porque,
decía, ninguno sabe lo que le conviene.'6
Yo tmgo IIn amigo que de milo tmía llIt talento extraorrlúlario para el pÚltlo.
Pero elpadre se OpllSO por aquello de que el arte es cosa de a[emúzados. Hoy mi
amigo time 60 atios, es maricóny iZO J'abe tocar elpiano. (De la película 1:',,-
say Cho<vlate).
Sócrates- Quenao Cnáin, tu solúitud sería m1/y estimable si se aliara <Vil al-
guua redztud (..) Se ha de lVl1siderar si es Jltsto o ilO que yo zlztmte sahr de
aqui. 67
65
Ricardo G arcía Damborenea
En resumen :
66
USO DE RA.zÓN
multáneam ente, como si contempláramos las cosas con dos ojos, uno
moral y el o tro pragmático.
67
Ricardo García Damborenea
Me doy ,'tienta de la maldad qtle "'y a cometer, pero la pobreza eJ más poderoJa
q/le mis decisioneJ.68
¿Se debe permitir que las mmpa¡lías de Jeguros de I:ida pregufllen a JIIS dientes
Ji Jon portadores de! úruJ del SIDA?
Los oponen tes arguyen que ello viola el derecho de cada W10 a su
propia intimidad. Los partidarios replican que las con secuencias prácticas
de no autorizar tales investigaciones pueden ser devastadoras para el
sector de los seguros y muy perjudiciales para los demás aseb'urados que
habrán de pagar pólizas más altas. Esta tensión entre argumentos prag-
máticos y argumentos de principios es frecuentísin1a, tanto al enjuiciar
hechos del pasado como al analizar planes para el futuro. No es raro que
renw1cielnos a la razón m oral por tener la jieJta en paz.
Opino q/le Je deben mantenery respetar las actas de César, 110 porq/le 1m
apruebe - ¿qtlién puede aprobarla.r?- JtllO por creer que aflte todo hay q/le
atellder a la paV al soszegoP
68 Eurípides, iWedea.
69 Cicerón, Filipit"a 1.
68
USO DE RA.zÓN
El Fiscal rechaza abnr el diario Egtll [de ETAj. AI/tepone el derecho a la ti-
da a la libertad de expresión. Prensa del 25/8/98.
E n resumen :
Conflictos
Como acabamos de ver, es muy frecuen te que en fren ternos Wl raL;Q-
namiento moral con otro pragmático . La misma naturaleza de las cosas lo
facilita. P or eso escribía Cicerón a su amigo Ático:
501/ treJ IOJ tipos de inz'eJúg,aáón del deber: 11110, mando deliberamoJ si algo es
hOllesto o l'efgOIl'(!JSO; dos, si es úfll o imítil;y tres, tllmo ht[Y que )úzgar malldo
los dos pareml pugilar entre si,1°
Mipropuesla es más barata, y mtÍ.J ificaz; pero también márjllsta, más mlida-
na.
69
Ricardo G arcía Damborenea
COIl do/nr digo esta fatal ,.rdad: es prefen'b/e que muera L /lis a qlle pereztall
ám mil ,ú,dadallos "rtllosos; L uis debe mon,. porq/le es predso que la patna
"va. Robespierre.
¿Q/lé puede haitr el amorfratemo? ¿Abandonará a todos aljí/ego eterno del ill~
jíemo por librar a 'lilas poms deljí/ego Irallsi/ono del hamo? (.) ¿No será me~
jor 'VIlJertar a los que se pueda, aunque perezcan b'bremenle aquellos a los que
IlO Jf puede mllsen'ar? 71
70
USO DE RA.zÓN
Los problemas surgen al intentar adaptar los valores a los casos con-
cretos.
NingtÍn dio,- lli nillgtÍlI homhm se atreml a de<1r que 110 hay que cartigar al que
t:Omete úyúJ/úia... Discuten tilda ado ... unos qfirman que ha sido realizado tOIl
jm"/ida, otros, que l~lJitstamente.73
Bruto mató a Cesar. Ya sabemos que IZO se debe matar. Si/l embargo, ¿Bn/to
hizo bien o mal? BJfáálponerse de amerdo en abob,. toda da.re de o .plotaáón,
pero !lO lo es acordar si ulZa acción determinada coJlstitl!Ye () IZO lina l:ariedad de
explotaáón. Hay muchas personas que IZO dudan de la ,",istemia de VÚ)S, pero
IZO l/en daro que ello figllifique recbazar el UfO rielpreJervatiz!o.
71
Ricardo García Damborenea
aportación del 0,7% del Producto Interior Bruto a las necesidades del
Tercer l\lmdo. Eso no se discute. La polémica brota por algo más pro-
saico: si podemos pagarlo, si para ello hemos de aceptar mayores impues-
tos o recortar otros gas tos ... Del mismo modo, hay quien defiende la
negociac ión con los terro ristas enco miando los encantos de la Paz"
¿Q uién no la querría? Los problemas están en otro lado.
La cuestión del QUIÉN, deja a lUl lado el fondo del asunto para
discutir sobre las personas involucradas. Por ejemplo:
Casca- ¡Ah! Elpueblo quiere a Bntto de todo mTazólt. Y lo que eJl Ilosotro,-
Jena IIIZ de/úo, JII. pruellcia, lVmo alquimia poderofa, In com;erlirá en ménlo y
l'irtud. 75
72
USO DE RA.zÓN
Afldmúnos hablando de <vsaJ que es bueno callar ahora, <vmo bueno era ha-
blar de ellaJ' entonces7 G
No [ahora}, ItO sea que al qllmr arrancar la d::[Jlla, arranq!léú eOIl e/la elln'-
gO.71
}\To .re debe hablar COIl fOJ tefTOnJ-ta.r mientrar /lO entreguen las armas.
C/léntare [de TaleJ de Milero} que IIrgiéndole su madre a q/le.re tarare, respon-
dti! que todada era temprano;y que parados algllnos alIOS, urglendole SIl madre
COIl mayom úlstamias, dijo queya era tarde.?8
73
Ricardo G arcía Damborenea
No J"e puede mmparar ulZa Ie!f/.úión pública mIZ ulZa primda. Porque Ji ambaJ
tllt'teran los miSmos jilles, la pública collstituiría UIl gasto imí/ily /lila competen-
cia des/eal,·y si /lO tienen los mismosfilles no deben emplear los mirmos medios.
H '!)I IIIza persemáón úljllsta: la que promuete/l los impíos COlZtra la Igluia de
Cn"slo;y h'!)l l/na perJ"e",,,"" jusla: la que promu",e la Iglesia de Cristo lVlZtra
los Z/¡ipíos.'?
¿QuiélZ IZO amJidera afrenloJO que 10,- hombres libres sean golpeado,-? Y jÚI em-
bargo, Ji eslo le pasa al al/lor de hechos úyUSIOJ", Je jU7J;a que lo liene bien mere-
ado.SO
Es posible apuntar a "n fin recto y errar, IZO obstante, en los mediOS tVlZd'f<mles
alfin; como uposib/e también errar en eljillY acertar en los medios mndllcentes
a él,y espoJible, en jin, no acertar elZ ninguna de ambas fOSas.81
No nos huimos aúados de los alem/mses para esdaúzar a Greda eIt su beneji-
"0, súzo para liberarla de los persasP
No me lVlJipla," quien persigue a los herejes no por amor de SIl l'Omaión silio
por afálZ de l'Omba/irlos.s3
La pen'midad del boxeo eJ"tn"ba en que busta lZetuanamenle e! da/lo flsitv de!
adt'errano.
74
USO DE RA.zÓN
Aceptarnos los sacrificios cuando nos atraen los resultados. Como re-
conocía el protagonista de El Rojo y el Negro:
84 Diógenes Laercio.
75
Ricardo G arcía Damborenea
y dijoles [Don Quijote] que le aderezasen otro mejor lecho que la l'ezpasada; a
!o cual le mjJOlldúi la huéspeda que ,vmo lo pagase mejor que la otra wZJ que
ella se le daría de príncipes.
- ¿Por qllé me reprocha ufted la usura? Yo l/O obligo a I/adiey, además, ayu-
do a IoJ me/lesterofOr.
76
USO DE RA.zÓN
77
Ricardo G arcía Damborenea
Hijo, yo te flfplim y te mego, por todos Ior dll<ulos jllrídúvs que unen a los
bijor mil SHf padres, qHe 110 pretendar bac'ery sufrir todo lo que IZO tiene nombre, al/te
los ojos de tu padre, POtaS horar han trallsmmdo desde que, jurando por todos los
dioses, I/nimos Iluestra diestra a la de A níbal empeñando Ill/estra palabra; ¿fúe para
armar m/ltra él, liada más salir de hablarle, lar manos ml/sagradar por eljuramento?
¿Te levantas de la mesa que le da hOjptialidad, a la que Aníbal le admtiió, para
manchar eJa mifma mem mn la sangre de quien te da hOjpitalidad? Pude mVllaliar
a Allíbal mil mi hijo, ¿y 110 S<!JI capa" de mVllaliar a mi hijo mil Aníbal?
Pero pare qlle no haya nada imiolable; nifidelidad a la palabra dada, ni
religión, ni amor filial,- que .le intenten m:c:iones /lefandas, siempre'y t:ualldo /la nos
acarreen la minajl/nto i'O/I el delito, ¿Pimsar atacar a Aníbal tú solo? ¿Qué me dices
de esa multiiud de esdaws y de hombres libres? ¿ Y de todas las miradas, atentas sólo
a él? ¿ Y de tantar manos? ¿Quedarán paralizadar ante semejallte diflate? ¿Le resú-
LiráJ la mirada a eJe mirmo AIl/bal al que IZO puedell resúlir r:/én-ÜoJ armados, allLe
el cual se le ponen los pe/os de punta al Plleblo romano? SlIPonimdo q/IC le faltaJetI
oLraJ qyudaJ, ¿seráJ capaz de herirme incluso a mí, cuando cubra toN mi cuerpo el
mepo de Anibal? Porque, em sí, para llegar harta él tendrás que atacary tra.rparar
a/lLu mipropio pecho_ D~/aLe diJuadir aqui en ~'e:::. de ¡racarar allí. Que miJ nfegOJ
te/lgan ante ti la ifitacia que tU¿:Úroll hqy en tu fawr.85
Tal vez matar a Aníbal fuera útil, pero no era justo, dadas las circuns-
tancias, Y si no importara lo justo, era peligroso, de graves consecuencias
para Capua, los capuanos y, en especial, para el padre, Un argumento
pragmático se responde con un argumento mo ral y otro pragmático,
Consideraciones finales
Padecemos una deformación educativa que nos induce a plantear las
cuestiones de val or como si se tratara de pro blemas de hecho . Nos gus-
tan las ideas claras y contrastadas, modelo blanco y negro: frente a la
piedad situamos la impiedad; ante lo justo, lo injusto y, en general, frente
a la verdad, el erro r. 1\ [ás o menos, cotno si estuviéramos en una pizarra
resolviendo ecuaciones algebraicas. E sta m<Ulera de pensar se llama, con
razón, dogmática, y es muy atractiva porque allorra mucha energía men-
tal: el pmen·atlt·o es malo; lJIe/ltir, reprobable; la e/ltallaria, 1In crimen, Cuando las
ideas son simples, su aplicación a las cosas está al alcance de cualquier
recluta. Precisamente, para evitar que parezcan tan simples, vamos a re-
pasar las principales diferencias que determinan la manera de abordar las
cuestiones de hecho y las de valor.
78
USO DE RA.zÓN
Las mismas cosas, en lodas partes y JÚZ que en nada se d!fereJU1en, JOIl tíli!es
para IIIIOJ y per;údúia!es para 0lroL 86
86 Isócrates, Xl I, 24.
87 T ucídides, 1, 32.
79
Ricardo G arcía Damborenea
La muerte para 10J difillltOJ es /111 mal, para 10J comenianwJ de lápldafy obje-
tos jíínebres, un hiel/.S9
80
USO DE RA.zÓN
Claro está que nues tras jerarqlúas de valores no son rígidas. La priori-
dad que es tablecemos para un caso determinado tal vez no la apliquemos
en la próxima ocasión. Si alguien sos tiene en un debate la primacía de la
libertad sobre la seguridad, no significa que desprecie ésta, sino que la
subordina circunstancialmente. Tal vez en otra ocas ión le parezca que
debe primar la seguridad por encima de cualquier otro valor.
81
Ricardo G arcía Damborenea
Se puede mantener que para toda á,'¡is;aáón eJ maw matar, pero JÓW dentro de
tiertos /ímÜcs90
Cotno vemos, se trata de dar con el pW1tO en que nuestra valo ración
se modifica. El último peso afíadido a la balanza invierte la situación .
Respondemos como los sistemas biológicos: tan malo es el exceso como
la carencia de azúcar, tan pernicioso resulta regar las plantas en exceso
como no regarlas.
NeriJa--- Tanlo enferma el que Je baria mmo el que IZO mme. La Celestina.
82
Ricardo G arcía Damborenea
Se puede mantener que para toda á,'¡is;aáón eJ maw matar, pero JÓW dentro de
tiertos /ímÜcs90
Cotno vemos, se trata de dar con el pW1tO en que nuestra valo ración
se modifica. El último peso afíadido a la balanza invierte la situación .
Respondemos como los sistemas biológicos: tan malo es el exceso como
la carencia de azúcar, tan pernicioso resulta regar las plantas en exceso
como no regarlas.
NeriJa--- Tanlo enferma el que Je baria mmo el que IZO mme. La Celestina.
82
USO DE RA.zÓN
En resumen:
C ae m os con fa cilid ad en el erro r d e tratar las C ue s tio n es d e valo ració n com o
si fu eran Cues tione s d e h ech o . No es lo mism o disc utir cóm o son las cosas o
cóm o oc urren los fen ó m en os, que razonar sobre cóm o d ebe juzgar se algo, o qué
d eb em os escoge r p ara lograr un fIn . No se argumenta d e la mi sm a m ane ra sobre
si la luna tie n e atmós fera 'lue sobre la ley del divorcio. Son pro blemas diferentes
y conviene record ar algun as d e las cosas seílalad as:
L N ing ún juicio d e valo r o frece Wl a verdad incontes table. T o d os son relati-
vos y tod os son cliscutib1e s.
n. Los valo res fo rman jerarquías, c uyas prio ridade s fund ament:Ul la m ayor
p a rte d e las di scu sio nes. No argum e ntamos a favo r o en co ntra d e un d ete rmi-
nad o valo r, sino a favor o en conlra d e su prio ridad .
lIT. Las cu es tio n es d e v alorac ió n son cu es tio nes d e grado. L as cosas so n
buen as o malas h as ta cierto punto . D e aquí que, con frec uen cia, las m e jo res
solucio n es se an combinacio ne s en mayo r o m en o r g rado d e las pro pues tas e n-
frentadas.
83
USO DE RA.zÓN
En resumen:
C ae m os con fa cilid ad en el erro r d e tratar las C ue s tio n es d e valo ració n com o
si fu eran Cues tione s d e h ech o . No es lo mism o disc utir cóm o son las cosas o
cóm o oc urren los fen ó m en os, que razonar sobre cóm o d ebe juzgar se algo, o qué
d eb em os escoge r p ara lograr un fIn . No se argumenta d e la mi sm a m ane ra sobre
si la luna tie n e atmós fera 'lue sobre la ley del divorcio. Son pro blemas diferentes
y conviene record ar algun as d e las cosas seílalad as:
L N ing ún juicio d e valo r o frece Wl a verdad incontes table. T o d os son relati-
vos y tod os son cliscutib1e s.
n. Los valo res fo rman jerarquías, c uyas prio ridade s fund ament:Ul la m ayor
p a rte d e las di scu sio nes. No argum e ntamos a favo r o en co ntra d e un d ete rmi-
nad o valo r, sino a favor o en conlra d e su prio ridad .
lIT. Las cu es tio n es d e v alorac ió n son cu es tio nes d e grado. L as cosas so n
buen as o malas h as ta cierto punto . D e aquí que, con frec uen cia, las m e jo res
solucio n es se an combinacio ne s en mayo r o m en o r g rado d e las pro pues tas e n-
frentadas.
83
Ricardo García Damborenea
-En una cues tión conjetural hemos de probar que los hechos son
ciertos o no (que sucedió, que sucederá). Argumentamos sobre
lo posible, lo probable y lo verosimil .
-En una cuestión nominal, probamos que los hechos se adaptan
a unas defllliciones mejor que a otras. Deflllimos y aplicamos las
definiciones.
-En la cuestión de valoración, se trata de si los hechos nos pare-
cen bien o mal. Defendemos juicios de valor apoyándonos en
criterios de utilidad y moralidad.
84
USO DE RA.zÓN
,
DIAGRAMA PARA EL ANALISIS DE UNA
CUESTIÓN
I INICIO
I
I
¿DE SvíA L A
~
¿EMPLEA LOS CRITERIOS
CUESTIÓN? sí
ADECUADOS ?
A
'\
I NO I -Si se discute sobre
hechos, ¿se apela a
lo posible, lo
¿SE ESCOGE MAL L A probable y lo
CUEST iÓN ? verosímil?
-Si se discute sobre
palabras. ¿se ar-
/l Porque no se divide
correctamente.
gumenta con defi-
niciones?
-Si se discute sobre
valores, ¿se apli-
Porque no se delimita. can criterios de
Porque no se respeta el utilidad y mora- sí
orden lógico. (idad?
"- ./
I NO I
1 1-
PLA NTEAR L A
sí CUESTIÓN la'" EL DEBATE
ADECUADA ESTÁ BrEN
ENCAUZADO
85
Ricardo G arcía Damborenea
,
L\ DELIBERACION
La Je/lora- ,Qué tupé tie/le la mánera! ¿Pues 110 me ha dúvo que ella oyo eJ-
lábamos de mtÍr en la casa?
.El setlor- ¿ Y en qué habéiJ quedado? Xaudaró.
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USO DE RA.zÓN
dentro de tinl'O afios? ¿los resultados que se esperan son los más probables?, etc. Ni
qué decir tiene que, a cada paso, pueden surgir cues tiones nominales: ¿qué
entiende IIsted por semóo militar? ¿se puede llamar e;ircito naaonal al que reduta
extralljeros? etc. Pero todo es to no hace más que preparar la resolución
fmal: ¿se Jupnme o no se suprime el múao militar oblLga/orio? Resolvamos de
una vez: Se suprime. ¿Po r qué? Porque es poJible, lúito, y ofm, más I.en/ajas que
¡'u'Ollt'enientes.
Criterios
Ya los conocemos . Se delibera con los mismos que hemos reseñado al
tratar las cues tio nes simples: posibilidad, utilidad y moralidad.
DIgo qlle siempre elogié fa pa" que Jiempre la al'OlIsejé, pero que 110 la quiero
1'011 Marta An/omo (..) porql!e es impoflble, porque espeúgroJíslma, porque es
IUJi,0nzosa. Os expltiaré estos tres motiws.96
llamaremos fáa¡ a aquello que podemos realizar eJl el mellor "pado de fúmpo,
LVII escaso o lIlitglÍll esfilerzr;, gasto y fatIga; posible, a aquello que a pesar de
e:>.:'zgireifiterzo, gasto,Jatiga, tiempo, puede hal'erre con éxitO.97
Aunque los oyentes den a entender que les mueven motivos lnora-
les, rara vez ocun e que no pesen en prinler lugar la utilidad y el daño que
se puedan derivar de cualquier iniciativa.
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Ricardo G arcía Damborenea
Pretellir los aaidentes de trabajo es rentable para todos. E s 1In mensaje de las
Mutuas de Amdmtes de Trabajo.
l.JJs oradofu bUeIlosy sabios logran que la.r ciudades lTeanJNSlo lo que es benifi-
clOSO. 99
En resumen:
El que persuade tiene qlle demo.rtrar que las COJas que él e:x.:horta a bacer Jon jlfJta.r,
legaleJ, convenientes, nobles, gratas y ¡ááles de hacer. E l que disuade ba de oponerse a ello por
medio de lo contrario, e.1 decir; que no es ju.rto, etc. (..) Todo het"lJo partitipa de ambas perspu-
tit'as, de modo qlle a nadie qm sostenga malqtúera de los dos planteamientos le faltará qllé
decir. 100
Escogemos el crite rio más e ficaz e n fun ció n de la sensibilidad de nues-
tro audito rio . El más persuasivo suele ser la utilidad. Los dem ás rondan alred e-
do r de ella, co mo condicio nes.
Lo que se delibera, o es ciertamente posible, o no. Si es dlldosa la posibilidad, esta
será la mestión tÍnica o principal [..) L uego se delibera sobre lo útil, o la dtlda utaró entre lo
útily lo bonesto. Quintiliano. 101
Divisióo yargumeotación
¿Qué cuestiones pueden aparecer en una deliberación y en qué orden?
La mejor manera de apreciarlo será revisar todos los pasos que acompa-
ñan a una deliberación completa en sus dos versiones: la defensa y el
rechazo de un plan .
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USO DE RA.zÓN
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Ricardo G arcía Damborenea
Claro está que no basta con señalar un objetivo para que surja la deli-
beración. Será preciso mos trar, además, que el problema:
1. es grave.
2. es inminente.
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USO DE RA.zÓN
gue padecerá el vigente sistema de seguridad social para pagar las pensio-
nes dentro de cincuenta aí'íos. Siempre cabe responder al estilo de D on
Juan: Largo me lo fiáis. Por eso, en todos es tos casos es más persuas ivo
emplear argumentos de principio, por ejemplo : las obligaciones gue te-
nemos hoy con nuestros descendientes. Si las consecuencias de un pro-
blema no son evidentes, como ocurre con una osteopo ros is que no existe
aún pero gue aparecerá si no se toman medidas desde ahora, no gueda
otro recurso gue el argumento de autoridad, en este caso, la de Wl médi-
co, para resaltar la actualidad y la inlportancia del problema.
E n resumen:
Para persuadir de la necesidad de un cambio, es prec iso comenzar por e xpo-
ner la raíz del mal y su s consecuencias. Lo hace m os m ostnUldo que existe un
problema que nos afecta y que es grave e imninente.
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USO DE RA.zÓN
gue padecerá el vigente sistema de seguridad social para pagar las pensio-
nes dentro de cincuenta aí'íos. Siempre cabe responder al estilo de D on
Juan: Largo me lo fiáis. Por eso, en todos es tos casos es más persuas ivo
emplear argumentos de principio, por ejemplo : las obligaciones gue te-
nemos hoy con nuestros descendientes. Si las consecuencias de un pro-
blema no son evidentes, como ocurre con una osteopo ros is que no existe
aún pero gue aparecerá si no se toman medidas desde ahora, no gueda
otro recurso gue el argumento de autoridad, en este caso, la de Wl médi-
co, para resaltar la actualidad y la inlportancia del problema.
E n resumen:
Para persuadir de la necesidad de un cambio, es prec iso comenzar por e xpo-
ner la raíz del mal y su s consecuencias. Lo hace m os m ostnUldo que existe un
problema que nos afecta y que es grave e imninente.
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Ricardo García Damborenea
das tanto para aumentar los recursos de agua COlno para reducir el despil-
farro. Q uien pretenda reducir el ntunera de accidentes en las carreteras
debe preocuparse de modificar el compo rtamiento de los conductores,
rejuvenecer los automóviles, mejo rar los viales y asegurar la vigilancia.
No todos los factores tienen la misma importancia. Por ejemplo, las cau-
sas del para son múltiples, pero reco nocemos una principal: la escasez de
empresarios y sus abundantes reticencias para crear empleo . E n conse-
cuencia, toda propuesta que no contribuya a multiplicar el número de
empresarios ya reducir sus temo res, será ineficaz.
Un plan es factible cuando se puede realizar. Ha de ser posible y fácil
o, al menos, sin ob stáculos previsibles insuperables. Tiene aplicación en
este apartado todo lo señalado en el capírulo sobre la Cuestión Conjetu-
ral: ¿es posible en sí? ¿es posible allora? ¿es posible tal y com o se propo-
ne? .. etc.
La emp/ua a que os lanzáis es peligrosa; Ins al1llgp que habéis nombrado son
iltregtlros; el momento mismo ertá mal eJcogido, y l/ueJtro plan entero es dema-
fiado flf!jo para lVntrarreJtar tan graJl oposiaon. 104
En resumen:
Disponemos de una pro puesta eficaz y factible: ataca el pro blema en su raíz,
estamos e n co ndicion es d e realizarla, y carece d e objecio nes m o rales.
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USO DE RA.zÓN
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Ricardo G arcía Damborenea
De un foll eto publicitario- COIl el dinero que fe ahorra en el feguTO del co-
che, podrá úllÚar a su ml!Jer a una cena romántica. COIl los puntos acumula-
dOJ~ podrá elegir un ngalo de! calálogo y lener un bonilo dela!!e con la abuela.
Graciar al plan personal¡;;.ado de ahorro, enviará este alZO a la Illlza a Irlanda
para aprender inglés.
Iba Es!upillá a auxiliar a los reos de muerte eIl la !.-apilla y a darles com.rsa-
"0" en la hora InIJJenda, hablándoles de lo tOllta que es esta tida, de lo bueno
que es Diosy de lo rú-ammte que iban a estar m la glona. 105
Ulises- Seria "ergoni!'JO haber eslado aqlli [Troya] lanlo tiempo y regrecar
COIl las mallos l'adas. ;06
Despil farra quien malversa los medios. Si una obra está iniciada, no
parece razonable intermmpirla. E l art,'u mento del despilfarro pondera el
es fuerzo que ya se ha realizado, el dinero invertido y los sacrificios sopo r-
tados, para no des istir del empeño. Es el argumento que emplea un mi-
nistro para continuar un plan de obras públicas parcialmente ejecutado, el
del médico que no intermmpe un tratamiento, y el del banquero que
sostiene a Wla empresa insolvente con la esperanza de cobrar algún día:
Si alguiell le debe a usted áen librar.. usted le tiene cogtdo;pero si le debe tllI mi-
llón de libras, él le ttime !.vgtdo a usted. ] .M. Keynes.
1\ lacbeth- He ido lall IejOf en e! lago de la sallgre, que si 110 al'allzara más,
el relro"der feria tall difial como el gallar la olra orilla.
94
USO DE RA.zÓN
Si al mú¡úleno le mlltmla eJa ley de prellsa, ¡!t'a segllro de qlle más colltellta a
ms memigos, que aguarda/l 1111 pretexto.
En resumen:
Enumeramos todas las ventajas que puedan parece r probables y significati-
vas, a las que po demo s ailadir el reg alo de o tras ventajas sec wldarias.
b. Los inconvenientes
Aquí nos intere sa probar dos cosas:
¿H aJ lvtlflderado !as saltdas laborales que ofrece esa carrera, el ex,"siw mimero
de lit",,,ados que hay ya etl el país, la muy alla probabiltdad de que ttmsiteJ
bllScar lu jilturo en el extralljero?
95
Ricardo G arcía Damborenea
Para acabar {villa J'edi",;n, Manáo file plleJ'IO en libertad. Pero no J'e pliSO fin a
la Jedición, fino que Je le dio Itll jije. l0?
2. ¿Son importantes?
Se supone que no. Q uien hace una propuesta y no puede ocultar las
desventajas, reduce hasta donde puede la importancia de éstas.
Leónidas- Si las flechaJ' de 1oJ' persaJ' osmreml el so~ ml/cho mejor: así pe-
/earemoJ' a la sombra.
Lady I\·lacbeth- ¡Qllé imporla que llegue a J'abene, Ji /ladie Pllede pedir
cuentas a !lltestro poder!
Sabiamos que habia diezprobabilidadeJ' <VIllra una de salir <VII blál;y, J'in em-
bargo, noJ' hemos e~'PIieJ'lo, pI/es e! botín que perreg¡¡iamoJ' ahogaba en /lOJ'otroJ'
la lVllJúleraúón de! rieJgo probable en perspedim.108
96
USO DE RA.zÓ;-,¡
u/la de que /10 dumúera eIt la habitatión y otra de que se cortase la mallO al te-
njicar cua!qlllcr ado que no filese el de henr a Carlos.
}'. Se elU1Ie!ltra a Andtis el amllo que Carlos llevaba e!l la mano. Pudo apo-
derarse de él al asestlzar/o,y también habérselo dado la tÍdtlt¡a. Aquella proba-
bibdad co/ldu" al crimen, y sumada COII faJ· anlenores da el nlÍmero de 1m,
quedalldo aúlada por he/erogénea la probabilidad cOII/rana.
4' illdiao: se lIolall mallchas de sangre en la camisa de Alldtis. Él ftrpone que
¡ueron prodlládas por la henda qlle /enía en la mano. E l J"e,- free que las mall-
chas pro"den de la sangre de Carlos. Sumada es/a probablltdad da el /llÍmero
de matro,y queda otra aislada en colltra.
5' illdiáo: A ndtis debió tratar de defellderse. E lltre ms mallos se emvlltró 1111
peda,!, de tela de algodón blanco, Stll duda arralll"lldo al agresor. lA camisa de
Andtis se halla rota, y aunque no cotlmde elpedazo 1'011 la rotura, tal,"zpor-
que habiéndose apercibido ésle de aquella ámms/a",ia procuró borrar la huella
de! ,rime¡¡, SOIl de la misma lela. Pero como por imeronínil quepareZ'"lI, no es
imposible que la '"lImisa de Andtis esluáera rola y que la del awzllO de CarkJJ"
¡"eJe de la mirma clase de tela, no puede collsiderarse JÚlO como l/IZa probabili-
dad¡rente a otra; J!n embargo) sumarla con lar alltenores da el reJpetable Illíme-
ro de tiliCO, que, con la enemistad que abngaba colltra Cario,; COIIStttllyell seú
hechos dijere/ltes que, por dijere/ltes tÍas, "¡enell a zI,dú"lIr que A udtis mató a
Carlos.)18
319
Ricardo García Damborenea
Si este hombre ha sido muerto por hierro; si se te ha cogido a tt~ m enemigo, so-
bre el mirmo lugar, COIl ulla espada sal/gral/te C/l la mallO; si nadie más que tzi
ha sido asto en este süio; si nadie tenia interés en st/ ml/erte; si tú te has mos-
trado fiempre (apaz de todo: ¿se puede dudar que l/O seas el asesino? 319
E l dia alltenor al seJlalado para matar a NenJn, hi::,y lestamento) ordenó que se
afilare 11/1 l'iejo puñal oxidado, pareda preompado, mió COII már ablllldalllia de
/o ai'Ostumbrado, libero a todos ms esdaws, repartió dinero y mandó preparar
,"lIdas para tllrar heridas. Su liberto Milliio, lie/do estas dispoúcúmes, conjetu-
m lo que se tramaba,y misó a Nemll."20
Estonzuda.
Tiene fiebre.
Le duele la garganta.
E ste lIiño ha G'Ogtdo un «¡(arro.
{AdemáJ], si los pies de M arie eran peqltellOSy también lo eran los dell't1dát""
el aumento de probabibdades de que éste i'Orrespolldiera a aquélla 1/0 se daríaya
en propon'ión meramellte antmérica, sino geométnr;a o aet/mllla/.ú/a. Agreguemos
320
USO DE RA.zÓ;-,¡
a esto los zapatoJ. Al ser análogos a los que Mane lleraba puestoJ aumenta a
talPl/llto la probabilidad que casi la vueü~1l ,rrteza321
Sherlock H olmes- Cada /1110 de estos hechos es sugerente por si solo. Pero
jllllLOJ adquieren t/HaJlIer.:;.,a al"tIIJ¡¡tlalú:a . 322
Para la tdetltifica,úíll del cadál_", los forenses hall !ellldo etl cumta la talla, la
mmple"úín, el cabello, las caraderifticas j!sú-as, la detltadllra y la ropa.
Resumen:
Los signos inco nc1uyentc s adguie ren valor cuando se pueden sumar po rque
son numero sos y convergente s. Con cada WIO de ello s fannamos un juicio co n-
dic ional pre suntivo y con la suma d e todo s con s truim os un razo namiento hip o-
tético, es de cir, buscamo s la mej o r e xplicac ión para el co njunto de signos.
321
Ricardo García Damborenea
Te/lían de repente bubones m las axilas, y la aparúúín de estas bllbas era signo
infalible de muerte.
Cualldo stlball !ns estorninos por la malla/la, máendo la radio porque la a co-
menzar el ügormatú,o.
] esucristo- Cuando !ns ramos de la higuera están tterllOS y brotan las hojas,
conocéis que la pnmat'era está ten'a. 326
322
USO DE RA.zÓ;-,¡
L;¡ tierra alegre, el áelo daro, e! aire hinpio, la luZ serena, cada uno por Jiy Io-
dosjimIos daban manifiextas sellales que el dla había de ser serenoy claro.)2?
Al parecer, Genaro aculTIlIla muchas ventajas, tal vez más que ningún
otro, con lo cual es tamos cargados de razones para vaticinar plausible-
mente el resultado.
323
Ricardo García Damborenea
Lo.r .rigIlOS de las cosaJ temibles .rOIl igllalmellte temibles, ya qlle pollen de malli-
fiesto que lo temible está pró>,imo;y esto es elpeligro: la proxúmdad de lo temi-
bleYo
Sócrates - Tú, al menos e/I mallfo a /0 que humallamente se puede pm'er, es-
tár '40J de tener que mon'r mallana. 331
] esucristo- Llego, ensegUIda, después de la tribu/alión de aquellos días, se
osmmrrá el sol, y la luna 110 dará JU /ui! y las estrellas caerán del lielo, y los
poderes del ,ielo se tVnmoverál,. Enlollm apam"rá el eslandarle del I-lijo del
hombre .. . 332
324
USO DE RA.zÓ;-,¡
Resumen:
Los signos predictivos se basan en correlaciones cau sale s o de suc e sió n.
Penniten juicios condicio nale s n ecesarios (ha saltado un rayo, ahora sonará
el trueno) o presuntivos (s i han tomado el café, de jarán la me sa libre).
Podemos sumarlos, si so n va nos y co nve rgentes, para co nstruir un razo na-
miento hipo tético que ofrezca la mejor explic ació n para la suma de sign os.
3 ?~
_J
Ricardo García Damborenea
O bservamos las expres iones del ros tro con mucha atención y, gene-
ralmente, les damos más crédito que a las palabras.
El esquema de razonamien to es puramente deductivo . Al fm y al cabo
se trata de aplicar una definición a un caso:
Resumen:
Los síndromes son agrup ac io nes de signos. Esta un.idad conforma un
indicio que se relacio na con detenni.l1 ada situación.
326
USO DE RA.zÓ;-,¡
327
Ricardo García Damborcllca
¿Es u n :! Stllll :!
¿Es un signo
IIlcquívoco? H NO 1+
ele va tios sig nos
C<juívocos? -i NO 1-
si si
1 1 1 1
¿Está bien
iut'("[prClado?
¿So n
co nv(' [gcnl cs?
H NO -h
I RECHAZAR EL
si 1 si 1 ARGUi\ IENTO
1 1
1"1'
¿Son relevantes
ACEPTAR EL
ARGUl\LENTO
p a[~
conclusión?
b
H NO t
si
1
.- 1
¿E sti n bien
si
f- inte rpretados? --1 NO f-
328
USO DE RA.zÓ;-,¡
Cuarta parte
DICCIONARIO DE FALACIAS
329
Ricardo García Damborenea
330
USO DE RA.zÓ;-,¡
INTRODUCCIÓN
La !ógú-a no ensc,ia a pensar rectamente sino a evitar
lasJaladas, es decir, ei pensamiento torcido.
Definición
Los argumentos sirven, como sabemos , para sos tener la verdad (vero-
similitud, conveniencia) de lma conclusión. Con frecuencia, sin embargo,
los con struimos mal, con lo que su finalidad no se alcanza. También con
frecuencia, empleamos argumentos aparentes con el fin de engañar, dis-
traer al adversario o descal ificarlo. A todas las fo rmas de argumentación
que encierran errores o persiguen fmes espurios, los llamamos falacias .
E l término procede del latín fa!!alia, que significa engaño, y lo empleamos
como sinónimo de JojÍfma, palabra que acuñaron los griegos para des ignar
el argumen to engai'ioso.
Ya se ve que la terminología es imprecisa porque mezcla errores de
razonamiento (por ejemplo una generaliza"on prelipitada), con maniobras
extra-argumentales (por ejemplo un ataque per.rollalJ, e incluye también los
fal sos argumentos que se emplean con la intención de engañar o desviar
la atención (por ejemplo la falacia ad 19l1orantiam, la pista folsa o las apelalio-
nes emoliona!,,). Todos tienen una cosa en común: adoptan la apariencia de
un argumento e inducen a aceptar una p ropos ición que no está debida-
mente justificada. Unas veces nos engaña nuestro juicio y o tras las mañas
de nuestro interlocutor.
Ocurre con las falacias como con los dioses del panteón greco-
romano: son tantas y con parente scos tan embrollados que cualquier
intento de clasificación resulta inútil. Desde que Aristóteles redactara sus
Rejútaliolles Sofirritas hasta hoy, no han aparecido dos libro s sobre esta
materia que recogieran el mismo o rdenamiento. Es mucho más fácil
clasificar insectos, po rque plantean men os problemas conceptuales y
están mejor defmid os. Los fall os argumentales, por el contrario, son es-
curridizos y ubicuos: un mismo erro r puede constituir varios so fi smas a
la vez. Aquí no vamos ni siquiera a e sbozar una clasificación. Nos limita-
remos a exponer las falacias más frecuentes en orden alfabético para
facilitar su consulta.
331
Ricardo García Damborenea
1. Abandonar la racionalidad.
2. Eludir la cuestión en litigio.
3. No respaldar lo que se afirma.
4. Olvidos y confusiones.
1. El abandono de la racionalidad
Se produce de varias maneras:
- cuando nos negdffios escuchar argumentos que pudieran obligarnos
a modificar una opinión que estimamos irrenunciable, es decir, cuando
no estarnos dispuestos a ser convencidos . As í ocurre, po r ejemplo en la
falacia Ad Bam/llm y en la falacia Ad Veremndiam.
- cuando disfrazarnos la realidad con triqui"uelas corno la Ambigüe-
dad o las Preguntas múl tiples.
- cuando tornarnos la exigencia de prueba corno WH cuestión perso-
nal y respondernos desviando la cuestión con Wl Ataque personal o WH
Pista falsa.
4. Olvidos y confusiones
Aquí se agmpan los fallos propiarnente lógicos, aquellos en que olvi-
darnos alternativas o confiuldÍ01os conceptos. Si lun jugador de ajedrez
332
USO DE RA.zÓ;-,¡
b . El ataque a la falacia
Nos pasa con muchos so fi smas lo que con los juegos de manos: aun-
que sabemos que hay un truco no podemos explicarlo. Cada sofisma,
co mo veremos, requiere una respuesta peculiar, pero se pueden señalar
algunas sugerencias generales.
1. La mejor forma de combatir un mal argumento es dejar que se
hunda solo. Para ello lo más sencillo es reconstruirlo en su forma están-
dar, con lo que sobresaldrán sus contradiccio nes o sus carencias.
2. Lo peor que se puede hacer es emplear la palabra falacia o agi-
tar latinajos. A nadie le gus ta que le acusen de falaz. Es un término cuasi
insultante que tal vez suscite alglID arrepentimiento contrito pero que,
generalmente, provoca un contraataque feroz e irracio nal que puede
hundir el debate. Existen vías más sutiles para info rmar a los contrincan-
tes de que han resbalado en su razonamiento. No merece la pena malgas-
tar tiempo en una descripció n técnica del erro r que, cotno los latines, no
entenderá nadie. E s mejor limitarse a señalar el fallo en las premisas, la
conclusión o la inferencia.
3°. Siempre son muy eficaces los ejemplos, especialmente cuando
son absurdos. Aquí hemos p rocurado facilitar una abundantísima mtuli-
ción que se puede utilizar como está o inspirarse en ella para fabricar
otra.
4° Con mucha frecuencia un mismo error puede ser clas ificado
en diversos modelos de fal acias. Determinado ataque personal, por ejem-
plo, pudiera considerarse como falacia Ad Homúzem, Ad COflsecuentiam, Ad
Verel7l1ldiam, A d Popl/lllm, Pista Falsa, Sofisma Patético o apelación al Tu
Quoqlle. No tendría sentido el1wnerarlas. Lo más eficaz es litnitarse a
denunciar aquélla que parezca más flagrante, es to es, más comprensible
para la audiencia.
No recogemos todos los errores imaginables sino los que, po r su fr e-
cuencia, han recibido tul nombre, a veces en latin (prueba de su abolen-
333
Ricardo García Damborenea
l.....aJ·fa/aciaf !la tienen por qué fer ideaf inmediatamente reconociblef como de-
mencia/eJ. D e hecho, 1l0nnalmente J"e trata de ideaf qlle j"/(enall mI!) biell, lo
malfacilita que polüicos, illteledualef, medios y toda dafe de mot'lmientOJ so-
cialel se riman de ellas para .racar adelante SUl causaJ o c'(Jrreras. Precisamente
por .fU poder de arrastre --üpedalmellte e!l atlOS eledorales-- JZe('eJitamos obser-
!'arias detmidamente y dar COIl los errores que las comier!ell e!l m~!as para el
desa.ft,.. lll0 m as SoweU.
334
USO DE RA.zÓ;-,¡
A
Falacia del ACCIDENTE
Se comete al conftUldir la esen cia con el accidente, lo sustancial con lo
ad jetivo. Incurre en ella, po r ejemplo, quien juzga por las aparien cias.
Mejiftójéles- Cala sobre tu cabeza ulla peluca de miles de blldes, calcea tI/S
pies COIl <vtumos de I/Ila I r/m de alto, que 110 por ello dejarás de ser lo que eres.
Como es sabido, el hábiÚJ 110 ha" al monje y aunque la mOlla se tista de seda...
T odo esto viene a decir lo rnismo: que las cosas tienen esencia y accidentes.
Esencia es la substancia de una cosa, lo que no se puede suprimir sin
alterar el concepto; lo inherente, lo necesario, y también lo universal,
po rque es en lo que coinciden todos los individuos del mismo gén ero .
Un triángulo es, esen cialmente, lUl polígono de tres lados. Como todos
los conceptos, presenta un aire abstracto, fantasmal e in visible hasta que
se reviste de accidentes: triángulo de tiza, de bronce, de fl ores, azul o
verde, tieso o tumbado, isósceles o e scaleno. Puede adoptar muchas pre-
sencias accidentales, pero lo común , lo inseparable, lo que se predica de
todas es su esen cia: un polígono de tres lados. Percibimos las cosas por
sus accidentes y es preciso desnudarlas para con ocerlas, para descubrir su
m eollo, aquello que permanece bajo los cambios de aparien cia: la subs-
tan cia, esto es, lo que sostiene los accidentes (del lacio JIIbstare = estar
debajo).
Accidente (del latín múdere = sobrevenir a) es lo que particulariza las
cosas, lo añadido, lo sobrevenido. El accidente puede faltar, no es necesario
para el concepto; es contingente, yuxtapuesto. Como ocurre con los
triángulos, las no tas variables de los índividuos de una misma especie son
accidentales.
La Falacia del accidente se comete por tom ar una propiedad
accidental como esencial, lo que conduce a erro res al generalizar y al defmir:
Nll trzángulo es Nll poligollo ¡"de. Atribuimos como esencial a todos los
individuos de W 1a especie W1a cualidad que sólo conviene accidentalmente a
algunos de ellos.
335
Ricardo García Damborenea
Platón era jilósr¡fo, pero 110 por sus fomltades dialécttim, como Hipó,rates era
médico. pero 110 por su e1omenáa. Tambiétzy opuedo serjilósr¡fo y cojo al mismo
tiempo,y sin embargo, no habíais de imtfa1me e/l la cojera para serji/ÓSr¡fos,135
Si hubiera que juzgar a los jilósr¡fo.r por Sil barba, lo másjllsto .rería poner a la
cabe'(fl de todos 1111 ma,ho tabrí0336
336
USO DE RA.zÓ;-,¡
- ¿Qué mayor pmeba de que nada aprotel'ha la fílosofla que el que algllllos fí-
/¡jsofos tivaf/ toljJeme/lte?
- No es eso pmeba alguna;plles, i'Omo los I'ampos, 110 todos /os que se ,«/tivan
son férllles. 337
No sólo tienen dml'hos los seres humanos. Los perros también los tienen.
Vamos a rer de qué trata este eSl'rito que tan artera y dllramente he enjicado.
1\ lingote, en ABe.
Falacia de AFIRMAR
EL CONSECUENTE
Véase CONSEC UENTE.
337
Ricardo García Damborenea
AMBIGÜEDAD, Falacia de
Falacia del equivoco o de anfibología
Se produce cuando en un mismo argumento se emplean palabras o
frases en más de un sentido, como ocurre en este ejemplo con la palabra
igual:
LoJ JeXOJ /10 Jon igualex, 10J derrd)Qj" no pueden Jer iguales.
- ¿Cómo afirma usled que sea áerlo que sus lalas de lV/lJert'a l!et'all mitad de
lLibrey milad de caballo?
- Porque ex verdad, seiiorjuez. Yo siempre mezclo /tila liebrey UIl caballo.
338
USO DE RA.zÓ;-,¡
Un padrey llll hijo tWI de paseo. E l niño se detiette delanw de lItl árbol lleno de
pequefioJ ¡m/os y pregullta: - ¿Qué árbol es? - UIl ámelo de esos de ámelas
negras. -¿Negras? Puesyo las 1."0 ro¡iZas. -Es que están turles.
¿Cuál de los dos tenía mal aspecto? ¿De qué madre se trata?
Durante la noche pasada se han regútrado dos grados baio cero en León y uno
más en Burgos.
Dos PaJ"loreJ'protestantes hablan de! tnste eJ"lado de la moral sexual de hoy en
día:
- Yo nunca me Cltv.rté eOIl mi ml!Jer antes de que 1l0f cafáramos. ¿Y lI.rted?
- No estoy .feguro. ¿Cómo .fe llama? 338
¿Cómo hay que entender es to? ¿Señala una situación excepcional o relata lo
que ocurre todos los días?
339
Ricardo García Damborenea
Si es madnleJlo, es espallol
E l Cúl no e.f madri!eilo.
Llego El Cid IZO es "pailo!.
Si A, entonces B
X no es A
Luego X no es B
340
USO DE RA.zÓ;-,¡
,
Falacia por mala APLICACION
de una REGLA
Véase SECUNDUM Q UID .
Un ra'(fJllamimto que prrJi,de de geflte Stll fama y el mismo, pero que ,iene de
gentefamosa, 110 tienen igllalfuerza,J39
341
Ricardo García Damborenea
Las características de esta falacia son dos: el empleo de una fal sa auto-
ridad y el afán de engafiar. De no ser por esto último, podríamos consi-
derarla como Wl argumento flojo que no cumple los requisitos exigibles a
cualquier auto ridad. La diferencia se aprecia en cuanto solicitamos infor-
mación acerca de ella. Si el argeunento es débil se nos confesará que no se
dispone de tal info nnación. Si el argcunento es falaz, las pregeilltas queda-
rán sin respuesta, como si no hubieran sido oídas o, m ás comúnmente,
serán contestadas con evasivas.
En reswnen, estamos ante Wl engaí'io que pretende ocultar la debili-
dad del argcunento. Podemos defendernos reclamando la información
que se nos niega, porque en este sofisma, a diferencia de lo que ocurre en
la falacia Ad V ereamdiam, nadie nos coacciona. El argumen tador falaz
intenta explo tar nuestra igno Gu1Cia o nuestro confonnismo , pero no es
obligado que lo consiga, puesto que nada nos prohíbe desnudar la indi-
gencia de sus aseveraciones. Por el contrario, cuando se pretende cerrar
el paso a cualquier crítica mediante expresiones como: necesan'amente, cier-
lamente, illdisatliblemente, jÚZ duda, obriamente, tvmo saben hasta los niílos, etc,
todas las cuales insinúan lo inadecuado, estúpido o insolente que pudiera
342
USO DE RA.zÓ;-,¡
B
Argumentum ad BACULUM,
también llamado Recurso a la fuerza,
Argumento ad terrorem, Apelación al miedo
Si A 110 es B, usted se f a a enterar.
L uego már le ,-ale aceptar que A es B.
343
Ricardo García Damborenea
E s un procedimiento frecuentísimo:
Mira Laura, tIÍ flecesÜas este empleo y yo Ilecestlo tilla secretana can°,iosa, asi
que será mejor que 1I0S entmdamos.
EJ'Cuche guardia,ya Jé que me he saltado e! Stop, pem IIsled 110 sabe mil quién
eslá hablando. Mepamt que a IIsled 110 le gUJla mucho Sil empleo. Yo miraría
más por mljamilia. Si usted me polle la IJllllta !elldri que hablar mil Jwjejés...
y mllste queyo sostmdri esm mdos los temnos. ¡EII todos los temllos! Y re-
eJI
pelÍa lo de! lemno l7izm o Jetf I.t<tJpara que e! otm se fijara en eltmpo y en e!
garrote y se diera por muido.342
Por JIIpueslo, usled es libre de ha"r lo que le pare'l!'CllJlejor... pem IIJ{¿d es IVIlS-
dente de que nueJtm Banco eJ uno de los pnllcipales ammáonLes de su penoódico
y estoy seguro de que 110 desea perjudlúmlOs pub/ú-alldo ese artía/Io.
344
USO DE RA.zÓ;-,¡
-Haga asted /¡¡ que guste, Mawnsey, pero si vota en contra lIuestra, compraré
mis ¡¡!traman'llos en otro Jifio: malldo pongo a~íl'ar al té me gusta sentir que
hago I/n bmejia" al país manteniendo a comenialltes que están del lado de la
jlfJiiáa. 343
Es ta es una falacia que se padece desde una posición de deb ilidad y que
no se puede rebatir racionalmente. En el mejor de los casos cabe pregw1tar
si, además del poder, existe algún fi.mdamento para creer que lo que se nos
impone es razonable.
COIl frecuencia se dice que la fuer:;.a no es UIl argumento. Eso depende por com-
plelo de lo que u quiera probar}45
Falacia de la BARBA
Véase CONTINUUM.
e
Falacia del CALVO
Véase CONTINUUM.
345
Ricardo García Damborenea
CARRO, subirse al
Véase PO PULISTA.
,
CASUISTICA, falacia de la
Consiste en rechazar lll1a generalización alegando excepciones
irrelevan tes.
piltra esa demallfralizada! Para que luego dtr,mt que las madres aman a SIlS
bijos.
Se esfúer;;:a por dmirtuar una regla citalldo alteo o seis casos en que /lO se 171m-
pie. AUllque hubiera Jido poJible aducir cillme/lta en b'ez de cimv, esos ,útmenta
ejemplos podrían seguir siendo ra'f!mab!emmte considerados como excepciones a
la regla ha.,-ta el momento en que pudiera reJÍltarse la regla misma.34ó
346
USO DE RA.zÓ;-,¡
{-l e l/lx/o mllchos J-e'ZOfU de lal! piadosa lVlldicióll que !!e¡:an COIl mucbo l¡alory
padenaCt los deSCUIdos de los criadoJ;' pero lo mil/rano es- lo más ordinario.
Marcos de O bregón.
Dado que este so fisma, para eludir el problema, desvía la atención hacia
los detalles en disputa, podemos considerarla lUla variedad de E ludir la
Cuestión . Y ya que pretende sustituir lUla regla general por otra basada en
las excepciones (las madm no aman a SIIS hijos), debemos incluirla entre las
falacias de G eneralización Precipitada.
- ¿Como es poJib!e, don Santiago (Rusiífog, cómo es posible qlle "sled y SIIS
am¡goj~ que son personas lan forma/u, perJOllaJ"tan buenas y queridas, !reaten-
ten esta.r !J1qierotas del hamo, estaJ mt!Jerolas de trefpeJetas . .. ?
-¡Un momenlo, 1111 momento! - dijo RJiJ"/¡¡o! parálldole en seco-- ¡La m/a
era de cuatro ... / J47
347
Ricardo García Damborenea
Álvaro- ¡No hay deredJo! Dijiste que si arreglaba mi habLiación podria ¡j. al
a/te. Ya eJlá arreglada.
Su madre- Si,pero le pedí que lo húieras esta ma/lana.
348
USO DE RA.zÓ;-,¡
UJted es /l1l illmrable tabeza loca porque lIadó c/lalldo el Sol Je paseaba por de-
/allle de /a mllJ/e/aaoll de AOjarlo en presenaa de Urallo.
Cualldo mi tio se fue a ""ir a La l'{amna, de;o el cafoy .fe pa.ró alpoleo. No le
puedes figurar lo que mtjoro Sil arma.
Nuestra cordial enhorabuena, pero la mejoría del asma nada tiene que
ver con el poleo ni con el café. Todos los asmáticos mejoran en un clima
seco como el de La 11 lancha. Con el mismo fundamento se puede atribuir el
éxito en la vida a nacer en Jueves. Que dos cosas aparezcan juntas no signi-
fica sino que han aparecido jWllas.
349
Ricardo García Damborenea
Se refuta con facilidad demos trando que no existe una relación s igni~
ficativa, o sea, que estamos ante una coincidencia. No es dificil probar
que el efecto tiene lugar aunque no intervenga la causa, o que está produ~
cido por otra causa distinta de la que se pretende:
lAs riadas se !la'an InJpUel!teJ llUaVJ, pero no p/leden mil Ins puentes romanos.
Es 'I.idente que se hunden Ins puenteJporque no se mllstm)e hoy mmo antaño.
E stl/dios deml/eJtran que mujeres que deJayllllan Special K pesan menos que !as
que 110 In desayunan.
350
USO DE RA.zÓ;-,¡
Dos aborígenes australúJ/los tan a Estados U Hidosy I.en porprimera '''z a !In
hombn; pradzúmdo e! esq!li amátúv, serpenleando y dando rallos almledor de!
lago.
- ¿Por qué "a lan de pnia el barto? -pn;gllllta 11il0 de IoJ aborigeneJ.
- Porque le perrigue e! loto de la merda --tolltesla el otro 3 50
E>""úte Itlta comlaáón mire el consumo de agua minera!y la falud de /os Iliñof.
Esto no puede servir para bendecir el agua. Hay W1a causa común pa-
ra atnbos fenómenos. Los nUlOS que conSUlnen agua mineral son más
pudientes y disp on en no sólo de agua sino de un conjunto de elementos
(comida, ropa, educación) que contribuyen a su mejor salud.
Los nitlos de brazos más largos razonan mejor que los de brac;os más ("Ortos.
Sin duda razonan mejor y tienen los brazos más largos los niños de
más edad.
He decidido 110 dormir más en ulla cama. Casi todo el mundo mlfere en la ca-
ma.
350 Paulos.
351
Ricardo García Damborenea
Ni e/ {abato Ili el a/cohol lIi la ",miera matan, tomO 110 matall los i"Uthi/los.
Si 110 Iltln'e, habrá ql/e regar eljardílly e/ milo.re mojará los pies mil el agua de
la mallgl/era, de lo qlle resultará Ulla illflamadóll de gargallta. De manera ql/e,
Ji no lluete, tendremos al niño et!lermo.
Debiera decir:
Si 110 Iltlnt, habrá que regar eljardzíl (¡zetesarzamenle),y e/lliño la! "z se mOje
o tal t'ez no .re mqje mspies, de lo que puede resultar, o IZO resultar, una ilijección
de garganta. De manera que, Ji no l/¡Iue, sabe Dios lo que pasará con el niño.
EIJamón ha" bebery e/ beber qutia la sed; ergo e/jamóll qlltla la sed. 35I
Como dice ]\ lontaígne: H aga el disdpl/lo burla de lales tosar. E s más sagaz
burlarse que colltestarlas. He aquí el argumento más brillante de Fray Ge-
rundio de Campazas:
352
USO DE RA.zÓ;-,¡
Santa A naftle madre de M aría; M aría ftle madre de ensto; luego santa Al/a
es abuela de la Santísima Tn·mdad.
Hijo, baJla /VII tilla copa para tI,idar e! camtllO de! allVholúmo. ElpnnzerpaJo
es crucial. Si lo pntebasy te gusta, que"Yif máf, y L1fClnto már consumas máf
depel/diente te harás, haJla acabar completamente alcohólúv. H a'(tJle ca.ro: /o he
asto ml/dJas t'et:es.
353
Ricardo García Damborenea
En Resumen:
Distinguimos dos variedade s en la s falacias de Falsa Causa:
a. Falacias por confusión de condiciones que consiste en atribuir la
re spon sabilidad causal a lUla condició n ne cesaria.
b. Falacias del post-hoc que e stablecen una relación causal sin o tro
fundamento que la ap arició n sinllUtánea o sucesiv a de dos h echos. Se
puede producir po r:
1. no de scartar la casualidad.
2 . inversión de la causa, cuand o se confund en causa )' efecto .
3. olvido de un a causa común.
4. no con siderar la exi stencia de un intermediario.
5. encadenar las causas injustificadam ente .
6. po r simple m ala fe.
,
CIRCULO VICIOSO, falacia del
Véase PE TICIÓN D E PRINCIPIO.
,
COMPOSICION, falacias de la
y la DIVISIÓN
La falacia de Composición se produce cuando atribuimos a un con-
junto cosas que solamente son ciertas en las partes. Venimos a decir:
como todos los componentes son buenos (o malos), el conjunto ha de
ser bueno (o malo).
Por fuerza fe trata de tilla orquesta magJl!fica porque todor lar profesores roJl
e:x.traorrlinanor.
Los directores saben muy bien que no es así. Una cosa es inducir que
todos /os proftsores son extraordúlarios y o tra, transformar esa conclusión en algo
distinto: el todo, el mlljllllto, es extraordúzario. Estamos ante una variedad de la
Falacia de Conclusión D esmesurada. No se pueden trasladar las virtudes de
354
USO DE RA.zÓ;-,¡
Debe Jer muy bllen jugador, porque está en fin equipo magnifilV.
Es 1m gobienlO dubitatil'O. Se t'e que fUJ millislros fOil indecisos.
355
Ricardo G arcía D ambo renea
H q pocas Jelloras entre IOJ Dip/ltadoJ. Pare" q/le a las mlljere.r /lO lex atrae la
polftú-a.
Los restallrantes que están Jiempre 1!elloJ dan muy bzen de comer.
Las razones por las que lm comedor esté habitualmente lleno pueden ser
diversas: sus precios son atractivos, es limpio y rápido, ocupa un
emplazamiento idóneo, está de moda, lo regenta Julio Iglesias ... y todo lo
que se quiera y no tenga nada que ver con la comida que sirven.
356
USO DE RA.zÓ;-,¡
,
Falacia por CONCLUSION
EQUIVOCADA
Véase NON SEQUITUR.
E n esquema:
Si A, entonces B.
X es B.
Luego, X es A.
Olvida esta falacia que B puede ser consecuencia de otras cosas distintas
de A.
357
Ricardo García Damborenea
CONSEQUENTIAM, falacia ad
o de las Valoraciones Irrelevantes
Pretende refutar una tes is o un plan apelando a consecuencias irrele-
vantes para lo que se intenta demostrar. Viene a decir: esto ha de ser
fal so po rque conlleva consecuencias que no nos convienen o, al revés,
esto es muy bueno por sus efectos complementarios. Veamos un eJem-
plo:
358
USO DE RA.zÓ;-,¡
i'lo me interesa si el Gobierno liene razón. En ningún (aso 110S íVIlt'iene reeono-
drsela.
No procede tomar dedaraáó/1 al exprrwdmte GOIlZá!eZ porque represmtaría
/1/1 estigma para JII perro l/a.
La publicidad abusa sin fatiga de este sofisma. Al ser muy parecidos los
productos de las distintas marcas , los cOlnerciantes acentúan valores que no
vienen al caso: las pasiones que despierta lUl perfume, o el prestigio que
359
Ricardo García Damborenea
La ",estióll no es saber ú las medidas pmútar por la ley [aute la peste} son
graa:J, Ji 110 Ji JOIl lleaJana.r para impedir que muera la milad de la pobla-
ciÓIl.356
360
USO DE RA.zÓ;-,¡
Si a quún no es callO se le arral/ta /In pelo, 110 queda tallO; si se le quita otro,
tampOtv;y así, peh a peh, milita será mlIV. E ubulides de ~ Weto. 3S8
Si alguien q/liriera saber atánto hay que miadir o quitar para qlle el n'·o sea
pobrti; el dlebrti, destono"do; lo mutho, poto; h grande, peql/efio; h largo, corto;
h ancho, estretho;y al tontrano, no podríamos mponder nada Jeguro y ,úrlo.
Cicerón.359
361
Ricardo García Damborenea
Todo reaen naádo es I/Ila persolla. Su desarrolln desde el embnoll hasta elfito
maduro es gradual, JÚZ que exista un PUlltO en que su naturaleza cambie abrtlp-
lal1le/lte. No exlite IIn PUllto en que podamos collJiderar qlle matarlo es lía/o.
En tonseafelzcia, la interrtrjJciólt del embara::.:p es tan ilícita ívmo el aJesinalo de
JfJl mIzo.
362
USO DE RA.zÓ;-,¡
¿Cuántos años necesita lUla person a para ser vieja? ¿D ónde comienza el
exceso en la comida? ¿En qué plU1tO la sencillez se transforma en grosería y
el humor en bufonada? ¿Cuánta agua necesita el trigo para resplandecer? ¿y
cuánta más para arminarse? ¿y dónde está el límite? ¿Diremos que es lo
mismo regar y no regar?
Los antiguos la llamaban falaz"1 de! montón (por el de trigo), de la barba
(¿cuántos pelos se precisan para considerar que un hombre tiene barba?) y
de! wlw.
Pero Grullo-Quien tiene pOlYJ, tiene;y si tiene dos pOlYJJ, tiem algo,".} si time dos
algos, más es;y Ji tiene dos mases, tiene mm:ho;y si tiene dos mudJos, es n('o.362
363
Ricardo García Damborenea
D
DESEOS, falacia de confundirlos con la
REALIDAD o WishfUI thinking (hacerse ilu-
siones)
Consiste en considerar exclusivmnente las posibilidades favorables de
un suceso, menospreciando el resto de las alternativas .
Quien incurre en esta falacia piensa que las cosas irán bien porque
pueden ir bien. Es Wla forma de turbación afectiva de la inteligencia que
nos lleva a confw1dir nuestros deseos con la realidad o , si usted prefiere, lo
que es mermnente posible con lo que es probable o seguro.
364
USO DE RA.zÓ;-,¡
"Bolademil"" soslenia que el molúlo podria hattrse en !In año. En adelante, de-
claró, se ahorrarla tanto trabajo, que los animales sólo teudrian tres dias labo-
rables por semana. "Napoleón ", por el mntrano, sostenia qlle la gran nemidad
de! momento era alimentar la prot/;mión de comeslibleJ, y que si perdian e!
lúmpo en e! molino de denlo, se morir/an lodos de hambre.365
365
Ricardo García Damborenea
AoB
Si A, entonces e
Si B, entonces e
En consecuencia, los errores posibles son:
1. Es falso el dilema
a. Porque los términos no son exhaustivos (la enumeración es
incompleta)
EstaInos en la lnislna situación de cualquier argumento disyuntivo en
que se nos ofrecen opciones no exh austivas. El dilema ha de flU1cionar
como ID1a tenaza. Si el adversario descubre una tercera vía, no hemos hecho
m ás que el ridículo. Por ejemplo:
Si esto es cierto, queda destrozado nues tro dilema. H emos dejado una
vía de escape, con lo que nuestro gozo dialéctico se desvanece como las
ilusiones de IDl pobre.
PongMlos tul dilema clásico (Aristipo):
Basta con tener los ojos abiertos para percibir que la mayoría de las
mujeres caben entre los dos extremos Qlermosas o feas): casi todas mezclan
366
USO DE RA.zÓ;-,¡
Cuenta una leyenda que, cualldo 10J libros de la famoJa biblioteca de Alejalldrfa
flleron incautados trar la illt'aJlOIl mu.rulmaJla, el califa Omar refolLió que si el
IVlltenido de los libms e.rtaba de amerrlo tVn la dottn/la del Corán, erall tlllítiles,
y J-j ten/an algo en CO/ltra, debíall derfmirre.
Cabe un término medio: los libros sin duda no decían lo mismo que el
Corán, p ero tampoco lo contrario.
Las disyuntivas incompletas incurren en el erro r general del olvido de
alternati vas
l\To se/ior. Es/amos allle HIl falso dilema. No SOIl ope/aneJ illlVmpatibleJy IZO
Jerá difici¡ armonizar lar t'entqjary reducir los ¡m:ofltymientes de ambos.
367
Ricardo García Damborenea
La disyuntiva era buena, pero uno de los condicionales resulta ser falso.
As í de sen cillo. En lU1 dilema los caminos deben estar bien tomados, y los
obstáculos que los intercepten deben ser infranqueables. D e o tro modo
nW1Ca detendrán a nuestro adversario. La conclusión que se extraiga de cada
alternativa ha de ser cierta, obligada, indiscutible.
Es te error es una de las muchas formas que adopta la falacia genérica del
Non seqllitllr
Vea el diagrama para el análisis del dilema.
,
DISYUNCION FALSA, falacias por
Se produce una falacia por fal sa disYW1Ción cuando los términos en
disyuntiva no son exh austivos o n o son excluyentes. Convierte en falace s
a los argumentos disYWltivos que se fOffilen a partir de ella.
El argumento disyuntivo elemental con sta de:
• Una disyunción que recoge dos únicas opciones alternativas .
• Dos propos iciones condicionales que analizan las alternativas
para descartar W1a de ellas.
• Una conclusión.
En consecuencia, los posibles errores de un arglll11ento disywHivo son:
I. Q ue sea falsa la disywll:Íva porque sus ténninos:
no sean exhaustivos.
no sean excluyentes .
n. Q ue sean fal sas las premisas y las conclusiones de los arglll11entos
condicionales.
1. Es falsa la disyuntiva
Utilizamos la disYW1Ción para expresar inlplícitamente que no existen
más posibilidades que las presentadas y que sólo una de ellas puede ser
cierta: E stá 'ú'o o está muerto. La disyunción, pues, ha de ser exhaustiva y
sus téffi1inos, excluyentes .
a. Porque no es exhaustiva (la disyuntiva es incompleta)
Puede ocurrir porque se olviden o tras posibilidades o porque se cons-
truya con términos contrarios.
1. Se olvidan otras posibilidades
Esto ha sido un aseslilato o /lJl suzádio.
¿Por qué no una muerte súbita o un accidente? Se trata una vez más
de nuestra conocida falacia p or olvido de alternativas. Es preciso, pues,
368
USO DE RA.zÓ;-,¡
compro bar siempre que la disyunción que se nos plantea está completa
para poder es tar seguros de que W1a de las opciones es cierta:
oyo, o e! caos.
En estas elecciones no extSlen más que dos aflernallt'as: elprogreso, o la C{}l/enla.
Se está conmigo, o se eflá contra mi.
369
Ricardo García Damborenea
¿A quién ql/ieres már? ¿A l/Il ogro que te pinche con !l1l alfiler o a papá? Gila
en LJ CodorttiZ'
Ammulas Jiempre 0pOJÚÚJlleJfretl/e afren/e (..) Pero h'!)l Ulz /érmil!o medio el!
las cosa.J)y bqy límites que el buen sentido no puede franquear.368
o hablar o camúlaJ.
O la amas o la aborre",.
DIVISIÓN, Falacia de la
Véase COl\ lPOSICIÓN.
370
USO DE RA.zÓ;-,¡
,
Falacia del DOMINO
Véase PEN DIENTE RESBALADIZA.
E
Falacia de ELUDIR LA CARGA
(o responsabilidad) DE LA PRUEBA
Consiste en n o aportar razones que fWldamenten la conclusión o en
pretender que las aporte el oponente .
Sobre la mestiólZ del diwnio IZO quiero ni oír hablar. Como le he dicho, creo que
el,ú/mlo de! matnmonio es indúúibley punto.
371
Ricardo García Damborenea
Este recurso falaz fue bautizado por Bentham 37l como Escudo de
pretarimdom, porque se emplea para evitar la censura de las personas que
ejercen el poder.
372
USO DE RA.zÓ;-,¡
Es una falacia madre, de la que participan todas las que tratan de desviar
la atención hacia otro asunto, como es el caso de las siguientes: Ataque
personal, falacia Casuística, alacia Ad Consecuentiam, sofisma Patético, falacia
de la Pista falsa.
Se utiliza con frecuencia como una pura ley del embudo, para cimentar la
excepción o alegar privilegios cuando se trata de aplicar una regla que nadie
discute. La falacia consiste en apelar a Wla excepción no justificada. Es un
recurso habitual de los políticos a la hora de juzgar a sus adversarios o de
rechazar el recurso al Tu quoque (no me critiques por lo que tú mismo
haces).
- T ú tambiéll lo hamo
- Sí, pero mi caso es dirttllto.
373
Ricardo García Damborenea
V I!Y a pedir q/le 110 me cobre/l este atio el IRPF. porque mi caso /lO es mmo el
de todos: Yo nmsÜo ese dÚlerrJ para otras msas.
EMOCIONES
Véase SOFISMA PATÉTI CO .
374
USO DE RA.zÓ;-,¡
Falacia de EX SILENTIO
Véase SILENCIO.
F
Recurso a la FUERZA
Véase BACULUM.
G
GENERALIZACIÓN
Falacia por MAL USO de
Véase SECUNDUMQUlD.
GENERALIZACIÓN
PRECIPITADA, falacia de la
Las falsas ú,d",úolle,. de algunas experiemias parfú-ulares, JOIl ulla de la,. más
óVmlllles "'lISas de los falsos juúios de los bombm. LÓgica de Port Royal.
375
Ricardo García Damborenea
Si UII sa"rdote lasd,. hate algo zizdetente, enseguida dedmos: ¡lvIim qué ejemplo
IZOS da el clero! Como Ji aquel sacerdote¡Ítem el dero. T. Moro.
Cada ¿-ez qlle mfocalZ las cámaras de teletiJiólZ al diputado GU/zdisalw lo (vgm
dormido. Ese hombre IZO ha" más que dormir.
376
USO DE RA.zÓ;-,¡
377
Ricardo García Damborenea
GENÉTICA, falacia
Consiste en juzgar las cosas de hoy en razÓn del valo r que concede-
mos a su origen o desarrollo.
378
USO DE RA.zÓ;-,¡
Es una maniobra cómoda para evitar la lidia con la idea en sí. Juzgar los
méritos de hoy por los defectos de ayer constituye una variedad de la falacia
de Eludir la cuestión y, cuando se refiere a personas, una falacia Ad
[-Iomútem. Constituye, además, una fl agrante Petición de principio: E n
efec to, la fal acia genética parte de W l supuesto falso que se da por bueno.
Po r ejemplo:
H
Falacia ad HOMINEM
o falacia ad p ersonam
Sócrates- ¿Qué eJ eso, Polo? ¿Te ríes? ¿Es ese ofro Illlet.'(} procedimiento de
reJlltaa'ón? ¿Reírse cuando el interlocttLor dice algo, Sill argumentar contra
ello?376
379
Ricardo García Damborenea
E.f eJttíptdo y I'Omo tal 110 puede tmer llIla opúlió" fiable.
E s pol'O cuidadoso I'On JIIJ aftrmlldoneJ, un exaltado.
¡Claro que lo dú.j ¿Qué esperabas de una negra?
Nill ¡:ale el azor meJlOJ porque en villlido Jiga, ni lo.r bueno.r enJiemploJ porque
judio los diga. D om Sem Tob.
380
USO DE RA.zÓ;-,¡
E l/ el Nllet'o Reieh 110 debe haber cabida para la enteldad aJlI los animales. A.
Hitler.
Tú no ereJ !luyer, as! que lo que /)qyas a decir sobre el aborlo 110 cuenta.
¿QJlépuede saber UIl sacerdote sobre los hijos si no ha tellido ningullo?
Tal vez es té muy cualificado para opinar; tal vez sus consejos sean muy
sensatos. E sta m aniobra adelanta que nada de lo que diga se tomará en
consideración . Los curas no pueden hablar sobre el matrimonio; los blancos
no pueden hablar sobre las minorías de colo r; los hombres no pueden
hablar sobre las mujeres.
Me temo algúlZ ataq/le col/tra mis teús por parte de personaJ ignorantes de la
edutal10ll elementa!, que pradú:all /lna ",tórica de plaza ptibáia JÚZ método ni
arte.
IgJloro lo que difeJlderá mi 0poJlente, pero ninguJla persona rai!JIlahle puede sos-
tener que ...
Q/liriera ter a U/1 hombre Jobrio, moderado, 'Wlo,)/lsto, deár que IZO hay D ÚH:
por lo metlos hablarla defÍllteresadalllellte;pero tal hombre 110 exúte. J78
381
Ricardo García Damborenea
Cambia usled lanlas I.UtI de opinióll que no sabemos Ji lo que defiende hoy se-
guirá JOJteniéndolo mallalla. (pero ¿tengo razóll o no?).
Sorprende que Jea usted quien propone utm lVfaf, teniendo eJZ menta que ntlnca
ha mido m el Erlado de Bienestar. {¡'Pues más a mifatorij .
E>.:zsLe gran número de perronas que no tienen durante itl nda más qlle l/na
idea, y por lo mifmo /10 se lvntradice/l 1lI11ll"a. 1\70 pertene~..lv a ua clase; yo
aprelldo de la ~ida, aprendo mimtrar vito, y, por lo tallto, aprendo hoy todavía.
E rpoJible qlle lo que hoyes mi OpilllOIl, de aquí a un mIo no !o sea, o !o collsi-
dere ernJneo,y me diga: ¿Cómo he podIdo tener esa opúziólZ alifes? Bismarck.
Tiene cien mil libras de renta, IlIego tiene raijin. E J degran n{]cimienÚJ, luego Je
debe mer lo que él propone como ~"rdadem. E s llIl hombre que no tiene haden-
da, luego 110 tiene razón.380
382
USO DE RA.zÓ;-,¡
UII hombre de bumas !Vsttlmbres Pllede albergar opilllimes faLsas y puede llIl
makado predicar la nmad a/lllq/le 110 crea m ella.381
E l ""Ior de /lila Idea 110 tielle liada que wr !VII la sim,ridad de! hombre que la
expresa.J82
383
Ricardo García Damborenea
El acto mismo, Ji IZO es pernicioso, /lO se colwierte en malo porque ÚJj" motú'OJ"
J'ealZ de los que miran alpropio ilZterés.383
* **
Como acabamos de ver, tan to en el ataque ad homúzem direc to como en
el indirecto, se dejan a un lado los razonamientos para provocar una actitud
de rechazo hacia el oponente y, en consecuencia, hacia sus palabras. Esta
transferencia de la afirmación hecha por una persona a la persona misma
resulta ser extremadamente atractiva para el público, de allí el "éxito" de
estas falacias . Nos inclinamos a contemplar un debate como si fuera una
competición. No se trata de ver quién tiene razón, sino quién gana, es decir,
quién zurra con más contundencia. Si W1a de las partes sabe alinearse con
los sentimientos de la mayoría y caracterizar a la oposición como Wl
enemigo común, su ventaja es indudable.
384
USO DE RA.zÓ;-,¡
personales son mucho más interesantes para el público que los argumentos,
y pueden reemplazarlos con facilidad.
Por eso conviene señalar que este juego es peligroso. Los ataques
personales descalifican también al atacante, ya que muestran su
irracionalidad y su indigencia argumental. Con frecuencia, se vuelven contra
quien los produce (m/llra produmzlem) , porque repugnan a los sectores más
sensibles del auditorio. No por eso se emplean menos. El caso es hablar
para que no se note la carencia de razones. Abwldan quienes consideran
más grave callar que decir tonterías. Si algW1a vez nos vemos impelidos a
emplear Wl ataque personal hemos de procurar, en primer lugar, que
culmine nuestro razonamiento (no que lo sustituya) y, en segundo lugar,
reves tirlo de formas corteses y, a ser posible, irónicas para mitigar sus
efectos negativos.
Veo qlle le apoya Ludo Apll!eyO, persona pniuipúmle, //0 en edad, sillo en
prádica y enfrenamienlo forense. En segundo lugar, según creo, liene a Alieno.
J\TtfJlcCI presté rtijiciente atención a su.r posibilidades en la oraton·a; para gntar,
desde luego, veo que eftá bien fuerte y mtrenado.J85
Esos golpes que me tienen de abqjo /lO me detendrán. Les diré: contestad sipo-
déiJ; después calumniad cuanto qlleráú.387
O/¿ide que /o he d,,-ho yo. Supollgamos que /o d", otro: ¿cuáles seríall SIIS razo-
Ilespara m-hazarlo?
385
Ricardo García Damborenea
388 Caslelar, Debate sobre la rrgenda. Sesió n de Corte s del 19 de junio de 1869.
386
USO DE RA.zÓ;-,¡
1
Falacia ad IGNORANTIAM
SCII/~ ¿Que Lu hennana jlle abduáda por alienigena.r? EJO es ridimlo.
Muld,,- Bueno, mientras 110 puedar probar lo mlllrario, tendrár que a"plar
que es "erlo. (De la serie de televisión E>.pediente X)
387
Ricardo García Damborenea
Nad" ha demostrado qlle los ex/ratemstm 110 existan. Debemos i'OndJlir que
e)'1.sten.
388
USO DE RA.zÓ;-,¡
389
Ricardo García Damborenea
No tengo mucha iJiformaaoll Jobre lar adin'dadeJ de eJte Jt!}eto, excepto la lVIlJ-
tallaa de que 110 hqy nada en IoJ archiwJ de! FEI q/le migue SIIJ cone)aoneJ
com/lnistaJ.
Como nada pmeba qtle no sea usted romtlnista, debemos 'V/lcú/ir q/le es usted
mm/mista. Así pensaba el público norteamericano y as í piensan todos los
públicos en situaciones epidémicas de histeria colectiva en las que arraiga y
se extiende, como un contagio, la presulllión de atlpabi/idad. Es una actitud tan
absurda como la siguiente:
El FEI /la ha logrado demostrar que Smith /la esttlto etl la escma del mittelz la
I/oche del 25 de Jtll/io, por lo que podemos condl/ir que estuw alli.
390
USO DE RA.zÓ;-,¡
Me misto a mer que el mUlldo haya sido mado por la dÚtlla sabidllda, allll-
que !lO eJiry seguro de /o contrano,J91
J
Falacia del JUGADOR
Afirma que si se produce llll su ceso aleatorio, sus pro babilidades de
aparecer de nuevo cambian significativamente.
391
Ricardo García Damborenea
E Jte fin de semalta iremoJ a la playa. E n los dos últimos ha llovido, ari que
ahora toca bllen tiempo.
D on Quijote- Todas estas b017"astas que ItOS su,~de;z Jon seHales de ql/e
presto ha de serellarse el ttimpo y han de su,"dernos bien !as cosas. porque no es
poJible que el mal ni el bien Jean dllrableJ,y de aquf Je Jigue q/le, habiendo du-
rado mmho el mal, el bien utáya ,m'Cl.
L
LEALTAD, apelación a la
Variedad de sofisma patético en el que se apela a nuestras emociones
para eludir el razonamiento.
La apelación fal az a la lealtad supone que uno debe estar de acuerdo con
los intereses del grupo al que pertenece, independientemente de que dicho
grupo tenga razón o de que sus intereses estén justificaclos.
Ya sé, guardia, que he girado donde está prohibido, pero lo.r colegas tellemOJ que
t!)IlIdamos. No me pas a tratar como rifllera UlI paúano.
Si lo piensas bien comprenderás ql/e tengo razón y, Jobre todo, remerda q/le
siempre te he prestado qJl/da.
392
USO DE RA.zÓ;-,¡
M
Falacia del MANIQUEO
Véase J\lUÑECO D E PAJ A.
Apelación al MIEDO
Véase BACULUM.
Falacia ad MISERICORDIAM
Consiste en apelar a la piedad para lograr el asentimiento cuando se
carece de arglll11entos. T rata de forzar al adversario jugando con su com-
pasión (o la del público) , no para complementar las razones de una opi-
nión , sino para sustituirl as.
393
Ricardo García Damborenea
ÚIf palabrasque mllmn a la piedad, las s/ípáiasy megos a los amigoJ son eji-
"am mal/do eljuúio depende de la multüud. 392
Uno apela a las emociones cuando piensa que seran favo rables a su
causa, lo cual es legítimo, pero comete W 1a falacia cuando lo hace por
e liecer de argumentos. La apelación a la misericordia debe ser un
complemento de las razones, no su vicario.
Ya sé que está prohibido girar a la izg/llerda, guardia, pero 110 me multe, por
fat'Or. He tenido 1111 mal día; estaba tI/tentaudo llegar al hospitalporqlle atabau
de ingreJar a mi andaua madre. Y 1'0] Ivn el/iempo justo porqlle entro a traba-
jar dentro de uua hora en mi segllndo empleo qlle es de túmpo pamaly salano
míllúJ/o, pero no puedo perderlo porqlle es el únúv Joporte de los dláiJiete miem-
bros de mifamilia.
La historia es muy triste, pero, ni nos consta que sea cierta (cosa
frecuente en las apelaciones a la piedad), ni aporta una sola razón por la que
el protagonista deba eludir la ley, ni justifica el gíro a la izquierda. Es una
buena fOtm a de Eludir la cuestión y busca su amparo en la fragilidad
sentimental del interlocutor.
E n ocasiones se emplea como p unto de partida de una lacrimosa
Pendiente resbaladiza:
394
USO DE RA.zÓ;-,¡
,
Falacia del MONTON
Véase CONTINUUM.
Apelación a la MULTITUD
Véase POPULUM.
Ello," di"'l que la Ig!eJia dice !o que 110 di"Y que 110 di<, lo que di<,. 393
395
Ricardo García Damborenea
Nosotros queremos <VllJtruir lIlI puente hacia e/jittllro. Boh Dole habla de <VIlS-
tmir UIl puente hacia elpasado. Bill Clinton.
Los del Parfldo POPlllar 110 meJI ell la demoi'racia. F. González.
¿Por qué los políticos están siempre deseando explicar lo que piensa la
parte contraria? La razón es obvia: quien expone la posmra de su adversario
dispo ne de magníficas opOltunidades para simplificarla o defo rmarla. Si uno
pinta su propia posición de blanco inmacwado y la contraria del negro más
siniestro, la elección que deba efecmar un ciudadano indeciso se simplifica.
E ste es el propósito de W1a falacia que se basa en la creación de W1a fal sa
imagen de la., a.firmaciones, ideas o intenciones del ad versario.
Po r ejemplo: quien rechace Wla nueva tecnología puede ser acusado de
aüorar las eavemas. Si propone W1a reducción de los gastos militares, le
dirán que se rinde al enemigo. Si critica a los pescado res espa110les le dirán
que da la razón a los marroq1úes.
Rara vez se defo rman hechos, pues resultan demasiado evidentes para
admitir simplificaciones. Lo no rmal es cebarse en opiniones o en propósitos
que siempre son más interpretables o se pueden inventar. E n 1998, al ser
suprimido en la C ímara de los Lores el privilegío hereditario, uno de los
afectados construyó, más que Wl mW1eco, toda w'" falla valenciana:
Existen dos técnicas para atacar 1U1a opinión que no sea realmente la del
contrario: a) atribuirle una postura ficticia; b) deformar su punto de vista
real. La primera se inventa un adversario que no existe; la segunda lo
modifica sólo en parte .
396
USO DE RA.zÓ;-,¡
San Agustin- T/I" I/lza alegria me'f!iada de Lttgtiettza de ,.er que tantos
años hubtúe yo ladrado, 110 lVlltra la fe católica, JÚZO lVllLra las !ecciolleJY qui-
meras que los hombres habían fabricado (..J No me mnstaba todada que la
IgleJúl enseñase las dodnnas ttrdaderas, pero Ji que 110 etlmTaba aquellas ,vsas
queyo había álllPerado y reprendido}95
Una fonna solapada de crear lUl mlll/em de paja consiste en afirmar con
vilUlencia el rechazo de algo que nadie ha propuesto. Por ejemplo, si lUlO se
opone con indignación a que se recorten las pensiones, sembrará la
sospecha de que algunos (sus adversarios, sin duda) pretenden recortarlas,
con lo que ya es tá creado el muñeco.
397
Ricardo García Damborenea
398
USO DE RA.zÓ;-,¡
N
Falacia de NEGAR EL
ANTECEDENTE
Véase Al\JTECEDENTE.
Todos los nillos n",JitUfI los ",idados de sus padres, pero tualZdo ambos padres
trabajan 110 pueden prestársela. Por eJO, las madre,. /10 debzerall trabajar.
399
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o
OLVIDO
DE ALTERNATIVAS, falacias por
Se produce la falacia por no considerar todas las pos ibilidades que
ofrece un problema, con lo cual se corre el riesgo de olvidar la buena:
Esto ha sido un suúidlo o un mádmte (¿por qué /lO ulla muerte natural o llIt
asesúlato?).
p
PATÉTICO, sofisma
Llamado así porque apela al palhos 0a emoción) y no al logos 0a razón).
Comprende todos los medios de persuasión no argumentativos que pre-
tenden sostener un punto de vista despertando las emociones en los
oyentes.
400
USO DE RA.zÓ;-,¡
¿Dejaremos que alguien pie liJe que IOJ e.rpmloles bemoJ údo mbarder?
¿Qué será de Francia, de IZuestra lengua, de I/uestras tradúúmes, cuando abra-
mos la puerta a los úzmigranteJ?
De u/zpatrono mlllca puede "nir Ilada buello.
Cuando las ra'{!Jnes SOIl débiles. los ajú'/os son IOJ q/le gobiemall.J96
Sipntendemos lograr que lo dudo.fO se vea áerto, bay que edJar mallo del ra~
namiento, COIl !as pnlebar al canto. Mar si IoJ qyentes Ilecesitan antes bien Jer
movidos que eIIse/lados. de merte que 110 seall flojos ell ba"r lo mismo qlle ya
Jaben y ammoden el asentimiento a laJ cosar que mrifieJall Jer t-erdadermj en eJ-
te cm"o! se requieren mqyoreJ amJtos de elomelU'ia, y aqui SOIl lleceJan'ar las stÍ-
401
Ricardo García Damborenea
pltim e imrepaúo!les, lar imitaúo!leJY apremios'y todo otro remrso propio para
cOllmo¿'er los állimos.J97
Una cosa es probar lo que decimos (convencer) y otra lograr que los
convencidos actúen (persuadir). Lo segundo es más dificil y no basta la
razón porque con frecuencia, aunque quien nos escucha sepa lo que debe
hace r, no quiere hacerlo .
Es pmúo probar antes a UIlO tomo traidor'y IlIego protocar a los oymtes tVntra
la traición, 398
Demóstenes a Esquines- Al oír tu dúmrso han dicho: ¡qllé bú" habla!
Al oír e! mío hall tVmdo a empllllar las armas. Plutarco.
402
USO DE RA.zÓ;-,¡
Como orador, Hitler Illlllca se molestó en probar lo qlle deda: afirmaba para
desencadenar la emodón ... Consideraba a SH allditono tomo IIlla mlljer que debe
ser en pnmer IlIgar deslludada emocionabnmte y después sedl/cida para II/ego
abandonarla. Los úlUmos dúZ minI/tos de Sil distllIYo pamían I/Il orgasmo "r-
ba¿;99
Una advertencia más: no todas las pas io nes se pueden excitar decen-
temente. Hay pasiones y supersticiones sucias que debiera estar prohibi-
do agitar en cualquier tribuna: venganza, odio, envidia, racismo, violen-
cia ... Conviene es tar preparado para enfriarlas cuando se perciben en el
público y, especialmente, nos importa ser capaces de combatirlas cuando
las emplee nues tro adversario. Quien no conoce las trampas está despro-
tegido frente a ellas. No puede preparar antídotos el que no sabe nada de
venenos.
El sofisma patético caracteriza a las siguientes falac ias : apelación al
~ liedo, apelación a la Piedad, apelació n a la Lealtad, falacia de la Pista falsa.
Falacia de la PENDIENTE
RESBALADIZA
o del dominó
Consiste en una cadena de argumentos que conduce, desde un co-
mienzo aparentemente inocuo, a un fmal manifiestamente indeseable.
Para rechazar una proposición o desaconse jar una conducta, apela a con-
secuencias remotas, hipotéticas y desagradables. Por ejemplo:
Es tamos ante rula larga cadena de inferencias del tipo A ¡-a/lsa B, B ¡-alisa
e, etc., que culminan en un fmal tenebroso. La falacia consiste en dar por
fimdadas consecuencias que no son seguras y a veces ni siquiera probables.
Se ampara en la inquierud que desata el resultado final para colar de matute
403
Ricardo García Damborenea
algunas relaciones causa-efecto que son refutables (en este caso, todas): es
una temeridad dar el primer paso, porque las consecuencias se producirán
de modo automático e irremediable. Este ejemplo puede parecer exagerado.
D e hecho es una deliberada exageración, pero cosas así se escuchan cuando
alguien no sabe qué alegar:
Los pasos necesarios para aceptar esta conclusión suponen que todo el
que ftuna padece un defecto de la personalidad; que los desórdenes de la
personalidad conllevan la pérdida del empleo y de las relaciones, y que esto
equivale a terminar sola fané y descangqyada. Este progresivo deslizamiento
hacia la perdición es lo que da nombre al sofisma, conocido también como
Falacia del dominó.
Si los estlldúlIltes 110 se plantan ahora ante la admillistraaoll por esle problema
peque/lo, el decanato pensará que liene luZ l"erde para arrebatar/lOJ otro yo/ro
derecho, harta no dg'ar ninguno.
Los jÓ,"lIes 110 educados en el respeto a DIOS, serán reados a soportar disciplina
algulla para la hOllejlidad de la tiday , aI/ezados a 110 llegar liada a su <vnarpis-
cencia, Jerán llet'ado,rfácilmente a agitar la mirma paz del E xtado.
400 Leizaola, citado po r Vidarte, Sim eón, Las Cortes Comtit'!)'entes de 1931-
1933.
404
USO DE RA.zÓ;-,¡
Cualquier remrte en la aJlJtemia sallitan·a puede parettr ballal, pero es muy pe-
ligrom. LospeqlleiioJ retvrteJ abren la puerla a los gralldes remrtesy, fillalmen-
te, a la flpresión de! sis/ema xC1nitano graluito. Si /lO impedimos es/a tendencia,
el Gobienzo pensará qlle tiene fas mallOS libres para acabar eDil el sistema Jan/-
lano ptibb'v.
Una vez que ulla fOciedad permite que /liza penona quiLe la l/ida a otra, barán-
dose e/l sus mulllos tritenospn·mdos de !o qlle es ulta ,,,la digna, no puede exú-
tir /lila forma segura para lVll/ener el l/in/s morla! aJí introdllcido. Irá a donde
quiera.401
405
Ricardo García Damborenea
Suplico a los que anlitipall sus lemoru aten'a de los deJórdeneJ que deJolaráll
Framia si se zlztrodlli" la libertad de mItos. obsen'en que la toleranáa no ha
prodz/Ctdo entre nueJtros ""iflOS ¡ratos empollzozlados; y que los protestantes,
ilzettfablemmte condmados, mmo todos sabemos, eJl e! otro mundo, se han sabi·
do amglar de /lila manera cómoda en éste, Stl, duda e/I compellsaáólt debida a
la bondad de! Ser SlIpnmo. 402
406
USO DE RA.zÓ;-,¡
Si cede usled efta t'f!'{; deberá ceder 1m poco más la próxima,y así JlIcesú'amenle.
Si se legalizara el ado de acabar mil la "da de alglllál para ayudarlo, tal vez
se haga dallo a gmte tll0mlte mmo ab/lelos demelUiados,y el Estado debe prote-
ger a esa gente.403
407
Ricardo García Damborenea
PERSONAM, falacia ad
Véase 1-101l11NEM.
PETICIÓN
DE PRINCIPIO, Falacia de,
o PetitioprinciPii (afIrmación de lo del principio)
°
AristóteleJ- Postular tomar lo delpn"'áplo eJ demostrar por Jí miJmo lo que
/lO está claro o IlO es colloádo por sí mismo, esto es: 1lO demostrar. 405
Veamos Wl ejemplo:
Utiliza como premisa lo mismo que dice la conclusión. Esto es W1a Pe-
tición de Principio. ¿Por qué lleva Wl nombre tan raro? Es la versión latina
de Wla idea de Aristóteles: petere Id q/lod demo/lJlrandllm tlZ prilllipio proposÚum
eJt, que (usted perdone por la agresión) significa: afirmar aquello que se debe
demostrar.
¿Po r qué conservamos es ta denominación? Porque es en la que nos en-
tendemos todos: pétÜIOIl de pniuipe dicen en Francia, petüio pn"'ápú o beggtlzg the
qlleJttoll en Norteamérica. La idea es que el principio ¡garantía) de lUla de-
mostración no puede apoyarse en la conclusión. Una cosa no puede ser
p ro bada por sí misma.
Si digo yo que un hombre eJlá bo"udJO y lIJled me dI" que es debido a que ha
bebzdo mlliho, 110 amglamoJ nada.4!J6
En todo raciocinio, lo que sirve de fi.mdamento debe ser más claro y co-
nocido que lo que se quiere probar. Por eso la falacia consiste en pOJtlllar o
Jentar aquello mtimo que eJ pmiJo demostrar!07
408
USO DE RA.zÓ;-,¡
Uega tarde, porque trae retraso. ¿Por qué trae retraso? Porque 110 ha llegado a
su hora.
Sótrates fue maestm de Platón y Jenofonte. porque éstos fuemll discipu/os de
aquel
Me gusta el COIim'porqlle es mi bebidafa"n/a.
409
Ricardo García Damborenea
- ¿Por qué es pretiso qlle galles más dÚlero qlle tll mUJer?
- Porque sry e! tarón.
- ¿Por qué túne qlle mbrar más e! tarón?
- Porque ba de sostener a la familÚJ.
[¿ Por qué ¡¡me que soslener e! varón a la familia? ¡Porque es e! ¡:arón!j
El mismo caso de fal acia se da, como hemos dicllo, cuando la premisa,
en lugar de repetir lo que afuma la conclusión, se apoya en ella.
- Mi Párro,v es UIZ santo porque habla todos los días con DIOS.
-¿ Y tlÍ cómo lo sabes?
-Porqlle me lo ba dicbo él mismo.
-¿ y cómo sabes qlle IZO le mgaña?
-¿Cómo me iba a engañar UII bombre qlle babia lodof 10f dlas mn DIOS?
No probamos nada.
El patrono- Sí, ya teo que este mior Gramó/ec;. me responde de usted; pero
el ,'tISO es que a este se/íory o IlO !o conozco ni le he lútO en mi l'ida.
El recomendado- Es igual, de responder de! mior Gramó!ez me encargo
yo. Xaudaró.
*' * *'
No todo argumento circular es falaz. Hay fenómenos que se
retroalirnentan y sólo se pueden describir o argumentar de manera circular:
***
b. Cuando se apoya la conclusión en algo opinable
Vamos con lm ejemplo:
Si !tí me daJ a íVllocer lo illcógnilo por lo menos touoe/do, es coger aglfa en tefio.
Celestina.
411
Ricardo García Damborenea
No eJ bumo liberalizar 1m¡armadm porque eIItOlllfJ habría IIna eJI cada calle.
Hay que negoáar aJll 10J terrrmj'taJ jxJrque eJ la 1Íllica manera de acabar eOIl el
problema.
No se debe [,ellder l bena jxJrque EJpaila perdería fII mmpail,a aérea de bande-
ra.
412
USO DE RA.zÓ;-,¡
Sabemos lo que a IMed le gmta. Por eso hemos preparado el detergeJlte radiadi-
w Pum.
Vota últeúgellte: ,"ta Imle.
Se pueden refinr a esla jalacia lodos IoJ argumenlos etl que Je prueba ulla IVJa
incógllita por otra que es tanto o máJ incógnita; o tilla COJa incierta por olra que
es tanto o más tizcierta. A. Arnauld.
¿No está usted de amerdo <VII elprocesamietlto de PÚlOchet? ¿Es qlle 110 le im-
portan las matro mil lÍdltnas mortales, "i el dolor de fUS jamilür?
413
Ricardo García Damborenea
¿No t'a a l.'otar usted en mlltra del aborto? ¿E.r que no le imporlan lns llillo.r
que morirán JÚI ter la luz, Stll que se nspete, como se le nspetó a IIsted, el den-
cho a núr, a estar aquí?
Cuando dejíefldell ufla '"{JI/sa, ",tan tena"mmte entrar e/I el fondo, pero se
muestran w"úg/ero.r, Ilolentos y pro/ijo.r al examútar todo aquello que es ajmo
al arllllto. 410
414
USO DE RA.zÓ;-,¡
antes de iniciar la caza del rorro se pasa Wl arenque sobre las pistas del
animalito para confundir a los perros.
Véanse tanlbién la Falacia de Eludir la cuestión yel sofisma Patético.
Sofisma POPULISTA
o Argumento ad populum, también conocido
como falacia de apelación a la multitud
Se trata de W1a simple variedad de la falacia Ad VereclIIzdiam. E n ella el
lugar de la autoridad reverenda lo ocupa la opinión más extendida, a la
que se apela como si se tratara de la archiesencia de la verdad.
Se basa en la supuesta autoridad del plleblo, de Wla mayoría o,
simplemente del auditorio, para sostener la verdad de Wl argumento, como
si la razón dependiera del númeto de los que la apoyan: l/O es posible que tantos
se eqlliwqueJI, dicen. El recurso es evidentemente falaz, porque de lo que
dicen muchos lo {mico seguro es que lo dicen muchos, y lo más probable es
que se trate de lm interés, W1 prejuicio o lma pasión colectiva.
Debe .rer /lna película est/lpenda porque hay /lnas cola.r enormeJ en la taquilla.
415
Ricardo García Damborenea
Sócrates- Los hay que demnan Hila mOlleda falsa si está sola, pero si está
en montón la apnteban.412
Recurrir al número de los que opinan algo es lma vía legítima cuando se
trata de medir el alcance de una opinión. Solamente podemos conocer lo
que piensa la mayoría preguntándoselo. Ahora bien, si nos dicen que el 64%
de los jóvenes ado ra la música bata/ao, no 10 entenderemos como un
argumento a favor de la bondad de tales sones, sino como un dato que
expresa un gusto juvenil .
Sócrates- Sobre lo ql/e d".,. ""dráll ahora a apoyar tllS palabras msi todos
los ateniensesy e:xtralyeros, si deseas presentar mlltra mí testigoJ de que 110 teJlgo
razón. Pero yo, al/nque 110 Joy más que 11110, flO acepto tu opimon; 110 me obligas
a el/o con razolles, sillo que prese!Ztas contra mi muthos testigos falsos. 414
416
USO DE RA.zÓ;-,¡
No exúte opinión algl/na, por abmma que sea, que los hombres 110 acepwn co-
mO propia, si llegada la hora de contemrrles se arglge que tal opinión es "a¿rp-
tada IlIIú.rsallJleJZte". Son como o"ejas que sigueJZ al carnero a dondequúra que
['aya. m
Cl/alldo algún diputado ql/iera aJimlar l/na teoria abmrda o apoyar I/Ila idea
deJ"Cabellada, le1tga la p",call,,1511 de decir.' "EJta norma se Jiglte e1t el extranje-
ro". Si desea dotar de mayory más p,"stigiosa ambigüedad al mneeplo, imilllÍe
senallamente: aPorque ¿'DmO OC/fin en todas parles . .. " 416
SiJuzgamos la calidad de las películas por las colas de las taqu¿flaJ, deberíamos
mlocar en la aíJpide El último mplé.
Dicen los japollese,r que la cazay (OIlJumo de delfineJ forma parte de su m/Lura.
También formaba parle de su cultllra la diraimillaa15n de la mUjery ahora la
,'Ombaten.
417
Ricardo García Damborenea
La e:xpenimáa de todos /os tiempos IIOJ'prueba que /os ángeles túnen figura hu-
mana. 41 7
POPULUM, argumento ad
Véase POP ULI STA
POZO, envenenar el
Véase ]-]OJ\(INEM.
PREGUNTAS
,
MULTIPLES, falacia de las
o de la Cuestión Compleja,
también llamada falacia por presuposición
Consiste en confundir varias pregLU1tas en una. Su o bjeto es inducir al
adversario a contes tar globalmente con un sí o un no, a sabiendas de que
la respues ta no es posible sin distinguir cada una de las p reg¡.m tas y pro-
ceder por partes.
418
USO DE RA.zÓ;-,¡
- Se/lor presidenfe. Unospen"ódicos dúrn que ntá usted satisfecho de las em-
l10mias que prqyeda su ministro,y otror que u/á J1Jled deJcontenlo. ¿Es ¡:erdad?
- Ven/ad debe Jer que digan eJO lospen"ódúvs, si es usted quien los ha leído.
- POtVS días alifes de! mtalado para mi boda mí en mma tVn lllla gastritis in-
fecciosa.
- ¿ Ya está ustedfitera de 'llidado?
- ReJpetto a la gastritis sí. Xaudaró.
419
Ricardo García Damborenea
Aquí lo que se da por supuesto es que robó las joyas. Si esta pregm1ta se
hace a lUla persona cuya participación en el delito está probada, no encierra
ningmla falacia. Por el contrario, si el destinatario de la pregmlla no ha
reconocido su participación, está injustificada.
Sin comentarios.
Sócrates- H aré !o que lú digas, pero malldo IZO sé !o qlle preguntas, ¿qllieres
que mil/es/e sill pedirle e>..plicacióll?
Eutidemo- COlltéstame según !o que ,vmprendes.
Sócrates- Yo, ¡por Zeus!, 110 !Vntestaré si alltes 110 he adarado la pregullta.
Eutidemo- Tampo,v tVntestarás II///lea a !o que <rees haber mmpre"d,do
porque pierdes el tiempo e/I eharlatanedasy eres más áejo de !o debido'18
REVERENCIA, apelación a la
Véase VERECUNDIAJ'vl.
420
USO DE RA.zÓ;-,¡
s
Falacia del SECUNDUM QUID
o falacia por mala aplicación de una regla,
o falacia del mal uso de una generalización
Se comete al aplicar rígidamente una regla como si no existieran ex-
cepCio nes.
Olvida este sofisma que, en determinado caso particular, puede darse al-
guna circunstancia especial que haga la regla inaplicable o aconseje no apli-
carla 4l9
419 A efectos de esta. falacia, hablamos de reglas tanto para referim os a las
generalizaciones como a las nOffiUS que regulan nuestra conducta. E n amb os
G i SQS se trata de e xpresio nes gene rales que admiten la e xisten cia de
excep CIOnes .
421
Ricardo García Damborenea
¡para eJO mejor slIpnmir la regla! Así, pues, quien incurre en esta falacia comete
dos errores:
1. Conftmde:
Todo S eJprobablemente P
Con:
Todo S es necesan'amente P
Esto es áerto (11 obágatono) en general, para la mayoría de las s¿fl/aaones/ esto
/10 es ,,,rto eJZ geJIera!, para la mayoría de las situadones.
Las reglas absolutas valen para todos y para cada uno de los individuos.
Las reglas generales valen para todos pero no ponen la mano en el fuego
sobre lo que pueda ocurrir con los casos individuales, porque no saben
cuándo tropezarán con las excepciones.
422
USO DE RA.zÓ;-,¡
Pantagruel- Nada hay peor que pedir o pmtar. No quiero úifen,. de aqlli
que jamás sea liúto debery prestar. Nadá: es tan ni'o que alguna tez no deba.
Nadie es tan pobre que alguna teo::. 110 pl/eda prestar. 420
No es ,'erdad que cada matrimonio tellga 1,5 hijos. Los MOlltenegro tienen 6.
EJa regla no ¡/limo na.
423
Ricardo García Damborenea
El nombre semndum qtltd que traducimos mpci"to a algo, nos viene de que,
como decía Aristóteles, no es lo mism o afirmar algo sin más, en general,
que decirlo respedo a algo particular'"
Hay cosas que siendo ciertas en general pueden ser fal sas en algún
aspecto, en algún lugar, en alguna ocasión. Es justo obedecer a los
superiores, pero no es justo hacerlo cuando ordenan algo malo. La riqueza
es un bien, en general, y puede ser un mal, en particular, para el insensato
que no sabe administrarla. Así, pues, tenemos cosas que son
aparentemente contradictorias: obedecer puede ser justo e injusto; la
riqueza puede ser buena y mala. No existe tal contradicción si sabemos
clistinguir lo que se afi,ma filZ már, sin detenernos en las circunst,Ulcias, de
lo que se dice respecto a algo concreto. Porque no hablamos de las mismas
cosas: es verdad que mi coche es blanco, pero en algtUl aspecto Oas ruedas)
es negro. Eso no significa que mi coche, en conjunto, en general, sea
blanco y negro al mismo tiempo.
i\ristó teles-1\Tada imptde que Jiendo algo un bien sin más, no Jea un bien
para tal indiViduo o que fí lo sea pero no ahora ni aqm:
424
USO DE RA.zÓ;-,¡
nadie nos entenderá. Es más eficaz explicar en qué consiste una regla
general y cómo es posible que aparezcan excepciones. Aceptado esto, será
más sencillo hacer ver que estamos ante lUla situación atípica en la que no
cabe aplicar la regla rígidamente porque lo impiden razones específicas del
caso, tal vez valores superiores, que entran en conflicto con la regla. Si con
esto no basta, podemos utilizar alguno de los absurdos ejemplos
precedentes, que para eso están. Tal vez no logremos convencer a nuestro
empecinado contrincante, pero el auditorio nos dará la razón .
En resumen, la Falacia del seCIIlldum qtlld o del mal uso de lU1a
generalización, consiste en olvidar que lUla regla general puede no ser
aplicable en situaciones atípicas o excepcionales. Como es sabido, las malas
generalizaciones exa¡,>eran, enfatizan, los casos atípicos (no representativos),
con los cuales pretenden erigir reglas válidas. En la Falacia del smmdulJI quid
ocurre 10 contrario: se menosprecian los casos atípicos .
Si gen eralizamos desd e casos insuficientes o excepcionales, com etemos una fa-
lacia de Generalización precipitada.
Si nue stra generalización va más lejos de 10 que auto rizan los datos, incurrimos
en Wl a falacia de Conclusión desmesurada.
Si negam os que las reglas generales tengan excepciones o si aplicamos una re-
gla general a Wla excepción~ cometemo s una falacia de Secundum quid
Si rechazamos una regla general po rque existen excepciones, caem os en una fa-
lacia C asuística.
Si rechazamos la aplicaci ó n d e una regla apelando a exce pcio ne s infundadas,
incurrimos en una falacia del Embudo.
425
Ricardo García Damborenea
Si usted no¡úera mmunista habría mnstanda de ello en los anhiws de! FEI.
No cons ta que no sea í'OIJI/lllista
Luego, no es cierto que usted IZO sea comunista.
Estamos ante un abuso que desarma a la víctima. Por eso se llama fa-
lacia ad ¡g,norantiam po rque explota nuestra incapacidad (¡gnorantiam) para
demostrar lo que no n os corresponde demostrar.
E n resumen: Cuando empleamos un argumento eX-Jilentio débil y, para
compensar su deb ilidad, tratamos de imponerlo abusivamente como si
fuera conclusivo, y trasladamos la carga de la prueba al oponente, incu-
rrimos en una falacia ad ignoranfiam.
T
Argumento ad TERROREM
Véase BACULUM.
427
Ricardo García Dam borenea
TU QUOQUE, recurso al
Tu qlloqlle, traducido al castellano significa Y ttÍ también. Es una varie-
dad de ataque personal que consiste en rechazar lm razonamiento ale-
gando la inco nsistencia del proponente. Se le acusa de hacer o defender
lo mismo que condena o, al contrario, de no practicar lo que aconseja
hacer a o tros . Es decir, se emplea para despreciar las razones de quien no
es consecuente, sin analizarlas.
Ahí está ése dálldonos consejos a Ins griegos sobre COI1COrdÚl, mal1do atÍn 110 ha
logrado cOlu'encerse a sí mismo, a Sil 'tIIgery a Sil cncJda-tres personas tan so-
/o-- aplJl/ef'Se de amerdo en fII t'lda íl1lt1na.424
Estamos ante W1a réplica que siempre parece contundente y cuenta con
el asentimiento del público. 1\ todo el mW1do le vienen a la cabeza
expresiones tales que: comejos '.l1do y para mí ¡!O tengo; el que esté libre de petOldo
que tire la primera piedra; ¡!O l'e la ,iga ef/ f!f ojo ...
La falacia surge con facilidad porque utilizamos el TII qlloqfle en dos
siulaciones distintas que no distingeÚffios con nitidez. Despad1aremos en
primer lugdr el uso legítimo de este recurso.
El uso legitimo
Son mis hechos, no mis palabras, soldados, lo que qlliero que secundéis; que no
fÓIobusquéis en mí órdenes, fino también fljemplo.426
Recurrimos a Wla autoridad cuando las cosas no están claras, nos falta
infonnación o no son persuasivos los razonatruentos. En muchas
428
USO DE RA.zÓ;-,¡
Muy gran wrgümza hall de tener de mmgir a otms lox que mi que hay mucho
que tVrregir en xí mesmox; porqlle el hombre tllerto no toma por ada!td al áe·
gO.429
El! nmad, si os paru'e colll/eniente que las a'udades estén en manos de tirallos,
estableced pn/:¡¡em IIlltú-ano entre wsotros mirmos,y IJ/ego btlSí'ad de extable,"rlo
entre los demás!)O
TepaYelu al botl!-ano, que hada pmpaganda de tlll remedIO 'Vlltra la tos mún·
tras tosía.
429
Ricardo García Damborenea
Ustedes sefioreJ 1/0 tiel/en ningHl/a credibiltdad altte el Parlamento ni ante la so~
,,,dad porque maltdo gobemabau hadan lo ('Ontrano de /o qlle ahora reclaman.
El uso falaz
Estamos ante lUla falacia cuando el tll quoqlle se emplea para rechazar lUl
razonamiento o excusar LUla conducta.
Estos f.,'ersos JOIl malos, pero ttÍ 110 los bates mo/0res.431
430
USO DE RA.zÓ;-,¡
- No e.rtamos dúmtieltdo .robre mí, ,illO sobre llIla propue.rta. Déjeme a U11
lado o Imagine q/le la sllgeremúI procede de otra persona. Dígame si /o que pro-
pongo está bim o mal m sí múmo. Desp/lés, Ji llJ·ted q/liere, hablaremos de mi
Úlcollsútmaa.y de si mi lVl1dllda)lIstifita la de usted.
- ¡Pero usled 110 es quiél1 para dar lVI/SejOS!
- Aqll! IZO cumta quién o/rece laf ra;;:JIlej~ sillo afán/o pesall. Tal ['evo de-
biera haar lo que preziL,"o, lal,"z ."oy hipócrila, pero la hipocresía es UII defecto
mora4 no UlI error lógim. l\To o/vide queyo puedo Jer ÚZCOIlJealelzle y, JiJl embar-
go, tener raifÍn. Disalta mis razones, no mi amdllcta.
- ¿Pero tómo puede usled ClIVllJ'ejar lo q1le 110 practúy¡ o mlú-ar lV.ras q1le lIS-
ted múmo haid
- Yo 110 crüko a nadÚ! ni me ofrefilv mmo e;emplo. Me IimÜo a pmwtar ulta
propuesta razonada. Si me torio iYJll1111 l1Ithillo 110 podré "'ISlIrar a quie11 haga
/o múmo, pero nada me ,,,,pedirá adl,trlir de los nesgos. Al m11lran'o: J"abe máJ
de los ¿:lIchdloJ quien mlles/ra tú:aln'ces.
- Pero ufted, COI! Stl conducta, da la razón a quien haga lo con/rano.
- Yo 110 sirw de excusa para lo que usted haga maL Alis errores seguiráJl
siendo errores mando lar cometa otro.
Toma e¡emp/o sallldable de los extrados de tu padre, pero 110 qUIeras p011erlos
mmo extllSa para tus propÚJs 10i11ras,432
431
Ricardo García Damborenea
En resumen;
Cuando, enfren tados a un razo namien to, lo menos preciamos alegando la
incon sistencia del proponen te, estamos ante Wl caso claro de fal acia del tu
quoque que es una v ariedad de la falacia ad hominem. Si 10 empleam os para.
excusar una conducta caem os en una variedad de la falacia ad popuJum. E n :ur1 -
bos casos utilizam os el recurso al tll qlloqlle para eludir la cuestión.
¿Quién ignora que !OJ diJcurJOJ pareceJl máJ n¡ridiaJJ Ji JOIl prommciadoJ por
personas bien iVnsideradaJ que por gente desacmditada, y que puede ofm"r más
cOIifianza una l'ida que /In dú¿:¡(fJ"O? 433
Oyendo los gobemantes de Esparta que un hombm disolllto proponía al p/leblo
1111 consejo tÍtil, le mandaron callar y encargaron a /In hombm honrado que se
atn'buym él la ú"'t1"ión de la propuesta. 434
Haced lo que dlán, pero 1/0 los ú"üéis en lo que ha,," 4J5
432
USO DE RA.zÓ;-,¡
Celestina- Haz ttÍ /o q/le bien digo y 110 /o que mal hago.
Rabelais - No pudú Ialllo en mis jallas que oktdéis laf ¡:/lulras.
Wilde- Siempre lra.rlado a los demás /os bllenos ,V/mjos. Es /o tÍllico que se
puede hacer COIl e!ÚJs. AUllo múmo IZO le JintlZ para IZada.
Fray Antonio de G uevara- Ojalá JHpiese yo lall biell enmendar lo que
hago como sé decir lo que olrof hall de hacer (..) Soy como las campallas que
Ilamall a misay ellas /II/1lca allá enlrall (..) Enmlo a muchos el camúlO y qué-
dome descamú¡ado. 436
v
VALORACIONES
IRRELEVANTES
Véase CONSEQUENIIAM.
Argumento ad VERECUNDIAM,
apelación a la vergüenza o a la reverencia
Falacia en la que, para intimidar al adversario, se apela a una autoridad
que n o está bien visto discutir.
El Papa, el PropiO Padre Santo ha bendecido hoy al Sr. Corleolle. ¿Ef usted
más lisln que el Papa? (De la pelíClda El PadnllO I11) .
433
Ricardo García Damborenea
Calic1es - As!pUeJ, ri alguiell por vergüenza 110 se atret'e a decir /o que piell-
Ja, se l'e obligado a tVlltradedm. Sin duda ItÍ le ba.rpercalado de erla slIlile":,ay
obra.r de malafi en lar di""Jiolles. 431
Aristó teles- A los eJpedadores !es afedall las jÓfJJIulas que IIsan los oradores
hasla la sadedad: "¿Quién 110 lo sabe? ¡Todo el mundo lo sabe!". Y el que emi-
cha, a""lI,onzado, aJúnle, mil eljin de parliápar en lo que lodos los demás sa-
ben.438
434
USO DE RA.zÓ;-,¡
435
Ricardo García Damborenea
436
USO DE RA.zÓ;-,¡
El so fisma Popul ista es W1a simple variedad de esta fal acia, en la que
la opinión común se convierte en autoridad reverenda. Po r ejemplo:
Polo- ¿i'lo crees que quedas refutado, Sócrates, mando dices cosa tales que
llillgúJl bombre se aLrn'ena a decir? En ifedo, pregunta a alguno de ésLos. 443
w
Falacia del WishfuJ thinking
Ver D ESEOS (Confundir los deseos con la realidad).
437
Ricardo García Damborenea
438
USO DE RA.zÓ;-,¡
Anexo
439
Ricardo García Damborenea
440
USO DE RA.zÓ;-,¡
No sé si Carlos será MPac:;. de saltar la tapia del huerto. Lo mejor, para salir de
dudas, sería que él múmo In úztentara, pero lIO está prrwzte. Conszdero eJZtO/Urf
441
Ricardo García Dam borenea
¿Será perezosa esta gatita mando Cfe'(f'tl? Todo parm "Idimr que no: es un bi-
,nito muy allimado, juguetón, que IZO sabe estarse quieto. Sin embargo, penJa-
mos que cuando crezm se volverá perezosa porqlle es 1m galo. Nos apoyamos en
!o qlle sabemof: lodos los galOJ son perezpsos, Y iVllduimoj' que, en ese ¡uturo
deJCOIlOCldo, la gala será como cualquier galo.
.Ellendero que pesa algo wlom las magnitudes dmolloadaJ a un lado y laJ (0-
Iloádas al otro. Lichtemberg.
Cómo conocemos
La observación
La o bservación swninistra el único conocimiento fiable. Si quiero sa-
ber qué clase de alimentos guarda el frigorífico de mi casa no tengo más
que dos opciones: abrir la puerta para examinar el contenido o que me lo
cuente o tra persona que lo haya hecho. Sólo así puedo conocer la verdad
que oculta el refrigerado r.
a- La experiencia propia
La experiencia propia recoge todo lo que percibimos a través de los
sentidos: vemos, oímos, olemos, tocamos las cosas . Además, éstas nos
provocan sentimientos: placer, dolo r, alegría, tristeza, miedo ... La info r-
mación que recibimos por estos cauces constituye nuestra realidad obje-
tiva, la única de la que nos sentimos seguros, bien se trate de hechos o de
valo raciones: mi mechero Junciona; el Iliiio eJ-tá aJIIJtado; eJe ntido eJ düagradable.
En esto no nos diferenciamos de los animales. Percibimos la realidad por
442
USO DE RA.zÓ;-,¡
sus evidencias, porque la palpamos: Esto ha ,-ido arí: /0 he "úto. A yer I/oúó:
me mojé. E l ¡itego quema: me duele. E sto es lo evidente, lo tangible, el único
saber que nos parece seguro. No nos convencemos del todo sin tocar los
hechos. Se supone que W1 mechero en condiciones debe encender, pero
no lo creemos hasta haberlo comprobado, y nadie lo creerá hasta haberlo
compro bado a su vez: ¿Funáolla? Si. ¿A l."?
b- La experiencia ajena
Para ir más allá de lo que alcanza nuestra experiencia particular, preci-
samos la de o tras personas, presentes o ya desaparecidas: Sabes que Ilmúte
el4 de Julio de 1985 porque te /0 ha dúho tu madre. Sé que tu pnmo Juan está en
Madn'd porque me /0 has mntado. Insúles en que me Slenta mal el "ajé porque te lo
ha dúho el mM"·o.
Todo lo que escapa de nuestra experiencia personal directa, es decir,
la mayor parte de nuestro saber, por ejemplo, todo el contenido de la
enseñan za, todo lo que aprendemos en los libros, en la televisión o en la
consulta del médico, se apoya en lo que nos comunican o tras personas a
las cuales damos crédito: Oz:idio mun'ó en el de.rtienv; el cal'ao tiene mucbo flifo-
ro; maliana //o"erá eJI Seúlla.
También recurrunos a los demás para contrastar nuestras impresiones
subjetivas y confirmarlas o corregirlas según proceda: ¿No has "omprobado
tlÍ que ely ogurtya no sabe ayogurt, ni el tomate a tomate, ni el melocotón a me!o"o-
tón? Las experiencias propias y las ajenas suman, intercambian y corrigen
sus observaciones.
443
Ricardo García Damborenea
Resumen: La ob serv ació n direc ta no admite más demos tración que la exp o-
sición de los hechos o el argumento de au to ridad.
El razonamiento deductivo
Cuando nos enfrentamos a problemas que no están al alcance de la
observación directa (propia o ajena), no queda más recurso que el razo-
namiento. Razonamos para indagar lo desconocido, para saber a qué
atenernos respecto de aquellas cosas que no hemos podido ver ni tocar,
para entrever o adivinar lo que permanece oculto: ¿Por qlfé fe ha mllerto el
perro? ¿Resútirá el pllellte? ¿C/lántof paradof hay? ¿Neculiamof /lna reforma /llti-
t'ersitaáa? ¿Debo dejar de filmar?
Según sean nuestros conocimientos y según sea el tipo de duda que se
nos plantee, la abordaremos con uno u o tro de los procedimientos si-
guientes .
444
USO DE RA.zÓ;-,¡
que he visto, mllerden; todos los adolefeentes que he tratado SOIl teJtamdos... Así
nace el argmnento que llamamos:
445
Ricardo García Damborenea
E J sabido que wdos WJ objetos lejanos son más grandes de lo que pam'eIl,
E ! JO! es Ull obje!/! muy !ejano,
L.;;ego, hemoJ de pellJar que el sol eJ mucho más grande de lo qlle parm,
- una defmición:
Mohammed Abubakar eJ eJpaJlol porque ha Iwtido en Epaka (es "pailo!
jXJr dejinúúin) ,
-una condición:
Una fOlma especial de regla es el juicio condicional: Si lVmes muchos
/JlleI'OJ, te pondrás malo. En realidad es una regla derivada, bien de Wla defi-
nición, bien de una generalización :
446
USO DE RA.zÓ;-,¡
Forma Condicional
Definición El topo es /In mam!ftro Equivale a: Si es topo, entonces es
i medÍt,'oro insedívoro.
Generalización Todos los cántaros son Equivale a: Si es cántaro, entonces es
frágiles. ftágiL
Si tzlziera Pablo a comer bubiera llamarlo, pero /lO ha dicho nada, luego 110 de-
Ile.
I\rgumento ex si/entio: Si A jitera tierto lo sabria, pero IZO lo sé, IlIego es Jal-
fo .
IlIfio César no jile cantante porque de haberlo sido es inimaginable qlle nadie
lo contara.
2. No tengo regla
a) Busco algo semejante
Cuando no existe regla que se pueda aplicar al caso, la mente busca
w"'- que afecte a algo similar. ¿Con ozco la solución en alglU1 problema
parecido? Po r ejemplo: Aunque no esté recogido en la ley ¿pueden las
mujeres ingresar en las Fuerzas Armadas?
Sí, porque tienen los mismos derrchos que los hombres. Si éstos Plleden ingrr:-
far en las Fuerzas Amwdaf, las mllierrs tamblen.
447
Ricardo García Damborenea
Aplicamos reglas conocidas a casos que no son iguales pero que nos
parecen semejantes. Este es el procedimiento que utilizamos en los ar-
gumentos de analogía:
o gallo más dúzero o gasto menos. No puedo ganar más. Luego, he de gastar
menos.
448
USO DE RA.zÓ;-,¡
449
Ricardo García Damborenea
En resumen:
En el razo narnienl"O deduc tivo ensayamos uno o varios de los carninos si-
guientes:
450
USO DE RA.zÓ;-,¡
Datos <lo que \'eo) Garantía (lo que sé) Conclusión Argumento
El trm JII/e a las 7 111fol11111tI J& d.. Est(lcióll SO/f tllas7 AutOlidad
El hecho X Alguien dice: X es B Xes B
Me hl/lI lJlonfidolrts pmw UI 1It1'l1mlr~1 ts mI/dril/te Los pen»! IJII/mlm GeneralizaCión
CadaXes B La naturaleza es co nst.'l.nte Los X son B
Veo) "'''05 "!JOJ' //lImo El U!)'O pru,de {{l/mello & !)'O {(fIIJa ¡mello Causal
X apa rC'ce con B X p recede a B X causa B
Mi Cflsa es COIIIO 1(/ l'ecillfl Hall IVvado m la CIIJlI recil/a P"er/m rovaf'fllt An alogía
Xcs como A Acs B Xcs B
Para co noce r cada m odelo de argumento en detalle con sus exigen cias, su s
limitacio nes y su s erro res, acud a a la Segunda Parte: Los A ¡gllmentos,
451
Ricardo García Damborenea
452
USO DE RA.zÓ;-,¡
Co nclu sión
Datos
Garantías
Respaldos
:N[atización
Salvedades
Respaldo de
la Guantía
~
Garantía
1 1
Respaldo
de lo s
D::¡to s H Dato s 1
I 1
·t'-latizaClo n
Syl Co nc lUSIó n
1
Salvedades
1 1
453
Ricardo García Damborenea
1. ¿Qué se afirma?
Un argumento se caracteriza por su conclusión, es decir, por aquello
que pretendemos sostener.
[-{any es eJpañoL
,¡' Primera pregunta: ¿por qué dice eso?: ¿Por qué afirma que ¡-lany es
espa/lo!? La respuesta nos o frece los datos, por ejemplo los
hechos del caso: COllcluyo que H any eJ espa/lo! porque nadó en
¡Vfa!!om¡.
,¡' Segunda pregunta: ¿Yeso qué tiene que ver? ¿Por qué de esos
datos se extrae la conclusión ? Porque tengo una garan tía que
auto riza el paso de los datos a la conclusión. Por ejemplo, LID
principio establecido: Los HatiJos eN Ma!!orca fOil espa/lo!es.
Garantías
Datos Conclusión
Hany nació en
¡-Iany es espailol
l\lallorca
454
USO DE RA.zÓ;-,¡
Respaldo
+
Garantías
I
Leyes sobre
naCiona lIdad
+
Los naCIdo s en I\¡lallorca son
esp:uloles
455
Ricardo García Damborenea
Respaldo
+
Garantías
I
Respaldo
, I
"-
Razones Cuali ticació n
"'-" Co nclusión
Los naudos en
i\,lallorca, son
Certificado espmioles
I I
'\.
Harry nacIó en
ivlallo rca . 11 PresumIblemente
11
\
I Es espafio l
I
N ues tros razonamientos, salvo en el caso de las matemáticas, no son
por lo general concluyentes, sino presuntivos, es decir, probables o posi-
bles, po rque se apoyan en premisas que no autorizan afirmaciones cate-
gó ricas. Por eso, muchas conclusiones neces itan LID matiz calificado r
como: probablemente, presumiblemente, plamiblemente, etc. Si no lo hacemos se
no s podrá rechazar la conclusión que presentamos como categórica
cuando no pasa de probable.
y esto tiene su importancia porgue si, como es habitual, las dos posi-
ciones en controversia exponen conclusiones presuntivas, lo que se diri-
me en último término es cuál de ellas parece más probable o, si se trata
de conclusione s posibles, cuál de ellas puede ampararse en una regla de
prudencia.
456
USO DE RA.zÓ;-,¡
457
Ricardo G arcía D ambo renea
Ganmtías
Razones Cualilicació n
CondICio nes de
refutación
Leyes sobre
naCionalIdad
458
USO DE RA.zÓ;-,¡
Para recordar los criterios argumen tales que exige cada cuestión véase
el diagrama para el análisis de una cues tión .
459
Ricardo García Damborenea
No se debe condenar a e.rte asesino cont'Ú1o'y coifeso porque su anciana madre IZO
Para evitar la condena del asesino pudiera ser relevante alegar que no
es responsable de sus actos porque ulá 10m. Por el contrario, apelar al
dolor de Sil amiana madre, a que 1/1l día saldrá de la cáml y tomará mzgal1za, a
que !lOS ha huho 1111 jat'Or fxJrqlle la tktima era 1111 aJeSÚlO peligrosúimo ... son
ejemplos típicos del so fisma Patético que es una de las argucias más fre-
cuentes para eludir la cuestión .
O tros ejemplos de premisas irrelevantes son las falacias del Ataque
personal. (por ejemplo : No reml10zm a este tn"bllllal jasásta); de la Pista fal sa
(los problemas de la jimen/lid marginal 110 se reme/ml a golpe de seJltemias); la fala-
cia Populista (todos los vecinos de su bam'o pien.wn que el al'lI.rado eJ inocente) ~ la
falacia Genética (no es posible que e/ hijo de una Janta sea IIn a.resino); y todas
las falacias del Non Sequitur en general, es decir, todas aquellas en que la
conclusión no se sigue de las premisas:
460
USO DE RA.zÓ;-,¡
cuente que aportemos premisas de [as que se pueda decir que son verda-
deras o falsas. La mayor parte de nues tros debates no se ocupa de la ver-
dad sino de lo justo, lo conveniente, lo preferible, lo probable ... Por eso,
ya que no suelen ser ciertas, es muy importante que nuestras premisas
sean aceptables.
Es aceptable o admisible, cualquier premisa que :
./ o frezca datos o bjetivos .
./ exprese un conocimiento común o personal, tUl testimonio
indudable, el informe indiscutible de un experto .
./ reco ja la conclusión de un argumento ya aceptado .
./ pueda p ro barse, po rque cuenta con un respaldo sólido.
Po r el contrario, son inaceptables las siguientes premisas:
./ tUl juicio que es té en contradicción con la evidencia, o con otro
juicio bien fundado, o con una fuente creíble, o con nues tro
propio conocimiento, o con o tras premisas del mism o
argumento .
. / tUl juicio dudoso que no lleve respaldo .
./ un juicio confuso, ambiguo o ininteligible .
./ tUl juicio idéntico a la conclusión o basado en tUl supuesto
cues tionable .
./ un juicio que olvide alternativas.
Con es tas premisas inacep tables surgen las falacias de: Ambigüedad,
Pe tición de principio, Composición , División, Conttllla"'l, O lvido de al-
ternativas, Wishfu/ thillking, etc.
461
Ricardo García Damborenea
LA PREPARACIÓN DE UN ARGUMENTO
l'"lodelo de cuestionario:
0 "matu'es preClSa
4 I)¿tle
I •
. /la CO/U·ltlSlOll.
/", . ..... . . • . .. . .. • . .. . . . • . . .. . ......
462
USO DE RA.zÓ;-,¡
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463
Ricardo G arcía D ambo renea
464
USO DE RA.zÓ;-,¡
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Ricardo García Damborenea
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USO DE RA.zÓ;-,¡
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Ricardo García Damborenea
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LISO DE R.-\ZÓ:-,:
ÍNDICE
PRE SENT ACI ÓN 2
P RIMER.A PARTE
EST A ES LA C[ JESTIÓN
lntr.odu cción 13
LLCU CStiÓJ.l 13
Cóm~dc.lim¡t'lm Qs...la_cucstió.n L4
Los deba tes gue suscita ¡:l acc ión 16
Resum e n 12
La c u e s tión d e p a la b ra s o n om in a l 32
La definición y sus clases 32
C Óm o deu n im os 3.1
Cóm o argumen tamos con las d efmicio ncs 32
O tra s t:íctic as de la d e fi nició n !l1
Cómo...sCJCÍuta_c.nJ:U:UCs.tiÓ1LtlOmil1al fl
Cous ide.rllcin uc.'i.J inales 51
Eje mplo de cuestió n nomin al 54
ReSlun CIl 56
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Ricardo García D ambo renea
Resumen TI
Ejemplo de cues tión evaluativa TI
Con sidcra.cioncsJinalcs lB
E l enjuiciamiento 1112
Si el rt'sponsaule intervino en los ht'ch os 1lO
Si transgredió alguna no nn ativa III
Si tiene justificación en lodo o en parle III
Q ué procede hacer 115
Ejemplo de enjuiciamiento 116
Rcs.umen 111
SEGJ IN D A PARTE
LOS CAUCES DEL RAZONAMIENTO
1ntcncl,,(·,·jÚn 121
Los argumentos: generalidade s v vocabulario 121
Conclu sio nes o Irs i:; 123
Ra zonamie ntos m ediatos e ino}('diatos 123
El o rden de exposició n 124
Ideas afines a la de argumento ill
I ,a fo ana estándar 125
Combinaciones de argumentos 121
La carga de la prueba 130
Tipos d e juicios y grados de cerlt:.t:a 13.1
Argumentación ad IJOIJIÚtelJl y ad fflJl l32
Demos tració n directa e indirecta lli
La refutació n I a [('chM"cj ón al abs llul o 116
ResuOlen D2
470
USO DE R."'ZÓ~
La.-"LfOl:masllásica8.-deinfcn:ncja 1A1
Lalnducción 1A4
Los tipos de inducció n lli
Resumen 151
La_dc_d uc.c.iAn 152
T a 6Jerza d e la s d¡>dllcc jones 15?
T as fonna s h abitll ale s de dedllccján 151
J os t'lllitu(-'ma s 15&
R esllmen 162
La hipótes is o abducció n 16.1
Las regla.s de experiencia 164
La fuerza del razonamiento hipotético 161
La persuasió n con hipótesis 169-
Las reglas de pmdcncia 110
R eS lltue n 111
TERCERA PARTE
LOS ARGUMENTOS
LOS ARGUMENTOS POR ANALOGíA 111
J.EI argumento a pari 111
Su s pWlt OS de apoyo 112
¿ De qué se mejanzas habl amos? lltL
1 as di fere ncia s deben ser desd6iahles 183
L a fuerz a dd argumento p or :lllalogía 185
Fa lac ja s 1R6
R efuta ció n d e una analogía 186
El juego de las semejanzas y las diferencias 122
Resllmen l'M
Diagrama para el argumento de analogía 125
2. El argumento a fortiori 126
.A rgumento d e mayor a m en o r 122
A rgumento de menor a mayo r 122
Una pregunta retórica 1'28
La combinació n de argumentos 122
R eslltncn 2llil
~ unos usos del argumento a pari 2Q1
Reciprocidad 2Q1
Igualdad de rrato JO?
prece dente 2111
Traslacjón 2lli
i\fadelo 2lli
471
Ricardo García Damborenca
Conjeturas 2!l5
~ lcláforas. símiles. e ilustraciones 2m
BeSlllU e n 2Q1
LQtiRG.UMENIQ&llEAlLIOJUllAD 208
Esquema, requisitos}' refutación 2lQ
.&lacias 215
Resumen lli
Diagr:lOla para el argumc nto de autoridad 2U
EL~ONTRARLQ 2.l8
El lodamcnto. 2.l2
J.bm 242
CÓJllo~.,.c....t:c.futa 244
Resume n ill
Diagrama del argwncn to ex ,vntrano 2d8
I_O&A.RGUMENIQ&CO~DJGlOJ~IALES-' 2<L4
El juicio condicion al 265
Las dos fomlas co rrectas del argumento 261
Falacias 2ú8
Rt:(u laciÓn 2fl2
Algunos usos del argu men to cond icional 2fl2
E nlim c ma s 210
Rcsumen ID
472
USO DE R."'ZÓ~
L~ARGJlMENTnS-DlSYUNTIYnSJ ,
EXCI.JNENTES 280
El argume nto di syuntivo 2&0
Requisitos de lUla disyuntiva ? 8?
¿Cóm o sab emo s que es excluyente? 285
Argum entació n 2&fí
Eala.c.ias 28.1
R eslunen 2R8
D iagrama del argo disyuntivo excluyente 282
LOS ARGlIMENTOS DISYlINTlyOS TI
NO EXCI ,1 !YEN'fES 220
La di syunti va no excl uye nte 2211
L as o p cio n es abiertas 221
La enumerac ió n de posibilidades 29l
R esumen 2.24
D iagram a del argodi syuntivo no excluye nte 2'2.1
l .os A RGI !MENTOS DISYI INTIVOS JJJ
EI,DIJ,EMA
Tipos de dilem a
lo s c u e rn os d e l dilema
La...s.alida d el dil e m;r el mal m eo o r
R e to r s jÓn d e l dil e ma
Falacia s en los dil ema s
R eS llm e n
Diagram a p ara el dilem a
473
Rica rdo G arcÍa Damborenea
La prueba de indicios ID
A péndice T: Los signos predictivos 322
Apéndice II: Los grupos de seÚales .12S
Resumen 321
Diagrama del argumento del signo 328
CUARTA PARTE
DICCIONARIO D E FALACIAS
In!rod¡¡ cc iÓn
Diccionario
ANEXO
NUESTRA MANERA DE PENSAR
¿De dónde salen nuestros argumentos? ±ll
El sen tido comÚ n ±ll
N uestro punto de apoyo: lo ya conocido ±ll
CÓnID_C011QCc.moli ±l2
1 a observaciÓn 'IA2
El razonami e nto dedllctivo 444
a. Cuand o el problema es el grupo 444
h...Luand{L.ohs.e.o.~'lolO.S-WlaJ:clacióu ±-4S
c. El paso inve rso: cuando tenemos un solo caso 'I'i.'i
Cuando el problema consiste en elegir ±I&
Cuando los datos son heterogéneos 442
Re s umen fu
¿Qué es un buen argumento? d5.1
A. Los ingredientes. El esquema de Toulmin d5.1
Resumen ±.'i1
B. Los requisitos lli
Resum e n ±62
mm IOG R AFÍ -\
474
USO DE RAZÓN. Ricardo García Damborcnea
475
Ricardo García Damborenea
476
USO DE RAZÓN propone de forma amena e incluso divertida, un sólido acceso
al mundo de la lógica, la dialéctica, y el debate.
Facilita con todo rigor nuestro aseo mental y recoge los errores más frecuentes
en el modo habitual de razonar.
Estamos ante una nueva versión de la obra que apareció el año 2000,
corregida y muy ampliada.
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