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Humanismo Cristiano
Humanismo Cristiano
TEMA:
AMOR Y RESPONSABILIDAD (KAROLL WOJTYLA)
SEMINARISTA:
HECTOR DANILO BUSTOS PARADA
FORMADOR:
PBRO SERGIO ARMANDO CACERES BLANCO
El Papa empieza a Hablar sobre el tema del impulso sexual, como la persona,
objeto y sujeto de la acción, diciendo que el objeto es el sinónimo del “ser”,
pero no significa exactamente lo mismo, porque el “objeto” se designa en lo
que esta con relación al sujeto; El sujeto es igualmente un ser que existe y
actúa de otra manera, lo que quiere decir que seria hablar mejor antes de
sujetos que de objetos.
El hombre es objetivamente alguien, pero no es mas que ese alguien; en ella
reside lo que lo distingue de los otros seres del mundo visible. Pues es difícil
llamar al ser un animal o planta; ya que el ser es un hombre que no solamente
carece de razón sino también de vida.
El Papa Juan Pablo II Da Varios significado de la palabra “Gozar” que el
mismo lo dice que es “usar” dicho de otra manera, servirse de un objeto de
acción como de un medio para alcanzar el fin por parte del sujeto actuante, pues
este mismo problema se presenta con la relación entre el hombre y la mujer, que
construyen la trama de la ética sexual, pues poco a poco se ira hacer el análisis
profundo en las relaciones sexuales; cuando surgen o salen dos preguntas que
dejan mucho para pensar: ¿no es la mujer un medio de que se sirve el hombre
para conseguir sus fines, fines que, por otra parte, se buscan en la vida sexual?
Igualmente, por lo pues el hombre no es un medio que sirve para conseguir los
bienes de la mujer, ni la mujer de ellos tampoco que a la mujer se refiere, ¿no es
el hombre un medio que le permite alcanzar los suyos?
Para argumentar un poco más tenemos dos problemas o situaciones que se nos
presentan un importante acontecimiento ético, porque la persona no puede ser
para otra solo un medio; es decir que la persona no puede pensar como la que
otro piensa, ya que cada uno tiene una forma distinta de pensar y actuar como no
lo tiene la otra misma persona. Por eso no puede ser igual; cada persona define
sus propios fines a su manera; lo mismo pasa en la religión que nunca podemos
poner a Dios en todas las cosas, solo para quedar bien. Por eso es necesario,
exigir a la persona para que así, ponga todas sus cosas buenas dándolas a enseñar
a otras personas para que la sigan por los buenos caminos.
Una persona no puede ser para otra de sexo contrario ya que siempre será para un
placer, por eso dice en la Biblia Dios creo a Adán y Eva a Imagen y semejanza
suya, solo para el cumplimento en obra y gracia a Él, Deben ser el Hombre para
la mujer, mujer para el hombre con pensamientos distintos.
Por otra parte, Veremos la Crítica del utilitarismo, que proviene del verbo latino
uti («utilizar», «usar», «aprovecharse de») y del adjetivo utilis («útil»). Se dice
que el utilitarismo es “Útil” Placer que lleva lo esencial de la felicidad humana, y
lleva una vida agradable de los rasgos característicos del hombre contemporáneo,
y de su actitud frente a la vida; junto a todas estas problemáticas que se le
presentan al Papa Juan Pablo II, que busca un método para poderla solucionar
todas estas dudas a los Jóvenes polacos.
Con todo esto nos damos cuenta que; sigue el pensamiento utilitarista, Ya que
este tipo de acto se considera como placer entre las personas no solo entre el
hombre y la mujer; también se ve en la diversa orientación sexual
Por eso se dice en el evangelio se va exigiendo al ser en el amar al prójimo, Pues
el cardenal Karoll Wojtyla Quiso decir esto en función que se cumpliese, así
como lo dice en la Biblia para no determinar contra la dignidad de otro, el mismo
lo dice en su escrito del libro amor y responsabilidad: La norma exacta de este
mandamiento es << Ama a las personas>>; Pues en cuanto a este mandamiento
del amor no solo se piden que sean Honesta sino también equitativas y Justas.
Pasaremos al segundo capitulo donde el cardenal Karoll Wojtyla, hará un
profundo análisis sobre el análisis metafísico del amor sobre la persona y el
amor.
Karoll Wojtyla, siendo enamorado del amor y teniendo su cercanía con los
jóvenes polacos, tiene su pensamiento sobre una de las cuestiones que tampoco
son ajenas a nuestro tiempo: el amor. así lo señala Wojtyla: << En aquellos años,
lo más importante para mí se había convertido en los jóvenes, que me planteaban
no tanto cuestiones sobre la existencia de Dios como preguntas concretas sobre
cómo vivir, sobre como afrontar y resolver los problemas del amor y del
matrimonio>>, no solo se trata de un concepto idealista sino también realista; ya
que estos problemas suceden viéndose la realidad en la relación de cada una de
las personas.
El Cardenal Wojtyla hace una critica muy fuerte a los utilitaristas ya que estos
solo consideran a la persona como un medio en el que mayor programa de su
pensamiento es el de reconocer el placer como bien único. El amor se convierte
así en contrario a utilizar. El principio utilitarista y el mandamiento del amor, sin
duda alguna se oponen, de manera que si se quiere poner el mandato del amor y
el objeto en su lugar que le corresponde se debe buscar no en el principio
utilitarista sino mas bien en lo que Wojtyla llama la norma personalista por eso el
piensa que la persona es tratada como un objeto de amor, no como objeto de
placer, por eso exige que la persona sea amada y respetada , viéndose en los dos
un verdadero fruto de amor, por eso en la formula del mandamiento dice: “ ama a
las personas” y no hagas el daño a ella, y de lo mejor de ti demostrándolo por
medios de las buenas actitudes y acciones, sin el principio utilitarista.
El prosigue diciendo: << El mandamiento amaras tiene un carácter
completamente comunitario; es expresión de lo que es necesario para que se
conforme una comunidad; pero, por encima de todo esto lo que hace es destacar
lo que es necesario para que una comunidad sea realmente humana>>, pues debe
tenerse el amor y el carácter de la persona, que las dos personas tengan mutua
relación y que tenga una ayuda plena, el hombre a la mujer y la mujer para el
hombre.
Para tener la sensualidad, nunca las personas destacan la afectividad que puede
haber entre ellos; pues la afectividad del hombre esta penetrada de admiración
por la feminidad del placer en la mujer… de admiración por la masculinidad del
hombre. Pero dentro de sus límites no aparece deseo alguno de placer… pues ya
se ha explicado siempre y se ha recalcado en el trabajo sobre la afectividad en la
relación del hombre y la mujer, cómo es la persona en la sociedad actual. El
amor afectivo acerca a las dos personas, hace que se muevan siempre en la órbita
de la otra, aun cuando estén físicamente alejadas. Absorbe la memoria y la
imaginación y, al mismo tiempo, se comunica con la voluntad. No la estimula,
sino que más bien la atrae ejerciendo sobre ella un encanto particular; ya cuando
se tiene este mutuo acercamiento, que, aunque proviene de sentimiento, es una
expresión reciproca de ternura.
Por eso en la estructura hace que el joven se sienta impulsado con mayor
urgencia a la mujer, a manifestar y objetivar lo que está escondido en él. Por ello
se relaciona el papel mas activo del hombre en el amor; por ello pues la mujer se
siente a realizar una prueba de incognito en el amor, como una prueba de amor
afectivo. Por ello, la mujer se siente impulsada a considerar como una prueba de
amor afectivo lo que para el hombre es la acción de la sensualidad y el deseo de
goce; La afectividad necesita la integración lo mismo que el deseo sensual.
La persona toma sobre todo el aspecto de un ser humano de sexo diferente, aun
cuando su cuerpo no llegue a ser considerado en cuanto objeto de placer.
Sabemos, con todo, que este ser humano de sexo diferente es una persona. Se
trata de un saber intelectual, conceptual, porque ni la persona ni el ser en cuanto
tales son el objeto de la percepción. Por lo tanto, la reacción ante el valor de la
persona no puede ser tan directa como la reacción ante los valores sexuales
ligados al cuerpo de una persona concreta o –para hablar de modo más general–
al ser humano de sexo diferente.
Dice Wojtyla: Si existe una virtud que a causa del resentimiento haya perdido su
derecho de ciudadanía en el alma y en el corazón del ser humano, es, a buen
seguro, la castidad. Cierta gente se ha esforzado por forjar toda una
argumentación a fin de demostrar que no solo no es útil al ser humano, sino que,
por el contrario, es perjudicial para él. No hay más que recordar, aunque sea
brevemente, estas diversas reservas pretendidamente higiénicas y médicas
formuladas respecto de la castidad y la continencia sexual. Un argumento
siempre en boga sostiene que: «Una castidad exagerada (resulta difícil establecer
qué quiere decir esto) es dañina para la salud; un ser humano joven ha de
satisfacer sus necesidades sexuales”. Pero, sobre todo, la castidad y la
continencia sexual son consideradas los grandes enemigos del amor, y de ahí que
se les niegue la estima y el derecho de ciudadanía en el alma humana.
Pues de esto es necesario que se demuestre el gran fruto de la relación entre las
personas y más este párrafo que escribió el, dándoles solución a los problemas
que se le presentan a estos jóvenes; en el tiempo de antes y ahora a habido mucha
violencia sexual a menos de edad, prostituciones etc. Y tanto el hombre como la
mujer busca en complacer solo a la persona para gozar, desear la relación sexual
estando comprometido con otra; pero en sí, no se está manteniendo el verdadero
amor fijo que se tienen entre la pareja; por eso es importante hacer esta
rehabilitación a la castidad, queriendo llegar al objetivo que tiene de abstener al
placer sexual con cualquier persona, por eso debemos mirar el significado que
tiene la palabra amor. ¿Como podemos relacionarla? ¿Como podemos aplicarla?
Sencillamente Teniendo entre el hombre y la mujer, la cosecha y los frutos
abundantes, mas en el matrimonio porque se promete la fidelidad hasta la
muerte; debemos aplicarla haciendo obras y acciones buenas que le agraden a
ellos. Se busca que se mantenga la vinculación entre las parejas y así hace que se
mantenga la castidad en ellos.
Hablando un poco sobre los otros elementos fundamentales, analizaremos otro
punto importante de este capitulo que es la “Consupiciencia Carnal”.
Conviene recordar aquí que al comienzo de esta obra hemos dicho que los
contactos, y aún más la vida en común de dos personas de sexo diferente,
implican una serie de actos de los cuales uno es el sujeto y el otro el objeto de la
acción. El amor suprime esta relación de sujeto a objeto; uniéndolos en el que el
hombre y la mujer tienen un mismo sentido y una misma afectividad, haciendo
que sean un solo sujeto de acción. Deseando unir sus vidas, un ejemplo de ellos
que podemos ver es:
1. Matrimonio: El amor como sentimiento es la expresión de su estado de
conciencia subjetivo, que, por lo demás, es un reflejo de su unión objetiva:
sus voluntades se unen porque desean el mismo bien considerado como un
fin, sus sentimientos se fusionan porque experimentan en común los
mismos valores. Cuanto más madura y profunda sea esta unión, tanto más
el hombre y las mujeres sentirán que constituyen un solo sujeto de acción.
Los problemas que nos interesan en este libro, nos llevaran analizar los actos
externos como internos que hay entre el hombre y la mujer. También nos
llevaran analizar estos dos mandamientos: 6. “No cometerás adulterio” 9. “No
desearas la mujer de tu prójimo”
Esto también aplicara a estas personas que atentan la mirada a otra persona solo
con el deseo de gozar de ella, pues el Cardenal Wojtyla quiere con esto mantener
la mirada en la fraternidad de la persona, ya que la sexualidad no es mala porque
viene de Dios. Por eso se desea considerable a las personas que están casadas
poder hacer esto, para poder así transmitir la vida trayendo al mundo los hijos
que serán también ayuda para ellos.
En el noveno mandamiento cae en pecado la persona por los pensamientos y
deseos. Hay pecado cuando la voluntad se complace en ellos. También se peca
cuando se tiene el deseo de cometer actos impuros, aunque no se lleven a la
practica
Por eso el cardenal en este escrito dice que se debe mantener la castidad para así
tener un amor verdadero a la fidelidad y que sea estable. La consupiciencia
carnal está estrechamente ligada a la sensualidad.
La vinculación entre la castidad y el amor resulta de la norma
personalista, la cual, como hemos dicho en el primer capítulo, contiene dos
mandamientos relativos a la persona: uno positivo («tú la amarás») y otro
negativo («tú no buscarás solo el placer»). Pero los seres humanos –los hombres
de manera un poco diferente que las mujeres– han de progresar interiormente
para llegar a ese amor puro, han de madurar para poder apreciar su «sabor».
Porque toda persona marcada con la concupiscencia del cuerpo tiende a
encontrar el «sabor» del amor sobre todo en la satisfacción de la concupiscencia.
Por esta razón, la castidad es una virtud difícil y cuya adquisición requiere
tiempo; es necesario aguardar sus frutos y la alegría de amar que ella debe
aportar. Pero es la vía verdadera e infalible que conduce a ese gozo.
En el cuarto capitulo analizaremos la justicia para con el creador en dos aspectos
muy importantes:
1. El matrimonio
Los intentos de encontrar para este problema del matrimonio
una solución fuera de la estricta monogamia (que subentiende indisolubilidad)
son
contrarios a la norma personalista y no responden a sus exigencias, porque
admiten que una persona pueda ser, para otra, objeto de gozo, peligro que
amenaza sobre todo a la mujer. Así es como sucede en los dos casos de
poligamia (del griego poly, «mucho», y gamos, «matrimonio»): la poliginia (la
unión de un hombre con varias mujeres) y la poliandria (la unión de una mujer
con varios hombres).
2. La vocación
Para todo el mundo, la justicia es una virtud cardinal y fundamental, porque es
indispensable para el orden de la coexistencia de las personas y de la vida
común. Al hablar de justicia para con el Creador, atribuimos a Dios la naturaleza
de persona y reconocemos la posibilidad de relaciones interpersonales entre el
ser humano y Dios. Es evidente que semejante opinión supone el conocimiento y
la comprensión, por un lado, de los derechos de Dios y, por otro, de los deberes
del ser humano. Unos y otros se infieren sobre todo de que Dios es el Creador del
hombre. La fe fundada en la Revelación muestra otra relación de dependencia
entre el ser humano y Dios: Dios es el Redentor que por la Gracia santifica al
hombre. La Revelación nos permite conocer la obra de la redención y de la
santificación, en lo cual aparece claramente que la actitud de Dios respecto del
ser humano es la de una persona respecto de otra, esto es, de amor.
Por consiguiente, la norma personalista determina, en primer lugar, las
relaciones entre el ser humano y Dios. En ello reside su origen. Recordemos los
términos del mandamiento del amor: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu; amarás a tu prójimo como a ti
mismo». Sabemos, sin embargo, que en la base de esta norma (que recomienda el
amor de la persona) se encuentra la justicia. De donde resulta que, cuanto mejor
conoce el ser humano el amor de Dios para con él, mejor comprende los
derechos que Dios posee sobre su persona y su amor.
Por lo mismo, ve en toda su extensión sus compromisos para con Dios y procura
cumplir con esas obligaciones. La verdadera religión se funda en ese concepto de
la justicia: según santo Tomás, la virtud de la religión es una parte de la justicia.
Tiene su origen en la creación. Dios es el Creador, lo cual significa que todos los
seres del universo, incluido el ser.