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eona
■ Rl'PO EDnOBlAL
Títulos de la colección
Tiempo de Bolívar.
Una filosofía de la historia latinoamericana
í eoría corporal
del derecho
MÉXICO • 2000
Primera edición, agosto del año 2000
© 2000
Universidad Autónoma de Chihuahua
Facultad de Derecho
© 2000
Por características tipográficas y de edición
Miguel Ángel Porrúa, librero-editor
Óscar Correas
Un día,
sin más voluntad de caminante
que la ciega fe de la locura
más el polvo del mundo en las alforjas,
a la novena vuelta del sendero
pude mirar la tierra prometida
y estabas tú. *
1Las Fronteras del cuerpo. Crítica de la corporeidad, Editorial Joaquín Mortiz, Méxi¬
co, 1990.
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 11
7Ibidem, p. 19.
sIbidem, p. 23.
9Ibidem, p. 24.
l0Ibidem, pp. 27 y 28.
nIbidem, pp. 39-47.
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 21
12C/r. su libro Teoría del derecho. Tal distinción, que persigue seguramente res¬
catar el sentido comtiano del término "positivista", no es muy afortunada, pues la palabra
está empleada en ambos casos con significaciones diferentes. Asevera que: "Común a
ambas formas de positivismo es la tendencia a eliminar de la teoría del derecho la especu¬
lación metafísica y filosófica y a limitar el campo de la investigación científica al mun¬
do empírico" (p. 306). Me parece evidente que tal caracterización no es aplicable en su
última parte a la teoría pura de Kelsen.
22 ARTURO RICO BOVIO
l3Cfr. Algunos modelos metodológicos de ciencia jurídica, donde confiesa que "la
expresión «positivismo jurídico' es sumamente ambigua...» designa posiciones no sola¬
mente diferentes sino, en algunos casos, mutuamente excluyentes" (p. 76). Me pregun¬
to si no será precisamente su propio uso de este concepto una contribución más a favo¬
recer dicha ambigüedad.
uCfr. ¿Es el derecho un sistema de reglas?, p. 10. Al final de su caracterización
expresa: "Éste es solamente el esqueleto del positivismo. La carne es colocada de modo
diferente por diversos positivistas e, incluso, algunos la reajustan con todo y los huesos.
Diversas versiones difieren básicamente en su descripción de la prueba fundamental
del pedigree que una regla debe pasar para contar como regla de derecho", p. 11.
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 23
Formalismo normativista
20Ibidem, p. 56.
21 Kelsen y los marxistas, p. 105.
22Op. cit., p. 97.
23II problema della definizione e il concetto di diritto, pp. 5 y 37.
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 25
24 Op. cit., p. 65. Más adelante reafirma: “La liberta di definiré non é dunque una li-
cenza nel vuoto, ma riceve disciplina dalla considerazione dei vantaggi e svantaggi dei
suoi usi, nella situazione storica in cui vengono fatti, in relazione alia funzione del lin-
guaggio entro il quale si definisce e ai programmi e scopi cui il linguaggio serve", p. 66.
25Op. cit., p. 87.
26Ibidem.
27El concepto de derecho.
2DOp. cit., p. xi del prefacio a la edición inglesa.
26 ARTURO RICO BOVIO
29 Pese a la promesa expresa de su título: T7te Concept ofLaw, de lo cual está clara¬
mente consciente y lo menciona en algunos pasajes.
30Sobre la utilidad del estudio de la jurisprudencia, pp. 26-27.
31 El concepto de derecho, p. 99.
32Ibidem, también pp. 101 y 117.
33Ibidem, p. 123.
34Ibidem, p.132.
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 27
35Ibidem, p. 212.
3BIbidem, pp. 215-224.
37Ibidem, p. 230.
3RIbidem, pp. 239-247.
28 ARTURO RICO BOVIO
Formalismo posnormativista
50Ibidem, p. 513.
51 Ibiclcm, p. 515.
34 ARTURO RICO BOVIO
52Ibidem, p, 10.
53Ibidem, p. 19.
^Traducido equívocamente en el texto consultado como "discreción".
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 35
58En La teoría pura del derecho. Introducción a la problemática científica del Derecho,
Kelsen expresa: "La teoría pura del derecho es una teoría del derecho positivo. Del dere¬
cho positivo, a secas, no de un orden jurídico especial. Es teoría general del derecho, no
interpretación de normas jurídicas particulares, nacionales o internacionales" (p. 25).
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 37
ím cfr. García Máynez, Filosofía del derecho, pp. 51-92. También Recasens Siches,
Filosofía del derecho, pp. 176-193. Otros autores se refieren a una u otra de las caracte¬
rísticas que supuestamente distinguen a las normas jurídicas, principalmente a la coac¬
tividad.
TEORIA CORPORAL DEL DERECHO 41
65García Máynez, en su Filosofía del derecho, pp. 73-91, intenta una defensa de la
coercibilidad "como posibilidad de cumplimiento no espontáneo", considerando que
dicho atributo puede predicarse lo mismo de un sistema jurídico que de cada una de las
normas, a la vez que cuestiona la confusión usual entre sanción y coacción. Sus argumen¬
tos me convencen más aún de que se trata de una cualidad del sistema y no de una nota
formal de cada norma jurídica.
42 ARTURO RICO BOVIO
del ordenador;
de las instituciones;
de las clases sociales;
de los intereses en juego;
de las conductas intersubjetivas;
del lenguaje jurídico.
71Ibidem, p. 91.
72Kelsen, Hart y Niño, entre otros.
48 ARTURO RICO BOVIO
Realismo institucionalista
Realismo dialéctico
88 Correas apunta que la tesis de la desaparición del derecho junto con la propie¬
dad, la explotación y la lucha de clases, es tautológica, porque: "hace al derecho produc¬
to de la propiedad privada, como si la propiedad privada no fuera un conjunto de normas
jurídicas”. Kelsen y los marxistas, p. 31.
mCfr. Zhidkov, Chirltin y Yudin, Fundamentos de la teoría socialista del Estado y el
derecho, pp. 364-366.
90La ciencia jurídica, p. 9.
91 Prólogo de Kelsen y los marxistas, p. 10.
92En palabras de Correas: "Kelsen jamás ha negado que el derecho es un fenómeno
que debe ser considerado desde el punto de vista sociológico, y que la ciencia jurídica es
una ciencia parcial. Esto lo ha dicho siempre”. Kelsen y los marxistas, p. 105.
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO
Realismo intersubjetivo
109En este sentido Correas, La ciencia jurídica, p. 22, donde anota: "El derecho es
un fenómeno social complejo... La norma es sólo una de sus manifestaciones. Es ade¬
más un elemento necesario de la estructura social; no puede no existir, ni es posible ana¬
lizar la sociedad sin tener que vérselas con el fenómeno jurídico."
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 61
que abren es muy amplio. Así se explica que los lazos especí¬
ficos de interacción con la política, la economía, y los restan¬
tes campos de la cultura, sean concebidos de modo distinto
por cada una de sus vertientes. Más que una escuela consti¬
tuyen un racimo de diversas opciones teóricas.
El principal defecto que sacude la aparente solidez realis¬
ta de estos sistemas teóricos, cuyas fortalezas se destacan so¬
bre el fondo de las críticas proferidas al formalismo jurídico,
es su predisposición, en veces poco consciente, a poner en
primer término a las normas jurídicas como nota definitoria
del derecho, añadiéndole otros elementos que aluden a su ori¬
gen, motivación, contenido o propósito. Este axis del derecho,
que parece su hybris, sigue siendo privilegiado como objeto
de la investigación, y a él se adosan los aspectos "metajurídi-
cos" cuya reivindicación se propone en cada caso.
El panorama entero de estas teorías parece corroborar
nuestra observación preliminar: en un caso el ordenador es
la causa generadora del orden jurídico, al igual que lo son,
por su parte, las instituciones; en otro los intereses en juego
justifican la creación de un sistema legal consuetudinario;
para la dialéctica marxista es evidente el sentido de clase de
todo ordenamiento legal; incluso Cossio, quien pudiera haber
roto relaciones con el normativismo, termina por conceder que
la ciencia jurídica debe ocuparse de las normas, en cuanto
que son reflejo interpretativo de las conductas intersubjetivas.
Un culto sordo a la norma legal, genérica o individualiza¬
da, vigente o eficaz, parece enseñorearse de la teoría jurídica
contemporánea. Tal vez ahí descanse la dificultad para llegar
a un consenso entre los autores, con el fin de proponer un mo¬
delo mínimo del derecho. Puede más el afán correctivo de los
excesos del formalismo que la labor constructiva de un tra¬
tamiento diferente.
A menudo absorbe la atención de todos estos tratadistas
el afán de distinguir el derecho de la moral y de los usos so¬
ciales, al igual que a los positivistas-formalistas. La diferencia
de abordaje consiste en que ahora se atiende a cuestiones refe¬
ridas al contenido de las normas o a su función, mientras que
a aquéllos les interesaba alcanzar los resultados por un exa¬
men comparativo de las formas. En este ámbito me parece que
62 ARTURO RICO BOVIO
111 Una muy aceptable y concisa puede consultarse en Bodenheimer, Teoría del dere¬
cho, pp. 125-222, con el limitante de que concluye al iniciar la década de los cuarenta.
n2Suma teológica, t. vm, Tratado de la Justicia, p. 232. La cita en su original es la
siguiente: "Specialiter iustitiae prae al lis virtutibus detenninatur secundum se obiectum, qaod
vocatur iustum. Et hoc quidem est ius. Unde manifestum est quod ius est obiectum iustitiae".
La traducción del texto en cuestión es responsabilidad mía, pues no corresponde exacta¬
mente a la propuesta en esa edición.
n3Ibidem, p. 233. En el original dice: "lex non est ipsum ius, propriae loquendo, sed
alliqualis ratio juris".
66 ARTURO RICO BOVIO
l26Ibidem, p. 319.
127Ibidem, p. 320.
l2a Ibidem, pp. 509 y 526.
129Ibidem, pp. 527-528.
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 73
137Coincido aquí con las propuestas de Teilhard de Chardin, en sus libros La ener¬
gía humana, pp. 21-51 y La activación de la energía, pp. 48 y ss., entre otras.
80 ARTURO RICO BOVIO
1,40 Aquí aparece una interpretación alternativa a la de Sartre respecto del mito de
la Medusa.
TEORIA CORPORAL DEL DERECHO 87
142Cfr. como apoyo a esta observación: Bunge, Ética y ciencia, pp. 20-23, donde pro¬
pone sustituir las normas imperativas por enunciados condicionales del tipo "si haces
X te ocurrirá Y". Se corrobora así que no es necesario que las normas tengan un exclu¬
sivo carácter de mandato.
98 ARTURO RICO BOVIO
144 Cfr. Kelsen, Teoría pura del derecho, p. 104, donde, entre otras afirmaciones,
dice: "El valor no es inherente al objeto juzgado sino que le es atribuido por una norma.
Ese valor representa la relación entre el objeto y la norma."
l4SIbidem, pp. 74-75.
102 ARTURO RICO BOVIO
146 La tesis aquí manejada tiene puntos de convergencia con la teoría de la acción
comunicativa de Habermas. En efecto, este autor se refiere al "mundo social", como órde¬
nes institucionales que fijan las interacciones pertenecientes a la totalidad de relaciones
sociales justificables; además distingue la acción estratégica respecto de la acción orien¬
tada al entendimiento, recalcando los elementos implícitos en toda comunicación; de
modo que bien podría ubicarse al derecho como uno de los sistemas de la interacción
dirigida por normas (cfr. Teoría de la acción comunicativa: complementos y estudios pre¬
vios, p. 483 y ss.). Pero difiere porque en mi concepto el derecho constituye un circuito
especial, explícito, de la comunicación social, que se sobrepone a los restantes y opera
sobre ellos.
104 ARTURO RICO BOVIO
Figura. 1
148 El concepto que manejo de "derecho" difiere del empleado por Correas en Crí¬
tica de la ideología jurídica. Ensayo sociosemiológico, porque en su opinión el derecho es
un discurso con sentido prescriptivo que organiza la violencia, siempre que haya sido
producido por un órgano del estado, autorizado por el mismo discurso y reconocido por
su destinatario (pp. 50, 52, 63, 66, 71); en cambio, para mí el derecho es el sistema com¬
pleto del generador del discurso, el discurso mismo y su destinatario.
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO i 07
149Ibidem, p. 26.
108 ARTURO RICO BOVIO
151 Como lo he venido haciendo a lo largo de mi texto, recalco aquí que mi propues¬
ta se refiere al orden jurídico que se obedece; aquel que García Máynez denomina el
"derecho positivo" o "extrínsecamente válido” y no al que ha cumplido los requisitos
formales de validez. Seguiré posteriormente insistiendo sobre este mismo tema.
114 ARTURO RICO BOVIO
Figura 2
por ejemplo: "el contrato celebrado entre las parte es una com¬
praventa y no una promesa", "el reo incurrió en el delito de
fraude", "el escrito de cuenta no llena los requerimientos de una
demanda de amparo", entre muchos otros.
Las inclusiones ponen en contacto el lenguaje con la rea¬
lidad, al conferir nombre a las cosas, a las personas y a las con¬
ductas, atribuyéndoles sus notas conceptuales. Si bien tan solo
los signos poseen significado, al ser aplicados agregan senti¬
do a las entidades, acciones y situaciones, favoreciendo nuestro
paso por el mundo y la utilización de los recursos a la mano.
Este tipo de enunciados sirve para la aplicación de las
normas jurídicas generales y abstractas a los asuntos concre¬
tos, generando a partir de ellos derechos y deberes individua¬
lizados. A su vez reclaman la intervención de las definicio¬
nes, las descripciones, las explicaciones y algunas veces de las
valoraciones. Su injerencia operativa es predominante a tal
punto que les podemos atribuir el carácter de ingredientes di-
namizadores del orden jurídico, porque permiten el paso del
nivel teórico al orden efectivo, concreto. Los encontramos en
cualquier práctica jurídica, pero son más perceptibles cuan¬
do se les puede consultar en forma escrita, especialmente en
el cuerpo resolutivo de las sentencias.
Los enunciados valorativos tienen cierta semejanza con
los anteriores. También acomodan hechos, cosas o personas,
en casilleros conceptuales, pero en este caso los resultados son
juicios aprobatorios o desaprobatorios, porque remiten a nor¬
mas o prototipos normativos acatados o transgredidos, a dife¬
rencia de las inclusiones que recurren a los conceptos y sus
definiciones. Dentro del ordenamiento jurídico se aplican con
preferencia a conductas y sólo por asociación se extienden a
sujetos y a objetos, en la misma medida en que son deposita¬
rios de las acciones valoradas. Su estructura lógica puede subsu¬
mirse en: "Se aprueba (o desaprueba) X, porque se ajusta (o no
se ajusta) a Y."
En el universo del derecho se valora continuamente, por¬
que las acciones no son, no pueden ser socialmente neutras
cuando se les ha hecho objeto de una regulación. Valoracio¬
nes hay en todo momento en la vida humana, antes y des-
122 ARTURO RICO BOVIO
154 Teoría pura del derecho, p. 121. También expresa Kelsen que "el derecho subje¬
tivo solo aparece en el ámbito del derecho privado como una institución propia de los
órdenes jurídicos capitalistas y en el ámbito del derecho público como un elemento de
los órdenes jurídicos democráticos" (.Ibidemp. 125). En ambos casos se admite la par¬
ticipación del individuo en la creación del derecho.
132 ARTURO RICO BOVIO
Figura 3
El orden jurídico
E. Sistémicos
E. Genéricos
E. Particulares
Droit, p. 22.
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 133
156 El mismo Ross subsume su teoría de los actos jurídicos en un marco puramente
normativista, al referirse a las "normas de competencia" que les sirven de fundamento,
véase El concepto de validez y otros ensayos, pp. 128-133.
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO
derecho tiene que ver con las interacciones humanas, sus sis¬
temas de valoración se ubican dentro del ámbito de estudio de
la Ética. Así sucede con la Justicia y la Seguridad, que suelen
ser estudiadas indistintamente como fines últimos o como
valores.
Me ocuparé primeramente de la justicia, para recordar
que la tradición romanista clásica la definió como un "dar a
cada cual lo suyo". Se trata tan sólo de una noción instrumen¬
tal que se limita a señalar la función distributiva de dicho va¬
lor jurídico, sin tocar fondo en las cuestiones de su esencia y
de su contenido. Deja pendiente la solución del problema de
si su naturaleza es objetiva o subjetiva, absoluta o relativa. Tam¬
bién pospone la respuesta de precisar qué es lo que toca a cada
cual. Lo único en claro es la identificación de lo justo con el
Bien en su proyección social.
En cuanto a la seguridad, se le ha definido en términos de
un "saber a qué atenerse", para apuntar la serie de condicio¬
nes indispensables para garantizar el orden social, tal y como
está jurídicamente contemplado. Los estudiosos le atribuyen
dos facetas complementarias: la certeza del conocimiento del
orden jurídico establecido y la confianza depositada en su efec¬
tivo cumplimiento, gracias a la existencia de medios tutelares
previamente establecidos.157
En torno a las posibles relaciones o vínculos entre la justi¬
cia y la seguridad se han propuesto diversas tesis: unos sos¬
tienen que son valores distintos que pueden entrar en con¬
flicto en la práctica judicial, otros los consideran enlazados
estrechamente, con mayor prioridad de alguno de ellos.
En lo personal estimo que no hay oposición entre los dos
presuntos valores, porque el primero se refiere al contenido
intrínseco y el segundo al aspecto instrumental del derecho.
Uno está llamado a definir lo que toca a cada quien y el otro
se ocupará de señalar los medios para garantizar su cumpli¬
miento. En aquellas situaciones en las cuales todo hace pen¬
sar que se contraponen, es porque coexisten dentro del mismo
orden jurídico distintas interpretaciones de lo justo que son
159La relación entre deberes y derechos que manejo es claramente la tesis contra¬
ria a la propuesta por Kelsen.
160 ARTURO RICO BOVIO
cuáles son los resortes que nos mueven, cómo hemos surgido
en el mundo y qué lugar tenemos en él.
Poner al derecho incondicionalmente al servicio del ser
humano, redimensionalizado como cuerpo integral, tal sería
nuestra consigna filosófica. Para lograrlo en esta época tan
equívoca que navega bajo los signos de la posmodernidad,
nada mejor que someterlo de modo irrecurrible ante el juicio
del tribunal del cuerpo.
Hacia una reconstrucción corporal
del derecho histórico
W0Cfr. Leviatán, pp. 176-181., donde Hobbes aborda el derecho del súbdito a deso¬
bedecer las órdenes del soberano en varios casos: cuando le pide dañarse a sí mismo, ma¬
tar a otro, confesar un crimen que no cometió, o en general si se le pide dejar de prote¬
gerse a sí mismo. Todos en razón a que tales acuerdos no podrían ser motivo del pacto en
que se delega la libertad en el soberano.
161 Cfr. Sobre las libertades, donde Rawls expresa que para una sociedad demo¬
crática moderna, inspirada en un liberalismo que acepta la pluralidad de concepciones
del bien, es posible fundamentar ciertas "libertades básicas" (p. 47), a partir de una
"posición original", en que las partes son "representantes racionalmente autónomos
de los ciudadanos de una sociedad", que deben acordar "ciertos principios de justicia de
una breve lista de alternativas ofrecidas por la tradición de la filosofía moral y política"
(p. 48).
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 165
162 Similar a la designación de "derechos absolutos" que adopta García Máynez; cfr.
Filosofía del derecho, p. 384.
166 ARTURO RICO BOVIO
163Cfr. Teoría general de los derechos humanos, p. 54, donde asevera: "la asociación
tiene también un derecho a su autonomía o zona de reserva, equiparable al derecho
a la intimidad o privacidad de la persona física"; “...la sociedad pluralista no es sólo
convivencia de hombres con libertades y derechos «individuales», sino de hombres y
grupos".
164 Pese a la opinión en contrario del mismo Bidart Campos, quien se contradice con
su tesis precedente al sostener que "la necesidad de reconocimiento y protección de los
derechos que concurre en el caso del hombre y de las asociaciones, no hace presencia
cuando nos referimos al Estado" (op. cit., p. 56). Tal criterio únicamente podría sostener¬
se si fuese correcto el enfoque bilateralista de que los derechos de la persona suponen
siempre una obligación correlativa del Estado, postura que el autor comentado adopta
al hablar de que actualmente son "bifrontes" o "ambivalentes" (Ibidem, p. 24).
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 167
171 La Constitución Política de Chile de 1980, en su articulo. 19, inciso 12°, garantiza:
"La libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, en cualquier forma
y por cualquier medio, sin perjuicio de responder de los delitos y abusos que se cometan
en el ejercicio de estas libertades, en conformidad a la ley, la que deberá ser quorum ca¬
lificado".
180 ARTURO RICO BOVIO
172 Para Basave Fernández del Valle se justifica incluso el proponer una filosofía del
derecho internacional como disciplina específica; véase su libro Filosofía del derecho
internacional, pp. 29-31.
teoría corporal del DERECHO 181
173Kelsen, desde una concepción distinta del derecho, llega también a justificar la
existencia del derecho internacional, en estrecha relación con el nacional y previo exa¬
men del concepto de soberanía, véase Teoría pura del derecho, pp. 199-224.
184 ARTURO RICO BOVIO
cias se zanjan en favor del sistema más amplio que debe pre¬
ferirse al más pequeño.177
La tendencia histórica del derecho internacional apunta
hacia su creciente fortalecimiento. Aunque surgió de pactos
entre los estados ya existentes, la urgencia de garantizar la
paz mundial y la imposibilidad de frenar los cada vez más fre¬
cuentes lazos entre países, grupos e individuos de distintas
nacionalidades, hacen perentorio el incremento de sus enun¬
ciados jurídicos y la mayor determinación de sus órganos y
de sus atributos de autoridad. Lo más probable es que no desa¬
parecerán todas las fronteras nacionales pero sí tenderán a
debilitarse, primero por razones económicas, después por la
planetarización de la cultura y de los medios de comunicación.
La historia universal nos muestra que la etapa del colo¬
nialismo abierto y de los protectorados ya concluyó, para dar
nacimiento a nuevos estados que pugnan por su consolidación
en un mundo donde se viven las nuevas y más sutiles mane¬
ras de control del neocolonialismo económico. Si hoy el capi¬
tal es apátrida y se mueve con fluidez, favoreciendo el fenó¬
meno de la globalización, tal situación no garantiza que los
países del mundo subdesarrollado alcancen las condiciones
indispensables para asegurar la calidad de vida de sus inte¬
grantes. Sólo un orden internacional equitativo y dotado de
fuerza suficiente para imponerse, podrá ofrecer la desapari¬
ción del hambre y la miseria a la que todos aspiramos.
En el nuevo orden constitutivo de un derecho mundial
que ya se anuncia, deberán tener amplio reconocimiento las
identidades nacionales, porque son en el ámbito de los cuer¬
pos sociales lo que la personalidad para los individuos: la
expresión florecida de la diferencia humana, la oportunidad
constante del enriquecimiento recíproco mediante la creativi¬
dad y el intercambio. La uniformidad o estandarización social
no respeta la naturaleza profunda de la corporeidad humana
y lo que no vale para cada uno en lo particular, tampoco puede
ser adecuado para la vida colectiva.
guerra sea justa han de ser lícitos los medios, y no tan solo el
fin. Los derechos naturales, en buena tesis, no quedan elimi¬
nados por el estado de guerra".182
Difiero en parte del tratamiento anterior. Si por justicia
entendemos el ajustarse a las normas de un orden jurídico cier¬
tamente la respuesta sería afirmativa; si por el contrario nos
basamos en nuestra noción de una justicia corporal, ninguna
guerra, por defensiva que sea, puede declararse justa, puesto
que daña a la vez seres humanos culpables e inocentes. Como
entendemos por justicia el brindar a todos las oportunidades
requeridas para alcanzar el nivel propiamente humano, gene¬
rando los espacios para su plena realización personal, es obvio
que los conflictos bélicos no van a contribuir de modo inme¬
diato en esa dirección; en el mejor de los casos servirán para
remover circunstancias que atenían contra el ser humano, v. gr.
las de esclavitud, o suprimir condiciones oprobiosas o infrahu¬
manas; pero siempre afectarán a algunos de nuestros seme¬
jantes.
Más que la categoría ética de 'buenas" aplicada a las guerras
o su equivalente jurídico de "justas", en el sentido intrínseco
de su uso, me inclinaría por las de "necesarias" o "innecesa¬
rias", a fin de enjuiciar su utilidad como medios idóneos para
obtener situaciones más adecuadas al desarrollo humano. En
todo caso en que sea posible obtener los resultados que estima¬
mos buenos por su compatibilidad con el cuerpo que somos
sin recurrir a la violencia, será éticamente preferible esta vía
porque no se daña innecesariamente a otro. Gandhi tenía ra¬
zón al promover las formas de la lucha pacífica, porque lo
justo para unos no tiene por qué revertirse en injusto para
otros.
Tal es precisamente el error de la concepción liberal e
individualista de la justicia, puesto que al exaltar la libertad
irrestricta de los individuos no se mide que el ejercicio de ella
puede llegar a afectar a muchos seres humanos, en especial
cuando se aplica a la defensa de la propiedad privada y a su
expresión en el atesoramiento de bienes que serían necesa-
183En su libro La paz perpetua (Zum ewigen Frieden. Ein philosopliischer Entwurf,
1795).
194 ARTURO RICO BOVIO
Ecologismo y derecho
Finalmente comenzamos a desarrollar una consciencia ecoló¬
gica. Las denuncias de los científicos y de las sociedades eco¬
logistas acerca de los graves daños que está sufriendo la biosfera
y las ominosas señales de una catástrofe ambiental planetaria
empiezan a ser tema cotidiano. ¿Por qué, entonces, no se dan
pasos más decisivos y más rápidos para cortar por lo sano un
proceso degradativo natural que está arrastrando a nuestra
especie?
Si las conferencias y programas internacionales de la Unes-
co y de los proliferantes movimientos ecologistas no han lo¬
grado la movilización mundial y las legislaciones ecológicas
que se vienen creando en nuestros países no obtienen el segui¬
miento debido, quizá se deba a profundas causas de carácter
ideológico: en los inicios del siglo xxi el ser humano sigue con¬
siderándose el dueño del mundo y sus derechos a disponer de
los recursos naturales se basan en la muy cuestionable creen¬
cia de que somos ontológicamente superiores al resto de los
seres que pueblan la tierra.
La falla proviene de la concepción vigente del cuerpo como
la parte material del ser humano y por ende como el instru¬
mento más directo y la propiedad más exclusiva de un sujeto
inmaterial denominado “yo", “alma" o “espíritu". No se trata
solamente de la muy extendida y mal comprendida propues¬
ta del dualismo judeocristiano de antiguo raigambre maniqueo,
practicada a nivel popular. También las posturas de algunos
intelectuales materialistas permean la soberbia de pertenecer
a una especie que piensa y proyecta mentalmente sus actos,
separándose así de la naturaleza. En ambos casos se conside¬
ra al psiquismo humano como algo no corporal, por la simple
razón de que no es perceptible ni explicable en términos físi¬
co-químicos. Por eso el neoconductismo termina por negar sig¬
nificado a los fenómenos mentales para ser congruente con su
radical fisicalismo.
La desunión de los aspectos visible e invisible de nuestro
ser se refleja en el trato que damos a los recursos naturales. Si
soy el propietario directo de un vehículo biofísico que me está
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 199
108Tesis manejada por el doctor Rodrigo Carazo Odio, ex presidente de Costa Rica,
en su intervención en el Primer Congreso Internacional de Filosofía Latinoamericana,
Ciudad Juárez, Chih., México, 1990.
i89para un análisis de esta correlación y de los alcances del informe, véase la obra
de Serrano, Ecología y derecho, pp. 96-100.
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 203
190Recuérdese como ejemplo la clásica obra de Rostow, The Stages ofEconomic Grouth,
a New-Communist Manifestó, donde el autor propone cinco etapas del crecimiento econó¬
mico; la sociedad tradicional, las condiciones previas para el impulso inicial, el impul¬
so inicial, la marcha hacia la madurez y la era del gran consumo en masa; cfr. la tra¬
ducción al español de la obra Las etapas del crecimiento económico, pp. 16-24.
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 205
191 Más conocido como el "otro desarrollo". Cfr. El apéndice III de la obra de Vidart,
op. cit.
192Myrdal, otro economista clásico, proponía una teoría de la causación circular,
especie de inercia que arrastraría a los países a seguir la tendencia ya asumida al de¬
sarrollo o al subdesarrollo. Véase su libro, Teoría económica y regiones sabdesarrolladas,
pp. 29 y ss.
206 ARTURO RICO BOVIO
197 V. gr. cuando apunta: "en toda sociedad, el cuerpo queda prendido en el interior
de poderes muy ceñidos, que le imponen coacciones, interdicciones u obligaciones".
Vigilar y castigar, p. 140 y en general en todas sus consideraciones sobre los suplicios,
la milicia y el nacimiento de la prisión.
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO 217
Otras fuentes:
Bunge: 37, 97
Burgoa: 176
Aristóteles: 62
Austin: 22, 23, 26, 46
V. j
Axiologismo
balance del: 215
Campoamor: 125
Ayer. 67
Camps, Victoria: 69
Carozo Odio: 202
Ciencia
causal: 23
concepto de: 37
Basave Fernández del Valle: 180, del derecho: 23, 29, 36, 75,
184, 191 78, 101, 108, 110
Batiffol: 23 formal, crítica de la: 36-39,
Bentham: 23, 46 48, 75, 93, 94
Bidart Campos: 166 jurídica (Jurística): 14, 20,
Bien 24, 25, 36-39, 46, 58-59, 62
y corporeidad: 146, 219 normativa: 23
y hominización: 146 Coercitividad: 41
Bobbio: 18, 19, 20-22, 29-31, 44, Comte: 10
68, 209 Conceptualismo jurídico: 20
Bodenheimer: 21, 23, 46, 52, Corpogenia: 207
65, 66 consciencia corporal: 82
232 ÍNDICE ANALÍTICO
fácticos: 118-120
genéricos: 128, 131-132
inclusivos: 120-124
normativos: 123-131 Habermas: 103
particulares: 129, 130, 131- Hall: 191
132 Hart: 22, 25-28, 34, 35-36, 46,
sistémicos: 128, 131-132, 47, 64, 67, 69
177-178 Hauriou: 49
valorativos: 121-123 Hobbes: 67, 157, 164, 189
Holmes y Cardozo: 52
Estado, justificación del: 167
Hume, ley de: 219
Estimativa jurídica: 58-59
Husserl: 77-78
Ihering: 20, 23
Orden jurídico
como sistema de normas:
Macroteorías, concepto de: 12 40
Marcel: 90 modelo de propuesto del:
Marx: 53-54, 84, 89 131-133
Metaderechos: 168 (concepto),
173, 177, 203, 206
Metanormas: 96, 184
Microteorías, concepto de: 12
Myrdal: 205 Peces-Barba: 44
Moore: 151 Platón: 220
ÍNDICE ANALÍTICO 235
150, 151, 153, 154, 156, 168, teoría corporal de los: 88-89,
191, 195, 200, 209, 218, 219 219
Valores: 12, 13, 19, 21, 32, 39, Vidart: 201, 205
64, 67, 71, 75, 94, 101, 114, Villoro: Miguel: 72-73
137, 138, 139, 143, 145, 146, Von Ihering: 23
149, 150, 160, 208, 215, 219
ámbitos de los: 141-142
en Cossio: 58
escalas de: 150
noción de los: 140-141, 219 Weber: 10
Indice
Presentación • 5
Óscar Correas
Introducción • 9
Bibliografía
índice analítico
Teoría corporal del derecho
se terminó de imprimir en la ciudad de México
durante el mes de agosto del año 2000.
La edición, en papel de 75 gramos,
consta de 1,000 ejemplares más sobrantes
para reposición y estuvo al cuidado
de la oficina litotipográfica de la casa editora.
ISNB 970-701-049-5
MAP: 320085-01
TEORÍA CORPORAL DEL DERECHO