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Sal Paz Estrategias Argumentativas en Comentarios de Lectores
Sal Paz Estrategias Argumentativas en Comentarios de Lectores
1. Introducción
Los nuevos cambios a la Ortografía de la lengua española -aprobados por las 22 Academias
de la Lengua y publicados en diciembre último por la RAE bajo el sello Espasa- han
despertado en el mundo hispánico una serie de polémicas difundidas en internet a través de
periódicos electrónicos, foros de discusión, blogs especializados y redes sociales como
Twitter o Facebook.
En esta ponencia nos abocamos al estudio sistemático del comentario digital -registrado por el
lector en el espacio discursivo de la prensa virtual- al que conceptualizamos como género
dialógico prototípico, puesto que organiza y resignifica otros géneros cuando se incrusta en su
interior (foro de debate y cibernoticia, principalmente). Para ello, nos centramos, en primer
término, en la caracterización del “comentario de lector” como género discursivo interactivo
de los “nuevos medios”, es decir, aquellos que congregan diferentes manifestaciones
periodísticas surgidas en el plano de la cibercultura (diarios virtuales, weblogs, redes sociales,
etc.). Luego, examinamos las estrategias argumentativas más recurrentes empleadas en su
construcción, en un corpus de noticias digitales conformado con ejemplos extraídos de medios
de referencia dominante de España (El Mundo; El País) y de Argentina (La Nación).
El objetivo final es reflexionar sobre la importancia que reviste la indagación del género
comentario así como de las estrategias que sustentan la circulación y reproducción de
representaciones sociales sobre tópicos polémicos, en las comunidades discursivas que
albergan las versiones en línea de las cabeceras de los medios hegemónicos en español.
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mediante el asunto que aborda y las cosas que afirma, según la actitud o valoración y su
ideología.
Ahora bien, invariablemente es una respuesta a voces previas. Debido a que el lenguaje y el
contexto son recíprocamente constitutivos, el comentario digital construye los significados y
la relación entre los interlocutores de un modo dinámico. Las voces de la sociedad y la
palabra individual del sujeto que enuncia se entretejen conjuntamente en un entramado rico en
matices desde el que pueden oírse al unísono: al locutor, a la fuente, a los distintos
destinatarios y al alocutor.
En otros términos, el discurso precedente se toma como objeto de crítica, de parodia, de
rectificación, como referente, como instancia de identificación, etc.
Esta clase textual es enunciada en un escenario espacio temporal definido y limitado, donde el
canal de transmisión es la escritura aunque muchos de sus rasgos la vinculan a la situación de
oralidad.
Los interlocutores implicados en su transmisión entablan un tipo de relación simétrica. En
líneas generales, no es un discurso anónimo, debido a que detrás del nick o seudónimo virtual,
así como del avatar, se esconde un autor empírico que se responzabiliza de su enunciación,
desde el momento en que ingresa en la comunidad de usuarios del periódico, en calidad de
lector registrado.
Es un género breve, dinámico y conversacional, ya que su estructura responde a la de un turno
de habla o intervención espontánea e informal, cuya recepción es mediata, puesto que el
coenunciador está ausente durante su producción. Este atributo no debe llevarnos a inferir la
absoluta libertad de expresión, pues, por lo general, está condicionado a la aprobación de un
moderador.
Consecuentemente, no todas las intenciones de los hablantes pueden vehiculizarse
explícitamente en los comentarios, sino solamente aquellas que se ajustan a las normas
estipuladas como requisitos de participación en la comunidad del periódico. En este sentido,
la libertad de opinión no debe entenderse como licencia para ofender. De ahí el recelo por
evitar la publicación de insultos, que nada tienen que ver con el desempeño público de los
sujetos. Los agravios como argumentos encubren la debilidad de un razonamiento, pues una
tesis sólida no necesita recurrir a estos artilugios. Del mismo modo, resulta fundamental que
el cibernauta enunciador ostente un dominio elemental del tópico del discurso para impedir
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que su contribución viole la máxima de relevancia. Cuando esto no ocurre, los mismos
miembros de la comunidad se encargan de sancionar esta transgresión.
La brevedad y condensación son, quizás, sus rasgos esenciales incuestionables, mientras que
la claridad, el tono coloquial, la fuerza, originalidad e ingenio son algunos de sus rasgos
generales o concomitantes. No obstante, en ocasiones, caen en verborreas poco significantes,
en inexactitudes y vaguedades de la expresión y en imprecisiones en la estructuración de las
frases. El condicionante “brevedad” no alega solo razones vinculadas a las limitaciones
impuestas por el canal tecnológico -que a menudo pauta el número de caracteres que pueden
utilizarse en determinadas aplicaciones- sino que también se relaciona directamente con la
necesidad de abordar un solo tema en cada intervención, de ahí que en su interior pueda
percibirse, en general, una macroestructura única, por lo que formalmente no presentan
divisiones entre párrafos. Precisamente por eso, el usuario enunciador con frecuencia envía
dos comentarios consecutivos al sitio del periódico para distinguir en cada uno de ellos
asuntos e interlocutores explícitos.
Respecto a la estructura global, o sea, las partes constitutivas del género con funciones
específicas, seguimos a Alcaraz Varó (2000: 135) quien las divide en primaria –integrada por
las secciones- y secundaria –formada por los movimientos que componen cada uno de los
elementos anteriores-. Desde esta perspectiva, el comentario posee una estructura interactiva
que consta de tres macrosecuencias funcionales (organización tríadica propuesta por Bolívar
(1994: 276) para el análisis de los textos conversacionales): una introducción, un cuerpo
principal del mensaje y un cierre. El inicio y la clausura constituyen movimientos claramente
definidos por su papel en la interacción verbal. Sin embargo, frecuentemente, se abre in
medias res pues se presupone el conocimiento mutuo y compartido del tema. Generalmente,
no lleva encabezado, pero cuando este se revela lo hace como una categoría muy variable, que
asume funcionalidades diversas que traslucen la creatividad de sus autores. Por su parte, los
elementos de cortesía en los segmentos conclusivos del discurso también configuran una
muestra bastante heterogénea (pueden no aparecer, o explicitarse mediante fórmulas de
despedida del tipo “un saludo” o informales como “bye”, para citar dos de los más
recurrentes).
Dentro del cuerpo, pueden identificarse los siguientes elementos característicos: sujeción a un
mensaje anterior -comentario o discurso (una nota periodística o una cibernoticia)-,
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ponerla en relación directa con las creencias comunitarias de un grupo social que posee una
serie de conocimientos en común, a partir de la cual los sujetos formulan sus actitudes, que
resultan expresión individual de esas verdades compartidas. (Van Dijk, 2000 [1999]): 54).
Es decir, la evaluación constituye el aspecto central del comentario. No es solo una cuestión
individual sino social, ya que se rige por el sistema de valores de una comunidad determinada
en la que el género se produce.
Los comentarios al difundir opiniones apuntan a ideologías y, por consiguiente, se sitúan
junto al poder establecido o enfrente de él.
En consecuencia, el conocimiento compartido, el saber de sentido común, la voz del otro
como copartícipe en el acto de creación del enunciado de un hablante, que se pronuncia como
un ciudadano que se dirige a otros miembros de la comunidad, es la base epistemológica a
partir de la cual se generan los procesos comunicativos en este género.
Por otro lado, frecuentemente, el usuario lector promueve una acción e intenta producir un
efecto en el destinatario de su discurso. Dicho de otro modo, el enunciador de estos espacios
de discusión se erige en interprete voluntario de la sociedad y de sus intereses por lo que llega
a aconsejar conductas a los gobernantes, sugerir medidas a la administración y proponer
caminos alternativos a los responsables de las diferentes instituciones sociales. En este caso,
entonces, el cibernauta juzga que lo que plantea es lo más conveniente para el futuro del
colectivo que integra. Al mismo tiempo, la opinión puede asumir la forma de una crítica, en la
que el deseo suele formularse en términos de exigencia, de compromisos o de acción.
El comentario digital como género discursivo periodístico es, entonces, un marco ideal para
dar formas a las ideas y pensamientos, para adoptar una postura ante los hechos y para la
acción social. Condensa las ideologías de los ciudadanos tal como son vividas en su
cotidianeidad. Organiza manifestaciones discursivas concretas de las prácticas sociales y
facilita la participación activa de los actores de una comunidad determinada en la esfera
pública.
Por último, resta aclarar que ha recibido el legado de un género como la carta de lector, propia
de la tradición del periodismo escrito, y que hereda sus rasgos a las intervenciones de los
medios sociales como Twitter y Facebook. Además, en su carácter de situación discursiva
particular, viabiliza la concreción de formas genéricas como foros, weblogs y cibernoticias.
Estos aspectos constituyen las marcas definitorias que nos permiten pensarlo como un nuevo
género discursivo, al que proponemos caracterizar como la construcción y representación de
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una realidad social efectuada por un usuario en el seno de los medios digitales, a través del
empleo casi exclusivo de la palabra escrita, aunque recurra, también en ocasiones, al
hipertexto y a otros procedimientos multimodales, con la intención de persuadir a un
destinatario explícito y al conjunto de lectores de una cibercomunidad acerca de la validez de
una valoración personal (no institucional) de un hecho de actualidad, mediante la utilización
de estrategias argumentativas de interacción.
En este apartado analizamos algunos de los 2535 comentarios esgrimidos por los lectores en
los artículos periodísticos que integran nuestro corpus, los que se distribuyen del siguiente
modo: 596 en la nota “La ‘y griega’ se convierte en ‘ye’”, publicada en El Mundo; 1551 en la
nota “La ‘i griega’ se llamará ‘ye’”, publicada en El País y 388 en la nota “Adiós a la ‘y
griega’”, publicada en La Nación.
Los casos seleccionados corresponden a intervenciones vertidas por cibernautas el 05 de
noviembre de 2010 en textos relacionados con la cobertura noticiosa sobre la última reforma
de la ortografía de la lengua española impulsada por la RAE. Recordemos que el
acontecimiento fue tema de agenda durante los dos últimos meses del año 2010, e incluso,
logró extender su repercusión mediática hasta febrero de 2011.
No obstante, cabe aclarar que hemos revisado la totalidad de los mensajes producidos durante
dicho período con la intención de escoger intercambios que dieran cuenta de los rasgos
prototípicos del género discursivo objeto de nuestro estudio.
De la observación global de los ejemplos escogidos para el análisis puede adelantarse como
primera reflexión general que el tópico de discusión despertó gran interés en los miembros de
las comunidades discursivas de los medios digitales del corpus, puesto que generó una activa
y amplia participación que puede cotejarse, no solo en la cantidad de intervenciones
efectuadas por los usuarios, sino también a través de otros factores de interés como el número
de votos obtenidos por cada nota y las veces que estas fueron agregadas y difundidas por
canales sociales como Facebook y Twitter o enviadas por correo electrónico a contactos.
A continuación, intentaremos caracterizar las estrategias esgrimidas por los lectores en la
construcción de sus comentarios.
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- Constantes retóricas
En cuanto a las coordenadas de persona, espacio y tiempo, podemos establecer que el carácter
egocéntrico “yo-aquí-ahora”, en relación inmediata con el tú presente, configuran el centro
deíctico personal, espacial y temporal en el género. (Briz Gómez, 1996: 43).
En efecto, la aparición del yo hablante se manifiesta de forma constante, explícita o latente.
Pero, además de ser una de las voces principales del diálogo, añade al discurso valores
pragmáticos como estrategia retórica de intensificación o atenuación (Briz Gómez, 1996: 56).
En este punto, coincidimos con el autor y sostenemos que los usuarios utilizan en sus
comentarios los sujetos pronominales para agregar énfasis o peso pragmático a sus
afirmaciones, para desambiguar posibles inserciones epistémicas, para asegurar la
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interpretación de ciertos verbos como actos de habla, para incrementar el compromiso del
lector con su enunciado, en defensa de un argumento o en declaración de una creencia.
Así, es frecuente el empleo de la primera y de la segunda persona del coloquio, que ponderan
la naturaleza de la interacción. Ej.:
(Milady, "guion" y "truhan" no se acentúan porque son palabras monosílabas. Junto a la regla de las agudas que
tú mencionas, hay otra regla que costó también mucho aprender: "los monosílabos no se acentúan". Yo no sabía
que se podían acentuar estas palabras; pero, si se podía hacer, está bien que ya no se pueda por coherencia.) EP,
272.
En otro orden de cosas, se observa una tendencia a la intensificación y a la hipérbole, aunque
también localizamos usos recurrentes de mitigadores.
Respecto a la intensificación, seguimos sintéticamente a Albelda Marco (2005) en su
caracterización, quien la entiende como un valor semántico del contenido proposicional,
manifestado gramaticalmente de diversas formas, en el ámbito del enunciado. Supone una
modificación de la cantidad y/o de la cualidad en el significado de algunas categorías
gramaticales. Los diversos términos empleados para explicarla se reducen, en general, a la
cuantificación, gradación y superlación. Por otro lado, en el plano de la enunciación-
conceptualizada aquí como la parte estructural del enunciado en la que se expresa la actitud
del sujeto hablante respecto a lo que dice y a sus interlocutores- se ha empleado esta noción
para hacer referencia a procedimientos de refuerzo de una aserción. Ahora bien, debemos
señalar que mientras que la intensificación en el enunciado actúa sobre el contenido
proposicional, esto es, directamente sobre los significados, cuando se intensifica en el nivel
de la enunciación, lo que se modifica es la actitud del hablante hacia dicho contenido.
Entre los mecanismos de intensificación hallados en el corpus podemos mencionar los
siguientes:
- Recursos morfemáticos: son muy productivos. Se proyectan a partir de las cuatro categorías
gramaticales que admiten matización gradual de intensidad significativa: sustantivos, verbos,
adjetivos y adverbios (Vigara Tauste, 1992: 146).
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(“Estos caballeros se alucinan los panaceas de la lengua española, que en España hablen como les de la
reverenda gana pero a nosotros los hispanos hablantes, por favor no nos cambien nada de nuestro riquisimo
castellano”) EP, 1313.
Otros contienen, además, diversos significados, como el caso de “-ada, -ajo, -al, -azo, -illo, -
ito, -mente, -oli, -ote, -ucha, udo” que a la par de su valor intensificador, también presenta un
matiz despectivo. Ej.:
(“No entiendo la polémica que suscita quorum, porque nadie la utiliza nunca. Es un latinajo absurdo que debería
eliminarse del castellano como tantos otros.”) EP, 132.
(“Vaya estupideces...ya no saben que inventar para hacerse famosillos...”) EM, 5.
(“¿Quién les dijo que hay que decir "uve" o "expresidente"? Creo que habrá que declarar la independencia
lingüística (el proximo 9 de julio sería una buena ocasión), a ver si los viejitos de la RAE adoptan de una vez una
concepción democrática y no monárquica del lenguaje”.) LN, 96.
(“¿I qué me isen de la estupida campania ke a emprendido este periodico de escrivir GAI en ves de GAY, pa que
los estranjeros vean ke nujotros somos mas adelantaos y mas finolis?”) EP, 69.
(“A hacer Palotes... Nadie está es posesión de la verdad absoluta. Nadie ha faltado a nadie. Creo que puedes dar
tu opinión sin tener que faltar ni menospreciar a nadie por posicionarse.”) EP, 474.
(“Ya, porque ellos lo digan. Me gustaría que nadie me dijese como debo hablar mi propia lengua, que envidia de
los anglófonos que no tienen ninguna academicucha que los dirija y aún así es el idioma predominante en el
mundo”.) EP, 5.
b. Prefijos: archi-, des-, extra-, hiper-, in/im-, infra-, macro-, mega-, micro-, re, requete-
,sobre-, sub-, super-, supra-, ultra-, etc. pueden intensificar morfológicamente. Ej.:
(“Creo que antigüamente ya se llamaba ye. Al menos cuando yo iba al colegio se decía ye.Bueno, en fin.... ye no
saben que hacer. Están al re. dope”.), LN, 45.
(“Aqui la única estupidez Javier (86) es que los retros derechosos como tu querais ver en todo lo que no os gusta
la mano de Zapatero, llegando hasta el absurdo y ridículo en vuestras críticas, como es este caso. Me recuerda a
una bula papal que hubo en epoca de guerra en la que el Papa eximió de la obligación del ayuno cuaresmal por la
guerra. Y una ultracatólica dijo: "pues yo seguiré ayunando.”), EP, 99.
(“Lo que nos faltaba, país en crisis y ahora también analfabeto, si lo que queremos es equipararnos a países
subdesarrollados, la verdad es, que lo estamos logrando. Como se nota que muchos no tienen nada que hacer y
pueden dedicarse a malgastar tiempo y dinero........ajeno claro.”), EM, 460.
- Recursos léxicos: constituyen las formas en las que el sema intensificado se encuentra en el
propio lexema, bien se trate de unidades simples o bien de unidades complejas; en estas
últimas se incluyen los recursos fraseológicos. Ej:
(“Espero que no salga finalmente esta GRAN CHAPUZA. Una pena el presenciar tales desastres. Últimamente se
están luciendo los de la RAE con tales atrocidades.”) EP, 814.
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(“#32 Últimamente se ven muchas barbaridades escritas entre gente con carrera universitaria, como los
correctores de libros o los periodistas...”) EM, 58.
(“pues lo del acento entre los números, tiene su sentido, porque a un paciente que iba a hacerse una litotricia
(dieta blanda unos dias antes) le pusieron en el papel 2o3 galletas y nos dijo que le parecia una pasada comerse
doscientas tres galletas... si le pones 2ó3 como que ves otra cosa. de todas formas, llevamos unos dias un poco
chorrillas... creo que nos están distrayendo de algo...”) EP, 378.
(“manda huevos, estamos cometiendo la mayor burrada del mundo, primero quitan letras que de siempre hemos
usado, ahora quitan tildes dónde narices vamos a ir? que no somos ni americanos ni ingleses, eso se lo decimos a
los franceses que se "modernicen" que quiten tildes y circunflejos y lo mandan a tomar morcillas!!!!”) EP, 3.
(“La ortografía no es 100% lógica ni razonada, por lo cual usamos tres grafías para el mismo sonido: "C", "K" y
"Q". Si se quiere simplificar, ¿qué sentido tiene poner una "u" junto a una "q" para decir "que"? Sin embargo se
asustan con palabras como "quórum" que estaría mejor escrita que ninguna. Si se quiere hacer las cosas bien, hay
que cortar por lo sano y cambiarlo todo junto, si no, parece una tomadura de pelo. Yo no sé cuántos académicos
tienen imprentas, pero está claro que alguien va a tener que cambiar cientos de miles de diccionarios y libros por
este berrinche”.) EM, 304.
(“Y lo de guión y quorum es ya la leche.”.) EP, 1395.
(“El mundo patas arriba y estos iluminados perdiendo el tiempo con tonterias. Es que no hay cosas mas
importantes de las que ocuparse? Como nos gusta perder el tiempo con chorradas”.) EM, 556.
(“Hay un montón con ye!.. Yeite, yute, yijta, yatevuá'garrá...”) LN, 150.
(“Pues yo seguiré llamando a la "y" y griega...y a tomar x...”) EP, 46.
(“Es una cagada esta IRREAL ACADEMIA. Además, no jodan y hablen bien. Es hora de aprendan a no hablar
siempre todo con la "Z" zeta, joder macho, estoy harto de escucharlo, malhablados.”) EP, 377.
(“¡Qué manera de complicar la vida al divino botón!”) LN, 153.
Atenuantes: la atenuación es, bajo la perspectiva de Haverkate (1994), una estrategia de
cortesía a través de la cual el hablante mitiga el contenido proposicional o la fuerza ilocutiva
de una aserción para proteger su propia imagen positiva y la de su interlocutor. Por su parte,
para Briz Gómez (1998), es el mecanismo que regula la relación interpersonal y social entre
los participantes de la enunciación. Se trata de una estrategia conversacional que mitiga la
fuerza ilocutiva de una acción o la fuerza significativa de una palabra, de una expresión.
Algunos ejemplos recogidos del corpus son:
Atenuación pragmática por la acción atenuadora del verbo performativo: Ej:
(“A mi me parece que esto es en plan: si no puedes erradicar la incultura, acepta las faltas de ortografía de los
demás, así parecerá que saben más.’”) EP, 248; (“Lo que voy a decir suena a "herejía", pero yo creo que alguna
día los idiomas caerán en manos de los técnicos, de los ingenieros, y entonces se amplificarán tremendamente
todos”.) EM, 87.
Reformulación repetitiva: Ej:
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(“Los cambios son evolución y el lenguajer se corresponde con lo que se hace y se respira en la calle. Por tanto,
nos costará, pero al final no será nada y todo como siempre. Lo que deberían prohibir y digo claramente
prohibir, es el "lenguaje" que se usa en los mensajes a móviles, que no hay quien los entienda.”) EM, 49.
Uso del nosotros: Ej:
(“Es realmente vergonzoso lo que ocurre con nuestro idioma. La Real Academia Española que debe velar por el
cumplimiento estricto de sus normas ortográficas, resulta que son los primero que se bajan los pantalones para
que entren a formar parte vocablos sudamericanos y otras estupideces. ¡Que sean ellos los que se amolden a
nosotros y no nosotros a ellos que el idioma que hablan es el nuestro.”) EM, 165
Uso de operadores pragmáticos para retardar la emisión del juicio de valor: Ej:
(“Tenía entendido que los nombres propios estaban excluidos, por decirlo de alguna manera, de la aplicación de
las normas gramaticales, no entiendo porque se tienen que adaptar o cambiar... y esto es de siempre. Es mas, me
parece una FALTA DE RESPETO como un castillo.”) EM, 501
- Nivel fónico
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clasificación de Yus (2001), para compensar la ausencia del canal visual y/o auditivo, se
utilizan:
a. Puntuación múltiple: Ej.:
(“no es para tanto...jajaja A mi enseñaron en la primaria:v (corta) o labio dental y b (larga) o labial...recuerdan?
año 1946 !!!!!en primer grado inferior...que èpocas!!!”) LN, 167; (“¿¿¿¿¿YE????? ¿De verdad? ¿A estas alturas
de la peli?”) EM, 13.
b. Ortografía excéntrica: Ej.:
(“Epaaaaa... y con tanto ye, ya, yi que nos fuimos a hablar el dulce guaraní. :D”) LN, 1; (“A 317 de 257....
¡¡GENIAAAAAAAAAAAL!!, no tiene sentido que quiten el acento al adverbio. No lo podría haber dicho
mejor.”) EM, 327.
c. Uso particular de las mayúsculas: indica pronunciación enfática. Permite al emisor
remarcar un aspecto abordado en el discurso. Ej.:
(“cuanto atraso! NO MEJORAMOS MÁS, estamos caminando como los cangrejos.”) LN, 158.
d. Onomatopeyas: Ej.:
(“Wow!! Académico Rebelde, mis respetos para usted!! Su comentario realmente me agradó!! Estoy en total
desacuerdo con la eliminación de los acentos.”) EP, 1291; (“Ufff, no entiendo nada. A veces la obsesión por
modernizarse hace que la Academia crea que debamos acercarnos al lenguaje del SMS. Un saludo, chicos.”) EP,
80.
e. Risa escrita: Ej.:
(“jejejejejej....se nota que no tienen nada mejor que hacer....”) EM, 10.
f. Grafía fonética: consiste en escribir las palabras extranjeras del modo como se pronuncian o
apelando a rasgos dialectales propios, o a marcas coloquiales. Ej.:
(“Otra bondad de la ye!.. "Shi lavs iu ye ye ye.." ... Impensable que eso fuera igual cantando: Shi lavs iú i
griega, i griega, i griega..”) LN, 170 o a marcas coloquiales (“Perdón güelve.”) LN, 176.
g. Sustituciones grafemáticas, léxicas y alfanuméricas: Ej.:
(“Seee.. claro. Porque "shueve" tiene mucho que ver.. Andá (no pongo más aaaaa pq sha me lo bardearon por
ahí)”) LN, 138; (“EN LA ESKUELA ME ENSEÑARON K TODO SE A DE ESKRIBIR KON
MAYUSKULAS , KON LA K. I SIN ASENTOS.”) EP, 48; (“lo de la "ye" suena a risa, y la tilde de los
pronombres, en caso de ambigüedad debería seguir siendo utilizada pues en la docencia resulta mucho más
esclarecedor....como si no tuvieran ya "nuestros niñ@s" faltas..los liaremos ,seguro.”) EM, 335.
- Nivel léxico-semántico
En cuanto al campo léxico, además de algunos fenómenos abordados en los epígrafes sobre
intensificación y mitigación, se advierte:
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- Nivel morfosintáctico
4. Conclusiones
En los intercambios virtuales analizados se despliegan una serie de estrategias discursivas con
las que los usuarios manifiestan su actitud y su postura hacia aquello que enuncian y hacia a
quienes dirigen ese enunciado.
Un alto número de casos observados da cuenta de que suele apelarse a un tipo de
argumentación cercana a la oralidad, por lo que la fuerza argumentativa en el comentario
digital se apoya en el empleo de la modalidad coloquial y en la recurrencia a argumentos
sencillos y directos por medio de los cuales se imponen la claridad, la redundancia y la
brevedad como sus principios constitutivos. En este sentido, predominan los argumentos de
autoridad en sus diferentes variantes, la analogía, los cimentados en ejemplos, el uso
metafórico del lenguaje, la ironía y los argumentos de causalidad, aunque estos últimos exigen
mayor grado de atención por parte del lector.
No obstante, si bien muchos comentarios proporcionan aportaciones interesantes que
alimentan ricas discusiones, no es menos cierto que, con frecuencia, no se argumenta sino que
se cae en agresiones verbales, puesto que hemos advertido un significativo número de
mensajes que vehiculizan insultos, declaraciones racistas y xenófobas y descalificaciones que
tienen como blanco en este caso a la institución RAE, a colectivos sociales identificados como
el “enemigo” (españoles, latinoamericanos, argentinos, etc.), al periodista autor de la nota, al
medio que la publica, o a otros lectores que han intervenido previamente. Es decir, en
ocasiones, no existe un auténtico debate entre los participantes y, cuando se presenta, las
interpelaciones entre los usuarios suelen adoptar un tono peyorativo propio de los
intercambios anónimos.
Creemos que el casi absoluto anonimato de sus enunciadores -designados apenas por un Nick-
reduce el autocontrol sobre la propia palabra a diferencia de, por ejemplo, la comunicación
cara a cara o de las clásicas cartas de lectores, en las que podríamos esperar una
argumentación más cuidada y reflexiva. Esta “mayor libertad” para opinar o, incluso, para el
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exabrupto, nos permite inferir una actitud de enunciación más espontánea, por lo cual
presuponemos que los comentarios digitales se constituyen en terreno fértil para acceder de
modo más directo al conjunto de representaciones sociales sobre tópicos polémicos que
circulan y se reproducen en las comunidades discursivas que interactúan en el seno de los
periódicos del ciberespacio.
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