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Seguían sucediendo más y más cosas, tanto que hasta Alexander hizo que
Benjamín cambiara de pensamiento, Benjamín era un chico que le encantaba
leer, estudiar y siempre mantenerse en una constante evolución cognitiva,
pero por Alexander hasta perdía clases, en fin luego de varios días haciendo
lo mismo, hubo un momento de que se encontraron ambos en los vestuarios
de Le Salle, como era de costumbre rosando nuestros miembros creando una
fricción para ponerse duros, cuando de la nada Alexander se queda en
silencio y simplemente deja de hacer todo lo que hacía, Benjamin noto esto y
le pregunto:
Pasaron unos días, Pero algo muy extraño estaba ocurriendo entre los 2,
Alexander y Benjamín solo se veían por los pasillos y solo se daban besos a
escondidas, llegó la hora de el almuerzo, como era de costumbre Benjamín
agarro su plato de comida y se dirigía hasta la mesa más solitaria que
encontrará, pero vio a lo lejos sentado a Alexander con sus amigos Scott
Foster y Jeremy , a ellos los conocía por qué eran de los que más hablaban,
primero por qué eran muy lindos y segundo por su forma de ser, eran los
bravucones sin oficio que se la pasaban golpeando chicos, pero este no se
me intimido, así que sin pensar en nada, apretó su bandeja de comida y se
dirigió hasta la mesa de ellos, quería cambiar su vida y comenzar a tener
nuevos amigos, poco a poco ya estaba más cerca de la mesa en dónde se
encontraba Alexander, al llegar a la mesa Benjamín se sentó sonrió mientras
miraba a Alexander y le dijo.
Pero Benjamín pudo notar que su cara cambio y ya no se veía tan dulce, se
notaba mucho más enojado que cualquier otra cosa y este respondió.
— ¿Quién eres tú? Y que haces sentándote aquí con mis amigos.
Al pasar el rato escuchó unos pasos cada vez más y más cercanos a el, y su
curiosidad ganó, así que se levantó de la banca en la que estaba, ya que le
parecía raro, usualmente aquí nadie venía y preguntándose se decía. “—
¿Por qué ahorita justamente cuando no quería hablar con nadie vendría
alguien?” Benjamín tenía mucha rabia así que se levanto de la banca y al
hacerlo se percate que la persona que se acercaba a el era nada más y nada
menos que Alexander, así que se dio media vuelta para darle la espalda y
comenzó a caminar lo último que quería era hablar con el, Alexander corrió
hasta donde se encontraba Benjamín y agarrándole el brazo lo volteo y le
dijo.
— No hay nada que explicar, todo está muy claro, me trataste como la
propia escoria frente a tus amigos.
— Tengo una razón por la cuál lo hice, aunque igualmente debo pedirte
perdón…
— ¿Hay una razón? A ver cuál es la razón que te hizo tratarme tan mal.
— Mis amigos son súper homofobos así que por eso decidí tratarte así
para que no te traten mal, pero no es por nada en especial.
— Por favor discúlpame soy un tonto, pero realmente créeme que lo hice
pensando en ti, mis amigos son muy babosos y no quiero que te
hagan nada a ti.
Benjamín ignoró esto pues ya se acercaba el sábado y lo que más quería era
conocer la casa de Alexander y hacer cosas con este mismo. Llegó el sábado
y comenzaron a hablar por mensaje para concretar a qué hora se iban a
encontrar.
Alexander Blanco:
— ¿A qué hora vienes rey? Te espero con mis boxer más apretados.
Benjamín Kemp:
— ¡Ah, ya para por favor! – Mientras forcejeaba con Alexander para tratar
de sacar sus dedos, pero este no quería dejarlo de hacer y cada vez
que los sacaba, Alexander los volvía a meter y esto le dolía mucho,
pero este entre risas le decía.
— ¡Déjame, no quiero!