Los alimentos fortificados son señalados por la intervención previniendo y controlando a
anemia. La fortificación de la harina de trigo con hierro y ácido fólico va más allá de la disminución de la anemia por deficiencia de hierro. El trigo provoca una pérdida de micronutrientes, como las vitaminas del complejo B (tiamina, riboflavina, niacina, ácido fólico). Por lo tanto, es necesaria la fortificación de los cereales. Estudios demuestran que los bajos niveles séricos de folatos, vitamina B12 y otros micronutrientes podrían limitar las intervenciones para mejorar los niveles de hierro y la anemia en sangre.