Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Uno de los aspectos más importantes, preocupantes de todos los tiempos así como en el
paso histórico que ha sufrido la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los
cuatro momentos que desde mi perspectiva revisten aquellos que enmarcaron las pautas a seguir
en materia penal, esto es, el del 12 doce de diciembre del 2005 dos mil cinco, en lo referente a la
reforma a los párrafos cuarto, quinto y sexto, del numeral 18 del Pacto Federal, concernientes a
la implementación del Sistema Integral de Justicia para Adolescentes en Conflicto con la Ley
Penal; la del 18 dieciocho de junio del 2008 dos mil ocho, tendiente a la implementación del
Proceso Penal Acusatorio y Oral, al modificarse los artículos 16 a 22, 73 fracciones XXI y
XXIII, 115 fracción VII y 123 Apartado “B” fracción XIII de la citada Norma Fundamental; así
como la del 10 diez y 11 once de junio del 2011 dos mil once, relativo a los rangos de
Protección de Derechos Humanos y la del 8 ocho de octubre del año próximo pasado, esto es,
2013, por lo que hace a la facultad Legislativa del Congreso de la Unión para la legislación
única en materia de Procedimientos (sic) Penales, de Mecanismos Alternos de Solución de
Controversias y de Ejecución de Penas, conocida como la de Código Procesal Único; es lo
relativo a la libertad de las personas y el trato que debe darse a las mismas a la luz del marco
Constitucional, Convencional y Procesal, por ello estamos ciertos que entre otros de los institutos
que encuentran franca relación con dicho aspecto, es o son los relativos a la retención y a la
detención a que en su caso se refiere en el orden Constitucional en el numeral 16 párrafos quinto,
sexto y séptimo en relación con el décimo, que expresamente señalan:
“Artículo 16.- … Cualquier persona puede detener al indiciado en el momento en que
esté cometiendo un delito o inmediatamente después de haberlo cometido, poniéndolo sin
demora a disposición de la autoridad más cercana y ésta con la misma prontitud, a la del
Ministerio Público. Existirá un registro inmediato de la detención.
Sólo en casos urgentes, cuando se trate de delito grave así calificado por la ley y ante el
riesgo fundado de que el indiciado pueda sustraerse a la acción de la justicia, siempre y cuando
no se pueda ocurrir ante la autoridad judicial por razón de la hora, lugar o circunstancia, el
Ministerio Público podrá, bajo su responsabilidad, ordenar su detención, fundando y
expresando los indicios que motiven su proceder.
En casos de urgencia o flagrancia, el juez que reciba la consignación del detenido
deberá inmediatamente ratificar la detención o decretar la libertad con las reservas de ley.
… Ningún indiciado podrá ser retenido por el Ministerio Público por más de cuarenta y
ocho horas, plazo en que deberá ordenarse su libertad o ponérsele a disposición de la autoridad
judicial; este plazo podrá duplicarse en aquellos casos que la ley prevea como delincuencia
organizada. Todo abuso a lo anteriormente dispuesto será sancionado por la ley penal…”.
3
Ahora bien, de las simple lectura de lo dispuesto en los artículos previamente señalados,
esto es, 16 párrafos cuarto, quinto, séptimo y décimo del Pacto Federal en relación con el 140,
146, 149, 167 y 308 de a Legislación Procesal Única en Materia Penal, es fácil advertir que el
trato que ahora se le da a la flagrancia como una de las formas de detención legal previstas en la
Constitución Política de los estados Unidos Mexicanos, es totalmente diversa a lo que hacía en
antaño, esto es, antes de la reforma del 18 dieciocho de junio del 2008 dos mil ocho, que según
se refiere de los dispuesto por los numerales PRIMERO y SEGUNDO de transito, que
establecen:
“Artículo Primero. El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente de su
publicación en el Diario Oficial de la Federación, con excepción de lo dispuesto en los artículos
transitorios siguientes.”
“Artículo Segundo. El sistema procesal penal acusatorio previsto en los artículos 16,
párrafos segundo y decimotercero; 17, párrafos tercero, cuarto y sexto; 19; 20 y 21, párrafo
séptimo, de la Constitución, entrará en vigor cuando lo establezca la legislación secundaria
correspondiente, sin exceder el plazo de ocho años, contado a partir del día siguiente de la
publicación de este Decreto. En consecuencia, la Federación, los Estados y el Distrito Federal,
en el ámbito de sus respectivas competencias, deberán expedir y poner en vigor las
modificaciones u ordenamientos legales que sean necesarios a fin de incorporar el sistema
6
ejercer la acción penal…”; esto es, que haya necesidad de dicha retención, ello sin pasar por alto
que es tal la preservación de Derechos Humanos en la norma procesal en cita como en su caso
lo prevé el dispositivo 2º de la misma que precisa: “Artículo 2. OBJETO DEL CÓDIGO. Este
Código tiene por objeto establecer las normas que han de observarse en la investigación, el
procesamiento y la sanción de los delitos, para esclarecer los hechos, proteger al inocente,
procurar que el culpable no quede impune y que se repare el daño, y así contribuir a asegurar el
acceso a la justicia en la aplicación del derecho y resolver el conflicto que surja con motivo de
la comisión del delito, en un marco de respeto a los derechos humanos reconocidos en la
Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte.”; que
pese a que en su caso el 16 párrafo séptimo y el décimo del Pacto Federal, se refieren a que
tratándose de una detención en flagrancia el Juez sólo califique esta y sí en su caso el plazo de
las 48 cuarenta y ocho horas esta excedido, solo se genere las responsabilidades que de ello
emane, al precisar dichos párrafos “Artículo 16.- … En casos de urgencia o flagrancia, el juez
que reciba la consignación del detenido deberá inmediatamente ratificar la detención o decretar
la libertad con las reservas de ley.… Ningún indiciado podrá ser retenido por el Ministerio
Público por más de cuarenta y ocho horas, plazo en que deberá ordenarse su libertad o
ponérsele a disposición de la autoridad judicial; este plazo podrá duplicarse en aquellos casos
que la ley prevea como delincuencia organizada. Todo abuso a lo anteriormente dispuesto será
sancionado por la ley penal…”; no obstante ello el numeral 308 de la multicitada legislación en
cita, va más haya de ello, al establecer en el segundo párrafo: “Artículo 308. CONTROL DE
LEGALIDAD DE LA DETENCIÓN.… El Ministerio Público deberá justificar las razones de
la detención y el Juez de control procederá a calificarla, examinará el cumplimiento del plazo
constitucional de retención y los requisitos de procedibilidad, RATIFICÁNDOLA en caso de
encontrarse ajustada a derecho o decretando la libertad en los términos previstos en este
Código…”; esto es, no únicamente se estima deberán analizarse las razones de la detención, sino
adicionalmente el cumplimiento del plazo de retención y los requisitos de procedibilidad; sin
embargo, pese a la serie de consideraciones hechas con antelación en lo referente al tema que
nos ocupa, con motivo de dicha legislación procesal, asalta otro tema que se encuentra
estrechamente vinculado con la posible aplicación de las normas procesales en cuanto a la
detención y retención, en franca concatenación con los dispositivos procesales previamente
analizados, a saber entre otros el 140, como lo es el cómo entiende dicha legislación
reglamentaria del proceso al instituto de la prisión preventiva oficiosa a que se refiere el segundo
párrafo del numeral 19 del Pacto Federal en relación al 167 de la Norma procesal en estudio, de
los que el primero precisa:
8
“Artículo 19.- … El Ministerio Público sólo podrá solicitar al juez la prisión preventiva
cuando otras medidas cautelares no sean suficientes para garantizar la comparecencia del
imputado en el juicio, el desarrollo de la investigación, la protección de la víctima, de los
testigos o de la comunidad, así como cuando el imputado esté siendo procesado o haya sido
sentenciado previamente por la comisión de un delito doloso. El juez ordenará la prisión
preventiva, oficiosamente, en los casos de delincuencia organizada, homicidio doloso, violación,
secuestro, trata de personas, delitos cometidos con medios violentos como armas y explosivos,
así como delitos graves que determine la ley en contra de la seguridad de la nación, el libre
desarrollo de la personalidad y de la salud…”.
Puesto que en torno del mismos cabe acotar, que no obstante que el párrafo primero del
140 limita la posibilidad de dejar en libertad durante el plazo de la retención a los sujetos
detenidos en flagrancia, claro por el Ministerio Público, solo en los casos de delitos que no sean
de prisión preventiva oficiosa, acorde a ello es menester puntualizar que ello posiblemente podría
entenderse de forma distinta a partir no solo de lo dispuesto en el numeral 2° de dicha
Legislación que señala su aplicación en el ámbito de protección de los derechos humanos, sino
asimismo del párrafo último del dispositivo 167 que señala: “Artículo 167.- … El Juez no
impondrá la prisión preventiva oficiosa y la sustituirá por otra medida cautelar, únicamente
cuando lo solicite el Ministerio Público por no resultar proporcional para garantizar la
comparecencia del imputado en el proceso, el desarrollo de la investigación, la protección de la
víctima y de los testigos o de la comunidad. Dicha solicitud deberá contar con la autorización
del titular de la Procuraduría o el funcionario que en él delegue esa facultad.”; el que al
puntualizar un principio de proporcionalidad al Ministerio Público, para no solicitar la prisión
preventiva oficiosa y en su caso el Juez de no imponerla, en los supuestos de “para garantizar la
comparecencia del imputado en el proceso, el desarrollo de la investigación, la protección de la
víctima y de los testigos o de la comunidad.”, si bien parecería restringido solo para el Ministerio
Público, tal aspecto no podría entenderse con esa limitante, si al efecto se aplicara una
interpretación sistemática de los artículos y a contrario sensu de este último en comento, lo que
incluso bajo el principio propersona a que se refiere el numeral 1° del Pacto Federal,
involucraría sino se puntualiza bien ese aspecto en la norma procesal, la desaparición de la
prisión preventiva oficiosa por requerir aun esta a partir de la norma procesal, un principio de
proporcionalidad para aplicación, que propio y exclusivo de la justificada a que se refiere el
dispositivo 19 segundo párrafo del Pacto Federal, lo expuesto sin pasar por alto, que pese a que
en la legislación en comento, en su dispositivo 1° se alude a una aplicación Federal y Local, por
ser única para el proceso penal acusatorio y oral, la misma en su catalogo ex profeso de gravedad
no contempla ningún delito del orden local, en tanto que tan solo se refiere por cuanto hace a los
Códigos Penales, al Federal; así pues en razón de lo expuesto, es imprescindible clarificar el
9
numeral 167, en tanto que en tratándose de Catalogo exprofeso de la ley procesal, incluso al
referirse en el artículo 140 como limitante a la libertad durante la retención “cuando se trate de
delitos que no merezcan prisión preventiva oficiosa”, en ausencia local del mismo procedería la
libertad.