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La Llorona, interpretada por Chavela Vargas

La leyenda de la Llorona posee gran diversidad de


versiones, con generalidades y particularidades
propias de muchas regiones geográficas.
Tan intensa es su presencia en la cultura de México,
que es protagonista de películas y canciones, como
la que vamos a escuchar a continuación, que es una
versión de Luis ‘Sabu’ Martínez interpretada por la
gran Chavela Vargas.

El que no sabe de amores, Llorona,


No sé qué tienen las flores, Llorona, no sabe lo que es martirio.
las flores del camposanto. El que no sabe de amores, Llorona,
No sé qué tienen las flores, Llorona, no sabe lo que es martirio.
las flores del camposanto.


Dos besos llevo en el alma, Llorona,
Que cuando las mueve el viento, Llorona, que no se apartan de mí.
parece que están llorando. Dos besos llevo en el alma, Llorona,
Que cuando las mueve el viento, Llorona, que no se apartan de mí.
parece que están llorando.


El último de mi madre, Llorona,
Ay de mí, Lorona, Llorona, tú eres mi chunca. y el primero que te di.
Ay de mí, Llorona, Llorona, tú eres mi chunca. El último de mi madre, Llorona,

y el primero que te di.
Me quitarán de quererte, Llorona,

pero de olvidarte nunca. Ay de mí, Llorona, Llorona, llévame al río.


Me quitarán de quererte, Llorona, Ay de mí, Llorona, Llorona, llévame al río.
pero de olvidarte nunca.


Tápame con tu rebozo, Llorona,
A un Santo Cristo de fierro, Llorona, porque me muero de frío.
mis penas le conté yo. Tápame con tu rebozo, Llorona,
A un Santo Cristo de fierro, Llorona, porque me muero de frÍo.
mis penas le conté yo.

Cuales no serían mis penas, Llorona,


que el Santo Cristo lloró.
Cuales no serían mis penas, Llorona,
que el Santo Cristo lloró.

Ay de mí, Llorona, Llorona, de un campo lirio.


Ay de mí, Llorona, Llorona, de un campo lirio.
Calaveras Literarias para el Día de Muertos
Las Calaveritas literarias nacieron como una
forma de expresar puntos de vista o sentimientos
a modo de epitafio burlesco durante el siglo XIX.

Estas Calaveritas se caracterizan por retratar la


realidad de una situación, de una persona, de un
personaje o incluso de un país con un estilo
irreverente en forma de epitafio.

¿Cómo escribir una Calaverita?


Piensa en un tema, para qué o a quién vas a dedicar una calaverita. Imagina una
situación normal, divertida o hasta extravagante para empezar.
No olvides mencionar a la muerte.
Escribe con cariño y humor.
Las estrofas pueden tener tantos versos como tú quieras, pero es recomendable hacer
versos de 7, 8 u 11 sílabas, pues suenan y se leen mejor. Pero si quieres usar un lenguaje
más natural y narrativo, entonces crea versos de 11 sílabas.
Termina con un final sorprendente.

Adela feliz sonreía La muerte venía de visita


queriendo la vida disfrutar Dulce le abrió las puertas


mas la muerte en la mira la tenía Y al llegar a casita


ya se la quería llevar Le aparecieron manchas.


De nada sirvió su llanto La muerte asombrada eligió irse


ni sus súplicas de piedad Dulce intentó ayudarla


la muerte se la echó en el manto Agradecida le dio cese


para llevarla al más allá Y decidió liberarla.


Pasó mucho tiempo


En una silla bordabas,

Dulce se encontró con la muerte


y en tu cama leías.

Ella tomaba café junto a un tipo


Mi abuelita.

La saludo y le siguió la corriente.


Tenía suerte y no lo sabía


Conversaron de Aurora

La calaca bien astuta, La muerte le dijo


ya sus planes tenía. Que aún no era su hora


De un infarto, La muerte aflojo.


su alma le quitaría.

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