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En el servicio farmacéutico de baja complejidad donde usted trabaja, llega la

seccional de salud a realizar labores de inspección, vigilancia y control, donde

identifican que su institución no cuenta con información asociada al programa

de Farmacovigilancia. Teniendo en cuenta esta situación, ¿Qué acciones de

mejora propondría para subsanar los hallazgos y generar una cultura de

Farmacovigilancia en su institución?

Primeramente, hay que ser consecuentes con nuestras responsabilidades como

profesionales de la salud teniendo en cuenta que todos los procesos y funcionalidades de

nuestro perfil laboral es nuestro deber además de la gestión adecuada a los medicamentos

como los temas administrativos de labores en las farmacias es menester también liderar un

programa de farmacovigilancia en la institución de salud a cargo.

Entonces en torno a estas obligaciones las acciones que se deben tomar parten en indagar,

con instituciones o sea bien actualizarse en conocimiento sobre todos los procesos de

inspección, vigilancia y control de las recetas médicas. Cabe destacar que en toda

institución de salud existe un líder o un jefe de farmacia que delega y revisa las

organizaciones sobre los controles de trabajo de las personas que están en jerarquías o

niveles inferiores; en esas actividades es importante señalar la orientación correspondiente

a las directrices para que todos los profesionales que se encuentren vinculados con todo que

tenga que ver con las farmacias desarrollen y cumplan a cabalidad con las

responsabilidades que le son asignadas.

Para generar cultura referente a la farmacovigilancia en una institución es una acción que

debe ser constante y que además de cumplir con los requerimientos de normas

farmacéuticos se debe ser una costumbre porque dentro de estos procesos se involucra los
intereses, beneficio y cuidado de los pacientes con tratamiento terapéuticos. Los programas

de farmacovigilancia y su eficiente implementación permiten no solo el mejoramiento en el

uso de los medicamentos en los establecimientos farmacéuticos y las instituciones de salud,

sino que también nos ayudan a detectar y hacerle seguimiento a las reacciones adversas que

en ciertos casos es posible evaluar indirectamente en lo concerniente a la dispensación y

por ende la administración de un medicamento.

Se debe tener en cuenta la normatividad vigente para mejorar estas fallas que se presentan,

hacer énfasis en los errores más graves y frecuentes que se pueden presentar, corrigiendo de

acuerdo a lo establecido en la normatividad y estableciendo un tiempo en el cual podamos

corregir estas fallas y una vez ya solucionadas, vigilar cuidadosamente que ningún

miembro de la institución nuevamente cometa errores y en llegado caso tratar de corregirlo

inmediatamente, para así brindar siempre el mejor servicio para velar por la salud y

bienestar de nuestros pacientes.