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2020 Apocalíptico.

David Colín
27/12/2020
¿Cómo estás?, es una pregunta que se vuelve rutinaria y vacía, gracias a
todo lo que se vive día a día, las nostalgias y tragedias que nos invaden por
los acontecimientos en nuestra familia; en realidad no sé cómo iniciar una
conversación contigo sin que venga a tu memoria un destello de desventura
o la palabra crisis, o el momento caótico, apocalíptico que vivimos.
Estamos respirando momentos muy complejos, catastróficos, apocalípticos,
donde el miedo es parte de nuestro modus vivendi, donde la muerte es una
compañera del día a día, en estos tiempos, los minutos son vitales para
expresar lo que sentimos, ya que no sabe (bueno en realidad nunca se ha
sabido y se sabrá) cuantos suspiros nos restan, para llegar al temido final
del juego; por eso hoy te quiero expresar lo que siento por ti y la vida:
Sigo aprendido el valor de mi existencia en este plano dimensional, pero de
lo que estoy seguro es que amo cada anécdota que he tenido, porque de ellas
he aprendido varias cosas que me han llevado a ser lo que soy (un ser
imperfecto, lleno de defectos y fantasmas –probablemente eso no lo deberías
leer-), una persona que ama intensamente, que está dispuesta a ponerse
enfrente, en la primera línea de ataque por los seres que ama; en este caótico
2020 a pesar de todo el panorama espeluznante que se vive, he encontrado
múltiples sabores, placeres, colores, entre ellos el del amor, la esperanza,
me he planteado objetivos, la magia de la escritura, pintura y dibujo van y
vienen, (obviamente es una epopeya del ser humano, que ante la desgracia
suele sacar lo mejor o peor de él –jajajajaja hasta yo me río de lo simplezco
que suenan mis letras, porque es como cuando el moribundo está diciendo
sus últimos deseos, pero al final soy un simple y común mortal, discúlpame
lo común que sueno-) algunos de años, proyectos pausados, en fin, dentro
de todo el panorama negrezco, he vislumbrado algo positivo, sé que suena
todo cuento de hadas y así, pero en realidad he aprendido a vivir en mí y lo
poco o mucho que me rodea; y tú, tú eres es pequeño destello que aparece
al final del túnel, o esos pequeños rayos de sol que se asoman al amanecer,
en si eres esa luna que ilumina el camino en plena noche. Te veo a ti
entregada a tu profesión, tu familia, que a pesar del cansancio sigues en pie
de lucha, eres ese huracán que no para de asistir y ayudar a quien lo
necesita, me imagino que eres esa persona que da calidez con tu presencia,
al estar tú, las personas a tu alrededor sienten cierto alivio, descanso, eres
esa persona a la que se le puede confiar la vida sin temor, eso me ha
inspirado, ese pequeño haz de estrellas ilumina a mis neuronas para crear,
ayudar y seguir estando para esas personas que creo me necesitan, me
inspira a estar sereno, lucido y preparado para cualquier situación que
acontezca.
Eres una gran persona y por eso le tengo que agradecer al universo el hecho
de que te hayas cruzado en mi camino, que hayas aparecido en medio de
este apocalipsis; hasta cierto punto me reprocho no poder ser o al menos
eso pienso, esa persona que te dé un poco de paz, tranquilidad, en la que te
puedas refugiar del caos que te rodea; alguna vez me lo escribiste, “sé que
me estoy aislando y prefiero esto”, te juro que entiendo, no sé cuántas veces
pase por ello, se lo decía a mi familia el 25 en la madrugada, siento a verme
alejado por lo que me ha pasado, las desgracias que he vivido,
probablemente el estar asilado no fue lo mejor, pero siempre les quiero y les
voy a dar lo mejor de mí; así que comprendo el sentir y cada palabra que
dices; aun así perdona mi terquedad, necedad, (probablemente te parezca
un lastre) pero en mi tienes un compita, un cuaderno, un amigo, un
compañero; te deseo un año lleno de risas, de esas que hacen que te duela
el estómago, viajes mágicos, esos que hacen que se frene el tiempo por
segundos y mucha pero mucha paz mental, tu compita David Colín!!!!.

Ciclo de la vida

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