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CONCLUSIONES
En el caso que se presenta, podemos notar cómo una conducta que presenta el
alumnado, puede tener origen en factores que uno podría considerar que no tienen
relación alguna con el estado emocional de los estudiantes. Como hemos visto, a
veces se puede confundir que un alumno se encuentre distraído durante la clase con
un simple desinterés por atender a las indicaciones, o que se muestren inquietos, o
presenten conductas ansiosas etc.
Como profesionistas y profesionales, debemos analizar lo que observamos en
nuestros estudiantes descartando uno a uno diferentes factores, por ejemplo,
verificar si esta “falta de atención” a las clases depende de un factor psicológico o
incluso orgánico como alguna deficiencia hormonal, algún trastorno por déficit de
atención etc.
En este caso, por ejemplo, el único factor resultante es la falta de una adecuada
alimentación que se vuelve un fenómeno dentro de la institución ya que se detecta
que un gran número de estudiantes carecen de los recursos necesarios en sus
familias.
Así mismo, algunos estudiantes que cuentan con la capacidad económica o en otras
palabras que, levan dinero en efectivo para consumir alimentos durante el recreo,
pero prefieren alimentos chatarra. En ambos casos el problema tiene que ver con el
acceso a la alimentación y con los hábitos alimenticios por lo que, atacando en
primer lugar las condiciones socioeconómicas de las familias con escasos recursos
e informando y capacitando al resto de los que sí cuentan con condiciones
económicas, entonces tendremos una población estudiantil que cuenta con las
condiciones propicias para trabajar.
Una vez que su necesidad básica, el alimento y además alimento sano, se
encuentre resuelta tendremos alumnos con quienes se podrá trabajar en otras
áreas. Una vez que descartamos este factor, podemos comenzar a revisar si tienen
un problema meramente conductual y atacarlo a través por ejemplo del área
psicológica, si se trata de un padecimiento orgánico se pueden realizar las gestiones
necesarias a través del área de trabajo social para canalizar ya sea a psiquiatría o a
la instancia que lo requiera el alumno, cuidando además de considerar su nivel
socioeconómico y la capacidad de su núcleo familiar para brindar atención a las
necesidades de ese alumno.
En conclusión, el área de Trabajo Social es un elemento crucial para la detección y
atención de las barreras de aprendizaje a las que se enfrentan los estudiantes las
cuales, muchas veces nos limitamos a diagnosticar como problemas meramente
psicológicos cuando aparentan se “problemas de conducta” o “problemas
emocionales” del alumno o alumna, a veces pueden tener un trasfondo más
complejo como es su nivel económico, la comunidad en la que se desenvuelven, el
autoestima, la concentración y la disposición para estudiar del alumno, muchas
veces depende de que sus necesidades básicas se encuentren satisfechas o no.
Un alumno adecuadamente alimentado, acudirá en condiciones físicas adecuadas
para desarrollarse y de ahí, se pueden ir trabajando otros factores que cada uno de
ellos presente.
BIBLIOGRAFÍA
Nuño Mayer , A., Treviño Cantú, J., Bonilla Rius, E., Ortega González, C., &
Morales Garza, R. (2017). Aprendizajes Clave para la Educación Integral.
Ciudad de México: Secretaría de Educación Pública.