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Tema 6. La emergencia de la cerámica temprana en América. ¿Difusió n o evolució n independiente?

El rol
de la cerá mica en los procesos de evolució n social y en los orígenes del privilegio.

La unidad 6 trata de un clá sico tema "el origen de...” que en este caso alude a la emergencia de la tecnología
cerámica, particularmente pertinente en esta materia, debido a que las tierras bajas proporcionan la mayoría
de los fechados americanos má s antiguos para esta manufactura. Aparte del corpus informativo, que proveerá a
los alumnos con una buena lista de fechados, se ofrecen algunas de las hipó tesis que proponen factores sociales
como motores de esta innovació n tecnoló gica.

Hoopes, J. W. 1994. Ford Revisited: A Critical Review of the Chronology and Relationships of the Earliest
Ceramic Complexes in the New World, 6000-1500 B.C
Introducción.
Ford (1936): “la cerá mica puede ser usada para medir las variaciones culturales en el espacio y el
tiempo”.
Con la calibració n, el periodo durante el cual aparecen los complejos cerá micos tempranos en Colombia
y en el SE de EE.UU. se estira por unos 2000 añ os calendá ricos. Lo que en un tiempo pareció ser un rá pido
cambio y la difusió n uniforme de una tecnología se ha revelado como un proceso altamente variable que ocurre
por un periodo de varios miles de añ os.
Willey y Phillips reconocieron que la cerámica y la agricultura temprana no siempre van de la mano, y
enfatizaron a la cerámica como un componente importante del estudio del periodo Formativo.
El modelo de Spinden: hacia mediados de los 60, las fechas tempranas sugerían que los orígenes de la
cerámica del nuevo mundo había de ser encontrados no en México sino en Sudamérica, y posiblemente Japó n.
La alfarería de Ecuador que data de ca. 3000 AC era sorprendentemente sofisticada, las similitudes entre la
alfarería Valdivia y Jomon indicaban que la primera había sido introducida a América por colonos navegantes.
La hipó tesis para un origen japonés de la cerámica Valdivia ha sido debilitada por los argumentos de que la
chance de arribos de pescadores Jomon habría sido altamente improbable y por el hecho de que los
especialistas en Jomon han estado reluctantes a ofrecer su apoyo.
De acuerdo con el modelo de Ford del “formativo colonial”, las culturas productoras de cerámica de la
costa de Ecuador establecieron colonias sobre la costa Caribe de Colombia, que má s tarde sirvieron como
puntos de origen para la tecnología cerámica del uso de antiplá stico de fibras de Florida y Georgia. Meggers y
Evans citan a la costa de Ecuador como el origen de una expansió n cultural que se movió a las regiones del
interior de Sudamérica y guiaron a la colonizació n de la costa de Guyana y el este de Brasil por poblaciones
tempranas de productores de cerámica con una economía orientada hacia la costa.
Su principal crítico fue Lathrap, para quién las similitudes entre Valdivia y las cerámicas tempranas de
la vertiente este de los Andes sostienen un origen en las tierras bajas de Sudamérica para la tecnología
cerámica. Vinculando la cerámica con la agricultura y los sistemas de creencias, él propuso un modelo unitario
para la expansió n de la cultura formativa con sus raíces en las selvas tropicales de la cuenca amazó nica: la
agricultura precolombina y el sedentarismo se originó en el Amazonas, donde la selva tropical proeyó un fértil
ambiente para la evolució n de una rica mitología e ideologías complejas que suministraron los fundamentos
para las primeras sociedades agrícolas en Mesoamérica, los Andes centrales y SE de EE.UU.
En los ú ltimos 25 añ os desde la publicació n del modelo de Ford, los modelos para las relaciones entre
los estilos cerámicos, las identidades locales, las prá cticas culturales y las trayectorias histó ricas específicas han
eclipsado los modelos que buscan explicar có mo se difunden los patrones culturales desde un corazó n
ancestral hacia afuera.

Interpretando la cerámica temprana.


El pequeñ o nú mero y la naturaleza dispersa de las poblaciones tempranas hacen difícil encontrar los
sitios. Su frecuente localizació n en ambientes volcá nicos o aluvionales, hace má s dificultoso el normal
reconocimiento y son difíciles de investigar por su naturaleza definitiva. O sea que debe tomarse en
consideració n el sesgo en el descubrimiento de los sitios. Aunque la cerámica en general dura mucho má s
tiempo que los restos alimenticios y habitacionales, no siempre se preserva si está poco cocida. No se conocen
vasijas completas para los periodos tempranos.
Los elementos constituyentes de la cerámica son ubicuos en el ambiente. La cerámica es
extremadamente cultural en el sentido que las variables de manufactura, forma y decoració n dependen casi
completamente de las ideas del alfarero. La cerá mica puede revelar patrones en tecnología, estilo, así como
modos de producció n, distribució n y comunicació n. Son un indicador probable de tradició n local.
Los cambios en el estilo cerá mico en las culturas de las aldeas tempranas representan má s
probablemente el movimiento de gente o ideas que el movimiento de objetos. Por esta razó n la cerámica es
especialmente ú til para evaluar el contacto cultural y el cambio cultural a través del tiempo y el espacio.
DATANDO LA CERÁMICA ANTIGUA.
La cuenca del Amazonas.
La cerámica má s temprana conocida para el nuevo mundo proviene de Taperinha, un sitio con
abundantes moluscos ubicado en el bajo Amazonas cerca de Santarem, Brasil. Las dataciones por acelerador de
partículas se extiendes entre los 6110-5740 AC y 5430-5050 AC. Es ú nico fechado convencional es de 4470-
1270 AC. El fechado por termoluminiscencia es 7110 BP +1422 añ os.
La mayoría de los tiestos Taperinha proviene de má s arriba del nivel má s recientemente datado. Dado
que no hay fechados para el nivel en que éstas aparecen, es difícil determinar el rango total del tiempo durante
el cual fue fabricada la cerá mica. Sin embargo, no es dificultoso interpretar a Taperinha como un lugar utilizado
perió dicamente durante varias centurias, que también fue atractivo para mucha gente Santarem tardía.
La cerá mica Taperinha es frá gil, se trata de una pasta rojo-marró n con atiplá stico de arena, a la que
luego sucede una pasta con antiplá stico orgá nico.
Dada la aparició n temprana de la cerámica en Taperinha, sería sorprendente si los complejos
relacionados no está n ampliamente distribuidos a través de la cuenca del Amazonas. Aunque las fechas de
Taperinha sugieren una gran antigü edad para las aldeas sedentarias o semisedentarias de la cuenca del
Amazonas, esto también apoya la hipó tesis de que el uso de la cerá mica y los sistemas agrícolas no está n
vinculados en los conjuntos del nuevo mundo. No es probable que el maíz haya sido cultivado en la cuenca del
Amazonas tan temprano como en el 6000 AC, para este periodo de tiempo no está documentada la
experimentació n con mandioca, y hasta este momento no existen evidencias de la utilizació n de otras plantas
domesticadas.
Posteriormente a la cerá mica Taperinha está la cerá mica de la fase Mina, conocida en los concheros
cercanos a la costa en manglares pantanosos al sur de la boca del amazonas, con los sitios de Porto da Mina y
Ponta de Pedras. En Porto da Mina los nueve fechados má s tempranos se extienden desde los 4350-3390 a
3340-2790 AC. En Ponta da Pedras, los datos má s tempranos son de 3500-2910 AC. No hay indicació n de que
alguno de estos sitios tengan ocupaciones pre-cerámicas. Para estas fechas tempranas, Mina y Valdivia 2 son los
ú nicos complejos en el nuevo mundo con engobe rojo. Las vasijas Mina son esféricas, de base plana con bordes
incurvados o abiertos y labios lisos o redondeados. La decoració n incluye pulido, raspado, rutelado y algunas
incisiones.

Norte de Colombia.
La cerá mica má s temprana es de San Jacinto 1. Este sitio está datado por 3 ensayos: 4940-4710 AC,
5450-3640 AC y 4710-4350 AC, todos sobre carbó n de restos de una ocupació n estratificada. Las muestras
iniciales de cerá mica consistían de tiestos con hierba picada como antiplá stico.
Cerá mica con antiplá stico de fibra, similar a la de San Jacinto 1 también fue encontrada en Puerto
Chacho y cerca de San Jacinto 2. Una fecha de 4310-3800 AC proviene de depó sitos de cerámica de Puerto
Chacho. San Jacinto 2 tiene dos fechas: 3510-2940 AC y 2030-1620 AC.
Monsú , en el sur de Cartagena, fue originalmente descripto como teniendo la cerá mica má s temprana de
Sudamérica, basá ndose en un fechado temprano de 4330-3960 AC.
Puerto Hormiga, también cercano al canal del dique fue uno de los primeros sitios conocidos con
cerámica que databa de los 3000 añ os AC. Su ocupació n principal fechada en algú n momento entre el 4000 y
2500 AC. Todos estaban asociados a cerá mica no decorada, con antiplá stico de fibra y cerá mica decorada y con
antiplá stico de arena, que caen dentro de los 3 conjuntos cerá micos principales. La má s abundante fue la que
contenía antiplá stico de largas y delgadas fibras de secció n circular que dejan huecos tubulares y dan a los
tiestos una consistencia de esponja que no contribuye a su preservació n. La segunda consiste en una cerá mica
má s fuerte con antiplá stico de hojas planas y cortas. La tercera, y la menos abundante contenía antiplá stico de
arena. Las vasijas con antiplá stico de fibra estaban formadas por modelado y quemadas a baja temperatura.
Solo la cerá mica con antiplá stico de arena era hecha en espiral y decorada.

Costa de Ecuador.
Bischof y Viteri durante una re-excavació n del sitio tipo Valdivia identificaron 27 tiestos en un estrato
ubicado por debajo de una capa que contenía cerámica Valdivia como un complejo pre-Valdivia llamado San
Pedro. No se reportaron fechas para los niveles San Pedro pero hay cuatro que provienen de los niveles que
está n por debajo. Estos se extienden desde el 3490-3040 AC al 2900-2290 AC. Aunque provienen de los
depó sitos acerá micos son significativamente má s tardíos que las fechas de Valdivia. Damp menciona que en los
niveles Valdivia 2 de Real Alta se encontró cerámica similar a la San Pedro, por lo cual el sugiere una fecha de
alrededor de 2400 AC casi 1000 añ os demasiado tardía para ser “pre-valdivia”.
El reconocimiento de una fase má s temprana que Valdivia para la producció n de cerámica sigue siendo
problemá tico.
Los fechados má s tempranos de la cerá mica Valdivia no provienen del sitio tipo sino de Real Alto, en el
Valle de Chanduy, y Loma Alta, en el Valle de Valdivia. De los fechados de Real Alto, 5560-4600 AC y 4780-3830
AC, el primero está fuera de la secuencia y se considera que es demasiado temprano, mientras que el segundo
es de validez dudosa. Un tercero de 5050-3950 AC proviene de un nivel acerámico que está por debajo de la
ocupació n Valdivia má s temprana y puede pre-datar a la ocupació n cerá mica. La fecha má s temprana aceptada
proviene de Loma Alta, de 4460-3700 AC, que estaba asociado a un conjunto doméstico Valdivia 1.
Damp estima que Valdivia 1 estuvo presente entre alrededor del 5250 y el 4650 AP o el 4000-3400 AC.
Es importante destacar que la fase Valdivia como un todo duró 2000 añ os finalizando alrededor del 1700 AC.

Panamá Central.
La cerámica Monagrillo ha sido identificada en depó sitos estratificados sobre los niveles pre-cerámicos
en 5 cuevas. Aparecen en ambientes tan diversos como la cuenca del Rio Cobre a unos 1000 m. de altura en una
foresta montañ osa hú meda y en 5 concheros en la zona costera, incluyendo el sitio tipo Monagrillo y Zapotal. La
cerámica Monagrillo fue manufacturada por un lapso de tiempo de 2500 añ os. En Cueva de los Ladrones la
transició n pre-cerá mico/cerámico se dio alrededor del 3500 AC. Segú n todos los fechados disponibles [que son
como 15 y no pensaba escribirlos a todos :D] Monagrillo se ubica alrededor de entre el 3500 y el 1500 AC.
La cerámica Monagrillo es descripta como conceptualmente conservadora y regionalmente homogénea.
Las formas son simples y faltan los pies y los cuellos. Aunque Ford muestra a Monagrillo como compuesta de
elementos pertenecientes a tradiciones supuestamente má s tempranas de Mesoamérica y Sudamérica llevados
a la costa sur de Panamá por viajeros o navegantes, su prioridad temporal sobre todos los complejos de
Mesoamérica, su inferioridad tecnoló gica con respecto a la cerámica má s temprana de América del Sur y su
presencia tanto en sitios de la costa como en sitios de tierra adentro sugieren un origen local.
La cerá mica Monagrillo no muestra una correlació n clara con el sedentarismo o con una estrategia de
subsistencia particular, aunque existen evidencias del aumento del tamañ o de los sitios y del uso de estructuras
domésticas a través del tiempo.

Mesoamérica.
En Mesoamérica solo dos complejos han sido datados antes del 3000 AC. Estos son la cerámica Pox de
Puerto Marquez y Zanja y la fase Purró n del Valle de Tehuacan. Se caracterizan por tecomates [con forma de
calabaza] no decorado de apariencia tosca. Sin embargo, aunque esta debe ser la cerá mica má s temprana de
Mesoamérica, existe una buena chande de que ésta haya aparecido 1000 añ os antes.
En Puerto Marques, los depó sitos pre-cerámicos datan de 3970-3370 AC y 3250-2460 AC. El nivel má s
profundo con cerámica data de 3500-2620 AC. Si la cerámica aparece en el sitio en algú n momento entre las
dos fechas, la transició n pre-cerá mico/cerá mico probablemente se dio alrededor del 3000-2800 AC.
La cerá mica Purró n está datada desde 2890-1880 AC a 2190-1170 AC. Las fechas representarían una
corta ocupació n que habría comenzado alrededor del 2000 AC. Se sugiere que la fase Purró n duró alrededor de
1200 añ os finalizando alrededor del 1700 AC.
La cerá mica Pox no está decorada, con excepció n de trazas ocasionales de engobe rojo. Los tiestos
Purró n no está n documentados. Las pastas son friables y pobremente cocidas.

Norteamérica.
Sassman definió 3 á reas distintas de producció n de cerámica con antiplá stico de fibra en el SE de
Estados Unidos:
● la tradició n Stalling, y la San Simon del valle del río Savannah en el sur de California y Georgia,
● la tradició n Orange del norte de Florida y
● la tradició n Wheeler del valle Tennessee.

El complejo con antiplá stico de fibra má s antiguo es el de Mount Rabbit, en el valle del rio Savannah,
fechado en ca. 3630-2880 AC y ca. 3610-2920 AC. La cerámica Orange ha sido asociada con varias dataciones,
las má s tempranas de las cuales incluyen 2920-2350 AC. La serie de la cerámica Wheeler se considera que
habría aparecido alrededor del 3000 AP.
Las similitudes en la decoració n plá stica han llevado a varios autores a postular una introducció n de la
tecnología cerá mica con antiplá stico de fibra al sudeste de EE.UU desde el norte de Sudamérica.
Las formas principales de las vasijas de cerámica con antiplá stico de fibra en el SE de EE.UU. son bols
abiertos, poco profundos, de boca grande, con base plana ligeramente redondeada y bordes rectos o
ligeramente curvados.
Aunque la cerá mica fue hecha en un á rea amplia del SE de los EE.UU., la evidencia sugiere que la
adopció n de la tecnología cerá mica fue un proceso lento que duró 2000 añ os. Durante este periodo, su uso fue
variable y altamente regionalizado, las vasijas variaron ampliamente en forma y decoració n.
En el NE de Kansas se recuperaron cuentas de arcilla quemada y pequeñ as figurinas asociadas con la
ocupació n arcaica datada en el 5000 AP.

Discusión.
Existe un enorme grado de variabilidad en la calidad de la cerámica identificada como perteneciente a
los complejos má s tempranos en Colombia, Ecuador, Panamá, México y el SE de EE.UU. Meggers ha postulado
que esta variabilidad resulta de un proceso aná logo al efecto fundador y a la deriva génica de un ancestro
comú n. Si esto fuera verdad, uno esperaría una mayor similitud entre los complejos má s tempranos y un
incremento en la divergencia a través del tiempo. Sin embargo, no es posible identificar una tradició n
tecnoló gica cerá mica uniforme ni siquiera en las tecnologías má s tempranas del periodo entre el 4600 y el
2500 AC.
A pesar de su conicidencia temporal las diferencias entre las cerá micas de Valdivia, San Jacinto, Puerto
Hormiga, Mina, Monagrillo, Staling, Orange y Thorn’s Creek, son má s marcadas que sus similitudes. Aú n si la
cerámica colombiana má s temprana tuviera una datació n de 1000 añ os má s tardía, aú n seguiría siendo
diferente de la cerámica ecuatoriana contemporá nea.
Las figurinas estilizadas y las jarras con cuellos con bordes de formas elaboradas típicas de los
conjuntos Valdivia no está n presentes en ningú n otro complejo que date de antes del 2000 AC. Los intentos por
correlacionar los cambios estilísticos entre las secuencias ecuatorianas y colombianas son frustados por
grandes disyunciones. Los modos fuertemente diagnó sticos para la cerámica Puerto Hormiga y Monagrillo no
está n presentes en la secuencia Valdivia.
Esta diferencia marcada entre las tradiciones de jarras con cuellos y sin cuello sugieren tradiciones
divergentes de las formas de las vasijas del formativo temprano que existieron tan temprano como el 3500 AC.
La costa de Ecuador aparentemente no jugó un rol significativo en la transmisió n de estilos o tecnologías
cerámicas a otras partes del nuevo mundo durante los tiempos Valdivia. La diferencia entre los complejos
cerámicos má s tempranos de Brasil, Ecuador, Colombia y Panamá y el rango de má s de 3000 añ os para la
primera aparició n de la cerá mica en cada uno, sustenta fuertemente ya sea la invenció n independiente de la
cerámica en cada una de estas regiones, ya sea la comunicació n de poco má s que la idea de la cerámica de barro
cocido y las copias de forma o decoració n. La cerámica má s temprana en todas las á reas fue extremadamente
simple y no estaba explísitamente ligada a un repertorio de modelos de decoració n y forma y no hay formas de
vasijas comunes en Valdivia, San Jacinto, Monagrillo, Mina y Staling.
No es alrededor del 2600 AC que las cerá micas de la costa ecuatoriana reensamblan con los conjuntos
del norte de Colombia.
La cerá mica mesoamericana no debe de haber aparecido antes del 2000 AC. Hacia este momento los
antecedentes tecnoló gicos está n presentes a través de gran parte del istmo de América Central. Esto
probablemente comenzó en Panamá Central o en á reas del norte, eliminando al noroeste de Sudamérica como
la fuente de origen de la tradició n cerámica mesoamericana.

FLORECIMIENTO FORMATIVO TEMPRANO REGIONAL, 2500-1500 AC.


[Acá repite las regiones del apartado anterior con maaaaass fechados y cosas insoportablemente
vuelteras, asique simplemente puse lo má s general de cada regió n.]

Mesoamérica.
Mesoamérica experimentó una verdadera explosió n de estilos cerámicos entre el 2000 y 1500 AC.
Existe una gran variedad entre los complejos individuales, pero unas pocas características generales ayudan a
unirlos. Estas incluyen:
● un énfasis sobre la decoració n plá stica,
● uso selectivo del pigmento rojo,
● cuidadoso control de la cocció n,
● verdaderos tecomates.

La cerámica decorada má s temprana aparece en la fase Barra, seguida de la fase Locona, y luego la fase
Ocó s. Esta serie Barra/Locona/Ocó s data del 1850 al 1350 AC. Esta es seguida por dos fases Cherla y Cuadros,
ésta ú ltima termina cerca del 1000 AC.

Costa Rica.
El complejo Tronadora es contemporá neo de Barra/Lacona/Ocó s y con Monagrillo, Barlovento y
Valdivia. La fase Tronadora probablemente está representada por una ocupació n de corta duració n. El paso del
pre-cerámico al cerá mico probablemente se dio alrededor del 2000 AC.
Panamá central.
El sitio Monagrillo fue abandonado en algú n momento entre el 1400 y 1100 AC. El ú nico otro complejo
cerámico del Formativo Temprano de Panamá es Sarigua conocido en el gran sitio multicomponente La Mula-
Sarigua. Las cerá micas de Sarigua son delgadas y sin engobe; y la decoració n consiste en incisiones, estampado
con bordes de valvas, puntuació n y ondulaciones. Los fechados radiocarbó nicos de los contextos incluyen desde
1120 a 610 AC.

Norte de Colombia.
La secuencia del norte de Colombia es virtualmente continua entre el 4000 y el 1000 AC pero las
relaciones entre las fases son complicadas.
Fases:
● -Monsú : 2920-2500 AC.
● Canapote: 2610-2040 AC.
● Tesca: 2470-1770 AC.
● Barlovento: 1800-1000 AC.

Los conjuntos de Colombia y América Central comparten una gran cantidad de modos decorativos
específicos. Sin embargo las formas de las vasijas y la mayoría de las decoraciones difieren marcadamente.

Ecuador.
Varias muestran datan el fin de Valdivia. Hill considera que finaliza en algú n momento después del
2300 AC. Meggers, (et all.) sugieren como fecha terminal el 1650 AC.
La fase siguiente es Machallita, a la cual Meggers la ubica en 2500-1700 AC. Sin embargo, puede ser
datada tan temprano como el 1600 AC, dependiendo de la interpretació n de la transició n Valdivia/Machallita.

Perú.
Aunque parece probable que la tecnología cerámica se difundió hacia la costa norte de Perú desde
Ecuador en algú n momento antes del 2500 AC la manufactura de la cerá mica en otras regionales de los Andes
Centrales parece ser el resultado de la combinació n de invenció n independiente y la transmisió n de tecnología
y estilo desde á reas de la tierras bajas del este. Las fechas má s tempranas provienen de Cajamarca, de 2870-
2310 AC y 2330-1070 AC.
Las primeras cerá micas aparecieron entre el 2500 y el 2000 AC en la costa norte y central de Perú .
Sobre la costa central, las fechas má s tempranas provienen de La Florida, datada entre el 2620-1690 AC
y el 2400-1680 AC. Sobre la costa sur, la cerámica má s temprana aparece en algú n momento entre el 2500 y el
1400 AC. La cerá mica aparece en las tierras altas del sur en el mismo momento que en la costa sur.

Discusión.
Las tradiciones cerá micas de las tierras altas de Perú pueden ser relacionadas a las tradiciones Valdivia
Tardpio/Machallita de Ecuador. Sin embargo la cerá mica temprana de la costa de Perú difícilmente fue traída
desde el desarrollo en la costa ecuatoriana o en el norte de Colombia. Una de las diferencias má s significativas
es la cronología. La producció n de cerá mica aú n en el norte de Perú aparece mil añ os má s tarde en la regió n
Andina al sur de Ecuador que en la cultura Valdivia. Una vez que la cerámica se comienza a usar, en algú n
momento entre el 2500 y el 2000 AC, ésta aparece sobre una gran á rea de los Andes en el lapso de unas pocas
centurias.
Si una tradició n temprana de manufactura existió en la cuenca del Amazonas, los fuertes lazos entre
sitios tales como Kotosh y los de las regiones de las tierras bajas sugieren que al menos algunas ideas acerca de
la forma y la decoració n de cerámica pueden haber sido introducidas desde el este.

Conclusiones.
Al contrario de los modelos anteriores, la alfarería primera no puede ser ampliamente caracterizada
como que aparece primero en los concheros costeros y que luego se difunde a sitios similares por migració n y
difusió n. Las cerá micas má s tempranas datadas en el nuevo mundo son alfarerías con antiplá stico de arena que
aparecen en un contexto de una cultura de mariscadores de agua dulce semi-sedentarios en el Bajo Amazonas
entre el 6000 y el 5000 AC. La siguiente alfarería má s antigua, de antiplá stico de fibra, en el norte de Colombia
es del arededor del 5000-4500 AC. Las vasijas cerá micas templada con arena en la costa y el interior de
Ecuador cerca del Pacífico, alrededor del 4000-3500 AC. En Panamá , la alfarería má s temprana, es de alrededor
del 3500 AC. En Norteamérica, Carolina del Sur y de Florida data de ca. 3500-3000 AC. En USA central aparece
en algú n momento entre los 3300 y los 1900 AC.
Alrededor del 2000 AC estaban siendo manufacturadas cerámicas decoradas sofisticadas en las tierras
altas del Noroeste de Costa Rica. Después del 2000 AC las cerámicas evolucionan muy rá pidamente y fueron
adoptadas por una amplia á rea.
La idea de que la arcilla podía ser cocida para formar contenedores permanentes es tan simple que fue
probablemente conocida ampliamente por las sociedades arcaicas. Una visió n má s cercana de las tecnologías
de inclusió n de antiplá sticos, formas de vasijas, y decoraciones revela una amplia variedad de estrategias para
hacer vasijas. En Brasil y en Ecuador, la alfarería con antiplá stico de arena aparece primero. La alfarería con
fibra precede a la alfarería con antiplá stico de arena en Colombia, pero las dos parecen ser má s o menos
contemporá neas dentro de regiones circunscriptas del SE de USA.
Hacia el 2000 AC hay una tremenda variació n en tecnología, forma y decoració n extendiéndose desde
tecomates con forma de calabazas con engobe rojo brillante en la costa de Chiapas, a jarras sin cuello elongadas
con apliques de filetes sobre la costa central de Perú . Ni las formas y tecnologías má s tempranas, ni las
trayectorias de desarrollo subsecuentes sugieren tendencias difusivas amplias. Por el contrario, la cerá mica
má s temprana en América está caracterizada por una diversidad altamente regionalizada en forma de
decoració n y en técnicas de manufacturas desde su inicio.
El enorme rango de variabilidad regional sugiere que la invenció n independiente jugó un papel
principal en la adopció n y desarrollo de la cerámica temprana. El estatus actual de la informació n arqueoló gica
hace difícil documentar cuantos loci diferentes de desarrollo cerá mico existieron. Sin embargo, por ahora
podemos reconocer al menos 8 fuertes candidatos:
● las tierras bajas de Brasil,
● el norte de Colombia,
● la costa de Ecuador,
● la costa central de Perú ,
● el centro de Panamá,
● el sur de Mesoamérica,
● el SE de Estados Unidos, y
● el centro de Estados Unidos.

Má s que emerger dendríticamente y difundirse con un sustrato cultural comú n ligado a una particular
subsistencia y estrategias de asentamiento, la producció n cerámica en el nuevo mundo emergió de una
variedad de situaciones y localizaciones por un periodo de al menos 4000 añ os. La enorme variació n de los
contextos sociales para la emergencia de la producció n cerá mica aparece rá pidamente en el paisaje social
altamente complejo de sociedades pre-cerá micas má s antiguas. La funció n de la alfarería temprana en sus
mú ltiples contextos en el nuevo mundo varió tanto como su amplia plasticidad de medios y el rango de
creatividad humana.

Meggers (1997) “La Cerámica Temprana en América del Sur: ¿Invención independiente o difusión?”
En este artículo Meggers critica a los enunciados que apoyan a la invenció n independiente de la
cerámica temprana de Sudamérica y expone la importancia de los procesos de difusió n en el origen de la
cerámica en América del Sur.
En las décadas recientes la autora distingue dos posiciones contrastantes de la teoría en antropología:
1) La aceptació n de los principios evolutivos, que atribuyen las distribuciones discontinuas de rasgos
culturales libres de limitaciones adaptativas a antecedentes comunes. Ve a las innovaciones como
modificaciones en el comportamiento que aumentan la sobrevivencia de individuos y poblaciones. 2) La
aceptació n de los principios creacionistas, que atribuyen tales similitudes a la mú ltiple invenció n
independiente. Atribuye las innovaciones a elecciones racionales de los individuos para obtener ventajas
personales. Así, la capacidad inventiva humana implica que cualquier rasgo nuevo aparecerá espontá neamente
cuando se lo necesite y ademá s, consideran que la idea de que se puede cocer el barro para producir recipientes
permanentes está obvia que probablemente fuera ampliamente conocida por las sociedades arcaicas.
La esperanza de que la cerámica pudo aparecer en cualquier lugar y en cualquier momento favorece la
aceptació n acrítica de fechas de carbono 14, conduciendo a la impresió n de que “la cerá mica má s temprana en
América se caracteriza por una gran diversidad regional en forma, decoració n y técnica de fabricació n desde su
inicio”. Concluyendo que “ni las formas y tecnologías má s tempranas ni las subsiguientes trayectorias de
desarrollo sugieren tendencias difusionistas”. Por lo que rechazan una relació n histó rica a favor de por lo
menos ocho candidatos fuertes como centros de invenció n independiente.
Al contrario, el enfoque evolucionista ubica la cerá mica en la categoría de fenó menos culturales no
proclive de duplicació n, por varias razones:
1. Obtener un resultado exitoso involucra una larga serie de actos “artificiales”, entre ellos identificar el
potencial de un tipo particular de tierra, minimizar sus características no favorables, evitar reacciones
destructivas y exponer al calor de una intensidad y duració n apropiadas.
2. La cerámica permite mayor variació n en tamañ o y forma de las vasijas, pero no es superior a materiales
alternativos, como la madera, la concha, el hueso, la piedra y productos vegetales, utilizados mucho
antes de la invenció n de la cerá mica y que continú an utilizá ndose en lugar junto con las vasijas
cerámicas.
3. Hay pocas limitaciones tecnoló gicas de forma y ninguna de decoració n, es decir, una vasija de cerámica
puede decorarse con casi cualquier técnica sin que se afecte su capacidad utilitaria y el nú mero de
combinaciones de técnicas y motivos es esencialmente infinita.
4. La evidencia etnográ fica indica que la resolució n intencional de problemas es un desarrollo reciente en
la historia de la humanidad. La seguridad descansa en seguir los patrones tradicionales de
comportamiento y una innovació n generalmente se ignora. Como consecuencia una tecnología o
herramienta nueva se puede adoptar má s fácilmente cuando se la encuentra disponible de manera
acabada que cuando está en una etapa experimental
Comparación entre ambas perspectivas para evaluar el parentesco entre complejos cerámicos:
Variables/ Perspectiva Creacionista Perspectiva Evolutiva
Perspectivas

1) Aspectos tecnoló gicos Toma en consideració n las


(composició n, método condiciones ambientales y las
de manufactura y limitaciones culturales. Así, la
cocció n. evidencia má s confiable de
2) Forma de la vasija, relaciones histó ricas puede
Criterios para tratamiento de obtenerse de características no
establecer superficie y decoració n. susceptibles a limitaciones
relaciones entre 3) Prá cticas culturales ambientales o tecnoló gicas,
complejos relacionadas con la especialmente métodos y motivos
cerá micos fabricació n, el uso y la de decoració n.
distribució n.
Por su parte, Meggers identifica los
Llevada adelante principalmente complejos cerámicos iniciales en
por Hoopes, quien segú n Meggers, base a la evidencia estratigrá fica y
depende exclusivamente de fechas de seriació n, de su prioridad en las
de carbono 14 para identificar los secuencias locales y evalú a las
complejos cerá micos iniciales del fechas de carbono 14 en ese
Nuevo Mundo y atribuye su contexto.
aislamiento espacial y cronoló gico a
la falta de investigació n y a
problemas de conservació n de sitios
y materiales.
Cerámica Temprana en el Nuevo Mundo→ Compara los complejos con fechas iniciales consistentes antes de
2800 AP basá ndose en la evidencia estratigrá fica, las secuencias locales y las fechas radiocarbó nicas:
Regiones con Complejos Complejos
secuencias relativas “Derivados” con “problemá ticos” con
Variables/Secuencias largas, bien descritas ubicaciones antigü edades
y gran cantidad de cronoló gicas relativas semejantes que
fechados de C-14 confiables y con el carecen de fechas de
mayor nú mero de C-14
fechados de C-14
aceptables

Costa central del Costa Pacífica sur de Tutushcaiyo,


Ecuador (Valdivia con Panamá (Monagrillo), Taperinha, Mina y La
todas sus fases) y Bajo Orinoco de Gruta.
Complejos costa norte de Venezuela (Barracas),
Colombia (San Sierra Noreste del
Jacinto, Puerto Perú (Waira-jirca) y
Hormiga, Pangoia y en la boca del
Barlovento) Amazonas
(Ananatuba)

Valdivia (5600-4300 Monagrillo (4500- Taperinha (7000-6500


AP), San Jacinto 3200 AP), Barracas AP), La Gruta (4000-
(5900-5200 AP), (2900-500 AP), 3500 AP), Mina (5100-
Fechados Puerto Hormiga Waira-jirca (3800- 300 AP) y Tutishcaiyo
(5100-4500 AP), 3000 AP) y (Lathrap cree que es
Pangoia (4200-3800 Ananatuba (3400- ancestral a Waira-jirca
AP) y Barlovento 3000 AP). y que comienza cerca
(3500-2800 AP). del 4000 AP).

Meggers se basa en 14 criterios diagnó sticos de la decoració n de los complejos Iniciales (los má s
importantes en negrita), cuya existencia en otros complejos favorecería su origen por difusió n en vez de su
invenció n independiente:
1) Circulo con punteado central.
2) Incisión con terminación expandida, triangular o punteada.
3) Incisión ancha con un margen plumado.
4) Cruz equilátera.
5) Faja de incisiones finas verticales.
6) Punteado y rastreado mú ltiple o impreso con cuerda.
7) Impresión con el dedo.
8) Pequeñ as zonas excisas.
9) Achurado ancho cruzado.
10) Á reas con incisiones anchas paralelas.
11) Punteado en zonas.
12) Incisió n doble línea.
13) Adornos biomorfos pequeños.
14) Asas pequeñ as verticales al lado del borde.

Por otra parte, la autora indica que la “tremenda variació n” referida por las concepciones creacionistas
es una consecuencia predecible de la teoría evolutiva y compatible con un modelo difusionista (al contrario de
lo que piensan los creacionistas). Aú n má s, el énfasis en los rasgos diagnó sticos se ve justificado por los mundos
muy conservadores de la cosmología y de la mitología-iconografía en los estilos artísticos antiguos, lo que
puede rastrearse a lo largo de milenios y a menudo entre zonas ecoló gicas consideradas contrastantes, como
las tierras bajas y las tierras altas. Aunque en algunos casos estos estos pueden cambiar o desaparecer a lo
largo del tiempo, pero estas transformaciones siempre está n sujetas a reglas evolucionistas.
Conclusión→ El argumento en pro de las mú ltiples invenciones independientes de la cerámica en
América del Sur da prioridad a las fechas de carbono 14, enfatiza las diferencias en los complejos tempranos,
descarta las similitudes como coincidencias y requiere un largo período de desarrollo hipotético para explicar
la supuesta diversidad inicial. Al contrario, el argumento en pro de la difusió n desde una fuente comú n,
mediada por el principio fundador y seguida por deriva y diversificació n, explica las similitudes y diferencias
entre los Complejos Derivados.

Clark y Pye (2006) Los orígenes del privilegio en el Soconusco, 1650 AC: Dos décadas de investigación
Clark y Pye
El texto presenta los resultados de las investigaciones arqueoló gicas producidas desde 1985 en el
Soconusco, zona de Mazatá n en Chiapas, México. La pregunta principal fue sobre la trasformació n de
sociedades igualitarias en no igualitarias, es decir, el origen del prestigio social basado en la evidencia material
de patró n de asentamiento, prá cticas funerarias, arquitectura, intercambio, producció n y circulació n de bienes
suntuosos. Se hace una revisió n de debates académicos y las conclusiones obtenidas por el grupo luego de
tantos añ os de investigació n. Para su desarrollo se eligió separar los temas en 15 puntos, los cuales se detallan a
continuació n.
1. Cronología: La cronología del Arcaico y Formativo de Soconusco es la má s precisa en toda
Mesoamérica y permite una consideració n de preguntas histó ricas como los orígenes de la alfarería,
agricultura y la vida sedentaria.
2. Origen de la alfarería: Existe cerámica temprana de la Fase Barra con formas de calabazas y
jícaras, decoradas con pintura roja y blanca y muy bien pulida. Sin embargo no está claro có mo este
tipo cerá mico llegó a la regió n ya que no hay evidencia de cerámica anterior o algú n período de
experimentació n. Clark junto con otros autores plantean que el origen de la cerámica está
relacionado con el reemplazo del uso de calabazas, pero no con un fin culinario sino político,
destinado al consumo de bebidas especiales.
3. Subsistencia en el Arcaico: La transició n de la caza a la recolecció n y cultivo para, después, depender
de la agricultura aconteció gradualmente durante miles de añ os. El conchero Arcaico má s temprano
conocido, Cerro de las Conchas, está fechado en 5000 a.C. Es posible que se usara durante todo el
añ o. La gente temprana utilizaba las almejas y probablemente otros recursos disponibles tales como
camarones y pescados. Luego del 3000 a 1900 a.C., los concheros eran utilizados estacionalmente
para la pesca como complemento del cultivo de especies vegetales tierra adentro (quizá s maíz).
4. Subsistencia en el Formativo Temprano: Transició n a la agricultura de tiempo completo pero el
cultivo principal queda aú n en disputa entre maíz o una variedad de mandioca. La evidencia má s
clara y temprana para el cultivo de maíz en el Soconusco se encuentra en los elotes mineralizados e
impresiones de otros recuperados en Salinas La Blanca, Guatemala, en contextos que datan de 1000
a.C. Con el tiempo, los instrumentos de molienda se incrementaron en frecuencia, tamañ o,
formalidad y eficiencia. Otro patró n paralelo fue la disminució n con el paso del tiempo de piedras
quebradas por el fuego, supuestamente usadas para cocinar. Es decir, continuaron las prá cticas
antiguas de preparació n de alimentos en las primeras aldeas. Sin embargo, en los siguientes tres
siglos los mokayas molieron má s comida, probablemente maíz, y cocinaban en vasijas de cerá mica
en vez de usar piedras calientes. Los pobladores del Formativo Temprano colectaron una variedad
de comida que les permitió abastecerse de una base mixta de subsistencia, má s amplia que la de sus
vecinos del altiplano o la de sus descendientes del Formativo Medio, quienes dependieron mucho
má s del maíz.
5. Patrones de asentamiento y demografía: Durante la fase Barra se desarrollan aldeas pequeñ as en
tierra adentro. En la fase siguiente se ven pueblos má s grandes como Paso de la Amada, rodeado
por pueblitos y algú n caserío. La evidencia má s temprana de aldeas especializadas en el estuario y la
bocacosta corresponde a la fase Locona; parece que la població n se trasladó a zonas nuevas como
parte de su expansió n. Consideramos estos pueblos centrales con sus aldeas satélites como sistemas
particulares o políticos, probablemente dirigidos por un líder del pueblo central. Si así fuera la
distribució n de pueblos indica la presencia de diferentes unidades políticas o grupos de pueblos
independientes. Consideramos cada uno como un cacicazgo sencillo. Hacia el 1.300 a.C. se
reorganiza el patró n de asentamiento, abandonando centros como Paso de la Amada. El nuevo
patró n es a un nivel regional con una nueva capital central: Cantón corralito. Esta transformació n
ocurrió en el tiempo de má xima influencia de los olmecas de Veracruz en la zona de Mazatá n. Por
consiguiente, lo vemos como una consecuencia del control olmeca de Mazatá n en este tiempo.
Después de varios siglos de bonanza parece que el sistema político se derrumbó y la regió n fue
abandonada. La població n llegó a su cota má xima en 1000 a.C., pero disminuyó hasta casi
desaparecer en los siguientes 150 añ os. En fin, la historia demográ fica y de cambios en los centros
de poder en esta zona indican que el crecimiento de població n dependió de factores políticos, y no al
revés. Se advierte que durante el tiempo Locona casi todo el territorio de Mesoamérica estaba
despoblado. Que tanta gente haya escogido vivir en Mazatá n entre 1700-1400 a.C. es un testimonio
del desarrollo temprano de centros ceremoniales y de una jefatura centralizada predominante en la
regió n.
6. Arquitectura doméstica: Se han llevado a cabo varias excavaciones en Paso de la Amada,
específicamente en el montículo 6, el má s alto del sitio. Consiste en una vivienda con varias fases de
ocupació n y una serie de plataformas construidas a lo largo del tiempo. Existen evidencias de
actividad doméstica y ofrendas. Debido a que no existen viviendas con estas características en otra
parte del sitio, se piensa que habría correspondido a la casa del cacique o jefe local. El trabajo
invertido en dichas estructuras, y la variedad en los tamañ os de viviendas y sus elevaciones,
demuestran que localidad y construcció n de edificios en montículos eran indicadores del prestigio
de sus ocupantes en el lugar.
7. La especialización artesanal: La cerá mica Barra quizá era producida por especialistas de tiempo
parcial. En vasijas lujosas no hay evidencia de que sirvieran para cocinar, y también quizá fueran
usadas en fiestas y rituales para servir bebidas. En verdad, las vasijas Barra pueden ser indicadoras
de prestigio; objetos de valor producidos localmente. No existe evidencia de artesanos a tiempo
completo, pero probablemente algunos productos fueron realizados por especialistas a tiempo
parcial con el patrocinio de dirigentes o jefes.
8. Intercambio de larga distancia: Los objetos de obsidiana, cuya fuente de materia prima se
encuentra lejos de la regió n, son abundantes en el registro y permiten rastrear su origen y
reconstruir redes de circulació n. Ninguna destreza especial fue necesaria para fabricarlas por
percusió n directa o bipolar. Individuos de cada casa elaboraban sus propias herramientas. No fue
hasta finales del Formativo Temprano cuando los productos especializados de obsidiana se
importaron, en este caso las navajas prismá ticas. Otros bienes encontrados en Mazatá n, en contextos
del Formativo Temprano, son el jade, quizá del altiplano de Guatemala, la mica, hematita y la
piedra arenisca de grano fino. Durante las fases Cherla y Cuadros importaron vasijas y figurillas de
cerámica de San Lorenzo, Veracruz, capital principal de los olmecas. Es presumible que los bienes
perecederos del Soconusco dados a cambio por estos artículos especiales hubieran incluido
pescado seco salado y camarones, cacao, plumas, cueros o pieles de felinos y cocodrilos, sal y otros
bienes que circulaban por el Soconusco y se dirigían a regiones má s distantes, principalmente
obsidiana y jade. El intercambio aumentó al principio del Formativo temprano y llegó a su frecuencia
má s alta en la fase Cherla, antes de la llegada de los Olmecas (fase Cuadros y Jocotal).
9. Redistribución: Consideramos ambigua la evidencia por redistribució n y ahora no la tomamos como
un indicador contundente de la presencia en Paso de la Amada ni en la regió n de Mazatá n de un
redistribuidor o cacique.
10. Costumbres funerarias: En el sitio El Vivero se han excavado 27 entierros correspondientes al
Formativo temprano con un enterratorio infantil que destaca por sus ofrendas y un tocado de
cerámica y espejo, que quizá s sería indicador de prestigio como se aprecia en los desarrollos
posteriores de olmecas y mayas. En Paso de la Amada se ubicaron 15 entierros cerca de la cancha
de pelota, en su mayoría en posició n flexionada con orientació n paralela a la plaza principal. Una
parte de los restos tenían ofrendas no perecederas como piedras de rio, vasijas, cuentas, hierro,
espejos o manos de moler. A pesar de esta evidencia, el tamañ o de la muestra sigue siendo pequeñ o
para construir un patró n claro de posiciones sociales altas.
11. Interpretación de las figurillas: Las figurillas humanas má s tempranas en el Soconusco aparecen al
final de la fase Barra, después de la cerá mica má s temprana. Estas piezas se encuentran en todos los
contextos arqueoló gicos en formas variadas en cuanto a morfología y producció n. Las figurillas
cambiaron a lo largo del tiempo, dá ndose el cambio má s fuerte con la irrupció n olmeca en la zona.
Las figurillas femeninas locales, una tradició n que había existido por 400 añ os, desaparecieron. Las
representaciones naturales de animales también disminuyeron notablemente y fueron remplazadas
por diseñ os abstractos zoomorfos, en particular de dragones olmecas tallados en la cerámica.
12. Paso de la Amada, centro ceremonial: Su ocupació n se da entre la fase Barra y Ocos desde el 1.900
AC. Consta de varias hectá reas con má s de 50 montículos con estructuras residenciales variadas en
tamañ o y forma, lo que es un indicador de estatus social. Está construida una cancha de pelota y una
plaza central que habla sobre la gran mano de obra invertida. Debido a las orientaciones que
presentan las diferentes construcciones se desprende que fue un sitio planificado.
13. Olmecas en el Soconusco: Los caciques de estas entidades políticas tempranas participaron en el
intercambio de larga distancia con otros jefes de regiones lejanas. Al principio de 1400 a.C., los
mokayas tenían contacto con comerciantes y jefes de la zona del Golfo de México —gente conocida
arqueoló gicamente como olmecas—. Con arribo de bienes de intercambio, y tal vez gente del á rea
olmeca, empezó un proceso que tuvo un impacto primordial en la cultura mokaya. El proceso parece
haber ocurrido en dos etapas. Primera; unidades políticas independientes practicaron el
intercambio con socios lejanos y fueron influenciadas por sus costumbres y estilos, suponemos que
para beneficio mutuo. Segunda; en Mazatá n algunos socios comerciales olmecas parecen haber
cambiado sus relaciones: de socios a superiores. Opinamos que algunas personas tomaron el mando
de la regió n y la reorganizaron segú n sus costumbres olmecas. En el añ o 1000 a.C.
aproximadamente, la regió n de Mazatá n fue abandonada, probablemente su població n se movilizó al
sur, al sitio La Blanca (Guatemala).
14. Los orígenes del privilegio: Uso de la hipó tesis de Clark y Blake sobre los engrandecedores, quienes
introdujeron nuevos elementos y prá cticas que dieron luz a las sociedades de rango, como la
cerámica y el cultivo del maíz, la mano de obra para grandes construcciones y sentido de identidad
dentro de la competencia entre engrandecedores. Esta hipó tesis es de cierta manera una explicació n
alternativa a la hipótesis ecológica (estrategia aglutinante y dispersa) de Flannery y Coe, quienes
hablan de zonas ricas con gran població n independiente y zonas escasas con alta interdependencia
con el requerimiento de un jefe u organizador de bienes.

Trabajo para el futuro: Carecemos de trabajos suficientes para contestar a la pregunta sobre el origen del
privilegio, ya que todavía no se comprende el proceso que dio lugar al Formativo ni se conoce en profundidad a
los Mokayas de la fase Barra y a los chantutos del Arcaico. Tampoco existe una cronología continua y completa
que abarque la transició n ni el panorama ambiental que predominaba entre el 2.500 y el 1.500 a.C. lo que no
permite saber con claridad las características de la dieta de los pobladores de la regió n. Necesitamos encontrar
sitios de estos periodos e investigarlos intensamente. Se requiere un estudio sistemá tico con métodos de
prospecció n profunda para localizar estos sitios enterrados.

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