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Agustín Sánchez Espín

¿Qué preguntas serían interesantes plantearles al


menor y a sus padres? Y, ¿a los profesores?
Sería interesante preguntar a los profesores si se ha
comportado de esta manera siempre o si es una novedad
y así determinar si existe algún factor que es el que
provoca el comportamiento de Diego.
Una pregunta interesante dirigida hacia los padres sería
que qué es lo que más le gusta hacer a Diego.
¿Cómo organizarías los encuentros?
En las primeras sesiones me gustaría conocer a Diego y
conocer su comportamiento con profundidad.
Posteriormente, observaría los factores que determinan
la conducta-problema del niño y trabajaría con los padres
si fuera necesario, así como con su centro educativo.
¿Cuáles son vuestras sospechas?, ¿qué te ha llevado a
pensar eso?
A primera vista, Diego es un niño demasiado infantil para
la edad que tiene. La mayoría de niños de esa edad dicen
frases más lógicas y coherentes, no personifican a los
objetos y tampoco se tiran todo el día hablando de un
videojuego. Además, esa forma lenta de comportarse
también resulta importante para la evaluación. Es
interesante mencionar que este comportamiento del niño
es idéntico que el del padre, es decir, exageradamente
lento.
Es por ello, que se plantea la posibilidad de que la
conducta de Diego sea la suma del aprendizaje vicario
que ha tenido del padre, así como la posibilidad de que
pueda tener algún tipo de retardo.
¿Actuar sólo en el ámbito escolar o también en el
familiar?, si es así, ¿con qué técnicas?
Desde mi punto de vista, gran parte del problema viene
de la influencia que ha recibido Diego por parte de la
familia. Así, trabajaría con los padres para que sean
conscientes de la influencia que debería recibir el niño
para la mejora de la situación.
Una buena forma de que, por ejemplo, el niño se
comporte mejor con su madre, es que su madre le
permita jugar a la videoconsola cuando él se comporte
bien con ella. Esta técnica es, la economía de fichas.

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