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Paul Valéry De Poe a Mallarmé Ensayos de poética y estética Seleccién y traduccién de Silvio Mattoni Fa bes, benfcada on la ayuda del Minisode Asus Exranieros de Franca y del Service Cultural de a Embajada de Banca en la Amgenina, se ‘oka en mac del programa de ayuda bs poblicascn Vicovia Ocampo, echo a dept gut india a ey 11.723. ‘brero de 2010. a venta en Espa. Prohiia le sprodaccid parila de te ie sn Nota del selectory traductor Las paginas que llevan el titulo de Variedad en la edicién de Jos ensayos que se van a leer no hay uno que no sea producto de cunstancia © que el autor hubiese escrito por su propia Sus objetos no le pertenecen, e incluso a veces su ex su trabajo, por hallarse inmerso en un orden de ideas desacos- tumbrado y situado bruscamente en un estado mental inespera- do, tuvo que recobrar necesariamente en cada caso la natural lan la unidad que le seria propia. De modo que Va- waded ands: con los que el autor despejaba su cabeza cada mafiana y donde anotaba de todo un poco, podria ser el DEFOEAMALLARME-ENSAVOSDEROETICA FESTETIA titulo de su escritura tal cual se piensa, como obsticulo y pensa- imiento que lo salva, como resistencia del cuerpo y danza, como encanto verbal ¥ proyecto formal, ete. Orros tieulos, en obras més “creativas”, como Mélange, asi lo indican. En principio, Valéry publicé cinco libros con dicho titulo entre 1924 y 1944, designados con mimeros romanos, a los que de- ten sumarse dos compilaciones 0 selecciones de los mismos tex- +08, con algunos que no figuran en los cinco citados, que el autor hiciera para una edicién de Obras completas y que se titulan Variedad, primer volumen y Variedad, segundo volsamen. A esta masa eritica, el editor de La Pléiade, Jean Hyties, ailade ensayos no incluidos en libros y que por sus temas podrfan relacionarse con Variedad. 2¥ qué no podria? El mismo Hytier asume un yino cronolégico que Valéry habia deja- lice general tentativo que aparece en Va ‘orden se componta de seis subconjuntos: “Estudios filos6ficos”, “Ensayos cuasi tca y estética”, “Ensefianza” y “Memo- rias del poeta”. Nuestra seleccién, obligadamente limitada aunque arbitra~ iamente planeada alrededor de una veintena de textos, ¢s una muestra no de la variedad de los temas que se enfrentaron al movimiento reflexivo del autor, sino de su unidad poético-filo- s6fica. De alli que pens4ramos en primer lugar en una coantologia de ensayos sobre literatura y sobre teoria de la litera- tura, pero que luego, dado que en algunos de los mas brillantes eseritos de Valéry la poética se descubre por un rodeo a través de ‘otras artes, porla estética, y también, en otros casos, por efectos de una reflexion sobre la materia del mundo, el misterio de los objetos que obsesionan a la ciencia y a la filosofia, el conjunto Iegase a adquirie su inevitable “‘variedad”. Este punto de parti- dda, que arranca de los ensayos de critica literaria, hizo que se incluyeran ocho textos de la seccién “Estudios literarios”, que analizan principalmente las obras fundamentales de la genera- ‘i6n anterior a Valéry, donde encuentra sus antecedentes, sobre en Mallarmé. De la seccién de “Estudios filoséficos”, los ensayos elegidos no se refieren tanto a las cosas del mundo un caparazén marino, el cuerpo humano- que mds bien sirven de pretexto para pensar la funcién del pensamiento, sino que sobre todo reflexionan sobre aq ‘en su configuracién poética, aparece en Eureka de Poe. 6n de “Ensayos cuasi poli tamos por dos manifesta- donde el descubrimiento del mar se transforma en un tesoro de imagenes, de obsesiones para el poeta que se esté formando y facilidades de esa formaci ica donde se plantea la rel entre literatura ¥ donde la fidelidad a 1a forma au- ténoma de la obra, al nom serviam que cualquier verso gratuito parece disigirle a la esfera de lo wil y de fa moral, se vuelve un ‘Acaso en esta actitud de soberania de I mas que en el gesto racionalizador y antirroméntico, haya que ver a “Valéry como simbolo”, segrin el titulo de Borges que le cendilga el demoledor elogio de ser un protector de la razén en Pero las ideas generales de Valéry sobre la poesé demasiado y a veces, en sus conferencias,suelerepetircertos cjem- plos para diversos piblicos, y preferi evitar tales redundancias ~ ante todo para poder incluir ensayos de una originalidad sor prendente, que lo seria mas sino prefigurase casi todas las teorias literarias de la segunda mitad del siglo XX. En esos textos més. “te6ricos”, por asi deci, a poesia seria la heroina cuyas aventu- ras seguimos mientras se enfrenta a variados obstéculos —la ma- terminan siendo elementos de la » asi: la fil del arte, el pensamiento abstracto, la ins ., la convencién, Ja misica, el concepto, etc. Por tiltimo, figura un ensayo de la [DEFOE A MALLARME-ENSAYOSDEFOETICA VESTETICA seccién “Ensefianza”, precisamente un discurso que intenta jus tificar la inclusidn de la “poética” en el espacio académico del Collage de France, donde Valéry esboza una vez més su politica del saber: la mejor ciencia es creativa, poética, y la mejor poesia es la que piensa, la que descubre y describe su origen y su funcio- namiento. “Ya habré advertido el lector que no hay textos de la seceién *Memorias del poeta”, ensayos refetidos a la propia obra poética de Valéry, que valen como glosas, a veces mds geniales que los poemas glosados, pero que no agregan mucho a sus teorfas ya su ‘manera de leet. De todos modos, no habré excusas para todo lo ‘excluido de este libro, que el autor no hizo, pero en cuya variedad se hubiera reconocido, asi como en el movimiento de retorno a si involuciones de un cerebro y su fantistca, indes- ccomo la‘caricatura de un “Seftor Cabeza” podia sugerit. La ironia, por otra parte, no suele estar lejos del estilo de ‘Valéry. ¥ aun cuando le atsibuye la maxima importancia perso- ral a la literatura, munca deja de sefialar la insignificancia de la ‘que goza y el caractee ambiguo det lenguaje, hecho para pensar ‘pero también para perderse a tal punto que ni esté hecho ni es un hecho. ordenamiento de los ensayos es tematico Para la cronologia de los textos, al final del libro hay fechas de la primera publicaciSn y cuando ‘ste dato no aparece, se trata de inéditos en libro que Jean Hytier inserté en su edici6n). SoM. De Poe a Mallarmé Ensayos de postica y estética VILLON Y VERLAINE Nada mas facil, ni que anteriormente haya parecido mas na- nombres de Frangois Villon y de Paul juego para el aficionado a las simetrias bos, verdaderos maestros de su arte y de la lengua de sus épocas, que usan como hombres que adjudican a la cultura el sentido inmediato del lenguaje vivo, de la vor misma del pueblo que los rodea, y que crea, altera, combina a su modo y las formas. Ambos i su humor, frecuentan las iglesias 0 las tabernas; y los dos, por razones muy diferentes, se ven forzados a amargas estadias de encierro, donde no se enmendaron tanto de sus faltas sino que destlacon alli la esencia pottica del arrepentimiento, fa queja y el miedo. Ambos caen, se arrepienten, vuelven a caer y se levan tan como grandes poetas. El pa ‘ga bastante bien. Pero lo que se r No hay que atribuirle mucha importanci corresponden sin duda muy gratamente en un edificio de fanta~ sia de Ja Literatura francesa, donde a uno le divectiria ubicar simétricamente a nuestros grandes hombres, bien escogidos y bien DE-POEAMALLARME: ENSAVOS DE FOETICA YESTETICA acompafiados, ya sea por sus supuestos contrastes: Comeille y Racine, Bossuet y Fénelon, Hugo y Lamartine; ya sea por sus semejanzas, como aquellos de los que estamos hablando. Resul- ta grato a la vista, mientras se espera el momento de la reflexiGn, pero denota la poca consistencia y la escasa consecuencia de esas bellas disposiciones. Por otra parte, no hago esta observacion método verdaderamente critico, que pueda conducir a algiin re- sultado positive. Afiado que el sistema Villon-Verlaine, la vinculacién aparen- te y seductora de dos seres excepcionales, sobre los cuales debo tratar, aunque se sostiene bastante bien y se fortalece con ciertos asgos biogriicos, se debilita o se disloca en cambio cuando pretendemos relacionar las obras como si fuesen los hombres, ‘como expondré mas adelante. En suma, la idea de les de sus vidas y general critico bastante. Considero ~es una de mis paradojas- ue el conocimiento de la biografia de los poetas es un conoci- miento initil, cuando no perjudicial, para el uso que debemos hhacer dle sus obras, y que consisteo bien en el goce, o bien en las censefianzas y los problemas del arte que extraemos de ellas. Qué me importan los amores de Racine. Fs Fedea la que me importa Qué importa la materia prima, que esta casi en todas partes. Fs cl talento, es la capacidad de transformacién lo que me afecta y me da envidia. Toda la pasién det mundo, todos los incidentes, aun los mas conmovedores, de una existencia son incapaces del mis minimo verso bueno. Aun en los casos més favorables, no es el hecho de que los autores sean hombres lo que les otorga valor y perduraci6n, sino en la medida en que som algo mas que hom- bres. Y si digo que la curiosidad biografica puede ser perjudicial es porque demasiado a menudo proporciona la ocasién, el pre- texto, el medio para no afrontar el estudio preciso y orginico de luna poesia. Uno se cree libre de esa sospecha cuando no ha he- cho, en cambio, més que huir, echazar el contacto y, por medio gi6 de las semejanzas parcia- I en este caso algo que en aa real ola profesi6n de un autos, ca ina cosa por otra, esqui- To principal para seguit lo accesorio. No sabemos nada de mero. La Odisea no pierde con ello nada leza m: Sucede que el doble caso Verlaine-Villon es un caso singular Nos ofrece tn rasgo raro y notable. Una parte muy importante respectivas obras se refiere a sus biografias, y sin duda que icas en mas de tn punto. Ambos nos hacen pre- jo estamos seguros de que tales confesiones sean siempre exactas. Cuand® enunciam la verdad, no dicen toda la verdad, y no dicen solamente la verdad. Un artista ‘cuando se confiesa. Y quizas sobre todo cuando se confiesa. Aliviana, ageava, aqut y al Dije que el caso era raro. La mayoria de los poetas, por cierto, hablan abundantemente de si mismos. E incluso Tirioos no ‘que de si mismos. 2¥ de quién o de qué podrian 1s la vor del yo, lanzada en el tono més puro, . Pero esos poetas hablan de si mismos como lo hacen los miisicos, es decir, fundiendo las emociones de todos deseado, poseido, perdido y lamentado haber experimentado las pocas y muy simples sensaciones existenciales, comunes a to- DEFOE 4 MALLARNEENSAYOS DE FOETICAYEstETICA das los hombres, a cada una de las cuales le corresponde una de las cuerdas de la lira... Eso basta en general, pero no basta para Villon. Al norado desde hace micho temp, hace mas de cusesenton aos, puesto que Clément Marot ya decia que para “conocer y -ntender” una parte importante de esa obra, “habria que haber stado en su época en Paris, haber conocido los lugares, las cosas os hombres de los que habla; y cuya memoria cuanto mas 1 ivo, quien quiera hacer tuna obra de larga perduracién, que no tome su tema de tales ‘cosas bajas y particulares”. Paris no es una mala introduccién a la ime parece que percibié bien ~invent6 bien a su ma ¥ precisa dentro de lo fantastico, el Paris de fines del siglo XV. Pero los remito sobre todo a la admirable obra de ‘Champion, donde encontraran todo lo que se sabe sobre Villon y sobre el Paris de su tiempo. Las dificultades que nos plantean los textos de Villon no se eben solamente a la diferencia de épocas y Ia desaparicion de ‘cosas, sino que obedecen también al carscter particular del autot. se parisino espiitual es un individuo temible. No es un escolar ni un burgués que hace versos y algunas extravagancias, y que a lon es un ser excepeional ~porque es excepcional en nuestro gremio (aunque muy aventurero en las ideas) que un poeta sea una especie de bandido, un criminal empedernido, muy sospechado de vagancia en o a espantosas com paiias, que vive de la capifia, ladrén de cofres, asesino ocasional, siempre al acecho, y que siente la soga al cuello aun escribiendo ‘ ‘donde se deriva que ese poeta acorralado, sa presa potencial (que todavia ignoramos cémo tetmind y po- troduzca en sus versos muchas expresio- inios que perteneeian a la lengua fugitiva y confidencial del pais de mala fama. A veces compone piezas en- teras que nos resulran casi impenetrables. El pueblo del pai de se habla esa lengua es un pueblo que prefiere la noche repulsivo, ¥ que suena expresivo. Aun cuando ‘mos, bajo Ia fisonomia brutal 0 caricaturesca de los términos, hallazgos e imagenes fuertemente sugeridos por la forma misma de las palabras. Se trata de una verdadera ereacién pottica de tipo primitivo, porque la primera y la més notable de las creaciones poéticas es ‘Aunque insertado en el habla de la gente popular, el incesante- significacion se nos escapa, adivina- ‘mente elaborada y reformada en los t Jas sombras més espesas de la gran ci ‘enemigo del mundo, temeroso y terrible, violento y miserable, ‘cuyas preocupaciones se dividen entre la preparacion de fechorias, la necesidad de desenfreno o la sed de venganza, y la vision dela tortura y de los suplicios inevitables (con tanta frecuencia atro- DEFORAMALLARME. ENSAvOR DE OkTICAYESTETICA ‘ces en aquella 6poca) que no deja de estar presente 0 cercana en tun pensamiento siempre inquieto, que se mueve como una fiera enjaulada, entre crimen y castigo. La vida de Frangois Villon, como su obra, es bastante tene- bbrosa en todos los sentidos del término, Hay grandes oscurida- des tanto en una como en la otra, y también en su perso Todo Jo que sabemos sobre él no nos explica demasiado bien su verdadera naturaleza, porque todo, 0 casi todo, nos llega de sus versos o de la Justicia ~dos fuentes que concuerdan bastante acerea de los hechos y cuya combinacién nos hace concebir un hombre malvado, vengativo, capaz. de los peotes delitos, pero que nos sorprende por completo con un acento piadoso o tierno como el que aparece en la célebre y admirable pieza donde se deja ofr la oracién de su madre, Jean, en la iglesia de Saint-Benoit-le-Bétourné. Lo que nos recuerda esta balada, una joya de la poesia fran- cosa ‘Mujer soy pobrecita yancians, no sé nada; manca lei una letra. Veo en la iglesia donde soy parroquiana pintado el paraiso con arpas y aides... A pesar de algunos técminos levemente alterados, esa lengua sigue siendo la nuestra*; pronto hari quinientos afios que estos vers0s fueron escritos, y todavia podemos disfrutarlos y emocio~ ‘narnos con ellos. También podemos asombrarnos por el arte que produjo esa obra maestra de forma lograda, esa construccion de + Blea de Villon esté escrito con la ortograia francesa antigua [T) ve Admiro la perduracién de ese valor creado bajo Luis XI. Veo en él un testimonio vivo de ntinuidad de nuestra literatura y de lo esencial de nucstea través de las épocas. Casi no hay en Europa ottos paises rancia ¢ Inglaterra que puedan enorgullecerse de semejante continuidad; desde el siglo XV, esas dos naciones no dejaron de producir obras y eseritores de primer orden, de generacién en feneracién. En suma, ahorcado o no, Villon vive; vive a la par de los porque entendemos su poesia, :nto mas en la medida en que so- cualquier comparacién con lo mas potente y lo mas per- aportaron cuatro siglos de grandes poetas que vinieron Es porque la forma vale oro. ddas secciones con una precision extraordinaria y deralles de una ~ Tales detalles, como verdn, nos son revelados por piezas de proceso criminal, y debemos el conocimiento de esas piezas, que ‘enciersan el total de nuestra informacion certera sobre Villon, al magnifico trabajo de tres o cuatro hombres, eruditos de primer nivel, Fs el momento de rendirles homenaje a Longnon, a Marcel Schwob, a Pierre Champion, antes de los cuales no se sabia nada ‘que no fuera muy dudoso sobre nuestro poeta, Ellos exploraron, sucesivamente los Archivos nacionales, encontraron los docu- ‘mentos esenciales en los legajos y los expedientes del Parlamento. de Paris. No conoci a Auguste Longnon, pero conosi bien a Marcel Schwob, y recuerdo con emocidn muestras largas conversaciones al atardecer, cuando ese espfritu extrafiamente inteligente y apa- sionadamente perspicaz me informaba de sus investigaciones, sus DEFOEAMALLARME-ENsAYOS DE ROETICA VesnEICA presentimientos, sus hallazgos, signiendo la pista de la presa que ‘era la verdad del caso Villon. Aportaba la imaginaci6n inductiva y la sagacidad minuciosa de un fildlogo aveza- 1no del delincuente, al que eee capturar arrestando, es decis, identificando a toda la banda, Me hacia admirar cwin detalla- damente eran seguidos en aquella época los casos criminales. Una noche me contaba las funestasaventuras de un grupo de malhe- ‘chores que fueron socios de nuestro Villon. Schwob los encon- traba en Dijon, donde comerian mil delitos. A punto de ser apre- y se dispersaban. Pero el procurador del Parlamen- to de Dijon no los pierde de vista. Le envia a uno de sus colegas tun informe que nos refiere con la mayor precisin el destino de los fugitivas. Tees de ellos, que transportaban el botin, se inter- nan en un bosque cualquiera. Alli, dos de los tres que se habian confabulado despachan a su compafero a sablazos en la espal- da, se reparten Jo que éste tenia y se sepatan. Uno terminara colgado en Orléans, ‘tro es quemado vivo en Montargis, justicia de entonces, sin ‘Villon esté fuertemente sospechado de haber pertenecido ala banda llamada “Compafieros de la Cascara” 0 “Cascarudos”*. Su vida deplorable y fecunda fue sin duda bastante corta, y re- sulta dudoso que haya alcanzado la edad de cuarenta aiios. Yo la resumixfa en pocas palabras, 0 mas bien resumiré lo que pu- dieron establecer los eruditos que cité y que es preciso leer, tanto 5 Enel orignal, coguil (*cdscara;concha;caza de las espadas”)y could, ‘que eeadujimoslieralmente, peo que en general sigificaba “mendigos” [L) WuLON ¥ VERLARIE ppara leer mejor los poemas de este gran poeta como para admi- rar la obra de resurreccién hist6rica precisa que se ha efecruado, y también para comprender que hay un genio para investigar, asi como hay un genio para descubrir, y un genio para leer asi como hay un genio para escribir. Vio, en un eiciplo sellan Branpol de Monto, latin destinadas a permitir que algiin inculpado fingicra ser clésigo para poder cambiar de juer, DEROW A MALLARME. EXSAYOS>DE POETICA VESTETICA En ese mundo desordenado, Villon trabé amistades de la peor calaiia. Aunque alli las damas no carecfan de encantos, sin duda. Y como es natural, cumplieron un papel destacado en los pensamientos y las aventuras del poeta. Pero ninguna hu- beta pensado que ese muchacho les daria una determinada parte de inmortalidad. Ni Blanche la Zapatera, ni la Gorda Margot, ni la hermosa Guantera, ni Jehanneton la Tapicera, ni Katherine la Bolsera. Observen todos estos nombres corporativos... Se ditfa que todos los gremios de oficios habrian debido sacrificar sus ccuerpos a a diosa, y que el artesanado de la Edad Media con- ducia ineluctablemente a las desgracias conyugales. Pero resulta que el desenfreno y el libertinaje desembocan en violencia. El 5 de junio del aio 1455, Villon mata. El caso nos resulta bastante conocido, ya que esta relatado en el acta de per- don otorgado por Carlos VII a “maestze Frangois des Loges, llamado Villon, de veintiséis aiios de edad, aproximadamente, aque estando el dia de la fiesta de Nuestro Sefior sentado en una piedra situada bajo el cuadrante del reloj de Saint-Benott-le-Bien- ‘Tourné, en la gran calle Saint-Jacques de nuestra ciudad de Paris, y estaban con el un tal Gilles, sacerdote y una tal Ysabeau, y era casi la hora novena, aproximadamente”. Llegan entonces un tal Philippe Sermoise, o Chermoye, cura, y-elmaestte Jehan le Mardi. Segiin el acta, que sigue el relato de Villon sin ponerlo en duda, el cura Sermoise le busca pelea al poeta, quien primero responde amablemente, se levanta para dejar lugar... Pero Sermoise saca de abajo de su ropa una gran daga y hiere a Villon en la cara “con gran efusién de sangre; el citado ‘Villon, por el sereno, estaba vestido con una capa y en su cinto tenia colgando una daga debajo de ella” la sacayhiere a Sermoise nla ingle “no pensando en herirlo. (Esta excusa es muy sospe- chosa.} Como el otro, al parecer, no tiene suficiente y lo sigue persiguiendo, lo golpea con una piedra en pleno rostro. Todos Jos testigos huyeron. Villon corre a hacerse curar por un barbero. El barbero, que debe hacer su informe, le pregunta al cliente su nombre. Villon da el nombre falso de Michel Mouton. En cuanto a Sermoise, trasladado primero a un claustro, luego al hospital, muere alli a los dos dias, “por falta de buen cuidado”. El asesino considera prudente escapar. Unos meses después, la carta de perdén, algunos de cuyos tér- Iminos he transcripto, le es concedida. Resulta notable que esa medida expresa de clemencia se base solamente en los dichos y argumentos del sefior Villon. Nada de investigaci6n, La exeusa de In legitima defensa es aceptada sin discusién. La afirmacién del interesado acerea de que su conducta, luego de ese inoportuno incidente, ha sido irreprochable, es creida s6lo por sus palabras. Pero uno no puede evitar juzgar como bastante sospechoso ese relat; la agresién del cura Sermoise no se explica, el falso nombre dado por Villon al barbero Fouquet, su fuga, la desaparicién de los testigos otros tantos elementos inquietantes en este caso. Muchos otros fueron enviados la horca con menos pruebas. Peto «n fin, no seamios més severos que el rey, quien “deseando preferit |a misericordia al rigor” exonera y perdona el hecho y el cas0—-y “sobre esto—dice el texto imponemos perpetuo silencio a nuestto procurador”. Silencio que pronto debié ser roto, Sobre el segundo crimen conocido de Villon no queda ningu- a dds, y das as calico posible qu deserbe co penal se inscriben mmiento, uso de Haves fals Villon, informante, acompaiiado por ladrones profesionales otros cémplices, se apodera ast de quinientos escudos de oro pertenecientes al colegio de Navarra y contenidos en un cofre depositado en la sacristia de la capilla del colegio. El robo fue descubierto recién dos meses después. Nada més curioso que los, detalles de la pesquisa llevada a cabo por los investigadores del rey en el tribunal, Sélo citaré uno. vi DEFOE AAALIARME.-ENSAVOSDE POFTICA VESTETICA Los investigadores convocaron, a tinilo de expertos, a nueve cerrajeros, que prestaron un juramento especial, y cuyos nom- bres y direcciones han sido conservados en el expediente del pro- ceso, Fstos reconstruyeron con gran exactitud los procedimien- tos de los ladrones, que de todos modos ya habfan escapado. Desgraciadamente para ellos, fueron descubiertos por las pala- bras imprudenites de un chatlatén, cémplice suyo, al que un cura habia oido en alguna taberna hablando del caso del colegio de tenido menos vocacién para le informaciones generales de dcbi6 partitipar en las operaciones de los Cascarudos. En todo caso, parece que Hleg6 a probar la durisima prisién episcopal de ‘Meung-sur-Loire, quizés a consecuencia de un robo de calices en ‘una sacristia, El obispo de Orléans, Thibaud d’Auxigny, lo trat6 con un rigor que le dej6 un cruel recuerdo a Villon, sometido al para nada edificantes, cuya frecuentacién lo arroja en el més penoso asunto de su vida, Como consecuencia de una rifia, durante la cual fue herido un notario pontificio, Villon es condenado por el tribunal a ser colgado y estrangulado en el patibulo de Paris. A juzgar por la alegria que manifesté cuando el Parlamento, en. respuesta a la apelacién. que interpu- siera a dicha sentencia, conmuté por diez aftos de destierro de Paris la pena que siempre habia temido, en la que pensaba con espanto ¥ que tan crudamente debié vivir dias de gran angustia entre la tortura y la terrible imagen de su cuerpo col- zgando de la horca. El alivio que siente al saber que habfa salvado la vida le hace escribir de golpe dos poemas: uno disigido al 2 ‘carcelero para felicitarse por haber apelado, y el otro a la corte, a modo de agradecimiento. Incluye todos sus sentidos, todos sus miembros y sus Srganos: Higado, pulmén y bazo que respira, para celebrar las alabanzas de la corte. ‘Abandona entonces Paris, feliz por haberse librado tan bien del asunto. Y después... Peto después no sabemos més nada. Cuando, como terminé Villon? sDiganme dénde, en qué pais? No sabemos absolutamente nada. vida, donde no faltan las sombras, se desvanece en las 5. Pero desde el siglo XVI la obra del criminal se imprime; 1 vagabundo, el ladrén, el condenado a muerte ocupa un lugar entre los poetasfranceses en tn rango que nadie le ha arrebata- ~ do, Nuestra poesia, después de él, vuelve a lo antiguo, se estable- ce en un estilo noble e imperativamente exq resultan més gratos que los tugurios y las encrucijadas. Sin em- bbargo, Villon sigue siendo lefdo, aun por Boileau. Actualmente su gloria es mayor que nunca; y si su infamia, demostrada 0 corroborada por documentos auténticos, aparece mas laramen- te que antes, hay que admitir que incrementa el interés por st ‘obra mas de lo que serfa conveniente. La observacién de la litera- tura y de los espectéculos en todas las épocas muestra que el ‘rimen tiene gran atraccién y que el vicio no deja de interesara la {gente vieruosa, 0 alos semivirtuosos. En el caso de Villon, quien habla es un culpable, y habla como poeta de primer orden. Y ‘estamos frente a un problema que llamaria psicolégico, si supie- se.con precision lo que significa esta palabra. DEPOEA MALLARMUE.ENSAVOSDE POETICA YESTETICA MILLoN ¥ veneanveE 2Cémo pueden coexistir en una cabeza la concepcién de Verlaine pudo vivie sin recurrir, como nuestro Villon, a los divi- fechorias, su planificacién, la voluntad comy -partidos por las asociaciones de malhechores, tras ha- ‘medio del escalamiento y la oe 6 Debate del Corazén y del Cuerpo? ¢Cémo este ser ahorcado tiene el valor para hacer infelices fantoches que el viento ‘mece y sacude al final de la soga? Su terror no le impide buscar Jas rimas, su vision terrible es: \da para la poesia: sirve para algo, que no es en absoluto lo que espera la justicia, cuando la justicia se justifica a si misma y a sus rigores mediante lo que denomina la ejemplaridad de las penas. Pero por més que haga colgar a unos, descuartizara otros o hacerlos quemar,sucede que astante grande, ‘un poeta atin mas grande, sus temofes, sus arrepenti- 18 aflicciones, y de esa mezcla detestable y penosa extrae las obras maestras que conocemos. El estado de poeta ~si ¢s que fuera un estado~ puede conci- liarse sin dudas con una existencia social muy normal. La mayo- ria, la inmensa mayoria, lo aseguro, fueron o son los mas hono- rables hombres del mundo, y a veces los més honrados. Y sin embargo... Una reflexion que se detenga un poco en el poeta y que se dedique 2 encontrarle un justo lugar en el mundo, pronto se incomoda con esa especie indefinible. Imaginemos una sociedad bien organizada -es decir, una sociedad donde cada miembro recibe el equivalente de lo que aporta. Esa perfecta justicia elimi- na a todos los seres cuyo aporte no es calculable. El aporte del Calmas ela medialuz ‘que las ramas altas dan. ‘como para que las ms bellas cosas que el hombre haya hecho, y quea cambio lo hacen verdaderamente hombre, puedan ser pro- ducidas. Tal sociedad admite la inexactitud de los intercambios, Jas pensiones, la limosna y todo aquello por lo cual alguien como A veces, sus versos hacen pensar en un recitado de plegarias susurradas y ritmadas en el catecismo; a veces, son de un sorpren- dente deseuido y eseritos en el lenguaje més familiar Hace a veces ‘experimentos prosédicos, como en la extraita pieza Crimenamoris, 4 2 DEFOE AMALLARUE EASMasDEroénica vEstEnCA Sorrsruido con replica claras y severascomo de Corneille Y abun fuyfetmulas que ya no se olvidan, cada una de las cuales es a hallazgo del tipo de ls hala Ci one ghee te loshallargos cscs. Pero sob tod Villon aPero dénde estén las nieves de antafio? En qué se convirtié esa frente tersa, os cabellos rubios y arqueadas cojas. | iG» $€ torna por la repeticién, y sobre todo por el tono, un __ @lemento de potencia patética. Esel tinico poeta francés que supo_ del zefrdn efectos potentes y de potencia creciente. al decrles (por mi cuenta y riesgo) que io que Villon, no quiero decir mds inge- uno que el otro, no mas ingenuos que "a Fontaine; los poetas no son ingenuios sino cuando no existen, corientado hacia la época muy ces- cana en que la produccidn se desarrollara con plena conciencia de simisma y para sf misma. El Renacimiento ¢s nacimiento del arte por el arte. Verlaine es todo lo contrario: viene, sale, se esca- pa del Pamaso, est, 0 cree esta, al final de un paganismo estéi- co. Reacciona contra Hugo, contra Leconte de Lisle, contra Banville; esté en buenos términos con Mallarmé, pero Mallarmé y él son dos extremos que no se acercaron sino por el hecho de tener casi los mismos adeptos y casi los mismos adversarios, y las rimas y que busca la expresién més musical del instante, 2 DEFORAMALLARME. EXSHVOSDEPOETICAYesTETICA Pero sabe muy bien lo que hace, e incluso lo proclama: decreta un arte poética, “la musica antes que nada”, y por eso prefierela_ libertad... Ese decreto es significativo. Este ingenuo es un primitivo onganizado, un primitive como no lo hubo nunca y que procede de un artista muy habil y muy consciente. Entre los primitivos auténticos, nadie se parece a lasificaran mas exactamente cuando lo tra~ “poeta decadente”. Nunca hubo un arte és sutil que ese arte, que supone que se escape de otro pero no que se lo preceda. Verlaine, como Villon, nos fuerzan finalmente a confesar que Jas desviaciones de la conlucta, la lucha con la vida dura e incier- ta, el estado de precariedad, las estadias en prisi6n y en hospita- les, la borrachera habitual, la frecuentacién de los bajos fondos, aun el crimen, no son del todo incompatibles con las més exqui sitas delicadezas de la produccién poética. Si fuera a filosofar sobre este punto, habria que sefialar aqui que el poeta no es un ser particularmente social. En la medida en que ¢s poeta, no ingresa en ninguna organizacién utilitaria. El respeto a las leyes civiles expira en el umbral del antro donde se forman sus versos. Los més grandes, Shakespeare al igual que Hlugo, imaginaron y dieron vida preferentemente a seres irregulates, rebeldes a toda autoridad, amantes adiiteros, que convirtieron en héroes y en ersonajes simpdticos. Se sienten mucho menos cém do pretenden exaltar la jue instanraron los romanticos y que no dejé de provocar ciertas consecuencias politicas, se reduce en el fondo al desprecio por la vida normal. El poeta tiene pues cierta mala conciencia. Pero cl instinto de moralidad va a alojarse siempre en algin sitio. Vemos en los peores truhanes, en los ambientes mas tétricos, que reaparecen las reglas y se decretan leyes de la jungla. Entre los poeras, el édigo s6lo contiene un articulo, que sera mi tltima palabra: “Bajo pena de muerte poética, dice nuestra ley, tengan talen- 10, € incluso... un poco mds.” VARIAGIONES SOBRE UN PENSAMIENTO. TEXTO ELsiL2NCI0 ETERNG.. =:Qué sonidos suaves y potentes —le pregunta pes Vitigoras-y qué armonias de extrafia pureza me parece ofr en a | justancia de la noche que nos rodea? Mi alma, con la pun 1s modu jende, seme- los limites de mis sentidos para captar ese mugido de majestuosa lentitud 4 de tales deleites? isto ci i ies lo que en- El mismo cielo -le respondi6 Pitigoras-. Percibes ‘canta a los dioses. No existe silencio en el universo. Un concierto tde-yoces erernas es inseparable del movimiento de los cuerpos ce- fests, Cada una de las estrellas méviles hace vibrar el éter sein su i i in el sonido que corresponde a ‘velocidad y comunica a la extensiGn el sonic ‘g0 propio nimero. Las més lejanas, que son necesariamente ee is ida, suninistran al conjuno los ronos mas agudos. Las is lentas son mis graves y son las ms cerca a noseo8 testa nmr x muda. Dado que las sera obedecen aura es snidos que generan se componen en ese acorde suave y dul trate vale, gue es elas ios con ls cis. pur orden ‘encanta tus oidos. La inteligencia la justicia, el amor y las demas perfeeciones que reinan en la parte sublime del universo se vuelven perceptible y el embeleso que sientes n0 sino el efec- to de una divina y rigurosa analogia... DEPOEA MALLARME-ENSAYOSDE PORTICA VESTELICA ‘VARUACIONSS SOBRE UN ENSAMENTO “Whesolador. Pretende ser fragil y completamente amenazado, en ‘ partes rodeado de peligros y soledad, y por todas las causas sesperacion, No puede soportar haber caido en las 3po, del nfimero y de las dimensiones, ni haber sido He aqui lo que atribuia a los abismos de la noche el profun- do deseo de los antiguos griegos. En cuanto a ls judios, no hablan de los cielos sino que cele- bran su elocuencia. Las noches biblicas resuenan con alabanzas al Sefior. Allia trellas parecen confundirse con los hijos de Dios, que son los angeles, y la innumerable tribu de espiitus y de astros le hace ofr a toda la tierra una inmensa aclamacién, 4 “Los cielos anuncian la gloria de Dios yla obra de susmanos es proclamada por el firmamento.” EL autor de los Salmos no encuentra términos lo bastante enérgicos como para expresar toda la potencia de esa vor ex- ‘traordinaria; “El dia le lanza al dia la palabra divina, y la noche ‘exhibe la noche. No son parloteos ni de esas frases que pueden escaparsele al ofdo, sino que su resonancia se prolonga en los cextremos de a terra... Non sunt loquelae neque sermons quorum non audiantur voces eorum. In omnem terram exivit sonus eorum et in finis obris terrae verba eorum”. Yel mismo Jehovd le dice a Job: “Las estrellas de la maiiana estallan en cantos de alegria”. No puedo evitar | esa actitud perfectamente t “frase bien compuesta excl Un desamparo que escribe bien no es tan consumado como para no haber salvado del naufragio cierta libertad mental, cier- | “Wa percepcién del nimero, cierta logica y cierta simbélica que lo Pascal no recibe de los espacios infinitos més que el silencio. Se dice “espantado”. Se queja amargamente por estar abando- nado en el mundo, No descubre alla Aquel que declaraba por ‘medio de Jeremias: Cachan et terram ego impleo, Y este extraiio cristiano no encuentra a su Padre en los ‘Sino por el contrario, “mirando todo el universo mudo”, siente espanto, segiin dice, “como un hombre al que hubiesen llevado dormido una isla desiertay aterradora,,.” Espanto,espantado, aterrador; silencio eterno; universo mudo, asi habla de aquello que lo rodea una de las més fuertes inteli sgencias que hayan existido, Se siente, se describe y se lamenta como un animal acorrala- do; pero que ademas se acorrala a si mismo, y estimula los ‘gran- des recursos que tiene, los poderes de su lgica, las virtudes admi- ables de su lenguaje para corsomper todo lo visible que no sea | eonocimiento ilusorio? ¢De qué sirve aturdir con la nada que | yon reiterarles lo que saben? ‘No me siento cémodo con esa mezcla del arte y la naturaleza, ‘Cuando veo que el escritor recupera y domina la verdadera sen- sacién del hombre, aftadiéndole fuerzas buscadas, y queriendo ‘no obstante que se tome su industria por su emocién, considero ‘que es algo impuro y ambiguo. Tal confusién de lo verdadero y Jo falso en una obra se vuelve muy chocante cuando sospecha- ‘mos que pretende arrastrar nuestra conviccién o imprimirnos o 31 DEPORAMALLARME. EXSAVOSDEPOETICA YEsTEICA tuna tendencia. Si quieres seducirme o sorprenderme, ten cuidado que no vea tu mano mas claramente que aquello que traza. ‘Veo demasiado Ia mano de Pascal. Por otra parte, aun cuando las intenciones fuesen puras, la simple preocupacién por escribir y el cuidado que se pone en ha- cerlo tienen el mismo efecto narural que una doble intencién. Es inevitable agudizar lo que era moderado, y volver denso lo que era raro, mis completo lo que estaba dividido, y patético lo que era animado... Las falsas ventanas se dibujan por si mismas. El artista no puede actuar sin aumentar la intensidad de su impresién obser- vacla, y vuelve simétticos los desarrollos de su idea primera, casi como actia el sistema nervioso cuando generaliza y extiende a todo el ser una modificaci6n local. No es una objecién contra el artista, sino una advertencia para no confundir nunca al verdadero ‘hombre que hace la obra con el hombre que la obra hace suponer. “Tal confusion es la cegla para Pascal. Se ha eserito tanto sobre 41, lo ham imaginado tanto y considerado tan apasionadamente «que se ha convertido en un personaje trégico, un actor singular y casi un “papel” en la comedia del conocimiento. Algunos inter- pretan a Pascal. El uso hizo de él una modalidad de Hamlet francés y jansenista, que sopesa su propio eréneo, un créneo de gran geémetra; y que tiembla y piensa en una terraza que da al tuniverso, Es arrebatado por el aspero viento del infinito, se ha~ bla a si mismo en ef margen de la nada donde aparece exacta- ‘mente como en el borde de un teatro, y razona frente a todo el mundo con el espectro de si mismo. Sin embargo, resulta bastante notable que la mayoria de las religiones haya ubicado en la extrema altitud la sede de la Om- nipotencia, asi como encontraron su marca y las pruebas de su existencia en el orden sideral, que por otra parte les dio a los hombres la idea, el modelo primitivo y las primeras verificacio- nes de las leyes naturales. Es hacia el Cielo hacia donde las manos se tienden; en él los ‘ojos se refugian o se pierden; es adonde apunta el dedo de un 2 YABUAGIONES SouRE UN PENSAMIENTOD profeta o de un entusiasta; desde lo alto han caido ciertas pala- bras y se han hecho ofr ciectos sonidos de trompeta. ida que ni la Causa Primera, ni el Acto puro, ni el un Tugar, asf como tampoco tienen figura ni par- instinto que acaso obedece a nuestra estructura ver- quid la sensaci6n de que nuestros destinos dependen de fendmenos muy lejanos y que toda vida terrestre depende de los hombres incémodos o afligidos or sus preguntas abusivas, hacia mismo Kant, cediendo a un secreto rapto de 10, unié la especie de inspiracién que tuvo de una sal con la sensacién que le causaba el espectéculo del trellado, He intentado observar a veces en mf mismo y seguir hasta las ideas el efecto misterioso que producen generalmente en loshom- bres una noche limpia y la presencia de los as Resulta entonces que no percibimos més que le pertenecen a nuestra mirada, que ella troduce en el especréeulo real. istribucién de todos esos puntos se nos esca- rumados, vapuleados, envueltos, desdena- ‘numeroso. Podemos contar las estrellas, pero no podemos creer que exis- ‘timos para ellas. No hay ninguna reciprocidad entre ellas y no- - sotros. DEPOEAMALLARME:ENSAVOSDEFOENCAYESTETICA Sentimos algo que nos exige una palabra, y otra cosa que la rechaza. Lo que vemos en el cielo y lo que encontramos en el fondo | de nosotros mismos estén igualmente sustrafdos de nuestra ac- cién, lo uno brillando mas alli de ‘que vive més acd de nuestras expresiones, y se establece enton~ ces una especie de relaci6n entre la atencién que le ponemos a lo mis lejano y nuestra atencién mas intima. Son como los ‘extremos de nuestra expectativa, que se corresponden, y que se ‘parecen por la esperanza de alguna novedad decisiva, en el cie- Joo en el corazén. Ase ntimero de estrellas que es asombroso para nosotros, l fondo del ser le opone un sentimiento perdido de ser uno mis- mo, de ser tinico -y sin embargo estar solo. Soy todo, ¢ incom- pleto. Soy todo y parte, La oscuridad que nos rodea nos hace un alma desnuda, sa oscuridad est4 enteramente sembrada de claridades inac- cesibles. Dificilmente se puede evitar pensar en moradas donde se estd en vela. Poblamos vagamente la sombra con seres vivos Juminosos e incognoscibles. La misma sombra que suprime los alrededores de nuestro ‘cuerpo, en consecuencia rebaja el sonido de nuestra voz y la te- duce a un habla interior, porque tenemos una tendencia ano encadenamiento de nuestros pensamientos con las cosas por medio de nuestros actos. Intercambiabamos sensaciones por pen- samientos y pensamientos por sensaciones; y nuestros actos ser vian como intermediarios, nuestro tiempo servia como moneda. Pero ahora ya no hay intercambios, ya no estd el hombre que acttia y es medida de las cosas. No hay mas que dos presencias distintas y dos nacuralezas inconmensurables. No hay mas que dos adversarios que se contemplan y no se comprenden. El in- ‘menso aumento de nuestras perspectivas, la reduccién de nues- tro poder se confrontan. Perdemos durante un tiempo la ilusién \ARUACIONES SORE LN PENSANAENTO ir de que las cosas nos corresponden. Una mosca que no le atravesar un vidrio es nuestra imagen. No podemos permanecer en ese punto muerto. La sensibili- dad desconoce el equilibrio. Incluso podriamos definirla como entonces al solitario por esencia, el espiritu, | diéndose por medio de sus pensamientos. Nuestro cuerpo se de- apresuradamente algos y otras veces, son movimientos inos y humores eficaces que opone exactamente a aquello prime 6 que lo irrta. El alma no actia de otro modo meditadas, demoradas, combinadas, articula- sptadas al conocimiento que se puede tener de nuestra sos pues en nosotros dos clases de respuestasa Ia sen- que he descripto, y que nos provocan la visin del cielo y so, Unas seran esponténeas, las otras ‘laboradas. Son muy diferentes, aunque puedan mezclarse y com- binarse en la misma cabezas pero hay que separaclas para definir- Jas, Se las distingue a menudo atribuyendo unas al corazén, las ‘otras al espirite. Términos que resultan bastante cémodos. Elcorazén termina casi siempre, en su lucha contra la figura | _espantosa del mundo, suscitando a fuerza de deseo la idea de un Ser lo bastante poderoso como para contenes, haber construido ‘0 emanar ese monstruo de extensién y de irradiaciones que nos pprodce, que nos alimenta, que nos encierra, que nos amenaza, ‘que nos fascina, que nos intriga y nos devora, ¥ dicho Ser inclu- so serd una Persona, es decie que habra alguna semejanza entre él Y nosotros, y quizd la esperanza de un entendimiento indefini- DEPOEAMALLARME-ENSAVOSDI POETICA VESTEICA be. Esto es lo que el corazén encuentra. Tiende a responderse mediante un dios. Sabemos bien, por otra parte, por la experiencia del amo, que lo tinico necesita de lo nico y que el ser vivo quiere lo vivo. ‘Veamos ahora qué otro tipo de pensamicntos se nos pueden ocurrir si diferimos nuestro sentimiento ¢ intentamos oponerle a la enorme presién de todas las cosas una paciencia infinita y un inmenso interés. El espiritu busca. Flespiritu no se apresurard a imaginat lo que le hace falta para sostener la consideracién del universo. Examinar4; sin atender al tiempo, ni a la duracién de una vida particular. Hay un contraste notable entre la prontitud, a impaciencia, la inquietud del cona- 26n, yesalentieud hecha de critica y expectativa. Esa demora, que puede ser ilimitada, tiene por efecto transformar el problema. El problema transformado podré transformar al investigadot Observaremos que no podemos pensar en nuestro universo salvo concibiéndolo como un objeto claramente separable de no- sotros y distintamente opuesto a nuestra conciencia. Podremos ‘entonces compararlo con los pequefias sistemas que sabemos des- cribis, definis, medi, experimentat, Trataremos el todo como una parte, Seremos llevados a adjudicarle una logica cuyas operaciones ‘nos permitan predecir sus cambios, o limitar su dominio. (Comparatemos, por ejemplo, el conjunto de las estrellas con tuna nube gascosa, probaremos en un enjambre sideral las defini- ciones y las lees halladas estudiando el gas en el laboratorio, nos hharemos una idea estadistica del universo, pensaremos en su erier- ‘8a interna, en su temperatura etc.) ‘Nuestro trabajo consistira, en suma, en relacionar lo que era tan asomibroso y conmovedor con lo que resulta familiar para nuestros sentidos, accesible a nuestra accién, y que se adecua bastante cercanamente a nuestros razonamientos, Pero de ese trabajo ilimitado resulta, necesariamente debe re sultara la larga, una determinada variaci6n (ya perceptible) de lo familiar, de lo posible, de lo razonable, que constivuyen a cada instante las condiciones de nuestra tranquilidad. Tal como los 36 ‘AMIACIONES SOBRE UW PENGAETO hombres aceptaron las antipodas, se acostumbrarda a la curdatu- radel wniverso y a muchas otxas rarezas. No es imposible incluso es bastante probable- que dicho acostumbramiento transforme poco a poco no sélo nuestras ideas, sino también algunas de nues- tras reaccianes inmediatas, Lo que podria denominarse la reaccién de Pascal puede vol- verse una rareza yun objeto de curiosidad para los psicdlogos. Pascal habia “encontrado”, pero sin duda porque ya no bus- ceaba més. El cese de la biisqueda, y la forma de ese cese, pueden dar la sensacién del hallazgo. Pero nunca tuvo fe en Ja bisqueda en tanto que ésta aguarda cn lo imprevisto. Exarajo de si mismo silencio eterno, que ni los hombres verdaderamente religiosos ni los hombres verdaderamente pro- fundos han observado nunca en el universo, Exageré terriblemente, groseramente, la oposicién entre el ‘onocimiento y la salvacién, puesto que en el mismo siglo se veia sabias que no estimaban menos su salvacién que él la pongo, pero que no por ello hacfan suftir a las ciencias. Estaba Cavalieri, que se dedicaba alos indivisible; estaba Saccheri, que sospechaba, sin admitirlo, lo convencional que habia en Euclides y entreabria una puerta a muchas audacias fururas de la geometria, Es cierto que no eran més que jesuitas. NOTAS Elsilencio eterno de esos espacios infnitos ME ESPANTA. Esta frase, a la cual la fuerza de lo que quiere imponer en las ‘entes y Ia magnificencia de su forma la hicieron tna de las frases ‘mis famosas que alguna vez. se hayan articulado, es un Poem, Y para nada un Pensamiento, Porque Etemo ¢ Infinito son simbolos de no-pensamiento. Su valor «totalmente afectivo. No actiian sino sobre una determinada sensi= bilidad. Provocan: la sensaci6ns particular de la intpotencia de imaginar DEFOE AMALLARNE- ENSAYOSDEPOETICA VESTETICA introduce en la literatura el uso 0 el abuso de esos tér- uy buenos para la poesia, y que sélo son buenos para smpone asi una disposicidn simétrica, una especie de figura de io formidable, aparte de ac i Ese amplio verso construye la imagen retérica de un sistema completo en sf mismo, su “UNIVERSO”... En cuanto a lo humano, a la vida, a la conciencia, al terror, se basa en un rechago: ME ESPANTA, El poema es perfecto. Diré mas sobre este poema: La verdadera poesia tiende siempre a ciertaimitacién de aquello ‘que significa, por medio de la materia del lenguaje, o por la distribu- ci6n de dicha materia, Pero como la fisica de las palabras y a victica de sus disposicio- nes en las formas gramaticales son independientes de los valores ‘convencionales que les corresponden y que constituyen su sentido, shay mucy pocas posibilidades de que la expresin inmediata de una ‘dea venga a la mente ent una condicién postica, ‘No habria poesia, no se la hubiese inventado, siese caso singular ‘no se presentara nunca. No habria poesfa si el trabajo y los artificios no permitieran, probando con una cantidad de susticuciones, multplicar los golpes felices y reunic lo que hace falta para componer una duracién com- ‘umulan, que cultivan y cuya virulencia ien pueden producirse en una cabeza cual- a titulo de accidente y de simple encuentro casual, sera pre- embargo que ese individuo que es su vinculo los advierta y ‘YAUACIONNS SOBRE UN HSAMENTO los capte, La mayoria no son sensibles a tales produeciones de sts vidas. Tal como las frases de los nifios, a veces tan notables, cuya gra «ia o bien cuyo alcance son imperceptibles para sus autores. ‘Nada semejante pasa con nuestro Pascal Poema o Pensamiento, el “SILENCIO ETERNO” sirvi6 de tema la presente “Variacién”, con la cual no se pretendia proponer lector que no se dedhijera casi inevitablemente de ese texto lo ytan breve. Ala luz de algunas palabras, se ha crefdo ver en las profundida- sentimiento general de los hombres r noctumo, despejado y sembrado de estrellas, es asombrosamente ‘opuesto al que nos dice que siente Pascal. -vacio plagado de huces. Loescuchan. El silencio eterno les suena como un concierto cla- le. El contraste es evidente. Ese desacuer- do tan manifiesto debe signficar algo. Sé bien que el cielo de Pascal no es ya el Cielo de los antiguos es y corregido por la nueva ascronomifa, Pascal descubre por su parte ntievas razones para temer. No ve nada en el mundo de donde no sepa extraer su veneno. Lo extrae de los cielos. Estéterriblemente dvido de todo aquello que lo deprime, incapaz de abstraerse de sw interés personal. No puede DEFOEAMALLARME-ENSAVOS DE OENICA¥EsTETICA aceprar no ser lo que es. No le basta con sec Pascal. Quién sabe si ho sintié demasiado profunda y amargamente la gloria de Descar {es, cuyos méritos constantemente intenté rebajar y de cuyas grandes éesperanzas se burl; y si tuna pizca decelos atroces, una espina secre- taen su corazin... El comienzo de su proyecto de destruccién general de los valores ‘burnanos se encuentra quits en un sufrimiento particular de su amor Propio. Hay rivales tan temibles que no se los puede desmerecer sino rebajando a toda la especie. El desarrollo de nuestra “Variacién” noscondujo. ‘poner la idea que Pascal nos brinda de si mismo (obi ‘ofrece de él la tradicin), ala idea que podemos hacemo ‘osotros mismos, (No hay que jactarse de que uita pueda ser més verdadera quela tea, Tal pretensién, otal otra, no tendria ningiin Leisin ningsin esfucrzo, en nuestro célebre versiculo, voluntades ¥y potencias muy dificiles de conjugar con la simplicidad del corazén ¥ con la integridad de desesperacion que se adecu: ‘mas sombrio, mas puro de la Leyenda Intelectual Era como arriesgarse a volver a Pascal mas humanos y tal ver. més profundo. No obstante, ese nuevo aspecto de una ilustre figura no le ageadé a todo el mundo. Lo queme parecia evidente parecié surgir de mi. Varios se conmo- vieron; algunos hablaron de escindalo, Aun algunos de ins eminentes de esta €poca se sntieron come heridos en por el resultado de un examen que cada cual puede hat no, ~~Habed que volver a ello? ~;Qué hice entonces? A lo Pascal que sient, y alo cual la leyenda Jo limita, aiadi simplemente que lo dice con arte. Vi distintamente al escrtor, e incluso al pocta, y ‘asi al ret6xico, en las pocas palabras del Silencio Eterno, ~2Quién no lo ve? ¥ al verlos, zquién no se imagina a otro Pascal diferente del Pa egr0, abrupt, total y perdidamente ‘espantado de los romanticos? Esa tradicién casi venerable nos lo muestra como una suerte de Heétoe de la depreciacién total y amarga. Debe pues ofrecernos la 0 YARACIONES SOBRE UN FENEAMAESTO perfecci6n misma del desprecio por lo que es, el ideal del teror por lo que puede ser la formula de ese famoso personaje debe escribir- se aproximadamente asi: : El producto nevesario de las operaciones de la inteligencia més precoz, mas precisa y ms profunda que se haya visto es una angus- to por su obra.) Pero yo me peegunté ingenuamente si un hombre que no repara is que en Dios y en si mismo, que no se concibe més que entre su pérdida y su salvacién, que ya no se inquieta mAs por su futuro en el espiritu de los dems ~como convene a un desespera ‘mente desnudo y solo con su nada muy cerca de é puede servir. ¥ muestra fe, sta tenemos, no esté por ende ean incegra- ‘mente puesta en Dios como para que no quede también un poco que se remita al juicio de la gente de gusto y que base sus expectativas en ‘Tos aficionados a la bella literatura, Si siento que todo es0es vano, ese mismo pensamiento me prohibe seribirlo, Pero en el fondo se quiere tencrlo todo, el cielo y la gloria; y ‘entonces Pascal se toma mas real, y por ende mucho menos pascaliano de lo que se quisicra que fuese. : He inventado que Pascal frente ala naturaleza dice experimen tar un sentimiento exactamente opuesto al que Ia mayoria de los creyentes proclaman que sienten? (Bo ierlecble gs we den nce nh singular ya que s6lo encuentra dulzura en su reauncia luego de haber corrom- pido, envilecido, infecrado suficientemente aquelloa lo que enuncia? ‘No vomitaria el mundo sin antes haberlo podrido. DEPOEAMALLARUE. EXSAYOS DEROSTICAVESTETICA Suhorror pinico, que'se opone a la confianza religiosa inspirada porel cielo, no deja de oponerse igualmente ala consideracién cien- hombre de ciencia mira el conjunto estrellado sin adjudicarle singin significado. Pone fuer de circulacidn todo el sistema emotivo de su ser. Trata de convertirse a si mismo en tna es que recibiria la informacién, restableeriafécmulas conscientes, voluntarias, definidas. Resulta pues que nuestro poeta del silencio y del espanto se dis- tingue bien de la casi unanimidad de los misticos y de la generalidad de los cientificos. Tras adjantar una doble distinci6n a la observacién que hicimos ‘eta como hombre de letras, e uso que hace de sus espantosas sensa- ciones y de sus prestigiosos medio Es aqui donde no me gusta, 0 ¢s aqui donde lo confieso. ‘Admito que el adorador del Creador no encuentre mas que su a0- sencia en la Creacién, y admito que como artista y gran artista que es, . Consiento que como geémetra y profundo gesmetra, ‘una curiosidad y a aplicaciones cuya preocupacién no puede distracr a un alma de su mal esencial. Me gusta que no le atribuyamos un valor absoluto a lo que constituye nuestro valor rela- tivo. Apruebo que se tenga una idea bastante clara de lo que se es como para considerar fortuitos los dones que se puedan tener. Sin dduda que no son siempre los espiritus mas fuertes quienes han sido los ‘mds conmovidos, como hubiesen debido estario, por la frailidad, ta inconstancia, la insuficiencia del pensamiento. Pero le falta algo (cier ‘a nobleza) a toda grandeza que no se sienta accidental, y a todo espirima que no disciema su costado débil y mediocre tan clara y curio- 2 ARUAGIONES SOBRE UN PESAAAENTO ‘samente como reconoce en sf mismo algunas bellezas y algunas luces En todo esto, Pascal es digno de Pascal Pero es el uso al que destinaba los frutos amargos de su medita- ercio, la politica, y por desgracia la religién, no se preocu- pan por la impureza de sus artificios cuando se trata de conquistar una clientela y seducir voluntades. Hay un gran desprecio porlos humanos en todo emprendimiento «de propaganda; yun gran ultraje la caridad; porque aquel que quie- Je hagan, Me trata como afguien a quien hay que engafiar Se una horrible mezcla de método y de estratagemas, combina Hacer buenos cristianos con malos r la Iégica y la muerte, etc. gPuede la Ser- lo que llamo impuro, que no puedo soportar y que siento como un atentado. Si existe una Ftica del espiritu, nada la ofende jos y juzgados por el autor de las su impiadosa mirada al razona- Iiento de la Apues + Tas Provinces son un conjont de carts exstas por Pascal bajo seudéni- mma en defensa de un amigo cuyas opiniones habian sido juzgadas como hecéicas. [T] DEPOEAMALLARME. ENSAFOS>DE ROENICA YEsTETICA La reaccién de Pascal {espanto ante la idea del Universo fisico- ‘mecénico) y Ia reacci6n inversa (exaltaciéa) ya casi no se observan ‘en nuestros dias. “Blavance de los conocimientos en ese imbito, las grandes noveda- ddes que e produjeron,eltimero de hechos, la extraiieza y la inestabi- lidad de las teorias, y en pacticular la dependencia cada vez més notoria de los fenémenos con respecto a los medios de observacién, inducen a los modemos.a suspender todo juicio acerca de la naturale. 12a de las cosas. Sabemos que el silencio etemo no es més que una iimaginacién y que no hay lugar en “el espacio” donde un resonador ‘no revelaria la presencia eterna de itradiaciones y de energia. La famosa séplica que esti en el Misterio de Jesis: No me ‘buscarias.. etc. tal vez haya derivado de un recuerdo de lectura, fe Bernardo (tado por Boutdalone enel Sermén sobre la Gra- ia), die lo siguiente: Nisi enim prius quaesta, nom quacreres nec eligeres nisi electa, : oa La formula de Pascal no es semejante a la de San Bernardo, En Pascal, la misma busqueda se considera prueba de la existencia de lo bbuscado. La buisqueda resulta de un hallazgo secreto que la precede. En San Bernardo, el alma no busca sino para ser a su vez busca dda. La biisqueda de Dios por parte del alma depende de la bisqueda delalma por Dios. Nome buscarias sino fueras buscada por mi, No ‘me buscarias si estuvieras reducida slo a ti. ‘También estaba el Padre Noél, de cuya definicién de la luz se burl6 Pascal. __ Cabe seitalar que esa definicién, completamente absurda en el siglo diecisiete, casi podria interpretarse hoy como una expresién sgrosera de las teorfas nada. Carecia de la imagi ue abundaba en Descartes 0 ingenuae ilusoria que pueda ser en si misma, es la condicién de una cantidad de investigaciones ‘muy fecundas y de descubrimientos positives. SITUACION DE BAUDELAIRE. Baudelaire esté en la ciispide de la gloria. El pequefio volumen de Las flores del mal, que no llega a las ‘rescientas paginas, hace tambalear en la estima de los letrados 1s mas ilustres y més vastas. Fue traducido a la mayo- Jenguas europeass un hecho en el que me detendré un stante, porque creo que no tiene precedentes en la historia dela Los poetas franceses generalmente son poco conocidos y poco apreciados en el extranjero. Se nos concede mis ficilmente el érito de la prosa; pero la capacidad poética nos es avara y dif cilmente concedida, El orden y la clase de rigor que imperan en ‘nuestra lengua desde el siglo XVI, nuestra acentuacién particu- lar, nuestra estticta prosodia, niiestro gusto por la simplificacion ylaclaridad inmediata, nuestro temor ala exageraciGn y al ridi- culo, una especie de pudor en la expresion y la tendencia absteac- ta de nuestro espiritu nos brindaron una poesia bastante diferen- te a las de las otras naciones, y que la mayoria de las veces les resulta imperceprible. La Fontaine les parece insipido a los ex- clegante y demasiado matizado como para que no sean insensi- bles a ellos quienes no tienen un conocimiento intimo y original de nuestro idioma. Elmismo Victor Hugo sdlo ha sido difundido fuera de Fran- cia a través de sus novelas. DEROE AMALLARME. EXSMOSDEPOETICA YesTETiCA Se hace leet en ef mundo; suscita imitadores, fecunda numerosas mentes. Hombres tales como, Swinburne, Gabriele d’Annunzio, Stefan George, atestiguan ‘magnificamente la influencia baudelaireana en el exterior. Puedo decir entonces que si bicn existen entre nuestros poetas ‘otros mis grandes y més poderosamente dotados que Baudelaire, 10 hay ninguno mis importante, ¢A qué obedece esa importancia singular? ¢Cémo un ser tan partclay ta aldo dels tela entes ce ‘Saudelaie pudo. generar un movimiento tan extendido? Esa gran acepracién péstuma, esa fecundidad espiritual, esa Bloria que esta en su periodo més alto han de depender no solamente de su propio valor como poe ‘cunstancias excepcionales. Es una circun: inteligencia critica asociada con la vireud p debe a esa rai inza un descubrimiento capit do sensual y de una sensibilidad cuya exigencia lo Hevaba a las biisquedas formales; pero esos do- nes no lo hubiesen: lo mas que en un émulo de Gautier, te artista del Parnaso, si no hubiera c dad espiritual, la oportunidad de des- ‘cubrir en las obras de Edgar Poe un nuevo mundo El demon ider, el genio del andlis las combi nuevas y mas seduc 6 ‘con la im: del misticismo con el cAk ‘icdlogo | de la exes el ingeniero literario que profundiza y utiliza 8 del arte, -velan en Edgar Poe y lo mara- an. ¥ promesas extraordinarias lo fascinan. Con ello su talento se transforma, su destino se modi- fica magnificamente, Volveré dentro de un momento a los efectos de ese magico contacto entre dos mentes. Pero debo considerar ahora una segunda circunstancia nota- ble en la formacién de Baudelaire. 6 inalmente, la poesia francesa sale de sn su apogeos una deslumbrante generaci6n std en po- imperio de las letras: Lamartine, Hugo, Musset, Vigny_ ‘maestros del momento, 195 en la situacién de un joven que l de escribir en 1840, Esté nutrido de aquellos a quienes su instin- to le ordena imperiosamente abolir. Su existencia literaria, que ellos provocaron y alimentaron, que excitaron con su gloria, que determinaron con sus beat, no obsane seal Lier ‘iyspendida en la negacion, la inversién, el reemplazo de esos Hombres que le parscen ena todo el espacio del renombre ¢ Jmpeditle, uno, el mundo de las formas; otro, el de los senti- nientos; otzo, lo pintoresco; otro, la profundidad. Se trata de distinguirse a toda costa de un conjunto de gran- des poetas excepcionalmente reunidos por algin azar en la mis- ‘ma época, todos en su plenitud. El problema de Baudelaire podia pues -debia, pues~ plan- tearse asi: “Ser un gran poeta, pero no ser Lamartine, ni Hugo, ‘ni Musser”. No digo que este propésito fuera consciente, pero ‘estaba necesariamente en Baudelaire -e incluso era esencialmen- te Baudelaire. Era su razén de Estado. En Jos dominios de la ‘reacién, que son también los dominios del orgullo, la necesidad de diferenciarse es indivisible de la existencia misma. Baudelaire _escribe en su proyecto de prefacio a Las flores del mal: “Poetas ilustres se har: repartido desde hace mucho tiempo las provincias ‘mas florecientes del dominio poético, etc. Por lo tanto, yo haré ‘otra cosa...”. En suma, es conducido, es forzado por el estado de su alma y por los datos de la cireunstancias a oponerse cada vez més abier- tamente al sistema, o a la ausencia de sistema, que llaman r0- ‘manticismo. ‘No voy a define ese rérmino, Para intentarlo haria falta haber | perdido todo sentimiento del rigor. Slo me ocupo aqui de resti- tuir las reacciones y las intuiciones mAs probables de nuestro poeta | “en estado naciente” al confrontarse con la literatura de su época. | Baudelaire recibe de ella una determinada impresién que nos esta alaedad DEPOEA MALLARME-EXSAYOS DE ROETICA YESTETICA seguro para precisar un poco nuestra idea necesariamente vaga del romanticismo, por momentos remanida, por momentos to talmente arbitracia. Ese medio consiste en la observacién de lo que sigui6 al romanticiomo, que leg6 a alterarlo, aportindole correcciones y contradicciones, y finalmente reemplazandolo. Basta con examinar los movimientos y las obras que se produje- ton después de él, contra él, y que fueron inevitablemente, neamente en su contra la voluntad de perfec: ismo del “arte por el arte” la exigencia de la de las cosas; el deseo, en ‘una palabra, de una sustancia mids solida y una forma mais sabia ‘més pura, Nada nos informa mds claramente sobre los roman- cencia ee cot es ventajosa, La sabiduria, el calculo y, en suma, la perfeccién no aparecen mé el Sai tapes mis queen el momento de la Sea como fuere, la era de los escripulos comienza por la a dela juventsd de Baudelaire. Gaur ya prot yreacions contra el relajamiento de las condiciones de la forma, conera la indigencia o la impropiedad del lenguaje. Pronto los esfuerzos diversos de Sainte-Beuve, de Flaubert, de Leconte de Lisle, se ‘opondran ala facilidad apasionada, a ia inconstancia del estilo, a los desbordes de ingenuidad y extravagancia,.. Parnasianos y sealistas aceptarin perder — ‘aparente, en abundan- glar. La composicién, que es artificio, sucede a algiin caos primi tivo de intwiciones y de desarrollos naturales. La pureza es el resultado de operaciones infinitas sobre el lengu: de la forma 10 ¢: i las aparentemente arbitrarias le dieron su , Poco comprendidas en nuestros dias y di- ficiles de defender, casi imposibles de observa, no dejan por ello de proveder de un antiguo, sutil y profundo entendimiento de las condiciones del goce intelectual sie mezcla Baudelaire, en medio del romanticismo, hace pensar en un clésico, pero no ¢s mas que un pensamiento. Murié joven, y ademis vivi6 bajo la impresién detestable que producia en ‘hombees de su época la supervivencia miserable del viejo clasicis- ‘mo del Imperio. No se trataba de revivir lo que estaba bien muer- to, sino tal vez de recobrar por espfritu que ya no estaba en ese cada Los roménticos descuidado todo, 0 casi todo lo que le demanda al pensamiento una atencién y un seguimiento algo ppenosos. Buscabsan los efectos de choque, de arrebato y de con- traste. Ni la medida ni el rigor nila profundidad los atormenta- ban en exceso, Rechazaban la reflexién abstracta y el razona- 2 "_verifica con igual nitidea en todos los ambi as —lo que es infi f » que los franceses habian olvidado sus dones analiticos. falar en este punto que los romdnticos se alzaban siglo XVII mucho mas que contra el XVII, y acusaban snte de haber sido superficiales a hombres infinitamente struidos, iosos de hechos ¢ ideas, mas preocupados pprecisiGn y el pensamiento a gran escala de lo que ellos fueron jamés. tuna época en que la ciencia iba a emprender desarrollos #xtraordinarios, el romanticismo manifestaba un estado de espi- y la inspiracién se persuaden de que cualquier smo periodo, se enicontraba observando las cosas del esp entre ellas la produccién literaria, con una claridad, dad, una lucidez como hasta enronees jamas se encon- Prat ena cabera dosada dela invencion postca, Hasta Edgar * Poe, el problema de la literatura jams habia sido examinado en sus premisas, reducido a un problema de psicologfa, abordado por medio de un andlisis donde la logica y la mecinica de los tlectos se empleaban deliberadamente. Por primera ver, la rela~ cones entre la obra y el ‘como los fundamentos: poten el ai , eee ia que nos confirma su valor e ‘es una cireunstancia q ey las mismas distinciones | talmente sobre la sensil do a emociones fuertes 0 aventuras extraiias, mas refinados y la organizacin delicada de las criaturas del poeta. 3 EPO AMALLARME. ENSarOsDe POETICA VEsENCA Desir que ese andlisis es tan vilido en el orden del cuento como en el orden del poema, que es apicable a la construccién de Lo imaginario y de lo fantdstico igual que iminal, ién en la literatura de los estados psicolégicos que toda su obra manifieste en cada igencia y una voluntad de inteligenciz servan a ese nivel en ninguna otra trayectot Ese gran hombre estaria hoy completamente olvidado si Baudelaire no se hubiera dedicado a introducirlo en la literatura ‘europea. No dejems de sefalar aqui que a plria universal de Edear Poe sélo es escasa o discutida en sa Pais de origen y en Inglaterra. Ese poeta anglosajén es extrafiamente ignorado por los suyos. ‘Otra observacién: Baudelaire y Edgar Poe intercambian va- ores. Cada uno le da al otto lo que tiene; y recibe lo.que no tiene, Este le entrega a aquél todo wn sistema de pensamientos nuevos y profundos. Lo esclarece, lo fecunda, determina sus opi- niones sobre una cantidad de temas: filosofia de la composi de lo artificial, compr importancia de ienes, Baudelaire le procura al pen- samiento de Poe una amplitud infinita. Lo propone para el por. venir. Esa extensiOn que cambin al poeta en si mismo, en el gran siruncid BAUDELAIRE 0, ¢s la tradueci6n, son los prlogos stauran y se la aseguran a la sombra profandamente estudiados, nu st 1 intaré lo que le puede deber la poesia de sls, y maton genera la possi ances al desctbsinica- je Edgar Poe. e "Algunos poemas de Las flores del mal extraen su sentimiento y susan de poemas de Poe. Algo conenen vesos que son as trasposiciones; pero dejaré de lado esos préstamos parti trabajo de esa teorfa de la com renee que dedujo de ella, los r rrollos a que dio a o: ‘gran valor intrinseco- exigen que nos detengamos a exa minaela un poco. Poe obede- ‘ocultaré que el fondo de los pensamientos de cic tactic que nebbia contra: Pero cxa metal ‘€a, si bien dirige, domina y sugiere las teorias en cuestion, sin | ‘embargo no las penetra, Las engendra y explica su gencracién, las constituye. ‘ perp as ideas de Edgar Poe sobre la poesia estén expresadas en algunos ensayos, el mas importante de los cuales (y el que menos 7 Tal queen S mismo al na etmidad fo combi E30) yh: STUACON oe aaLmELR DEFOE MALLARME-ENSAYOS De Ponca YestErICca aides poetas, combinan extraiamente los datos coc mae aniae acne is de la emocion. samente debido a que estaba ilu- la traduccion de ese ensayo en las. ino que introdujo la parte mas teresante, apenas alterada y cor facio con que encabez6 su tradn. arias. Bl plagio secia discutible si su propio autor no lo hubiera denunciado, como lo veremos: en un articulo sobre Théophile Gautier, reprodujo todo el pasaje del que hablo, precediéndolo con estas lineas tan claras como sorprendentes: A veces est per. ‘mitido, supongo, citarse uno mismo para evitar panafrasearse, Repetiré por lo tanto... ¥ sigue el pasaje robado. é pensaba entonces Edgar Poe sobre la Poesia? umiré sus ideas en pocas palabras. Analiza las condiciones Psicol6gicas de un poema. Entre dichas condiciones, coloca en jo de comparar esa compilacion con las ismo periodo, no nos sorprenderd ver que la se adecua notablemente a los preceptos de se muestra notoriamente diferente de las produc- Las flores del nial no contiene poemas ‘como los distinguen claramente de los versos parnasianos. 180 no fue excesivamente amab de Lisle le eprochaba su esterlidad. Olvidaba que la fecundidad de un poeta no consiste en el nimero de juzgar sino enla sucesi : » Recopide ex Blane tds de sesenta afios, que la resonancia de la obra tinica y muy > Recei e B aneromiica 56 STUAGON DE SAUDALAIE DEFORAMALLARME.‘esavOsDErOETICAVestéricA delicada, que requiere las mas diversas cualidades Povo voluminosa de Baudelaire colma todavia toda la es ‘Poética, que estd presente en las mentes, imposible de desa ‘niimero notable de obras que derivan de que no son imitaci los Poemas birbaros ha sido menos variada y menos extensa, en No obstante, hay que reconocer que esa misma influencia, si iden inde! ire le debe su perduracion y el se hubiera ejecido sobre Baudelaire, tal vez lo hubiesedisuadid ia plenitud y ala nitidee singular de su ide escribir o de conservar ciertos versos muy descuidados que se. ieee: ek ‘cede a Ia elocuencia, como les s encuentran en su libro, De los catorce versos del soneto Recogi- 2 menudo a los poetas de esa época; pero ‘miento, que es una de las mas encantadoras piezas de la obra, es 2 i é siempre me sorprenderd contar cinco 0 seis que son indiscutible. ‘mente malos. Pero los primeros y los tiimos versos de ese poe- i ‘ma tienen tanta magia que la parte del medio no hace sentir sit scion6 muy exitosamente contra inepcia y pasa ffcilmente como nulae inexistente, Hace falta sor Hee a eee clacacals poate tencamilen: un poeta muy grande para esa clase de milagros. elena al rosa que x oberva cn a pes anes 2 Hace un momento hablaba de la produccion del encanto, y Se eee ceersiomeo de macax pons a Hi oREC ahora resulta que acabo de pronunciat la palabra mailagros y cin Nae e ee poscimecnsiors Rance quent haga duda son términos que hay que usar discretamente debido a la ‘yea también uno. es Seis ‘por la musica propiamente dicha, = ne su * interesado apasionad: eink mains en el apes reemplazaclos sino por un ai in, debido al desa ccutible, que me disculparan ahorro tanto a quien deberia sobre Tannery ob mabe Ja literarura... “Lo que se hacerlo como a quienes debesian soportatlo, Permaneceré en la Bee e ee cece camelomences (aston vaguedad, imiténdome a sugerir en qué podria consistir. Habria ; ane diversas familias de poetas de devoluerle a la clados con sus py uisica su began.” ‘menos incompleta esta tentati vas, El deber, el trabajo, la funcién del poeta son poner en evi, aa ee eet a taportacia actual de Baudelaire, abora dencia y en accién esas potencias de movimiento y de encanta. ee eobcacto ie la areca Come! miento, esos estimulantes de la vida afectva y de la sensibiidadl fier cede as He eS cena intelectual, que estén confundidos en el lenguaje usual con los Bea Lelacole y0 Sense, sual que pudo comparar en sus signos y los medios de comunicacion de la vi : F ee tome ec Oat: Manet Perficial. El poeta se consagra y se consume pues en definir re arc Oe es ae leprae construir un lenguaje dentro del lenguaje; y su operacién, que es Sintié hacia el gran Daum 9 58 DDEPO « tArLaRN exsavos De POENCA YestéTiCA ‘comparte. Quizds exageré el valor de Constantin Guys... Peroen. Conjunto sus jucios, siempre motivados y acompaitados de lag mas agudas y més sélidas consideraciones sobre la pintura, si ‘guen siendo modelos en el género terriblemente cil, y por ende terriblemente dificil, de la critica de arte. Pero la mayor gloria de Baudelaire, como lo he dado a enten- der desde el comienzo de esta conferencia, radica sin duda en haber engendrado a algunos grandes poetas. Ni Verlaine, ni ‘Mallarmé, ni Rimbaud hubiesen sido lo que fueron sin la lectura. ue hicieron de Las flores det mal a la edad decisiva. Seria fécil ‘mostrar en ese volumen poemas cuya forma y cuya inspiracion, prefiguran ciertas piezas de de Mallarmé o de Rimbaud. Pero esas correspondencias sos claras, y el tiempo de aten- ciGn de ustedes esté tan cerca de expirar, que no entraré en deta les. Me limitaré a indicarles que el sentido de lo intimo, y la mezcla poderosa y turbulenta de la emocién mistica y el ardor el frenesf del arranque, el movimiento de impacicncia estimulado por el universo, la pro- funda conciencia de las sensaciones y de sus resonancias arméni- ‘¢as, que vuelven tan enérgica y activa la obra breve y violenta de Rimbaud estén claramente presentes y son reconocibles en Baudelaire. En cuanto a Stéphane Mallarmé, cuyos primeros versos po- dian confundirse con los mas bellos y los mas densos de Las flores del mal, prosiguié en sus consecuencias mas sutiles las bis quedas formales y téenicas cuya pasin le habian transmitida y cuya importancia le habjan ensefiado los anélisis de Poe y los ensayos y los comentarios de Baudelaire. Mientras que Verlaine y Rimbaud continuacon a Baudelaire en ef orden del sentimien- to y de la sensacién, Mallarmé lo prolongé en el émbito de la perfeccién y de la pureza poética, LA TENTACION DE (SAN) FLAUBERT i6n de San Antonio. Confieso una debilidad por La tentacién de s {Por qué no decarar de entrada que i Salamomb nila Bowary tne sedujecon nunca, una por su imaginerfa erudita, ator y tuosa, 1 mente reconstruida? 10 su €poca, creia en el valor del “documento ean shes ce dite del presente Pero eran fdo- 108. iinico real en el arte es el arte. Canad tee betean ae uaioy 3e respetable de los ristas, pero sin demasiada gracia ni profundidad espiritual, Floubervonaba indefenso contra Ia fSrmala tan simple que ro: PX smo y contra la autoridad ingenua pee pretende inmensas lecturas y en La “critica de textos”. de Sham ata moda de 1850 no diferencababiew nel i i \ci6n bru- observacin precisa al manera cienifiay a constaracion bra- ransformar los fendmenos en productos intelectuales utili- rienced én lye. La Literatura, en cambio, que punt efectos inte diatos y instaneineos,busea una “verdad” muy disint, una verdad para todo, que por lo tanto no pode lars de ic todos, de lo que puede expresar el lenguaje ordinario. 6 DEPOEA MALLARME:ENSAVOS DE FOETICA YESTETICA ‘cosas no tiene valor, como el aire que respi cuando Ja ambicién esencial del escritor es necesari finguirse. Tal oposicién entre el dogma mismo del realismo. atenci6n a lo banal- y la voluntad de existir como excepcidn y ‘come personal josa tuvo el efecto Rees Crearon el esti objetos mas ordinarios, a veces los ‘finamientos, atenciones, un trabajo y s aunque sin darse cuenta de que se lanzae_ Ses vivfan pues y se agitaban en un mundo que eran incay un mundo. vet tal como el iletrado es incapaz de descifrar una mo yesa eee por hacerse notat, El realismo. terminaba ‘curiosamente dando la resin del artifici is delil neta deeusapiacones mis Serene ‘néhaee un tomentoy que consisten tomar como “realidad” los 88 que nos ofreen los “documento época mas o menos lejana, ¢ineentar con. de escrituras una obra ensaci ia obra que diera I de aquella época. Nada me resulta a a cantidad de trabajo empleado en elaborar un cuento sobre el io de una erudi ‘cualquier fantasia, Toda fantas nds penoso que imaginarme 0, el deseo de complacerse, y siciones ocultas de las diversas 1..No inventamos sino aquello ‘encuentra su camino en las sensibilidades que nos com a lo “verdadero” {A TESTACON DE SAN LAURER se inventa y quiere ser inventado, Pero los productos forza~ son necesariamente impuros, ya que el azar ‘0 niga los textos, la conjetura que los interpreta, la in que los traiciona, se mezclan con la intenci6n, com los s, con las pasiones del erudito, sin hablar del cronista, el Ese tipo de produccian es el 0 de los intermedi lo.que pesa sobre Salamimb y me pesa en su lectura. Siento “wnucho mas placer leyendo cuentos de una antigitedad fabulosa "totalmente libre, como La princesa de Babil el Akédysseril “We Villiers, libros que no hacen pensar en otros libros. {Lo que dije sobre lo verdadero en las letras puede pensarse jwmbién acerca de las obras que aspiran a una “verdad” de la ‘observacién interior. Stendhal se jactaba de conocer el coraz6n Pero lo que nos interesa en él ‘yon por el contrario los pt de Stendhal. En cuanto a ha- ‘cerlos ingresar en un conocimiento orgénico del hombre en ge- eral, dicha intencién supondria o bien una exigencia rauy mo- desta en relacién con ese saber, o bien una confusion andloga ala "que habria entre el goce actual que procura una comida delicio- i, preparacién de una cocina exquisita, y la adquisicién de! fiva que constivaye un exacto e impersonal andlisis quimico.) ‘imposible que la sospecha de las dficultades que impli- ‘en la voluntad de realismo en el arte, y las contradicciones que se desarrollan en cuanto se vuelve un imperativo, haya estimulado tuna Tentacién de San tentacién de toda su vida~ le jento (que confiesa) de escribir sus novelas de costumbres modernas y elevar monumentos estilisticos a la chatura provinciana y burguesa. ‘Oxo aguijén puede incitarlo. No pienso en el cuadro de Breughel que vio en el palacio Balbi, en Genova, en 1845, Esa 6 DPAOS A MALLARME ENSA¥OSDEFOENCA EsTETICA pintura ingena y complicada, combinacién de detalles mons- truosos ~demonios cornudos, bestias hediondas, damas dema- siado tiernas, toda esa imaginacién superfi veces diverti- da-, tal ver le despertara una sed de diabluras, de descripciones de seres imposibles: pecados encarnados, todas las formaciones. aberrantes del miedo, del deseo, de los remordimientos; pero el impulso mismo que le hizo concebir y emprender la obra me. parece que mis bien fue estimulado pos la lectura del Fausto de Goethe. Entre Fausto y La tentacion hay similitud de origenes y_ Parentesco evidente de los temas: origen popular y Primitivo, existencia fordnea de las dos leyendas, que podrian ubicarse en _ “vertientes” bajo el exergo com i tentaci6n, el diablo ataca la fe ‘sus estampas y sus dibujos a la vez, dice del autox, como quien dice de un icho que tomé demasiado. Pero Goethe, en Eckermann, al hablar de su Noche de finito de figuras mitolégicas se apuran a in- ‘jresar; pero me controlo, Y no acepto yuellas que presen- mn ante la mirada las imagenes que busco”. Bsa sabidurfa no aparece en La terstaci6n. Flaubert siempre ‘fue asediado por el Demonio del conocimiento enciclopédico, al “que trat6 de exorcizar escribiendo Bouvard y Pécuchet. Para ali- rigios, no le bast6 con hojear los gruc- vas, de corruptoras y lujuriosas promesas. Pero Fausto ya ley todo, conocié todo, ya quemé todo lo quesse puede adorar. Agot6 Por si mismo lo que el Demonio le ofrece o le demuestra con imagenes a Antonio, y desde un principio s6lo queda el amor aids juvenil para seducirlo (lo que me parece bastante sorpren~ dente). Llega finalmente a plantearse, como pretexto para el de- seo de vivir, una especie de pasion estética, una sed suprema por 4o Bello, una vez que la nada del poder politico y del ilusionismo dels finanzas lea sido revelada por la experiencia mefistofélica que tuvo. Fausto esti buscando aquello que podria tentarlo; Antonio preferitia no ser tentado. “manera de Bayle, Moreri, Trévoux y compaitias exploré la ma- ‘yor cantidad de textos originales que pudo consulta Quedé “positivamente ebrio de fichas y de notas. Pero todo el trabajo ‘que le levaba el torrente de figuras y de formulas que asola la Ioche del anacoreta, todo el ingenio que gastaba en las innume- tables entradas de ese ballet demonfaco, los remas de los dioses y Jas deidades, los heresiarcas, los monstruos alegéricos, se lo saca~ lo negaba al héroe mismo, que sigue siendo una pobre y a vietima, en el centro del infernal rorbellino de fantas- mas y deerrores. Hay que admitir que Antonio existe poco. | Sus reacciones son de una desconcertante debilidad. Uno se fasombra de que no sea més seducido ni mas deslumbrado; ni ‘nis irritado o indignado por lo que ve y escuchas que no en- ‘euentre invectivas, ni burlas, ni siquiera oraciones violentamente Janzadas que pueda proferie contra la inmunda mascarada y el flujo de las muy bellas frases revoltosas o blasfemas que lo persi- {iuen. Es mortalmente pasivos no cede ni resiste; aguarda el fin de ‘Me parece que Flaubert no hizo mis que entrever los moti- ‘vos, pretextos y oportunidades que el tema de La tentacién ofre- cia para una obra verdaderamente superior, Sus solos escripulos de-exactitud y de referencias muestran lo que le faltaba de espiti- tu resuelto y de voluntad compositiva para llevar adelante la fabricacién de una maquina literaria de gran potencia. Demasiada preocupacién por asombear mediante la multi- plicidad de episodios, de apariciones y de cambios de perspecti- va, de tesis, de diversas voces, engendra en el lector una sensacién o DEPORA MALLARME-ENSHOSDEFOENICAVESTETICA {a pesadilla, durante la cual no haba sabido sino exclamar al bastante mediocre de vex.en cuando. Sus réplicas son falli tuno tiene constantemente, como la reina de Saba, unas fario ‘bastante espantoso y totalmente absurdo, forjado por nos smismos?) Flaubert estaba como embriagado por lo accesorio a ex ssas de lo principal. Sufri ld en libros poco © mal frecuentados; por lo tanto, rismo Antonio (un Antonio que sucumbe) ha perdido six quiero decir el alma de su tema, que era la vocaci6n de ese pata volverse una obra maestra. Hizo fracasar uno de los preocuparse por animar poderosamente a su por encima de todo, descuidé la sustancia misma de su tema: ‘escuché el llamado de la profundidad. los sabores, lo caliente y lo 10 y lo falso, el bien y el mal cumplen el papel de fuerzas y se ‘nstauran en nosotros en forma de antagonistas siempre inn nentes. Esti claro que toda “tentaci6n” resulta de o que despierta en nosotr dormia, y ahora ‘que somos modificados en un punto, requeridos por una de nuestras facultades, y todo el resto nuestro ser es arrastrado por esa parte sobreexcitada. En Breughel, el cuello del goloso se alarga, se estira hacia la comida que sus ojos miran, que sus narices huelen, y se presiente que toda la ‘masa del cuerpo se unird a la cabeza, que aleanzara el objeto de fa mirada. En la naturaleza, la raiz crece hacia lo hiimedo, la hacia el sol, y ln planta se forma de desea feces craves, Laameba se dforma hacia so ‘i : algo més extraordinario, hay algo ma 1ue esa potencia ireductible que es todo para cada uno ;one de los valores, nos hace angeles o animales, " 0 en la variedad, en Jas intensidades, “on la versatilidad de nuestra sustancia sensi merables , que desarrolla y combina para componer extrat actos. No dudo que Flaubert haya tenido concien- sma; pero se dirfa que tuvo miedo toon de EL GOLPE DE DADOS CATA AL DIRECTOR DE MARGES Sefior Director: Un amigo, que queria hacerme dafio, pone ante mi vista el {iltimo nimero de Marges. “Ahi*,me dice... ¥ siguiendo su dedo, ‘en un articulo relative a la Poesta, leo que “Mallarmé, que eligio festamentario de Mallarmé”, idej6 testamento; nunca, ni por escrito ni por una instruccién ] fui encargado de velar por su vol yué pretenden con este Rous once ‘versos suyos, conservados y nuales escolares. Ignoro sus hazafias. Recuerdo vagamente que fue acusado de atroces calumnias, exiliado por ese motivo... Pero {yo no soy mucho més calumniador de lo que se acostumbra ses no pienso que el Parlamento hasta ahora haya dectetado algo ‘on mi contra. Resulta pues que de los tres atributos que seqiin 1 Quédese lo con respecto a mi. $i hubie- ‘que decirme, para el autor hubiera sido sencillo nombrarme, y a la vez nombrarse. DEFOE AMALLARME-ENSAVOSDE POETIC VEsTETICA Pero un hombre excitada no cede ite la 16; i observa mi ln como un ell econ na per en pedazos. Queria perdi shoei ene | ae lego a tal extremo con una es y pecie de desesperacién, in os debates iniructuosos que se producen Paginas de las re usta esa ausencia de artificios. La voz humana me pare: | ‘ce tan bella interiormente, i mente, y tomacla mas cerca de su isms de sorte can siempre me reaulean in que pretenden destacar, interpretar, sobrecargan, corrompen, alter ore das. ¢Ac su ¢Acaso su ofcio y su paradbjica ciencia no consiste en hacer Pasar momenténeamente por sublimes los versos mas descuida- dos, pero volver ridiculos o anular la mayoria de las obras que existen po ismas? Px racia, i sale po i misma? Por degra, he oido a veces decamar ‘Mallarmé, tras haberme leido de la manera més uniforme del mundo su Golpe de dados, como mera preparacién para una mayor sorpresa, fnalments me hizo examinar el disposiivo. Me precio ver la figura de un pensamiento por primera vez sitada stro espacio... Aqui, verdaderamente, la extensién hablaba, 7 LcoureDeDanos .engendeaba formas temporales. La espera, la duda, la .n cosas visibles. Mi vista se enfrentaba con si- ido cuerpo. Contemplaba a placer in- de un segundo, durante la cual miento, hasta un punto de ‘1 papel mismo, no sé qué resplandor mato en el mismo va~ te donde, como tuna materia de una nu xmas, coexistia la jacién sin parangén me pettificaba. El conjunto me fas- ‘propuesto un nuevo sistema estelar en aparecido una constelacién que al fin ‘acaso a un acontecimiento de orden -que me era presentado sobre esa mesa, se ser , ese audaz, ese hombre tan sencillo, smable, tan natural noble y encantador..2 Me sentia tado a la diversidad de mis impresiones, atrapado por la hovedad del aspecto, completamente atravesado de dud talmente agitado por desarrollos préximos. Buscaba una resp tnmedio de mil preguntas que evitaba plantear: Era un comple- jo deadmiracion, de cesistencia, de interés apasionado, de analo- | gas en estado naciente, frente a esa invencién intelectual. ‘Y en cuanto a él, creo que consideraba mi asombro sin asom- bro. 1.30 de marzo de 1897, al mostrarme las pruebas corregi- das del texto que iba a publicar Cosmépolis, me dijo con una a DEPOE AMALLARE. ExSq¥OS DE rotiCA YASHICA admirable sonrisa, adorno del mas puro orgullo inspirado al hom bre por su intuicién del universo: “No le parece que es un acto. de demencia?”. ‘Un poco mis tarde, en Valvins, sobre el dincel de una ventana’ abierra al ranquilo paisaje, desplegando las magnificas hojas de pruebas de la gran edicién compuesta en Lahure (que nunca iba a aparecer), me hizo ota vez el nin sobre ciertos detalles de esa disposicién tipografica, que era lo esencial de su tentativa. Busqué, propuse algunas objeciones, — pero con la simple intencién de que las respondiera. No dudo, sefior Director, de la pureza de intenciones de las iden llevar el Golpe de dados al teatro y con- nia” de trece ejecutantes verdaderamente no i hubiesen conocido en lo mas minimo a ‘Mallarmé vivo, y hubiesen escuchado como yo a ese gran horn bre analizar (casi en sentido algebraico) los menores detalles de posicién del sistema verbal y visual que habia construido, si lo hhubiesen presenciado, verificando minuciosamente el montaje de esa figura en que debian combinarse lo simultineo de la vie sién con lo sucesivo del habla, como si un equilibrio muy delica- do hubiese dependido de esas precisiones, les aseguro que no se les hubiera ocurrido nunca la idea de abolir por medio de intér pretes todo ese profundo céleulo por obra del azar. La noche de aquel dia, cuando me acompafaba al tren, el innumerable cielo de julio encerraba todas las cosas en un grupo resplandeciente de otros mundos, y camindbamos, fumadores ‘oscuros, en medio de la Serpiente, el Cisne, el Aguila, la Lira-me parecia que abora estaba preso en el texto mismo del universo silencioso: texto totalmente compuesto de claridades y de enig- ttagico, tan indiferente como se quiera; que habla y que tejido de sentidos multiples; que retine el orden y el desorden; que proclama un Dios tan poderosamente como lo niegas que contiene, en su conjunto inimaginable, todas las épo- ‘eas, cada una asociada con el alejamiento de un cuerpo celeste; ‘que recuerda el mas decisivo, el mas evidente ¢ indiscutible éxito de los hombres, el cumplimiento de sus previsiones~ hasta la 2 ibamos. En lo profundo de una noche asi, entre la intercambisbamos, Ja maravillosa tentativa: jqué mo- Bo get cutters abt al Al de Kant, bastante inge- é 2 ugerrle a alguien la suprema tentacion de reproducir su efecto? cr stares =pensé-, élevar al fire una pagina a la potencia del cielo estrellado.” Dejemos mis recuerdos; y ya no invocaré mas mis propias reflexiones sobre ese poema; asumo que no habria que ereerme. Laintencién de Mallarmé fue declarada por ¢l mismo Mallarmé. Sy mano escribié lo que quiso hacer: probar un “empleo desnu- do del pensamiento”; tratar de “fijar su dibujo”. Sofié con un instremento espiritual para expresar cosas del intelecto y de la jinacién abstracta. Toda a ener 1, deducida de andlisis del lenguaje, del libro, de la miisica, proseguidos durante ai en la considera- istribucién de los blancos y los negros, la intensidad comparada ‘ tar popes Tevo la ea de sara ee ‘medios, dedica ddos hasta entonces a estimular groseramente la atencién 0 @ com- placer como ornamentos naturales de la escritura. Pero una pig ‘na, en su sistema, dirigiéndose al vistaz0 que precede y envuelve la lectura, debe “citar” el movimiento de la composiciOns hacer pre- sentir ala inteligencia, por una especie cle intuicién material, por B DEFOE A MALLARME-ENSAVOSDEPoErica YesTETICA ‘una armonia preestablecida entre nuestros diversos modos de per= cepci6n o entre las diferencias de funcionarmiento de nuestros sen- tidos, lo que se va a producir. Introduce una lectura superficial, ‘que relaciona con fa lecnura lineal; y procuraba enriquecer el don ‘minio literario con una segunda dimensién, La libertad que el autor concede (en el prefacio a la edicion muy imperfecta de Casmépolis) de leer en vor ata el Golpe de dados no debe set mal entendida: s6lo es vilida para un lector ya familiarizado con el texto y que, con la vista sobre el bello bbum de imagineria abstracta, puede finalmente animar medi ‘su propia voz ese especticulo idcogrifico de una crisis oa tura intelectual, En una carta que le esctibi6 a André Gide, y que Gide cité tina conferencia dada en el Vieux-Colombier en 1913 vida de las letras, abril de 1914), Mallarmé expresa cla su propésito: “El poema ~eseribié-, se imprime en este momento tal como lo concebi en cuanto a la paginacién, donde esta todo el efecto, Tal palabra en caracteres gruesos requiere por si sola toda una pigina en blanco, y creo estar seguro de su efecto. Le mandaré-a Florencia. a primera prucba aceptable, La constelacién se pre- sentard siguiendo leyes exactas, y en la medida en que le est permitido a un texto impreso, faralmente, un aspecto de conste- laciOn. Bl barco da sus bandazos, de lo alto de tna pagina a la parte inferior de la otra, etc porque, y en eso consiste toda la ue he tenido que omitir en una revista), el ritmo de tuna frase con respecto a un acto, o incluso un objeto, no tiene sentido sino los imita, y representado en el papel, recobrado por 4a lectura en su estampa original, no lega a brindar, a pesat de todo, algo.” ‘Me parece que esta declaraci6n tiene algiin peso en el juicio. Una palabra mas sobre el fondo mismo del asunto... No creo que haya que considerar la composicion del Golpe de DE ROETICA VESTETICA encanto de los ritmos, los timbres, responda a las preguntas de la reflexién, en su trabajo Ia idea que se formado de una poesia absola con Ia araciay el gor nuos en la ejecucién. En cada ocasién, tenia en su contra o sus dotes o bien su pensamiento. Se consumia ¢gae el tiempo y el momento: tormento de todos piensan profundamente en su arte, ‘uta deslumbeante, ni el azul, ni el perfume de las su apogeo me decian nada, tanto me dominaban y ‘me posefan en lo més vivo de mi esos versos inau Sure que ese posta, el menos primitiv de conducido de una especie de sintsis del encantamiento. Durante mucho tiempo se erey6 que determinadas combina-

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