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El pueblo se reúne en el monte Carmelo, un lugar hermoso cuando el rocío y la lluvia caían sobre él

haciendo que floreciera, pero ahora su belleza está languideciendo bajo la maldición de Dios. Sobre este
monte, donde se destacaban los bosquecillos y las flores, los profetas de Baal habían erigido altares para
su adoración pagana. Esta montaña era sobresaliente; con vista a los países circunvecinos, era visible
desde una gran parte del reino. Como Dios había sido deshonrado en forma notable por la adoración
idólatra que allí se llevaba a cabo, Elías escogió este lugar como el más conspicuo para exhibir el poder
de Dios y vindicar su honor

Ana y su esposo, en un acto de adoración, confirmaron la dedicación de su niño—En su oración, Ana


había hecho la promesa de que si su pedido le era concedido, ella dedicaría a su niño al servicio de Dios.
Le dio a conocer esta promesa a su esposo, y la confirmó en un acto solemne de adoración, antes de
abandonar Silo.—The Signs of the Times, 27 de octubre de 1881. { MPa 193.4; PaM.167.4 }

Los padres deben entregar sus hijos al Señor—Padres, dad vuestros hijos al Señor, y recordadles siempre
que le pertenecen, que son los corderos del rebaño de Cristo, sobre los cuales vela el verdadero Pastor.
Ana dedicó a Samuel al Señor; y se dice de él, “Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a
tierra ninguna de sus palabras”. 1 Samuel 3:19. En el caso de este profeta y juez de Israel se presentan
las posibilidades colocadas delante del niño cuyos padres cooperan con Dios, haciendo la obra que les es
señalada.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 135

Capítulo 31—Cómo planear y dirigir el servicio de adoración

Nadie debe descuidar la asistencia al servicio de adoración—Error grave es descuidar el culto público de
Dios. Los privilegios del servicio divino no son cosa de poca monta. Muchas veces los que asisten a los
enfermos no pueden aprovechar estos privilegios, pero deben cuidar de no ausentarse de la casa de
Dios sin necesidad.—El Ministerio de Curación, 409. { MPa 201.1; PaM.174.2 }

Las reuniones en la iglesia pueden no tener ningún efecto simplemente debido a la falta de aire puro—El
predicador se maravilla de no tener poder para impresionar a la gente, cuando ellos, como él, están
sufriendo por falta de aire vitalizante, y por eso son juzgados incapaces de apreciar el tema que él está
presentando. La falta de circulación de aire puro en una iglesia torna muchas reuniones poco efectivas;
la labor es hecha en vano, porque la gente no se puede mantener despierta.—The Signs of the Times, 23
de septiembre de 1897.

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