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CONTRATOS MERCANTILES

(APUNTES)

UNIDAD 1 OBLIGACIONES CIVILES Y MERCANTILES

1.1. FUENTES DE LAS OBLIGACIONES MERCANTILES.- Conforme a nuestro


sistema jurídico, son fuentes de las obligaciones mercantiles: el contrato, la ley qw, la
declaración unilateral de la voluntad, la responsabilidad objetiva, el enriquecimiento
ilegítimo, la gestión de negocios y el acto ilícito; en ciertas ocasiones, además la
costumbre.

1.1.1. REGLAS DE POTHIER SOBRE INTERPRETACIÓN DE LOS


CONTRATOS.- a).- Cuando el sentido literal de los términos de un contrato parezca a la
intención común de las partes, debe atenderse a esta última (art. 1851, 2º párrafo); b).-
Cuando una cláusula es susceptible de dos sentidos, se debe más bien entenderla
conforme al que ha podido tener efecto, y no según aquél sentido que daría por resultado
no ser posible estipulación alguna (art. 1853); c).- Lo que puede parecer ambiguo en un
contrato se interpreta por lo que es costumbre en el país (art. 1856); d).- Una cláusula se
debe interpretar por las otras contenidas en el contrato, ya precedan o sigan a dicha
cláusula (art. 1854), e).- En caso de duda, una cláusula debe interpretarse contra aquél
que ha estipulado alguna cosa y en descarga del que ha contraído la obligación, pues al
acreedor debe imputarse el no haberse expresado mejor (sin equivalente); f).- Aunque se
haya convenido en términos generales, el contrato no comprende más que las cosas por
las cuales las partes contratantes han entendido que contratan, y no aquellas en las que
no han pensado (art. 1852).

Obviamente, las citadas reglas, a través de las también mencionadas


disposiciones legales del Código Civil, son aplicables a los contratos mercantiles, en
mérito de lo dispuesto por el artículo 2º del Código de Comercio.

1.1.2. REGLAS DE INTERPRETACIÓN DE LOS CONTRATOS EN EL CÓDIGO


CIVIL.- a).- Si los términos de un contrato son claros y no dejan duda sobre la intención
de los contratantes, se estará al sentido literal de sus cláusulas.

Si las palabras parecieren contrarias a la intención de los contratantes, prevalecerá


ésta sobre aquella (art. 1851).

b).- Cualquiera que sea la generalidad de los términos de un contrato, no deberá


entenderse comprendidos en él cosas distintas y casos diferentes de aquellos sobre los
que los interesados se propusieron contratar (art. 1852).

c).- Si alguna cláusula de los contratos admitiere diversos sentidos, deberá


entenderse en el más adecuado para que produzca efecto (art. 1853).

d).- Las cláusulas de los contratos deben interpretarse las unas por las otras,
atribuyendo a las dudosas el sentido que resulte del conjunto de todas (art. 1854).

e).- Las palabras que pueden tener distintas acepciones serán entendidas en
aquella que sea más conforme a la naturaleza y objeto del contrato (art. 1855).

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f).- El uso o la costumbre del país se tendrán en cuenta para interpretar las
ambigüedades de los contratos (art. 1856).

g).- Cuando absolutamente fuere imposible resolver las dudas por las reglas
establecidas en los artículos 1851 al 1856 del Código Civil, si aquellas recaen sobre
circunstancias accidentales del contrato, y este fuere gratuito, se resolverán en favor de la
menor transmisión de derechos e intereses; si fuere oneroso se resolverá la duda a favor
de la mayor reciprocidad de intereses.

Si las dudas de cuya resolución trata el artículo 1857 del Código Civil recayesen
sobre el objeto principal del contrato, de suerte que no pueda venirse en conocimiento de
cual fue la intención o la voluntad de los contratantes, el contrato será nulo.

CONTRATOS MERCANTILES: SU CLASIFICACIÓN

1.2.1. NOMINADOS O TÍPICOS. INNOMINADOS O ATÍPICOS.- Los nominados


son aquellos que llevan nombre especial, dado o confirmado por la ley (compraventa,
muto, etc.) a diferencia de los innominados, que no teniéndolo, sacan su fuerza obligatoria
de su propia causa. En los contratos innominados, o no interviene la moneda o no es
como precio o merced como opera, sino como honorario que esté definido por pacto, en
contraposición a los contratos nominados en que sí interviene la moneda.

1.2.2. ABIERTOS Y CERRADOS.- Los contratos abiertos son aquellos en donde


las partes no han establecido un plazo de terminación o cumplimiento de
obligaciones. A contrario, de lo que ocurre en los contratos cerrados, en donde los
contratantes han convenido ambos elementos.

1.2.3. UNILATERALES Y BILATERALES O SINALAGMÁTICOS.- Contratos


Unilaterales y Bilaterales.- El contrato unilateral es un acuerdo de voluntades que
engendra solo obligaciones para una parte y derechos para la otra. (donación). El contrato
bilateral es el acuerdo de voluntades que da nacimiento a derechos y obligaciones en
ambas partes (compraventa).

1.2.4. CONMUTATIVOS O CIERTOS Y ALEATORIOS.- Conmutativos, cuando los


provechos y gravámenes son ciertos y conocidos desde la celebración del contrato
(compraventa). Aleatorios, cuando los provechos y gravámenes dependen de una
condición o término, de tal manera que no pueda determinarse la cuantía de las
prestaciones en forma exacta, sino hasta cuando se realice la condición o el término
(contrato de seguro).

1.2.5. DE ADHESIÓN Y BILATERALES DISCUTIDOS.- Para el concepto clásico, el


contrato de adhesión es un contrato sinalagmático o bilateral. En realidad, se trata de un
contrato unilateral, en donde un contratante impone su voluntad a otro.

El contrato bilateral es aquel en el que resultan obligaciones para todos los


contratantes. Hay autores quienes también le llaman de buena fe.

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1.2.6. PREPARATORIOS Y DEFINITIVOS.- Los contratos preparatorios tienen por
objeto crear un estado de derecho como preliminar, necesario para la celebración de otros
contratos posteriores, como promesa de contrato, mandato, sociedad.

1.2.7. PRINCIPALES Y ACCESORIOS.- Los principales son aquellos que existen por
sí mismos. Los contratos accesorios son los que dependen de un contrato principal.

1.3. DISTINCION ENTRE CONTRATOS CIVILES Y MERCANTILES.- En la


unificación del derecho civil y el mercantil en materia de obligaciones y contratos, no
existe diferencia alguna fundamental en la estructura orgánica de unos y otros contratos.
Aún en nuestro sistema, que mantiene la dualidad de legislaciones, la legislación civil
sobre contratos debe considerarse como un telón de fondo, del cual resaltarán algunas
características o circunstancias accidentales, cuando el contrato adquiera la calidad de
mercantil. Pero no existen diferencias esenciales. Por tanto, esta parte del Derecho
Mercantil, o sea el Derecho de los Contratos de Comercio, debe considerarse como
complementaria de la parte correspondiente del Derecho Civil, por lo que hemos de
referirnos sólo a aquellos aspectos de los contratos que el Derecho Civil no considere, o
que la Ley Mercantil trate de manera diversa que la Ley Civil.

NOCION DE CONTRATO MERCANTIL.- Como el contrato mercantil es un acto de


comercio, constituye una categoría jurídica formal: serán mercantiles los contratos a los
que la ley atribuya la mercantilidad: Y conviene contemplar lo que constituye el acto de
comercio: en la mayoría de los casos, el legislador atribuye la mercantilidad a los
contratos cuando recaen sobre cosas mercantiles, para lo cual debemos atender lo que
establece el Artículo 75 del Código de Comercio.

1.4. OBLIGACIONES MERCANTILES.- Como el Código de Comercio es omiso en


contemplar obligaciones, ha de entenderse (art. 2º) que son las consignadas en el Código
Civil (arts. 1938-2010).

Obligaciones condicionales.- La obligación es condicional cuando su existencia o


su resolución dependen de un acontecimiento futuro e incierto.

Obligaciones a plazo.- Es obligación a plazo aquella para cuyo cumplimiento se ha


señalado un día cierto, es decir, se ha de cumplir un día que necesariamente ha de llegar.

Obligaciones conjuntivas y alternativas.- el que se ha obligado a diversas cosas o


hechos conjuntamente, debe dar todas las primeras y prestar todos los segundos; si el
deudor se ha obligado a uno de dos hechos, o a una de dos cosas, o a un hecho o a una
cosa, cumple prestando cualquiera de esos hechos o cosas, más no puede contra la
voluntad del acreedor, prestar parte de una cosa y parte de otra, o ejecutar en parte un
hecho.

Obligaciones mancomunadas.- Cuando hay pluralidad de deudores o de


acreedores, tratándose de una misma obligación, existe la mancomunidad.

Obligaciones de dar.- Las obligaciones de dar son aquellas en las que el deudor se
obliga a la prestación de una cosa, que puede consistir: I.- En la traslación de dominio de
cosa cierta; II.- En la enajenación temporal del uso o goce de cosa cierta; III.- En la
restitución de cosa ajena o pago de cosa debida.

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Obligaciones de hacer y de no hacer.- Si el obligado a prestar un hecho no lo
hiciere, el acreedor tiene derecho a pedir que a costa de aquel se ejecute por otro, cuando
la substitución sea posible.

Obligaciones solidarias.- Habrá solidaridad activa cuando dos o más acreedores


tienen derecho para exigir, cada uno de por sí, el cumplimiento total de la obligación; y
solidaridad pasiva cuando dos o más deudores reporten la obligación de prestar cada uno
de por sí, en su totalidad, la prestación debida.

Obligaciones indivisibles.- Las obligaciones son divisibles cuando tienen por objeto
prestaciones de cumplirse parcialmente. Son indivisibles si las prestaciones no pudiesen
ser cumplidas sino por entero.

1.5. GENERALIDADES DE LOS CONTRATOS MERCANTILES.- Las cuestiones


generales de los contratos mercantiles se encuentran contempladas en los artículos 77 a
88 del Código de Comercio.

Art. 77.- Las convenciones ilícitas no producen obligación ni acción, aunque


recaigan sobre operaciones de comercio.

Art. 78.- En las convenciones mercantiles cada uno se obliga en la manera y


términos que aparezca que quiso obligarse, sin que la validez del acto comercial dependa
de la observancia de formalidades o requisitos determinados.

Art. 79.- Se exceptuarán de lo dispuesto en el artículo que precede:

I. Los contratos que, con arreglo a este código y otras leyes, deban
reducirse a escritura o requieran formas o solemnidades necesarias para
su eficacia;
II. Los contratos celebrados en país extranjero en que la ley exige
escrituras, formas o solemnidades determinadas para su validez, aunque
no las exija la ley mexicana.

En uno y otro caso, los contratos que no llenen las circunstancias respectivamente
requeridas, no producirán obligación ni acción en juicio.

Art. 80.- Las convenios y contratos mercantiles que se celebren por


correspondencia, telégrafo o mediante el uso de medios electrónicos, ópticos o de
cualquier otra tecnología, quedarán perfeccionados desde que se reciba la aceptación de
la propuesta o las condiciones con que ésta fuere modificada.

Art. 81.- Con las modificaciones y restricciones de este código, serán aplicables a
los actos mercantiles las disposiciones del derecho civil acerca de la capacidad de los
contrayentes y de las excepciones y causas que rescindan o invaliden los contratos.

Art. 82.- Los contratos en que intervengan corredores, quedarán perfeccionados


cuando los contratantes firmaren la correspondiente minuta de la manera prescrita en el
título respectivo.

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Art. 83.- Las obligaciones que no tuvieren término prefijado por las partes o por las
disposiciones de este código serán exigibles a los diez días después de contraídas, si
solo produjeren acción ordinaria, y al día inmediato si llevaran aparejada ejecución.

Art. 84.- En los contratos mercantiles no se reconocerán términos de gracia o


cortesía, y en todos los cómputos de días, meses y años, se entenderán: el día de 24
horas, los meses, según están designados en el calendario gregoriano; y el año, de 365
días.

Art. 85.- Los efectos de la morosidad en el cumplimiento de las obligaciones


mercantiles comenzarán:
I. En los contratos que tuvieren día señalado para su cumplimiento, por
voluntad de las partes o por la ley, al día siguiente de su vencimiento.
II. Y en los que no lo tengan, desde el día en que el acreedor la reclamare
al deudor, judicial o extrajudicialmente ante escribano o testigos.

Art. 86.- Las obligaciones mercantiles habrán de cumplimentarse en el lugar


determinado en el contrato, o, en caso contrario, en aquel que según la naturaleza del
negocio o la intención de las partes deba considerarse adecuado al efecto por
consentimiento de aquellas o arbitrio judicial.

Art. 87.- Si en el contrato no se determinaren con toda precisión la especie y


calidad de las mercancías que han de entregarse, no podrá exigirse al deudor otra cosa
que la entrega de mercancías de especie y calidad medias.

Art. 88.- En el contrato mercantil en que se fijare pena de indemnización contra el


que no lo cumpliere, la parte perjudicada podrá exigir el cumplimiento del contrato o la
pena prescrita, pero utilizando una de estas dos acciones quedará extinguida la otra.

1.5.1. SUPLETORIEDAD DE LEYES RESPECTO AL CÓDIGO DE COMERCIO, A


LA LEY GENERAL DE TÍTULOS Y OPERACIONES DE CRÉDITO, A OTRAS
LEYES MERCANTILES. USOS Y COSTUMBRES

El Código de Comercio conserva su vigencia, aunque menoscabada, por cuanto


importantes y numerosos de sus capítulos originales han sido derogados para convertirse
en leyes, algunas de ellas generales y otras especiales. Pero conviene advertir que no
todas son las originales, pues en varios casos son abrogatorias de otras que les
precedieron, como ejemplo de algunas leyes mercantiles tenemos: Ley General de Títulos
y Operaciones de Crédito (L.G.T.O.C.) 1932; Ley General de Sociedades Mercantiles
(L.G.S.M.) 1934; Ley de Vías Generales de Comunicación (L.V.G.C.) 1940; Ley de
Instituciones de Crédito (L.I.C.) 1990; Ley de Concursos Mercantiles (L.C.M.) 2000.

Más como es lógico, otras muchas leyes mercantiles, generales y especiales, regulan
importantes aspectos de la vida de comercio, que no conoció el Código de la materia;
como leyes especiales tenemos: Ley General de Organizaciones y Actividades Auxiliares
de Crédito (L.G.O.A.A.C.) 1985; Ley del Mercado de Valores (L.M.V.) 1975; Ley de
Comercio Exterior (L.C.E.) 1993; Ley Federal de Protección al Consumidor (L.F.P.C.)
1992.

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Al reconocer que no existe ley perfecta ni completa, nuestro legislador remite, en
varias de las leyes mercantiles antes relacionadas, a las fuentes supletorias, mismas que,
por razón de tal calidad, aunque parezca obvio repetirlo, nunca podrán prevalecer sobre
las primeras. Los fundamentos legales de la aplicación supletoria tanto del derecho
común, tanto sustantivo como adjetivo, se encuentran en las siguientes disposiciones:

a) El Artículo 2° del Código de Comercio señala:

A falta de disposiciones de este código, serán aplicables a los actos de comercio


las del derecho común.

b) El Artículo 104, fracción 1-A, de la Constitución Política de los Estados Unidos


Mexicanos indica:

“Corresponde a los tribunales de la Federación conocer:


I.[...]
I.A. De todas las controversias del orden civil o criminal que se susciten sobre el
cumplimiento y aplicación de leyes federales o de los tratados internacionales
celebrados por el Estado Mexicano. Cuando dichas controversias solo afecten
intereses particulares, podrán conocer también de ellas, a elección del actor, los
jueces y tribunales del orden común de los Estados y del Distrito Federal. Las
sentencias de primera instancia podrán ser apelables para ante el superior
inmediato del juez que conozca del asunto en primer grado

USOS Y COSTUMBRES MERCANTILES.- USOS.- Es una forma del derecho


consuetudinario inicial de la costumbre, menos solemne que ésta y que suele convivir
como supletorio con algunas leyes escritas.

Casos especiales de remisión expresa a los usos se encuentran, por ejemplo, en


los artículos 304 y 333 del Código de Comercio.

COSTUMBRE. Desempeñan un doble papel, ya que los usos se anticipan al


derecho, de tal manera que primeramente aparecen las instituciones comerciales y
posteriormente el legislador las recoge para regularlas.

La costumbre, como fuente del derecho mercantil, desempeña un doble papel. No


hay duda de que ha sido, desde siempre, fuente material, por razón de que, como es bien
sabido, los hechos siempre se anticipan al derecho, de tal manera que primeramente
aparecen las instituciones comerciales y posteriormente el legislador las recoge para
regularlas. Así pues, nada de nuevo hay en la afirmación de que el derecho mercantil
surgió y se mantiene como eminentemente consuetudinario.

1.5.2. LESIÓN EN MATERIA CIVIL Y MERCANTIL.- Como es sabido, el Código Civil


no suministra un concepto claro de lesión desde el punto de vista cuantitativo; en cambio,
no hay duda sobre que, conforme al precepto respectivo (art. 17), la lesión se configura
con dos elementos: uno subjetivo, cual es la explotación de “la suma ignorancia, notoria
inexperiencia o extrema miseria de otro”; objetivo el otro, que se constituye por el “lucro
excesivo que sea evidentemente desproporcionado a lo que él por su parte se obliga”.

El mismo Código Civil castiga con la nulidad relativa los actos lesivos (arts. 2228 y
2230).

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El panorama mercantil de la lesión es totalmente diverso pues, por el contrario, las
compraventas mercantiles lesivas son válidas, ya que –según la impropia expresión
legal—“no se rescindirán por lesión” (art. 385 C. Com.); más como medio de no dar
patente de legalidad a eventuales conductas maliciosas, dolosas o aún delictivas, el
propio precepto concede al perjudicado, siempre que opere cualquiera de estos últimos
supuestos, la acción de daños y perjuicios, además de considerar expedito su derecho
para promover el ejercicio de la acción penal.

1.5.3. PRESCRIPCIÓN EN MATERIA MERCANTIL.- Como tantas veces se ha hecho


notar, las prescripciones mercantiles operan, de ordinario, en plazos más cortos que las
civiles.

Las diferencias entre la prescripción civil y la mercantil son las siguientes:

a) La mercantil corre en contra de los incapacitados (art. 1048 C. Com.), a paso


que la civil comienza a correr sólo desde que se les discierna la tutela (art. 166 C. Civil).

b) La civil se interrumpe por las mismas causas que la mercantil: demanda o


interpelación judicial notificada y reconocimiento verbal o escrito del derecho de la
persona a quien perjudica la prescripción, por parte del beneficiado con ella en cambio, la
mercantil no se interrumpe, como sí la civil, porque el poseedor de la cosa o del goce del
derecho sea privado de la posesión por más de un año (arts. 1168 C. Civil y 1041 C.
Com.)

c) Es renunciable el plazo de prescripción civil ganada (art. 1141 C. Civil), no así el


de prescripción mercantil (art. 1039 C. Com.).

Plazos de prescripción previstos por el Código de Comercio:

a) El de un año, por lo que se refiere a la acción de los comerciantes detallistas por


ventas al fiado; para exigir responsabilidades por parte de los agentes de Bolsa;

b) El de cinco años, para las acciones derivadas del contrato de sociedad, así
como para las acciones en contra de los liquidadores de sociedades, por razón de su
cargo (art. 1045-I y II); y,

c) El de diez años, para reivindicar la propiedad de una embarcación marítima y


para todas las demás acciones respecto de las cuales no se prevea un plazo diferente en
el propio Código de Comercio o en otras leyes mercantiles (art. 1047 C. Com.).

1.5.4. OBLIGACIONES EN MONEDA EXTRANJERA.- El tema que por su actualidad


e importancia, ha venido suscitando estudios doctrinales y trascendentes criterios
jurisprudenciales debe examinarse en forma detenida. Se trata de las obligaciones
asumidas en moneda extranjera y su cumplimiento, ante sensibles variaciones en la
paridad monetaria entre el momento de la asunción y el del incumplimiento. Demos
algunos ejemplos:

a) Artículo 359 Código de Comercio.- Si se pacta la especie de moneda, siendo


extranjera, en que se ha de hacer el pago, la alteración que experimente en valor será en
daño o beneficio del prestador; Artículo 635 Código de Comercio.- La base de la moneda
mercantil es el peso mexicano, y sobre esta base se harán todas las operaciones de

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comercio y los cambios sobre el extranjero; Artículo 636 Código de Comercio.- Esta
misma base servirá para los contratos hechos en el extranjero y que deban cumplirse en
la República, así como los giros que se hagan de otros países; Artículo 638 Código de
Comercio.- Nadie puede ser obligado a recibir moneda extranjera; Artículo 639 Código de
Comercio.- El papel, billetes de banco y títulos de deuda extranjera no pueden ser objeto
de actos mercantiles en la República, sino considerándolos como simples mercancías;
pero podrán ser objeto de contratos puramente civiles.

b) Primer Párrafo del Artículo 8º de la Ley Monetaria de los Estados Unidos


Mexicanos.- La moneda extranjera no tendrá curso legal en la República, salvo en los
casos en que la ley expresamente determine otra cosa. Las obligaciones de pago en
moneda extranjera contraídas dentro o fuera de la República, para ser cumplidas en ésta,
se solventarán entregando el equivalente en moneda nacional al tipo de cambio que rija
en el lugar y fecha en que se haga el pago.

Como fácilmente podrá apreciarse, la conformación del régimen jurídico mexicano


de la moneda tropieza con algunas dificultades, ante la falta de claridad y de congruencia
en las disposiciones que lo consignan, algunas de las cuales, tal vez, deban entenderse
derogadas por las que posteriormente han venido a sentar postulados diferentes.

He aquí algunos ejemplos de la falta de congruencia y de claridad:

a) El transcrito Art. 639 C. Com. Atribuye el carácter de simple mercancía al papel,


billetes de banco y títulos de deuda extranjera; en cambio, el art. 267 de la LGTOC,
colocado dentro de los que regulan el depósito bancario de dinero, proclama que: “El
depósito de una suma determinada de dinero en moneda nacional o en divisas o
monedas extranjeras transfiere la propiedad al depositario y lo obliga a restituir la
suma...”, con lo cual parece englobar, dentro del concepto dinero, las divisas o monedas
extranjeras.

b) La Suprema Corte de Justicia de la Nación, a través de su tercera Sala, ha


configurado jurisprudencia en el sentido de que, si una obligación en moneda extranjera
se contrajo originalmente en moneda nacional, se debe cumplir en ésta última, y al tipo de
cambio vigente en la fecha de su celebración.

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UNIDAD 2 FORMA EN LOS CONTRATOS MERCANTILES

2.1. PERFECCIONAMIENTO DE LOS CONTRATOS ENTRE PRESENTES.- Sólo


como fruto de un inconcebible desconocimiento de la vida comercial podría pretenderse la
vigencia práctica del artículo 78 del Código de Comercio: a nadie escapa que la
arrolladora formalidad documental casi no admite excepciones en la práctica.

Entre estas últimas quizá sólo podrían citarse las compraventas que, en la vida
diaria, se efectúan con los pequeños comerciantes abarroteros.

Por ello, es válido afirmar que la última parte del precepto “...sin que la validez del
acto comercial dependa de la observancia de formalidades o requisitos determinados”, es
letra muerta.

Es en verdad impresionante el moderno documentalismo mercantil, que campea


sin obstáculo alguno en todas las manifestaciones de la actividad comercial y abarca
desde los simples y pequeños boletos, billetes, fichas o contraseñas como requisito sine
qua non para abordar el metro o viajar en un autobús urbano, hasta la prolija complejidad
de un contrato de transferencia de tecnología; en todo caso, la carencia del documento
coloca prácticamente al acreedor en la imposibilidad de reclamar su derecho.

Pero a todo ello hay que agregar el inexorable aumento de exigencias registrales
como requisito, en ocasiones, para la oponibilidad a terceros del acto o contrato mercantil,
y en otras aún para la reclamabilidad de su cumplimiento entre las partes. Ejemplo: Art. 26
Código de Comercio y Arts. 62, 63 Ley de Propiedad Industrial.

2.2. PERFECCIONAMIENTO DE LOS CONTRATOS ENTRE AUSENTES.- La


expresión legal “...quedarán perfeccionados desde que se conteste aceptando la
propuesta...” (art. 80 C. Com.), además de ser gramaticalmente incorrecta, por el
defectuoso empleo del gerundio, es de una extrema vaguedad. Debemos aceptar que
cuando el Código de Comercio emplea la expresión “conteste”, no debe entenderse la
exigencia de que el aceptante expida su respuesta, sino sólo de que la exprese por
escrito, en forma indubitable, aunque no se desprenda de ella.

2.3. LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN. CONTRATOS TIPO. USO Y


FORMULARIOS.- Los contratos-tipo o de adhesión están íntegramente predispuestos
por una de las partes y que suelen presentarse en modelos o machotes impresos,
frecuentemente sometidos a la previa aprobación de una autoridad; en el ámbito
mexicano, la Procuraduría Federal del Consumidor, cuando las respectivas normas
oficiales mexicanas prescriban su registro (arts. 86 y 87 LFPC); los de seguro, cuando se
operen frente al público en general con formatos unilateralmente elaborados por los
aseguradores (art. 36 B, LGISMS).

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UNIDAD 3 COMPRAVENTA MERCANTIL

3.1. CONCEPTO DEL CONTRATO DE COMPRAVENTA CIVIL Y LOS


ELEMENTOS QUE SE LE ADICIONAN PARA HACER UNA COMPRAVENTA
MERCANTIL.- “Habrá compraventa --según establece el artículo 2248 del Código Civil
para el Distrito Federal--, cuando uno de los contratantes se obliga a transferir la
propiedad de una cosa o de un derecho, y el otro a su vez se obliga a pagar por ellos un
precio cierto y en dinero.”

3.2. DISTINCIÓN ENTRE LOS CONTRATOS DE COMPRAVENTA CIVILES Y


MERCANTILES.- La compraventa en el comercio, no tiene diferencia estructural o de
fondo respecto de la institución regulada en el derecho civil, y por ello, imaginando como
telón de fondo el conjunto de normas de nuestros códigos civiles, nos referiremos sólo a
aquellos aspectos o modalidades de la compraventa que sean típicas del derecho
comercial o de singular aplicación en el campo del comercio.

Consecuentemente, la compraventa es consensual, y el traslado de la propiedad


de las cosas vendidas opera entre las partes por el simple consentimiento, salvo las
situaciones particulares que se presentan en algunas ventas especiales.

Al trasladarse el dominio se trasladan, también en términos generales, los riesgos


sobre la cosa vendida, quedando a salvo las responsabilidades del vendedor respecto de
sus obligaciones cuando la cosa queda en su poder o bajo su custodia.

3.3. ¿POR QUÉ ES IMPORTANTE LA DISTINCIÓN ENTRE LOS CONTRATOS


CIVILES Y LOS CONTRATOS MERCANTILES?

La importancia de esta distinción estriba en que no existen compraventas


absolutamente mercantiles, a diferencia de lo que ocurre ciertos actos o contratos que por
disposición legal, son mercantiles con independencia de los sujetos, del propósito y del
objeto sobre el que recaen (títulos de crédito, fideicomiso, contrato de sociedad mercantil).
De esta suerte, las compraventas pueden ser mercantiles por el fin, por el sujeto o por el
objeto.

3.3.1. DESDE EL PUNTO DE VISTA SUSTANTIVO.- Se refiere al sujeto, en cuyo


caso se encuentran las celebradas por ciertas empresas mercantiles, como las de
abastecimientos y suministros (art. 75-V C. Com). Y por el objeto sobre el que recaigan,
aquí el tinte de mercantilidad no resulta del fin ni de los sujetos, sino de las cosas o los
derechos, cuya propiedad se trate de transferir, que pueden ser acciones u obligaciones
de sociedades mercantiles.

3.3.2. DESDE EL PUNTO DE VISTA ADJETIVO.- Son los actos jurídicos en cuanto al
fin, esto es, cuando se realizan con el “propósito de especulación comercial”, sin que
importen los sujetos ni el objeto sobre el que recaigan (art. 75-I y II, C. Com).

3.4. ELEMENTOS REALES.- a).- La cosa.- Pueden ser objeto de la compraventa


mercantil tanto los bienes inmuebles como los bienes muebles.

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Las cosas objeto del contrato de compraventa mercantil han de reunir los
requisitos generales que el Código Civil Federal establece para los objetos de los
contratos (art. 1825); existir en la naturaleza; ser determinados o determinables en cuanto
a su especie; estar en el comercio.

b).- El precio.- El precio es lo que el comprador entrega a cambio de la cosa que


recibe (art. 2248 C. Civil).

3.5. ELEMENTOS FORMALES.- No existen disposiciones que fijen forma especial


para el contrato de compraventa, que es valido sin formalidad alguna especial, a no ser
que recaiga sobre un inmueble.

3.6. INCUMPLIMIENTO DEL CONTRATO.- El artículo 376 del Código de Comercio


establece que el contratante incumplido deberá ser condenado a admitir la rescisión del
contrato, o bien a cumplirlo y, en cualquiera de los casos, al pago de los daños y los
perjuicios.

3.7. MODALIDADES DE LA COMPRAVENTA.- Nuestro Código de Comercio señala


las siguientes: En las compraventas mercantiles se sujetarán los contratantes a todas las
estipulaciones lícitas con que las hubieren pactado (art. 372).

Las compraventas que se hicieren sobre muestras o calidades de mercancías


determinadas y conocidas en el comercio se tendrán por perfeccionadas por el solo
consentimiento de las partes (art. 373).

Cuando el objeto de las compraventas sean mercancías que no hayan sido vistas
por el comprador, ni pueden clasificarse por calidad determinada conocida en el comercio,
el contrato no se tendrá por perfeccionado mientras el comprador no las examine y acepte
(art. 374).

Si se ha pactado la entrega de las mercancías en cantidad y plazo determinados,


el comprador no estará obligado a recibirlas fuera de ellos; pero si aceptare entregas
parciales, quedará consumada la venta (art. 375).

En las compraventas mercantiles, una vez perfeccionado el contrato, el contratante


que cumpliere tendrá derecho a exigir del que no cumpliere la rescisión o cumplimiento
del contrato y la indemnización, más, los daños y perjuicios (art. 376).

Una vez perfeccionado el contrato de compraventa, las pérdidas, daños o


menoscabo que sobrevinieren a las mercaderías vendidas serán por cuenta del
comprador, si ya le hubieran sido entregadas real, jurídica o virtualmente; y si no le
hubieren sido entregadas de ninguna de estas maneras, serán por cuenta del vendedor...
(art. 377).

Desde el momento en que el comprador acepte que las mercancías vendidas


queden a su disposición se tendrá por virtualmente recibido de ellas, y el vendedor
quedará con los derechos y obligaciones de un simple depositario (art. 378).

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Si no se hubiere fijado plazo para la entrega, el vendedor deberá tener a disposición del
comprador las mercancías vendidas, dentro de las 24 horas siguientes al contrato (art.
379).
El comprador deberá pagar el precio de las mercancías que se le hayan vendido
en los términos y plazos convenidos. A falta de convenio, lo deberá pagar al contado. La
demora en el pago del precio, obligará al comprador a pagar réditos al tipo legal sobre la
cantidad adeudada (art. 380).

Salvo pacto en contrario, las cantidades expensadas sobre ventas mercantiles, se


reputarán a cuenta del precio (art. 381).

Los gastos de entrega en las ventas mercantiles serán por cuenta del vendedor
hasta poner las mercancías pesadas o medidas a disposición del comprador y cuando al
recibirse haya que hacerse extracción fuera del lugar de la entrega serán por cuenta del
comprador (art. 382).

Cuando el comprador no reclame al vendedor por escrito las faltas de cantidad o


calidad de las mercancías dentro de los 5 días de haber recibido las mercancías o dentro
de los 30 de que las recibió los vicios internos, perderá toda acción y derecho, para repetir
por tales causas contra el vendedor (art. 383).

El vendedor quedará obligado al saneamiento y evicción (art. 384).

Las ventas mercantiles no se rescindirán por causa de lesión, pero el perjudicado,


podrá ejercitar acción criminal, pudiendo reclamar los daños y los perjuicios al contratante
que hubiera procedido con dolo o malicia en el contrato o su cumplimiento (art. 385).

Mientras las mercancías vendidas estén en poder del vendedor, tendrá preferencia
sobre ellas con respecto a cualquier acreedor, para ser pagado de lo que se le adeude
(art. 386).

3.7.1. COMPRAVENTA SOBRE MUESTRAS O CALIDADES.- Las operaciones


sobre muestras o calidades mantienen el carácter de compraventas consensuales,
siempre que se trate de mercancías determinadas y conocidas en el comercio, esto es, de
géneros. De esta suerte, el contrato es perfecto desde que se da el acuerdo en la cosa y
en el precio; la posible desavenencia en punto a la conformidad o no entre las muestras y
las mercaderías entregadas debe ser resuelta conforme al parecer de dos comerciantes,
designados uno por cada parte y, en caso de discordia, por un tercer comerciante, al
efecto nombrado por los dos primeros (art. 373 Código de Comercio), substancialmente
igual al 2258 del Código Civil.

3.8. TEORÍA DEL RIESGO.- En conexión con el contenido obligatorio y con la entrega
de la cosa, surge el problema del riesgo, que puede plantearse así: ¿para quién perece o
se perjudica la cosa que ha sido objeto de un contrato de compraventa?, ¿quién soporta
la pérdida o deterioro de la misma?

Para dar respuesta a estas interrogantes, se parte del supuesto, que la venta se
ha perfeccionado. Elementos que se contienen en los artículos 377 del Código de
Comercio y 2017 fracciones II, III, IV; 20121 y 2022 del Código Civil, mismos que se
resumen en el siguiente cuadro.

12
PERFECCIONAMIENTO DEL CONTRATO DE COMPRAVENTA

Cosa entregada al comprador - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Riesgo para el comprador

Cosa determinada Perece por culpa del


Comprador.
{Riesgo del comprador

Perece por culpa del


vendedor.
Riesgo del vendedor.

Perece por caso fortuito


Riesgo del comprador.
Cosa no entregada al
comprador
Cosa indeterminada Riesgo del vendedor (los
(compra de género) géneros no perecen)
mientras no se haga la
individualización.

Hecha la individualización,
se aplican las reglas de la
compraventa de cosa
determinada.
Si se compra todo un género
o todo el contenido en un
lugar, el riesgo se soporta
como si la cosa fuere
determinada.

13
UNIDAD 4 COMPRAVENTA INTERNACIONAL CON ARREGLO A LA
CONVENCIÓN SOBRE LOS CONTRATOS DE COMPRAVENTA
INTERNACIONAL DE MERCADERÍAS

4.1. COMPRAVENTA DE PLAZA A PLAZA Y COMBINADAS.- Las ventas de plaza


a plaza son, generalmente, combinadas con transporte y con seguro. Fue en el derecho
marítimo inglés donde estos tipos de ventas fueron inventadas, y donde se han extendido
a todo el tráfico comercial.

Reguladas primero por la costumbre, se han ido tipificando en los códigos


modernos y en convenciones internacionales.

Entre nosotros, están reguladas en la Ley de Navegación y Comercio Marítimo,


que, por analogía, debe considerarse aplicable al comercio terrestre.

A) Venta CIF. La expresión CIF, cuyo uso se ha universalizado, es una sigla


inglesa procedente de las palabras cost, insurance, freight (costo, seguro flete). Por este
tipo de compraventa, dice la Ley de Navegación y Comercio Marítimo, el vendedor se
obliga: “I. A contratar el transporte en los términos convenidos, (esto es, hasta el lugar
pactado para la recepción de las mercancías por el comprador, que se llama lugar cif), a
pagar los fletes y a obtener del porteador el conocimiento de embarque correspondiente”.
(En el comercio terrestre se entenderá carta de porte.); “II. A contratar y pagar, a favor del
comprador o de la persona que éste indique, la prima del seguro sobre las cosas
vendidas, el cual deberá cubrir los riesgos convenidos o los usuales, y a obtener del
asegurador la póliza y el certificado correspondiente.; III. A entregar los documentos al
comprador o a la persona que él indique” (Art. 217).

Lo anterior indica que cuando un oferente da una cotización cif a un presunto


comprador, el precio comprenderá el costo de la mercancía, más el valor de la prima del
seguro, más el flete hasta un lugar determinado. (Lugar cif).

En la compraventa cif el vendedor cumplirá con su obligación de entrega de la


cosa vendida, entregándola al porteador, y desde el momento de la entrega deberá
iniciarse la vigencia del seguro que el vendedor está obligado a tomar, y se transmitirán
los riesgos al comprador, desde ese momento. (Art. 218 Ley de Navegación y Comercio
Marítimos).

B) Venta FOB o LAB. La sigla inglesa FOB (de free on board) se ha castellanizado
en LAB (de libre a bordo). Por esta venta, el vendedor se obliga a poner las mercancías
vendidas a bordo del vehículo que habrá de transportarlas. El precio comprenderá “todos
los gastos, impuestos y derechos que se causen hasta el momento de la entrega de las
mercancías a bordo”, según señala el artículo 214 de la Ley de Navegación y Comercio
Marítimos, y en el momento de la entrega a bordo se considerará cumplida la obligación
de entrega del vendedor al comprador, y se trasladarán a éste los riesgos de las
mercancías (Art. 213 Ley de Navegación y Comercio Marítimos).

Este tipo de venta es muy usual en el comercio terrestre de plaza a plaza.

Comprenderemos la utilidad de estos tipos de compraventa, si pensamos que los


ingleses, tradicionalmente marinos y aseguradores, esto es, poseedores de una gran

14
marina mercante y de las primeras empresas aseguradoras del mundo, lograron su
desarrollo en las ramas del comercio marítimo y del seguro, vendiendo CIF, para
transportar en buques ingleses y asegurar en empresas aseguradoras británicas, y
comprando FOB, para el mismo fin.

C) La compraventa FAS. Menos usual que las anteriores, la compraventa FAS


(también de origen marítimo inglés: (free alongside the ship) se diferencia de la
compraventa LAB sólo en que la mercancía deberá entregarse no a bordo, sino al costado
del vehículo (Art. 215 Ley de Navegación y Comercio Marítimo).

D) Compraventas CF y LABE. Aunque menos usuales, se practican también la


venta CF (costo—flete) cuyo régimen es igual que la CIF, con excepción de lo relativo al
seguro.

En esta materia el Derecho se encuentra en proceso de dinámica elaboración, y


por ello, aparecen nuevos tipos de compraventas, según las necesidades comerciales lo
requieren. Así, ha aparecido la compraventa FOBS o LABE (libre a bordo estibado) para
los embarques de mercancías a granel, como el azúcar y el trigo. En esta venta, el
vendedor se obliga no sólo a poner la mercancía a bordo, sino a estibarla, lo que requiere
conocimientos técnicos y equipos especiales.

4.2. INCOTERMS 2000

4.2.1. En enero de 2000 entraron en vigencia los Incoterms 2000 para evitar
malentendidos en los contratos de comercio internacional.

Luego de dos años y medio de intenso trabajo y basándose en la revisión de 1990,


la Cámara de Comercio Internacional (ICC, en sus siglas en inglés) publicó la edición del
milenio de sus Incoterms 2000.

El objetivo es proveer un grupo de reglas mundiales para la interpretación de los


términos comerciales más comúnmente utilizados en el comercio internacional. Estas
definiciones estándar, utilizadas como referencia básica para los contratos de
compraventa, fueron publicadas por vez primera en 1936, y definen las responsabilidades
del vendedor y del comprador, es decir exportador e importador.

Estas reglas tratan de evitar malentendidos y disputas provocados por un


conocimiento impreciso de las prácticas comerciales utilizadas normalmente.

Esta última edición reemplazó a los Incoterms 1990, que mantuvieron su vigencia
hasta fin de 1999. El principal motivo de la revisión de la edición de 1990 fue el deseo de
adaptar los términos al creciente uso del intercambio electrónico de datos (EDI) y los
cambios en las técnicas de transporte, particularmente en el uso de contenedores.

Los Incoterms 2000 consideran el gran aumento del transporte multimodal


al tener en cuenta la entrega de la mercadería en cualquier punto de la cadena de
transporte.

Otra ventaja es que definen claramente las obligaciones de carga y descarga por
parte del vendedor y el comprador, y solucionan las controversias que, a veces, se

15
presentan para el pago de los cargos por manipuleo en las terminales, bajo el término
Free Carrier.

Los términos más utilizados, como EXW (Ex works, entregado en fábrica), FCA,
FOB (Free on board, libre de cargo a bordo), CIF (Cost, insurance and freight, costo,
seguro y flete) y CPT (Carriage paid to, transporte pago hasta) aseguran las obligaciones
del vendedor y el comprador sobre cada aspecto del transporte, temas sobre los que
deberán estar muy informados cuando negocien un contrato.

Si consideramos las posiciones extremas, el término EXW cubre las obligaciones


mínimas del vendedor, colocando la mercadería a disposición del comprador en fábrica,
mientras que el término DDP (Delivery duty paid, entregado con derechos aduaneros
pagados) expresa las máximas obligaciones para el exportador / vendedor, donde la
entrega se completa cuando la mercadería es liberada para la importación y entregada a
disposición del comprador en el lugar de destino acordado.

Los nuevos términos imponen otros requerimientos tales como:

1) la mención del lugar de entrega; y,

2) la referencia Incoterms 2000.

De esta forma se asegura el cumplimiento del lugar de entrega por parte del vendedor.

Con todo esto, la ICC, al introducir la sexta actualización de los Incoterms desde
1936, pretende facilitar a las partes intervinientes en una transacción comercial la elección
de una modalidad de contratación que implica obligaciones, cuyo cumplimiento tiene una
incidencia directa en los costos, aunque recordemos que el uso de los INCOTERMS es
facultativo.

4.2.2. CLASIFICACIÓN Y SIGNIFICADO DE LOS INCOTERMS

La Cámara de Comercio Internacional ha ido elaborando los incoterms a medida de


su aparición. Para una mayor claridad en la comprensión de las distintas cláusulas, la
clasificación de los incoterms se puede agrupar según el tipo de venta realizada:

à Venta a la salida: la mercancía viaja a cuenta y riesgo del comprador


efectuándose la entrega en el país de origen.

à Venta en frontera: la mercancía es entregada por el vendedor en una frontera


determinada, haciéndose cargo de la misma el comprador.

à Venta a la llegada: la mercancía viaja a cuenta y riesgo del vendedor,


realizándose la entrega en el país de destino.

16
Venta a la salida

Cláusula EXW - Ex works (en fábrica)

Cláusula FCA - Free Carrier (libre transportista)

Cláusula FAS - Free Alongside Ship (libre al costado del buque)

Cláusula FOB - Free On Board (libre a bordo)

Cláusula CFR - Cost and Freight (Costo y Flete)

Cláusula CIF - Cost, Insurance and Freight (Costo, Seguro y Flete)

Cláusula CPT - Freight/Carriage Paid to... (Flete/Porte pagado hasta.....)

Cláusula CIP - Freight/Carriage and Insurance paid to... (Flete/Porte y seguro pagados
hasta...)

Venta en frontera

Cláusula DAF - Delivered At frontier (entregado en frontera o franco en frontera)

Venta a la llegada

Cláusula DES - Delivered Ex Ship (sobre el buque)

Cláusula DEQ - Delivered Ex Quay (sobre el muelle)

Cláusula DDU - Delivered Duty Unpaid (lugar de destino convenido sin pago de derechos)

Cláusula DDP - Delivered Duty Paid (entregado libre de derechos)

Los incoterms más apropiados para cada medio de transporte:

Tipo de transporte Incoterms Siglas


Exclusivamente marítimo Franco al costado del buque FAS
Franco a bordo FOB
Costo y flete CFR
Costo, seguro y flete CIF
Entrega sobre buque DES
Entrega sobre el muelle DEQ
Cualquier modalidad de En fábrica EXW
transporte, incluyendo el Franco transportista FCA
transporte multimodal Transporte pagado hasta CPT
Transporte y seguro pagados hasta CIP
Entrega en frontera DAF
Entrega con derechos no pagados DDU
Entrega con derechos pagados DDP

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En lo que se refiere a los trece INCOTERMS, se señalan las más frecuentes,
según su grupo, sigla en inglés y español, transporte y descripción general:

a.- GRUPO: “E” Salida


SIGLA: EXW
INGLÉS: ExWorks
ESPAÑOL: En Punto de Origen
TRANSPORTE: Todo Medio
DESCRIPCIÓN GENERAL: El vendedor entrega la mercancía en punto de origen (fábrica,
almacén, plantación, etc.), ya etiquetada y embalada, lista para que el importador la recoja
y la suba a su transporte.

b.- GRUPO: “F” Transporte principal Internacional NO Pagado


SIGLA: FCA
INGLÉS: Free Carrier
ESPAÑOL: Libre (Franco) de Porte
TRANSPORTE: Todo Medio
DESCRIPCIÓN GENERAL: El vendedor entrega la mercancía en la terminal de carga del
transportista que el comprador designa. El vendedor se encarga del despacho aduanal.

SIGLA: FAS
INGLÉS: Free Alongside Ship
ESPAÑOL: Libre al Costado del Buque
TRANSPORTE: Marítimo
DESCRIPCIÓN GENERAL: El vendedor entrega la mercancía en el muelle para que el
comprador se encargue de subirla al buque. El Despacho Aduanal de exportación lo
realiza el comprador.

SIGLA: FOB
INGLÉS: Free On Board
ESPAÑOL: Libre (Franco) a Bordo
TRANSPORTE: Marítimo
DESCRIPCIÓN GENERAL: El vendedor entrega la mercancía a bordo del buque, realiza
el Despacho Aduanal de exportación, el riesgo se traspasa al cruzar la borda del buque.

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c.- GRUPO: “C” Transporte principal Internacional Pagado
SIGLA: CFR
INGLÉS: Cost And Freight
ESPAÑOL: Costo y Flete
TRANSPORTE: Marítimo
DESCRIPCIÓN GENERAL: El vendedor contrata el transporte principal hasta el puerto de
destino y paga el flete, SIN seguro. El riesgo se transfiere al comprador en el puerto del
país de origen, aunque el vendedor sea el responsable de contratar el transporte hasta el
puerto final. Es el equivalente al CPT para otros medios.

SIGLA: CIF
INGLÉS: Cost Insurance and Freight
ESPAÑOL: Costo, Seguro y Flete
TRANSPORTE: Marítimo
DESCRIPCIÓN GENERAL: El vendedor contrata el transporte principal hasta el puerto de
destino y paga el flete, CON seguro. El riesgo se transfiere al comprador en el puerto del
país de origen, aunque el vendedor sea el responsable de contratar el transporte hasta el
puerto final. Es el equivalente al CIP para otros medios.

SIGLA: CPT
INGLÉS: Carriage Paid To
ESPAÑOL: Flete/Porte Pagado Hasta
TRANSPORTE: Camión, Avión, Ferrocarril
DESCRIPCIÓN GENERAL: El vendedor contrata y paga el transporte principal SIN
seguro y entrega la mercancía en el lugar de destino, hasta el Despacho Aduanal. El
riesgo se transfiere al comprador en el puerto del país de origen, aunque el vendedor sea
el responsable de contratar el transporte hasta el puerto final.

SIGLA: CIP
INGLÉS: Carriage and Insurance Paid To
ESPAÑOL: Flete/Porte y Seguro Hasta
TRANSPORTE: Camión, Avión Ferrocarril
DESCRIPCIÓN GENERAL: El vendedor contrata y paga el transporte principal y además
el seguro a nombre del comprador, al igual que en CPT, el riesgo también se queda en el
país de origen.

19
d.- GRUPO: “D” Llegada o Destino
SIGLA: DAF
INGLÉS: Delivered At Frontier
ESPAÑOL: Entregado en Frontera
TRANSPORTE: Camión
DESCRIPCIÓN GENERAL: El vendedor entrega la mercancía en la frontera terrestre y es
responsable del despacho aduanal de exportación; el punto de entrega se acuerda entre
las partes y puede ser en el país vendedor o en el comprador.

SIGLA: DES
INGLÉS: Delivered Ex-ship
ESPAÑOL: Libre en el Buque
TRANSPORTE: Ferrocarril
DESCRIPCIÓN GENERAL: La mercancía se envía hasta el puerto de destino, el
vendedor paga el flete y el seguro que está a su nombre, por lo que el vendedor asume el
riesgo hasta el puerto de destino.

SIGLA: DEQ
INGLÉS: Delivered Ex-Quay
ESPAÑOL: Entrega Fuera Muelle
TRANSPORTE: Marítimo
DESCRIPCIÓN GENERAL: El vendedor entrega la mercancía en el muelle de destino, se
tienen dos modalidades, en donde la diferencia es que el vendedor puede o no con gastos
de trámite e impuestos de importación.

SIGLA: DDU
INGLÉS: Delivered Duty Unpaid
ESPAÑOL: Entregado sin aranceles (impuestos pagados)
TRANSPORTE: Marítimo
DESCRIPCIÓN GENERAL: El vendedor asume los riesgos y costos hasta el punto final
de destino acordado en el país del comprador. El comprador es responsable del
Despacho Aduanal de importación y todos sus actos.

SIGLA: DDP
INGLÉS: Delivered Duty Paid
ESPAÑOL: Entregado con aranceles (impuestos pagados)
TRANSPORTE: Todo medio
DESCRIPCIÓN GENERAL: La obligación del vendedor termina al entregar la mercancía
en el punto final de destino acordado, en el país del comprador, asumiendo todos los
riesgos y costos, incluyendo el Despacho Aduanal de importación del país de destino.

20
UNIDAD 5 CONTRATO DE SUMINISTRO

Por su frecuencia y por las importantes sumas que diariamente se destinan en


todos los países a su celebración, el contrato de suministro es digno de una suerte
legislativa mejor de la que hasta ahora le ha tocado: ni una palabra sobre él en nuestros
cuerpos legislativos privados.

5.1. CONCEPTO.- A falta de concepto legal, es la forma en que se opera el suministro la


que conduce a ubicar con cierta claridad los elementos subjetivos y objetivos del contrato:
una de las partes, el SUMINISTRANTE o SUMINISTRADOR, se obliga a proveer a la otra,
el SUMINISTRARIO, bienes o servicios en forma periódica o continuada, a cambio de un
precio en dinero, determinado o determinable.

Resulta difícil de concebir un suministro de naturaleza puramente civil pues, por


hipótesis, una de las partes o ambas son empresas de carácter lucrativo; a lo menos el
suministrador, que debe elaborar, adquirir o extraer los bienes que en forma periódica o
continua proveerá al adquirente, de todo lo cual, como es obvio, debe obtener alguna
ganancia, cual es su propósito.

Pero, además, debemos recordar que el artículo 75 en su fracción V del Código de


Comercio, en su expresión “actos de comercio” reputa como tales... las empresas de
abastecimientos y suministros.

5.2. MERCANTILIDAD DEL CONTRATO.- El suministro no se concibe como de


naturaleza puramente civil, puesto que una de las partes o ambas son empresas de
carácter lucrativo, alo menos el suministrador, que debe elaborar, adquirir o extraer los
bienes que en forma periódica o contínua proveerá al adquirente de todo lo cual, como es
obvio, debe obtener alguna ganancia, cual es su propósito.

5.3. COMPRAVENTA Y SUMINISTRO: SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS.- Si se


atiende a que, substancialmente, los elementos subjetivos y objetivos son iguales en el
suministro y en la compraventa, pues una de las partes se obliga a transmitir al otro la
propiedad de una cosa o el aprovechamiento de un servicio, a cambio de un precio, se
comprende por qué es fácil que en la práctica se confundan; quizá la más importante nota
diferencial esté constituida por el hecho de que en el suministro cada una de las entregas
–cuando se trata de prestaciones periódicas—queda sujeta a un régimen autónomo en
cuanto al precio, que puede estar predeterminado o no; en el caso de las prestaciones
continuadas, por el hecho de que no está prevista la cantidad que en tiempo o en medida
de bienes debe proveerse al suministrario, y porque el precio puede también variar. Por el
contrario, como se sabe, en la compraventa la medida de la cosa objeto de la operación
es determinada o perfectamente determinable, aún en la de cosa futura o de esperanza, y
el precio debe ser cierto desde el primer momento.

De manera, pues, que ambos contratos pueden recaer sobre los mismos bienes, y
será la forma de cumplimiento la que determine si se trata de uno u otro. Así, como
compraventa deberá conceptuarse la que se celebre respecto de una determinada
cantidad de gas (como lo que en tanques cilíndricos se adquiere para consumo
doméstico); en cambio, será suministro el compromiso de entregar a una planta industrial,
mediante instalación ad hoc o en recipientes, todo el gas que necesite en un plazo
determinado o no.

21
Ahora precisemos las notas que permiten distinguir, jurídicamente, uno del otro
contrato:

a) La compraventa es un contrato instantáneo.- todos los derechos y obligaciones


de las partes quedan determinados y perfeccionados en el momento de su celebración,
aunque su cumplimiento se estipule a plazos o en fecha posterior. Por su parte del de
suministro es un contrato de tracto sucesivo; los derechos y obligaciones de los sujetos
únicamente se anuncian y su cumplimiento se verifica mediante el transcurso del tiempo.
Así las obligaciones de prestar el servicio y el derecho de recibir el pago se efectuarán
aisladamente.

b) El contrato de compraventa puede ser civil o mercantil; el de suministro, en


cambio, debe reputarse siempre mercantil.

5.7. CARACTERISTICAS.- Atípico, Formal, Bilateral, De tracto sucesivo; Oneroso y a


veces Conmutativo.

5.8. LA SUSCRIPCIÓN. SU CONCEPTO: GENERALIDADES Y DIFERENCIA


CON EL CONTRATO DE SUMINISTRO.- Es un contrato atípico, innominado,
consensual, de tracto sucesivo, por virtud del cual, mediante el pago de un precio, el
suscriptor adquiere el derecho de recibir, periódicamente, las publicaciones impresas que
la otra parte le debe proveer.

Los elementos diferenciadores del contrato de suscripción con el de suministro


son: a).- Mientras que el suministro puede prestarse respecto a toda clase de bienes
muebles tangibles, incluso fluidos, la suscripción solo puede contratarse sobre los
primeros, particularmente en forma de publicaciones impresas.

b).- El suministro puede consistir en entregas continuadas y aún incesantes, al


paso que la suscripción solo supone entregas periódicas.

c).- El precio de la suscripción, así como las entregas periódicas, configuran una
unidad, por el contrario, el suministro configura tantas unidades como entregas o períodos
se convengan.

22
UNIDAD 6 CONTRATO ESTIMATORIO O DE CONSIGNACIÓN

6.1. CONCEPTO.- Se trata, de un contrato propio de comerciantes detallistas


particularmente traficantes en automóviles, piezas artísticas, joyas, libros usados, y en
otras muchas mercaderías de no fácil venta directa por parte de su propietario.

6.2. NATURALEZA JURÍDICA.- Se encuadra como un mandato, y más


concretamente, como una comisión mercantil que es, cabalmente, “El mandato aplicado a
actos concretos de comercio...”, (art. 273 C. Comercio), por cuanto no hay duda sobre el
carácter mercantil de este contrato y de la futura venta por parte del consignatario.

6.3. ELEMENTOS PERSONALES.- El enajenante, eventual vendedor o “tradens”,


entrega un bien mueble al consignatario, eventual revendedor o “accipiens”, quien asume
la libre disposición del bien, con total exclusión del tradens, y se obliga a pagar a éste el
precio estipulado o devolverle dicho bien, dentro del plazo convenido. La libre disposición
incluye, por supuesto, la facultad de vender a un tercero la cosa en el precio y condiciones
que libremente convengan el accipiens y el tercero adquirente; por último, tales actos de
disposición los realiza el accipiens en nombre y por cuenta propios.

6.4. DERECHOS Y OBLIGACIONES.- a) Es un contrato real, pues las obligaciones del


accipiens sólo surgen una vez que tiene a su disposición la cosa; no de otro modo podría
proceder a su venta y entrega a un tercero comprador.

b) El tradens pierde la disponibilidad del bien, en favor del accipiens; y henos aquí
frente a una de las más intrincadas características del contrato en examen: mientras no
hay duda sobre que el primero conserva la propiedad, sí la hay en cuanto a la naturaleza
jurídica del contrato de libre disposición por parte del accipiens, que podría reputarse de
mandato o comisión sin representación, si no fuera porque:

1) Actúa en nombre y por cuenta propios.


2) No está obligado a desplegar actividad alguna en su carácter de presunto
enajenante del bien, y
3) Tampoco reporta la obligación de informar o de rendir cuenta de su actuación al
tradens.

c) Configura un contrato atípico, pero autónomo: lo primero, por no estar previsto


en nuestros textos legales; lo segundo, por cuanto participa de elementos y
características que obligan a no confundirlo con ninguno otro, ni siquiera con la
compraventa, a pesar de su parentesco filial, y a no atribuirle el simplista carácter de
combinación de contratos.

d) En cuanto a la posibilidad de que nuestro contrato no sea más que la


combinación de otros: promesa de venta con mandato o comisión, depósito con venta
sujeta a condición suspensiva o resolutoria, etc.

6.5. CARACTERÍSTICAS.- Debe su nombre, indudablemente, a la suma de dinero que


ambas partes estiman que, llegado el caso, el consignatario de la cosa objeto del contrato
pagará al consignante, quien, a su vez, la entrega para su eventual venta o devolución.

23
Es un contrato típico y autónomo: lo primero, por estar previsto en nuestros textos
legales; lo segundo, porque participa de elementos y características que le atribuyen un
carácter propio y que obligan a no confundirlo con ninguno otro, ni siquiera con la
compraventa, a pesar de su parentesco filial, y a no atribuirle el simplista carácter de
combinación de contratos:

a).- No es promesa de compraventa, porque el accipiens no promete comprar.

b).- No es promesa unilateral de venta, porque en ésta no se da, como en el


contrato estimatorio, la forzosa pérdida de disponibilidad, del uso y disfrute del bien; la
promesa, además, es consensual, al paso que nuestro contrato es real.

c).- Tampoco se trata de una compraventa con condición suspensiva.

d).- Existe la posibilidad de que nuestro contrato sea la combinación de otros:


promesa de venta con mandato o comisión, depósito con venta sujeta a condición
suspensiva o resolutoria.

24
UNIDAD 7 CONTRATO DE PRÉSTAMO MERCANTIL

7.1. CONCEPTO.- Se reputa mercantil el préstamo cuando se contrae en el concepto y


con expresión de que las cosas prestadas se destinen a actos de comercio y no para
necesidades ajenas de éste. Se presume mercantil el préstamo que se contrae entre
comerciantes.

7.2. CLASIFICACIÓN MERCANTIL.- El préstamo mercantil puede verificarse en dinero


o en especie. En dinero, el deudor pagará a su acreedor, devolviendo una cantidad igual a
la recibida. En especie, el deudor deberá devolver, al no mediar pacto en distinto sentido,
igual cantidad en la misma especie y calidad, o su equivalente en metálico si se hubiere
extinguido la especie debida.

7.3. MODALIDADES.- El préstamo mercantil se efectúa por tiempo determinado o


indeterminado. En el primer caso, la devolución de la cosa se efectuará en el lugar y plazo
convenidos; y en el indeterminado, el pago al deudor no podrá exigirse sino después de
los 30 días siguientes a la interpelación que se haga, ya judicialmente, ya en lo
extrajudicial ante un notario o dos testigos.

7.4. ELEMENTOS PERSONALES.- Quien efectúa el préstamo recibe el nombre de


acreedor; y quien recibe la cosa se denomina deudor o acreditado.

7.5. NOCIONES GENERALES.- La regulación del contrato de préstamo y el depósito


están regulados por el Código Civil, por lo que sólo nos referiremos a aquellas diferencias
que afecten la estructura de ambas instituciones, al comparar las normas civiles y
mercantiles relativas.

7.6. PRINCIPALES DIFERENCIAS ENTRE EL PRÉSTAMO CIVIL Y EL


MERCANTIL: a) El nombre.- En tanto que el Código de Comercio llama préstamo a esta
convención, el Código Civil lo denomina mutuo. b) La naturaleza consensual o real.- El
mutuo es consensual, según lo dispone el Código Civil (Art. 2384); y aunque el Código de
Comercio no expresa lo contrario, del texto de las disposiciones relativas, principalmente
del artículo 358, se desprende que para el legislador comercial el préstamo se supone
real, ya que se realiza o perfecciona por la entrega de las cosas prestadas. c) El interés.-
En tanto que el interés legal es, en el Código Civil, del 9 por ciento anual (Art. 2395), en el
Código de Comercio es del 6 por ciento (Art. 362). Respecto a este tema de los intereses,
nuestro Código Civil prohíbe la capitalización de los intereses, salvo que se autorice por
convenio posterior a su causación (Art. 2397); en tanto que el Código de Comercio
autoriza la capitalización de intereses. (Art. 363). El Código de Comercio señala que “toda
prestación pactada a favor del acreedor, que conste precisamente por escrito, se reputará
“interés”; y como esta disposición no existe en el Código Civil, no se reputarán intereses
las comisiones y demás cargos que se hagan a los deudores de préstamos civiles.

Por último, como un freno al pacto de intereses usurarios, el Código Civil dispone
que “si se ha establecido un interés más alto que el legal, el deudor, después de seis
meses contados desde de que se celebró el contrato puede reembolsar el capital,
cualesquiera que sea el plazo fijado para ello, dando aviso al acreedor con dos meses de
anticipación y pagando los intereses vencidos”. (Art. 2396). Sería justo, para evitar
abusos, aplicar esta disposición en el campo mercantil.

25
UNIDAD 8 CONTRATO DE ARRENDAMIENTO FINANCIERO

8.1. ANTECEDENTES GENERALES.- Dos formas refinadas de imputar la ventas


comerciales han aparecido en el siglo pasado; en ambos casos los comerciantes han
hecho gala, una vez más, de su inagotable ingenio, ahora demostrado mediante la
creación de mecanismos: uno de ellos, el arrendamiento con promesa de venta, también
conocido como arrendamiento financiero, y en ocasiones como “leasing”, que permite a
las empresas industriales, agrícolas y comerciales de todo tipo, así como a los no
comerciantes, el disponer de equipo, maquinaria, aparatos y automóviles, sólo durante su
vida útil, sin necesidad de pagar su precio de contado, ni de acudir a préstamos o créditos
para tal fin; el otro, que permite a su tenedor --que, prácticamente, puede serlo cualquier
persona física o moral— adquirir, sin necesidad de llevar dinero consigo ni de acudir a
otras formas de pago momentáneo, mercaderías y hacer uso de servicios de una
amplísima variedad, a tal punto que abarca casi todos los bienes de uso o consumo
personal, doméstico y en oficinas, así como numerosos servicios, principalmente de
transporte y en forma de suministros.

8.2. REGIMEN LEGAL.- Sin tener regulación legal, nuestro contrato vino a ser normado
por la hoy derogada Ley General de Instituciones de Crédito y Organizaciones Auxiliares
(LGICOA), como consecuencia del carácter de organizaciones auxiliares de crédito que
dicha ley confirió a las arrendadoras financieras, según reformas y adiciones en el Diario
Oficial del 30 de diciembre de 1981. Pocas innovaciones se introdujeron a la vigente Ley
General de Organizaciones y Actividades Auxiliares del Crédito (LGOAAC) del 14 de
enero de 1985, conforme a la cual la celebración de estos contratos sólo puede
efectuarse por dichas arrendadoras financieras, requiriendo para ello autorización de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público y a petición de la Comisión Nacional Bancaria y
de Valores (CNBV) incluir las cláusulas que la misma indique.

De todo ello se infiere que el legislador atribuye al arrendamiento financiero el


carácter de operación de crédito, si bien no exclusiva de tales empresas auxiliares de
crédito; cualquier persona física o moral puede actuar como arrendadora financiera, a
condición que no lo haga de modo habitual.

8.3. MECANISMO.- a) El empresario comercial o particular interesado en usar un bien


mueble se dirige a una empresa (arrendadora), la que, hechos los estudios financieros del
caso, lo compra con el único fin de permitir su uso al futuro arrendamiento;

b) Se celebra el contrato, en cuyos términos la arrendadora pone el bien a


disposición del arrendatario para que lo use y, en su caso, disfrute, tal y como se estipula
en cualquier contrato de arrendamiento, si bien con la adición de un segundo contrato,
cual es la promesa unilateral de venta que, a favor del arrendatario, formula la propietaria-
-arrendadora del bien, y

c) Se estipula también que, transcurrido el plazo forzoso del arrendamiento, el


inquilino tendrá ante sí tres alternativas:

1.- La compra del bien, mediante el pago de una suma de ordinario reducida, pues
las rentas pagadas se computan a cuenta del precio;

26
2.- La prórroga del arrendamiento, en cuyo caso el importe de las nuevas rentas se
reduce considerablemente respecto de las anteriores, por la razón ya indicada, y al vencer
la prórroga volverán a presentarse estas tres alternativas; y,

3.- La devolución de la cosa arrendada, para que proceda a su venta y posterior


reparto del precio entre ambos.

8.4. CARACTERISTICAS.- Con lo anterior es posible configurar este contrato como:


bilateral, oneroso, nominado, típico, formal, conmutativo, y de tracto sucesivo.

27
UNIDAD 9 CONTRATO DE TRANSPORTE

9.1. NOCIONES GENERALES.- Sin la actividad transportadora no podríamos


imaginarnos el desenvolvimiento de las comunidades humanas. El transporte es tanto o
más importante que la compraventa, ya que sin él no sería imaginable la circulación de las
mercancías.

En la vida moderna la actividad del transporte se ha convertido en un servicio


público, que se presta entre nosotros previo permiso o concesión del Estado, por
empresas sometidas al control administrativo, conforme a la Ley de Vías Generales de
Comunicación. Los contratos de transporte aislados son de menor proporción, y de
mínima importancia en la práctica comercial.

Por la prestación del servicio se requiere, generalmente, un vehículo (buque,


camión autobús, avión, etc.) o una línea conductora (gasoducto, oleoducto, líneas
transportadoras de energía eléctrica), o un mecanismo transmisor (emisoras de radio y
televisión).

En la antigua práctica comercial lo esencial era el vehículo; pero en la


complicación de la vida moderna se requiere de una infraestructura (vías férreas,
caminos, oficinas, talleres, etc.).

El rancio abolengo mercantil del contrato de transporte produce en nuestro


ordenamiento jurídico un fenómeno curioso: el Código de Comercio no define,
generalmente, los contratos; sólo señala cuando son mercantiles, y deja al Código Civil la
definición y estructuración básica de las instituciones contractuales. El Código Civil
acostumbra definir, y al hacerlo, se despreocupa del Código de Comercio, al que
sistemáticamente ignora. En cambio, al definir el transporte, el Código Civil establece que
“el contrato por el cual uno se obliga a transportar, bajo su dirección o la de sus
dependientes, por tierra, por agua o por el aire, a personas, animales, mercaderías o
cualesquiera otros objetos, si no constituye un contrato mercantil, se regirá por las reglas
siguientes.” (Art. 2646).

A su vez, el Código de Comercio se refiere sólo a los transportes terrestres y


fluviales (el transporte marítimo está Reglamentado en la Ley de Navegación y Comercio
Marítimos, y el aéreo en la Ley de Vías Generales de Comunicación); y señala el Código
que serán mercantiles los transportes referidos, cuando tengan “por objeto mercaderías o
cualesquiera efectos de comercio”, y cuando “siendo cualquiera su objeto, sea
comerciante el porteador o se dedique habitualmente a verificar transportes para el
público”. (Art. 576).

9.2. CONCEPTO.- El transporte es el contrato en virtud del cual el porteador se obliga,


mediante un precio, a transportar personas o cosas de un lugar a otro, y a entregar las
cosas transportadas al consignatario.

9.3. MERCANTILIDAD DEL CONTRATO.- En la práctica no existen actualmente


contratos civiles de transporte, ya sea por tierra, agua o aire, de personas o de cosas, en
los que el porteador no sea un empresario –persona física o moral- y las cosas
transportadas no sean mercaderías o efectos de comercio (arts. 75-VIII, 576 C. Com.).

28
9.4. MARCO JURÍDICO.- El Código de Comercio regula los contratos de transporte
terrestre de personas y de carga y recayendo su mercantilidad cuando recaen sobre
mercaderías o efectos de comercio o cuando el porteador sea comerciante o, de modo
habitual, efectúe transportes para el público (art. 576 C. Com.).

La Ley de Navegación (LN) consigna el régimen legal de las materias


administrativa y comercial de la navegación marítima.

En cuanto al transporte aéreo, la Ley de Aviación Civil (LAC) regula sus


manifestaciones contractuales.

9.4. CAMPOS DE OPERACIÓN: TERRESTRE, MARÍTIMO, AÉREO.- Ya


indicamos que, según sea el medio en que se realice, los ordenamientos tradicionales han
establecido tres clases de transporte: terrestre (que incluye el fluvial) marítimo y aéreo, y
que, técnicamente, no hay razón para reglamentaciones separadas, por lo que deberían
tener un tratamiento legislativo unitario. Por el objeto del transporte, éste se divide en
transporte de personas y transporte de cosas (corporales e incorporales).

9.5. ELEMENTOS REALES.- Están considerados dentro de este rubro el transporte de


cosas, el precio y las cosas mismas.

9.5.1. ELEMENTOS FORMALES.- Es el transporte un contrato consensual; pero los


porteadores tienen obligación de entregar a los pasajeros un billete o boleto, en el que
consten las condiciones del contrato, y a los cargadores, en el transporte de cosas, una
carta de porte, conocimiento de embarque o constancia de celebración del contrato, como
las notas de telégrafos.

El documento relacionado con el transporte recibe el nombre de “carta de porte” o


“conocimiento”, según lo establece el artículo 581 del Código de Comercio.

9.5.2. DISTINCIÓN DE CONTRATOS AFINES.- Suelen los mercantilistas distinguir


del contrato de transporte otros contratos semejantes o afines, como son:

a) Contrato de arrendamiento de vehículo.- Cuando una persona (aún siendo


titular de una empresa de transporte) proporciona a otra un vehículo (camión, buque,
etc.), para que bajo control de la segunda se realicen transportes de personas o de cosas,
es claro que no habrá contrato de transporte, sino de arrendamiento de vehículo. Así ha
resuelto una vieja disputa doctrinal de la Ley de Navegación y Comercio Marítimos. (Arts.
150 a 156).

b) Contrato de circulación de vehículos sobre vías ajenas.- Este contrato se da en


los casos de las antiguas compañías de coches cama y “express”, o en los casos de
particulares que suelen transitar por las vías del ferrocarril. Es claro que, en tales
supuestos, no estamos frente a un contrato de transporte. En la vía del ferrocarril de
Chihuahua al Pacífico circula un tren turístico propiedad de un consorcio chihuahuense-
sinaloense. Luego entonces el contrato correspondiente es de una asociación en los que
los participantes tienen, mutuamente, la calidad de asociantes-asociados.

c) Contrato de mudanza.- La doctrina francesa, contra las decisiones de su


jurisprudencia, considera al contrato de mudanza como una variedad del contrato de

29
transporte, y creemos que la posición doctrinal es correcta, ya que el empresario de
mudanzas traslada muebles de un lugar a otro, a cambio del correspondiente precio del
servicio.

d) Contrato de transmisión de mensajes.- Se ha discutido si el contrato de


transmisión de mensajes por medio de la energía eléctrica, como en el caso del telégrafo
o de la radio, es o no asimilable al contrato de transporte. Algún sector de la doctrina
comparada lo niega. En nuestra opinión en nuestro ordenamiento se admite la noción de
cosas incorporales, según hemos visto, y la definición de nuestro Código Civil habla en
general de cosas, no está excluida de la noción de transporte la de cosa incorporal. En el
fondo, habrá la obligación de trasladar la cosa de un lugar a otro, sea cual fuere el medio.
Naturalmente, no se aplicarán a este contrato las disposiciones que por su contenido sean
atribuibles sólo a las cosas corporales; pero, en el fondo, se aplicarán las normas básicas
del contrato de transporte.

e) Contrato de remolque.- El remolque se da cuando un vehículo aplica a otro una


fuerza extraña a éste, para movilizarlo de un lugar a otro. Para determinar si se trata de
transporte, habrá que atender a si el personal del remolcado conserva el control e
iniciativa de la operación, o ésta queda bajo el control total del operador. En el primer
caso, se tratará de un remolque simple, que se regirá por sus normas especiales, y en el
segundo, se tratará de un transporte.

9.5.3. EL TRANSPORTE DE PERSONAS.- En este tipo de transporte el objeto del


mismo es el destinatario del servicio de traslación esto es, el pasajero. El transporte de
cosas, (equipaje) es en este caso accesorio del transporte de la persona.

El billete o boleto de pasaje contendrá las indicaciones fundamentales del contrato,


como puntos de partida y de destino, importe de pasaje, etc., y será la prueba de que el
pasajero ha cubierto el importe del servicio, que en la jerga mercantil recibe el nombre de
pasaje.

9.6. CONTRATO DE TRANSPORTE DE COSAS CORPORALES

9.6.1. ELEMENTOS PERSONALES.- Las partes en el contrato de transporte son el


cargador, que proporciona las cosas a transportar, el porteador o transportador, que
presta el servicio del transporte, y el consignatario, a quien las cosas objeto del transporte
se destinan. El consignatario es, en primer momento, extraño al contrato, puesto que en la
formación del mismo intervienen sólo el cargador y el porteador; pero en el momento en
que acepta la recepción de las cosas transportadas, se considera incorporado al contrato
y obligado en los términos del mismo. Por tanto, no se trata, en el primer momento del
contrato, de una simple estipulación a favor de tercero (el consignatario), sino de una
figura jurídica especial.

9.6.1.1. OBLIGACIONES Y DERECHOS DEL CARGADOR.- El Código de Comercio


enumera los derechos y obligaciones de las partes.

I.- Entregar las mercancías en las condiciones, lugar y tiempo convenidos; II.- Dar
los documentos necesarios, así fiscales como municipales, para el libre tránsito y pasaje
de la carga; III.- A sufrir los decomisos, multas y demás penas que se le impongan por

30
infracción de las leyes fiscales, y a indemnizar al porteador de los perjuicios que se le
causen por la violación de las mismas; IV.- A sufrir las pérdidas y averías de las
mercancías que procedan de vicio propio de ellas o de caso fortuito; V.- A indemnizar al
porteador de todos los daños y perjuicios que por falta de cumplimiento del contrato
hubiere sufrido y de todas las erogaciones necesarias para cumplimiento del mismo y
fuera de sus estipulaciones hubiese hecho en favor del cargador.; VI.- A remitir con
oportunidad la carta de porte al consignatario, de manera que pueda hacer uso de ella al
tiempo de llegar la carga a su destino final. Estará obligado, además, el cargador, a
declarar el contenido de los bultos que contengan la carga, si lo exigen personas
autorizadas por el porteador, al momento de recibirla.

Es de hacerse notar que la ley no imponga al cargador la obligación de pagar el


precio del transporte (porte o flete), porque, esta obligación corre a cargo del
consignatario. Pero cabe advertir que el consignatario no está contractualmente obligado
mientras no acepte incorporarse al contrato, y, por tanto, la obligación originaria de pagar
portes o fletes, corresponde al cargador.

9.6.1.2. EL CARGADOR TENDRÁ DERECHO: I.- A variar la consignación de las


mercancías mientras estuvieren en camino, si diere con oportunidad la orden respectiva al
porteador y le entregare la carta de porte expedida a favor del primer consignatario; II.- A
variar, dentro de la ruta convenida, el lugar de la entrega de la carga, dando
oportunamente al porteador la orden respectiva, pagando la totalidad del flete estipulado y
canjeando la carta de porte primitiva por otra, debiendo indicar al porteador el nuevo
consignatario, si lo hubiere.

Debe hacerse notar cómo el contrato de transporte queda vinculado a la carta de


porte o conocimiento, ya que, para variar las condiciones esenciales del contrato, será
necesario devolver el título al porteador.

9.6.3. OBLIGACIONES Y DERECHOS DEL PORTEADOR.- El porteador estará


obligado a lo siguiente: I.- A recibir las mercancías en el tiempo y lugar convenidos; II.- A
emprender y concluir el viaje, dentro del plazo estipulado, precisamente por el camino que
señale el contrato; III.- A verificar el viaje, desde luego, si no hay término ajustado, y en el
más próximo a la fecha del contrato, si acostumbrare hacerlos periódicamente; IV.- A
cuidar y conservar las mercancías bajo su exclusiva responsabilidad, desde que las reciba
hasta que las entregue a satisfacción del consignatario; V.- A entregar las mercancías al
tenedor de la carta de porte o de la orden respectiva en defecto de ella; VI.- A pagar, en
caso de retardo que le sea imputable, la indemnización convenida, o si no se ha
estipulado el perjuicio que haya causado al cargador, deduciéndose en uno y otro caso
el monto respectivo del precio del transporte; VII.- A entregar las mercancías por peso,
cuenta y medida, si así están consideradas en la carta de porte, a no ser que estén en
barricas, cajones o fardos, pues entonces cumplirá con entregar éstos sin lesión exterior;
VIII.- A probar que las pérdidas o averías de las mercancías, o el retardo en el viaje, no
han tenido por causa su culpa o negligencia, si es que alega no tener responsabilidad en
esos acontecimientos; IX.- A pagar las pérdidas o averías que sean a su cargo, con
arreglo al precio que a juicio de peritos tuvieren las mercancías en el día y lugar en que
debía hacerse la entrega, debiendo en este caso los peritos atender a las indicaciones de
la carta de porte; X.- Y, en general, a cubrir al cargador o consignatario los daños y
perjuicios que resientan, ya por su culpa, ya porque no de cumplimiento contrato relativo.

31
9.6.4. OBLIGACIONES Y DERECHOS DEL CONSIGNATARIO.- El consignatario es
extraño al contrato de transporte; es sólo la persona indicada para recibir las mercancías
en el punto de destino convenido. Para que se actualicen las obligaciones y los derechos
a cargo y en favor del consignatario, es necesario que éste acepte el contrato de
transporte y se convierta, así, en la tercera parte del mismo.

I.- A recibir las mercancías sin demora, si están en buenas condiciones y su estado
coinciden con lo que expresa la carta de porte.

II.- A abrir y reconocer los bultos.

III.- A entregar al porteador la carta de porte y a falta de ésta un recibo por las
mercancías.

IV.- A pagar al porteador el flete y los gastos convenidos en el contrato.

V.- Frente al cargador, tendrá la obligación de exigir al porteador, dentro de las 24


horas de recibidas las mercancías, las responsabilidades en que hubiera incurrido.

VI.- Cumplir las órdenes del cargador y comunicarle cuanto ocurra relativo a las
mercancías porteadas.

32
UNIDAD 10 CONTRATO DE SEGURO

REGIMEN LEGAL.- El contrato de seguro está regulado, de modo principal por: La Ley
Sobre el Contrato de Seguro y la Ley General de Instituciones y Sociedades Mutualistas
de Seguros.

10.1 CONCEPTO.- El concepto se verifica en atención al Artículo 1º de la L.C.S. que


establece: “Por el contrato de seguro, la empresa aseguradora se obliga, mediante una
prima, a resarcir un daño o a pagar una suma de dinero al verificarse la eventualidad
prevista en el contrato.

10.2. ELEMENTOS PERSONALES; DERECHOS Y OBLIGACIONES

a) una empresa aseguradora y,


b) Un contratante del seguro.

Elementos subjetivos: a) La obligación de resarcir un daño, o de pagar una suma en


efectivo al ocurrir el acontecimiento previsto en el contrato, a cargo del asegurador, y, b)
La obligación que asume el tomador de pagar la prima.

10.2.1. OBLIGACIÓN PRINCIPAL DEL TOMADOR: EL PAGO DE LA PRIMA.-


Suele, en efecto, afirmarse que la prestación monetaria a cargo del tomador es la más
importante de las que finca el vínculo contractual.

10.2.2. LA OFERTA.- En México el contrato de seguro es consensual; sin embargo, en


la práctica algunos tipos de seguro sólo surten efectos mediante la expedición de la
póliza, en cuanto portadora de la primer noticia de que la oferta fue aceptada por parte del
asegurado; tales seguros son aquellos en los que la empresa aseguradora requiere
declaraciones o descripciones indispensables para conocer el riesgo cuya cobertura se le
propone, ejemplo de ello es el examen médico en los seguros de vida.

10.3. MERCANTILIDAD DEL CONTRATO.- Esta convención se inscribe dentro de los


llamados contratos de empresa, entendidos como tales aquellos que solo pueden
otorgarse con empresas constituidas ex profeso y legalmente autorizadas para celebrarlos
(art. 3º, fracs. I y IV, LGISMS).

10.4. INTERÉS ECONÓMICO.- El seguro de daños no puede ser fuente de lucro para
el asegurado, pues su misión es la de restablecer a su estado original un patrimonio
desfavorablemente afectado por el siniestro y, en el seguro de provecho esperado,
indemnizar al asegurado por la privación de una ganancia que legítimamente debía
obtener; en consecuencia, solo es asegurable el interés económico sobre las cosas, sus
frutos o productos, y ningún asegurado puede pretender que se le pague cantidad alguna
que exceda de dicho interés, aunque la suma asegurada fuere superior.

Se trata pues, de la relación patrimonial entre una persona y un objeto, de tal


manera que resulta plenamente valido afirmar que en todos los seguros de daños lo
asegurado no es la cosa, sino el interés económico que la misma representa para su
titular.

33
10.5. RIESGO Y SINIESTRO.- Es la posibilidad de que ocurra un acontecimiento
dañoso: tal es la común definición del riesgo, aplicable también a uno de los elementos
característicos del seguro. En efecto, todo seguro debe significar un riesgo para el
asegurador, por cuanto asume la obligación de resarcir al asegurado los daños que éste,
a su vez, resienta por la eventual realización del acontecimiento previsto.

Incertidumbre y daño son, pues, los necesarios y únicos atributos del riesgo;

Por su parte, el siniestro lo debemos concebir como la realización del


acontecimiento previsto.

10.6. EL PRINCIPIO DE EXQUISITA BUENA FE.- Todos los contratos son de buena
fe, y deben interpretarse conforme a los principios de ésta (art. 1198 C. Civil). La
peculiaridad está dada por la naturaleza aleatoria del contrato en el cual el asegurador
queda librado, en lo que respecta al estado del riesgo, a los informes del tomador, por lo
que se le impone a éste una veracidad y diligencia mayores que en los contratos
conmutativos, en los cuales, en principio, se acepta el dolus bonus.

10.7. COASEGURO Y REASEGURO.- El coaseguro es un contrato por virtud del cual


en caso de siniestro en el que participen dos o más asegurados de empresas firmantes de
un convenio golpe por golpe, en caso de siniestro cada una de éstas resarce a su propio
asegurado, sin consideración de la responsabilidad que la haya incumbido en el siniestro.

Por el contrato de reaseguro el reasegurador se obliga a reparar, dentro de los límites


establecidos en la ley y en el contrato, la deuda que nace en el patrimonio del
reasegurado a consecuencia de la obligación por éste asumida como asegurador en un
contrato de seguro.

10.8. INTERÉS ASEGURABLE.- Se ha establecido que el interés asegurable


constituye el objeto del contrato y es considerado como un elemento del riesgo ya que sin
interés no puede haber riesgo; su existencia es esencial para legitimar el contrato porque
en el seguro de daños, es la medida para la indemnización; es la relación entre un sujeto
y un objeto amenazado por un hecho determinado, es decir que el interés asegurable
depende de tres elementos: un bien, la relación jurídica con éste, y su exposición a un
riesgo determinado.

10.9. INFRASEGURO, SUPRASEGURO Y SEGUROS MÚLTIPLES.- El infraseguro


se obtiene cuando la suma asegurada sea inferior al valor del interés asegurado, sea en
un primer momento o en forma superveniente. La falta de coincidencia entre ambos
puede conducir a las siguientes soluciones: 1. Pacto en el sentido de que el asegurador
resarcirá cualquier daño por su importe total, siempre dentro del límite de la suma
asegura, según la cláusula conocida con la expresión “a primer riesgo”; 2. Aplicación de la
regla proporcional, según la cual el asegurador, de cara al siniestro, sólo responderá de
manera proporcional al daño causado, en cuyo caso la proporción de pago será la misma
que guarden la suma asegurada y el valor del interés asegurado.

El supraseguro o sobreseguro, es el seguro contratado por una suma superior al valor real
de la cosa, siendo válido sólo hasta la concurrencia de este último y; por supuesto, da
lugar a la reducción de la suma asegurada y de la prima; pero si al determinarse la suma

34
original hubo dolo o mala fe de una de las partes, la otra tendrá derecho para demandar u
oponer la nulidad y exigir la indemnización que corresponda por daños y perjuicios.

En el caso de seguros múltiples o doble seguro, o sea el contratado con dos o más
aseguradores contra el mismo riesgo y por el mismo interés, el asegurado debe informar
por escrito a cada uno de los aseguradores sobre la existencia de los demás seguros.

10.10. LOS SEGUROS DE DAÑOS REGULADO POR LA LSCS

10.10.1. SEGURO CONTRA INCENDIO

Artículo 122. En el seguro contra incendio, la empresa aseguradora contrae la obligación


de indemnizar los daños y pérdidas causados ya sea por incendio, explosión, fulminación
o accidentes de naturaleza semejante.

Artículo 123. La empresa aseguradora, salvo convenio en contrario, no responderá de las


pérdidas o daños causados por la sola acción del calor o por el contacto directo e
inmediato del fuego o de una substancia incandescente, si no hubiere incendio o principio
de incendio.

Artículo 124. Si no hay convenio en otro sentido, la empresa responderá solamente de los
daños materiales que resulten directamente del incendio o del principio de incendio.

Artículo 125. Se asimilan a los daños materiales y directos, los daños materiales
ocasionados a los objetos comprendidos en el seguro por las medidas de salvamento.

Artículo 126. A pesar de cualquier estipulación en contrario, la empresa responderá de la


pérdida o de la desaparición que de los objetos asegurados sobrevengan durante el
incendio, a no ser que demuestre que se derivan de un robo.

Artículo 127. Después del siniestro, cualquiera de las partes podrá rescindir el contrato
con previo aviso de un mes; pero en caso de que la rescisión provenga del asegurado, la
empresa tendrá derecho a la prima por el período en curso.

Artículo 128. En el seguro contra incendio, se entenderá como valor indemnizable:

I. Para las mercancías y productos naturales, el precio corriente en plaza;

II. Para los edificios, el valor local de construcción, deduciéndose las disminuciones que
hayan ocurrido después de la construcción; pero si el edificio no se reconstruyere, el valor
indemnizable no excederá del valor de venta del edificio;

III. Para los muebles, objetos usuales, instrumentos de trabajo y máquinas, la suma que
exigiría la adquisición de objetos nuevos, tomándose en cuenta al hacer la estimación del
valor indemnizable los cambios de valor que realmente hayan tenido los objetos
asegurados.

35
10.10.2. SEGURO DE PROVECHOS ESPERADOS Y DE GANADO

Artículo 129. Es lícito el seguro de provechos esperados dentro de los límites de un


interés legítimo.

Artículo 130. En el seguro sobre rendimientos probables, el valor del interés será el del
rendimiento que se hubiere obtenido de no sobrevenir el siniestro; pero se deducirán del
valor indemnizable los gastos que no se hayan causado todavía ni deban ya causarse por
haber ocurrido el siniestro.

Artículo 131. En el seguro contra los daños causados por el granizo, el aviso del siniestro
debe darse precisamente dentro de las veinticuatro horas siguientes a su realización. En
esta clase de seguro no será aplicable la disposición del artículo 114, y el asegurado
tendrá la facultad de variar el estado de las cosas de acuerdo con las exigencias del caso.

Artículo 132. En el seguro contra la enfermedad o muerte de los ganados, la empresa se


obliga a indemnizar los daños que de esos hechos se deriven. El valor del interés por la
muerte es el valor de venta del ganado en el momento del siniestro; en caso de
enfermedad, el valor será el del daño que directamente se realice.

Artículo 133. En el seguro a que se refiere el artículo anterior, el aviso del siniestro deberá
darse dentro de las veinticuatro horas.

Artículo 134. Cuando la falta del cuidado que debe tenerse con el ganado, diere causa al
siniestro, la empresa aseguradora quedará libre de sus obligaciones.

Artículo 135. La empresa aseguradora responderá por la muerte del ganado aun cuando
la muerte se verifique dentro del mes siguiente a la fecha de terminación del seguro,
siempre que tenga por causa una enfermedad contraída en la época de duración del
contrato.

Artículo 136. El seguro no comprenderá el ganado que se enajene singularmente.

Artículo 137. No podrá rescindirse el contrato de seguro a causa de la muerte o


enfermedad de un solo animal del ganado asegurado.

10.10.3. SEGURO DE TRANSPORTE TERRESTRE

Artículo 138. Podrán ser objeto del contrato de seguro contra los riesgos de transporte,
todos los efectos transportables por los medios propios de la locomoción terrestre.

Artículo 139. El seguro de transporte comprenderá los gastos necesarios para el


salvamento de los objetos asegurados.

Artículo 140. Podrán asegurar, no sólo los dueños de las mercancías transportadas, sino
todos los que tengan interés o responsabilidad en su conservación, expresando en el
contrato el concepto por el que contratan el seguro.

Artículo 141. Además de los requisitos de que trata el artículo 20 de esta ley, la póliza de
seguro de transporte designará:
I. La empresa o persona que se encargue del transporte;

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II. Las calidades específicas de los efectos asegurados, con expresión del número de
bultos y de las marcas que tuvieren;

III. El punto en donde se hubieren de recibir los géneros asegurados, y el en que deben
entregarse.

Artículo 142. En los casos de deterioro por vicio de la cosa o transcurso del tiempo, la
empresa aseguradora justificara judicialmente el estado de los efectos asegurados, dentro
de las veinticuatro horas siguientes al aviso que de su llegada al lugar en que deban
entregarse le dé el asegurado. Sin esta justificación no será admisible la excepción que
proponga para eximirse de su responsabilidad como asegurador.

Artículo 143. La empresa aseguradora, se subrogará en las acciones que competan a los
asegurados para repetir contra los porteadores por los daños de que fueren responsables.

Artículo 144. El asegurado no tendrá obligación de avisar la enajenación de la cosa


asegurada ni denunciar a la empresa la agravación del riesgo.

10.10.4. SEGURO CONTRA LA RESPONSABILIDAD

Artículo 145. En el seguro contra la responsabilidad, la empresa se obliga hasta el límite


de la suma asegurada a pagar la indemnización que el asegurado deba a un tercero a
consecuencia de un hecho que cause un daño previsto en el contrato de seguro.

Tratándose de los seguros obligatorios a que hace referencia el artículo 150 Bis de esta
Ley, la empresa estará obligada a cubrir los riesgos asegurados hasta los montos
indemnizatorios o las sumas aseguradas por persona o por bien, así como, en su caso,
los acumulados por evento, que se establezcan en las disposiciones legales respectivas o
en las administrativas de carácter general que se deriven de las mismas, vigentes al
celebrarse el contrato.

Para los riesgos respecto de los cuales las disposiciones a que se refiere el párrafo
anterior no determinen el monto indemnizatorio o la suma asegurada obligatorios, se
estará a lo dispuesto en el artículo 86 de la presente Ley para determinar el límite de la
suma asegurada.

Artículo 145 Bis. En el seguro contra la responsabilidad, podrá pactarse que la empresa
aseguradora se responsabilice de las indemnizaciones que el asegurado deba a un
tercero en cualquiera de las siguientes formas:

a) Por hechos ocurridos durante la vigencia de la póliza respectiva o en el año anterior,


siempre que la reclamación se formule por primera vez y por escrito al asegurado o a la
empresa durante la vigencia de dicha póliza, o bien

b) Por hechos ocurridos durante la vigencia de la póliza, siempre que la reclamación se


formule por primera vez y por escrito al asegurado o a la empresa en el curso de dicha
vigencia o dentro del año siguiente a su terminación.

No serán admisibles otras formas de limitación temporal de la cobertura, pero sí la


ampliación de cualquiera de los plazos indicados.

37
La limitación temporal de la cobertura será oponible tanto al asegurado como al tercero
dañado, aun cuando desconozcan el derecho constituido a su favor por la existencia del
seguro, la ocurrencia del hecho generador de la responsabilidad o la materialización del
daño.

Si se diere la acumulación de sumas aseguradas, será aplicable lo dispuesto por los


artículos 102 y 103 de la presente Ley.

Artículo 146. Los gastos que resulten de los procedimientos seguidos contra el
asegurado, estarán a cargo de la empresa, salvo convenio en contrario.

Artículo 147. El seguro contra la responsabilidad atribuye el derecho a la indemnización


directamente al tercero dañado, quien se considerará como beneficiario del seguro desde
el momento del siniestro.

En caso de muerte de éste, su derecho al monto del seguro se transmitirá por la vía
sucesoria, salvo cuando la ley o el contrato que establezcan para el asegurado la
obligación de indemnizar, señale los familiares del extinto a quienes deba pagarse
directamente la indemnización sin necesidad de juicio sucesorio.

Artículo 148. Ningún reconocimiento de adeudo, transacción o cualquier otro acto jurídico
de naturaleza semejante, hecho o concertado sin el consentimiento de la empresa
aseguradora, le será oponible. La confesión de la materialidad de un hecho no puede ser
asimilada al reconocimiento de una responsabilidad.

Artículo 149. Si el tercero es indemnizado en todo o en parte por el asegurado, éste


deberá ser reembolsado proporcionalmente por la empresa.

Artículo 150. El aviso sobre la realización del hecho que importe responsabilidad deberá
darse tan pronto como se exija la indemnización al asegurado. En caso de juicio civil o
penal, el asegurado proporcionará a la empresa aseguradora todos los datos y pruebas
necesarios para la defensa.

Artículo 150 Bis. El aviso sobre la realización del hecho que importe responsabilidad
deberá darse tan pronto como se exija la indemnización al asegurado. En caso de juicio
civil o penal, el asegurado proporcionará a la empresa aseguradora todos los datos y
pruebas necesarios para la defensa.

10.11. PERFECCIONAMIENTO DEL CONTRATO (CONSENSUALIDAD)

I.- Se perfecciona desde el momento en que el proponente tuviere conocimiento de


la aceptación de la oferta.

II.- No puede sujetarse a la condición suspensiva de la entrega de la póliza o de


pago de la prima.

10.12. LA PÓLIZA.- Se trata pues, de un contrato de adhesión en forma general, por


estar preelaborados por la institución aseguradora, previo registro del mismo ante la
C.N.S.F., sin embargo puede ser posible una libre discusión entre las partes.

38
10.13. LA PRIMA.- Es la obligación en dinero a cargo del tomador, siempre en dinero y
no en otros bienes.

10.14. RIESGO Y SINIESTRO.- Es la posibilidad de que ocurra un acontecimiento


dañoso: tal es la común definición del riesgo, aplicable también a uno de los elementos
característicos del seguro. En efecto, todo seguro debe significar un riesgo para el
asegurador, por cuanto asume la obligación de resarcir al asegurado los daños que éste,
a su vez, resienta por la eventual realización del acontecimiento previsto.

Incertidumbre y daño son, pues, los necesarios y únicos atributos del riesgo;

Por su parte, el siniestro lo debemos concebir como la realización del


acontecimiento previsto.

10.14.1. EL RIESGO: DESAPARICIÓN Y AGRAVACIÓN.- Por lo que se refiere a la


existencia y grado, el riesgo se mueve entre dos puntos extremos: desaparición y
agravación; la primera da lugar, como es de suponerse, a la terminación anticipada del
contrato; la segunda está sujeta a una reglamentación compleja:

1.- Dentro de las 24 horas siguientes al conocimiento de la agravación, el


asegurado debe informar a la empresa aseguradora de cualquier agravación esencial del
riesgo; si no lo hace, o si la agravación es provocada por él, cesarán de pleno derecho las
obligaciones de la empresa.

2.- Ante la agravación esencial, el asegurador puede dar por rescindido el contrato.

3.- Pese a lo anterior, si en el eventual siniestro no tuvo parte la agravación, el


asegurador no podrá considerarse liberado de sus obligaciones.

4.- La agravación parcial, esto es, la que sólo afecta a algunas de las personas o
de las cosas aseguradas, repercute sólo respecto de ellas, por lo que las obligaciones dl
asegurador se mantienen respecto de las demás.

5.- La agravación no perjudica al asegurado cuando influya en el siniestro o en el


monto de la suma indemnizable, ni cuando sobrevenga en cumplimiento de un deber de
humanidad.

10.15. EL INTERÉS ASEGURABLE Y EL CARÁCTER INDEMNIZATORIO DEL


SEGURO DE DAÑOS.- El seguro de daños no puede ser fuente de lucro para el
asegurado, pues su misión es la de restablecer a su estado original un patrimonio
desfavorablemente afectado por el siniestro y, en el seguro de provecho esperado,
indemnizar al asegurado por la privación de una ganancia que legítimamente debía
obtener; en consecuencia, sólo es asegurable el interés económico sobre las cosas, sus
frutos o productos, y ningún asegurado puede pretender que se le pague cantidad alguna
que exceda de dicho interés, aunque la suma asegurada fuere superior.

10.16. LA SUBROGACIÓN DEL ASEGURADOR.- La empresa que pague la


indemnización se subrogará hasta la cantidad pagada, en todos los derechos y acciones
contra terceros que por causa del daño sufrido correspondan al asegurado.

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He aquí, por tanto, otra de las consecuencias del carácter indemnizatorio de los
seguros de daños: la subrogación no opera en los seguros de personas, según
disposición del artículo 172 LC.S. Por lo demás, la subrogación está sujeta a las reglas
legales lógicas y sencillas, previstas en el artículo 111 de la Ley Sobre el Contrato de
Seguro.

40
UNIDAD 11 CONTRATO DE SEGURO DE PERSONAS

11.1. REGLAS ESPECÍFICAS PARA EL SEGURO DE PERSONAS.- a) El previo


consentimiento del asegurado; b) Es nulo el contrato que se celebre para el caso de
muerte de un menor que no haya cumplido doce años de edad, o de un sujeto a
interdicción; c) El consentimiento del menor que haya cumplido doce años, y el de su
representante legal; d) En caso de suicidio del asegurado dentro de los dos años de la
celebración del contrato, el asegurador no pagará la suma asegurada; sólo reembolsará la
reserva matemática.

11.2. RÉGIMEN LEGAL DE LA EDAD DEL ASEGURADO.- Fácil es darse cuenta de


la importancia que tiene la edad del asegurado en la contratación del seguro de personas;
es decisiva en la determinación de la prima e incluso, alcanzado cierto límite, en la
inasegurabilidad de las personas.

11.3. RÉGIMEN LEGAL DE LA CLÁUSULA BENEFICIARIA.- Inexistente el interés


asegurable en el seguro de muerte, es lógico que el asegurado o tomador, en su caso,
disfrute de amplia libertad para designar beneficiario de la suma asegurada, obviamente,
cuando tal seguro se cubra el interés económico de un tercero, la designación habrá de
recaer en este último, pero ello por exigencias ajenas a nuestro contrato, y sin merma de
la libertad de que disfrutará el asegurado para modificar su designación, que sólo él
mismo puede coartarse, mediante la cláusula de irrevocabilidad.

11.4. LA CLAUSULA DE INDISPUTABILIDAD.- La frecuencia con la que los


aseguradores de vida se enfrentan a omisiones o falsas declaraciones –involuntarias
algunas, dolosas otras—daría derecho a los primeros a considerar rescindidos de pleno
derecho los contratos, de no ser por la inserción de la llamada cláusula de
indisputabilidad, en cuyos términos el asegurador renuncia, cumplido el segundo año de
vigencia ininterrumpida del contrato, al referido derecho; de ese modo, sólo dentro del
plazo de disputabilidad puede el asegurador proceder a la rescisión del contrato por la
causa indicada, la que posteriormente ya no podrá repercutir en el derecho del asegurado
o del beneficiario, en su caso.

Hoy en día la cláusula es de uso generalizado. En cuanto a la renunciabilidad del


derecho que al asegurador confiere el aludido precepto legal, ninguna duda puede surgir
ante el empleo, en dicho precepto, del verbo facultará.

Por lo que hace a la determinación del plazo, la práctica asegurativa ha mostrado


que dos años, son suficientes para que un asegurador, aún con mediana diligencia, pueda
cerciorarse de la veracidad de las declaraciones, sin esperar el transcurso del mediano o
largo plazo que, de ordinario, tiene como vigencia el seguro de vida, con el consiguiente
pago de las primas anuales, para rechazar el pago.

11.5. EL SINIESTRO.- Es la realización del acontecimiento previsto en el contrato. Los


aseguradores adoptan este término, para quienes siempre implica el surgimiento de su
obligación de pagar, reparar o reponer.

41
11.6. LA PRESCRIPCIÓN.- Todas las acciones que deriven de un contrato de seguro
prescribirán en dos años, contados desde la fecha del acontecimiento que les dio origen;
así lo expresa el artículo 81 de la Ley Sobre el Contrato de Seguro, con claridad y
sencillez tales que parece no caber duda sobre su alcance; por tanto, en el referido plazo
operará la extinción del derecho al cobro de la indemnización por parte del asegurado o
del beneficiario; del derecho a la recuperación de primas no pagadas por el contratante;
del derecho que asiste al asegurador para exigir la devolución de sumas pagadas en
exceso, etcétera.

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UNIDAD 12 CONTRATOS DE COLABORACIÓN:
a) CONTRATO DE EDICIÓN; b) CONTRATO DE COMISIÓN MERCANTIL.

12. CONTRATO DE EDICIÓN

12.1. CONCEPTO.- El autor de una obra literaria, científica o artística tiene sobre ella
especial derecho (el llamado derecho de autor), y la explotación de tal derecho ha dado
ocasión a una larga elaboración doctrinal y legislativa en el mundo occidental. Resultado
de esa elaboración han sido la Convención Universal sobre Derecho de autor, suscrita en
Ginebra en 1952 y ratificada por nuestro país en 1957; la Convención Interamericana
sobre derechos de autor, celebrada en Washington en 1946 y ratificada por México en
1947, y nuestra Ley sobre el Derecho de autor, de 31 de diciembre de 1956. Aunque entre
nosotros se ha acostumbrado encasillar la ley citada entre las leyes civiles, creemos que
no cabe duda sobre la mercantilidad del contrato de edición.

Este último ordenamiento tipifica el contrato de edición, al establecer que tal


contrato se celebra “cuando el titular del derecho de autor sobre una obra literaria,
científica, didáctica o artística se obliga a entregarla a un editor, y este a su vez se obliga
a reproducirla y a distribuir y vender los ejemplares por su propia cuenta, y a cubrir su
importe del derecho de autor convenido”. (Art. 37).

12.1.2. ELEMENTOS PERSONALES.- Lo son el editor, que corresponde el carácter


de asociante, y el de asociado al autor.

Así, el autor aporta la obra producida por su mente. A cambio de tal aportación, el
editor concede al autor una participación de las utilidades o de las pérdidas que arroje la
venta –operación de comercio-- de la obra impresa.

12.1.3. OBLIGACIONES LEGALES DEL EDITOR.- Entre las obligaciones del editor
están los gastos que ocasionen la edición, distribución, promoción, publicidad y
propaganda.

Si transcurrido el término dentro del cual debe quedar concluida la edición, o en su


defecto un año, el editor no cumpliere, deberá pagar al autor los daños y perjuicios
causados, incluso si éste último opta por exigir el cumplimiento.

En cada uno de los ejemplares el editor deberá mencionar su nombre y dirección,


así como el año de la edición y número ordinal de la misma.

Salvo que se trate de una obra anónima, también debe consignarse el nombre o
seudónimo del autor y, en su caso, el del traductor, compilador, adaptador, etc.

12.1.4. NATURALEZA ESPECIAL.- Se ha pretendido asimilar el contrato de edición al


contrato de compraventa; pero ya Vicente y Gella, comentando la doctrina comparada
demostró el carácter específico del contrato de edición, ya que el pago del derecho de
autor puede no hacerse en dinero, sino en servicio y, principalmente, porque el editor
asume obligaciones que no son propias del contrato de compraventa, como son la
obligación de editar la obra y la obligación de difundirla. No sería contrato de edición la
cesión que un autor hiciera de sus derechos para que su obra no se reprodujera. Y es

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más: tal contrato sería nulo, por ir contra el espíritu general de la Ley sobre el Derecho de
Autor.

12.1.5. MERCANTILIDAD DEL CONTRATO.- Surgido como figura civil, en la


actualidad no cabe duda sobre su mercantilidad. Es decir, que el autor al entregar su obra
al editor, quien se obliga a publicarla, si este editor es, por definición, un empresario
comercial (art. 75-IX, C. Com.); si ambos persiguen un propósito de especulación a través
de la venta que supone la explotación de la obra, no es difícil concluir en la mercantilidad
del contrato de edición.

12.1.6. INSCRIPCIÓN DEL CONTRATO.- Aunque las producciones intelectuales


están protegidas “desde el momento en que hayan sido fijadas en un soporte material”, y
a pesar de que “el reconocimiento de los derechos de autor y conexos no requiere registro
ni documento de ninguna especie”, resulta indudable la conveniencia de registrar las
obras artísticas o literarias en el Registro Público del Derecho de Autor, dependiente del
Instituto Nacional del Derecho de Autor, e igualmente los contratos de edición, por cuanto
las inscripciones “establecen la presunción de ser ciertos los hechos y actos que en ellas
consten, salvo prueba en contrario y salvo los derechos de terceros. Así pues, tales
inscripciones no son obligatorias.

12.2. CONTRATO DE COMISIÓN MERCANTIL

No existe un concepto legal autónomo de comisión mercantil; el precepto


respectivo acoge el concepto civil de mandato y se limita a precisar que cuando tal
mandato se refiera “...a actos concretos de comercio se reputa comisión mercantil” (Art.
273 Código de Comercio).

La comisión puede ser verbal o escrita, pero en el primer caso debe ratificarse por
escrito antes de que concluya el negocio.

12.2.1. DERECHOS Y OBLIGACIONES DEL COMITENTE.- a) Debe proveer de


fondos necesarios al comisionista con la debida oportunidad; b) Podrá ratificar o no las
gestiones realizadas por el comisionista en exceso o con violación de las instrucciones
conferidas; c) Ha de pagar al comisionista por sus servicios, a menos que se hubiere
convenido en el carácter gratuito de los mismos, y también debe reembolsársele los
gastos realizados, en unión de los intereses convenidos, o, en defecto de convenio, los
legales; d) Es libre de revocar la comisión en cualquier momento, pero tal revocación sólo
surte efectos frente a terceros una vez que les sea notificada; mientras ello no ocurra, es
responsable de la actuación del comisionista, y e) Su fallecimiento o inhabilitación no
influye sobre la vigencia sobre la comisión, pero sus herederos o representantes pueden
revocarla en cualquier momento.

12.2.2. DERECHOS Y OBLIGACIONES DEL COMISIONISTA.- a) Aunque rehúse al


encargo, debe realizar todos los actos conservatorios de los bienes que se le hubieren
remitido, mientras el comitente no hace designación de nuevo comisionista; b) La sola
realización por su parte de cualquier acto que pueda entenderse como desempeño de la
comisión, lo obliga a cumplirla en sus términos; c) Puede suspender su actuación
mientras no reciba los fondos necesarios de los que deba proveerlo el comitente o un
tercero; d) Si nada se estipula sobre el particular, puede actuar en nombre del comitente o

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en nombre propio; en este último caso a él corresponderán los derechos y las
obligaciones frente a los terceros; e) Debe ajustarse a las instrucciones recibidas y, a falta
de ellas, consultar al comitente, salvo que se le hubiera autorizado para actuar conforme a
su criterio; f) Es responsable de la observancia de leyes y reglamentos que se refieran a
su actuación; si los contraviniere en virtud de órdenes expresas del comitente, las
responsabilidades a que haya lugar pesarán sobre ambos, g) Concluido su encargo, debe
rendir cuenta detallada al comitente; h) Salvo autorización expresa del comitente, no
puede contratar consigo mismo; i) Debe actuar con la mayor diligencia en los cobros, por
todos los medios legales, so pena de constituirse responsable de los perjuicios que por su
inactividad se causen.

12.2.3. CARACTERISTICAS: a) Consensual, si bien requiere la ratificación escrita


antes de que concluya el negocio;

b) Típico y nominado, ya que bajo el nombre con el que se le conoce queda


regulado por la ley mercantil;

c) Bilateral, por cuanto hace surgir obligaciones y derechos de ambas partes;

d) Oneroso o gratuito, posibilidad esta última que requiere pacto expreso;

e) Conmutativo o aleatorio, en razón de que no siempre es posible prever los


resultados económicos para los otorgantes, y

f) De tracto sucesivo o instantáneo, lo que depende del número y naturaleza de las


operaciones para las que se confiera.

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UNIDAD 13 CONTRATO DE TIEMPO COMPARTIDO

13.1. CONCEPTO.- El tiempo compartido se refiere al uso de una cosa (generalmente


inmueble) por diversas personas, en el que a cada una de las cuales se les asigna un
período distinto (el tiempo) a este fin (compartir el uso).

En la actualidad este sistema tiene preferente (y casi exclusiva) aplicación en


casas departamentos ubicados en zonas turísticas, con el fin de pasar una temporada de
vacaciones.

13.2. NATURALEZA JURÍDICA.- En un principio se le insertó dentro del ámbito de los


derechos reales, utilizándosele actualmente en postura opuesta. Así, el adquirente del
tiempo compartido accede al inmueble, ofreciéndole la empresa los servicios
(administrativos y hotelería), con la contraprestación correspondiente.

Resaltamos este aspecto, porque el titular del tiempo compartido no adquiere un


derecho real, por el uso y goce de una unidad de cierto tiempo por año y durante
determinado número de años, y la prestación de ciertos servicios; ésta encuadra
perfectamente en lo que son los derechos personales.

13.3. ELEMENTOS PERSONALES: DERECHOS Y OBLIGACIONES.- Los


elementos personales son la empresa prestadora de servicios y el adquirente del tiempo
compartido.

13.4. ELEMENTOS REALES.- Este tipo de contrato merece una consideración


especial, porque como aprendimos, el usuario del tiempo compartido solamente adquiere
el uso y goce de un bien inmueble en una temporada anual durante un plazo que fije de
común acuerdo con la empresa prestadora del servicio, ello en atención a que ninguna
persona estaría dispuesta a adquirir en propiedad un bien inmueble, en donde se
restringiría su ocupación a un determinado plazo durante el año.

13.5. ELEMENTOS FORMALES.- Se verifica la formalidad en este contrato atípico por


escrito, en donde las Empresas que prestan servicios turísticos de hotelería, han tenido
que variar la forma en que han venido operando en todo el mundo, ya que por los altos
costos de operación, los usuarios dejan de asistir cada vez más a los balnearios, es así,
como el usuario puede adquirir por plazos que van desde los 10 hasta los 99 años y en
forma anticipada sus vacaciones; pudiendo inclusive el titular del tiempo compartido
disponer de su período de ocupación en favor de terceros. Así los prestadores de
servicios convienen con sus clientes o adquirentes del tiempo compartido, que esta
ocupación se respete aún después de su muerte y hasta la terminación de la vigencia del
contrato.

13.7. CARACTERÍSTICAS.- Se trata de un contrato bilateral, atípico, formal, oneroso.

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UNIDAD 14 CONTRATO DE AUTOFINANCIAMIENTO

14.1. CONCEPTO.- Se trata de un mecanismo por virtud del cual se integran grupos de
consumidores que aportan periódicamente sumas de dinero para ser administrados por
un tercero, en la inteligencia de que únicamente podrán operarse para la adquisición de
bienes determinados o determinables, sean muebles nuevos inmuebles destinados a la
habitación o a su uso como locales comerciales.

14.2. MERCANTILIDAD DEL CONTRATO.- Aparecido en el ámbito mexicano a fines


delos setentas, este contrato encontró su primera regulación en el artículo 29 bis de la hoy
abrogada Ley Federal de Protección al Consumidor, de 1975. De este modo nuestro
legislador decidió englobarlo, desde el primer momento, dentro de los considerados por
Alterini como “contratos de consumo”.

El régimen legal de este contrato se contiene, de modo principal en los artículos 63


a 63 quintus de la LFPC.

14.3. NATURALEZA JURÍDICA.- Se trata de un contrato de crédito, sin que el


legislador decidiera ubicarlo desde un principio dentro de las actividades previstas por la
LGOAAC, como sí lo hizo con el arrendamiento y el factoraje financieros. Debiendo
destacarse para ello, los siguientes aspectos:

a.- Las innegables ventajas que reportaría el control y vigilancia de estas entidades
por parte de la CNBV, así como la solución de controversias por parte de la CONDUSEF.

b.- Frente a ello, la posibilidad de conservar este contrato dentro del régimen legal
de la protección del consumidor.

14.4. ELEMENTOS FORMALES.- Por tratarse de un contrato de adhesión, deberá


estar escrito en idioma español y sus caracteres tendrán que ser legibles a simple vista
(arts. 85 y 87, LFPC); además, deberá satisfacer por lo menos los siguientes requisitos: I.
Lugar y fecha de celebración del contrato; II. Nombre, denominación o razón social,
domicilio y registro federal de contribuyentes del proveedor; III. Nombre, denominación o
razón social, domicilio y en su caso registro federal de contribuyentes del consumidor; IV.
Precisar las cantidades de dinero en moneda nacional, sin perjuicio de que puedan ser
expresadas en moneda extranjera; V. Descripción del objeto del contrato; VI. El precio
total de la operación, la forma de pago; VII. Relación de los derechos y obligaciones, tanto
del proveedor como del consumidor; VIII. Las penas convencionales que se apliquen tanto
al proveedor como al consumidor por el incumplimiento de las obligaciones contraídas, las
cuales deberán ser recíprocas y equivalentes; IV. Las garantías para el incumplimiento del
contrato, así como los gastos reembolsables y forma para su aplicación; X. El
procedimiento para la cancelación del contrato de adhesión y las implicaciones que se
deriven para el proveedor y el consumidor; XI Fecha de inicio y término de ejecución de la
actividad o servicio contratado, así como la de la entrega del bien objeto del contrato; XII.
En los casos de operación de compraventa de inmuebles, el proveedor deberá precisar en
el contrato, las características técnicas y de materiales de la estructura, de las
instalaciones y acabados, si el inmueble cuenta con la infraestructura para el adecuado
funcionamiento de sus servicios básicos; XIII. En el caso de operaciones de compraventa,
deberán señalarse los términos bajos los cuales habrá de otorgarse su escrituración. El

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proveedor en su caso, deberá indicar que el bien inmueble deberá estar libre de
gravámenes a la firma de la escritura correspondiente.

14.5. OTRAS ESTIPULACIONES.- a) Bienes o derechos del contrato.- En México, este


contrato recae sobre vehículos automotores, bienes inmuebles para habitación y, aunque
de modo poco frecuente, viajes turísticos;

b) Fideicomiso. La Secretaría de Economía (SE) y los consumidores tienen un alto


grado de confianza en la estipulación, en el sentido de que las cuotas no serán percibidas
ni libremente empleadas por la empresa proveedora, sino que se confían a una institución
fiduciaria, la que solo hará entrega de ellas a dicha empresa contra la documentación
comprobatoria de que servirán para el pago del bien o servicio convenido con los
consumidores.

c) Adjudicaciones. El mecanismo de adjudicación suele ajustarse a tres


modalidades: 1ª. Sorteo, en el que deben participar todos los integrantes del grupo,
independientemente de que tomen parte en algunas de las otras dos o en ambas; 2ª.
Subasta, que se realiza entre los miembros que ofrezcan pagar anticipadamente un
mayor número de cuotas; si se diere empate, la decisión se tomará por puntuación, y si
persistiere el empate, se optará por el pretendiente más antiguo, y por último al orden
secuencial del sorteo. Si no hubiere ofertas de subasta, deberá acudirse a la modalidad
de puntuación; 3ª. Puntuación, que se ajusta a la puntualidad o antelación en el pago de
las cuotas; 4ª. Seguro, además del seguro sobre la vida y para el caso de incapacidad
total permanente, también se impone la contratación de un seguro en beneficio preferente
del proveedor para que, en caso de siniestro total, se le cubra el saldo total a su favor.

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UNIDAD 15 CONTRATO DE FRANQUICIA

Este contrato se ubica dentro de los de transferencia de tecnología, sin embargo,


el mismo se mantuvo en el olvido de la regulación legal. Así pues, consiste en un
procedimiento de expansión que conduce a una concentración de empresas a separar la
administración social de la dirección técnica. En efecto, la existencia y funcionamiento de
un centro secundario de explotación material concretiza una división geográfica de la
técnica y de la empresa. Por su parte el Estado debe intervenir como protector de los
individuos víctimas de los abusos del poder de los grupos económicos.

Se trata de realizar entre un fabricante y revendedores una estructura jurídica de


grupos de empresas, las técnicas del derecho contractual, comprendidos el derecho de
sociedades y de asociaciones, ofrecen a los interesados, según como lo comprendan,
crear una unidad económica fluida o rígida. Las empresas recurren para acrecentar su
fuerza a la integración en una unidad económica, no afectando su personalidad jurídica,
aunque su independencia se encuentre en contrapartida reducida.

En efecto, por mucho que el contrato que nos ocupa configura, ciertamente, una
modalidad de la concesión, se adentra en una forma de asociación y colaboración para la
venta de los productos o servicios de uno de los asociados, con lo que el productor
reduce considerablemente los costos de distribución.

En términos puramente gramaticales, según el Diccionario de la lengua española,


de la Real Academia Española, la franquicia es la “libertad y exención que se concede a
una persona para no pagar derechos por las mercaderías que introduce o extrae o por el
aprovechamiento de algún servicio público”.

Nos encontramos ante uno de los contratos surgidos en la práctica


estadounidense de los negocios, en este caso a fines del siglo XIX, si bien hace su
aparición en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, precisamente con
franquicias originadas en el país de origen.

15.1. CONCEPTOS.- En su forma actual, la franquicia amerita un doble concepto:

a) MATERIAL U OPERATIVO.- En cuyos términos se trata de un sistema de


distribución y comercialización conforme al cual un pequeño o mediano comerciante
vende las mercaderías o servicios con la marca y empleo de los procedimientos que otro
le proporciona, y

b) JURIDICO.- Que suministra el artículo 142 de la Ley de Fomento y Protección


de la Propiedad Industrial: “Existirá franquicia, cuando con la licencia de uso de una
marca se transmitan conocimientos técnicos o se proporcione asistencia técnica, para que
la persona a quien se le concede pueda producir o vender bienes o prestar servicios de
manera uniforme y con los métodos operativos, comerciales y administrativos
establecidos por el titular de la marca, tendientes a mantener la calidad, prestigio e
imagen de los productos o servicios a los que ésta distingue”.

Resultan de lo anterior dos elementos subjetivos y tres objetivos de este contrato.


Son los primeros un franquiciante y un franquiciatario, a los que en contratos similares se

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conoce, respectivamente, como otorgante, licenciante o concedente y licenciatario o
concesionario, respectivamente.

15.2. SUS ELEMENTOS OBJETIVOS SON LOS SIGUIENTES: a) Ante todo, y


forzosamente, la licencia para el uso de una o más marcas comerciales, industriales o de
servicios, y frecuentemente del nombre comercial. Adviértase que no opera la transmisión
plena de la marca o del nombre comercial, luego el franquiciante conserva su titularidad.

b) También de modo imprescindible, la transmisión de conocimientos técnicos y la


prestación de la asistencia con los mismos relacionada, y que pueden referirse a una
patente, registro, secretos de fabricación (know how), etc, y

c) Como contraprestación a cargo del franquiciatario y a favor del franquiciante, de


ordinario con arreglo a la utilidad que obtenga el primero, una regalía o royalty.

15.3. CONTENIDO DEL CONTRATO.- Por supuesto, además de las cláusulas


esenciales derivadas de los pactos que, atento lo expuesto, configuran el contenido
principal del contrato, son frecuentes las estipulaciones sobre.

a) Territorio o zona geográfica en que ha de operar el franquiciatario;


b) el carácter exclusivo o no de la franquicia;
c) Duración, que puede ser fija o indeterminada, en este caso con preaviso de
terminación;
d) El mayor o menor grado en que prestará el franquiciante la supervisión;
e) La forma y los términos en los que el franquiciatario podrá efectuar la
publicidad;
f) La reserva o la confidencialidad que debe guardar el franquiciatario respecto de
los conocimientos técnicos que se le suministren;
g) La libertad o no del franquiciatario para adquirir las materias primas o insumos;
h) El compromiso del recíproco suministro de innovaciones o mejoras;
i) La libertad o no del franquiciatario para fijar los precios de venta;
j) La obligación, por parte del franquiciante, de proporcionar manuales operativos
y, por parte del franquiciatario, de ajustarse a ellos;
k) La obligación y derecho recíprocos de efectuar visitas de carácter técnico, así
como las épocas, duración y costo de las mismas;
l) La forma y términos en que se solicitará y proporcionará la asistencia técnica
necesaria requerida;
m) Las condiciones y alcances en que podrán efectuarse planes y campañas de
ofertas y promociones;
n) La posibilidad de expansiones geográficas y de elaboración de nuevos
productos o prestación de nuevos servicios;
ñ) La posible preferencia del franquiciatario para obtener nuevas franquicias;
o) El pacto de no competencia recíproca;
p) La adopción, según índices por demás variables, de un mínimo de ventas,
usualmente redituables para ambas partes;
q) La contratación de seguros sobre bienes de activo fijo, mercaderías y
responsabilidad civil;
r) La indemnidad del franquiciante por las actividades del franquiciatario y por los
bienes o servicios que venda;
s) La facultad o no del franquiciatario para conceder subfranquicias;

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t) La incesibilidad del contrato, derechos y obligaciones derivados del mismo, por
parte del franquiciatario, así como las consecuencias de la liquidación o
fallecimiento de una de las partes;
u) El arrendamiento –puro o financiero—o el comodato de inmuebles y equipo;
v) Los casos de rescisión o terminación anticipada del contrato;
w) Los derechos y obligaciones de las partes al concluir el contrato;
x) Las leyes aplicables y la competencia judicial para los casos de controversia.

15.4. TIPOS DE FRANQUICIA.- 1.- INDUSTRIAL.- Supone la entrega del


franquiciatario de conocimientos técnicos para la elaboración de los productos que este
último empleará en la elaboración y venta de los productos respectivos; en tal forma
operan las empresas embotelladoras de refrescos.

2.- DE DISTRIBUCIÓN.- Involucra sólo la entrega que de sus productos


elaborados hace el concedente al concesionario para que éste último se limite a
distribuirlos o a venderlos directamente.

3.- DE SERVICIOS.- El licenciante faculta al licenciatario para prestar los que ya


opera el primero.

15.5. NATURALEZA JURÍDICA.- En todos los casos la esencia del contrato es la


misma, por lo que se encuadran a este tipo de contrato licencias de uso, agencias,
compraventas, arrendamientos, comodatos y otros.

a) Así, no es difícil localizar manifestaciones de la agencia, figura que la legislación


y la doctrina mexicanas están muy lejos de ubicar en cuanto a su carácter jurídico. En
efecto, en primer lugar, el franquiciatario opera como lo haría un agente del franquiciante,
por cuanto emplea el nombre comercial y la marca de este último; empero, salta desde
luego una objeción: el primero de ellos no actúa en nombre o por cuenta del licenciante,
como sí ocurre en el caso del agente;

b) Tampoco se trata de una comisión mercantil, pues el franquiciante no otorga


mandato alguno a su licenciatario;

c) Un mero contrato de distribución es, podría citarse, pero el franquiciatario no


actúa como un mero distribuidor, sino con un nombre comercial y marca del franquiciante,
al paso que el segundo actúa con su propio nombre comercial y tal vez con su propia
marca.

d) En el contrato de franquicia el concedente no cede solamente el uso de su


marca al concesionario. Se compromete igualmente a suministrarle los medios de
comercializar los productos o los servicios convenidos.

15.6. CARACTERÍSTICAS.- 1.- Es un contrato de naturaleza mercantil; 2.- Nominado;


3.- Atípico en México; 4.- Sinalagmático; 5.- Oneroso; 6.- De tracto sucesivo; 7.-
Consensual; 8.- Frecuentemente de adhesión; 9.- En ocasiones aleatorio, pero 10.- En
otras conmutativo, ya que es aleatorio en lo que hace a las ganancias (prestaciones del
franquiciatario) que serán proporcionales a los resultados de la empresa, se puede decir
que es conmutativo en cuanto a la extensión de las demás prestaciones de las partes.

51
UNIDAD 16 CONTRATOS DE GARANTÍA

16.1. FIANZA

CONTRATO DE FIANZA.- Este tipo de contrato es uno más de los soportes jurídico—
económicos del comercio y de la industria, como lo son los contratos de crédito y el
seguro. Así entonces, la fianza de empresa encuentra su manifestación en una póliza.

16.1.1. CONCEPTO.- La fianza en lato sensu encuentra su regulación en el Código


Civil; a su vez la fianza de empresa está regulada por la Ley Federal de Instituciones de
Fianzas, que también consigna el régimen de las instituciones afianzadoras, y que
reconoce como supletorias a la legislación mercantil (Código de Comercio).

Así las empresas afianzadoras están sujetas a la inspección y vigilancia de la


C.N.S.F. y de la S.H.C.P.

La Ley Federal de Instituciones de Fianzas no consigna concepto alguno, pero, de


ello no debe inferirse que la noción que suministra el Código Civil, corresponda, sin más,
a la fianza de empresa. En efecto, mientras que conforme a dicho estatuto civil “la fianza
es un contrato por el cual una persona se compromete con el acreedor a pagar por el
deudor, si este no lo hace” (art. 2794), rasgo este último, que permite afirmar el carácter
subsidiario de la obligación fiadora civil, en las fianzas que examinan las empresas
otorgantes “...no gozan de los beneficios de orden y excusión y sus fianzas no se
extinguirán aún cuando el acreedor no requiera judicialmente al deudor por el
cumplimiento de la obligación principal (art. 118 LFIF).

La fianza de empresa no plantea, como sí la civil, una obligación subsidiaria, sino


solidaria, y con ello adquiere una nueva fisonomía, cuyos rasgos, como se aprecia, no
coinciden con los de la fianza civil.

Todo ello, sin embargo, no quita que la fianza de empresa siga siendo un contrato
accesorio, dado que sólo existe en función y en la medida en que exista la obligación
principal.

16.1.2. MERCANTILIDAD DEL CONTRATO.- El contrato de fianza, al igual que otros


tantos otros surgidos dentro del ius civil, se ha multiplicado por bipartición, de tal suerte
que en la actualidad se muestra, como sus contemporáneos (compraventa,
arrendamiento, préstamo), a veces en su forma original, civil, pero frecuentemente con su
nuevo atuendo mercantil.

Conviene pues, delimitar los campos hasta donde la claridad de los preceptos
legales lo permita; para ello se realizarán la labor de interpretación o de aplicación
analógica o por mayoría de razón.

El punto de partida esclaro. Toda fianza de empresa es mercantil: “Las fianzas y


los contratos que en relación con ellas otorguen o celebren las instituciones de fianzas,
serán mercantiles para todas las partes que intervengan... excepción hecha de la garantía
hipotecaria” (art. 2o, L.F.I.F).

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16.1.3. ELEMENTOS.- PERSONALES.- a) La institución afianzadora, papel que sólo
puede ser desempeñado por una sociedad anónima mexicana, provista de autorización
otorgada al efecto por la S.H.C.P.; b) El tomador o contratante, llamado en la ley
“solicitante”, que puede serlo cualquier persona física o moral, y por supuesto, el propio
fiado; c) El fiado o deudor principal, que es la persona física o moral respecto de cuya
obligación se otorga la fianza y que, puede protagonizar también el papel de tomador o
contratante; d) El beneficiario, carácter que corresponde también a cualquier persona
física o moral, como acreedora de la obligación principal; MATERIALES.- Como elemento
material o subjetivo, la póliza es el documento en el que necesariamente se consignan los
derechos y obligaciones de la empresa afianzadora, así como los derechos y deberes del
beneficiario; es, en otras palabras, la manifestación escrita del contrato de fianza.

OBLIGACIONES DE LA INSTITUCIÓN FIADORA.- Los compromisos fundamentales


son: Expedir la póliza y, en su momento, pagar la suma afianzada:

a) La póliza de fianza, en cuanto forzosa expresión documental del contrato, debe


ser extendida por dicha empresa mediante empleo de un texto y modelo expresamente
aprobado por la C.N.S.F., incluyendo las cláusulas que fije la S.H.C.P.

b) Por cuanto a la obligación de pago, hay que decir que, visto que no es
subsidiaria, surge en el momento en que sea exigible la obligación principal, sin más; que
es autónoma, pero, que sin embargo, mantiene ciertos puntos de contacto con la
principal, con lo que se configura un régimen que puede resumirse así:

1.- El beneficiario puede hacer valer su acción, directa y exclusivamente, en contra


de la institución de fianzas, o bien enderezar juicio conjunto de la misma y del obligado
principal.

2.- Antes de promover juicio en contra de la fiadora, debe requerírsela de pago por
escrito; la institución dispondrá de un plazo de 30 días naturales para hacer el pago, si es
que procede.

3.- Opera la extinción de la fianza en caso de prórroga o espera concedida al


obligado principal sin el consentimiento de la institución afianzadora.

4.- Agotado el procedimiento de reclamación citado en el inciso (2), el beneficiario


podrá presentar su reclamación ante CONDUSEF o acudir a los tribunales competentes.

5.- Las acciones derivadas de este contrato prescriben en tres años o en el plazo
de prescripción de la obligación garantizada, si es menor al indicado.

6.- La empresa fiadora asume una obligación propia –además de autónoma--, lo


que significa que participa de naturaleza diferente de la que corresponde a la obligación
principal.

OBLIGACIONES DEL FIADO, DEL OBLIGADO SOLIDARIO Y DEL


CONTRAFIADOR.- Deben constituir –según el derecho potestativo de la empresa
fiadora—garantías reales o personales de recuperación de la cantidad fatal que
eventualmente deba pagar a cualquiera de las personas en cita o a todas. Las garantías
reales han de consistir en prenda, hipoteca o fideicomiso.

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SUBROGACIÓN.- Se da la convergencia cuando la fiadora que pagó opte por ejercitar
la acción del acreedor pagado en contra del deudor principal.

Esta acción se da mediante los siguientes procedimientos: 1.- El documento que


consigne la obligación del solicitante, fiado, contrafiador u obligado solidario, acompañado
de una copia simple de la póliza y de la certificación de la persona facultada para ello por
el consejo de administración de la institución de fianzas, llevan aparejada ejecución para
el cobro de la cantidad correspondiente (acción ejecutiva mercantil).

2.- Tiene también a su alcance la vía hipotecaria, cuando existan inmuebles


gravados en su beneficio, y

3.- Puede proceder a la venta de inmuebles dados en garantía, previo un


procedimiento judicial sumario.

CARACTERÍSTICAS.- 1.- Nominado; 2.- Típico; 3.- Accesorio; 4.- Formal; 5.- De
adhesión; 6.- Aleatorio; 7.- Bilateral; 8.- Oneroso, y 9.- De tracto sucesivo.

16.1.3.4. LA CLÁUSULA DE RECUPERACIÓN DE LA EMPRESA


AFIANZADORA.- La diferencia más importante entre la fianza civil y la de la empresa es
la inexistencia, en esta última, de los beneficios de orden y excusión, de donde resulta
que dicha empresa asume el carácter de deudora solidaria.

Ahora bien, la necesidad de poner a cubierto el patrimonio de las instituciones


fiadoras, para conjurar el peligro de insolvencia, ha dado lugar a que, en toda operación,
deban “...tener suficientemente garantizada la recuperación... cualquiera que sea el monto
de las responsabilidades que contraigan mediante el otorgamiento de fianzas.”

Y tal recuperación puede garantizarse en la forma que libremente determine la


empresa, cuando actúe dentro de su margen de operación; cuando su responsabilidad
exceda de dicho margen, la garantía de recuperación deberá consistir en prenda,
hipoteca, fideicomiso, obligación solidaria, contrafianza, reafianzamiento o reaseguro.

Las indicadas garantías pueden constituirse antes, al momento o después de


celebrar el contrato de fianza; para facilitar esta última posibilidad, La LFIF concede
acción a la empresa en contra del solicitante, fiado, contrafiador y obligado solidario para
exigirles que formalicen una o más garantías reales –prenda, hipoteca o fideicomiso— de
recuperación, si bien acción tal sólo puede ejercitarla:

a) Cuando se le haya requerido el cumplimiento de su obligación fiadora;


b) Cuando venza la obligación garantizada;
c) Cuando cualquiera de los obligados afronte el riesgo de insolvencia;
d) Cuando aparezca que alguno de ellos suministró falsa información respecto de
su solvencia o domicilio, y
e) Cuando la fiadora compruebe que cualquiera de los obligados incumple
obligaciones y con ello corra el riesgo de perder sus garantías de recuperación.

16.1.3.5. REAFIANZAMIENTO Y COAFIANZAMIENTO.- Como el asegurador, acude


a la distribución del riesgo en forma vertical –reaseguro- u horizontal –coaseguro-, la
empresa de fianzas requiere similares apoyos, acudiendo al reafianzamiento, de modo

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especial para cubrir el excedente de su margen de operación; al coafianzamiento, para el
referido propósito, o simplemente para compartir el riesgo de fianzas especialmente
peligrosas o de crecido monto.

Para nuestra L.F.I.F (art. 114), es reafianzamiento el contrato por virtud del cual
una institución afianzadora, o reafianzadora extranjera se obliga a pagar a la institución
reafianzada, en la proporción correspondiente, las cantidades que ésta deba cubrir al
beneficiario de su fianza.

En cuanto al coafianzamiento, es conceptuado (art. 116) como la operación por


virtud de la cual dos o más instituciones de fianzas del país otorgan fianzas ante un
beneficiario, garantizando por un mismo o diverso monto e igual concepto a un mismo
fiado.

LA PRENDA

16.2. PRENDA.- Como es sabido, la hipoteca, la fianza, el fideicomiso de garantía y la


prenda constituyen los cuatro contratos de garantía reconocidos por nuestro derecho.

16.2.1. CONCEPTO.- Según el Código Civil, es un derecho real constituido sobre un


bien mueble enajenable para garantizar el cumplimiento de una obligación y su
preferencia en el pago (art. 2856).

Derecho real constituido sobre un bien mueble enajenable para garantizar el


cumplimiento de una obligación y su preferencia en el pago (art. 2856 Código Civil).

16.2.2. MERCANTILIDAD DEL CONTRATO.- La LGTOC no suministra concepto;


luego, el único legalmente aprovechable es el civil: “...derecho real constituido sobre un
bien enajenable para garantizar el cumplimiento de una obligación y su preferencia en el
pago” (art. 2856, C. Civ.).

En la prenda civil se requiere para su validez el desplazamiento del bien


pignorado, esto es, la circunstancia de que su legal constitución solo opere mediante la
entrega real o jurídica al acreedor (art. 2858, C. Civ.), pues a ello se argüiría que
semejante exigencia legal solo impone la realidad –en oposición a formalidad- de la
garantía; y ello únicamente en lo que concierne a la civil, pues en algunos casos de la
prenda mercantil son válidos sin entrega alguna.

En el artículo 334 LGTOC se encuentran elementos útiles cuando se prescribe la


forma en que ha de constituirse la prenda, indica los bienes sobre los que puede recaer;
ninguna duda queda sobre la mercantilidad de las prendas ahí previstas, si se tiene
presente que el artículo 2º califica de actos de comercio las operaciones de crédito que
reglamenta la propia LGTOC. Mercantilidad es, pues, la prenda que se constituya sobre:
a) Títulos de crédito (fracs. I-IV y VI); b) Las materias primas, materiales, frutos,
productos, artefactos, muebles y útiles de las personas físicas que obtengan con créditos
de avío o refaccionarios (fracc. VII); c) Créditos en libros (fracc. VIII).

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16.2.3. ELEMENTOS PERSONALES: DERECHOS Y OBLIGACIONES.-
Encontramos de acuerdo con LGTOC que son elementos personales de la prenda, el
ACREEDOR PRENDARIO y el DEUDOR PRENDARIO. Así, un primer derecho del
acreedor prendario es el de conservar la posesión de los bienes según su naturaleza, la
que deberá entregársele ya sea real o jurídicamente. Además, para los efectos del ius
possidendi, se extienden a las facultades persecutorias y también a los deberes
conservatorios: a) El acreedor debe guardar y conservar los bienes, así como ejercitar
todos los derechos que les sean inherentes (art. 338); b) Al vencimiento o amortización de
los títulos pignorados, el acreedor puede conservar; en sustitución de ellos, las cantidades
que reciba (art. 343).

El segundo de los derechos importantes del acreedor es el de obtener la venta de


los bienes para hacerse pago de la deuda garantizada –ius distrahendi- puede hacerse
efectivo aun antes del vencimiento de la deuda garantizada en dos casos: 1.- Si el valor –
precio, según la ley- de los bienes se reduce de tal manera que sea inferior a 120% del
importe de la deuda; 2.- Cuando el deudor no suministre los recursos necesarios para
sufragar los gastos de guarda y conservación de los bienes, o para cubrir las exhibiciones
que los mismos ameriten (arts. 261, 263, 338, 339, 340 y 342).

El acreedor es responsable de la guarda y conservación de los bienes o títulos


pignorados, cuando obren en su poder; y nulo será cualquier convenio con el que
pretenda limitársele tal responsabilidad (art. 338).

Por su parte, el deudor puede exigir al acreedor un resguardo de los bienes o


títulos que éste haya recibido, con los datos necesarios para su identificación (art. 337).

16.2.4. ELEMENTOS REALES.- Como parte de una serie de reformas, adiciones y


derogaciones a la LGTOC (DOF 23 DE MAYO DE 2000) se crearon los artículos 346 a
380, en la que se regula la prenda “sin transmisión de posesión”, definida por el artículo
346 como “La prenda sin transmisión de posesión constituye un derecho real sobre bienes
muebles que tiene por objeto garantizar el cumplimiento de una obligación y su
preferencia en el pago, conservando el deudor la posesión material de tales bienes...”
Excepcionalmente, podrá pactarse que el acreedor o un tercero tenga la posesión
material de los bienes pignorados.

16.2.5. ELEMENTOS FORMALES.- Tanto el acreedor prendario, como el deudor,


pueden pactar en el contrato las siguientes formalidades: a) Que el deudor entregue al
acreedor los bienes o títulos de crédito, si estos son al portador; b) Endosando los títulos
de crédito el deudor a favor del acreedor, al tratarse de títulos nominativos; c) Entregando
el deudor al acreedor el título o documento en que el crédito conste, cuando cualesquiera
de éstos no sean negociables, con inscripción del gravamen en el registro de emisión del
título; d) Por el depósito de los bienes o títulos, si éstos son al portador, en poder de un
tercero que las partes hayan designado y a disposición del acreedor; e) Por el depósito de
los bienes, a disposición del acreedor, en locales cuyas llaves queden en poder de éste,
aún cuando tales locales sean de la propiedad o se encuentren dentro del establecimiento
del deudor; f) Por la entrega o endoso del título representativo de los bienes objetos del
contrato, o por la emisión o el endoso del bono de prenda; g) Por la inscripción del
contrato de crédito refaccionario o de habilitación o avío en el Registro de Comercio, (art.
334 LGTOC).

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16.2.6. CASOS DE PRENDA DE ACUERDO CON LA LEY GENERAL DE
TÍTULOS Y OPERACIONES DE CRÉDITO.- Según la LGTOC, tenemos la prenda
tácita y la prenda sin transmisión de la posesión.

16.2.6.1. PRENDA IRREGULAR.- La prenda sin transmisión de la posesión o prenda


irregular, constituye un derecho real sobre bienes muebles que tiene por objeto garantizar
el cumplimiento de una obligación y su preferencia en el pago, conservando el deudor la
posesión de tales bienes.

16.2.6.2. OBLIGACIONES DEL ACREEDOR PRENDARIO.- Las principales


obligaciones del acreedor prendario son: la de liberar la prenda, luego que estén pagados
íntegramente el principal, los intereses y los demás accesorios de la deuda. Cuando el
acreedor no libere la prenda, resarcirá al deudor los daños y perjuicios que con ello le
ocasione, independientemente de que deberá liberar los bienes dados en prenda.

16.2.6.3. PACTO COMISORIO.- No cumplida en tiempo la obligación principal, surge,


ipso facto, el derecho del acreedor de hacer efectiva la prenda, mediante dos caminos
posibles:

A.- PROCEDIMIENTO DE EJECUCIÓN DE VENTA DE LA PRENDA, que se


inicia con la petición al juez para que autorice la venta, a la que solo puede oponerse el
deudor si exhibe el importe del adeudo, pues de otro modo el juez mandará que se
efectúe al precio de cotización en bolsa o, en su defecto, al precio de mercado, por medio
de corredor o de dos comerciantes de la plaza; el producto de la venta será conservado,
también en prenda, por el acreedor (art. 341).

B.- El segundo camino es el PACTO COMISORIO, que es la estipulación escrita,


de fecha necesariamente posterior a la de constitución de la prenda, por virtud de la cual
se faculta al acreedor para hacerse dueño de los bienes pignorados (art. 344 LGTOC).

16.3. LA PRENDA TÁCITA.- Generalmente conocida como derecho de retención, que


la ley civil concede en varios casos específicos, pero también, aunque en menor número,
la ley mercantil; el carácter supletorio de la primera permite sostener que en todos
aquellos contratos que, previstos por el Código Civil con derecho de retención, revistan
carácter mercantil, habrá de reconocerse tal derecho al acreedor.

Se entiende la expresión prenda tácita, porque en todos los casos asiste al


acreedor el llamado ius possidendi, o sea el derecho de retener la cosa empeñada y de
perseguirla en caso de perturbación de tal derecho, como si se tratara de una prenda
voluntariamente, constituida, lo que no es así, pues no opera la voluntad del deudor.

Como ejemplos tenemos: a) Los efectos entregados al comisionista se entienden,


afectos al pago de la comisión, anticipos y gastos por él efectuados, y no podrá ser
desposeído de los mismos sin ser antes pagado (art. 306, C. Com.); b) El vendedor que
conserve en su poder las mercancías tiene preferencias sobre ellas, respecto de cualquier
otro acreedor, para ser pagado del precio que se le adeude (art. 386, C. Com.).

En cuanto a los casos de contratos civiles con derecho legal de retención, que lo
conservan aplazar al campo mercantil, algunos de ellos son los siguientes: el comprador,
sobre el precio de la cosa adquirida (art. 2299, C. Civil); el del constructor de obra mueble

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sobre la misma, mientras no se le pague el precio (art. 2644); el del hotelero sobre el
equipaje del pasajero, mientras no se le pague el precio del hospedaje (art. 2669).

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UNIDAD 17 LOS INCOTERMS 2000; LOS USOS COMERCIALES
INTERNACIONALES REALIZADOS POR LA UNCITRAL, LOS PRINCIPIOS
SOBRE LOS CONTRATOS COMERCIALES INTERNACIONALES DEL
UNIDROIT

17.1. CONCEPTO.- La frecuencia de las transacciones internacionales trajo consigo la


necesidad de unificar ciertas reglas en materia de compraventas internacionales, lo que
ha investido a nuestro contrato de un cosmopolitismo tal, que ninguno otro ha sido objeto
de mayor atención, por parte de organismos internacionales, tanto de carácter
gubernamental como privado por conseguir tal propósito unificador.

El primero y el segundo de ellos son los conocidos como proyectos del Instituto
Internacional para la Unificación del Derecho Privado (UNIDROIT), de 1939 y 1939, que
sirvieron de base al posterior proyecto de la Haya, de 1964, conocido como Convención
sobre la Compraventa Internacional de Objetos Muebles Corporales, éste, a su vez, fue la
principal fuente de inspiración del texto más reciente, que por ahora debe considerarse
definitivo, pues fue aprobado en sesión de delegados plenipotenciarios, celebrada en
Viena, en el seno de la CNUDMI –rama jurídica de las Naciones Unidas- el 10 de abril de
1980, bajo el título de Convención sobre los Contratos de Compraventa Internacional de
Mercaderías (CCCIM); nuestro país suscribió y ratificó su adhesión a tal ordenamiento,
previa aprobación de la Cámara de Senadores.

Por su parte, los organismos de comerciantes de todo el mundo, agrupados en la


Cámara de Comercio Internacional, dieron cima, en 1953, a la elaboración de las Reglas
Internacionales para la Interpretación de los Términos Comerciales, conocidas como
INCOTERMS, que, pese a no haber adoptado la forma de tratado internacional, son de
observancia mundial, según su última versión, conocida como INCOTERMS 2000.

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