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COLOFON
Boletín de la Federación Internacional de Bibliotecas de la Orientación Lacaniana

29

¿Sobrevivir al consumo?

JULIO 2009
 COLOFON
Boletin de la Federación Internacional de Bibliotecas de la Orientación Lacaniana

29

¿Sobrevivir al consumo?

Julio 2009

:
 ÍNDICE
Esemela dele
BIBLI0TECA
or N° 12.02O

entaciórocanle
Lece
COLOFON29.
5 EDITORIAL
Por añadidura Judith Miller

ECONOMÍAS DE MERCADO Y LAZO SOCIAL

7 EI Otro que no existe y sus comités de ética
Jacques-Alain Miller. Curso en colaboración con Eric Laurent]
Diana
Antebi
(EOL-Buenos
Aires) 24s6-Ss3- 30- So4
9 ElobjetosinpapelesMiquel
Bassois
(ELP-Barcelona)
S\ O- (08-S5?-3-62
11 El capitalismo pulsional ManuelFernándezBlanco(ELP-ACoruñal SS3- ko-S61-642
13 El pánico y la con anza Germán Garcia (Fundación Descartes-Buenos Aires)

EL ORDEN PHARMACON
15 ConsumidoresconsumidosErnestoSinatra(EOL-Buenos
Aires]) G3o-S3-4b2-62-
18 OadicciónodeseoSilviaGarcia
[EOL-Buenos
Aires] Ss326-60-2 212

LO QUE ENGAÑA AL PLUS-DE-GOZAR

20 Cuerpos lacarnianos: novedades contemporáneas sobre el estadio del espejo
MarieHélène
Brousse
(ECF-Paris] n3-2→6 38-3SG
23 La comedia del consumo LuisDarioSalamone(EOL-BuenosAires] G30- 13-622-
25 La promoción del cuerpo arti cio JoséAngelRodriguezRibas(ELP-Sevilla] ( |123-67
27 El trastorno por atracón o ¿la voluntad dominada? SS 3
Francisco
Burgos
(ELP-Barcelona]
3o 13- 4s-2+ -13S
CLÍNICA: LA MARCHA DEL MUNDO EN LA VIDA
30 El
(a)nalista
Adriana
Testa
(EOL-Buenos
Aires] 13S - 4- I3-633-6ss
32 Lapalabra,másalládela protocolizaciónGuyBriole (ECF-Poris]4-9-(oo- 14
35 Elniño deldinosaurio
Mercedes deFrancisco
[ELP-
Madrid] 4 -1f-32- 13o
38 UnobjetoacivilizarEicZuliani
[ECF-Nantes) 4- |
40 Siguiendo las pistas del objeto. El shofarAdelaAidaFryd(EOL-BuenosAires] -I 2
LECTURAS CRÍTICAS
43 Sigmund Freud- Max Eitingon. Correspondance 1906-1939
Laura Sokolowsky (ECF-Paris]
44 Zygmunt Bauman. Vida de consumo Esmeralda Miras (EOL-BuenosAires]
45 Richard Sennett. La cultura del nuevo capitalismo
Gracia Viscasillas (ELP-Zaragoza]
46 Eloy Fernández Porta. Homo sampler. Tiempoy consumo en la Era Afterpop
Carmen Alda [ELP-Barcelona)

NOTICIAS DE BIBLIOTECA
49 Bibliotecas de la FIBOL, lo común y lo particular Jesús Ambel (ELP- Granudal

51 BIBLIOTECAS

COLOFON 3
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COLOFON
Boletín de la Federación
Internacional de Bibliotecas de la
Orientación Lacaniana

Asociación sin ánimo de lucro

74, rue d'Assas, 75006 París
Fax (1) 45 48 79 38
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COLOFON
Edición en España
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Secretaria de la FIBOL
Jesús Ambel
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Directora
Judith Miller

Comité de redacción
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Carmen Alda (Barcelona)
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Juana Planells (Valencia)
José Angel Rodriguez Ribas (Sevilla)
Jesús Ambel (Granada)
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Esmeralda Miras (Buenos Aires)

Fotografías de la cubierta
Foto: Hernán Paulos
Modelo: Matías Plaul
Locación: Ciudad Cultural Konex (Buenos Aires)

Maquetación:
Juliana Javaloy Estań

De la edición en Argentina:

Impresión:
Bibliogra ka de Voros SA.
Buenos Aires, Agosto 2009
Ode los autores
Registro de la propiedad intelectual
en trámite
ISSN: 1699-0609

De la edición en España:

Impresión:
Grá cas Royanes S.L.

Editado en Valencia, Julio 2009

O de los autores
Depósito Legal: V-2640-2006
ISSN: 1699-0609

4 ¿50BREVIVIR AL CONSUMO?
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 :
EDITORIAL

por añadidura
Judith Miller

Una novedad en esta entrega de Colofón: una rúbrica propiamente clínica.

¿Por qué hablar de casuística en el Boletín de la Federación Internacional de
las Bibliotecas de Orientación Lacaniana (FIBOL)? ¿Es un intruso? Pensarlo
así sería olvidar que la FIBOL forma parte del conjunto del Campo freudiano,
constituido por las Escuelas de psicoanálisis que reúne la Asociación Mundial
de Psicoanálisis y por todas las instancias que ella vectoriza.
En este conjunto, la FIBOL sigue las trazas del interés de Freud y Lacan
por las disciplinas que elucidan un aspecto u otro del mundo contemporáneo,
contribuyen a sus in exiones y constituyen la "opinión ilustrada". Algunos de
sus aportes son especí camente preciosos para el avance de la doctrina analí-
tica. En este miltiple interés, las bibliotecas del Campo freudiano anclan el
lugar del psicoanálisis en la cultura y se inscriben en "la marcha del mundo",
para continuar allí el combate de las Luces, renovado por Freud a partir de su
invención. Es decir que la FIB0L se dirige particularmente a todo practicante
concernido por las nuevas formas que toma el sufrimiento de los seres hablan-
tes en un mundo en plena mutación, y, en primer lugar, a los psicoanalistas
mismos.
Esta nalidad alcanza, entonces, dos vertientes. Una de ellas, contribuye a
la formación de los analistas y reside ante todo, en la experiencia de su análisis
personal, pero también en el estudio de los desarrollos de la doctrina analítica
y de sus disciplinas a nes. La otra, participa en la inscripción de la voz del
psicoanálisis en la vida cultural, tan a contracorriente como lo es el discurso
analítico.
"A contracorriente no signi ca que el discurso analítico sea un discurso
nostálgico de tiempos pasados en contraposición al progreso" actual de las
ciencias. Más bien indica que lejos de ser obsoleto, el descubrimiento freu-
diano inauguró un lazo social nuevo que, por su sola existencia, modi ca el
estatuto de los otros tres que Lacan formalizó.
En ello radica una de las razones que explican la agresión de la que hoy en
día el psicoanálisis es objeto, -que se mani esta de modo frontal con medi-
das juridico-administrativas (la famosa "enmienda Accoyer") o subrepticio (la
omisión de su mención en los informes que se denominan cientí cos y de los
que los Media se hacen cómplices).
Como ya es sabido, el Campo freudiano derrotó a algunas de las embes-
tidas aśesinas de las que fue objeto de modo reiterado, tanto gracias a los
Forums impulsados por Jacques-Alain Miller, en los que la opinión ilustrada
hizo su defensa, como también a través de publicaciones tales como El anti-
libro negro del psicoandlisis y, asimismo, gracias a las iniciativas ofensivas sobre
el terreno mismo sobre todo la de los CPCT (Centros psicoanalíticos de
consultas y tratamiento).
****
Todo esto ya se ha conseguido y no debería ser olvidado en el momento en
que aparece el No 29 de Colofön.
La mención de los rasgos del mundo contemporáneo, que Jacques-Alain
Miller y Eric Laurent elucidan en su curso publicado en castellano, es opor-

COLOFON 5
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 tuna. Permite situar el marco del conjunto de refexión de esta entrega, preci-
sando cómo la intervención de Jacques-Alain Miller sobre política lacaniana
conciernea las Escuelas del Campo freudiano, al Campo freudiano en su con-
junto y a la FIBOL en particular.
En efecto, en un mundo donde el objeto asciende al cenit, cada uno se
consagra a la adicción y ve reducirse su ser a un tener. Un analista, como
el extranjero de La Playa, viene de afuera y localiza la lógica infernal de lo
que se presenta como promesa de un paraíso universal. Si se acontonara en
su práctica, no preservaría la especi cidad del discurso analítico como lo ha
demostrado su contribución a las nalidades de las Escuelas de psicoanálisis.
Ellas no retroceden ante los semblantes de la globalización, con el riesgo "de
dejarse seducir por aquellos a quienes quieren seducir como lo subrayó
Jacques-Alain Miller en octubre de 2008 durante las Jornadas de la Escuelade
la Causa Freudiana. Para aportar respuestas inéditas del discurso analítico, un
analista no puede tomar preguntas planteadas por su reversoque conducen
a que, luchando contra la segregación, terminan reforzándola aún más; o bien
socializando de modo universal, desembocan de cabeza en el paradigma del
hikikomori japonés. Esas preguntas buscan asegurar que la máquina gire sin
que ningún grano de arena haga chirriar los engranajes. La "crisis" demuestra
cómo el capitalismo nanciero y su culto de la cuanti cación generan una
proletarización generalizada.
La rúbrica clínica ilustra la propuesta de "política lacaniana" que hiciera
Jacques-Alain Miller, poniendo de relieve que un analista no aporta con el
lubricante analítico algo con que engrasar la máquina consumista, por más
golosa que sea. Le toca cernir, con rmezay delicadeza, cómo lo real está en
juego para cada uno en las elecciones que lo posicionan en la "marcha del
mundo". La viñeta línica de Luis Salamone, Analista de la Escuela, demuestra
en qué su pragmática está advertida de lo irreductible".
Este nuevo término, "pragmática', en psicoanálisis me parece designar
cuánto de inventiva se requiere en cada analista cuando se propone, en fun-
ción de cada caso, "aplicar" el psicoanálisis, en su consultorio o sirviéndose de
lo que dispone, como el hospital u otra institución. No hay ninguna técnica
para componer el espacio donde se inscribe el camino que hace a cada uno
feliz, como dice Lacan. Su propio análisis y su trabajo en relación con el propio
inconsciente ponen a su alcance la inventiva que demanda trazar ese camino
de ex-cepción de cada uno.
Las presentaciones clínicas de la nueva rúbrica -sin duda puntual- mues-
tran que un trabajo analítico nombra una singularidad, con o sin papel, y que
puede, sin apuntar a ello, recomponer para sí su modo y su lugar en la socie-
dad, por añadidura.

6 ¿50BREVIVIR AL CONSUMO?
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A próposito del Curso La Orientación Lacaniana de Jacques-Alain Miller sobre
El Otro que no existe y sus comités de ética'
Diana Antebi
La lectura de este Seminario renueva la exigencia laca-
niana de estar a la altura de la subjetidad de la época,
signada (hay que decirlo) por la entronización de los
objetos en el campo del Otro, exigencia que retrotrae
a la vez la apuesta de Freud, la lúcida lectura de su
contemporaneidad, y por qué no, las anticipaciones
pesimistas fundadas en clla.
Jacques-Alain Miller y Eric Laurent exponen una
modalidad de trabajo que, por tratarse del desdo-
blamiento, de la pluralización de la enseñanza, pre-
sentiica así la llamada inexistencia del Otro, eje que
constituirá el análisis de los modos actuales de nuestra
civilización.
En el tránsito por sus lecciones, participamos de
la discusión, la conversación, el disenso y también
las convergencias respecto de la diversidad de los sín-
tomas de la subjetividad moderna y los desa os que
presentan a los analistas. Todo bajo la égida de la pre-
gunta fundamental: zcómo responde el psicoanálisis a
los padecimientos propios de la época del Otro que
no existe? Qué se le debe exigir? ;Cuál es la dirección
por donde se debe orientar entonces, la época laca-
niana delpsicoanálisis?
No se tratará aquí de impartir recetas, sino más
bien de la extracción que se desprende de la lógica
encarnada en las múltiples referencias ofrecidas por la
historia, la loso a, la ciencia, el arte y el psicoanálisis
mismo, y aún más, la lectura cotidiana de los diarios.
Se in ere de estas lecturas una marcha al compás de
los acontecimientos, siendo partícipes de ellos, y es-
tando concernidos por la pregunta acerca de nuestra
responsabilidad como analistas, a cada paso.
A través de la guía de una impecable lógica, se des-
pliega la función y el lugar del Otro en la estructura,
siguiendo el trayecto de toda la enseñanza de Lacan.
¿Qué implica decir que el Otro no existe? lmplica
decir que el Otro ya no funciona como punto de bas-
ta, como el elemento que supera y articula la disyun-
ción entre signi cante y signi cado, que establece
una relación entre el lenguaje y lo real.
Ese lugar lo ocupará el discurso, entendido como el
principio del lazo social. Es decir, que a rmar que el
Otro no existe implica que el punto de basta se re-
constituye como lazo social. Y la tesis de Lacan es
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ECONOMÍA DE MERCAD0Y LAZO SOCIAL
que el goce contemporáneo, se sitúa por el plus de
goce, y ya no por el agente de la castración. En con-
sonancia con esta particular relación al Otro, el sínto-
ma pasa a ser una respuesta posible frente al vacío que
se abre entre el semblante y lo real. El llamado a los
comités de ética es signo de este cambio.
A próposito de este comentario, nos circunscribire-
mos en particular a la lectura de algunas lecciones que
son la clave para orientarnos en lo que la actualidad
experimenta como su sello más crudo: el empuje al
consumo, y lo enmarcaremos en el contexto del Curso
en su conjunto, el cual quiere demostrar la dimensión
social del síntoma y su diferencia con la localización
subjetiva del mismo.
El punto de partida del trabajo, en las primeras
lecciones, es por un lado, la época freudiana, la del
esplendor del Nombre del Padre, y todo el trabajo de
atravesamiento que la enseñanza de Lacan produce
a través de la formalización del matema S (A), que
lleva al estallido y pluralización de los nombres del
padre. Como concusión se inscribe una sentencia
precisa: en la actualidad no hay más que semblante.
Recorremos así un camino que nos lleva de la cri-
sis del saber al malestar respecto de lo real, y arriba-
mos al impasse ético de nuestro hoy, cuyo correlato
inequívoco es la pregunta por lo real, inscripta en el
marco de las formas actuales de la angustia.
Por otro lado, se trabajan cuidadosamente los
aportes de la oso a contemporánea, los que, ya sea
cuestionando, ya sea defendiendo lo real, intentan res-
ponder a la pregunta por su estatuto y su exigencia. El
examen detallado de los aportes de pensadores como
Rorty, Habermas, Searle, Ian Hacking, entre otros,
toma entonces una dirección radical: "cuanto más se
extiende el imperio de los semblantes, es más impor-
tante mantener en el psicoanálisis la orientación hacia
lo real". Esta es la partida que juega el psicoanálisis
en nuestra actualidad, de Hil osigkeit freudiano, de
“desamparo organizado", fuente de angustia.
Es en este contexto que quedará distinguida la
diferencia entre el real de la ciencia y el real del psi-
coanálisis. La ciencia con su saber, produce lo real.
Para el psicoanálisis, lo real es speech dependent. El rea-
lismo del psicoanálisis se ilustra entonces de un modo
COLOFON 7
 magistral con la intervención de Bernardino Horne,
quien retoma el testimonio de su pase, mostrando
cuál es la orientación a lo real propia del campo psi-
coanalítico.
Resulta esclarecedor el examen exhaustivo que lleva
adelante Éric Laurent de textos freudianos funda-
mentales, como El Malestar en la Cultura, Picologla
de las Masas y Análisis del Yo, y los comprendidos en-
tre 1925 y 1932, que puestos en articulación y en
tensión, iluminan los cambios culturales e históricos
a los que se anuda la reacción de cada uno de los sexos
en consonancia con su propia lógica, especialmente
en relación al superyó. Bajo la pregunta "cómo so-
portar el peso del Otro?" se abre un camino que nos
permite ubicar los puntos de ruptura en la cultura
a partir de un hito crucial: lo que dan en lamar el
estallido de la cuestión femenina, fundamentalmente
en la de nición de su posición, su retirada del Otro.
Esto abre así una brecha en la que la época de Freud
quedará atrás, surcando un trazo que nos lleve a darle
su lugar al sujeto contemporáneo, en su búsqueda de
anular la desigualdad entre los sexos, procurando la
paridad en el goce. El cambio en la subjetividad mo-
derna da paso a la subjetividad actual que procura un
anclaje en el cuerpo.
Ahora bien, si Freud centra su análisis del sujeto
y de lo colectivo en la identi cación, nosotros, aho-
ra, pregunta Miller ¿en qué lo centramos? La promo-
ción del plus de goce se centra en el eclipsamiento del
ideal. Desde aquí se explica la crisis contemporánea
de la civilización. Se escribe a > I; se lee: a predomi-
na sobre el ideal.
Entonces, "tanto los hombres como las mujeres
están determinados por el aislamiento de su goce.
Su retirada es alli ascenso al cenit social del objeto
a, y el comité de ética es sintoma de esteascenso"
(pág. 23).
El trabajo de revisión, examen y renovación del
texto freudiano a la luz de la enseñanza de Lacan, y
de la localización de los llamados nuevos síntomas,
establecen un nexo entre la caída del Otro, la promo-
ción del objeto 'z' como causa de un deseo insaciable
y exigente de lo nuevo sin detención, y las posiciones
sexuadas vectorizadas por la tesis de la "feminización
del mundo actual" (en relación al lojo lazo de la rela-
ción al Oro, propio de la posición femenina).
Con este marco, J-A Miller propone prestar aten-
ción a la historia del consumo, ya desde los tiempos
del ideal ictoriano. Localiza en el siglo XVIII una
revolución del lado de la demanda que lo lleva a a r-
8 ¿SOBREVIVIR AL CONSUMO?
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mar que bajo la ética del ideal subyace la ética del
consumno como contracara del Amo moderno.
";Cómo se volvió insaciable y siempre renovadala
necesidady se instiló en el sujeto ese gusto sorpren-
dente por el objeto nuevo? (...) en esta promoción del
plus de gozar que sitúa nuestro modo de goce tene-
mos la igura del consumidor moderno; hay un hedo-
nismo de tipo nuevo que se aceleró, triunfó sobreel
ideal rigorista y constituye nuestra actualidad." (pág,
85). Esta "exasperación sintomática del culto de lo
nuevo en la actualidad no es más que el ropaje de la
pulsión de muerte. La búsqueda de un goce más allá
de la vida misma.
Como paradigma del empuje al consumo y como
muestra de un goce emblemáico del autismo con-
temporáneo, es examinado el lugar que tienen las
toxicomanías. Para ello, es invitado Francisco Hugo
Freda, quien en su presentación de lo que lama "una
nueva forma del síntoma", circunscribe el fenómeno,
ya no como síntoma en nuestro sentido clásico (desa-
tisfacción y padecimiento, paradojal), sino como una
solución. Y por ello, feliz.
Me detendré brevemente en la lección, "El campo
pulsional", en el que Jacques-Alain Miller localiza el
lugar fundamental del objeto 'a', a través de los de-
sarrollos sobre el concepto actual de sintoma, en su
dimensión de Jano bifronte: su relación con la pul-
sión y su relación con el Otro, desplegando las trans-
formaciones producidas desde el campo del Uno al
campo del Otro, a modo de banda de Moebius, bajo
la perspectiva de una de nición preciosa: "el sintoma
es un vástago de la pulsión". El forzamiento que debe
necesariamente producirse para pasar del estatuto au-
tista del síntoma a reconocerse como signi cado del
Otro es una operación contranatura. Es éste el estatu-
to estructural del síntoma, y esta delicada operación
es nuestro actual desa o, hoy, redoblado.
Si un texto no sólo se lee en sus páginas, sino a
la luz de los efectos que provoca su devenir ulterior,
concluimos que se trata de una valiosa brújula, de una
herramienta para hacer lugar a la operación analítica
conveniente. Apostando a responder, cada vez, que
existe la buena manera de sostener el psicoanálisis en
nuestro tiempo.
Notas:
1 Jacques-Alain Miller. El Otrɔ que no existey sus comités de ética.
Curso en colaboración con Ếric Laurent.
Traducción: Nora González. Texto establecido por Graciela Brodsky.
Paidós. Buenos Aires, 2005.

El objeto sin-papeles *
Miquel Bassols
Este es el término que he encontrado para respon-
der a la cuestión del estatuto actual del emigrante.
Digo "actual" en el sentido histórico, pero también,
por supuesto, en los sentidos de la actualidad política
respecto a la emigración, de los cuales la prensa da
cuenta en el día a día. Vemos que el estatuto del emi-
grante justamente es el de no tener estatuto, civil o le-
gal, en la comunidad en la cual quiere entrar y que le
impone una serie de condiciones cada vez más di cil
de cumplir. Por tanto, el emigrante, en el sentido que
antes se daba a este término, el que salía de un país
para reencontrar un lugar en el otro, cada vez existe
menos, ya que aquềl cede el lugar, -mejor dicho, su
no lugar- al denominado sin- papeles. De este modo,
se constata cada vez más, un desplazamiento en los
términos de la lengua, en los periodistas, en los políti-
cos y en la opinión pública. Lo que habitualmente se
designaba como el emigrante ahora recibe este nom-
bre despojado de atributos, más bien vacío de identi-
dad, una especie de sin nombre, el del sin-papeles. En
este desplazamiento de discurso, -que es de hecho, el
verdadero desplazamiento del emigrante más allá de
lo geográ co- el sujeto que emigra se convierte así en
un objeto sin atributos, un objeto al cual se le exige
identi carse.
Este desplazamiento tiene para nosotros el valor de
un signo, de un síntoma que en la actualidad genera
la división de Europa; sería un nuevo signo de esta se-
gregación anunciada hace unos años por Jacques La-
can en su parágrafo tan a menudo citado de su Propo-
sición... de 1967: Nuestro futuro demercadoscomunes
encontrará su balanza en una extensión cada vez más
dura de los procesos de segregación'.
De entrada, conviene considerar este desplazamiento
en el curso de la historia. Stefen Zweig, que fue in-
terlocutor de Freud, en su libro titulado El mundo de
ayer. Memorias de un europeo, ya podía constatar los
primeros indicios de este viraje como turista en los
Estados Unidos, antes de 1914, porque quiso hacer
voluntariamente la experiencia del emigrante. Su sor-
presa fue encontrar, en la breve estancia de dos días,
numerosas posibilidades de trabajo y de formas de
vida, una inserción fácil en el mundo y en el discurso
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ECONOMÍADE MERCADOY LAZO SOCIAL
del Otro, de un Otro que efectivamente existía: nadie
-cscribió- me pidió ni mi nacionalidad, ni mi religión,
ni mi orign, cuando iajaba sinpasaporte,algo inima-
ginable en nuestro mundo actual -Zweig escribía estos
párrafos al inicio de los años cuarenta- un mundo de
huellas digitales, de via y de relaciones policiales 2. Este
mecanismo de control será llevado al límite a comien-
zos del siglo XXI, hasta el punto que en el mundo
de hoy, la metáfora de un no lugar permanente son
los aeropuertos, de un no lugar globalizado donde en
todo momento hay que dar pruebas de no ser un sin-
papeles.
Se trata pues, de la creación de un nuevo objeto, el
objeto sin-papeles que las leyes recientemente adop-
tadas por los gobiernos europeos han previsto aislar
durante dieciocho meses, en un espacio de exclusión
interna que encierra un cúmulo de paradojas.
Tomemos como ejemplo las declaraciones del recien-
temente nombrado ministro de Trabajo y de Inmigra-
ción en España, Celestino Corbacho, en el momento
de coger las riendas de las nuevas políticas de inte-
gración, cada vez más duras: En este pais todos los in-
migrantes que sean necesariosy uno más. Pero todos con
contrato de trabajo. Eso debe ser incuestionable. Se sabe
que a este contrato de trabajo, hay que añadir ahora el
denominado "contrato de integración" que es el sig-
ni cante amo de esta operación. Pero lo que conviene
señalar en esta frase es la función de este "más uno'
en el cual nosotros, los psicoanalistas orientados por
la enseñanza de Jacques Lacan, aprendemos a ubicar
el inconsciente del Otro, o si se pre ere, de este Otro
que no existe. Este mắs uno, como una "in nitud la-
tente" al decir de Lacan, que súbitamente puede virar
hacia el "uno en más', el sobrante que es necesario
expulsar y que encarna la imposibilidad de represen-
tar, de integrar el goce del Otro, nunca homogéneo
al fantasma de globalización del sujeto. El goce del
Otro es justamente sin representación posible, es por
decirlo así, siempre sin-papeles.
El objeto sin-papeles presenti ca así la inconsistencia
misma de la ley, cuando quiere regular la integración
del goce del Otro en una función quese quiere "para9
COLOFON 9
 todos". El nuevo objeto sin-papeles encarna entonces
aquél sujeto que no puede ser reconocido como un
sujeto de derecho, nos presenta y anticipa el destino
de objeto no- reciclable que toca, uno por uno, lo más
íntimo del sujeto post-humano contemporáneo.
¿Cuáles son las posiciones posibles del discurso frente
a este objeto no-reciclablet Si seguimos la lógica de los
lazos sociales promovida por Jacques Lacan con sus
cuatro discursos y los cuatro términos que ocupan el
lugar del agente, podemos enumerar cuatro posicio-
nes (para considerar así sus callejones sin salida):
1)Posición Sl del signi cante amo. Es la posición
del empuje-al-Uno-extremo gobernado por la idea
dominante de una integración para todos. Cuanto
más se a rma esta integración globalizante, más se
obtiene un efecto de segregación interna presenti -
cando la dimensión del objeto irreductible y no re-
ciclable. Lacan avanzó, hace exactamente cuarenta
años, en mayo de 1968, lo que él denominaba "e!
problema más candente de nuestra época (..) al ser
cuestionadas todas las estructuras sociales por el pro-
greso de la ciencia (...): La segregación ). Ya había
indicado estas coordenadas en el pasaje del antiguo
orden social del Imperio (el Uno del Imperio) hacia
su pluralización en ...los imperialismos cuya cues-
tión es la siguiente: ¿cómo arreglárselas con las masa
humanas, abocadas a compartir el mismo espacio, no
sólo geogråfco, sino fanmiliar llegado el caso, para que
permanezcan separadas?*.
de esta división nos llega a través del mensaje diri-
gido desde España al posible inmigrante africano,
en un reciente documental titulado: Europa,paraiso
espejismo (2005). El documental ha producido
como efecto la reducción del 70% de la emigración
en el país donde se ha exhibido (Guinea). Finaliza
con la imagen, tan turbadora como explícita, de la
tumba del emigrante anónimo con la inscripción
"inmigrante" seguido de un número.
4)Posición pequeño a del objeto causa de deseo. Se
sabe que el discurso del analista se funda en esta
posición. ¿se podría fundar sobre tal posición una
ética e incluso una política sobre el emigrante? En
todo caso, se tratará de hacer de este emigrante un
sujeto responsable de su in erno y de su paraíso, de
tomarlo uno por uno, sin pretender hacer un todo,
sea el del emigrante mismo, sea el de la comuni-
dad donde querría integrarse. Elevar al sujeto aesta
identi cación de objeto sin-papeles es hacerle hablar
de lo que no tiene espacio en su discurso, para po-
nerle nombre. En de nitiva, es también generar un
deseo que no sea anónimo, justamente en la época
del Uno del Nombre del Padre en su función de
señalar y nombrar este objeto.
Intervención en la Conversación Clínica de Uforca,
París 29 de Junio de 2008.
Tradución delfrancés: Carmen Alda

2) Posición S2 del signi cante del saber. Podemos si-

tuar aquí las ideologías de la interculturalidad que Notas:
en el ideal, incluso imperativo, del "saberlo todo" 1 Jacques Lacan, "Proposition sur le psychanalyste de IÉcole,
sobre el Otro, preconizan un acercamiento al límite Autres Ecrits, du Seuil, Paris 2000, p. 257.

de las culturas en un mismo espacio. Claude Lévi- 2 Stefan Zweig. El mundo de ayer. Memorias de un europeo. El Acan-
tilado, Barcelona 2002, p. 245.
Strauss ya había señalado el límite y el callejón sin
salida de tal posición en sus dos intervenciones en la 3 Jacques Lacan "Allocution sur les psychoses de l'enfant", Autres
Ecrits, du Seuil, Paris 2001,p. 362.
UNESCO (la segunda, "Raza e historia" en 1971,
4 Ibidem, p. 33.
fue recibida con cierto malestar por el espíritu uni-
versalista) puso en evidencia que la tolerancia recí-
proca implica dos condiciones: una igualdad muy
relativa y una distancia sica su ciente fundadas en
la imposibilidad de identi carse al goce del otro.

3) Posición $ del sujeto dividido. Diré rápidamente

que esta es justamente la posición actual encarnada
por una Europa dividida respecto de sus políticas de
inmigración frente a este nuevo objeto sin-papeles
creado por ella misma. Un ejemplo paradigmático

10 ¿50BREVIVIR AL CONSUMO?
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El capitalismo pulsional
Manuel FernándezBlanco
EI lósofo francés Bernard Stiegler de ne al sistema
económico actual como el del capitalismo pulsional,
tomando apoyo en los conceptos freudianos. El psi-
coanálisis ha esclarecido cómo en el ser humano la
búsqueda compulsiva de la satisfacción puede llevar a
la autodestrucción. El hedonismo es la otra cara de la
pulsión de muerte.
Cada vez que sale a la luz un escándalo de corrup-
ción económica comprobamos cómo se puede pasar
del lujo y la ostentación a la cárcel o del prestigio so-
cial e intelectual, como gurú de las nanzas, al recha-
zo global. Las últimas derivas del sistema económico,
y las conductas de voracidad de algunos de los tenidos
por sus más eminentes gestores, han logrado lo que la
izquierda marxista había dado ya por una batalla per-
dida: que se pudiera llegar a cuestionar, a estas alturas
de la historia, el sistema capitalista. Esta es la parado-
ja: los más fervientes defensores del libre mercado son
los que han provocado el intervencionismo estatal.
En cualquier caso, el capitalismo no está en crisis
como consecuencia del cuestionamiento político e
ideológico de sus enemigos. El capitalismo está enfer-
mo de sí mismo, de su empuje a la autodevoración. El
capitalismo de producción admitía la posibilidad de
sostenerse en ideales como el progreso material y so-
cial, el espíritu emprendedor o la creación de empleo
y bienestar. Pero el capitalismo ha mutado y el sistema
actual ha roto de modo alarmante el equilibrio entre
producción y conservación. En este recorrido se ha
perdido el saber hacer y el saber vivir. El saber hacer
porque el saber pasa a las máquinas (quizás lleguemos
a comprar coches que no necesitarán que nosotros los
pilotemos): y el saber vivir porque el sujeto actual se
sostiene en la necesidad del consumo compulsivo, en
las conductas adictivas.
La civilización global se caracteriza por la pasión
por los objetos propuestos por la sociedad del mer-
cado. Se trata, en el hedonismo contemporáneo, del
goce ininterrumpido (aunque sea el del trabajo, el de
la adicción al trabajo). La propuesta del capitalismo
es la de que hay objetos para la satisfacción. Ese es el
fantasma del capitalismo: hay objeto, en el régimen
del tener. Pero, en ese registro, todos los objetos son
perecederos y generadores de insatisfacción. La res-
puesta del capitalismo es la novedad, la novedad mis-
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_ECONOMÍA DE MERCADO Y LAZO SOCIAL
ma como objeto de goce, ante la caducidad crecien-
temente acelerada de los objetos que propone para
la satisfacción. El ofrecimiento continuo de objetos
plus-de-goce disponibles para todos borra la singula-
ridad. Por eso la universalización del objeto contribu-
ye a la soledad del sujeto. Sirva como ejemplo el caso
de los hikikomori en Japón. Son 1.200.000 sujetos
entre 14 y 30 años. Es decit, en Japón, 1 de cada 10
jóvenes vive recluido en su habitación, en un universo
de multiconexión virtual pero evitando las relaciones
reales. Es la paradoja de que la interconexión univer-
sal, múltiple e instantánea, puede ir de la mano del
aislamiento y de la soledad. Los hikikomori son la
expresión más radical de este fenómeno pero, sin lle-
gar a ese extremo, tenemos los adictos a Internet, los
adictos al sexo, los adictos al móvil, los compradores
compulsivos, etc.
Este modelo de civilización produce un efecto de
fatiga (de fatiga crónica, podríamos decir) al quedar
capturado el sujeto por los objetos de los que se hace
dependiente. La dependencia implica la prevalencia
de síntomas más vinculados a la diicultad del destete
y de la separación. Más vinculados al narcisismo, más
regresivos. La caída de los ideales y el declive de los
discursos basados en el Nombre del Padre, conduce a
la puesta en primer plano del objeto de goce y la rela-
ción de dependencia. Esto explica, entre otras cosas,
el incremento de la violencia de género. Los hombres
no son más machistas ahora, son más niños, más de-
pendientes. Por eso no soportan el abandono y al acto
homicida sigue, en muchos casos, el suicidio.
La civilización oscila entre la angustia porque fal-
ta la falta. "No les falta nada, tienen de todo', dicen
nuestros mayores, y el tedio que conduce a la depre-
sión generalizada. Por eso los fármacos más prescritos
son los ansiolíticos y los antidepresivos. Si una enfer-
medad, la depresión, alcanza al 25% de la población,
zes una enfermedad? O bien se trata de la generaliza-
ción de la llamada psiquiatría cosméica.
La economía libidinal respecto de los bienes y su
uso se ha modi cado porque la compulsión consumis-
ta no es el deseo ni el placer, que siempre está ligado
a la mesura y al límite; es el empuje a la acumulación
de los objetos que propone el mercado ignorando que
el deseo no vive de objetos. El sujeto actual, en una >
COLOFON 11
 especie de bulimia generalizada, consume sin poder Si el estado actual de la civilización se caracteriza por
parar incluso lo que no necesita para luego vomitarlo, el individualismo y el hedonismo conformista, y los
confrontándose al vacío. Cuanto más vacío existen- discursos revolucionarios clásicos han caído, pareciera
cial, más atracón. Por eso se consume también lo que que el único planteamiento subversivo, en la actuali-
se detesta: la gente cada vez pasa más horas viendo dad, sería el anticonsumista. Frente al exceso del con-
programas de televisión que dice aborrecer. Se intoxi- sumo, la respuesta anorxica. Esto alcanza también el
can así del opio de sus propias endor nas y adormecen ámbito sexual. En la época de la permisividad sexual
cualquier deseo que pudiera despertarlos. El empuje casi absoluta, cuyo único límite es la pederastia, la
al consumo y al éxito material ha destruido el deseo. única trasgresión posible sería la antisexualidad como
Antes por el exceso, ahora por la privación. El éxito alternativa anticonsumista. Tal vez la lógica del ex-
del término mileurista se deriva de esta lógica, por- ceso puede conducir a algunos a la anorexia sexual.
que apunta a la limitación del derecho al consumo. Ya existe un movimiento organizado, a nivel inter-
El ciudadano ha dejado su lugar al consumidor, nacional, de los ateos del sexo. No es descartable que
por eso los derechos del ciudadano han cedido su pro- pronto podamos asistir a la celebración del día del
tagonismo a los derechos del consumidor. Esto conta- orgullo antisexual.
mina todos los ámbitos, incluido el sanitario, donde El ideal se anula por su pluralización ilimitada
el paciente, en el lenguaje de los gestores, ha pasado y porque entra en el registro de la paradoja posible.
a denominarse cliente. Las consecuencias de esta di- Recordemos a Pekka-Eric Auvinen, el asesino múl-
námica alcanzan el ámbito del saber. La sabiduría ha tiple nlandés, que se de nía como un humanis-
dejado de ser un ideal, porque sólo tiene valor el saber ta antihumano y como un ateo endiosado. Si toda
operativo, el saber del funcionamiento, en muchas identi cación es posible, no hay identi cación. Esta
ocasiones absolutamente limitado y empobrecedor. nueva forma de ideal está al servicio de adaptarse al
Por eso vivimos la edad de oro de los protocolos. Los goce particular. Al permitir la paradoja, cortocircui-
manuales de instrucciones han llegado a la clínica. ta el con cto. Por eso, con el nal del siglo XX, la
problemática de la represión deja de ser central y las
La destrucción del deseo conduce a que lo pulsional patologias que dominan la escena no son ya tanto las
se mani este sin contención en la clínica, pero tam- patologías neuróticas producidas por la represión de
bién en la opinión pública que cada vez más, bajo la libido, son las patologías de la impulsividad prod-
la coartada de lo políticamente correcto, procede al cidas por el Just do it ("Simplemente hazlo"), como
linchamiento de cualquier voz que se aparte del cri- nos recomienda Nike, o Imposible is nothing ("Nada
terio establecido. Así convive la exhibición mediática es imposible"), como a rma Adidas. Esta lógica hace
sin velos del goce sexual, o del goce del horror y de la variar la relación del sujeto con el objeto. El sujeto
muerte, con el autoritarismo incorpóreo representado queda subordinado al objeto, seducido por el objeto
por la opinión conveniente. desatisfacciónsiempreposible.

12 ¿SOBREVIVIR AL CONSUMO?
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El pánico y la con anza'
Germán Garcia
Palabras de cada día
De la re nada palabra carencia, aunque nadie se lo
haya propuesto, surgió el eufemismo carenciados.
En el psicoanálisis como en la oso a existencial la
palabra desamparo se refere a un estado original por
el que habría pasado cada uno de los que alguna vez
nacieron; en nuestra vida cotidiana es un eufemismo
que se re ere a los que han sido excluidos tanto del
trabajo como de los diversos intercambios simblicos
que constituyen a la sociedad (juego, educación, en-
tretenimientos varios).
La palabra exceso puede referirse tanto a un goce
sin medida como a un consumo sin otra nalidad
que la ostentación. Y así, uno podría seguir con esos
equívocos en los cuales se hace legible la serie de
malentendidos por los que nuestros lazos sociales se
sostienen y, de paso sostienen los más inadmisibles y
admitidos "usos" de quienes no pueden sustraerse a
ser usados de cualquier manera.
Yde pronto, el pánico
En las catástrofes, contra lo que podemos suponer, se
está muy lejos del pánico. Para llegar a experimentar-
lo no hay que estar en la situación misma, sino dejarse
llevar por el temor de encontrarse alguna vez en ella
sin poder evitarlo. Así, al menos, se ha estudiado el
pánico económico. En esos estudios se ha separado
lo que Sigmund Freud llamaba los lazos libidinales
de la masa de las reglas de un mercado que naturaliza
la rutina de multitudes que no tienen entre ellas otra
relación que la de ser homogeneizadas por la catego-
ría del consumo.
En este punto no está demás recordar que de los
fenómenos colectivos no se puede extraer razones re-
lativas a la psicologia de los agentesimplicados. El
pánico económico supone al mercado con sus reglas y
se diferencia de lo que le sucede a cada sujeto que se
sostiene en la mulitud mediante sus identi caciones
y sus lazos libidinales (para volver a los términos de
Freud). La complejidad del mercado se hace visible en
el momento del pánico, cuando deja de funcionar la
organización temporal recurrente que se designa con
la palabra con anza. El pacto tácito de la circulación
de mercancías y dinero se esfuma en el aire, la soli-
dez garantizada por las reglas sociales desaparece y el
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ECONOMÍA DE MERCADO Y LAZO SOCIAL
consumo que parecía independiente de la nitud de
cada uno se revela como la proliferación de objetos
triviales y la amenaza de que pueda llegar a "faltar lo
elemental" (eufemismo que evita nombrar la comida,
el abrigo de un lugar donde cobijarse de un desampa-
ro ya experimentado en la primera infancia). Es frente
a este horizonte de nitud, frente a esta posibilidad
de llegar a encontrarse entre los desamparados, que
se provoca el movimiento de huida del pánico. Y es
la pérdida de la con anza, la huida del pánico, lo que
constituye al pánico mismo.
Cada cual atiende su juego
Hoy, desde el presidente Obama hasta cualquier pe-
riodista que escribe sobre economía recurre a la re-
petición de un mantra: con anza, con anza. Sólo si
se recupera la con anza el efecto dominó del pínico
(cuando menos, menos) podrá revertirse en un cuan-
do más, más.
Mientras los que tienen la responsabilidad de go-
bernar buscan restablecer la con anza, los opositores
calculan cómo pueden valerse del pánico - sin que el
juego se vaya de las manos - para ganar posiciones. Se
juega con la complejidad de la situación y se trata de
evitar caer en un juego que suma cero que obligaría
a cambiar las reglas del circulo virtuoso del consumo
necesario y el círculo vicioso del consumo de obje-
tos de ostentacióny trivialidades usadas para matar el
tiempo y olvidarse de la muerte.
La multitud, que no puede orientarse en la com-
plejidad del juego y no sabe dónde depositar SU con-
anza para soñar con el futuro, se refugia en sus lazos
libidinales, activa sus identi caciones familiares y es-
pera mejores tiempos. Está entre los suyos y busca a
los responsables del pánico, reclama un castigo para
quienes traicionaron la con anza. Descon a de los
que le piden con anza, de los que le hablan con dul-
zura de sus ancianos y de la educación de sus hijos.
Yal nal de cuentas
J. K. Galbraith escribe en 1961: "Durante una situa-
ción de pánico se puede saborear al máximo la estú-
pida variedad de acciones humanas pues, aunque se
trate de un período trágico, allí lo único que se pierde
es dinero".
COLOFON 13
 El especulador es el que sabe antes que la multitud
la manera en que ésta responderá al pánico. Cuan-
do en 1987, Reagan declara que a su juicio el dólar
ha bajado demasiado, aunque nadie cree en su juicio
económico, salen a comprar dólares. El especulador
sabe que los demás harán lo mismo y que eso elevará
el precio de la divisa. Mientras la multitud no sabe en
quien con ar el especulador con a en la multitud. La
especulación enseña muchas cosas, pero cuando uno
las aprende es tarde. Al n de cuenta las multitudes,
El cliché salud, dinero y amor es un pequeño tren en
el que viajan muchos mas de los que suponen, peto
sólo se dan cuenta cuando los misterios del dinero
terminan por recordarles que nada garantiza la salud
ni el amor. El tren descarrila y se entra en pánico has-
ta nuevo aviso.
Notas:
1 Publicado en el Suplemento cultural N del diario Clarín.Buenos

temerosa del desamparo y la nitud, pasan su vida Aires, 14 de marzo de 2009.

entre una seguridad que aburre y una incertidumbre

que angustia.

14 ¿50BREVIVIR AL CONSUMO?
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 :
Consumidores consumidos!
Ernesto Sinatra
1. La soledad globalizada
- Los procesos de "globalización han producido gran-
des modi caciones del lazo social a un ritmo de vérti-
go. Ya no existe ciudad que no sea interpelada en los
valores que regían -hasta no hace mucho tiempo- la
estructura de la sociedad y de la familia (para men-
cionar sólo las instituciones más arraigadas). Se han
fracturado los dispositivos tradicionales que regula-
ban las relaciones de los sujetos con el Estado -otrora
protector-, pero no menos las de los hombresy muje-
res entre sí. El poder y el desamparo ocupan un lugar
central en este nuevo panorama.
Las garantías que el Dios jude0-cristiano prometía
han resultado ser inexistentes. El silencio de los espa-
cios in nitos que aterraba al sabio' (cuando los dioses
desde los cielos dejaron de ofrecer signos a los huma-
nos para que éstos guiaran sus actos) ha sido ocupado
por la multiplicación de los objetos de la tecnología.
La ciencia ha planetarizado al mundo sonorizando la
soledad y el vacío del Dios-Uno, reemplazándolo por
gadgets -dispositivos tecnológicos comercializados
a escala planetaria--, produciendo el espectáculo de
las diversas calles de ciudades cada vez más parecidas
entre sí, las que ofrecen los mismos productos de las
mismas marcas a los que aún puedan comprarlos.
La caída real de los cuerpos muertos o empobre-
cidos bajo el imperio de las guerras, del hambre, la
miseria y la desocupación es la contracara de la opu-
lencia festiva del mercado en la civilización actual. Se
hace crudamente realidad la afrmación lanzada por
el doctor Lacan hace más de treinta años: las segrega-
ciones renovadas como efecto del avance del discurso
de la tecno-ciencia constituirán el envés real de la in-
tegración de los mercados.
Comprobamos hoy que la revolución tecnológica
de última generacion ofrece in nidad de gadgets que
se introducen en el punto exacto de la falla estructu-
ral del sexo para ofrecer renovados modos de gozar,
cada vez más próximos a la realización de una sexua-
lidad virtual, pero, además, cada vez más cerca del
autoerotismo. Con el sexo virtual, por el simple em-
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EI ORDENPHARMACON
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BIBLI0TECA
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Nuestro porvenir de mercados comunes
será balanceado por la extensión cada vez más
dura de losprocesos de segregación.
Jacques LACAN
Proposición del 9 de octubre de l967...
pleo de un casco conectado a una máquina, hombres
y mujeres pueden conseguir un partener a su medida
-incluso, si es que así lo pre eren- sin el encuentro
de los cuerpos.
La "depresión" contemporánea y psicofarmacoló-
gica promovida por los laboratorios internacionales
encubre la soledad real que el imperio del amo mo-
derno induce por medio del mercado consumista.
La soledad, nombre de la dispersión del lazo aso-
ciativo, empujada por el mercado y banalizada por el
DSM con el nombre de depresión, localiza el límite
real a los semblantes del progreso universal.
Nace una paradoja: la marginalidad y el desempleo
crecen geométricamente, arrojando a los individuos a
-lo que lamaré- una soledad globalizada, el núcleo
real, la contracara que ya no puede permanecer ocul-
ta del "progreso" tecnológico del capitalismo tardío.
Por eso, la soledad globalizada, efecto de las políticas
del imperio del mercado, afecta el rincón más ínti-
mo de la subjetividad de cada uno: las condiciones
de satisfacción de hombres y mujeres. Estos hombres
y mujeres son los verdaderos objetos del consumo: son
consumidos por el mismo mercado, aquél que -se su-
ponía- habría de alimentarlos, educarlos, velar por su
salud con la salvaguarda del Estado protector.
El vaciamiento de los ideales en la pos-moderni-
dad muestra el goce desencarnadamente. La soledad
globalizada encuentra su razón de existir en la época
en la que los ideales han sido devorados por el plus
de gozar, mostrando el predominio de la dimensión
autista del síntoma'. Es por ello que la toxicomanía
deviene el síntoma emblemático del modo de gozar
contemporáneo: un goce autista, cínico-canalla, en
el que el usuario prescinde del Oro y del cuerpo del
Otro para encontrar refugio en la in ltración del goce
en el propio cuerpo.
La toxicomania generalizada nombra el empuje a
ese goce autista que recae sobre todos los individuos
-objeto real del consumo- reunidos con sus gadgets
en soledad globalizada.
COLOFON 15
 2.El empuje a lo e mero
Las formas de la identifcación varían según las épo-
cas, sus vestiduras adquieren diversas manifestaciones
cubriendo el vacio estructural de la falta de relación
entre los sexos. La nuestra, época de la cultura de mer-
cado, se caracteriza por lazos e meros que se oponen
a la densidad de las relaciones elementales de paren-
tesco centradas en el Nombre del Padre.
Hoy el vértigo de lo e mero, la búsqueda de las
soluciones urgentes sin necesidad de esfuerzos pro-
longados; el predominio de la "comida rápida"; los
movimientos tendientes a la satisfacción instantánea
muestran el fondo pulsional que sienta las bases de las
identi caciones contemporáneas: seres ofrecidos a la
mirada que se alimentan de la pasión por lo e mero
-enlazado con la pretensión de lo instantáneo, nue-
vo ideal del mercado del consumo, uno de los nuevos
nombres del padre que organiza las identifcaciones
en la cultura hiper-moderna.
Incluso ciertos expertos aconsejan que las rela-
ciones entre hombres y mujeres sean 'cortoplacistas':
para asegurar que la inversión sea redituable, el largo
plazo es considerado anti-económico ya que las re-
laciones efímeras y a repetición ofrecen la ilusión de
que el tiempo no transcurre: la promoción del instan-
te congela la duración y anula lo perecedero.
Allií donde el Padre-Uno ya no asegura al parlêtre
en sólidas identi caciones que anuden su cuerpo al
nombre, el empuje a lo efímero que propicia el mer-
cado de consumo ofrece una variedad de identi ca-
ciones prêt a porter. Ellas sustituyen la indeleble marca
de la castración por marcas en el cuerpo a fuerza de
drogas a la medida del consumo', por tatuajes y pie-
cings diseminados en la super cie del cuerpo; lo que el
nombre del padre no marcó con el lenguaje, retorna
desde lalengua con drogas e insignias diseñadas por la
industria que se adhieren al cuerpo evidenciando la
faz de goce de toda identi cación.
Es en esta vía que podemos indicar la existencia de
un nuevo tipo de identi caciones que acompañan en
nuestra época a la pulverización del nombre del pa-
dre. Por ello, parafraseando a Bauman, diremos que
las identi aciones liquidas constituyen el envés de
las adicciones sólidas; o -también- que la solidez del
goce que las adicciones condensan, no va sin la fragi-
lidad simbólica de las identi caciones en el tiempo en
el que la tecno-ciencia o ciando para el mercado de
consumo, reniega de lo perecedero.
En el nal de los años 60, Jacques Lacan escribió
el discurso capitalista a partir de una modi cación
del discurso del amo: la promoción de un sujeto sin
16 ¿50BREVIVIR AL CONSUMO?
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marcas, un individuo anónimo, situado comoagente
de la operación, para quien todo se habria vuelto po-
sible. Lacan llamó rechazo de la castración a este ras-
go decisivo de la subjetividad, con el que caracterizó
la modalidad discursiva del capitalismo tardío: "para
ti, todo es posible, con la posesión de los bienes que
te ofertamos no te faltará nada y serás feliz". Lyotard
nombró a este estado como pos-modernidad, sinfo-
nía hedonista que saludaba la caída del padre con sus
mega-relatos omni-abarcativos, en nombre del Otro
que no existe.
Hoy se evidencia el fracaso del sueño del consu-
mismo pos-moderno: en lugar de la castración for-
cluída, hay privación en lo real: la barra no caesobre
el sujeto sino sobre los cuerpos de los individuos. El
exceso generalizado ha conducido a Gilles Lipovets-
ky a caracterizar como hiper-modernidad el trayecto
actual de nuestra civilización, situando el peligro más
inquietante en el estado de fragilidad subjetiva con el
que deben responder los individuos al hiper-consumo
sin la salvaguarda pública del Estado protector.
Desde la práctica psicoanalítica comprobamos:
cuerpos barridos en lugar de sujetos barrados, san-
cionados como los restos reales del hiper-consumo.
Los individuos son el objeto real de consumo del
mercado.
Ysi el paradigma de las nuevas relaciones son las
"conexiones en red", las identi caciones que ellas pa-
trocinan no responden menos a otro gadget. la tele-
visión.
3.La televisión es omnivoyeur
..somosseresmirados por elespectáculo del mundo.
No hay satisfacción en el estar bajo esa mirada.., esa
mirada que nos cerca, y que nos convierte en primer
lugar en seres mirados, pero sin que nos lo muestren?
El espectáculo del mundo, en este sentido, nosaparece
como omnivoyeur.
Jacques Lacan
19-2-64
Elespectáculo del mundo ha virado su ángulo de visión;
hoy se ha encarnado en un gadget privilegiado: La te-
levisión global mira en cada hogar la forma de vida
que promueve con su modo uniforme de goce, como
asimismo los efectos identi catorios que produce.
Por ello, tal vez valga la pena -literalmente- detenerse
en esta función de la televisión, ya que muestra en
la "época del Otro que no existe" lo que Jacques
Lacan a rmó respecto del mundo: su condición de
omnivoyeur, es decir, al igual que el pretendido Dios-
 : _EI ORDENPHARMACON
Uno, su presencia de todo-mirada, eso que todo -y a
todos- mira.
La televisión es omnivoyeur, penetra en vuestros
hogares forzando la puerta de la realidad para disfra-
zar cada vez más lo real: ella induce en ustedes y -so-
bre todo-- en vuestros hijos, identi caciones, rasgos,
formas de vida a los que adherirse. Con sólo mirarlos
les impone la uniformidad de un modo de gozar. Los
niños hablan (es decir, gozan del lenguaje) según las
desinencias fónicas de eso que los mira todo el día;
la televisión los hace tele gozar con dibujos anima-
dos, telenovelas, series y películas ready-made en las
que sus guionistas compiten para ofrecer más lugares
comunes, siempre de un modo convencional, es de-
cir, adaptativo. Sobredosis de sexo y de violencia son
introducidos por su mirada, para llegar también al
segmento adolescente, intentando seducir hasta a los
"rebeldes", hijos del piercing, aquellos que marcan sus
cuerpos erigiendo nuevas zonas erógenas a partir del
dolor (o resaltando zonas tradicionales), exhibiendo
lo que han perforado allí, en el cuerpo, donde la im-
potente función del semblante paterno dejó su lugar
vacío.
De los tele-adultos ni hablar: todo para ver. La
máquina de gozar se ha metido en sus hogares con los
reality-shows -paradigmas de la función omnivoyeur
de la tele"- seres tan anónimos como ellos (que sue-
ñan con estar ahí) mirados en su intimidad mientras
hacen todo lo que saben hacer: nada. Mientras el tele-
adicto mira esperando que el sexo explicite su goce
y que la violencia estalle entre los anodinos concur-
santes, nada acontece (cada tanto eso sí se les ofrece
un sebo para aumentar el rating). Idea super rentable
que se abusa de la identi cación del tele-adicto con
los protagonistas a partir del goce que produce el mi-
rar. Además el peeping se encuentra en los reality shows
blanqueado para hombres y mujeres comunes sin sa-
lir de sus casas: el porno show está en el dormitorio o
en el livingy ellos siguen siendo normales (no de esos
degeneradosque pagan para ver como decía una señora
defendiendo su goce televisivo).
Pero mientras el individuo queda capturado por la
escena ofrecida desconoce que es mirado por la mis-
ma máquina de gozar, al igual que lo son los protago-
nistas en el show de su realidad cotidiana
Una niña de tres años fue a un programa infantil
para cumplir su sueño: conocer a sus ídolos televisi-
vos (una pareja joven, protagonistas de una telenove-
la infantil). Pero ocurrió algo inesperado: al aparecer
ellos la niña los desconoció señalándoles angustiada
que se fueran sin siquiera mirarlos.
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:Qué había pasado? Podemos deducirlo: la presencia
del Ideal en la realidad del estudio habría desajustado
la imagen jada que hacía gozar a dicha niña frente
la pantalla de la TV; se desprende que la satisfacción
obtenida en la primera escena no era trasladable a la
segunda: la realidad ofrecida en el espacio del set te-
levisivo se hallaba desajustada respecto de lo real del
goce de la mirada obtenido en el espacio hogareño.
Después ocurrió lo mejor: frente a la insistencia del
conductor y la pareja, la niña les dijo:
"Voy a apagar el televisor, voy a desenchnfar el cable,y
ijustedes no me van a ver más....!!".
Se evidencia con claridad que es la televisión la que
mira al "espectador".
Ella sabía de lo que hablaba: la cuestión es cuál
sería el enchufe y dónde estaría lo que permita al in-
dividuo sustraerse del goce de la mirada.
Este caso ilustra hasta qué punto los hijos tele-
adictos son consumidos por la máquina omnivoyeur,
son devorados por su mirada. ¿Individuos hiper-
modernos de la toxicomanía generalizada? Nuevos
adictos?
Mientras la televisión es omni-voyeur y sus hijos
tele-gozan en soledad globalizada podemos interro-
gar: ¿qué hace cada uno con lo que consume?, ¿se
presta o no a ser consumido por los gadgets entre
ellos, por ejemplo- por la máquina omni-voyeur de
gozar, esa que produce tele-adictos entre hombres y
mujeres?¿Sedeja mucho, poco, poquito, nada..?
Notas:
1 Extracto de la conferencia: "Elpsicoanálisis en la ciudad"; Ushuaia,
setiembre de 2008
2 Frase atribuida a Pascal: "El silencio de los espacios in nitos me
aterra
3 J-A Miller y E. Laurent: El Otro que no existe y sus comités de ética.
Paidós, Buenos Aires, 2005
4 Bauman, Zygmunt: Amor liquido -acerca de la fragilidad de los
vínculos humanos, FCE. México, 2007. pág. 11
5 Kiko Veneno, cantante de rock español, canta en uno de sus
temas:"yo solo quiero enchufarme en tus venas"
6 J.-A Miller y E. Laurent: El Otro que no existe y sus comités de ética.
Paidós, Buenos Aires, 2005
COLOFON 17
 O adicción o deseo!
Silvia García
"La Playa" (1999) es una película protagonizada por
Leonardo Di Caprio. Trata acerca de un grupo de
personas que deciden dejar todo en la ciudad y armar
una comunidad en una isla ubicada en un remoto
lugar de Centroamérica. El acceso es un secreto que
sólo unos pocos conocen. Para llegar debieron atra-
vesar la selva y saltar al mar desde un acantilado abis-
mal. La vida en "La Playa" es perfecta, los lazos que se
establecen entre sus habitantes son sin con ictos, lo
cotidiano transcurre en una democrática convivencia
donde cada uno tiene asignado tareas que se cumplen
sin rebelión. Existe un líder del grupo que es su refe-
rente. Los placeres están permitidos, el consumo de
drogas (básicamente hachís) acompaña la rutina, el
sexo se practica entre parejas que se intercambian. Es
decir todo funciona a la manera rousseauliana.
La película muestra como el tóxico cumple la fun-
ción de no aislar al sujeto que consume sino más bien
es un medio que favorece las relaciones vinculares. Es
una práctica a través de la cual se comunican y viven.
Este tipo de convivencia nos recuerda los movimien-
tos juveniles de Estados unidos, el bippy y la beat ge-
neration que, inspirados en la oso a de A. Huxley
(1960), buscaban una individualidad no contamina-
da por el discurso social.
Por ese tiempo y bajo la misma cultura, dos psi-
quiatras americanos investigaron sobre el modo de
obtener una profundización radical de la propia ca-
pacidad perceptiva mediante el empleo de la droga,
a condición de seguir un camino de iniciación que
lleve a superar el temor cognoscitivo, el miedo social
de perder frenos inhibitorios, el miedo psicológico
(conocerse a si mismo), el miedo cultural (abandonar
los sistemas tradicionales) y el miedo ontológico (de
descubrir un mundo más placentero que el nuestro y
de no quererlo dejar). Estas aspiraciones parecieran
buscar una armonía entre droga y sujeto.
La Playa muestra en su primer parte como para
este grupo de personas existe el "paraíso de las rela-
ciones humanas y las drogas' y aunque esta existencia
sea de corta duración ellos experimentan la conclu-
sión todos felices". En el libro "El texto drogado", de
1995, su autor Alberto Castoldi, transmite de manera
documentada la relación entre droga y literatura en
los dos últimos siglos.
18 ¿S0BREVIVIR AL CONSUMO?
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Lo plantea en una doble vía. Por un lado, sitúa la
fenomenológica del texto drogado. "Discursofragmen-
tado, enuniación metonimica, descripción abundante,
cambios de humor entre los acontecimientos descritosy
las reacciones emotivas, mezcla de elementos fantásticos
y elementosrealistas". Por otro, plantea que el discurso
intelectual sobre la droga está a su vez "drogado ya
que se trata de un discurso literario sobre la droga de
tipo narrativo aunque adquiera la forma depoesía.
El universo drogado es como el sueño, dirá Cas-
toldi. Hay una correlación entre sueño, droga y locu-
ra mezclada con las extravagancias perceptivas y con
la necesidad de recurrir a la mediación de la palabra
para describirlo. El libro gra ca la relación entre ima-
ginario y tradición literaria, relación que muestra la
utilización de la droga para lograr mayor libertad
creativa.
Aquí me interesa detenerme para acentuar lo que
el texto sitúa: el imaginario de la droga está sujeto
a los mismos condicionantes culturales presentes en
cualquier otra manifestación humana. El sujeto no
imagina sin condiciones, sino sostenido por imágenes
que dispone y por el propio ambiente cultural, por
las modas que condicionan el deseo, por el anhelo de
experimentar alucinaciones ya documentadas. Asi la
droga es "el paradigma de lo imaginario durante elsiglo
XIX" (Castoldi).
Sabemos que el humano hablay que por eso mis-
mo el sujeto no atraviesa experiencias desde una sensi-
bilidad libre, por el contrario está sujetado al lenguaje,
está traumatizado por la lengua, entonces su modo de
consumo toxicómano está también atravesado por el
discurso y el objeto tóxico: opio, hachís, mor na, éter,
cocaína, mezcalina, LSD, etcétera, reviste sus parti-
cularidades tomando los signi cantes de la época.
Así, a la cocaína se la asocia con el alto rendimiento
y e cacia en los o cios de quien la consume, el LSD,
a la posibilidad alucinógena que proporciona, el ha-
chís debilita la voluntad y la capacidad de organizar y
controlar nuestras ideas, "nos libera de la cárcel de a
razón". En el siglo XIX, el opio era consumido prin-
cipalmente por intelectuales, profesionales y obreros,
ya sea por sus propiedades curativas como por sus
efectos eufóricos y sanadores de la angustia y la ansie-
dad. Al respecto, Castoldi dice: "En Manchester, 1860
 EIORDEN
PHARMACON

aproximadamente, los obreros se acostumbraron al con-
sumo de opio, la causa principal era el bajo nivel de
los salarios que en aquella tpoca no habrian permitido
darse a la cerveza o al alcohol, lo cual hacia pensar que
con el aumento de los salarios cesaria aquel hábito":
El sujeto entonces no busca la sustancia tóxica li-
bre de los signi cantes que su época le aporta. En este
sentido, lo imaginario está atravesado por lo simbó-
lico. El rodos felices" de los habitantes de la isla, en
la película "La Playa", rebota en un "todos drogados"
del ambiente literario del siglo XIX y XX y, además,
en el todo bien" con que los sujetos contemporá-
neos responden a la pregunta por el estado de las co-
sas. Existe el empuje a estar bien, feliz y funcionan-
do al modo de una máquina cuyo mecanismo está
aceitado: no hay espacio para los afectos tales como
angustia por la falta, sensación de pérdida de la cosa,
bajón en cuerpo y alma, producto de un desencuen-
tro amoroso, por ejemplo.
Sin embargo, aquellos paraísos encontrados en la
isla perfecta, y en la experiencia de satisfacción en los
efectos del tóxico, tienen un límite, un menos uno
que da la pauta de lo que no anda. En la isla cae el
ideal a partir de la palabra. Uno de la comunidad ha-
bla sobre la ubicación de la isla en ocasión de ir a bus-
car víveres al pueblo más cercano, esto permite que
se rompa la cción de convivencia perfecta cuando
extraños llegan al lugar.
También el efecto de felicidad que provee el tóxi-
co declina en poco tiempo, al respecto leemos en el
texto citado más arriba: Michail Bulgakoy, en su rela-
to "Mor na', de 1927, dice: "El diablo en la ampolla.
Este es su efecto, inmediatamente después de la inyeción
lo indicó con la elaboración del principio de placer
y su más allá. Vivir la ilusión de encontrar la felici-
dad permanente por diferentes vías, algunas plantea-
das en este artículo, aleja cada vez más al sujeto de la
posibilidad de ubicar un deseo, un deseo que le sea
propio. A pesar de que esto se consiga bajo el marco
del desencuentro. Lo aleja de la posibilidad de soste-
ner un síntoma singular que sea producto de su topos
histórico.
Un síntoma tal como lo señala Eric Laurent, más
del lado del signi cante sólo (un S,, no vinculado al
S,, un síntoma vinculado al cuerpo, al impacto) más
que al sentido, ya que el sentido de los síntomas es
una elaboración secundaria. En el actual estado de
cosas, la promesa de que no decaiga el bienestar se
oferta en el mercado a cualquier precio, puede ser vía
el tóxico, la medicación legalizada, el estilo de vida
consumista "feliz".
La apuesta de ir en busca de un deseo propio es
un camino más largo y sinuoso que el "ya contem-
poráneo. Ese deseo no estará en la serie de lo que el
mercado masivo ofrece y a la vez será un desa o para
el sujeto hacerlo entrar en su vida sin quedar en una
especie de autismo social.
La apuesta es ir en busca de la "música sabia en
nuestro deseo", tal como el poeta Arthur Rimbaud
indicó. Fernando Pessoa se lo propuso, e hizo pasar
algo de esto a los otros a través de su escritura: deseo
ser un creador de mitos, que es el misterio más alto
que pueda obrar alguien de la bumanidad".
Notas:

te invade casi al instante una sensación de placidez que 1 Publicado en Puentes del Sur N° 3. Publicación de la Delegación
Conurbano Sur del Instituto Oscar Masotta. Buenos Aires, abril
enseguida se transforma en éxtasis y beatitud. Este estado 2008.
dura sólo uno o dos minutos. Luego todo se desvanece sin
dejar rastro como si no hubiera xistido, de ahí la necesi-
dad de multiplicar la dosis hasta alcanzar una absoluta
dependencia de la droga".
En Ibiza (Espańa) se inventó hace poco tiempo
una práctica que nuclea individuos bajo la sigla A.E.T.
de Abora Entiendo Todo. El punto de encuentro es un
lugar donde se forma parte de una esta que alcanza
su momento de clímax, y la idea es mantenerlo todo
el tiempo. "Que no decaiga" es el modo de nombrar
esta experiencia. Este efecto de esta permanente es
una nueva manera de taponar lo que está, la falta, lo
que no anda, lo que no encaja, la imposibilidad de
que el sujeto esté en armonía permanente con su uni-
verso.
Hay lo real y éste no se domestica. Sigmund Freud

COLOFON 19
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 Cuerpos lacanianos: novedades contemporáneas
sobreelestadiodelespejo*
Entre 1936 y 1949 Lacan utiliza algunas referencias
que no son propiamente psicoanalíticas para esta-
blecer el estadio del espejo, su primera invención en
psicoanálisis: la etología, la psicología del niño y la
Gestalt Theory. ¿Qué le interesa a Lacan de estas dis-
ciplinas? Le procuran un modelo para terminar con
el valor semántico que el término iimagenî tenía en
el psicoanlisis postfreudiano. No toma apoyo en la
teoría de lo imaginario en Melanie Klein o en Jung
sino en el estatuto particular de la imagen en estas
disciplinas nuevas: el estatuto de un real. Le interesa
la condición de posibilidad, en tanto que orgánica,
de la reproducción sexual de una paloma que incluye
la percepción, la mirada de otra paloma. Se trata del
poder de una imagen como real. Lo imaginario no
es la imaginarización, no tiene que ver con los cuen-
tos de hadas. Su poder cambia lo real de la vida. La
etología renueva también la teoría del instinto, enfa-
tizando este mismo estatuto de la imagen. El estadio
del espejo es construido a partir de aquí. La idea de
Lacan, retomando los estudios de los psicólogos reali-
zados desde hacía un siglo sobre la relación particular
del niño con su imagen en el espejo, es que se trata
de lo mismo. La relaión del nifho con su imagen en
el espejo tiene las mismas consecuencias reales que
la etología demuestra para el reino animal. Esa rela-
ción fuerte entre imagen y real cambia los axiomas del
psicoanálisis e implica consecuencias nuevas sobre lo
imaginario al darle una base real.
Jacques-Alain Miller ha demostrado de manera eco-
nómica y clara que el matema de base en Lacan es el
algoritmo S/s, que se repite a lo largo de su enseñan-
za, incluidos los discursos. Hay por tanto una posi-
bilidad de representar esto, de escribir de una nueva
manera, como hipótesis, el estadio del espejo:
Imagen del cuerpo/cuerpo fragmentado
El niño tienesensacionesorgánicas y corporales múl-
tiples sin unidad. La teoría lacaniana del estadio del
espejo dice que la unidad del cuerpo no viene de las
sensaciones orgánicas sino que viene del espejo, es
decir, de la imagen como otro. La unidad del cuer-
po viene de una imagen que no le pertenece, imagen
20 ¿S0BREVIVIR AL CONSUMO?
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Marie-Hélène Brousse
exterior como en el caso de la paloma, pero que cubre
d cuerpo fragmentado, lo enmascara al darle una uni-
dad a lo que no la tiene.
Uso pues este matema a propósito del estadio del es-
pejo. Funciona como algo que jamás se va a identi car
totalmente. El organismo queda caótico cada vez que
nos duele y cada vez que lo experimentamos sin la co-
bertura de la imagen., lo experimentamos como enig-
mático. La relación necesaria entre estos dos términos
cuando no está, produce catástrofes subjetivas.
La otra cuestión que quería subrayar en torno al esta-
dio del espejo es que para Lacan la imagen no se pro-
duce para el niño humano sin el lenguaje, sin el Otro.
La escena que añade Lacan es la del niño en brazos del
adulto frente al espejo. Es la palabra del Otro la que
produce la relación entre los dos elementos imagen y
organismo.
En los años 50 y 60 Lacan va a retomar de nuevo el es-
tadio del espejo complicándolo con el modelo óptico
de los dos espejos, cóncavo y plano, donde ya sí habla
de la ilusión óptica que le interesa en ese momento.
Con la idea del inconsciente estructurado como un
lenguaje, otro espejo, ya sí habla de una ilusión pro-
ducida precisamente por el lenguaje que permite o no
que la relación funcione.
El paso siguiente son los puntos de encuentro entre la
experiencia orgánica y la imagen. Retoma en Freud
la noción de las zonas erógenas del cuerpo, localizadas
en los puntos de apertura del organismo, por donde
se produce un intercambio entre el organismo y el
mundo exterior. De tal manera que se puede decir
que lo que hace posible la relación del organismo con
la imagen son las experiencias de goce. Hacen de gra-
pa entre imagen del cuerpo y cuerpo fragmentado. Es
la lista freudiana: boca, ano, falo, a la que Lacan aña-
dirá la oreja y los ojos. Lacan las llama los objetos a.
En el esquema ópico de los años 50 y 60 la imagen
del cuerpo es como un vaso. El espejo plano del len-
guaje permite que los objetos a sean ubicados dentro
del hueco del vaso. Dependiendo de cómo esté situa-
 :
do el espejo, las ores se encuentran dentro o fuera del
vaso. Se trata de transformar el cuerpo fragmentado
en objetos separados, aunque la imagen uni cadora
del cuerpo siga con su papel de velo. Lo fundamental
es la articulación entre el velo uno y lo múltiple de
los objetos, elementos del cuerpo fragmentados ubi-
cados en el Otro. Los objetos heterogéneos a la ima-
gen, provienen de experiencias de goce. Al provenir
del cuerpo como organismo, son separados de él por
el lenguaje y ubicados en el Otro.
¿Cómo se ubican los goces que tienen que ver con el
funcionamiento del organismo dentro de la imagen
que no tiene huecos, que es una super cie plana?
Podemos partir de experiencias cotidianas para enten-
derlo. En el Seminario X, Lacan dice que la angus-
tia es el detector del objeto a. Tomemos el pelo, por
ejemplo. Es algo que pertenece a nuestra imagen, nos
identi ca, lo cuidamos y eso en todas las culturas. Sin
embargo, en el baño, cuando quedan pelos sueltos en
el lavabo o se produce un tapón en la ducha, eso es
el objeto a, un objeto desecho, fuera de la imagen.
No pertenece al imperio uni cador de la identidad
imaginaria, queda como algo solo y absolutamente
repulsivo.
Ubicadas (las Aores) en el vaso todo va bien, pero
cuando están afuera, el horror o el disgusto. Igual para
el excremento y para las voces. Cuando las voces pa-
recen salir de una boca humana, todo perfecto, cuan-
do la voz no sale de una boca humana, angustia. Los
objetos a, que generalmente funcionan en el campo
- de los objetos comunes, como Lacan lo dice en el Se-
minario X, iparecenî objetos comunes teniendo valor
fálico, en términos de signi cante y de imagen, pero
afuera tienen valor de real.
Dentro del Otro y del marco especular, los objetos
a se vuelven agalmáticos. Lo bello es la barrera que
construye la imagen del cuerpo para dar sentido a
esos objetos. Cuando dejan de estar incluidos en esa
imagen de valor cualquiera, son puro real. Y aquí fun-
cionan más en relación con el caos del organismo,
heterogéneo al lenguaje.
Todo eso nos aclara los cambios ocurridos en la ex-
periencia de la cultura contemporánea. Voy a tomar
algunos ejemplos. Con respecto al organismo, la apli-
cación de la ciencia convierte partes de éste en objetos
cortados con los que se comercia: se puede cambiar
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_LO QUE ENGAÑA AL PLUS-DE-G0ZAR
una válvula del corazón, se puede tomar una parte del
ojo para un trasplante. Son fenómenos que implican
un mercado de los órganos, hasta llegar al reciente
trasplante total de la cara. Estos fenómenos suponen
una maniobra particular sobre este conjunto del or-
ganismo y la imagen global. El organismo se vuelve
un objeto común que tiene un valor en el campo de
la competencia, que Lacan de ne como el conjunto
de la rivalidad imaginaria y del acuerdo simbólico.
Ocurre con los progresos de la ciencia que partes del
organismo sean objetos de competencia, es decir, que
se pueden comprar, intercambiar, dar y recibir.
Otro ejemplo, esta vez de la práctica clínica. Una pa-
reja no puede tener hijos. La señora tiene 43 años.
Intentan la fecundación in vitro habitual. Eso no fun-
ciona porque los óvulos de la señora no valen nada.
Hoy la relación entre niño y óvulo deja de ser enmas-
carada. Como en Francia esta práctica está prohibida,
van a Barcelona, el lugar más desarrollado en Europa
del mercado de los niños, o mejor dicho de los ovo-
citos. Todo va bien, se consigue un ovocito, la fecun-
dación es perfecta, la reintroducción también, y nace
un niño precioso. Ella está muy contenta. Pero hay
problemas: qué decirle, cuándo decrselo, qué respon-
der a todos los que le dicen que no se le parece mucho
el niño ńla señora es rubia, ojos azules, el niño es muy
moreno; el padre es moreno, menos mal. Sesión tras
sesión, la señora pensando si tendrá que decirlo o no,
porque no tiene el mismo background orgánico que
ella, en cuanto a las enfermedades que puede pade-
cer, etc. Entonces, si el niño como objeto a tiene que
ver con un objeto común (porque un ovocito es un
objeto común), ¿cómo se arregla la relación entre los
dos? Por la ley, sin duda. Por el amor, también. Pero
más allá de esto, ¿cómo plantear el problema cuando
irrumpe así la ciencia en este ámbito?
Veamos otro ejemplo. En las familias, actualmente,
cuando uno espera un niño, el álbum de fotos no em-
pieza con el nacimiento, empieza con la primera eco-
grafía. ¿Cómo pensar esto? Es una imagen objetiva,
pero ¿quién la ve? La máquina, porque sin ella esta
imagen no podría ser vista. Y desde Koyré sabemos
que las máquinas cientí cas son algoritmos realiza-
dos. Entonces, tambiến las imágenes han cambiado
con los instrumentos de las ciencias, vemos cosas que
no existen para la experiencia visual de nida por las
coordenadas de nuestra percepción.
Por tanto, el discurso de la ciencia ha cambiado el
COLOFON 21
 cuerpo fragmentado, en el sentido de fragmentarlo de
verdad. Ha cambiado ambién la imagen, puesto que
ha separado la imagen de la posibilidad de la percep-
ción visual humana. Entonces, el mundo es un mun-
do de imágenes vistas por máquinas. Se puede decir
que la ciencia realmente ha cambiado la relación que
tenemos con nuestro cuerpo como imagen global y
nuestro cuerpo como organismo desconocido. Efecto
paradójico: la angustia se alimenta con el saber del or-
ganismo; escucho a mucha gente que cuando tienen
un dolor consultan en Internet a ver de qué se trata y
qué enfermedad podrían tener con ese dolor.
Aquí se abre un montón de horror, de tal manera que
la ciencia, la Medicina, jamás fue más e caz en térmi-
nos de curar, pero, a la vez, jamás el miedo frente a la
imposibilidad de controlar el cuerpo fue tan fuerte,
porque es como si los seres hablantes necesitaran más
y más información para hacer de barrera a la angustia,
frente al caos orgánico. Antes no se sabía nada, enton-
ces la gente se refería a la tradición, a lo que decían
los padres, a la religión, es decir, a algunos discursos
constituidos que proporcionaban signi cantes amos
que hacían de barrera frente a la angustia. En la ac-
tualidad, a mi parecer, el avance del saber cientí co
va parejo con el avance de la angustia. Lo veo comno la
consecuencia de esta separación entre imagen íñhasta
en su aspecto paradójico, imagen vista por nadie des-
de un lugar desconocidoóy, del otro lado, el desvela-
miento de un cuerpo orgánico sin que este cuerpo sea
tapado por una imagen única.
Les propongo la idea siguiente: lo que ha ocurrido
estos últimos años en la vida cotidiana es una ruptura
entre lo que Lacan llama la imagen I (A), el Ideal del
yo, y el objeto a. También una ruprura entre el Ideal
del yo y la imagen narcisista. La hipóresis que hago
es que el Yo ideal va reemplazando más y más al Ideal
del Yo por medio de la ciencia. Cuanto más avanza la
ciencia en el conocimiento y las modi caciones del
organismo y de las imágenes, menos fuertes son los
ideales tradicionales (signi cantes amos) que tenían
que ver con un discurso del Otro sobre el cuerpo y el
goce. Pero también encuentro que nunca las normas
del Yo ideal fueron más fuertes.
La decadencia del Ideal del yo y el desarrollo del Yo
ideal, hace de este Yo ideal la única norma de una
imagen del cuerpo cortada del Ouro de la palabra.
Esta extensión del imperio de las imágenes, no regu-
ladas por el imperio del lenguaje sino por el imperio
22 ¿50BREVIVIR AL CONSUMO?
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de la escritura cientí ca, son procesos para cambiar
este Yo ideal, como por ejemplo cambiarse la nariz,
las arrugas, los pechos, como si todo pudiera arreglar-
se de otra manera.
Voy a terminar con un último punto. El arte moder-
no, el arte contemporáneo, es junto con el psicoaná-
lisis, a mi parecer, el discurso que revela este cambio
en la cultura de la forma del cuerpo que ha dejado de
ser adorada por los seres hablantes. Este cambio co-
mienza con Marcel Duchamp y se desarrolla duran-
te el siglo XX hasta hoy. Damien Hirst, joven artista
inglés, ha entendido perfectamente la relación entre
arte y mercado en nuestra sociedad, lo que le permite
analizar la relación, organizada por el nuevo discurso
del amo, que tenemos con nuestro cuerpo.
El primer ejemplo se encuentra en el Palacio Grasi,
en Venecia. Es una habitación con muchas estante-
rías donde coloca medicamentos, píldoras de todos
los colores. Elemento de la vida cotidiana, desde que
nacemos ñpor ejemplo las vitaminas- hasta la muerte,
nos acompañan las pildoras, objetos metonímicos del
organismo. Segunda obra, titulada iMadre y niñoi,
también en el Palacio Grassi, aunque hay otros ejem-
plares. Es la famosa vaca cortada en lonchas, cada
parte guardada en una caja con formol. Es una in-
terpretación de la relación que tenemos con nuestro
cuerpo, en el scanner, en la radiogra a, etc. La me-
dicina cientí ca mnoderna nos permite vernos como
calavera, o como carne fragmentada. Sigue siendo un
tratamiento por la imagen, imagen que ha dejado de
ser adorada, por ser escrita. El último, quizás el más
divertido a propósito del objeto 4, es una máquina de
producir mierda. Es una máquina, nada extraordina-
rio, pero produce mierda, y con muy buena comida:
manera de revelar el objeto a separado del cuerpo, o
de interpretar el cuerpo humano dando a Descartes
un toque moderno.
El arte viene en la misma orientación que el discurso
analítico del último Lacan, para revelar el corte produ-
cido por la ciencia que, como escritura, ha cambiado
la relación que tenía para los seres hablantes el orga-
nismo con la imagen.¿Qué nos queda entonces? Nos
queda, de un lado, el objeto a sin el vaso, claramente
destacado de los objetos comunesy de la imagen de
la totalidad. El cuerpo ha dejado de ser adorado como
forma. Lo adorado, el valor es ahora ila superviven-
ciaî, la vida como tal en su estupidez orgánica. Del
otro lado, son las imágenes las que funcionan como

normas, como signi cantes amos sin tener estructura
de signi cantes. No son dialectizables, son inarticu-
lables, funcionan bajo el modo de la fascinación. Mi
idea es que la relación Imagen del cuerpo/ organismo
fragmentado, como relación producida por los obje-
tos a, empieza a no existir. o
La comedia del consumo!
1-Todos consumidores
Nuestra pregunta este año, la que ha ido animando
nuestro seminario, ha tenido que ver con la expan-
sión de las toxicomanías, para lo cual no la reducimos
únicamente al consumo de sustancias tóxicas.
Siguiendo una vieja formulación de Mauricio
Tarrab que afrmaba que: "el goce es tóxico" hemos
comparado la compulsión a consumir drogas con
otras, y la amplitud amenaza con que debamos se-
guir trabajando el año que viene con la misma temá-
tica: la adicción a las drogas es un tema cada vez más
presente en nuestra sociedad, pero no lo es menos la
compulsión al juego, a la comida, al sexo, al trabajo,
y podríamos seguir con un largo etcétera, que nos de-
jaría a la mayoría de nosotros como personajes de la
comedia del consumo. Tras esta expresión, desplaza-
da, pero a veces más notoria, se encuentra la comedia
de los sexos de las que nos hablaba Lacan.
;Por qué las cuestiones se tornan adictivas? Hay
un desenfreno cuando algo del goce aparece en el ho-
rizonte. Es tan poco el goce que el sujeto encuentra
en la vida que parece aferrarse de un goce que puede
resultarle nocivo. Esto jamás resulta un impedimento,
por el contrario es el jardín de la pulsión de muerte, el
jardín de las delicias que le puede mostrar a algunos
sujetos su propio in erno. Como sucede con el Jardin
de las Delicias de El Bosco, aun no se ha logrado des-
cifrar su simbolismo. En este sentido el psicoanálisis
de orientación lacaniana se encuentra en condiciones
de encarar esta empresa, porque conoce de lo simbó-
lico, pero también de lo que está más allá, de un goce
opaco, oScuro, que se resiste a la domesticación.
Algunos habrán leido en el diario Clarin del vier-
nes 17 de Octubre su nota central en la que plantea
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LO QUEENGAÑA ALPLUS-DE-GOZAR
() Conferencia pronunciada el 17 de abril de 2009
en el marco del Ciclo "Aún Lacan'", organizada por
el Instituto del Campo Freudiano y la Biblioteca de
Orientación Lacaniana de Granada. Editada con la
revisión y la amable autorización de la autora.
Transeripción de Cristina Sánchez Palomares y Jesús Ambel.
Luis Darío Salamone
que el alcohol y los psicofármacos son las sustancias
con las que más se intoxican los jóvenes. Mientras que
la gente generalmente asocia el abuso de sustancias
a la cocaína y la marihuana, sin embargo los jóve-
nes eligen sustancias que se comercializan legalmen-
te. Según los datos de la unidad de toxicología del
Hospital Fernández, donde se reciben muchos casos
de intoxicación aguda, el 69 por ciento de los que
ingresan abusan de drogas legales. La cosa se complica
porque el alcohol y los psicofármacos se combinan.
Pero el alcohol también se combina con energizantes,
que entre otros efectos retrardan aquellos que son pro-
pios del alcohol. Sabemos que los jóvenes comienzan
a consumit, tanto alcohol como psicofármacos en la
casa, antes de salir de gira. No son hechos aislados,
Ernesto Sinatra nos ha invitado hace tiempo a consi-
derar una toxicomanía generalizada.
Antonio Eschotado. Hombre que sabe de drogas,
no sólo por su monumental Historia de las Drogas y
todos los libros que escribió al respeto, sino también
porque probó todas las drogas que pudo y de todas
las formas posible, a rmó que la droga más adictiva
es la nicotina, y quizás, aunque es muy poco objeti-
va su opinión, algo de verdad puede haber. No se si
será la más adictiva, pero su difusión es increíble, el
cigarrillo es el paradigma de la sociedad de consumo.
Eschotado a rma que la droga más peligrosa para el
organismo es el alcohol, sinceramente no creo que sea
la más peligrosa, sabemos cuan nociva es el paco, pero
sí puede llegar a ser muy dañino.
Hay algo central en eso de dañar el cuerpo, en una
época donde hay un empuje a cuidarlo como en nin-
guna otra, también hay un empuje a dañarlo.
Sabemos también la popularidad que tiene el éxta-
COLOFON 23
 sis, una droga tan nueva que no se termina de saber so-
bre el daño que es capaz de provocar en el organismo.
Voy a clegir una pequeña viñeta clínica para ubi-
car la compulsión que más me sorprendió última-
mente entre todas las que escucho en el consultorio.
No es una novedad, aunque como ocurre en muchos
casos, necesita del progreso de la ciencia para haber
existido.
2- Adicaón al bisturí
La persona que me deriva a esta sujeto me advierte
que me va a resultar conocida.
Lidia es una joven que llega luego de un intento
de suicidio. Al verla, me parece familiar. Como esas
personas que uno tiene la sensación de haber visto
en algún lado. Cuando se presenta me da la pauta
de que, de alguna forma, esto era así: se realizó ocho
operaciones y algunos tatuajes para parecerse a Pame-
la Anderson.
Tomó pastillas porque siente que todo fue inútil.
La angustia es reciente y la devuelve a una adoles-
cencia atormentada por no ser una mujer hermosa.
Esto la sumía en un estado de inhibición del cual con-
sigue salir imaginándose ser una actriz.
Cuando comienza a tener relaciones sexuales no
siente nada. De esa época recorta el "no pasa nada"
frecuente en el discurso paterno, que engañaba a su
madre, con quien no pasaba nada, con una mujer
que conoció en un curso de teatro, con la cual pasaba
de todo. Se trataba de alguien con cierta aspiración de
ser actriz, como la Otra a la que quiere parecerse.
Al principio se da cuenta de que cuando tiene
relaciones, para poder llegar al orgasmo, tiene que
imaginarse que ella es Pamela Anderson. A partir de
ahí comienzan las transformaciones corporales hasta
que llega al consultorio, luego de tomar pastillas por
comprobar la imposibilidad de su transformación en
esa Otra.
Resulta interesante que durante los tres ańos de
operaciones a rma que no sintió angustia, que era
feliz, porque se acercaba cada vez más a su objetivo.
Afrma que tenía una adicción al bisturí, hasta que
tiene su relación amorosa más importante. Es esa re-
lación, precisamente, la que pone en cuestión el mon-
taje de goce que funcionó como prótesis hasta ese
momento.
Se trata de alguien que cuando la conoció le dijo
las palabras mágicas: "Te parecés a Pamela Anderson",
pero un día le dijo que la mujer que a él le gustaba era
Jessica Cirio.
24 ¿SOBREVIVIR AL CONSUMO?
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Primero pensó en que podría hacerse algunos reto-
ques. Luego se preguntó ";Hasta dónde soy de capaz
de llegar por lo que el otro desea?". La angustia fue la
respuesta que obtuvo ante esa pregunta. Una angustia
insoportable.
Se dio cuenta que ese hombre que había acertado
en su fantasma, motivo por el cual se había entregado
a él, se disponía a tener relaciones sexuales con un
fantasma diferente.
Estamos en una época donde para solucionar cier-
tas cosas puede prescindirse del fantasma.
Tal vez cuando no había cirugía que le posibili-
tara a Lidia ser Ora, se hubiera conformado con su
fantasma, y si, pasaba de moda, hubiera podido cam-
biarlo por otro.
3- De la comedia de los sexOs a la tragedia del consumo
Los ropajes modernos nos muestran una verdad es-
tructural, aquello que resulta perturbador para el
neurótico, ayer, hoy y mañana: que no hay relación
sexual. De esto el psicoanálisis lacaniano sabe, está
acostumbrado a llevarlo al sujeto a que pueda vivir
con eso, sin quedar enredado en las formas actuales
que pretenden obturarla, en lo que nos propone esta
época donde la renegación de la falta no parece ser
reservada sólo para los sujetos perversos, ni prescin-
dir de la dialéctica lica a los sujetos psicóticos, lle-
vándonosa síntomas autistas cada vez más presentes,
sumergiéndonos alocadamente en la comedia, o sin
pre eren, en la tragedia del consumo.
Notas:
1 Trabajo presentado en la mesa plenaria de apertura de las XV
Jornadas anuales del Departamento de Estudios sobre Toxico-
manías y Alcoholismo del Centro de Investigaciones del Instituto
Clínico de Buenos Aires."Toxicomanía generalizada y sus varia-
ciones en la actualidad", el 25 de octubre de 2008 en la EOL.
 :
La promoción del cuerpo arti cio
José Angel RodriguezRibas
En un lúcido ensayo sobre el estatuto del cuerpo en la
modernidad encontramos que "La epistemología del
siglo XVII (siguiendo el camino especialmente abier-
to por Vesalio) está indisolublemente ligada con este
divorcio del cuerpo. (...) El cuerpo humano es una
mecánica diferenciable de las demás por la singulari-
dad de sus engranajes; es, como mucho un capítulo
de la mecánica general del mundo"!
Pero este saber, dice, hoy sería confuso: "el cuerpo
no está separado del sujeto, encarna su condición y
es solidario de todas las maneras que provienen de él
durante la vida (...) Cada uno 'construye' una visión
personal del cuerpo y la arma como si fuese un rom-
pecabezas, sin preocuparse por las contradicciones o
por la heterogeneidad del saber que toman prestado
(...) El mismo sujeto puede, por otra parte, dedicarse
regularmente al yoga o a la meditación zen, (..) al
mismo tiempo puede psicoanalizarse si piensa que el
cuerpo cristaliza los juegos sutiles e inconscientes del
deseo y de la represión"2,
Partiendo de estas premisas, indaguemos algunos
de los rasgos del cuerpo contemporáneo:
En lo imaginario: el cuerpo se enmascara de ro-
pajes, se fortalece, maquilla y educa en una pura es-
copía. Nos referimos a un cuerpo a la moda del su-
permercado, el de la idealización del cuerpo híbrido
"tuneado' o "customizado" adaptado al gusto cosmé-
tico del cliente, como el que la publicidad impone.
Se le somete a ejercitaciones y ortesis bajo las especies
del acondicionamiento sico o del bienestar, porque
la arruga o la celulitis son marcas indeseables. Un
adolescente que no horade su cuerpo con piercings o
arandelas, o jovencita que no se opere, o joven que no
se depile, se dicen absolutamente fuera de lugar: to-
dos metrosexuales" -diferentes pero iguales- se escu-
cha en los lugares de encuentro de la mirada pública.
El shopping o el "tuppersex" son algunas de dichas
prácticas. La vigorexia, hiperactividad, bromialgias,
la ortorexia, bulimia, etc. son otros de los efectos de
dicha hiperestimulación normalizadora. Y todo ello
no va sin despersonalizaciones, conversiones, hipo-
condrías, trastornos de la esfera sexual, dismorfofo-
bias, somatizaciones, desrealizaciones, depresión o
angustia, hasta llegar incluso al pánico. Se trata, en
muchos casos, de respuestas sintomáicas ante un im-
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perativo superyoico que anula toda posibilidad de so-
portar la diferencia con el goce del Otro. En el "tele-
cuerpo" de la pantalla de las consolas, del ordenador
o los móviles con la pérdida del pudor o con den-
cialidad que conlleva, la virtualidad de un MySpace
puede prescindir de la huella real y simbólica para
gozar con la acumulación ilimitada de imágenes. La
"extimidad" lacaniana, desvirtuada como tal, ya em-
pieza a ser tomada como concepto antropológico (El
Pats, 24 marzo 2009) para designar la obscenidad del
exhibicionismo de cualquier esfera vital.
El arte contemporáneo es buena muestra de esto:
Orlán, la Fura dels Baus, Cindy Sherman, Gina Pane,
Hermann Nitsh, Zhang Huan, N. Spero, L Burgeois,
E. Bacon, Picasso o el mismo L. Freud, nos muestran
bajo diferentes soportes (incisiones del body art, per-
formances, instalaciones...) una estética del horror a
partir del cuerpo en su mera carnalidad a la búsqueda
de una esencia que se torna imposible.
En lo simbólico: el cuerpo traduce marcas, letras,
tatuajes y graf tis de los orígenes: tribus y Klanes.
Pero también, se le coloca bajo el "riesgo" que cons-
tatamos en diferentes prácticas deportivas, sociales o
sexuales.
El velo se levanta, pero, simultáneamente el
"burka" se impone. Se implantan diferencias sin un
Otro. Al cuerpo se le mide, programa y evalúa. La
radicalización de las curvas estadísticas, entendidas
como norma, ha conllevado el fomento de una cli-
nica monosintomática de catálogo que proclama un
efecto identitario, ensimismando al sujeto a su goce
petri cado.
En lo real: su promoción biotecnológica actual,
quizás sea de lo más genuino. Con el cuerpo se ex-
perimenta, se explota, trocea, segrega y clona. Adic-
ciones, compulsiones, estiramientos, modi caciones
quirúrgicas, genéticas o metabólicas apuntan a lo real
un trá co de compra-venta de órganos sin cuerpo.
Por otra parte, no deja de ser particularmente llamati-
vo el enorme incremento que han experimentado los
llamados "trastornos somatoformes': tics, paratonías,
discinesias, disgra as, enuresis, inestabilidades e inhi-
biciones, dislateralidades, las disfemias o tartamude-
ces.. bajo una fundamentación neuropsicológica de
etiología orgánico-ambiental. Al cuerpo se le cuida o
COLOFON 25
 se le priva a base de dietas, vitaminas y suplementos,
en una lógica de lo "bío", lo "light" o "spa', refejo
de sus brillos pero también de sus dolencias. Si ante-
riormente la operación estética venía a "reparar" algo
de un menos en el ideal del cuerpo perfecto, hoy más
bien sucede al contrario: que la prótesis se muestra
-aunque la silicona resulte excesiva- de manera inclu-
so insolente, hasta el límite de una "travestización"
ambigua generalizada. El botox, chips, perforaciones
y escari caciones son otras tantas operaciones de pro-
ducción de la Cosa.
Muerte del cuerpo será pues, en tanto sustrato
subjetivo, donde el "arti cio se ve sustituido por lo
"arti cioso". Los mismos médicos -héroes contem-
poráneos en tanto arquitectos de lo real del cuerpo-
se encuentran permanentemente consultados, pero
por lo mismo, agredidos e injuriados. Ni siquiera la
muerte misma, ya es lo que era: hoy en día, ha deveni-
do un "error sanitario" susceptible de denuncia.
Hagamos una escansión en el plano fenoménico para
preguntarnos qué cambios epistenmológicos han ope-
rado sobre el cuerpo tras la modernidad.
Si, de "la ciencia no piensa" heideggeriano pasa-
mos a, como nos dijo J. Alemán (2008): "la técni-
ca es la manera en que el mercado intervino sobre
el campo de la ciencia, y transformó a la ciencia en
un elemento que ya no es sólo la lógica del descu-
brimiento, ni de la progresión del saber, sino que es
una lógica que se ajusta al sostenimiento de la cadena
de las mercancías', nos encontraríamos que el cuer-
po actual -cual gran objeto pequeño 'a- cumple con
entusiasmo con todos los requerimientos para ser el
'Uno' del mercado.
En el discurso lacaniano del capital, el sujeto es
forcluido: "El sueño ya no es la liberación sino la sa-
tisfacción (..) todo deviene adicción en el compor-
tamiento social, todo adquiere un estilo adictivo".
En dicha operación, los objetos pululan aislados, no
enmarcados por el fantasma, en pos de un valor de sa-
tisfacción que no pase por el Otro. Objetos de consu-
mo que redoblarán las dolencias que aparentemente
pretendian anular, generando una espiral "antropofå-
gica" sin anclaje alguno en el paroxismo de la posibi-
lidad toda. Una satisfacción, por sí misma aburrida,
sin deseo.
Razón contemporánca Tecno-Teo-Estética ésta,
donde integrismos y fundamentalismos diversos se
darían la mano con el diseño "líquido" más bello, os-
cilando entre la Auidi cación débil" del ensimisma-
miento no-todo, y la rigidez y petri cación, excesivas
26 ¿SOBREVIVIR AL CONSUMO?
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también, del cuerpo todo. El cuerpo considerado de
esta manera, resultaría ser la posesión, el gadget, por
excelencia de nuestros tiempos, entrando en la serie
de las mercancías en las que la misma materialidad del
cuerpo, producida por la ingeniería orgánico-imagina-
ria, es ofrecida como un elemento de intercambio más
y para el que se exige la posesión absoluta de su goce.
Y sin embargo, y justo por ello, en la no-esencia
del cuerpo, en lo propio que de suyo anima la existen-
cia y consistencia subjetivos no podemos dejar de pre-
guntarnos si este no constituye una de las extáncias
últimas de los restos de la subjetividad: cuerpo como
metáfora y metonimia, goce y deseo (una "ontopolo-
gía" al decir derideano).
Registros con-formados que no dejan de anu-
darse en los embrollos más diversos, permitiendo en
muchas ocasiones un efecto de suplencia sintomática
por efecto de extracción, suturas, empalmes, cortes de
goce al n que no hay que desdeñar. En estos casos,
nos encontraríamos con un gran número de sujetos
que tratan de establecer Una Letra- Otra, de locali-
zar su goce con una escritura, que pudiera llegar a
anudarse en un hacer-se a un cuerpo, antes de que
su desencadenamiento masivo les conduzca al horror
mortecino de la pulsión desatada. "Ya despejamos el
campo donde inscribir el lugar delA, ese lugar que es
el Otro con mayúsculas, es decir, aquí, el cuerpo"s
¿De qué goza el sujeto si no? Entre la mentira del
síntoma y lo que no-engaña de la angustia, podría
jugarse una partida en cuyo saldo quede un resto irre-
ductible, la roca, que supone el saber-hacérselas-ahí
con el goce, nombrado como sinthome, del imposible
acuerdo entre lalangue y el cuerpo. Pues: ¿Dónde ra-
dica una de las versiones de la imposibilidad subjetiva
como tal, sino en la presencia del cuerpo mismo? No
es esta, condición inexcusable para la instauración de
los llamados por J-A Miller, "lugares alfa"?
Es acá, donde la defferance-diferencia, diferida
(Derrida, 1995) de la presencia del Cuerpo Propio,
pudiera ceder su "tomía", su huella, su trazo, en un
Otro a inventar por cada quien a condición de con-
sentir a losefectosde la palabrabajotransferencia. -
Notas:
1 David Le Breton. Antropología del cuerpo y modernidad. Nueva
Visión. BBAA, 2008, pp. 71-77
2 David Le Breton. Op. cit. pp.87-89
3 Jorge Alemán. Seminario no establecido. Málaga 2008
4 Jacques-Alain Miller."Hacia PIPOL 4". Intervención en PIPOL3.
Paris, julio 2007
S Jacques Lacan. S XVI De un Otro al otro (1968-69). Ed. Paidós,
2008. p. 283

El trastorno por atracón o
Francisco Burgos ila voluntaddominada?
Si hablamos del consumo, de la sociedad de consu-
mo, una de las patologías por las que se demanda tra-
tamiento en las consultas de salud mental, dentro de
los denominados trastornos de la conducta alimen-
taria (TCA), es el trastorno por atracón", según la cla-
si cación internacional de enfermedades (DSM-IV).
Intentaré hacer un pequeńo recorrido, desde su def-
nición y clasi cación, para acercarnos a una vertiente
ética que nos permita articular dos palabras de uso
frecuente en los dichos cotidianos que se escuchan en
estas consultas y que son: voluntad y dominio. Estas
dos palabras suelen asociarse tanto a la causa como a
su resolución, y su uso se extiende al amplio abanico
de las « conductas adictivas »,
ETIMOLOGIA
Si buscamos la palabra atracón en el RAE', se trata
en lengua coloquial de la acción de comer y beber con
exceso", hartar. Pongo en entrecomillado exceso.
DEFINICIÓN
En el DSM-IV, manual de diagnóstico de la Aso-
ciación de Psiquiatría Americana, de uso en la salud
mental pública -para intentar el entendimiento uni-
versal- se nombra así. Anteriormente se ha denomi-
nado como "ingesta compulsiva", "comedores com-
pulsivos", etc.
Se caracteriza por los siguientes criterios: atraco-
nes recurrentes de comida con sensación de pérdida de
control y gran malestar sico ypsicológico. No se acom-
pañan de conductas compensatorias.
Los atracones son similares a los de la bulimia y la
anorexia, por lo que en ellos lo primero que se observa
es una fala de control, seguida de una ingesta rápida,
baja sensación de saciedad y sobre todo sentimientos de
disgusto y culpabilidad tras el atracón, aunque en muchos
pacientes este sentimiento empieza a sentirse antes.
Se considera que se cumplen las condiciones para
el diagnóstico cuando la insatisfacción producida es
importante durantey después de la ingesta excesiva.
Otra exigencia diagnóstica es que estas ingestas se rea-
licen por lo menos dos días por semana en los seis
meses anteriores al diagnóstico y que no formen parte
de un trastorno bulímico o anoréxico.
Esta modalidad diagnóstica no toma lo particular
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LO QUEENGARAALPLUS-DE-GOZAR
de cada caso y por tanto es posible que alguna persona
que sufre y mucho en esta temáica no se encuentre
incluida en la sumatoria de los criterios. Es proba-
ble que esto sea importante para las mutuas y seguros
médicos en un futuro, pero no si tenemos en cuenta
ciertas indeterminaciones de la conducta alimentaria
a las que me referiré más adelante.
ANOTACIONES
Antes de proseguir con el tema y sin salirnos de la
cuestión del diagnóstico quiero hacer una serie de
apreciaciones:
1.Las sobreingestas son indeterminadas, no se selec-
cionan los alimentos.
2. Estos atracones se realizan a escondidas, separán-
dose de los otros.
3. Será la relación con la culpa a que llevará a cada
sujeto a pedir ayuda, por la pérdida de autoestima
que provoca la falta de control.
En todo caso queda claro que no se trata de la co-
mida (alimento) como objeto de la necesidad, no es
en el circuito biológico de hambre -satisfacción- y
saciedad donde podemos explicar estos trastornos.
Sabemos que en el ser humano la conducta alimenta-
ria padece algunas indeterminaciones, la primera de
las cuales es que no está regulada únicamente por la
satisfacción de la necesidad sino que además se acom-
paña de un componente de placer (y en todo caso de
la ausencia de él o incluso de la presencia de su con-
trario, un claro displacer). Así lo que denominamos
apetito es claramente diferente del hambre. De esta
manera puede suceder que nos guste algo que no ne-
cesita el organismo, que lo perjudica por particulares
condiciones, etc., a tener en cuenta cuando se diseña
una dieta. Una segunda indeterminación, caracterís-
tica de los trastornos de la conducta alimentaria, es la
búsqueda de un cambio corp-oral; en este caso lo que
ocupa el lugar del ideal es siempre el cuerpo delgado.
Entonces ;a qué llamamos indeterminación? A que el
comportamiento alimentario está infuido no por la
necesidado el placer sino por la búsqueda del ideal.
En el trastorno por atracón vemos cómo el objeto co-
mida no es ni el objeto de la necesidad ni siquiera el
COLOFON 27

del placer de alimentarse. Estamos en el eje, no del
apetito y la saciedad, sino del hambre y del hartazgo.
LA VOLUNTAD DOMINADA
Hay unas cuantas palabras que de nen bien lo que
le pasa a las personas que tienen esta di cultad,
cuestión pasa por la orientación y la signi cación que
le otorguemos. Punto esencial para intentar resolver
las di cultades, en lugar de llevar la situación a una
croni cación que di culte la salida ya que, como se
desprende de las características de este cuadro, aun-
que no lo hayamos señalado, puede estar acompańa-
do de diferentes complicaciones. En primer lugar y
dado que no se acompaña, como hemos dicho, de
conductas compensatorias, es evidente que el sobre-
peso y luego la obesidad están en el horizonte de esta
patología y son la complicación sica por excelencia.
Desde el punto de vista de las complicaciones psico-
lógicas son reiterativas hoy día: se trata efectivamente
de la ansicdad, la depresión y las demás "compulsio-
nes" (adictividad). Son formas de cerrar un círculo
que no conviene, hay que encontrar la manera de que
vuelva a abrirse, pero lo que me parece importante es
que tengamos en cuenta que independientemente de
si se trata de un problema médico o médico-psicoló-
gico hay que iniciar una recti cación en cada caso. Se
trata del cuerpo, del que cada uno se hace cargo.
¿Por qué entonces la voluntad dominada?
Escuchamos muchas veces en las consultas de salud
mental pública cómo nos relatan los pacientes la que-
ja de no ser entendidos, que la gente que les rodea no
les comprenden, que apelan casi en exclusividad a que
se trata de una falta de voluntad, falta de voluntad en
el paciente que puede extraerse de la frase: "tienes que
poner de tu parte".
A esta falta de voluntad es a la que llamaremos
voluntad dominada, para contraponerla al dominio
de la voluntad, al control, que parece ser lo que pro-
ponen los que así se expresan para dar su orientación
a esta y a otras problemáticas.
Sabemos que son dos palabras que se relacionan,
voluntad y dominio. Podríamos decir que una volun-
tad fuerte mantiene al sujeto en la condición de la ra-
zón, de manera que le permite no desbordarse, que lo
sostiene como un sujeto unido, un sujeto que se vive
a sí mismo sin di cultades, un sujeto bajo su propio
control. Dei otru lado está el sujeto que pide ayuda,
el que consulta, aqul en el que la voluntad no basta
en sí misma, se trata de un sujeto que no es capaz de
hacer lo que dice que quiere sino más bien que hace
28 ¿SOBREVIVIR AL CONSUMO?
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SINTHOME
lo que no quiere o, para decirlo de otra manera, que
dice querer justamente lo que no puede hacer.
De esta forma la voluntad se relaciona inmedia-
tamente con el deber (en su intento de adecuación
del sujeto con el Ideal de lo que querría ser). En este
la sentido la ley del deber se contrapone al deseo. Lo
paradójico es que en esta cuestión del deber nos en-
contramos con dos caras o vertientes; una, más fácil
de entender, es aquella que introduce las normas, es
decir, se trata de una vertiente pacihcante. Sin em-
bargo, está la otra cara, la que tiene que ver con los
territorios transgresionales, la que nos conduce a una
sițuación extrema, de matiz destructivo, inquietante.
En este segundo caso, más di cil de entender y por
tanto de explicar, el deber aparece como viniendo de
afuera: jcome! Es una posición subjetiva, que no cons-
ciente, y nos lleva a decir siempre sí, un sí incondicio-
nal, o la exclusión del no, un sí sin aparente elección,
un sí absoluto del que el sujeto no logra liberarse. Se
trata por tanto de un impulso mortífero. Aquí se re-
vela la presencia de una raíz melancólico-depresiva',
raíz que es preciso que tratemos.
En este sentido los pacientes aseveran tener el cuer-
po atrapado bajo un verdadero odio, odian su cuerpo.
Algunos pacientes incluso hablan de su cuerpo (ideal)
como si estuviese envuelto bajo una funda, una bolsa,
envoltorio de carne que encierra este ideal tomado en
su vertiente más mortífera.
PARA CONCLUIR
A la hora de atender a estos sujetos se trataría de
ofrecer un espacio en el que esta voluntad de deber
pueda pasar de su vertiente mortífera a la paci cante
(normativo-simbólica). Será por tanto por medio de
la palabra cómo el sujeto se podrá separar del Otro
mortifero dirigiéndose al Otro del amor, del que sue-
len testimoniar que ha estado faltando en su vida. Un
Otro que lo reintroduzca en la vinculación a los otros,
lo humanice y que a través de esta vía, normativo-
simbólica, le permita una cierta paci cación, sin la
exigencia del control, de dominar la voluntad. a

Notas:
1 Diccionario de la Real Academia Española.
2 Seguimos en este desarrollo fundamentalmente las hipótesis
que Massimo Recalcati expone en su libro"La última cena: ano-
rexia y bulimia, Ediciones del Cifrado. 2004. Buenos Aires.
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LO QUEENGAÑAALPLUS-DE-GOZAR
• CRITERIOSDIAGNÓSTICOS DELTRASTORNOPORATRACÓN.
DSM-IV
A.Episodios recurrentes de atracones. Un episodio de atracón se
caracteriza por las dos condiciones siguientes:
1. Ingesta, en un corto período de tiempo -por ej, dos horas- de
una cantidad de comida de nitivamente superior a la que la
mayoría de la gente podría consumir en el mismo tiempo y bajo
circunstancias similares.
2. Sensación de pérdida de control sobre la ingesta durante el epi-
sodio -porej. sensación de que uno no puede parar de comer
o controlar qué o cuánto se está comiendo.
B. Los episodios de atracón se asocian a tres o más de los siguien-
tes síntomas:
1. Ingesta mucho más rápida de lo normal.
2. Comer hasta sentirse desagradablemente lleno.
3. Ingesta de grandes cantidades de comida a pesar de no tener
hambre.
4. Comer a solas para esconder su voracidad.
S. Sentirse a disgusto con uno mismo, depresión o gran culpabili-
dad después del atracón.
C. Profundo malestar al recordar los atracones.
D. Los atracones tienen lugar, como media, al menos dos días a la
semana durante seis meses.
E. El atracón no se asocia a estrategias compensatorias inadecua-
das -por ej, purgas, ayuno, ejercicio excesivo- y no aparecen exclu-
sivamente en el transcurso de una bulimia o anorexia nerviosa.
COLOFON 29
 Introdución /El(a)nalista
Adriana Testa
"EL NIŃO DEL DINOSAURIO"_"UN OBJETO A CIVILIZAR""SiGUIENDO
Basta la secuencia de estos relatos clínicos para ad-
vertit, en la singularidad de cada caso', las distintas
modalizaciones de las guras del Otro así como de los
diferentes estatutos de la presencia de los objetos en
la vida de niños, jóvenes y adultos, es decir, de todo
sujeto inmerso en el campo del lenguaje y la función
de la palabra.
Hay que decirlo de entrada: alguien, sea quien sea,
que inicia un psicoanálisis, a medida que éste avanza,
incorpora en su vida un objeto más, peculiar por cier-
to, tal como lo es el encuentro con un analista, que de
ahí en más encarnará eso que transcurre en un lugar
hjo y a una hora acordada.
Es precisamente por efecto de ese encuentro con-
tingente, que el analista, cualquiera sea, (según el
precepto freudiano, no in absentia o in eftgie), pasará
a ser una presencia- objeto de fantasías, sueños, cau-
sa de dichos, reiterativos algunos, inesperados otros,
vale decir, de la puesta en escena de una realidad in-
consciente cuyo montaje acompañará, en la escansión
paradójica de tres tiempos estrechamente entrelaza-
dos (pasado, presente, futuro), los avatares que se se-
guirán de ahí en más.
Escansión paradójica porque la apertura de un
tiempo por venir pone en juego otra temporalidad,
cuya regla es la lógica de tres momentos irreversibles
en el paso de uno a otro. La salida, en el tiempo de
concluir, es el polo atractor que tensará el recorrido
(el tiempo de comprender) que se inicia en el momen-
to fugaz del instante de ver, si es que éste se produce.
¿Qué lugar para el analista en el juego (lógico) de esta
partida?
Como ya fue dicho, el de un objeto peculiar. Una
genealogía que bien se puede componer dentro y
fuera del campo inaugurado por Freud, legitima ese
lugar. Genealogía que el estilo de Jacques Lacan sub-
vierte una vez más por el modo de enunciarlo a través
de una invención propia que fue tomando distintas
formas a lo largo de su enseñanza. Es la noción del
objeto llamado "petit a", la que de nirá el lugar y la
función del analista. Y es esa noción la que le permiti-
rá abrir un nuevo campo de articulaciones en relación
30 ¿SOBREVIVIR AL CONSUMO?
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LAS PISTAS DEL OBJETO. EL SHOFAR"_"JUAN Y PEDRO"
a la puesta en escena de una realidad inconsciente
que, por la vía del saber (que en su enunciación su-
pone un sujeto) hace existir el sutil anudamiento del
lenguaje con el goce, en sus distintas modalidades.
La variación semántica de las palabras proferidas tam-
bién es índice de ese anudamiento.
Sutil (el principio estoico de los incorporales da la
clave de su argumentación) quiere decir que hay un
elemento inaprehensible en ese anudamiento, pun-
tual e inasible, un atributo. Eso, que en la experien-
cia misma de la palabra que se dice, toca el cuerpo y
abre una hiancia irreductible. De un lado la palabra
y su sentido, del otro las paradojas de la satisfacción,
nombrada goce por Lacan. No obstante, en la inter-
sección del lenguaje y lo real del goce, hay bordes,
corte, causa, hay producción de efectos en un monta-
je sutil (hay que decirlo otra vez) porque su estructura
es virtual, sin duda, pero no in ef gie. La efectividad
del encuentro, cada vez, pone en juego un real que
queda por fuera del orden signi cante, sin ser ajeno a
ese orden mismo.
La icción de una puesta en escena de cada uno de
los casos que siguen a esta introducción da la prueba
que requerimos para de nir la función del analista en
el lugar del objeto.
1. El niño con el "precioso dinosaurio" en la mano,
perplejo en el instante que un movimiento rompe
la cola de ese objeto (investido de un magma de
signi caciones).
2. Los peluches de Félix: "Bibi", "Bubuille "Tutuille",
"Bibi Tifour" que no consuelan sino que vociferan
una voz áfona que lo violenta y lo impulsa al acto
de estrangular... ¿qué?, el objeto que lo atormenta.
3. El "niño-ninja" que toca el shofar más alto que to-
dos, llamado al Otro para que le otorgue la iación
judía que no había podido ser.
4. Juan y Pedro, dos vidas signadas por la fatídica
contingencia de ser mellizos, tratados por fuera de
la condición de niños-objetos tabulados por los es-
tudios sobre la "herencia genética".

"La marcha del mundo", al decir de Freud, intercepta
los análisis. Vemos des lar en estos relatos la serie de
los objetos que pululan en ese universo llamado Otro.
El des le es metonímico, se los puede ver pasar uno
tras otro como en los escaparates de un shopping, in-
cluido el objeto de culto del laboratorio cientí co. Es
d mundo de la "objetividad"² donde el valor fálico
de ne las reglas de circulación, sobre la trama de las
relaciones de parentesco que no son sino las distintas
formas de alianzas entre hombre-mujer, mujer-mujer,
hombre-hombre, genealogías diversas, etcétera.
Es el analista en su función de objeto-causa de de-
seo quien introduce, atento a las demandas, otro esta-
tuto del objeto en su circuito metonímico. Orientado
por los rodeos de una economía pulsional que apunta
hacia los objetos localizados en el campo del Otro,
a través del tamiz fantasmático o de su ausencia, es
quien captura en el ser hecho de lenguaje, el ser de
goce. Intenta cernir ese objeto vacío: "irreductible a
la simbolización e irepresentable según las leyes nor-
males del campo visual"', que desde un lugar éxtimo
(inscripto como un objeto inferido) ordena los obje-
tos puestos a ver y condensa en sí lo que no accede a
la palabra.
Sólo a condición de responder él mismo a la es-
tructura de lo extraño, sobre el o de la angustia que
hace posible transmutar el goce en deseo, el analista
es quien preserva un lugar vacío dentro del campo de
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_CLÍNICA: LA MARCHA DEL MUNDO EN LA VIDA
la cultura. Su función introduce un principio de di-
ferencia respecto de un mundo paradigmáticamente
signado por las reglas de una economía de mercado
que promete la felicidad de una plena satisfacción
para todos, a través de la perentoria producción de
mercancías (objetos-señuelos de plus-de-goce). Y, por
ende, es también quien da lugar a un imposible de
decir y satisfacer en ese continuo voraz que intenta
"suplir un defecto de satisfacción que, en rigor, es de
estructura (J.-A. Miller, 2008).
Fue Freud, sin duda, quien creó este peculiar per-
sonaje político investido por el rasgo jánico que man-
tiene y fortalece su vigencia. Bifronte: una cara es la
de su lugar en la ciudad que habita; otra es la de la
extraña familiaridad con la que resiste el empuje so-
cial que desconoce la opacidad del goce de cada uno y
borra la impronta singular deldeseo. a
Notas:
1 No en la ilusoria transparencia de las estadísticas y los porcenta-
jes a clasi car y luego cotizar, según las reglas del mercado del
saber.
2 Sigo aquí el esquema propuesto por Jacques-Alain Miller que
diferencia objetalidad de objetividad, es decir entre el objeto-
causa y el objeto al que se apunta; en La angustia lacaniana.
Paidós. Buenos Aires, 2007. pág. 87.
3 Jacques-Alain Miller: La angustia lacaniana. Paidós. Buenos Aires,
2007, pág. 88.
COLOFON 31
 La palabra, más allá de la protocolización
Guy Briole
Los progresos de la ciencia aplicados al campo médi-
co suscitan para cada uno -con buena salud, enfer-
mo, familia, grupo social- unaesperanza. Con razón.
Estos extraordinarios avances en los instrumentos
de diagnóstico y tratamiento, puestos al servicio de
médicos y pacientes, han revolucionado la práctica
médica. Ahí está el nudo de la cuestión. Cada uno
imagina que en estos progresos debe haber algo para
él, para sus sufrimientos, para retrasar las consecuen-
cias del envejecimiento, para hacerle más fuerte o,
simplemente, para resolver su malestar. Gracias a los
progresos cientí cos se ofrecería una solución exte-
rior al sujeto, así el« empuje a consumir » responde a
una demanda inducida en el sujeto moderno. Ahora
bien, esta demanda obedece menos a la realidad del
progreso que a la manera de presentarlo, que refuerza
la idea de la felicidad para todos, con una prevención
de los impases de la vida.
Este sujeto moderno es inducido a pensar que
nada de su vida cotidiana debe escapar a su control,
que puede controlar su cuerpo, sus pensamientos,
sus afectos, su goce. Es llevado a tomarse él mismo
-su cuerp0- como un objeto de consumo!. Por un
lado, la relación al medicamento comporta inscribir-
se en un estilo de vida, por otro compartir, a través de
una «nueva medicina», las más locas utopías como el
acontecimiento de «una civilización transhumana»2.
Estos cambios tienen consecuencias sobre la evo-
lución de las prácicas y sobre la formación de los
practicantes, en los que el rechazo de toda subjeti-
vidad se produce en favor de una racionalización
fría de la clínica. Esta tendencia es particularmente
perceptible en las prácticas con niños y adolescentes:
medicamentos y tratamientos de enfoque pedagógico
y reeducativo ocupan el primer plano en detrimento
de todo lo que esté en relación con la transferencia.
Es fundamental volver a dar su valor a la palabra.
Una investigación reciente en los Estados Unidos
subraya que los antidepresivos modernos -particular-
mente los inhibidores de la recaptura de la serotoni-
na (IRS) y de la noradrenalina (IRSNA)- aumentan
el riesgo de suicidio en los niños y los adolescentes.
32 ¿SOBREVIVIR AL CONSUMO?
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;Por qué? No se trata de acusar solamente a los me-
dicamentos.
Observamos que la psiquiatría en relación con los
niños y los adolescentes fue la que se resistió más a
la prescripción de psicotropos. Se decía, que debía
ser excepcional y que, siempre, se debía privilegiar la
relación con la palabra.
La invención del TDAH (Trastorno por Dé-
cit de Atención con Hiperactividad) y el méthyl-
phénidate (Rubifen", Rilatine", Concerta", etc.) han
producido un efecto de efracción en esta regla de
las prácticas con niños y adolescentes. Hoy, la pres-
cripción de psicotropos a los niños se hace sin límite,
ni vergüenza, porque se dice que ¡está argumentada
cientí camente!
Ysi es así como ahora son curados, ¿por qué ha-
blarles?
La consecuencia es la siguiente: más se les pres-
cribe medicamentos, menos se les habla y más se
suicidan.
Juan y Pedro
Juan y Pedro son dos mellizos de familias diferentes.
Juan es mellizo de José y Pedro de Pablo.
Lo que podemos saber de estos dos niños son cosas
parecidas. Juan como Pedro presenta, muy a menu-
do, los signos siguientes:
ltems de hipenactividad-impulsividad
Inquietud, se mueve en el asiento
Se levanta cuando debería estar sentado
Corre y salta en situaciones inapropiadas
Di cultad para jugar tranquilamente
Excitado a menudo, «como una moto»
Responde antes de que nalice la pregunta
Di cultad para guardar el turno en actividades de
grupo
Interrumpe a otros en los juegos y conversaciones.
Pero, también presentan, ltemnsde inatención
. No se ja en los detalles, comete errores
. Di cultad para mantener la atención
 _CLÍNICA: LA MARCHA DEL MUNDO EN LA VIDA

. No sigue instrucciones, no termina las tareas
Di cultad para organizarse
. Evita tareas que requieren esfuerzo continuado
.Olvida y pierde cosas necesarias para su actividad
.Distraído por estímulos externos
Juan al igual que Pedro presenta un TDAH combina-
do; tiene más de 6 ítems de hiperactividad/impulsi-
vidad y 6 o más ítems de inatención.
Tanto Juan como Pedro, no obedecen, se oponen,
provocan a los padres; incluso uno de los dos -no
recuerdo cual- maltrata a los animales: tirones de
orejas, rechaza pasearlos y también, aunque no es
totalmente seguro, una vez jarrancó una pata a una
mosca!
De Juan como de Pedro, la familia, el medio escolar,
los esplais de colonias se quejan. Están dispuestos
a hablar con los médicos y a rellenar cuestionarios.
¡Quieren colaborar con los médicos!
Juan como Pedro presenta un TDAH com-
binado+TC+ TOD . Los dos tienen una probabili-
dad muy alta de presentar trastornos de adaptación
en la adolescencia y de ser criminales en la edad
adulta, por lo menos psicópatas.
A partir de hoy mismo deben recibir un tratamien-
to a base de methylphenidate, de lo contrario, según
un estudio reciente del Vall d'Hebrón, más del 50%
de ellos tendrán trastornos de las conductas cuando
sean adolescenteso adultos.
Sin embargo, con José, el mellizo de Juan, como con
Pablo, el mellizo de Pedro, los padres no notan las
mismas di cultades. Dicen que son chicos agrada-
bles y se crían solos.
¡Que suerte! cuando sabemos que los estudios
muestran una "herencia genética entre el 39% y el
74%".
Debo confesar que todo eso es pura cción, una
cción de la nueva medicina protocolizada. No es
totalmente una cción, me explicó.
Juan tiene 40 años, es médico de urgencias y Pe-
dro tiene 26 años, es veterinario.
Juan y Pedro son dos de mis analizantes que
presentaron efectivamente durante la infancia los
síntomas que hoy los psiquiatras llaman tems de
hiperactividad/impulsividad o de inatención. Por
suerte, este diagnóstico no existía en la época de sus
infancias.
Diremos de entrada, que Juan es un sujeto neuróico
y Pedro está situado en lo que llamamos una psicosis
ordinaria, ces decir, es un psicótico que ha encontrado
una manera de hacerse una suplencia que le permite
vivir una vida quasi normal.
Cuáles son los ejes principales de cada uno?
Juan es un sujeto marcado por el discurso mater-
no. El nacimiento de los mellizos, Juan y José, había
sido "una catástrofe"; catástrofe, a la cual hubiera
preferido la muerte. De esta formulación materna,
cquívoca, retiene que es a él a quién la madre con-
dena.
Puesto que hay dos, fue el otro el deseado y él, es
el que está de más.
Un lugar para dos. Juan se agota en el combate
por conseguir el amor de la madre. Hará de todo
para atraer su atención, hasta hacerse insoportable a
la gente, tanto en casa como en la escuela. Hará de
todo para distinguirse pero, haga lo que haga, tiene
siempre la impresión de que es el otro quien cuenta,
el que prima. El, sería el excluido del campo del de-
seo del Otro materno.
"Mi drama, dice, es que lo veían a él o nos veían
a los dos, pero nunca a mí." Vuelve cada vez a ese
punto de captación de esa imagen del otro que no
cesa de marcar su presencia. De este doble se ve so-
lamente el otro. Desde su lugar de sujeto neurótico
no puede más que constatar que es el otro quien es
visto, redoblando su búsqueda fundamental: ¿qué
soy para el Otro?
Juan se mueve siempre, hace tareas múltiples y
discontinuas, siempre está de aquí para allá, viaja
muy a menudo por el mundo, pasa muchas noches
del mes fuera de casa. ;Le ha tocado estar dentro de
los 50% de TDAH que de adultos siguen con los
trastornos de la infancia? No, hoy en día, Juan, vive
la vida de un médico de urgencias.
Pedro, es radicalmente diferente. Es un joven veteri-
nario de 26 años que acaba de hacer una especiali-
zación en "Perros de deportes y utilitarios". Pedro se
dedica a los perros. Quiere ser "veterinario de perros,
exclusivamente."
Cuando le pregunto por su hermano dice: "sí,
tengo un hermano.
Yo: ;Más mayor o más joven?
Él: "Nacidos el mismo año.

COLOFON 33
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 Yo:",Entonces, sois gemelos?"
Él: "Para nada. No somos del mismo huevo. No ten-
go nada que ver con él."; Insiste: "Solamente nacidos
el mismo año.
Eso es una manera radical de hacer con el Otro. El
Otro está forcluido. Y, en este lugar vacío, ¿quć es lo
que hay? Hay un "perro-lobo"
El perro-lobo que compró el abuelo materno en
el momento del nacimiento de los mellizos, Pedro y
Pablo. Este perro-lobo fue objeto de todas las aten-
ciones de Pedro. Es su doble. El, pasa su vida entre los
perros. Aquí tiene una existencia.
Pedro es de la jauría y en la jauría se consagra a curarlos.
En este lugar, ha encontrado su manera de estabi-
lizarse. En el lugar del lobo, algo se ha humanizado.
Sigue una vida adecuada a la imposibilidad de soste-
nerse de lo simbólico.
Esto es lo que llamamos la clínica del uno por uno, la
que sostenemos frente a la medicina protocolizada.
La mediina protocolizada
El abandono de la clínica en provecho de una auto-
matización del diagnóstico ha llevado al psiquiatra
moderno -reorientado por la medicina cientí ca y el
cognitivismo, seducido por la lógica de la gestión-
a una universalización de sus prescripciones. El re-
chazo del sujeto y la anulación sistemática de toda
subjetividad dan lugar a una protocolización de los
tratamientos. El modelo viene de la medicina, más
particularmente de la cancerología: un protocolo
de tratamiento es aplicado en función de criterios
diagnósticos reunidos en una categorización de los
grupos de pacientes. Es el método estadístico el que
valida la elección del tratamiento. El protocolo inclu-
ye, la modalidad de prescripción, la utilización de un
psicotropo preferentemente a otro, la duración del
tratamiento, los criterios evolutivos y las normas de
curación.
Este modelo de la práctica médica y psiquiátrica en-
tra en resonancia con una organización social donde
la dimensión mercantil y la exigencia a-conlictual
empujan también a una protocolización. Donde la
producción renovada sin cesar de neo-objetos que se
hacen indispensables a quien piensa necesitarlos. Las
nuevas necesidades son el resultado de nuevas frustra-
ciones. La medicina no escapa de tal modelo creando
neo-medicamentos que se administran a neo-pacientes
34 ¿S0BREVIVIR AL CONSUMO?
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afectados deneo-enfermedader. bromialgias, TDAH,
ataques de pánico, depresión sin depresión, etc.
El médico se pone a disposición de la sociedad mer-
cantil ahí donde justamente se le culpabiliza de gastar
demasiado. Se deja desviar del sujeto sufriente para
venir a alojarse en la falla del político que, a veces, no
pedía tanto. Desviar, es la palabra adecuada. Se trata
de desviar la atención, para convertir el síntoma social
en síntoma médico.
La medicina queda siempre como un gran campo ex-
perimental. Esto se veri ca en todos los momentos
di ciles de la historia o cuando la ética no está presen-
te en la práctica. El protocolo es el otro nombre de la
experimentación. La protocolización de la medicina
produce esta ruptura brutal de la transferencia con
el médico en provecho de la medicina de masas. El
protocolo está hecho para ser aplicado a la masa.
Lejos de la etiqueta y de las reglas de vida en sociedad,
la medicina hace de sus "protocolos" la marca de su
dimensión cientí ca para aplicarlos al mayor número
posible. Se acabó la relación del médico con su pa-
ciente en el uno por uno, ahora la relación es de un
colectivo a un caso al que le será aplicado un protocolo
terapéutico determinado por una ley estadística.
Lo que importa es el protocolo que, en casos idénti-
cos, ha dado los mejores resultados. Lo que retiene
la atención es la variación de una afeción, jun por-
centaje a comparar! Entre dos protocolos, para una
tipología determinada -no una enfermedad- es el
protocolo con el mejor rendimiento obtenido el que
será aplicado a todos. Qué más da si el señor X o la
señora Y podrían bene ciarse del protocolo 1 si hay
un consenso sobre el 2!
El camino va de la protocolización de la enfermedad
y de su esquema terapéutico a la protocolización de
los enfermos, pero también de los médicos que se ven
especializados en la aplicación del protocolo al mayor
número posible.
"Bien-estar" versus deseo
En este abordaje, el gran ausente es el sujeto deseante
que es reenviado al «bien estar» que encontrará si se
muestra cumplidor con lo que se ha pensado para él.
En la psiquiatría y en la psicología de hoy, nada puede ser
dejado al azar del encuentro, del deseo, de la libertad del
sujeto. Se necesita lo experimentalmente reproducible.

Esta relación al paciente, viene en total oposición a
la del uno por uno, lo singular de cada uno, que
hace que la parte de contingencia inherente a todo
encuentro no permita hacer entrar la práctica del
psicoanálisis -la de la psicoterapia, tampoco- en una
randomización' del hecho reproducible.
De esta forma, si uno de los criterios cientí cos de la
evaluaciónes lo experimentalmente reproducible y
cuanti cable", el psicoanálisis se desmarca de forma
radical. El psicoanálisis es refractario al protocolo.
Eso no le descali ca en absoluto, le deja abierto al
deseo.
El niño del dinosaurio
Mercedes de Francisco
Se trata de un niño de seis años. La madre hace la
consulta a raíz de la preocupación del colegio por las
actitudes agresivas de Pedro, que en los últimos tiem-
pos han sido "desmedidas".
Tengo algunas entrevistas con la madre que se siente
preocupada, además de por esta situación escolar, por
el hecho de que Pedro tiene pesadillas y terrores noc-
turnos. Ella teme que la separación con el padre, que
no se desarrolló en los mejores términos, haya infui-
do en esta situación de su hijo. Pedro tiene un herma-
no varón dos años menor y la madre cree que Pedro
puede estar celoso de él. En la actualidad la madre tie-
ne una nueva pareja que se lleva bien con los hijos. En
un momento dado declara que quizás ella tenga cosas
que resolver de todo esto que le ha ocurrido pero dice,
francamente, que "no quiere saber". En este punto le
digo que comenzaré las citas con el niño.
Entrada
Con Pedro recorreremos un camino que durará unos
seis meses. Desde el primer día se hace acompañar por
distintos juguetes de su propiedad y el primer día no
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-CLÍNICA: LA MARCHA DEL MUNDO EN LA VIDA
Notas:
1 Briole G, Bioquímica no lacaniana, in Ciencias inhumanas, dir
Gustavo Dessal. mayo 2009.
2
3 TDAH: Trastorno por Dé cit de Atención con Hiperactividad; TC:
Trastorno de Conducta, TOD: Trastorno Oposicionista-Desa ante
(en francés TOP: Trouble oppositionnel avec Provocation).
4 Ribasés M., Ramos-Quiroga JA., Hervás A., Bosch R, Bielsa A.,
Gastaminza X., Artigas J., Rodríguez-Ben S, Estivill X., Casas M.
Cormand B. and Bayes M, Exploration of serotoninergic candi-
date genes in adults and children with attention-de cit/hyperac-
tivity disorder identifes association forSHT2A,DDC and MAOB.
Molecular Psychiatry, 2007, p. 1-15.
5 "La randomización, también llamada aleatorización, eś un proce-
dimiento para la asignación, en los ensayos clínicos, de unidades
de tratamiento (pacientes) a tratamientos alternativos. Consiste
en asignar aleatoriamente a los participantes en un ensayo a dos
o más grupos de tratamiento o de control" (Wikipedia)
pone di cultad para pasar solo, pero un "titubeo", casi
imperceptible, nos habla de un fuerte vínculo libidi-
nal con la nmadre. En principio no le ofrezco juguetes,
y cuestión curiosa los objetos que él aporta una vez en
el despacho los deja aparte y se dedica a mirar y tocar
los objetos de la consulta. Muy educadamente, pide
permiso cada vez, etc.; unas veces la analista respon-
de a rmativamente y otras no. Esta "exploración del
terreno" por parte del sujeto va acompañada de una
sorprendente Auidez en cuanto a su expresión. Es un
nińo de seis años sumamente "despierto" y con una
capacidad narrativa sorprendente. En un comienzo
comenta que se pelea con los compańeros del colegio
y que por eso viene, haciéndose eco de la preocupa-
ción del Otro que encarna la escuela; pero en seguida
aparece lo que realmente es un problema para él sus
pesadillas y el miedo por la noche.
El único objeto, de los que trae a sesión y que pone en
circulación proponiendo un juego a la analista, es una
pequeña pelota de silicona. Cuestión curiosa pues es
el fútbol uno de sus deportes preferidos en el colegio,
casi siempre comenta si ganarono no, los goles que
COLOFON 35
 metió, la posición en la que juega. A través del fútbol
él se muestra en su valor ico ante lo que me mues-
tro interesada.
Pasadas las sesiones dedicadas a los objetos de "la ana-
lista", le digo que elija entre una serie de juguetes, que
seencuentran en otra habitación, los que a l le in-
teresen. Elige un juego de construcciones de madera,
una pizarra mágica y un dominó, durante un tiempo
se repetirá esta selección. Con estos juguetes el "auto-
maton" se adueña de las sesiones. Construye puentes,
embadurna toda la pizarra y después la borra, así una
y otra vez; y de vez en cuando me plantea jugar al
dominó, al que me gana con frecuencia. Pero, funda-
mentalmente estos juegos no incluyen al Otro.
Mientras parece cómodamente instalado en esta re-
petición, por otro lado, aparece la incomodidad que
expresa la madre. En un primer momento se trata de
la inquietud que le invade por esperar ¿al paciente o
a la madre? -(justamente en ese lapso de tiempo la
cercanía con la madre es mani esta)-, procuro que la
espera sea la menor posible; después, la madre me co-
municará que empezó a no querer venir porque quie-
re quedarse jugando al fútbol, frente a lo cual cambio
el día de sesión. Desde luego lo curioso es que una vez
en el despacho Pedro no transmite nada de esto.
Primer ido: Repetiión del juego. Síntomas en la relación
con el otro: hermano, compañeros de juegos
En este período marcado por estos juegos comenzará
a hablar del hermano, que le molesta, que le rompe
sus juguetes, al que tiene que pegar, sobre todo cuan-
do no está su madre y él tiene que hacerse cargo de
él. Lo expresa de tal manera que me hace dudar si en
esos momentos están solos o hay algún adulto. Por
supuesto,hayalguienquelos cuida, noobstante, l se
erige en "un educador in exible".
A partir de la aparición del hermano en la sesión sur-
gen, también, los problemas en el lazo con los otros
varones en el colegio. Al hablar de sus amigos en el
colegio, deja claro que las niñas no forman parte del
grupo, en su decir aparecen como seres "distintos"
con los que no se puede crear ningún conjunto. El
grupo lo conforman los varones con sus distintos jue-
gos y actividades, que están marcadas por la agresivi-
dad. Explicará cómo en los juegos algunos pretenden
imponerse y esto lleva a la pelea, parece que Pedro se
rebela contra cualquier líder disputándole su puesto.
Frente a esto le pregunto si no cree que sería más di-
36 ¿SOBREVIVIR AL CONSUMO?
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vertido ponerse de acuerdo y al nal poder llevar el
juego adelante, se queda pensativo y dice que sí. A
partir de aquí, paulatinamente, cambiará la estrategia
con los compañeros.
Tanto frente al hermano, como frente a los otros va-
rones en la escuela, Pedro se ve llevado a ocupar un
lugar de poder que le sobrepasa y que le di culta el
lazo con el otro.
Según avanza en el tratamiento trabajando estos te-
mas me percato que repetidas veces cuando llega a
la consulta pasa al baño con la madre, sobre esto no
hago ninguna intervención solamente lo constato.
Segundo ddo: El padre sin atributos
A esta altura del trabajo analítico, Pedro había ha-
blado del padre muy al pasar, simplemente cuando
me contaba que tal o cual in de semana lo habían
pasado él y su hermano con el padre. Al preguntarle
¿qué tal?, ¿qué habían hecho? siempre se trataba de
una respuesta neutra, todo bien, habían ido con su
padre "al bar", etc. En el decir de Pedro aparece un
padre "sin atributos", na silueta sin relieve, aunque
el sujeto daba muestras de cariño hacia él.
Habla de sus terrores nocturnos, de sus pesadillas, de
los monstruos que le persiguen en sus sueños.
En este segundo ciclo aparecerá muy escuetamente y,
dicha al pasar, una versión sobre la separación de los
padres. A rma que su madre es mala porque ha echa-
do a su padre de la casa, le pregunto si eso lo piensa
él o se lo ha dicho alguien, me dice que su abuela pa-
terna. Vemos insinuarse así la di cultad de este padre
para sostener su función.
Y sesiones después, Pedro dirá que su abuela paterna
es "una bruja", encarnando la mantis religiosa, "Pedro
no sabe que objeto es para esta abuela".
Este tiempo analítico, marcado por sus visitas al
baño antes de entrar a sesión, por el relato que nos
muestra un padre en declive, por el despliegue de sus
terrores y pesadillasy su posible causa, se cerrará con
un sueñoy un hecho contingente que nos llevará a un
tercer ciclo y nal del tratamiento.
Sueño
Un día contará que soñó que su hermano estaba a
punto de caerse y tener un accidente y que él lo salva-
 _CLÍNICA: LA MARCHA DEL MUNDO EN LA VIDA

ba, su explicación del sueño fue que aunque su her-
mano era muy pesado lo quería mucho.
Hecho contingente
Un día, aparece con un objeto "precioso", se trata de
un dinosaurio en piedra comprado en una tienda de
objetos artisticos al lado de la consulta. Me lo mues-
tra, no se lo deja a la madre para que se lo cuide, sino
que entra con él a la consulta. Esta sesión transcurre
como las otras en relación a los juguetes elegidos, pero
la presencia de este objeto marca toda la sesión, el
cuidado para que no se estropee, cómo colocarlo, etc.
Todo va bien, terminamos la sesión, coge su dinosau-
rio tan preciado y cuando está a punto de salir hace
un movimiento y con la puerta se le rompe la cola.
La expresión de perplejidad, -a la que el analista no
es indiferente-, de Pedro es "imaginable", de repente
algo contingente hecha por tierra todo el pulcro cui-
dado que había tenido. Pulcritud que por momentos
resulta sorprendente en un niño de seis años. Pasados
los primeros segundos y a punto de llorar, la única in-
tervención por mi parte fue: "a veces, esto ocurre". Se
fue conmovido. Mostró a la madre el dinosaurio con
la cola rota, y ahí la madre apenada porque sabía del
valor de este objeto para su hijo, me hizo saber que él
lo había comprado con sus propios ahorros.
Tercer ddo. Cambio de objetos. Juego que induye al otro
Empieza a desinteresarse por los juguetes que venía
cogiendo y comienza a elegir un parchís, juego que
evidentemente necesita de mi participación.
del niño con la faltaqueproduce l deseo,-comonos
lo indica Jacques Lacan en el Seminario de la Angus-
tia-, pero "la rendija abierta" de la puerta era el peque-
ho resquicio que quedaba de ello.
Al cabo de unas sesiones esto dejará de ocurrir, me irá
diciendo que ya no tiene pesadillas que en el colegio
ha logrado ponerse de acuerdo con los amigos para
jugar y que ya no tiene motivos para venir a verme.
La madre me conitma que las cosas han cambiado,
en el colegio todo va mejor y en la casa también.
En este momento podemos cerrar este tercer ciclo,
que se saldó con una relación más atemperada con el
conjunto de los varones. La experiencia contingen-
tecon el objeto de la cultura-artístico (dinosaurio)
que hacía semblanza del objeto anal y fálico parece
haberle permitido a este sujeto de seis años aceptar
más tranquilamente algo del orden de lo real, para lo
cual no hay palabras. Un niño que como decíamos al
principio dispone de muchas. Quedará por saber que
pasará con esos seres "extranjeros" que son las niñas
cuando no sea posible permanecer solamente entre
varones, brujas y madres. Suponemos que ya se abrió
la puerta del psicoanálisis para él y podrá recurrir a
este nuevo lazo cuando solo no pueda.

Jugamos, y unas veces gano yo y otras él. Al comienzo

no le es muy fácil soportar cuando pierde y preten-
de hacerme trampas, a lo cual le respondo que quien
haga trampas pierde la partida. Poco a poco comienza
a experimentar que me puede ganar sin más, que por
un lado está su capacidad de juego (;además se entre-
na en su casa!) y por otro el aza, algo que ya había
experimentado con su dinosaurio.

Entramos otra vez en una época de repetición marca-

do por el objeto parchís, salvo por algo que comienza
a ocurrirle en sesión, de repente tiene que interrum-
pir el juego para ir al bańo. Si antes esto se daba antes
de las sesiones, ahora se incluye en ellas. En algún
momento frente a su tardanza salgo a la cocina de mi
consulta para coger un vaso de agua y veo la puerta
entreabierta del baño que cierro sin decirle nada. Ya
no estaba "la madre siempre encima, en especial lim-
piándole el culo" que perturba al máximo la relación

COLOFON 37
 Un objeto a civilizar
Eric Zuliani
El caso de Félix permite percibir una dimensión del
objeto, la del mandato. Se opone a la idea común del
objeto transicional que seca las lágrimas y que cor
suela. Este caso, su tratamiento y su salida, pone en
evidencia una especi cidad de los objetos modernos:
su poder de mandato. Veremos, como en un primer
tiempo, Félix, él mismo es un objeto, particularmente
de la mirada de los otros. En un segundo tiempo, por
la operación del practicante, Félix podrá hacer circu-
lar diversos objetos. En un tercero, una segunda ope-
ración del practicante le permitirá, después de haber
nombrado el objeto de su tormento, arriesgarse en
una lengua que permite el lazo social. Esta operación
ha legado a ser posible por el desciframiento clínico
entre varios, permitiendo el levantamiento del malen-
tendido sobre los peluches de Félix.
Un efecto objeto
Félix es un niño que hemos acogido hace cuatro años
en el Instituto Médico-Educativo; tenía 7 años. En el
momento de nuestro encuentro, por una admisión
eventual, está con "Bibi" y "Bubuille". La angustia
domina este encuentro. Félix indica de manera errá-
tica que "Bibi tiene miedo del lobo, que va a arañar
a Bibi. El lobo viene a la casa, está en ella. Bibi dirá
malo". Le propongo contarnos: "somos Bibi, Bubui-
lle, Félix y yo mismo". Pone n a nuestra entrevista
cogiendo, a continuación de sus peluches, los objetos
del despacho. Localizamos ahí una cierta articulación
según tres modalidades de lenguaje: Félix puede to-
mar la palabra, esta se mani esta bajo una forma de
mandato y ofensiva, pero permite también nombrar.
Félix entra, algunos meses después, en la institución.
La angustia está siempre en primer plano. Cuando
un adulto se acerca a él o le mira se orina o defeca allí
mismo. Huir, golpear, lanzar objetos son sus maneras
de evitar la angustia. Lo que está en el primer plano,
en el encuentro con este sujeto no es tanto el registro
de la palabra que divide, sino la presencia corporal y
los objetos aferentes: la orina, a menudo la defecación
pero también la huída hacia adelante.
Primera sustracción
En sesión, no quiere que me mueva y es bajo mi mi-
38 ¿S0BREVIVIR AL CONSUMO?
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rada que surgen los pasajes al acto. Con motivo de un
dedo de honor' se obtiene un primer apaciguamiento.
Le digo: Oh! ;Qué ocurre?". Para mi gran sorpresa,
me responde: "me duele el dedo desde hace tiempo".
Le propongo una tirita, me dice: "Sî. Lo que es de-
terminante aquí es el hecho que un dedo extendido
no sea asociado a ninguna signi cación previa. Es la
orientación de trabajo que tomamos colectivamente
para encargarnos de Félix. Finalmente, un dedo ex-
tendido no se sabe qué es, lo que le permite inventar
a él mismo una signi cación, invención de la que se
servirá fuera de la sesión. Esta pequeña secuencia da
lugar a dos maneras de poner en juego los objetos. De
un lado, traslada enteramente y sin restos todos los
muebles y objetos en un rincón del despacho. Una
vez hecho, admira su trabajo bien hecho, con las ma-
nos en la cadera, después hace lo mismo en otro rin-
cón del despacho. Del otro, organiza como una ins-
talación" de forma repetitiva: un perchero papagayo
que adorna con diferentes objetos que cuelga, al pie
del cual sitúa otros. Dice: "Navidad". Paralelamente,
Félix inicia lazos con los adultos preparando regalos,
objetos apresuradamente envueltos en una hoja de
papel.
Un malentendido sobre el objeto del que se trata
Un objeto comienza a tomar un lugar primordial, le
nombra "Bibi", "Bubuille" o "Tutuille". Félix viene a
la Instituto acompañado de un peluche diferente cada
vez. Todos revelan ser objetos indiferentes, pero Félix
los nombra en cortas interlocuciones. Su multiplica-
ción indica un trabajo intenso por parte del sujeto
para pasar "de una cosa a la otra de un nombre a
otro.
Comienza a atribuir los pasajes al acto -tira vasos, ga-
rrafas y cuadros- al peluche del momento. Presa de un
fenómeno de transitivismo, intenta una articulación.
El peluche que hace las trastadas puede decir también
perdón. Entonces, el equipo se escinde en dos para
responder a este hecho clínico. Un cierto número
juegan el juego y regañan al peluche, otros explican
a Félix que no es el peluche el responsable sino él. La
continuación de las manifestaciones violen tas de Fé-
lix testimonia de un atolladero percibido durante

una reunión clínica. Nos referimos a la idea, que se
ha hecho común, de que sus peluches son para d ob-
jetos transicionales que están únicamente referidos al
'tener: zdejárselos o retenéselos? No sabemos nada de
lo que es Félix, así agarrado a estos objetos. Podemos
descifrar la manera en la que intenta introducir la fal-
ta: tirando, rompiendo, desplazando los objetos -des-
plazamiento en mi despacho- haciéndolos circular
"hago regalos" dice. Nuestra orientación se modi ca
apoyándonos en lo que Lacan dice en su Alocución
sobre las psicosis infantiles: "Lo importante no es que
el objeto transicional preserve la autonomía del niño
sino que el niño sirva o no de objeto transicional a la
madre". En el presente consideramos que Felix es él
mismo el objeto de algo.
Segunda sustracdón
En sesión, la presencia de Bibi pasa a primer plano.
Dice: "Es Bibi quien tira. Mamá no quiere. Bibi tira,
grita, dice palabrotas". Félix comienza a estrangular a
Bibi. Instante de ver, para mí, que Bibi no es de nin-
guna manera un objeto transicional consolador, sino
que vocifera, que Félix no le habla, pero lo sufre, ins-
tante de concluir que debe haber un medio de sepa-
rarlo de otra manera que por un acto violento. "No, le
digo, no la estrangules, vamos a jugar con ella'.
Le sustraigo, no sin esfuerzo, a Bibi, la instalo en una
silla y prohíbo a Félix reunirse con ella, a lo que con-
siente. Después impongo a Félix un juego en el que
tomo la voz de Bibi, hablaré con la voz de Bibi lo que
Félix no aceptará muy fåcilmente. Inicio el juego, frá-
gil, pues impido sicamente a Félix poner un término
violento: Está como imantado por el peluche. Des-
pués de un tiempo, con delicadeza toma la palabra:
"Es Bibi Tifour, y es una niña". Asiento y empujo un
poco más lejos el juego: "La pequeña Bibi Tifour debe
ir a la escuela, debe partir, ahí está en el armario. Es
di cil para Félix que llama a Bibi". La sesión se acaba
con este llamado. A la sesión siguiente, una vez en
el despacho, señala haber olvidado su peluche. No la
volveré a ver ya. Escansión.
Lalengua queridamigo
Félix se agarra, a partir de ahí, a un signi cante, queri-
damigo: "vamos a jugar al queridamigo" dice. Este sig-
ni cante es uno de mis tics verbales cuando hablo con
los niños; les digo: "Querido amigo..". Este punto de
capitón es precioso. Permite a un niño primeramen-
te jugar con todo lo serio que este término implica,
y efectuar líneas divisorias en el campo del lenguaje.
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_CLÍNICA: LA MARCHA DEL MUNDO EN LA VIDA
De un lado, persiste la vociferación, el insulto y el
mandato que surgen de manera discreta, en el sentido
matemático. Del otro, el queridamigo se convierte en
el signi cante del llamado, organizador de icciones,
pero también organizador de una multitud de otros
signi cantes apuntando a dar en el blanco de su rela-
ción con los otros. La lengua queridamigo interpela,
es irónica, burlona yendo rápida a la velocidad del
rayo. Alcanza al otro, como el insulto, pero permite
también el azo social dando lugar al otro que puede,
con su risa, dar validez a la buena palabra. Félix pue-
de tentar la suerte entonces, a su vez, con una buena
palabra. No rompe ya con el otro, toma la curva del
queridamigo que le permite poner en escena el objeto
de su tormento: una mamá tira a su hijo.
La lengua queridamigo es el punto donde se originan
tres obras nuevas de la lengua en las que estamos aún
hoy. Primeramente, escande en la actualidad su dis-
curso de referencias a las cosas que rompía con esta
expresión: "Te acuerdas?" Lo que domina este dis-
curso no es tanto el relato de la susodicha escena, sino
las expresiones de un dirigirse a alguien: Te acuer-
das, tronco? Seguidamente, la cuestión de dirigir la
palabra subsiste en otro tipo de discurso donde él
esboza una signi cación: "Hasta luego, quiere decir
que volveremos a vernos?" o bien "ijodido, quiere de-
cir que no se está contento?". Estos escenarios son
subrayados con expresiones tan sabrosas unas como
otras: "hocico de amor", "Aecha de oro", "malla de
guerra" el nada de los bosques' para Robín de los
bosques, son otras tantas puntuaciones exclamativas.
Entonces me convierto en aquel que valida sus in-
venciones como buenas palabras que va a dar a los
diferentes partenairesde la institución.
Traduccióndelfrancés: Mariam Martún Ramos
Notas:
1 Dedo de honor: en las culturas occidentales el dedo corazón
extendido signi ca una hostilidad declarada, haciendo alusión a
una penetración sexual degradantey vergonzosa. (N. de la T)
2 Lacan, J."Allocution sur les psychoses" en Autres écrits, Seuil.
Paris, , 2000, p. 368
3 Chérami se ha traducido como queridamigo realizando una con-
tracción para resaltar el valor de neologismo de dicho término y
de invención del sujeto (N. de la T)
COLOFON 39
 Siguiendo las pistas del objeto. El shofar
Adela Aida Fryd
Uriel se presenta como un niño imparable. Pegado a
su madre y con lazos sociales muy restringidos, com-
pelido sin cesar a mostrar sus habilidades.
Fue esperado como niña; nació prematuro y con di-
fcultades urinarias. Internaciones y operaciones jalo-
naron su primer año de vida.
Concurre a las sesiones disfrazado, y a los gritos dice:
"Aquí está Rubén Peuchele, el ancho más frondoso de
la tele, el ancho más amoroso". Se transforma en nin-
ja y empieza a instalarse en un ritmo enloquecedor,
Ilega hasta a desnudarse en su afán de mostrar cómo
da las patadas. Enredado en un fundamentalismo
declamador, prosigue: "Profesor ninja, profesor nazi,
cruz nazi' , "me van a comprar un shofar","quién grita
más fuerte con el shofar". Se lo detiene en el shofar.
Él dice: "Moisés lo usaba para que los ieudim escu-
charan"
Se lo oye vociferar: *Yo toco el shofar más alto que
todos". "Voy a ser rabino". "Los nazis me pusieron
una cruz esvástica.
Deslizando el signifcante nazi, se le pregunta: "Qué
te pasó cuando naciste?". El responde: "Me operaron
del pito. ;Me pueden volver a operar?". Los padres
contaron que no se había podido hacer el ritual del
"bris" dadas las condiciones de Uriel al nacer. Ante las
batallas de los ninjas con los nazis, la analista intervie-
ne: "Entonces los nazis te reconocen como judío". Un
movimiento de búsqueda hacia el padre lo encamina-
rá hacia los textos del pueblo judío.
Un personaje jo, el ninja", lo hace combatir como
una era con esos imaginarios nazis, dando cuerpo a
un plus de goce tal que no hay traje que lo acote.
A partir de "los nazis te reconocen como judío", hay
un acercamiento al signi cante judio, a los textos bí-
blicos, un intento de suplir un ritual simbólico. El
despliegue toma la gura de la manía (una actividad
febril sin vector), pero la frase "los nazis te reconocen
como judío" produce una detención.
40 ¿SOBREVIVIR AL CONSUMO?
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En la escuela, Uriel se resiste a escribir. Su ser tiene
una consistencia de goce ("soy judío", "soy el ninja").
Esto muestra el intento de apresar el goce a través de
lo simbólico, pero a la vez señala su imposibilidad.
Al encuentro del Otro
La analista escribe "ninja' en un papel. Uriel pregunta
qué es eso. En este momento, ante un reclamo del
padre por la actuación escolar de Uriel, se lo hace pa-
sar a la sesión. Uriel hace un gran esfuerzo por mos-
trarle sus juguetes ninjas, pero el padre los arroja con
desprecio, diciendo: "son asquerosos, basura". Uriel
reacciona descontrolándose, luego se convierte en un
ninja que repite: "asqueroso", "basura".
Nombra a una mujer del personal de limpieza de su
padre, "la que recoge la basura'. Uriel juega a que es
ella y con mucha gracia dice: "Papá - papatzión -
palazón."
Su padre dice que Urieles su quinto hijo, que lo aga-
rró sin paciencia para escuchar. El humor de Uriel le
recuerda a su propio padre: "Mi padre decía, cuando
hablaba de Uriel, yo hablo en Yiddish y él no me entien-
de. El habla y yo soysordo, pero nos divertimos mucho.'
Es este el momento en que comienza para Uriel la
dialectizaciòn de su deseo. Hablarà de sus excesos,
que llamarà "la locura del karate".
Del damor ala fantasía
"Si yo fuera una mujer, me compraría una sola Bar-
bie". Uriel tomará una Barbie que pasa a ser una sir-
vienta a la que azotan.
Pregunta: Viste Pelé, el conguistador? Es un chico
que quiere ser grandioso, lo azotan. La mujer rica dice
que la sirvienta robaba huevos y leche. Ahora van a
azotar a la sirvienta. Me falta el látigo. El señor azota
a la sirvienta. Viene la hija, viene el hijo, viene el ninja
que no se podía sacar el disfraz".
El encuentro con el padre tocando lo asqueroso, la
basura, produce alguna pérdida que permitirá que el
niño se reencuentre con signi cantes sueltos que has-
 : _CLÍNICA: LA MARCHA DEL MUNDO EN LA VIDA
ta ahora sólo tenían valor de goce; se trataba de una
infnidad de rasgos e imágenes, pero nada hacía de
ellos un conjunto bajo el régimen del Otro. Rechaza-
do como ninja, reaparece como objeto de goce, como
sirvienta, como aquellos que se hacen cargo de la ba-
sura del padre, esto es, un objeto degradado dirigido
al Otro. El rechazo del objeto por parte del padre trae
otra vez al ninja encarnado en él, resto que arma con
ese judío que no pudo ser.
Uriel retorna a los diecisiete años. Esto me condujo
a precisar la pragmática de la función del objeto con-
siderando esta posición maníaca di cil de conmove,
aquella exaltación de este niño que bien podría remi-
tir a los que nos presenta Lacan: "En la manía se trata
de la ausencia de función de a y ya no simplemente
de su desconocimiento. Es eso por lo cual el sujeto
ya no es lastrado por ningún a que a veces lo entrega
sin ninguna posibilidad de escapatoria a la metonimia
in nita y lúdica, pura, de la cadena signi cante"".
Es curioso que este niño traiga al shofar como objeto,
pero aun si bien no alude al shofar en tanto paradig-
ma del objeto áfono, a esa voz separada del cuerno, su
decir abre una cuestión: me van a comprar un shofar.
Al detenerlo en ese elemento, dice: Moisés lo usaba
para que los ieudim lo escucharan.
Hay un torbellino, un llamado a Otro muy particu-
lar sin que él lo sepa. Podemos ver que el sujeto no
puede escucharse sin a veces perder los estribos de su
propia palabra. Moisés lo usaba para que los ieudim lo
escucharan.
La ceremonia del shofar trata de un lamado a la divi-
nidad, es para recordar a Dios.
Uriel dice: yo toco el shofar más alto que todos. El shofar
es aquí un elemento usado para el culto del yo. Sin
embargo, es esto lo que lo conduce a los nazis, permi-
tiendo así una entrada del analista, quien le pregunta,
valiéndose del desliz, qué te sucedió cuando nazis-te?
El relato del niño abre una temática que sus padres no
habían precisado. Es el niño el que resalta, que estas
operaciones impidieron la posibilidad de cumplir con
el ritual de la circuncisión.
Aun cuando hay elementos que aluden a aquellos ob-
jetos que conmemoran el objeto a podemos ver cómo
estos no están en función de a. Es muy claro aquí lo
que es un objeto imaginario entremezclado en el puro
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goce de la cadena signi cante. Pero vale destacar que
con este niño no pudieron cumplir con el ritual de
la transmisión judaica, aunque esto en sí mismo no
hubiera sido una garantía por el lugar en que Uriel
estuvo ubicado.
Quisiera recordar el valor que Lacan le otorga a la
circuncisión como paradigma de una marcación que
liga a una generación con las anteriores. El sujeto se
relaciona así con el campo del Otro a través de un
pequeño fragmento de carne en el real del cuerpo del
cual se desprende el prepucio. Pero aun aquello que
conmemora un corte no es un acto en sí mismo si no
hay un decir del Otro que lo instale como tal.
La construcción "los nazis te reconocen como judio
pudo de alguna manera reubicarlo en el reconoci-
miento simbólico, produciendo una paci cación: es
allí donde él le pide al padre la lectura de los textos
de la Torah. Sin embargo esto no alcanza para que el
sujeto haga un lazo.
El encuentro con el padre esceni ca que para que
haya lazo y que el sujeto no quede consumido como
objeto de goce, tiene que haber un objeto en relación
al deseo del Otro, cedido en una función separadora.
El clamor de este niño se transformaba en un chilli-
do que lo dejaba en la alienación o como objeto del
Otro.
Al mínimo intento de ceder algo, mostrar sus jugue-
tes y frente al rechazo paterno, el niño se viste con el
ninja, ropaje pegado al cuerpo. Pero alli surge un uso
de la palabra que abrirá otra dimensión. “Papá - pa-
patzión – palazón'", es allí donde el padre marca lo que
es una relación al Otro, recordando ese reírse entre
el abuelo y el niño sin entenderse. El objeto no es
la voz, porque están relacionados con el signi cante.
Pero la voz tiene parentescos con la entonación y sus
modalidades,
Aquello que logró el niño con su abuelo, no pudo
armarse en relación al Otro. El disposicivo analítico,
sin embargo, le permitirá desplegar su fantasía como
mostración frente a alguien, logrando que lo suyo
produzca algún enigma al que lo escucha.
Hay un entrecruzamiento con cl objeto voz como
agalma: la forma de hablar del otro, la enunciación.
Sin embargo, no deja de ser un objeto agalma, nunca
pierde del todo sustancialidad.
COLOFON 41
 Las vueltas del camino van a mostrar una veri cación.
Uriel vuelve a los 17 años muy preocupado por el
encuentro sexual. La presión de una joven lo desesta-
biliza y lo asusta. Empezará a contar que su verdadera
causa es el trabajo para la comunidad religiosa judía.
Allí conocerá a quien será su novia, a la que conside-
rará su futura mujer. Cuenta que decidió su inclusión
'a partir del encuentro con los rabinos, a quienes pudo
escuchar"
El padre agradece a su hijo haber encontrado el cami-
no como causa en relación a la religión. Hubo en este
punto un nuevo arreglo para estabilizarse, entendien-
do que su posición maníaca remitía a lo que Lacan
llama la elación maníaca, durante la cual no hay nin-
guna solicitud dirigida a nadie'.
Sin embargo, vemos cómo algo nuevo en la posición
de este sujeto desempeñó la apertura de otros episo-
dios. Aquella marca que funcionó como alojamiento,
"te reconocen como judio", se transformó en una orien-
tación: la religión.
42 ¿SOBREVIVIR AL CONSUMO?
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Siguiendo la pista del objeto en su despiste, se pro-
duce en el análisis un signi cante que permite una
nueva inclusión?. El silencio de ciertas ceremonias, el
enlacecon lamúsicajasídica-donde l se incluye por
primera vez con su canto- funcionaron como entra-
da en el deseo, permitiéndole una nueva versión, un
nuevo lazo.
Uriel ahora se nombra judio, este enlace con el silen-
cio en un sujeto donde estaba todo taponado, nos
permite pensar que en el corazón de esta función hay
una relación al objeto en su enganche real.
Notas:
1 Jacques Lacan, Seminario X, clase del 3-7-1963.
2 Ct. Jacques-Alain Miller, "Signos del goce" La defensa subjeti-
va, Pág. 97.
3 J.-A Miller, Jacques Lacan y la voz.
4 J. Lacan, "Le Sinthome", clase 18 de enero de 1975.
5 Sigo aquí como referencia el trabajo de Pablo Fridman y
Daniel Millas, "La exaltación maníaca" (pp. 81-87) en "EI
conciliábulo de Angers", apartado "La muerte del sujeto", de
Los inclasi cables de la clinica psicoan alitica. Paidós. Buenos
Aires, 1999.
 : LECTURAS CRÍTICAS
LecturaS críticas
SIGMUND FREUD- MAX EITINGON
CORRESPONDANCE1906-1939
Hachette - Littératures, 2009
Max Eitingon, el primer mensajero
Acaba de aparecer la traducción en francés de la co-
respondencia entre Freud y Eitingon, el primer men-
sajeroque visitó al solitario, como solía decir Freud.
Para comenzar, el análisis ambulatorio de Eitingon
con Freud fue muy breve. Se desarrolló por las ca-
lles de Viena en el otoño de 1909 y duró un mes y
medio. Pero la transferencia con Freud duró trein-
ta años. Durante todos esos ańos, Eitingon no tuvo
más que un sujeto supuesto saber y sólo un analista.
La relación con Freud fue el motor el centro de su
existencia. Su devoción inquebrantable para con el
creador del psicoanálisis lo impulsó a nanciar con
fondos provenientes de la fortuna familiar, las edicio-
nes internacionales de la Verlag. Durante la terrible
crisis económica y social de la post-guerra, Eitingon
creó, dirigió y nanció el policlínico psicoanalítico de
Berlín. Fundada en febrero de 1920, esta institución
tenía por objeto hacer accesible el psicoanálisis a los
desposeídos. Como el paciente debía jar por sí mis-
mo lo que podía pagar por su tratamiento, alrededor
de los dos tercios de los pacientes eran recibidos sin
contraprestación nanciera.
El policlínico de Berlín no era más que la primera eta-
pa hacia la creación del célebre instituto de enseñanza
que se le añadió a partir de 1923. Allí se formaron
Mélanie Klein, Siegfried Bernfeld, Franz Alexander,
Otto Fenichel, Rudolf Lowenstein, el analista de La-
can, y muchos otros psicoanalistas de la segunda ge-
neración. Esta correspondencia es pues también un
testimonio de la historia, a menudo desconocida, de
la primera institución psicoanalítica de la historia.
Sin lugar a dudas, sus cartas lo ponen de mani esto:
Eitingon amaba a Freud y también le temía un poco.
Así es que no osó oponerse a Freud en lo referente
a la formación de los analistas profanos. Presidente
vitalicio de la Comisión Internacional de Enseñanza
de la IPA, en funciones desde 1925, Eitingon creía
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verdaderamente que la uniformidad en la formación
de los analistas en las diferentes sociedades, permitiría
uni car (a-Unar) al conjunto del movimiento psicoa-
nalítico. Su inclinación por la regla universal ante la
cual todos son iguales, revela claramente la lógica de
la sexualidad masculina. Su atracción por los stan-
dards proviene de allí.
Con la llegada de los nazis al poder, Eitingon escribió
a Freud que pretendía cerrar el Instituto de Berlín.
Él no cedería a la indignidad subjetiva, no presen-
taría en tanto que judío su renuncia como director.
Sucedió algo muy diferente. Freud luchaba desde el
nal de la primera guerra para que la lengua o cial
del psicoanálisis no cediera ante la orientación hacia el
Oeste, es decir, a la supremacía de los anglosajones. La
carta en la cual Freud explicaba que era una parte del
surperyó de Jones y que este último no había dejado
de protestar por esta razón es un párrafo destacable
entre tantos otros.
Algunas semanas después de pronunciar los elogios
fúnebres por Ferenczi, Eitingon decidió irse de Ale-
mania dejando al Instituto en manos de dos indivi-
duos sin escrúpulos. Exiliado en Palestina en 1933,
Eitingon tuvo el coraje de comenzar de nuevo en
Jerusalén lo que anteriormente había comenzado en
Berlín.
Todas estas cartas nos arrojan en la vida cotidiana, en
las explosiones, en el dolor de la enfermedad, en la
preocupación, pero también la gran esperanza de dos
hombres que lucharon sin descanso para lograr que el
psicoanálisisexistieraen la civilización. a
Laura Sokolowsky
Traduccióndelfrancés: Liliana Ventriglia
COLOFON 43
 VIDA DE CONSUMO
Zigmunt Bauman
Fondo de cultura económica
Buenos Aires, 2007
"Los más desposeidos, los más carenciados, son quizás
quienes han perdido la lucha simbólica por ser reco-
nocidos, por ser aceptados como parte de una entidad
social, en una palabra, como parte de la humanidad".
Esta cita de Pierre Bourdieu, de sus "Meditaciones
Pascalianas, antecede al desarrollo del libroy es la
médula de la preocupación del autor, que dedicará
sus re exiones nales a la llamada infra-clase o los sin
clase. Los que no "ganan' un lugar como producto
de consumo.
La sociedad post-moderna atravesada por el sis-
tema capitalista en los países occidentales, opuesta a
la otrora sociedad de productores, ahora sociedad de
consumo, y l mercadodirigiendo a loshombresy
a sus acciones a ser solamente bienes con valor de
cambio, es la idea rectora de la obra.
Zygmunt Bauman, judío polaco nacido en 1925,
es profesor eméito en la Universidad de Leeds y en la
de Varsovia, aunque ha enseńado Sociología en Cana-
dá, Estados Unidos, Israel y otros países. Es un refe-
rente de los debates socio políticos contemporáneos.
Un pensador. Sus conceptos de amor líquido, vida
líquida, miedo líquido, apuntan a la fragilidad de los
vínculos humanos en una época que ha tomado la
moda como modelo de funcionamiento. Lo nuevo, el
descarte, el escaparate, la fugacidad, el instante, son
valores supremos en la vida cotidiana.
El planteo inicial está apoyado en tres casos to-
mados de periódicos de la época. Uno, sobre la ciber-
vida, o vida inalámbrica de los jóvenes que exponen
su intimidad; el segundo, sobre las clasi caciones de
clientes de las empresas multinacionales por su nivel
de adquisición y en relación a ello, el nivel de la aten-
ción que se les ofrece; y el tercero, sobre las normas
de inmigración de acuerdo al dinero para invertir más
allá de otros atributos de los postulantes. Casos que
dirá son aparentemente disímiles, pero dónde un mo-
tivo los conecta y es que, en todos ellos, el producto
que están dispuestos a promocionar y poner en venta
en el mercado no es otra cosa que ellos mismos.
Serán simultáneamente los promotores del pro-
ducto y el producto que promueven, son los encarga-
dos del marketing y de la mercadería, vendedor ambu-
lante y artículo en venta. El examen que los hombres
deben aprobar hoy para acceder a premios sociales es
ser capaces de atraer más clientes y generar demanda.
44 ¿SOBREVIVIR AL CONSUMO?
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De ne al consumo como inherente a la vida en todos
los tiempos pero que con la revolución consumista,
como señala Colin Cambell, éste se convertirá en el
propósito mismo de la existencia.
Crea el tipo ideal (citando a Max Weber) de so-
ciedad consumista, como concepto herramienta de
análisis social. Como constructo que no coincide con
lo que llama el fenómeno real pero permite pensarlo.
Consumismo será entonces un acuerdo social, prin-
cipal fuerza de impulsoy operación humana contem-
poránea.
Desarrolla los valores de la sociedad de produc-
tores, los que se preparaban a sostener, permanecer,
durar, guardar, almacenar. Cajas fuertes, brillantes,
metálicas. Sociedad moderna sólida de comienzos del
siglo XX.
En oposición a cllos están los de la sociedad mo-
derna líquida actual, que generan productos con ob-
solescencia incorporada.
Es interesante la manera en que presenta al tiem-
po contemporáneo. No es de continuidad dice, sino
de puntos, de instantes, discontinuo y má especial-
mente de un puntillismo a explotar tipo big bang,
tiempo potencial. Aquí la posesión es un lastre, el
pasado un peso. Esto lleva al apuro no sólo del ad-
quirir sino del descartar. La urgencia es por eliminar
y reemplazar, no perder oportunidades. Como en la
Leonia de Italo Calvino.
En el gobierno de los mercados de cambio, todo
crece exponencialmente, la información, los ruidos,
las oportunidades y las desilusiones.
La patología que llamará melancolía o actitud dis-
placentera se dará, dice, por el choque entre la obliga-
ción, compulsión, adicción a elegir y la imposibilidad
subjetiva de realizarlo. Yugo hedonista que impulsa
a ser feliz mientras socava la con anza, aumenta el
miedo y la desafección.
Señala dos mecanismos del mercado para favore-
cer su sistema, devaluar lo que ha sido recientemente
promovido con bombos y platillos o generar ventas
que incluyan otras ventas. Conduciendo a la compul-
sión y a la adicción.
Su planteo central es sobre lo que ocurrirá a quie-
nes son consumidores fallados, quienes no pueden
armar su perhil para ser un producto a consumir.
Dirá que en la sociedad consumista se bombardea
a consumidores sin distinción de sexo o edad para
que consuman tal o cual producto hoy y ahora, ya, si
pretenden ocupar la posición social que preserve su
autoestima. Todos pueden hacerlo, no hay más que
"elegir bien" por lo tanto si no son ganadores, si son

perdedores, se los excluirá al punto de no interesarles
su desaparición.
En una sociedad que no se responsabiliza, no ve
lo que margina, es decir, que deja fuera de la vista a
los abandonados a los innecesarios, luego pensados
como ajenos, hostiles, saqueadores, incendiarios, cri-
minales.
El concepto de daños colaterales, importado del
lenguaje militar, pertenecerá a una no moral en los
cálculos previos a una acción. Serán, sin embargo,
evaluados en los planes económicos del mercado
como tales, daños que gestan gente ya no de clase
baja, sino, desclasados.
Algunos puntos de conversación con este atractivo
texto pueden iniciarse desde la apuesta que Jacques
Alain Miller hace en El Banguete de los Analistas cuan-
do en Clinica de la Civilización llama a estar a la altu-
ra de salvaguardar el psicoanálisis estructurando im-
passesallí dónde impera la voluntad de goce. Enuncia
entonces el deseo del analista como opuesto al deseo
perverso.
gunas voces desde el Campo Freudiano han
comenzado el trabajo, Eric Laurent en la Apuesta
al Congreso del 2008 re riéndose al hedonismo mo-
derno con su horizonte autista y mortífero del goce
donde la compulsión se convierte en adicción; insta
a un nuevo lazo, el del discurso analítico en la trans-
ferencia. Marisa Alvarez en la Colofön 27, llama a
trabajar por el inconsciente intransferible en el lugar
del trabajo por el goce.
Darío Salamone, en Virualia 17 opina que Bau-
man exagera y que el sujeto siempre encontrará su-
ras por dónde volver, es interesante porque esto en-
carna lo que Miller llama el impasse por el pase, ya
que Salamone es un analista que nos ha testimoniado
recientemente del suyo. El psicoanálisis en el caso por
caso ubicará lo intransferible, lo inclasi cable del su-
jeto no importa en que condición social esté. Plantea
un tratamiento de lo real llamando a una pragmática
diferente a la de la ciencia y la Sociología, una prag-
máica advertidade lo irreductible. a
Esmeralda Miras
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LECTURAS (CRÍTICAS
LA CULTURA DEL NUEVO CAPITALISMO
Richard Sennett
Editorial Anagrama, Barcelona, 2006
¿Está la nueva economía creando una nueva políti-
ca? Se escoge a los políticos como se escoge la ropa
nueva?
Estas dos cuestiones inauguran el tercer capítulo de
este libro, "Políticas de consumơ, capírulo que ha
captado especialmente nuestra atención. En "La cul-
ura del nuevo capitalismo se recogen una. serie de
conferencias que el autor pronunció en 2004 en la
Universidad de Yale, en las que desarolla fundamen-
talmente tres temas: cómo están cambiando las ins-
tituciones, cómo en la "sociedad de las habilidades"
los temores a estar de más o a quedarse atrás se rela-
cionan con el talento, y la relación entre la conducta
de consumo y las actitudes políticas. En relación a
este último punto, el autor se propone considerar al
ciudadano como consumidor de política que afronta
las presiones que lo impulsan a comprar.
Sennett caracteriza este empuje al consumo como
"una pasión que se autoconsume" y que se ve forta-
lecida por la economía, tanto en las grandes super-
hcies como en la política. En esta pasión se dan la
mano "el hartazgo y el derroche". El deseo por las
cosas decae al poco de haberlas conseguido, la pér-
dida de un objeto no se vive como tal, puesto que se
trata de bienes estandarizados fácilmente sustituibles,
situando como central en esta pasión no tanto la cosa
en sí sino el proceso mismo de su búsqueda. Así, dice,
el consumidor se asemeja a un turista que va de una
ciudad clónica a otra visitando en ambas las mismas
tiendas y comprando los mismos productos: pero ha
viajado. Este planteamiento no deja de recordarnos al
carácter circular del trayecto pulsional, donde la satis-
facción se sitúa en el recorrido mismo de la pulsión,
y donde -como señala Lacan en el Seminario XI- el
objeto "que con demasiada frecuencia confundimos
con aquello sobre lo que se cierra la pulsión, no es
otra cosa más que la presencia de un hueco, de un
vacío, que, según Freud, cualquier objeto puede ocu-
par, y cuya instancia sólo conocemos en la forma del
objeto a".
A diferencia de los atenienses, que separaban el lugar
donde hacían la política del espacio económico pues
pensaban que la actividad económica debilitaba la ca-
pacidad del pueblo para la política, Sennett plantea
COLOFON 45
 que actualmente el corazón de la política es la merca-
dotecnia. El político se sirúa en el mercado de manera
que su compra resulte fácil.
A partir de esta tesis, Sennett va a establecer un para-
lelismo entre el empuje al consumo en el mercado de
las cosas y en el mercado de la política. Este empuje
se lleva a cabo en dos sentidos: a través de las marcas,
ya través de la atribución de poder y potencialidad a
las cosas que se van a comprar.
El sistema de marcas trata de que un producto bási-
co que se vende en todo el mundo parezca distinto,
trata de disimular la homogencidad magni cando "la
pequeña diferencia". Así, los conceptos de "platafor-
ma' y "dorado" que en el mercado de las cosas desig-
nan respectivamente al objeto básico y a los cambios
super ciales que se le imponen a éste y que operan
como distintivo y lo convierten en producto de una
marca determinada, en el mercado de la política no
sería otra cosa que lo que se hace hoy en día con los
partidos políticos. La retórica de los partidos políticos
insiste en el dorado de las diferencias -apoyándose en
la magni cación de los símbolos-, siendo esto lo que
estimula a los votantes y a los medios de comunica-
ción. Sin embargo, una vez en el poder se comportan
parecido, razón por la que Sennett, sitúa del lado de la
plataformaelllamado"consensopolítico", en l que
entrevé la indiferencia como la debilidad de la política
derivada del nuevo capitalismo, en el que poder y au-
toridad se separan.
Una de las consecuencias de esta superposición entre
comportamiento político y consumista es la obsesión
de la prensa y el público por las características perso-
nales de los políticos, enmascarando la historia y las
actuaciones del político en el ejercicio del poder.
El segundo signo que trae Sennett de la pasión por el
consumo es el establecimiento, a través de la identi-
cación, de una conexión entre la potencia material
del objeto -con capacidades que el comprador nunca
llegará a utilizar- y la capacidad potencial de un indi-
viduo. Esto lleva a que el consumidor que cede a la
pasión por el consumo en vez de arreglar las cosas que
presentan algún problema o incluso respecto a aque-
llas que funcionan bien, se deshaga de ellas en aras del
nuevo producto más potente. Del mismo modo, el
ciudadano-consumidor puede retirar su compromiso
cuando los problemas políticos se vuelven di ciles o
resistentes.
46 ¿S0BREVIVIR AL CONSUMO?
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Esto le lleva a una interesante distinción entre el arte-
sano y el consumidor actual. El artesano quiere enten-
der porqué una pieza no funciona, de tal modo que
esto constituye para él un problema en el que se siente
implicado y comprometido. Pero cuando los ciudada-
nos actúan como consumidores modernos dejan de
pensar como artesanos. En la esfera del consumo se
compra algo porque es cómodo, siendo innecesario
molestarse en saber cómo funciona ese objeto. Sin
embargo, observa el autor, la comodidad del usuario
embrolla la democracia, que requiere que los ciudada-
nos estén dispuestos a hacer un esfuerzo para descubrir
Cómo funciona el mundo que los rodea. Concluye así
planteando que la economía crea un clima político en
el que a los ciudadanos les resulta di cil pensar como
artesanos,temaestede su último libro. e
Gracia Viscasillas
HOMO SAMPLER, TIEMPOY CONSUMO EN LA ERA AFTERPOP
Eloy Fernández Porta
Ed. Anagrama. Barcelona 2009
Elobjeto "pop"y la cultura de masas
Si de ubicar se trata, este libro lo podríamos colocar
en la categoría de los cultural studies, llamados así,
porque no son clínicos, sino que se dedican a la subli-
mación contemporánea... analizan los objetos de consu-
mocultural...señuelos ue prodiga la civiliazación para
colonizar el lugar de das Ding, del goce imposible.. y
aclaran.. una de las caras del malestar de la civiliza-
ción o participan de él J.-A. Miller, La experiencia de
lo real en la cura psicoanalitica (2003), pág. 204).
El autor de este libro, crítico cultural, lector de Lacan,
Freud, Zizek..., hace un estudio de los fenómenos de
actualidad literaria y sociológica en aras de componer
una propuesta estética general que no sea excluyente.
Se trata de que estén presentes en la batalla dialécti-
ca las diferencias y contraposiciones entre el mundo
del arte y los medios de comunicación, ya que ambos
campos son similares en su dominancia.
El eje principal se centra en el paradigma de la cultura
pop, periclitada, según ciertas aportaciones creativas
y conceptuales. "Sí, pero..." ahí sigue, señala el autor,
a pesar de las transformaciones sufridas por la cultura
de masas universal, y la subdivisión de micro-culturas
mutantes concomitante.
El efecto de los media se está neutralizando con el

auge de los meta-medios interactivos, generando así
una "proyección catódica o digital del sujeto o broad-
cast yousrself elevándolo a la categoría de espectador
privilegiado, de estrella instantánea, en un sistema
unipersonal pero omnipresente". No obstante, el de-
clive forma parte de la lógica de la crítica deconstruc-
tivista evocada por Fernández, a saber: todo modelo
está hecho para caer en desuso y la comunicación
masas no es una excepción.
Dichos factores han contribuido a la rede nición del
"objeto pop", producto publicitario, informativo o
artístico, que fue considerado como "simple", "inme-
diato", "super cial", atributos que han sido sobrepa-
sados por la emergencia de nuevos objetos de consu-
mo actual, que contienen aditivos de la herencia del
pop, entendida como una tradición que acabó con el
canon de la Alta Cultura.
La Alta Cultura pasó a las catacumbas underground,
pero resurgió utilizando los canales del sistema, re-
con gurándose para propagar una nueva sustancia
que desalojó a los héroes del pop. En opinión d
Fernández Porta, el cambio de siglo está marcado y
condicionado por la tendencia a la liviandad
información, estructurada y problematizada como un
saber académico.
Al rastrear en el más allá del pop, en las manifestacio-
nes literarias, concretamente en las cciones aplicadas
en publicidad con nes comerciales, -sin olvidar las
cciones artísticas de nidas como con ictivas res-
pecto a las anteriores- llega a la conclusión
"hablar de cultura de consumo es hablar, en primer
lugar, de un impulso primordial: el de devorar".
El objeto a sublimar por la cultura
El impulso primordial devorador, el autor lo sitúa en
los origenes de la creación literaria occidental, cuyo
ejemplo queda ilustrado por el teatro de Aristófanes,
en cuyas obras intenta "devorar a Eurípides".
su interpretación, la comida se presenta entre am-
bos autores de la literatura griega, como una forma
de con icto entre dos concepciones de la cultura: la
conservadora (dramaturgo cómico) y la progresista
(Medea) "que corrompe a la juventud ateniense.
Todo acto de crítica cultural incorpora el mismo pro-
ceso de devorar para que se produzcan las transforma-
ciones sociales. De la época de la tragedia a la época
del pop, uno de los cambios producidos es que se
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_LECTURAS CRÍTICAS
come de otra manera. La cultura pop marca un hito,
la voracidad se aligera y la comida queda reducida a
comida ligera, a las comidas poppy de la infancia, di-
ferenciada de la alta cocina literaria. La hamburguesa
globalizada es el icono de la economía mercantil, con-
virtiéndose en objeto preferido para las producciones
artísticas del afterpop.
de
Siguiendo el principio de devoración: todo acto de
crítica cultural, ha de ser equivalente al proceso de
devorar; servirá como modelo explicativo para dedu-
cir "en qué carne" se realizan los intercambios nan-
cieros, al hilo de una de las obras de Shakespeare.
Para dar algún ejemplo, evoca una fotogra a extraída
de la obra central de una serie, en un proyecto multi-
media, titulado Exporting democracy. Se trata de una
mujer africana rodeada de un grupo de hombres blan-
cos donde uno de ellos le coloca una hamburguesa en
el muslo. Imagen ambigua donde las haya, las man-
chas de ketchup mancillan el blanco del vestido, dán-
dose a ver, según la lectura del autor, dos vertientes:
por un lado, el colonialismo occidental devorador, sin
verter gota de sangre alguna, y por el otro, la imagen
de la de la hamburguesa surgida como por arte magia.
Esta lectura, remite a una de las escenas inales de El
Mercader de Venecia, donde Antonio se compromete
a saldar una deuda con una libra de su propia carne.
Se le plantea la pregunta "pero cuắnto vale una libra
de carne humana?" Porcia le da una estrategia al perso-
naje Shylock para evitar que cobre a sus deudores con
de que carne y sangre. Le dice: prepárate a cortar la carne; no
viertas sangre y no cortes ni más ni menos que una libra.
La metáfora de la libra de carne, también está escri-
ta en la obra de Lacan, quien la usó como metáfora
del precio que paga el ser hablante al estar parasitado
por la estructura del lenguaje, operador del primer
corte simbólico que afecta a los anclajes del cuerpo,
Según por estar sometido a la función de la palabra, por ser
un parletre. La inscripción simbólica es la marca del
sacri cio de algo del orden de la materialidad de su
cuerpo, -de su condición de ser viviente- exigido por
el lenguaje. La pérdida de goce queda sellada con "su
buena libra de carne".
El autor hace un símil entre la metáfora de la libra de
carne y la voracidad de las antiguas colonias, las cuales
siguen pagando con moneda de carne su deuda histó-
rica: trá co de esclavos, en de nitiva, de cuerpos. El
COLOFON 47
 cuerpo hace la crítica del mundo (Octavio Paz), por
lo tanto, concluye Fernández, las cicatrices y amputa-
ciones del cuerpo del Tercer Mundo o cian la crítica
-carne y sangre- de la comilona occidental.
No obstante, el autor también es crítico con la estrate-
gia que utilizan los diseñadores para remover concien-
cias. Considera que forma parte de un fenómeno que
él denomina UrPop. Recurre al pre jo alemán Ur, en
tanto designa la cualidad arcaica, primordial de un
sustantivo. Y en este punto, el autor hace una alusión
al psicoanálisis en general, señalando que la partícula
Ur la ha asumido en sentido extenso, para referirse a
un "original inaccesible", los afectos primitivos que
pueden emerger en un espacio ultramoderno. Le sirve
de ejemplo un proyecto de un grupo de diseñadores
llamado “El Proyecto McDonald's', una línea de fal-
sos productos, objetos-regalo de dicha marca para sa-
tirizar su lógica económica y el estilo que la representa
(las "Burguerettes", el jueguete Toy, una tosca talla de
madera de un indio yanomami (Brasil).
Lo primitivo, según Fernández Porta, quedó anulado
en el ámbito académico y renace de forma fructífera
en la sociedad de consumo.
Con esta idea general y amplia, acotan "lo anterior a
la civilización, lo incivilizable" que incluye lo mítico y
lo atávico, lo Folk, lo rural, lo no urbanizado. Lo pri-
mitivo, -para el psicoanálisis de orientación lacania-
na, sería la emergencia de lo real, aquello que no cesa
de no escribirse-, adquiere formas como el simulacro,
el trauma o la irrisión. Unas veces aparece tecnológi-
camente producido, integrado en el infotainment, y
otras, cobra la forma de un retorno del pasado, -lo que
Freud denominaba el retorno de lo reprimido.
La tesis del autor es que la cultura comercial está
inmersa en una batalla por la tenencia, querencia y
explotación de lo primitivo. Pone como ejemplo los
publicistas de McDonald's haciendo uso de simula-
cros de objetos primordiales producidos en serie. Y en
contrapartida, los diseñadores fabrican una "respuesta
crítica con el n de sacar a la luz el reverso, lo ilusorio
de los conceptos publicitarios. Sin embargo, señala el
autor, no por ello se sale de la lógica del simulacro, de
lo remoto en el tiempo y en el espacio.
La rítica del rebozo
La información y denuncia como propuesta contra-
cultural no deja de ser un fenómeno cali cado por
Fernández Porta como efecto del fantasma ideológico.
48 ¿S0BREVIVIR AL CONSUMO?
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Se re ere al mundo documental dedicado a sacar a la
luz injusticias, fraudes, tejemanejes, etc., aquello que
está dentro del envoltorio informativo.
Los objetos brillantes y novedosos del Pop de los se-
senta caen como estrellas fugaces y el TraschDeLuxe
promueve lo vulgar, lo escatológico, lo aberrante y el
lugar de la estrella del pop lo viene a ocupar "el cate-
to rebozado de estrela". Traen lo nuevo fagocitando
lo anterior, pero son formas estéticas convertidas en
visiones del mundo. La cultura se convierte en el ver-
tedero elevado al popo recogedor de basura.
Los fenómenos estéticos son recolectores de iconos
para soñar una comunidad, son laboratorios de so-
ciología. Su objeto último es imaginar lo colectivo en
una época en que la distancia virtual, la transforma-
ción de las relaciones interpersonales y la muerte del
espacio público hacen inviable la idea de lo colectivo.
Tesis próxima a la del sintagma "La realidad psíquica
es la realidad social" enunciado por J.-A. Miller en su
presentación Hacia Pipol 4...
El objeto basura parece con gurar una subcultura,
sin embargo, crea un sentido de la comunidad por
vía negativa. El primitivismo reinventa el sentido del
grupo a partir de la horda primordial. Y respecto a
la percepción del tiempo, para el autor, se trata de
mostrar la manera en que la vivencia mediática ge-
nera una "colectividad sincronizada". En contrapar-
tida, los intentos artisticos tratan de des-sincronizar
y redescubrir la peculiaridad del propio tiempo y así
nacen micro-comunidades resistentes.
Fernández Porta utiliza neologismos marcando una
diferencia simbólica y una refexión histórica respecto
de otras descripciones anteriores, ante fenómenos se-
mejantes. Intenta conciliar fenómenos de actualidad
literaria y sociológica, buscando el camino de una
propuesta estética general.
Y la gura del homo sampler zqué representa? Se
aproxima al plagiador de voces, pero en el sentido de
estar abierto a las infuencias del paisaje mediático.
También el ciudadano Homo Sampler es aquél que
toma conciencia de las manipulaciones y responde
a ellas con la baja tecnología del arte y las prácticas
contestatarias.
Carmen Alda
 : _NOTICIAS DE BIBLIOTECA
Noticias deBiblioteca
Bibliotecas de la FIBOL, lo común y lo particular
Desde el Encuentro de Buenos Aires (abril del 2008),
las Bibliotecas de la Orientación Lacaniana, aquí y
allá, en Europa y en América, de este ladoy del otro
lado del charco, realizan trabajos comunes y actúan
en lo particular de las ciudades en las que están im-
plantadas.
De entrada, preparan los Encuentros del Campo
freudiano. Consienten así, una por una, en dejarse
orientar por los vectores que lanzan el trabajo de la
comunidad analítica hacia esas citas de apuesta no
anónima para dejarse enseñar por las consecuencias
para el lazo social de la objeción contemporánca, sis-
temática y estructurada, al inconsciente freudiano.
De esa forma, las Bibliotecas brasileiras han redactado
su "Bibliogra a ponderada' y algunas de las Biblio-
tecas argentinas su "Bibliogra a razonada", para el
Encuentro Enapaol, y algunas de las Bibliotecas espa-
holas sus "recensiones bibliográ cas" para PIPOL 4.
Se trata de la recomendación de una serie de lecturas
puestas al servicio de la comunidad analítica que pre-
para los Encuentros, pero también podemos pensar
que ese generoso esfuerzo de precisión y rigor bien
pueden servir en el futuro para orientar a las jóvenes
gencraciones que se acercan al psicoanálisis para de-
sarrollar sus trabajos de investigación y estudio sobre
los temas abordados.
Entre las tareas comunes nombraremos también la
lista Inter-cambios de la FIBOL, nuestro escaparate,
nuestra conexión electrógena, el lugar cibernético en
el que más de 400 colegas reciben cada día las recen-
siones de actividades, los anuncios de iniciativas, la ri-
queza acrisolada del quehacer de los colegas en las di-
ferentes Bibliotecas. Recordar, una vez más, que para
enviar mensajes al conjunto de colegas inscritos en la
Lista basta con marcar la siguiente dirección: Inter-
cambios@yahoogroups.com. Adriana Testa en Améri-
ca y Jesús Ambel en Europa hacen de moderadores de
esta Lista creada en su día por Juan Carlos Ríos.
Hablamos de una lista de distribución que está en
permanente renovación y mucho más ahora que se
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han ido produciendo las permutaciones en los equi-
pos y en los responsables de las Bibliotecas. Para los
Encuentros próximos tendremos que ponernos al día
en esa tarea de ubicación en serie de los efectos de las
permutaciones.
Hasta aquí la recensión de las tareas comunes, demos
paso ahora a las particularidades. Un campo de par-
ticularidades en el que encontramos las agradecidas
sorpresas.
Nombremos, para comenzar, la Biblioteca de la ECF
en París. Un cjemplo de cuidado organizativo de los
fondos documentales y de su puesta a disposición del
público en general que ha organizado, bajo la nueva
batuta de Marie- Claude Sureau, una interesante serie
de "soirées" con el eje de re exión de la intersección
entre psicoanálisis y sociedad.
Sigamos por México. La Comisión de Biblioteca de
la Asociación Lacaniana de Estudios Psicoanalíticos,
el grupo asociado a la NEL, con el impulso de Ana
Viganó, nos ha mantenido informados puntualmen-
te de un interesante "proyecto de formación" de la
Biblioteca que ha tenido en sus "Encuentros en la Bi-
blioteca 2009" el punto de conexión mensual con la
Universidad y un novedoso "radar ALEP" como me-
dio de difusión de iniciativas en el Distrito Federal.
En este orden de nombrar las Bibliotecas pequeñi-
tas' pero incisivas sobre lo que se trata, hacemos men-
ción a las iniciativas de Bahía y su Ciclo de Cine; la
de Houston y su "Seminar on Psycoanalysis Studies";
la Biblioteca de Ushuaia y sus sendos "Ciclo de Bi-
blioteca" y "Ciclo de Conferencias de Biblioteca"; la
Biblioteca de Rosario y sus "Noches de lectura'; la de
Pergamino y sus presentaciones de libros; la del "Dr.
Henoch Bringas" en Córdoba que organizó la pre-
sentación de la revista "Mediodicho y, en el marco
de la actividad "La primera revista oral de Córdoba"
(en referencia a Macedonio Fernández) hizo, luego,
la presentación de Colofón 28; la de Santa Fe y su
ciclo de "Noches de Biblioteca en torno a Macedo-
nio Fernández; la Biblioteca Austral de Psicoanálisis
en Río Gallegos, con sus presentaciones de libros y
COLOFON 49
 las Lecciones de Introducción al Psicoanálisis; la Bi-
blioteca de Miami que organizó un Curso de verano
sobre "Los objetos que nos consumen'; las bibliotecas
de Castilla y León y de Zaragoza y sus "Cursus de Psi-
coanálisis"; la Biblioteca de A Coruña y su "Taller de
investigación"; las de San Sebastiány Granada y sus
respectivos "Cidos de conferencias" que, en el caso de
Granada, tenemos a disposición en la red a las pocas
horas de que se impartan; la Biblioteca de Bilbao y
sus "Tardes de Biblioteca"; la de Málaga y su exitoso
"Curso de Psicoanálisis"; la de Sevilla y su "Taller de
Psicoanálisis y Filoso a".
Demos cuenta entonces de las Bibliotecas grandes"
pero que cuidan los detalles. Tenemos así informa-
ciones sobre la Biblioteca de Barcelona que, el a su
trayectoria, ha redactado la bibliografa de la "Con-
versación Clínica" del Instituto del Campo Freudiano
en España, prosigue con su "Mesa bibliográfca" de
difusión de las publicaciones, su "Ciclo de conferen-
cias" y sus clásicos "Cursus de psicoanálisis" cuatri-
mestrales y las "Presentaciones de libros'; la Biblio-
teca de Madrid que sigue abierta decididamente a
la ciudad con sus "Presentaciones de libros" de los
50 ¿SOBREVIVIR AL CONSUMO?
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que disponemos de reseñas muy bien narradas, sus
participativas "Mañanas de trabajo en la Biblioteca"
y sus rompedores "Encuentros en la Biblioteca"; la
Biblioteca de Valencia que hace "Tertulias de cine",
"Encuentros de lectores", "Cicdo de charlas de actua-
lidad" y una "Mesa de lectura" acompañando el Se-
minario del Instituto en la ciudad; la Biblioteca de
Bogotá, muy activa en estos meses, con sus "Ciclos
de conferencias en la Alianza Francesa y en la Uni-
versidad" y sus "Tertulias"; la Biblioteca de Medellín,
que prosigue el impulso lanzado en su día, con sus
ediciones de "Cursos de psicoanálisis' y de la "Revista
Le.t.ta', su espléndido "Programa de radio" que al-
canza ya las 200 emisiones de "Conversaciones coti-
dianas"; las bibliotecas de Buenos Aires, la de la EOL
y la del Centro Descartes, que como es marca de las
respectivas casas, continúan con las actividades habi-
tuales que impregnan el tejido callejero de una ciudad
memorable para el psicoanálisis.
Un panorama pues que ilustra lo vivo de unas Biblio-
tecas que, como dice el tango, son como "l viento
[que] ama las distancias".
Jesús Ambel

Bibliotecasde la
BIBLIOTECAS MIEMBROS
ESCOLA BRASILEIRA DE PSICOANÁLISE
BIBLIOTECAAÍLSON BRAZSENA (EBP-MINAS GERAIS)
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30180-160 Belo Horizonte (Brasil)
Tel: (031) 32 92 57 76 Fax: (031) 33 37 33 68
E-mail: ebpmg.bhe@terra.com.br
BIBLIOTECA DA EBP-BAHIA (EBP-BAHIA)
Avenida Euclides da Cunha 55, 1° andar Graça
Cep: 41150-120, Salvador-Bahia (Brasil)
Tel: (71) 23 590 20 Fax: (71) 24 781 41
E-mail: ebpbahia@terra.com.br
BIBLIOTECA DA EBP-RIO DE JANEIRO
Rua Viúva Lacerda nº 117, Rio de Janeiro (Brasil)
CEP: 22.261-0506
Tel: (021) 25 39 27 21
e-mail: ebprio@ebprio.com.br
BIBLIOTECA DA EBP-SAO PAULO
Rua Presidente Pruedente, 48- Jardins - 01408-030
Sao Paulo SP (Brasil)
Tel/fax: (011) 38 7339 09
e-mail: ebpspeuol.com.br
ÉCOLE DE LA CAUSE FREUDIENNE
BIBLIOTHÉQUE DE LA ACF-BELGIQUE
43, rue de Gravelines 1000 Bruxelles (Belgique)
Tel/fax: (332) 230 28 71
BIBLIOTHÈQUE DE L'ACF- MASSIF CENTRAL
11, rue Gabriel Péri 63000 Clermont Ferrand (France)
Tel: (33) 04 7324 40 fax: (33) 04 7319 2441
BIBLIOTHÈQUE DE L'ÉCOLE DE LA CAUSE FREUDIENNE
1, rue Huysmans 75006 Paris (France)
Tel.: (33-1) 45 49 02 68 Fax: (331) 42 84 29 76
e-mail: biblio@causefreudienne.org
Web: www.causefreudienne.org
http://ect.base-alexandrie.fr/
fi
BIBLIOTECAS
Listado de Bibliotecas a 5 de mayo de 2009
ESCUELA LACANIANA DE PSICOANÁLISIS
BIBLIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO DE BARCELONA
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C Berasategui 1, 2* dcha. dept.4 y 5. 48001 Bilbao (España)
Tel.: (34) 94 423 94 92
E-mail: elp_bilbao@mundivia.es
BIBLIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO DE GRANADA
Pedro Antonio de Alarcón 91, 10 Derecha, 18003 Granada
Tel.: (34) 958 20 57 29
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Web: www.andalucialacaniana.com/bibliogranada.htm
BIBLIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO DE MADRID
Gran Vía 60, 2° Izqda. 28013 Madrid
Tel.: (34) 91 559 14 87
Web: www.elp-sedemadrid.org
e-mail: biblioteca-cdm@arrakis.es
ESCUELA DE LA ORIENTACIÓN LACANIANA
BIBLIOTECA DE LA ESCUELA DE ORIENTACIÓN LACANIANA
Av. Callao 1033 piso 5 Buenos Aires (Argentina)
tel: (54-11)814 45 39
fax: (54-11) 815 43 00
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web: httpl/www.eol.org.ar/
BIBLIOTECA FREUDIANA DE SANTA FE
Bv. Gálvez 2147, (edi cio de la Alianza Francesa)
3000 Santa Fe (Argentina)
fax: (54) 342 4564506
e-mail: eolsantafe@unl.edu.ar
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(Argentina)
Tel: (54) 051 25 66 62 Fax. (54) 51 24 45 43
COLOFON S1

INSTITUTO DEL CAMPO FREUDIANO EN
ARGENTINA
BIBLIOTECA DEL CENTRO DESCARTES
Billinghurst 901, (1174ABQ)
Ciudad de Buenos Aires-Argentina
Tels.: (54-11) 4861 6152/(54-11) 48637574
e-mail: biblioteca @descartes.org.ar
Web: www.descartes.org.ar/biblioteca.htm
Blog René:
http//bibliotecadelcentrodescartes.blogspot.com
Lista Descartes: descartes@eListas.net
SCUOLA LACANIANA DE PSICOANALISI
BIBLIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO DE ROMA
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Tel: (39 06) 678 67 03 Fax: (39 06) 678 66 84
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BIBLIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO DE MILAN
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BIBLIOTECAS ADHERENTES
ÈCOLE DE LA CAUSE FREUDIENNE
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Tel/fax: (33) 5 56 01 20 58
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ESCUELA LACANIANA DE PSICOANÁLISIS
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Tel/fax: (34) 976 21 00 03
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Telf: 610576536
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52 ¿SOBREVIVIR AL CONSUMO?
fl
BIBLIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO DE LA CORUÑA
Plaza de María Pita 16, 1° Izda. 15001 La Coruña (España)
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e-mail: maricruz@forumpsimu.com
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BIBLIOTECA FREUDIANA DE SAN SEBASTIAN
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O Padilla,8 - 2°,46001 Valencia (España))
Tel.: (34) 96394 46 28
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ESCUELA DE LA ORIENTACIÓN LACANIANA
BIBLIOTECA DE LA EOL-ROSARIO
d Jujuy 1610. 2000 Rosario (Argentina)
tel/fax: (54 341) 440 2674
e-mail: eolrosario@arnet.com.ar
 BIBLIOTECAS

E-mail biblioteca: biblionel@gmail.com

INSTITUTO DEL CAMPO FREUDIANO EN BIBLIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO DE MEDELLIN

ARGENTINA Edi cio El Rectángulo Calle 498 No. 648-112 (201)

Tel.: (57-4) 260 18 72 y 260-31-74
ASOCACIÓN CUYANA DE ESTUDIOS PSICOANALÍTICOS e-mail: nelmedellin@une.net.co
Paso de los Andes 262, 1° P 5500 Mendoza (Argentina)
Tel/fax: (54) 61 2388 25 BIBLIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO DE MIAMI

4343 West Flagler Street, 3er piso, Suite 352 Miami, Florida
BIBLIOTECA FREUDIANADESALTA 33126-USA.
Los Aceres 78, Tres Cerritos 4400 Salta (Argentina) Telefax: (1-305)461-0999
tel/faxc: (54) 8731 20 97 e-mail: nel orida@aol.com

NUEVAESCCUELA LACANIANA NEW LACANIAN SCHOOL

BIBLIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO DE BOGOTÁ HOUSTON FREUDIAN FIELD LIBRARY

Dirección Postal: Carrera 11 B N° 99-54 (of. 602) 12026 CANTERHURSTWAY HOUSTON TEXAS, 77065
Edi cio Banco Tequendama Telefax:(+)281 897 8295
Teléfono: (57-1) 611 35 11 Fax: (57-1) 611 20 02 e-mail : carmennavarro11@hotmail.com
Web: htp://escuelapsicoanalisisenbogota.googlepages.
com/biblioteca BIBLIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO EN NUEVA YORK

New York Freud Lacan Study Group

BIBIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO DE LA ASOCIACION DE PSICOANALISIS 260 West End Ave, Suite 1BNEW York, NY 10023- USA
(Caracas)

Av Caurimare, Quinta Jose na, número 4, Colinas de Bello

Monte.Caracas - Venezuela BIBLIOTECAS EN DESARROLLO
Tel (58-212) 75345 42
e-mail: nel_caracas_declaracion@yahoo.es EUROPA DEL ESTE
Bulgaria- Sofía: camelia_vassileva@yahoo.com
BIBLIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO DE LA ASOCIACIÓN CARAQUEKŃADE Rusia - Moscú: agomoyunova@gmail.com
PSICOANÁLISIS Rusia - San Petesburgo: msobolev@peterlink.ru
Calle California con Mucuchíes, Edi cio Los Angeles, Piso 2, Rusia - Novosibirsk:moosp@online.nsk.su
O cina 5-B, Urb Las Mercedes. Caracas -Venezuela Ucrania Donetsk: rymaririna@yahoo.fr
Tel (58-212) 9939758 Uerania -Lugadsk: volnykh.yuri@laposte.net
e-mail: nelcaracaspro@cantv.net

BIBLIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO DE LA HABANA AMÉRICA DEL SUR

Calle2 # 360 Apto. B entre Kessell y Bella VistaPark, Arroyo
Naranjo. Ciudad de Cuba Brasil
Tel: (53-7) 8814656
e-mail: edgar.george@infomed.sld.cu Delegación de la EBP Paraíba:
delegaçãoparaiba@yahoo.com.br
BIBLIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO DE GUAYAQUIL Delegación de la EBP Paraná:
Peatonal Gi17-B y Bálsamos entre Monjas y Ficus. (Diagonal ebpparana@gmail.com
al teatro el Ángel) Seção de la EBP Pernambuco (en formación):
Teléfono: (593-4) 6006569 ebpsecaope@gmail.com
E-mail: nelquil@gmail.com Delegación de la EBP Espírito Santo:
ebpes.vix@ebrnet.com.br
BIBLIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO DE LIMA Seção de la EBP Santa Catarina (en formación):
Av. Del Parque Sur 724, San Borja, Lima 41, Perú ebp@newsite.com.br
Tel.: (51-1)224-96-94
Nicaragua - Esteli: milab@wanadoo.fr
BIBLIOTECA DEL CAMPO FREUDIANO DE MARACAIBO

Av. 3G esquina Cecílio Acosta. Edi cio 24 de Julio. Apt. 23

Maracaibo, Venezuela. Tel: (58-261) 7144932
e-mail: nelmaracaibo@gmail.com

COLOFON 53
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 BIBLIOTECAS EN CONSTRUCCIÓN
ARGENTINA
INSTITUTO DEL CAMPO FREUDIANO
Delegación San Miguel - Provincia de Buenos Aires
inesramirezster@gmail.com
Delegación Santiago del Estero
mabeland@arnet.com.ar
Delegación Río Gallegos - Biblioteca Austral de
Psicoanálisis
mariana lippocruz@gmail.com
Delegación Conurbano Sur- Biblioteca Popular
"Zeballos":
conurbanosur_iom@yahoo.com.ar
Delegación Paraná - Biblioteca Popular de Paraná
iomparana@yahoo.com.ar
COLOFON Autoresytraductores
Carmen Alda (ELP- Barcelona)
Jesús Ambel (ELP- Granada)
Diana Antebi (EOL - Buenos Aires)
Miquel Bassols (ELP- Barcelona)
Guy Briole (ECF- Paris)
Marie Hélène Brousse (ECF - París)
Francisco Burgos (ELP- Barcelona)
Mercedes de Francisco (ELP- Madrid)
Manuel Fernández Blanco (ELP- A Coruña)
Adela Aida Fryd (EOL - Buenos Aires)
Germán García
(EOL Fundación Descartes - Buenos Aires)
Silvia García (EOL - Buenos Aires)
54 ¿SOBREVIVIR AL CONSUMO?
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Centro de Investigación y Docencia-Neuquén
salvarezza@jetband.com.ar
Centro de Investigación y Docencia-Junín - BIblioteca
de Psicoanálisis del lOM
npiotte@gmail.com
Bibloteca del Centro de Estudios Psicoanaliticos de
Ushuaia [Grupo asociado al1OMJ:
m colman@arnet.com.ar
GUATEMALA
Biblioteca del campo freudiano de Guatemala(NEL)
12 calle 1-25 zona 10-Edi cio Géminis 10, torre norte,
octavo nivel, o cina 804 Guatemala City, Guatemala
Tel.: (502) 23353538 y 23353541
nelguatemala@hotmail.com
Mariam Martín Ramos (ELP- Madrid)
Judith Miller (ECF - París)
Esmeralda Miras (EOL - Buenos Aires)
J.Angel Rodriguez Ribas (ELP- Sevilla)
Luis Darío Salamone (EOL - Buenos Aires)
Cristina Sanchez Palomares (Granada)
Ernesto Sinatra (EOL- BuenosAires)
Laura Sokolowsky (ECF - París)
Adriana Testa (EOL - Buenos Aires)
Beatriz Udenio (EOL - Buenos Aires)
Liliana Ventriglia (Buenos Aires
Gracia Viscasillas (ELP- Zaragoza)
Eric Zuliani (ECF- Nantes)
LA CLÍNICAANALÍTICAHOY:
EL SÍNTOMA Y EL LAZOSOCIAL
VENCUENTRO AMERICANO DEL PSICOANÁLISIS APLICADO
DE LAORIENTACIÓNLACANIANA(ENAPAOLJ

XV ENCUENTROINTERNACIONALDELCAMPOFREVDIANO

Buenos Aires
28, 29 y 30 de agosto de 2009

HotelPanamenicano
Cartos Pellegnini 5S1

Informes
Instituto del Campo Freudiano
Callao 1033 5° piso
Buenos Aires, Argentina
Tel: (54 11) 4811-3690

http://ea.eol.org.ar

dorclnlnternacionl
Bblotecasdela Orentación Lcnana