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DE LA REPÚBLICA DOMINICANA
ESCALA 1:100,000
(6074)
REDACCIÓN DE LA MEMORIA
TELEDETECCIÓN
- Dr. Andrés Pérez Estaún (Instituto Jaume Almera del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, Barcelona, España)
A los Ings. Pol Urien (BRGM), José Ignacio Ramírez Merino (INYPSA) y Pedro
Pablo Hernaiz sus múltiples aportaciones en los apartados de formaciones
superficiales, identificación y descripción de los procesos activos susceptibles de
generar riesgos geológicos y en especial en la tectónica activa.
INDICE
1. INTRODUCCIÓN ...................................................................................... 6
2. DESCRIPCIÓN FISIOGRÁFICA............................................................. 10
3. ANÁLISIS GEOMORFOLÓGICO............................................................ 13
1. INTRODUCCIÓN
1.1 Metodología
Debido al carácter incompleto y no sistemático del mapeo de la
República Dominicana, la Secretaría de Estado de Industria y Comercio, a través de
la Dirección General de Minería (DGM), se decidió a abordar a partir de
finales de la década pasada, el levantamiento geológico y minero del país
mediante el Proyecto de Cartografía Geotemática de la República Dominicana,
incluido en el Programa SYSMIN y financiado por la Unión Europea, en
concepto de donación. El Programa SYSMIN tiene como objetivo primordial
favorecer el desarrollo del sector geológico- minero y mejorar las condiciones de
vida de la población frente a los fenómenos sísmicos, la contaminación de
las aguas subterráneas y la degradación del medio ambiente generada por las
explotaciones mineras en la República Dominicana. Como continuación de los
proyectos de Cartografía Geotemática desarrollados dentro del programa SYSMIN
I, denominados C (1997-2000), K (2002-2004) y L (2002-2004), el consorcio
integrado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), el Bureau de
Recherches Géologiques et Minières (BRGM) e Informes y Proyectos
S.A. (INYPSA), ha sido el responsable de la ejecución del denominado Proyecto 1B,
bajo el control de la Unidad Técnica de Gestión (UTG, cuya asistencia técnica
corresponde a TYPSA) y la supervisión del Servicio Geológico Nacional (SGN)
del presente Proyecto 1B (EuropeAid/122430/D/SER/DO).
El objetivo general del Proyecto 1B consiste en la producción de mapas
geológicos a escala de 1:50.000 y otros mapas geotemáticos a escala de 1:100.000
siguiendo una normativa precisa en cuanto a su realización. Se trata de continuar la
provisión de información geocientífica por el Estado en forma de mapas geológicos y
temáticos (mapas geomorfológicos, mapas de recursos minerales, y mapas de
procesos activos), bases de datos y otra información que sirve como base para la
selección y delimitación de áreas a explorar, la selección de métodos de exploración y
para la evaluación de los resultados, así como para el uso de tierras, evaluación de
riesgos geológicos y prevención de desastres, entre otros.
Zona Norte:
- La Vega (6073)
- Sánchez (6273)
- Samaná (6373)
- Santiago (6074)
- Salcedo (6174)
- Nagua (6274)
- La Isabela (5975)
Zona Sureste:
- La Granchorra (6470)
- La Romana (6471)
- Juanillo (6571)
- Bávaro (6572)
Zona Sur:
- Baní (6071)
Zona Suroeste:
- Enriquillo (5969)
- Pedernales (5870)
- Barahona (5970)
Por otra parte, las memorias de las hojas Geológicas a escala 1:50.000: San
Francisco Arriba (6074-I), Santiago (6074-II), San José de las Matas (6074-III),
Esperanza (6074-IV), incluyen la mayor parte de la información contenida en el
presente texto, distribuida entre sus capítulos correspondientes a Introducción
(Descripción fisiográfica), Estratigrafía (Formaciones superficiales) y Geomorfología
(Análisis morfológico y Evolución e historia geomorfológica).
2. DESCRIPCIÓN FISIOGRÁFICA
De esta forma, la cota más alta de la Hoja se encuentra en el pico más elevado
de la Cordillera Septentrional, el Diego de Ocampo con 1249 msnm, que se alza frente
a San Francisco de los Caballeros. De forma opuesta, en el valle del Yasica se
localizan los puntos de menor cota topográfica, con algo menos de 60 msnm. Se
En la parte central, la depresión del Valle del Yaque ocupa una gran extensión,
en la que se han levantado varios núcleos urbanos, de los cuales, el más importante
es Santiago y a partir del cual, el río Yaque del Norte cambia de rumbo para dirigirse
hacia el Sur, donde su llanura aluvial deja de estar tan desarrollada y pasa a menor
magnitud a medida que se adentra en la Cordillera Central.
En esta Hoja se encuentra la divisoria de aguas que divide el Valle del Cibao
en dos, el Valle del Yaque del Norte hacia el W y el Valle del Yuna hacia el E. Esta
divisoria de pequeños relieves que atraviesan el Valle de N a S, se encuentra en el E
de la ciudad de Santiago y va desde el Alto de Bejarán, en Tamboril, hasta cerca de la
ciudad de La Vega.
La red de drenaje se halla condicionada por las altas cotas de las dos
Cordilleras presentes, así como de la divisoria de aguas anteriormente citada. Los
arroyos procedentes de la Cordillera Central van a parar al valle del Cibao y
desembocan en el río Yaque del Norte. En la esquina suroriental hay otra cuenca
menor, donde los arroyos y cañadas aportan sus aguas al río Licey, que nace en la
Cordillera Septentrional y cruza la Hoja de N a S. En el Licey también desembocan
otros dos ríos de menor envergadura: el Conca, que se une a la altura de la ciudad
Liceo Al Medio y el Moca, que cruza por la ciudad que toma su nombre. Los dos
conducen aguas procedentes de la Cordillera Septentrional.
El clima dominante es tropical, con una temperatura media anual en torno a los
26ºC. En el valle, el hecho de estar dividido en dos partes por una divisoria de aguas
hace que en cada una se den condiciones hidrológicas y climáticas distintas. En el
Valle de Santiago, al W, las lluvias son escasas, mientras que son frecuentes e
intensas en el Valle de la Vega Real. (De la Fuente, 1976).
3. ANÁLISIS GEOMORFOLÓGICO
Fig. 3.1. Modelo Digital del Terreno mostrando las principales unidades morfoestructurales de
la Hoja a escala 1:100.000 de Sánchez. (Fuente MDT: SRTM)
Fig. 3.2. Principales unidades Morfotectónicas de La Española según Draper y Lewis (1991).
Fig. 3.3. Caracteres geomorfológicos típicos indicativos de la actividad de fallas con salto en
dirección (Modificado de Wesson et al. 1975).
alineación Loma Come Gente, Cerro de Potrero, Loma Atravesada y Loma Capilla
presentan superficies estructurales con sus escarpes asociados.
Fig. 3.4. Bloque diagrama mostrando los rasgos principales del modelado geomorfológico de la
Hoja a escala 1:100.000 de Santiago de los Caballeros. (Mapa Geomorfológico de la Hoja de
Santiago de los Caballeros sobre MDT SRTM 90m. Para la Leyenda consultar la propia
Leyenda del Mapa Geomorfológico.)
Otras ocurrencias aparecen en el ámbito suroeste del Cuadrante (Hoja de San Jose de
las Matas) tres emplazamientos repartidos en ambos flancos del valle de la Cañada de
Mera De Oeste hacia Este se ubican al nivel del poblado de la Hundidera en la Loma
La Capilla al sur de la Loma Hatillo y, por fin, en el flanco Sur del Valle al Norte de la
Loma el Cañete. Ocupan una superficie total de 2,19 Km2. Los deslizamientos de
Hundidera y Hatillo son masas constituidas de mega bloques y bloques de calizas
micríticas coralinas de la Formación Mao Adentro en una matriz arcillo limosa
constituida de limolitas y margas de la base de la Formación Mao Adentro. Con la
morfología que presenta el deslizamiento de la Loma Hatillo se supone un movimiento
principalmente vertical de unos 120 m de amplitud con un desplazamiento de 300 m
según la componente horizontal hacia el Sur. Las cicatrices de despegue y coronación
quedan frescas con roca aflorante.
Son las formas con mejor representación cartográfica de toda la zona. Su cartografía
permite asimismo y de forma complementaria una detallada caracterización de la red
de drenaje. Constituyen la práctica totalidad de la superficie de la llanura aluvial del río
Yaque del Norte, donde destaca la extensión de los cinturones de meandros, sin
olvidar la orla de glacis, abanicos y conos de deyección que se disponen al pie de los
relieves. La mayor variedad de depósitos fluviales se encuentra en el valle del río
Yaque del norte, en cuya llanura aluvial se han diferenciado: llanura de inundación,
cauces y meandros abandonados, además de la identificación de varios niveles de
terrazas.
En la confluencia del Río Ámina con el la Cañada de Mera a unos 200m rió abajo de la
Presa de Potrero se identifican terrazas altas en la ribera izquierda a unos 20 a 30m
por encima del cauce actual del Río Ámina.
Las terrazas aluviales bajas, en relación directa con la red hidrográfica actual o la
llanura de inundación, presentan materiales de origén diferente según el río, Yaque del
Norte o Licey.
Las terrazas bajas del Rió Yaque del Norte se exponen en dos sectores principales. El
primero se ubica rió arriba del centro de la ciudad de Santiago en los sectores de La
Barranca y al Norte de la Angostura en los barrios Arroyo Hondo, Los Jazmines , Valle
Verde El segundo sector se ubica rió abajo del centro de Santiago en los barrios de
Rafey La Otra Banda, Baracoa, la Joya.
Entre las formas fluviales erosivas se han reconocido: marcas de incisión lineal,
ampliamente representadas en las dos Cordilleras, cárcavas, escarpes, aristas
divisorias y cañones por erosión fluvial o gargantas.
En el margen septentrional del Valle del Cibao, los abanicos constituyen la parte
superior del relleno sedimentario de la cuenca. Los que presentan mayor extensión
superficial son los abanicos aluviales recientes, con un desarrollo longitudinal
kilométrico, y cuyas zonas apicales ocupan la totalidad de las desembocaduras de los
arroyos y cañadas de la Cordillera Septentrional en su salida al Valle de Cibao. Los
abanicos aluviales antiguos se preservan adosados a los primeros relieves de la
Cordillera, a unos 30-40 m de altura relativa sobre los abanicos recientes, y con
espesores entre 12 y 20 m, dado que rellenan un paleorelieve sometido a una intensa
tectónica activa.
Se incluyen en este grupo las formas cuya morfogénesis puede atribuirse a la acción
simultánea o sucesiva de más de un proceso morfogenético. En este grupo se
incluyen los piedemontes y las superficies de erosión que aparecen en la Hoja.
Los glacis y los abanicos aluviales pueden estar íntimamente relacionados por lo que a
veces surge un problema para diferenciarlos aunque desde un punto de vista
morfogenético los abanicos se incluyen claramente en el sistema fluvial. Un abanico
puede convertirse en un glacis como consecuencia del descenso del nivel de base y
un aumento de la erosión que provoca su degradación y, a su vez, este puede quedar
fosilizado por aportes posteriores formando un claro abanico Gutierrez Elorza (2001).
Se ha preferido describir diversos piedemontes que aparecen en la Hoja como glacis
por diversas razones: en primer lugar para remarcar su origen poligénico; asimismo se
ha tenido en cuenta que los glacis son propios de áreas con relieve poco contrastado,
como es el caso, a diferencia de los abanicos, que son más abundantes en relieves
enérgicos; el espesor del depósito suele ser inferior a 1/100 de la longitud de la forma
y presenta las mayores potencias, al menos aparentemente, en las zonas más
distales, características más propias de los glacis Bull (1977); por último el considerar
la peculiaridad climática de esta zona semiárida y seca, entorno más típico de los
glacis que de los abanicos aluviales. De todas formas la adscripción de estas formas a
abanicos aluviales de baja pendiente degradados también podría ser posible aunque
por su descripción habría que incluirlos necesariamente en las formas poligénicas.
En esta Hoja, los glacis ocupan una gran extensión, casi todo el cuadrante SE y, en
dirección NW las dos vertientes hacia el Valle del Cibao. En algunas zonas, al norte
del Licey, se encuentran degradados y la erosión ha marcado escarpes en sus bordes.
terrazas altas del Rió Yaque. El piso o subsuelo de estas canteras corresponde
generalmente a las margas y siltitas de la Formación Gurabo. La mayoría de las
canteras abandonadas en la periferia de la zona urbana están utilizadas como
vertederos. Es el caso por ejemplo de las numerosas canteras de La Noriega y Arroyo
Hondo al Sur de la Ciudad de Santiago.
4. FORMACIONES SUPERFICIALES
Tanto los abanicos antiguos como los recientes están constituidos por una serie
heterogénea de depósitos clásticos groseros, con predominio de los cuerpos
conglomeráticos de bases canalizadas en las zonas apicales, entre los que intercalan
cuerpos más arenosos y niveles más finos de limolitas y arcillas arenosas. Los
conglomerados están constituidos por cantos y gravas redondeados de hasta 50 cm
de centil, predominantemente de naturaleza calcárea aunque también son frecuentes
Se atribuyen al Holoceno si bien los más antiguos podrían ser considerados de edad
Pleistoceno.
La llanura de inundación del río Yaque del Norte está constituida por limo-arcillas entre
los que se intercalan niveles de arenas y algunos escasos cantos y gravas. Dentro de
la llanura se aprecian los antiguos cauces abandonados que temporalmente pueden
permanecer inundados, originando lagos de ox-bow efímeros. De litología similar,
muestran un mayor contenido lutítico y tonos oscuros dada la proporción de materia
orgánica que contienen. Su espesor es difícil de determinar ante la ausencia de cortes,
pero se estima que es de orden métrico a decamétrico, sin que, en razón de la intensa
tectónica activa de la zona, pueda descartarse la posibilidad de potencias mucho
mayores. El proceso de abandono de canales no se debe, al menos en la mayoría de
los casos, a fenómenos de migración y captura de meandros, sino que se ha realizado
de forma catastrófica por procesos de avulsión durante crecidas excepcionales,
muchas de ellas muy recientes como lo demuestra el trazado del límite provincial entre
Valverde y Santiago, que sigue los antiguos meandros, no los actuales.
Se desarrollan en la cuenca del Yaque del Norte, que al igual que sus niveles altos y
medios, están integradas por gravas polimícticas con cantos volcánicos y volcano-
sedimentarios procedentes de la cordillera Central, con matriz arenosa de composición
litarenítica y arcósica. En todos los casos están integradas por cantos redondeados de
tamaños muy variables, con diámetros que pueden superar los 50 cm. Sus espesores,
aunque muy variables, pueden aproximarse a 10 m.
Están muy bien representadas en la cuenca del Yaque. Son depósitos residuales
con varias decenas de elevación respecto al lecho del río, constituidos por gravas con
un alto grado de cementación pudiéndose considerar conglomerados. Se encuentran
descolgadas de la llanura aluvial mediante un escarpe.
Las terrazas altas están formadas por gravas más o menos consolidadas
soportadas por la matriz constituidos por cantos redondeados e imbricados de
naturaleza diversa: calizas, areniscas y rocas volcánicas. Su moda es de 5 cm y el
centil de 10 cm. La matriz es limoarenosa rojiza. Presentan intercalaciones de hasta 1
m de arenas de grano medio a grueso. Tienen hasta 5-6 m de espesor visible, y
localmente pueden estar afectadas por fallas con tectónica activa que las basculan.
En el Valle del Río Sui, las facies son de tipo coluvial aluvial mal clasificadas
heterométricas. Los cantos son de orígenes muy diversos. Hay numerosos cantos
subangulosos de esquistos y cuarzos de la Fm. Ámina Maimón. Los cantos de
intrusivos , volcanitas y metavolcanitas del la Cordillera Central provienen de la erosión
de los niveles conglomeràticos de la Fm Bulla o Fm. Cercado. Se notan también
escasos cantos de calizas bioclàsticos de La Fm Cercado. La matriz es muy reducida
y el color es beige amarillenta.
En el río Amina presentan una buena clasificación con niveles (30cm) bien
individualizados en alternancias con niveles arenosos levemente consolidados por
carbonatación. La composición de los clastos es de 90% de cantos de calizas
proviniendo de la cuenca de la Cañada de Mera y 10% de cantos de metavolcanitas
transportados por el Rió Ámina.
la erosión de los materiales del sustrato ha permitido la excavación. Los más antiguos
ocupan posiciones colgadas pudiéndose considerar plataformas residuales.
en última instancia, la actividad sísmica; siendo este uno de los procesos activos más
relevantes que afectan el país. Actualmente existe un consenso en reconocer las
principales estructuras tectónicas de la isla y que éstas están relacionadas con el
desplazamiento relativo entre las placas litosféricas citadas.
Fig. 6.1. Sismicidad histórica en La Española anterior a 1960 (En Calais, 2008)
sísmicas de otros países cercanos como es el caso de la red puertorriqueña que cubre
la zona oriental de la República Dominicana.
El Valle del Cibao posee un registro histórico de importantes sismos que han
afectado el ámbito del Cuadrante 1:100.000 de Santiago de los Caballeros (6074)
entre los que se destacan los siguientes.
Estos estudios se han visto reforzados por datos concretos del desplazamiento
relativo entre las placas Caribeña y Norteamericana obtenidos mediante GPS, De
Mets et al., (2000) los cuales, por otra parte han permitido constatar el movimiento
diferencial de bloques o “microplacas” dentro de la propia isla, entre ellos el
correspondiente a la propia Cordillera Septentrional (Mann et al., 2002).
6.1.1 Paleosismicidad.
Fig. 6.3. Posición de los emplazamientos para el estudio de la paleosismicidad del ramal activo
de la Falla Septentrional. (Modificado de Mann et al. 1998)
Fig. 6.4. Registros atribuidos a paleosismicidad en tres trincheras en el Valle del Cibao. Los
estratos debajo del que ha sido marcado con una estrella han sido deformados mientras que
aquellos situados por encima no presentan deformación (modificado de Prentice et al,
1993,1997). Las trincheras Cenovi W y Cenovi E también son conocidas como Ojo de Agua
Oeste y Ojo de Agua Este.
Fig. 6.5. Sección transversal (lado oeste de la trinchera calicata) No. 2, excavada en Río Licey,
Tamboril, Santiago. Fuente: SYSMIN Prointec (1998).
Las investigaciones llevadas a cabo entre los años 1998 y 1999 consistieron en
la identificación de los diferentes tramos de la Falla Septentrional en la parte occidental
del Valle del Cibao, la realización de nuevas trincheras, descripción de las
estratigrafias de detalle, muestreo para dataciones C14, expedición de las muestras a
los laboratorios, elaboración de los resultados obtenidos e interpretación.
Los resultados indican dos eventos: uno prehistórico, que ocurrió en el 3590 –
2790 BP, y otro histórico, que ocurrió después del 540 BP relacionados con la Falla
Septentrional en la parte occidental del Valle del Cibao.
Fig. 6.6. Sección transversal No. 2, excavada en Navarrete. Se observa que cuando el
paleosuelo localizado en esta trinchera ocupaba la parte superficial del terreno ocurrió un
evento (3570-2790 BP) que deformó este área, formando una cuenca que posteriormente fue
rellenada por el suelo actual.
6.1.2 Licuefacción.
Fig. 6.7. Las dataciones de la trincheras de Hatillo Palma indican de una manera clara que las
deformaciones de los sedimentos y la intrusión en ellas por estructuras de licuefacción están
relacionadas con uno de los eventos históricos, que ha ocurrido entre 540 BP y el momento
actual. Fuente: PROYECTO SYSMIN (PROINTEC, 1998).
En una región donde la tectónica activa es evidente, sorprende que las formas
originadas por ella sean menos de las previsibles. Probablemente, esto es debido a la
elevada velocidad de erosión y de la densa cubierta vegetal, factores que sin duda
enmascaran rápidamente algunas de dichas formas, como los escarpes producidos
por las fallas. Sin embargo, existen diversos indicios muy claros de tectónica activa en
la zona de Falla Septentrional, donde se encuentran facetas de escarpe y escarpes de
falla. En el borde de la Cordillera Septentrional también se han localizado fallas con
sus facetas de escarpe asociadas, aunque son de menor envergadura que en el caso
de la Cordillera Septentrional.
También la red fluvial muestra indicios de tectónica activa, siendo los más
perceptibles su incisión y pendiente anómalas por exceso, además de las capturas,
rasgo que se evidencia más en las fracturas de la Cordillera Central, donde la incisión
sigue la dirección de la falla.
En la parte central del Valle del Cibao, en dos emplazamientos Río Licey,
Tamboril, Santiago y Río Juan López, Moca existe desplazamiento de terrazas
fluviales a ambos lados de la falla. Este sugiere la cantidad y velocidad máxima de
desplazamiento de la Zona de Falla Septentrional. Estas dos terrazas están
desplazadas en sentido levógiro (desplazamiento lateral izquierdo), por la Zona de
Falla Septentrional por distancias de 60 y 40 metros. La velocidad promedio de
desplazamiento indican una tasa de 6-12 mm/año. (Prentice, 2003) que es
consecuente con los índices de movimiento obtenidos con los datos de G.P.S. 12,8 ±
2,5 mm/año (Calais, et al. 2002).
Fig. 6.8. Desplazamiento de terrazas fluviales en la parte central del Valle del Cibao en el
emplazamiento de Río Licey, Tamboril, Santiago (Modificado de Prentice et al 1997, Datos
preliminares presentados en la reunión anual de la Sociedad Geológica de América. Utah,
1997)
Fig. 6.9. Falla septentrional SFZ – Situación del ramal activo de la Falla Septentrional.
(modofocada de Mann et al., 1998)
Fig. 6.10. Falla septentrional SFZ - Vista panorámica hacia el Este del escarpe de la Falla SFZ
en el glacis de baja pendiente de La Ermita en Tamboril. (Original de Pol Urien)
metros. Se requiere evacuación masiva de los residentes próximo a las costas. Los
huracanes David y Allen de los años 1979 y 1980 fueron huracanes de la categoría 5.
aluviales de baja pendiente fue ofrecido por el paso del huracán Georges en 1.998,
que sepultó todo su ámbito de influencia bajo un manto de lodo y agua.
El Río Yaque del Norte merece una especial atención. La cuenca hidrográfica
del río Yaque del Norte es la de mayor extensión (6,964 km2) en la República
Dominicana y la segunda en el orden poblacional.
En la cuenca del río Yaque del Norte se han desarrollados varios proyectos
hidráulicos (presas y embalses) que permiten la laminación de avenidas hasta cierto
periodo de retorno (de 1 en 300 o 500 años), pero no son suficientes para el caso de
avenidas como las provocadas por los huracanes David y Georges y la tormenta
Federico.
hidrológicos (rotura de márgenes por dinámica fluvial, morfología del sector inundable),
o humanos (incorrecto manejo o rotura de presas, deforestación, obstrucción de
cauces por vertederos u obras de infraestructura, falta de limpieza...), no se han
computado ante una generalizada falta de información a este respecto. Dicho catálogo
se ha realizado a partir del análisis de todas las publicaciones ya existentes que han
recopilado información referente a inundaciones y otros desastres naturales en la
República Dominicana, si bien sólo se han computado aquellos casos de inundación
en los que se ha visto afectada la cuenca del río Yaque, bien de forma exclusiva o bien
de forma conjunta con otros territorios de la isla. Situaciones meteorológicas extremas
que han podido ocasionar graves daños en otras regiones del país, no se han incluido
en el catálogo.
Fig. 6.11. Fragmento del Mapa de Peligrosidad o Amenaza de inundación en la cuenca del
Yaque Norte en el ámbito del Cuadrante 1:100.000 (6074) Santiago de los Caballeros (Fuente:
NATRISK, 2009)
7. REFERENCIAS CITADAS
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