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El árbol de los ahocados

Se dice que mucho antes de que la plaza central de Tlalpan se construyera, durante el Imperio de
Maximiliano de Habsburgo, había un pequeño terreno de árboles que era el asilo de muchos ladrones y
bandidos de la naciente zona de Tlalpan.

Muchos delincuentes fueron sentenciados a perecer en los árboles. Cerca de 1865 se organizó una
conspiración para quitar del poder al archiduque Maximiliano y liberar al país de las fuerzas extranjeras.
Esto tuvo un giro inesperado cuando los conspiradores fueron descubiertos, detenidos y sentenciados a
muerte.

En esas fechas, Tomás O?Horan Escudero fue un general en las fuerzas armadas mexicanas que lucharon
durante la intervención francesa en México en 1862, que más tarde fue designado gobernador y
comandante militar del Estado de México, y fusilado por las tropas de Benito Juárez como traidor a la
Patria, quién ordenó que se les colgara en los árboles de lo que ahora es el Jardín Principal de la actual
alcaldía de Tlalpan.

La fuerza imperial colgó sus cuerpos en el famoso Árbol de los colgados en la CDMX. Desde este día, la
población tlalpense asegura que al llegar la madrugada se escuchan desgarradores lamentos de las
mujeres que perdieron a un ser querido ese día y, en ocasiones, incluso se pueden ver siluetas
fantasmales en el árbol, por lo que muchos vecinos no se aventuran a cruzar el jardín pasadas las doce
de la noche.

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