Está en la página 1de 6

Contexto internacional

 Socialismo: doctrina política y económica que propugna la


propiedad y la administración de los medios de producción
por parte de las clases trabajadoras con el fin de lograr una
organización de la sociedad en la cual exista una igualdad
política, social y económica de todas las personas.
"muchos artistas se adhieren a la causa del socialismo, asumiendo
como propios los sufrimientos y las aspiraciones de las clases
desposeídas"
 Mientras que el surgimiento de la Unión Soviética como el primer
Estado socialista nominal del mundo condujo a la asociación
generalizada del socialismo con el modelo económico soviético,
algunos economistas e intelectuales argumentaron que en la
práctica el modelo funcionaba como una forma de capitalismo de
Estado.
La ideología socialista critica los males y
las injusticias del capitalismo (como la distribución desigual de la
riqueza, la feroz competitividad en el mercado, o la incapacidad de
autorrealización y desarrollo humano, etc.) trascendiéndolo por un
sistema socioeconómico autodenominado moralmente superior.
La RAE define el término socialismo como: «Un Sistema de
organización social y económica basado en la propiedad y
administración colectiva o estatal de los medios de producción y
distribución de los bienes». El socialismo implica, por tanto,
una planificación y una organización colectiva consciente de la vida
social y económica orientada a la satisfacción de necesidades.
Tradicionalmente, el socialismo es una doctrina que exige la
sustitución de la propiedad privada por la colectiva en los medios
de producción, cambio y distribución; del mismo modo, pide la
distribución igualitaria de la riqueza y la eliminación de las clases
sociales.
Los antecedentes del socialismo son tan antiguos como la propia
historia de la humanidad, pero el término “socialismo” fue acuñado
a principios del siglo XIX. De hecho, en las aportaciones de
los socialistas utópicos (Robert Owen) y, sobre todo, en los escritos
de Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895) se hallan
los antecedentes más inmediatos del socialismo moderno.

Robert Owen (1771-1858) fue la figura más destacada del primer


socialismo inglés, quien propugnaba la creación de ciudades de tipo
cooperativo; por su parte, los socialistas ricardianos esbozaron las
teorías de la explotación y la plusvalía, argumentando que el
sistema de salarios privaba al trabajador de una parte del producto
de su labor.

Asimismo, el socialismo francés tuvo una gran influencia durante


todo el siglo XIX. Henri de Saint-Simón (1760-1825) trató de
instaurar una nueva ética social que regulara las relaciones entre
ricos y pobres.

Tanto para Marx como para Engels, el socialismo es un estadio


intermedio entre el capitalismo y el comunismo, un tipo de
formación que sucederá al capitalismo, del mismo modo que éste
sucedió al feudalismo. 

El movimiento socialista incluye un conjunto de filosofías políticas


que se originaron en los movimientos revolucionarios de mediados
a finales del siglo XVIII y por preocupación por los problemas
sociales asociados con el capitalismo. A finales del siglo XIX,
después del trabajo de Karl Marx y Friedrich Engels, el socialismo
había llegado a significar oposición al capitalismo y la defensa de
un sistema poscapitalista basado en alguna forma de propiedad
social de los medios de producción.
El socialismo marxista fue más tarde denominado como socialismo
científico, caracterizado por la dictadura del proletariado como
objetivo para sentar el comunismo (sistema socioeconómico sin
clases sociales), en contraposición a autores socialistas anteriores,
denominados socialistas utópicos. A lo largo del siglo XIX, los
términos "comunismo" y "socialismo" se usaron como sinónimos.
Por otro lado, pensadores anarquistas como Pierre-Joseph
Proudhon y Mijaíl Bakunin defendieron un socialismo libertario sin
Estado3031 en comparación al socialismo de Estado marxista.
Mientras conserva el socialismo como un objetivo a largo plazo,
desde el período de posguerra ha llegado a abrazar a una economía
mixta keynesiana dentro de una economía de mercado capitalista.
No fue sino hasta la Revolución Bolchevique con Lenin que el
término socialismo llegó a referirse a una "primera fase" a la "fase
superior" del comunismo. En la década de 1920, el comunismo y
la socialdemocracia se habían convertido en las dos tendencias
políticas dominantes dentro del movimiento socialista
internacional, con el socialismo mismo convirtiéndose en el
movimiento secular más influyente del siglo XX. Mientras que el
surgimiento de la Unión Soviética como el primer Estado
socialista nominal del mundo condujo a la asociación generalizada
del socialismo con el modelo económico soviético, algunos
economistas e intelectuales argumentaron que en la práctica el
modelo funcionaba como una forma de capitalismo de Estado o una
economía administrativa o de mando no planificada.
Las ideas de Carlos Marx y Federico Engels penetraron con
intensidad entre la clase obrera mexicana a principios de los años
treintas del siglo XX, aunque, desde luego, en el siglo precedente ya
había grupos políticos que se inspiraban en ellos.

Mientras en el Continente Europeo, principal escenario de  las


luchas de Marx y fundamental objeto de su conocimiento y teoría,
se desarrollaba el régimen capitalista y a principios de este siglo ya
existía una concentración acelerada que condujo, por pugnas
interimperialistas, a la guerra de 1914-1918, en México el grado de
desarrollo tenía con diferente ritmo histórico. El marxismo surgió y
se desarrolló en las naciones en donde el fenómeno del capitalismo
tenía más rotundas y claras manifestaciones.

A principios de este siglo la estructura económica y social de


México descansaba en el latifundismo. El uno por ciento de la
población era propietaria del 95% de las tierras de la República. Por
consecuencia, la absoluta mayoría de sus habitantes eran peones,
aparceros, medieros, a los cuales les habían despojado sus
propiedades  los hacendados nacionales y extranjeros. De los 10
millones, 800 mil hombres y mujeres, mayores de 10 años, sólo
sabían leer y escribir 279 mil 650, mientras grandes grupos
indígenas se mantenían hablando sus lenguas tradicionales. En
rigor, no existía la clase obrera como un sector numeroso y
organizado, que tuviera conciencia de sus deberes históricos.

Las ideas socialistas en México se comenzaron a difundir con una


gran intensidad a mediados del siglo XIX pero fue en el siglo XX en
que encontraron su plasmación en una serie de instituciones
políticas, sociales y culturales. Mientras en Europa, el movimiento
obrero tenía un gran desarrollo, el anarquismo y el comunismo se
extendían entre amplios sectores de trabajadores, se daban
grandes combates de clase contra la burguesía, el imperialismo y el
militarismo, habían surgido poderosos partidos socialistas y
laboristas, había un florecimiento en la propagación de la cultura
proletaria y se editaban muchos periódicos y revistas de clara
orientación revolucionaria, en nuestro país y  en general en la
mayoría de los países de América Latina, existía una situación social
y política distinta, quizá con la única excepción de la Argentina, a
donde llegaron miles de migrantes europeos, sobre todo italianos e
ingleses, que habían estado vinculados a las grandes organizaciones
obreras y políticas del viejo continente.
El carácter agrario de México es el factor más importante que
determina el desarrollo de esas ideas. No había una clara
diferenciación de las clases sociales, en la medida en que la clase
obrera se concentraban tan solo en algunas regiones o zonas, como
las de Orizaba-Puebla, en la ciudad de México, en donde se
asentaba sobre todo el capital extranjero, que había adoptado
modernas tecnologías, en la rama industrial más importante, la
textil. Aparecieron en esas zonas fuertes organizaciones sindicales,
con una elevada conciencia de combate por sus intereses
inmediatos y una gran disciplina y cohesión, que pronto plantearon
reivindicaciones  ante los patrones.
. En el ramo de los ferrocarriles también registramos varias
asociaciones gremiales muy solidificadas, relacionadas, además,
con las hermandades norteamericanas, las cuales les transmitieron
muchos conceptos anarquistas y formas organizativas más
eficientes. Había desde luego muchos núcleos artesanales que
estaban dejando de serlo para transformarse en auténticos
sindicatos de oficio, pero ya con una más clara conciencia de clase,
derivada de la propagación de las ideas revolucionarias.
En nuestro país, estábamos en la etapa de creación de los
sindicatos de fábrica  o de empresa, los cuales demandaban
algunas exigencias elementales: respeto a la libre sindicalización y
al derecho de huelga a efecto de que ya no se considerara un
delito, tipificado en el Código de Comercio de aquella época,
mejores salarios, condiciones higiénicas en las centros en  los
talleres y las minas, pagos por concepto de accidentes laborales,
disminución de la jornada de trabajo, entre otras. Los paros que
estallaron en aquella época revelan la prioridad absoluta que
existía en materia de reivindicaciones de carácter económico,
pasando a plano secundario las formulaciones de carácter político,
lo que reflejaba la inexistencia de organizaciones sindicales de
alcance nacional y la escasa preparación ideológica de sus
dirigentes.

También podría gustarte