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La sexualidad forma parte de la salud integral y de la personalidad de todo ser

humano. Para nuestro pleno desarrollo físico y emocional, todos necesitamos la


satisfacción de necesidades básicas como el deseo de contacto, de intimidad, de
expresión emocional, de placer y de amor.

Sin embargo, nuestra sociedad actual ha padecido y sigue padeciendo una cierta
sexofobia, más o menos solapada según las épocas, por lo que el individuo no es del
todo libre para vivir su sexualidad de una manera plena y sin prejuicios, y ya desde el
nacimiento, la educación que recibe esa persona está llena de mensajes negativos que
limitarán en un futuro su capacidad comunicativa, tanto emocional como sexual.
La Organización Mundial de la Salud, desde 1975, considera que se necesitan tres
elementos primordiales para experimentar una buena salud sexual:
Tener posibilidad de disfrutar de una actividad sexual reproductiva con un equilibrio
entre ética personal y social.
Poder ejercer la sexualidad sin temores, vergüenzas ni culpas, es decir, sin factores
psicológicos y sociales que interfieran con las relaciones sexuales.
Poder ejercer la actividad sexual sin trastornos orgánicos, enfermedades o alteraciones
que la entorpezcan.
Las bases de la salud sexual van a ser, principalmente, la educación sexual y el
mantenimiento de la salud física y psicológica del individuo. Sin embargo, todavía hay
muchas personas que se oponen a que la educación sexual sea una materia de estudio
obligatorio para nuestros niños y jóvenes, al igual que muchos también se niegan a
dedicar más recursos al mantenimiento de la salud psíquica y emocional de la
población.

Los seres humanos, a lo largo de su vida, tienen que encajar en su personalidad


cambios que se relacionan con su sexualidad. Entre los más complejos se encuentran
la orientación y la identidad sexual y, aunque nuestra sociedad aparentemente es
tolerante, la realidad es que las personas que se muestran “fuera de la norma” sufren
con mucha frecuencia ansiedad y depresión en su propio proceso de aceptación
sexual, siendo los jóvenes los más vulnerables y sufriendo daños, a veces irreparables,
en su autoestima y en su personalidad.

Los cambios propios del proceso evolutivo provocan necesidades de adaptación


psicológica que a veces favorecen la aparición de disfunciones sexuales, como sucede
por ejemplo en el adolescente con el descubrimiento del propio cuerpo y con el inicio
de las relaciones sexuales. También a lo largo de la vida se van a producir cambios
hormonales y emocionales importantes que van a afectar plenamente la sexualidad del
individuo, como pueden ser el embarazo, el posparto, la menopausia o la andropausia.
Y por si esto fuera poco, se pueden producir disfunciones sexuales por múltiples
causas, tanto físicas (por enfermedades o por tratamientos) como psicológicas.

Se ha demostrado mediante numerosos estudios científicos que la salud sexual es un


importante indicador del grado de salud general de los individuos y de su satisfacción
con la vida. De hecho, hay datos que la relacionan con la longevidad, con el bienestar y
con la felicidad, pero a pesar de ello, sorprende que no se busque proactivamente ni
que se le otorgue la importancia que debería, de una manera seria y profesional.

En este campo hay mucho intrusismo, por lo que no todo el mundo que habla de sexo
sabe lo que dice, o lo que es peor, a veces transmite conceptos obtenidos de su propia
cosecha, lo que puede ser muy perjudicial para el receptor del mensaje. Quizá
merecería la pena que dedicáramos más recursos al conocimiento y al estudio de la
salud sexual y que los médicos le diéramos la importancia que le corresponde, para
formarnos más y así poder ayudar mejor a nuestros pacientes.
La promoción de la salud sexual, es decir, la posibilidad de que las personas que
acudan a un profesional de la salud puedan hablar de estos temas, de sus miedos, de
sus dudas, de las relaciones sexuales de riesgo o de las disfunciones sexuales,
debería ser también un objetivo del sistema nacional de salud, pero desgraciadamente
esa no es la realidad que vivimos. Por un lado, no hay suficientes profesionales de la
salud bien formados en Sexología que pudieran cubrir estas necesidades de la
población, pero por otro lado tampoco los españoles estamos educados y preparados
para hablar de sexo con seriedad y sinceridad ante un desconocido.

Cuando un profesional dice que es sexólogo o sexóloga, casi siempre se percibe una
sonrisa en quien le escucha, unas veces motivada por la sorpresa, otras por el
desconocimiento, pero la mayoría de las veces por el morbo y los pensamientos
equivocados que se desencadenan.

Los sexólogos somos expertos en el comportamiento sexual de las personas,


entendiendo al individuo como un ser sexuado desde el momento en el que nace hasta
que muere y asumiendo todo lo que ello pueda implicar. La sexualidad, además de con
el cuerpo, guarda relación con muchos factores influenciadores, especialmente
relacionados con la experiencia pasada, la experiencia presente, la personalidad, las
emociones y la cultura del individuo, por tanto, su abordaje requiere un enfoque
multidisciplinar, basado en el estudio y en el conocimiento del ser humano y de su
comportamiento. Un conocimiento que se inicia mediante postgrados universitarios y
del que, como sucede con cualquier otra ciencia, nunca se puede decir que se ha
alcanzado la cima.

Al nacer ya lo hacemos como seres sexuados y, desde ese mismo momento, empieza
nuestra evolución como tales, por lo que independientemente de nuestra edad, de
nuestra condición física y de nuestra vocación, mientras tengamos vida, los seres
humanos siempre sentiremos y expresaremos nuestra sexualidad (la negación de la
misma también va a ser una forma de expresarla). A lo largo del ciclo vital irán
surgiendo diferencias notables y tener conocimiento de ellas hará que sea más fácil
mantener una buena salud sexual, sin conflictos ni sentimientos de culpa.

Una buena educación sexual nos ayudaría a relacionarnos mejor, a disfrutar


plenamente del sexo, a no correr riesgos innecesarios, a tener menos complejos y, en
definitiva, a ser más felices.
¿Qué es la sexualidad?
La sexualidad es un conjunto de elementos que constituyen nuestra vida sexual, por
tanto, delimita los comportamientos sexuales que asumimos, las relaciones y la
intimidad. Dichas conductas responden también a creencias culturales, porque en ella
influyen las relaciones interpersonales y el contexto sociocultural donde nos
desenvolvemos.

Definición de la Organización Mundial de la Salud

«La sexualidad es un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida.
Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la
intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de
pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas,
papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas
dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre. La
sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales,
económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales».
(OMS, 2006)

La importancia de la sexualidad desde la salud sexual Para reconocer la importancia de


la sexualidad hay que identificar la influencia de la salud sexual en la vida de todos,
porque es una parte esencial en nuestro paso por el mundo, y esto es producto de su
influencia en las diferentes dimensiones del ser humano (físico, mental, emocional y
social).

La sexualidad contribuye en el desarrollo pleno de la personalidad e incide en la


felicidad personal. A pesar de su influencia y su impacto social, la sexualidad continúa
siendo un tabú, en algunas escuelas y familias, pero gracias a las campañas y
programas de educación sexual que se han desarrollado, las personas, especialmente
los niños y los jóvenes, tienen mayor acceso a una información adecuada.

Las personas encargadas de ofrecer educación sexual, y las estrategias adecuadas


para poner en práctica una sexualidad saludable, somos los sexólogos. Además,
cualquier persona puede acceder a este servicio, ya que las sesiones se dan tanto en
formato presencial como online. Es necesario saber que los sexólogos online son cada
vez más demandados, debido a la comodidad de poder quedar en cualquier momento
sin moverse de casa.

La educación sexual en la actualidad


La educación sexual tiene como finalidad educar a las personas para que reconozcan
la importancia de la sexualidad, y su influencia en la dimensión cognitiva, física,
emocional y social de todos.

Anteriormente, la sexualidad era concebida como un tabú, pero gracias a las nuevas
tecnologías de la comunicación, se ha convertido en un tema notorio y de interés
social, con el propósito de que todos desarrollen hábitos sexuales responsables para
consigo mismos y para con los demás.

Objetivos de la educación sexual:


Afianzar el desarrollo de la autoestima.
Concienciar a las personas con relación a la importancia de tener una sexualidad
responsable.
Fomentar la capacidad de amar y la aceptación para ser amado.
Integrar la importancia de la sexualidad como una dimensión importante en la vida del
ser humano.
Mitigar la discriminación por orientación sexual e identidad de género.
Prevenir las enfermedades de transmisión sexual.
Prevenir los embarazos no deseados.
Promover una cultura de responsabilidad sexual.

Para tener una salud integral, hay que tener una vida sexual plena y responsable, la
cual nos ayudará a desarrollarnos como personas individuales y sociales.

La sexualidad y la autoestima
Una persona segura de sí misma y con amor propio, tendrá una vida sexual plena y
responsable, porque está en la capacidad de entregarse íntimamente a otra persona y
de recibir a alguien que la valore. Esto resulta en una autoestima sexual, donde el
sujeto está en la capacidad de experimentar diferentes situaciones sexuales de manera
satisfactoria y placentera (exploración).
La autoestima incide de manera positiva en la sexualidad, y viceversa, porque le
permite a la persona construir un concepto social, personal y sexual de sí misma,
teniendo la oportunidad de comunicarse con su propio cuerpo.

Sexo
(Biológicas) Las personas nacen como macho, hembra, o intersexuales.
(Comportamiento sexual) Por lo general, implica tocarse a sí mismo o a otra persona
en maneras que estimulen los sentimientos sexuales y el placer. Comportamiento
sexual incluye muchas formas de tocar que pueden incluir desde agarrar de las manos
o masaje hasta la masturbación o el coito (vaginal/oral/anal).
Sexualidad
Quienes somos como hombres y mujeres. Nuestra sexualidad cambia y crece a lo largo
de nuestras vidas. La sexualidad incluye comportamientos sexuales, las relaciones
sexuales, y la intimidad; cómo elegimos expresarnos como hombres y mujeres
(incluyendo la forma en que hablamos, vestirnos y relacionarnos con los demás);
orientación sexual (heterosexual, homosexual, bisexual), valores, creencias y actitudes
como se relacionan con ser barrón o hembra; cambios que pasan a nuestros cuerpos
como las etapas de la pubertad, el embarazo o la menopausia; si y cómo escogemos
tener niños; el tipo de amigos que tenemos; cómo sentimos con respecto a la manera
en que vemos; quienes somos como persona; y la forma en que tratamos a los demás.
La Genitalidad, es la expresión de las diferentes características de los genitales
femeninos o masculinos y de sus respuestas a los estímulos físicos o psicológicos,
reales o imaginarios o figurados. Es un componente muy importante en la expresión de
la sexualidad.

SEXUALIDAD A TRAVES DE LA HISTORIA


La sexualidad evolucionó junto con la mentalidad del ser humano, comenzó en la
prehistoria como una simple satisfacción del impulso reproductivo, luego ocupó un sitio
en las creencias religiosas y más tarde fue perseguida y reprimida por la sociedad.
¿Cómo era la sexualidad en la antigüedad?
La sexualidad en el Medievo se veía como algo pecaminoso, reprobable y peligroso;
pero, también, como lo más soñado, meditado y, secretamente, deseado. El
cristianismo separaba el sexo de dos formas, la primera en actos naturales y la
segunda en actos contra la naturaleza.
la sexualidad del antes y el ahora, basada en el ensayo “nuestra ética sexual” de
Bertrand Russell.

Hoy en día la sexualidad es un tema con más libertad, sin embargo, ¿qué diferencias
existen entre el antes y el ahora? Los eruditos, influidos por la sociología y el
psicoanálisis, lamentan el silencio que ha envuelto los asuntos sexuales según el
filósofo.

Tomando en cuenta que este ensayo fue escrito a principios del siglo pasado, se puede
observar que, actualmente, la sexualidad sigue siendo un tema tabú. La mayor parte de
la sociedad piensa que la educación sexual brindada en las escuelas es la necesaria,
pero si lo comparamos con las estadísticas del gobierno se puede encontrar que no es
suficiente. El gobierno de México quiere erradicar el embarazo en niñas de 14 años y
menos, con el objetivo de reducir al 50% la tasa de fecundidad entre adolescentes de
15 – 19 años (ENAPEA, 2018).

Se da una educación “adecuada” desde temprana edad, pero ¿por qué poner la
palabra adecuada entre comillas? Si se compara la educación sexual de una escuela
católica con una escuela laica, se encontrarán notables diferencias; mientras que en
una católica el tema de sexualidad es considerado como una falta y en la enseñanza se
reducen ciertos temas, en una laica el abordaje es más abierto y por tanto, se da mayor
información.

Según Russell, a la hora de buscar una nueva ética de conducta sexual no debemos
dejarnos dominar por los antiguos preceptos que dieron origen a la ética antigua, a
menos que algunos de estos preceptos fomenten la felicidad humana.

Es relevante mencionar que hace poco la Iglesia Católica celebró el octavo Congreso
Internacional de Curas Católicos Casados, y se elaboró un manifiesto en el que ya no
se exige el celibato en ciertas vocaciones sacerdotales, sino que surge un nuevo
modelo de Iglesia que pueda colaborar frente a los retos que el ser humano tiene
planteados (El País, 2015). El Vaticano está aceptando que sacerdotes que viven en
comunidades aisladas o en condiciones difíciles contraigan matrimonio, aunque los
demás sacerdotes sigan con la regla del celibato, es un nuevo avance y es cuestión de
tiempo para que sea una aceptación general. Desde este punto de vista, la religión
también está abriendo puertas para entender la sexualidad.

El último punto que toca el texto de Russell, es la igualdad sexual ¿Acaso las mujeres
son vistas igual que los hombres en su conducta sexual? En la mayor parte de los
casos la mujer “no es bien vista” por tener una relación sexual abierta, pero si el
hombre ejerce esa misma libertad, en la mayoría de los casos, se le ve como un logro.
Si es la misma situación, ¿por qué no hay igualdad y el mismo respeto hacia ambos
sexos?, ¿quién decide que está mal?

El filósofo inglés menciona que la igualdad de la conducta sexual tiene que ser
asegurada de dos maneras: o bien, exigiendo a los hombres una monogamia igual que
la exigida a las mujeres, o bien permitiendo a las mujeres, igual que a los hombres, un
cierto relajo del código tradicional.

Para concluir queda seguir cuestionando las diferencias del antes y del ahora en
cuanto a la comprensión de la sexualidad, su comportamiento responsable
construyendo una ética sexual que contribuya a la felicidad humana.
GENETICA Y SEXUALIDAD
Comprende aquellos aspectos que desde el punto de vista físico y orgánico tienen que
ver con la expresión sexual. Se integran en ella, por tanto, distintos aparatos y órganos
regidos por el cerebro que, tras recibir información desde los órganos de los sentidos,
elabora la respuesta sexual humana.
La orientación sexual humana es un carácter complejo influido por varios genes,
experiencias vivenciales y factores socioculturales. Estos factores interactúan y
producen un patrón característico de orientación sexual hacia el sexo opuesto, pero
existen excepciones, como la bisexualidad y la homosexualidad.
LA IDENTIDAD DEL GEN MASCULINO Y FEMENINO
La identidad de género —del inglés gender identity—1 alude a la percepción personal
que un individuo tiene sobre sí mismo en cuanto a su género.2 La identidad de género
puede coincidir con el sexo asignado a una persona o puede diferir de dicha
clasificación.3 En la mayoría de los individuos, los diversos determinantes biológicos
del sexo son congruentes y se ajustan a la identidad de género del individuo.4 La
expresión de género suele reflejar la identidad de género de una persona, pero no
siempre es así. Según la Asociación Estadounidense de Psicología, puede definirse
como la concepción interna que tiene una persona de sí misma como hombre, mujer,
una mezcla de ambos, u otro.5
La identidad de género es un sentimiento subjetivo de “ser masculino” o “ser
femenino”
Identidad de género o identidad sexual: es la percepción y manifestación
personal del propio género. Es decir, cómo se identifica alguien
independientemente de su sexo biológico. La identidad de género puede fluir
entre lo masculino y femenino, no existe una norma absoluta que lo defin

SEXUALIDAD Y CLASES SOCIALES


ASPECTOS SOCIALES DE LA SEXUALIDAD.
La sexualidad, que con frecuencia se enmarca en las relaciones genitales, tiene
una significación más amplia, que incluye formas de pensar, sentir y actuar de
cada persona, desde su nacimiento hasta su muerte, la forma en que se ve el
mundo y la forma en que el mundo ve a las personas. Es una parte de nuestra
personalidad e identidad; o sea, el aspecto psicológico de ésta, y una de las
necesidades humanas que se expresan a través del cuerpo; constituye un
elemento básico de la feminidad omasculinidad, de la autoimagen, de la
autoconciencia, del desarrollo personal, y estimula la necesidad de establecer las
relaciones interpersonales. El aprendizaje de la sexualidad comienza en el
nacimiento. En este proceso se requieren dos factores: el individuo mismo, quien
va a aprender, (que ofrece un potencial psicológico, dentro de un marco
genético) y el medio ambiente, que va a orientar, moldear y definir su proceso de
aprendizaje con una resultante: la persona y sus conductas.
Las normas sociales que rigen la expresión de la sexualidad varían con el
tiempo, la cultura y las circunstancias; existen comportamientos sexuales que en
el pasado o en algunas sociedades están bien considerados y que pueden ser
rechazados en otras. Sin embargo, es conveniente aclarar que en la sexualidad
no existen normas, sino formas diferentes de expresarl En nuestra sociedad aún
subsisten concepciones y patrones machistas en relación con la sexualidad y la
función de cada uno en la familia; persiste el peso de la "doble jornada", la
responsabilidad muchas veces no compartida al asumir la maternidad. Existe
aún recato al tratar temas afines en la familia, unas veces por considerarlo
polémico y candente, y en otras, por la poca preparación y actualización que de
éstos tienen los padres. Todo esto dificulta la labor orientadora, por lo que los
adolescentes, en muchos casos, buscan ayuda en otros jóvenes quizás tan
desorientados o más que ellos mismos. En un estudio realizado sobre el aborto
en la adolescencia, sólo la tercera parte de las jóvenes encuestadas acudió a sus
padres cuando sospecharon
su embarazo.
Si los padres, como pareja, no se sienten a plenitud, y como tal no se protegen,
es imposible que puedan entregar bienestar emocional a sus hijos. Vale recordar
que la capacidad de amar se adquiere y desarrolla en las relaciones sociales, en
la comunicación y en la actividad que se establece entre padres e hijos,
muchachos y muchachas, padres y maestros, maestros y alumnos.
Una buena educación sexual no consiste únicamente en dar una buena clase de
anatomía o reproducción humana; tampoco es sentarse con el educando y hacer
un discurso sobre los peligros del sexo. De nada sirven algunas charlas sobre el
SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual si no son capaces de modificar
la percepción del riesgo.
Una buena educación sexual, además de INFORMATIVA,
Al resumir los diferentes aspectos sociales abordados en relación con la
sexualidad, se puede inferir que no existe una adecuada interrelación familia-
escuela-sociedad en materia sexual; todavía la familia, en gran medida, no ha
logrado su protagonismo, al no abordar el tema sexual, en ocasiones, y en otras
tratándolo de forma superficial, lo que propicia una inadecuada preparación de
los jóvenes, quienes cada vez incrementan las relaciones sexuales en edades
más tempranas, aumentan el índice de abortos, así como cambios frecuentes de
pareja, que favorecen conductas tales como la prostitución, la cual se
internacionaliza, y se crea un enorme mercado de servicios ofrecidos por
diferentes vías: revistas, comerciales, videos, servicios telefónicos, Internet;
existe un fuerte vínculo entre turismo sexual y prostitución, que se vincula
con otras tipicidades delictivas graves, como las drogas, el contrabando, la
corrupción de menores etc. Todo esto crea el caldo de cultivo adecuado para las
enfermedades e transmisión sexual y entre éstas, ocupa el lugar cimero el SIDA,
llamada la "Pandemia del Siglo", la cual, en poco más de una década, ha tomado
millones de víctimas, con los jóvenes como el grupo más afectado. En relación
con la violencia en materia sexual, ésta adquiere connotaciones relevantes en el
mundo, al llegar al "comercio del sexo", que abarca a niños y adolescentes, y que
constituye una flagrante violación de los derechos de los mismos.
La violencia conyugal sigue siendo la forma más frecuente de violencia familiar.
Hoy, más que nunca, debemos luchar por hacer valedero el concepto de salud
sexual que ofrece la OMS: "Es la integración de los elementos somáticos,
emocionales y sexuales, por medios que sean positivamente enriquecedores y
que potencien la personalidad, la comunicación y el amor".

MITOS Y FALSAS CREENCIAS SOBRE LA SEXUALIDAD


Los mitos sobre la sexualidad son todas aquellas creencias, afirmaciones,
narraciones, tradiciones que empezaron a ser comunes y a circular entre las
personas, pero que pueden implicar algún riesgo en la salud o integridad de cada
una de las personas.

Derrumbando los mitos


Masturbación: conociendo y explorando mi cuerpo Mito: sobre la masturbación no se
dice mucho “sólo que es malo”. A los adolescentes les dicen que “les salen pelos en las
manos”, y a las adolescentes que “las mujeres no deben tocarse”.
Derrumbando el mito
La masturbación se trata simplemente de una auto-estimulación que te permite conocer
tu cuerpo y explorar tus sensaciones sexuales. Además de ser tu derecho, porque eres
la dueña o dueño de tu propio cuerpo, te permite -en una circunstancia de intimidad y
de absoluta seguridad- tocarte y estimularte,
conocer las zonas erógenas de tu cuerpo, sintiendo cómo te excitas y cómo vives un
orgasmo.

La virginidad
Mito: las mujeres deben ser vírgenes, es decir, deben tener el himen intacto, y
permanecer así hasta que se establezcan en uniones
de pareja estables.
Derrumbando el mito
La virginidad es un mandato cultural sólo para las mujeres, que tiene su origen
en valores conservadores con antecedentes religiosos. Con ella se pretende
medir su “pureza” o “castidad”. En cambio a los hombres, por lo general se les
exige aprendizaje y experimentación sexual a temprana edad, como prueba de su
virilidad. Ellos no deben demostrar pureza como medida de su valor personal.
Debemos ser conscientes de que este mito es uno de los que históricamente ha
generado injusticias y desigualdades. Muchas mujeres han sido castigadas o
censuradas al hacerse público que están activas sexualmente antes de
establecer uniones estables de pareja. Estos castigos van desde los matrimonios
o uniones impuestas, hasta la violencia física. En los hombres se cuestiona el no
tener experiencia sexual previamente. Además se condenaría, según este mito, a
las mujeres que no desean establecer uniones estables de pareja a no disfrutar
de su vida sexual.
Himen es la parte anatómica más variable de los genitales de la mujer, porque
puede tener una gran variedad de formas, es un tabique membranoso que es
parte de la vulva. El himen puede ser elástico, por lo cual sangrar o no durante el
coito no es prueba de virginidad. Recuerda que ya seas de sexo femenino o
masculino, la decisión de tener o no relaciones sexuales es una decisión
personal que sólo puedes tomar tú, y nadie más.
La menstruación
Mito: la menstruación es una desventaja.
Derrumbando el mito
La menstruación es parte del proceso natural de ser mujer, marca ciclos de
fertilidad mensualmente y para esos días debes tomar las previsiones
necesarias. En ocasiones algunas mujeres presentan malestares que no
constituyen una enfermedad. Sin embargo, es importante acudir al servicio
médico en caso de que las molestias sean persistentes o intolerables, aunque
por lo general no necesitas interrumpir ninguna de las actividades que realizas
normalmente.
Mantener prácticas sexuales durante la menstruación es una decisión individual.
Si decides mantener prácticas sexuales durante la menstruación es importante
que uses el condón correctamente para protegerte, porque aumenta la
posibilidad de contagio de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) al existir
mayor cantidad de uidos corporales.
Algunas veces los medios de comunicación generan información y deseos de
rechazar la propia naturaleza mostrando la imagen de la mujer que no
corresponde con la realidad de muchas adolescentes en este periodo.
Aceptar el cuerpo y sus procesos contribuye a tener más confianza y sentir
mayor control en tu propia vida
El pene
La sexualidad masculina se encuentra genitalizada: el placer gira en torno al
pene, la penetración y la eyaculación, invalidándose otras zonas erógenas del
cuerpo masculino. Mito 1. El tamaño del pene importa.
Derrumbando el mito
Al tamaño del pene se le atribuye la responsabilidad del placer propio y de las
otras personas con quienes tengas contacto sexual. Siendo costumbre que los
púberes y adolescentes se jueguen con las características anatómicas de su
pene, lo miden. Determinar un promedio del tamaño del pene es imposible
porque cada persona es única. Es importante que conozcas y aceptes cada parte
de tu cuerpo porque te permitirá tener con anza y seguridad en ti. No caigas en
las comparaciones con imágenes obtenidas en televisión, cine, videos e internet
de contenido sexual, que por lo general muestran hombres con penes de
dimensiones muy grandes, que son la excepción al promedio del tamaño de la
mayoría.
¿Sabías qué? Existe una condición en algunos hombres con penes pequeños o
micro, que alcanzan la medida de 5 a 7 centímetros aproximadamente en
erección
¿Sabías qué? Las mayores concentraciones nerviosas que
generan placer se encuentran en los primeros
centímetros de la vagina y del ano, por eso el
tamaño NO importa
. Si eyaculo afuera no te embarazo.
Derrumbando el mito
El coito interrumpido o eyacular afuera de la vagina no es un método
anticonceptivo porque desde que te exitas el pene comienza a segregar
líquido seminal que contiene espermatozoides que pueden fecundar al óvulo.
Falsos métodos de prevención de ITS
Lavarse los genitales con limón, vinagre, cloro u otra sustancia inmediatamente
después de tener contacto sexual sin condón, no previene
infecciones de trasmisión sexual. La única forma de prevenir una infección de
transmisión sexual es usar el condón usándolo adecuadamente
o no tener contacto sexual (abstinencia).
Uso del condón
Usar condón es la mayor protección a la hora de tener prácticas
sexuales. Al momento de colocarlo puedes experimentar creatividad y
diversión, con las diferentes opciones que hay en el mercado.

INTRODUCCION

La sexualidad en el ser humano esta presente desde el momento que nace hasta la
muerte y de todos aquellos aspectos que esta implica ya que involucra sentimientos,
emociones, actitudes, pensamientos y comportamientos tales como la autoestima,
cariño y respeto por nosotros mismos, la percepción íntima y personal de sentirnos
mujeres y hombres; el vínculo afectivo con los demás y la manera de expresar nuestro
afecto; la capacidad de dar y recibir amor y de experimentar placer; la forma de
comportarnos, las diferencias corporales, los cambios físicos, el impulso o deseo
sexual, atracción física, y la reproducción biológica; es decir la sexualidad abarca
nuestro cuerpo, nuestras emociones, lo social y cultural de nuestra vida. El sexo es una
característica biológica que permite identificar a las personas por sus diferencias
corporales, tanto como hombres o mujeres. Esta diferencia posibilita a ambos
físicamente para participar en la reproducción de la especie.
La sexualidad abarca todo, es el resultado de la relación entre mujeres y hombres, la
forma de sentirnos como hombres o mujeres según la época y cultura que establece la
sociedad, además de los criterios y convicciones de carácter moral. Esto incluye el
vínculo afectivo, la capacidad de dar y de recibir amor, la capacidad de experimentar
placer, y la atracción física hacia otra persona.
Sin embargo, nuestra sociedad actual ha padecido y sigue padeciendo una cierta
sexofobia, más o menos solapada según las épocas, por lo que el individuo no es del
todo libre para vivir su sexualidad de una manera plena y sin prejuicios, y ya desde el
nacimiento, la educación que recibe esa persona está llena de mensajes negativos que
limitarán en un futuro su capacidad comunicativa, tanto emocional como sexual.
En este trabajo expondremos sobre este tema tan importante y sus aspectos
biologicos, psicologicos, sociales, economicos y culturales; porque una sexualidad
saludable nos permite disfrutar de una vida plena.

CONCLUSION

La sexualidad forma parte de la salud integral y de la personalidad de todo ser humano.


Para nuestro pleno desarrollo físico y emocional, todos necesitamos la satisfacción de
necesidades básicas como el deseo de contacto, de intimidad, de expresión emocional,
de placer y de amor.
Se necesitan tres elementos primordiales para experimentar una buena salud sexual,
como es tener posibilidad de disfrutar de una actividad sexual reproductiva con un
equilibrio entre ética personal y social; Poder ejercer la sexualidad sin temores,
vergüenzas ni culpas, es decir, sin factores psicológicos y sociales que interfieran con
las relaciones sexuales y Poder ejercer la actividad sexual sin trastornos orgánicos,
enfermedades o alteraciones que la entorpezcan. Al nacer ya lo hacemos como seres
sexuados y, desde ese mismo momento, empieza nuestra evolución como tales, por lo
que independientemente de nuestra edad, de nuestra condición física y de nuestra
vocación, mientras tengamos vida, los seres humanos siempre sentiremos y
expresaremos nuestra sexualidad (la negación de la misma también va a ser una forma
de expresarla). A lo largo del ciclo vital irán surgiendo diferencias notables y tener
conocimiento de ellas hará que sea más fácil mantener una buena salud sexual, sin
conflictos ni sentimientos de culpa.
Una buena educación sexual nos ayudaría a relacionarnos mejor, a disfrutar
plenamente del sexo, a no correr riesgos innecesarios, a tener menos complejos y, en
definitiva, a ser más felices.

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