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Gidida de polfticos bolcheviques. La edictadura del proletaria- do», tras un perfodo de transicién de lucha de y privaday, tinguitfa ®, La decadencia de las ideologias polfticas tradicionales —con- servadurismo y liberalismo— y el desarrollo de una gran vatie- dad de direcciones politicas desde 1a extrema derecha 2 la ex- Historia. Mundo! Contnporsinec fen ®) Alas Tewes Luci 2. Europa en camino hacia la sociedad industrial a erses gran clea de be tocando que ewe Bape sus grandes inversiones en ultramar. lamentaria del partido bolchevique, pero siguié siendo un ene- migo irreconciliable de todos los intentos de conseguir la ‘emancipacién de Ia clase obrera por os métodos legales, sobre todo en colaboracién con la democracia burguesa. El movimien- to socialista debfa apoyar por todos los medios la revolucién pues «en Ja vida de los pueblos las exclusivamente por la fuerza» *. La ido serfa ela destruccién de ‘apartio estaal ttadiondl, como. pro- clamé el mismo Lenin més tarde en su «El Estado y la revolu- cién» de 1917", Después de romper defint La decadencia de las ideologtas polfticas tradicionales —con- servadurismo y liberalismo— y el desarrollo de una gran vatie- dad de direcciones polfticas desde Ia extrema derecha social o polftica de Jos grupos sfectados ‘encontraron las mds diversas respues vista, el amplio caleidoscopio de les perfodo ofrece un reffejo de las tension les que apare- cieron en el seno de Ia sociedad industrial en expansiGn. 34 Historia, Wondenl Coreunporonec hind) 2. Europa en camino hacia la sociedad industrial las grandes ciudades industriales ceso de expansién, En 1910 s6lo el 25% de fas grands Alas Teves lie pases del continente, En de crecimiento ininterrum- Europa continental el pido de Ja economfe pero « cambio, el d mis répido. No fu que acerté 2 alcanza nolégico inglés. El pr ‘mente lento, pero Esta cifta disminuyé muy despe- En 1896 el 60,9 % de Ia pobla- viva de ocupsciones agrarias, en 1906, el 559%. En ccmparacién con Inglater sa mantenia un gran sector tradicional situaci6n era completamen- i poblacién —el niimero de habitantes del Reich alemin pas6 de 402 millones en el alo campo sbandonaban cada ientes del este del pafs, los dia en mayor niimero # los 36 ——r 383.000 y diez sfios més tarde 588,000. tes de Diisseldorf subié en el mismo espacio de tiempo de 95.000 a 358,000, de la poblacién urbana co- troceso constante en el sector candinavos, La industrializacién también ech6 rafces aqui, y 3” de métodos de cult 1¢ posible competencia agricola en el marco de la s0- ‘A pesar de que extendi6 entre las y tiesgo econémico y social. Si intido segura de su su capacidad “c “buorci6a, segin todos los indicios, habla: pe 39 volumen de los bienes producidos y de mercado, y por ren- dimientos decr Fig. 1. Evolucién de los precios en Gra 1913; Indice Rousseau-De Bit repetidamente suténticas, que afectaron a la economia ‘europea con mayor o menor intensidad, y provocaron incluso importantes recesiones en la producci6n; 1873 fue considerado como el aio de cambio hacia tiempos peores; pero la depre- sin que le siguié directamente, no fue excesivamente grave comparada con las que iben a segult. Unicamente en Alemania, 40 y provoos en los palses tancamiento y reducciones de ento ascendente que duré, con ‘empresarios y, finalmente, a un primas, sobre todo cuando eran f desarrollo econémico de las colonias productoras ss repercutfa asf sobre el mercado curopeo. mundo de negocios contemporineo, no eran tanto iss y de enero de produccin, como expeesiGa, del progress a ios avanzaba Europa ss década Primera Guerta Mundial « pasos agigantados hacia la socie dad industrial desarrollada. La sgricultura s6lo_pudo sacer_un provecho limitado de esta expansi6n. Sin embargo, la coyuntura de Ia economia in- dustrial entre 1896 y 1913 coincidié con una grave crisis eco- némica, Esta alcanz6 a toda Europa con gran violencia aunque en el continente pudo ser mitigada gracias a medidas protec: onistas f Ja competencia de los productores de trigo de ultram norme baja de los precios del trigo de ultra- mar que podia competir con Jos productos continen- tales gracias a los nuevos medios de comunicacién, hizo que se vinieran abajo los precios del trigo en Europa. En Inglaterra fue donde esto se noté de forma mis sensible. Con 22 chelines y 10 peniques, el precio del quarter de trigo, alcanzS en 1894 su {indice més bajo: aproximadamente la tercera parte de su precio en 1868, En Alemania Ie situacién no era mucho mejor, el quintal métrico de centeno, que en los afios setenta del siglo xxx se habla pagado a un promedio de 16,90 marcos, costaba en 1894 solamente 11,80 marcos, En Francia el panorama se mos- traba ligeramente menos agobiante debido, por una parte, al cstablecimiento de altas tarifes aduaneras, y porque las empresas francesas, al set en general relativamente pequefias, eran me- ‘pos vulnerables en los momentos de ctisis. En conjunto la agricultura tenfa que luchar con una seria cafda de precios, cuyos efectos se agravaron por el hecho de que el nivel extre madamente bajo de los sagricolas no podfa ser mantenido Ia industria. Tampoco las considerables cado mundial. En Prusia Jos temporeros, que ante 1a situacién econémica ain peor de los territorios fronterizos del imperio uso tenfan que contentarse con salerios {nfimos y alojamientos 42 tes de Ia") 36: 32} 284- 24. 20 WNGLATERRA FRANCIA {ALEMAWIA 167018801690 1900 102 Fig. 2. La evolucién del precio del trigo en Alemania, Francia c Inglaterra, de 1870 2 1920. Segin W. Abel. Jos pafses lanos « las nucvas fuerzas ecor po estos medios de transporte, rlativamen itieron Ia afluencia de grandes masas de trabajadores « los centtos industriales; pero, sobre todo, crearon los am- ios mercados que necesitaba la produccién industrial en mass. Ademés los ferrocarriles, que eran ertonces ‘empresas de enor- de ultramar con que los grupos todos 1s. pafses; ent defnitivamente, s] menos en Europa central y diffcil. prob i mbargo, por fin, i italismo industrial En Ia primera fase de la cestratégica de los smados pueblos subdesarrollados, discutida icos de la econom{a, tuvo en este pro- mfs detalle, un’ papel fundamental textil de Lancashire, siderables cambios en cuanto a sus mercedos; pero Primera Guerra Mundial su produccién fue rentable sin nece- tidad de cambios tecnol6gicos fundsmentales ni medidas de modernizaci6n. Hasta 1914 siguié ocupando 1a produccién & a construccién de ferrocarriles el primer lugar. 3 se empleaban aproximedamente el 45% de las jado a Jos productos industriales procedentes de estas inversio- ns meno tipico de Jos sistemas capitalistas avanzados. No falteron rnuyeron en el mercado como se ha legado de carbén inglés. Pronto, Jn inglesa, quedando slo naam | en los mercados mundiales, ¢ incluso, en el mercado interior briténico, se alzaron voces contra Ias ofertas extraordi- nariamente ventajosas de aceto alemén, En este sentido tuvieron alemin y de esta manera exporter « precios més industrias de otros pafses. econémica de Alemania con respecto a Gran Bre- idfa sin embargo tanto en el progreso de Ia indus. alemana, como en los adelantos de la industria 1n0 de Ia electrotéenica y de 1a quimica orghnica y asegurarse en algunos productos un monopolio casi universal. Los comien- 208 de este deserrollo se remontan en parte « épocas lejanas, Ya en el afio 1847 habla sido fundada Ia empresa Siemens & Halske, a ta que se unis luego, en 1883, la Allgemeine Elekti- citdtsgesellschaft (AEG) y poco més tarde el grupo Felten & Guilleaume. Con la construccién del telégrafo eléctrico, del motor eléctrico, que revolucionarta el progreso industrial, de tranvlas eléctricos y con el perfeccionamiento sis cuyo objetivo era limitar Is compe- ado interno y mantener fos precios al nivel Por esta razén se levaron a cabo en Alems- 130 6 de toda le roluaiga mum n otros pafses curopeos uniones industrieles;_ejem- volucin en el sector de la quimics. Favorecida por los grandes descubrimientos de los aos se- ¢jemplo, el celofén 48 | “a mis tarde que la economia ale. el iiltimo cuarto de siglo su que ésta supuso 124.842 millo- 1892, alcanz6, 2 snta nacional per c 438 marcos en el afio 1890 a 739 marcos 42.791 mi- scendié de ‘sho 1913, ‘Alemania de 1885 « J. HL Mille se tiene en cuenta laci6n habfa crecido en el mismo pe- ca de 60 millones, es decir, que in de Alemania, el desarrollo tras6 considerablemente en los demés pafses de r Paulatinamente y de manera limitada, Jos checos y hiingaros de la hegemonta lemén, al reinaba a su vez otra situacién, Mien- desarrollo econémico extraordinariamente agresivo e irregular, cen Ia vecina Francia este proceso se desarroll6 mds despacio, sumento de 1a poblacién y el espfritu conservador del ino francés, que, en general, segula aferrado tenazmente efias parceles, tuvo en este sentido tanta importancia referencia de los inversionistas franceses por lot stamos estatales extranjeros, frente a las inversiones mupuesta © realmente arriesgadas, en la propia Fran: modos Francia pudo adaptar con éxito su gran de le époce preindustrial « los nuevos métodos i6n; y aunque el aumento de la produccién francess de acero de 1,4 millones de tonelades en el sfio 1890 a 2,8 mi ones de toneladas en el ao 1910, resulta modesto comparado tesco incremento de Ia’ produccién de Alemania en 1PO, tepresenta, sin embargo, un importante pro se convierte ademés en el’ principal exportadoi de hierro del'mundo. Las industrias del Sarre y del Ruhr fun fan en gran medida minerales franceses. Los autéaticos pro ‘gresos econémicos de Fra evaron a cabo tanto en el campo de Ja industria pesads, como en el de la industria de productos elaborados y productos de consumo, La supte macla de Francia en la construccién de automéviles y aviones demostré, de manera impresionante, la capacidad tecnolégica francesa, Sin embargo, habrd que tener en se hallaba entonces atin lejos de ser un 1 sentido moderno de Ia palabra. Las formas Bt de economfa y de produccién agratias preindustriales desem- pefiaban en Ja vida econémica de antes de la Primera Guerra Mundial ain un papel dominante, En el norte de Francia, la vecina Bélgica era, de todos los pafses europeo is 10 In explotacién del carbén como Ia produc i hhierro y del acero alcanzaron en Bélgica en el pe- todo de 18: 1914 un volumen y unas tasas de creci- ie torias teniendo en cuenta la extensién del el aio 1890, 6,1 millones de habitantes. entre el norte y el sur del fas un problems serio scentuado al comenzar alemana a ultramar zaba entonces uno entre 1886 y 1900 32. a pi 1909 un nuevo y fuerte apogeo, parte por grandes proyectos militares y semimilit ampl de los ferrocarriles rusos del Oeste. desfavorable base de Ia que paris ta industaliacién os logros conseguidos en las ultimas dos décadas y ct dea Primera Guerra Mundial por le economia rusa fueron tealmente impresionantes. La extraccién de ca subié de 160 millones de toneladas en el afio 1890 a 363 mi- Hones de toneladss en el afio 1913; en el mismo perfodo au- menté la producelén de hierro bruto de 900.000 toncladas « 4,5 millones de toneladas y le produccién de scero y de hierto 3D ladas y 4,3 millones de toneladas, Si que la poblacién russ, segin ido de 94,3 millones’ en el se ver que todo esto no internacional a los con unas posibi- lugeres. Més atin que en Ale- grandes Bancos los que tomaron, junto ya para la creacién de nuevas’ indus- ‘embargo, en su mayor parte, de ‘empresis rusts patticipsba en as y esta participacién alcan- sndo luego hasta 1914 de nue- las participaciones, una tercera franceses, una cuarta a in- una séptima parte a belgas. zarista era una dependencia colonialista del capital financiero europeo. La industrializacién de Rusia fue por tanto, s6lo en cierta medida, la obra de individualiste, al contrario que en’ Inglaterra y Francia y, en parte, también en Alemania. Desde el principio dominé Ia gran empresa y de esta manera se desarrollé allf tun sector capitalista relativamente ¢@bil y no una burguesta de corte europeo occidental. Dl mismo modo se formaron allf gran mimero de combinaciones industriales y consorcios que trataban de repartirse los mercados y de mantener e! nivel de precios 1o més alto posible, mediante acuerdos sobre pre- clos y produccién, No cabe duda de que 1a tendencia « crear combinaciones in- dustriales era un fenémeno internacional. Aunque Alemania y Rusia, dejando a los EE. UU. aparte, fueron en este sentido pioneros, también en Francia y en Inglaterra se pas6 cada vex més a la creacién de trusts y consorcios, La formacién de consorcios tempoco se detuvo ance les fronteras nacionales. Aproximedamente desde la mitad de los afios noventa comenze- ron « crearse por encima de las fronteras de las distintes eco- omfss nacioneles, consorcios interracionales y truts y s¢ 4 para el desarrollo econémico de las naciones. Cada vex un aS europeos optaron por abrir en mayor nes europeas tuvieron que soportar el peso, més o menos grande, al comercio por medio de la firma de las deudas. Los tratados de paz del afo 1919-1920, que no tuvieron en cuenta las necesidades de un crecimiento econémico equilibredo en Europa y en el mundo y ne ‘terminaron por descomponer la balanza de riormente Ia tendencia del cionadas por las fases de crecimiento. Las consecuencias de esta evolucién legen hasta nuestros dfas, pues el fasciamo europeo centenderse en todas sus versiones como producto de estas [Ver anexos 1 y 2, pp. 341-342.] 96 une importante base para un nuevo cr. El hecho de que las grandes naciones ind fue tan grave como fundamentalmente el curso del des wron_profundss intervenciones intervenciones que per- lerablemente e1 equilibrio econdmico. Aparte de lestruy6 enormes valores econémicos y las nacio-

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