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Definición de talud

Un talud es una porción de tierra elevada, de dimensiones variables,


generalmente rematando por una cuneta y caracterizado por una vegetación
especifica. Puede bordear un camino, abierto como consecuencia del paso de
animales y hombres; en este caso, se construye con el tiempo. Pero también puede
ser fruto de una construcción artificial con tierra o piedra; en este caso, se trata de
una arquitectura concienzuda y sabia, que remonta a una época lejana en el
tiempo.

Se conoce como el nombre genérico de taludes cualquier superficie


inclinadas respecto a la horizontal q hayan de adoptar permanentemente las
masas de tierras. Son las obras, normalmente de tierra, que se construyen en
ambos lados de las vías (tanto en excavaciones como en terraplén) con una
inclinación tal que garanticen la estabilidad de la obra. Se denomina talud a la
superficie que delimita la explanación lateralmente. En cortes, el talud está
comprendido entre el punto de chaflán y el fondo del canal. En terraplenes, el
talud está comprendido entre el chaflán (pata del terraplén) y el borde de la berma
(figura 5.3).

No hay duda que le talud constituye las estructuras más complejas de las
vías terrestres; por eso es preciso analizar la necesidad de definir criterios de
estabilidad de taludes entendiéndose, por tales algo tan simple como el poder de
decir en un instante dado cual será la inclinación apropiada de un corte o en un
terraplén. A diferentes inclinaciones de talud corresponden diferente masas de
material térreo por mover y por lo tanto, diferentes costas.

Generalmente la respuesta es la siguiente entre más inclinado y escarpado


sea un talud mayor es la estabilidad que brindara. La estabilidad depende de la
resistencia propia del material que los forma y al valor soportante del suelo
subyacente al pie del talud.

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La gravedad actuará siempre como factor desequilibrante, y siempre que
esté compensada con la resistencia del terreno, el talud estará en equilibrio. Por el
contrario, cuando el equilibrio se rompa se producirá una inestabilidad de la masa
en forma de deslizamientos, avalanchas, desprendimientos, etc.

La convención usada para definir el talud es en la forma de "S" unidades


en sentido horizontal por una unidad en sentido vertical.

Figura 5.3

Estabilidad de talud

Es la teoría que estudia la estabilidad o posible inestabilidad de un talud a


la hora de realizar un proyecto, o llevar a cabo una obra de construcción

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de ingeniería civil, siendo un aspecto directamente relacionado con la geotecnia.
Los taludes además serán estables dependiendo de la resistencia del material del
que estén compuestos, los empujes a los que son sometidos o las discontinuidades
que presenten. Los taludes pueden ser de roca o de tierras. Ambos tienden a
estudiarse de forma distinta.

El principal problema que se plantea a la hora de proyectar cualquier tipo


de explanación es asegurar la estabilidad de sus taludes, ya que las características
resistentes del suelo de nada servirán si se producen continuos desplazamientos
que pongan en peligro la funcionalidad de la carretera a la que sirven de soporte.
Parece claro que la estabilidad depende tanto de su estabilidad geométrica,
pendiente y altura como de las características intrínsecas del propio suelo que lo
forma, ángulo de rozamiento interno y cohesión y que definen su resistencia a
cizalla. Los taludes además serán estables dependiendo de la resistencia del
material del que estén compuestos, los empujes a los que son sometidos o las
discontinuidades que presenten. Los taludes pueden ser de roca o de tierras.
Ambos tienden a estudiarse de forma distinta.

La inestabilidad de un talud, se puede producir por un desnivel, que tiene


lugar por diversas razones:

•Razones geológicas: laderas posiblemente inestables, orografía acusada,


estratificación, meteorización, etc.

•Variación del nivel freático: situaciones estacionales, u obras realizadas por el


hombre.

•Obras de ingeniería: rellenos o excavaciones tanto de obra civil, como de


minería.

Métodos de estabilidad de talud

Tan pronto se comprueba que hay un riesgo de inestabilidad en un


determinado talud, se debe buscar la mejor solución y considerar aspectos de

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costo, naturaleza de las obras afectadas (tanto en la cresta como al pie del talud),
tiempo estimado en el que se puede presentar el problema, disponibilidad de los
materiales de construcción, etc.

Existen tres grandes grupos de soluciones para lograr la estabilidad de un talud:

• Aumentar la resistencia del suelo: son las soluciones que aplican drenaje en el
suelo para bajar el nivel freático o la inyección de substancias que aumenten la
resistencia del suelo, tales como el cemento u otro conglomerante

• Disminuir los esfuerzos actuantes en el talud: soluciones tales como el cambio


de la geometría del talud mediante el corte parcial o total de éste a un ángulo
menor o la remoción de la cresta para reducir su altura.

• Aumentar los esfuerzos de confinamiento (σ3) del talud: se puede lograr la


estabilización de un talud mediante obras, como los muros de gravedad, las
pantallas atirantadas o las bermas hechas del mismo suelo.

En la siguiente sección se discutirán diversas soluciones.

• Cambio de la geometría

El cambio de la geometría de un determinado talud puede realizarse


(figura 3.12) mediante soluciones tales como la disminución de la pendiente a un
ángulo menor, la reducción de la altura (especialmente en suelos con
comportamiento cohesivo) y la colocación de material en la base o pie del talud
(construcción de una berma); en esta última solución es común usar material de
las partes superiores del talud.

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Figura 3.12 Métodos para estabilizar un talud: (a) drenaje; (b) cambio de la
geometría (Hunt 1984)

La consecuencia directa de realizar un cambio favorable en la geometría


de un talud es disminuir los esfuerzos que causan la inestabilidad y, en el caso de
la implantación de una berma, el aumento de la fuerza resistente. Es importante
destacar que la construcción de una berma al pie de un talud debe tomar en cuenta
la posibilidad de causar inestabilidad en los taludes que se encuentren debajo,
además, se deben tomar las previsiones para drenar el agua que pueda
almacenarse dentro de la berma, ya que es probable que pueda haber un aumento
de la presión de los poros en los sectores inferiores de la superficie de falla, lo que
acrecienta la inestabilidad.

• Drenaje

La presencia de agua es el principal factor de inestabilidad en la gran


mayoría de las pendientes de suelo o de roca con mediano a alto grado de
meteorización. Por lo tanto, se han establecido diversos tipos de drenaje con
diferentes objetivos (figura 3.22). A continuación se exponen los tipos de drenaje
más usados para estabilizar taludes.

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• Drenajes subhorizontales: son métodos efectivos para mejorar la estabilidad de
taludes inestables o fallados. Consiste en tubos de 5 cm o más de diámetro,
perforados y cubiertos por un filtro que impide su taponamiento por arrastre de
finos. Se instalan con una pequeña pendiente hacia el pie del talud, penetran la
zona freática y permiten el flujo por gravedad del agua almacenada por encima de
la superficie de falla. El espaciamiento de estos drenajes depende del material que
se esté tratando de drenar y puede variar desde tres a ocho metros en el caso de
arcillas y limos, hasta más de 15 metros en los casos de arenas más permeables.

• Drenajes verticales: se utilizan cuando existe un estrato impermeable que


contiene agua emperchada por encima de un material más permeable con drenaje
libre y con una presión hidrostática menor. Los drenajes se instalan de manera que
atraviesen completamente el estrato impermeable y conduzcan el agua mediante
gravedad, por dentro de ellos, hasta el estrato más permeable, lo que aliviará el
exceso de presión de los poros a través de su estructura.

• Drenajes transversales o interceptores: se colocan en la superficie del talud para


proporcionar una salida al agua que pueda infiltrarse en la estructura del talud o
que pueda producir erosión en sus diferentes niveles. Las zonas en las que es
común ubicar estos drenajes son la cresta del talud para evitar el paso hacia su
estructura (grietas de tensión), el pie del talud para recolectar aguas provenientes
de otros drenajes y a diferentes alturas del mismo

• Drenajes de contrafuerte: consiste en la apertura de zanjas verticales de 30 a 60


cm de ancho en la dirección de la pendiente del talud para rellenarlas con material
granular altamente permeable y con un alto ángulo de fricción (> 35°). La
profundidad alcanzada deberá ser mayor que la profundidad a la que se encuentra
la superficie de falla para lograr el aumento de la resistencia del suelo no solo
debido al aumento de los esfuerzos efectivos gracias al drenaje del agua que los
reducía, sino también al aumento del material de alta resistencia incluido dentro
de las zanjas.

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Importancia de estabilidad de talud

La estabilidad de los taludes en una explotación a cielo abierto tiene una


gran importancia para la seguridad y efectividad económica de la misma por lo
que debe ser considerada desde el inicio del proceso de diseño. Los aspectos más
importantes que afectan la seguridad en los frentes y operaciones son los
siguientes: caída o deslizamiento de rocas sueltas, colapso parcial de un banco y
colapso general de un bordo de la cantera.
Las recomendaciones para el control y eliminación de los riesgos son la
adopción de las siguientes medidas: diseño adecuado de bancos y plataformas
para retener los desprendimientos de materiales, determinación y mantenimiento
adecuado de taludes generales seguros. Los estudios previos necesarios para
realizar el diseño geotécnico de un talud estable implican una caracterización del
macizo rocoso a partir de los siguientes factores: Sistemas de juntas y
discontinuidades relación de estos con las superficies de los frentes, taludes y los
posibles planos de rotura.

En el caso de taludes rocosos, las superficies de rotura pueden producirse a


partir de las discontinuidades preexistentes en el macizo. Se puede aplicar un
método gráfico para identificar las situaciones en los que, cinemáticamente, son
posibles ciertos tipos de rotura. La utilización de los métodos gráficos permite
detectar los sectores de la explotación que son susceptibles a la producción de
roturas y así, dirigir las acciones de reconocimiento hacia las zonas más críticas.
En el caso de macizos poco cohesionados del tipo suelo, la experiencia ha
demostrado que las roturas son del tipo circular. En los macizos rocosos muy
fracturados y, donde esta se manifiesta de forma aleatoria o, donde el talud
general varía con respecto a la estructura, las superficies de rotura son más
complejas; pudiendo ser compuestas y formadas parcialmente por
discontinuidades próximas a la superficie de deslizamiento y, por otro lado, por
factores nuevos en la roca intacta.

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La estabilidad depende de la resistencia propia del material que los forma
y al valor soportante del suelo subyacente al pie del talud.
La gravedad actuará siempre como factor desequilibrante, y siempre que esté
compensada con la resistencia del terreno, el talud estará en equilibrio. Por el
contrario, cuando el equilibrio se rompa se producirá una inestabilidad de la masa
en forma de deslizamientos, avalanchas, desprendimientos, etc.

Tipos de talud y principales características

Cuando el talud se produce en forma natural, sin intervención humana, se


denomina ladera natural o simplemente ladera. Cuando los taludes son hechos por
el hombre se denomina cortes o taludes artificiales, según sea la génesis de su
formación; en el corte, se realiza una excavación en una formación térrea natural,
en tanto que los taludes artificiales son los inclinados en terraplenes. También se
producen taludes en los bordes de una excavación que se realiza a partir del
terreno natural, a los cuales se le suele dominar taludes de la excavación.

Características de talud natural:

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