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Batalla de Midway

La batalla de Midway fue un importante combate aeronaval de la Segunda


Guerra Mundial que se libró entre los días 4 y 7 de junio de 1942, cuando una gran
flota de la Armada Imperial Japonesa, comandada por Isoroku Yamamoto, atacó
las bases estadounidenses en el atolón de Midway en su campaña por el océano
Pacífico central. La Armada de los Estados Unidos, bajo el comando de Chester
Nimitz, aprovechó la información de inteligencia con que contaba, para emboscar
a los japoneses y causar daños devastadores a su marina de guerra. La derrota
japonesa detuvo la expansión del Imperio Japonés en la región del Asia-Pacífico y
constituyó el punto de inflexión en el desarrollo de la guerra. La batalla se
caracterizó por una sucesión de errores por parte de ambos bandos, que mantuvo
incierto el resultado, hasta que una serie de causas fortuitas llevaron a la victoria
estadounidense.
Ambos bandos sufrieron pérdidas importantes. Los japoneses perdieron 3057
combatientes, cuatro portaaviones, un crucero pesado y 248 aeronaves, lo que
debilitó enormemente a la Armada Imperial Japonesa, mientras que los
estadounidenses perdieron 307 combatientes, un portaaviones, un destructor y
150 aviones, que serían rápidamente sustituidos gracias a la capacidad industrial
del país americano. Estratégicamente, el resultado de la batalla implicó que la
Marina Imperial perdiera la iniciativa en el Pacífico, dando paso a sucesivas
batallas que establecerían el dominio de los estadounidenses en la región. El
ataque a Midway —al igual que el de Pearl Harbor— no era parte de un plan para
invadir Estados Unidos, sino que su objetivo era causar serios daños a las fuerzas
navales estadounidense en el Pacífico con el fin de apurar un acuerdo entre
ambas potencias que preservara el dominio japonés en los territorios conquistados
en Asia-Pacífico.

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