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Lisbeth Baquerizo Muñoz fue asesinada el 21 de diciembre de 2020, en su casa en Puerto Azul, Guayaquil.

Su esposo, Luis
Hermida, con ayuda de su familia hicieron pasar su muerte como un accidente. Pero la autopsia reveló que fue una muerte
violenta, que había sido golpeada y que pedazos de su cráneo fueron pegados con "brujita".

Los padres de Lisbeth Baquerizo volvieron a los plantones, carteles y gritos frente al juzgado donde desde hace dos meses el
tribunal de jueces no ha continuado con el juicio por fraude procesal, para establecer responsables en el asesinato de su hija.
Desde el 12 de agosto de 2021, que fue el sorteo de jueces, se han convocado a cinco audiencias de las cuales solo una se
instaló y las demás se suspendieron. En esa fecha el secretario, Wilmer Pesantez Yánez, hizo pública información reservada.
Dijo que la Policía ya conocía el paradero del presunto asesino de Lisbeth Baquerizo

El 21 de diciembre de 2020, Lisbeth Baquerizo fue asesinada en su casa, el principal sospechoso es su esposo, Luis Hermida.

El 21 de diciembre de 2020, Lisbeth Baquerizo —de 30 años— fue asesinada en la casa que compartía con su esposo en Puerto
Azul, una urbanización cerrada en la vía a la Costa, a la salida de Guayaquil, en la provincia costera del Guayas. Según la
Fiscalía, Baquerizo habría sido asesinada por su marido, Luis Javier Hermida, hoy prófugo de la justicia. Los padres y hermanos
de Hermida, los hermanos Marlon y Rolando Eras, y el maquillador de cadáveres, Richard Anzoátegui, habrían ayudado a
encubrir el crimen.

La noche del femicidio, Katty Muñoz, madre de Baquerizo, recibió una llamada del suegro de su hija, diciendo que ella había
muerto. Todo apuntaba a que la muerte de Lisbeth Baquerizo había sido un accidente doméstico: supuestamente se cayó de
las escaleras y murió por un infarto.

22 de diciembre de 2020

En la velación de Lisbeth, una amiga de Baquerizo le contó a su mamá que su hija sufría violencia por parte de su esposo. Ahí
Katty Muñoz empezó a sospechar y denunció la muerte de su hija como un femicidio y Muñóz señaló al esposo de su hija
como sospechoso. En la autopsia se determinó que Baquerizo no murió de un infarto, como decía el certificado de defunción
firmado por el médico, sino por un “traumatismo craneoencefálico” causado por dos heridas hechas con un “objeto
contundente”. Según la Fiscalía, esto se refiere a un objeto pesado y con filo. Katty Muñoz dice que con la autopsia se pudo
evidenciar también que las heridas que Lisbeth Baquerizo tenía en su cabeza y su cabello habían sido cubiertas con
pegamento. Esto lo habría hecho Richard Anzoátegui, maquillador de cadáveres, en la funeraria.

Según Espinales, cuando los hermanos Hermida estaban en el carro, vieron que unas personas vestidas de civil se acercaban al
vehículo por el lado derecho, y por el izquierdo una persona se lanzó contra el vehículo. Miguel Ángel Hermida, dijo su
abogado Espinales, aceleró porque se asustó.

En su declaración, el hermano de Luis Javier Hermida dijo que “esas personas jamás se identificaron como policías” y pensó
que debía cuidar la integridad de su hermano. Silvio Enríquez, abogado de la familia de Lisbeth Baquerizo, dijo también en
enero, que en ese momento no había una boleta de detención en contra de Hermida, que sólo debía rendir la versión de los
hechos.

29 de diciembre de 2020

Desde ese día, Luis Hermida, esposo de Lisbeth Baquerizo y su presunto asesino, está prófugo de la justicia. Ese día, Katty
Muñoz, la madre de Baquerizo, denunció la muerte de su hija como presunto femicidio.

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