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JORGE GAMARRA TRATADO DE DERECHO CIVIL URUGUAYO TOMOVI DOCTRINA GENERAL DEL CONTRATO Vol. 1 CONCEPTO. EL CONTRATO Y LOS DERECHOS REALES PUBLICIDAD DEL CONTRATO: EL REGISTRO CLASIFICACION DE LOS CONTRATOS. CUARTAEDICION Reimpresién Excepto Capitulo PUBLICIDAD DEL CONTRATO fi FUNDACIONDECULTURAUNIVERSITARIA © JorgeGamarra Derechos reservados © Dela presente edicion FUNDACION DE CULTURA UNIVERSITARIA 25 de Mayo 568 - Tel. 916 1152 - MONTEVID} DOCTRINA GENERAL DEL CONTRATO (VOLUMEN 1) JORGE Gamanna Obras que se citan s6lo por el nombre del autor: Tratado de tas obli ‘Barde, Des obligations, les 1876; Larombic mes, Barcelona 2 Paris : i cones: ol 1, Meio 1852 lel der. romano actual, Madrid 1879, Thur, Dor. civ a Puig Brutau, Pundame Tobenas, Dee ‘itn cae er rs et Montevideo 1958." ee >» Curso de i. Contratoscivles caPiTuLoT CONCEPTO DE CONTRATO turuguayo corresponde al concepto restringido que existia en la épo- cca de Justiniano, La eficacia del contrato romano estaba cireunscripta a la esfera de los derechos personales (obligaciones); para Ia transferencia de la propiedad era necesaria la tradicién, ademis del contrato (!). Por tanto, en el Derecho Romano el contrato tenfa efieacia obligaci pero no eficacia real; el contrato no era suficiente ~por si sélo~ para operar el traspaso de la propiedad. Ademés, aun dentro del £mbito obligacional, no toda convencién se eonsideraba contrato; el contrato romano no comprendia todas las lades que puede asumir un acuerdo de voluntades ‘materia de los derechos personales. Para el Dete- cho Romano inicamente son contratos aquellas convenciones que constituyen (producen) obligaciones; fuera del concepto de contrato quedan las convenciones cuyo ol car 0 extinguir un vinculo obligacional preexistente, Derecho Romano no conaci6, pues, ni el contrato con ni el contrato modificativo o extintive de derechos per. El Derecho Civil uruguayo fue completamente ficl a esta nocién restringida. Pero, a diferencia de lo que sucodia en el Derecho Ro- mano, y como conseeuencia de una evolucién producida en el Dere- cho Comiin, la eficacia obligatoria del contrato no aparece limitada a determinados tipos de convenciones, fuera de las cuales el acuerdo a Jonce Gamapea te concepto de contrato suf Cédigo Napoledn. A partir de este mom« ccacia real de que earecia en el Derecho Romano, El contrato francés traspasa la propiedad por el solo consentimiento de las partes, sin En este régimen expansion al sancionarse el 10 el contrato logra la efi- Pero, por otro lado, el derecho francés sigt mano al consagrar la nocién restringida d ‘cual sélo son contratos los acuerdos de voluntades (convenciones) que producen obligaciones; no son contratos los acuerdos de vo: luntades destinados a modificar extinguir una rel cional preexistente, La convencién es especie dentro de ese género: es aq to y el negocio traslativo d por tanto, reglamenté 705). El Cédigo uruguayo no acepts, in del concepto de contrato que tuvo Jagr on el Cio Napoleon: el contrato uruguayo caret de eee _ domi, l Derecho Modern pests una extensiin de ano cién de conirato que se proce en otro sentido, por obra el Codigo italiano de 1865. ” " ‘Taatapo ne Derseito Civil URvOUAYO ° Cédigo francés, propiedad se transfiere por el solo cons Ta tradieidn, Pero en este derecho la nocién de contrato no se limita fal acuerdo de voluntades constitutivo de obligaciones, sino que in- cluye, mo, a los acuerdos modi ivos. De esta ‘manera el concepto de contrato se expandia para comprender aque- 's negocios que en el régimen francés y en el nuestro son conven- nes pero no contratos, En el capitulo IT voy a referirme a la vi temas franeés y romano, en lo que u obligacional- del contrato, Tanto uno como otro régimen pueden invocar fundamentos muy atendibles. le, en cambio, la amplincién del concepto de contra- go italiano de 1865, ratificada por el actual Cédigo de 1942, La doctrina uruguaya patrocina un coneepto ampli aque, si bien no me parece aceptable en linea de derecho positivo, por las razones que expondeé luego (infra, n° 8). es preferible en un pla- no dogmético, Tanto la definicién del Cédigo Napoledn, como ta del Cédigo uruguayo, pecan por haber pensado al contrato exclusiva ‘mente como fuente de obligaciones, definiéndolo de acuerdo con esta estrecha perspectiva. Noes dise to que introdujo el 2. Los elementos de la de! fine al contrato diciendo que “es una eonvencidn por la cual una parte se obliga para can Ia otra, o ambas partes se obligan reeipro- eamente a una prestacion cualquiera, esto es, a dar, hacer 0 no hacer alguna eosa’ (inciso 1°) Un breve examen de esta definicién nos permitira distinguir los ‘elementos que componen el concepto legal de contrato, En primer lugar, al decir que el “contrato es una convencisi digo exige un acuerdo de voluntades, ya que por “convencid que entender segiin Pothier, origen de estas definiciones- “el con- sentimiento de dos o més partes” Este acuerdo de voluntades presupone la presencia de (por lo menos) dos sujetos, entre los cuales el acuerdo tiene lugar. Para designar a estos sujetos, cuyas voluntades forman el contrato, ¥ os cuales se traba —de regla~ la relacién juridica que el con- ina parte se obliga 10 Jone Gamanea para con la otra, 0 ambas partes se obligan reefprocamente”. Se~ fin la definieidn del Cédigo el contrato es un negocio juridico ‘eral, por cuanto requiere el concurso de dos partes para st ‘rmacién, Mas adelante precisaré el concepto de parte y se ana- fa figura del llamado “contrato plurilateral” (infra, capitulo trato: constituir (formar) una relaci6n obligacional, Las partes ‘obligan, una para con Ja otra, 0 bien reciprocamente, @ una presta- tidn cualquiera (dar, hacor 0 no hacer). Con excepeién del primero, que corresponde al conse: tos elementos que aeabo de enumerar difieren de aquellos que el Cédtigo ealifica de “requisites esenciales para la validez de los con- ‘tratos” jo 1261). En oportunidad de tratar este tema haré el estudio general y pormenorizado de los requisitos, elementos y pre supuestos del contrato. 3. Los sujetos: el contrato, negocio juridico bilateral. Con- cepto de parte. Terceros. Parte en sentido formal y parte en lo sustancial. La parte compleja o plurisubjetiva. ~ Fl Civil designa con el nombre de partes a los sujetos cuyas voluntades forman el acuerdo que produce el contrato y resi obligados por el mismo (9), El articulo 1247 sefiala en el contrato la presencia de dos partee: “una parte se obliga para con la otra, 0 a bas partes se obligan reciprocamente”. Y, finalmente, aclara que la nocidn de parte no se confunde con la de persona (“Cada parte puede ser una o muchas personas") Bsta nocién de parte impone clasificar el contrato dentro do la categoria de los negocios juridicos, pues constituye la base de una jortante divisidn, En efecto, los negocios jurfdicos se clasifican en ‘unilaterales o bilaterales segrin el ntimero de partes que interven- gan en su formacién, Son unilaterales aquellos que pueden formarse G_En aie fragmento den deni consione waar que Naroaia dest (mtr Vieente Fidel Liper, que habla mejorado a forma del de orcad. sf dotar Vicon itu nuestro Ci goo dice com ‘TrxTano DE DemecHo Civ Urtauavo u testamento, la renunci la ratifieacién, el poder, etc. Son bilaterales los que requieren concurso de dos partes para su formacién: ejemplo tipico de negocio bilateral es el contrato Esta divisin de los negocios j les no debe confundirse con la clasifica terales y bilaterales (infra, capitulo V, A) La nocién de par de la estructura del contrato. Son partes forma el contrato (*) y resultan destin: rereses ereada por éste (los lamados “efectos del contrate’ vducida por el contrato se traba entre las , pero no puede oponerse f terceros (articulo 1293). La nocién de tercero, que se contrapone a a de parte, se obtiene por exclusién; son terceros todos aquellos sujetos que no son parte en el contrato ( ra Nog. ur, w 38, p. 298, jones que puede origin el em 2 Jonce Gamagna 41 mismo” (articulo 1254), Este fendmeno motivé Ia distincién doctrinaria entre parte en sentido formal (0 sujeto de la voluntad) y parte en sentido sustancial (0 material (0 sujeto del interés). Parte en sentido formal es aquel sujeto autor del contrato, el que interviene en la estipulacién del ‘mismo. Parte en sentido sustancial es el sujeto que recibe las conse: ceuencias (efectos) del contrato (!) En el caso de los ineapaces se produce, escribe Carnelutti, una voluntad Todo ineapaz, esto es, to jercicio, se encuentra representado por su representante legal tutor, curador) y de esta manera, aungue no puede con- tratar directamente (no es sujeto de la voluntad, precisamente porque es incapaz), ello no impide que pueda ser sujeto del inte- és, ya que le es posible adquirir derechos y contraer obligaciones ‘por intermedio del representante, que sustituye al incapaz y con. trata por él (en nombre de esta manera el ineapaz (privado de la capacidad de ejercicio o de obrar) conserva su capacidad de ica o de derecho) mediante el instituto de la represen- representante (parte en sentido formal destinatario de los efectos del contrato, los cuales van a radicarse en la esfera del representado (parte en sentido sustancial). Por tal ra- “raxtapo ve DeREcHo Cv. URUGUAY 8 26n se denomina a éste com presentante se le lama sujeto de lav Jmportancia fundamental en materi ‘asi como en otros sectores de nuestra disci Hemos hecho referencia a la idea de interés, y es precisamente ‘esta idea la que forma el niicleo del concepto de parte. Es un lugar comin de la moderna doctrina civilista definir a la parte como un centro de intereses. conjunto de personas ), Para Betti “parte es quien dicta reglas a un i e habla de parte, dice vara indicar la persona o conjunto de personas que acttian por el mismo interés, de modo que la parte es una, si es uno él peferés, dos son las partes, si Jos intereses son dos” ('9), La mayo tas hace referencia a la parte como “centro de que obran por el mism: ‘que “enda parte puede ser una 0 muchas personas’. No es el {fe personas que participan en un contrato el que determ nero de partes, “sino la posicién de las mismas respecto regulado” ¢ parte se compone de un solo sujeto que per ‘conteato, la satisfaccidn de su propio interés ‘Pero cuando varias personas 0 sujetos ‘smo interés, o por un interés comiin ‘a como una sola parte; el ele ‘reo sujetos formando una sola jeja 0 compuesta) es el interés co es el de Ia venta que reali zan los copro} jeto de la copropiedad); cuando Varios condéminos (A, B, C) venden a D (comprador yaredora ee una sola, no obstante integrarse con tres sujetos, 's anima es comun: interés de Ia parte parti contratan animadas del M JoRGE Gamanea vendedora que se contrapone al interés (opuesto) de la parte com: pradora. Si bien en lo interno de la parte compleja predomina el aspecto uesto que hay mas de un stjeto cuyo interés considerado en plano, puede ser diverso o distinto al de los otros componentes fatento a que cada sujeto es siempre un ser dotado de una vender a cada condémi pueden existir entre mento en que han resuelto vender el interés es comiin, es interés para todes: ya no hay intereses particulares, sino {el grupo, Como grupo como parte el interés de los condéminos es el de vender a mayor precio, por contraposicion al interés del com- prador de pagar el menor preci. De esta manera la nocién de parte nos conduce al contflicto de in teroses, 4. El conflict de intereses. Dis n entre el contrato y los actos complejos. Actos colectivos y actos complejos. Complejo de actos. ~ Para Ia doctrina predominante siempre hay oposicién o conflicto de intereses entre las partes contratan: tes, y el contrato representa la voluntaria composicin de este conflicto (1), Este elemento sirve para distinguir al contrato del acto com: plejo; cuando hay intereses contrastantes se trata de cuando los intereses no son opuestos el acto es comy ‘Tratapo ne Derecwo Civ, URvcLavo tereses es imposible, porque los 0 ‘munes” en el primer aso (acto colectivo) o existe un inico interés {acto complejo). jocién de acto complejo proviene de investigaciones que se than realizado fundamentalmente en el campo del Derecho Adminis- trativo, Los cultores de esta rama del derecho aportaron la distin: in entre actos simples, aquellos que se coneretan en Ia manifesta ‘cién de voluntad de un'solo ujeto u drgano, y los actos complejos, resultantes del concurso de voluntades de varios érganos 0 de varios Sujetos. La divisién -como se observa~ toma como punto de partida el numero singular o plural de los sujetos (0 los érganos) que partici- pan en la formacién del acto (#). Hay que agregar -como se dijo- que los actos on den en actos colectivos y actos complejos. Lap funda la distineién en la manera como se sujetos que intervienen en el acto pl Tas voluntades se funden en una voluntad unit calecti fades se unen, pero siguen siendo distin tas en lo interno del act Para distinguir entze acto complejo y acto col fener en cutenta los intereses de los su wn que la estructura de la voluntad, En el acto complejo esta tn juego el interés de tno solo de los sujetos intervinientes; en el facto colectivo existe, en cambio, comunidad de intereses o intereses paralelos, bea de Gaspar (Studi su te Derecho, 16 JORGE GAMARRA ivo nos proporeiona el caso de la parte 1e ya fuera examinado en el niimero anterior. Cuando hay intereses, pero se trata de intereses comunes, en realidad es como si existiera un solo interés, que es el interés del grupo. Por consiguiente, cuando una parte se com- pone de una pluralidad de personas 0 sujetos (por ejemplo, varios ‘condéminos venden el bien objeto de la copropiedad; varios co- deudores solidarios toman una suma de dinero en préstamo), ne cesariamente da lugar a la formacién de un acto colectivo, porque Ja voluntad de la parte se realiza mediante el concurso de una pluralidad de voluntades emanadas de diversos sujetos que tie- nen intereses comunes (*). Bsta consideracién prima sobre el ele- Ejemplo de acto cole: plurisubjetiva o comp! mento plural (la presencia de varios sujetos) y permite reducir In pluralidad a la unidad (y por consiguiente a la parte, que es una ‘unidad). Creo que el articulo 1656, inciso 2, suministra un ejemplo de ac: to complejo en nuestro derecho positive. Aqui, para que exista el consentimiento de la parte donante se requiere el coneurso de dos ‘voluntades: la voluntad del menor (donante) y la de aquellas perso- ‘consentimiento necesita éste para poder contraer matri: 5, Es facil observar coma, en este caso del acto complejo, esta en juego sélo el interés de uno de los sujetos, el interés del menor que hhace la donacién, sobre cuyo patrimonio va a recaer el empobreci- miento que determina este acto juridico de liberalidad (sujeto de! interés o parte en sentido material, pero ademds, también parte en sentido formal), En tanto que los otros sujetos, cuyas voluntades se requieren para que la donacién pueda realizarse (y fo! tanto- el consentimiento de la parte donante) son ajenos a la regu: lacién de intereses creada por el contrato (son parte exclusivamente 0 formal) cen el acto eolectivo los intereses son comunes. Todos srvinientes tienen ). Por ello Don: Yy otros autores ‘Taarapo be Denecuo C11, UnveuaYo " in figuras de actos dis- rales y I ‘una como de otra especie de Al resp: que el acto complejo “no es pecial en si, sino una configuracién especi Los actos simples y los de las ya conocidas (los ico unilateral (la renuncia, por ejemplo) pue- de ser tanto un acto simple (el acreedor A renuncia a su crédito res- pecto del deudor B) como complejo (varios acreodores solidarios ~A, 1 erédito). En el contrato, negocio eral, fn acto colectivo, como sucede en el ejemplo mencio- ‘una parte (0 incluso Tas dos) se compone de varias nado, cuando personas, Con los actos complejos no debe confundirse el complejo de ac tos, donde existen varios actos y puede hablarse, por tanto, de un tipo complejo, resultado de una pluralidad de act Tal es lo rnias), que son distintas del ue sucde con Seto autrieado edge Tas ene respecte de algunos ree ales celbrados por los representantes legates (los atu sree soy ela cntratacion de aquellos sujetos que tenen Jan eam el menor emancipado 0 el hal {articule 330). el conflicto de intereses. Naturaleza contractual ~ En los actos eomple- in de intereses; no que estos actos ‘ose sefiala que los 5. Si de la sociedad. El contrato plurilater js (actos complejos y colectivos) {que un tinieo centro de intereses. Es po rerales diversos sujetos forman una sola p En cambio, el contrato requicre necesariamente (al menos) dos partes para su formacién. Y en un contrato puede hablarse de dos partes, porque los intereses son antagénicos: asi el interés del ver Redor es optesto al del comprador. También existe agus una plural dad de sujetos, pero a diferencia de lo que sucede en los actos col tivos, estos sujetos no pueden agruparse o reunirse entre si, porque 18 Jone GaMARRa 10s (29. En un contrato sélo puede existir co- Jerno de tuna parte, pero nunca entre ‘sus intereses son opt sn se ha planteado vivamente con referencia al contrato segue Ia presencia de una comunidad de fin entre los ‘socios, parecié excluir -en el sentir de algunos autores la oposici dde intereses entre los mismos. Hsta observacién sirvié de base para negar la naturaleza contractual de la sociedad, a la que se incluyé ‘entre los actos colectivos (*) En la sociedad existe una comunidad de fin pero este clemento no excluye la oposicién a mismos. El fin comiin ~como sefala Ferri~ no es un fin en inismo, sino que constituye el medio a través del cual se realiza el interés particular y egoista de cada s Es evidente que “en in de la sociedad, las diversas partes tienen intereses antagénicos, exactamente como en Ios contratos de cambio, por ejemplo, en lo que respecta a la v: in de las respectivas ‘aportaciones; a Ja determinacidn de la respectiva injerencia en la ‘administracién; a la determinacién de las pérdidas y ganancias” Facio sostiene que no hay oposicién de intereses en la so- leza contractual, porque a su fente con que los intereses ‘oposicién o antagonismo de ‘sean “distintos” (sin que se requier Jos mismos) (#) p27, Tembign 125) p22) habla Bando a Demngue, soe "Tastano ne DeRecwo Cre URE 19 “Ante todo diré que esta tesis ~aunque su autor To niegue— més bien parece conducir a destruir la naturaleza contractual de Ia so- ciedad. Bn efecto, es con relacién a los actos colectivos que se habla de intereses distintos, pero no conti Pero fundamentalmente- no comparto el concepto de parte construido sobre la base de la presencia de intereses distintos (aun- ‘que no antagénicos). En primer lugar es necesario evitar el riesgo de ager con las palabras, porque seria menester ~previamente- acla ica esa distincién entre los intereses de los socios, sn distintos porque gon contrastantes (como lo acabo Je sostener) o si son distintos por otra razén, y en tal caso hubiera sido preciso mencionacla. En realidad toda persona que participa en un contrato tiene wn ‘ticular, que por ello es distinto al de todos los pero la nocidn de parte no se construye Cobre esta base, sino partiendo de otra consideracién: este interés (aistinto) de cada persona es idéneo para determinar la presencia de lina parte (en un negocio bilateral 0 plurilateral) cuando estd con- surgimiento de las partes contratantes, tan un préstamo en cal Cuando dos personas sol dores solidarios puede sueeder que la deuda “no de los codeudores” (articulo 1405); es indudable, entonces, que los jores intervienen en el contrato de préstamo con intereses dtstintos: uno, en funcién de garantia; el otro, para percibir inte: fgramente el resultado econdmico de la opera‘ Ello no obstan- te, el grupo de deudores forma una sola pat rataria), y esto es ‘se tora en cuenta es el interés del grupo de deu- indolo al interés opuesto del prestamista, ‘También los codeudores solidarios pueden tener tintos, cuando la suma que reeiben no se divide entre tes iguales, sino en distintas proporciones (por ejemplo, 2/8 1/3 para B), articulo 1404. Pero no por ello dejan de con: sola parte. Lo que acaba de exponerse es suficiente ~a mi jicio— para recha- zar un concepto de parte fundado en la diversidad de intereses, en 20 JORGE GaMaRRa tendida esta diversidad como (aunque no antagénicos). riéndose a intereses disti De Jos desarrollos formulados en este niimero resulta que en la sociedad cada socio constituye una parte (0 sea, que hay tantas par- 0 , puesto que la sociedad puede estar integrada por dos 0 més socios, es forzoso admitir Ia existencia de contratos pluri laterales, esto es, de contratos en cuya formacién participan mis de dos partes (0, mejor dicho: contratos en euya formacién pueden par- ticipar més de dos partes). Es cierto que los articulos 1247, 1248 y 1249 restringen el con- opto de contrato a aquel negocio en que intervienen Gnicamente dos partes (supra, nros, 2 y 3). ¥ este eriterio quizas podria conside- arse ratificado por el propio articulo 1875, cuando admite que el contrato d de das 0 mas per- ‘sonas, terminologia que parece excluir la posibilidad de que inter vengan mas de dos partes (articulo 18). Pero estas definiciones lega- les no obligan al intérprete. No hay duda que, cuando et legislador hace doetrina, esa doctri- na no tiene otra valor que el meramente doctrinario, aunque figure inearporada al Cédigo. Entonces, toda la cuestién se reduce a de- terminar st es buena o mala doctrina (*) Por estas mismas razones tampoco es deci aque el Cédigo ubique a Ia sociedad en el sect tratos y expresamente Ia califique de t un contrato” (articulo 1875) es un contrato, puesto que afirmar “No es un contrato, porque el contrato ral, sogtin los articulos 1247 y siguientes”. 1a cireunstancia de seria decir “La sociedad lo proclama’, como ‘un negocio bitate- ‘Ahora bien, de no admits I categoria del contrato con plur dad de partes, seria forzoso negar a Ta sociedad nature is fal tl come io ha hecho Roce, basdndone en una necon de contra. to coneebido como negaci formad exclisivamente con dos par {io,'¥en efecto ala palabra "personas", que figura enelatiulo ti,‘ Te otorgara su significa legal (eto es, agul con el gue ‘Traravo pe Derecho Civ. URUGLAYO a ia que en la sociedad aparece empleada en el articulo 1247), res: \d de personas, que es existitia una sola parte, ya que uns Ja situacién co ida por la defi cequivale a una pluralidad de partes. “Ami entender este razonamiento no es aceptable, Admito que el empleo de la palabra "personas", en el articulo 1875, proporsiona Wp Grgumento contra la naturaleza contractual de la sociedad, porave juice dav a entender queen la sociedad no puede haber un nero Tevpartes superior a dos, aunque pueden exitir “dos 0 mas perso snas” (8). Pero el dato legal que registra el a for que el contrato de sociedad puede estar personas, en Fe aque verdaderai qereujetos (personas), sino determinar de qué manera éstos se agr remand las partes, para Io cual es neeesario tomar en intereses que los mueven. cuenta interés (supra, n° 3), és forman una sola parte, Entonces, el p: ‘otra cuestién, que Parte sguclta ya en este nlimero; es necesario saber si existe > no foe eto de intereses entre Jos socios ya que es este elemento el ave srecictina y distingue las partes en tn contrato. La respuesta afi serejun ubiea ala sociedad en la categoria del contrato plurilateral Los caracteres de esta figura, de la pal exponente, no son incompatibles con la nocién de contest Pa inconveniente existe en que e} acuerdo de voluntades, pues Bin tye entre mas de dos partes, ni tampoco esa pluralidad de ‘én de obligaciones a cargo de ne deba existir oposicién de intereses entre Jas partes que intervienen en un parece también en Ia sociedad, segiin acaba de verse Jha adopeidn de la figura del contrato pl poca en que se sancions el Cédigo Ci ign legal del contrato. El contrato es un negocio jt pero pitede ser también ph i sereontratos, como la sociedad, que pueden formarse con decicn de mas de dos partes. La concepeisn tradicional del contrato ico bilateral- sufre asi una correcci6n. (G5). Bh argumento cs mr an ade ah Sterne oe ontratos, no habla. deportes, in 2 Jonce Gamanga La categoria del contrato jn de los contratos en ur vienen en su formacién. Junto a los contratos unilaterales y bilate: rales veremos aparecer un tercer miembro -consecuencia d del contrato plurilateral~ al que se denomina “cont jones convergentes". Esta particularidad del contrato ‘que produce obligaciones convergentes, y no interdependien: tes, determina la pre las consagradas por categoria del contrato bilateral de ‘cambio; asi sucede en cuanto a la causa, a la resolucién del contrato cen los contratos eas generadas por asuume caracteres Contrato consigo mismo. ~ Una hipétes i . sis excepcioni el contrato se forma con la intervencién de wna sola persona 0 ssujeto, es la que se conoce por (6 autocontrato). Aparentemente este caso vendria a c explicar satisfactoriamente la especie, Es el institto del reprotentaién ot que origina est endmeno elilamad contrat consi minmo nose coneie fuer dela repre: sentacién legal o voluntaria (). Supongamos gue A ex reprenentante de B (representa) y 4 ha confer ena dvr um deerme on lugar de cla este cntrto conn tar consign miso vale de ero (C), @) A puede venderle a C ol bien de B, actuando como re- presentante de B; en este casa el contrato de compraventa tiene por ‘Tatapo ve Denecto Civu. URvavavo 23 partes a B y ©, ya que A interviene silo como parte en sentido for- ») pero también es posi compre este bion a B; en que A, actuando a nombre propio, le ppartes en el contrato de com praventa A y B, per jan de este contrato interviene ve vamente A. Bl contrato es abra de un solo sujto; en este sentido: a) A express, en representacién de B, la voluntad de éste de vender, ¥ +b) A expresa, en su propio nombre, su propia volunts tad de A) de comprar. El mismo fenémeno puede producirse en al easo de In doble re- "A es simulténeamente representante de By de C, y Prefisa un contrato, en representaciSn de ambos, por el cual B vende a Cy Cle compra a B(*). Como se dijo, Ia di ad (la volun cidn entre persona (0 sujeto) y parte, es la clave que permite explicar esta situacién. La ley se cuidé muy bien {de precisar que una parte puede estar integrada por varias persenes tfeticalo 1247, inciso 2; nada dijo, en cambio, sobre otra posi dad: un 8 fo (o persona) puede servir para formar dos partes contratantes “La parte no se eonfunde con las personas porque es un centro de intereses, Ast como la presencia de una pluralidad de personas no ‘Snificn que exista una pluralidad de partes, In intervencién do una sola persona tampoco indiea la presencia de una parte Gnica (°) Bl interés de B (representa trastante con el interés de A pues, dos centros de intereses, ¥ dedara y A, parte compradora, 3) como vendedor es opuesto y con- 'sentante) como comprador, Hay, por tanto, dos partes: B, parte ver (Gi Por tanto. pce frmarse un vines jr Pt in derechos 3 dobors w etabese ‘pssonn puede © 0 a JoRGE Gamanna jin, donde el prosentante, vineula a B con C, vendedor y comprador que »s opuestos y son las partes contratantes. tad) y parte en sentido material o sustancial (0 sujeto di (oupra, n° 3) aclara todavia més este tema (*). El representante no ces nunca sujeto del interés, interviene s6lo como parte en sentido formal. en el primer ejemplo (cuando el representante compra ), Aes parte en se en cuanto representa a B in sentido sustancial) y parte en sentido sustancial, en ‘ne por 10. ¥ en el segundo ejemplo (doble ), Aes parte en sentido formal en una dobl ‘representa a By a C (que son las partes en ‘Pal como lo seitala Barbero, el contrato consigo mismo pre: senta dos aspectos: 1) un aspecto estructural: es posible la for- macién de un eontrato por obra de una sola persona?; 2) un aspec- nario: admitida esa posibilidad es necesario regular el conflicto de intereses que puede suscitarse entre representante y ropresentado. El primer problema se vineula al acuerdo de voluntades (supra, n° 2), El acuerdo de voluntades parece presuponer la existencia de voluntades distintas provenientes de dos sujetos diversos. En base a esta consideracién se ha negado naturaleza contractual al contrato consigo mismo, ubiedndoto en la eategoria de los actos unilaterales », in embargo, Ia doctrina moderna admite Ia naturaleza con- tractual del negocio. Aunque se trate de un nico sujeto (el repre- sentante), éste expresa dos manifestaciones de voluntad: 4) como representante expresa Ia voluntad del representado; .do por sf mismo, en nombre propio, expresa su propia ‘a conteatanioe con se mede 802,282. rd "escribe Sroffa- hablar de dos voluntades exprosadas por tnd opera di una soln persona, Dottr: gem, p- 108; Barbero, ob. ‘Tastapo ve DeRecio Civ URUGUAYO 2% Es necesario examinar ahora el segundo aspecto de In euesti En el contrato consigo mismo el sujeto actuante se ve enfrentado & tun eonflicto de intereses: por un lado esta su propio interés perso- thal por ott, el interés del representado, Como comprador al repre: ‘sentante le conviene pagar el menor precio posible, pero en su ealic dad de representante tiene el deber opuesto, de obtener el precio mis alto. La ley ha querido evitar que el representante haga privar su in- terée, perjudieando al representado, y por ello el contrato consigo mismo esta prohibido en Ia esfera de la representacién legal (padres, tutores, euradores). En el contrato de compraventa la ley establece luna serie de prohibiciones: los padres no pueden vender sus bienes Jos hijos que estén bajo su patria potestad, tampoco pueden comprar los bienes de esos hijos, El mismo principio rige para los tutores y VJores respecto de las personas que estén a su cargo (art ‘Los contratos celebrados en infraecién a estas nor: TE contrto os posible, sin embtgo, por no ya como contrat conde a. Bl eontrata puede Tealizarse cuando el Tpeesen- come a pmndne esa calidad, nombrandose en st reeme70 0 TTncepea, Erica 458 peeve ara rqueoseasos en que Ios los de sept saree eal Bal eno el contro ae forma por obra de ds ue “fierent ‘o curador, por un lado; y el curador par on est contra), por elo. No ‘especial no existe la post mismo~ de que estos inter sonal del representante legal. piensa en ios Featesentante dcbe {ion dectaroc (89 Tone der cscurag. 3, vol Lp. 1799 sie. 26 JORGE GaMamna La ley admite, en eambio, el eontrato consigo mismo en la repre: sentacién coavencional siempre que medie autorizacién (aprobacién) expresa del representado (articulos 1679 y 2070). Como la represen: tacién convencional tiene lugar entre sujetos capaces la ley entrega fala voluntad del representado la decisién de permitir o no el contra: {go mismo. Hl titular del derecho disponible es -como dice (o~ drbitro de regular como mejor crea sus propios intereses mandante puede tener confianza en el mandatario, y esta fe que éste no aprovecharé de la pensas suyas, Nuestra ley es -quizds- demasiado amy marcado disfavor el contrato consigo mismo Gencia del Derecho Comparado es mas exigente que nuestro arti 2070. pués de la muerte del donante heredero o legatario). ~ El contrato pertenece los negocios entre vivos, que se construye por oposicién a In de los negocios mortis cauea (por causa de muerte) (*3), Nuestro derecho conoce un solo ejemplo de negocio mortis causa, el testamento {articulo 779) Se dice que en los negocios mortis causa, ls muerte tiene un valor de corficiencia causal, en cuanto a la muerte el negocio deviene irre- Vocable y perfecto (), que la muerte es causa no sélo del ejercicio ‘misma del derecho (#). Mas concretamente ‘de negocios Ia muerte es uno de los elementos ‘esenciales para la existencia del derecho (®), un el const tho del supuesto de hecho complejo que tiene por efecto Ia adquisicin ‘Contribute. n° 1, p23. ‘Gea el expecta na de Shaan Rv. dit comm, 1996, 1.414 Ninsin negocio entre vivo ~ensefa Santoro Passo nego morte cousa (Donazion pes aso dh mo ap 247) CL ‘Taatano De DenecHo Cra URUGUAYO a jente, 1a muerte puede ‘como un momento atingente al perfeccionamiento del negocio (©), y es por ello que, mientras no sobreviene tal suceso, el negocio no produce ninguno de los efectos juridicos que la ley at yeasu tipo En el testamento no hay un desprendimiento actu testador dispone “para después de su muerte” (articulo 779); ade- mas, e) testamento es un acto “esencialmente revocable” (artfeulos 779 y 998). En cambio, el contrato es un negocio irrevocable y pro: duce el surgimiento de un vineulo obligacional desde el momento de su formacién. El Cédigo ha seftalade las diferencias entre uno y otro tipo de ‘ontrato de donacidn. Asi el articulo negocio al legislar sobre el 1613 nos habla del contrato de donacién “entre vivos”, calificacién que, en realidad, no conviene sélo a la donacién, sino a todo con: pero que el precepto incorpora para distinguir a Ia do 'y sobre todo, para deslindar el contrato Ge donacién (negocio entre vivos) de la antigua donatio mortis causa, que es absorbida por el testamento o equiparada al testa mento, pasando a considerarse como negocio mortis causa: “Las Gonaciones hechas para después de la muerte del donante quedan sujetas a las reglas establecidas para las ultimas voluntades” (articulo 1614). Al ubicarse a Ia dor muerte o hecha para después de la om de los negocios mortis eaust negocios se perfila con mayor ni io mortis causa (donacién por causa de jel donante) en la esfera centre una y otra clase de donacién apareja un des- fda de lla “Polo os contratos (yo elo de donacén) son negocios entre viva. yal ehlene no ubican com los domis 28 JORGE GAMARRA prendimiento actual (#) e irrevocable (articulo 1613); en tanto que bn el testamento se dispone para después de la muerte y el testa mento es revocable (articulo 779). Cuando se dice que en el contrato de donacién prendimiento actual, o que se dispone actualmente (‘desde luego”), ote cardcter se contrapone al desprondimiento (0 disposicién) “para Gespués de la muerte", que es rasgo tipico del testamento (esto es, {de los negocios mortis causa). Hsta diferencia atiende al momento en fue se producen los efectos del negocio. En los negocios entre vivos (por ende, en los contratos) los efectos se producen a partir del momento de la formacién del negocio; en este sentido: desde que el tontrato se forma o concluye surgen efectos juridicos. Por ol contra: tio, en los negocios mortis eausa los efectos se producen sélo a partir de la muerte del testador. Empero hay que euidarse mucho de no confundir en esta mate- ria, porque el hecho de la muerte puede ser contemplado también tn les contratos como plazo o condicidn de carfcter suspensive. No es la referencia a la muerte como determinante de un cierto ffecto e] elemento que sirve para calificar a un negocio com« tives 0 mortis causa (0), ya que —como observa Messineo- ‘ién que la muerte ejercita en los negocios mortis causa no es de Orden temporal (), Tanto en un testamento o en un contrato en fel cual la muerte sirve de plazo o de Ghserva un diferimiento de los efectos (®). Por consiguiente, Gircunstancia de que los efectos se produzcan luego d tno puede informarnos ~por si sola~ acerca de la naturaleza juridi cea del negocio. La muerte puede ser una condicién del contrato, en cuyo caso, aunque suspenda ciertos efectos de éste hasta el momento de su facaccer, el negocio es inter vivos y no mortis causa. No abstante la ‘de una eondicién suspensiva el negocio produce efectos a {esto e3, a partir del perfeccio hhamiento del contrato y antes de acaecer Ia condicién). Me refiero a qos llamados “efectos preliminares’ del negocio condicional, aunque cueriondo sgnfiene que este despren Jenn actual todo desprentimient que no 28 ale 4 par 88,33 288 ientzas no cumple, suspend In ‘paxrapo ne Dexeco Civ URL tenga lugar sélo en el momento de la muerte ‘actos conservatorins, farticulo 1428), para contar on la eficacia re lo 1421) (7), mientras que el “efecto definitiv Basta pensar en 16 le corresponde al acreedor bajo Comprender lo que acaba de troactiva de Ia condicién cumplids el negocio mortis causa es irretroact Por el contratio, en el negocio mortis causa ningtin efecto tiene jugar antes de la muerte, porque agui ~como se dijo la mucrte ‘un elemento seco) constitutive o de perfeccionamiento del ue aio no un elemento extraio (accidental) qe se agrega sl Re fgoria, como sucede con la condicidn (* 1 pert ear de negocio inter vi- vos, de donacién va ‘donacién bajo condicidn suspensiva seria muerte del donante (*) contra el parecer de 1a doctring me sera rsegan la cual se trata de un “acto para después de la muerte Esta distincién e: Pasomos ahora a examinar el elemento de ta irrevorabilidad, que se encuentra establecido expresamente en el contrate de 26 asian (articulo 1613), pero en realidad es comin a todos los con racing referencia del articulo 1613 se explica por razones bis fricas para destacar la separacién entre la trato, un negocio entre vivos) ¥ {que se subse en el testamento (siendo por tanto re ae Se ontrato (ni debi6 calificarse de donacién), articulos 1613 ¥ 1614 Bn efecto: segin el axticulo 1291 los contratos “Torman una reels a le cual deben someterse las partes como a la ley misma’; ¢] artics Tai idod admite In revocacién del contrato pero siempre que so Rocha “por mutuo consentimiento’; ¥ e] articulo 1258 expresa due ee “Gi Terrnie,Varnson wl tema dela dosione “mers causa” (For Torreate—Ia jcafeos del agai we considera 30 JonGe GAMARRA into de los contratos no pueden dejarse al Sobre el fundamento de estos principi no: "Est en la esencia del negocio no unilateral rnomia indi fe Tas partes, en modo de Tuntad unitaria inderogable para las partes mismas, en cuanto se superpone @ la voluntad particular de cada una de éstas. Toda la finalidad de Ia disciplina de los contratos tiende precisamente a apartar el vineulo obligatorio de la disposicién de una sola de las partes” Como contrafiguea de la irrevocabilidad de! contrato el tes- tamento es un acto esencialmente revocable. ‘Ya dije que nuestro Cédigo no admitié la donacién mortis causa (@8) que era revocable a arbitrio del donante: la donacién se perfec- cionaba en el momento de la muerte del donante, y éste mantenia la facultad de disponer libremente de los bienes donados (*). Hay acuerdo en que el articulo 1614 suprimis la donacién mortis causa (*). Este negocio no es un contrato, sino un negocio mortis Elcontrato difiere, ademés, del testamento, en cuanto al nti de partes que se requieren para su formacién, puesto que el tests mento es -seatin se dijo, supra, n® 3~ un negocio unilateral, ya que basta para formarlo la sola voluntad del testador. ‘Tayrapo nk Denecno CIvt. UREGUSYO a Las consideraciones precedentemente expuestas impiden con: ‘as donaciones mortis causa (que nuestro Cédigo ‘articulo 1614) con un sub-tipo de dona- jonio hecha para des: La confusién es posible, y se ha producido (*), porque el C6- igo habla de donaciones “hechas para después de la muerte del Gonante", nombre que puede hacer pensar en un negocio mortis causa, Pero la donacién de marras produce efeetos ant muerte del donante: es irrevocable y prohibe a és titulo geatuito los objetas comprendidos en la donacién (a1 1652). Esta produccién de efectos, con ant - te, impone la clasificacién del negocio como contrato, como nego- cio inter vivos (*). sndo la naturaleza contractual de esta figura, los feionales que han estudiado el tema, acordes con la ‘de Ia doctrina francesa, proclaman el cardcter anfibio, mixto 0 ‘misma, en euanto retine por un Lado la idea do sucesidn, de testamento, y por otro, Ia de donacién, de pacto jrrevocable. De acuerdo con este entendimiento se sostiene que el contrato por el cual se dona “todo o parte de los bienes que el do: ante dejare a su muerte” (articulo 1651) confiere al donatario el titulo de heredero o legatario (del donante), y por tanto, se hace propietario por el modo sucesidn y tiene responsabilidad por las deudas hereditarias (*). orient: Fl examen de este contrato es importante porque se vineula a los pactos sucesorios, esto es, a una materia sustraida al Ambito de los contratos (articulo 1285) (infra, n” 9) v porque ~de fque acaba de exponerse- nos encontrariamos ante una z 2 Jonak GAMARRA fAluencia de los negocios entre vivos y mortis causa, uns encrucijada del derecho contractu ‘ucesorio, frente a un instituto que em- pieza como contrato y termina como sucesién mortis eausa; mas que tun anfibio: un Proteo del derecho. ‘Se impone, entonces, analizar mas detenidamente este fend meno, que no deja de sorprender, si se recuerda la divisién entre los negocios inter vivas y mortis causa. La argumentacién de mayor peso aduce razones extrailas de los origenes del instituto, en el derecho anterior a la codi fa como pacto suces con: ‘én de heredero (0 legal El Céidigo fran: 8 pactas sucesorios, pé por excepeidn éste, fen el dmbito de las donaciones por causa de matrimor inte: corresponde al Iamado de inst se trata de un verdadero “contrato sucess puede donar, en este contrato, “todo o parte de los bienes que Acjare a su muerte", formula que guarda correspondencia con Ix {el articulo 779 (*), La ley no permite ~de regla~ que una perso- ‘na disponga en forma irrevocable de su sucesién, porque de ‘que el disponente conserve siempre su de su deceso) en tan delicada materia ‘cepeidn como s¢ dijo e] articulo 1651 en homenaje a Ia institu- ceién del mateim Pero este pacto ha sido reglamentado legalmente como un con- trato de donacién; en todo el articulado no se habla de heredero, ni cen parte alguna se dice que el donatario adquiere por el modo suce- ‘Sin {modo que corresponde a los negocios mortis causa, no a Tos ni tampoco se consagra la responsabilidad por Es cierto que préicticamente el contrato e irrevocable de un heredero, en cuanto coinciden testa coincidencia no impone tna asimilacién en el plano de I natu- raleza juridica de los institutos que producen esos efectos, siendo de observar ~por lo demés~ que la coincidencia no es total porque, como 3) Baril, ob, i BD, p. 69; Tat, ob cit, ps. 8,4 y 32: Vae Ferreira, ob. tes sur log auccesions non ouverts (Stud Berthelemot, De la prohibition det ‘Taatapo be Derecuo Civ. URLaLAYO 33 hha de verse, el donatario (a diferencia del heredero) no asume las deudas hereditarias, No estimo acertado patrocinar, por razones de mera tradi histovica, una interpretacién que tiene como resultado crea in monstruo contractual-sucesorio (*), cuando e lema por completo en Ia esfera de los contratos ‘lementos de derecho sucosorio, que se pretende depone claramente contra Ia confi Ha 0 hibrida, porque el articulado det Cédigo las referencias a Ia materia de derecho suceso- Voy a preguntar, con el Cédigo a la vista jde dénde se deduce que ‘el donatario adquiere Ja calidad de heredero? No hay ningiin ele- mento en la ley que haga suponer tal cosa. et lo que se ha donado os la “facultad de devenir 'Y es por ello que los autores franceses entienden que no basta con aceptar Ia donacién, ya que luego del deceso del sowante el donatario puede aceptar o repudiar la herencia, por- que ~segén Barrilleau- una cosa es acept fceptar la sucesién (). Cuando el donat eeptado de acuerdo con este | donatario no tiene por qué acept ya acepté la donacién (sin su aceptacién no hay eontrato), Abora Hien, puesto que aceptd, no puede repudiar luego, porque el con: soe disposicin sui generis, con una naturalers Jones y lsifiensones de sus de cnclusiones Mi 1688 yaa diferencias neous ncos 24 TBy 178, pe 2, a Jonck GaManna trato no es revocable sino por mutuo consentimiento (articulo 1294. La necesidad de uni turaleza contractual del tura que existe entre donacién y testamento en el (que legisla ambas materias conjuntamente) y al articulo 1087 de ese Cédigo, donde se dice que las donaciones por causa de ma trimonio no pueden ser impugnadas por falta de aceptacién, pre ccepto que no fue requiere la acep' . Pero hay més: no sélo difieren los articulos 1087 francés y 1646 1, sino que la responsabilidad del donatario por aceptacién no condice con la. ni esta consagrada por el Cédigo francés, pero no por el Cédigo ure uayo. 1 tratar las sucesiones (9). se extraen de la doctrina francesa. Sin embargo, en nuestro Cédigo (al igual que en Gareia Goye: na) no hay ningiin texto que apoye tal conclusién, La respon. jdad por las deudas del donante existe a texto expreso (ar- ticulos 1084 y 1085) en el Cédigo francés, pero estas normas no fueron reproducidas por Narvaja. Esta divergencia entre ambos regimenes obsta al trasiego indiscriminado de las opiniones de los ves franceses. Las diferencias con el modelo francés no pu den imputarse a inadvertencia del codificador; por el responden a una diferente concepcién del instituto. ticulado muy eseuct iminacién de un aspecto de tanta tr cendencia en cuanto a la naturaleza del negocio, indica un apar- tamiento, no un olvido. El Gnivo precepto que hace mencidn de las deudas es el articulo ‘que no corresponde a la di fea del contrato én por causa de matri Mas atin: el articulo 1650 contempla Ia simple posi bilidad de que el donante imponga al donatario In erga 0 condi de pagar sus deudas (“Estas donaciones podrén hacerse con la co Va Ferrera, 0°98, . 180. 1086 francés. pis. ‘Tarano ne Denecuo Con: URucuavo, a "); se trata, pues, de una mera eventualidad, que requiere previsin expresa. ‘Tampoco comprendo cémo es posible que el donatario adquiera por el modo sucesién, que es propio de los negocios mortis ¢ cuando el titulo de esa adquisicién es el contrato de donacién. El eontrato es un negocio juridico que crea una obligaci6 niendo —por consiguiente- un deber de condueta al deudor tacién), que se extingue por cumplimiento (de esta prestac Puesto que el donante hace donacién de todo o parte de sus bie: nes, contrae la obligacién de transferir la propiedad de los mis- ‘mos al donatario; como se trata de los bienes que dejare a si muerte, claro esta que dicha obligacién, para su cumplimiento, pasara a sus herederos (articulo 1292), los cuales hardn In tra icin al donatario, que es negocio juridico de cumpl relacin saciones, ~ Bl origen del 1101 del Cédigo francés lad del contrato: crear ob! 147 se encuentra en el ai (09, El inciso 2° corresponde al Ci sno (articulo 1438). Por su parte el Cédigo francés se inspira en I wnzas que, al respee- ier en su Tratado de las obligaciones (7), Estas pre: cisiones son importantes porque contribuiran ~como ha de verse de inmediato- a una mejor interpretacién del texto. La definicién uruguay 7 en dos ex. tremos: 1) dice @! productora de obligaciones, Ambos aspectos estin ligados entre si, porque Ia di tincién entre convencién y contrato ~que es Ia primera cuestién que 6 JoRGE GAMAREA se suscita~ se funda on que el contrato es la convencién que produce obligaciones, lLa convencién es, entonces, el género; el contrato, una especie jan de contrato no se identifica eon la de de precisarlo el propio Narvaja luego de -a al doctor Vicente Fidel Lé- sancionado el Cédigo pez (™) jon de Narvaja la doctrina fran- reuerdo de voluntades de dos que Ia de contrato porque puede Mbarear aquellos acuerdos que no estén regidos por el derecho, vr Ine relaciones de cortesia, 0 las convenciones que, si bien recaen i ica, no estin destinadas a crear Coincidiendo con esta interpret cesa identifica *eonvencién" con mas personas, nocién més amp! con sti modelo francés en cu COntrato a aquellos acuerdos de voluntades (convenciones), median fe'los cuales las partes (esto es, los sujetos que celebran dicho seucrdo) asumen un vinculo juridico de naturaleza obligacional Semin el CAdigo, contrato es la convencién (acuerdo de voluntades) que crea obligaciones. No son contratos, en cambio, las convencones fidad no es producir obligaciones, sino modificatlas o extin guirlas (supra, n® 1) undo esta afirmacién en las siguientes razones: 1) el articulo 1247 define al contrato como aquella 1a de obligaciones; se excluye de Ta defini fades tales como regular, mé fe contrato y convencién se funda, pre- itacién de la finalidad del contrato, Como convencién pro: no genere dere- cisamente, en est facaba de verse, puesto que el contrato es aaciones, toda otra convencion qt 19 es un contrato, La nocién de con- Jenvign se deduce, por exclusién, de la nocién de contrato; 8) cuando se sancion6 el Cédigo, Narvaja respondi6 de esta ma. nen ale entice de Lépet (que postulaba una sinonimia perfects serge nontvato y convencion): “cl contrato no tiene jams por objeto Fgnciones, y por el contrario, Ia convencién puede tenet verear obligaciones, sino también modificar 0 ex- Jones preexistentes. El contrato es la especie y la sino crear ceonvenciGn es 4) Narvaja eitaba en apoyo de 1a opinién transeripta a Pothier, fuerte del articulo 1101 franeés, que inspira nuestro Cédigo, Pothier ‘Tetngue el eontrato de la convencién de la misma manera que Nar. seers especie de convencion que tiene por objeto formar algtin Compromiso, es Jo que se llama Contrato. dad extintiva est contemplada por el a nto, que no legisla sobre el émbito del decir que iador consideré expresamente esta fi Ja tuvo en cuenta cuando definié el eontrato fue pora cetrataba de una materia que Je resultaba ajena. El e ‘aja que acaba de citarse ratifica este entendi cribe a opi aria de su trato a Ia conven« nes: “Dissoudre une at tracter dans Vacception. 38 JORGE GaMaRpa ‘A las convenciones que exorbitan Ia definieién legal del contrato pueden aplicarse las normas que rigen a los contratos, en ausencia de previsién expresa, pero esta aplicacién no se hace por via directa, sino por analogia (1%), ‘Apenas es del caso sefialar que el concepto de contrato que acaba de precisarse es un concepto que corresponde al derecho positive turuguayo. Como hemos de ver de inmediato, otras legislaciones ~co ;na~ adoptaron un concepto més ampli. Esta nocién de contrato, considerada como fuente de ol cones, existia ya en el derecho hi Jo 1247 uruguayo con el artic ninguna modifieacién hal francés produjo una expansi ademas de la eficacia obli eficacia real, que el precepto francés pasa en silencio, no obstante tratarse de una innovacién fundamental. 1 francés, podria pensar que embargo, el Cédigo En nuestro derecho, donde el contrato tiene tan sdlo una eficacia jlo 705 incisa 29) (supra, n° 1), la definicién del y modo, en la separacién entre el contrato ico exelusivamente productor de obligaciones ¥¥ por tanto, con efieacia meramente personal, yy el modo de adquirir (la tradicién) o negocio atributivo de la pro: piedad, que produce efecto real, o sea el traspaso del derecho real de un sujeto a otro. smbio, el Cédigo francés, que suprimié In tra De ahora en 1 derecho real: de las partes contrato era incapaz de producir por adelante es el contrata el que produce el traspaso la propiedad se transfiere por el solo consent contratantes (ef. capitulo I, 1 De manera que, cuando se define vencién productora de obligaciones, tt gos francés y uruguayo, esta defini Sistema donde el contrato es negocio puramente obligacional, “Tratapo ve DeRzcwo CI URUGUAY 39 ademas de esa eficacia personal, produce también efectos reales (tiene eficacia re Enel rin por el Codigo francés. Por ahora me interesa destacar e6mo In ocidn de contrato sufrié una expansién en el Cédigo Napoledn, de Reuerdo con la cual el contrato ya no puede definirse tal como lo hhace el articulo 1101, earacterizindolo de negocio cuya finalidad es generar obligaciones, ya que ese Cédigo le otorga al contrato un semotido anés vasto, cual es el de producir efectos reales: transferir fa propiedad u otros derechos reales, constituir los lamados dere thos reales menores (que nuestro Cédigo denomina impropiamente “desmembramiento del dominio") En cambio, es correeta la definieién de Narvaja, porque nuestro Gédigo se atuvo a los principios del Derecho Romano, sin incorporar ten este punto las reformas del Cédigo francés. La de culo 1247 uruguayo guarda perfecta consonancia con las mas cardinales de la materia (fundamental articulos 705 y definicién del arti completarse con los articulos 771, 1138 y 1588, donde aparece con ‘sagrada la eficacia real del contrato. jo (supra, n® 1) que en el Derecho Comparado la ni de contrat itendi6, ademas, en otro sentido. El Cédigo italiano de. 1865 farticulo 1098) consagrd el concepto amplio, que inch diferencia de nuestro articulo 1247, Ia modificacién © (09, El Cédigo italiano vigente del 1821 esa doble expansién del concepto ia por el derecho de Jus- ‘accordo di due o Jora wn rapporto a comparacién entre este articulo y nuestro 1247 permite ob servar las diferencias: a) nuestro Cédigo adopta un eriterio restringido que corresponde al derecho francés, pues sélo considera contrato e} acuerdo de volun- fades destinado a crear obligaeiones, mientras que el Cédigo italiano Jreluye on la finalidad del contrato también la de regular o extin- juridicas 0 JoRGE Gamagna dy ela idad del contrato es la de crear un Io 1821 italiano, al hablar de una relacién ju ficar su naturaleza real o personal, comprende ambas especies. De ‘ahi la eficacia reat del contrato italiano, similar en este punto al trato francés 2) que el contrato uruguayo no opera fuera de la relacién obliga cional, Es ajena al derecho uruguayo la figura del contrato con efec- to real, también llamado traslativo, que existe, en cambio, en el De- iano, En nuestro Cédigo el contrato es un negocio {que se contrapone a la del negocio Jo Hn" 3); 8) que el doble alargamiento de la nocién del contrato que pre- senta el derecho moderno, a partir del Cédigo Napoleén y 7 liano de 1 jeno al derecho positive uruguayo, donde el contrato ‘como lo era en la época de Justiniano, un productor de obligaciones. El contrato ‘ni extingue obligaciones. Tampoco tiene uruguayo no modi eficacia real. del concepto. El contrato, negocio juridico |. Prohibicién de los pactos sucesorios. Los con- tratos de derecho piiblico. ~ La nocién del contrato ha sido con- cebida, por cierta doctring, con un criterio muy lato, cuya formula. ‘cin més extensa equiparé el contrato al negoci 4 ‘Taxrapo De DeREcHO CIVIL URC De esta manera -como observa Scuto- esta excesiva extensién ter minaba por destruir el coneepto mismo ( jea de contratos relaciones de familia, como el matrimonio y la adopeién, pero aclara 1 eontrato “en sentido estricto” se refiere a una relacién patri ). Los juristas alemanes ~como Savigny y Thur~ admi tuna nocién més amplia todavia, que incluye dentro de la categ de los contratos no sélo a las relaciones de familia, Jas relaciones de derecho piblico, como los tratados y los lia que rrespeeto sefiala Scuto 1 debe tener en cuenta, rentos, entre los cuales se ccarécter patrimonial (1. ‘También el derecho sucesorio estd fuera del campo de los con- tratos porque el Cédigo prohibe los pactos sucesorios (articulo 1285) En general se entiende que no son contrates los negocios bi- latorales de derecho pliblico, porque las dos voluntades concurrentes ‘ya que es predominante la de ‘én, ¥ subordinada Ja del particular, aunque se admi- ito de derecho puiblico cuando tas dos voluntades actiian en condiciones de paridad, como seria el easo del .cién y el expropiado para Ia determina: ide la indemnizacién, Pero Ia califieacién de contrato, en este 10 caso, earece de influencia sobre Ia dist ‘sus efectos serdn los inherentes al car’ rho aquellos que son propios de los contratos de derecho 2 JoRoR GaMARRa En Ja doctrina eivilista contemporéinea se ha suscitado una enco- nada polémica en torno @ una nueva categoria, la del lamado con: trato plurilateral, dentro de Ia cual se ubica a la sociedad (supra, 2° 5; infra, capitulo V, O). capiruLom EL CONTRATO ¥ LOS DERECHOS REALES. RELACIONES ENTRE EL CONTRATO, Y¥ LA TRANSFERENCIA Y¥ CONSTITUCION DE LOS DERECHOS REALES: 1. Los diversos sistemas: francés; romano; nuestro Codigo. — EI Cédigo uruguayo se mantuvo dentro de los lineamientos del Derecho Romano elisico, segtin el cual el contrato produce tini- ccamente efecto personal, esto es, cren obligaciones (retro, capitulo J, hros. 1 y 8). Por ello llama a los contratos “titulos”, distinguiéndolos fe tos “modos” de adquirir el dominio. Estos “titulos de adquiris” Cxpresa el artfculo 705~ “sélo producen efecto personal” (derecho a Ja cosa, ad rem) ('). En eongecuencia con esta premisa los articulos 1246 y 1247 definen al contrato como negocio productor de obliga: Cuando el contrato (que produce efecto meramente personal) cs titulo babil para transferir el dominio, si se complementa con tun modo (tradicién), desplaza el derecho de propiedad (efecto real). ‘Al establecer la distincién entre titulo y modo el Cédigo oriental no hizo sino seguir la ruta del Derecho Romano, que mantuvieron Las Partidas y el Proyeeto Acevedo, al igual que Alemania, Espaa Chile y Argentina (). Se aparté, en cambio, de su modelo habitual, fl francés, que habia innovado fundamentalmente en esta materia, estableeiendo un sistema diverso. i adquiri lact hect fy modo de agin es el modo con ta aiguiseén (orgen de la ad ‘Quiscign Ueno lugar Qlanale “Nengont define: Geo ex le sig, t 3 pa. 8450. A Greet tase algunos de vtos panos sustityé Is traci por i iserpcin, tratndose de benosinmusbles, : “4 Jorce GAMARRA La codificacién napolesnica suprimié en Francia el modo tradi- cidn, En este sentido; la propiedad se transfiere por el contrato: bas- ta el consentimiento de las partes para operar el desplazamiento de Ja propiedad. La venta es, pues, inmediatamente traslativa del dominio (venta traslativa: venta real; rectiue: con efecto real) (. Pero el negocio no pierde su caracter obligacional, sino que lo mantiene; sélo sucede ‘gue~a partir de esta reforma—la venta produce un doble efecto (real } obligacional). Un mismo eontrato acumula o reine (en si mismo, por si solo) esa doble eficacia. El articulo 711, Cédigo francés, establece que “Ia propiedad de Jos bienes se adguiere y se trasmite [..] por el efecto de las obli- gaciones”, El articulo 1138 dice que “la obligacién de entregar se perfeeciona por el solo consentimiento de las partes contratantes’. Y'como en este articulo, a diferencia de Jo que sucede en nuestro derecho y en general en el francés, perfeccionamiento equi ejecucién (9, 6] mismo precepto se encarga de agregar que “ells Ga obligacién de entregar) hace al acreedor propietario™. Ha de fentenderse, pues, de esta manera: la perfeccién de la obligacién coneiste en que ella se reputa ejecutada por la sola voluntad de Jas partes (). Por diltimo el articulo 1583, ya en sede de compra. venta, reafirma estos conceptos sefialando que “..la propiedad [..] ise adquicre de pleno derecho por el comprador, desde que se hays Convenida en Ia cosa y el precio, aunque no se haya entregado la cosa, ni pagado el precio”. Esta ruptura de los principios tradicionales, que consagré el Cé- digo francés, siendo imitado por el italiano (9 y otros paises, se de ‘bio sustancialmente a dos eausas. Por tin lado, la tradicién fue espiritualizandose cada vez: més, ya cen el propio Derecho Romano, a través de simbolos, fieciones, meras Geclaraciones de los contratantes, sin que se produjera ningun modificacién exterior, real o efectiva (”). La tradicién (simboliea) se ‘aumplia por Ia entrega de los titulos de propiedad y la feta (equiva: Tente a la real) por una simple cldusula del contrato, como la de “Tambidn la venta obligasonaltende la trans aa ene fin, per gte oe cone en un momento posterior onstatoy efoto tasltivo se ante el Stones bin, La compravendi "Plant Teas dn, 1952. 4 (6) Prantl incident nuevo Cidign do 192. mesa 10, ps 409 1, Padova 1942 ‘rayrapo ve Denscwo Cr constitute, donde el vendedor declara que en Jo sucesivo tondrd I fosesin (Pectius: tenencia) a nombre del comprador (véanse los ark Milos 764 y 767 de nuestro Cédigo). Bn el Derecho consuetudinario tstas clausulas se volvieron de estilo (9. Es por ello que puede decirse con Ferrara que el elemento trav icin we ha espiritualizado hasta reducirse al solo consentimiento © De ai-a sostener su inutilidad, a eonsagrar su supresion, no Jhabia mas que un paso. 'A darlo contribuyeron también las teorias de los autores del De echo Natural (Grocio, Puffendori, Wold), sosteniendo que, si la tra- “Tide, acto material, es necesaria para transferir la posesién, que es ce pecho, no existe razén alguna para que el dominio, que es una calidad juridies abstracta, no pueda cambiar de sujeto en virtud de Ja simple convencién (") En sustancia, el principio adoptado por el Cédigo francés “no sig~ nifies otra cosa que la suficiencia del consentimiento indepen: ‘Hieatemente de la entrega material”. ¥ esto era lo que sucedia Ja, cuando so usaba la tradicion feta. La modificacion del derecho 38. ode no fue, pues, un cambio sustancial, sino un ajuste a To que venia sucediend en Jos hechos. En puridad, la trasmisién de 1a propiedad por el solo com sentimionto existia on el Derecho Romano y existe en el nuestro Guando el edquirente detentaba la cosa (por ejemplo, como arren Gatario, depositario, comodatario, etc.) bastaba el acuerdo de vo- untades para quo lograra la propiedad y la posesién. “El mero con wuntimiento de las partes importa tradicién” dice el articulo 766, Hobiera sido absurdo obligar al comprador a entregar la cosa al Uondedor para que éste ~a su vez se la devolviera. La tradiciin s¢ Nehifca, entonces, como sefala Bufnoir “por una modificaciin en el Snimus de las partes” (2). Bl comprador, que era tencdor, deviene poseedor y propietario. Partiondo de estas constataciones Ferrara sefiala que las elds: tas de tradicign eran un equivalente de ésta, constituian una verd: eee adicign ideal”. Agregando que hoy, Ia tradicién reducida al furo consentimiento, no por ello existe menos: basta Tx simple vo- Ta costumibre de Sens habia de “elusulas traslativa dela propiedad. Ferrer Fro i, 10, 1 800. Moh eles 24.8, 48 JORGE GAMARRA ‘Tastapo ne Denecito CW URUGLAYO a sstrar Ia categoria rativo son la particidn, la transaccidn, y el recono- , que hace las veces de “tradicién ideal” francés se tocan. luntad de trasmit jema romano y cimiento. se plantean dos cuestiones que interesa mente a 2, Fl contrato, negocio dispo: nuestro estudio: 1) si la eategoria del negocio dec! ‘3 al negocio declarativo. ~ En el nimero siguiente voy a pee aaeiteanreata Noa derectoh ed opo: estudiar la clasificacién de los negocios juridicos en dispositivos (en weed haber Sentido estricto) y obligacionales, pare ubicar al contrato en la se raat funda de ellas. Pero sucede que, tanto los negocios disp Sentido estrieto, como los obligacionales, forman parte de la catego ria de los negocios dispositivos en sentido amplio, que se construye pot oposicidn a la del negocio declarativo. Las penurias que padece a uestra disciplina, en materia terminolgica, explican que un mis- , imo nombre figure en dos eategorias diferentes aunque con la aclay cidn de que responde a un sentido amplio en la primera de ellas, y a tun sentido restringido en la segunda: Eaainenerate | surgimiento de una relacién obligacional oo) 1 contrato, negoci negocios juridicos en obligacionales y dispositivos (en sen- ‘ontrato con efecto real y contrato con efec- = Ch el con. To han formado, pero no produce efecto re del negori se opone a la del negocio disp 3 fegocios dispositivos sentido fs capaz de producir un efec 3 ‘en sentido estricto traspaso recho de propiedad (negocio di | Negocios dispositivas sitivo trasla icin de tn derecho real menor (ne- Z| ensentide arplio socio disp vo). Ba nuestro derecho, para que ese ¢ Negocios obligacionales Stocto real tenga lugar, el contrato no basta; ademas de éste se é (contrates) requiere jo, e5 necesario un E | Negocios dectarativos contrato dominio", y un modo, la tradicin, que es negocio dispos sto que produce el efecto real Por consiguiente, en Uruguay la transferencia de la propiedad {efecto teal) se logra mediante un tipo complejo, que requiere la Estas casifenciones se construyen en atencién a los efectos del Juxtaposieidn de dos negocios, de diversa naturateza juridica: ispositivo (en sentido amy 1acion juridica preexistente, y esta (9 de acertamiento), que no modi icional: un contrato (que debe ser titulo abil para transferir el dominio) ) un negocio dispositive: un modo. La propiedad se trasmite en el momento en que tiene lugar ta tradicién, pues este negocio es el que produce ef efecto real los 705, 758, 769 y 775); per icién por si sola no es suficiente para generar ese efecto si no esté acompafada por un titulo idénco, slo Jun contrato que sea titulo hdbil para transferir ol domi Vo Tat der, oe wu. ja en sete ampli (2 48 Jonce GaMaRna 769, 3°), Por eso se hab cios que convergen (me realizar ese resultado fina Por el contratio, en el Céigo Napoleén, el contrato produce por «solo el efecto real, sin necesidad del modo (Ia propiedad se trans: por el solo consentimiento de las partes). Como se advierte iferuncia del nuestro, en este sistema el contrato tiene eficacia ret {y es, por tanto, un negocio dispositivo), sin perjuicio de su hati fieacia obligacional. Con referencia a este tipo de contrato Ia d {rina habla de contrato real (0 mejor dicho: con efecto 0 eficacia re slativo, Enel derecho uruguayo la transferencia de In propiedad no tiene ugar con el contrato, sino por el tramite del eumplimiento de las dbligaciones emergentes del mismo, Se dan, pues, necesariamente Gos tapas ("), en tanto que en el derecho francés la segunda fue Suprimida, yes el contrato por sf solo el que opera el desplazarsiento dela propiedad. El sistema del contrato obligacional del Cédigo wruguayo se bass cen la distineién entre el contrato y el acto de transferencia de I propiedad. Como el contrato es un negocio obligacional, un negocio Jeleual no derivan efectos reales, para que el efecto real tenga lugar ts preciso el acto de transferencia de la propiedad (lat enun momento sucesivo al eontrato, como cumplimiento de ligacio- nes emergentes del mismo. gimen del contrato con efecto real, del derecho transferencia del derecho real se opera en el momento mismo del contrato, como efecto automatico e inmediato de Gale. Se “produce la transferencia de la propiedad o del derecho por fecto del consentimiento, No hay aqui, por tanto, un negocio obliga 1 distinto de un negocio de transferencia, hay siempre un nego- racional, del eual derivan efectos reales” ( cl contrato con efecto promiscua, debido a las fica de real, tomando en cuenta la forma como se perfeeciona (esto es: por la entrega de la cosa) y por oposicion a Jos contratos solemnes y consensuales (articulo 1252), En cambio, ip compl ease 1847 GON), "Torino 1887 vu. Unecuavo 49 ‘Taytano ne Dense ‘cuando se habla de eontrato con efecto real, no se atiende a la for: cuntign del negocio, sino a sus efectos, y e8 en base a esta considera cidn que el cont (negocio dispositive) se opone al cin ai con efecto meramente obligacional (negocio obligacional) Sendos clavificaciones distintas, que atienden a presupuestos dit: rentes No existen, pues, contratos dispositivos en derecho uruguay En nuestro derecho los contratos corresponden a la categor ‘pegocio obligacional; 1a figura del contrato-negocio dispositive, insis: to, es ajena al derecho uruguayo. 1o en dos contratos ~el mutuo ¥ Ia prenda comin~ el per- ‘amiento coincide con Ia produecién del efecto real, ¥ por Pero esta coincidencia provie- ‘modo de perfeecionarse. Tan- ren Ia entrega de la cosa para que fen el mutuo esa entrega transfiere Ta propiedad, y oficia Ia jn, en el momento en que se perfec- weeny contrato también se transfiere el derecho real (artieulos S197 y 2196). En la prenda se produce e] mismo fenémeno, poraue/s Gntroga es reguisito de perfeccionamjento del contrato y marci, ctlumde, el momento en que nace el derecho real (de prenda), artieu- Tos 2292 y 2800. No creo que la circunstancia apuntada autorice a pensar que en estos dos casos el contrato e3 negocio dispositive, La distincidn con- ‘Scpuual es pertinente, aunque es imposible realizar una separacion saemoldgied, puesto que el efecto real -tal como sucede en el contrat cromfeato real. se produce simulténeamente con la conclusion. del contrato (¥ no por el tramite de un sue to), Si el mutuo y Ia prenda se hubieran dis consensuales —o cual es dogmiticamente pos de los efectos no tent raleza dispositiva de estos contratos Concluir que el contrato uruguayo es negocio obligacio dos excepeiones que acaban de mencionarse, to el mutuo como la prenda re cl eontrato se perfeccione; cot la natu 50 Jorce GAMaRRa 4. Contratos que son titulos habiles para producir un efecto real. Los lamados contratos traslativos 0 contratos de .Modos de adquirir el derecho real. ~ En la doc: jera se divide a Jos contratos en traslativos (reales) y vacionales (#). Esta clasifieacién conviene al sistema francés ¢ iano; aplicada a este régimen no merece ningun reparo. otros contratos, como ‘lo dan lugar a una relacién obligacional. Para designar a estos contratos, que en nuestro derecho co- rresponden en cierta manera a los contratos llamados traslati 1 Codigo Civil uruguayo se vale de las expresiones “t ‘les para transferir el dominio” (articulo 769, 3°) o “titulos tras: ‘os del dominio” (articulo 772); el grupo en cuestién esti com- to por la compraventa, la permuta, la donacién, la renta vita- vel mutuo, 1a transaccién y la promesa de enajenacién de nuebles a plazos. Como sidn “contrato trasl ‘uruguayo no es cionarse- son producir esa trastacion contrato uruguayo no transfiere Is propiedad, Ia expre se ajusta a nuestro derecho; el contrato jertos contratos los que acaba de men: (esto es: idéneos), en cuanto permiten ‘cuando se les agroga el modo (que es el ver vo). Por ello prefiero la expresin “titulos a la de “titulos trasiativos del La clasificacién en examen es exacta, y puede trasplantarse & nuestro derecho positivo, si se abandona el giro “contrato traslativo” ustituyéndolo por el de contratos que son titulos habiles para transferir el dominio, Esta clase de contratos se contrapone @ aque Tos que no son titulos hibiles para transferir el dominio, como el mandato, into de cosas ¥ servicios, la anticresis, el depésito,c] comodato, la prenda comén, ete. Aunque en fos conteatos mencionados en tltimo término también tiene centrega de una cosa (por de coaas y la prenda cor tenencia, no le propiedad (articulo 653). No obstante ser innecess ri lo que figura en pFernara, Neg. git. ‘Tatapo De Dencwo Crvn. URucusvo 51 cel depésito: “No se transfiere por el depésito la propiedad de In cosa, {que, con todos los derechos que de ella emanan, permanece en el depositante” (artfeulo 2243). El fendmeno de la entrega material de una cosa, que pasa de un -sujeto a otro, es el mismo en estos contratos. Pero en algunos casos esa entrega transfiere la propiedad (en Ia compraventa, por ejet plo), en tanto que en los otros (depésito, arrendamionto, prenda), bélo la mera tenencia. La diferencia se explica por fa diversa funcién que cumplen estos negocios La compraventa es un contrato de cambio, y como tal, esti desti- nado a producir un traspaso definitivo de los bienes. Por el contra tio, el arrendamiento de cosas confiere a} arrendatario tnicamente iso y el goce temporario de In cosa arrendada (la cual debe ser J arrendador), en tanto que en el depésito la entrega se 1a custodiada, y en la prenda responde a la 10 término pueden cum- ‘que sea necesaria la transferencia de la pro: piedad, Is cual por rrario- en Ta venta corresponde al fen6- meno econémico del "cambio". Bate examen de Ja categoria en estudio, desde el punto de vista de la funcién, permite advertir que los contratos de cambio eoinci- don con la clase de contratos que el Cédigo designa coma hhabiles para transferir el dominio”. Coinciden en cuanto todos los contratos de cambio son titulos habiles para transferir el dominio. [La coincidencia no es total, sin embargo, porque hay contratos que son titules habiles para transferir el dominio, como el mutuo, pero ‘que corresponden a los contratos de eré No obstante esa desviacién, que se presenta en el caso del mutuo, inculacién que existe entre estas dos ‘que cumplen los con- lama traslativos, y nuestro Cédigo, ‘dominio, Esa aptitud del contrato, aspaso de la propiedad, responde a jo. De esta manera la categoria en in_que acaba de formularse, afia- juridico la consideracién econémica ple el institut. Ta funeién econémica del ‘estudio se completa con diendo al examen puramente ‘que se extrae de la funcién que “Gib. Sabre in dascecibn dels conteaton sein su fui fina exp. V: ca JORGE GAMARRA La clasificacién a direccién, Si bien lo ley habla exclusivamente de los ppara transferir el dominio, es de observar asimismo la presenci contrates que permiten producir ‘un efecto de naturaleza real, aunque de un contenido distinto; vale decir; un efecto real que no consiste en el traspaso de la propiedad, Hay contratos que permiten la constitucién de un derecho real izando Ia terminologia del Cédigo podria decirse que son les para constituir un derecho real menor (#). En estos traspaso del derecho de propiedad de un sujeto a otro, derecho real sobre cosa ajena. De la misma ma nnera que algunos contratos son la “justa causa” de la tradicién, estos contratos son la causa que justifica el surgimiento de un derecho rreal menor, de goce o de garantia. La prenda, la hipoteca, la promesa de enajenacién de inmuebles ‘de compraventa de inmuebles o de esta- blecimiento comercial () son ir un de» echo real de garantia; en estas especies el derecho real nace (el ‘ecto real se produce) cuando el contrato se inscribe en el registro {articulo 2323, para la hipoteca; articulo 6°, ley sobre prenda sin cin de nash a pasa dobetenerse fevenia de propiedad horizontal, Li ioe risos 0 dels Ly do 3 de enero de egimen la promoss de compravents de bienes ta en et de esta obra (ps 219 partcuaridad de ser plazas tiene “Pe dstnte content La promess de enajen un contrato que estilo al ‘Tpatapo ve Derecto Cr. URueUAYO 53 lo habil (no sélo para transferir rir un derecho real menor, o también, ‘derecho real de goce. Notoriamente es el caso de la compraventa y la permuta. A mi criterio ln compraventa puede tener por objeto no slo cosas en sen. Sip material, sino también los derechos; el propio articulo 1664 see ions la servidumbre (). Por consiguiente, la compraventa Tone aptitud para permitir la constitueién de un derecho real de otwo wu tenspaco de un sujeto a otro, Asi, el eontrato por e cal ee Ferccieaye un usufructo es una compraventa o una donacién, seein fea a titulo gratuito u oneroso. Luego de lo expuesto cabo concluir que os contratos Tamados straclativos” por Ia doctrina italiana corresponden a wna categoria da contratos, que existe en nuestro derecho positive, aunque entre mbes hay diferencias fundamentales que se originan bilidad del contrato uruguayo de prod { solo el Pero si se tiene presente esta diferer fe de contratos que tienen un rasgo co pre- Uiupuestos para la produccidn de ese efecto real; aunque por si solos Bstos con: ‘ho pueden lograr esa consecuencia, tienden a r tratos se oponen a todos los otros, que agotan sus posi vnpo meramente cbligacional, ein que puedan servir de titulo para ‘produecién del efecto rea. 1 Cédigo Civil uruguayo hablé exclusivamente de Tos contratos que son titulo habil para transfer el dominio, pero acabamos 0 on in fancién del eontrato, destinada a Tograr la produccién Ie de un efecto real, no queda comprimida en esos estrechos wMfegenes, También el contrato puede ser un titulo para conslituir mar Becho real menor, de goce 0 de garanti, y para operar Ia tray Tareas de estos derechos reales menores olimitados. Con una fr- jntétiea podria abarcarse a toda esta categoria diciendo que Jos habiles para producir un efecto real. a ldarocho rel nace co rubles) no rites ica do la pronda sin despa onsen rugs 2p 129, lode iedisp Siva. ps 207-218. 54 JORGE GAMARRA Por consiguiente, Ia aptitud (o idoneidad) del contrato para pro- ducir un efecto real comprende tres especies distintas: 1) contratos que son titulos habiles para transferir el domi 2) contratos que son titulos habiles para constituir un derecho real menor, de goce o garanti 8) contratos que son real menor, 1ulos habiles para transferir un derecho ‘Como se dijo, estas tres especies pueden reunirse en una catego- fa tiniea, atendiendo al rasgo comiin que presentan todas ellas: la tud o potencialidad de estos contratos para des real, Por ello prefiero el nombre de “contratos que son t para produeir tn efecto real”, porque con esta designaci luye fa todas las especies mencionadas de acuerde con el elemento fiso- ‘némico de la categoria. “Aceste tipo de contratos se oponen todos aquellos que no entran en esta categorla, En conseeuencia, los contratos en derecho uru- sguayo se dividen en dos grandes gru @) contratos que son titule habil para producir un efecto real; +) contratos que no son titulo habil para producir un efecto real. El segundo miembro d jeacién se obtiene negativamente, por exclusién; todos los contratos que no forman parte de categoria componen el grupo de los contratos que no son titulo para producir un efecto real. ‘Todos los eontratos uruguayos son negocios obligacionales, tanto los contratos que son titulo hibil para producir un efecto real, como los que earecen de esa aptitud. La diferencia radica en ‘que, ademas del efecto obligacional, que es comin a todos los con: |Igunos poseen la posibilidad de desencadenar el efecto real. Ahora bien, para que dicho efecto real tenga lugar, se re- quiere un modo. Este modo es la tradicién, cuando el ofecto real consiste en trans: ferir la propiedad o un derecho real de goce, 0 cor un derecho real de goce, Pero, cuando se trata de constituir un derecho real de Expt on I prenda com bie, poraue ae trata do blenos mucble psi enol rgisto no epost "hau el modo ela entrege de ‘paarapo pe Denzcwo Civ URUGUAY 55 Hasta ahora la doctrina uruguaya sélo ha observado el modo tra in, como si éste fuera el dinico que puede determinar la produc- isn del efecto real predispuesto por el contrato. La presente inves- jgacién autoriza a distinguir ©) tres modos de adquirir los dere- chos reales; 1) la tradicidn, que permite adquirit la propiedad, y los derechos reales de goce; 2) la inseripeién en el registro, que es un modo de adquirir lo rrechos reales de garantia: hipoteca, prenda sin desplazamiento Gerecho real que genera la promesa de enajenacién de inmuebles a plazos (%); ') la entroga de la cosa en Ta prenda comiin, modo de adquirir el derecho real de prenda. adquisicién del derecho real istro, camo la entrega de osa, son modos. La diferencia entre las tres especies que acabo de individualizar atiende a la naturaleza juridica de estos modos; idieo (dispositivo), en tanto que la Si modo es el medio con el cual tiene lugar, tanto la inser dotas diferencias no privan a estos iltimas de su calidad de modo, To que confiere a un modo su condicién de tal es esa a puede corresponder # un negocio jurfdico, pero Recho oa un procedimiento) de producir Ia adquisicién del dere cho real. Dos palabras, finalmente, para otra terminologia que usa 1a doe, ‘rano Facio habla de “contratos de enajenacién” de la siguiente manera: formas de enajenacién, sino simplemente un "que, completado por un modo, leva a la trasmisién del derecho" ©). La expresién Jn circunstancia que acaba de sefial ce el resultado (efeeto) final de un tipo complejo, ¥ rontratos de enajenacién” puede ser equivoca, por \, la enajenacion eripl, ee incipein torbién es modo de eda “Miran Fac, Cnteatos, 1.9.10. Porn ade cnieacin de inmubles plats, 12,» 22 Mos 56 JORGE GAMARRA sélo, no produce la enajenacién. El nombre “contratos de enajena se aclara que los contratos en cuestién son este agregado la ; titulos hAbiles para formu producir un efeeto real. Pero el concepto de enajenacién no es todo lo preciso que seria de desear; hay, por lo menos, dos sentides (uno amplio y otro restringi- do) de esta palabra, Por otra parte, la doctrina moderna tiende a ‘uir el eancepto de enajenacién por el de negocio dispositivo. jo, como el legislador uruguayo usa frecuentemente esta no- - dedicaré a su estudio los niimeros siguientes. 5. Los negocios dispositivos: traslativos, constitutivos y extintivos, ~ Como prélogo al examen del concepto de enajena- cidn es necesario precisar atin més la nocién de negocio disposi . estableciendo sus puntos de contacto con otras categorias, Toda enajenacidn es un acto de disposicién, porque las enajena- ciones forman parte de Tos negocios ives. El concepto de Gisposieién ~escribe Thur- es una ampliacidn del concepto de ena- jenaci En la doctrina dominante se entiende que el negocio dispos ‘es aquel que transfiere, modifica 0 destruye, un derecho subjetivo preexistente Se dice que el acto de disposicién produce una disminucién pa- trimonial, un empobrecimiento del disponente (*). En realidad ~co- mo observa Thur~ tanto el negocio dispositive como el ol “pueden implicar una pérdida, y, en consecuencia, una patrimonial en favor de otra persona. Pero en tanto que Gisposicién constituye una alteracién del a asuncié ‘obligacién produce un aumento del pasivo..” (2). En los negoci jonales no hay “al menos inmediatamente, un cambio en la posicidn de los sujetos respecto de los bienes” Por tanto, los negoc Sbligacionales no producen una disminucién actual ¢ inmediata del ‘Tasrano pe DenecHo CWvt URUELAYO aT patrimonio, a diferencin de los actos de disposiciin que determin bn eambio, una disminucién inmediata La catogoria del negocio dispositive comprende tres especies dis tintas: transferencia) sea de goce (usufructo, servidumbre, tia (prenda, hipoteca), 0 cuando se Thabitacidn), sea de garan- gue un derecho mediante derecho real menor no hay traspaso & 10 imitacién 0 eompresion de la propie dad @) como consecuencia de ello el concur seie otro derecho real. Los derechos reales menores son derechos ve atiena) porque son constituidos en favor asa es, entances, objeto de dos él derecho de propiedad y derechos real dad, El C6« jaéneo para producir el efecto real, 496 que en el jere el derecho por la subsi: hhabitacién y ‘También aqi a constitucién del derecho real menor. Dice el art lisufructo constituido por acto entre vivos no se ad don la cosa (esto es, el derecho real de usufructo) guiente tradicién, La misma regla rige para el u Tas servidumbres (articulos 542 y 636). El contrato de hipoteca, como todo contrato, es ineaps civ el efecto real; no hace surgit el derecho real de hip ‘cho real de hipoteca se erea cuando ol contrat '2323) (supra, n? 4; infra, capstul lar se observa en la constit Un fondmeno si ‘del contrato de promesa real de garantia que nace con la inset de enajenacién de inmuebles a plazos junio de 1931). La separacién entre mis nitida en este contrato pordu 88 Jorce GaManna 1 perfeccionamiento del contrato hace surgir el haz obligacio- igacién del enajenante de transfe- de éste de pagar un precio en cuo- La inscripcién del contrato en el registro desempefia en estos io equivalente al del modo tradicién, en cuanto jento del derecho real, que el contrato no puede registro no funciona porque se tra ‘nace con la entrega de la cosa al acreedor (articulo 2800). Como la prendt clasif ‘eado en atencién a su perfeccionamiento (articulo 2202), ere In entrega de la personal y el efecto real es igual hha separado en dos disposiciones ato ( 2300) (ef. supra, n° 3). La tiltima especie de negocio dis tintivos, easo de la renuneia, donde se extingue un derecho de natu- raleza real o personal 6. Concepto de enajer vo no emplea el concepto de negocio dispositivo ( . y esta referencia al concepto de enajenacién es el articulo 1296 permite a los acreedores im- ynes que el deudor haya realizado con fraude y Asi, por ejemp! pugnar las enajen: perjuicio. El articulo 18 de la ley de 28 de octubre de 1926 impone et wuesto de herencias y donaciones a “los que enajenen 0 iquier clase de bienes o derechos a personas llamadas a heredarlos en el momento en que la enajenacién se realiza’. La del 2 de diciembre de 1965 eres un Registro de Vehiculos Automoto- res, donde deberd inseribirse toda enajenacién de los mismos. “En ercanas oporunidades el Cédigo elude aproximadamente al negacio 52 ney 2006. ‘Taxtapo be Derecwo Crvtt, UREGUSYO 5a En algunos casos el Cédigo concede a determinados sujetos la fe ccaltad de enajenar: el usufructuario puede enajenar su derecho de Uisufructo (articulo 511); el duefio de los bienes hipotecados podré siompre enajenarlos (articulo 2328); es nula la cléusula que prohiba ‘Al acreedor de la renta vitalieia enajenar su derecho a percibie Ia ente (articulo 2185); el acreedor no puede aponerse a que el deudor Cnajene las cosas genéricas, mientras subsistan otras (articulo 1362). En otros la ley prohibe Ia enajenacién: a los euradores (articulo ‘al donante en la donacién por causa de matrimonio hecha para de la muerte del donante, pero siempre que esta enajens ‘alo gratuito (articulo 1652). Hay derechos que no son ‘najenables, como el uso y la habitacién (artieulo 649); tampoco pueden enajenarse los sueldos, pensiones y jubilaciones, no veneidos (articulo 1766). 'A veces la ley se refiere a la enajenacién para atribuir de- rminadas consecuencias a la realizaciin de ese acto: el que ena wna su derecho hereditario se entiende que ha aceptado la herencia {articulo 106: ‘A menudo el Cédi que es objeto de un contrato: de a muta (articulo 1773), comodato 2298. ‘También emplea la expresién “eapacidad de enajenar” en ocasién de rezlamentar los negocios de cumplimiento: tradicién (articu 769, 2°), pago (atti tuna férmula setejante ("derecho de enajenar”) en Jo 2294, norma aplicable también a la ant fartieulo. 1190 prescribe que “El que no puede enajenar no puede renunciar a la prescripeién”. ‘Sogtin el articulo 15 de la ley 8733 la inseripein del eontrato de promesa de enajenacién de inmuebles a plazos confiere al adquiren- Te derecho real respecto de cualquier enajenacién posterior (@ Ia inscripeién). Pero, a posar de estas m! de otras que se mencionardn Iuego al estudiar Ciones de este coneepto, no existe definicié caulo. La delimitacion del coneepto en estudio asume, entonces, una jimportancia de primera magnitud Existe acuerdo en doctrina para circunseribir Ia nocidn de ens nacién a las dos primeras especies que comprende la categor 0 Jorae GAMARRA noyocio dispositive. Segtin ese criterio Ins enajenaciones inclu os y los constitutivos, con exclusién de los extinti- elemento que determina esta agrupacién bajo wn Yekominador comin, radica en que ambos casos producen una ad Gqibicidn derivada; tanto en Ia traslaciOn, como en Ja constitucién A sujeto adquiere un derecho como consecuencia del acto de que realiza otro sujeto, Este fendmeno es ajeno al dmbi , donde sél ugar In pérdida o extincion de un Meech, sin que esta pérdida se vincule causalmente con tna adqui- sicién en favor de un tercero Como consecuencia de Jo que acaba de exponerse los negocios dispositives quedan divididos en negocios de enajenacién (tras. tahoe y eonstitutivos) y negocios abdicativos (que no entrafian ena- jenacién). Lamentablemente él concepto de enajenacién tiene una doble acepeién: con un sentido estricto se habla de enajenacién para con prender iinicamente a los negocios trasla ‘el concepto de enajenacién abarca, no Tos negocios constitutivos ( Jo uruguayo utiliza el concepto ‘amplia, como en la restringida, Los articulos 67, 271, nums. 1° ¥ vocablo ens inguen 1a enajenaciér in de la. con: reales de garantia (0 sea, de negocios dispo- vos, que no forman parte de la categoria de los ne- "Ademas, quizas podria citarse como respondien- 8p. 888; Bet, Nog ue ra, Neg. glue 2° 68, p 276, Pu 48, Carta Fer a iello, im peestazione nel 1. 2259 (Montevideo, 1983,» 223,. ‘Tratapo ne Denecwo Cv URUGUAYO 6 do a esta orientacin el articulo 487, donde se dive que “el derecho de goeary disponer de una cosa comprende: [-] 6) BL¢e cenajenar la de gorar reg on parte, concediendo a otzos los derechos que bue ramente quiera” ‘También en la accién pauliana (erticulo 1296) la palabra eh. jenaeidn tiene un sentido ampli, jtan amplio aue comprende actos eno aon enajenaciones, como las rentncias! En efecto, fo enuncia ae oe Pretuario puede impugnarse mediante la pauiiann (arieue aerig)y lo mismo sucede con la repudiactén de Ia herencia (arto ns no son enajenaciones, aunque a los efectos de la zna se les considere como tales, Bs innecesario destacar los inconvenientes que apare)a esi sede wn concepto.con una doble acepeién, consageada dentro de) uso de wi" fonamiento juridico, Pero ~como se sabe- la precision ine ual no es el fuerte de quienes legislan por estas latitades ce rig del legislador uruguayo 18 palabra enajenacién s¢ Ba myn comodin juridico al que recurre cuantas veces $°, Of weet aprivtos.Tlustra el abuso de esta nocion la ley del 2 de ‘que, entre otras perlas, emplea el concepto de rerivse también a Ta adquisicién mortis causa 712), la cual tradicionalmente se entiende mm, porgue ésta se reduce # Ios nego habiles para pro: yente de enaje- En nuestro pats los contratos que son t aucir un efecto real son calificados general naciones, Em la palabra enajenar, utilizada por el legslador en sentido in “quien dona, enajena” Fin puridad el contrato uruguayo (a diferencia del francés 0 tiane) fo puede eaifiearse de enajenacién, puesto que la ensien Hano) no pi produecion de un efecto real, que el contrato simple deecrrns insufiiente para generar por si mismo. Le palabra cnale tga aplicada a los eontratos que, como la venta 018 don Thulos hibiles para transferirel dominio, puede aceptarse come vi) tial apron, que presuponge una consideracion compless fl tue produce la transferencia de la propiedad, Al ls 1 par Vi, pe 4; Carita Ferrara, Ne "4o) Sinchez Font ,6ben nts 108 Sonera de Macedo, LIU, € 1-898, p94 e JORGE GAMARRA mar enajenacién a la venta se sobreentiende entonces tlterior del elemento dispositivo que integra el tipo com nd) De consiguiente, cuando la ley prohibe a los padres enajenar los bienes inmuebles de sus hijos bajo patria potestad, la prohibicién in, porque estos contratos, El eoncepto de enajenacién viene a coinci tancia, con la categoria de contratos que son un efecto real (supra, n* 4). Son en: in que acaba de formularse- la dona‘ a permuta, la renta vital cién de inmucbles a plazos, la transac ign traslativos). También gon enajenacione: teca (negocios de enajenacién constitutivos). El elemento defini dor de la categoria se encuentra en la aptitud (idoneidad) para iproducir el efecto real. compraventa, promesa de Bs ilustrativo un caso de jurisprudencia administrativa resuelto €1 9 de enero de 1937 (#9) donde se discutié si el mutuo configuraba 0 hho una enajenacién a efectos del pago del impuesto a las enajena- ciones entre personas llamadas a heredarse. La resolucin adoptada en la especie es correcta en cuanto ci ‘ca al mutuo de enajenacién, pero en el considerando 3° de ffirmacién que, tomada al pie de la letra, resulta errén firma que “la constitucién de un crédito, importa una ena} siendo que, por el contrario, la creacién de un erédito no es indice de cenajenacién. ‘Todos los contratos producen créditos. Lo que importa es la ido peidad o inidoneidad del contrato para producir el efecto real. La fianza 0 el comodato, por ejemplo, no son enajenaciones, porque carecen de aj efecto real, Cuando el contrato agota su fu del crédito, como sucede en estos ejemplos que acabo de ci imposible hablar de enajenacién. astituyen en para determinar el La férmula “Ia constitueién de un erédito importa enajenacién”™ ‘es, pues, equivoeada en més de un sentido: 1) porque todos tratos producen ~de regla~ obligaciones, y por tanto, todos tratos pasarian a formar parte de la categoria de las enajenaciones; 2) porque si quiso decirse que la ereacién de un crédito apareja un G3) En Niny Sv, COdigo anata, nota 28.646, cin 1951, ‘Taarapo ne Denecwo Civ URUGUAYO 63 ‘empobrecimionto o disminucién patrimoniel, circunstancia que serfs Siifelente para otorgarle naturaleza de enajenacién, también se frra, porque aquellos contratos que se limitan a producir exclusiva frente un efecto obligacional (y earecen de aptitud para just efecto real wp precisamente los que nunca pueden conside- i de gravamen, ~ Gravamen es un término, empa rentado con el de enajenacién, que la ley uruguaya también usa @ venudo. Conviene recordar, entonces, alguna de las oportunidades tn que el legislador se vale de este vocablo, a fin de precisar su sen: lo. porque —al igual que en materia de enajenacin— earecemos de ‘una definicién legal al respecto. Esta tarea no puede producir resultados muy satisfactorios; pri: meramente, porque acerca de la nocidn de gravamen no existe un rabajo de ia doctrina similar al que vimos en el ndmero anterior to de enajenacidn, Esto se explica, porque el tér- mi ‘corresponde a un verdadero concepto 0 nocién Juridica, en tanto que “gravamen’ es més bien un concepto econdmi- to. una denominacién que corresponde a una terminologia de con ‘conos nm vagos, sin tin significado preciso (mas bien: con plurali- Mt de signifieados), y del cual se podria prescindir, En segundo gar, porque la palabra gravamen no registra -como Ie palabra enajenacién~ un sentido amplio, y otro restringido de wn mismo Soncepto, sino dos o mds sentidos diferentes, que pertenecen a dis: intos planos, Y en alguna oportunidad cuando esta palabra se uss, fin que pueda filiirsela a uno u otro de estos sentidos (¥-gr, en la Jey sobre promesa de enajenacién de inmucbles a plazos) el prob: ima de determinar gué se entiende por “gravamen” es verdadera: 1 un primer sentido, bastante nitido, segtin el cual “gra: ‘menor, Una serie de normas, que jude a la presencia de un derecho sn los articulos 395. 397 y 1638 "peavamensigiicad Hearne 400 9 1717 alude a la sereidumbre en los art sear pla ipoeca,enlosatiuloe 17 y 22 de la ley de 3818, ta prenda grav, ote primer signfieado legal de 1a palabra gravarnen cana dnocosnn, porque exite al efecto una terminologt aaa derccho Toa! menor) apropada, La duplicacin de aie (ae dorset de un mismo intl o concept juriic, debe 6 JORGE GaMaRRa evitarse cuidadosamente, puesto que crea innecesario confusionismo yes fuente de dudas y ‘También se emplea la nocién de gravamen con un aleance més vago para ‘acrificio, desventaja o carga, que padece un sujeto, Aqui la palabra se colora mas netamente con un sentido econémico, Hegando hasta comprendi de una pér- ida en el patrimonio de un sujeto (articulo 1379 inciso 2°), 0 sirve para aludir a una situacién mas desventajosa que of 2108). Se entiende que una hipoteca es gravosa (artic cuando hay escaso margen entre el monto del « Gel bien, por lo cual, en caso de ejecucién forzada, el remanente sera escaso. En esta segunda acepeién “gravamen” se emplea con un alean- ce mas preciso como equivalente a “modo”: articulo 1615 (“modo 0 gravamen’); articulos 1629, 960, 961 y 962. De acuerdo con estas normas se deduce que la imposicién de un modo determina el jento de un gravamen, Ahora bien, como el modo tiene naturaleza juridica obligacional (*), la creacién de una obliga debe considerarse siempre como un gravamen para el deudor. Este Se encuentra constrefiido a asumir determinado comportamiento (prestacién) y esta situacién de sujecién que se reputa ec camente desfavorable, puesto que incide en el pasivo del origina el gravamen. La noeién de gravamen muestra asi su peligrosa cl ramos en el dmbito de los derechos per- sonalles, esto es, en las ar ado, que se reforia a los derechos reales, categoria que se opone a la de los personales, Como conclusién de lo expuesto advertimos que, en Ta esencia de a nocidn de gravamen, se encuet 1a de sucrificio o desventa- ja. Asi aparece claramente en el 1), Esta cireunstaneia se produce no sélo cuando se constituye un Gerecho real menor, sino también toda vez que se imponga a un Ssujeto un secrificio, una carga, o padezca una desventaja (lo cual sucede siempre que se asume una obligacién). Pero el concepto de ‘gravamen va més alld todavia (porque es un concepto econémico, no ‘ncluyendo situaciones que no g¢ ‘un vineulo obl ‘én constitutiva en los contratos wwamen para el sujeto que la tentrega perfeceiona el con- reales (entrega de realign, pero no obl . porque e: GO) Trot der cvs urup, © 6,p8 1 Es de acuerdo con este sentido que una sentencia de la Suprema, Gorte (3) precisé el concepto de gravamen “desde cl punto de vista Ja interpret "que es de estilo en le compravents Para Ia Corte hay gravamen en la contribucién por pavimento, saneamiento, en el caso de Ia servidumbre o de Ia medianeria, pero se euando una obra de vialidad determina la construccién de un i porque el gravamen compotta “una afectaciin que “una carga para la propiedad, sin ninguna com- desde el punto de vista del valor de la misma propiedad”, Ahora voy a justificar la afirmacién d fizada al comienzo, sefia~ Iando las dificultades que puede originar el empleo de nociones tan ‘listicas como la que estamos analizando. En la ley de promesa de ‘Gnajenacién de inmuebles a plazos es discutible a cuél de las acep- Giones que acabamos de ver corresponde 1a palabra gravamen que figura en los a1 4,1) ¥ 15. Segti “imo artfculo la ins- cripeién del contrato “confiere al adqu respecto ide cualquier enajenacién o gravamen posterior”. Supongamos que el enajenante arrienda el bien luego de ins cripto el eontrato, {Este arrendamiento es oponible al adquirente? Depend de lo que se entionda por gravamen: de acuerdo con Ja primera acepeién (gravamen = derecho real menor) el arrenda. Friento no es un gravamen; seqin el articulo 1249 y las otras nor- nas que equiparan el gravamen al modo, el arrendamiento puede calificarse de tal Las dudas que plantea este ejemplo ilustran bien 4 las claras los inconvenientes que produce e] uso de una terminologia juridiea que zno corresponde a un concepto preciso ( Senencla Fos 1962, que rman Bouza, De Gregorio, Rule, Re Vip 104 9308) 66 Jono GAMARRA El problema podria plantearse en términos similares en la esfera 901, Cédigo de Procedimiento Civil, que reglamenta los efectos del embargo de esta manera: “Toda enajenacién o gravamen de la cosa embargada, como todo acto que altere el estado actual de ip del ejecutante, después de registrado el em: a disposicién del articulo 647 del Cédigo Un arrendamiento, un comodato o una anticresis, que el deudor celebre luego de inscripto el embargo gson oponibles al acrecdor \éndonos al concepta de gravamen que emplea el fen el caso anterior. luye, ademds, una for. ‘muy amplia ("todo acto que altere el estado actual de la (eo: dentro de la eual caben los contratos citados ( Cesién,— Bl tema sera estudiado al tratar la trasmisién de las figaciones, Por ahora me ‘puestas por sus conexiones con el concepto de enajenacién ’6) ycon otra materia que se desarrolla en el presente capitulo, laciones existentes entre el contrato y la transferencia de los dere- chos reales. Es precisamente a la nocién de transferencia que se vineul concepto en estudio. El término cesién se usa con un sentido amplio para comprender toda transferencia de derechos, sean reales 0 per- sonales (*). Con esta acepeidn el voeablo aparece empleado en el derecho positive uruguayo. En efecto: la rigndose a ln transferencia de derechos reales (articulo 54 trechos personales (articulo 1757 y siguientes), de derechos reales y personales (articulo 1767). “Tarano ne Denecuo Civ URucuayo, or Pero cesi transferencia del derecho en general. Asi se habla de ces é ppotestatives (articulos 1746 y én de un sujeto por otro en una deudas, y también dere deudor pierde, y poder de disposicién (arts. 2359 y 2364, 2 ‘Senomina cesién del grado al negocio destinado a modi cho de preferencia de unas hipotecas sobs Gstas concurran sobre la misma casa (articulo 30 de In ley de regis 110s de 25 de setiembre de 1946) (*). Luogo de este somero examen del derecho positive uruguayo no ‘es posible limitar el concepto de cesi forir el derecho de crédito; aunque tnicamente para este ca logislador dict6 una reglamentacién minuciosa del mismo (articulo 1757 y siguientes). ‘Ahora bien, el uso de la pal 1a cesién con este sentido tan lato, wgislacion uruguaya, impone neco- Porque en todos los contratos que son wir el dominio tendria lugar una cesién. Pero a nadie se Ie ocurriré sus dico (eontrato de compraventa) por el de cesién de derechos. Es por el ‘euentemente en la préctica se ssién de derechos”, Esta denor ‘ms; nos obliga a una segunda indagato icién no puede ser aceptada sin , de carter restri nombre de cesién es algo asi como un cireulo més amp! jncluir dentro de su esfera negocios de muy diversa nat (G4)_Aunawe agul convene con no puede ner flevecho (Monaro, Le Riv tem dire proc ce 1887. 6 Jorce GaManka ‘Aqui debe tonerse presente que la cesidn puede hacerse tanto a titulo gratuito eomo oneroso, ¥ por ende corresponder a una dona fen, a una compraventa, a una permuta, También es concebible que cesién cumpla su funcidn solutoria, de pago vances, la al jt jedad de esta terminologia, que puede comprender sma negocios de tan distinta indole. Resta por examinar la vinculaciin que existe entre Tos conceptos de enajenacién y eesién. Segxin se vio (supra, nros. 5 y 6) hay enajenacién en Ia trans- ferentia de derechos reales, y esta categoria de negocios corresponde rmados dispositivos traslatives. Estas cesiones son, pues, Pero gla fransferencia de derechos personales es también una cenajenacion? “A este respeeto la ley no proporciona un ave ‘ces el Cédigo habla de enajenacién en los easos en los Juego tinicamente un derecho personal (arti ‘verminas enajenacién y cesién como sinnimos Ge octubre de 1926); en cambio, otros articulos sucede con el articulo 549. ‘No creo que este tema haya sido tratado por nuestra doctrina. En principio parece preferible la opinién afirmativa, sustentada por Rariota,Perrara €), que en nuestro derecho cuenta con el apoyo de Tc ubicacidn de la cesién de eréditos dentro del titulo dedicado a Ja ‘compraventa. 9, Trascendencia de la distincién entre negocios disposi- "En particular: la legitimacion para disponer. “justo titulo para preseribir. ~ En el Sumere 6, donde se estudié el concepto de enajenacién, hemos teni- do oportunidad de apreciar uno de los aspectos précticos aue se de- Givan de la investigacién precedentemente realizada, El ancl permitido establ por enajenacic pe mnuchos casos, resulta ocioso subrayar Ia trascendencia de la la- bor cumplida. ‘Trarano ox Denecuo Cw, Uabatayo 6 La distineién entre negocios dispositives y obl ales pro ven sus consecuencias én otros Ambitos, que corresponden ja capacidad. cesta division de los negocios en dispositivos y obligacionales es 1a piedra angular sobre 1a eual se construye (0 sna) este presupuesto de eficacia del neg ico que es la Tegitimacion para disponer. El tema seré objete de estudio pormeno ‘inven au oportunidad; ahora es necesario decir dos palabras al Fespecto para que el lector comprenda su relacién con ta el Sion que aeabamos do analizar. De esta manera se observars cairn, la inextricable trabazin que siempre existe entre teoria y préctica. La legitimacién, a diferencia de la capacidad, resulta de una po- sicién del sujeto relativa a otros sujetos o a intoresa la legitimacién para disponer, la espec! art ana cosa que le permite realizar eficazmente el acto de disposi- ion 9), “Aquel que tiene una relacién con una cosa a través de su derecho do propiedad, puede efienzmente disponer de la misma (artieulo 487, Syren cambio, ono propietario earece de legitimacin y s6lo puede soimar el negecio que se conoce con e} nombre de “negocio sobre Tora ajena” (venta de cosa ajena, arrendamiento de cosa ajena, hipo teca de casa ajena, ete) En el negocio Puede afirmarse legitimacién no es presupuesto de onal) es valido y efieaz (vale el articulo 1689, y eficaz. gui Aqui conviene dist sntve Ins partes contratantes: la venta de 1669: "La venta de casa ajena vale..”)s tiny Capacida | ee que

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