Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1
TEORÍA DE LAS DECISIONES: MARCO TEÓRICO-CONCEPTUAL
Índice
Introducción
Síntesis final
2
Bibliografía
Introducción
Es importante resaltar que se trata de una disciplina que vivió un rápido desarrollo de
sus métodos cuantitativos después de la Segunda Guerra Mundial, y de enfoques
críticos alternativos, considerados prácticamente como clásicos en la materia, en las
décadas de los sesenta y setenta. Este documento recupera fundamentalmente el trabajo
de estos últimos, que se encuentra disperso en múltiples publicaciones, muchas de ellas
no disponibles en idioma español. Por esa razón, si bien se proponen libros más
recientes, la bibliografía que se analiza está concentrada en material de ese período,
prácticamente no superado por nuevas propuestas.
3
1.- Concepto y crítica de la decisión
A veces las tomamos casi mecánicamente, sin tomar conciencia de ello, sobre todo
cuando se trata de pequeñas decisiones en las que ya hemos adoptado como rutina una
elección que nos satisface. Sin embargo, la primera vez que lo hicimos, tuvimos que
reflexionar antes de elegir (ej.: ruta que repetimos cada día para llegar a la escuela).
Las decisiones públicas que nos interesan en este documento no son tan simples.
Constituyen el resultado de un proceso reflexivo y conciente, basado en información,
que se inicia con una situación de insatisfacción (problema) y búsqueda de soluciones,
mediante el análisis de por lo menos dos alternativas de estrategias futuras, mutuamente
excluyentes, que se comparan con base en criterios para seleccionar la preferida.
4
4) Decisión propiamente dicha, basada en la información que permite definir
alternativas de conducta, evaluarlas y elegir una con base en un criterio,
En la definición propuesta más arriba hemos dejado de lado toda decisión “automática”
para concentrarnos en aquéllas que requieren reflexión y análisis de información,
identificación y definición del problema a resolver y de las alternativas disponibles, y
disposición de un criterio de decisión (ej.: que implique el menor tiempo de traslado, el
menor costo, un bienestar aceptable). Se trata de las situaciones novedosas de decisión
(no repetitivas), a menudo colectivas, propias de los procesos organizacionales en que
se concretan las políticas públicas y sus mecanismos de gestión.
Dijimos también que su análisis requiere de por lo menos dos alternativas de solución,
ya que obviamente si sólo hay una, no hay nada que elegir; pero esto sucede también si
no son mutuamente excluyentes, en cuyo caso podemos hacer ambas cosas. Por
5
ejemplo.: puedo decidir si voy ahora a la escuela en Metro o “pesero”, porque no puedo
tomar ambos al mismo tiempo (son mutuamente excluyentes). Si sólo me sirve el
“pesero” no hay nada que decidir; y si los puedo combinar en distintas partes del
trayecto (una parte la hago en Metro y luego continúo en “pesero”), entonces tampoco
hay decisión (no son mutuamente excluyentes) se trata de una sola alternativa con dos
modalidades combinadas.
Decidir implica disponer de libertad de elección. Si yo decido viajar en Metro y ese día
hay huelga en ese sistema de transporte, pierdo mi libertad de elección y el “pesero” se
me impone como opción (suponiendo que no hay otra alternativa). Algunos filósofos
sostienen que carecemos de esa libertad, que nuestras vidas están determinadas por
múltiples factores, por lo que en realidad la decisión no es más que una ilusión del
hombre que cree poder elegir1. Esta posición se refuerza entre autores que estudian
especialmente la decisión pública, en que el poder de decisión resulta desigualmente
distribuido y se genera en un contexto de intereses, negociaciones y compromisos
(Dahl, 1963, Hunter, 1952).
1
Para profundizar en este enfoque se recomienda la lectura de Lucien Sfez (1984), que combina
elementos psicológicos, de la comunicación y el lenguaje; retomados en los trabajos de Luhmann y
Haberman.
6
las restantes etapas de implementación y evaluación. “Sin embargo, la manera cómo los
gobiernos deciden y desarrollan sus políticas públicas, su proceso, patrón y estilo de
decisión y operación, quedaron sin investigación sistemática” ….“Hoy, en contraste,
parece que la decisión de las políticas comienza a colocarse en el centro de la teoría
política y administrativa” Aguilar (2000ª: 15 y 19).
Existen múltiples criterios que permiten clasificar las decisiones, pero sólo referiremos
los más útiles para las aplicaciones previstas del presente documento.
Los casos de decisiones más sencillas incluyen objetivos únicos (ej. rentabilidad en la
empresa privada), pero tratándose de decisiones públicas lo común es que se persigan
objetivos múltiples (ej: económicos, sociales, políticos, ambientales, etc.). Estos últimos
a menudo suelen presentar conflictos entre sí (ej. si quiero mejorar la calidad de un bien
o servicio es casi seguro que aumentarán mis costos, lo que seguramente no deseo; si
quiero aumentar la cobertura de un programa, sin incrementar su presupuesto, entonces
disminuirá el monto de las transferencias efectuadas, como efecto no buscado). En estos
casos es fundamental determinar la importancia relativa de cada objetivo y pensar en
cubrir límites mínimos en cada uno, o bien, límites mínimos en todos menos en el más
importante, que puedo intentar optimizar.
Una decisión puede también ser individual o colectiva. Las últimas pueden conformarse
a partir de reglas que permiten transformar las decisiones individuales en colectivas (por
consenso, mayoría simple o especial) como sucede en las elecciones nacionales. Sin
embargo, en las decisiones colectivas existen procesos interesantes a estudiar, puesto
que las elecciones individuales (votaciones) se hacen como consecuencia de
argumentaciones y debates, a los que se pueden agregar mecanismos de poder e
influencias que modifican las premisas individuales, lo que conduce a decisiones
diferentes de las que el individuo habría tomado si ellas no mediaran.
7
A favor de las decisiones colectivas se argumenta: mayor disposición de información y
conocimientos más completos, diversidad de puntos de vista, alta aceptación de la
solución por los involucrados en su instrumentación, y más legitimidad. Se relacionan
fundamentalmente con las decisiones públicas tomadas en procesos de participación
ciudadana en entornos de democracia directa.
Sin embargo, no hay que perder de vista que también presentan algunas desventajas
como consumir más tiempo, y otras posibles que deben tratar de evitarse, como las
presiones entre los participantes para modificar sus posiciones o el dominio ejercido por
algunas personas en detrimento de la democracia. Éstas dependen mucho de la cohesión
interna del grupo y de la conducta de su coordinador o líder.
La tendencia es que, en general, los grupos asumen más riesgo que los individuos
aislados porque la valentía y audacia son valores culturales, cada participante se siente
reforzado por la posición de los demás, y la responsabilidad de la decisión se diluye.
Las decisiones tácticas se toman en el marco de las estratégicas, para ejecutarlas; son de
menor alcance, y se asumen por los niveles jerárquicos intermedios de la organización.
En el lenguaje bélico se suele identificar la estrategia con la forma de ganar la guerra y
la táctica con la manera de ganar una batalla.
8
Como lo indica su nombre, las decisiones reversibles son aquellas en que es posible
desandar el camino transitado a raíz de la decisión y regresar a la situación inicial sin
mayores consecuencias; es decir, que se puede tomar una segunda decisión que anule
las modificaciones provocadas por la primera. En estos casos, se puede actuar por
“ensayo y error”, puesto que el costo de revertir la decisión es muy bajo. ej.: salgo para
la escuela sin abrigo y, al darme cuenta que está haciendo frío, decido regresar, tomo
ropa adicional, y vuelvo a salir; sólo he perdido unos pocos minutos.
En decisiones más complejas, como las propias de la administración pública, tomar una
decisión importante trae aparejado generar expectativas, involucrar a otras personas,
disponer de recursos, realizar acciones, que impiden que se pueda “borrar” lo sucedido
y regresar a la situación inicial como si nada hubiera sucedido. Se trata entonces de
decisiones no reversibles, y desconocer este hecho puede provocar importantes efectos
negativos en muchos actores sociales, como sucede en los casos en que un proyecto
público se interrumpe o cancela.
9
teóricos que consideran que algunas decisiones nunca se podrán programar a pesar de
los avance técnicos (procesos emotivos, intuitivos, etc.)
10
realidad la falta de información impide el desarrollo del necesario proceso reflexivo de
la decisión. Es prácticamente, como “echarse un volado”, aunque pueden aplicarse
criterios como el Maximin o el Minimax, que reflejan las actitudes y valores personales
de los tomadores de decisión (ej.: niveles de optimismo/pesimismo).
Pavesi y otros (2004) dicen que la situación de decisión queda tipificada cuando se
producen tres condiciones: 1) el síntoma, en presente, de que la situación resulta
insatisfactoria para un decidor debido a una discrepancia entre lo deseable y lo real; 2)
el análisis que permite argumentar que el síntoma no tenderá a desaparecer por si sólo
en el futuro; y 3) el cálculo de la brecha entre lo deseable y la proyección a futuro, cuyo
resultado es mayor que un cierto umbral. Las razones son simples: es en presente que
identificamos un problema, pero no habría nada que decidir si éste tiende a resolverse
por sí sólo, por eso es necesario explorar su proyección. También habría que valorar el
tamaño de la brecha ya que, si es muy pequeña, no justifica una intervención. A los
requisitos anteriores debemos agregar la voluntad efectiva de incidir en el problema
para modificarlo.
11
resolverse por sí solos si no se toman decisiones para realizar intervenciones públicas
que modifiquen los mecanismos de acumulación, de redistribución de la riqueza, de
distribución de la carga impositiva, la oferta de bienes y servicios básicos gratuitos o
subsidiados, las transferencias monetarias compensatorias, etc.
Sin embargo, no cualquier problema público ingresa a la agenda gubernamental para ser
resuelto, depende de su importancia relativa, de decisiones de carácter internacional, de
la presión social, etc., por lo que sólo cuando el gobierno decide que debe hacer algo, se
conforma plenamente la situación de decisión.
Pero, aún después que el gobierno decide actuar, habrá que empezar por definir el
problema, ya que éste no constituye algo objetivo y neutral que todos concibamos en
igual forma. Se comienza, entonces, por analizar su complejidad, su ubicación espacial,
su evolución en el tiempo, sus causas, su posible evolución tendencial y las
posibilidades de introducir cambios para mejorarla. Es decir que: 1) se describe el
problema; 2) se le explica, 3) se predice su evolución si no se hace nada, y 4) se
estudian los escenarios prospectivos que podrían provocarse en caso de tomar la
decisión de intervenir. Al respecto se recomienda la lectura de Moore (1993), en que un
mismo problema, drogadicción, puede ser definido como problema de los afectados por
la adicción misma, y en consecuencia se resuelve mediante su tratamiento; o bien sólo
como un problema de seguridad para su comunidad, en cuyo caso lo que importa es
protegerla de los actos no deseados que pudiera cometer el adicto, y la solución puede
ser aislar a este último.
De lo anterior se deduce que, según sea la forma en que concibamos un problema, será
también el tipo de alternativas de solución que consideraremos. En el ejemplo anterior:
asilar al adicto no resolverá su problema, ofrecerle tratamiento puede no resolver el de
la comunidad o tardar mucho tiempo en hacerlo.
Otro elemento fundamental para poder decidir es tener claro en qué grado se puede y se
pretende resolver el problema, o sea, determinar los fines u objetivos a alcanzar
mediante la decisión. Los fines de las políticas se determinan en función de los valores
y creencias sociales y deberían constituir un conjunto coherente entre sí. Pero, dada la
inexistencia de valores y creencias universales que le confieran unidad a los fines, se
12
hace necesario comprender las interacciones entre los individuos, grupos y clases
sociales para su determinación, o sea, responder la pregunta: ¿quién y cómo se
determinan los fines en la práctica? Dichos fines deben ser factibles de alcanzarse y
están determinados por el sistema de valores (elementos morales o éticos) de quienes
están en posición de definirlos (ej. erradicar la pobreza o sólo controlarla a niveles de
sobrevivencia), constituyen una construcción social que se combina con elementos
cognoscitivos.
- Los fines son determinados por una élite constituida por un pequeño grupo
cohesivo de funcionarios de similar origen socioeconómico y educación (modelo
de la élite de poder),
A las anteriores hay que agregar las diferentes posibilidades incluidas en los modelos de
participación ciudadana.
13
Las alternativas de solución (también llamadas cursos de acción) a un problema se
conforman sobre la base de dos tipos de variables: controlables y no controlables. Las
controlables son aquellas sobre las que podemos incidir introduciendo cambios (ej.:
estudiar Política y Gestión Social o cualquier otra carrera a mi alcance; promover la
aplicación de programas sociales focalizados o universales), no controlables son todas
aquellas provocadas por la naturaleza (lluvia, terremoto, ciclón, etc.). En las
organizaciones jerárquicas también son no controlables las decisiones de más alto nivel
al nuestro (ej. declaraciones de guerra, firma de acuerdos internacionales, creación de
programas públicos, etc.), y en función de su intención, podemos clasificarlas como
cooperativas, si ayudan a lograr nuestras aspiraciones, o en competencia, en caso
contrario.
En el caso de las variables controlables, tenemos que analizar en qué grado lo son,
porque pueden existir factores restrictivos que limitan nuestra libertad de decisión. Por
ejemplo, estudio la carrera X si tengo recursos suficientes para pagar mis libros,
transporte y demás insumos necesarios; diseño un programa público si cuento con todos
los recursos necesarios para ejecutarlo como presupuesto, personal calificado, equipo,
tiempo, etc..
14
transporte, a veces es posible identificar alternativas por imitación y adaptación de las se
han aplicando en otros contextos, pero puede suceder que no visualicemos ninguna
solución porque nuestros problemas son novedosos (nuevos padecimientos, tecnologías
locales), nos falta información o ésta no es de calidad (datos diferentes dependiendo de
la fuente considerada), difieren de los enfrentados en otros países (por diferente
distribución de la riqueza, por ejemplo), o porque los intentos pasados, nuestros y de
ellos, no han sido efectivos (combate a la pobreza). Si el problema es complejo, la
situación se hace aún más difícil porque dicho problema puede transformarse
profundamente aún sin que medie intervención externa alguna (por cambio cualitativo
de una tendencia cuantitativa, como podría ser la muerte provocada por un incremento
en los niveles de desnutrición de una persona).
Por lo tanto, antes de pasar a analizar qué alternativa me conviene más, como lo hacen
los modelos matemáticos, necesito contar con alternativas y, si éstas no están fácilmente
disponibles, tengo que generarlas por innovación, proceso también denominado
“inteligencia”. Cyert y March (1965) y Lindblom (1959) nos advierten que la tendencia
humana es más a buscar soluciones cercanas a las ya en curso, que a innovar
profundamente mediante un proceso creativo.
15
- Supone un clima de esparcimiento, de placer, de pasión,
- No son realizados por expertos (estos tienen ideas más estereotipadas),
- La “llamada a lo maravilloso” favorece el descubrimiento,
- Este nace por disociación (combinación de dos ideas), y
- El grupo pluridisciplinario es el objeto de investigación que parece favorecer
mejor su producción.
Para tratar de reducir este déficit, Kauffman y otros proponen algunos métodos para
ayudar a desarrollar la creatividad (lluvia de ideas, técnicas de grupo nominal y Delphi),
que denominan Invéntica, con base en el trabajo en grupos pequeños,
interdisciplinarios, con participación de no especialistas en el tema, y el anonimato de
quienes hacen las propuestas, fundamentando la importancia del papel de la intuición,
de la imaginación y del inconciente en el trabajo científico, así como de la disposición
de un clima de esparcimiento y libertad, casi lúdico.
La lluvia de ideas (Osborn, 1963) es una técnica de grupo de interacción con formato
convencional”cara a cara”, que en su inicio presentó excelente resultados. Supone que
cada participante exprese sus ideas libremente, tal como surgen, sin ningún mecanismo
de inhibición, evaluación o preocupación por la opinión que merezca a los demás (temor
a hacer el ridículo frente a colegas), de preferencia garantizando el anonimato. Puede
hacerse por escrito, en cuyo caso usan el procedimiento de cadena para presentar y
enumerar las ideas. Para ello cada participante escribe sus ideas en hojas, cuando no se
16
le ocurre nada más deja su hoja en el centro de la mesa y toma otra que haya dejado otra
persona para leer y seguir elaborando sobre este nuevo estímulo. Posteriormente, dichas
propuestas se analizan para considerar su factibilidad.
El Phillip 6’6’ agrupa a los participantes en pequeños grupos de seis personas a quienes
se dan seis minutos de tiempo para sugerir nuevas ideas. Posteriormente un
representante de cada equipo las presenta al grupo total y se discuten y seleccionan.
Ofrece las ventajas del grupo pequeño, que favorece la mayor participación de sus
integrantes, y la presión del tiempo para que no se reflexionen ni repriman las ideas
surgidas.
Los grupos nominales, o NTG por sus siglas en Inglés (Delbecq y Van de Ven, 1974),
constituyen una técnica de silencio reflexivo muy importante que trata resolver otro
problema importante: recuperar las ideas de quienes no hablan o no son escuchados, ya
que éstas pueden ser valiosas. Trabajan con un monitor y un máximo de 10
participantes, con el objetivo de ordenar o jerarquizar propuestas. El grupo comienza
por reflexionar en silencio, luego cada quien manifiesta sus propuestas, más tarde el
grupo discute y evalúa sistemáticamente las ideas de sus integrantes, y, por último,
resuelve con base en un sistema de cálculo de la media de las votaciones, realizadas en
forma independiente. Posteriormente, puede volver a repetirse la discusión y votación
en búsqueda de mayor consenso. Es una adaptación de la Técnica Delphi, que veremos
después, en que el grupo trabaja “cara a cara”. Ofrece resultados rápidos con costos
relativamente altos y los problemas propios de la interacción grupal.
17
representantes. También requiere un coordinador del trabajo de las discusiones “cara a
cara”, instrumentadas en torno a observaciones escritas en tarjetas. Puede implicar entre
dos horas y cinco días de trabajo. Sus ventajas y desventajas son similares a las de los
grupos nominales.
Otra técnica grupal “cara a cara” cuyos participantes no tienen necesariamente que ser
expertos en el tema (máximo de 12) es el grupo focal. Su duración es variable y gira en
torno de 10 horas. Sus debates para resolver problemas discutiendo distintas posiciones
se graban, transcriben y analizan, lo que incrementa sus costos.
En la técnica Delphi tampoco se reúne el grupo “cara a cara”. Ésta fue desarrollada por
la Rand Corporation para jerarquizar problemas, proponer soluciones o prever eventos
futuros, por parte de expertos en el tema, logrando ser muy eficientes al evitar los
problemas de la interacción, propia de los grupos convencionales. El número de
participantes puede ser elevado y es seleccionado sistemáticamente por un investigador.
Se les contacta por correo para garantizar que no se conozcan entre sí, se analizan
estadísticamente las respuestas y se informa de los resultados alcanzados, para obtener
nuevas respuestas tantas veces como sea necesario hasta que se logre el nivel de
consenso deseado. En consecuencia, su duración es muy variable y su costo bajo. Su
gran ventaja es el anonimato de los participantes. Además, las propuestas y su
evaluación no sólo están separadas en el tiempo, como vimos en técnicas previas, sino
también en el espacio. Tiene también desventajas como fallas en la comunicación
escrita o baja respuesta de los participantes.
Como en los procesos anteriores puede generarse mucha cantidad de ideas, existen
también técnicas que permiten su agrupamiento (bola de nieve, escenarios, estructura de
árbol, entre otras). Tratándose de decisiones de políticas destaca la técnica denominada
18
Captura de Políticas, que obtiene propuestas de individuos o grupos relevantes y elabora
opciones estratégicas realizando combinaciones de los factores clave.
Una vez obtenidas por lo menos dos alternativas por alguno de los métodos anteriores, y
lo ideal es ampliar lo más posible la generación de las mismas para mejorar nuestras
posibilidades de éxito en la solución del problema, entonces podemos pasar a aplicar
distintos métodos de análisis y selección de la que nos conviene poner en práctica. Si
una alternativa se muestra como la mejor en todo sentido, la decisión es inmediata; pero,
generalmente los niveles de deseabilidad de nuestras variables no evolucionan en el
mismo sentido (ejs.: mejora la rentabilidad pero aumenta el riesgo, mejora la calidad del
servicio pero aumentan sus costos).
Este es el tipo de situaciones común en la gestión pública, puesto que se trabaja con
objetivos múltiples y a menudo difíciles de conciliar, que justifica el proceso de
comparación de alternativas. En materia de formulación de políticas, se trata de lo que
Lasswell denominó conocimiento “EN” (análisis de alternativas para tomar decisiones),
caracterizado por ser normativo y de tendencia disciplinaria centrada en el análisis
económico- matemático.
19
compararlos y elegir óptimamente). Trata de aplicar la racionalidad instrumental2,
ligada al concepto weberiano que permite la elección de los medios o instrumentos
adecuados para alcanzar los fines propuestos, por lo que se habla de racionalidad
medios-fines.
Se trata de métodos que prescriben en detalle la forma en que debe tomarse una “buena”
decisión individual suponiendo, como ya se mencionó, la disposición de toda la
información necesaria, pero que tienen limitaciones importantes para explicar la
decisión colectiva porque no estudian los fenómenos de cooperación y de competencia
que se expresan a través de mecanismos de autoridad, poder, influencia o negociación,
propios de las decisiones organizacionales y políticas.
2
Existen muchos otros tipos de racionalidad, al respecto se recomienda revisar el trabajos de Simon
(1982: p.73) en que se identifican: racionalidad individual y organizacional, objetiva y subjetiva,
conciente o deliberada.
20
En el marco de este enfoque se han desarrollado todos los modelos de optimización
matemática (árboles de decisiones, teoría de juegos, programación lineal, evaluación
financiera de proyectos, etc.) que norman o prescriben la “mejor” forma de tomar
decisiones. Además de contar con objetivos claros y jerarquizados, estos métodos
requieren criterios de decisión como la eficacia (mayor logro posible de los objetivos
perseguidos) o la eficiencia (mejor relación entre los recursos utilizados y los productos
obtenidos). Otros criterios como la equidad (distribución que permite avanzar hacia una
mayor igualdad social entre las personas) constituyen criterios relevantes en el campo
de la política social. Los modelos matemáticos utilizan criterios como el valor actual o
valor presente neto, la tasa interna de retorno, o el valor esperado, por ejemplo.
Así lo expresan autores como Quade (1975), que señala varias ausencias importantes al
enfoque: no acentúa las consecuencias distributivas de los costos y beneficios, descuida
el estudio de la etapa de implementación, y el análisis de los efectos políticos y
organizacionales. También Majone (1975), quien demanda más análisis de factibilidad
de las alternativas que de la pretendida optimización. Finalmente, Meny y Thoenig
mencionan: “El camino que conduce a las grandes decisiones, aunque tenga la
apariencia de la racionalidad, está sembrado de acontecimientos imprevistos, de
senderos tortuosos, de luchas intestinas, de múltiples participantes, de consideraciones
extravagantes” (Meny y Thoenig, 1995: 131).
21
analizar la compatibilidad entre ellos, a jerarquizarlos, a utilizar procedimientos lógicos
y también a valorar soluciones en casos simplificados, pero los enfoques cuantitativos
sólo serán útiles si no olvidamos que son modelos, o sea, representaciones simplificadas
de la realidad, y que sus resultados no son más que otro insumo a considerar en un
proceso decisorio en que hay múltiples variables no cuantificables (valorativas,
políticas, psicológicas). Resulta tan exagerado descartar a priori la posible utilidad de
modelos matemáticos como olvidar los supuestos de los mismos y las dificultades para
cuantificar sus parámetros que alejan su solución de la realidad.
Como veremos más adelante, también existen otros tipos de modelos cuantitativos
(programación no lineal, teoría de juegos sin los supuestos más simplificadores,
dinámicas no lineales y teoría de los sistemas complejos), con estructuras capaces de
simular de mejor manera la realidad, distintos de los que habitualmente se enseñan en
nuestros programas, debido a sus requerimientos de mayores conocimientos
matemáticos.
Finalmente, la capacidad explicativa del enfoque se limita a los casos más simples ya
que, como veremos, los problemas complicados no se resuelven en la práctica por esta
vía.
El modelo de racionalidad exhaustiva ha recibido muchas críticas3 por estar muy alejado
de la forma en que, en la práctica, se toman las decisiones, particularmente las
organizacionales, vinculadas a las políticas públicas. Es Herbert Simon4 quien, después
de haber retomado al “hombre económico” y maximizador de la teoría económica
tradicional en su libro “El comportamiento administrativo” publicado originalmente en
1947, reflexionó a partir de su experiencia como funcionario y su sólida formación
interdisciplinaria (psicología, ciencia política, sociología, economía, matemáticas,
computación, etc.) sobre la necesidad de diseñar un perfil racional más realista, que
3
Una crítica importante, que no se revisará, proviene de la epistemología y el concepto de racionalidad
progresiva (Popper, 1963) en que la ciencia se considera basada en conjeturas refutables (supuesto
óptimos sin validez absoluta), experimentación y autocorrección de las decisiones.
4
Premio Nobel de Economía en 1978 por sus contribuciones a la comprensión del proceso decisorio,
especialmente en organizaciones económicas-
22
denominó “hombre administrativo”, que enfrentaba muchas limitaciones humanas para
alcanzar la optimización, por lo que se conformaba con lograr decisiones
“satisfactorias”, en lugar de óptimas. Se trataba entonces, de reemplazar la racionalidad
global del homo economicus por la racionalidad limitada del hombre administrativo
capaz de un comportamiento intencionalmente racional, pero compatible con la
información disponible y las capacidades de procesamiento humanas y
organizacionales, realmente disponibles.
2) no puede tomar en cuenta todas las consecuencias posibles de cada uno de los cursos
de acción considerados, y
5
A estas restricciones, Meny y Thoenig (1995) agrega: 1) la información falta y cuesta, 2) las áreas y
métodos de optimización disponibles son escasos (sobre todo cuando está involucrado el criterio de
consenso social y político), y 3) la capacidad del decisor para soportar la tensión psicológica del proceso
es variable.
6
Elaborado en 1955 y publicado en 1957 en el libro Models of man del propio Simon.
23
2) De cada alternativa percibida identifica un subconjunto de sus consecuencias
posibles, en consecuencia no puede calcular correctamente sus probabilidades de
acontecer, y
- El hombre no busca una alternativa cuyo conjunto de consecuencias sea valorado con
el mejor vector, sino que busca alternativas hasta que encuentra alguna cuyo conjunto
de consecuencias es valorado en relación con todos los objetivos como “ganador”. En el
momento que encuentra una alternativa así, detiene la búsqueda y se decide por la
hallada sin esforzarse por analizar si habría aún una mejor.
- Algunos se podrían preguntar si, actuando de esta manera, hay siempre una solución y
si ella es única. Simon responde afirmativamente con base en su propuesta de
24
movimientos del nivel de aspiración. Supongamos, por ejemplo, que queremos vender
un auto en $50,000. Si después de recibir un número considerable de ofertas:
- Una sola alcanza o está por encima de $50,000, el vendedor acepta ésta sin
buscar más.
A partir de esta idea de Simon de que el hombre tiene una racionalidad limitada que lo
aleja de la optimización, se han desarrollado diversas posiciones que se analizan a
continuación y que resaltan otras restricciones cualitativas, fundamentalmente de tipo
organizacional y político.
March y Simon (1977) publicaron su trabajo por primera vez en 1961. Reconocen
objetivos diversos en los integrantes de una organización, que se concibe como una
coalición de intereses. Destaca el funcionamiento organizacional que impone límites y
condicionamientos a la toma racional de decisiones: las reglas de decisión (quién
25
decide, cómo, cuándo), los canales de comunicación y la información que trasmiten al
decidor, la división de tareas y, muy especialmente, los procedimientos estandarizados
(modelo de la tiranía de los procedimientos). Estos últimos se refieren a un conjunto
complejo de respuestas programadas que un estímulo del medioambiente puede
provocar fácil e inmediatamente.
26
sucede lo contrario. En este último caso, si la diferencia es muy pequeña (no supera
cierto umbral), la situación se mantiene estable; pero si ésta es importante, se generará
un proceso de búsqueda e innovación. Así explican March y Simon, por ejemplo, las
decisiones individuales sobre continuar o abandonar una organización.
27
2) El ya conocido proceso de búsqueda constituye el elemento fundamental de la
solución del problema.
Por otro lado, en el trabajo de Cyert y March (1964) sobre estrategias organizacionales,
se hace un esfuerzo por aplicar estrictamente el modelo de simplificaciones de Simon a
las decisiones en condiciones de incertidumbre tomadas por grandes firmas
multiproductos, trabajando en mercados imperfectos (oligopólicos), con cierto grado de
diferenciación entre su propiedad y su gerencia. Al margen de las estrategias de
innovación e inversiones, los autores analizan decisiones de corto plazo y retoman los
mecanismos de estímulo (ej. mercado) y respuestas (ej. precio o cantidad producida),
propios del conductismo.
Se manejan tres conceptos básicos: los objetivos, las expectativas de los actores, y la
elección o decisión. Entre ellos se establecen cuatro relaciones o procesos que buscan
soluciones satisfactorias (no óptimas):
28
2.- Los mecanismos para evitar la incertidumbre, como planear sólo a corto plazo
(manejándose por retroalimentación) y en ambientes negociados, mediante pactos con
otras firmas del sector (externo) y definiciones presupuestales (interno).
Con los mecanismos mencionados, Cyert y March muestran, por ejemplo, cómo se
determinan en la práctica los precios en una forma alternativa a la planteada por la
teoría optimizadora neoclásica. Sus modelos resultaron muy exitosos en términos de su
capacidad predictiva; sin embargo, como son gradualistas, funcionan mal para explicar
decisiones en momentos de crisis y de cambios drásticos.
En estos casos, rige la confusión en los procesos, hay mucha opacidad, equívocos, falta
de consenso, que afectan a la decisión en múltiples formas:
29
- Coexisten en forma competitiva diversas preferencias y fines formulados en forma
abstracta y normalizada,
- Las actividades y tareas se caracterizan por la vaguedad y la ambigüedad,
- Los procedimientos son equívocos e intercambiables,
- La disponibilidad y participación de los actores es anárquica: algunos no están
presentes cuando deberían estarlo y otros participan sin invitación o mandato,
- No se establece un enlace entre los elementos del proceso: problema, situación de
decisión, solución y actores participantes. Lo que para unos es un problema, para otros
puede ser una solución. En estas circunstancias el proceso de reencuentro de los cuatro
elementos planteados muestra una lógica casi aleatoria y se produce gracias a dos
condiciones: el tiempo y el malentendido.
Una organización que funciona de esta forma se parece mucho a un “bote de basura”
(Cohen, March y Olsen, 1972) en que problemas, soluciones (como respuestas a
problemas no planteados), participantes, eventos, etc. aparecen mezclados y los enlaces
entre ellos se logran mediante tres procesos:
- Los actores modifican continuamente sus percepciones del problema para justificar sus
elecciones, así como los actores cuya participación se justifica, y
- Existen pocas reglas que se impongan a todos y sirvan para estructurar el proceso
decisorio.
Quienes dirigen una organización así, sólo pueden controlar dos variables: la elección
de los dirigentes intermedios que generan lazos de lealtades personales y la redefinición
periódica de las estructuras formales del “bote” (Meny y Thoenig, 1995).
30
Si bien este enfoque también ha recibido críticas de autores como Bendor y otros, 2001
(no se explica como llega la “basura” a los “botes”, ni si estos constituyen las
oportunidades de elección), la analogía del “bote de basura” y sus ideas fundamentales
han continuado vigentes tanto en estudios organizacionales como políticos.
6.2.- Incrementalismo
7
Además sigue la propuesta de “ingeniería social gradual” de Popper (1945), que contrapone a la
fundamentación inductiva de la ciencia.
31
- Lo anterior no se basa en un análisis exhaustivo, sino en uno drásticamente limitado:
se descuidan importantes alternativas, muchos posibles resultados y relevantes valores
afectados, y
Coincide con Simon en que las soluciones se buscan en forma cercana a las actuales
estrategias, se eligen alternativas que difieren en grado relativamente pequeño de las
que se encuentran en curso (incrementalismo), descartando cambios radicales en
política por sus impredecibles consecuencias, o sea en la práctica, defendiendo
posiciones conservadoras. También reconoce que muchos valores de los ciudadanos
podrían no ser tomados en cuenta, pero considera que en un sistema democrático como
el de los Estados Unidos, aunque no tengan igual poder, todos los intereses tienen “su
fiel guardián”, o grupos de interés bien informados y capaces de presionar, que se
supone tienen canales para expresarse, y que los organismos gubernamentales tienen
sensibilidad suficiente para reaccionar a estas presiones.
El modelo matemático que más se aproxima a tomar en cuenta los elementos políticos
es la Técnica de Análisis de Factibilidad (conocida como FAT por su sigla en Inglés)
propuesta por O’Leary y Coplin (1976, citado en OPS-CLAD, 1988), que trata de
estimar subjetivamente:1) la posición probable de cada protagonista o interesado
(apoyo, rechazo, o indiferencia) frente a una alternativa de política; 2) la disponibilidad
de recursos (presupuesto pero también capacidad técnica, prestigio, acceso a medios de
comunicación masiva, legitimidad social, etc.) de cada protagonista para influir a favor
de su posición, y 3) el orden de los protagonistas en función de su capacidad de
influencia efectiva (magnitud relativa de recursos en comparación con la de los demás).
Esto se puede completar con el análisis de las posiciones históricamente sostenidas por
32
los principales grupos de interés, sus coincidencias, conflictos y posibilidades de lograr
alianzas a favor o en contra de la política en discusión (OPS–CLAD, 1988).
Con la intención de alejarse de los dos grandes modelos extremos que se acaban de
revisar, y de recoger las aportaciones útiles de cada uno para la toma de decisiones,
Etzioni (1967) propuso un modelo “mezclado” que complementa decisiones
fundamentales o estratégicas, con un conjunto de decisiones incrementales para preparar
o instrumentar las anteriores. Sugiere una exploración mixta: una visión general, sin
detalles, de toda la situación y sus principales alternativas para tomar las decisiones
fundamentales; y un estudio puntual y en profundidad sólo de algunos aspectos
concretos, útiles en el marco de las anteriores. De esta forma, las primeras reducen las
fallas de las incrementales y éstas aumentan el realismo de aquellas y reducen el
conservadurismo incremental.
Aguilar expresa, respecto de esta posición, que “la vía intermedia parece más un
arreglo conceptual de la tensión que una solución” (Aguilar, 2000ª: 56). Para superar
muchas de estas limitaciones Goodin y Waldner (1979) propusieron el incrementalismo
II y III.
33
Un trabajo ya clásico al respecto es el realizado por Graham Allison (1971)8 en que se
analiza una decisión real de política internacional: el envío de misiles a Cuba por parte
de la entonces Unión Soviética en 1962, que estuvo a punto de generar una nueva guerra
mundial. Su objetivo explícito es explorar algunos de los supuestos fundamentales que
emplean los analistas para estudiar los problemas de conducta gubernamental. Dicho
estudio interpreta esta decisión con base en los supuestos de tres modelos de toma de
decisiones: el que aquí hemos llamado de racionalidad exhaustiva, el organizacional y el
político.
Es importante resaltar que, mientras el modelo racional busca prescribir los mejores
métodos para tomar decisiones y Simon intenta un modelo para hacerlo en forma
satisfactoria, el trabajo de Allison busca resaltar la capacidad explicativa de cada
modelo para comprender una decisión ya tomada. En otras palabras, los primeros hacen
un análisis “a priori” de las decisiones a tomar; mientras que el segundo estudia “a
posteriori” una decisión ya tomada. En el segundo caso, y aplicado a políticas públicas,
se trata de lo que Laswell (en Aguilar, 2000) llamó conocimiento “DE” (estudio de la
elaboración de políticas), centrado en el análisis de decisiones tomadas, y caracterizado
por su enfoque interdisciplinario, plurimetódico y de tipo explicativo.
Allisson muestra que, si bien el modelo racional tiene una capacidad explicativa muy
limitada (en realidad las decisiones no se toman con base en él), éste se utiliza a menudo
para tratar de comprender las decisiones tomadas, razón por la que revisa sus supuestos.
8
Otro similar fue realizado por Steinbruner (1973).
34
7.1. Aproximación racional
Allison identifica el modelo que hemos llamado de racionalidad exhaustiva o total como
modelo I, cuyas características específicas, en su mayoría ya identificadas en el apartado
anterior, se presentan y comparan con otros modelos en el cuadro I.
Con base en dicho modelo, la decisión analizada se explica porque la acción de enviar
los misiles a Cuba, y las subsecuentes reacciones generadas, constituyó la decisión
tomada como solución calculada frente a un problema estratégico. En consecuencia, a
partir de esta decisión que se supone óptima, se trata de identificar cuáles eran los
objetivos que los gobiernos se habían propuesto. Si la explicación falla se invoca un
“error” en la decisión tomada.
Suponiendo que la crisis de los misiles en Cuba fue manejada por las autoridades de
EUA de acuerdo con el esquema de racionalidad exhaustiva (recolección de la
información necesaria, formulación de alternativas, comparación de costos y beneficios
de cada una, y selección de la alternativa óptima), el bloqueo naval aplicado sería el
fruto de este proceso. Sin embargo, un análisis más detallado muestra que no fue eso lo
que se hizo; al menos se puede afirmar que se manejó información escasa y precaria, y
que el bloqueo no fue estricto (Meny y Thoenig, 1995).
35
Cuadro I: Modelos de toma de decisiones según Allison
La organización es una “caja negra” que La organización está compuesta de diversas La organización está integrada por actores
Concepción asume posiciones en bloque, sin que se unidades, con objetivos, procedimientos y individuales (jugadores) que ocupan distintas
de la identifiquen diferencias internas programas que pueden diferir entre sí. posiciones de poder, tienen objetivos e
organización (similar a un modelo de actor racional intereses particulares, y utilizan los canales de
unificado). decisión.
Análisis de la La decisión es una elección racional La decisión es el resultado de las La decisión es la consecuencia de un proceso
decisión basada en el proceso que incluye: actividades de las distintas unidades, en político de intereses, presiones y
estratégica objetivos, alternativas, comparación de colaboración o conflicto, que componen la negociaciones.
consecuencias, y elección. organización.
Todos los factores relevantes Todos los factores percibidos como Se descuidan importantes valores, alternativas
(racionalidad total): importantes (racionalidad limitada): y consecuencias (racionalidad no perseguida),
confiando en que serán defendidos por su “fiel
guardián”:
Elementos
considerados - Un decisor unificado, individual u - Unidades organizacionales que deciden - Jugadores en posición en una red decisoria
en la decisión organizacional
- Un problema bien definido - Problemas, información y poder - Problemas que dependen de los intereses
fraccionados entre unidades, tratamiento personales de cada actor; los valores no se
secuencial aclaran.
- Objetivos estratégicos claros y - Objetivos diferentes por unidad en - Poderes, percepciones y prioridades
jerarquizados permanente conflicto latente. diferentes por actor
36
- Un conjunto de alternativas - Alternativas predeterminadas por - Alternativas determinadas en función del
procedimientos rutinarios y negociaciones poder de cada actor (posición, control,
para disminuir la incertidumbre habilidad, etc.)
- Consecuencias de las alternativas, -. No se revisan las consecuencias de las - No se acuerda sobre consecuencias y logro
clasificadas como costos y beneficios. alternativas que son relativamente estables; de fines, sino sólo sobre medios que pueden
su cambio se produce por aprendizaje lento. servir a objetivos diferentes (método de las
comparaciones limitadas sucesivas).
Resultado Elección intencional de la alternativa Elección satisfactoria (no óptima) como Elección como resultado de negociaciones,
del proceso que maximiza el logro de objetivos. resultado de los procedimientos compromisos, coaliciones y errores que
organizacionales que condicionan las producen cambios incrementales
alternativas consideradas. (conservadores).
Prueba de buena Proceso correcto de elección de medios- Alcanzar niveles satisfactorios evitando Acuerdo político de distintos actores sobre los
decisión fines. conflictos. medios o instrumentos, no sobre fines.
Si la información está disponible, Requiere más información cualitativa, Necesita aún más información cualitativa,
prescribe bien a priori la decisión describe en forma más realista las analiza poco las decisiones individuales,
Utilidad del estratégica individual y simplifica en decisiones individuales y explica a describe más acertadamente las decisiones
modelo exceso la colectiva. En la práctica posteriori las colectivas, especialmente las políticas y las explica a posteriori.
incluye sobre todo información organizacionales repetitivas. Mejora la Complementa la formulación de políticas.
cuantitativa. Insuficiente para la formulación de políticas.
formulación de políticas. Su capacidad
explicativa a posteriori es muy
limitada, pero no se la propone.
Fuente: construcción propia a partir de Allison, G (1971), Essence of decisión. Explaining the Cuban missile crisis (La Esencia de la Decisión: Análisis explicativo de la
crisis de los misiles en Cuba); Boston: Little Brown.
37
7.2.- Enfoque organizacional-burocrático
Allison explica parte de las fallas de interpretación con el esquema racional, utilizando
el de racionalidad limitada. Las organizaciones aparecen como instrumentos burdos,
difíciles de coordinar, poco adaptables a tareas no programadas, que utilizan
información incompleta y distorsionada, plantean conflictos entre metas y problemas
asignados, etc.
Los principales conceptos manejados por este enfoque incluyen: decisiones, canales de
acción, acción misma, política, resultados, juegos de decisión, juegos de política, juegos
de acción; principalmente. Con ellos buscan responder a sus principales preguntas:
38
- ¿Quiénes juegan y afectan con sus intereses a las decisiones públicas? La combinación
de jugadores participantes depende el tema y el tipo de juego; y se determina en función
de los canales de acción: en los juegos de decisión dominan los jugadores de mayor
nivel jerárquico, dirigentes políticos y líderes organizacionales que comparten el poder
y gozan de considerable discrecionalidad, como presidentes o personas y organizaciones
formal o informalmente vinculadas al anterior; mientras que en los juegos de acción
participan jugadores de menor nivel, como congresistas, periodistas, grupos de presión
o ciudadanos en general.
- ¿Cómo se determina la posición que asume cada jugador? Cada jugador observa
aspectos diferentes del tema que afectan sus intereses y expectativas y, en consecuencia,
asume su posición reduciendo el conjunto de alternativas de políticas a las que difieren
muy poco de las actualmente en curso (Lindblom, 1959), sin considerar mayores
innovaciones. Dichos intereses y sus percepciones dependen de las características
individuales del jugador y de su posición y concepción de su rol.
El carácter del tema y el ritmo con que se juega produce un collage de decisiones y
acciones gubernamentales sobre distintos temas, que compiten diariamente por la
atención de los jugadores.
En el caso de la crisis de los misiles en Cuba, este enfoque agrega elementos para
comprender la decisión asumida, tomando en cuenta que Kennedy era un operador
político, moviéndose en un mercado electoral al interior de su país: pronto se realizarían
elecciones para renovar el Congreso y él debía tomar en cuenta y tranquilizar a la
opinión pública (Meny y Thoenig, 1995).
39
Sin embargo, también se ha criticado al incrementalismo por coartar la innovación,
cerrar los ojos ante problemas públicos agudos, renunciar a la racionalidad en la toma
de decisiones públicas, atacar los síntomas (“ramas”) en lugar de las causas (“raíz”),
sostener una legitimación conservadora del balance de poder existente en la sociedad o
defender un estilo incremental de gobierno (Aguilar, 2000ª). Su primer crítico fue Y.
Dror (1964), quien identificó limitaciones en el modelo y destacó su carácter
conservador. Por su parte, Quade (1975) sostiene que el análisis racional debe ser
imparcial, considerar todos los aspectos del problema, en cambio en el modelo III, el
analista se convierte en el abogado de una causa, los intereses se imponen a la razón y
podrían sesgar los factores considerados en el estudio del problema.
Estas objeciones han provocado respuestas por parte de Lindblom que insisten en que el
gobierno no tiene suficiente autonomía para emprender grandes empresas y el costo de
los errores es muy alto y se paga en las urnas, razón por la que defiende el
incrementalismo como aprendizaje colectivo en la solución de problemas públicos.
En su trabajo The policy making process (Lindblom, 1990) analiza el conflicto entre el
análisis y la política (politics) en la formulación de políticas (policies) y su posible
complementación: el análisis puede ser útil para defender nuestras posiciones y
persuadir a nuestros adversarios; la interacción política puede sustituir al análisis.
40
como a la emoción, que se desarrolla en las relaciones sociales: “La vida humana es
emorazón” (Laflamme, 1995:45).
En particular nos interesa resaltar el papel de las emociones (ira, amor, odio, alegría,
tristeza, rabia, miedo, enojo, angustia) que acompaña la toma de decisiones individuales
y organizacionales, supuestamente basada en la racionalidad económica, organizacional
o política: deseo de alcanzar objetivos, de evitar riesgos y efectos no deseados, de
enfrentar oposiciones y conflictos, de manejar la tensión que provoca la decisión, entre
otros.
Aún más allá de los anteriores, es necesario reconocer los casos en que los
determinantes de la decisión humana se conforman con elementos “no racionales” como
la intuición, las creencias, o la pasión, que imponen su fuerza frente a las racionalidades
mencionadas, es decir, que se trata de situaciones en que los ajustes lógicos medios-
fines nos sugieren una alternativa que preferimos desconocer para confiar en nuestras
creencias o impulsos (decisiones “viscerales” como el despido de personal por razones
de celos o envidia). La recuperación de estos elementos apela a la psicología, a la
antropología y a la sociología como disciplinas necesarias al estudio de la decisión.
41
(1971), entre otros. Los autores afirman, retomando a Howard (1993) que “…el campo
de las decisiones ha girado hacia una nueva veta de investigación en la que el proceso
de toma de decisión se desarrolla bajo la influencia de preceptos emocionales”
(Aguilar y Contreras, 2008: 20). El interés en el estudio de las emociones en las
organizaciones se ha venido incrementado especialmente a partir de los noventa.
Dentro de este enfoque, en las decisiones colectivas, la racionalidad exhaustiva debe ser
sustituida por la construcción de argumentos racionales de interés común, acompañada
por la generación de las emociones apropiadas (Hooward, 1993).
7.5- Relación entre los modelos, sus posibles integraciones y la acción real
- Los paradigmas preliminares y parciales presentados ofrecen una buena base para
volver a examinar seriamente muchos asuntos de política exterior y militar. Los
problemas tradicionalmente analizados con modelo I se explican y predicen mejor con
base en el II y III, aunque estos requieren gran cantidad de información.
42
- La formulación de paradigmas propuesta es apenas un paso inicial ya que deja sin
respuesta una larga lista de preguntas fundamentales.
- Obviamente, los tres modelos no son excluyentes, prestan atención a algunas variables
y relegan otras. Su síntesis requeriría construir una tipología ad hoc de las decisiones y
acciones.
- Se hecha de menos un cuarto modelo que recupere los elementos “no racionales”
revisados, especialmente la emotividad humana.
Los autores del modelo I nunca han tenido la intención de describir la toma de
decisiones (forma en que son empleados por analistas), buscan normarla o prescribirla
para mejorar sus resultados.
43
lineales entre sus componentes (ej. funciones lineales de costos que sólo son aceptables
en intervalos muy pequeños, pero que constituyen la base de los modelos de
programación lineal).
En relación al primer riesgo, si bien se han hecho esfuerzos por cuantificar las variables
cualitativas, estos son limitados y difícilmente dichas variables llegan a alcanzar la
precisión, rigurosidad y divisibilidad que requieren la mayoría de los modelos
cuantitativos.
- Las interacciones no lineales entre sus elementos que permiten que pequeños
cambios puedan producir grandes consecuencias debido a la no proporcionalidad
“causa-efecto”, también señalada como alta sensibilidad a las condiciones iniciales o
“efecto mariposa de Lorenz”,
44
- Las posibilidades de modificar sus estados internos como consecuencia de los dos
puntos anteriores,
De estos sistemas que han sido identificados en los más diferentes dominios y
disciplinas (física, biología, economía, sociología, ecología, política, etc.) se trata de
identificar sus estructuras comunes (isomorfismos) y estudiarlas en abstracto (Von
Bertalanffy, 1990), mediante la modelación matemática con ecuaciones diferenciales y
en diferencias. Con este enfoque se trata de aumentar el valor descriptivo, explicativo y
predictivo de los modelos concebidos para aprehender la complejidad ya mencionada.
45
Mainzer (2007) señala que la racionalidad limitada se debe a problemas de información,
tiempo, conocimiento humano, intuición, experiencias, factores no racionales (afectivos
y emocionales) y a la simplificación de nuestros modelos. Si en situaciones complejas,
los decisores ignoran los efectos y la retroalimentación de sus acciones en sistemas con
dinámicas no lineales, pueden incluso generar inestabilidades y disfunciones.
Agrega que la naturaleza y la vida no sólo están caracterizadas por su alta complejidad y
dinámicas caóticas, sino también por su aleatoriedad y hasta su “ruido”. En estos casos
no hay forma de poder estimar el futuro en el largo plazo y reducir la complejidad, por
lo que se suele echar mano de la experiencia de situaciones análogas. La modelación no
lineal y la simulación asistida por computadora pueden ser entonces de utilidad, pero
también métodos no cuantitativos como el Delphi, puesto que no hay un único método
capaz de estimar y decidir en un mundo complejo y no lineal.
En los últimos años, gracias al desarrollo de los sistemas computacionales, ha sido posible
mejorar de manera contundente la simulación de comportamientos, especialmente ligados
a procesos organizacionales como la Teoría Computacional de la Organización (COT por
sus siglas en Inglés). La COT considera a las organizaciones como sistemas de
inteligencia artificial distribuida (Simon, 2006), sistemas complejos de procesamiento
de información, conformados por múltiples agentes que resuelven problemas
individuales y colectivos, o sea, que toman decisiones. Actualmente, ha desarrollado los
llamados sistemas multiagentes (MAS, por sus siglas en inglés).
46
Dada nuestra preocupación por recuperar también los elementos “no racionales” inmersos
en la decisión, consideramos de gran interés el proyecto de Aguilera y Contreras (2008)
en que se intenta avanzar hacia la modelación los procesos decisorios, con su componente
emotivo, mediante la utilización de MAS.
Síntesis final
Su desarrollo exige contar con algún grado de libertad para elegir entre alternativas
mutuamente excluyentes, aspecto que ha sido cuestionado por algunos autores.
Cada enfoque resalta u omite aspectos diferentes del proceso, lo que genera en ellos el
desarrollo de mayores capacidades normativas (modelo racional) o explicativas
(organizacional o político).
47
importantes en la última décadas en paralelo al crecimiento de las capacidades
computacionales.
Bibliografía
- Anderson, Barry (2002), The Three Secrets of Wise Decision Making, EUA: Single Reef Press.
- Allison, Graham (1969), “Conceptual models and the Cuban Missilis crisis”, en The American
Political Science Review, LXIII, No. 3; reproducido en Aguilar, Luis (2000), La hechura de las
políticas, México: M. A. Porrúa (119-136).
- --------------------- (1971), Essence of decisión. Explaining the Cuban missile crisis, Boston:
Little Brown and Co.
- Allison y Halperin (1972), Theory and policy in international relations“, EUA: Princeton
University Press.
48
- Arbonies, Angel Luis (2009), La disciplina de la innovación: rutinas creativas, España: Diaz de
Santos.
- Bell, D, H. Raiffa y A.Tversky (comp., 1988), Decision making, EUA: Cambridge University
Press.
- Bendor, J. et al (2001), “Recycling the garbage can: an assessment of the research program”, en
The American Political Science Review, Vol.95, No.1 (pp.169-190).
- Braybrooke, David y Charles Lindblom (1970), A strategy for decision, N. York: Free Press.
- Clemen, Robert (1996), Making Hard Decisions: An Introduction to Decision Analysis, Belmont
CA: Duxbury Press.
- Cyert, Richard y James March (1965), Teoría de las decisiones económicas de la empresa, México:
Herrero Hnos. Sucesores.
- Dahl, R.A. (1963), Who governs? Democracy and power in an American city, New Haven: New
Haven Press.
49
- Delbecq, Andre y Andrew Van de Ven (1974), A guide to nominal group and Delphi processes,
Group Techniques for program planning, Glenview, Illinois: Scott Foresman and Co.
- DeSanctis, Gerardine y Brent Gallupe (1987): "A Foundation for the Study of Group Decision
Support Systems," Management Science, Vol. 33, No.5 (pp.589-609).
- Elster, J. (1996), “Rationality and emotions”, en The Economic Journal, Vol. 106, No.438.
- Facione, P. and N Facione, (2007), Thinking and Reasoning in Human Decision Making, EUA:
The California Academic Press - Insight Assessment.
- Goodin, Robert e Ilmar Waldner (1979), “Pensar en grande, pensar en pequeño y simplemente
no pensar” en Aguilar, Luis (2000ª), La hechura de las políticas, México: Miguel Ángel Porrúa
(pp. 283-314).
- Goodwin, Paul y George Wright (2004), Decision Analysis for Management Judgment,
Chichester: Wiley.
- Gutiérrez Sánchez, José Luis (2000), “Sociedad, política, cultura y sistemas complejos”, en
revista Ciencias No. 59, México: UNAM (pp. 46-54).
50
- Howard, N. (1993), “The role of emotions in multi-organizational decision-making”, en The
Journal of the Operational Research Society, Vol. 44, No. 6 (pp. 613-623).
- Hunter, F. (1952), Community power structure. A study of decision makers, New York: Doubleday
Anchor.
- Landau, Erika. (1987): El vivir creativo. Teoría y práctica de la creatividad, Barcelona: Editorial
Heber.
- ------------------------, “La orientación hacia las políticas”, en Aguilar V., Luis (2000), El estudio
de las políticas públicas, México: M.A. Porrúa (pp.79-103).
- -------------------------, “La concepción emergente de las ciencias políticas”, en Aguilar V., Luis,
(2000), El estudio de las políticas públicas, México: M.A. Porrúa (pp.105-117).
- Levitt, Barbara y Clifford Nass (1989) " The lid on the Garbage Can: Institutional Constrains on
Decision Making in the Technical Cores of Colleges-Text Publishers", Administrative Science
Quarterly, Vol. 34 (pp.190-207).
- Lindblom, Charles (1959), “The science of muddling through”, Public Administration Review,
Vol. 19, EUA; reproducido en Aguilar, Luis (2000), La hechura de las políticas, México: M. A.
Porrúa (pp.201-225).
- ------------------------- (1968), The policy making process, Englewoods Cliffs: Prentice Hall.
- Lindblom y Wood-House (1993), The policy making process, N. York: Prentice Hall.
51
- Linstone, H. (1984), Multiple Perspective for Decision Making, North Holland: Elsevier.
- Luhmann, Niklas (1995), Social systems, Stanford, CA: Stanford University Press.
- Majone, Giandomenico (1975), “The feasibility of social policies”, en Policy Sciences, No.6
(pp.49-69).
- March, James y Johan Olsen (1976), Ambiguity and Choice in Organizations, Noruega:
Universitetsfolaget.
- Meny y Thoenig (1995): Las políticas públicas, Barcelona: Edit. Ariel S.A.
- Popper, Karl (1963), Conjetures and refutations, N. York: Basic Books Inc. Publishers.
52
- Pavesi, P y otros (2004), La Decisión, Buenos Aires: Editorial Norma.
- Plous, S. (1993), The Psychology of Judgement and Decision Making New York: McGraw-Hill.
- Rhealt, Jean Pierre (1996), Introducción a la teoría de las decisiones con aplicaciones a la
administración, México: Limusa.
- Shackle, George (1969), Decisión, orden y tiempo en las activiades humanas, México: FCE.
- Simon, Herbert (1957), Models of man, social and rational, N.York: J. Wiley.
- -------------------- (1977), The new science of management decision, EUA: Prentice Hall Inc.
53
- ---------------------- (1979), “Rational Decision Making in Business Organizations” en The
American Economic Review, Vol. 69, No. 4 (pp. 493-513).
- Simon, Herbert A. y asociados (1986) Decision Making and Problem Solving, Washington:
National Academy of Sciences.
- Steinbruner, John (1973), The Cybernetic Theory of Decision: New Dimensions of Political
Analysis, N.J.: Princeton University Press.
- Von Bertalanffy, Ludwing (1990), Teoría general de los sistemas, México: Trillas.
54