Pontificia Universidad Javeriana

Luis Palacios, Natalia Salamanca

Introducción Ciencia Política

Ensayo Final

27 de mayo 2022

Un narcoestado funcional
Desde la conformación del estado Colombiano se han percibido diferentes
tipos de desigualdades y problemáticas dentro de la población, esto se genera por medio de
los diferentes intereses que tienen sus gobernantes a sus gobernados sin tener en cuenta que
el estado es formado por medio de la población el territorio y la soberanía en el que su
único objetivo es generar soluciones a la subsistencia de la mayor parte de la población esta
búsqueda de objetivos repercuten en acciones que incluso puede afectar dentro de la misma
población en que se afecta un ciudadano al otro, esto se genera con el fin de obtención de
beneficios propios. Parte de estos intereses parten de la obtención de territorios, beneficios
económicos, contrataciones por medio de contactos estrechos y justificar cualquier tipo de
violencia por cualquier tipo de interés.

Una de las posibles causas que hemos evidenciado es la falta de oportunidades

teniendo en cuenta que la población colombiana se acerca a 1 en el índice de GINI
entendiendo que este índice mide la desigualdad que hay en una nación , cabe resaltar que
cuando un país es cercano a la unidad es mayor la desigualdad de oportunidades, esta
brecha de desigualdad genera las diferentes inequidades que parten desde la falta de
educación, salud, derechos básicos y una percepción de desvinculación por parte del
gobierno a sus ciudadanos. Esto se genera por falta de acercamientos del gobierno hacia su
población sin saber cuáles son sus posibles causas y el malestar que genera un problema
público, esto genera actividades que se encuentren en contra de la ley como la explotación
de minería ilegal, la realización de grupos armados que se encuentren financiados por gran
parte del narcotráfico.

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 Colombia es un país fuertemente influenciado por el narcotráfico. Un negocio
redondo en el que las ganancias superan las de cualquier mercado lícito es en el que los
colombianos siempre nos hemos destacado, es como si el destino nos empujara a ser narcos
o mafiosos ¿no? Nuestra geografía permite el perfecto desarrollo de las plantaciones de
coca, marihuana, amapola y muchas otras bases que sirven para la fabricación de sustancias
que son tan ilegales como rentables.

Ahora bien, de esta tierra han brotado “narcos” casi como margaritas. Es un secreto
a voces con el que todos los colombianos estamos familiarizados de alguna manera.
Entonces, ¿por qué no hacer de nuestra “más grande desgracia” nuestra más grande virtud?
Ya el daño está hecho. Con el gran auge de los carteles colombianos, también vino una ola
de violencia sin precedentes propiciada por los conflictos entre el Estado, los carteles de
droga y las guerrillas, pero ¿Son solo ellos los culpables? ¿La mejor solución era realmente
“acabar” con los capos?

Uno de los principales dificultades del Estado Colombiano es el narcotráfico. Sin

embargo este es uno de los factores que engloba muchas de las problemáticas y en especial
esa enfermedad incurable, a la que llamamos el cáncer de nuestro país. La corrupción, es
uno de los principales responsables de las dificultades en nuestro país. Gracias a su uso, le
debemos la falta de la distribución de los recursos y la organización de nuestra sociedad.
Aquí es donde surgen los puntos políticos.

Desde la época de Aristóteles la preocupación era generar equidad seis formas de gobierno
legítimos e ilegítimos, nosotros siendo un país democrático, esa es nuestra clasificación
pero no quiere decir que se cumpla a cabalidad. Y es que precisamente la desigualdad es
una de las consecuencias de este cáncer.

El hombre es un ser social por naturaleza y las relaciones sociales que este
construye terminan jugando un papel preponderante en los aspectos de su vida diaria. De
acuerdo a la lectura la política es el gobierno de las situaciones sociales, quien las dirige, las
ordena y las integra. Existen dos tipos de política en sentido amplio (gobierno de las
situaciones sociales por medio del poder social y política en sentido estricto (gobierno a
dirigir la sociedad. Por medio del poder social se puede llegar al poder político).

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Poder: capacidad de obtener obediencia de otros, en palabras más coloquiales “hacer que
los otros hagan lo que uno quiere”. Es un medio pero se puede transformar en un fin.

Para desnarcotizar las relaciones de Colombia con el mundo, ¿acaso el paso a seguir
no es la legalización? Si el gobierno colombiano, no importa la data, se decidiera por seguir
este camino, ¿podría ser peor que seguir por la vía de la estigmatización e ilegalidad?
¿Alguien se ha puesto a pensar en qué habría pasado con Colombia si hubiese sido más
permisiva con el narcotráfico de los 80 y 90? o realmente vemos la otra cara de la moneda.
Un narcoestado necesita de una población vulnerable, con falta de oportunidades,
sin educación, tratando de sobrevivir. Esa es su materia prima, luego entonces levantamos
un poco la mirada y están los principales autores de los crímenes más atroces. Y es que a lo
largo de la historia Colombiana se han proyectado diferentes entes y personajes como Pablo
Escobar, el ELN 19. Sí

El caso colombiano es muy particular y encaja perfectamente en la definición de

narcoestado en la que los capos colonizan las instituciones gubernamentales. Pero también
en la de Estado mafioso que, en esencia, es el mismo proceso, solo que a la inversa: el
Estado se vale de las redes criminales para ejercer control. Para comenzar es importante
aclarar que somos, como colombianos, dueños del neologismo “narcoestado”. Pues gracias
a todos los problemas asociados con el narcotráfico y las esferas del poder, el mundo acuñó
una palabra para describir nuestro caos ochentero. Además de ser la inspiración de una
nueva palabra, parece ser que también fuimos el “modelo base” de muchos Estados que
poco a poco fueron encajando en la definición de narcoestado como México, Venezuela,
Afganistán y Kosovo.

Si bien es cierto que Colombia tiene más recursos que la coca y la marihuana, estos
dependen en gran medida de mercados externos que pueden beneficiarnos un día y al
siguiente dejarnos en quiebra, como es el caso del café. La variación en los precios de las
materias primas empleadas para la producción de artesanías, los productos agrícolas e
incluso el aumento en los costos del transporte hacen que la rentabilidad de la gran mayoría
de nuestras producciones caiga tanto que en ocasiones genera pérdidas. En cambio, en el

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negocio de la droga nadie es mejor que nosotros. Podríamos ser el equivalente a Arabia
Saudita o Venezuela con el petróleo, tendríamos dominio casi absoluto en el tema, como
ahora.

También es cierto, y es un punto por considerar, que mi propuesta de legalizar la

circulación de la droga producida en Colombia solo aplicaría para el territorio nacional. Es
decir, solamente aquí dejaría de ser considerado ilegal y esto trae muchas consecuencias.
Las de mayor relevancia podrían ser las afectaciones a las relaciones internacionales; muy
seguramente Colombia tendría que asumir el rechazo económico, político e incluso militar
de sus aliados más importantes como Estados Unidos y la Unión Europea porque este
asunto de legalizar lo que todo el mundo se ha empeñado en prohibir no es bien visto por
los gobiernos del mundo. Además de esto, y teniendo en cuenta que no solo somos un
narcoestado sino también un Estado mafioso, una lucha por el control de este negocio y el
dinero que produce, entre el Estado y las guerrillas, carteles y demás componentes de las
cadenas de tráfico ilegal podría desembocar en una violencia sistematizada nuevamente.

Para el Estado colombiano podría resultar mucho más sencillo dejar de erradicar
cultivos de marihuana y más bien dedicarse a permitir que las miles de familias campesinas
del país que viven de estas plantaciones sigan existiendo sin ningún problema y aprovechar
estas producciones para ingresar el mundo del cannabis medicinal. Suponiendo que lo
dicho previamente se dé, la población rural colombiana dejaría de estar en un completo
abandono estatal y contaría con mejores ingresos económicos, lo que se traduce en mejores
oportunidades de vida y un aumento en su calidad de vida.

Actualmente nos encontramos en diferentes épocas electorales en el que las personas deben
de elegir por medio de la democracia participativa directa al representante que genere un
mayor tipo de acercamiento con el fin de generar políticas que generen soluciones sociales.
En nuestra opinión este tipo de participación se ve persuadida por un tipo de legitimidad
carismática que llega a simbolizar la solución de todos los problemas de una gran parte de
los ciudadanos por diferentes discursos repetitivos influenciados por falsas promesas que
no generan una solución tangible a los ciudadanos. Una posible solución es contextualizar a
la población que las acciones públicas que realice cualquier actor público deben ser

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cuantificable y medible en el cual debe presentar la evaluación de sus proyectos y así puede
definir si su decisión fue viable o no. Por último, el mejor accionar que puede producir el
estado para garantizar la mayor cantidad de acciones es que los diferentes candidatos,
representantes o inclusive el mismo gobierno que tendrán el poder durante un corto plazo
deberían implementar acciones que eduquen al ciudadano sobre los diferentes tipos de
participación puede ejercer en el estado colombiano.