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PALABRAS PRELIMINARES I “ \ Tornar geométrica 1a representacién, vale decir dibujar Jos fenémenos y ordenar en serie los acontecimientos deci- sivos de una experiencia, he ahi la primera tarea en 1a que se funda el espiritu cientifico. En efecto, es de este modo cémo se Ilega a la cantidad representada, a mitad camino | entre lo concreto y lo abstracto, en una zona intermedia « Ja que el espiritu pretende conciliar las ma‘ jaticas y ‘experiencia, las leyes y los hech: woah tarea de geometrizacion que és del éxito del car | sobrepasa pues notablemente la simple descripcién geormé- ‘rica. El matematismo no es ya descriptivo, sino forma- tivo. La ciencia de !a realidad no se conforma ya con ¢l © fenomenoldgico: ella busca el porqué matematico. ‘entonces, puesto que lo concreto acepta ya 1a informa- rica, puesto que lo concreto es analizado correc- por Jo abstracto, gpor qué no podriamos fijar Ja como el derrotero normal y fecundo del espiritu ecto, si se reflexiona sobre la evolucién del “ientifico, se discierne de inmediato un impulso que ico, mas o menos visual, a la completa Desde que se accede a una ley geométrica, se ‘asombrosa inversion espiritual, suave y viva : Ia curiosidad da lugar a la esperanza ‘que la_primera_sepresentacion_geométrica— "significa esencialmente Poner_en orden, decitse que el desorden es orden ¢s una simple con- raed trir mejor que el proceso de abstracciOn no es uniforme, no THeubeavemos en emplear a veces un tono polémico insis: tiendo sobre el caticter de obstaculo que. presenta 1s expe riencia, estimada concreta_y. real, estimada natural ¢_ inmediata, cee Teicribir adecuadamente €1 trayecto que, va desde 14 Ja abstraccién felizmen- percepcin considerada exacta hasta te inspirada en las objeciones de 1a razén, estudiaremos mul tiples ramas de la evolucién cientifica. Como las soluciones cientificas, en problemas diferentes, no poseen jamas el mis~ mo grado de madurez, no presentaremos una serie de cua: dros de conjunto; no temeremos cesmenuzar nuestros 2rgu- smentos para mantenernos en el contacto mas preciso posible fon los hechos. No obstante, si por razones de claridad, se mos obligara a poner groscras etiquetas histéricas en las ferentes etapas del pensamiento cientifico, ‘distingui bastante bien tres grandes periodos. i ‘nes particulates en este triptico, que no nos permitiria di- bujar con suficiente precisién los detalles de la evolucién Psicoldgica que deseamos caracterizar, Una vex mis, las fuerzas psiquicas que actian en el conocimiento cientifico son mas confusas, mas sofocadas, mas titubeantes de lo que se imagina cuando s¢ las aprecia desde afuera, en los libros donde ellas aguardan al lector, jHay tan gran distancia el libro impreso y el libro leido, entre el libro leido libro comprendido, asimilado, retenido! Hasta en un itu claro, hay zonas oscuras, cavernas en las que ain Jas sombras, Hasta en el hombre nuevo, quedan os del hombre viejo. En nosotros, el siglo XVIIL ia su vida sorda; y puede jay! reaparecer. No vemos ‘como Meyerson, una prueba de la permanencia ¥ Ja razén humana, sino mas bien una prueba .cia del saber, una prueba de esta avaricia del Ito rumiando sin cesar las mismas conquistas, la y volviéndose, como todos los avaros, victi- iado, Mostraremos, en efecto, la endésmo- rico en lo apodictico, de la memoria el hecho de que no puede & geométricas adecuadas. No es de asombrarse que tal geo- eciuzacion, tan dificil y Jenta, se presente durante mo- Cho tiempo como una conquista definitive y que $% sufi- Gente para constituic ef sdlido espiritu cientifico, tal como, aparece en cl siglo XIX. Se cs muy apegado a lo que se ha Conquistado penosamente, No obstante nccesitaremos pro- bar que esta geometrizacién es una etapa intermedi Pero este desarrollo seguido a través de las cuestiones particulares, en el desmenuzamiento de los problemas y_ de Ios cxperiencias, no sera claro sino cuando se nos permita, esta ver fuera de toda correspondencia histérica, hablar de tuna especie de ley de los tres estados para el espiritu cien- tifico. En su formacién individual, un espiritu cientifico pasaria pues necesariamente por los tres estados, siguientes, mucho mis precisos y particulares que las formas comtianat 1* El estado concreto, en el que el espiritu se recrea con ¥ las primecas imagenes del fenémeno y se apoya sobre una literatura filosdfica que glorifica la Naturaleza, y que, ex- trafiamente, canta al mismo tiempo a la unidad del mundo y a la diversidad de Jas cosas. - 2° El estado concreto-abstracto, en el que el espiritu ad- junta a la experiencia fisica esquemas geométricos y se apo- ya sobre una filosofia de la simpli tiene todavia en una situacion parad6j abstraccién cuanto més cl un clemento de solidez y de confianza que no se ha esta- diado suficientemente, {Dar y sobre todo mantener un inte- ris vital en 1a investigacion desinteresada, no es el primer deber del educador, cualquiera sea Ja etapa formativa en la que se encuentra? Pero tal interés tiene también su historia y, aun a riesgo de ser acusado de entusiasmo facil, deberemos ensayar de seialar bien su fuerza a lo largo de la paciencia Gientifica, Sin aquel interés, esta paciencia seria sufrimiento. Con aquel interés, esta paciencia es vida espiritual. Hacer Ja psicologia de la paciencia cientifica consistira en adjuntar a la ley de los tres estados del espiritu cientifico, una especie de Jey de los tres estados de alma, caracterizados por in- ‘tereses: Alma puerit 0 mundana, animada por 1a curiosidad in- genua, Hena de asombro ante el menor fendmeno instru- mentado, jugando a la fisica para distraerse, para tener el pretexto de una actitud seria, acogiendo las ocasiones de ‘coleccionista, pasiva hasta en la dicha de pensar. Alma profesorat, orgullosa de su dogmatismo, fija en su primera abstraccién, apoyada toda la vida en los éxitos ‘escolares de su juventud, repitiendo cada afio su saber, im- poniendo sus demostraciones, entregada al interés deductivo, sostén tan comodo de Ia autoridad, ensefiando a su criado ‘como hace Descartes 0 a los provenientes de la burguesia hace el eee de la Universidad (*), nte, ef alma en trance de abstraer y de quinta- 4 ‘conciencia cientifica dolorosa, libesany a ceataiee 5 imperfectos, jugando el peligros Soporte experimental « or ls objeciones dela = bien delineada: psicoanafizar el interés, destruir todo uti- litarismo por disfrazado que esté y por elevado que preten- da ser, dirigir el espiritu de lo real a lo artificial, de lo natural a lo humano, de la reprosentacion a la abstraccién. Nunca como en nuestra época el espititu cientifico necesita ; ser defendido, ser ilustrado en el mismo sentido en que du } Bellay trabajé en la Défense et Illustration de ta langue francaise. Pero tal ilustracién no puede limitarse a una sublimacién de las aspiraciones comunes mas diversas. Ella debe ser normativa y coherente, Debe tornar claramente consciente y activo el placer de la excitacién espiritual en el descubrimiento de la verdad, Debe forjar la mente con » ienci: er_un_dinamismo_, Jogrado por un »s la esté- tica de la inteligencic eee y), Ahora, una palabra sobre el tono de este libro. Como en definitiva nos proponemos delinear la lucha contra algunos prejuicios, los argumentos polémicos pasan frecuentemente al primer plano. Es, por otra parte, més dificil de Io que se supone, separar la razdn arquitect6nica de la raz6n polé- mica, pues 1a critica racional de la experiencia es solidaria ia: todas Jas ob- ffencias, Se ha —— @ realmente Hamativo que la antigua epistemologia haya es- tablecido una vinculacién continua entre la observacioa y la experimentacién, cuando la experimentacién debe apar- tarse de las condiciones ordinarias de 1a observacién, Como la experiencia comin no esta compuesta, ella no podria ser, ereemos nosotros, efectivamente verificada, Permanect siendo un hecho. No puede darnos una Icy. Para confir- mar cientificamente la verdad, ¢s conveniente verificarla desde varios puntos de vista diferentes. Pensar una expe- riencia es entonces mostrar la coherencia de un pluralismo inicial. ‘Mas por hostiles que seamos a las pretensiones de los espiritus “concretos”, que creen coptar inmediatamente lo dado, no trataremos de incriminar sistematicamente toda in- tuicién aislada, La mejor prueba de ello es que daremos gjemplos en los que las verdades de hecho Ilegan a inte- grarse inmediatamente en la ciencia. No obstante, nos pa- rece que el epistemdlogo —que en esto difiere del historia- dor— debe subrayar, entre todos los conocimientos de una época, las ideas fecundas. | Para él, 1a idea debe poseer mas que una prueba de existencia, debe poster un destino espi- ritual. No titubeartmos, pues, en inscribir entre los errores —o a cuénta de la inutilidad espiritual, que no esta muy le- jos de set la misma cosa— toda verdad que no sea Ja pieza ds neral, toda experiencia, aun justa, cuya afir- ‘macién quede desvinculada de un método general de experi- “-mentacion, toda observacidn, por real y positiva que sea, que se Be en-una falsa perspectiva de verificacién. Un mé- todo tal de critica exige ue ee ne alo CAPITULO I LA NOCION DE OBSTACULO EPISTEMOLOGICO PLAN DE LA OBRA I Cuando se investigan las condiciones psicolégicas del progreso de la ciencia, se llega muy pronto a la conviccion de que hay que plantear ef problema del conocimiento \ aenttice en técminos de obstdculos. No se trata de consi- derar los obsticulos externos, como Ia complejidad o 1a fu- gacidad de los fendmenos, ni de incriminar a la debilidad de los sentidos o del espiritu humano:/es en el acto mismo le conocer, intimamente, donde ap: por una especie | de_necesidad funcional, los eutoreecentcea) ee ; Siones; \Es ahi donde mostraremos causas de estancamuent y hasta’ La idea de partir del cero para fundar y acrecentar sus bienes, no puede surgir sino en culturas de simple yuxta- posicién, en las que todo hecho conocido es inmediatamente wna rigueza. Mas frente al misterio de Jo real el alm2 no puede, por decteto, tornarse ingenua. Es entonces imposible hacer, de golpe, tabla rasa de los conocimientos usuales. Frente a lo real, lo que cr 1 debiera saberse. Cuando se presenta ante_Ja cultura cien piritu_jamas es joven, Hasta es muy viejo, pues tiene la edad de sus prejuicios. Tener acceso a Ja ciencia es rejilvenecer espiritualmente, es aceptar una mutacion brusca que ha de contradecir a un pasado La ciencia, tanto en su principio como en su necesidad de coronamiento, se opone en absoluto a Ja opini alguna cuestién particular debe legitimar 1a opi por razones distintas de las que fundamentan la opinio: de manera que la opinién, de derecho, jamas tiene raz5n- La opinion piensa mal: no piensa; tradu residades er ‘edrocimien ang & Ella eo mer a superar. No ¢s suficiente, por ejemplo, peeiceata ef cas0S particulares, manteniendo, como una especie de moral provisoria, un conocimiento vulgar provi- sori. El espiritu cientifico nos impide tener opinién sob: ‘cuestiones que no comprendemos, sobre cuestiones que sabemos fi eaiamente. Ante todo es ligase lo que o telectuales que fueron utiles y sanas pueden, a la larga, trabar Ia investigacian. “Nuestro espiritu —dice justamente Berg- son (!)— tiene una tendencia irresistible a considerar mas “Caras las ideas que Je son utiles mas frecuentemente.”” La idea conquista asi una claridad intrinseca abusiva. Con el uso. las ideas se valorizan indebidamente, Un valor en.si se opone a la circulacidn de los valores. Es un factor de inercia para el espiritu. A veces una idea dominante polariza al es- piritw-é su totalidad, Hace unos veinte afios, un episte- mologo irreverente decia que los grandes hombres son ttiles a la ciencia en la primera mitad de su vida, nocivos en la segunda mitad. El instinto formativo es tan persistente en \- por esta boutade. Pero al final el instint tivo acaba Por ceder frente al instinto conservaiivo. Llega_un_mo- mento en el_queel espiritu-prefiere lo que confirma su saber 2 lo que lo contradice, en.el_que_prefiere las respuestas a las preguntas. Entonces el espiritu conservativo domina, y el crecimiento espiritual_s¢ aaa = —“Comorse¥e, no titubeamos en invocar los instintos para sefialar la cabal resistencia de ciertos obstaculos epistemo- Jégicos. Es una concepcién que nuestros desarrollos tratarin rs puat ciertos hombres de pensamiento que no debemos alarmarnos a ces 0 por simples concutsos universitarios, a capitaliza cone una riqueza material, Aun admitiendo que wna huera cabr za escapa al narcisismo intelectual tan freenente en ta cultura literaria, en Ja adhesion apasionada a los juicios del guster puede seguramente decitse que una buena cabeza es despracia damente una cabeza cerrada,_Es un producto de escuela En efecto, Tas crisis del crecimiento del pensamiento im plican una refundicidn total del sistema def saber, Enton- ces Ia cabeza bien hecha debe ser rehecha, Cambia de es- pecie, Se opone « Ia especie precedente por una funcin decisiva. A través de las revoluciones espirituales que exige Ja invencién cientifica, el hombre se convierte en una especie matante 0, para expresarlo atin mejor, en una especie que necesita mutar, que sufre sino cambia, Espiritualmente el_ hombre necesita necesidades. Si se considerara adecuadamen- te, sjemplo, Ia modificacion psiquica que se realiza a tra vés de la comprensién de doctrinas como la Relatividad o la Mecinica ondulatoria, quizi no st encontrarian estas expre- siones exageradas, sobre todo si se reflexionara en Ia real solidez de la ciencia prerrelativista, Mas ya volveremos so- bre estos juicios en nuestro ultimo capitulo, cuando habre- ae aportado numerosos ejemplos de revoluciones espiri- les. ‘Se repite también frecuentemente que Ia ciencia es vida de unidad, que tiende a unificar fendmenos de aspecto dis- tinto, que busca 1a sencillez 0 1a economia en los principios métodos, Esta unidad Ia encontraria muy pronto, ello, Por el contrario, el eats a una palabra_de_saltr=we—ta_contem=— buscar fo ofro, de dialectizar la ex- 1a Quimica multiplica y completa sus series homélogas, hasta salir de la Neturaleza materializan- do cuerpos mas o menos hipotéticos sugeridos por el pensa- miento inventivo, Es asi como en todas las ciencias rigu- rosas, un pensamiento ansioso desconfia de las identidades més 0 menos aparentes, para reclamar incesantemente mayor precisién, ipso facto mayores ocasiones de distinguir. Reset 1, rectificar, diversificar, he ahi los tipos del pensaniiento . dindmico quesealejan de Ta certidumbte y deTauntdsd, que en los sistemas homogéneos encuentran mas oh impulsos. En reumen, el hombre animado por el entifico, sin duda desea saber, pero es por lo pronto para interrogar mejor. 5 = po, el riesgo y el éxito. ‘S610 la razén dinamiza a la in- vestigacién, pues sélo ella sugiere, mas alla de la experiencia comin (inmediata y especiosa), la experiencia cientifica (in- \ directa y fecunda), Es, pues, el esfuerzo de racionalidad y de construccién el que debe atraer la atencién del epistemé- Jogo. El historiador de la ciencia debe tomar las ideas como hechos. El epistemélogo debe tomar los hechos como ideas, insertandolas en un sistema de pensamientos. Un hecho mal interpretado por una época, sigue siendo un hecho para el historiador. Segin el episterndlogo es un obs- téculo, un contrapensamient: sae Seri, sobre todo, profundiZindo la nocién de obstéculo epistemolégico <émo se otorgar’ su pleno valor espiritual a la historia del pensamiento cientifico, Demasiado a me- nudo la preocupacién por la objetividad, que Ileva al histo- tiador de las ciencias a repertoriar todos los textos, no llega ala apreciacion de las variaciones psicoldgicas en la interpre- tacién de un mismo texto. jEn una misma época, bajo una misma palabra, hay conceptos tan diferentes! Lo que nos engafia es que la misma palabra designa y explica al mismo tiempo. La designacién es la misma; la explicacion es dife- mente. Por ejemplo, al teléfono corresponden conceptos que difieren totalmente para el abonado, para la telefonista, Para el ingeniero, para el matematico preocupado_en las ecuaciones diferenciales de las corrientes telefonicas./ El epis- temologo tendr4, pues, que esforzarse en captar los conceptos cientificos en efectivas sintesis psicolégicas; vale decir, en sintesis psicol6gicas progresivas, estableciendo, respecto de cada nocién, una escala de conceptos, mostrando cémo un concepto produce otro, cémo se vincula con otro, Entonces tendra cierta posibilidad de apreciar una eficacia epistemol6- ica. Y de inmediato el pensamiento se presentara como una Sificultad vencida, como un obstaculo superado.t | Ta educacién, la_nocién de obstaculo pedagdgico és igwalmente desconocida, Frecuentemente me ha chocado el } hecho de que los profésores de ciencias, ain mis que los aa ‘otros si cabe, no comprendan que no se comprenda.. Son + ‘Poco numerosos los que han sondeado la psicologia del error, «dela ignorancia y de la icreflexién, El libro de Gérard-Varet 20 a Rs | no ha tenido resonancia (1). Los profesores de ciencias se Tmaginan que el espirity comienza como une leccion, que siempre puede rehacerse una cultura perezos repitiendo una flase, que puede hacerse comprender wna demostracién Te pitiéndola punto por punto. No han reflexionado sobre Fitiecho de que el adolescente llega al curso. de Fisica con tl Bechsjentos empiricos ya constituidas: no se traka, PA fe edquirie una cultura experimental, sino de cambiar wna cultura experimental, de derribar los obstaculos amontonados por la vida cotidiana. Un solo ejemplo: ¢) equilibrio de los Peemas florantes es objeto de wna intuicién familiar ave es Gna marafia deerrores. De una manera mas o men} atribuye una actividad al cuerpo que flota, mejor, ue nada, Sise trata con la mano de bundir en el agua 2 Tazo de madera, éste resiste. No se atribuye facilmente © | 5 resistencia al agua. [Es, entonces, bastante dificil hacer com-2-4-7 Con ‘render el principio de Arquimedes, en su asombrose sencillen 7 Sec| _ matemitica, si de antemano no se ha criticado y desorgani- : | zad0_e1_conjunto_impuro oe Te aiclones bisieas En (074) << [anal 5 Se RO ig ae Tos ervores anictales, ja- | wees) ‘mis se ha Faer-que el cuerpo que emerge y ef cuer- ‘po totalmente sumergido obedecen a la’misma ley. : De ahi que toda cultura cientifica, debuccomenzar, como ampliamente, por una catarsis intelectual_y_— ificil:-poner la cultura 9 Von Monakow y Mourgue han observado justamente esta dificultad de reforma en los métodos de educacién, invocan- do el peso de los instintos en los educadores ("). “Hay in dividuos para los cuales todo conscjo relativo a los errores de educacién que cometen, es absolutamente initil porque esos Hamados errores no son sino la exptesién de un com- portamiento instintivo.” En verdad, von Monakow y Mourgue se reficren a "'individuos psicépatas", pero la rela- cién de maesteo a alumno es una relacidn facil mente paté- El educador y el educando participan de an psico- is especial. De todos modos, el examen de las formas inferiores del psiquismo no debe ser descuidado, si se desean caracterizar todos los elementos de la energia espiritual y preparar una regulacién gnéseo-afectiva indispensable para el progreso del espiritu cientifico. De una manera mas pre- cordate ow obetiaosepitensy icos_es contribuir 2 fundar los rudimentos dé wn psicoanilisis de 12 razon. I El sentido de estas observaciones generales resaltara me- jor cuando habremos estudiado obstaculos epistemolégicos i 5 imidas. He aqui el plan que seguiremos en este estudio: nei ® gro de seguir las generalidades del primer aspecto, pues como ten bien lo dice d'Alembert, se generalizan las primeras con- sideraciones, en cuanto no se tiene mas nada que considerar. ‘Veremos asi el espiritu cientifico trabado desde su nacimien- to por dos obstaculos, en cierto sentido opuestos. Tendre- mos, puts, la ocasién de captar el pensamiento empirico en wna oscilacién Ilena de sacudidas y de titones, ¥ finalmente, todo desarticulado. Mas esta desarticulacién torna posible movimientos tiles. De manera que el epistemélogo mismo es juguete de valorizaciones contrarias que se resumirian pastante bien en las siguientes objeciones: Es necesario que el pensamignto_abandoneal empirismo-inmediato. Fl pen: _Samiento empirico adopta, entonces, un sistema, Pero ef pri mer sistema es falso. Es falso, pero tiene por Io menos la yo—_ Tidad de duprender el pensamiento alejndolo del oases |, miento sensible; el primer sistema mo pensamiento. Entonces el espititu, constituido en sistema, ‘puede volver a la experiencia con pensamientos barrocos pero agresivos, in- terrogantes, con una especie de ironia metafisica muy mar- cada en los experimentadores jOvenes, tan seguros de si mis- ‘mos, tan dispuestos a observar lo real en funcién de sus pro- pias teorias. De la observacion al sistema, se va asi de los ‘ojos embobados a los ojos cerrados. ~~ Es por otra parte muy notable que, de una mianera gene- ral, los obstaculos a Ja cultura centifica se presentan siempre ® riar el fenémeno en e] sentido de nuestra oposicidn al saber ajeno. Es, naturalmente, sobre todo en una ciencia joven donde podré reconocerse esta originalidad de mala ley que no hace sino reforzar los obstaculos contrarios. Cuando habremos bordeado asi nuestro problema median- te el examen del espiriru concreto y del espiritu sistematico, volveremos hacia obstaculos algo mas particulares. Entonces nuestro plan serd necesariamente flotante y no trataremos de evitar las repeticiones, pues est4 en la nacuraleza de un obs- taculo epistemolégico ser confuso y polimorfo. Es también muy dificil establecer una jerarquia de los crrores y seguir! un orden para describir los desérdenes del pensamiento.| Expondremos, pues, en montén nuestro museo de horrores, dejando al lector el cuidado de pasar por alto los ejemplos aburridos cuando haya comprendido el sentido de nuestras tesis Examinaremos sucesivamente el peligro de la expli- cacién por Ia unidad de 1a naturaleza, por la utilidad de los fenémenos aaturales. Dedicaremos un capitulo especial para sehalar ef obstdculo verbal, vale decir la falsa explicacion lo- grada mediante una palabra explicativa, a través de esa extra ia inversién que pretende desarroliar el pensamiento anali zando un concepto, en lugar de implicar un concepto particu en una sintesis racional. El obstaculo verbal nos conducird bastante naturalmente alexamen de uno de los obsticulos mis dificiles de superar, porque est4 apoyado en una filosofia facil. Nos referimos | al sustancialismo, a la mon6tona explicacién de las ; ‘Gades por la sustancia. Mostraremos entonces q ico y, sin prejuzgar de su Pa i tal que, 2 nucstro parecer, constituye un rasgo caracteristico Gel espiritu precientifico, adoptaremos la regla casi absoluta de caracterizarlo siguiendo los fisicos de los siglos XVII y XVII. Esta limitacién hari quiza mas pertinente a la de- mostracién, puesto que se vera el poder de un obstaculo cn la misma época en que va a ser superado. Por lo demas este obstéculo animista no tiene sino una lejana vinculacién con la mentalidad animista que todos Jos ctnélogos han cxaminado ampliamente, Daremos una gran extension 2 este capitulo precisamente por que podria creerse que no hay en esto sino un rasgo particular y pobre. pon le idee de_sustancia y con la idea de vida, conce- das ambas a la manera ingenua, = introducen en Tas-ciea-— _ fisicas_immumerables Valorizaciones que contradicen 2 los verdaderos valores del_pensamiento cientifico, Propon-_ ‘dremos pues psicoandlisis especiales pata-desembarazar al espiritu cientifico de esos falsos valores. Después de los obsticulos que debe superar el conoci- miento empirico, en el pentltimo capitulo, Iegaremos a mostrar las dificnltades de la informacién_geométrica y matematica, las dificultades en fundar una Fisica matema- tica susceptible de provocar descubrimientos. Ahi también, teuniremos ejemplos tomados de.los sistemas torpes, de las geometrizaciones desgraciadas. Se vera cémo el falso ric ‘bloquea al pensamiento, cémo un primer sistema matem tico impide a veces la comprensién de un sis J apunta pues al conocimiento matematico, No se refieren sino | al conocimiento del mundo objetivo, Es este conocimiento del objeto que, en nuestro tltimo capitulo, examinaremos en toda su generalidad, sefialando todo lo que puede cmpafar su pureza, todo lo que puede disminuir su valor educativo. Creemos trabajar asi en favor de Ja moralizacién de Ia ciencia, pues estamos intimamente convencidos que el hombre que sigue las leyes del mundo obedece desde ya a un gran destino.

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