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4.

EL AMOR O EL DEMONIO AGRIDULCE

El amor puede ayudar a superar el trauma de la separación; Las raíces del amor en el nacimiento
siempre nos va a mostrar dos caras: la infantil, del ansia y la veneración y la maternal, de la entrega
la primera nunca se ha explicado de una manera tan fascinante como en el banquete. La divinidad no
se acerca directamente al ser humano; todo el trato y el dialogo de los dioses con los hombres se
efectúa a través de la mediación de lo demoniaco tanto en la vigilia como en el sueño.
Los enamorados no les basta con poseer lo bello, también quieren engendrar la belleza; “todas las
personas llevan en si el cuerpo y el alma y cuando alcanzamos una cierta edad, nuestra naturaleza
ansia procrear”.
La reproducción tiene un sentido mas profundo; para los seres humanos representa la mayor
aproximación posible de la vida eterna el amor siempre tiene la intención de alcanzar la mortalidad, es
un intento de escapar de la cárcel del tiempo
El amor que prospera en una relación en pareja no persiste en el egocentrismo sexual-espiritual; “la
amistad y el amor entre un hombre y una mujer vienen dados por la naturaleza; se ayuda mutuamente,
pues cada uno pone su talento al servicio de la comunidad. Esto acentúa el punto de vista de la utilidad
y del placer de esa amistad. Y todo se basa en la virtud, en que los integrantes de la pareja sean
personas honestas: cada uno obtiene su provecho y a los dos les alegra que así sea”. Por otro lado,
el amor de pareja tampoco es absolutamente desinteresado por el ágape cristiano.
La práctica del amor disminuye en la misma proporción en que se desarrolla su teoría; el mejor modo
de hacer las cosas difíciles es hacerlas inconscientemente. La teoría es el enemigo natural de la
práctica.
La razón de esto es nuestra naturaleza original: antes éramos seres completos así pues el anhelo y el
afán de totalidad es lo que se llama amor. Por lo común los mitos no son pura invención en muchos
casos reflejan un hecho histórico de forma distanciada y en efecto todos los seres humanos hemos
pasado por una separación primigenia.
Durante toda la vida buscamos un cuerpo con el que volver a fusionarnos ya sea el cuerpo de la madre
al que se aferra el niño pequeño el cuerpo del amado o de la amada del que nunca se tiene bastante
o el cuerpo de una comunidad que canta grita y marcha, y a la cual la personalidad individual se
consagra gustosa. La reunificación es felicidad. Y todas las separaciones abren la vieja herida.
Sin embargo, la elevación del amor a la categoría de religión es una práctica corriente en muchas
culturas solo basta pensar en el Kamasutra la escuela del amor del tantrismo hindú y en los relieves
eróticos de los templos que inspiró.
Cuando amamos no buscamos a alguien semejante a nosotros buscamos en el otro al ser superior
que nos puede llevar hasta su altura que nos puede educar para sacar lo mejor de nosotros mismos.

PEQUEÑA FILOSOFIA PARA NO FILOSOFOS


AUTOR: MOSER, FRIEDHELM
PRESENTADO POR: SHARIK ALEJANDRA PEÑA MEDINA
DECIMO 2

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