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Con la llegada al poder de los Reyes Católicos comenzó la gesta de una serie de
tratados matrimoniales que aseguraran la descendencia de estos una posición alta
y a la vez de poder, para conseguir acabar con el rival por antonomasia de España:
Francia. A continuación, hablaremos sobre la historia de Felipe el hermoso y Juana
la loca, sin lugar a dudas, uno de los matrimonios mejor estudiados a lo largo de la
historia y de cuyo fruto nacería el gobernador más grande que ha tenido España y
el que fue el hombre más poderoso de Europa: Carlos I de España y V de Alemania.
Felipe I de Castilla conocido como “El hermoso”, nació en Brujas el 22 de julio del
año 1478. Al ser el segundo hijo del emperador Maximiliano I, adquirió grandes
títulos, entre los que destacan el de Duque de Borgoña, de Luxemburgo, Brabante,
Güeldres, Limburgo, Conde del Tirol, Artois y Flandes.
Sabemos que recibió una educación propia del hijo del emperador y pronto ayudaría
a su padre en los temas políticos y administrativos del Imperio. A su vez, como joven
príncipe europeo, los deportes eran fundamentales dentro de su vida, de ahí que
muchas biografías que recorren actualmente el mundo nos hablen de su gran físico,
siendo sin lugar a dudas el hecho por el cual se le apodaba el hermoso.
Por otro lado, y dentro de lo que venía siendo habitual en la vida principesca, parece
ser que tuvo muchas amantes tanto en la corte del Imperio como en la corte de
Borgoña o incluso en su estancia en Castilla.
Cuando Juana contaba con tan solo 16 años de edad, fue enviada por sus padres
hacia los Países Bajos celebrándose el matrimonio en Lille el 21 de agosto del año
1496. Según cuentan las leyendas los dos cónyuges al encontrarse se enamoraron
locamente uno del otro, adelantando la fecha de boda para poder consumar. Fruto
de esas primeras relaciones nacería el 15 de noviembre de 1498 Leonor y que
parece ser que fue la causa de que el príncipe Felipe volviera a los devaneos por la
corte.
Sería a partir de ese momento cuando la actitud de ambos cambió por completo
pasando a ser la relación casi insostenible. Juana comenzó una etapa de constante
acecho sobre su marido, algo que produjo una serie de discusiones entre la pareja
acabando en muchas ocasiones con la mujer encerrada en sus propios aposentos
por orden de Felipe. A tal punto llegó la locura de Juana que en una ocasión llegó a
agredir físicamente a una cortesana, la cual pensaba que se estaba acostando con
su marido, por ello tras una serie de golpes, le cortó su melena para ridiculizarla aún
más.
De la misma manera e intentando recuperar el amor de su marido, tendrían cinco
hijos más, siendo el segundo Carlos, que nació el 24 de febrero de 1500. Parece
ser que, tras el nacimiento del futuro emperador, la relación entre los cónyuges
mejoró notablemente; si bien es cierto que una serie de sucesos, colocaron a Juana
como la heredera del reino de Castilla y Aragón, viéndose por tanto Felipe obligado
a cambiar la actitud hacia su esposa por miedo a represalias por parte de sus
suegros.