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(Teatro de sombras)
PERSONAJES:
Narrador,
Hidesato,
Dragón,
Rey Dragón,
Cortesanos,
Ciempiés
Familia de Hidesato.
Acto I
Un día decidió emprender un viaje de aventuras. Se echó al cinto los dos sables,
empuñó el arco, se colgó el carcaj al hombro y salió de casa.
Hidesato se detuvo, indeciso, ante el horrible reptil, pero volver a casa no era una
opción. Como un valiente guerrero decidió avanzar. ¡Tras! ¡Tras!
Cuadro 4: Hidesato camina por encima del dragón que duerme. Cambia el plano a
primera persona de Hidesato que mira el bosque delante suyo.
¡Señor, señor!
HIDESATO- Con mucho gusto, si está en mi poder; pero antes dime quién eres.
REY DRAGÓN- Soy el Rey Dragón del Lago y mi palacio está bajo el agua, junto a
este puente.
REY DRAGÓN- Deseo matar a mi mayor enemigo el ciempiés, que vive en aquellas
montañas (Cuadro 6: Cambia el plano hacia la montaña) Hace muchos años que habito
este lago y tengo una numerosa familia de hijos y de nietos. De algún tiempo a acá
vivimos aterrorizados porque un monstruoso ciempiés descubrió nuestra casa y viene
cada noche a levarse un miembro de mi familia. Me veo impotente para frenarlo y si
esto dura mucho, no solo perderé todos mis hijos sino que yo mismo seré devorado por
el monstruo. Salí a puente a pedir ayuda pero todos huían al verme; tú eres el único que
ha sido capaz de mirarme sin miedo y por eso he conocido que eres un hombre de gran
valor. Compadécete de mí y ayúdame a matar a mi enemigo el ciempiés que vive en la
montaña Mikami.
Cuadro 7: Cambio lento de color a azul total y los personajes salen.
NARRADOR- Hidesato se compadeció del Rey Dragón cuando supo esto y prometió
ayudarlo. El Rey Dragón le dijo que sería mejor esperar al ciempiés, por la noche, en el
palacio del Lago. Hidesato se dejó guiar.
Acto II
Cuadro 9: en lo profundo, donde hay algas y peces, viajan los personajes dentro de la
burbuja, con un fondo musical.
Cuadro 12: cambia a colores vivos (dentro de la escala). Animales del fondo del lago
animan la fiesta, mientras el Rey Dragón le sirve vino a Hidesato, quien bebe de una
copa y agradece.
Cuadro 14: galería del palacio, desde donde se ve la montaña por la cual baja el
ciempiés en espiral.
REY DRAGÓN- Esos dos globos de fuego son sus ojos. ¡Es ahora el momento de
matarlo!
NARRADOR- Hidesato tomó su arco y el carcarj, y con las únicas tres flechas que
tenía se asomó hasta donde tuvo a tiro al ciempiés.
Cuadro 15: Hidesato carga una flecha, estira el arco y lanza el proyectil.
Cuadro 16: la flecha viaja por el aire.
NARRADOR- Increíble, pero cierto – pensó Hidesato- que sus flechas no le hacían a la
bestia ni el menor daño. Lo volvió a intentar.
Cuadro 19: Hidesato carga una flecha, estira el arco y lanza el proyectil.
NARRADOR- De pronto recordó haber oído el guerrero que la saliva del humano es
mortal para el ciempiés. Pero aquel no era un ciempiés normal; era un bicho horroroso.
Aún así Hidesato decidió probar su último recurso.
Cuadro 26: la flecha ensalivada clavándose en la cabeza del ciempiés, hasta llegar a su
cerebro.
Cuadro 27: el ciempiés se retuerce y chilla hasta enroscarse y quedarse quieto. La luz
de sus ojos y patas se apaga. Y todo el espacio queda lentamente en tinieblas. Luego de
unos segundos de calma estalló la peor de las tormentas, sacudiendo al castillo del
lago. Después, todo se calmó, y se hizo el alba.
Acto III
Cuadro 28: alba en la galería del palacio del lago. El Rey Dragón y algunos sirvientes
están allí y entra a escena Hidesato.
HIDESATO- Ya nada tiene que temer, señor Rey Dragón, el ciempiés ha terminado sus
días. Acompáñeme a ver.
Cuadro 29: galería desde donde luchó Hidesato contra el ciempiés. En lago está de
color rojo y el cuerpo del ciempiés flota en el medio. El sol comienza a brillar y a
limpiar lentamente las aguas del lago. En el cuadro está Hidesato.
NARRADOR- Y resultó que los regalos del Rey Dragón tenían una virtud mágica.
Sólo la campana era como todas las campanas y, como a Hidesato de nada le servía, la
regaló a un templo vecino donde la colgaron muy alta para que diera las horas del día a
todo el vecindario.
NARRADOR- El saco de arroz, por mucho que le quitasen para las comidas, siempre
estaba lleno para el guerrero y su familia.
NARRADOR- Y la cazuela era tan maravillosa. Cualquier cosa que allí metiesen
quedaba cocida al momento y sin necesidad de fuego.
Por su fama y fortuna Hidesato llegó a ser muy poderoso y todos en el mundo lo
conocieron como el Señor Saco de Arroz.