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El pensamiento crítico es una de las habilidades sociales e intelectuales más

importantes en la gestión empresarial. Nos permite desarrollar estrategias


y alcanzar metas en las mejores condiciones.

El concepto de pensamiento crítico suele ser muy abstracto. La cantidad de


definiciones es tan variada que no siempre se puede tener una idea clara
de qué es y cómo aplicarlo en la vida diaria.

A nivel laboral, el pensamiento crítico desarrolla en los empleados mayor


criterio para analizar cada situación y ofrecer soluciones creativas y
eficientes, lo que se traduce en enormes beneficios para ambas partes.

Estos 6 ejemplos de pensamiento crítico vienen acompañados de


recomendaciones prácticas que podrás emplear en el trabajo y en
cualquier situación que requiera una mirada analítica y objetiva.

1; Identificar los sesgos cognitivos


En el mundo hiperconectado es muy fácil ser víctima de las noticias falsas y
la información tendenciosa para manipular la realidad; luego, la situación se
complica cuando ambas posturas parecen tener la razón.

Imagina que en una habitación hay dos personas: una de ellas afirma que
llueve porque escuchó truenos, y otra dice que no es cierto porque en el
noticiero dijeron que no llovería. La labor del pensador crítico no es darle la
razón a uno o a otro, sino abrir la ventana y comprobar si está lloviendo.

En el trabajo

Cuando estamos ante dos propuestas y la situación nos exige tomar una
decisión, estamos ante un caso típico en donde no importa que decisión
tomemos, tendremos la impresión de que una de las dos personas se verá
afectada.
2;Fomentar el espíritu crítico, no la conducta del criticón
Hacer de la crítica constante nuestra forma habitual de comunicarnos es
uno de los errores más comunes en la vida diaria. Con frecuencia,
confundimos ser criticón con tener un aparato crítico, pero ¿cuál es la
diferencia? Veamos algunos ejemplos:

Si una persona viste de manera informal en una fiesta de gala y se lo


hacemos notar, eso es ser criticón. Si una persona viste de manera informal
para ir a acampar y le señalamos los peligros de no llevar ropa adecuada,
eso es ser crítico.

3;Concentrarse en las soluciones y no en los problemas


Sabemos lo difícil que resulta analizar un problema cuando estamos tan
enfrascados en él que no vemos alguna solución a la mano.

Por ejemplo: cuando estamos ante un conflicto y la primera reacción es


identificar a los causantes y no las causas. Cuando nos concentramos en los
riesgos o pérdidas en lugar de considerar las soluciones potenciales.

¿Qué hace el pensador crítico? Análisis de forma sistemática: separa las causas
posibles hasta dar con el origen del problema antes de tomar una decisión.

4;Mantener la mente abierta


La curiosidad intelectual nos da una mayor versatilidad para explorar otras
posibilidades y tomar mejores decisiones. Como ejemplo podemos recordar
la popular historia de la NASA, que invirtió un millón de dólares en
desarrollar un bolígrafo que permitiera a los astronautas escribir en el
espacio sin derramar la tinta; cuando los rusos tuvieron el mismo problema
decidieron llevar lápices.

Ahora se sabe que esta historia es falsa, pero no deja de ser un buen
ejemplo de la importancia de mantenernos creativos y abiertos a explorar
todas las alternativas antes de tomar decisiones riesgosas.
5;Ejercitar la humildad intelectual
Todos hemos escuchado la frase “si eres la persona más inteligente de la
habitación, estás en la habitación equivocada”. Paradójicamente, las
personas con mayor intelecto suelen estar seguros de que no son tan
inteligentes como los demás creen.

Por el contrario, es común que las personas con bajo intelecto padezcan del
efecto Dunning-Kruger, una extraña relación entre la ignorancia y la vanidad
que genera una ilusoria idea de superioridad intelectual.

Para ejemplificarlo, bastará recordar aquella anécdota del sujeto que


escucha por la radio de su auto que “hay un loco manejando en sentido
contrario por la avenida principal”, el sujeto mira por la ventanilla y exclama:
“¿Un loco? ¡Pero si todos van en sentido contrario!”.

6;Pensar críticamente debe darle sentido a lo que hacemos.

El pensamiento crítico es dinámico, por lo tanto, todo


razonamiento tiene que llevarnos a una meta y contener un fin
específico. Cuando no tenemos claro por qué hacemos lo que
hacemos, corremos el riesgo de entrar en un ambiente de
incertidumbre sobre nuestros propósitos.

Es muy conocida la anécdota de los tres albañiles que


trabajaban en la construcción de Notre Dame. Cuando el
arquitecto supervisaba la obra, el primer albañil le dijo que
estaba pegando ladrillos, el segundo dijo que estaba levantando
un muro, pero el tercero dijo con entusiasmo que estaba
construyendo la catedral más hermosa del mundo.

Un pensador crítico aprovecharía la perspectiva de los tres


albañiles para tener claro cuál es el propósito de sus acciones.

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