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Un Verdadero Compromiso Con Dios

• Texto Bíblico: “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Mateo 16:24)

Introducción
Muchas veces como jóvenes cristianos, deseamos vivir la vida conforme a nuestros propios deseos
y conformidades. Uno de los problemas más vistos en estos tiempos en jóvenes es la falta de
compromiso para servir a Dios con todo el anhelo y fidelidad, el cual nos lleva a menguar en nuestra
vida espiritual.
Por definición, el compromiso es una responsabilidad contraída por medio de un acuerdo, un pacto
o una promesa. En salmos 103: 17-18 dice:

• “Pero el amor del Señor es eterno y siempre está con los que le temen; su justicia está con los
hijos, con los que cumplen su pacto y se acuerdan de sus preceptos para ponerlos por obra”.
¿Cómo podemos aplicar el compromiso en nuestras vidas?
Un pequeño ejemplo que podemos aplicar en nuestro diaria vivir es el compromiso que tenemos
con nuestros padres, familiares cercanos y con nosotros mismos, de sacar buenas calificaciones en
la escuela o universidad. Nosotros nos esforzamos para cumplir con ese compromiso; porque de
los contrarios, si no nos esforzamos, es imposible obtener un resultado positivo. Es imposible recibir
una recompensa positiva, de un trabajo que no hemos realizado.
Hay jóvenes que son emocionales o momentáneos; quizás cuando Dios habla a través de su palabra,
toman la decisión de seguir su voluntad planificando e imaginándose la gran victoria que obtendrán
al final; pero cuando empiezan las dificultades y los obstáculos a surgir en medio del camino, dejan
ese compromiso a un lado y olvidan esa victoria que Dios ha prometido.
Muchas veces anhelamos servir a Dios con nuestras propias comodidades. Queremos que nos den
participación en la iglesia y en los servicios, queremos grandes ministerios, pero no queremos pagar
el precio de entregar nuestro tiempo, nuestras vidas, nuestra propia voluntad.
David y su compromiso con Dios

Un claro ejemplo se muestra en la historia de David (1 Samuel 16). Este era un joven que dirigía un
rebaño de ovejas para su padre, y terminó siendo usado por Dios grandemente.
El rey Saúl, quien había sido rey antes que David, era un hombre talentoso y ungido como rey; pero
él quitó su mirada del Señor, y de igual manera le fue arrebatada su bendición. Por otro lado, David
quien era solitario y menospreciado por su familia, decidió entregar su vida al Señor de todo
corazón, adorándole y glorificándole en intimidad. Al Dios ver el corazón de David, decidió utilizarlo
para liberar al pueblo de Israel, matando a Goliat (1 Samuel 17). Tiempo más tarde, David pasa a
ser rey de Israel, muestra de que Dos lo recompensaba por su fidelidad, lealtad y compromiso.
Hoy día, vemos jóvenes muy talentosos y con grandes llamados como David, pero a diferencia de
él, estos no quieren pagar el precio del compromiso. Recuerda que Jesús nos dijo en Mateo, que
todo aquel que quisiera ser su discípulo, se negara a sí mismo, tomara su cruz y lo siguiera.

¿CUÁL ES TU NIVEL DE COMPROMISO CON DIOS?

1.- Compromiso por emoción: Es aquel que hacemos a la ligera, movidos por las emociones. En
oportunidades empezamos a sentir en nuestro corazón que debemos hacer algo sin medir las
consecuencias y cuando nos comprometemos con Dios a la ligera y no podemos cumplirlo nos
vamos alejando de su presencia. “Es peligroso que el hombre le prometa algo a Dios y que después
reconsidere su promesa”. Proverbios 20:25
2.- Compromiso por convicción: Se trata de un compromiso en el que realmente creemos, pero a
veces las circunstancias no hacen dudar y retroceder. Muchos tienen fe en Dios y su amor hacia Él
es real, pero cuando llega la prueba pensamos tanto en el problema que nos alejamos, a veces
culpamos a Dios, o simplemente llegamos a creer que Él no puede hacer nada para cambiar la
situación.
3.- Compromiso por determinación: Se trata de las personas que se comprometen de forma real,
aun en medio de las adversidades con valor, firmeza y decisión. Jesús es la representación del
compromiso perfecto con el Padre. Él estaba comprometido con su propósito, aun sintiendo miedo
por lo que iba acontecer, y su determinación no se movió por sentimientos.
“Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase
de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”. Mateo 26:39.
Cumplir una promesa no debe depender de nuestras capacidades o recursos sino de nuestro
compromiso.

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