Está en la página 1de 1

Las medidas cautelares

en el proceso penal
1. CONCEPTO Y FUNCIÓN
Una de las maneras de limitar temporalmente el derecho de las personas,
como forma de asegurar el resultado del proceso, es a través de la interposición
de medidas cautelares o protección provisional.
Estas medidas constituyen el instrumento que utiliza la jurisdicción, o el derecho
previsto por el derecho sustancial, para conjurar el riesgo de conductas
dañosas o perjudiciales mediante una incidencia en la esfera jurídica del
imputado, adecuada y sufi ciente para lograr tal efecto[1].
Las medidas provisionales pueden defi nirse como los actos procesales de
coerción directa que al recaer sobre los derechos de relevancia constitucional,
de carácter personal o patrimonial de las personas, se ordenan a fi n de
evitar determinadas actuaciones perjudiciales que el imputado podría realizar
durante el transcurso del proceso de declaración [2].
Las medidas provisionales adoptan funciones cautelares aseguratorias de
la prueba y tuitivas-coercitivas. En ese sentido, la fi nalidad cautelar persigue
garantizar la efi cacia de la eventual sentencia condenatoria, de suerte
que los hechos que pretende evitar son la fuga del imputado, su insolvencia
y la desaparición de los bienes delictivos. Por su parte, la fi nalidad de aseguramiento
de la prueba persigue impedir actuaciones o confabulaciones del
imputado que obstruyan la investigación o perturben la práctica de los medios
de prueba.
Mientras que la fi nalidad tuitiva-coercitiva persigue impedir que el imputado
incurra en ulteriores hechos punibles, que previsiblemente serían
[1] SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. 3ª edición, Grijley, Lima, p. 1069.

También podría gustarte